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FRONTERA &
MIGRACIÓN
en el Caribe colombiano:
el caso venezolano
FRONTERA
& MIGRACIÓN
en el Caribe colombiano:
el caso venezolano
La Paz, Cesar
2022
Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los
derechos patrimoniales.
Impreso y hecho en Bogotá D. C., Colombia.
Este libro es de distribución gratuita y está prohibida su comercialización.
Contenido
Prólogo 12
Claudia Mosquera Rosero-Labbé
Introducción 16
PRIMERA PARTE
La frontera, la migración histórica
y las relaciones binacionales 19
¿Quiénes son los migrantes venezolanos? La frontera,
la migración histórica y la relación entre Colombia y Venezuela 21
Socorro Ramírez
TERCERA PARTE
Respuestas a las preguntas del público 57
¿Qué medidas consideran que el gobierno colombiano debe tomar
para hacerse cargo de la situación de los venezolanos? 59
Socorro Ramírez
Colofón 70
Lucía Eufemia Meneses Lucumí
Fotografía: César Alegría Vallejo, 2021
Prólogo
Claudia Mosquera Rosero-Labbé
la guardia venezolana— pasa por recordar que una parte de la historia reciente
sobre la movilidad social en la región Caribe continental está ligada a la osadía
de muchos hombres, mujeres y familias enteras que migraron en calidad de des-
plazados económicos en los años 80 y 90 hacia ese país.
Para una mujer de mi generación, no deja de ser extraño la imagen de otre-
dad radical que han construido algunos ámbitos políticos, medios de comuni-
cación y un sentido común ciudadano desinformado y acrítico, que desconoce
una serie de eventos culturales y de movilidad social ascendente que tuvieron
como protagonista la boyante economía petrolera del país vecino en sus años
de gloria económica.
Afirmo que la exitosa migración de caribeños pobres de áreas rurales y de
sectores populares empobrecidos en las décadas ya señaladas, produjo peque-
ñas clases medias en barrios y municipios colombianos. Hombres y mujeres que
realizaban trabajo duro en haciendas, casas de familia e industrias —en medio
de prácticas de xenofobia—, obtuvieron en Venezuela importantes capitales eco-
nómicos para la compra de casas, pequeñas fincas y otros bienes inmobiliarios,
realizaron inversiones en la educación de la prole en carreras como Medicina,
Derecho e ingenierías, y además trajeron a los territorios de origen nuevos con-
sumos culturales.
Estos migrantes trajeron de Venezuela una estela de Modernidad, pues el Ca-
ribe continental envió contingentes de personas que vivían bajo valores feuda-
les, en términos de derechos sociales y económicos, y en Venezuela encontraron
el discurso de la ciudadanía. De Venezuela llegaron, con nuevas palabras que eran
objeto de implacables sornas, otras formas de interacción social, innovaciones
en las formas de educar a los hijos e hijas, trajeron conocimientos de ciertas
tecnologías, aparatos electrodomésticos mágicos, autos deslumbrantes nunca
vistos por estas tierras. En Colombia solo los hogares con altos ingresos partici-
paban de consumos parecidos, sobre todo aquellos hogares vinculados con los
Estados Unidos o con el narcotráfico principalmente.
Con el desarrollo del Socialismo del Siglo xxi, y en la medida en que este pro-
yecto entró en contradicciones internas en su desarrollo, empezamos a encon-
trar población migrante venezolana en lugares inesperados. En los años 2016 y
2017, durante un trabajo de campo realizado en áreas rurales del municipio de
Riohacha, fui testigo de la presencia de bellas mujeres venezolanas en lugares
de difícil acceso. Historias de amores y erotismo llegaban a mis oídos como
14
confesiones por parte de las mujeres locales que miraban con recelo a estas re-
cién llegadas. Hombres campesinos o separados maritalmente rehacían sus vidas
con mujeres que sabían labrar el campo, embellecer el cabello, el rostro, las ma-
nos, los pies y que eran consideradas depositarias del bálsamo del buen trato.
En el año 2019, ya instalada en Valledupar, supe que familias de migrantes
venezolanos estaban cultivando, que traían sus propias semillas y que, bajo dis-
tintas modalidades de alquiler de tierras, garantizaban seguridad alimentaria
para sus familias al tiempo que vendían pequeños excedentes en la parte plana
de municipios como La Paz, Manaure y San Diego. Durante otro trabajo de cam-
po en el año 2021, realizado con el Laboratorio de Paz Territorial en la Serranía
del Perijá, escuché en varias entrevistas realizadas en fincas cafeteras que la
mano de obra flotante y estacionaria había contribuido al buen momento del
café en el Departamento del Cesar. Los dueños y dueñas de fincas se sentían
agradecidos con estas mujeres y hombres provenientes de Venezuela que, en
menos de una semana, aprendían el delicado arte de la recolección de grano del
café y que eran infatigables.
El Laboratorio del Paz Territorial asume que la migración venezolana repre-
senta una nueva oportunidad para que la subregión y el país, la cultura y la
economía regional de base agrícola, pueden salir robustecidas si aprendemos a
canalizar institucionalmente todo lo que los migrantes tienen para aportarnos.
El texto que usted tiene en sus manos titulado Frontera y migración en el Caribe
colombiano: el caso venezolano, es una buena oportunidad para conocer más sobre
las características y encrucijadas de la migración venezolana en nuestra región
Caribe. Les deseo una buena, atenta y enriquecedora lectura; ojalá compartan lo
aprendido con personas de proximidad que desconocen estas reflexiones. Una
sociedad como la nuestra, que está construyendo un nuevo pacto social después
de los Acuerdos de Paz de la Habana, no puede permitir que la xenofobia impida
que la paz a pequeña escala sea un realidad en nuestros barrios, veredas, corre-
gimientos, municipios y regiones.
1 Conversatorio realizado el 11 de junio del año 2020 vía Facebook Live y YouTube
(https://www.youtube.com/watch?v=ZzRkbKBz_TA). Como se verá, si se compara el texto
oral con el impreso del conversatorio, este ha sido intervenido ligeramente para pulir ciertas
marcas de la oralidad que no funcionan en lo escrito y subsanar saltos o muletillas. Por ello,
el presente texto fue validado por las y los participantes. Adicionalmente, el orden de las
intervenciones varió, en aras de fijar un orden temático que va de lo macrocontextual a lo
puntualmente político y humanitario de las problemáticas tratadas [N. de la Ed.].
17
Socorro Ramírez
Doctora en Ciencia Política, Magister en
Relaciones Internacionales, licenciada
en Historia. Profesora jubilada de la
Universidad Nacional de Colombia.
Integrante de la organización Puentes
Ciudadanos Colombia Venezuela.
Para adentrarnos en el tema, pensemos qué es esa frontera, porque con frecuen-
cia desde Bogotá y Caracas, cuando se habla de frontera, se está pensando en
los 2.219 kilómetros de una línea que fue delimitada con mucho esfuerzo —se
llevó casi 100 años la delimitación de esa línea terrestre—. Pero cuando estoy
hablando de frontera voy más allá de esa línea, que dividió o destacó interac-
ciones muy importantes de toda naturaleza que articulan muy profundamente
a Colombia y a Venezuela.
22 Frontera & migración en el Caribe colombiano: el caso venezolano
No impunemente, cada uno tiene con el otro país su mayor frontera, la más
compleja, la más abigarrada, y propondría que la pensemos, más que a partir de
los siete departamentos colombianos que colindan con Venezuela o de los cua-
tro estados venezolanos que colindan con Colombia, a partir de interacciones
más sociales y ambientales, que muestran de manera muy precisa esta proble-
mática migratoria hoy y nos ayudan a entenderla (Figura 1).
Porque, en primer lugar, el Caribe y el desierto de La Guajira son el espacio
en el que se mueve una etnia binacional, los wayúu, que constituyen el 20% de
la población indígena venezolana y el 20% de la población indígena colombia-
na. Es una población que se piensa binacional. En su cosmovisión, piensan ese
territorio —que existía para su etnia desde antes de la delimitación— de manera
transfronteriza; por eso, con razón, ahora, en medio de todo este fenómeno
migratorio, ellos dicen “somos de allá y somos de aquí y tenemos derechos allá,
y aquí no somos migrantes”. Su cosmovisión los hace incluso recorrer a lo largo
de su vida todo el territorio del Zulia, que incluye la media y la alta Guajira co-
lombiana y parte del Zulia en Venezuela.
El segundo ámbito es justo donde está la Sede de la Paz. Es ese Perijá-Cata-
tumbo, que es interesante, porque los dos países comparten allí unos ecosiste-
mas estratégicos. De hecho, cada uno llama parque nacional a buena parte de
esa área. Pero es insólito que, compartiendo esos ecosistemas tan importantes,
no haya mucha coordinación entre los dos países. Se trata de un ámbito que, en
cuanto a la migración, ha sido fundamental, a diferencia del primero, donde Pa-
raguachón constituye el paso formal limítrofe. Aquí en el Perijá no hay un paso
formal, pero por allí pasaron en los años setenta y ochenta una buena cantidad
de colombianos, especialmente del Caribe, que en momentos de gran bonanza
petrolera en Venezuela fueron a trabajar al otro lado, muchos de los cuales es-
tán retornando ahora con familia binacional. Pero también en los años noventa
y en la primera década de los dos mil, en momentos muy agudos del conflicto
armado colombiano, muchas poblaciones fueron desplazadas, a veces casi com-
pletamente, al otro lado, para buscar algún tipo de apoyo.
El tercer ámbito es el más conurbanado. En él, casi siempre, cuando se habla
de frontera con Venezuela, se habla de Cúcuta, de Norte de Santander, del Táchira,
y es un ámbito muy andino, que comparte toda una articulación histórica y pobla-
cional. Lo que ocurre hoy con esa migración pendular de personas es que vienen
de Venezuela con mucha frecuencia a buscar servicios, a buscar bienes básicos,
¿Quiénes son los migrantes venezolanos? 23
±
80°0'0"W 75°0'0"W 70°0'0"W 65°0'0"W San Vincente y 60°0'0"W
La Antillas Granada
Guajira Neerlandesas
!
Nueva
Mar !
Falcón
Esparta Trinidad y Tobago
Caribe !
Atlántico Caracas
Vargas
! ! Yaracuy Sucre
Lara Carabobo
10°0'0"N
10°0'0"N
Aragua Miranda
Cesar
Magdalena Zulia Anzoátegui
Trujillo Monagas
!
Cojedes
Apure
! !
Zona en
Antioquia Santander Arauca Bolívar Reclamación
! !
! Boyacá
!
Caldas Casanare
Chocó !
5°0'0"N
5°0'0"N
Océano ! Cundinamarca
Pacífico Risaralda
! Vichada
!
Quindio
! Amazonas
!
Bogotá, D.C.
Valle del
Cauca Tolima !
!
Meta
!
Guainía
!
Cauca Huila !
!
Guaviare
Nariño !
! !
!
Caquetá
Putumayo Vaupés
0°0'0"
0°0'0"
1:10.000.000
Ambientes en la línea de frontera
Caribe - La Guajira 0 125 250 375 500
Amazonas
Brasil Km
Perijá - Catatumbo WGS 1984
Línea fronteriza Estados de Venezuela Cúcuta - Norte de Santander - Táchira Universidad Nacional de Colombia
Sede de La Paz
Límite departamental !
Capitales Perú Llanero Vicerrectoría de Sede
Laboratorio de Paz Territorial
Departamentos fronterizos Orinoquense - Amazónico Elaborado por Sandra Gómez.
!
80°0'0"W 75°0'0"W 70°0'0"W 65°0'0"W 60°0'0"W
Fuente: ESRI, USGS, NOAA, IGAC 2021, DANE 2021
31.471 en 2005
53.747 en 2016
403.702 en 2017
1.072.432 en 2018
1.771.237 en 2019
1.809.872 en 2020
±
75°0'0"W
Aruba
70°0'0"W
10°0'0"N
Aragua
Cesar
Magdalena Zulia Lag o de Anzoátegui
Ma rac ai bo
Trujillo
Sincelejo
!
Cojedes
Apure
Bucaramanga
! !
(
!
Arauca
Cundinamarca Km
5°0'0"N
5°0'0"N
!
!
( Puntos de control fronterizo
Risaralda Magna Origen Nacional
! Vichada
Límite departamental
!
. Universidad Nacional de Colombia
Amazonas
Departamentos fronterizos Quindio !! Ibagué
Sede de La Paz
Bogotá, D.C. Vicerrectoría de Sede
!
Capitales Valle del Laboratorio de Paz Territorial
Cauca
Áreas protegidas (RUNAP) Tolima !
Villavicencio (
! Elaborado por Sandra Gómez.
75°0'0"W 70°0'0"W !
Fuente: ESRI, USGS, NOAA, IGAC 2021, DANE 2021, Migración Colombia, Cruz Roja Colombiana 2021.
Puerto Inírida
±
75°0'0"W
Aruba
70°0'0"W
!
Falcón
Atlántico Caracas
Vargas
!
! Yaracuy
Lara Carabobo
Miranda
10°0'0"N
10°0'0"N
Aragua
Cesar
Magdalena Zulia Lag o de Anzoátegui
Ma rac ai bo
Trujillo
!
Cojedes
Norte Portuguesa
!
Sucre de Guárico
2 Mérida
Santander (
! Cúcuta
Panamá Córdoba Bolívar !
Barinas
3!( .3
!
!
!
(
Táchira Venezuela
4 .4
!
Apure
!
!
(!
5
Océano Antioquia Santander Arauca Bolívar
Pacífico
6!
(
! !
1!
( Paso de frontera Paraguachón
2!
( Puerto Santander !(Puente Unión) Boyacá
1:5.000.000
Casanare
!
3!
Chocó Caldas
( Puente Internacional Francisco de Paula Santander !
0 30 60 90 120
Cundinamarca Km
5°0'0"N
5°0'0"N
4!
( Puente Internacional Simón Bolívar !
5!
Risaralda
( Puente Internacional José Antonio Páez
!
Línea fronteriza
Vichada
Magna Origen Nacional
!
Límite departamental Universidad Nacional de Colombia
Amazonas
( Puesto de Control Migratorio Quindio
!
6! Fluvial de Puerto Carreño Sede de La Paz
Bogotá, D.C.
!
Departamentos fronterizos
Vicerrectoría de Sede
Valle del
7!
( Puesto de Control Migratorio
Cauca
Fluvial – Inírida
Tolima
75°0'0"W
!
Capitales
!
70°0'0"W
7!
(
!
Laboratorio de Paz Territorial
Elaborado por Sandra Gómez.
Fuente: ESRI, USGS, NOAA, IGAC 2021, DANE 2021, Migración Colombia.
30 Frontera & migración en el Caribe colombiano: el caso venezolano
¿Qué características tiene la población que entra por acá? Pues que muchas
de estas personas no tienen pasaporte, e incluso no tienen documentación,
como pasa con algunos de los hermanos wayúu, quienes —como más adelante
lo explicaré— ingresan a su territorio más fácilmente por alguno de estos 200
pasos o trochas, siendo usadas principalmente dos de ellas, que se llaman La
Cortica y La 80. Entonces por acá hay acceso constante, incluso ahora, en medio
de la pandemia. Por este lado, como lo saben, no hay un corredor humanitario
formalizado, como sí lo hay en los otros estados. Entonces acá la gente todo el
tiempo está pasando para su retorno, pero cuando han llegado ha sido más fácil
entrar por aquí y luego irse a otros departamentos.
A este departamento no solamente llegan para quedarse. Sin embargo, cuan-
do se quieren establecer acá es porque es más fácil, porque hay algunos ele-
mentos culturales, sociales y gastronómicos afines. Compartimos gustos por la
música, [hay] un sinfín de elementos que nos unen y que hacen que la integra-
ción sea, digámoslo así, más fácil para la migración que quiere establecerse en
nuestro territorio.
Sin embargo, también tenemos la migración pendular, que corresponde a aque-
llos que llegan al departamento para abastecerse de productos de la canasta
familiar o llegan buscando atención médica o, si la utilizan, se regresan nueva-
mente a Venezuela o, si pueden, [al departamento de La Guajira] lo utilizan de
tránsito, porque van al Cesar, al Magdalena, al Atlántico, a Bolívar y hacía el res-
to del Caribe colombiano, pero en su mayoría están establecidos en el Atlántico
(ver Figura 3).
Entonces, según la Tabla 1, en La Guajira tenemos el 9% de la población, de
los 1.809.872 venezolanos [que habitan] en nuestro territorio, y de esos, más o
menos, el 9% está en La Guajira, pero principalmente llegan hasta el Atlántico,
Magdalena, Bolívar y César, que recibe un porcentaje bastante más bajo, que co-
rresponde al 31,22% de la población que está en el país. Las que vienen para acá
son personas del estado de Zulia, con el cual compartimos intereses a distintas
escalas que hacen más fácil el proceso de integración en nuestro país.
El segundo aspecto se determina por los factores socioeconómicos que vive
el territorio venezolano. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha determina-
do que la crisis económica que vive Venezuela es uno de los 20 desastres econó-
micos del mundo. Según Cáritas, esto ha hecho que el 90% de la población esté
en vulnerabilidad, incluso se afirma que la gran mayoría de su población, el 90%
Tabla 1. Migración en los departamentos del Caribe (2017-2020)
Casos Covid-19
2017 % 2018 % 2019 % 2020 % Población % %
/ corte junio 9
40.719 / 1.308
Colombia 403.702 100 1.072.432 100 1.771.237 100 1.809.872 100,00 48.258.494 100,00 100
m
La Guajira 124.481 8,36 123.756 11,54 165.475 9,34 161.106 8,90 825.364 1,71 109 (37) 0,26
Atlántico 136.418 9,17 105.459 9,83 167.604 9,46 167.107 9,23 2.342.265 4,85 6.761 16,6
Especificidades de la migración en el Cesar y La Guajira
Magdalena 68.916 4,63 41.460 3,86 92.147 5,20 93.052 5,14 1.263.788 2,61 780 1,91
Bolívar 59.410 3,99 31.674 2,95 81.946 4,62 85.549 4,73 1.909.460 3,96 4.221 10,36
Cesar 43.469 2,92 32.471 3,02 58.689 3,31 58.201 3,22 1.098.577 2,27 449 1,1
Total
432.694 29,07% 334.820 31,20 565.861 31,93 565.015 31,22 7.439.454 15,41 12.320 30,23
Departamentos
Fuente: Elaboración de la autora. Cálculos a partir de información del DANE, Censo 2018 y Migración Colombia 2020.
31
32 Frontera & migración en el Caribe colombiano: el caso venezolano
Esto, grosso modo, es lo que hace que estos pueblos también se vayan desplazan-
do hacia el Magdalena y hacia el César. Se dice que hay más wayúu del lado venezo-
lano que del lado colombiano, cuya situación ha hecho que muchos de ellos tengan
que venir al lado colombiano reclamando un territorio, y a partir de ello se des-
pliega una serie de dificultades, tanto para ellos como para la población en general.
tradiciones así lo dicen. Entonces han llegado también a reclamar ese derecho
a negociar con esas transnacionales, lo que a alguna parte de su población no le
cae bien, porque piensan que han estado por mucho tiempo por fuera. Otros, sin
embargo, reconocen que ellos todo el tiempo han estado al frente y algún tiem-
po estuvieron enviando remesas, algún tipo de ayuda, y [reclaman] que ahora es
el tiempo de ayudarles a ellos.
Ellos reciben ayuda de muchas instituciones: del ICBF [Instituto Colombiano
de Bienestar Familiar], de la Organización Nacional Cáritas Colombia, del Pro-
grama Mundial de Alimentos, etcétera, pero esas ayudas que han recibido ahora
obviamente son muy pocas, porque hay más población. Incluso en su mayoría
están ubicados en el municipio de Uribia, el pueblo de Colombia donde más del
90% de la población es indígena, donde también viven en unas condiciones muy
precarias, así que, al llegar aquí, en unas condiciones adversas, se acentúan estas
dificultades que tienen que enfrentar como nación.
El cambio climático también los afecta. Los asentamientos los hacen con
bolsas, tal como en el resto del país se arman los asentamientos informales, con
láminas de zinc, y aquí [en La Guajira], por ser una zona desértica, podemos
alcanzar más 30 grados centígrados, y eso hace que, si tienen alguna actividad
agrícola o de cría de animales, no puedan suministrarle agua, [pues no la tie-
nen] ni para ellos. De hecho, un compromiso que tiene el Estado con ellos es
suminístrales el agua. Cuando dije que hay una debilidad o cierta parte de res-
ponsabilidad fruto de acciones del Estado frente a esta población, me refiero
específicamente a la Sentencia T-302 de 2017 que reconoce un estado de co-
sas inconstitucional y que el Estado tiene que procurarles alimentos, agua y los
elementos esenciales para su vida2. A pesar de que tal jurisprudencia sigue en
vigencia, cuando se ha indagado en qué van esos adelantos para atender esta po-
blación vulnerable, ellos han manifestado que no hay ninguna estrategia hasta
ahora. Entonces el abandono no solamente ha sido de parte de la propia socie-
dad, por lo que a veces sienten que son apartados, sino que también el Estado ha
contribuido a que haya mayor vulnerabilidad, porque no los atiende. Esto hace
muy difícil la situación de los hermanos wayúu en La Guajira.
2 Corte Constitucional, Sala Séptima, Sentencia T-302, “Acción de tutela para prote-
ger los derechos fundamentales a la salud, al agua y a la alimentación de los niños y niñas del
pueblo wayuu del Departamento de La Guajira”. Magistrado Ponente, Aquiles Arrieta Gómez,
8 de mayo de 2017 [N. del Ed.].
35
Especificidades de la migración en el Cesar y La Guajira. Aspectos geográficos, socioeconómicos, étnicos y culturales
El tema venezolano es uno de esos temas de política exterior que tienen una di-
mensión transversal y holística, una dimensión muy especial, no solamente por
lo que la profesora Socorro ha planteado al comienzo, en el sentido de que es
una frontera supremamente larga, la frontera terrestre más extensa que tiene el
país, sino, además, porque es una frontera verdaderamente viva. Esta población
ha compartido históricamente problemas, pero también sueños, y es el caso de
la población en La Guajira, el caso de la población de Norte de Santander y, por
supuesto, toda esta población que se da a lo largo de toda nuestra región.
Acuerdos binacionales entre Colombia y Venezuela y aspectos de la política exterior 37
también en el año 2019, poco después del famoso fracaso de la ayuda humani-
taria en Norte de Santander, tampoco nombró embajador.
Como Colombia no reconoce al gobierno de Maduro, pues el último embaja-
dor nombrado fue Ricardo Lozano Coreo, eso tiene unas consecuencias, y aquí
voy al tema migratorio, que Colombia no aborda, por implementar una estrate-
gia política. Y aquí voy precisamente al tema político de lo diplomático, cuando
la estrategia de Colombia inicia como un cerco diplomático, que es el plantea-
miento que hace el presidente Duque al llegar a la casa de Nariño el 7 de agosto
del 2018. Un cerco diplomático enfocado a sacar del Palacio de Miraflores a
Maduro. Sin embargo, desde la diplomacia colombiana empiezan a darse men-
sajes, como el que emitió el muy polémico embajador Francisco Santos en Was-
hington, quien fundamentalmente dijo que todas las alternativas estaban sobre
la mesa para sacar a Maduro, y en ese orden de ideas, termina Colombia dándole
el reconocimiento a [Juan] Guaidó en enero del año pasado [2019]. Entonces
Colombia entra en un proceso muy complejo, casi que único, y es reconocer a
un presidente que no tiene poder, que no tiene capacidad de acción frente al
tema migratorio, y terminamos con una frontera completamente cerrada —por-
que oficialmente está cerrada—, la cual, para el caso de La Guajira y el Norte de
Santander, termina siendo apoderada y controlada por los grupos ilegales.
No fue casual que el [autoproclamado] presidente venezolano, en ese famo-
so traslado que tuvo de Venezuela a Colombia, terminara en una foto muy famo-
sa con dos delincuentes criminales de la banda de los “Rastrojos”, que estaban
armados en el momento de tomar la foto. Es decir, esta es una demostración de
que esta negación de la legitimidad de Maduro ha llevado a Colombia a un vacío,
con unas víctimas, que son básicamente los migrantes, y también esos retorna-
dos colombianos, los cuales en realidad no tenemos claramente identificados
desde Migración Colombia. No sabemos cuántos son y dónde están ubicados, ni
de esas familias binacionales que terminan retornando.
40 Frontera & migración en el Caribe colombiano: el caso venezolano
delincuentes, por criminales, como el caso de los Rastrojos. Entonces creo vi-
tal, importante y urgente —máxime hoy, por todo lo que tiene que ver con el
Covid-19— construir unos canales de comunicación formales o informales que
permitan conocer y compartir información, no solamente sobre el tema comer-
cial y económico, sino también —y creo que es lo más clave hoy— sobre el tema
humanitario.
SEGUNDA PARTE
Las acciones de
la sociedad civil
44 Frontera & migración en el Caribe colombiano: el caso venezolano
Fuimos ayudados por una periodista italiana, debido a un trabajo que había-
mos hecho en Tierra Grata, Municipio de Manaure, con los exguerrilleros que
volvían en el marco del proceso de paz. Ella, interesada en ese trabajo, nos dijo
que nos iba a ayudar en el tema de los venezolanos, y nos ayudó con un recurso
que nos envió la Conferencia Episcopal Italiana. Con este aporte hicimos dos
cosas básicamente. La primera fue hacer un censo, para conocer la población de
venezolanos que teníamos aquí en La Paz y en qué condiciones estaban y en qué
condiciones vivían allá. Ese censo arrojó la cifra de 1.050 venezolanos.
Con ese censo nos fuimos a Bogotá a tocar las puertas de las distintas insti-
tuciones del Estado y también de empresas privadas o embajadas, como la de
Noruega, pero no obtuvimos ninguna respuesta. Al final, nos regresamos con
las manos vacías y comenzamos a hacer aquí una campaña con la gente, que
colaboró mucho y se solidarizó con esta situación de los venezolanos. A través
de las homilías, en las eucaristías, comenzamos con una recolección de colcho-
netas, ropa, zapatos, y fuimos así socializando con ellos esta cercanía de darles
esas cositas, mientras mirábamos a ver qué otras cosas solucionamos con ellos.
A través de la Cancillería Colombiana, cuando estaba el doctor Holmes Tru-
jillo, fuimos, lo buscamos, hablamos con él, nos atendió muy amablemente y,
bueno, él nos dijo que él iba a ser una conexión con el Plan Mundial de Alimen-
tación (PMA) para un proyecto que ya nosotros teníamos elaborado: un come-
dor para 500 personas. Sí, y al final pudimos establecer la conexión con el PMA,
y con ellos comenzamos el comedor comunitario el 1 de enero del año 2019, con
500 desayunos y 500 almuerzos.
La población es muy variable. Tuvimos muchas dificultades con ellos en el
tema de la organización, porque si bien llegan personas de las ciudades fron-
terizas, como Maracaibo, allí cerquita, también vienen de lejos, de la capital,
y de ciudades grandes con distintas culturas y modos de pensar las cosas de la
vida. Ese comedor lo tuvimos hasta el 29 de junio del año 2019, con un censo
que hicimos. Las personas que atendimos aquí fueron 1.786, es decir, hasta el
29 de junio había solamente en La Paz, 1.786 venezolanos. En el censo nacional
aparecían en La Paz solamente registrados 700, y quedaban 1.068 por fuera,
porque hubo mucho miedo de parte de ellos cuando estaban haciendo el censo
del Estado, la recolección de datos, y había mucha incertidumbre, miedo de que
los fueran a deportar, y una cantidad de temores.
Papel de la Pastoral Social del Departamento del Cesar 47
Mi intención nunca fue trabajar, hacer activismo por los derechos humanos
de la población lgbti en Venezuela; nunca viene con la intención de hacer acti-
vismo acá en Colombia. Sencillamente [este] iba a ser un país de paso, es decir,
iba a hacer dinero acá. Porque [para] todo migrante —y pienso como inmigrante,
porque lo soy— Colombia es ese sueño suramericano de mejorar la calidad de
vida.
Venía era a trabajar, a hacer dinero e irme a España en condición de asilado
o refugiado, por temas de persecución, por razón de orientación sexual e iden-
tidad de género, pero una situación familiar me llevó a trabajar principalmente
en favor de las personas que viven con VIH, que no tienen acceso a tratamientos
antirretrovirales, que están de forma irregular en el país y que no cuentan con
aseguramiento del sistema de salud del estado de Colombia.
Un trabajo que ahora en agosto cumplimos dos años [de estar realizando]
como organización de hecho, y el 1 de noviembre cumplimos un año de tener
personería jurídica inscrita ante la Cámara de Comercio. Tenemos una sede, una
casa muy bonita de verdad, gracias a un aporte que nos dio Open Society Funda-
tion, que, en estos momentos, en conjunto con la corporación Red Somos, desde
Bogotá, nos lleva toda la parte financiera, ya que cuando nos llegó este recur-
so no teníamos personería jurídica ni cuenta bancaria. Entonces Open [Society
Fundation] buscó la modalidad de sombrilla para poder acceder a esos recursos.
Barranquilla no solamente tiene esta organización. Aquí hay tres organiza-
ciones más que vienen haciendo un trabajo arduo, muy bonito, muy significati-
vo; principalmente: la Asociación Venezolanos en Barranquilla, a la que hay que
reconocer todo este tiempo que tienen trabajando con la población proveniente
de Venezuela migrante y retornada; la Fundación De Pana Que Sí, del compañero
Tyler, y la Organización Mujeres sin Fronteras, que previamente se llamó Vene-
zolanos Unidos en Barranquilla, y era una organización que daba asistencia y
orientación e información vía web. Hoy se convierte en una organización consti-
tuida legalmente, muy enfocada en la mujer, específicamente, en este momento,
en la Playa, en el Sector La Cangrejera cerca a Puerto Colombia, pero ahora ya
está haciendo un trabajo más grande en otras ciudades, incluyendo Soledad, en
Atlántico.
Venimos trabajando de la mano de la cooperación internacional y las institu-
ciones del Estado, como alcaldía y gobernación. La población migrante deman-
da unas necesidades específicas de protección, porque vienen huyendo, vienen
Migrantes venezolanos en Barranquilla 53
saliendo, es una migración forzada. Yo no migré porque quise migrar, por ha-
cer turismo o porque tenía suficientes recursos económicos, mucho dinero, bo-
nanza económica, para poder gastármela acá en Colombia o en cualquier parte
donde hubiese querido. Es una migración forzada, donde el mismo gobierno de
Venezuela ha hecho que a la gente le toque migrar en diferentes tiempos.
Hubo una primera migración, que eran las personas con más poder adqui-
sitivo, luego la migración de las personas que medianamente podían tener un
pequeño negocio y ahora, en estas últimas oleadas, la migración más de las per-
sonas del barrio, del común, que muy poco llegó a estudios superiores. Es una
migración que tiene unas necesidades específicas.
En Fuvadis venimos atendiendo a esa población, pese a que trabajamos para
venezolanos migrantes y retornados con VIH, población lgbti, hombres y mu-
jeres que les toca ejercer el trabajo sexual, por supervivencia, Eso se ha visto
mucho en estos tiempos de migración. No nos cerramos ni nos cerraremos a
atender a toda la población que requiera nuestra atención. En este momento
venimos haciendo un trabajo con Profamilia de atención en medicina general
con Americares, cooperando en remisión de casos para asistencia multipropó-
sito, por el tema de la pandemia del Covid, que ha afectado a muchos de los
migrantes. De estos, prácticamente más del 60% ejerce un trabajo informal, bien
sea que estén [contratados de forma] regular o irregular, porque muchas de las
personas no tienen la información sobre lo que es el PEP ni para qué les sirve.
Acá hemos tenido casos de usuarios que llevan dos años con el PEP, y que ya
están renovando su segundo periodo de permiso de permanencia, pero no han
tenido salud en esos dos años, no estuvieron inscritos en una seguridad social,
no estuvieron afiliados a una EPS, no tuvieron [afiliación al Sistema de Identifi-
cación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales] Sisben.
Entonces hay falta de información, hay falta de comunicación con esta po-
blación. Sin embargo, sabemos que desde el Estado colombiano se están buscan-
do las herramientas y [se está trabajando en] los mecanismos, tanto nacionales
como internacionales, de búsqueda de fondos para atender y poder mitigar el
impacto, no solamente de la migración, sino de la actual pandemia. Todo esto
nos llama a la solidaridad, a la hermandad entre los pueblos, [por tratarse de]
una situación que acoge a pobres, ricos, personas propiamente colombianas,
venezolanas o de otras nacionalidades, que están acá represadas por el tema del
cierre de aeropuertos.
54 Frontera & migración en el Caribe colombiano: el caso venezolano
TERCERA PARTE
Respuestas a las preguntas
del público
58 Frontera & migración en el Caribe colombiano: el caso venezolano
Socorro Ramírez:
Ha sido muy importante el esfuerzo de legalización de la pobla-
ción migrante, pero va en la mitad. De hecho, los datos de Migra-
ción Colombia preocupan, porque algo está pasando, y esta situa-
ción de pandemia mostró que no tener los papeles en regla y no
tener posibilidades de empleo formal lleva a aumentar también la
xenofobia contra los venezolanos. Me parece que el esfuerzo de
regularizar su situación es importante, pero la estrategia de inser-
ción también es fundamental.
A veces predomina la idea de que se cae Maduro y se resuelve el problema
migratorio. Venezuela está en una crisis humanitaria compleja, en un retroceso
económico histórico, la institucionalidad está destruida. Rehacer, reconstruir
Venezuela, después de una transición pactada entre oposición y gobierno, va a
implicar décadas. Entonces Colombia tiene que prepararse para que la inserción
de esa fuerza venezolana no genere xenofobia, rabia, exclusión, sino que su lega-
lización implique también derechos y reconocimiento de oportunidades.
Hay que decir que en la última ola migratoria llegaron muchos jóvenes, que
en un país como Colombia, cuya población ya empieza a vivir un cambio demo-
gráfico importante en unos años, si esos jóvenes tienen opciones educativas,
oportunidades de trabajo y derechos para ejercer, pues va a ser una población
económicamente activa muy productiva para el país. A veces se ve el fenóme-
no simplemente como asistencia, y eso es necesario y es una urgencia y es lo
inmediato, pero hay que pensar que se está ante un fenómeno que va a ser de
largo plazo.
60 Frontera & migración en el Caribe colombiano: el caso venezolano
Sobre la segunda pregunta, por si considero que parte del presupuesto nacional
debe destinarse a los migrantes en situación de vulnerabilidad, son preguntas
que abren una polémica, pero les voy a decir lo que yo pienso de esto. Digamos
que ya la lectura que hace la gente del común, la gente de la calle, aquí en La
Paz, acerca del destino del presupuesto nacional —y he tenido también algunas
dificultades por eso—, es: “el padre solamente ayuda a los venezolanos y noso-
tros también pasamos hambre”, “los colombianos también pasamos necesidad”.
Desde mi punto de vista, si los recursos no alcanzan a llegar a la gente necesita-
da de Colombia, por lo que sea, imagínense, esa parte del presupuesto nacional
no alcanzaría tampoco a llegar a la gente vulnerable de estos hermanos migran-
tes venezolanos y colombianos retornados.
Socorro Ramírez:
Desafortunadamente, desde el año pasado empezaron a notarse
ciertos rasgos de xenofobia, que se han incrementado ahora en
medio de la pandemia: el que muchos venezolanos no posean in-
gresos y tengan que ir a la calle a buscar dónde dormir, en muchas
ocasiones [hace que sean] señalados como peligro, en temas de
Entonces hay una acogida de parte de la población, por lo menos aquí en este
territorio, hacia los hermanos venezolanos. Sin querer decir con eso que no haya
uno que otro que hable o que a veces sienta un poco de desprecio, pero ellos
mismos lo manifiestan, [y dicen] que de verdad se sienten acogidos y sienten
que se han solidarizado con lo que han traído de Venezuela, el problema que
han traído de Venezuela.
Socorro Ramírez:
Ese reflujo migratorio configura una situación grave, y aunque,
comparativamente, el número de los que intentan regresar es
pequeño, Migración Colombia ha dicho hoy que son más o me-
nos unas 74.000 personas, de los casi dos millones que están en
el país; sin embargo, [el retorno] ha sido en unas condiciones de
66 Frontera & migración en el Caribe colombiano: el caso venezolano
Solo nos queda agradecerles a todos ustedes por toda esta re-
flexión, bastante ‘iluminadora’ —digámoslo así, para traer una pa-
labra del contexto religioso— sobre cómo entender un tema tan
complejo. Normalmente vemos a los migrantes en la calle y nos
imaginamos que quisieron migrar porque sí, pero no sabemos qué
hay detrás de todo esto.
Gracias, Luis, por contarnos acerca de su experiencia como mi-
grante. Gracias al padre Miguel, por traernos la experiencia de atención en La
Paz. Gracias, profesora Almanza, por su análisis desde La Guajira, y profesora
Socorro, muchas gracias por brindarnos todos estos elementos del contexto,
que son de corte más amplio, para poder entender el tema. Gracias a cada uno
de ustedes por su tiempo, por su diligencia y por su claridad. Gracias al público,
por sus interesantes preguntas.
Quiero agradecer también a Gustavo Prieto, Nicolás Bonilla y Ronal Ojeda
de UN Televisión, por apoyarnos en la transmisión. Porque nos vemos muy boni-
tos acá, pero detrás hay un gran trabajo. Gracias a Luz Dary Molina, secretaria
ejecutiva de la Sede de La Paz. A María Victoria Vázquez, profesional del área
de comunicaciones, quien ha estado detrás de todo este proceso. A la profesora
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