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Pamplona, 25 de septiembre de 2021

¡Hola, Sara!

¿Cómo te va todo? Ha pasado un tiempo desde la última vez que hablamos. Espero que estés
bien allí en Nueva York. ¿Papá y mamá siguen como siempre verdad? Yo hace poco me mude a
Pamplona, en concreto a la calle San Gregorio. Te escribo porque me gustaría contarte un
contratiempo que ocurrió aquí donde vivo, porque esto que te voy a contar salió hasta en las
noticias.

Como ya sabrás, en esta ciudad hay toque de queda los fines de semana debido a la pandemia,
pero los jueves no. Porque se celebra el juevintxo. Este ocio nocturno empezó a celebrarse
hace diez años. La idea principal era vigorizar la hostelería entre semana, en concreto los
jueves, propuesta que en Vitoria tuvo éxito. Así el llamado jueves de pintxo se colocó en la
capital navarra. Hasta ahí todo muy bien, pero los problemas vinieron el día jueves 27 de
agosto durante la noche. Se ve que a la gente joven le gusta innovar y hacer cosas nuevas, para
que de esta manera cambiar radicalmente la forma del juevintxo. Así se olvidan del pintxo y se
quedan únicamente con lo que les importa a ellos, el alcohol, y si es con mucha más gente y
más alcohol, mejor. Entonces ese jueves no había ninguna restricción nocturna. La noche
empezó con mucha gente joven borracha por mi calle, San Gregorio, y por el Casco Antiguo de
Pamplona. Estaban tan mal que llegaron a trepar a algunos balcones de los primeros pisos,
menos mal que yo vivo en un tercero. El jefe de policía Jesús Bariain desplegó a los policías por
toda la calle para desalojarla. En un primer momento todo iba razonablemente bien pero en el
segundo intento un grupo de jóvenes se dedicó a tirar botellas y otros objetos a la policía, lo
cual terminó con el arresto de dos de ellos. Pero la noche no acaba aquí, sobre las tres de la
mañana en la zona del Archivo (muy cerca de donde vivo) la policía fue recibida por
lanzamientos de piedras y botellas, terminando la noche con ocho policías heridos.

Así que todo esto fue lo que ocurrió, Sara, una noche muy agitada, movida y difícil.
Sinceramente me parece que estos jóvenes necesitan madurar un poco más y pensar en sus
actos, porque todo acto malo tiene sus consecuencias. A pesar de todo esto tú, mamá y papá
estáis más que invitados a venir aquí a Pamplona.

Un abrazo.

Marcos

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