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jengibre.
Gingerbread Man
Pero el hombre de
jengibre siguió corriendo.
El cordero lo persiguió
saltando, pero el hombre
de jengibre corrió más
rápido. Más allá, el hombre
de jengibre podía ver un río
ondulante. Miró hacia atrás
sobre el hombro y vio a
todos los que estaban
persiguiéndole:
- ¡Paa! ¡Paa! - exclamó la
vieja
- He huido de la vieja y el
pato y el cerdo y el cordero.
¡Puedo huir de ti también!
¡Corre, corre, tan pronto
como puedas! No puedes
alcanzarme. ¡Soy el hombre
de jengibre!
- Hombre de jengibre, el
agua es aun más profunda.
¡Échate encima de la
cabeza!
- ¡Ja, Ja! Nunca me
alcanzarán ahora rió el
hombre de jengibre.
Y, después de leer el
cuento, ¿qué más podemos
hacer? Te ofrecemos la
posibilidad de descargarte
esta historia para que tus
hijos la lean en papel todas
las veces que quieran y la
coloreen. Si quieres
descargar las imágenes
para luego imprimirlas y
poder colorearlas, solo
tienes que guardarlas en tu
ordenador (clicando con el
botón derecho del ratón) o
descargarlas desde tu
móvil.
Esta historia, además de
escucharla con antelación,
tus hijos la pueden leer
ellos mismos en esta
versión reducida que
puedes imprimir. Pero lo
mejor, y lo que más les va a
gustar, es poder dar color a
este muñeco de jengibre.
¡Que la creatividad no
pare!
Después de que hayan
terminado esta actividad, te
proponemos que les hagas
las siguientes actividades
de comprensión
lectora para ver si han
entendido bien la historia y
el mensaje final.
1. La ruleta de las
preguntas
- ¿Cuándo la galleta de
jengibre cobra vida?
- ¿Quiénes querían comer
al hombre de jengibre?
- ¿Qué hizo el hombre de
jengibre para huir de los
que querían comerle?
- ¿Cuál es el final del
cuento?
- ¿Cambiarías el final del
cuento?
2. El cuento loco
¿Te imaginas que este
cuento se vuelve loco, que
los párrafos se desordenan
y que es imposible saber
por donde empezar a leer o
cuando termina? ¡Ayúdanos
a colocar cada trozo de
texto en su sitio para que
todo tenga sentido.
- Cuando el hombre de
jengibre corrió por las
huertas doradas, se
encontró con un cerdo que
cortaba paja.
- Pero el hombre de
jengibre siguió corriendo. El
cordero lo persiguió
saltando, pero el hombre
de jengibre corrió más
rápido. Más allá, el hombre
de jengibre podía ver un río
ondulante.
- El zorro echó atrás la
cabeza, tiró al hombre de
jengibre en el aire, y lo dejó
caer en la boca. Con un
crujido fuerte, el zorro
comió al hombre de
jengibre.
- La cocina se llenó del olor
dulce de especias, y cuando
el hombre de jengibre
estaba crujiente, la vieja
abrió la puerta del horno.
o 4 tazas de
harina
o 2 cucharaditas
de jengibre
molido
o 1 taza de
mantequilla a
temperatura
ambiente
o 1 cucharada de
levadura en
polvo
o 2 cucharaditas
de canela
molida
o 1 taza de azúcar
moreno
o 1 huevo
o 1/2 taza de miel
Empezamos mezclando la
harina, el jengibre,
levadura, azúcar y canela
en un bol. En otro bol,
mezclar y batir la
mantequilla con el azúcar
hasta que se consiga una
mezcla homogénea.
Agregamos la miel y el
huevo. Batimos otra vez.
Añadimos la primera
mezcla y batimos hasta
conseguir una masa
homogénea. Si la masa se
pega demasiado a los
dedos, poner un poquito
más de harina de trigo
hasta que permita
manipularla.
Poner la masa en un
envase de plástico cerrado
y dejar que descanse por
unas 3 horitas. Luego,
estirar la masa con la ayuda
de un rollo y empezar
a hacer las galletas con un
corta pastas o un molde de
muñeco de jengibre.
Importante hacerlo ya en la
fuente, encima de un papel
para horno. Llevar al horno
precalentado a 180ºC, por
unos 15 minutos o hasta
que veas que ya están
doradas.
La decoración se puede
hacer según vuestra
creatividad y deseo, con
azúcar mezclado con
anilinas vegetales. Y ¡Feliz
Navidad!
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