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REVISTA Año 1 / Nº 1

FILOPÓIESIS Y CUÁNDO Diciembre 2022


no hablar de
artes y humanidades
Pintura de portada
Carlos Lizama Peña
REVISTA FILOPÓIESIS

EDITORIAL

El Comité editorial de la Revista Filopóiesis está


conformado por integrantes del Colectivo
Filopóiesis:

Juan Alejandro Henríquez


Carla Calisto Alegría
Miguel Herrera
Kerstin Möller
Zulema Retamal
Nelson Rodríguez
Esther Sánchez
Hans Schuster

Edición:
Nº 1

Año 2022

Diseño Gráfico / Cristian Zamorano

Colectivo de Artes y Humanidades Filopóiesis


REVISTA FILOPÓIESIS

ÍNDICE

4
TEXTOS NARRATIVOS
Y LÍRICOS

10 RESEÑAS

ARTÍCULOS,
REFLEXIONES Y ENSAYOS
14
ARTES VISUALES
18

Colectivo de Artes y Humanidades Filopóiesis


PAPELES VIEJOS TITIVILUS
Ahora sé que nuestra historia Había llegado el día glorioso del Apocalipsis. En el gran salón ajedrezado, la jauría de
es la historia de papeles viejos demonios aullaba y se agitaba como una ola maligna. A Satanás le costó hacerse oír y
que ayudan la luz a vivir respetar ¡había tanta soberbia junta! Raudo, el Príncipe de los Infiernos despachó cargos,
sin olvidar la vida jerarquías y funciones. Recibieron los diplomas acreditativos, entre otros:
que ayer fue promesa.
De los héroes hundidos Abigor, demonio superior, Duque de los infiernos, hermoso caballero que lleva lanza de
en las entrañas de la tierra, estandarte y cabalga sobre un monstruo alado. Manda sobre sesenta legiones infernales.
nos queda el sitio del amor profundo, Conocedor del porvenir y los secretos de la guerra.
del coraje de la espera necesaria
de la muerte. Abraxas, demonio coronado al que se le invoca con la fórmula de Abracadabra.
Del pasado nos quedan los
Agares, Gran Duque de las regiones del este del infierno. Comandante de treinta y una
libros legiones infernales. Otorga propiedades, poder, títulos, incita al baile y enseña todos los
que han dejado dicho lenguajes. Monta un cocodrilo y lleva un halcón en su puño.
no siembres semillas en las
Agramon, demonio del miedo.
piedras
que no crecen, Aini, Duque infernal con tres cabezas; la primera de serpiente, la segunda de hombre, con
nos quedan los restos pintados dos estrellas en la frente, y la tercera de gato. Monta una serpiente y carga un atizador
de los árboles flameante con el que causa destrucción.
alimentados de lo que fuimos
antes de destruir los ojos Alocer, Gran Duque de los infiernos, caballero cornudo con cabeza de león. Mando sobre
de nuestros cuerpos treinta y seis legiones. Su caballo con patas de dragón es enorme. Enseña los secretos
hechos de madera y de ramas, del cielo.
nos queda un fondo de paisaje antiguo
más parecido a una música que a un Alouqua, demonio femenino, súcubo y vampiro, que conduce a los hombres al suicidio.
paisaje.
Nuestras respiraciones fatigadas Y así, hasta setenta y dos demonios. Satanás estaba agotado. Al fondo de la sala quedaba
se hacen suspiros un demonio, diríase que tímido, pues bajaba la cabeza y no se atrevía a acercarse a la
como si trataran de escribir tribuna infernal desde la que el Príncipe de las Tinieblas había otorgado poder y maldad
las páginas de un nuevo libro. a sus subalternos.
En esta pila de papeles viejos
me pregunto -¡Usted, venga aquí! –ordenó El Maligno-. ¿Cómo se llama?
¿De qué vida vivo la muerte?
***** -Ti…, ti… vilus –balbuceó el demonio en un susurro, sin
levantar la vista del suelo.
LO QUE QUEDA -No le oigo. ¡Coño!
-Titivilus para servirle a usted –se presentó el demonio con
Del llanto
no me quedan ni las ojeras, modestia...
todo dentro de mí
se ha vaciado,
veo que a la soledad
que me acompaña...

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Autora: Autor:
Yuleisy Cruz Lezcano Héctor Olivera

Colectivo de Artes y Humanidades Filopóiesis


ECLESIASTÉS 3:1 DANTE Y BEATRIZ, PERO
ES 2014 Y ESTAMOS EN
ARGENTINA

Las veces que habré pasado por su casa… Es un viernes, creo. O quizá un sábado, no
ya perdí la cuenta. Me paraba frente al me acuerdo muy bien. Antes me sabía de
portón y aplaudía mientras gritaba su memoria todos esos pequeños detalles,
nombre hasta que se me cansaban las pero ya no. Ahora no significan nada.
manos. Pero nunca salía. Ni siquiera se
asomaba por la ventana. Es 2014 y vos ya sabés que te amo, pero
seguís hablándome como si lo ignoraras.
Cada vez que llegaba a un pueblo nuevo, Tal vez seguís tratando de olvidarte de eso
antes de hacer lo que había ido a hacer, porque todavía me apreciás lo suficiente
paseaba por las calles de tierra a ver si de como para valorar más nuestra amistad MARES DEL NORTE
casualidad me la cruzaba, pero ya sabía que la incomodidad que nos genera estar
que no iba a estar ahí ni en ningún otro juntos. Tenemos diecisiete y afuera hace
lugar adonde yo viajara. Igual yo la seguía frío, así que tengo puesta esa campera
buscando… negra gigante y gansteril que antes
pensaba que me quedaba bien. Vos tenés
puestos un top y unos shorts, los dos Condenada a navegar en los mares del
Pasé muchas horas desiertas pensando
más concisos que la prosa de Borges. norte
en si algún día podría encontrármela,
Siempre te vestís igual, y me encanta: es como El holandés errante en la tormenta
pero no me tenía mucha fe. Lo peor era
como tu uniforme de amazona, el disfraz busco la transitoria dádiva en la marea del
que, a la noche, tenía siempre el mismo
que usás cada noche cuando salís de obligado encierro...
sueño: yo estaba en una pulpería solo,
muy solo, y entonces llegaba ella y me tu casa. Para mí sos igual de fascinante
que Gatúbela, pero yo no llego ni a ser un Una fuerza centrífuga me eleva
tocaba el hombro y me sacaba charla y se
Robin. Siempre fue así, vos irguiéndote anochece mi servidumbre diurna
empezaba a reír, y ahí me despertaba tan
frente a mí, haciéndome sentir ínfimo y todo en la ciudad sabe a peligro
triste y desdichado que después no podía
más impotente y perdido que Meursault. a tristes sepias,
levantarme de la cama hasta bien pasado
En ese entonces no sabía que habrías a soledad vinagre.
el mediodía.
entendido esa referencia, porque no te Acecho la ebriedad del punto muerto
amaba lo suficiente como para saber que y como animal feroz mi voz elevo en
Y llegó un día en que me encontraron
a vos también te gustaba leer. El amor abanico abierto.
los hombres del gobernador con los
pantalones bajos. Yo la peleé hasta el puede ser tan engañoso a veces…
final, pero eran muchos, incluso para mí, Rompo el cerco de silencio
Ya fumaba por entonces, como un
y además andaban bien calzados, así que
murciélago, y vos tenías un novio que
jaula que me apresó sin
decidí dejar de luchar y escaparme.
Solo una pared muy blanca me separaba también se llamaba Felipe, que más que dame cuenta
de mi caballo y de la pampa. La estaba mi sombra o mi doble era mi versión 2.0. destrono al dictador siniestro
De todas formas, me llevaste a un rincón
saltando cuando por atrás un cagón me
del patio y me pediste que te enseñara a
el último ordenador que me
atravesó con su bayoneta. Atacar por la
espalda a esta altura del partido… fumar, porque eso estaba de moda en el condena.
2014 y porque el otro Felipe no andaba Renuncio a mis archivos
cerca para sermonearte. Entonces te
Y entonces la vi. Por primera vez en mucho
enseño: prendo los dos cigarrillos a la vez,
personales
tiempo, se me apareció. Y ella me miró y yo
la miré. Ella sonrió y estaba tan hermosa… y cuando te paso el tuyo con calculada con memoria virgen me
Yo le sonreí con los dientes teñidos de rojo desenvoltura me siento como James declaro
Dean o Peter Fonda, lleno de confianza y
y los ojos llorosos. Ella estaba inmaculada
caballerosidad. Vos tosés y nos reímos,
renazco con mente ingrávida
y yo embarrado y lleno de sangre que de a
poco se iba secando. Me tendió una mano pero al poco tiempo le agarrás la mano y liviana
pálida y raquítica y yo se la apreté fuerte. empezás a fumar mejor que yo, y es como y me perpetúo en su
si me estuvieras echando en cara toda mi
estupidez e incompetencia, como si con
fugacidad.
—Hola, Libertad. Hola, Muerte.
—Vení, Juan. Ya no tenés que hacer sufrir cada bocanada de humo azulado que...
a nadie más. Ya no tenés que sufrir más...
Y entonces nos fuimos los dos juntos y
nunca nos volvimos a separar.
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Autor: Autor: Autora:


Felipe Rodolfo Hendriksen Felipe Rodolfo Hendriksen Consuelo Hernández

Colectivo de Artes y Humanidades Filopóiesis


En memoria a: Lola Kiepja
(Conocida coma una de las “última
selk’nam”, chamana y cantante)
y Cristina Calderón la última yagán.

HERIDA DE CENIZAS Extiende una oración


a los cuatro puntos cardinales
El cielo se ahoga con el frio
en senderos encorvados Sus rodillas helaban el pulso infinito

El sol era el mismo Aquí estas tarareando con el viento


por siglo oxidado que llega a otros nudos australes
acompañando las pisadas mudas
Tierra del Fuego de los que murieron exterminados
donde la noche cae
en un segundo Lloras lágrimas de fuego
Nunca amanece Iluminado
tu carne se hincha
por huellas que agonizan viaja a la cordillera del cielo
navegando
Los árboles nacen torcidos océanos de estrellas
por placenta de tierra olvidada
Tu herida de cenizas
Suena el viento que canta es lo que nos dejas
el rito del hain a la ausencia de tus hijos.

La ventisca calma los ojos del chaman


su energía primigenia traspasa el tiempo
de la piel de montaña anaranjada
Autor:
Recoge una vasija de barro
sobre el atuendo de huesos Carlos Lizama Peña

Colectivo de Artes y Humanidades Filopóiesis


REVISTA FILOPÓIESIS

EL GRITO MUDO DEL BALADA 666 EL PERSEGUIDOR


ARREBATO
1

Se vacía el silencio en las cuencas de Llegué el viernes. Eso es a lo que debe llegar el pensamiento:
cristal verde-claro, Lo primero que hice fue soltar mis maletas a abolirse.
se detiene el viento con su caricia de y pararme de cabeza en la estación. ROBERTO CALASSO, El cazador celeste
azucenas, Insuflé con mi deshidratada goma de
y sobre estos labios ensangrentados por la mascar,
podredumbre, una estatua de Jesús de Nazaret. 1
desvanece la palabra, Rezaba para que la gente me diera algo de
se convierte en la cueva oscura, comer. Acodado sobre el alfeizar de la ventana,
Los chicos de la ciudad, primero escuchó la voz en su cabeza.
con su airecito canallesco, «¡…!». No hubo más. Inútil habría sido
¡y ahora estoy! se inyectan vaselina. preguntarse el origen de aquel imperativo.
¡y ahora muero! Fanfarronean siempre su conexión con el El estremecimiento que vino después,
barrio Chino. sin embargo, habría sido sutil y casi
¡y ahora bajo pétalos y tierra! El doctor muerte imperceptible si no hubiera descubierto
Me convierto en nada. me dio veinte monedas de cobre al sujeto observándole desde el otro
por dos litros de sangre... lado de la calle. Su gesto, anodino y
Perdí la gomita de Bobby. liso, apenas lograba distinguirse entre
Ahora hago mis propias reglas, la oscuridad que caía sobre la fachada
bailando bajo la lluvia. del edificio. Su mirada no desprendía
Soy una chica que huele a caballo. emoción alguna, pero su persistencia y su
La primera noche fue de miedo, evidente falta de vergüenza rápidamente
sal en los bolsillos para mantener a raya le inquietaron, provocándole aquel ríspido
a los espíritus. estremecimiento. Procurando no delatar
Cuando dejas atrás el nido, su turbación, Emilio Montinari arrojó la
la mala vibra, boquilla del cigarro desde el último piso del
es una película de polvo en los labios. edificio. Luego, cerró la ventana y la cortina
CLARO COMO NEGRO de muselina, apagó la luz y se quedó
Gomita, no podía criarte paralizado en medio de la habitación.
con la carne molida que llevaba a casa mi Aunque la calle no era estrecha, sabía que
vieja. aquel sujeto —aquel sujeto al que nunca
Hice con sal un pentagrama en la calle, había visto en su vida— aún estrellaba la
decidí que los espectros vista contra su ventana. La incertidumbre
Se bifurca el raciocinio, no me echarán a perder mi búsqueda. dilataba las probabilidades, pero la duda
se incrementa la ignominia El orgullo de una mujer pobre hace la no aparecía por ninguna parte…
la acaricia del firmamento en la paraselene diferencia.
tierra. 2
¡Te levanta! Te da fe.
Algunas semanas después, el estado
No hay capricho sutil, ni El orgullo de una mujer pobre
nervioso de Emilio Montinari ya había
exclamación afable, se desvanece cuando elige mal. sufrido cambios a todas luces irreversibles.
se menciona un principio y Bobby prometía La voz en su cabeza era ahora un martillo
cosas que no podía cumplir. que le trituraba el pensamiento sin
un fin, Intentó enseñarme el padre nuestro, descanso. Por si fuera poco, lo que días
mientras menciono desastre. con la dignidad de ladroncito, atrás aún se mostraba como una tonta
arrancado y envolviendo la plegaria, posibilidad, pronto se había transformado
Una dualidad increpada en sí misma, en pequeños cachitos de papel de la en una terrible certeza: el sujeto de la
el muérdago de la razón como costra, biblia... ventana de...enfrente le observaba desde
la banalidad del sol y ego de la luna, que va a la gran ciudad.... el otro lado de la calle...
sin duda no hay nada tan claro como la
muerte.

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Autor: Autor: Autor:


Abraham Campos Ringo Cruz Gamba Roberto Arias Guadarrama

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REVISTA FILOPÓIESIS

DE LA EFICIENCIA Y AUTOANONIMATO
OTRAS DEMONIAS
Es la eficiencia mojigata demonia. En todo
mete la cola, fíjese usted, y luego se hace
la señorita de las moscas muerta.

Quise escribir un poema y la “mentelequia” Dentro de sus ansias de eternidad, comprendió que, sin un talento natural llevado al
que me apuntala, punta de bayoneta entre prodigio, nada podía hacer para quedarse en la mente de los hombres. Descubrió un día
mis costillas, me obligó a considerar por casualidad, en el viejo librero de su padre, una enciclopedia de grandes escritores, libro
el ritmo, la métrica, la forma y el fundo, que, veía los retratos, bustos y fotografías que perpetuaban la efigie de sus creadores;
perdón quise decir fondo (que jamás entonces quiso ser como ellos. En sus primeros intentos tuvo una corazonada de que
fundillo). ése no era el camino para él, pero fue necio. Años más tarde, sus múltiples intentos en
talleres y cursos reafirmaron que, por más que practicara, no lograría pasar del montón.
Ante semejante aluvión nada simbólico
y mucho menos polisemántico (vaya Sus torpes escritos no podían sostenerse por sí solos ni en la mancha de tinta ni entre
a saber usted qué es eso para efectos los blancos surcos que nutrían sus ideas. A pesar de las mejorías, ningún relato hizo
de este pretexto), preferí cerrar los retumbar la imaginación de sus lectores. Sus pocos amigos y familiares lo miraban con
ojos y disfrutar el sol de mi propio cariño melancólico, como si fuese un niño que, por enfermedad terminal, no podrá nunca
fondo de pantalla. Retornaron a mí las madurar.
consideraciones, fíjese usted. Entre la silla,
el sol, la música y qué se yo, algo falta: Un día, por mero juego, se instaló en la plaza pública con un vetusto ejemplar de mitología
“Todo es eficiencia”, me dije, mientras griega, también conseguido en la biblioteca familiar. Entonces comenzó a leer en reversa.
contemplaba tal ausencia, un poco tocado ¡Otro intento más dentro de sus reiterativos planes fallidos para alcanzar la fama! Sin
en mi dignidad de ser fulano. Todo es embargo, esta vez dio en el blanco o más bien, siguiendo su ejemplo regresivo, el blanco
eficiencia, ¿incluso el arte? (obvio). dio en él. Levantó el asombro de los transeúntes. De ahí pasó a las tertulias locales, luego
fue el objeto novedoso de reseñas y análisis dentro del mundillo selecto de los críticos
Vacilé ante semejante consideración, de su época, esos contemporáneos que, en sus primeros intentos, lo despreciaban
fíjese usted, ganas me dieron de apagar rotundamente.
el sol y mandarme a cambiar. Frené tan
sencillo impulso, sin embargo ¿Y sabe Sus cuentos antes tan comunes, cotidianos y mundanos, cuando
usted por qué? Por eficiencia claro está, los adaptó a su versión inversa se transformaron, según quienes
porque algo faltaba entre la interrogante leyeron sus obras, en textos crípticos, misteriosos y llenos de un
y el impulso de mandarme a cambiar. No
quise que la pregunta quedara planteada
esplendor. Ya no reflejaba las ideas del escritor sobre un fondo
sin sembrar yo mismo el germen de una blanco, sino que se volvieron ventanas negras para ver al otro lado
respuesta, después de todo, me queda del mundo ilusorio del papel. Contrario a los grandes escritores,
bien desparramar. quienes leían sus cuentos no disfrutaban de la interpretación
del mundo según el escritor, sino un espejo de obsidiana que les
Y es que, desde donde yo soy y vengo, mostraba sus propios terrores, esperanzas y sueños efímeros, así
el desparramo es el inicio, el “voleo” de que encontraron rápida aceptación entre un público cada vez más
semillas que crecerán y devendrán en ansioso de leerse.
trigo para la frIcción del pan.
Pero su mayor prodigio fue su condena. De tanto conocerse a sí mismos, el vacío era lo
No son éstas, coincidencias ni legado de único que quedaba. Asustados de tal revelación, furiosos arrojaban el libro y negaban
momias, fíjese usted. El cultivo también sus primeras impresiones. A pesar de todo, había logrado su cometido, pues en la nada
es eficiencia, el de la tierra a tajo abierto y eterna ahora se hallaba su nombre.
el del alma a tajo íntimo, con sus riegos y
cuartos crecientes, con su dolor a cuarto
cerrado...

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Autor: Autor:
Alejandro González Fernando Cervantes
Espinoza Radzekov

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Colectivo de Artes y Humanidades Filopóiesis


RESEÑA DE “MEMBRANA”, DE JORGE CARRIÓN, PARA REVISTA
FILOPÓIESIS
TÍTULO: MEMBRANA

“Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”, dijo Theodor


Adorno. Reflexionar sobre cómo y cuándo no hablar de artes y humanidades
mientras Rusia ataca militarmente a Ucrania me sumerge en la esquizofrenia
de “Mil mesetas”.
Aunque si Oliver Messiaen pudo componer el “Abismo de los pájaros” dentro del campo de concentración y
escribirlo solo para los instrumentos de viento que encerraba, confío en que los seres humanos sean capaces de
volver a regenerar un código artístico y humanista transgresor.

Esa experiencia lectora la he tenido leyendo Membrana de Jorge Carrión, en un primer momento. Un desconcierto
creciente según avanzaba entre las páginas de lo que formalmente era un catálogo del museo del siglo XXI.
Semanas después fui a ver la exposición en el Centro José Guerrero de Granada, que es el motor del siguiente
libro de Jorge Carrión: “Todos los museos son novelas de ciencia-ficción”. Con estas dos experiencias estéticas
pretendo justificar que sí se puede seguir hablando de arte y humanidades, es decir, afirmo una doble negación:
no existe ningún contexto ni temporal ni espacial para no hablar de estas disciplinas.

Dos sentencias de mi genealogía materna serán los ejes transversales que me sirvan de agujas de tejer para
enredar la tela de araña de Membrana y la experiencia ¿museística? “Madre mía”, como repiten en Solaris, el
podcast premiado en los Ondas Globales de Podcast por su innovación y carácter experimental. Las frases
maternas son: “Si no puedes mejorar el silencio, cállate” y “No ha nacido quien me mande callar”.

Si fuera analítica, que no lo soy, sin sentirme cómoda tampoco en la etiqueta de continental, empezaría a disgregar
sobre la condición artística del narrar o del hablar de algo. Parecería incurrir en una contradicción la misma
reflexión, pues en el momento en que hablo de lo que no se puede hablar de las artes, pongo en práctica nada
más y nada menos que la oratoria y la retórica. Pero como desmenuzar argumentos y detectar falacias nunca fue
lo mío, sigo con la intuición y con la experiencia de belleza y necesidad de exploración de otros códigos que tan
acertadamente lleva años desarrollando Jorge Carrión.

¿Sabes cuando lees un texto que da la vuelta a tus creencias como si de un calcetín viejo y sucio se tratase?
Bien, pues eso me ha pasado leyendo Membrana, de Jorge Carrión. Debo confesar que me pasa cada vez que le
leo o le escucho en una presentación, como cuando presentó “Contra amazon” en Ubú Libros. En su exposición
delirante despliega una lucidez arrebatadora. Las normas de la lógica se rinden ante tantas relaciones establecidas
velozmente sin necesidad de ningún algoritmo ni esas inteligencias artificiales (IA). Su capacidad para tejer y
destacar conexiones poco habituales me transporta a mis momentos más místicos de la carrera. Esos días en
que leíamos a Deleuze en bucle y sacábamos mil significados a la palabra “rizoma”.

Membrana no iba a ser el título de esta ¿novela-ensayo-poema? Porque los seis capítulos son el catálogo del
Museo del Siglo XXI. Sí, el siglo en el que estás leyendo esta reseña, desde el 2001 hasta el 2100. Solo llevamos
la quinta parte y confío en que sobrevivamos el tiempo suficiente para contemplar algunos años más. El fin
radical de la Historia que predijo Fukuyama no llegó. Pero esa idea de fin, lineal, progresista, acumulativo, incluso
neoliberal hace tiempo que no representa lo que ha sabido traducir alguna corporación de cuyo nombre no me
quiero acordar en números y predicciones.

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Las ramificaciones de los fractales, Fibonacci y los hilos rojos del museo que te seducen para que los sigas,
alterando la lectura, impactada por las imágenes sugerentes que acontecen al doblar la esquina, no entienden el
concepto de fin. Ni de categoría ni de cuándo y cómo se puede hablar. Si todos los museos son novelas de ciencia-
ficción, habrá que revisar la pregunta ontológica. ¿Código o narrativa? that’s the question. El silencio no es el vacío y
siempre, siempre hay formas de mejorarlo. Porque es cambio. El filamento de la bombilla suena y muta de manera
constante. El impacto en la persona que oye puede llevar la reflexión a otro lugar, más oscuro, hermenéutico. Pero
siempre podremos hablar porque la condición de posibilidad del acto de habla es la oportunidad de mejora, el
contexto, el vacío que permite el silencio.

La sugerente portada sirve de metáfora del contenido. Se trata de la obra de arte de Tomás Saraceno, Willman
Cyrtophora citricola – 20 Anelosimus eximius (2013, Arachnophilia). Diosas, adoro todo lo que tiene que ver con
Anansis, la diosa araña que teje historias. La red virtual que conecta nodos, dispositivos, puertos, protocolos,
archivos, expectativas, deseos, almas y, sobre todo, ojos recrea la labor de las telas de araña. Aracne, la castigada
a ser despreciada, solo quería representar la verdad. Insolente. Atenea, brazo ejecutor del sistema olímpico, le dejó
claro que nadie le había pedido un arte sincero. Pero en las otras mitologías las arañas ven el multiverso con sus
órganos extendidos. Así la visita por el museo, leyendo todo en plan psicópata como yo, o degustando aquello
hacia lo que el cuerpo se sentía inclinado, transita el código y se aleja poco a poco, paso a paso, sin prisas pero
sin pausas, de la narración y de las estructuras que estaban empujando a los abismos de la “postverdad” o la
“blablalogía”.

Pero si no ha nacido quien me mande callar, puedo seguir hilando o, mejor dicho, deshaciendo nudos sin quedarme
atrapada como si fuera una mosca, inevitable golosa, porque navego vigilando las cookies y adentrándome en el
open source. Son muchas las claves de Membrana, que más que una novela al uso de ciencia ficción -o de
terror- es un tránsito, un no-lugar. De hecho, la primera persona del plural en femenino que es la voz narradora es
inquietante desde la primera página. Pero es que el Aion, el tiempo narrativo, también es ruptura entre el futuro
desde el que habla (“nosotras nos entendemos”) con su pasado que es tu presente. La eternidad condensada en
el instante, que pasa. Caminando, que es gerundio.

Decía que el título iba a ser “Museo del Siglo XXI”, dirigido a una “visitante o lectora o viceversa” como se repite
a modo de mantra en todo el libro. Jorge Carrión explica que temía que se interpretara como un nuevo ensayo,
ya que sus últimos títulos lo han sido: “Lo viral” o “Librerías”. Membrana es un acierto. Esta palabra sonora y
bella señala un “inter locus”, una bisagra, un pliegue. Es un tipo de tejido que une pero separa. Las decisiones
museísticas y artísticas también juegan su papel en la novela, porque la composición de los capítulos te genera
desasosiego a la vez que es un mapa, un itinerario, un recorrido. En ningún párrafo vas a estar satisfecho y
conforme con la estructura gramatical o narrativa. “Al igual que la energía, la abstracción no se crea ni se destruye,
permanentemente se reenmascara” (p.71). Personas, prósopon, máscaras.

Ellas, las narradoras, son inteligencias artificiales, arañas de internet, entre diosas y seres humanos, posthumanos.
Habitantes de la tercera fase tras el teocentrismo y el antropocentrismo. Virtualizan el codigocentrismo. También
hay un Cubo, encuentros con otras formas de vida, sobre todo vegetales con su red de raíces, el cráter del mito,
un éxodo y un intento de apocalipsis. Membrana sigue la estructura de la dialéctica: tesis-antítesis-síntesis. Solo
que no hay un “borrado”. EraserHead no deviene vacío sino transformación, creación, poiesis, “por las dudas y por
las deudas”.

Autora:
Rakel Hernández

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REVISTA FILOPÓIESIS

A PROPÓSITO DE “LÁTIGOS DE FUEGO”.


O CUANDO LA AUTORÍA O UNA OBRA ES GENEROSA Y
COLECTIVA1

Una obra siempre es el inicio de un diálogo o una conversación. Lo que ella dice, como lo que podamos decir
quienes estamos en frente, al lado e incluso intentando entrar en ella, también son aquellas palabras que rodean
y circulan en nuestra piel. Aunque, en los conceptos que definen la experiencia estética de una obra o al intentar
construir una poética de la misma o bien, en una aproximación hacia ella, desde la filosofía del arte, no es común
advertir la palabra generosidad, para entrar y definir una obra. “Látigos de Fuego”, como obra y como Colectivo de
arte, nos sumerge en esos conceptos, como colaboración, generosidad, autorías y trabajos compartidos.

Por lo anterior, la o las reflexiones que nacen en este ensayo, quieren ofrecer miradas y al mismo tiempo, un modo de
entrar a un proyecto, que lejos de anquilosarse en un concepto o propuesta artística, se sumerge en la vida misma,
en las historias tan cotidianas como universalmente vitales, para abrir escenas y despertar las sensibilidades de
quienes, al escuchar, contemplar o reflexionar, levanten nuevas creatividades, discursos, escenas, textos y por qué
no, danzas que continúen en el proceso creativo y colectivo de una obra.

Insistir en que estas palabras son un modo de iniciar la comprensión de esta obra y colectivo es sincerar, que en
lo próximo habrá que levantar profundizaciones, tal vez desde las precisiones temáticas que aquí se anuncian
o, mejor aún, de quienes puedan advertir más honduras no vistas hasta ahora. Por ejemplo, la poesía misma,
las imágenes o la imagen, como la música original empleada en algunas creaciones, la pintura para algunas
representaciones, las traducciones a lenguas ancestrales y extranjeras y tal vez en el proyecto, como una obra o
producto audiovisual son, sin duda, temas, asuntos o posibilidades de entradas a la profundización de esta obra,
como el trabajo colectivo del mismo.

Los caminos para entrar a una obra de arte se abren en el recorrido. Cada sendero es un punto y un punto es el
proyecto para quien camina, de absorber, en lo vivido, aquello que se ve, se huele, se palpa y en definitiva, se siente.
Una obra, un poema, una pintura, una danza, como un baile, un drama, una fotografía o una escultura son cada
una y todas un corazón. El latir de cada obra es la sangre agitando el ritmo de cada pálpito de aquellos que se
acercan a contemplar cómo el arte siempre será el modo de cómo la vida puede ser vivida, nombrada, realizada
y proyectada.

Una obra es un corazón; Pálpitos como “Látigos de Fuego”, para volver a sentir los latidos de la vida propia. La
vida de cada uno y en la creación la vida de cada uno en otras vidas y otras vidas hablándome en la piel. Aún las
soledades, se viven entre cada uno, cada una y en la misma tierra, tiempo y luz que nos ve amanecer. La obra
“Látigos de Fuego”, como el mismo colectivo, es una apuesta por comprender la autoría de una obra desde la
generosidad de la colaboración y desde la fraternidad que engendra el trabajo compartido.

Hans Schuster es el sembrador. El hombre que lleva la semilla y lanza las palabras que quedan al son de los vientos
que recogen sonidos, ritmos y armonías, que sugieren los que siguen la estela de la poesía registrada en una hoja
compartida. Hans Schuster es el gestor, el que acompaña, el profesor y el maestro de esta obra y proyecto. En
este sentido, Hans es más que un autor, pues es quien llama a la libertad de la lectura, del contemplar y conversar
en la obra, para asumir, que todo comprender la obra es un modo de crear una obra. Y la genialidad de Hans se
establece en que cada uno, cada una, se vuelve para otro y para otra, como si la poesía abrazara las manos.

Hay una vocación intensa y devota, en quienes construyen el “Colectivo de arte Látigos de Fuego”; distintas
miradas, como distintas voces; diversos ritmos, como diversas lenguas; espíritus en búsquedas, como cuerpos
entrelazados para aumentar el calor y el ardor de una verdad que nace, crece y se levanta entre las manos que
labran. El colectivo de arte Látigos de Fuego es un llamado. Una bienvenida a levantar la vida desde aquellos
momentos, relatos, visiones y paisajes que nos hermanan, que nos permiten convivir en la donación permanente,
en la colaboración, en definitiva, en el amor. Tal como uno de los hermosos poemas que podrán ver, escuchar y
sentir: A todo Color:

“No es que sea la historia de la vida el amor del colectivo. Cuando estamos sin
la nevada, de boca a boca el canto distintivo, de mano a mano tejiendo el todo,
con marejadas y viento, la selva, la pampa, la puna, el lago y ese río lejano,
en la ceremonia comunitaria, a todo color está la vida y la naturaleza habla,

1
El siguiente texto corresponde a un ensayo. Lo que se intenta con este motivo es acercarnos de un
modo sensible a una experiencia de diálogo con la obra trabajada y, sobre todo, con lo que aconte-
ce en una obra desde un colectivo de arte. La obra es de muchos autores e incluso, desaparece su
12 autor.

Colectivo de Artes y Humanidades Filopóiesis


REVISTA FILOPÓIESIS

De este modo, el proyecto artístico y cultural del Colectivo Látigos de Fuego se muestra a escala académica,
social, política, artística y poética, en claras perspectivas de ser para ellos y ellas mismas un desafío permanente
de discusión, creación y proyección. Un ejemplo claro de este ejercicio es comprender la poesía como una práctica
de habla universal, íntima e individual, pero con una empatía inmensa a las ideas de la interculturalidad. La
diversidad idiomática, que existe en las obras del Colectivo, no es sólo un ejercicio de traducciones y traductoras
y traductores, sino más bien, es el ejercicio sensible de mirar la cotidianidad de la vida en los distintos sentires
y comprensiones que se tiene en el poetizar. Poetizar, en este colectivo, es más que crear. Crear es más que
componer; crear, como poetizar, son formas de búsqueda para leernos.

Así también aparecen las traducciones en distintos idiomas, lenguas indígenas, ancestrales, oficiales, cooficiales,
no reconocidas y las que están en lucha del reconocimiento por la desaparición forzada de los estados coloniales,
dictaduras u oligarquías sin pasado ni destino. Ejemplo de ello es la traducción al mapudungun, idioma que no es
reconocido en forma oficial, en Chile y Argentina. Sin embargo, lo utilizan más de un millón de hablantes e incluso,
como valor adicional están las toponimias en ambas repúblicas, gracias a las denominaciones de uso del pueblo
nación mapuche. Otro tanto lo es también el aymara (cooficial en Bolivia y Perú, con fuertes comunidades de
hablantes en Chile y Argentina) o el quechua (Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina).

Tal vez, no quepa duda en los futuros lectores, que ante el cruce de autores y artistas en esta obra, pudieren
encontrarse con una posible continuidad de las ideas o bien una repetición de la palabra manifiesta, para abrir otras
creaciones posibles. “Látigos de Fuego” como obra poética y artística es una experiencia de diálogo permanente.
Pues, esta obra se juega profundamente en mostrar el lenguaje y las palabras expresadas en distintas lenguas,
que ofrecen mundos y sensibilidades distantes y distintas, pero que buscan esas profundidades que hermanan a
quienes entienden que la poesía es justamente eso: un encuentro entre un tú y un yo. Tal vez sea esa sacralidad
que sólo alcanzan a verla, quienes están llenos de cotidiano y ajenos del vacío sentido divino que escapa al pan de
cada día.De este modo, hay un hablante que surge desde lo profundo, a tal punto que pareciera estar en frente de
nosotros, tal vez mirándonos a los ojos, tal vez hablándonos, mirando el horizonte, en el atardecer o encendiendo
el cigarrillo del alba; pero siempre preguntándonos por nuestra alma, por nuestro espíritu, por el movimiento que
dejamos de vivir en medio de tanto anuncio de la naturaleza y en medio de tanta indiferencia de quienes ya
abandonamos el propio espíritu.

Con un lenguaje cercano, cotidiano, amable y no menos falto de rabia ante el dolor de la violencia o de quienes
sufren el oprobio de los perseguidores o los que viven del poder, se dispone a buscar desde el recóndito espacio
cotidiano, prosaico e incluso trivial, aquellos aromas que nos permiten sacar la nariz del encierro y oxigenar de
otros sentires, casi sacros, como si los dioses abrieran surcos en las horas, para permitirnos decir otra cosa de
los días. En el poema Cuesta Creer, nos ofrece la invitación a un diálogo, a una conversación y sobre todo, a una
sentencia sobre nuestros días:

El sonido pájaro viento agua follaje


y lluvia.

Cuesta creer que no sientas


los espíritus.

El sonido mar piedras cañas varillas troncos


y semillas.

Cuesta creer que no cantes ni bailes


con tu espíritu. (60-61)

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Autor:
Nelson Rodríguez Arratia

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LA DISTRACCIÓN EN LO INNECESARIO
¿CÓMO Y CUÁNDO DEJAR DE HABLAR DE ARTES Y HUMANIDADES?
“Yo soy YO y MI CIRCUNSTANCIA. Y si no la salvo a ella no me salvo YO. La circunstancia no es algo ajeno al YO,
sino que constituye parte esencial de él. El YO sólo puede salvarse, la vida sólo puede cobrar sentido a través de la
circunstancia”. Quizá sea ésta la aportación más sublime de José Ortega y Gasset y forma parte de una colección
de exposiciones compendiadas en un libro llamado ¿Qué es la filosofía? (Ed. Austral). La circunstancia de la que
habla el filósofo se refiere a todo lo externo que representa al No-Yo: al otro, lo otro, el prójimo, al instante, el
tiempo, el espacio, el ambiente, la sociedad, un sistema, la cultura, el estado, la religión. Todo lo que excede al Yo,
lo sobrepasa, lo que está fuera de su alcance delimitándolo, lo configura, lo amenaza, lo transforma. ¿En dónde
colocar el acento, en el Yo o en la circunstancia? ¿Cómo se relacionan? ¿Cuándo interactúan? ¿Desde cuándo,
hasta cuándo? ¿Cuáles el vínculo?

El Yo y la circunstancia parecen ser la combinación que exaltaría el desarrollo de la humanidad mediante la


evolución del respeto, sin una conceptualización firme, decidida, aceptada y ejecutada del concepto poco hay
por hacer puesto que, a manera de ejercicio, se puede cuestionar acerca de la existencia del amor, la armonía, la
sustentabilidad, la convivencia social sin respeto, ¿cuál sería la respuesta?. ¿Olvidar la atención al respeto es lo
que provoca el conflicto? ¿El miedo a que el Yo sea rebasado, cuestionado, minimizado, perturbado, invadido por
lo ajeno es lo que provoca la desconsideración, el rechazo, el distanciamiento? El pensador Emmanuel Lévinas
(Lituania, 1906 - Francia, 1995) dice que la exterioridad es todo aquello fuera del Yo, lo diferente, a quien con
prejuicios es difícil comprender o asimilar y por tanto es incontrolable, a causa de la lucha por los intereses
de amoldar se genera un ambiente de destrucción, la construcción de la relación transgrede, violenta, propicia
sumisión, esclavitud, maniqueísmo. En su libro Totalidad e Infinito, señala: “Mi acogimiento del otro es el hecho
decisivo por el cual se iluminan las cosas”, ¿el Yo existe sin el entorno que, en lugar de determinarlo, lo identifica?

Desafortunadamente, lo más común es que lo externo determina al Yo en lugar de identificarlo. En palabras de


Martín Heidegger: “La mayoría de la gente vive existencias anónimas, viven en el >se dice< y el >se hace<, es decir,
dicen lo que dicen porque es lo que la gente dice y hacen lo que hacen porque es lo que la gente hace”. ¿Dónde
está el comportamiento respetuoso? ¿La simulación es una conducta de consideración? ¿La transigencia es un
requisito para ser beneficiario de la moda? ¿La necesidad de formar parte de un grupo faculta al Yo a ofrecer su
razonamiento, su voluntad y su mente a merced del mejor postor? ¿Es válida la propuesta de George Orwell, en
su libro 1984, de establecer como premisa el llamar “Sistema” a la composición que forman el Estado, la religión y
la cultura? Si la respuesta fuera una aceptación, entonces la alegoría de La caverna, de Platón, dispondría de una
manera de explicar el encierro y opresión que ha caracterizado a la humanidad, hasta este presente.

El mito Platónico relata la historia de un grupo de personas que habitan encadenados en una caverna desde su
nacimiento, dispuestos con la mirada hacia la pared de fondo donde se representan imágenes, sombras que son
proyectadas por una fogata situada a la espalda de la gente, ven la escenificación de sus propios movimientos,
cortos, limitados, escuetos, anodinos, esta pantalla es asumida como la realidad, lo único, el desarrollo taxativo de
la vida; voltear la vista es impensable, una regla intrínseca, inmutable, una ley prístina heredada por los siglos de
los siglos para perpetuar la obcecación de los habitantes de la caverna. Las personas se ajusta a lo que menciona
George Orwell en 1984, “Nunca has querido aceptar que el precio de la cordura es la sumisión”. Desobedecer sería un
oprobio para la comunidad, sinónimo de deslealtad, una actitud propia sólo de un lianto, de un ser perturbado, una
persona enferma que tendría que ser expulsado al ostracismo porque puede, mediante un miasma contaminante,
contagiar al grupo y desatando el apocalipsis...

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Autor:
Jorge Augusto Villatoro Domínguez

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EL PIANISTA: CUANDO EL ARTE SE ENFRENTA A LA OPRESIÓN

1. Introducción
Existen diversas formas de la cuales podemos imaginar el arte siendo censurado. La expresión artística del
individuo ha tenido desde antaño una estrecha relación con la sociedad y con cómo esta se ha manifestado
expresando una idea, una crítica, una protesta, o en general, un pensamiento. De esta forma podemos considerar
la censura del arte de forma mediática, por ir en contra de un dogma, la política establecida o en última instancia
por ser muy vanguardista. Como hemos dicho, desde hace siglos que relacionamos el arte con la humanidad, en
cómo el sujeto entiende su mundo, lo siente y lo expresa de determinada forma, por esto mismo han ocurrido
casos en los cuales el mundo triunfa y el arte no, pues se le impone una etiqueta, una exigencia, una censura, y en
casos más radicales, su completa aniquilación.

Para analizar esta temática nos adentraremos en la historia del pianista Wladislaw Szpilman y la Segunda Guerra
Mundial, contexto bélico en el cual dicho artista se vio involucrado siendo judío. A lo largo del ensayo veremos
cómo el entorno de guerra y opresión que se comenzaba a tejer impactó directamente en la vida de Szpilman y
el desarrollo de su arte. En una situación donde se oprimía a la ciudadanía sin compasión y no se dejaba espacio
para la libertad y, por ende, el arte mismo no sólo se vio censurado, sino que las condiciones mismas para que
este existiese ya no estaban dadas.

Además de esto, utilizaremos el cine, como manifestación artística para analizar dicha temática. El séptimo arte
nos permite de una forma extraordinaria adentrarnos en lo vivido por el pianista polaco, quien tuvo que sortear
durante parte de su vida la invasión nazi, y, junto a esto, salvar su vida y pasión por la música, que, en otras
palabras, es resguardar y mantener el derecho al arte. De esta forma, el cine nos presenta un escenario ideal para
reflexionar filosóficamente, de lo cual también haremos un análisis para defender dicha postura, como medio que
nos permite pensar y repensar lo sucedido. Con dicho análisis y reflexión se buscará, además, profundizar desde
el pensamiento de autores y autoras como Hannah Arendt, en las condiciones en las cuales el totalitarismo se
hace posible y las consecuencias que trae consigo. Además, se pretende buscar en la teoría estética de Friedrich
Schiller una posible respuesta a las consecuencias mismas del espectro totalitario a través del arte. Esto siempre
a través de la reflexión suscitada por lo mostrado en el film de Polanski. Se concluye así, con una recuperación del
arte como un medio humanizante.

2. El cine y su muestra de temática


En primer lugar, consideramos pertinente hacer un repaso sobre la incitación del cine a reflexionar éticamente
desde él y a redescubrir las problemáticas filosóficas o humanistas que este nos pueda aportar. Para ello nos
serviremos principalmente de Stanley Cavell y su obra sobre el cine, la cual sustenta a este último como un buen
medio para hacer filosofía y re-desarrollar sus temáticas, dándoles movimiento y haciéndolas llegar a grandes
masas de individuos.

Stanley Cavell, autor estadounidense dedicado a estudiar el cine y su efecto moral, manifiesta en su ensayo:
El cine, ¿puede hacernos mejores?, la preocupación de hablar sobre el vínculo entre las escenas y lo que, en
general, muestra el cine con la gran afición que tiene. Que grandes masas de gente se reúnan y se interesen
por consumir cine, sin duda, parece interesante. Cavell se pregunta qué posee el cine que logra mantener una
buena relación con el público, y responde prematuramente que en este, prevalecen las luchas entre el bien y el
mal y la complejidad moral misma (Cavell, 2008). Esta es reflejada de manera predominante en los buenos films,
donde hay una concepción particular del bien que atraviesa el foso entre los universos kantianos y utilitaristas que
fundan nuestras teorías morales.

Cavell no separa ambos mundos poniéndolos uno frente al otro como enemigos o campos separados, sino que, al
contrario, los une y señala a lo largo de su obra diversas ideas al respecto. Así, manifiesta que el cine, al maniobrar
con las técnicas artísticas propias, hace aparecer el mundo con...

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Autor:
Felipe Muñoz Becerra
Iván Sandoval Castro
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DISTINCIONES REFERENCIALES EPISTEMOLÓGICAS DEL PENSAMIENTO


CRÍTICO PARA LA ENSEÑANZA DE LA FILOSOFÍA
Toda forma de ser y de creación del conocimiento es una forma de pensar el mundo, de este modo, el pensamiento
y su manifestación, la palabra y el lenguaje han sido para el ser humano motivo de asombro y pivote de la acción.
En el presente artículo se reflexiona sobre el pensamiento crítico, en específico, se abordan las distinciones
epistemológicas que subyacen a lo polisémico del constructo, y las implicancias que esta delimitación referencial
tiene en educación. Dada la disputa de su constructo en diversos campos disciplinares, se plantea aquí desde la
perspectiva de su enseñanza en la asignatura de filosofía, considerando como eje de la reflexión, dos aspectos a
destacar, 1) que es contenido específico de la disciplina como asunto filosófico (Gaete, 2019), 2) que refiere a una
habilidad transversal de la cognición humana, tal como se plantea desde la institucionalidad político-educativa
chilena (MINEDUC, 2019).

En efecto, el pensamiento crítico desde el campo de la filosofía tiene un sentido eminentemente político, lo que no
sucede cuando es embestido desde otras disciplinas, en especial, aquellas que lo refieren a la cognición.

Se destaca para estos efectos la escasa presencia de aclaraciones conceptuales en la investigación educativa
actual respecto de los referentes epistemológicos del pensamiento crítico, constructo que se enuncia desde
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO], como una de las
denominadas habilidades para el siglo XXI, uno de los pilares sobre los cuales se sostienen las bases curriculares
de Chile; en contraste con la reverberante teorización que se realiza en los diversos campos de la educación sobre
la importancia de su incorporación a la educación global, como competencia o habilidad fundamental a desarrollar
en los y las estudiantes desde su más temprana edad. Ausencia y contrastes que cuando pasan desapercibidos
exilian la reflexión educativa del terreno político al que pertenece (Angulo & Redon, 2011; Giroux et al, 2020). En
consecuencia, preguntas como ¿para qué se educa? ¿Qué tipo de ser humano estamos formando desde las
escuelas? ¿Qué mundo humano estamos construyendo? Además de ocultarse para quienes protagonizan la
acción de enseñar (docentes), estas cuestiones quedan obturadas para la discusión social relativa a lo que nuestra
sociedad invoca como sentido más profundo de la formación y en específico del propósito de la asignatura que
reflexiona en torno, justamente, del sentido.

En este escenario, el pensamiento crítico, en su amplio espectro de significados disímiles entre los campos que
lo han abordado y definido, se inserta en la educación sin distinción epistemológica explícita, como una habilidad
neutra de la cognición (MINEDUC, 2019), sujeta a los procesos de estandarización a los que se ajusta la educación
en Chile en su parametrización como criterio de calidad. Contexto global, que como indica Badiou (2006), se
asiste a la formación de una humanidad forzada en tanto “proceso objetivo de globalización capitalista (…) Un
proceso que se desarrolla con una violencia considerable y supone la imposición a toda la humanidad de normas
de vida y existencia comunes (p. 21). Cabe entonces preguntarse ¿Qué lugar queda para lo nuevo, lo distinto,
como manifestación de la potencia creadora del pensamiento? ¿Se ajusta, se admite y con esto, se promueve la
recreación de otros mundos posibles, o se pone en jaque la formación para el fomento del pensamiento crítico,
entendido este como se ha definido desde el campo de saber filosófico, un pensamiento transformador?,

2. Conceptualización
La polisemia del concepto de pensamiento crítico tiene principalmente como campos de significación, la filosofía,
la sociología, las ciencias cognitivas y la educación (Betancourth et al, 2017). Para estos efectos se abordó
específicamente el concepto de crítica desde la filosofía, campo desde el que surge el concepto y que interesa
en el estudio dado que se inserta en la enseñanza de la filosofía; y desde las ciencias cognitivas, puesto que es el
campo desde el que está enunciado en las bases curriculares de nuestra educación.

2.1 Rasgos distintivos del pensamiento crítico en la filosofía crítica europea


La relación intrínseca y responsiva entre pensamiento y lenguaje connota el pensamiento como discurso y por
lo tanto como acto y potencia. Según Altuve (2010), es un “poder de la mente humana” (p. 7); corresponde a las
reglas o principios explicativos de lo existente, que permiten conocer e interpretar el mundo, “denominado logos,
arkhé, nous, cosmos” (p. 11). En Heráclito de Efeso, como logos: “cuenta”, “cuento”, “relato”, (…) “discurso”, “estudio”,
“oración” (Aguilera, 2018, p. 61), refiere, entre otras cosas, a algo que hace acontecer. Sobre el lenguaje, “es el
producto de la actividad humana colectiva, y refleja en todos sus...

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Autora:
Katherine Alvarado Muñoz

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Visitante
Copa de vino

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Florero Joven
Muchacha

Una manzana

Abuelo Colectivo de Artes y Humanidades Filopóiesis


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REVISTA Año 1 / Nº 1
FILOPÓIESIS Y CUÁNDO Diciembre 2022
no hablar de
artes y humanidades

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