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TRABAJO INVESTIGATIVO

PROYECTO: SIEMBRA Y COSECHA DEL AGUA

GRUPO 1

INTEGRANTES: ANDREA TAPIA, CHRISTOPER


CHALCO, DIEGO CALLE, MILAGROS
GONZALEZ, DANILO CAIGUINAGUA, ANADEI
PALADINES, PAMELA ORDOÑEZ, RAUL
ORDOÑEZ, M. FERNANDA MENDIA Y
CHRISTOPHER VALAREZO

CURSO: 5to B
RECICLAJE: 3R

Hay que considerar, que en los últimos años el tema ambiental ha

ocupado un lugar central en debates, ponencias, foros, plenarias, mesas de

diálogo, así como en el proceso de tomas de decisiones en muchas partes del

planeta. Son varias las organizaciones a nivel mundial que han desplegado

acciones para mitigar el problema de la contaminación ambiental, sin embargo,

este se agudiza cada día, prueba de ello es el incremento de generación de

desechos que se observa en todo el mundo.

Elías (2012) determina que:

La acumulación de residuos de distinto tipo es una problemática urbana

que la mayoría de las ciudades del mundo no han podido resolver, esto

provoca inmensos focos de contaminación, capaces de reproducir

enfermedades de toda clase y se traslada a las corrientes subterráneas

de agua e introduce nuevos elementos tóxicos en la cadena alimentaria

(p.84).

Uno de los mayores problemas que enfrentan los países en el mundo es

la contaminación ambiental y sus impactos por causa de la cantidad de residuos

sólidos que se generan diariamente, temas como la adecuada disposición final

de los residuos sólidos, la difícil y compleja realidad de los trabajadores

informales de la basura, la minimización y el reciclado de los residuos, el cambio

climático, se han convertido, en la actualidad, en los principales puntos de

discusión de las agendas gubernamentales.


Ante esta situación se hace necesario contar con un diagnóstico que

permita a los gobiernos fortalecer los aspectos positivos y trabajar en los

impactos negativos que produce el inadecuado manejo de los residuos sólidos

en la salud de las personas y en el medio ambiente.

Vivimos en una sociedad consumista y el ser humano actual satisface sus

necesidades adquiriendo los productos que necesita, ya sean alimentos, ropa o

cualquier tipo de objeto material. Los productos que compramos normalmente

vienen envasados, empaquetados o embolsados, por lo que además del propio

producto nos llevamos plástico, papel, cartón y otros materiales de embalaje que

no tienen mayor utilidad y simplemente los desechamos. Con el paso del tiempo

los productos también tienen que ser reemplazados, bien porque su vida útil ha

llegado a su fin o bien porque se han deteriorado, estropeado o simplemente no

los necesitamos más.

Careaga (1993) explica que:

En la actualidad, la sobreexplotación de los recursos naturales hace que

sean cada vez más escasos y la superpoblación que padece el planeta

hace que la demanda de recursos sea cada vez mayor. Con cada vez

menos recursos y más población. Para poder adquirir conciencia hay que

tener una noción clara y concisa sobre el tema a sensibilizar. En este caso

hablamos del reciclaje y explicaremos de una forma sencilla lo que se

entiende por reciclaje (p.62).

El reciclaje es el proceso mediante el cual los desechos se convierten en

nuevos productos o en recursos materiales con el que fabricar otros productos.

De esta forma, los residuos se someten a un proceso de transformación eco-


ambiental para poder ser aprovechados en algún proceso de fabricación,

reduciendo el consumo de materias primas y ayudando a eliminar residuos.

Es importante diferenciar entre reciclar y reutilizar, siendo esto último el

aprovechamiento de un determinado objeto para otro uso, sin necesidad de

someterlo a un proceso físico-químico de transformación. Por ejemplo, utilizar

una botella como florero o hacer una cartera con un viejo pantalón vaquero.

Mientras que el reciclaje implica la transformación de los residuos, mediante

procesos que convierten esos desechos en un producto o material nuevo.

Cuando hablamos de reciclaje, hablamos de preservar el medio ambiente,

el entorno en el que vivimos. Es importante no pensar solamente en nosotros,

sino en el mañana, en el futuro de las generaciones que vendrán. Si

descuidamos el planeta y lo destruimos. Hay que pensar en el futuro de la

especie humana, en dejar un mundo mejor para que ellos puedan cuidarlo,

conservarlo y sobre todo amarlo.

El reciclaje es una herramienta útil producto de la conciencia responsable,

la cual nos proporciona una idea de cómo contribuir y aportar ese granito de

arena a la construcción de un mundo mejor, de un mundo donde se respete el

medio ambiente y se ayude a preservarlo.

Se fundamenta en volver a utilizar tanto como sea posible. Algunos países

tienen planes buenos para la reutilización de botellas, por ejemplo, en Bélgica,

muchas botellas de cerveza son de tamaño estándar y pueden ser recogidas en

el mismo contenedor, a pesar de que tengan distintas etiquetas. Alemania y

Dinamarca, también tienen sistemas modernos de recogida de botellas. Las


botellas pueden ser reutilizadas unas 20 veces, haciendo que la reutilización de

botellas sea la mejor forma de minimizar el impacto ambiental.

Reciclar consiste en usar los materiales varias veces para elaborar otros

productos reduciendo en forma significativa la utilización materias primas.

Reincorporar recursos ya usados en los procesos para la producción de nuevos

materiales ayuda a conservar los recursos naturales ahorrando energía, tiempo

y agua que serían empleados en su fabricación a partir de materias primas.

Medina (1999) indica que:

Recuperar consiste en seleccionar aquellas partes de un equipo que

pueden ser utilizadas en otros y que se clasifican de segunda o primera,

esta opción no es bien vista por el temor de que como pertenecen a otro

equipo recuperado, el proceso requiere de personal calificado para

realizarlo (p.102).

Cualquier equipo eléctrico en nuestros días está formado por una placa

de circuito impreso y componentes electrónicos capaces de hacer múltiples

funciones. Una vez que los equipos eléctricos terminan su vida útil generalmente

van a para al basurero se convierte en basura electrónica sin tener en cuenta

que se están votando metales de diferentes composición y diferentes

componentes que aun se pudieran utilizar.

Se demuestra que existe necesidad de darle mayor divulgación a esta

temática, para lograr un grado de conciencia tal que nos permita obtener

finalmente una mayor organización en los desechos para lograr disminuir los

efectos adversos que esta problemática traen al medio ambiente. Se muestran


los diferentes métodos para lograr la recuperación o el reciclado de los diferentes

componentes de las placas de circuito impreso. Elemento importante que deben

conocer los directivos de materia prima en el momento de escoger que método

utilizar.

Cuando hablamos de reciclar o de reciclaje hacemos referencia entonces

a un acto mediante el cual un objeto que ya ha sido usado es llevado por un

proceso de renovación en lugar de ser desechado. Los expertos en la materia

consideran que casi todos los elementos que nos rodean pueden ser reciclados

o reutilizados en diferentes situaciones, aunque algunos de ellos, por ser

extremadamente descartables o por ser tóxicos no pueden ser guardados.

Entre las ventajas del reciclaje hay que destacar que este contribuye a

evitar el deterioro del planeta por sobre producción. La destrucción de gran

cantidad de bosques o el deterioro progresivo de la capa de ozono ocurren

recifundamentalmente por la intención de producir muy por encima de las

necesidades de las personas. El reciclaje es a suerte de salida a esa situación,

y permitiría ahorrar gran cantidad de la energía que se utiliza para esos fines.

En cuanto a los beneficios financieros y económicos del reciclaje, puede

decirse que el costo de la energía, que en la actualidad es tan alto, se reduciría

fuertemente. Reciclar una tonelada de papel de periódico ahorra unos 4000 KW

de electricidad, aproximadamente la electricidad necesaria para una casa de tres

dormitorios a lo largo de un año entero.


AGUA LIMPIA Y SEGURA

Los déficits en cuanto a cobertura y calidad de los servicios tienden a

concentrarse en los grupos de bajos ingresos, grupos vulnerables y poblaciones

rurales. A esta situación, se suma la carencia de acceso de servicios adecuados

de agua, saneamiento e higiene en Establecimientos de Salud.

El clima y otros cambios ambientales son algunos de los principales

factores para que aparecieran o reaparecieran enfermedades transmitidas por

vectores. Estos factores pueden expandir la distribución geográfica de las

mismas y extender la temporada de transmisión, con lo que influyen en la

morbilidad y mortalidad de estas enfermedades.

Félix, Hernández & Prats (2020) determina que:

Considerando cómo influyen los determinantes ambientales en la

incidencia de enfermedades vectoriales, será necesario incorporar

enfoques multisectoriales e integrales en las estrategias de vigilancia y

control de vectores. Este mismo enfoque, debe ser implementado en el

abordaje de las enfermedades infecciosas desatendidas (p.11).

El saneamiento es un determinante importante de la Desnutrición Crónica

Infantil; no obstante, es el servicio que menor avance ha tenido en los últimos 10

años en la región, registrando una diferencia de 43 puntos porcentuales entre la

población con acceso a agua gestionada de forma segura y población con

saneamiento gestionado de forma segura.


Cerca de 829 000 personas de países de ingresos bajos y medianos

mueren cada año como consecuencia de la insalubridad del agua y de un

saneamiento y una higiene deficientes.

Estas muertes representan el 60% del total de muertes por diarrea. Se

considera que las deficiencias del saneamiento son la principal causa de 432

000 de estas muertes, aproximadamente, y un factor importante en relación con

varias enfermedades tropicales desatendidas, como las lombrices intestinales,

la esquistosomiasis y el tracoma. También son un factor que contribuye a la

malnutrición.

En 2020, el 54% de la población mundial utilizaba un servicio de

saneamiento gestionado de forma segura; el 34% (2600 millones de personas)

utilizaba instalaciones privadas de saneamiento conectadas al alcantarillado,

desde el cual se trataban las aguas residuales; el 20% (1600 millones de

personas) utilizaba inodoros o letrinas en los que se eliminaban los excrementos

de forma segura in situ; y el 78% de la población mundial (6100 millones de

personas) utilizaba al menos un servicio básico de saneamiento.

La diarrea sigue siendo una de las principales causas de muerte, pero es

en gran medida prevenible. La mejora de la calidad del agua, de las instalaciones

de saneamiento y de la higiene podría prevenir cada año la muerte de unos 297

000 niños menores de 5 años.

Fernández (2020) explica que:

La defecación al aire libre perpetúa un círculo vicioso de enfermedad y

pobreza. Los países donde la defecación al aire libre está más extendida
registran el mayor número de muertes de niños menores de cinco años,

así como los niveles más altos de malnutrición y pobreza, y grandes

disparidades en la distribución de la riqueza (p.75).

En 2013, el subdirector General de las Naciones Unidas hizo un

llamamiento en relación con el saneamiento que incluía la eliminación de la

defecación al aire libre para 2025. El mundo avanza hacia la eliminación de la

defecación al aire libre para 2030, si no para 2025, pero este ritmo histórico de

avance tendría que duplicarse para lograr la cobertura universal de los servicios

básicos de saneamiento en todo el mundo para 2030. Para lograr unos servicios

universales gestionados de forma segura, tendría que cuadruplicarse.

La situación de los pobres en zonas urbanas plantea un desafío creciente,

ya que estas personas viven cada vez más en ciudades donde los sistemas de

alcantarillado son deficientes o inexistentes y donde escasean los aseos con

inodoro y las instalaciones de eliminación de residuos.

Las desigualdades en el acceso se ven agravadas cuando las aguas

residuales de los hogares más ricos se vierten en desagües pluviales, cursos de

agua o vertederos y contaminan las zonas residenciales pobres. En todo el

mundo, aproximadamente la mitad de las aguas residuales se vierten en ríos,

lagos u océanos estando solo parcialmente tratadas o sin tratar.

Con relación a la universalidad, el acceso universal no solo se centra en

los hogares o la población como unidad de análisis, sino en otros espacios

habitados por la población, como las escuelas, los lugares de trabajo y los

espacios públicos.
Sin embargo, desde el punto de vista del monitoreo de indicadores, la

información que actualmente se tiene para los ODS en Ecuador es únicamente

en el ámbito de los hogares. En cuanto al término equitativo, este implica estimar

el progreso de la meta para diferentes grupos; particularmente, aquellos

reconocidos como rezagados en el desarrollo. Por ello, es importante contar con

información sobre la calidad del agua en encuestas de hogares ya que se puede

vincular esta información con variables sociodemográficas y territoriales. Por otro

lado, en lo relativo a estrategias de desarrollo, este término implica un verdadero

desafío de políticas y programas, ya que ciertos territorios o ciertas poblaciones

son zonas de gran dispersión poblacional, donde la provisión del servicio puede

ser considerada no rentable económicamente, aunque es necesaria desde la

perspectiva de derechos.

Esto va unido al término asequible que se encuentra en la meta, y que el

JMP interpreta como el hecho de que el pago por el servicio de agua para beber

no debe ser una barrera de acceso ni impedir a la gente satisfacer una necesidad

básica y un derecho humano.

El agua afecta todos los aspectos del desarrollo y se relaciona con la

mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Además, impulsa el

desarrollo económico, apoya los ecosistemas saludables y es fundamental para

la vida.

Alrededor de 2000 millones de personas en todo el mundo no tienen

acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura, 3600

millones no cuentan con servicios de saneamiento seguros y 2300 millones

carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos.


Navarro (2020) indica que:

Las brechas en el acceso a fuentes de abastecimiento de agua y

saneamiento, el crecimiento demográfico, el uso intensivo de agua, la

mayor variabilidad de las precipitaciones y la contaminación son factores

que se conjugan en muchos lugares transformando al agua en uno de los

principales riesgos para el progreso económico, la erradicación de la

pobreza y el desarrollo sostenible (p.64).

En el mundo interconectado y en rápido crecimiento que vemos hoy, las

consecuencias de dichas tensiones son de carácter local, nacional,

transfronterizo, regional y mundial. Las repercusiones afectarán de forma

desproporcionada a los más pobres y los más vulnerables.

El cambio climático se manifiesta a través del agua. Nueve de cada 10

desastres naturales se relacionan con el agua. Los riesgos climáticos vinculados

con el agua se propagan a través de los sistemas alimentarios, energéticos,

urbanos y ambientales. Si se quieren lograr los objetivos relacionados con el

clima y el desarrollo, el agua debe estar en el centro de las estrategias de

adaptación.

Las tasas de crecimiento económico de algunas regiones podrían

disminuir en hasta un 6 % del PIB en 2050, como consecuencia de pérdidas

vinculadas con el agua en la agricultura, la salud, los ingresos y la prosperidad.

Asegurar un suministro suficiente y constante de agua en un contexto de

creciente escasez será esencial para alcanzar los objetivos mundiales de alivio

de la pobreza.
ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR EL CONSUMO DE AGUA
CONTAMINADA

El agua salubre y fácilmente accesible es importante para la salud pública,

tanto si se utiliza para beber, para uso doméstico, para producir alimentos o para

fines recreativos. La mejora del abastecimiento de agua, del saneamiento y de

la gestión de los recursos hídricos puede impulsar el crecimiento económico de

los países y contribuir en gran medida a la reducción de la pobreza.

Córdoba, Del Coco, & Basualdo (2010) indica que:

En 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció

explícitamente el derecho humano al abastecimiento de agua y al

saneamiento. Todas las personas tienen derecho a disponer de forma

continuada de agua suficiente, salubre, físicamente accesible, asequible

y de una calidad aceptable, para uso personal y doméstico (p.110).

El agua contaminada y el saneamiento deficiente están relacionados con

la transmisión de enfermedades como el cólera, otras diarreas, la disentería, la

hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis. Si no hay servicios de agua y

saneamiento, o si estos son insuficientes o están gestionados de forma

inapropiada, la población estará expuesta a riesgos para su salud prevenibles.

Esto es especialmente cierto en el caso de los establecimientos de salud,

donde tanto pacientes como profesionales están expuestos a mayores riesgos

de infección y enfermedad cuando no existen servicios de suministro de agua,

saneamiento e higiene. En el mundo, el 15% de los pacientes contraen

infecciones durante la hospitalización, proporción que es mucho mayor en los

países de ingresos bajos.


La gestión inadecuada de las aguas residuales urbanas, industriales y

agrícolas conlleva que el agua que beben cientos de millones de personas se

vea peligrosamente contaminada biológica o químicamente. Para la salud

también puede ser determinante la presencia natural de productos químicos,

como el arsénico y el fluoruro, particularmente en aguas subterráneas.

Además, en el agua para consumo humano pueden aparecer otros

productos químicos, como el plomo, en cantidades elevadas como resultado de

la lixiviación de componentes relacionados con el suministro de agua.

Se calcula que unas 829 000 personas mueren cada año de diarrea como

consecuencia de la insalubridad del agua, de un saneamiento insuficiente o de

una mala higiene de manos, siendo que la diarrea es ampliamente prevenible y

la muerte de unos 297 000 niños menores de cinco años podría prevenirse cada

año si se abordasen estos factores de riesgo.

En los lugares donde el agua no es fácilmente accesible, las personas

pueden considerar que lavarse las manos no es una prioridad, lo que aumenta

la probabilidad de propagación de la diarrea y otras enfermedades.

La diarrea es la enfermedad más conocida que guarda relación con el

consumo de alimentos o agua contaminados. En 2017, más de 220 millones de

personas requirieron tratamiento preventivo para la esquistosomiasis, una

enfermedad grave y crónica provocada por lombrices parasitarias contraídas por

exposición a agua infestada.


En muchas partes del mundo, los insectos que viven o se crían en el agua

son portadores y transmisores de enfermedades como el dengue. Algunos de

esos insectos, denominados vectores, crecen en el agua limpia, y los

contenedores domésticos de agua para consumo humano pueden servir como

lugares de cría.

Tan solo con cubrir los contenedores de agua es posible reducir la cría de

vectores, y reducir también la contaminación fecal del agua en el ámbito

doméstico.

Lara & García (2019) indica que:

Cuando el agua procede de fuentes de abastecimiento mejoradas y más

accesibles, las personas gastan menos tiempo y esfuerzo en recogerla

físicamente, lo que significa que pueden ser productivas en otras esferas.

Eso también puede redundar en una mayor seguridad personal y disminuir

el número de trastornos musculoesqueléticos, ya que reduce la necesidad

de hacer viajes largos o peligrosos para recoger agua (p.95).

La mejora de las fuentes de abastecimiento de agua también conlleva la

reducción del gasto sanitario, ya que las personas tienen menos probabilidades

de enfermar y de incurrir en gastos médicos y están en mejores condiciones de

permanecer económicamente productivas.

Dado que los niños corren especial riesgo de contraer enfermedades

relacionadas con el agua, el acceso a fuentes mejoradas de abastecimiento

puede tener como resultado un ahorro del tiempo que invierten en su recogida y
una mejora de su salud y, por tanto, un mayor índice de asistencia a la escuela,

con los correspondientes beneficios a largo plazo para sus vidas.

Para que el mundo alcance la cobertura universal de servicios básicos de

agua potable para 2030, sería necesario duplicar las tasas de progreso

registradas hasta el momento. Para lograr el mismo objetivo en los servicios de

suministro de agua para consumo humano gestionados de forma segura, las

tasas tendrían que cuadruplicarse. Hacer frente al cambio climático, al aumento

de la escasez de agua, al crecimiento de la población, a los cambios

demográficos y a la urbanización supone ya un desafío para los sistemas de

abastecimiento de agua. Más de 2300 millones de personas viven en países con

escasez de agua, situación que probablemente empeorará en algunas regiones

como resultado del cambio climático y el crecimiento de la población.

La reutilización de las aguas residuales para recuperar agua, nutrientes o

energía se está convirtiendo en una estrategia importante. Los países utilizan

cada vez más aguas residuales para fines de irrigación; en el caso de los países

en desarrollo, esta práctica se realiza en el 7% de las tierras de regadío. Aunque

esta práctica supone riesgos para la salud, la gestión segura de las aguas

residuales puede aportar múltiples beneficios, como el aumento de la producción

de alimentos (Massoc, 2008).

Las fuentes de abastecimiento de agua para consumo humano y para

riego seguirán evolucionando, y cada vez se utilizarán más aguas subterráneas

y aguas de fuentes alternativas, como las aguas residuales. El cambio climático

conllevará mayores fluctuaciones en la cantidad de agua de lluvia recogida. La


gestión de todos los recursos hídricos tendrá que mejorarse para garantizar el

abastecimiento y la calidad.

La OMS elabora una serie de directrices sobre calidad del agua, en

particular sobre el agua para consumo humano, el uso seguro de las aguas

residuales y la calidad del agua para fines recreativos.

Las directrices para la calidad del agua de consumo humano se basan en

la gestión de riesgos; y desde 2004 se promueve un marco para el agua potable

mediante las Guías para la calidad del agua de consumo humano. En el marco

se recomienda que se establezcan metas basadas en la salud, que los

proveedores de servicios de agua desarrollen y apliquen planes de salubridad

para determinar cuáles son, y gestionar de la manera más eficaz, los riesgos que

existen desde el momento de la captación del agua hasta su llegada al

consumidor, y que se lleve a cabo una vigilancia independiente para velar por la

eficacia de estos planes y el cumplimiento de estas metas.

Las directrices para la calidad del agua de consumo humano están

respaldadas por publicaciones de referencia que proporcionan la base técnica

para las recomendaciones que figuran en esas directrices.

La OMS también ayuda a los países a aplicar las directrices para la calidad

del agua mediante la elaboración de materiales de orientación práctica y la

prestación de apoyo directo. Esto incluye el desarrollo de reglamentos sobre la

calidad del agua, localmente pertinentes, de conformidad con los principios en

las directrices, la elaboración, aplicación y auditoría de planes de salubridad y el

fortalecimiento de las prácticas de vigilancia.


REFERENCIAS

Careaga, J. (1993). Manejo y reciclaje de los residuos de envases y embalajes.

Instituto Nacional de Ecología.

Córdoba, M., Del Coco, V., & Basualdo, J. (2010). Agua y salud humana.

Química viva, pp.105-119.

Elías, X. (2012). Reciclaje de residuos industriales. Residuos sólidos urbanos y

fangos de depuradora. Diaz de Santos.

Félix, L., Hernández, F., & Prats, G. (2020). Objetivo de Desarrollo Sostenible:

agua limpia y saneamiento. Revista de Investigación Académica Sin

Frontera: División de Ciencias Económicas y Sociales, pp.1-22.

Fernández, A. (2020). El derecho al agua limpia y saneamiento y su influencia

en la violencia de género en el campo de refugiados de Dadaab.

Lara, H., & García, E. (2019). Prevalencia de enfermedades asociadas al uso de

agua contaminada en el Valle del Mezquital. Entreciencias: diálogos en la

sociedad del conocimiento, pp.91-106.

Massoc, A. (2008). Enfermedades asociadas a los alimentos. Revista chilena de

infectología, pp.395-397.

Medina, M. (1999). Reciclaje de desechos sólidos en América Latina. Frontera

norte, pp.7-31.

Navarro, M. (2020). El acceso a agua limpia y saneamiento: Un análisis

comparado del derecho al agua desde el derecho internacional de los


derechos humanos y del derecho ambiental. Actualidad Jurídica

Ambiental, pp.40-78.

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