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CAPITOLINA DÍAZ MARTÍNEZ

SANDRA DEMA MORENO


( Editoras

SOCIOLOGÍA Y GÉNERO
AUTORAS/ES:

TERESA MALDONADO BARAHONA


SILVIA L. GIL
CAPITOLI!'A DIAZ MARTI~'EZ
SANDRA DEMA MOREl'O
l\.iARlA JESUS IzQUIERDO
ANTONIO ARINO YILLARROYA
MARIE WJTHERS ÜSMOND
BARRIE THORNE
TERESA TORNS
CAROLINA RECIO CACERES
MARIA-AI'GELES DURA'
MARINA SUBIRATS MARTORI
EULALIA PEREZ SEDEÑO
ANTONIO Feo. CANALES SERRANO
MARIA ISABEL MENENDEZ MENENDEZ
MARJAl\ LOPEZ FDEZ. CAO
MARIA!>. URIA URRAZA
CARMEN MOSOliERA TENREIRO
MARCELA LAGARDE Y DE LOS RIOS
RosA Coso
VIRGINiA GUZMÁl"
CLAUDIA BO'lAl\ JANNOITJ
SASKlA SASSEt-.
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Diseño de cu bterta:

y
lasiíicación ~ Q 1~ q(} ÍNDICE
Q 1 -z:
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lNTRODUCCION.... .... ... . .. ... .... .. ... ... .... ... ... .. .. .... ... ... .. ... ... ..... ... ... .. .. .... ... ... .. ... ... .. .. .... ... ... .. 13
cha SL.So1::> CAPITULO l. PERSPECTIVAS TEÓRICAS FEMIN1STAS ................................... .. 19
•rma Adq. <::.> ~ • e , _ l. APUNTES PARA UNA INTRODUCCION A LA TEORiA FI!MlNISTA, por Teresa Mal·
doruuic Baralto11a ........................................................................................... .. 19
1.l. Presentación. La teona feminisw como teoría critica ............................. . 19
1.:!. Primeros pasos: orígenes ilustrados de la 1•indícación feminista y femmls·
mo decimonónico ................................................................................... .
1.2.1. Una Ilustración <<consecuente» vs. una Ilustración <<mÍsógina» .. . 24
1.2.:!. El concepto de «Naturaleza» ................................................... .. 25
1.:!.3. El feminismo dec1mononico ...................................................... . 28
1.3. Simone de Beau~01r y Le Deuxieme Sexe .............................................. . 31
l.3.l. El <<feminismo existenciahsta>> de Stmone de Beauv01r .............. 32
1.3.2. Excursus: el concepto de genero avam la lettrc .......................... . 33
1.4. La tercera ola: el arranque de losfemmismos de la segunda mi1ad del siglo
XX .. ........................................................................................................ 35
1.4.1. El femm1smo liberal. Betty Friedan y The Femmme Mysttqu(
(1963) ......................................................................................... 36
1.4.2. El femimsmo radical y los nuevos movuniemos sociales <tlO
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley. que personal es poltuco>' ................................................................. . 3S
establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes mdelllllizaciones BIBUOGRAFIA ....................................................................................................... . 40
por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren. diStribuyeren o comumca- LECTURAS RECOMENDADAS ................................................................................... . 42
reo públicamente. en todo o en pane, una obra inerana. antsllca o ctentífica. o su PAGINAS WEB RECOMENDADAS ........................................... :................................... 44
transformación. mterprelación o ejecución arusuc-a fijada en cualquier tipo de sopone ACTIVIDAD PRACTICA ........................................................................................... .. 44
o comunicada a traves de cuaiquter medio. sin la precepuva autorización. 'l fEMINISMOS CONTEMPORANEOS EN LA CRlSlS DEL SUJETO. HACIA UNA PO!.ITI ·
CA DE LO CO.MU~, por Silv1a L Gil.. ................................................................ 45
Jmerrogando al sujeto de/femm~~ma .......................................................
2.1 45
1 "' Emptyando las di(erencias: cua1ro jactare~ soctopo/íricos cla1·c ............. . -r'
2.3 El comexw posesTrucwraiiSia ................................................................ . Sú
2.4 Salir de la encrucijada diferencia sexual versus cons/ruccton~mw de gé-
nero ....................................................................................................... . 53
2.5 Peruar desde la dilerencw ..................................................................... .. 55
2.6. Hacia la búsquecfo de lo COTmm ............................................................. .. SS
BrsuoaRAFIA ........................................................................................................ 60
LECTURAS RECOMENDADAS .................................................................................... 62
( TERESA MALDONADO BARAHONA. StlvtA L. GIL, CAPITOLINA DtAZ MARTINEZ. SANDRA DEMA
PAGINAS WEll RECOMENDADAS ............................................................................. .. 64
MORENO. MARiA JESúS lzoUIERDO. ANTONlO ARIÑO VU.LARROYA. MARrE WJTHERS 0SMOND ACTIVIDADES PRÁCTICAS ...................................................................................... .. 64
BARRIE THORNE, TERESA TORNS, CAROLINA RECIO CACERES. MARIA-ÁNGELES DURA"- ~
SUB!RATS MARTORI. EULALIA PEREZ SEDEÑO. ANTONIO Feo. CANALES SERRANO, MARÍA IsABEL CAPITULO 2. METODOLOGÍA NO SEXISTA EN LA INVESTIGACIÓN Y PRO-
MENI!NDEZ MENENOEZ. MARIÁN LóPEZ FDEZ. CAO, MARIAN URIA URRAZ.A. CARMEN MOSQLIE· DUCCION DEL CONOCIMIENTO, por Capirolma Día; ,\lfartine; y Sandro
RA TENREIRO. MARCELA LACARDE Y DE LOS RiOS. ROSA CODO. VIRGINIA GUZMAN. CLAUDIA Dema More1w ....................................................................................................... . 65
BONAN JANNOTTJ Y SASKIA SASSEI'-.. 2013 l. EL CONCEPTO DE GEmRO Y EL DEBATE SEXO/GENERO .................................... .. 6t>
O EDITORIAL TECNOS (GRUPO ANAYA. S.A.). 20D ¡,DE QUÉ MANERA INFWYE LA PERSPECTIVA DE GENERO EN LA CU!NCIA Y E};
Juan Ignacio Luca de Tena, 15- 28027 Madrid LOS PROCESOS DE CREACION DE CONOCIMI:ENTO? ............................................ .. 6'
ISBN: 978-84-309-5810-8 3. LA CRITICA A LA CIENCIA TRADICIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE Gl!NERO .... 69
DepóSitO Legal: M-1 :!.582-20 13 4. LOS PRINCIPALES SESGOS SEXISTAS EN LOS QUE INCURREN LAS INVESTIGACiú-
N'ES SIN PERSPECTIVA DE GENERO ................................................................... ..
Pmued in Spam [71
18 SOCIOLOGÍA Y GENERO

temarios de los estudios de Sociología, Ciencias Politícas y disciplinas afines, a


los que se les quiera dar una perspectiva de género, y. por otra pane. confiarnos
en que sirvan también para aportar una perspectiva sociológica a los Estudios
de Género. Feministas y de las Mujeres. CAPiTULO l

CAPITOLINA DL<\Z MARTINEZ y SANDRA DEMA MoRENo PERSPECTIVAS TEÓRICAS FEMINISTAS


TERESA MALDONADO BARAHONA
SILVIA L. GIL

l. APUNTES PARA UNA INTRODUCCIÓN A LA TEORiA


FEMINISTA. por TERESA MALDONADO BARAHONA

1.1. PRESENTACIÓN. LA TEORiA FEMINISTA COMO TEORÍA CRITICA

No es posible tratar mngun problema humano .mr romar wra


acmud; lo mrsma manera de planrear los problemas y las pt!rspectil'as
adoptadas suponen una.1erarqwa de imereses; toda cualidad envuel-
1'1! valores: no hay descrtpci6n prewrdidamente ob)etil'a qur no SI!
/e,•ame sobre 1111 plan ético.

SIMONE DE BEAUVOrR

El pensanuento .femmiSla trata de dar arncmación teanca a un


mormuenw sacra/ que esto provocando cambios antrapológrcos dt
dmll'rwon msólrta.

CELIA AMOROS

Los li/óso/os se han /mutado o mterprewr el mundo de dn•ersas


maneras: de lo que se trata es de tran~{omrarlu.

MRI.. MARX

Si b1en toda teona política tiene nexos con determmadas praxir sociales y
políticas. en el caso de la teoría feminista es evidente: se trata de una teona indi-
sociablemente vinculada a una práctica. la práctica política del movirruento femi-
nista. La teoria feminista es el corolano de la elaboración conceptual llevada a
cabo y favorecida por dicho movimiento. cuyo objetivo es la transformación soc1al.
transformación social aue tiene. como ha explicado Celia Amorós. consecuencias
y repercusiones en todos los arnbitos de la existencia humana. Se trata. en defini-
tiva, de una teoria fuertemente vinculada al activisrno militante (AMOROS) DE
MIGUEL. 2005: 17) y que descarta por inapropiado el tratamiento aséptico y ore-
[19]
20 SOClOLOGlA Y GE!'IICRO CAP 1 PERSPECTIVAS TEORICAS FEMlNlSTAS ::!1

suntamente neutral de cualquier cuestión relacionada con la desigual inserción de es decir, tanto necesna la elaboración teórica feminista de una u otra forma de
hombres y mujeres en la sociedad. Como afirma Amorós. la tematización del vinculación con la práctica activista. como ésta de desarrollos teóricos rigurosos 1•
sistema sexo/género es inseparable de su cuestiona miento (AMORós. 2000: 98-99) Amorós ha insistido a menudo en la eumolog1a de la palabra «teoria>>. espe-
No puede caber por tanto una aproximación meramente erudita al saber cialmente perunente en el caso que nos ocupa. recordándonos el Significado
femmista. una aprox1mac1ón que se pretenda al margen del compromiso poliU- ongmano del vocablo theoria «hacer ven> (AMOROS. 2000: 98). La concepruali-
co que el femmismo 1mp!Jca con la transformación más o menos rad1cal -según zacJOn que el femmismo lleva a cabo permite desvelar una rea!Jdad hasta ese
las verswnes- de la soc1edad. Para las femm1stas no se trata únicamente de momento oculta a la percepción social: nombrar las cosas es hacer luz sobre ellas.
anahzar el mundo. de describirlo. de entenderlo. de saber cómo funciona. sino los conceptos alwnbran la realidad. en el doble sentido de que la ilummao y le
de hacer todo eso para transformarlo. Y es que no hay escapatoria: el sistema dan ser. la tornan concebible. es decir, pensable. Lo inconcebible es -precisamen-
sexo/género que subordina a Las mujeres es un sistema normauvo ). al analizar- te- lo que no uene concepto. «femmtZacion de la pobreza». «doble jornada>•.
lo. o b1en lo refutamos o b1en lo reforzamos. Como ha explicado Rosa Cobo. la «acoso sexual>>. «géneroH ~ otras muchas son expresiones ho~ ya de uso común
teoria femm1sta cuestiona tanto los mecamsmos de poder patnarcales como los acuñadas por el felllJOismo que hao penruudo sacar de la mvisibihdad fenómeno!>
d1scursos teóricos que pretenden legittmar el poder patriarcal pero. añade. el soc1ales que remneo a la subordinación de las muJeres (AMOROS. 2000: 100).
d1scurso femmista está orientado. sobre todo. a la destrucción del sistema de Durante mucho tiempo tanto la elaborac1ón teórica como la practica mili-
dommación patriarcal (Coso. l99Sa: 62). tatm y acuvista oriemada a la transformación social se llevaron a cabo en o
Sin embargo. si bien efectivamente no debemos caer en el academicismo desde el mismo lugar: el movimiento feminista. El segundo sexo de S1mone de
presuntamente desentendido del compromiSO político. tampoco el feminismo Beauvoir seria una excepción a esa regla. Las grandes teóricas femm1stas eran
puede ser mero activ1smo irreflextvo. Teona y praxis. accion y reflexión. son dos las propias activistas. las rni!Jtaotes de las organiZaCIOnes poht1cas ferrurustas
polos mdisolublemente enlazados. y el grado de elaboración teónca felllJmsta (cosa espec1almeme clara en el fermmsmo rad1cal de los sesenta: K. Millet. S.
en las rusnntas ramas del saber es en la acmahdad abrumador Ftrestone... ). Pero. de un tiempo a esta parte. la cJrcunstaocJa de que el mov1-
Es dificil estar al d1a en todos los terrenos abarcados por la teoria feminista. m1ento felllLOlsta sea el lugar tanto de la elaboración teórica como del acuvismo
por eso resulta irritante tener que discutir sobre feminismo con alguien que no político está viéndose trasformada. Por un lado. asistimos a la desmovilización
sabe nada de feminismo. Ciertamente. no se trata de flSica cuántica ni de arte soc1al general que afecta también al feminismo militante~: por otro. los prop1os
mozárabe. asuntos en los que la erudición ) el conocimiento especializado pue- logros del femimsmo hacen que el compromiso polltico femimsta sea percibido
den tener gran relevancia. sino de cuesuones eúco-poltucas que nos afectan a poi las proptas muJeres como algo que es menos urgente que en otra~ epocas.
todas las personas y en cuya d1scus1on toda la CJUdadama ha de partic1par. El fel1llmsmo se ve afectado por el rephegue en lo pnvado. Prop1cwdo por ten-
Ahora b1en. eso no Significa que no sea necesario conocer m1oímameote la~ dencias despolitizadoras tnunfaotes en nuestro~ d1as. lo pnvado e~ un ambno
aportaciones teóricas feministas para poder opinar con mímma solvencia al de la v1da que ofrece cada vez más posibilidades de acnvidad grat1ficame aun-
respecto: la democracia deliberativa necesita de una ciudadanía que no sea fun- que. desde luego. no todavía de forma igualitaria para hombre~ y muJeres. Si a
CIOnalmente analfabeta. todo ello añadimos la complejidad que por su parte ha adquindo la teona. el
Por eso. s1 bien en un contexto académico es necesario recordar el aspecto de resultado es que esta se va convtrtiendo cada vez más en un asunto de especia-
comproiDJso con la transformación soc1al que la teona femtmsta meludiblemen- !Jstas. todavía esta por ver con qué consecuencias (MENDEZ. :!00" ::!33-:!351.
tc conlleva. no podemos dejar de señalar tampoco la compleJidad alcanzada por La teoria feminista tiene sus prop1o~ desarrollos. unp!Jcac10oes y denvacw-
sus análtsts. Porque no siempre el problema es el acadeiDJc1smo: asisumos en nes en numerosas rama~ del saber (Antropología. Socwlog¡-.. Psicologia. Ec0-
determinados ámbitos a una sobrevaloración de lo práctico (frente a lo «mera- nomJa ... ) pero. como toda teoría política. encuentra la matnz de los conceptos
mente» teórico. que parece. sin más. una descalificación. por ejemplo cuando se
sollcita «menos palabras. mas hechos»). sobrevaloracion a la que. a veces. no es ' D1cho sea todo ello sm perJUICIO de la enuca que tamb1en merecerían de1enrunauos desarrolio'
teonco~ fe1IIlllJStas 1aunque no solo fetlllll1Siast mnece,Jnamente oscuros y e«>téncos como los que
awna. paradojtcamente. la Academia deru de un curso o de un manual que «es se hacen a veces <iesrie las p<>>letoneo- posmooema.. Aurora Levm:; Moraies se na releri<io al t<elit~>·
muy orácuco>• sueie converurse en una manera 1acnuca) de elog¡arlo. mientras ta falunaua.~ de la ¡er~ posmodema que hace que >tCa cada vez algo menos uceotabte hablar oe
que afirmar que «es muy teonco>1 es cas1 s1empre una obJeción t VIene a s1gnificar forma comprensible••ILFVISS. 2004,661
: E.stando va escma~ e~~ lineas enua en escen.1 el \1ovmuento 15-M con NesunueslOs v co¡¡-
aemaswdo teonco). En palabras de nuevo de Rosa Cobo: no puede haber una secuencla> por. io menos amb1guo•. desee el punto d~ VISta lemmiSt.;;.. pero cuvo alcance y :>emtoc
buena pracuca poliuca que no este sustentada en un adecuado anállsts teónco. estun todavta por defm1r
")")
SOCIOLOGlA \ GENERO CAP. l. PERSPECTIVAS TEÓRICAS FEMrNlSTAS 23

que elabora y maneja en el campo de la Filosofia. pamcularmente en el de la entre las panes contratantes y dejan al margen lo sobrenatural. El siglo xvrn es
Filosofía Politica. Los análisis de las teóricas feministas se han convertido en también conocido como (<el Siglo de las Luces>~. metáfora con la que se expresa
p~tos de refere~cia e interlocucion mexcusables en la teoría poliuca y en la el rechazo al «oscurantismo» medieval que se pretende combatir y superar con
enea contemporaneas pero no tenemos espacio aquí para referirnos a todos la «lUZ>) de la razón. De la misma manera la tradición y la amoridad irán pw-
ellos: habremos d~ elegir solo alguno de los posibles contenidos a la vez que gres1vamente dejando de ser fuentes de conocnruento y se establecerá con mas
muchos mas habran de ser descartados. Otros seran tratados en diversos capl- claridad la línea de demarcación entre conocimiento y fe.
tulos de este manual. La Ilustración afirmará también la unidad bástca del genero humano, desa-
Conviene añad1r, por últtmo, que la leona femtn1sta está cuajada de debates creditará como ilegítima la desigualdad y gestará la idea de ciudadano y sujeto
emre las distintas corrientes y planteamientos feministas. que s~n hoy conside- de derechos en oposicion a los estamentos del Anuguo Regimen. regidos por
rablemente plurales tunas veces polénucos entre si: otras. simplemente comple- leg¡slaciones diferentes. Sm embargo, todo esto se plantea ... en teoría, porque
~entanos): En ese senti~o, inevitablcmeme, optamos por determinadas concep- de {acto se excluirá de la ciudadanía te incluso de la humanidad mtsma. como
CIOnes femmtstas en detrunento de otras. Pero explicitar la parctalidad del prop1o oc~rre con las poblac1ones sometidas a esclavitud) a millones de seres humanos,
punto de .vist.a no uene que su~oner ignorar los demás sino, al contrario. plan- entre ellos las mu;eres, la mitad de la humanidad (BESSIS. 200~: LOSURDO. 2007).
tear los termmos de un debate mtrafemimsta que s1gue siendo, \ cada vez Jo es Aun as1. en el contexto de revolución y camb1o del siglo xvm. tan bench1do de
mas, .la <<llla:ca de la casa>• de un movumemo social y políuco q~e ha camb~ado retórica a favor de los derechos, la 1gualdad etc.. poner de maniliesto la incohe-
Yesta camb1ando la faz de la tierra como ningún otro lo ha hecho. rencia revoluc10nana. la distancia entre lo que se d1ce y lo que se hace. o las
contradiCCiones ad intra de muchos de los discursos que proclaman la igualdad
de todos los seres humanos pero deJan fuera a las muJeres. a los esclavos de
1.2. PRIMEROS PASOS: ORIGE:'-o'ES ILUSTRADOS DE LA VIN'DICAClÓ!\ ambos sexos ' a las clases subalternas•. en este contexto, dec1mos. hablar de
FEMINISTA Y FEMI!IiiSMO DECIMONONICO cosas como ((privilegios de cuna». ((derecho divino> . «aristocraciaH. etc., com-
ponara una considerable carga despecuva.
A pesar de que Siempre hubo muJeres que se revelaron comra la snuación de Las pensadoras y activistas femtnista.s aprovecharán ese estado de opinion
s~bordmación que padecían. el feminismo como movimiento filosófico y polí- generaltzada segtin el cual. ~ de forma novedosa. la desigualdad es ileg¡tima
tico. como corpus amculado de análtsJS -<iescnpuvo-) re1vindicac1ón -va- para. como ha expl!cado Amorós. apelar a la coherencia y no permitir que se
lorauva y performauva-. nace vinculado a las 1deas ilustradas. al eran mov1- de1e fuera del efecto ' la mf1uenc1a de esas 1deas a la mnad de la humanidac!
nuento ftlosófico de criuca y cuesuonanuento de las costumbres ~ las 1deas la~ mujeres~) a otros. grupos sociales!. Lo haran med1ante el procedmuemo de
heredadas que acontece en el siglo XVIII en Europa y que uene sus ·raíces mas la restgni{icacion No se trataba tanto de modilicar el contenido semamtco (o
mmed1atas en el humarusmo renacentista ~ en el raciOnaliSmo , el emp1rismo sumificado) de conceptol> como <ugualdad>l. «cJUdadama>•, ((derechos», etc .. o
de lo~ siglos amenores;. · d~ que esas palabras pasaran a significar algo disunto. smo. mas bien. de poner
La Ilustración es un momento o. me_¡o!. un penodo de la h1stona que suele de marufiesto que el re}eremr extralmgüiSttco ¡aquello que la palaora des1gna1
defirurse por su confianza en las capaCidades de la razon para explicar el mundo es mas ampho de lo que los revoluc1onanos estaban erronea e mteresadameme
natural y para organizar el soc1al. Frente a periodos anteriores en los que la suporuendo. ) abarca. debe abarcar. tamb1en a las mu_1eres Ciertamente. al na-
JUSuficaCJon del poder pohuco se habta remitido a la trascendencia" a la dtvt- cerio as1, el contenido de la deflmción nusma de lo~ conceptos de referencia se
nidad. la legmmi?~d pobtica se irá hac1endo poco a poco inmanent~. Progresi- ve modificado. es dec1r. los conceptos se redefmen en alguna medida ). en ese
vamente «DIOS>I tra pe.rd1eodo peso como instancia legmmadora del poder po- sentido. se (<res1gnifican» Cuando los revoluc10nanos pretendan que la$ 1dea5
lJUco ) el derecho d1vmo de los reyes. que suponia una relac1óo verttcal y de 1gualitanstas y universalistas no afecten a las muJeres. las íemmtstas los mcre-
desigualdad entre divinidad y criaturas). de paso. entre el soberano (que 1~ era parán por no ser rac10nale:; ni uruversabstas a pesar de proclamarse tates.), por
«por la grac1a de DIOS») y sus súbditos~ se vera sustnu1do por las teonas del tanto, por incoherentes .
contrato que, por lo menos formalmente implican honzonlalidad e igualdad
' En l<t Ene~cwpedta de D1óero1 y D'Alcmben se excluía expresamente óel mulo de ••e~udadano"
a l.l!> mu1ere~ a lo~ niños v a la serndumbrc
' Habna que añadl!'. tal vez. en la nómma de lo> precursores de la nustrac1ón a lo, liberunos ) 1\o seran sm embar~o las temm!Sta> la' urucas aue pondran en marcna el oracedtllllCntl• dt
barroc~ tal como lo plantea Mtchel Onlro1~ tO·m~A\ . 20091. la resl~mf¡cacJon: segun refiere Losurdo <<el Jacobmo Sonlhonax señ<tlu al hocrJI ) ponavoz de tos
14 SOCIOLOG1A Y GENERO CAP 1 PERSPECITVAS TEÓRICAS FEMINISTAS 25

Desde sus orígenes. la teorla y el acrivismo feministas se propondrán tanto tica inherente a la ilustración~ De como concibamos la relación entre feminismo
defender los derechos de las mujere~ como denunciar la mcoherenc1a y falta de e ilustración dependerá en gran medida la postura que adoptemos en debates
razón de quienes no quieren reconocerlos. Esta primera ola del feminismo se como el que versa sobre la multiculturahdad o sobre la eX1stenc1a de «valores
dedicará en buena medtda a rebatir los planteamientos de la reaccion antifemi- femeninos». ¿Habría el femin1smo de renunciar a las claves y los conceptos ilus-
rusta del momento: cada vez que en adelante el feminismo salga a la palestra y trados como «ciudadama>>. «derechos>,. «igualdad>•. «libertad>'. etc., por ser
cons1ga la más m1nima repercusión socml. uúluya en la modificac•ón de las estos imnnsecamente masculinos y patriarcales? ¿Es el femimsmo una radicali-
costumbres o tenga éxito en la defensa de sus planteamientos, la reacción en zación consecuente de los valores ilustrados o. mas b1en al contrario. ha de ser
contra no se hará esperar. una cntJca antiilusrrada de la Ilustración (valga el trabalenguas)~
En ocasiones se ha planteado la coexistencia ) competencia entre una Ilus-
tración «coherente>> frente a otra «rrusogma». Representantes de la primera se-
1.2.1. Una Ilustración «consecueme>) vs. rma lluslración «misógina» rian Olimpia de Gouges. escritora y acuv1sta durante la Revolución francesa.
criuca con Robespierre ~ autora de la Declaracion de los Derechos d(' la Mujer y
La relación entre femin•smo e iluStración está fuera de toda duda6. Sin em- la Cit1dadana que. como es sabido. fue guillounada en lo que se ha visto como
bargo. como venimos v1endo. no se trata de una relacion exenta de ambigüeda- una suerte ae presagio de cómo acabarían las esperanza~ que las muJeres hab1an
des y tensiOnes (Coso. 199:!: 119). El femmtsmo ha sido un «hijo no deseado» puesto en el proceso revolucionario: el marqués de Condorcet. uno de los pocos
de la Ilustración según Amelía Valcárcel: el «punto ciego de las luces>· para fllosofos ilustrados que pan1c1po acuvameme en la Revoluc1ón francesa y que
Cnstma Molioa; Oliva Blanco hablará de la llustracion «deficiente» y Amorós defendió el derecho de las mujeres a participar en la Asamblea9: y la autora de
se preguntará si el feminismo no es el «Pepito Grillm1 o. más bien tal vez. la la que se cons1dera obra cumbre del femm1smo ilustrado. 1'indicación de los
«Cemcienta» de la nustración y se refenrá a la relación femmismo/Tiustración derechos de la muJer ( 1792). Mary Wollstoncraft. qUJen pensó. por eremplo. que
como «amor ambivalente>¡ cuando no directamente «ingrato»' cab1a esperar que «el derecho d1vioo de los mandos. al1gual que el derecho dJ-
En todo caso. Occidente se ha caractenzado por violar sistemáucamente de vmo de los reyes. puede ser combatido sin peligro en este Siglo de las Luces».
hecho los valores que de palabra proclamaba y no solo por lo que respecta a la Pero esa Ilustración coherente se da al rmsmo uempo que \Y en pugna conl
exclusión de las muJeres de la cmdadan1a (BESSIS. 2002: 191. Ya hemos apunta- la Ilustración misógina. en la que hay que destacar el papel que desempeñó la
do más arriba que poblaciones enteras de América. África~ As1a fueron despo- obra de Jean-Jacques Rousseau (Coso 1Q95b¡ Ya hemos apuntado que las rei-
jadas no ya de sus derechos c1viles smo directamente de su condic10n humana. vindicaciones y los planteamientos ferrunistas producen Siempre una reacción en
Tan sangrantes mcoherencias generaron a su vez considerables canodades de contra. la reaccion m1sogma y antifemimsta del penodo ilustrado : revolucJO-
teona que. hac1endo un encaJe de bolillo~ mas o menos complicado a veces o nano echara mano de los planteamientos de Rousseau, gran msptrador de mu-
con brocha gorda y sm rubor epistemológico otras. pretendieron legiumar tales chas de la!> ideas revolucionaria~ a la \CZ que. paradójicamente. uno cie los
operaCiones de exclusión. Ho), dos stglos y med1o después de las revoluciOnes cnucos mas antiilustrados de la llustrac1ón. Pensador complejo. c1enameme.
norteamencana y francesa. la lucha por que la humanidad deje de ser. en la pero que no tendrá empacho en aparcar toda sof1Stlcac1on para cons1derar sml-
expresión de Sanre. 11ese club tan restnngído»' connnua vigente. ple y llanamente que los planteamientos •gualnanos por él defendioos no afec-
El debate que retomarán algunas comentes feministas de la segunda mitad tan al genero femenino. En la labor antifenumsta de Rousseau ~ de todo) lo)
del siglo XX se podna plantear precisamente en estos térnunos: ¿es la Uustrac1ón que le segmran despues. el concepto de naturaleza cumpiira un paoel esencial
mtrmsecamenre excluyente para con las mujeres (Y otros grupos sociales) o se>-
lameme lo ha s1do ae /recho. histoncamente. sm que se trate de una caractens-

colono> e-;clavtsw Barnave como "protector de la urr.srocraoa dr lo eprdcrmm t!!ual que antes el
abate Gregotre se habta pronuocaado contra 1~ «noblc:a de lo pu!i» (LOSUROO. :!007 l 49¡
6 As1 afarma Amaros: «de savaa ilustrada se nutria el femmt§mo oe:.de sus tOJCIO>>• IAMORO>. Todos los SIStemas de dommación suelen mostrar una 1mpenosa ne;;esidad
2005: -157• Pero tamb1eo ha habido aweo h.. audado de la vmcuiaCJoo teiDlDlSmo-llust.raCJón CFLAX. de legmmacion. Aunque drspongan de un poder no d•scuudo, parece que nece-
199:!¡,
' Ctr. respecuvamente VALC'-RCEL C200F 20-211. MOUNA CI9Q4 20-21 : 1'195: 18Q·216). SL"'-'·
O ¡qc¡.¡ 3i-4S!. A\IOR05(!99- 13i ss.. 2000:::3 s..: 199:!: 15f-·15'1! Condorcet se muestrJ coherente al sohcnar ouc se reconozcan los pnnCJpaos J1ustr.rdos n lo'
SARTRE, 1IJ6l. derechos de ellosemaoados1 no solo a las mu_1ere:. 'ano tamb1cn a 10' esciavo' ILoSl"RDC. 20 ~. 1481.
26 SOCIOLOGIA Y GENERO CAP l. PERSPECITVAS TEORICAS FEMINISTAS '27

s1tan convencer de que lo que hacen está de alguna forma justificado. Ello es Wollstonecraft pone de manifiesto esa incoherencia revelando la insistencia del
especialmente conveniente en momentos como el que estamos abordando. en los filósofo en defender una educación diferenciada para hombres y mujeres, que
que la subordinación y la desigualdad están Siendo deslegiumadas y puestas en inculque en ellas el sometimiento al varón. su papel secundario y subordinado.
tela de juicio. En efecto: si las mujeres son sumisas y pas1vas por naturaleza. como afirmará
El concepto de naturaleza ha sido probablemente uno de los más utilizados Rousseau repetidamente. ¿por qué hay que msistir tanto en educarlas cuJdado-
para dar legitimidad a lo que es «de hecho>> queriéndolo converur en «de dere- samente para que lo sean?
cho». en lo que «deber ser». Ya Aristóteles aftrmaba que las mujeres y los escla- La postura de Wollstonecraft prefigura ya elaboraciOnes teóncas postenores
vos eran «por naturaleza>> mfenores a los varones libres. Y lo hac1a frente a que. mucho después. en el feminismo del siglo xx. se desarrollarán mediante el
algunos sofistas que habían defendido que la situación de unas y otros respondia concepto de género (a su vez. avanzado tambien por Slillone de Beauvorr en El
a una mera convención establecida por los seres humanos y. por tanto, por ellos segundo sexo con su idea de que «no se nace mujer. [sino que] llega una a serlo)) l
truSmos revocable. Es decir. que mujeres ) esclavos. más que ser mferiores «por La polerruca sobre si la situación y la condic1ón de las mujeres responde a la (y
naturaleza>,. hab1an Sido convenidos en mferiores por otros seres humanos: solo a su) naturaleza. hoy hablaríamos directamente de biología o de genética. o. al
era una comingenCia hlStónca. algo que de becho hab1a suced1do pero que no contrario. es mducida o directamente creada por una determinada educación.
respondía a ninguna fatalidad natural. no tenia por qué ser asi. no era un des- hoy d1ríamos «sociahzacion de género>>. sera recurrente en adelante: se trata del
tmo Irremediable. famoso debate nawre I'S. nurwre. biolog¡a I'S. ambiente. determinismo biolóei-
Despues fue la idea de Dios la que ocupó el lugar preferente en la legitima- co l's. constructivismo soc1al. que ha enfrentado al femimsmo sobre todo c;n
cion de las lDJUStiCJas: las cosas eran así o asá porque Dios así lo quería, porque teorías que pretenden deslegnimarlo en su conJunto pero. también. en alguna
tal era su (samal voluntad. Pero con el proceso de seculanzacion de la Moder- medida. a disumas corrientes femimstas entre s1. Si bien ninguna de ellas acer-
rudad volv10 la naturaleza a ocupar el Jugar central en la legitimación de los tará que la des1gualdad social pueda fundamentarse en la naturaleza o la biO-
hechos. La acusación de 1r contra la naturaleza será dec1s1va para neutralizar logia. sí habrá qwen plantee desde el feminismo que las diferencias biolog1ca5
cualquier programa polítiCO transformador: la naturaleza se supone no puede entre hombres y mujeres. ligadas a la func1ón reproducnva, pueden tener reper-
ser modificada por la pohuca (V ALCARCEL. 1997: 75: 1994: 43, 70, 140). cusion en algunos aspectos de las identidades y subjetividades diferentes d~:
Celia Amorós ha explicado con detalle cómo en la llustrac10n la categona unos y otras. Ho) el desarrollo de las neurociencias parece estar contribuyendo
de naturaleza adopto un carácter paradojico y contradictorio (AMORós. 1985· con nuevas aportaciones aJ debate. Con toda la cautela necesana (que e~ mu-
'29-30: 2000: 2~. 35. 16'21: la naturaleza era lo que la cultura deb1a transformar cha) nos atrevemos a señalar llmJdameme que lo que están hac1endo alguno~
y domesucar pero también aquello a lo que regresar como se aprecia en el mito de los desarrollos mas solventes en ese campo es med1ar entre las posturas ma!.
del buen salva1e tan v1geme en esta epoca, por obra entre otros del propio Rous- deterministas defend1das en su dta por la sociobiOIOgia (segun las cuales <<bi<'-
seau: por naturaleza puede entenderse tanto aquello de lo que escapamo:\ como logia es desuno>')) el excesivo menospreCIO h1perconsrrucuv1sta para con las
aquello a lo que aspiramos, segun la idea de naturaleza que suscribamos. En ciencias naturales presente en algunos planteamientos de los estudJos soc1ale~
todo caso está claro que caben d1stmtas concepciones de naturaleza. concepciO· y culturales : en muchos análisis ferrumstas, segun los cuales «todo [s1c] es
nes que serán históncas. cambiantes. culturales: todo. menos naturales. Pero construccioo soc1al>> Nadie puede d1scuur ho) que el ambiente en que no~
tambien quedaba claro que las mujeres conceb1das como «naturaleza» (frente a soc1ahzamos, las expectauvas soc1ales y familiares y la educación recibida son
los varones. representantes de la «cultura>)) no se venan favorecidas por los dec1s1vos a la hora de configurar lo que somos. N1. desde luego, que 10 que el
camb1os valorauvos a fa\'Or de la naturaleza que. en deternunados contexto:.. ya ferrumsmo ha llamado <<socialización de género» nos convterte en hombres ~
no es aquello que la cultura ha de dominar. controlar ) domesticar. smo el pa- muJeres. La diSCUSión. en todo caso, versará en torno a como armomzar lo
radigma de ia humamdad pura ) libre. no contammada ni corrompida por las antedicho con Jo que la teoría de la evolución nos enseña acerca de la formacior
instituciones sociales. La misoguua ) el sexmno no ~e caractenzaran nunca por ) el desarrollo de ías especies (HABERMAS, 2006: 160-1611. Esta cuestión se ha
la coherencia. planteado también al hilo de las dJscus1one:. sobre la cond1c1ón transexua: yle1
Mar. WoUstonecraft, gran conocedora ) admuadora de la obra de Rous- transgénero. As1. se ha defend1do que ya no es posible afirmar que la clave estt>
seau. considerando inaceptables los planteamientos rousseaun1anos respecto al o b1en en la naturaleza o oien en la sociahzac1on de forma exclusiva ~ excluyen-
lugar ~ el papel de las muJerel> en la república. se v10 obligada a denunciar la te: ambos aspectos mcidcn en la configuracion oe lo que llamamo · homore <
falt, de coherencia del gmebrmo con sus propias pretensiOnes 1gual!tansras. mujer (WHTITLE. '2000: 8).
28 SOCIOLOGÍA Y GENERO CAP 1 PERSPEITIVAS TEORICAS FEMfNISTAS 29

La categona de naturaleza. en todo caso, y antes de llegar al s1glo x:x. será la educación. retomando una reivindicación en la que ya insistió Wollstonecraft.
el talismán de la reacción antifeminista en la misoginia romántica, seguidora en al trabajo. a la propiedad } a la administración de sus propios bienes.
grandísima medida de Rousseau. en autores como Hegel. Scbopenhauer o Kier- En esta segunda ola femmista el quehacer teónco ) acuvista ya no se duigi-
kegaard. Estos autores. como sucede en la dicotomía naturaleza/cultura. ubican rá únicamente a rebaur los planteamientos antifeministas. sino que se tra sumer-
a las mujeres del lado de la naturaleza y negaran que el pnncipio de individua- giendo también poco a poco en debates intrafeministas que empezarán a confi-
ción afecte al colectivo femenino: más que como individuos. las mujeres seran gurar dtstintas comentes en el mterior del moV!mtento. La d1versificac1ón de
percibidas por la misog¡ma romanuca como representantes (irrelevantes en tan- planteamtentos femintstaS y de debate entre ellos no dejara de crecer a partir de
to que mdlviduos) de un género esencializado 10• el gallinero en el que lo m1smo este momento.
da una que otra. Por lo demás. a partir de ahora será recurreme la imputación El sufragismo oorteamencano estuvo fuertemente vinculado a las organiza-
contra las femiDIStas de pretender acruar contra nawra lo cual. como dice Val- Clones antiesclavistas y las acuvtstas sufragJstas participaron desde el prmcipio
carcel con sorna. no es demasiado grave (V ALCARCEL. 1994: 439). en las luchas por la abolicion de la esclavirud. Pero cuando algtmas de ellas
acudieron como delegadas a la C01noencion Amiescla1•ista Mundial. celebrada en
Londres en juruo de 1840. se les negó la participación. Unos pocos varones m-
1.2.3. El femmismo decímonómco tervinieron a favor del derecho de las mujeres a participar. pero la mayoría
planteó que las mujeres no eran aptas para la vida pública. Ello debió ser un
En el siglo XIX los grandes movimientos emancipatorios buscarán radicali- golpe considerable para las feministas. que de esta abrupta manera supieron que
zar las demandas ilustradas y sacar todas las consecuenc1as de las 1deas alum- lo eran.
bradas el siglo anterior. sobre todo de la idea de tg:ualdad. Pero convtene 1r En 1848 tm grupo de alrededor de trescientas mujeres y algtmos hombres
señalando que entre los ideales políticos de la ilustración, paradójicamente retmidos en la primera Convención Norteamericana por los Derechos de la
entre aquellos que conforman el tríptico revoluciOnario («Libertad. Igualdad. Mujer. en Seneca Falls (Nueva York). presentan una Declaracwn de Senumiemos
Fraternidad») no se da una armenia preestablecida smo, más bien al contrarto. y Resoluciones. A diferencia de la Declaracüin de Olimpia de Gouges ) de la
numerosas tensiones y contradicciOnes. Así. las diversas concepciones políticas Vindicación de Mary Wollstenecraft. estamos ahora ame un texto de elaboración
que se desarrollarán a panir de ellas pondrán el énfasis en una u otra al precio colecuva. En su redacción mtervienen sufragistas famosas como Lucreua Mon
de relegar mevnablemente el resto (V ALCARCEL. 1993. 113 ss.). Los liberalismos y Elizabeth Cady Stanton. entre otras. Las sufrag:¡stas norteamencanas redactan
pondrán el acento en la libertad. sacrificando la 1gualdad. de la m1sma manera la Declaracion de Seneca Falls según el modelo de la Declaracíon de Independen-
que los igualnarismos ver:i.n en la 1gualdad condición sme qua non para la rea- cia norteamencana: si ésta había acusado al re~ del Reino ümdo como respon-
ltzacion de una verdadera libertad que no será considerada. de entrada. pno- sable de tma hlstona de «repeudas injunas ) usurpaCJoneSll. la Declaracion de
mana1. Seneca Falls acusara a los hombres de negar a las mujeres el derecho al sufragio.
En los países anglosajones (estamos pensando aquí fundamentalmente en de obligarlas a obedecer leyes en cuya elaboración no han participado y de
los Estados Unidos de América~ en Gran Bretaña) surg¡rán numerosas asocia- condenarlas a una suerte de «muerte civil» tras el matrimonio.
Clones que conformaran un acttvo movuruento sufrag¡sta. Las sufragistas pon- Se ha discuudo hasta qué ptmto el movimiento por los derechos de las mu-
drán todas sus energ¡as en conseguir que los ho) llamados «derechos de prime- jeres en Estados Unidos tuvo que ver solo con el machismo existente en el mte-
ra generación>> -los derechos c1viles- amparen a las mujeres. excluidas de la rior del movimiento antiesclavista. La Declaración de Seneca Falls. segun la
ciudadanía desde su nacuniento el siglo antenor. o solo el derecho al voto. teorica y acuvtsta Angela Davis. Ignoraba la situación de las mu¡eres blancas de
como su miSma denommacion de sufragJstas mdica. smo tambien el derecho a clase obrera as1 como la de todas las mujeres negras (DAVIS, 2004: 62). Desde
este momento se pone de manifiesto que las mujeres blancas que luchan por sus
derechos pueden no tener en cuenta (de manera consCJente o no) el problema
° Cfr:A\IOROs(l9S~
1
199" 4T-42&1. Pl.'LEOC2000:681. VALCARCELCI994 141.2008: 7Ss;.J del rac1smo. El famoso discurso de SoJOurner Truth en una convención de mu-
1
La fraternidad se convenua pronto en el pauto feo de la mada revoluc1onana, vagamente re- jeres celebrada en Ohio en 1851 es uno de los pnmeros exponentes de la con-
tomada eo nuestros dias con el nombre de solidaridad. A este respecto el fú6sofo pohuco Antom Ciencia feminista sobre las desigualdades y diferencias entri' mujeres. En la con-
Domenech dJscute el plante-.uruento de la tconca fCIIlllllSta Carole Pateman sc¡run la cual la íraterm<Ld.
durant( la Revolución tran~. lunCJonó como~ machista en la medida en que ~lo pretendJA 1~ vención. con ammo de bOICOteada. tomaron la palabra algunos hombres
IDCOrpol"'dCIOO a 1~ SOCJeaad etvil de los padres de familia (DoMENECH. 20M. PATEMAI'o.. 1995) contranos a los derechos de las muJeres. Uno de ellos defendió que era tmpen-
30 SOClOLOGlA Y GENERO CAP 1 PERSPECTIVAS TEÓRICAS FEMINISTAS 31

sable que las mujeres pretendieran votar cuando no eran capaces de cruzar un De la misma manera que el primer feminismo tuvo que enfrentarse al hecho
charco o subir a un carruaje sm la ayuda de un varón Sojourner Truth tomó la de que todas las mujeres (aristócratas. burguesas, plebeyas y clero femenino) fue-
palabra para poner de manifiesto que ella, nacida esclava y madre de trece cria- ran excluidas de la ciudadanía. el feminismo decimonómco hubo de hacerlo a las
turas vend1das la mayoría de ellas a la esclavitud. nunca hab1a s1do ayudada para acusaciOnes de las fracciOnes más antifem1nistas del movimlento obrero. según
esos menesteres sino que, al contrano, había trabajado tamo como cualquier las cuales el feminismo rompe la unidad de clase y establece una suerte de abanza
hombre. igual que hab1a soportado como ellos el láugo y. como repetía la mu- contra natura entre proletanas ) burguesas. A este respecto hay que subrayar el
letilla que hizo famoso su discurso, <<¿Acaso no soy una mu;er?» 1 ~. análisis de Heidi Hartman 1' según el cual lo que en realidad sucedió fue justamen-
En Gran Bretaña. después de que en 1866 el ftlósofo John Stuart Mill pre- te lo contrario. que son los varones (burgueses y proletarios) quienes establecen
sentara la primera solicitud a favor del voto femenino en el Parlamento y de que un verdadero «pacto patriarcal mterclasista» mediante la instauración del salario
rodas las acciones legales fracasaran y solo generaran burlas. el movitruento famihar; esto es. un salario para el obrero que le permita sostener a su familia
sufragista se rad1cahzó y se hizo más combativon. Emrnelioe Pankhurst. la líder manteniendo a la muJer en casa para que atienda las tareas domésticas sin remu-
del ala más radical. las «suffragettes». fundó en 1903 la Unión Pohuca ) Social neración a cambio de la manutención y el alojamiento (HARTMANJ'.;, 1980).
de las MuJeres. No queremos terrnmar este apartado sin hacer una referencia. aunque sea
Pero el movimiento sufragista no será el único proyecto feminista que cono- sumaria. a la lucha que por el derecho al voto de las mujeres lleva a cabo en
cerá el s1glo XIX. En el mtenor del movimiento obrero surgrrán voces que pon- España Clara Campoamor. A fmales de la segunda década del siglo xx. en un
drán de manifiesto la desigual inserción de mujeres) hombres en la clase traba- contexto de asoc1aciorusmo femenmo y femmista crec1ente. av1vado por el rec{)-
tadora. El soc1ahsmo utóp1co, el marxismo, el anarqu1smo. todos ellos se verán nocimiento del derecho al voto de las mujeres en algunos paises. el debate sobre
·obligados a abordar «el problema de la mujer». inaugurándose un debate. tanto el sufrag¡o fememno esta también presente en la calle y en la prensa españolas
en el seno de la 1zqmerda como en el del feminismo, sobre CUéil es la relacion (DURAN y LALAGUNA. 2007: 13-20). Proclamada la República en abril de 1931.
entre ambos. IZquierda y feminismo o. utilizando una terminología posterior. en mayo se modtfica la Ley electoral estableciendose que las muJeres puedan ser
cuál es la vmculación emre opresion patnarcal y opres1ón de clase. entre patriar- elegibles. Se convocan elecciOnes a Cortes Consutuyentes y Clara Campoamor
cado y capitalismo. Con otras palabras. por lo que se refiere al debate entre fe- resulta elegida diputada en las ustas del Partido Radical Vemtiun diputado~
mmistas. cuál es el ongen de la opres10n de las muJeres. Porque Sl cons1deramos toman parte en la Com1sion encargada de la redacción del proyecto de Consti-
que tal origen está en la propiedad privada. como había defendido Engels 1 ~. la tucion. entre ellos una sola muJer. Clara Campoamor La comis10n presenta a
conclus1ón sera que acabando con esta acabaremos con la subordmación de las la Cámara el texto para que sea debando. Campoamor defiende apasionada-
muieres. de manera que la lucha feminista se vería relegada ~ subordinada a la mente el sufrag1o femenino en el debate consmuc1onal Como es sab1do. el ar-
lucha de clases. mas amplia. y que mcluma a aquélla. «Lucnemos por el socia- gumento de la 1zqwerda contraria al voto femenmo es que las muJeres. baJO la
lismo. y la emancipación de las mujeres se dará sola». viene a ser el planteamien- influencia de los confesores ) por tanto de la lgles1a. votarán a la derecha
to. Las ieministas soc1ahstas del momento (AleJandra Kollonw. Clara Zetkm. Campoamor argumentará msJstentememe que el derecho al voro de las mujeres
entre otras) pensarán sin duda que la liberación de las mujeres no puede darse no es una cuestión de com•emencw pohnca smo de prmc1pwlcas1 se áina ético
en el marco de un SIStema capitalista. pero no veran tao claro que sea una con- y prepollllco) ), por tanto. 1rrenunc1able. En deliniuva. que no se trata de unt~
secuencia automáuca de la revolucion soc1ahsta. La histona confirmará. por lo mercadería poiiuca con la que negocw
demas. que soc1ahsmo no Implica necesariamente Llberac1ón de las muJeres()
desde luego. está por ver que liberacion de las mujeres implique «socialismo» o.
en general. aboi.Jcioo de las clases sociales). 1.3. SIMOl>I"E DE BEAl'VOIR 'l LE DEL'XleME SEXE

A partir oel reconoCimiento del derecho al voto ae las muJeres lque no se


1~ 1ruth. So¡ourner· ccAm't 1a woman?H discurso disponible en lrnea http:/lwww.iemmist.coml completará en Europa basta fecha tan tarwa como 1971. año en que se rec0-
re.;ource;Janspetthlgen wonvsoJour.hun !acceso 16/10!:!0 1o¡
' En relacJon al sufrag¡smo se puede consultar VALCARCEL (2008: i7-91); SANCHEZ (:!001 17· 1 Cfr. tamb1en. AMOROS (2000 34:) 2005: 318 S$.). 4u1en exphca cómo H Hanman «bnn·
73): DL MIGUEl (2000: 126-2351: MrYARES (IQ94 71-85): DAm 20114. á.. relevantes. elementos áe refleAJon para desmontar e· IÓp1co patnarcal. es~m1do tantas ve·
'- En su ic1mosa obra El orr!{rn de /afamÜJil la prop1cdati pma.uz _,.ti Esrado temttn numerosas ces po1 Cierta ¡zqu¡eraa tradiCional. oe que e, el temm1smo lo que d1vide a ¡,, ciast obrera•·
ediCIOne" en castellano. en la B1bhografía se proporCionan las reterenc1a~ de una de ellas). (AMORÓS. 2005: 3~2 1
SOClOLOGIA Y GÉNERO CAP l. PERSPECTIVAS TEÓRiCAS FEMINISTAS 33

noce tal derecho en Suiza) el movimiento feminista entra en una fase quepo- mano. ¡,Sera cobarde? ¿Será valiente? Será lo que haga de si mismo. Es decir.
dríamos caracterizar como de repliegue de velas. El debate y la lucha por los para los existenctalistas el ser hwnano primero ex1ste y después se va defmicndo.
derechos de las mujeres no volverán a la palestra hasta despues de la segunda va construyendo lo que es «eligiéndose con sus compromisos>>. Pero. planteara
mitad del siglo xx. con la irrupción de la tercera ola feminista en los años se- Beauvo1r. en el caso de la muJer ¿es esto así? Para la mujer se ha troquelado una
senta. Sin embargo. en la parttcular travesía del desierto de las reivindicaciones esencia !desde los mitos del eterno femeruno) que define con prec1s1ón en qué
feministas a mediados del stglo pasado. ocupa un lugar sm parangón la filoso- conststc ser mujer. qué es lo femenino. una definición que prefigura un lugar
fía existencialista de la pensadora francesa Simone de Beauvoir (1908-1986). prácuco y s1mbólico para las mujeres desde construcciones hechas por los hom-
cuya obra El segundo sexo. publicada en 1949 (solo cuatro año~ después de q~e bre~ Y si las muJere~ concretas de carne y hueso no cumplen con ese modelo de
las mujeres consigUieran el derecho al voto en Francta). tendra una relevancta feminidad no es el modelo lo que se modifica (el mno). sino que son ellas las
capital para el desarrollo y la evolución de la teoría ferrunista postenor CPULEO. penaltzadas. Es dectr. en el caso de la mujer hay una esencia que es operativa en
2000: 110). las ex.~stentes mdividuales. de manera que la ex1steoc1a concreta de las muJeres
Según afirma Maria Teresa López Pardma. El segundo sexo .s.lgue Siendo. el es lo de menos (por eso las mujeres son en el patriarcado intercambiables. indlS·
más exhaustivo anáhsis de cuamos se han hecho sobre la cond1c1on de la muJer cernibles... idénuca.s. utihzando la terrn.inolog1a acuñada por Celia Amorós:
en las sociedades occidentales. que abarca todos los aspectos del problema Ydel tanto da una que otra). En el vocabulano de la teona femm1sta contemporanea
cual son deudores (bien para confirmarlo, bten para dtscutirlo) todos los plan- dinamos que aunque existen dos géneros (mascultno ~ femenino) estos no son
teamientos posteriores (LOPEZ P'\RDII\~ 19991. t..o podemos m pretendemos s1métncos. En El seg-undo sexo BeauvoJr explica que el hombre es libertad. exL~­
hacer más que una muy sumarta lY simplificadora) aproximación a la obra. de tenCia. no ha) una 1<esencia mascuhna)) prefigurada como en el caso de la mujer
Beauvoir. A pamr de la constatación de que tustoncamente la muJer ha stdo (y. si existe una definición de qué es ser hombre. ésta mcluye la libertad. no
convertida en el Otro absoluto por el hombre. Beauvorr mdaga en la b10log:ta. existe el «eterno mascultno)) ¡
la antropol01na. el psicoanálisis. el materialismo h1stónco.... es decir. en todos
los campos del saber. buscando porques. anahzando todo lo que ha stdo dicho
para explicar y justificar la situación de las muJeres. Porque «para p~~~r la 1.3.~. Excursus: ef wncepto de género avant la lettre
mfenoridad de la muier. los antifemmistas han apelado no solo a la religJOn. a
la filosofia y a la teoiogta como antes, smo tamb1en a la c1enc1a: biolog1a. psi- Ahora bten. esta esencia femeruna que a menudo ahoga a las mu;ere~ con-
cología. etc.>~ (DE BEAUVOIR. 196~: ~91. cretas no responde a una secreción hormonal. Con su famosa afirmación. en el
arranque m.tSmo del segundo volumen de Ef segundo sexv. de que «~o se nace
muJer. [sino que] llega una a serlo)). Beauv01r se adelanta en décadas a los desa-
1.3.1. El (yemimsmo existencialiscw• de Simone de Beau\'Otr rrollos del que será después concepto central en la teoría feminista. el conceptc
de genero: esa suene como es sabtdo de «construcción cultural operada a través
Se!riJn Jean-Paul Sartre todos los existenc1alismos comc1den en afirmar que de la educación ~ el adiestramiento desde la más temprana edadH (LOPEZ PAR·
en el ;er humano la extstencia precede a la esenc1a (SARTRE. 198:!: 15-16). Eso DINA. 1994: 111 ).
no pasa con las cosas 11' Cuando alguien fabnca un libro. por ejemplo. ya uene Hoy entendemos con cierta rap1dez que género y sexo no son smónimos. por
una 1dea de como va a ser ese libro que todavta no existe. De hecho. lo fabnca mucho que los entes extralingütsucos denotados por esas dos palabras. es dec1r.
conforme a ese modelo que prevtamente uene en la cabeza Con el ser numano la extension de ambos conceptos. casi comcida. El feminismo ha consegwdo que
parecía que octmía lo mismo: Dios era el creador que habia hecho a los sere:. se dimngan las diferenc1as entre hombres y muJeres que responden a la natura-
humanos (su~ «cnaturas))) contorme a una 1dea o modelo. Pero a parur de la leza (la biolog1a. la geneuca 1 de aquellas que ~on establectdas por la soc1edad ~
tdea de que «DIOs ha muertO>• podemos afirmar que el ser humano no uene una aue no son oor tanto nt irremediables ni tnamO\ibles. Y se trata de d1sttngutrlas
esencia ~pre-establecida. inmutable) Cuando estamos ante un recién nac1do no porque confundiendolas. de forma nada mgenua por cieno. se ha quendo prt-
sabemos que va a ser de él o de ella, lo que vaya a ser no esta dcfmido de ante- senwr como narurallo que uenr de hecho un ongen ~ una genes1s soctal. A 10
que se basa en la naturaleza lo llamamos «sexo» ) a lo que uene ongen soCial
•• En e1 cas"' de Jo~ animales la nescnCJ.a~ ia confl¡rurnria la oaturalez;.. la especie a IJ que pcr· «género' . Ser macho o hembra sena una cuestión btOiógtca. de nacimiento
teneceo ) el msumo. Devemr hombre o mu1er sena producto de una determmada socialtzacJOn. de
34 SOCIOLOGIA Y GENERO CAP l. PERSPECTIVAS TEORICAS FEMINISTAS 35

una educación persistente y tenaz interiorizada inadvertidamente. Claro que la realizarme como proyecto»: si quiero escalar una montaña \ so\ asmauca tendré
mayona de los seres humanos nacidos varone~ acaban stendo, por efecto de la que cargar con ese hecho... pero según Sartre soy tan libr~ d; hacerlo como el
educación diferenciada. hombres y masculinos, igual que la mayoría de las na- alpinista. Para él la snuactón es siempre construida de diferente forma según el
cidas hembras se convienen en mujeres y femeninas. Pero no siempre es así. Ki modo en que es asumida (rebelándose. aceptandola. JUstificándola ... )
stqwera es oportuno añadtr mecárucamente al sexo ~ al género una determma- Si la libertad es. como queria Sanrc. «lo que nosotros hacemos de lo que han
da onentacion sexual. que es lo que a muchas personas les vendni a la cabeza hecho de nosotros)). para Beauvoir. sm embargo. <da libertad de los humanos es
al admitir que efectivamente hay mujeres mascuitnas y hombres femeninos: mfmita. pero las posibilidade~ que se les ofrecen de encarnarla («sttuaetones>>) son
tdentidad sexual (cromosomas, gónadas. gemtales). tdenudad de genero (sentir- finitas) puedenaumentar o disminuir la libertad desde el extenor del sujeto(. .. ).
se hombre o mujer) y orientación o preferencias sexuales, casi siempre se super- no podemos inctdir en la libertad de los otros. solo en su situación» (LóPEZ PAR-
ponen de forma lineaL pero no siempre, porque la feminidad y la mascuhmdad DNA. 1999· 30). Ella pondrá en cuestión el margen de mamobra que tiene un
no se hallan exclustvamente baJO la tutela de la anatomta. de lo b10log:¡co. Mas- esclavo o una muJer en un harén. Hay S1tuac1ones de tal calibre que pueden lle2ar
culimdad y ferrunidad son modelos ideales que se realizan en las personas con- a bloquear la libertad de forma que esta resulte prácticamente desacuvada. Sobre
cretas como caractensticas de grado. no absolutas: se puede ser más o menos esta base es posible hablar de una jerarqwa de situaciOnes (LoPEZ PARDL'~A. 1999
femeruna o mascuhna. cosa que es algo mas dificil afirmar respecto de hembra 31 ). «Lo que han hecho de nosotras». en el caso de las mujeres tiene un peso
o macho (cuando se afirma de un hombre que es <G1lU) macho» se está diciendo enorme. del que no siempre es facillibrarse. En definitiva. para Bcauvotr la situa-
precisamente que cumple con el estereotipo de mascullmdad). ción. ese marco en el que se ejerce la libenad. no es en todos los casos del!DlSIDo
Pero a parur de este punto la teoría fem.imsta deJará de ser unárume en lo que grosor. las posibihdades de todos los seres humanos no son las mtsmas. algunos.
se refiere al género. Partiendo del rechazo de las formas tradicionales de femini- lo~ desfavor~cidos. necesitan hacer ingentes esfuerzos para llegar a lo que para lo~
dad y masculinidad compartido por todas la:. ferrumstas. caben dos planteamien- mas favorectdos es el punto de panida. Todo ello no ema. sm embargo. que S1-
tos ferrumstas al respecto: para unas se tratara de crear modelos de femmidad ) mone de Beauvoir se pronuncte respecto a la complicidad que en ocasiones las
masculinidad no jcrárqutcos, de redcfmir que es ser mujer y qué ser hombre mujeres muestran para con la propia situación IAMORÓS. 1997: 383). AJ fin,. al
mantemendo ambos polos: para otras. el ob_1etivo sera dtsolver todo modelo de cabo el existenciausmo es una filosofia de la libertad... \ de la responsabilidad.
genero y deJar aflorar una mdividuahdad no marcada genencamente. porque no
cabe division en dos géneros de los seres humanos que no sea jerárquica. Lo se-
gundo parece más dificil (lo cual no significa necesanamente que sea menos de- 1A. LA TERCERA. OLA EL ARRAI\OLE DE LOS FB11SIS\10S
seable}: a lo pnmero. en cambio. estamos astsuendo de un uempo a esta parte. DE LA SEGL'l\ DA MITAD DEL SIGLO XX
lo cual muestra que feminidad y masculinidad no son secreciOnes hormonales.
A pesar de su capacidad explicau\'a. sm embargo. el concepto de genero Despues de E! segundo sexo el fenumsmo reaparecera a partir de la segunda
presenta una carencia: no alude a la orgamzación JerárqUica de los generos. rrutad del siglo vemte como movimiento soctal articulado en orgamzacJOnes
condicion ésta que es necesario hacer explícita hablando de desigualdades de con agenda política y reivindicauva A parur oe ese momento la pluralidad de
genero. 1\o hacerlo puede llevar a considerar erróneamente que la diferencia concepciOnes femmlStas ~a amenormeote msmuada s~ profundizará basta m-
entre los generos responde y se hmtta a atributos «complementarios)) que no veles Insospechados. La maraña de plantearmemo~. los desarrollos que cada
comportan desigual reparto de poder o de reconocimiento simbólico ) material. uno de ellos va proptctando e incluso las en ocasione~. desde nuestro punto d~
Como queda dtcho mas arriba. algunas comentes feministas plantearán. sm \'!Sta. nada febces denvas que Irrumpirán en el panorama teonco : pohuco a
embargo, que no es posible una organizacioo social1gualnana : no Jerarquica partlr sobre tOdo de los años sesenta, son de tal complejidad y vanedad que nu
de los géneros. dado que la subordinación de las mujeres es mtnnsecamente podemos aspirar Siquiera a menctonar cada una Ot' las comentes Jemmtsta~
atribucion de un genero soctal al sexo b10logJco contemporanea~. A parm de ahora caorá euquetar al femmtsmo no solo com,.
Retomando los planteamientos extstenciahstas de Stmone de Beauvo1r. aña- liberal. soctahsta o radtcaL se podra hablar tambien de femmtsmo de la tgual-
diremos que tamo para Sartre como para Beauv01r no hay libertad sin suuación. dad frente a feminismo de la diferenc1a 1-. de ferrurusmo ilustraoo ~ femmtsmo~
concepto fundamental en ambos autores pero entendtdo de manera dtversa por
cada uno de ellos (AMOROS. 1991 . 3!1:?-383). Para Sartre la snuacion. producto 1
' En un pnmer momento el debate ¡urara en torn'' a si lo' ob1euvos del temuusmo j((COIDt·
de la contingencia. es «aquello con lo que uene que cargar mi libertad para queremo> ~cr>>l han de emenoers: en termrno• ae tgualdad o d~ duerenct.t respecto d lo< \'arone,
36 SOOOLOGIA \ GENERO CAP. 1 PERSPECTIVAS TEORICAS FEMINISTAS 37
posroodernos o poscoloniales. cultural. matenalista. comumtansta. muh.icultu- contra el d1scurso fem.intsta. buscando la vuelta al bogar de las muJeres esta-
rahsta. serán algunos otros adjetiVos que cabe aplicar a los análisis feministas. dounidenses. A diferencia de lo que ocurrió en la época ilustrada. en la que.
Los planteamientos de la ética del cu1dado. del pensamiento maternal o del como hemos visto. hubo un autor clave en la elaboración del d1scurso reacnvo
lesbtan1smo político se cruzarán con los amenores y también con los plantea- ) reacciOnario m1sógino (Rousseau). en los años que Fnedan analiza. lo que
miemos del ferrúmsmo queer, dibujando un tupido panorama de perspectivas aparece es un enorme complejo de diversos discursos que se complementan \
fem1mstas sobre cuestiones tan controvertidas como la sexualidad. la porno- reaíirman sm foco princ1pallocahzado~ revtstas de dtvulgación. programas d~
g:rafia. la prostttuc1on o la v1olenc1a contra las muJeres. entre otras muchas. radto y televisión. discursos «Científicos>> más o menos divulgativos. El elo!!io.
Retomando debates ya presentes en el feminismo decimonóntco. dilucidar de la promoc1ón } la machacona msistencia en la «mistica de la feminidad» e~ la
qué manera se cruzan e mteractúan los sistemas soc1ales que subordman a las reaccwn patriarcal contra el sufragismo ~ la incorporación de las mujeres a la
mujeres con los que propician la explotación económica o la relegación de las esfera pública y al trabajo asalariado durante la Segunda Guerra Mundial. Es
culturas no hegemómcas serán algunas de las cuestiones también sujetas a un discurso que identifica a la muJer en exclusl\a como maore) esposa. cer-
debate y a controversia. Debate que se ampha con la discus1ón sobre cuál debe cenando toda posibilidad de realizac1on personal y culpabihzando a todas
ser la relación del movim1ento feminista (en los sesenta euquetado como aquellas que no son felices viviendo solamente para los demás 1'. La manifies-
llomen's Lib.: Movmuento de Liberación de lals MuJer/es1t¡ con los otros mo- ta ) notona insausfacc1on de las mujeres con su papel de amas de casa. espo-
vimientos de liberac1on. sas y madres será caracterizada por Fnedan como «el problema que no tiene
Pero vayamos por panes. Se puede deetr que. de alguna forma. el femims- nombre>·. Nuestra autora proporcionará nuevas claves para comprender dicho
mo contemporaneo arranca de la lectura de El se.f!wrdo sex(l ~ la renex.ion a problema. que uenen que ver no con que las muJeres no cumplan bien el rol
que da lugar entre sus protagomstas. en gran medida «hijas de Beauvoin> que se les impone. sino con las propias caracteristicas de dicho rol. que conci-
(VV. AA. 198&: PLLEO. 2000 110- 1111. Si b1en lo que suele denommarse «ter- be a las mujeres como seres humanos castrados e mcompletos. sm proyecto
cera ola>• femtntsta se vincuta a menudo al fen11rusmo rad1cal que surg1ra en vnal prop1o.
los años sesenta y setenta. no podemos olvidar que este es en alguna medida La obra de Bett) Friedan en general ) La m1s1lca de la (emmidad. en par-
una respuesta al feminismo liberal que tambien se gesta en este momento ticular. es considerada un hno en el desarrollo de las tdeas fem1rustas v no
abundando. como decimos. en la vanedad de planteamientos y perspecnvas creemos exagerar al afirmar que se trata de un clásico dentro del femmi~mo.
polittcas femmistas pero también ha recib1do numerosas criucas desde determmadas cornemes
femirustas. !i1 b1en no l¡¡ úruca. una de las mas rad1cales v contundentes es la
que hace bell hooks (19841. Segun hooks el anahsis de F~iedan «se relena d..
1.4.1 El Jenumsmo libera! Beul' Fnedan t The Feminine hecho a un grupo selecto de muJeres blancas. casadas. de clase medta o alta ,
Mysuque r 1963 con educacion uruversnaria: amas de casa aburridas. hartas del ttempo libr~.
del hogar. de lo!. hiJOS. del consum1smo. que qu1eren sacarle más a la v1da. [...]
Ben~ Fnedan con su obra La misttca de- la Temmidad retoma el hilo e tnC!· [Fnedan] no hablaba de las muJeres S1D hombre. ni hiJOS. m hogar. Ignoraba
de en algunas cuesuones planteadas en El segundo sex(l pero no yu en clave la existencia de mujeres que no fueran blancas. así como de las mu¡ere blan-
filosófica. smo de anáhs1s soc1al. Fnedan. considerada una de las representan- cas pobres. !\o dec1a a sus lectoras s1. para su reahzación. era meior ser sir-
te~ más 1mportames del fem1rusmo liberaL analtza con detalle la ingente y vienta. niñera. obrera. dependienta o prostttuta que una oc10sa a~a de casan
perststente produccion de mensaJes lanzados por la maquinaria mediática ~ IHOOKS. 1984: 33-341 Sm embargo. desde nuestro punto de VISta. esta consw-
pubhcttana que despues de ia Segunóa Guerra Mundial se puso en marcha tacion. con ser pemnente. no mvalida completamente la relevanc1a de la oora
de Fnedan para el feminismo· la limita, la sitúa. denuncia incluso que d1cha
obra no llene como referente a todas la:. muJeres. como pretende. sm0 solo a
en un momentG postenor en torno a SI (1 d1a¡mósu~o '"cóml .omos~• debe bac~;;. enias1s en \¡,
1denudad 1comoanida por toda~¡ o en la d1vers1dad (\ \," óesJgualaadesl entre la~ prop1as mu¡eres una parte de ellas. No podemos extendernos sobre el pamcular. pero no qut-
\. correlatl\'arnente. entre los hombre> CMALOONADO IQ1lQ¡, remos dejar de apuntar que una cnuca s1milar a la que beU hooii.s hace a Bett'
• En un pnmer momento un.. concepoon mas e-enc1al!sta ' meno, consciente de 1a dJVe!'>1dad Fnedan la han hecho tambien otras muchas muJeres perteneciente¡, a grupo~
consmuuva óc la categona <<mu¡crC'~ · atr.r. e-.~da, tanto por d!lerencla> ennquecedor:h COmC\ por
oe~•~ualdacles menos pr(~enlllble>. h1zo qu~ st> hablara ~1 meno' en castellano. de Mcwurucnto de
LlocracJón de /¡1 .\zu¡rr ICtr. al rcspc:.:to '1'\ALOO'\.\D ::!009¡
3S SOOOLOGÍA Y GENERO CAP 1 PERSPECTIVAS TEORICAS FEMJNISTAS 39

que no se han sentido representados en el discurso feminista hegemónico (por Del m1smo modo que en su d1a el sufrag1smo nació vmculado a la decep-
eJemplo. las lesb1anas, las muJeres con discapacidad: las JÓVe?es, las ~gran­ ción que las mujeres sufrieron en el movimiento abolicionista. también ahora
tes20). Ello ha ocurrido además en un contexto fllosof¡co-pohuco de cnuca a sera dec1s1vo el descontento de las militantes de Jos nuevos movimientos socia-
la Ilustración y al valor ilustrado de la igualdad y de reiterado enfasis posmo- les por el trato que reciben de sus compañeros de lucha y la perpetua relegacion
demo o comumtansta de las diferencias. Hasta tal punto que a veces hemos de sus prop1os mtereses ante re1vmdicaciones consideradas (por los varones)
aSIStido a una alabanza indiscriminada de toda diferencia. a una celebración ,<más Importantes». A la vez. igual que las pioneras de la revolución francesa
acrinca de lo d1ferente. No se nos debena olvidar. en este punto, que ha) di- utiliZaron ellengua.1e) los terrrunos revoluciOnarios para poner de manifiesto
ferentes diferencias: no todas deben ni pueden ser reivindicadas. Desde una la mcoherenc1a de qUienes pretendían exclUirla~ tambien ahora las feministas
perspectiva emanc1patoria hay algunas diferencias con las que ha) que ac~bar. rad1cales utilizaran el lenguaje político en boga en este momento para denun-
Por ejemplo. las desigualdades. Por eso fue preciso aclarar que lo contr~no de Ciar. por eJemplo. la colom:ación de los cuerpos de las muJeres. la exploTación
la igualdad no es la diferencia. smo la destgualdad. que la re1\tnd1cac1on de sexual. la supremacw masculina o la dommación patriarcal... (MILLET. 1995.
las diferencias (o de la diferencia) no invalida ni contradice la reivindicación \'ALCA.RCEL 20081 La «revoluciOn sexual>• que presuntamente acontece en
de 1gualdad. De lo que se trata es de que las diferencias 1aquellas que son esos momentos no se librará tampoco de la visión crítica de las feministas. que
reivindicables) com·ivan. en todo caso. en un plano de igualdad irrenunciable pondrán en cuestión que las muJeres se vean beneficiadas por la (digamos)
(MALDONADO, 2009). liberalizacion de costumbres que dicha supuesta revolución sexual traJO con-
sigo. Las femm1stas denunciarán los componentes sexmas y androcéntncos de
las nuevas (aunque no tanto) concepciones sobre sexualidad. Precisamente.
1.4.~ El femmismo radical y los nueros mowmiemos sociales: <<lo personal mro de los textos fundamentales de este momento. La dialécTica del sexo. de
es polí1 ico» Shulamith Firestom> lded1cada por su autora a Simone de Beauvmr) mcluye
nada menos que un capnulo de anáhsiS pohuco del amor. «baluarte de la
El contexto en el que aparece el feminismo rad1cal de la tercera ola son las opresión de la~ mujeres» ( FIRESTOM. 1976: 1591 Áreas de la \'ida que tradi-
revueltas sociales de los sesenta. de las que se puede dec1r que en buena medida CIOnalmente se hab1an considerado aJenas a lo pohtico son escudriñadas aho-
el feminismo contemporáneo arranca. En Europa (aunque no solo. tambien por ra desde esta óptica. Las radicales. en consonancia con algunos autores de la
eiemplo en Mex1co) el momento álgido de tales ren1eltas tendra lugar durante escuela de Francfort. prop1c1an una redefinicion de lo pohtico. Seg.un ellas. el
~vo de 1968 1el mavo francés). Los teóricos de la revuelta estudianril del 68. anáhsis políuco es pertinente alh donde el poder entre en JUego (PULEO. ~005.
las ·consumas , la retórica de ese mov1m1ento es tan en estrecha relac1ón con el 51 l y eso no sucede solo en el ambito público. smo tambien !especialmente en
freudom;rxi~o (deudor crnico del marxismo y del psicoanálisis y tambien con una soc1edad de dommac10n patnarcalJ en las relaciOnes personales entre
numerosos ecos roma nucos) de autores como Herbert Ma reuse. entre otros. Pero hombres ) muJeres. Con la consigna de que «lo personal es político» (que re-
no solo el mavo francés es reflejo de v úene su eco en el femmismo radical. cuerda a algunas de las houwdes paradoJICas del 68 upo «seamos realistas.
también las lu~has al otro lado del Atlántico (Cierto que segu1mos en el henus- p1damos lo imposible») las rad1cales resum1rán de forma contundente ~ pro-
ferio norte) por los derechos civiles de las personas negra~ por los derechos de \'ocativa una buena pane de sus planteamientos. Afirmanao que lo personal
los homosexuales (STONEWALL). la opos1cion a la guerra de Vietnam. etc.. están es político el femimsmo radical rompe además con la dicotoiUJa upicamente
de alguna manera presentes en el ferrumsmo radical. Este es el caldo de cultivo liberal de las esteras pnvada ~ pubhca CPuLEO. 1995. 241. ") es que otro com-
ae la llamada Nueva IzqUierda que, como los movmuentos sociale~ de su órbita ponente rele\'ante del femtmsmo radical al que ya hemos aludido ha~ que
(además del femmista. el anúrracista. el estudiantil. el pacifista). tendrá una de buscarlo prec1samente en la cnuca que las radicales hacen al femm1smo liberal.
sus caractensucas fundamentales en su marcado canicter conrracultural (DE As1. Kate Millet hab1a s1do primero militante de NO\\ perc se mcorporara
MlGt:'EL. 199S ~39). despues al grupo de temm1stas radicales «Nev. York Rad1cal Women>1. funda-
do en 196~ por Pam Allen y Shulam1th F1restone CPnEc. 199-t 1~3-144 )
Segun ellas. el femm1smo libeml no era lo suficientemente contundente en su~
ll> En reuhdad. para no caer en un e)Cnciahsmo s1milar al que se pretende denunciar sena mus anáhsis de la s1ruac1on dt las muJerc) ni en sus propuestas pohuca~ para aCil-
apropiadc> dectr a/VWUIJ lesbaana!.. alguno.· inu1e~ ron dtseapac1daé. ai~WUJ< .1ovene aJ~wta.l llll·
¡rrante;. dado que nmguno de esto> grupos de mu¡eres hablan con una sola \OZ na deJan de estar. u
bar con la subordmación fcmenma. El femm1smo liberal consideraba suficier1·
su \'CZ, atravesados por diferencia> ~ deSJ!!Ualdades. te el reconocimiento de una sene de derecho~ tormales para las mujeres perc.
CAP l. PERSPECITVAS TEÓRICAS FEMINISTAS 41
40 SOClOLOGlA "t GENERO
DoM~NECH. A (2~ ). El tcltpsr di! la jrar~mdad. Criuca. Barcelona.
no pretende cambiar de raíz el sistema que las opnme, con lo cual revelaba la DURAr- \' LALAGUNA. P. 12007): El voto fememno e11 Espaiw. Asamblea de Madnd. Madrid
insuficiencia de su planteamiento: la opresión de las mujeres. en la perspecti\'a EsGt:.LS. F. 11910¡: El ongen de• la .familia, la proptcdad pmada 1 el esrado, Fundamentos. M a·
radtcal. afecta a cosas mucho más graves y profundas que aquellas que son dnd.
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hacemos (susceptible de regulación legal) sino aquello que somos (dilicilmeme co Po.ftmodtrmsm wrd thc rc·-readmg of \Jodmun Franc1s Bmer. Peter Hulme y Margare!
regulable legalmente). es dectr. nuestra tdentidad. nuestra subjeuvtdad. nues- )versen teds.). Manchester Umversny Press. Nueva York.
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- (19971: La poluica d, las mu¡eres. Catedra. Madrid autora. cuya biografía hace de ella una leyenda viva de la lucha por la igual-
-1200&1: Fenumsmo en el mundCI gloha!. Catedra. Madnd. dad )' la JUStiCia. no deja de poner de manifiesto que en d1cha mtersección
VV. AA (1988): Dau~hrers o( Btauwm PenO) Foster &lmagen Sutton. Londres.
WHtiTLE. S. (2000¡: Tilt• Transl(eluter Dthmc Tilt• rnsrs .vurrotmdrng pender ideniiiii'J, South Strect
hubo tenswnes y desencuentros. A diferencta de los planteamientos de algu-
Press. Readmg. nas autoras encuadradas en los Black H omen's S1Ud1es para las que el racismo
prevaleció sobre las alianzas sexuales entre hombres anglosajones. amerin-
dlos ~ afroamericanos. borrando cualquier vínculo entre mu_1eres blancas )
LECTURAS RECOMENDADAS negras (como sosuene por eJemplo bell hooks). para Dav1s «el hombre negro,
• AMORÓS. C.. v DE MIGUEL. A. (eds.} (2005): Teoría Feminista· de la 1/w- desde una perspectiva politica. todavia está muy por encima de las mujeres
tración a la globali;ación [vol. 1: «De la llustración al Segundo Sexo>. vol. Il: blancas ~ educadas>,. segun afirma en el arranque del capnulo cuarto de esta
«Del femm1smo liberal a la posmodernidad>~ y vol. lll: «De los debates sobre el obra. por lo demás. utulado «El racismo en el movuniento sufragista de mu-
género al multiculturalismo»]. Mmer\'a, Madrid. Jeres)).

Los tres volúmenes que componen esta obra editada por las ftlósofas Celia • Coso. R (2011 ): Hacw una nue1·a polit1ca sexual. Las mujeres once la reac-
Amores \ Ana de Mi!!Uel son, sm duda, el me¡or \ más exhausuvo panorama ción parrrarcal. Los Libros de la Catarata, Madrid.
en castellano del estado de la cuestión. por Jo que ·a teoría política feminista se
refiere2 . Entre las autoras se encuentran tademas de las prop1as ednoras) otras Con un titulo que mcluye por lo menos dos gu1ños a sendos clásicos femt-
teoricas. formadas muchas de ellas en la estela de Celta Amoros desde Jos años nistas como son PoiÍiica Sexual (de Kate Millet)) Hacia Lma crítica de la ra:im
del pionero seminario «Ferrurusmo e llustración». La obra cuenta también con patriarcal (de Ceba Amoros). se adentra Rosa Cobo en una suerte de pue~­
sendas aportaciones de dos autoras muy reconocidas del ámbno anglosajón (sin ta al día (que tiene algo tambien de balance y perspectivas) de algunos deba·
duda dominante y hegemónico en la producción teórica feminista): Seyla Ben· tes centrales en el íem1msmo de las úlurnas décadas cual son la relactón entre
habib y KatWeen BafD. La pnmera. con un planteamíento que aceptando al- mulliculturalismo y feminismo. la perpetua y renovada VIOlencia patrtarcal o
gunas aportacwnes de la posmodemidad. no deja de señalar los problemas que la cuestión de la globaitzación neoliberal ~ las nuevas semdumbres que esta
supone para el feminismo una adopctón desproblemauzada y acnuca de lo~ acarrea para las muJeres. La referencia del subtitulo a la «reacc1on patnarcah•
postulados posmodernos. cosa que tambien hace. aunque desde otro plantea- evoca también otra veta clásica del femin1smo ded1cada a anal1zar con detalle
rruemo. 1\anc\ Fraser. cuva obra se aborda tambien en uno de los capl(ulos. Por lc~s suces1va~ reaccwnes patnarcales anufemm1stas ante la constatación del
su parte. B~ ha apare~1do con una postura contundentemente abolicwmsta avance de los derechos de las mujeres: Susan Faludi lo h1zo en su obra Reac-
en el debate feminista sobre prostitución. debate que d1vide de forma drásuca al ci01•. en la que abordó la que tuvo lugar en la decada de los ochenta: Bett)
mo,imiento ferrumsta sobre todo \¡>ero no solo¡ en Estados ünidos. Contamos Friedan lo hab1a hecho antes en Lo mistica de la .feminidad. donde denunció
tambien con la visión de Raquel Osborne. una de las meJores conocedoras de las maniobras por med10 de las cuales la reaccion pamarcal de después de la
ese debate t). en general. de las perspecm·as femm1stas sobre sexualidad¡ que Se~runda Guerra Mundial buscó la \ruelta al boaar de las mu¡cres, que se ha-
defiende. sm embargo. una postura radicalmente distinta a la de Barry. bt~n mcorporado en gran medida al ámbno p6blico deb1do. a que íos hom-
bres se encontraban en el frente. Sm duda, en la actualldad. como afirma
• DA\1S. A. 't. (2004): Mu;eres, ra:a y clase. Akal. Madnd. Cobo. las mujeres han ganado protagorusmo soc1al. ) por ello los que den<'-
Este clas1co de Angela Dav1s. cuya edic1ón origmal e~ de 1981 no se vertio mma <muevos bárbaros del pamarcado)). es dec1r. su:. sectores más mtoleran-
al castellano hasta una fecha tan tardta como 2004. En la obra. Dav1s aoorda tes ) fanaticos. consideran que (las muJeres) han llegado demasiado lejos
Cb1en podnamo~ dec1r que ladran iuego a1·an:amos ). En su 10ea de vincular
Subravo <<pohuca.. porque la teona femmtsm tel smgular no deoc Uevarno> a en~año. s.: s1empre la reflexJOn con la acción fenurusta no deJa Rosa Cobo de abordar en
trata mdudablemente de una teona en la que la~ pos1crones son pluraJe, y que esta cua¡adu de dt·
bate.<. enue las dJver!lllS perspecuvas !enuruswl !.lendo ernmentemente teurw polwcc. aoarca. com· el último capítulo las <(Estrategias feministas para el siglo XXl>• La lucha con·
pe1e ) uenc mc1denC1a en ol.ra:> rama• del sabe;. unua.

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