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MÓDULO III
HOMEOPATÍA
HOMEOPATÍA
La homeopatía es un tipo de medicina alternativa que se sustenta sobre dos principios dogmáticos
promulgados por su creador Samuel Hahneman hace 200 años. El primero de ellos, afirma que, una
sustancia que provoca los mismos síntomas en el cuerpo que una enfermedad posee propiedades
curativas de la misma. El segundo afirma que un principio activo es más eficaz cuanto más diluido esté
en agua. Sus fundamentos se alejan del método científico, por lo que ha sido catalogada como
pseudociencia.
El efecto placebo
La dilución es un proceso que se utiliza en homeopatía para disminuir la concentración de las cepas
empleadas en la preparación de los remedios.
Los medicamentos homeopáticos se elaboran con sustancias de origen vegetal, animal y mineral y su
fabricación se realiza en varias etapas perfectamente delimitadas y definidas.
En cada una de las etapas de la fabricación del remedio homeopático se realizan multiplicidad de
controles para determinar la calidad del producto.
Las diluciones se realizan en una sala especial con aire filtrado y bajo una campana de flujo laminar
que genera aire purificado.
La dilución consiste en una serie de operaciones sucesivas de reparto de la cepa en un vehículo inerte,
generalmente el alcohol.
Dinamización:
Se define como el proceso por el cual se le proporciona a una solución, un mínimo de 100 agitaciones
enérgicas por minuto.
Tipos de diluciones
• En un recipiente de 10 cc. Se pone 1 cc. de TM y se completa con 9 cc. de alcohol de 70º, después
se DINAMIZA y hemos obtenido así la primera dilución decimal = 1 DH.
Se continua así de la misma manera hasta obtener la dilución decimal deseada, teniendo en
cuenta que para obtener una dilución superior siempre hay que partir de la dilución anterior.
En un recipiente de 100 cc. se pone 1 cc. de la TM y se completa con 99 cc. de alcohol de 70º después
se dinamiza obteniéndose así la primera dilución centesimal = 1 CH.
Estos dos tipos de diluciones, fueron las únicas que desarrolló HAHNEMANN, por eso se denominan
decimales y centesimales hahnemanianas.
Los médicos hahnemanianos puros son las que más utilizan.
Las enfermedades por las que se acude más asiduamente a la consulta del médico homeópata son:
En Patología General
En Patología Infecciosa
• Gripe no complicada y Síndromes Gripales.
• Abcesos e infecciones supurativas.
• Tos ferina.
• Parotiditis.
• Hepatitis aguda.
En Pediatría
En Obstetricia
En Ginecología
• Síndrome Pre-menstrual.
• Dolores menstruales.
• Miomas (fibroma).
• Alteraciones de la menopausia.
En Dermatología
• Urticarias.
• Eczemas.
• Acné
• Alergias.
• Herpes simple y zoster.
• Verrugas.
• Micosis.
En Gastroenterología
• Dispepsias.
• Cólicos hepáticos.
• Cirrosis hepática alcohólica.
• Colitis.
• Estreñimiento.
• Diarreas.
• Úlceras.
• Colon irritable.
En enfermedades respiratorias
En Traumatología Y Reumatología
• Tendinitis.
• Esguinces.
• Fracturas.
• Reumatismos.
• Artritis.
• Artrosis.
• Gota.
En lo cardiovascular
• Hipertensión arterial.
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HERBODIETÉTICA Y HOMEOPATÍA
MÓDULO III
HOMEOPATÍA
• Varices.
• Úlceras arteriales o venosas.
En Neurología Y Psiquiatría
• Cefaleas y migrañas.
• Ansiedad.
• Estrés.
• Depresión.
• Crisis de pánico.
• Insomnio.
• Anorexia y Bulimia.
En Urología
Aconitum es ideal para las primeras etapas de resfríos, gripes y dolores de garganta, por lo que
no debe faltar en el botiquín. Si no lo logramos conseguir, también podemos utilizar Cepa.
Por otra parte, el Apis mellifica es muy útil para picaduras de insectos, heridas y lesiones
punzantes, por lo que es necesario, especialmente si hay niños en casa.
El Hypericum es muy útil a la hora de tratar heridas y para aliviar el dolor luego de una
cirugía, un tratamiento dental o de haber dado a luz.
Lactobacillus acidophilus es la bacteria dominante en el intestino delgado, donde se hace la mayor parte
de la digestión, mientras que Bifidobacterium bifidum reside en el intestino grueso donde se procesan
los desechos para ser evacuados. Ambas se consideran probióticos, que singnifica “a favor de la vida” y
son muy necesarias a la hora de mantener la salud intestinal y general, ya que constituyen la primera
línea de defensa de nuestro cuerpo contra los microorganismos potencialmente dañinos que se inhalan
o ingieren. El equilibrio de nuestra flora bacteriana, puede alterarse durante períodos de estrés, dieta
inadecuada, y consumo de medicamentos, y como consecuencia se puede producir una serie de
trastornos como diarrea, retortijones, gases, pirosis e infección.
Los probióticos producen ácido láctico y ácido acético los cuales crean una alteración del pH que
funciona como un antiséptico del sistema digestivo y al mismo tiempo minimizan la proliferación de
organismos dañinos, al competir por nutrientes y alojamiento en las paredes intestinales, por tanto, son
ideales durante un tratamiento con antibióticos, corticoesteroides, y la píldora anticonceptiva, ya que
estos pueden propiciar la aparición de infecciones, como la candidiasis.
Infecciones, halitosis, úlcera, flatulencia, colon irritable, diarrea, estreñimiento, infecciones, acné,
eccema, anemia, infecciones, hongos, inmunodeficiencia, cistitis, alergias, candidiasis, exceso de olor
corporal, malnutrición, intolerancia a la lactosa, etc.
Los probióticos son muy seguros y no se asocian con efectos secundarios cuando se siguen las dosis
recomendadas. Se puede tomar hasta 10.000 millones de estas bacterias a nivel terapéutico, pero
cantidades superiores pueden provocar leves molestias gastrointestinales.
Colesterol alto
Es importante recordar que estos medicamentos deben ser prescriptos y controlados por médicos
homeópatas debidamente certificados. Esta recomendación se basa no sólo en que estos preparados son
considerados medicamentos, sino que en muchas ocasiones hay productos falsificados que dicen
contener sustancias que en realidad no tienen; o poseen otras que pueden ocasionar muchos efectos
secundarios sobre la salud.
Los alimentos que debemos evitar son aquellos que le dan más trabajo al hígado. Entre estos podemos
incluir:
Las grasas saturadas: es importante limitar la ingesta de carnes con mucha grasa como el chorizo, el
tocino, el salami, las salchichas y los productos lácteos (cremas, helados, quesos, leche entera, etc.)
Recuerde que las patatas fritas envasadas y los snack (doritos, chitos, etc.) son ricos en grasas saturadas.
Alimentos procesados: evite alimentos como el pan blanco, dulces (pasteles, galletas, donuts, etc)
y sustitúyalos por sus derivados integrales.
Sustancias químicas: dentro lo posible evite los colorantes, saborizantes y conservantes alimentarios.
Así como, los insecticidas y pesticidas. Ya que pueden dar más trabajo a nuestro hígado.
La cafeína: limite su consumo a 2 o 3 tazas de café al día. Ya que la cafeína se procesa en nuestro hígado
dificultando así, la purificación del mismo. Recuerde que el té, el café y la mayoría de los refrescos de
cola contienen mucha cafeína.
El alcohol: evite el consumo de alcohol que es una potente toxina que daña nuestro hígado causando
numerosas enfermedades hepáticas.
Las drogas: evite el consumo de drogas porque dentro del grave perjuicio que ocasionan en el
organismo causan un estrés importante al hígado, además del deterioro general que redunda en su mala
oxigenación y funcionamiento.
Para conseguir un buen funcionamiento de nuestro hígado y consecuentemente tener una buena
salud es importante seguir una dieta saludable.
• Ayude a purificar su hígado, para esto va muy bien los alimentos amargos como el diente de
león, las hojas verdes de mostaza, el melón amargo, la lechuga romana y el tallo del brócoli.
• Tome alimentos protectores como el eneldo, las semillas de alcaravea, el ajo, las cebollas, el
boldo, la cúrcuma y la pimienta del ají de Cayena se pueden usar fácilmente al cocinar.
• Las carnes más recomendadas son las magras y las de ave, preferentemente, a la plancha
o al vapor.
• Beba abundante agua (6 a 10 vasos por día) así, ayudaremos a nuestros riñones eliminar las
toxinas que el hígado ha procesado. No olvide las infusiones de boldo, cardo mariano, diente de
león).
• Limite el consumo de bebidas ricas en cafeína. Mejor tome té verde que además de tener
propiedades inmunoestimulantes contiene menos cafeína que el café.
A parte de los consejos evidentes de evitar los tóxicos y los hábitos poco saludables, vamos a ir un poco
más allá con unas pautas sencillas en la práctica:
Bebe 1 o 2 vasos de agua templada en ayunas. Ayudará a tus intestinos a recuperar su función.
Come alimentos poco cocinados y depurativos: Alcachofa, pomelo, apio, diente de león, cola de caballo,
espárragos, parietaria, manzana, limón. Si los consumes frescos debes proponerte comerlos
regularmente y cantidad.
Mantén sanos tu hígado, tus riñones y tus pulmones, ya que estos órganos funcionan en parte, como
“filtros” del organismo. También son los que más sufren cuando nuestro cuerpo se encuentra muy
intoxicado ya que tienen que “trabajar” el doble para depurarlo, por eso por ejemplo, cuanto más
alcohol bebamos, más sufrirá nuestro hígado y cuanto más se atrofie nuestro hígado más niveles de
etanol dejará en nuestra sangre. Por eso se suele decir que una persona que bebe regularmente alcohol
puede llegar un momento en que solo con olerlo sufra de una intoxicación etílica, y esto será en parte
porque su hígado ya no será capaz de depurar su sangre aunque la ingesta sea mínima.
Lo mismo podemos decir del tabaco, del humo de los coches, de la ingesta abusiva de medicamentos,
etc.
Para mantener tus riñones sanos debes beber al menos 2 litros de agua al día y alimentos diuréticos
(alcachofa, espárrago, pomelo, manzana, té), evitar la sal en la medida de lo posible, y consumir
infusiones, por ejemplo té verde.
Para mantener tus pulmones sanos debes evitar evidentemente el tabaco y el humo de los coches, y
también los productos de limpieza tóxicos y los pesticidas. También deberás hacer ejercicio aeróbico
frecuentemente (nadar, practicar algún deporte al aire libre como el fútbol, baloncesto, voleibol).
Para mantener tu hígado sano debes evitar el consumo excesivo de azúcar, sal, alcohol y carne. También
puedes reforzarlo tomando cardo mariano, alcachofa, onagra, acerola, espirulina o lecitina de soja.
• Come Ajo.
El ajo es el mejor alimento natural y la planta medicinal con mejores propiedades. Es un
bactericida y antibiótico natural excelente y además regula la tensión, entre otras tantas
Consumo de fibra
Los expertos en nutrición tienen muy claro la importancia de una alimentación rica en fibra por sus
efectos benéficos sobre la salud y la prevención de enfermedades.
¿Pero qué es la fibra?, ¿cuáles son las ventajas de una alimentación rica en fibra dietética?
Para los expertos, la fibra es imprescindible en cualquier dieta sana y equilibrada, al ser un conjunto de
sustancias presentes en alimentos vegetales, que no pueden ser digeridas por las enzimas del aparato
digestivo.
La fibra soluble, en tanto, agrega la especialista, “la encontramos en las legumbres, la avena, la cebada
y algunas frutas. Las dietas altas en fibra soluble y bajas en grasa disminuyen los niveles de colesterol
sanguíneos. Pero, además, este tipo de fibra y los componentes que contiene puede regular la absorción
intestinal de los azúcares procedentes de los alimentos”.
Por eso es necesario que se aumente el consumo de frutas y vegetales y siempre que sea posible
comerlos con cáscara. Incluya en las comidas cereales integrales y productos de harina integral (pan,
galletas, fideos, etc). A ellos agregue el consumo de legumbres, al menos una vez a la semana”.
• Verduras
• Legumbres
• Frutas
• Aceitunas
• Cereales Integrales
La dieta mediterránea está considerada como la más cardiosaludable, es decir, la que mejor ayuda a
prevenir las enfermedades cardiovasculares. Es una dieta que se caracteriza por un alto contenido de
frutas, verduras, pescado azul, legumbres, frutos secos y aceite de oliva.
Pero lo más importante es que se trata de una alimentación variada, equilibrada y saludable.
Tomar frutas y hortalizas todos los días: se recomienda cinco porciones de fruta y hortalizas al día,
pero no más de un zumo diario, pues tiene un menor efecto saciante y no tiene las mismas propiedades
nutritivas que la porción entera.
También hay que evitar las verduras precocinadas o envasadas, pues suelen tener un alto contenido en
sal. Lo aconsejable es hacerlas al vapor y, llegado el caso, cocinarlas o aderezarlas con aceite de oliva.
Limitar la sal: se ha demostrado que limitar el consumo de sal a 3 gramos diarios, aporta los mismos
beneficios para la salud que dejar de fumar. Hay que tener en cuenta a este respecto que la mayor parte
de la sal que se ingiere procede de alimentos como el pan, la bollería, salsas, quesos, derivados de la
carne y, en general, la gran mayoría de los alimentos precocinados y envasados.
Los cereales, mejor integrales: los cereales (arroz, trigo, mijo, centeno, etc.) que se suelen tomar son
mayoritariamente refinados. Sin embargo, las cualidades cardiosaludables de los integrales, los que no
han sido procesados, son determinantes, ya reducen el riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión arterial,
enfermedades del corazón e incluso cáncer.
Legumbres: hay que garantizar la presencia de legumbres en la dieta, pero cuidado al prepararlas:
conviene evitar platos con un alto contenido en grasa (cocido, fabada, etc.).
Frutos secos: los expertos recomiendan consumir regularmente frutos secos, pues se ha demostrado
su beneficio a la hora de mantener la salud cardiovascular. Es suficiente tomar 2-3 nueces diarias, por
ejemplo, en el desayuno.
Más pescado y menos carne roja: los pescados como las sardinas, caballa, atún o salmón aportan
grasas monosaturadas y poliinsaturadas, además de ácidos grasos esenciales, como es el caso del
Omega 3. Conviene, por tanto, reducir la ingesta de carne roja y aumentar el consumo de este tipo de
pescado.
Los lácteos desnatados: el aporte de calcio de la leche y sus derivados es un fundamental para evitar
la osteoporosis, pero su grasa es perjudicial para la salud cardiovascular. Por esta razón es preferible
que las personas mayores consuman los lácteos desnatados.
Cómo cocinar los alimentos: una parte importante de la dieta cardiosaludable radica en la manera de
cocinar los alimentos. Hacer las verduras al vapor, las carnes y pescados a la plancha, no hacer platos
muy elaborados o especiados y limitar a mínimos la sal es la mejor recomendación.
Cinco comidas al día: los especialistas en alimentación también recomiendan hacer cinco comidas al
día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Esto evita picar entro horas y permite mantener a
lo largo de todo el día la sensación de saciedad. La cena debe ser ligera y conviene esperar un buen rato
para acostarse.
Ejercicio: media hora de ejercicio diario (simplemente pasear) es un buen complemento a una dieta
equilibrada.
TRATAMIENTOS FITOTERAPÉUTICOS
Los hallazgos obtenidos a través del tiempo han permitido distinguir amplia variedad de hierbas y
plantas curativas con las siguientes propiedades terapéuticas:
Antihelmínticas.
Destruyen y permiten la expulsión de parásitos intestinales.
Antiinflamatorias.
Remedios herbolarios con plantas como la cola de caballo alivian o reducen la inflamación o
hinchazón de tejidos.
Antimicrobianas.
Exterminan microbios causantes de enfermedades y ayudan a fortalecer los mecanismos de defensa
del organismo.
Astringentes.
Reducen la irritación cutánea y crean barrera protectora contra infecciones.
Carminativas.
Calman la inflamación de las paredes intestinales y permiten la eliminación de gases del tubo
digestivo.
Emolientes.
Tienen acción antiácida y protege a los tejidos irritados o inflamados.
Diuréticas.
Aumentan la producción y eliminación de orina.
Emenagogas.
Estimulan la expulsión del flujo menstrual.
Expectorantes.
Permiten la eliminación de mucosidades alojadas en vías respiratorias. Tal es el caso de la acelga.
Hepáticas.
Fortalecen al hígado y ayudan a que funcione adecuadamente.
Tranquilizantes.
Ayudan a reducir y controlar estados de nerviosismo, ansiedad e inquietud, por ejemplo, la hierba de
San Juan.
Las plantas y hierbas que se utilizan con mayor frecuencia en forma de infusiones (tés), medicamentos
y suplementos alimenticios incluyen las siguientes especies:
FORMAS DE PREPARACIÓN
Las plantas medicinales se pueden preparar de varias maneras, dependiendo de que su uso sea interno
o externo, de la enfermedad que se busca curar y de las características de la planta misma.
A continuación, se mencionan las formas más comunes de preparación.
Infusión
Se pone una cucharadita de la planta seca, hojas u otras partes frescas de la planta, en una taza en la que
se vierte agua hirviendo. Se deja reposar de 5 a 20 minutos, después se cuela y según el gusto se endulza,
de preferencia con miel de abejas.
Cocimiento o decocción.
Se coloca una cucharadita del material “hojas, flores, raíces, ya sean secas o frescas” en un pocillo
esmaltado que no sea de aluminio., con una taza de agua fría. Se calienta y se deja hervir de 2 a 10
minutos a fuego lento. Se cuela al final y se endulza al gusto.
Maceración
Se pone una cucharadita de hierbas secas o frescas en una taza del líquido, ya sea agua, alcohol o vino,
y se deja reposar de 8 a 12 horas, a la temperatura ambiente. Luego se mezcla, se calienta ligeramente,
se cuela y se endulza.
Compresas frías
Hacer un cocimiento de la planta y dejar enfriar totalmente. El contenido debe estar envuelto en una
tela fina. Se aplica sobre la parte afectada y se renueva cada 10 o 12 minutos.
Se hace lo mismo que las compresas frías, sólo que esta vez el agua debe estar bien caliente. Se renueva
cada 5 minutos.
Cataplasma
Son para uso externo. Se machacan las partes frescas de las plantas, se extienden sobre una tela de
algodón, lino o gasa y se colocan sobre las partes afectadas. En algunos casos se hierve la planta y se
puede aplicar directamente sin tela.
Jabones medicinales
Se utilizan para el tratamiento de varias enfermedades de la piel, para heridas, o simplemente para
cuidar la piel.
El método más común es el siguiente:
Se hierven a fuego lento unos 100 gramos de la hierba en un litro de agua, hasta que se evapore la
mitad. Se cuela, se exprime y se pone a hervir el cocimiento o decocción a fuego lento mientras se le
agrega un jabón neutro de 400 gramos rallado, hasta que el jabón se disuelva completamente. Se mezcla
bien y luego se vacía la mezcla caliente en moldes y se deja enfriar. Para que el extracto de la hierba se
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distribuya de manera más homogénea y para que el jabón tenga buena forma, a veces es necesario
amasarlo mientras se está enfriando. De este modo se pueden hacer jabones de sábila, manzanilla,
romero avena, romero, árnica, o cualquiera otra planta que sea buena para la piel.
Jarabes medicinales
Los extractos de las plantas medicinales tienen con frecuencia un sabor amargo, por lo que no son muy
aceptables sobre todo por los niños. Para darles un mejor sabor se hacen jarabes, que son más fáciles
de ingerir.
Uno de los métodos más comunes para hacer los jarabes es el siguiente:
Se ponen 100 gramos de hierba fresca o seca en un litro de agua, se hierve un minuto y se deja reposar
de 2 a 3 días. Luego se filtra y se exprime. Se le agrega azúcar en una cantidad de medio kilo por litro
de decocción. En otros casos se hacen los jarabes con miel de abejas y el jugo de la hierba. Se recomienda
tomar una cucharada del jarabe tres veces al día.
Para uso externo. Se pone a hervir lentamente de una a dos cucharadas de hierba en 200 gramos de
vaselina, “sin ácido”, durante 3 minutos. Se mezcla bien el concentrado, se filtra y se deja enfriar en su
envase definitivo.
Aceites medicinales.
Para uso tanto interno como externo. Se toma un puñado de hierba fresca o seca y se le sumerge en
medio litro de aceite de oliva u otro aceite vegetal comestible. Se deja la mezcla expuesta al sol en un
frasco de vidrio transparente y sin color, durante 2 o 3 semanas. Después se filtra y se saca la espuma y
la capa acuosa que ha quedado encima.
Los aceites vegetales necesitan conservarse en frascos de vidrio de color ámbar: ejemplo, una botella
de vino o cerveza, bien tapados y en un lugar fresco, fuera de la luz directa.
Para hacer el polvo se muele la hierba seca en un mortero. Se usa sobre todo para ingerir hierbas de
sabor fuerte y desagradable. El polvo se empaca dentro de las cápsulas que venden en las droguerías y
farmacias.
Tintura medicinal
Para uso interno y externo. Se mete la hierba, de preferencia fresca, en un frasco de vidrio de color
ámbar, y se le agrega una solución hidro-alcohólica “de alcohol no desnaturalizado de 90°", casi puro,
diluido con agua hervida, purificada, o de preferencia, destilada, hasta que la solución cubra la hierba.
Se tapa bien el frasco, se agita y se deja reposar por 2 o 4 semanas fuera del sol. Se filtra luego con un
colador de nylon, papel de baño o gasa; dependiendo de la fineza del material que se va a filtrar, y se
guarda la tintura en un envase de vidrio de color ámbar. Se toman de 1 a 2 mililitros “unas 25 gotas”, 3
veces al día.
En el caso de la mayoría de las plantas se puede tomar una tintura en lugar de una infusión, cocimiento
o maceración.
La tintura tiene la gran ventaja que se puede conservar por mucho tiempo, “uno o dos años”.
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Jugo de plantas
Las plantas frescas, previamente lavadas si es necesario, se exprimen a mano o mecánicamente para
sacar el jugo. Una cucharadita del mismo se diluye en unas pocas cucharadas de agua y se toma 3 veces
al día, media hora antes de cada comida. Otros jugos se toman en forma pura, sin necesidad de haberlos
diluido.
Es de tenerse en cuenta que las infusiones, cocimientos, maceraciones y jugos no se podrán conservar
por más de 48 a 72 horas, mientras que las hierbas secas, los ungüentos, aceites, tinturas, vinos y
microdosis; podrán conservarse por un período largo de tiempo, es decir, hasta dos años.
Baños
Es la inmersión parcial o total del cuerpo dentro de un líquido de composición curativa vegetal.
Los baños pueden ser fríos o calientes. Los fríos deben de ser de corta duración.
Aromáticas
Son bebidas hechas con plantas que por lo regular tienen un olor agradable, como la manzanilla, la
hierbabuena (yerbabuena) o cedrón (cederrón) entre otras.
Fricción o masajes
Consiste en restregar una parte determinada del cuerpo con un líquido caliente o frío, con o sin hierbas,
ya sea a mano, con cepillo o con una toalla.
Gargarismo
Es hacer un cocimiento de plantas con agua, que después de dejarlas reposar se llevan a la boca y se
hacen gárgaras o enjuagues para calmar las partes afectadas o adoloridas.
Inhalaciones - vahos.
Hacer un cocimiento de la planta escogida, luego bien caliente en el mismo recipiente donde se cocina
se aspira el vapor por boca y nariz. Para que haya un mejor aprovechamiento, se trata de cubrir la
cabeza con una toalla junto con el recipiente.
Loción medicinal.
Se hace con raíces o plantas molidas en infusión. Sirve para lavar una parte del cuerpo con un líquido
especial.