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En mi opinión, los avances tecnológicos que surgen en el transcurso del tiempo han

abierto paso a un nuevo paradigma de trasfondo filosófico como un constructor de la

humanidad futura. Este nuevo pensamiento es el transhumanismo, que surge como una

filosofía que se adecuó a un movimiento cultural y hoy se considera un campo de

estudio en crecimiento. El transhumanismo desarrolló la necesidad de cambio, la nueva

estimación del conocimiento y el reconocimiento a las diferentes identidades que la

humanidad debería adoptar. De esta manera, el transhumanismo busca la evolución

asidua de la vida humana más allá de su naturaleza actual como resultado del avance de

la ciencia y la tecnología.

Por ello, el transhumanismo se entiende como una filosofía de vida no religiosa, que

niega la fe y adoración a lo sobrenatural para enfatizar lo ético y significativo de la vida

en progreso y del valor que produce la vida actual. Comprender la naturaleza del

transhumanismo es pensar en el progreso que puede generar la tecnología, la razón, el

método científico y la creatividad humana en lugar de esperar fuerzas sobrenaturales

para la creación de mejores futuros.

La extensión de la vida humana ya era una preocupación para hombre desde mucho

antes, pues perder un ser querido era inevitable y triste. Hoy y en épocas posteriores, la

lucha por alcanzar la vida eterna, mantenernos jóvenes, mejorar nuestras capacidades y

habilidades humanas, potenciar nuestro conocimiento cognitivo, entre otros, se hace

cada vez necesario. Por tanto, pienso que el transhumanismo se convierte es una

disciplina cada vez más estable y una opción que llevará al hombre a mejorar sus

condiciones de vida y lograr la raza humana supere sus límites naturales.

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