Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cecilia Giordano
1 Brock admite que existen plurales actos de ser, tantos como categorías, de modo que a cada
una de ellas correspondería su propia actualidad. Esto se deriva, como veremos más
detalladamente, del modo en que entiende al ser desde el acto, y el acto desde la forma: si ser
es acto y acto es forma y, habiendo planteado ya Aristóteles una multiplicidad de formas (una,
sustancial; varias, accidentales), habrá también actos de ser múltiples en una sustancia. 3De ente
et essentia, c.3: “Unde in commento IX propositionis libri de causis dicitur quod intelligentia
est habens formam et esse, et accipitur ibi forma pro ipsa quiditate vel natura simplici”, entre
otros textos.
2 Cf. L. Dewan, “Saint Thomas, Metaphysics, and Formal causality”, Laval Théologique et
Philosophique, 36, 3, 1980: 385-316. También L. Dewan, “Saint Thomas and the Distinction
between Form and Esse in Caused Things”, Gregorianum, 80, 2, 1999: 353-370; L. Dewan,
Form and Being: Studies in Thomistic Metaphysics, vol. 45, Washington, D.C, Catholic
2
PERSPECTIVAS CONTEMPORÁNEAS SOBRE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
1Stephen Brock, “Cuántos actos de ser puede tener una cosa? Un enfoque aristotélico de la
distinción real”, en La fascinación de ser metafísico: Tributo al Magisterio de Lawrence
Dewan, O.P. Bogotá, Universidad Sergio Arboreda UNSTA (Argentina), 2015: 27-53.
También Stephen Brock, “Formal Infinity, Perfection, and determinacy in the Metaphysics of
St. Thomas Aquinas”, Supplement of Acta Philosophica Forum, vol 2, 2016: 103-123.
extraño al aristotelismo como es la creación. Su introducción remite necesariamente a
la naturaleza del Creador. Pero si éste es concebido como Acto sin más (aún el más
perfecto y pleno) causando actualidades, nos encontramos nuevamente ante la misma
dificultad: ¿cómo entender la especificidad (si la hubiera) de un acto que no es un acto
sin más, sino un acto de ser? Tal vez es por ello que, en esta línea, se concluye
identificándolo con la misma actualidad de la forma.
3 El tema atraviesa casi toda la obra de Gilson. Lo encontramos tratado más específicamente,
entre otros textos, en E. Gilson, Introducción a la Filosofía cristiana, Madrid, Encuentro, 2009;
“Maimonide et la Philosophie de l’Exode”, Mediaeval Studies, 13, 1951: 223-225. También en
cinco conferencias pronunciadas en Bogotá entre el 16 y el 20 de abril de 1956 que se publicaron
con el título La existencia en Santo Tomás de Aquino, Bogotá, 1956. En esta línea, Cf. S. Filippi,
“En torno a la ‘metafísica del Èxodo’”, Studia Gilsoniana 4, 2, 2015: 99-115.
4 S. Filippi, ob. cit., p 109.
5 En este sentido no acordaríamos con lo siguiente: “la distinción real sí se puede probar (que
no demostrar) pero no desde los seres finitos sino desde Dios, que es desde donde el Aquinate
construye su filosofía del ser” (M. Serra Pérez, “¿Esse o Existencia? La distinción real entre
Lawrence Dewan y Etienne Gilson”, Revista Española de Filosofía Medieval, 26, 2, 2019:
135160, p. 153).
3
II INTERCONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
University of America Press, 2006. Aquí se encuentran varios artículos relevantes para entender
la posición metafísica de Dewan, en su lectura de Tomás de Aquino (Cf. “Saint Thomas, Physics
and the principle of Metaphysics”, ibid.: 47-60; “Saint Thomas and the principle of causality,
ibid.: 61-80; “Saint Thomas, metaphysical procedure and the formal cause”, ibid.: 167-174).
En el desarrollo del trabajo expondremos, primeramente, la posición de Stephen
Brock, para luego intentar dilucidar qué fue lo que llevó a Tomás de Aquino a concebir
al acto de ser como principio filosófico originalísimo, tan original respecto a sus
antecedentes aristotélicos como controvertido, al punto de que aún hoy se discute cuál
es su lugar y su estatuto. Finalmente, nos centraremos en la discusión suscitada a raíz
de la posibilidad o imposibilidad de probar lo sostenido en el punto 1.
Esse y sustancia
6 STh. I, q.75, a.6, Resp.: “Esse autem per se convenit formae, quae est actus”.
7 Según Brock, hablar de un esse distinto de la forma sería una duplicación, pues la forma ya
está cuasi identificada con el esse. Pero, entonces, volvemos al punto en el cual residiría su
distinción. No creemos equivocarnos en afirmar que, según este autor, es el esse el que hace
que la forma no sea un mero concepto, sino que se integre al ser sustancial. Es decir que el ser
(esse) es la misma actualidad de la forma, actualidad que no se confunde con su ser lógico. Así,
según L. Irízar ‒quien sigue a Brock en esto‒ se trata de “una interpretación existencial de la
forma…que deja claro que, para Tomás la forma o esencia es mucho más que un simple
concepto, una denominación abstracta que solo sirve para definir y limitar un ser específico”
4
PERSPECTIVAS CONTEMPORÁNEAS SOBRE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
8 Notemos aquí que Brock asimila el ser al acto. Pero podríamos pensar al acto y la
potencia desde y a partir del ser. Pues, siguiendo una noción más existencial, si no hay ser (al
cual sólo se opone el no-ser, que no es), no hay acto ni potencia.
9 Stephen Brock, “Cuántos actos de ser puede tener una cosa? Un enfoque aristotélico
de la distinción real”, ob. cit., p. 35-36. 10 Ibid., p. 41.
“Cuando el Príncipe de Dinamarca se angustiaba por la alternativa de ser o no
ser, no estaba ciertamente pensando en ser o no ser bronceado. Estaba pensando
en ser o no ser sin más calificación, ser o no ser sustancialmente – vida o
muerte‒”8.
Con este ejemplo entendemos que Brock corre sin más el problema metafísico del ser
y el no ser, al tema físico de la sustancia y sus cambios. Vida y muerte son cambios
que afectan a una determinada especie de seres que son los seres vivos. Aun cuando
hablásemos, en términos más generales, de generación y corrupción, estaríamos en el
mismo plano, pues son cambios de la sustancia, relativos a su comienzo y fin. Mas si
hablamos de ser y no ser en un sentido más radical y absoluto, tendríamos que hablar
de creación –como comienzo absoluto del ser– y aniquilación –como una suerte de
nadificación/nihilización de lo que es‒. Pues, en este último sentido, lo único que hay
fuera del ser, es no ser. La emergencia absoluta del ser se entiende aquí como creación
(de la nada). Este concepto surge a partir de la revelación; es bíblico y abre al
pensamiento filosófico la posibilidad de una nueva comprensión del ser, allende la
sustancia.
El concepto de creación permite mirar inteligentemente aquello que es, como siendo
por un acto (esse) que compone con su naturaleza sustancial, pero que no se identifica
con ella, pues no la hace ser tal sustancia sino, simplemente, ser (no ser nada).
Aquello que es, será entonces, “lo que tiene ser”. Eso es lo que significa ente para
(L. Irízar, “El ser. Análisis preliminar. El esse, el ipsum esse y la naturaleza del ser”, en Stephen
Brock, Estudios Metafísicos. Selección de ensayos sobre Tomás de Aquino, Bogotá,
Universidad Sergio Arboreda, 2017: p. 29). Esta formulación del esse es comprensible, en
8 Stephen Brock, ob. cit., p.36.
5
II INTERCONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
Tomás de Aquino9. Siendo ente lo que tiene ser, encontramos en éste una
cuanto constituye una lectura que intenta evitar la reducción de la forma al ámbito lógico,
incluso conceptual y moderno. Así, la interpretación lógica-moderna de la forma aristotélica
sería evitada por una comprensión existencial de la misma, con el aporte de la distinción de
Aquino. Es, finalmente, la misma forma cuya actualidad ya vio el estagirita; esta vez,
“reforzada” por el esse. Para el tema, Cf. García-Lorente, “El debate actual entre aristotélicos y
tomistas sobre el Esse Ipsum”, Revista Española de Filosofía Medieval 19, 2012: 127-137; A.
Maurer, “La resurrección de Aristóteles y la filosofía tomista”, Praxis Filosófica, 16, 2003: 9-
23.
composición de esencia y acto de ser, tanto en el caso de las sustancias simples, como
compuestas:
“En las cosas compuestas, es necesario considerar dos actos y dos potencias.
Primeramente, en efecto, la materia está como en potencia respecto a la forma,
y la forma es su acto; y a su vez la naturaleza constituida de materia y de forma
está como en potencia respecto al ser mismo, en tanto que lo recibe. Así pues,
una vez eliminado el fundamento material y, si permanece alguna forma de
naturaleza determinada subsistente por sí sin ser en una materia (como un alma
intelectual o un ángel), ella será aún respecto a su ser (esse) en relación de
potencia a acto: no hablo de una potencia separable de su acto, sino que su acto
acompaña siempre. Y así, la naturaleza de la substancia espiritual, que no está
compuesta de materia y de forma, es como una potencia respecto a su ser” 10.
9 In Metaph., XII, lect. 1.1.: “Nam ens dicitur quasi esse habens”.
10 De Spiritualibus Creaturis, a.1, Resp.: “Unde in rebus compositis est considerare duplicem
actum, et duplicem potentiam. Nam primo quidem materia est ut potentia respectu formae, et
forma est actus eius; et iterum natura constituta ex materia et forma, est ut potentia respectu
ipsius esse, in quantum est susceptiva eius. Remoto igitur fundamento materiae, si remaneat
aliqua forma determinatae naturae per se subsistens, non in materia, adhuc comparabitur ad
suum esse ut potentia ad actum: non dico autem ut potentiam separabilem ab actu, sed quam
semper suus actus comitetur. Et hoc modo natura spiritualis substantiae, quae non est composita
ex materia et forma, est ut potentia respectu sui esse”. 16
Ver supra Nota 3.
6
PERSPECTIVAS CONTEMPORÁNEAS SOBRE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
“Cuando se dice: “el ser es diverso de lo que es”, se distingue el acto de ser, de
aquello a lo que conviene ese acto. Pero la razón de ente se toma del acto de
ser, no de aquello a lo que conviene el acto de ser…” 11.
Se distinguen, pues, en el ente, su acto de ser, de aquello a lo que conviene el ser, que
es la esencia ‒o cosa, si usamos términos más avicenianos‒, ya se trate de la de una
sustancia simple (en cuyo caso hablamos de una pura forma) o compuesta (en cuyo
caso hablamos de forma y materia). De estos dos principios, el esse es primero: es el
acto del ente, pues sin él no habría nada. De allí que la razón del ente –en el sentido de
su acto propio‒ sea su esse. Pero el ente no se da como puro esse12, sino como esse en
“algo que le conviene”, que es la esencia. Más aun, es por la esencia por lo que adviene
el ser al ente13, lo cual significa que es la esencia aquel principio que, diversificando a
los entes según géneros y especies, compone con el esse dando lugar al ser finito. Los
múltiples seres, existiendo con un ser propio, aunque dado, están sujetos a diversos
modos y grados esenciales, de modo que, sin éstos últimos, no existirían como tales
seres. No obstante, como dijimos, la razón del ente, su acto propio, es el esse sin el
cual, nada habría.
Una vez dicho esto, es importante entender cuál es el lugar del esse, en el ente.
Veremos esto a partir del sentido que da Tomás a la sentencia de Boecio que reza: “El
ser es diverso de lo que es”20. Aquí se puede entender al ser como algo extrínseco a
“lo que es”; como algo abstracto, separado, o también como un accidente de la
sustancia o esencia. Lo que reúne a estas versiones es que en ninguna de ellas es el
acto de ser, un principio constitutivo del ente. Será concomitante o, en última
instancia, se identificará con algún principio sustancial, vale decir, con la forma o, con
la misma esencia de la cosa.
11 De Veritate a.1, ad 3: “Ad tertium dicendum, quod cum dicitur: diversum est esse, et quod
est, distinguitur actus essendi ab eo cui ille actus convenit. Nomen autem entis ab actu essendi
sumitur, non ab eo cui convenit actus essendi”.
12 Expositio libri Boetii De Hebdomadibus 1, 2: “Esse non est ens, sed quo ens est”.
13 De ente et essentia, 1: “Sed essentia dicitur secundum quod per eam et in ea ens habet esse”.
20 Expositio libri Boetii De Hebdomadibus 1: “diversum est esse, et id quod est”.
7
II INTERCONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
Llegamos aquí al punto central de nuestro trabajo, que consiste en poner de manifiesto,
justamente, el carácter primero del ens en la metafísica de Aquino. Más que conocida
es su afirmación de que “aquello que primeramente concibe el entendimiento como lo
más evidente y en lo cual vienen a resolverse todas sus concepciones, es el ente” 24.
El ente es lo primero conocido y aquel principio en el cual se conocen todas las cosas.
Vale decir que todo lo que conocemos naturalmente, lo conocemos como ente. Siendo
principio de conocimiento, no hay algo conocido con anterioridad al mismo, siendo él
mismo la posibilidad de todo otro conocimiento, que caerá bajo su noción o
Veritate, q.1, a.1, Resp.:” Illud autem quod primo intellectus concipit quasi notissimum, et in
quod conceptiones omnes resolvit, est ens, ut Avicenna dicit in principio suae metaphysicae”.
8
PERSPECTIVAS CONTEMPORÁNEAS SOBRE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
Con respecto a este tema, advierte Gilson una dificultad de índole lingüística en la
traducción de la cita antedicha de De Veritate. En algunas lenguas como el francés se
ha traducido habitualmente ens por être (ser) que, en el latín de Tomás equivaldría a
esse. Para zanjar esta cuestión Gilson sugiere el término étant (que podríamos traducir
como “siente”, lo que está siendo17) como equivalente a ens; reservando être, para esse
propiamente. Lo que se sigue de una inadecuada traducción es que, si se traduce ens
por être, la aserción tomasiana primo in intellectu cadit ens, significa: el ser es lo
primero conocido, lo cual es hacer decir a Tomás que primo in intellectu cadit esse18.
Y agrega Gilson:
“Él jamás lo dijo y sin duda, rehusaría decirlo, por razones que obedecen a lo
más profundo de su metafísica. No es el ser (être); es el étant lo primero
Paris, Vrin, 2015, Appendice III: 379-385, p. 382. La traducción de este artículo es nuestra. 27
Ibid., p. 382-383: “Il ne l’a jamais dit et refuserait sans doute de le dire, pour des raisons qui
tiennent au plus profond de sa métaphysique. Ce n’est pas l’être, c’est l’étant qui est premier
connu. Il est même connu avant le bien, parce que pour être bon, il faut être. L’étant tombe en
premier dans l’intellect, parce que toute chose est connaissable en tant qu’elle est: ‘Unde ens
est proprium objectum intellectus et sic est primum intelligibile, sicut sonus est primum
audibile’ (STh. I, 5, Resp.). On peut dire, si l’on veut, que cette simple affirmation contient toute
la métaphysique de saint Thomas, mais elle n’est strictement vraie que de l’étant (…) selon
qu’on distingue ou non l’étant de l’être on obtient une métaphysique toute différente”.
9
II INTERCONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
conocido. Es conocido aún antes que el bien, porque para ser bueno, hay que
ser. El étant cae primeramente en el intelecto, porque toda cosa es conocida en
tanto que es: ‘Unde ens est proprium objectum intellectus et sic est primum
intelligibile, sicut sonus est primum audibile’. Podemos decir, si se quiere, que
esta simple afirmación contiene toda la metafísica de santo Tomás, pero
estrictamente sólo es verdadera respecto al étant (…) Según se distinga o no el
étant del être, se obtendrá una metafísica del todo diferente”27.
“De hecho, por mucho que podamos juzgar mientras esperamos que una
computadora haya relevado todas las palabras que Tomás ha usado en sus obras
completas, arriesgaría la proposición que él no se planteó ni una vez la cuestión
de una distinctio realis essentiae et existentiae. En principio, Tomás habla
ordinariamente de “composición” más que de ‘distinción’. Al menos una vez,
él ha calificado esta composición de real, pero hablando de ese modo él quiere
especificar, no que hay composición de dos cosas, sino más bien que no se trata
de una simple composición de razón. Seguidamente, lejos de implicar la noción
de distinción, la de composición implica la de unión: ‘omnis compositio est
unio’. Seguramente, no puede haber unión y composición sino entre cosas
distintas; sin embargo, puede haber también unión y composición entre partes
10
PERSPECTIVAS CONTEMPORÁNEAS SOBRE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
Ahora bien, ¿por qué intentar probar o demostrar una composición que se ofrece de
suyo, al entendimiento? Mas ¿se ofrece, de suyo, al entendimiento? Toda la ontología
aristotélica se constituyó sobre la base de la causalidad formal: es éste un antecedente
histórico que es tomado frecuentemente como demostración filosófica. Aun así, es tan
intenso el esfuerzo por trascender el plano de la causalidad formal, que se considera
frecuentemente que la presencia de un acto de ser otro de la forma, debe ser
demostrada22. Así, encontramos a menudo dos argumentos rivales, que no constituyen
19 Ibid., p. 380: “En fait, autant qu’on en puisse juger en attendant qu’un ordinateur ait revelé
tous les mots dont Thomas a fait usage dans ses ouvres complètes, je risquerait la proposition
qu’il n’y est pas une fois question d’une distinctio realis essentiae et existentiae. D’abord,
Thomas parle ordinairement de ‘composition’ plutôt que de ‘distinction’. Une fois au moins, il
a qualifié cette composition de réelle, mais en parlant ainsi il entend spécifier, non qu’il y a
composition de deux choses, mail qu’il ne s’agit pas d’une simple composition de raison.
D’ailleurs, loin d’impliquer la notion de distinction, celle de composition, implique celle
d’union: ‘omnis compositio est unio’. Assurément, il ne peut y avoir union et composition
qu’entre choses distinctes, mais il peut y avoir union et composition entre des parties qui
n’existent jamais à part. Tels sont l’acte et la puissance, la forme et la matière, l’essence et son
être”.
20 Cf. ibid., p. 385.
21 Cf. ibid. También E. Gilson, El ser y los filósofos, Pamplona, EUNSA, 1985: 125 y ss.
22 M. Serra Pérez, ob. cit., p. 155: “La única manera de traspasar esta causalidad (la formal) es
sencillamente a través del conocimiento de la naturaleza del esse. Si hay una causalidad que
pueda hacernos ver la distinción es la eficiente trascendental (la del esse) y, esta se funda en la
11
II INTERCONGRESO LATINOAMERICANO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL
Ahora bien, a todo ello ha contribuido grandemente la meditación sobre del texto del
Éxodo y la noción de creación de la nada, que revierten y alumbran la comprensión
del ente. Cabalmente, es a la luz de un Puro Acto de Ser que crea libremente, que se
entiende el alcance y profundidad del esse del ente, es decir, se comprende
señaladamente lo que significa, para un ente, su acto de ser. La reflexión filosófica
sobre del texto mencionado dota al filósofo de una particular agudeza para entender
metafísicamente lo que es. Entendemos que esto es lo que se significa al decir que es
a la luz de la Metafísica del Éxodo, que se descubre el ser del ente 24. Éste se muestra
en todo su esplendor y consistencia ontológica, en su real dependencia del Esse, porque
noción de Dios como Acto puro de Esse”. El plano de la sustancia o de la causalidad formal es
tan “elocuente” que, según constatamos, constituye el real punto de partida tanto de aquéllos
que niegan la distinción real, como de muchos de los que la defienden. Prueba de ello es la
exigencia de prueba o demostración de un acto de ser otro de la sustancia, esencia o forma que,
sin embargo, compone con ella.
23 Ibid., p. 140.
24 Cf. Gilson, “Existencia y creación”, en La existencia en Santo Tomás de Aquino, ob. cit., p.
40.
12
PERSPECTIVAS CONTEMPORÁNEAS SOBRE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
Acerca del lugar del esse en la ontología de Aquino, diremos que su punto de partida
es el ser del ente pues, según nuestro modo de conocer, no conocemos inmediatamente
algo distinto de los entes. Pero cabalmente, eso que la inteligencia ve en el límite de la
inteligibilidad del ente: que es, no puede explicarse si no es por un Es. De ahí que el
trabajo deductivo de Tomás es menos arduo si se quiere que el de Aristóteles. Porque,
visto el existir, va del ente a Dios y de Dios al ente a una.
25 Ibid.
13