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Actividades de acoso y de tortura llevadas a cabo por personas consideradas "normales"

Los hechos que relato en estos folios ocurren en mi tercer domicilio de Albacete, en la avenida de Isabel la
Católica. También en los dos domicilios anteriores, calles Octavio Cuartero y Dionisio Guardiola, y en el que
resido actualmente, plaza de la Catedral, se llevan a cabo las actividades de acoso social organizado y de acoso y
tortura con dispositivos electrónicos (denominados también "armas no letales"). Todo se hace dentro de las
actividades de un «programa» de ámbito transnacional en el que se estudia y experimenta diversas formas de
acoso social y de tortura con dispositivos electrónicos. Pero, la principal actividad del «programa» es la
experimentación y perfeccionamiento de una secreta, avanzada y sofisticada tecnología de control mental y
modificación de la conducta que utiliza muy sofisticados avances desconocidos públicamente en Inteligencia
Artificial.
La actividad del «programa» está llevándose a cabo sobre cientos de ciudadanos en varios países de la Unión
Europea (también en otros países, principalmente en los Estados Unidos que es donde se originó el programa).

Del 1.1 al 1.13 expongo el acoso personal de los que viven encima de mi casa; en 1.14 y 1.15 expongo la tortura a
que me someten con dispositivos electrónicos; del 2.16 al 2.18 expongo el acoso al que me somete el hombre que
vive enfrente de la vivienda utilizada para torturarme con los dispositivos electrónicos; en 2.19 expongo el acoso
de la hija menor de edad del hombre que vive enfrente de la vivienda utilizada para torturarme con los dispo-
sitivos electrónicos, es utilizada por el «programa» con el consentimiento de sus padres.

Indice.

1.1 Alquilo una vivienda y el «programa» contacta con el matrimonio que vive encima. Los contrata como
colaboradores para acosarme y torturarme. También contrata el uso de la vivienda para ser utilizada como "piso
franco", será utilizada también por los vecinos que viven enfrente y por operarios del «programa» enviados desde
la Comisaría de Policía o la Comandancia de la Guardia Civil.
1.2 Los vecinos que viven encima de mi casa me acosan personalmente en el vestíbulo del edificio.
1.3 Los vecinos que viven encima de mi casa me acosan y amedrentan en el ascensor.
1.4 El vecino que vive encima de mi casa coincide intencionadamente conmigo para acosarme y atemorizarme.
1.5 Cuando salgo de mi casa el vecino me espera tras la esquina del vestíbulo y se echa encima de mí.
1.6 El vecino baja por la noche a mi casa en actitud amenazante.
1.7 El «programa» facilita a los vecinos una herramienta para abrir la puerta y allanar mi vivienda.
1.8 El vecino de encima y el que vive enfrente de él me aguardan en la calle para reírse de mí.
1.9 La vecina que vive encima de mi casa me desprestigia socialmente en una biblioteca de la que soy usuario
habitual.
1.10 La vecina me espera en la calle con su hija para burlarse y reírse de mí.
1.11 En un centro comercial la vecina empuja violentamente a su hija y la echa contra mí.
1.12 La hija de los acosadores-torturadores obstruye la salida del ascensor, su madre no la retira para forzar que
yo tenga que tocarla para apartarla y poder salir.
1.13 El «programa» facilita a los vecinos acosadores tecnología que les permite verme en el interior de mi casa.
Ven mis movimientos y me espían, me acosan siguiéndome con fuertes pasos en todos los desplazamientos que
hago en mi casa. No tengo intimidad ni vida privada.
1.14 En la vivienda que hay encima de mi casa instala el «programa» dispositivos electrónicos (armas "no letales")
que aprovechan la naturaleza bioelectromagnética del ser humano para incidir sobre el organismo, especialmente
sobre el cerebro (este utiliza bioelectricidad para su funcionamiento). La principal función del «programa» es
experimentar el control mental y la modificación de la conducta mediante sofisticada tecnología de Inteligencia
Artificial.
1.15 Por la noche me duermen forzadamente con los dispositivos electrónicos en el sofá. Cuando me despiertan
voy a la habitación y estoy bajo los efectos de un fuerte insomnio que puede durar varias horas o lo que queda de
noche.
2.16 Los vecinos acosadores-torturadores son sustituidos en sus ausencias unas veces por el matrimonio que vive
enfrente de ellos y otras veces por operarios del «programa» que son enviados desde la Comisaría o desde la
Comandancia.
2.17 El hombre que vive enfrente de la vivienda situada encima de la mía me acosa en el vestíbulo y en la puerta
del edificio.
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2.18 El hombre que vive enfrente de la vivienda situada encima de la mía aparece una noche en la puerta del
edificio enseñándome ostentosamente un bulto en el bolsillo que parece ser una pistola.
2.19 La hija del acosador, menor de edad, que vive enfrente de la vivienda utilizada para acosarme es utilizada
por el «programa» en las actividades de acoso.

Exposición de los hechos.

1.1 Alquilo una vivienda y el «programa» contacta con el matrimonio que vive encima. Los contrata como
colaboradores para acosarme y torturarme. También contrata el uso de la vivienda para ser utilizada como
"piso franco", será utilizada también por los vecinos que viven enfrente y por operarios del «programa»
enviados desde la Comisaría de Policía o la Comandancia de la Guardia Civil.
En la vivienda situada encima de la que yo alquilé habitan un hombre y una mujer. Meses después de llegar yo al
edificio tienen una hija. Cuando yo alquilo mi casa contacta el «programa» con el matrimonio que vive encima y
contrata sus servicios como colaboradores y el uso de la vivienda como "piso franco" para llevar a cabo desde ella
las actividades de acoso y de tortura. Cuando el matrimonio se ausenta de su vivienda los sustituyen en las tareas
del «programa» los vecinos que viven enfrente, también contactados y contratados por el «programa», y otras
personas que son enviadas desde la Comisaría o la Comandancia.
Esta vivienda es la elegida por el «programa» y la convierte en "piso franco" para llevar a cabo la violación de los
Derechos Humanos mediante la práctica intensiva del acoso y de la tortura psicofísica con sofisticados
dispositivos electrónicos que aprovechan la naturaleza bioelectromagnética del organismo humano. Ello facilita la
actividad desde el exterior sobre el cerebro y el control de los procesos mentales y físicos. Además, se me tortura
psicológicamente mediante un persistente acoso facilitado por una tecnología que permite ver a las personas a
través de la paredes y techos: los vecinos del 5ºA me siguen con fuertes pasos o con taconeos de calzado de
mujer en todos los desplazamientos que realizo en mi casa y al llegar a destino (salón, cocina, aseo, habitación)
producen algún tipo de ruido: golpes de puerta, arrastran muebles, dejan caer cosas para que golpeen en el suelo,
dan golpes en el radiador, etcétera. Estos vecinos invaden absolutamente mi vida privada y no tengo intimidad.
Desde el primer día que llegué a vivir a este edificio comencé a ser acosado, torturado, espiado y vigilado con
dispositivos de sofisticada tecnología electrónica por los vecinos que viven encima de mí casa. Al principio,
además de sufrir el acoso y tortura con dispositivos electrónicos, fui acosado personalmente por el matrimonio en
el vestíbulo del edificio y en otros lugares de Albacete.

1.2 Los vecinos que viven encima de mi casa me acosan personalmente en el vestíbulo del edificio.
A los pocos días de llegar a mi nuevo domicilio comienza el matrimonio que vive encima de mi casa a acosarme
personalmente en el vestíbulo del edificio. Varias veces me esperan cuando salgo de mi casa o cuando entro al
edificio desde la calle. En cuanto aparezco comienza la mujer a mantener supuestas conversaciones a través de
un teléfono móvil en un tono estridentemente chillón y desagradable a la vez que me mira fija y amenazan-
temente. Los comentarios que la mujer hace en las supuestas conversaciones telefónicas (parece que son fingidas
y que no habla con nadie) versan sobre cosas personales mías que los operarios del «programa» han puesto en su
conocimiento. La mujer chilla con el móvil pegado a la oreja mirándome amenazantemente y el hombre riéndose
permanece pegado al cuerpo de ella, como un niño pegado a la falda de su madre; parece que quiere aparentar
que tiene miedo de mí y que se siente protegido por ella. A pesar del espectáculo que tienen montado los saludo
por educación, ellos no contestan. Escenifican que son imbéciles o/y alterados mentales.

1.3 Los vecinos que viven encima de mi casa me acosan y amedrentan en el ascensor.
Después de lo expuesto en 1.2 me acosan de otra manera. Salgo de mi casa y bajo en el ascensor, cuando llego al
portal y se abre la puerta del ascensor encuentro a la peculiar pareja obstruyendo la salida. El hombre se ríe y la
mujer me mira con cara irascible y atemorizante al tiempo que introduce parte de su cuerpo en el ascensor, eleva
el brazo y coloca el antebrazo sobre su cabeza dejando al descubierto su sobaco frente a mi cara. Se queda
mirándome breves segundos fijamente con los ojos muy abiertos. Él se ríe mirándome detrás de ella. No me
inmuto (desde hace años estoy acostumbrado al acoso de algunos vecinos contratados por el «programa» en mis
anteriores domicilios) y aguardo a que la «loca» termine el número y me deje salir del ascensor. En breves
segundos retrocede y sale del ascensor al tiempo que baja el brazo, entonces salgo yo saludándoles
educadamente. Tengo que reconocer que su sobaco no despedía mala olor, tenía el detalle de asearse antes de
llevar a cabo el acoso. Este hecho lo llevan a cabo 2 veces.

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Ella eleva el y coloca el antebrazo encima de la cabeza porque yo cuando estoy sentado en el sofá leyendo o
viendo la televisión pongo en alguna ocasión por breve tiempo un antebrazo encima de la cabeza. Por ello el
irracional y agresivo comportamiento de la mujer puede tener dos finalidades. Primero, se trata de hacerme
saber que ellos son los que viven encima de mi casa y que disponen de tecnología con la que me visionan y
espían, la segunda finalidad es comprobar si ante el agresivo y atemorizante comportamiento de la mujer se me
induce a dejar de poner el antebrazo encima de la cabeza.

1.4 El vecino que vive encima de mi casa coincide intencionadamente conmigo para acosarme y atemorizarme.
El vecino me espera en las inmediaciones del edificio donde vivimos. Se exhibe ostentosamente para que me fije
en él y sea consciente de que me espera intencionadamente y que el encuentro no es casual. Lo ignoro y me dirijo
al edificio. Entro y mientras espero el ascensor aparece inmediatamente el vecino. Me saluda y, aunque sé que es
un tipo sin escrúpulos, sin moral y sin principios, contratado por el «programa» para acosarme, contesto al saludo
por educación. Llega el ascensor y entro en él, seguidamente entra el acosador. Una vez los dos dentro del
ascensor y nada más cerrarse la puerta inclina hacia adelante la cabeza y fuerza la mirada hacia arriba mirándome
fijamente a los ojos con actitud irascible, desafiante y amenazante al tiempo que con una madeja de cables finos
—de los que se utilizan para la conducción de la electricidad— que sostiene en una mano la golpea rítmica y
amenazantemente sobre la palma de la otra mano a la altura del pecho. Estoy acostumbrado a extrañas
situaciones de acoso e intimidación de los vecinos —tanto de domicilios anteriores como ahora su mujer y él— y
mantengo la calma (un ejemplo: en mi anterior domicilio un vecino sádico y psicópata —es un conocido abogado
de Albacete―contratado por el «programa» para acosarme y torturarme, me ladraba, rugía y aullaba). Cuando el
ascensor llega a la planta donde está mi casa me despido del individuo y salgo.
La siguiente vez entré en el edificio y apareció él al instante. Contesté a su saludo y una vez dentro del ascensor
recurrió a la misma táctica de acoso, amenaza e intimidación que la primera vez, pero en esta ocasión no utilizó
unos cables de cobre recubiertos de plástico, este día golpeaba con una mano un manojo de llaves sobre la palma
de la otra mano. La tercera vez que encuentro al vecino al acecho de mi persona no entro en el edificio. Este día y
las siguientes veces que lo encuentro acechándome cerca del edificio camino durante un buen rato, recorro varias
calles dejando pasar el tiempo. Cuando regreso no lo encuentro esperándome.
El «programa» ordena al vecino que me deje tranquilo durante un tiempo y después le da instrucciones para
que me acose, intimide y atemorice con otra modalidad de acoso: me espera escondido tras la esquina del
vestíbulo del edificio y se echa encima de mí cuando aparezco.

1.5 Cuando salgo de mi casa el vecino me espera tras la esquina del vestíbulo y se echa encima de mí.
Ahora desarrolla una modalidad de acoso que consiste en esperarme escondido tras la esquina del vestíbulo del
edificio ―tiene forma de L― y cuando tras salir del ascensor llego a la esquina se echa encima de mí con la
intención de chocar y "contactar" físicamente. Aún conservo buenos reflejos y consigo rehuir el contacto físico
con semejante engendro, inmediatamente huyo a la calle. Esta modalidad de acoso se lleva a cabo varias veces,
en días continuos o dejando entre una y otra un día o dos. El acoso del vecino me intranquiliza y atemoriza
enormemente. Temo por mi vida ya que cualquier día puede esperarme en el portal con un arma blanca o con un
arma de fuego que le hayan facilitado los operarios del «programa» (sobre mí pende una amenaza de muerte
encubierta hecha por policías de paisano). Cada vez que salgo de mi casa o tengo que entrar en el edificio es un
suplicio, es terrorífico. Harto de la situación decido salir del ascensor y entrar en el edificio grabando con la
cámara de video del móvil. Entonces el «programa» ordena al acosador que abandone esta modalidad de acoso y
no vuelvo a encontrarlo esperándome en el vestíbulo.

1.6 El vecino baja por la noche a mi casa en actitud amenazante.


Una noche llaman al timbre y veo por la mirilla de la puerta que es el acosador-torturador que vive encima de mí.
Está con la cabeza ligeramente agachada y fuerza los ojos hacia arriba para hacer agresiva su mirada. Mira fija y
amenazantemente a la mirilla al tiempo que con una mano sostiene un llavero con el que golpea repetida y
amenazantemente la palma de la otra mano (igual que hacía en el ascensor). No abro la puerta. Un rato después
vuelve a llamar otra vez y tampoco abro la puerta. Cuando salgo del salón para irme a dormir a la habitación
encuentro un papel en el suelo que ha sido echado por debajo de la puerta, lo cojo y en él hay escrito que se le ha
caído un pantalón cuando estaba tendiendo la ropa y se ha quedado enganchado sobre las cuerdas de mi casa,
dice que se lo deje en la barandilla de la escalera. Cogí el pantalón y lo dejé en la barandilla.
Posteriormente volvió a llamar otra noche al timbre de mi casa. Por la mirilla vi que era él con el mismo
comportamiento agresivo, amenazante y amedrentador de la otra vez. No abrí la puerta. Esta vez bajó con la nota
escrita y la echó por debajo de la puerta antes de irse. Comprobé que había ropa colgada en las cuerdas de mi

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casa, pero decidí dejarla donde estaba y no ponerla en la barandilla de la escalera ya que era obvio que no era
casual que la ropa se les cayese, sino que la dejaban caer intencionadamente para tener una excusa para bajar a
mi casa a acosarme con actitud amenazante e intimidatoria. La ropa desapareció de las cuerdas unos días
después. La vivienda situada al otro extremo de las cuerdas de tender estaba deshabitada en el momento de los
hechos y por lo tanto los acosadores no han podido recurrir a recuperar la ropa a través de esa vivienda, se
supone que la han recuperado entrando en mi casa. Hecho éste verosímil ya que por lo que expongo a
continuación es posible que a estos vecinos les haya facilitado el «programa» la herramienta que se utiliza para
abrir las puertas de las casas de las víctimas y allanar las viviendas: suelen cambiar de sitio algunos objetos o
causar desperfectos. Esto es habitual en el "programa", es una modalidad de acoso y hostigamiento conocido
como «luz de gas». Todos mis domicilios de Albacete han sido allanados por gente del "programa".

1.7 El «programa» facilita a los vecinos una herramienta para abrir la puerta y allanar mi vivienda.
Después he encontrado dos veces ropa colocada encima de las ruedas de las cuerdas de tender y del alféizar de la
ventana. Dejé la ropa donde la encontré y no la retiré porque era obvio que no estaba allí como resultado de que
se les hubiese caído casualmente a los que viven encima o a los de la viven encima de ellos. Se notaba que la ropa
había sido colocada intencionada y cuidadosamente encima de las ruedas y del alféizar. La ropa desapareció unos
días después. Era obvio que los vecinos entraron en mi vivienda y colocaron la ropa cuidadosamente encima de
las ruedas y del alfeizar y unos días después entraron y se la llevaron.

1.8 El vecino de encima y el que vive enfrente de él me aguardan en la calle para reírse de mí.
Varias veces que salgo del edificio encuentro aguardándome en la acera al vecino que vive encima de mí y al que
vive enfrente de él. Nada más salir yo a la calle comienzan a reírse jocosamente de mí. Las primeras veces, para
disimular y aparentar que no me estaban esperando intencionadamente, tenían un coche atravesado en la acera
y estaban junto a él con el capó abierto.

1.9 La vecina que vive encima de mi casa me desprestigia socialmente en una biblioteca de la que soy usuario
habitual.
Los acosadores-torturadores tuvieron una hija unos meses después de llegar yo a vivir al edificio. Desde su
vivienda me torturan con dispositivos electrónicos durante la noche y durante el día. Esta actividad me obliga a
tener que ausentarme de mi casa y paso el día en bibliotecas, regreso a mi casa a comer al medio día y por la
noche. El hecho que expongo tiene lugar en una biblioteca cercana a mi domicilio. Al abandonar al medio día la
biblioteca vi allí dos veces a la vecina acosadora. Estaba sentada estratégicamente con el carro-cuna de su hija al
lado de la mesa de lectura que hay junto a la puerta de la biblioteca (para que yo la viese y fuese consciente de
que estaba allí 'trabajando' para el «programa»). Junto a ella estaba sentada la funcionaria de la biblioteca.
Cuando me dirigí las dos veces a la salida de la biblioteca me señaló con la cabeza mirándome de mala manera y
musitando algo a la funcionaría, esta me miró con no muy buena cara. La manera en que ambas me miraban
evidenciaba que la vecina iba intencionadamente a la biblioteca a desprestigiarme y crear un ambiente hostil
contra mí. Posteriormente pude ver varias veces como la funcionaria de la biblioteca musitaba con otras personas
y me señalaba. Es posible que la vecina, además de esas dos veces que ella quiso que la viese allí, fuese más veces
cuando yo no me encontraba en la biblioteca. Su función allí era desacreditarme para allanar el camino a los
operarios del «programa» cuando fuesen a visitar a la funcionaria de la biblioteca para organizar el acoso que
tiempo después se llevó a cabo.
Pasado un tiempo apareció en la biblioteca una mujer muy escandalosa con varios críos muy escandalosos,
generaban mucho ruido y malestar, era imposible desarrollar cualquier actividad de lectura y estudio.
Aparentemente esta mujer era una de las que limpiaban el centro socio cultural del Ayuntamiento en el que
estaba ubicada la biblioteca. La bibliotecaria no sólo permitía el comportamiento de la mujer y sus hijos sino que
alentaba la actividad perturbadora. Le divertía la situación y ambas se cruzaban miradas cómplices y risitas. Tuve
que dejar de ir a la biblioteca.

1.10 La vecina me espera en la calle con su hija para burlarse y reírse de mí.
Cuando al medio día regreso a mi casa para comer encuentro alguna vez a la vecina acosadora con la niña
tomada en brazos junto al parquímetro situado a pocos metros de la puerta del edificio donde vivimos. La madre
se ríe y se divierte dando golpes en los botones del parquímetro y alentando alegremente a la niña a que la
secundase. Cuando yo estoy a pocos metros de la puerta del edificio se gira y mirándome de frente musita algo a
la cría y me señala con el dedo índice emitiendo carcajadas.

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1.11 En un centro comercial la vecina empuja violentamente a su hija y la echa contra mí.
Me encuentro en el centro comercial Albacenter y voy al aseo antes de entrar a comprar en el hipermercado
Eroski. Cuando camino por el pasillo de acceso a los aseos veo a la vecina acosadora junto a la puerta del cuarto
donde las mujeres cambian los pañales a los niños. Me mira agresivamente. Junto a ella está su hija. Detrás de
ellas hay más mujeres con niños esperando su turno para entrar. Cuando estoy a tres pasos de ella pone la mano
en la espalda de su hija y le da un violento empujón echándola sobre mí. Consigo esquivar a la cría y no llega a
impactar contra mí. La niña tenía buenos reflejos y consiguió parar a pocos centímetros de la pared antes de
impactar en ella. Sigo andando hacia el aseo. No tengo más remedio que aguantar la situación sin poder afear su
conducta a esa individua, trabaja para las "cloacas del Estado" implicadas en las actividades del «programa» y ello
le da mucha seguridad, sería capaz de montarse allí un escándalo monumental y siempre ella sería la víctima.
Cuando salgo del aseo ya no están las dos ante la puerta, deben de estar dentro del cuarto.

1.12 La hija de los acosadores-torturadores obstruye la salida del ascensor, su madre no la retira para forzar
que yo tenga que tocarla para apartarla y poder salir.
Un día salgo de mi casa y bajo en el ascensor. Cuando se para en el vestíbulo y se abre la puerta está delante la
hija de los acosadores entorpeciendo la salida. Junto a ella está su madre y le pone la mano en la espalda para
sujetarla con la intención de que no se eche hacia atrás para dejarme salir. Mientras sujeta a la cría por la espalda
habla con unas personas a las que no se les ve desde dentro del ascensor. La cría está mirándome ensimismada
porque me reconoce de verme en la pantalla de los monitores con los que sus padres me visionan y espían
cuando estoy en mi vivienda. Como sé qué clase de gentuza es la acosadora no me atrevo a decirle que aparte a la
cría para poder salir del ascensor, se puede esperar de ella cualquier exabrupto o conducta impropia. Así que
salgo del ascensor haciendo equilibrios y restregando en la pared la parte posterior de mi cuerpo. Consigo salir sin
tan siquiera rozar a la cría. Entonces veo que es con el matrimonio que vive en el 3ºB con quién habla ella.
Posteriormente salgo otro día de mi casa y bajo en el ascensor. Cuando se abre la puerta está delante la cría
impidiendo la salida, su madre le pone la mano en la espalda para sujetarla y que no se eche hacia atrás para
dejarme salir. La hija también hoy me mira ensimismada porque me reconoce de verme en los monitores en los
que sus padres me visionan y espían. La madre habla con alguien a quien no se ve desde dentro del ascensor. Hoy
me armo de valor y le digo a la acosadora que haga el favor de apartar a la niña para poder salir del ascensor. Ella
responde muy alterada con su chillona y desagradable voz: ¡¡¡Es una niña pequeña!!! Ni aparta ella a la niña ni le
dice que se aparte, sigue desvergonzadamente hablando con la otra persona mientras tiene la mano puesta en la
espalda de la cría para impedir que se eche para atrás y me deje salir. Me veo obligado a salir del ascensor igual
que la vez anterior: restregando la parte posterior de mi cuerpo contra la pared. En esta ocasión también consigo
salir indemne del montaje, no he rozado absolutamente nada a la cría. La persona con quien hablaba la
desagradable e impresentable acosadora es la hija pequeña del 4º B.
La situación descrita sucedió solo estas dos veces y es obvio que era intención de la acosadora que yo me viese
forzado a tocar a su hija para apartarla y poder salir del ascensor. La acosadora buscaba armar lio, pretendía
acusarme de tocar a su hija, tenía como testigos a otros vecinos del edificio que es seguro que hubiesen
testificado a su favor omitiendo que la niña estaba obstaculizando la salida del ascensor.

1.13 El «programa» facilita a los vecinos acosadores tecnología que les permite verme en el interior de mi casa.
Ven mis movimientos y me espían, me acosan siguiéndome con fuertes pasos en todos los desplazamientos
que hago en mi casa. A esta modalidad de acoso lo llamo "ritual de seguimiento y acoso"
En el programa se realiza una modalidad de acoso y de tortura psicológica que consiste en seguir con fuertes
pasos a la víctima desde la vivienda situada encima de la suya en los desplazamientos que realiza en su vivienda.
Cuando la víctima llega a su destino se produce encima algún ruido lo suficientemente fuerte para que sea oído
por ella: arrastrar un mueble, dar un golpe con una puerta, descargar el agua de la cisterna, etc.
Este tipo de acoso se realizaba también en mis dos domicilios anteriores de Albacete y en mi actual vivienda de
plaza de la Catedral. Aquí, en Isabel la Católica, este tipo de acoso se hace más ruidosamente que en mis dos
domicilios anteriores. Sobre todo en lo concerniente a los taconazos producidos con tacón de calzado de mujer,
se utiliza mucho y para que sea más molesto, dado el sonido que producen, han colocado en el tacón una tapa
metálica.
Para hacer esta modalidad de acoso es preceptivo que a los vecinos que viven encima les haya facilitado el
"programa" algún instrumento tecnológico que les permita visualizar a la víctima en el interior de su vivienda.
Posiblemente se utilice la tecnología de infrarrojos que permite ver la silueta humana en colores según la
intensidad del calor que emana su cuerpo. No hay que descartar que dispongan de tecnología más sofisticada que
emita un determinado y especifico tipo de ondas sobre la vivienda de la víctima-objetivo y al retornar

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reproducirían fielmente los objetos y personas que atraviesan. Parece que es esta segunda tecnología la que se
utiliza ya que la hija de los que viven encima se queda mirándome obsesionada las 3 veces que me ha visto. Me
reconoce porque en su casa me ve en el monitor, o monitores, en el que sus padres me vigilan para tenerme
ubicado y hacer el acoso de seguirme en todo momento a cualquier sitio que voy en mi casa.
Cuando los vecinos de encima se ausentan en las vacaciones o en cualquier otra circunstancia les sustituyen los
vecinos que viven enfrente de ellos o unos funcionarios que el "programa" envía desde la Comisaría de Policía o
desde la Comandancia de la Guardia Civil. Estando yo en mi casa siempre se lleva a cabo el acoso. Y también la
tortura con los dispositivos electrónicos. La víctima no tiene intimidad ni vida privada. Es una situación muy
estresante y angustiosa, produce mucho agotamiento psíquico y físico.

1.14 En la vivienda que hay encima de mi casa instala el «programa» dispositivos electrónicos (armas "no
letales") que aprovechan la naturaleza bioelectromagnética del ser humano para incidir sobre el organismo,
especialmente sobre el cerebro (este utiliza bioelectricidad para su funcionamiento). La principal función del
«programa» es experimentar el control mental y la modificación de la conducta mediante la sofisticada
tecnología que posee.
Lo expuesto en los apartados anteriores está relacionado con el acoso personal al que los vecinos que viven
encima de mi casa me someten cuando estoy fuera y dentro de mi vivienda. Son tácticas clásicas de acoso. En
este apartado expongo otro tipo de acoso al que me someten estos vecinos y está relacionado con dispositivos
electrónicos que utilizando básicamente el electromagnetismo (el electromagnetismo es una de las cuatro fuerzas
de la naturaleza e inevitablemente nos afecta a los seres humanos como parte que somos de ella) actúan sobre la
mente y el cuerpo aprovechando la naturaleza bioelectromagnética del ser humano. Estos dispositivos también
son llamados "armas no letales" porque al contrario que las armas convencionales no matan instantáneamente a
su objetivo, pero de ''no letales'' no tienen nada ya que o te matan poco a poco o te vuelven loco. El «programa»
convierte la vida de sus víctimas en un infierno físico y psíquico, y lo hace en el más completo secreto y en la más
absoluta impunidad.
Desde que contraté el alquiler de la vivienda hasta que comencé a vivir en ella transcurrieron unos días en los
cuales los operarios del «programa» se pusieron en contacto con algunos vecinos para organizar el inhumano
acoso al que soy sometido desde el primer día que entré a vivir en el edificio.
Desde el primer día desde la vivienda situada encima de mi casa soy sometido todas las noches a la acción de
estos dispositivos y por la mañana me despierto terriblemente afectado bajos sus efectos tanto física como
psíquicamente. Los efectos de la tortura electromagnética nocturna duran después todo el día. Al principio de
vivir aquí se me dejaba estar algún tiempo en mi casa durante el día, ello dependía de la intensidad de la tortura
según las circunstancias de mi caso en ese momento. Pero después, durante muchos años, se me obliga todos los
días a abandonar mi casa. Tras asearme y desayunar salgo de ella muy temprano y ya no vuelvo hasta la noche.
Cuando vuelvo a mi casa por la noche soy nuevamente expuesto a los dispositivos y al día siguiente me despierto
en la misma situación que el día anterior. Así todos los días del año, año tras año. Es una situación inhumana y
terrorífica.
Todas las mañanas me despierto como si no hubiese descansado por la noche y paso el resto del día bajo los
efectos de un profundo estrés. La situación en que quedo durante todo el día después de ser torturado toda la
noche es similar a la que experimentan las personas que son tratadas con fuertes descargas de electroshock (a
esta modalidad de tortura en psiquiatría lo llaman ''terapia'' electroconvulsiva): falta de memoria, desorientación,
bloqueo mental, confusión, problemas para realizar tareas intelectuales, etc.
Las emisiones de los dispositivos electrónicos provocan dolor y pinchazos en cualquier parte del cuerpo. Cuando
son extremadamente fuertes se producen en las extremidades superiores, en el pecho y en la cima de la cabeza.
También produce sensación de ahogo durante unos segundos y mucha sequedad y dolor en las fosas nasales.
Pueden crear cualquier dolencia e incluso alterar la materia orgánica. Un ejemplo de ello: alguna mañana me he
despertado con fuerte dolor en algún dedo de las manos y con un bulto en alguna de las articulaciones de dicho
dedo. No es algo que se haya producido poco a poco. Ha aparecido repentinamente, en días precedentes no
había molestias, ni dolor, ni ninguna alteración en la forma del dedo. El mal ha sido creado en una sola noche
desde la vivienda que hay encima de la mía con la sofisticada tecnología del «programa» de experimentación con
seres humanos. Después, en el mismo día o al siguiente los bultos y el dolor desparecen igual que aparecieron:
repentinamente.
La intensidad de la tortura con las emisiones electrónicas varía según las circunstancias y la necesidad que
tienen de represaliarme y de neutralizarme. Los ataques pueden ser extremadamente fuertes cuando quieren
impedir que haga escritos sobre mi caso o cuando tengo que hacer gestiones para hablar con abogados o alguien
que me ayude a resolver mi caso. Bloquean la memoria e impiden el acceso a ella, impiden la actividad

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intelectual, el análisis, el razonamiento; a veces producen desorientación espacial y mareos. Provocan un estado
general de confusión y la persona queda neutralizada.

1.15 Por la noche me duermen forzadamente en el sofá con los dispositivos electrónicos. Cuando me
despiertan voy a la habitación y estoy bajo los efectos de un fuerte insomnio que puede durar varias horas o lo
que queda de noche.
Por la noche me duermen en el sofá y con los dispositivos electrónicos trabajan sobre el cerebro. Cuando me
despiertan y voy a la habitación estoy bajo los efectos de un fuerte insomnio provocado con los dispositivos. El
insomnio puede durar unas horas o lo que queda de noche. Esta situación es bastante frecuente y durante varias
noches seguidas lo único que duermo es cuando me duermen con los dispositivos en el sofá desde la vivienda de
encima. Lo cual tampoco se puede decir que sea un sueño reparador ya que soy sometido a la actividad
electrónica de los dispositivos sobre mi cerebro y otras partes de mi cuerpo. Me despiertan en el sofá con mucho
malestar general y diversas molestias y dolor en la cabeza y otras partes del cuerpo. Mi cerebro y el resto del
organismo no han podido beneficiarse del sueño y el descanso durante el tiempo que el «programa» me ha
tenido dormido forzadamente con los dispositivos electrónicos.
Durante el tiempo que dura el insomnio me someten a la acción de los dispositivos electrónicos con mucho
nerviosismo y fuertes pinchazos y dolores en todo el cuerpo.

2.16 Los vecinos acosadores-torturadores son sustituidos en sus ausencias unas veces por el matrimonio que
vive enfrente de ellos y otras veces por operarios del «programa» que son enviados desde la Comisaría o desde
la Comandancia.
Cuando los vecinos que viven encima de mi casa se ausentan un fin de semana, un puente, o se van de
vacaciones, son sustituidos en su casa por otras personas que llevan a cabo el mismo persistente acoso y tortura
que ellos. El matrimonio que vive enfrente del "piso franco" desde donde se realiza el acoso y la tortura sustituye
alguna vez a sus propietarios. Otras veces los que llevan a cabo la sustitución y el acoso-tortura son funcionarios
que el "programa" envía desde la Comisaría de Policía o desde la Comandancia de la Guardia Civil. Los sustitutos
me acosan y torturan tan intensamente como los propietarios de la vivienda.

2.17 El hombre que vive enfrente de la vivienda situada encima de la mía me acosa en el vestíbulo y puerta del
edificio.
Desde el primer día que coincidimos en el vestíbulo del edificio me mira el hombre a los ojos agresivamente y no
contesta a mi saludo. Seguidamente silba en plan burlón. Pasado un tiempo a veces no silba y en su lugar
seguidamente de mirarme hostil y agresivamente me hace "morritos" con los labios. Yo le saludo las primeras
veces que coincido con él en el vestíbulo del edificio, pero dejó de hacerlo dado que no contesta al saludo y
muestra animadversión.
Pasado un tiempo de llegar yo a vivir a este edificio comenzó el individuo a aparecer en la puerta del edificio
cuando vuelvo a mi casa por la noche. Cuando estoy a pocos metros de la puerta aparece saliendo del edificio con
el perro y se queda parado ante la puerta mirándome agresivamente y haciéndome "morritos" con los labios.
Seguidamente se pone a silbar y se va. En cuanto lo veo aparecer me quedo parado sin atreverme a seguir en
dirección a la puerta. Algunas noches me encuentro al acosador a cierta distancia antes de llegar al edificio y para
no pasar junto a él me veo obligado a bajar a la calzada y cruzar la calle hasta la otra acera.
El acoso de este vecino no ocurre todos los días que vuelvo por la noche a mi casa después de tener que estar
todo el día fuera de ella debido a la acción de los dispositivos electrónicos utilizados desde la vivienda situada
encima de la mía. No ocurre todos los días, pero sí con frecuencia. El acosador aparece siempre con el perro.
Aparecer con el perro es una excusa tras la que se oculta la intención de acosarme y atemorizarme. No llego
siempre a la misma hora, a veces hay una diferencia de tiempo bastante grande. Se supone que el perro tiene su
hora más o menos fija de sacarlo a la calle para orinar y defecar, pero sea la hora que sea aparece el vecino
acosador. Se deduce que muchas de las veces, si no todas, que aparece el individuo en la puerta del edificio
cuando yo llego ya ha bajado antes el perro a pasearlo y a que haga sus necesidades. El «programa» le avisa de mi
llegada y vuelve a bajar intencionadamente para acosarme y atemorizarme.
Alguna vez, muy pocas, he vuelto a mi casa mucho más tarde de lo habitual. Se supone que el acosador no
debería de aparecer porque no son las horas habituales en las que aparece con el perro. No es la hora habitual,
pero siempre que vuelvo a mi casa mucho después de la hora que es costumbre aparece siempre el individuo con
el perro y su habitual actitud acosadora ―es obvio que ya ha sacado con anterioridad al perro para que haga sus
necesidades y que ahora baja con él intencionadamente para acosarme, el perro es la excusa para acosarme―.

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Las víctimas del «programa» estamos constantemente localizadas por medio de frecuencia y avisa al acosador
cuando he aparcado el automóvil y me dirijo a mi casa para que baje con el perro a acosarme y atemorizarme . El
perro es la excusa para que él aparezca acosándome en la puerta del edificio

2.18 El hombre que vive enfrente de la vivienda situada encima de la mía aparece una noche en la puerta del
edificio enseñándome ostentosamente un bulto en el bolsillo que parece ser una pistola.
Un día que vuelvo por la noche a mi casa ―ya llevaba bastante tiempo el individuo apareciendo y acosándome
cuando llego― estando a pocos metros de la puerta del edificio aparece él saliendo del edificio con su habitual
comportamiento hostil, después se ríe. Yo me detuve a la espera de que se alejase. Pero no se va, se queda ante
la puerta del edificio mirándome y riéndose. Entonces introduce la mano en el bolsillo izquierdo del pantalón y se
pone a silbar mirándome y agitando ostentosamente la mano en el bolsillo para llamar la atención hacia esa zona.
Entonces saca la mano del bolsillo y se ve en él un bulto que por su explicita forma sólo puede ser una pistola. El
pantalón que lleva es muy ajustado, ello puede ser intencionado para que se vea claramente el bulto de la pistola.
Una vez que he visto en su bolsillo lo que sin duda alguna es una pistola (es posible que sea de juguete) se aleja
del edificio silbando. Espero a que se aleje para entrar en el edificio. Siento temor por la actitud amenazante del
vecino, hace unos años fui veladamente amenazado de muerte por unos policías de paisano y han sido
provocados varios accidentes de automóvil de los que he salido ileso.
En lo sucesivo me dirijo a mi casa por la acera de enfrente y cruzo la calle a la altura de la puerta del edificio.
Antes de cruzar la calle pongo en funcionamiento la grabación de video ―llevaba tiempo sin utilizar la grabación
de video cuando entraba o salía del edificio porque el vecino que vive encima de mi casa llevaba tiempo sin
aparecer en el vestíbulo echándose encima de mí―. Aún así el individuo aparece algunas veces en la puerta
cuando estoy a pocos metros de acceder al edificio. La luz del vestíbulo está apagada para que no se le vea que
está esperando verme llegar al edificio para entonces salir él con el perro. Los videos son de mala calidad y no se
distingue bien al acosador, pero no obstante creo conveniente seguir grabando cada noche cuando vuelvo a mi
casa.

2.19 La hija del acosador, menor de edad, que vive enfrente de la vivienda utilizada para acosarme es utilizada
por el «programa» en las actividades de acoso.
Coincido en los primeros meses tres o cuatro veces con el hijo, siempre se comporta con normalidad y no tengo
queja de él. Bien distinto es el comportamiento de la hija. Cuando suceden los hechos es menor de edad, pero el
«programa» la utiliza varias veces ―es obvio que con el consentimiento de sus padres― junto a otras menores
para acosarme y reírse de mí. La primera vez que participó en el acoso estaba en la zona alta del vestíbulo (hay
dos alturas) con otra adolescente. Nada más abrir yo la puerta de la calle comienzan ambas a reírse de mí con
ostentosas carcajadas. Llevan una cámara fotográfica y me hacen fotos. Entonces se van corriendo por la escalera.
Posteriormente, un día regreso por la tarde a mi casa y nada más abrir la puerta del edificio encuentro a la niña
con otras de su edad, eran 8 o 10 sentadas en los escalones frente a la puerta. Me miran descaradamente
riéndose de mí con ostentosas carcajadas. Me quedo parado con la puerta abierta y tres de ellas se levantan y se
ponen de pie ante los buzones tapándolos. Entro en el vestíbulo y les digo que se aparten para coger la
correspondencia. Se apartan y al abrir el buzón lo encuentro lleno de cartones enrollados. Saco los cartones del
buzón y los tiro al suelo diciendo a las niñas que no está bien lo que hacen, que los recojan y se los lleven. Subo a
mi casa.
Es obvio que los hechos descritos están organizados por el «programa» y que está utilizando a menores de edad
para acosar a un ciudadano. El operativo de acoso ha sido organizado por el «programa» ya que las niñas me
estaban esperando con el buzón lleno de cartones y sólo sus operarios pueden saber mi localización y que me
dirijo a mi casa en ese momento. Hay que suponer que las niñas que acompañan a la niña que vive en el edificio
son hijas de policías o guardias civiles adscritos a las actividades del «programa».
Posteriormente el «programa» hace aparecer a la niña dos veces saliendo del edificio riéndose de mí cuando
vuelvo a mi casa por la tarde y me encuentro a unos metros del edificio. Sale del edificio en dirección contraria a
por donde llego y con la cabeza girada mirándome y riéndose. Ella sale del edificio sabiendo que vengo en la otra
dirección. O sea, que está esperando escondida junto a la puerta y sale cuando los operarios le ordenan que salga.
La niña va excesivamente maquillada y lleva una ropa muy ajustada. Su aspecto es impropio para su edad. Dada la
forma en la que me mira y se ríe de mí, y la pinta que lleva, no es difícil dilucidar qué es lo que la adolescente está
haciendo inducida por el «programa».

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