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PARROQUIA DE

LAS SANTAS JUSTA


Y RUFINA
III Semana de Adviento
Oficio dominical
II Vísperas
PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

III Semana del Tiempo de Adviento

Oficio dominical

II Vísperas

Los salmistas, el lector y las personas responsables de los cantos se sitúan


cada uno en su sitio

El presidente hace genuflexión ante el Santísimo Sacramento y se sitúa en


la sede

El presidente hace la señal de la cruz mientras dice

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.

Todos responden

R/. Señor, date prisa en socorrerme.

Presidente

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

Todos

como era en el principio, ahora y siempre,


por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno

Las personas responsables de los cantos entonan el himno

Ven, ven Señor no tardes


Ven, ven que te esperamos
Ven, ven Señor no tardes
Ven pronto Señor

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

El mundo muere de frío


El alma perdió el calor
Los hombres no son hermanos
El mundo no tiene amor

Ven, ven Señor no tardes


Ven, ven que te esperamos
Ven, ven Señor no tardes
Ven pronto Señor

Envuelto en sombría noche


El mundo sin paz no ve
Buscando va una esperanza
Buscando, Señor, tu fe

Ven, ven Señor no tardes


Ven, ven que te esperamos
Ven, ven Señor no tardes
Ven pronto Señor

Al mundo le falta vida


Al mundo le falta luz
Al mundo le falta el cielo
Al mundo le faltas Tú

Ven, ven Señor no tardes


Ven, ven que te esperamos
Ven, ven Señor no tardes
Ven pronto Señor...

Salmodia

El presidente, los salmistas y el lector rezan juntos la antífona

Ant. 1. Mirad: vendrá el Señor para sentarse con los príncipes en


un trono de gloria.

El salmista que se encuentra en el ambón comienza rezando la primera


estrofa del salmo y se va alternando en el rezo con el salmista que se
encuentra en el atril

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

Salmo 109,1-5.7: El Mesías, Rey y Sacerdote

Oráculo del Señor a mi Señor:


«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,


entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:


«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira,


quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso, levantará la cabeza.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo


como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El presidente, los salmistas y el lector rezan juntos la antífona

Ant. Mirad: vendrá el Señor para sentarse con los príncipes en


un trono de gloria.

El presidente, los salmistas y el lector rezan juntos la antífona

Ant. 2. Destilen los montes alegría y los collados justicia, porque


con poder viene el Señor, luz del mundo.

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

El salmista que se encuentra en el ambón comienza rezando la primera


estrofa del salmo y se va alternando en el rezo con el salmista que se
encuentra en el atril

Salmo 110: Grandes son las obras del Señor

Doy gracias al Señor de todo corazón,


en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,


su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,


recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,


todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,


ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,


tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo


como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El presidente, los salmistas y el lector rezan juntos la antífona

Ant. Destilen los montes alegría y los collados justicia, porque


con poder viene el Señor, luz del mundo.

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

El presidente, los salmistas y el lector rezan juntos la antífona

Ant. 3. Llevemos una vida honrada y religiosa, aguardando la


dicha que esperamos, la venida del Señor.

El salmista que se encuentra en el ambón comienza rezando la primera


estrofa del salmo y se va alternando en el rezo con el salmista que se
encuentra en el atril.

Apocalipsis 19,1-7: Las bodas del Cordero

Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro
Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos.
Aleluya.

Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes.
Aleluya.

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de
todo, alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
Aleluya.

Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido.
Aleluya.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo


como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El presidente, los salmistas y el lector rezan juntos la antífona

Ant. Llevemos una vida honrada y religiosa, aguardando la dicha


que esperamos, la venida del Señor.

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

El lector se coloca delante del ambón mirando a la asamblea y lee la lectura


en voz alta

Lectura breve Flp 4, 4-5

Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.


Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor esta
cerca.

Tiempo de silencio y oración personal

Responsorio breve

El presidente reza el responsorio y los salmistas responden.

V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

V/. Danos tu Salvación.

R/. Tu misericordia.

V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

El presidente, los salmistas y el lector rezan juntos la antífona del


Magníficat

Cántico Evangélico

Magnificat, ant. «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar


a otro?» «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo: los ciegos ven,
los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena
Noticia.» Aleluya.

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

Todos rezan

(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)

Proclama mi alma la grandeza del Señor,


se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,


porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:


dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,


acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo


como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El presidente, los salmistas y el lector rezan juntos la antífona del


Magníficat

Ant. «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?»


«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo: los ciegos ven, los
muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia.»
Aleluya.

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

Preces

Presidente

Oremos a Jesucristo, nuestro redentor, que es camino, verdad y


vida de los hombres, y digámosle:

Salmistas

Ven, Señor, y quédate con nosotros

Lector

• - Jesús, Hijo del Altísimo, anunciado por el ángel Gabriel a


María Virgen,

Salmistas

ven a reinar para siempre sobre tu pueblo.

Lector

• - Santo de Dios, ante cuya venida el Precursor saltó de


gozo en el seno de Isabel,

Salmistas

ven y alegra al mundo con la gracia de la salvación.

Lector

• - Jesús, Salvador, cuyo nombre el ángel reveló a José,

Salmistas

ven a salvar a tu pueblo de los pecados.

Lector

• - Luz del mundo, a quien esperaban Simeón y todos los


justos,

Salmistas

ven a consolar a tu pueblo.

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

Lector

• - Sol naciente que nos visitará de lo alto, como profetizó


Zacarías,

Salmistas

ven a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de


muerte.

Otras peticiones

El presidente invita a la comunidad a rezar el padrenuestro

Terminemos nuestras preces con la oración que nos enseñó el


Señor:

Todos

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;


venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a
los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Los salmistas bajan del presbiterio

Las personas responsables de los cantos entonan el siguiente u otro canto


eucarístico y el presidente inciensa como de costumbre

Proclamemos el reino de la vida,


aclamemos el triunfo del Señor,
celebremos ya todos reunidos
el banquete del Pan y del Amor.
¡Cristo, luz de los pueblos, aleluya!
¡Cristo, luz de los pueblos, pascua y liberación!

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

Por todos los caminos de la tierra, llegamos a ti.


Cargados de pesares y esperanzas, te buscamos a ti,
Tu mesa es nuestro mundo,
tu pan multiplicaste,
el vino nos alegra el corazón.
¡Cristo, luz de los pueblos, aleluya!
¡Cristo, luz de los pueblos, pascua y liberación!

Sembraste el evangelio en nuestros surcos


florece la Verdad
Madura contra el hombre
el fruto cierto de la fraternidad.
Tu amor y tu justicia rompen toda frontera,
la paz es el fin de la tribulación.
¡Cristo, luz de los pueblos, aleluya!
¡Cristo, luz de los pueblos, pascua y liberación!

Haremos de esta tierra ya tu casa,


la nueva humanidad.
Unidos los hermanos brindaremos
con tu vino y con tu pan,
Revestidos de gozo cantaremos
la vida que nos ganaste en tu resurrección.
¡Cristo, luz de los pueblos, aleluya!
¡Cristo, luz de los pueblos, pascua y liberación!

El presidente recita la oración.

Oremos.
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el
memorial de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal
modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que
experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos.

R/. Amen.

El presidente bendice a la asamblea con el Santísimo Sacramento

Durante la reserva se hace el siguiente canto u otro canto eucarístico

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PARROQUIA DE LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA

Yo canto al Señor porque es Grande,


me alegro en el Dios que me salva;
feliz, me dirán las naciones,
en mí descansó su mirada.

Unidos a todos los pueblos,


cantamos al Dios que nos salva.

El hizo en mí obras grandes,


su amor es más fuerte que el tiempo,
triunfó sobre el mal de este mundo,
derriba a los hombres soberbios.

Unidos a todos los pueblos,


cantamos al Dios que nos salva.

No quiere el poder de unos pocos;


del polvo, a los pobres levanta;
dio pan a los pobres hambrientos,
dejando a los ricos sin nada.

Unidos a todos los pueblos,


cantamos al Dios que nos salva.

Libera a todos los hombres,


cumpliendo la eterna promesa,
que hizo en favor de su pueblo,
los Pueblos de toda la tierra.

Unidos a todos los pueblos,


cantamos al Dios que nos salva.

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