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Participación comunitaria en salud mental...

119

FRONTERAS
DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA

N° 18 (1)
SEGUNDA ÉPOCA

Julio 2022
Revista FRONTERAS
Segunda época N° 18 (1).
Julio, 2022.

Departamento de Trabajo Social


Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de la República

Constituyente 1502, piso 4. Montevideo, Uruguay


Dirección electrónica: http://revistafronteras.cienciassociales.edu.uy/

ISSN: 2393-7688
Diseño de tapa de Sofía Morán González en base a la pintura de Maurice de Vlaminck. Sous-bois.
1905.
Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de los autores y no representan necesaria-
mente la opinión del Comité Científico y/o Comité Editorial.
Comité científico
Melisa Campana (Universidad Nacional de Rosario)
Susana Cazzaniga (Universidad Nacional Entre Ríos)
María Ozanira da Silva e Silva (Universidad Federal de Maranhao)
Claudia Danani (Universidad Nacional General Sarmiento)
Jolinda de Moraes Alves (Universidad Estadual de Londrina)
Rosa María Díaz Jiménez (Universidad Pablo de Olavide)
Liliana Findling (Universidad de Buenos Aires)
Malena Victoria Hopp (Universidad de Buenos Aires)
Manuel W. Mallardi (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, con sede
en Tandil)
Maria Lúcia Martinelli (Pontificia Universidad Católica de San Pablo)
Myriam Mitjavila (Universidad Federal de Santa Catarina)
Mauricio Padrón Innamorato (Universidad Nacional de México)
Alejandra Pastorini (Universidad Federal de Río de Janeiro)
Esther Raya Díez (Universidad de La Rioja)
Vera María Ribeiro Nogeira (Universidad Católica de Pelotas)
Berenice Rojas Couto (Pontificia Universidad Católica de Río Grande del Sur)
Margarita Rozas Pagaza (Universidad Nacional de La Plata)
Rosa Helena Stein (Universidad de Brasilia)
Comité Editorial
Carolina González Laurino
Clara Márquez Scotti
Alejandro Mariatti Acosta
Sumario 5

Sumario

Presentación
Laura Vecinday y Silvia Rivero.................................................................................................. 7

Editorial
Carolina González Laurino, Alejandro Mariatti Acosta y Clara Márquez Scotti......................... 8

Dossier: Salud mental colectiva / Salud mental comunitaria. Debates, abordajes y


experiencias
Editoras responsables: Beatriz Arias López y Cecilia Silva Cabrera........................................... 11

Condiciones de vida, políticas públicas y derechos humanos: transversalidades desde la


perspectiva de salud mental colectiva
Living Conditions, Public Policies and Human Rights: Transversalities from the Perspective
of Collective Mental Health
Cecilia Silva Cabrera............................................................................................................... 13

Disputas y avatares en torno al sujeto de la salud mental colectiva


Discussions and events about collective mental health’s subject
Beatriz Elena Arias López........................................................................................................ 22

Salud mental comunitaria y colectiva: reflexiones desde la investigación, el desarrollo y


acompañamiento de experiencias territoriales
Community and Collective Mental Health: Reflections from Research, Development and
Monitoring Territorial Experiences
Claudia Bang.......................................................................................................................... 33

Salud Mental Colectiva, la COVID y el mundo pos-pandemia


Collective Mental Health, COVID and the Pospandemic Word
José León Uzcátegui................................................................................................................ 46

Escenarios y condiciones para la incorporación de derechos en los procesos de reforma


en la atención a la salud mental. Una panorámica sobre Uruguay y países limítrofes
Uruguay and Neighboring Countries: Scenarios and Conditions for the Incorporation of
Rights in Mental Health Care Reform Processes
Nelson de León....................................................................................................................... 58
6 Sumario

Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en prácticas de construcción de paz,


Colombia
Dimensions of “The Collective” of Mental Health in Peacebuilding Practices, Colombia
Dora María Hernández-Holguín............................................................................................. 67

Salud mental colectiva como proceso cotidiano: el caso de dos organizaciones


culturales en Medellín, Colombia
Collective Mental Health as an everyday life process: the case of two cultural organizations
in Medellín, Colombia
Catalina Betancur Betancur..................................................................................................... 81

La ternura es urgente. Prácticas profesionales en salud mental y derechos de niñeces y


adolescencias
Tenderness is urgent. Professional practices in mental health and rights of children and adolescents
Emilse Moreno........................................................................................................................ 94

Participación comunitaria en salud mental. Centro Cultural Camino Abierto:


desmanicomialización provincia de Río Negro (Argentina)
Community Participation in Mental Health. Open Road Cultural Center:
Deinstitutionalization Province of Río Negro (Argentina)
Mirta Elvira........................................................................................................................... 106
Presentación 7

Presentación
Sobre “Salud mental colectiva / Salud mental comunitaria. Debates, abordajes y experiencias” versa
este nuevo número de la Revista Fronteras. Este dossier, coordinado por las profesoras Beatriz Arias
López y Cecilia Silva Cabrera, reúne trabajos de investigadores profundamente comprometidos en
un área temática de la que participan diversas disciplinas y profesiones. Se trata de un campo de
conocimiento e intervención clásico para el Trabajo Social como lo es la salud mental, donde nuestra
profesión, además de construir saberes en clave interdisciplinaria, jerarquiza las voces de la población
destinataria de estas políticas y experiencias que permean sus trayectorias y espacios vitales cotidia-
nos.
Los trabajos de este dossier nos acercan experiencias y modos de vida, nos hablan sobre trayectos
biográficos e institucionales, reflexionan acerca de las protecciones y las desprotecciones sociales y
señalan ausencias al tiempo que insinúan cursos de acción en el campo de la política pública. Las
contribuciones que lo integran procuran comprender la manera en que las políticas, las instituciones
y los grupos funcionan como símbolos a través de los cuales se construyen y disputan los sentidos de
la acción social, su engranaje en tecnologías políticas e instrumentos de poder cuyos mecanismos de
funcionamiento no resultan evidentes ni transparentes.
En diciembre de 2021 fue publicado el primer dossier de Fronteras bajo el título «Aportes de las
ciencias sociales y los feminismos al envejecimiento y las intervenciones», organizado por las profe-
soras Paula Danel y Sandra Sande que, además, incluyó otros trabajos con temática libre.
Visto en perspectiva, se va construyendo una línea de análisis sobre diferentes temáticas que integran
la demanda social hacia el Trabajo Social. Para nuestra disciplina es un constante desafío abordar
estas demandas sociales desde una mirada crítica, no solo sobre la problemática en si misma, sino
también sobre nuestro papel en su abordaje. En este sentido, es relevante complejizar el debate con
la inclusión de diferentes miradas desde Trabajo Social y del aporte de otras disciplinas.
Desde el equipo de Dirección del Departamento de Trabajo Social, celebramos estos primeros pasos
con la convicción de que el camino iniciado estimula la producción colectiva, la internacionaliza-
ción de nuestros debates y la cooperación entre unidades académicas. Agradecemos al conjunto de
autores y evaluadores que con su trabajo contribuyen a consolidar la calidad académica de nuestra
revista y su compromiso ético político de poner en agenda temas especialmente sensibles, complejos
y, muchas veces, controversiales.
Queremos aprovechar esta presentación para invitar a colegas, grupos de estudio y equipos de in-
vestigación a acompañarnos en esta nueva etapa de la revista compartiendo sus inquietudes, sus
preguntas, debates y reflexiones.
Laura Vecinday y Silvia Rivero
Equipo de Dirección del Departamento de Trabajo Social.
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de la República
8 Presentación

Editorial
Este nuevo número de la revista Fronteras, editada por el Departamento de Trabajo Social de la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, es producto de la socialización de
investigaciones y análisis sobre temas de actualidad con pertinencia social y académica dirigido a
redes internacionales e interdisciplinarias que respondieron a la convocatoria a la presentación de sus
trabajos en formato dossier.
En este devenir de época de la modernidad tardía es posible distinguir discursos centrados en la
protección de los derechos de las personas junto a otros que constituyen implacables regresiones en
el ejercicio de la ciudadanía. En este ejercicio semántico, resulta imprescindible que las disciplinas
sociales agudicen sus análisis críticos con el objetivo de recoger experiencias de movimientos y or-
ganizaciones sociales y culturales, así como de legislación y prestaciones públicas capaces de ofrecer
protecciones sociales que acojan al mayor número de personas en diversas situaciones de vulneración
social. En este sentido, el número 18 de Fronteras presenta debates contemporáneos en torno a mo-
delos tutelares que rigieron la vida psíquica de las personas en un régimen asilar en tránsito hacia un
esquema de tratamiento comunitario de las más diversas situaciones.
Este dossier —coordinado por las docentes investigadoras Cecilia Silva Cabrera y Beatriz Elena Arias
López, que presenta un conjunto de nueve artículos de cuatro países latinoamericanos— constituye
un motivo de celebración para el Departamento de Trabajo Social y para este Comité Editorial.
Los invitamos a leer la presentación de sus editoras, quienes introducen e invitan a la lectura de las
producciones académicas de un tema que resulta un aporte para las ciencias sociales y de la salud.
El artículo que abre esta edición coloca el debate entre las condiciones de vida y los derechos huma-
nos en las prestaciones de salud uruguayas que, pese a las modificaciones legislativas introducidas en
el país, no ha superado el paradigma asilar de atención que centra sus bases en la figura del psiquiatra
en la regulación del padecimiento psíquico. Como argumenta su autora, Cecilia Silva Cabrera, el
nuevo modelo de atención habilitó, en sus inicios, la psicoterapia como principio que auguraba
expectativas de superación de los anteriores discursos en torno a la salud de la población, pero este
nuevo procedimiento de atención sanitaria no prosperó debido a los escasos recursos del Sistema
Nacional Integrado de Salud que, pese a su promesa de universalidad e integralidad en el tratamien-
to de la salud psíquica de las personas, terminó por priorizar el esquema mercantil en el acceso a la
atención. Como sostiene su autora, la comprensión integral de la asistencia colectiva en salud mental
constituye una unidad entre la producción subjetiva, simbólica y material que, en tanto dimensión
política, resulta imposible de soslayar. El trabajo se sustenta en una perspectiva metodológica cuali-
tativa y utiliza, en su análisis las categorías conceptuales de Bourdieu.
El siguiente artículo de Beatriz Elena Arias López analiza el tránsito por diversos modelos de aten-
ción de la salud psíquica de los sujetos considerándolos como expresiones de resistencia a la domi-
nación de la pretendida neutralidad valorativa de los diferentes paradigmas teóricos que va descri-
biendo en el trabajo. Como campo en disputa, el proceso de salud-enfermedad atraviesa diferencias
teórico-metodológicas con resonancias en la práctica de la vida cotidiana de una conceptualización
latinoamericana de experiencia colectiva que pugna por encontrar su lugar. De esta forma, la autora
explora las concepciones del “buen vivir” de las comunidades afrodescendientes y del “vivir sabroso”
Editorial 9

de las comunidades andinas, en un campo en el que el sujeto sufriente encuentra un lugar abierto,
recuperando su historia y singularidad.
En el tercer artículo Claudia Bang recupera relatos breves mediante los que analiza una serie de
prácticas integrales con perspectiva comunitaria y territorial con equipos profesionales en la provin-
cia y en la ciudad de Buenos Aires durante el período de aislamiento social a causa de la pandemia
por el Covid-19 con el propósito de promoción de la salud en un sentido amplio en el primer nivel
de atención. El artículo concluye que las prácticas de cuidado de la salud individual y colectiva en
comunidad no pasa solamente por la atención en los centros sanitarios lo que conduce a la autora
a proponer una lectura epistemológica alternativa que apuesta a la integralidad mediante una pers-
pectiva decolonial.
Esta serie de tres artículos provenientes de Uruguay, Colombia y Argentina continúa con dos artícu-
los de reflexión acerca de coyunturas específicas en Venezuela y Uruguay.
En primer término, José León Uzcátegui parte del cuestionamiento del concepto de la Organización
Mundial de la Salud como estado de completo bienestar para centrarse en lo que denomina crisis del
modelo civilizatorio en la pandemia y la pos-pandemia, promoviendo la idea del “buen vivir” que
recoge de las poblaciones aborígenes aimara y quechua de Bolivia y Ecuador. Este cuarto artículo
afirma que la salud mental colectiva abreva en los últimos desarrollos de la medicina social latinoa-
mericana promoviendo una mirada decolonial de los procesos comunitarios de “vivir en plenitud”
en consonancia con las epistemologías del Sur.
En segundo término, Nelson de León, autor del quinto artículo del dossier, expone el proceso de
ruptura de los incipientes movimientos sociales cuestionadores de los manicomios en los años seten-
ta del siglo XX en Argentina, Brasil y Uruguay con las dictaduras cívico-militares hasta el reinicio
del debate en democracia sobre la atención comunitaria de la salud psíquica y su legislación en los
tres países del Cono Sur de América. Mediante estas referencias contextuales, el autor centra su
indagación bibliográfica en Uruguay, la legislación aprobada y el estado actual de la cuestión en
el país a partir de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la Organización
Panamericana de la Salud de 1990 que propone la transición a un modelo de atención de la salud
mental en comunidad.
En el sexto artículo Dora María Hernández-Holguín sintetiza la investigación de su tesis doctoral
en la Universidad de Antioquia mediante la que analiza, empleando un estudio de casos múltiples,
el lugar de lo colectivo como respuesta sanadora en el contexto del conflicto armado colombiano,
que constituye, en palabras de su autora un “punto de encuentro entre la construcción de paz y la
producción y el cuidado de la salud mental”.
Por su parte, Catalina Betancur Betancur expone —en el séptimo artículo del dossier— el proceso
de rehabilitación de la promoción de la cultura de la salud comunitaria en dos organizaciones de una
comuna deteriorada en sus condiciones edilicias, el aumento poblacional sin planificación urbana, el
narcotráfico y la prostitución en la ciudad de Medellín. La autora sostiene que los procesos culturales
horizontales que promueven estas organizaciones de la sociedad civil recuperan la vida cotidiana de
la población mediante un ejercicio donde la salud consiste en la recuperación de las experiencias
de la vida de las personas, particularmente, la de los más jóvenes, que han luchado por conquistar
derechos para no ser estigmatizados como responsables de la precarización y las infracciones a las
normas de convivencia social.
En octavo lugar, se invita a la lectura del artículo de Emilse Moreno quien analiza las prácticas de
supervisión y coordinación de equipos técnicos interdisciplinarios con el objetivo de la promoción
y la protección de derechos de niños, niñas y adolescentes desde lo que la autora llama “la ternura
10 Presentación

urgente” en el contexto de la provincia de Buenos Aires. A partir de la modificación legislativa del


paradigma tutelar y su sustitución por el de promoción de derechos, la autora sostiene la necesidad
de cuestionar las propias prácticas trabajando a partir de la interdisciplina, evitando, de esta forma
la soledad en las intervenciones sociales que habilitan a replicar prácticas del antiguo patronato, que
aún subsisten en las prácticas profesionales y las instituciones que acogen e institucionalizan a la
infancia abandonada o en situación de infracción.
El artículo que cierra el dossier, Mirta Elvira analiza la perspectiva de trabajo comunitario en un
centro cultural dependiente de un hospital público de Bariloche en la provincia argentina de Río
Negro a través de un estudio etnográfico de carácter exploratorio. El artículo plantea, sin ambiguas
promesas de hipostasiar el trabajo en comunidad, los cuestionamientos de diversos autores al trabajo
comunitario, entre otras cuestiones por el desplazamiento que implica la des-responsabilización del
Estado y la delegación que se promueve sobre la salud mental de las poblaciones en lo local-comu-
nitario. No obstante, la autora encuentra en su investigación aspectos positivos en los procesos de
“autodeterminación y autonomía progresiva de las personas con padecimiento mental y la mejora de
sus condiciones de vida y las de su comunidad de referencia” en estas experiencias.
El Comité Editorial expresa su más profundo agradecimiento al Comité Científico y a los evaluado-
res que han examinado exhaustivamente los artículos presentados, así como a sus autores por adoptar
las sugerencias de las valoraciones recibidas por sus pares.
Asimismo, manifiesta su más profundo agradecimiento a nuestro compañero de ruta, Juan José
Urrestarazú, responsable de la edición online de la revista y a Sofía Morán por acompañar nuestro
emprendimiento con sus diseños de tapa que llenan de color nuestras palabras.

Carolina González Laurino, Alejandro Mariatti Acosta y Clara Márquez Scotti


Comité Editorial
Montevideo, julio 2022
Dossier: Salud mental colectiva / Salud mental comunitaria. Debates, abordajes y experiencias 11

Dossier: Salud mental colectiva / Salud mental


comunitaria. Debates, abordajes y experiencias
Editoras responsables: Beatriz Arias López y Cecilia Silva Cabrera

Presentación
El dossier que presentamos a consideración integra nueve artículos de autoras procedentes de cuatro
países de América Latina, que exponen tópicos de realidades sociopolíticas diferentes, todos ellos
atravesados por preguntas en torno a la salud mental. El mosaico que componen plantea una serie
de debates y experiencias, algunas desde la perspectiva teórico-metodológica de la salud mental co-
lectiva, mientras otros ponen su foco en la salud mental comunitaria o incluso en la intersección de
ambos abordajes. Mientras la salud mental comunitaria encuentra fundamento en los procesos de
desmanicomialización europeos, principalmente en Italia a partir de la reforma basagliana y se centra
aún en la problematización del modelo asilar; la salud mental colectiva, se constituye en un movi-
miento latinoamericano que procura dar cuenta de la diversidad de expresiones de la salud mental y
sus manifestaciones en los procesos vitales, no necesariamente anclados en la puja enfermedad-salud.
No obstante, estas diferencias y acentos, el objetivo del dossier es recoger una diversidad de produc-
ciones sobre la vida, la salud mental y sus transformaciones, cuyas premisas en común se relacionan
con abordajes deconstructivos de la racionalidad de medicalización social, el debate en torno a la
patologización de la vida, el intercambio de saberes y la transdisciplinariedad, además de la ética de
la autonomía como valor y praxis.
El dossier inicia con tres artículos, procedentes de Uruguay, Colombia y Argentina, enfocados en
debates de índole conceptual, que toman como tópicos a las políticas públicas, la deconstrucción
de la mirada higienista en la producción del sujeto y el debate en relación con el campo epistémico
de la salud mental. En el primero, titulado Condiciones de vida, políticas públicas y derechos humanos:
transversalidades desde la perspectiva de salud mental colectiva, Cecilia Silva desde el Uruguay propo-
ne una línea de lectura posible para el cruce de la política pública y la salud mental, centrada en el
estudio de las condiciones de vida y el ejercicio de los derechos humanos a modo de comprensión
del fenómeno sociopolítico de producción del sufrimiento subjetivo y mental individual y colectivo.
En el segundo, Beatriz Elena Arias, desde Colombia, en su artículo Disputas y avatares en torno al
sujeto de la salud mental colectiva, desarrolla un tránsito que va del borramiento del sujeto propio
de los modelos morbi céntricos o enfermológicos, al relevamiento de un sujeto complejo, producto
y productor de tensiones entre resistencias, sufrimientos y agencia. Estos análisis, situados en pers-
pectiva de salud colectiva latinoamericana y epistemologías emergentes desde el sur, son retomados
por la argentina Claudia Bang en su artículo Salud mental comunitaria y colectiva: reflexiones desde la
investigación, el desarrollo y acompañamiento de experiencias territoriales, quien acentúa la necesidad
de incorporar miradas decoloniales que contribuyan a superar las capturas epistémicas propias de
racionalidades medicalizadas, para reconocer que las prácticas de cuidado se dan prioritariamente en
la vida cotidiana desde construcciones que son colectivas y territoriales.
A esta triada le siguen dos artículos de análisis y reflexión coyuntural. En el primero, originado en
Venezuela titulado Salud Mental Colectiva, la COVID y el mundo pos-pandemia, José León Uzcátegui
reflexiona en torno a las coordenadas actuales de los contextos pandémicos y pospandémicos, como
12 Editoras responsables: Beatriz Arias López y Cecilia Silva Cabrera

un punto de inflexión que pone la salud mental tal colectiva como proceso cotidiano: el caso de dos
en el centro del debate y que sigue el hilo pro- organizaciones culturales en Medellín, Colombia,
puesto desde las epistemes latinoamericanas. Por quien desarrolla su indagación en el contexto de
su lado, Nelson de León con el título Uruguay organizaciones culturales urbanas para plantear
y países limítrofes: escenarios y condiciones para la cómo la promoción de la salud mental remite
incorporación de derechos en los procesos de refor- igualmente a procesos solidarios y de compromi-
ma en la atención a la salud mental, nos invita a so colectivo que fortalecen el reconocimiento de
conocer los contextos y condiciones de produc- sí y de los otros, estableciendo un horizonte ético
ción de los procesos de legislación y reforma en y político para la salud mental y la construcción
la atención de la salud mental en los países de de otros modos posibles de vida.
la región, enfatizando el caso del Uruguay con
En la segunda línea, Emilse Moreno presenta el
la promulgación de la Ley de Salud Mental N°
tránsito de la lógica manicomial a la salud men-
19.529.
tal comunitaria y de la lógica tutelar a la protec-
Estos artículos son la antesala de una serie de ción de derechos, derivados de su experiencia en
experiencias y análisis que abordan resultados prácticas de supervisión y coordinación de equi-
de investigación ligados a movimientos sociales pos técnicos interdisciplinarios, en el texto titu-
y organizaciones culturales en tanto producto- lado La ternura es urgente. Prácticas profesionales
ras de salud mental colectiva en Colombia; así en Salud Mental y derechos de Niñeces y Adoles-
como experiencias de salud mental comunitaria cencias. Por su parte Mirta Elvira, en su artículo
de Argentina, ligadas a los procesos de reforma Participación comunitaria en salud mental. Centro
legislativa, trabajo con poblaciones específicas y Cultural Camino Abierto: desmanicomialización
experiencia organizativa en contexto de resisten- provincia de Río Negro (Argentina), analiza el caso
cia a la manicomialización. de este dispositivo que hace parte de los servicios
comunitarios del sistema de salud mental, para
En la primera línea, en el artículo Dimensiones de
indicar como se expresan las transformaciones en
lo colectivo de la salud mental en prácticas sociales
el tránsito de la lógica asilar a las lógicas comuni-
de construcción de paz en Colombia, Dora María
tarias en salud mental y sus efectos en la produc-
Hernández presenta la categoría de lo colectivo,
ción de nuevas subjetividades sociales.
como una noción transversal para entender la sa-
lud mental, que puede expresarse en diversas di- Con estos contenidos, el dossier pretende con-
mensionalidades tales como un ethos comunal, tribuir al campo de la salud mental con aportes
un cuerpo colectivo y una consideración sobre críticos desde una perspectiva latinoamericana e
lo político, como expresión empírica de eso que interdisciplinaria que reconoce la diversidad de
se nombra como lo colectivo en la salud mental. puntos de vista, sin cerrar el debate, entendiendo
Estos planteamientos tienen correlato en el artí- este como un campo en permanente producción
culo de Catalina Betancur titulado Salud men- epistémica.
Condiciones de vida, políticas públicas y derechos humanos: transversalidades desde la perspectiva ... 13

Condiciones de vida, políticas públicas y derechos


humanos: transversalidades desde la perspectiva
de salud mental colectiva
Living Conditions, Public Policies and Human Rights:
Transversalities from the Perspective of Collective Mental
Health

Cecilia Silva Cabrera1


http://orcid.org/0000-0001-9792-8435

Resumen
El artículo desarrolla una de las dimensiones de producción de conocimiento que he venido abor-
dando a partir de distintas líneas de investigación sobre el cruce entre el campo de la política pública
y el campo de la salud mental. Desde un enfoque cualitativo, orientado en la sociología reflexiva
de Pierre Bourdieu (1992), me planteo el objetivo de identificar los sustratos de la relación entre
políticas públicas y la salud mental a partir de dos dimensiones que entran en juego las condiciones
de vida y el ejercicio de los derechos humanos. Para ello, tomo como punto de partida una lectura
analítica amplia sobre las políticas públicas en tanto campo de confluencia de fuerzas en tensión y
disputa, como alternativa a los abordajes clásicos de la ciencia política y la economía. Transversalizar
el estudio de las condiciones de vida, las políticas públicas y los derechos humanos por una perspec-
tiva de salud mental colectiva, permite profundizar el estudio de los intersticios de los componentes
simbólicos y subjetivos que también entran en tensión. Y que se evidencian en la materialidad de
la vida y en las expresiones individuales y colectivas de las contradicciones sociohistóricas en la que
se desarrolla esa materialidad. Una perspectiva de salud mental colectiva adquiere relevancia en la
comprensión integral de lo subjetivo, simbólico y material como producción política. ¿Qué enferma
y a quiénes enferma? ¿cuáles son las condiciones de vida y qué traducción tienen en ellas los amplios
discursos basados en los derechos humanos? ¿qué implica el diseño de la política pública desde una
perspectiva de salud mental colectiva?, son las preguntas que articulan el desarrollo expositivo.
Palabras clave: salud mental colectiva, condiciones de vida, políticas públicas, derechos humanos

Abstract
The article develops one of the dimensions of knowledge production that I have been addressing
from different lines of research on the intersection between the field of public policy and the field of

1 Doctora en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Argentina). Magíster
en Salud Mental Comunitaria por la Universidad Nacional de Lanús (UNLa-Argentina). Especialista en Bioética por la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Argentina). Licenciada en Trabajo Social por la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad de la República (UdelaR-Uruguay). Profesora Adjunta del Departamento de Trabajo
Social de la Facultad de Ciencias Sociales (UdelaR-Uruguay) en Régimen de Dedicación Total. Investigadora Activa del
Sistema Nacional de Investigadores de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII-Uruguay).
14 Cecilia Silva Cabrera

mental health. From a qualitative approach, oriented in the reflective sociology of Pierre Bourdieu
(1992), I set myself the objective of identifying the substrates of the relationship between public
policies and mental health from two dimensions that come into play living conditions and the
exercise of human rights. To this end, I take as a starting point a broad analytical reading of public
policies as a field of confluence of forces in tension and dispute, as an alternative to the classic ap-
proaches of political science and economics. Mainstreaming the study of living conditions, public
policies and human rights through a perspective of collective mental health, allows to deepen the
study of the interstices of the symbolic and subjective components that also come into tension.
And that they are evident in the materiality of life and in the individual and collective expressions
of the socio-historical contradictions in which that materiality develops. A collective mental health
perspective acquires relevance in the integral understanding of the subjective, symbolic and material
as political production. What makes you sick and who does it sick? What are the living conditions
and what translation do broad human rights-based discourses have in them? What does the design
of public policy imply from a collective mental health perspective? are the questions that articulate
the exhibition development.
Keywords: Collective Mental Health, Living Conditions, Public Policies, Human Rights

Introducción primió, al menos en su diseño, un giro rotundo


en la comprensión del recurso psicoterapéutico
El abordaje de la salud mental en el marco de
como parte de la política de promoción de salud.
la política pública continúa siendo en Uruguay,
El diván se trasladó al centro de salud originando
aunque no solamente, un componente más de la
equipos interdisciplinarios de acompañamiento
política sanitaria, acotado a los recursos destina-
y atención (Silva, 2021). Sin embargo, la ejecu-
dos a la contención de sujetos que expresan su
ción de este plan ha demostrado la vigencia de
sufrimiento mental. Ley de Salud Mental2 y Plan
la disputa de un campo dominado corporativa-
Nacional de Salud Mental3 mediante, nuestro
mente por el mercado de los servicios de salud.
país no logró superar los límites del asilo como
Su ejecución ha sido exitosa en las primeras eta-
modelo dominante y de la psiquiatría como sa-
pas con el acceso a atención psicoterapéutica a
ber focalizado a la producción de un objeto pro-
nivel individual y por tiempos acotados hasta la
pio, el trastorno mental.
identificación del restablecimiento de “aspectos
Parecía ser alentadora la implantación de la co- de salud”. Sin embargo, es escaso el conocimien-
bertura universal en psicoterapia a partir del to de la existencia de estas prestaciones en la po-
Plan de Implementación de Prestaciones de Sa- blación en general, lo cual debilita la demanda
lud Mental4 para el Sistema Nacional Integrado de acceso a ellas y no se ha avanzado en las etapas
de Salud5, desde el año 2011. Un Plan que im- de mayor alcance en la atención a nivel grupal,
como dispositivo de promoción de salud. Ha re-
2 Ley N°19.529, Ley de Salud Mental del año 2017. caído en los hechos en la atención individualiza-
3 Plan Nacional de Salud Mental 2019-2022 como parte
da y clínica, con largas listas de espera y sesiones
de la reglamentación de la Ley N°19.529. acotadas en el tiempo, sin una ruptura a fondo
de la lógica mercantil, no centrada en las necesi-
4 Plan de Implementación de Prestaciones de Salud
Mental del año 2011. dades de la persona (Fernández, 2017).
5 Sistema Nacional Integrado de Salud, Ley N° 18.211
del año 2007.
Condiciones de vida, políticas públicas y derechos humanos: transversalidades desde la perspectiva ... 15

No obstante, estos intentos relativamente recien- cuales las condiciones de desarrollo, la amplifica-
tes6 de reforma de la atención de la salud mental ción de posibilidades de superación y el horizon-
en el país, no se ha avanzado hacia una compren- te de bienestar material y subjetivo, serán o no
sión cabal de lo que implica al campo de la salud una realidad alcanzable. Indudablemente, este
mental y por tanto una política con perspectiva condicionamiento está ligado a la distribución
de salud mental. Con un sentido analítico-com- de recursos, en la medida que es lo que habilita
prensivo de las dinámicas que se establecen en el acceso al ejercicio de todo derecho humano y
el cruce entre el campo de la política pública y por tanto también a la posibilidad de asumir las
el campo de la salud mental, introduzco en este obligaciones que a cada integrante de la sociedad
artículo dos dimensiones que considero sustanti- le ocupa. La distribución de los recursos supo-
vas en el estudio de la política de salud mental y ne, además, la producción de las bases mínimas
los procesos de reforma: identifico a una de esas para el ejercicio pleno de los derechos civiles y
dimensiones como las condiciones materiales y políticos.
subjetivas de vida y como otra de sus dimensio-
Los derechos humanos son una construcción
nes las posibilidades concretas de ejercicio de los
conceptual más o menos ordenada para identi-
derechos humanos. Para ello, parto de la Salud
ficar, analizar e intervenir sobre las diversas di-
Mental Colectiva, perspectiva latinoamericana
mensiones en las que se expresa la vida de las
de posicionamiento crítico en la producción de
personas, en sus componentes individuales y co-
conocimiento y prácticas en salud mental (Cea,
lectivos. En este sentido, la diferenciación entre
2020). En coherencia con la salud colectiva
derechos civiles, políticos económicos, sociales y
(Bertolozzi y de la Torre, 2012), la epidemiolo-
culturales no debiera enfatizarse más que como
gía crítica (Breilh, 2007; Almeida-Filho, 2000)
ordenamiento para la exigencia de las garantías
y la epistemología de la salud (Samaja, 2014);
que permitan el ejercicio de todos los derechos
la salud mental colectiva considera a los deter-
(Salvioli, 2016), en todas las expresiones de la
minantes históricos, culturales, sociales, eco-
vida individual y colectiva. Los derechos huma-
nómicos y políticos para la comprensión de los
nos, en la clasificación tal y como conocemos
procesos subjetivos individuales y colectivos y su
-civiles, políticos, económicos, sociales y cultu-
interacción con las contradicciones inherentes al
rales- se interrelacionan al mismo tiempo que
sistema social.
adquieren especificidades; “… la llamada ‘inter
relación’ de los derechos humanos describe tanto
Condiciones de vida, derechos humanos la unidad de los mismos como al vínculo que
detentan entre ellos”. (Salvioli, 2016, p.71)
y salud mental
De aquí que el estudio sobre las condiciones
En tanto una de las dimensiones de la vida in-
de vida requiere, detenerse en la especificidad
dividual y colectiva, la salud mental integra la
de cada pliego de derechos, y su dinámica en la
dinámica de los procesos de producción y repro-
complejidad de la vida personal y colectiva, al
ducción de la vida poniendo en juego la dimen-
mismo tiempo que éstos son comprendidos a
sión subjetiva e intersubjetiva que implica a las
partir de análisis que abordan integralmente la
relaciones históricas entre los sujetos y de estos
interrelación entre ellos, interrelación sin la cual
con la estructura y el funcionamiento del cam-
no es posible entender los mecanismos de pro-
po burocrático. El condicionamiento del campo
ducción y reproducción de las condiciones de
burocrático sobre las trayectorias de vida indivi-
vida de los distintos sistemas sociales, políticos
dual y en común origina las bases a partir de las
y económicos. En este sentido, tras la identifi-
cación de la salud mental como parte del pro-
6 Un intento anterior lo fue la aprobación e implemen-
tación del Plan Nacional de Salud Mental en el año 1986
ceso vital, expresándose en procesos dialécticos
marcando un rumbo de atención comunitaria de la salud y contradictorios que implican al par salud-en-
mental que se sostiene hoy débilmente con los equipos de fermedad como opuestos y complementarios, se
salud mental en el primer nivel de atención.
16 Cecilia Silva Cabrera

convierte en una de las dimensiones de ineludi- menos vida, sin embargo, se mantiene aún como
ble atención a la hora de analizar los efectos de política de atención a la salud, como política
las lógicas en las que se basa la orientación de los de protección y como política de contención
recursos y las consecuentes condiciones de vida. dada la presunta posibilidad de causar daños a sí
¿Qué enferma y porqué enferma? mismo y a terceros. La producción y reproduc-
ción de lógicas que enferman son constitutivas
Encontramos múltiples estudios que evidencian
de formas de gestión burocrática que basadas
la capacidad del sistema socio-económico prin-
en el juego de disputa y ganancia de las fuerzas
cipalmente bajo la lógica capitalista, de producir
dominantes. Gestión burocrática basadas en la
y reproducir enfermedad, dado su impulso por
desconfianza de su clientela más que en el reco-
la liberalización de las relaciones de competencia
nocimiento de sujetos de derechos. ¿Cuáles son
por la sobrevivencia en todos los ámbitos de la
las condiciones de vida y qué traducción tienen
vida. La misma Organización Mundial de la Sa-
en ellas los amplios discursos basados en los de-
lud (oms) ha puesto de manifiesto la vinculación
rechos humanos?
directa entre el aumento de las crisis económicas
y el aumento de los problemas de salud mental Es claro que este Estado de la desconfianza no
en consecuencia de aquellas. Identifican el creci- afecta a todos y todas por igual. Es la población
miento del consumo de alcohol acompañando directamente ligada a las acciones del Estado en
el aumento del desempleo, la tasa de suicidios y las políticas socio-asistenciales, la que queda en-
el aumento de diagnósticos de depresión por el vuelta en un juego de demostrar y recibir -de-
mismo motivo (OMS, 2011). muestro lo carente que soy para recibir la bene-
volencia del Estado, sí es que este confía en las
En otro orden de informe producidos, y a lo
pruebas dadas para confirmar la carencia que me
largo de la historia, organismos nacionales re-
afecta-. Población potencialmente fraudulenta y
gistran un alto porcentaje de internaciones en
técnicos sospechados de discrecionalidad inspi-
instituciones asilares en población de todos los
ran el perfeccionamiento de las nuevas tecnolo-
tramos etarios, por motivos sociales tales como
gías para blindarlas contra la manipulación de la
la desocupación, la falta de cuidados, el abando-
clientela (Vecinday, 2020). La autora identifica
no, entre otros. Es elocuente el estudio de Ginés
las modificaciones profundas que se han sucedi-
(1998) sobre los motivos de internación en las
do en las políticas de protección social en Uru-
colonias de internación crónica en Uruguay, alu-
guay, particularmente en aquellas con énfasis
diendo al consumo de alcohol y falta de un ho-
socio-asistencial. Estas modificaciones, además
gar donde residir. Pasados ya más de veinte años
de su contenido, realizan un viraje en las formas
del trabajo realizado por Ginés, viniendo hacia
de relacionamiento del Estado con la población.
contextos actuales, parece no haber variaciones
Un Estado que se aleja de los territorios y del
notorias hacia un mejoramiento del a situación.
vínculo directo, y que comienza a ceder su pre-
La Institución Nacional de Derechos Humanos
sencia directa a la tecnología que todo lo agiliza.
(inddhh) en su informe del 2020 sobre niños,
“Gobierno digital”, “capitalismo de plataformas”
niñas y adolescentes da cuenta de prácticas de
(Srnicek, 2018) son algunas de las denominacio-
encierro por períodos prolongados, con un 21%
nes a las nuevas formas de gestión y vinculación
de más de 2 años de encierro, el 13% de los me-
del Estado para con la vida social.
nores de 12 años: entre 3 y 9 años de encierro, el
20% de adolescentes: entre 3 y 9 años de encie- La convivencia de las lógicas de encierro como
rro, además, con trayectorias previas dentro del alternativa de “protección” con la producción de
sistema de protección 24 horas. un afuera sospechado, abandonado y vaciado,
solo parece colmarse de un espíritu de reconoci-
La paradoja de esto, es que el Estado, es al mis-
miento de derechos que lejos están de encontrar
mo tiempo quien realiza acciones de protección
garantías para su efectivización. El afuera, para
y quien produce lógicas que enferman. No cabe
algunos y algunas. se torna un espejo del adentro
lugar a dudas que el encierro no produce salud,
Condiciones de vida, políticas públicas y derechos humanos: transversalidades desde la perspectiva ... 17

manicomio, el adentro cárcel, el adentro insti- un trabajador o una trabajadora por el desem-
tución de 24 horas, “Pensar fuera de los mani- pleo o la rebaja salarial, o porque ya no tienen
comios supone cuestionar formas comunitarias acceso sus hijos e hijas a prestaciones a las que
existentes” (Percia, 2018, p.257) accedían a través de su trabajo, y otras tantas; no
sólo actúa el Estado con sus enormes institucio-
En este sentido, son elocuentes dos distinciones
nes, también actúa la comunidad, sosteniendo la
que realiza Margalit (2010) respecto a la socie-
acción del Estado por una necesidad radical de
dad civilizada y la sociedad decente. Refiere a la
desembarazarse de lo que le resulta perturbador
primera para identificar a aquellas sociedades en
(Cuschnir, 2018).
las que sus integrantes no se humillan entre sí.
Mientras que con la segunda distinción remite Galende (2015) señala que el sujeto, como to-
a aquellos Estados que no humillan a los inte- talidad, expresa a una sociedad como analogía
grantes de la sociedad. Guerra (2015) enlaza de esta, de sus valores, significaciones, rasgos o
tales nociones con un análisis detallado sobre el cualidades. Al mismo tiempo, agrego, esto se
ejercicio de los derechos económicos como parte expresa en modo dialéctico, contradictorio, al-
del complejo de derechos económicos, sociales gunas veces disruptivo. La producción social de
y culturales. Si bien el estudio de los derechos las formas en la que cada sujeto expresa la salud
requiere un abordaje integral, el detenimiento en mental, no necesariamente condice con las signi-
ciertas particularidades y expresiones concretas ficaciones dominantes sobre lo que se entiende
de vulneración, permite identificar con mayor por salud mental. Predomina aún la noción ple-
claridad posibilidades potenciales de resolución. no bienestar psíquico, social y físico de la OMS,
sin embargo ¿quién puede negar que un ataque
Significa que cuando las acciones del Estado
de ira frente a la humillación no es un acto de
humillan a las personas, están afectando direc-
salud mental?
tamente su honor, por tanto, compromete des-
de una dimensión moral a la dignidad de las
personas. La afectación compromete tanto a la Políticas públicas y salud mental
dimensión material como subjetiva de vida. He
remitido en párrafos anteriores a las circunstan- ¿Qué implica diseñar la política pública desde
cias en las que se justifica el encierro por motivos una perspectiva de salud mental colectiva? La
de salud mental, en las que los determinantes degradación de las condiciones de vida es pro-
socioeconómicos colocan en situación de vulne- ducto de decisiones políticas, en tanto se vincula
ración de derechos. La no resolución del Estado directamente con la toma de decisiones sobre la
de los problemas estructurales que conducen a la distribución de recursos, sobre la orientación de
carencia de ingresos, a la debilidad de las políti- la matriz de protección social en todos sus tér-
cas de protección social, a la focalización e indi- minos, con las modalidades de gestión de la re-
vidualización de las intervenciones de institucio- lación Estado-sociedad y con la definición de los
nes gubernamentales, afectan el honor de las per- “problemas” de política pública. Entendiendo a
sonas, afectan su dignidad y por tanto humillan, la política pública como campo, ésta no remite
tras el corrimiento de su condición de sujetos de a las decisiones del campo burocrático de forma
derechos para ser colocados como sujetos de ca- aislada, sino también a la puja y a las ganancias
rencia, sujetos de benevolencia del Estado. y pérdidas, de los múltiples agentes que conflu-
yen en la disputa. En este sentido, considero que
Bajo la lógica manicomial, la cual impacta a la confluencia de las políticas públicas y la salud
toda institución de encierro, no solamente a los mental requiere de un estudio descentrado de los
manicomios, la irrupción del reclamo por no abordajes clásicos de la ciencia política y la cien-
ser humillado o humillada¸ muchas de las veces cia económica, para enfocarse en el análisis de
ilustradas tras la crisis de un niño o una niña en los campos de fuerzas y disputas que tanto la po-
la escuela, el escándalo de un o una adolescente lítica pública como la salud mental conforman.
en un espacio público, el grito y la bronca de
18 Cecilia Silva Cabrera

Dubois (2015), siguiendo la perspectiva bour- Esto no es un planteo ilusionista de transforma-


diana, identifica la potencia conceptual y meto- ción romántica del Estado, es un punto de par-
dológica de la noción de campo para el estudio tida concreto que incluso encuentra coherencia
comprensivo de las dinámicas que se producen con algunos componentes que ha adquirido la
en el ámbito de la política pública. Se trata de sociedad capitalista. Joli (2008) titula un artículo
un análisis exhaustivo de las relaciones que se es- “Por el derecho a ser explotados”, aludiendo a la
tablecen entre la estructura y el funcionamiento situación de exclusión de las personas con disca-
del campo burocrático. Esto, habilita la com- pacidad en el mundo laboral y por tanto de todo
prensión de los sistemas de relaciones constitu- lo que se desprenden de él como producción de
tivos del Estado y su poder de dominación. Así la vida social individual y colectiva.
como las tomas de posición en el entramado de
El principal obstáculo que deben enfrentar las
relaciones entre agentes. No es un objetivo de
personas con discapacidad (PCD) está fuera de
este artículo profundizar en el estudio de la po-
ellas. Es la ausencia, o la falta de cumplimiento
lítica pública, tampoco de la íntima relación de
cuando existen, de políticas que favorezcan su
ésta en los procesos de reforma de la atención de
inclusión social y laboral. El tradicional enfoque
la salud mental en el país. Sin embargo, sí cobra
médico del problema dejó de lado que la “enfer-
relevancia aquí el desarrollo de algunos compo-
medad” más grave que vincula a los discapacita-
nentes que considero sustantivos para avanzar en
dos de todo tipo es el desempleo crónico al que
la comprensión de la necesaria amplificación de
los condena la sociedad. En este sector convergen
la perspectiva de salud mental colectiva para el
quienes no pueden ingresar al mercado de trabajo
diseño de políticas públicas que no humillen a
y los que son expulsados de él a causa de las malas
las personas.
condiciones laborales. (Joli, 2008, p.1)
Las políticas públicas se confirman como accio-
Podemos tomar el planteo de Joli y llevarlo a
nes devenidas de las ganancias resultantes de la
toda situación de desamparo en las que se ini-
lucha entre agentes en disputas, situadas estas
cia un proceso de tratamiento patologizado de
luchas principalmente en el campo burocrático
las expresiones individuales de las condiciones
como campo dominante. El Estado, a partir del
de vida recayendo en demarcaciones ligadas al
campo burocrático, lauda y ejecuta en torno a los
trastorno mental o la discapacidad en términos
acuerdos conquistados. Esta lógica se reproduce
generales.
en la legitimación de un cuerpo de problemas
sociales (Bourdieu y Wacquant, 1995) sobre los Recientemente, Jamies Davies (2022), partiendo
que se apuntará el accionar de la política públi- de la realidad de Gran Bretaña, ha publicado un
ca. En el cruce de la política pública y la salud estudio profundamente lúcido respecto a la ins-
mental, se imbrican dos dimensiones. Una es la trumentalidad que la producción de enfermedad
resultante de las políticas de atención a la salud mental adquiere para el capitalismo, demostran-
mental, ubicadas en la política de salud princi- do la ineficacia de la maquinaria de producción
palmente. Otra dimensión es la de la política de manuales expertos y laboratorios psiquiátricos
pública en sí misma, en función de los diversos junto con la industria de psicofármacos para dar
temas y problemas que competen a la vida de respuesta a los procesos vitales de padecimiento
las personas. Es aquí donde la salud mental se mental a consecuencia de las reglas que el capital
amplía conceptualmente, no para ser tratada impone para la sobrevivencia. En entrevista con
como especialidad, sino para ser incorporada una de las periodistas de El DiarioAR plantea sus
epistémica y conceptualmente. Desde este lugar puntos de análisis:
es que es posible plantear que la política pública, … tal y como está pensado el sistema de aten-
asegura el quiebre de la reproducción de lógicas ción a la salud mental, la primera solución que
de humillación, concibiendo a los “problemas de se plantea es la medicación, una solución que, en
política pública” desde la dimensión material y muchos casos, enquista e incluso agrava el pro-
subjetiva que los componen de forma inherente.
Condiciones de vida, políticas públicas y derechos humanos: transversalidades desde la perspectiva ... 19

blema. Drogamos a la gente en lugar de ofrecerles y a partir del cual generan expectativas propias y
terapia psicológica porque, como decía antes, se siempre ideales.
ve el dolor como una disfuncionalidad que debe
Toda institución se sostiene en una serie de su-
ser corregida y la solución más rápida que se ha
puestos. Por ejemplo, la institución escolar nece-
encontrado es la medicación. Pero con ella no
sita suponer que el alumno llega a la escuela bien
arreglamos nada, porque se trata de químicos que
alimentado; la institución universitaria necesita
sedan un sentimiento que actúa como faro: el do-
suponer que el estudiante llega sabiendo leer y
lor ilumina lo que está mal, algo a lo que debemos
escribir. En definitiva, las instituciones necesitan
prestar atención. Desafortunadamente, investigar
suponer unas marcas previas. Ocurre que las ins-
y tratar es más lento y menos rentable que me-
tituciones presuponen para cada caso un tipo de
dicar. En otras palabras, sedamos el sufrimiento
sujeto que no es precisamente el que llega. Siem-
para hacerlo compatible con las necesidades del
pre ocurrió que lo esperado difiere de lo que se
mercado. (Davies en Vicente, 2022)
presenta, pero hubo un tiempo histórico en que
El trabajo desarrollado por Davies es uno de la distancia entre la suposición y la presencia era
los tantos aportes en el recorrido que desde las transitable, tolerable, posible. No parece ser nues-
ciencias sociales, el periodismo e incluso desde tra situación. Hoy, la distancia entre lo supuesto
las ciencias de la salud se ha venido desarrollan- y lo que se presenta es abismal. Por su conforma-
do principalmente desde mediados del siglo XX ción misma, la institución no puede más que su-
para la comprensión de los problemas persisten- poner el tipo subjetivo que la va a habitar; pero
tes del campo de la salud mental. En definitiva, actualmente la lógica social no entrega esa materia
la pregunta es dónde radican efectivamente los humana en las condiciones supuestas por la insti-
problemas que producen los problemas de salud tución. (Lewkowicz, 2010, p.19)
mental.
La lógica social, dice Lewkowicz, no entrega la
Las respuestas a esto no tienen otra opción que materia humana acorde a las condiciones que su-
esgrimirse desde una comprensión compleja y pone la institución. ¿Dónde se ubica el problema
profunda del asunto, para lo cual se requieren que produce tal desfasaje entre los supuestos y la
otros marcos de lectura e intervención en el seno materia que llega? Los discursos legitimados, ofi-
de la política pública trascendiendo el reduccio- ciales, enfocan la mirada hacia el exterior, no ha-
nismo biologicista y medicalizador. Son diversos cia ellos. Ellos, que también son las intuiciones y
los ámbitos de expresión de la política pública sus supuestos. Y un afuera que también son ellos,
que requieren una perspectiva explícita de salud pero tras lo que se ha instalado como noción do-
mental colectiva. Es ineludible, por ejemplo, minante de comunidad. Otros componentes que
dada su exposición, el ámbito educativo. Prin- requieren agudizar el análisis son los discursos y
cipalmente en la educación primaria registra un las acciones que enaltecen a la comunidad y el
proceso de aumento sin detenimiento de inter- territorio como solución mágica para desandar
venciones diagnósticas vinculadas a déficit aten- lógicas de segregación, discriminación y de en-
cional y derivados de tal diagnóstico que pros- cierro. Parece tratarse de un discurso común,
peran en la administración de psicofármacos. bajo el paragua que los derechos humanos otor-
Uruguay ha sido observado sistemáticamente a gan, en el que parece ser que las acciones solo por
nivel nacional e internacional por esta acción, el hecho de territorializarse solucionarán proble-
sin mejoras en el abordaje de niños, niñas y ado- mas radicalmente estructurales.
lescentes que requieren acompañamiento y so-
Lewkowicz, Corea y de la Aldea (2003) señalan
portes en sus tránsitos vitales (La Diaria, 2019).
la instalación en los diversos espacios de produc-
Lewkowicz (2010) registra los supuestos a partir
ción de discurso con cierta preocupación, enten-
de las cuales las instituciones construyen al suje-
diendo que esto sucede cuando la representación
to ideal, al que esperan, para el que se preparan
sobre la categoría comunidad se ha instituido. La
representación instalada en el discurso, desdibu-
20 Cecilia Silva Cabrera

ja la práctica y los contenidos subjetivantes de porque son vulnerables. Vulnerables a virus, vul-
la misma. La retórica gana terreno y vaciando el nerables a cambios repentinos, vulnerables a la
sentido de la producción concreta de comuni- frustración, entre tantas otras explicaciones. Sin
dad. embargo, el incluir el estudio de las condiciones
de vida de las personas y sus repercusiones en tra-
El desplazamiento del sustantivo comunidad al
yectorias vitales individuales y colectivas permite
adjetivo comunitario (si viene precedido de algún
situar en contexto la producción de sufrimiento
tipo de “abordaje”) es también índice de este des-
devenido en enfermedad.
plazamiento de la comunidad desde la posición de
sujeto de políticas a la posición de objeto de po- Introducir en el estudio el análisis de los dere-
líticas. La comunidad en sujeto se dice en sustan- chos humanos como constitutivos del campo
tivo; en posición de objeto, se vuelve un adjetivo de la salud mental y de las políticas públicas, a
del “enfoque”. (Lewkowicz, Corea y de la Aldea, partir de la noción de humillación, permite iden-
2003, p.3) tificar de modo concreto la acción directa de las
decisiones de política pública en la generación de
La relación entre política pública y salud mental
condiciones de vida material y subjetiva. Permi-
también ha tenido un corrimiento de sentido, en
te identificar el lugar insoslayable de la dignidad
el que la retórica ha ganado terreno instalando
humana en las discusiones sobre política pública
a la salud mental como temas de política pú-
y su diseño.
blica y al mismo tiempo vaciándola de sentido.
La representación dominante de salud mental La salud mental colectiva en tanto perspectiva, es
sumida en la práctica a la intervención sobre el decir, en tanto punto de vista en términos bour-
trastorno y la incorporación de la retórica sobre dianos, resitúa el diseño de la política pública en
lo comunitario en la política pública, desdibu- términos éticos. Se trata de una ética ligada a la
jan procesos concretos de transformación de las producción de salud en sus términos más ínte-
condiciones de vida. Enlazar política pública y gros y abarcativos de todas las dimensiones de
salud mental colectiva implica, por el contrario, la vida.
asumir prácticas productoras de sentido para la
vida sin la fijación de categorías demarcativas de
las trayectorias vitales. Bibliografía
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la política pública y la salud mental pueden ser index.php/Nn/article/download/309/337+&c-
tan profundos como la emergencia misma del d=1&h l=es-419&ct=clnk&gl=uy [Consultado:
Estado como tal. Lejos de pretender agotar su 26/04/2022]
análisis en este texto insinúo recorridos posibles
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para profundizar en él.
una antropología reflexiva. Méjico: Grijalbo.
En el texto, he realizado especial acento en la
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aburrido
22 Beatriz Elena Arias López

Disputas y avatares en torno al sujeto de la salud


mental colectiva
Discussions and events about collective mental health’s subject

Beatriz Elena Arias López1


http://orcid.org/0000-0002-3326-0402

Resumen
En este artículo se presenta un panorama del tránsito por distintos paradigmas de la salud mental
desde una pretendida objetividad centrada en la enfermedad hacia un campo complejo, social y
cultural en permanente interpelación, desde un poder centrado en el saber psi, hacia una democrati-
zación o un reparto de poderes entre disciplinas y saberes legos, que posicionan la salud mental en su
carácter relacional e histórico. Estos tránsitos instalan la pregunta por el sujeto de la salud mental, lo
que nos sugiere pasar de su borramiento, enmascarado por la etiqueta diagnóstica y la enfermedad,
para asomarnos a la emergencia de un sujeto historizado que, si bien sufre, también resiste a través
de su capacidad de agencia y transformación. Este planteamiento resuena con la salud colectiva lati-
noamericana al considerar el proceso salud-enfermedad-atención-cuidado-muerte como producción
social en disputa, que permite nuevos sentidos para la salud mental y sus derivas prácticas.
Palabras clave: salud mental, salud colectiva, medicina social, sujeto-sufriente-resistente

Abstract
This article presents an overview of the transit through different paradigms of mental health from a
supposed objectivity centered on illness towards a complex, social and cultural field in permanent
interpellation, from a power centered on psi knowledge, towards a democratization or a sharing
of power between disciplines and lay knowledge, that position mental health in its relational and
historical character. These transitions raise the question of the subject of mental health, which sug-
gests that we move from its erasure, masked by the diagnostic label and illness, to the emergence of
a historicised subject who, while suffering, also resists through his or her capacity for agency and
transformation. This approach resonates with Latin American collective health by considering the
health-illness-care-care-death process as a contested social production, which allows for new mean-
ings for mental health and its practical derivations.
Keywords: Mental Health, Collective Health, Social Medicine, Resistant-suffering-subject

1 Doctora en Salud Mental Comunitaria por la Universidad Nacional de Lanús (Argentina). Magister en Educación y
Desarrollo Comunitario por la Universidad Surcolombiana, CINDE (Colombia). Enfermera por la Universidad de Antio-
quia (Colombia). Docente Titular adscrita al Departamento de Posgrados de la Facultad de Enfermería de la Universidad
de Antioquia. Investigadora Senior en el Ministerio de Ciencia y Tecnología - Miniencias (Colombia).
Disputas y avatares en torno al sujeto de la salud mental colectiva 23

Introducción mientos son nutridos por los aportes de la me-


dicina social/salud colectiva latinoamericana,
La salud mental sigue siendo un campo en dis-
cuya premisa fundamental es entender que el
puta, no solo porque puede nombrar indistin-
proceso señalado se genera en el mundo social,
tamente un estado, una dimensión o un movi-
en una perspectiva histórica de producción, de-
miento social de base comunitaria (Bertolote,
terminado económica y políticamente y modu-
2008), sino también por la homologación que
lado por contextos culturales específicos (Ruiz
suele hacerse con la psiquiatría, la higiene mental
u otros campos, lo que conlleva a que sea una no- Eslava, 2009; Stolkiner y Ardila, 2012). De allí
ción ambigua y borrosa con la que se nombran que la enfermedad, las etiquetas diagnósticas,
asuntos a veces antagónicos, a veces complemen- las taxonomías especializadas y los actos técni-
tarios, que además ingresa a la enunciación colo- cos profesionales pierdan centralidad para posi-
quial para expresar malestares o aspiraciones pre- cionar los sujetos con sus mundos vitales singu-
sentes en conversaciones e intereses diversos. En lares en su expresión, enunciación y prácticas,
la salud mental convergen desde opciones ideales es decir, acentuar el lugar de los sujetos y sus
de una vida sin sufrimientos, hasta pretensiones subjetividades, más allá de la dicotomía salud
de reducir nuestra vida de relación a indicadores física/salud mental (Bang, 2016).
universales (Caponi, 2010; Furtos, 2007), en un Este artículo pretende presentar el tránsito de un
abanico variado que la mantiene en la escena de paradigma morbicentrico en salud mental, que
conversación, a veces como aspecto marginaliza- anula y borra al sujeto, hacia uno de tipo biocén-
do de los intereses del más amplio campo de la trico, que pone el foco en un sujeto historizado
salud o con un tono amplificado, como ha su- con su biografía, sus múltiples relatos y acciones,
cedido recientemente con la pandemia por CO- sus trayectorias, sus sufrimientos y su capacidad
VID-19, donde ha aparecido con vigor para in- de agenciar, transformar e instituir formas de vi-
terrogar la situación del personal sanitario y de la vir y relacionarse consigo mismo, con les Otres
población en general (Bhattacharjee & Acharya, y con lo Otro, en medio de resistencias y luchas
2020; David et al., 2021; Gagliardi et al., 2021; cotidianas que también deben interpelar formas
García-Arroyo, 2022). sutiles de control y disciplina bajo el lema de la
Esto muestra la vigencia de sus debates, que en libertad de elección (Han, 2014) o la búsqueda
el caso concreto de este artículo se circunscribe de la felicidad individualista de las sociedades
a presentar las disputas y avatares en torno a la contemporáneas.
noción de sujeto que subyace en las distintas La pregunta por este sujeto atiende tanto un
aproximaciones, cuyo contexto temporal y espa- propósito ético como un propósito político en
cial data de lo que sucedía en Europa en el siglo el campo de la salud mental, urgente en momen-
XVIII con sus espacios de protección y acogida tos de exacerbación de inequidades y domina-
para mendigos o personas necesitadas de com- ción refinada. Para ello, en la primera parte se
prensión y ayuda, que posteriormente en el siglo presentará un panorama de las transiciones en la
XIX dio lugar al surgimiento de la psiquiatría noción de sujeto que han acompañado las dis-
con sus dispositivos jurídicos, epistémicos y asis- tintas perspectivas en salud mental, haciendo la
tenciales (Galende, 2008, 2015). salvedad que estas no constituyen momentos de
Este punto de referencia se contrasta con la un camino ya andado, sino que permanecen bajo
declaratoria explícita de un campo en el que la lógica de capas de acción y comprensión que
se ponen en juego los aspectos subjetivo, re- se solapan y se mantienen en la praxis de la sa-
lacional y sensible del proceso salud-enferme- lud mental, con matices diversos. Para efectos de
dad-atención-cuidado-muerte, por lo tanto, un este análisis se presentan desde un punto de vista
escenario de disputas micropolíticas que son esquemático que no necesariamente se expre-
expresión de la intersección entre lo macroes- sa de forma purista en el campo, resaltando los
trutural y lo microsocial. Estos últimos plantea- aportes de la salud colectiva latinoamericana y
24 Beatriz Elena Arias López

el sentido que cobra en dos posturas que surgen por el reconocimiento del carácter humano de
en este contexto como son las del buen vivir de la locura, tomando herramientas de la filosofía y
las comunidades andinas y el vivir sabroso de las las ciencias sociales (Galende, 2008) y más tarde,
comunidades afrodescendientes; posteriormente en 1950, en el periodo de la segunda posgue-
se plantea la propuesta de sujeto-sufriente-resis- rra, aparece la Salud Mental, para referirse a un
tente como una opción comprensiva – en todo movimiento político e ideológico interesado en
caso transitoria y abierta, para un campo renova- la promoción de los derechos humanos de las
do y crítico. personas con trastornos mentales y la calidad
de su tratamiento (Bertolote, 2008). Este movi-
miento se alimentó de las discusiones presentes
1. Las transiciones en la noción de sujeto al interior de la psiquiatría, y de los debates que
en la salud mental asuntos como los juicios de Nuremberg pusieron
a aquel cuerpo discursivo, con sus dispositivos
Como lo mencionamos anteriormente, la salud
y estrategias, haciendo un llamado a revisar las
mental surge de los debates sobre la psiquiatría.
instituciones asilares y las prácticas psiquiátricas.
Esta hace su aparición en el siglo XIX, en el con-
En la segunda mitad del siglo XX esto derivó
texto de la posrevolución francesa, en medio
en reformas psiquiátricas importantes como la
del auge del pensamiento positivista. En dicho
de Italia liderada por Franco Basaglia o las de
contexto las personas que mostraban comporta-
pos-dictadura en España, con sus impactos en
mientos por fuera de la norma social empezaron
Brasil y otros países latinoamericanos, discusio-
a ser clasificadas como locas o anormales, aso-
nes que se mantienen vivas con mayor o menor
ciando estos comportamientos con explicaciones intensidad, con acentos diferenciados en relación
causales de tipo orgánico y con un imaginario de con las luchas antimanicomiales o incluso acer-
peligrosidad que prevalece hasta hoy. En la orga- cándose a otras pujas por fuera de la enferme-
nización social de la época, el médico recibió la dad mental. De todas maneras, la herencia que
delegación de funciones jurídicas, con potestad nos deja la lógica psiquiátrica es el borramiento
para tomar decisiones sobre internación y encie- del sujeto como portador y sabedor de su expe-
rro, lo que dio lugar a que en toda Europa se riencia, enajenado de sí mismo, silenciado por
extendiera una red de hospitales psiquiátricos y los dispositivos epistémicos y técnicos, atrapado
para inicios del siglo XX, una serie de colonias y totalizado por unas formas de enunciación y
de rehabilitación para pacientes crónicos que etiquetamiento legitimadas, desprovisto de su
no podían reintegrarse a su vida social. Afirma palabra, singularidad y contexto.
Galende (2008) que, bajo esta lógica, el discurso
médico y la enfermedad tomaron el lugar central Para el siglo XXI, estas formas de acercamien-
sustituyendo al sujeto, el cual desapareció, ya que to sin duda se han diversificado, con distin-
la enfermedad mental – centro de la propuesta – tas perspectivas (Hernández-Holguín, 2020)
parecía estar por fuera de su experiencia y por y matices, que igualmente proponen un po-
sicionamiento diferencial para el sujeto de la
lo tanto de su palabra, obedeciendo a un orden
salud mental. Por un lado, encontramos acer-
racional, anclado a leyes y normas establecidas
camientos desde una perspectiva biomédica y
desde el saber técnico y a una lógica de relación
conductual, heredera del proceder psiquiátrico
causal que necesariamente conllevó a modelos de
que, como aquella, pone su foco en la enfer-
disciplinamiento social legitimados institucional
medad y el trastorno, adicionando los facto-
y socialmente.
res de riesgo y de protección bajo una lógica
No obstante, a pesar de la hegemonía de estas de análisis causal. Dado que en sus modelos
formas de comprensión y práctica, también se explicativos se entrecruzan orientaciones ana-
hicieron oír voces críticas. Entre ellas, en la pri- tomoclínicas, fisiopatológicas, etiopatológicas,
mera mitad del siglo XX, Karl Jaspers abogaba epidemiológicas y funcionalistas, el sujeto ter-
por la reintegración del paciente a la sociedad y mina distanciándose, pues son las regularida-
Disputas y avatares en torno al sujeto de la salud mental colectiva 25

des/irregularidades las que priman en la com- pada por la noción de malestar cuyo sentido y
prensión, las que en cualquier caso son fijadas contenido es de orden social cultural, en tanto
desde saberes expertos. Esta cercanía con lógi- involucra el cuerpo, las relaciones y el mundo
cas universalistas de comprensión va en con- que habitamos, es decir, una realidad que es in-
travía de acercamientos situados en el sujeto y tersubjetiva, pero a la vez simbólica. Aquí sin
sus trayectorias, lo que se anula y es ocupado duda el sujeto aparece en toda su amplitud, en
por el etiquetamiento diagnóstico, donde los tanto sujeto individual y colectivo, con su con-
contextos de vida quedan reducidos a factores texto, con sus saberes, con sus simbolizaciones
de riesgo desarticulados (Augsburger, 2002: y relaciones. Si bien este tipo de perspectiva es
Augsburger y Gerlero, 2005). más marginal, permite explorar y dinamizar las
En segundo lugar, aparecen acercamientos a la competencias culturales para la comprensión y
salud mental con las nociones del bienestar y cuidado en situaciones de sufrimiento, toman-
las potencialidades procedentes de la psicología do como elemento central la incorporación de
y el psicoanálisis, que encuentran resonantes las los significados compartidos de las experiencias,
ideas de autorrealización, control sobre el en- con sus derivas prácticas y metodológicas.
torno y satisfacción percibida (Hernández-Hol- Finalmente, en Colombia se ha venido exploran-
guín, 2020). Bajo esta forma de aproximación, do la perspectiva psicosocial para comprender y
la enfermedad como entidad fija universal orientar prácticas de salud mental en el contexto
identificable, cede su lugar a una realidad in- del conflicto armado, bajo la premisa de conside-
trapsiquica, en tensión con una realidad inter-
rar a las personas que han padecido hechos vic-
subjetiva. Esta pugna puede entenderse, según
timizantes como sujetos portadores de derechos,
distintas aproximaciones, como dos objetos
cuya situación debe asumirse desde enfoques
ontológicos diferentes o como dos sujetos dife-
diferenciales e interseccionales, que incorporan
rentes. En el último caso sería un sujeto aislado
diversidades de sexo, genero, edad, grupo, etnia,
con sus luchas internas o bien un sujeto arti-
religión, y situación económica. El sujeto toma
culado a la otredad, que, para efectos de nues-
relevancia en su inscripción en redes de soporte
tro análisis, puede restringirlo al aislamiento
social y en dinámicas insertas en la vida cotidia-
de una experiencia solipsista, pero igualmente
posibilitarle una relacionalidad y un reforza- na, con sus interacciones microsociales y dialógi-
miento de sus vínculos sociales (Paciuk, 2008), cas. Al igual que en la aproximación culturalista,
sin descartar la posibilidad de coexistencia no el sujeto individual y colectivo se presenta en
excluyente. Esto es, un sujeto que tiene una in- forma activa haciendo parte de diálogos socia-
trospección, que no le niega su vida relacional les múltiples dirigidos a fortalecer relaciones de
(Green, 2014). A pesar de estas divergencias, y solidaridad y restablecimiento de derechos vul-
a riesgo de una postura alienante y acrítica para nerados.
el sujeto, es clave que este ya se nombra, aunque Como puede seguirse en el texto, las perspectivas
sea bajo la tutela prevalente de los técnicos con van instalando una apertura para hacer visible al
sus estrategias adaptativas. sujeto de la salud mental, con aproximaciones
En tercer lugar, aparecen las perspectivas cul- que lo dotan cada vez de mayor protagonismo y
turalistas, derivadas de la antropología médica. palabra. Observamos cómo esto se produce a tra-
El foco en este caso se dirige a los patrones cul- vés del tránsito de la enfermedad al malestar; de
turales de salud-enfermedad, con sus sistemas la centralidad del saber técnico a la convergencia
de signos, significados y prácticas (Hernán- de saberes diversos; del disciplinamiento norma-
dez-Holguín, 2020). Allí aparecen preguntas lizado al reconocimiento de poderes en disputa.
relacionadas con idiomas locales de sufrimiento En el apartado que sigue revisaremos cómo esto
y formas particulares de expresión de bienestar se retoma y refuerza desde los planteamientos de
y angustia. La noción de enfermedad es ocu- la salud colectiva latinoamericana.
26 Beatriz Elena Arias López

2. El sujeto en la salud colectiva vida situados (Kleinman et al, 1997; Das, 2007;
latinoamericana y en las propuestas del Renault, 2010; Cardona Suaréz, 2015).
buen vivir y el vivir sabroso En concordancia, los sujetos individuales y co-
Restrepo y Jaramillo (2012) señalan como los lectivos toman relevancia desde su particulari-
planteamientos de la Escuela de Frankfort ali- dad, su concreción y su posicionalidad, develan-
mentaron nuevas perspectivas en salud mental do todo intento de atrapamiento bajo lógicas de
en los años 70 y 80´s, entre las que se encuen- reduccionismo medicalizado institucional y/o
tra la salud colectiva/medicina social latinoa- mercantil (Stolkiner, 2013). Frente a ello, se po-
mericana. Esta perspectiva sugiere una relación sicionan y legitiman los sujetos con sus diversos
dialéctica entre los sujetos y las estructuras so- saberes, con formas otras de relación omitidas o
cioeconómicas y culturales, lo que deriva en una silenciadas por los circuitos de control epistémi-
interpelación a los procesos de normalización, co y desde dispositivos colectivos de base comu-
medicalización y patologización de las lógicas nitaria que sustentan formatos alternativos de
biomédicas y conductuales. comprensión y cuidado colectivo. Como afirma
Urquiza (2012), se configura un tránsito hacia:
En esta dinámica hay un peso importante de de-
terminación y producción social del proceso sa- sujetos políticos, capaces de producir obra y sen-
lud-enfermedad-atención-cuidado-muerte, cuyo tido dentro y para el todo comunitario, […] en
resultado es producto del interjuego entre es- espacios límite, territorios grieta, umbrales en
tructuras y posibilidades instituyentes de sujetos donde es factible repensarse más allá de lo defini-
que interactúan con dichas estructuras, a través do mayoritariamente por los saberes biomédicos
del despliegue de procesos subjetivos, conflictos hegemónicos (p. 893-894).
e intereses en pugna, que se expresan en la in- Esta movilización hace eco con las llamadas epis-
tersección de diversas posicionalidades y sistemas temologías del sur, que pretenden posicionar
de exclusión/inclusión. Como lo veníamos ad- saberes emergentes, mediante los cuales sujetos
virtiendo en otras perspectivas, la vida cotidiana diversos damos sentido a nuestras prácticas, no
aparece con centralidad en esta producción, en obstante, el desprecio del modelo cientificista
tanto allí se producen y se hacen vivas las relacio- racional que los considera irrelevantes, ilusorios
nes y posicionamientos sociales. y falsos (Sousa Santos, 2009). Estas epistemolo-
En alguna literatura orientada por esta corriente gías emergentes producen conocimientos que se
de pensamiento se hace alusión al sufrimiento orientan por principios de justicia epistémica, es
como una noción que busca superar las limitacio- decir que logran reconocer saberes silenciados o
nes epistémicas y praxiologicas de la enfermedad producirse en los márgenes, en tanto saberes tes-
mental, para identificar y agrupar las demandas timoniales anclados a prácticas sociales compar-
y experiencias derivadas de estructuras sociales tidas de sujetos que actúan sobre la realidad so-
y culturales hegemónicas (Ruiz Eslava, 2009; cial, sujetos que dejan de estar ausentes – como
Arias-López, 2013). A partir de esto se hace una el sujeto que oculta la enfermedad y la etiqueta
crítica a las formas de funcionamiento social técnica – para tornarse en sujetos presentes, po-
productoras de dolor e inequidad, pero así mis- líticamente activos, disputándose su lugar en el
mo a las opciones de transformación colectiva, mundo (Sousa Santos, 2018). Estas epistemolo-
y no solo respuestas individuales de adaptación gías de las presencias, del des ocultamiento, bus-
o culpabilización. Esta noción, acuñada desde la can responder al colonialismo hegemónico, me-
antropología médica, nombra no solo el resulta- diante prácticas solidarias de reconocimiento de
do de las acciones de dominación de las estructu- realidades silenciadas o marginadas, así como de
ras de poder sobre los cuerpos, los lugares vitales realidades emergentes o imaginadas, con el propó-
y las relaciones, sino también las respuestas que sito de construir mundos incluyentes, a través de
emergen desde los sujetos en conexión con sus prácticas sociales emancipatorias (Sousa Santos,
biografías personales y sociales en contextos de 2009, p 87-89). Para dar cuenta de estas posi-
Disputas y avatares en torno al sujeto de la salud mental colectiva 27

bilidades me permito traer dos planteamientos común en interdependencia (Oviedo, 2017) :


que nacen en la vida latinoamericana, desde el “El agua está en el lago pero así mismo está en
seno de comunidades andinas y afrodescendien- la sangre, entonces el agua no es un objeto, sino
tes milenarias, ejemplo vivo de sujetos silencia- una energía consciente o viva (sumak kawsay)
dos, cuyas formas comprensivas permanecen en que nutre a toda forma de vida, llámese planta,
las márgenes y que son muy sugerentes para el animal, humano” (p. 56).
campo de la salud mental.
Estas modulaciones son resonantes con la pers-
En el primer caso me refiero a la propuesta del pectiva emergente del Vivir Sabroso, filosofía de
Buen Vivir - Sumak Kawsay en idioma quechua vida de las comunidades negras afrocolombia-
– cuyos principios se fundan sobre la base del nas y afrodescendientes que poblaron litorales
bien pensar y el bien actuar, mediados por la ley y cuencas desde la abolición de la esclavitud a
de la recompensa y la relación simbiótica con el mediados del siglo XIX (Quiceno, 2016), here-
cosmos como sistema vivo. Bajo estas premisas se deras de marcos africanos como el Ubuntu y el
despliegan formas de cuidado basadas en el res- Muntu, basados en un principio de respeto en-
peto, la relacionalidad y el reconocimiento de las tre los seres humanos y con la naturaleza, donde
distintas formas de vida, no solo de la vida hu- coexisten los dioses y divinidades guardianas de
mana. Si antes mencionamos que la salud mental los ecosistemas bioculturales y de la que se deri-
alude a lo subjetivo, relacional y sensible de la va una visión comunitarista del ser, del existir y
salud, entonces esta forma de comprensión será de la realización humana, cuyo fundamento es
decisiva para el tipo de relacionamientos y sen- la interdependencia. Los ecosistemas se sostie-
sibilidades que potencialmente podrán emerger, nen bajo órdenes de construcción comunitaria
posicionado unas interacciones de convivencia y y mediante prácticas como la mano cambiada, la
cuidado que superan el antropocentrismo, forta- minga o la uramba2, las cuales operan a través
leciendo vínculos comunitarios a partir de prác- de lógicas de servicialidad, confianza, cuidado
ticas compartidas cuyo propósito es mantener extendido y ser con otros (Grueso, 2021). Los
sus rasgos identitarios y respeto recíproco a sus cantos, la poesía, los versos y la comida aparecen
cosmogonías. Bajo esta perspectiva, la salud deja como estrategias para exorcizar el dolor y armo-
de ser una aspiración individual para convertirse nizar la existencia con los seres y energías del te-
en búsqueda colectiva de armonía y equilibrio rritorio incluso en medio del sufrimiento (Mena
sistémico con la madre tierra – la pacha mama, y Copete, 2019). El vivir sabroso, en su conexión
cuyo desequilibro espiritual, producto de in- con la filosofía Ubuntu remite a pensar la propia
cumplir los principios del bien pensar y el bien existencia en interconexión con los otros seres:
actuar, son desencadenantes de enfermedad. Su
Vivir con ese otro, respetarlo en su diferencia y
correlato será la producción histórica, cultural y
reconociendo lo valioso que es para mi existencia,
político-ética de subjetividades que se piensan y
para mi vida, me hace más humano, ya que me
actúan como partes de un todo mayor que les
hace respetuoso, solidario, responsable, compasi-
acoge y les exige armonía entre sí y con la natu-
vo y generoso no sólo para con mis semejantes se-
raleza, en contravía con los mandatos contem-
res humanos, sino también con la naturaleza. Esto
poráneos del individuo exitoso y feliz, cuyo valor
es vivir Ubuntu, esto es ser humano (Kashindi,
está dado por el consumo, la acumulación y el
2013, p. 15)
dominio de la naturaleza (Fortunato et al, 2021).
En contraposición se plantea el sujeto colectivo El tránsito que opera en estas propuestas además
Abia Yala, portador de una herencia milenaria, del reconocimiento del sujeto con su palabra, y
que se funde con la naturaleza, borrando la es-
cisión sujeto-objeto del pensamiento occidental 2 La mano cambiada es un trueque de oficio que se fun-
damenta en relaciones solidarias y de pares, la minga es una
moderno y se torna en relación sujeto- sujeto, palabra quechua que nombra el trabajo colectivo dirigido
perspectiva que nos interconecta, nos teje y nos a un bien común y la uramba nombra la juntanza y el en-
conmina a pensar y actuar conforme a la vida cuentro solidario.
28 Beatriz Elena Arias López

del sujeto en relación y contexto que ya venía- cotidiano, así como a las formas que implemen-
mos señalando, incorpora unos sujetos otros – tan para la tramitación de los conflictos que se
no solo blanco, hombre, urbano, heterosexual generan en sus formas de relacionamiento social.
de clase alta, para incorporar un sujeto indio, Con la noción de sujeto-sufriente-resistente me
no europeo, negro, mujer, que hasta ahora había refiero a un ser humano creativo y activo, con
operado simplemente como objeto epistémico. posibilidad de agencia en la construcción de su
Además, como ya se señaló, posiciona la natu- propia historia, un sujeto capaz de construir sen-
raleza como sujeto de derechos, reducida por las tidos y significados frente a sus experiencias de
dinámicas capitalistas a objeto de control y ex- sufrimiento, generando formas de comprensión
plotación (Marañon- Pimentel, 2014), es decir, y respuesta a través de prácticas sociales com-
de un único sujeto predatorio hace tránsito a una partidas. No hay comprensión posible del sufri-
pluralidad de sujetos colectivos, que, si bien no miento sino a partir de la multihistoricidad de
son homogéneos, si tienen en común un proyec- los sujetos y de la manera como esta es tejida y
to antagonista a dicha predación (Ceceña, 2019; significada colectivamente (Arias-López, 2018)
Quijano, 2014) y una postura afirmativa/resis- El valor de incluir la noción de sufrimiento a
tente frente al sufrimiento. la nominación de este sujeto de la salud men-
tal colectiva que se propone permite articular el
3. Sujeto sufriente resistente. Una sentido de la experiencia particular en la vida
cotidiana, a partir de una mirada de orden po-
perspectiva para la salud mental
lítico, no solo sobre la experiencia misma, sino
En este apartado pretendo recoger el tránsito en sobre las respuestas sociales y comunitarias. Lo
la noción de sujeto de la salud mental, superan- político se descentra de lo institucional estatal,
do las restricciones y limitaciones que lo anulan para trasladarse al terreno de los procesos mi-
y borran, para articular vida cotidiana, experien- cro-sociales referidos a las situaciones relacio-
cia y vivencia, construcción de significados, es- nales y emocionales, cuyo escenario de produc-
quemas de acción y conocimiento, prácticas de ción se da en lo cotidiano. El carácter performa-
resistencia y subjetividades emergentes de sufri- tivo y político del sufrimiento social, está dado,
mientos múltiples, sintetizadas en la noción suje- en la medida en que los sujetos logran identi-
to-sufriente-resistente como aporte al campo de ficar estas tensiones y proponen acciones prác-
la salud mental colectiva. Lo primero que debe ticas cotidianas, de disidencia y resistencia para
aclararse es que nombrar la salud mental como hacerles frente. Estos actos de resistencia que
campo y no como disciplina hace referencia a su tienden a romper las asimetrías buscan produ-
complejidad, pues sus objetos y problemáticas cir mayores niveles de autonomía y soberanía,
ameritan el concurso teórico y metodológico de constituyendo en definitiva prácticas o ejerci-
múltiples disciplinas (Galende, 2008, 2015), sa- cios de libertad, indicativos de relaciones que
beres y prácticas, no para acceder a fórmulas om- potencialmente se abren a transformaciones y
nímodas, sino más bien bajo el supuesto de su a producción de nuevas subjetividades. Esto no
limitación, transitoriedad y complementariedad. soslaya el reconocer la ambivalencia de dichos
Como se ha insinuado, sufrimiento y resistencia procesos como lo afirma Butler (2001, p.28):
se amalgaman, ofreciendo al campo de la salud “el sujeto no está completamente determinado
mental colectiva alternativas que reconocen las por el poder ni tampoco determina completa-
particularidades del contexto y sus dinámicas, mente al poder, sino que, de modo significati-
vo, ambas cosas ocurren parcialmente”.
pero también las potencialidades singulares de los
distintos sujetos. En este reconocimiento, la sa- El continuo sufrimiento-resistencia se nutre
lud mental adquiere su alcance político, en tanto de los planteamientos de Furtos (2007) quien
se acerca a las formas como las personas resisten afirma que sufrir no implica desaparecer como
a las fuerzas sociales de dominación y poder en lo sujetos, ni adherirse resignadamente a las expe-
Disputas y avatares en torno al sujeto de la salud mental colectiva 29

riencias traumáticas o devastadoras. Al contrario, ble, relacional y subjetiva presente en la salud y


conlleva a trascenderlas, incorporándolas en un que aquí referimos como salud mental, a la que
proyecto que va más allá del presente y del sujeto agregamos el adjetivo colectivo, para acentuar su
particular en sí mismo, asignándoles un lugar y carácter social e histórico de producción.
un sentido tanto en la historia personal, como en
Precisamente, el desconocimiento de esta his-
la historia social y colectiva. Otorgar un signifi-
toricidad es la que en muchas de estas disputas
cado al dolor consiste precisamente en la prime-
ha privado al sujeto de palabra, esencializando
ra defensa, pues cuando no es posible inscribirlo
situaciones que son producto de formas de fun-
en un entramado significante, el sufrimiento se
cionamiento social y de contextos culturales que
vive al desnudo, desgarra sin matices, y con fre-
cuencia acarrea el desaliento o la depresión (Le se dan en tiempos y espacios particulares, en una
Breton, 2001). Cuando el sujeto que sufre logra aspiración de fijar leyes y normas generalizantes
construir este sentido, adquiere un compromiso que silencian y desconocen dichas particularida-
transpersonal con el dolor, que actúa a manera de des. Para Amarante (1996) esta perspectiva exige
guía moral práctica para conducirse en el mun- poner la enfermedad entre paréntesis para que
do. El sujeto que sufre, pero que paralelamente emerja el sujeto, con el fin de que nuestras prác-
resiste, esto es, el sujeto-sufriente-resistente, más ticas y comprensiones se dirijan, no al refina-
que un enfermo, es un sujeto ético con un pro- miento de las etiquetas técnicas, sino a la inven-
yecto político que instituye formas cotidianas de ción de la salud, lo que resuena con las palabras
construir su vida y habitar su mundo, de decidir de Canguilheim (1982), médico y filósofo fran-
y elegir, en últimas de transformarlo. Sufrimien- cés quien propuso entender la salud como una
to y resistencia se encarnan, pero también trans- manera de abordar la existencia bajo la premisa
forman espacios vitales y sociales, de allí que la y posibilidad de crear valores y normas vitales.
propuesta del sujeto- sufriente-resistente para En este sentido se produce un tránsito de un su-
la salud mental colectiva suponga un profundo jeto silenciado, hegemónicamente instalado por
acto creativo. las versiones de tendencia biomédica y de una
psiquiatría más convencional; hacia un sujeto
activo, producto, pero a la vez productor de su
Consideraciones finales historia, con capacidad de agenciamiento sobre
En este artículo he propuesto un recorrido por las estructuras.
las disputas y avatares por las distintas formas Este planteamiento dialoga con la propuesta de
de comprender y dar sentido a lo que nombra- Furtos (2011), quien parte de la precariedad
mos como salud mental y la manera como en- como carácter de lo humano, entendida como
tendemos al sujeto que interacciona en dicho la incompletitud que exige la interdependencia
campo, que en últimas son expresión de pugnas con les otres y que, desde los planteamientos del
epistémicas y estructurales más amplias, que buen vivir y el vivir sabroso, se extiende a la na-
encuentra una clave de problematización en la turaleza y todas sus formas de vida. Esto supone
medicina social/salud colectiva latinoamericana insistir en la capacidad de convivir con los de-
y los debates alrededor de las llamadas episte- más, permanecer conectado a uno mismo, y ser
mologías del sur, derivando en la propuesta que capaz de invertir y crear en este entorno, entorno
se sintetiza en el sujeto-sufriente-resistente de la que en todo caso no está dado, sino abierto a su
salud mental colectiva. transformación con la posibilidad de construir-
Como toda disputa y anhelo de cambio, esta lo. Este entorno, deja de ser un simple conten-
propuesta navega en esa dinámica necesaria entre dor, para tornarse en sujeto común, con lo cual
estructuras y sujetos, con su indispensable simul- el sujeto de la salud mental colectiva se expande
taneidad de transformación e implicación mu- para incorporar otras formas de vida que des-
tua (Sousa Campos, 2001). Sujetos y estructuras plazan la primacía antropocéntrica, para articu-
hacen parte fundamental de la dimensión sensi- lar una perspectiva sociobiocentrica ampliada e
30 Beatriz Elena Arias López

incluyente. Esto hace que no solo se considere lombian armed conflict. Social Medicine, 12 (2),
un sujeto con voz y agencia, sino ante todo un 1-7.
sujeto diverso y amplificado a otros seres vivos, Augsburger, AC. (2002). De la epidemiología psi-
incluidos los distintos territorios y territorialida- quiátrica a la epidemiología en salud mental: el
des que habitamos y construimos. sufrimiento psíquico como categoría clave. Cua-
Así, lo que hemos planteado es entender la salud dernos Médico Sociales, 81, 61-75.
mental colectiva como un proceso que se encar- Ausburger, AC, Gerlero, SS. (2005). La construcción
na en sujetos y espacios vitales, cuya posibilidad interdisciplinaria: potencialidades para la epide-
de comprensión y acción son fundamentales, miología en salud mental. Kairos Rev Temas Soc
aunque muchas veces su saber y conocimiento es ,15(2),11-21.
despojado y ocupado por saberes técnicos, bajo
la legitimidad de la racionalidad cientificista, Bang, C. (2016). Creatividad y salud mental comuni-
con su consecuente silenciamiento. El giro que taria: tejiendo redes desde la participación y la crea-
se propone es que se pueda devolver a los sujetos ción colectiva. Lugar Editorial.
de la salud mental colectiva su lugar como pro- Bertolote, JM. (2008) Raíces del concepto de salud
ductores de significados de sus propias experien- mental. World Psychiatry, 6(2), 113-116.
cias y en consecuencia de prácticas de cuidado
diversas, en conexión con la singularidad de sus Bhattacharjee, B., & Acharya, T. (2020). The co-
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in USA – a review with some coping strategies.
El gran desafío, entonces, para quienes estamos Psychiatric Quarterly, 91(4),1135-1145. https://
comprometidos e interesados en el campo de la doi.org/10.1007/s11126-020-09836-0
salud mental, es caminar hacia la des-medicali-
zación, la des-patologización y la re-politización Butler, J. (2001). Mecanismos psíquicos del poder. Teo-
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Salud mental comunitaria y colectiva: reflexiones desde la investigación, el desarrollo... 33

Salud mental comunitaria y colectiva: reflexiones


desde la investigación, el desarrollo
y acompañamiento de experiencias territoriales
Community and Collective Mental Health: Reflections from
Research, Development and Monitoring Territorial Experiences

Claudia Bang1
http://orcid.org/0000-0003-1995-0527

Resumen
Este escrito tiene como objetivo presentar algunos núcleos temáticos surgidos de procesos de investi-
gación participativa, desarrollo y acompañamiento de prácticas comunitarias en el campo de la salud
mental, situadas en la Provincia y Ciudad de Buenos Aires, Argentina, desde una perspectiva integral
y colectiva. Se recuperan breves relatos, se describen procesos y se analizan algunas ideas que han
constituido parte de la matriz epistémica profesional de nuestro campo, ubicándola como obstáculo
para el logro de prácticas integrales. Se plantea la importancia de incorporar una perspectiva decolo-
nial que permita superar los dualismos que han estructurado históricamente estrategias y dispositivos
institucionales de salud, así como reconocer que las prácticas de cuidado se dan prioritariamente en
la vida cotidiana. Se espera que estos desarrollos contribuyan al reconocimiento de una importancia
real de acompañar y fortalecer dichas prácticas, articulando acciones institucionales para lograr abor-
dajes que respeten verdaderamente la complejidad de las problemáticas en su dimensión colectiva y
la diversidad presente en cada territorio.
Palabras clave: salud mental, matriz epistemológica, colonialidad, integralidad, cuidados, participación

Abstract
This paper aims to present some thematic core arising from participatory research processes, devel-
opment and monitoring of community practices in the field of mental health, from a comprehensive
and collective perspective. Brief experiences are retrieved, some processes are described and some
ideas that have been part of the professional epistemic matrix of our field are analyzed, locating that
as an obstacle to the achievement of comprehensive practices. It raises the importance of incorpo-
rating a decolonial perspective that allows overcoming the dualisms that have historically structured
health institutions’ strategies and devices, as well as recognizing that mental health care practices
occur primarily in people’s daily lives. These developments are expected to contribute to the rec-
ognition of the real importance of accompanying and strengthening these practices, articulating
institutional actions in order to achieve approaches that truly respect the complexity of the problems
in their collective dimension and the diversity present in each territory.
Keywords: Mental Health, Epistemological Matrix, Coloniality, Comprehensiveness, Care, Partic-
ipation

1 PhD en Psicología. Psicóloga. Docente e investigadora de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Correo electró-
nico: claudiabang@yahoo.com.ar
34 Claudia Bang

Introducción de atención. El proceso de implementación de


dicha ley ha estado caracterizado por avances y
La salud mental comunitaria surge como un
retrocesos, producto de fuertes tensiones y con-
campo plural de prácticas y procesos de inves-
flictos entre los actores intervinientes (Stolkiner,
tigación centrados fundamentalmente en el de-
2015; Woronovsky, 2018), con grados y formas
sarrollo de un modelo comunitario de abordaje
de implementación variables en los diferentes
de las problemáticas de salud mental. Dicho sur-
territorios del país. En dicho proceso de imple-
gimiento es consecuencia de la visibilización de
un modelo manicomial de atención basado en mentación, si bien los avances han sido múlti-
el encierro opresivo y la segregación de personas ples, el desarrollo de prácticas integrales de salud
con padecimientos mentales (Galende, 1997), y mental en la comunidad sigue siendo uno de los
el reconocimiento de la necesidad de su trans- principales desafíos (Bang, 2016; Parra, 2016).
formación. Luego de la segunda guerra mundial La situación de pandemia por COVID-19, aún
y en un marco de defensa de los derechos hu- en curso al momento de la redacción de este es-
manos, se inauguran procesos de reforma a nivel crito, ha re-actualizado los debates a nivel global
global de dicho modelo de atención (Basaglia, en relación a los modelos de atención del pade-
1968). Acorde a ello, se promueve la integración cimiento mental (Pfefferbaum y North, 2020;
de acciones dentro de los criterios de Atención Stolkiner, 2020). Se ha indagado la significativa
Primaria de la Salud (WHO, 2001; WHO/ carga de padecimiento subjetivo contenida en
WONCA, 2008) y se acentúa la importancia dicha situación a nivel poblacional (Brooks et al,
de implementar prácticas de promoción y apoyo 2020; Da Silva et al, 2020), y se ha afirmado la
psicosocial (Tol et al, 2011) acorde a la perspecti- importancia de sostener prácticas de promoción
va de derechos (Human Rights Council, 2020). de salud mental comunitaria como estrategia de
En América Latina, y en Argentina en particular, protección de la salud mental en contextos com-
desde la segunda mitad del siglo XX se incor- plejos (Bang, 2020, Bang et al, 2022; Giovanella
poran prácticas comunitarias y participativas de et al, 2021). Asimismo, a partir de la situación de
abordaje de los padecimientos mentales (Carpin- pandemia y en línea con lo planteado por la Ley
tero y Vainer, 2007), las que han convivido con de Salud Mental antes citada, se ha evidenciado
prácticas manicomializantes, incluso en las mis- la necesidad de generar y fortalecer políticas y
mas instituciones de tradición asilar. En el inicio prácticas integrales, articuladas a las necesidades
del siglo XXI se reimpulsa a nivel internacional territoriales y comunitarias.
la Atención Primaria de la Salud (APS) (PAHO/ Fruto de estas más de siete décadas de luchas,
WHO, 2007), que pretende en sus postulados, avances y retrocesos, el proceso de desmanico-
presentarse como estrategia integral reordena- mialización y transformación institucional hoy
dora de los sistemas de atención, basada en lo tiene una legitimidad significativa y ocupa un
comunitario y territorial, con lógica universalista lugar preponderante en las agendas de salud
y perspectiva de derechos. Desde este marco, las mental de la región. Sin embargo, aún hoy dicho
políticas de salud mental con base en la comu- modelo no logra implementarse por completo,
nidad reafirman la necesidad de una fuerte ar- encontrando grandes resistencias y obstáculos.
ticulación con la estrategia de APS integral, así Sabemos que existen poderosos actores como la
como la inclusión de prácticas de promoción y industria farmacéutica y las corporaciones pro-
prevención en salud mental comunitaria (Stolki- fesionales que pugnan por el sostenimiento de
ner y Solitario, 2007). una lógica institucionalizadora y medicalizan-
En Argentina, como en otros países de la región, te. Si bien esto constituye uno de los obstácu-
contamos con una Ley Nacional de Salud Men- los más significativos, nos interesa aquí indagar
tal y Adicciones (2010) que, desde una perspec- en otro aspecto más invisibilizado, relacionado
tiva de derechos, impulsa y regula este proceso con la matriz epistémico-conceptual y formativa
de transformación hacia un modelo comunitario desde la que los equipos profesionales abordan
Salud mental comunitaria y colectiva: reflexiones desde la investigación, el desarrollo... 35

las problemáticas de salud mental en la comuni- recuperación de la dimensión subjetiva y huma-


dad. Dicha matriz racional, moderna y colonial nizante en los modelos de atención (Augsburger,
de pensamiento atraviesa nuestras prácticas, po- 2002; Merhy, 2002) y el reconocimiento de las
niendo diversos obstáculos al logro de esa inte- prácticas de cuidados comunitarios (De la Al-
gralidad buscada, promoviendo muchas veces, la dea, 2019), entre otros. En un contexto donde el
reproducción de aquello que se pretende trans- modelo biomédico de atención sigue hegemoni-
formar. A partir de este planteo, el objetivo de zando las prácticas, los procesos de transforma-
este escrito es reflexionar acerca de dicha matriz ción han estado centrados prioritariamente en la
epistémico-conceptual que aún hoy estructura desmanicomialización y transformación de las
las prácticas del campo de salud mental, incluso instituciones monovalentes, con un predominio
muchas de aquellas que se sostienen en una pers- en la lógica hospitalaria de atención clínico-asis-
pectiva comunitaria e integral. Propondremos tencial. Las ideas de comunidad, integralidad y
algunos núcleos de análisis e ideas como apor- derechos han sido pilares fundamentales de esta
tes hacia una perspectiva crítica, emancipatoria línea de trabajo que entiende a la salud y a la sa-
y decolonial. lud mental desde una perspectiva compleja y no
normativa (Czeresnia y Freitas, 2006), acentuan-
do la dimensión sociohistórica de los procesos
Prácticas ¿integrales? de salud mental en de salud-enfermedad-atención/cuidados (Me-
la comunidad. néndez, 2009; Paim y Almeida-Filho, 1998), y
subrayando el enfoque de derechos.
En la articulación entre APS integral y salud
mental comunitaria se ha encuadrado la posibi- En este marco, se comienzan a incluir y articular
lidad del desarrollo de experiencias de abordaje prácticas de promoción de salud mental y abor-
de problemáticas de salud mental con base en la dajes territoriales. Las formas y procesos de par-
comunidad. Para ello, sus prácticas deben ins- ticipación comprendidos en ellos son diversos,
cribirse necesariamente en una perspectiva com- constituyéndose en un campo del que intervie-
pleja que se encuentra en tensión con la mirada nen múltiples y heterogéneos actores (Montero,
biomédica en salud. Esta última da fundamento 2003; Bang, 2013), entre ellos los equipos profe-
al Modelo Médico Hegemónico analizado críti- sionales y miembros de la comunidad organiza-
dos de formas variables: organizaciones de la so-
camente por Menéndez (2003) quien ha señala-
ciedad civil, instituciones y otros agrupamientos
do como parte de sus características estructurales
(Zacus y Lysack, 1998). De acuerdo con ello en-
el biologicismo, la concepción evolucionista-po-
tendemos que las relaciones sociales y humanas
sitivista, una mirada ahistórica e individual cen-
se constituyen de forma compleja y dinámica,
trada en la enfermedad, entre otras.
cuyos avatares no pueden comprenderse a través
En este contexto, los procesos de transformación de explicaciones simplistas y lineales, sino que es
de lógicas manicomiales de atención presentan necesario incorporar una perspectiva crítica, his-
una gran diversidad y alta complejidad, centra- tórica y contextual.
dos principalmente en la inclusión de la perspec- Desde hace más de quince años acompañamos, a
tiva de derechos (Cohen, 2009; Onocko et al, través de procesos de capacitación, asistencia téc-
2021), el desarrollo de dispositivos comunitarios nica, co-visión2 e investigación, múltiples proce-
de atención alternativos al encierro (Amendo- sos de implementación de prácticas comunitarias
laro, 2018; Cáceres et al, 2009), y el necesario
impulso de procesos de desestigmatización de 2 Los espacios de co-visión aluden a reuniones de re-
la locura (Amarante, 2007). En menor medida, flexión de equipos profesionales donde se intercambian
estas transformaciones han estado acompaña- diversas visiones como aporte a la problematización de obs-
táculos en las prácticas. El término co-visión ha venido a
das de procesos de sistematización de prácticas reemplazar a la idea de supervisión, acentuando su carácter
comunitarias de promoción de salud mental participativo, reflexivo y crítico desde los intercambios co-
(Bang, 2015, Bang, Stolkiner y Corín, 2016), la lectivos.
36 Claudia Bang

en salud mental y el desarrollo de estrategias te- Mente-cuerpo, salud-enfermedad, normal-pato-


rritoriales en el primer nivel de atención desde lógico, individual-social, son algunas de las cate-
instituciones de salud y salud mental de diferen- gorías dicotómicas que inciden significativamen-
tes territorios de nuestro país. La participación te en nuestro campo de prácticas, parcelando la
en estos procesos, como en la formación de equi- lectura de las problemáticas a abordar y encorse-
pos profesionales interdisciplinarios que desa- tándolas en delimitaciones estancas. El modelo
rrollan estas prácticas, ha sido una oportunidad biomédico de atención ha contribuido al refor-
significativa para identificar la vigencia de una zamiento de la legitimación de las categorías de
matriz epistemológica racional y colonial en las salud en oposición a enfermedad como estados
prácticas comunitarias, que obtura la posibilidad contrapuestos, y a esta última como una condi-
del desarrollo de perspectivas integrales. Algunas ción o afección de lo corporal que desconoce el
de sus formas de expresión las encontramos en: cuerpo subjetivo, como la dimensión subjetiva
una priorización de dispositivos clínico asisten- de la vivencia que acompaña al padecimiento
ciales por sobre otras estrategias de abordaje que (Canguilhem, 2013). Esta concepción racional
pudieran ser incluso más acordes a la problemá- tradicional ha dividido artificialmente lo corpo-
tica en su complejidad; una dificultad signifi- ral de su dimensión subjetiva, reduciendo esta
cativa en articular acciones entre profesionales última a la categoría mente. En este sentido, se
de diferentes disciplinas, incluso pertenecientes suele defender la existencia de una salud corporal
a los mismos equipos de trabajo comunitario y separada de una salud mental, lo que supone un
habiendo recibido formación específica; una re- parcelamiento del objeto salud y el sostenimien-
ducción de las problemáticas complejas de salud to de la ontologización de la categoría mente. En
mental que sólo toma en cuenta los diagnósti- el campo de prácticas de salud y salud mental
cos psicopatológicos y desestima su dimensión proliferan y se encuentran vigentes estas y otras
histórico-contextual; la vigencia de representa- categorías dicotómicas como: sujeto-objeto, pa-
ciones acerca de la salud mental relacionadas a sado-presente, clínico-comunitario, etc., lo que
la adaptación acrítica a las condiciones de vida reproduce una visión atomista de la realidad y
(muchas veces precarias e incluso opresivas) y obtura la posibilidad de miradas en complejidad
una lógica efectista que pretende reducir tiempos (Bang et al, 2020). Desde diversas corrientes (pa-
de atención y priorizar respuestas rápidas, favo- radigma de la complejidad, perspectiva decolo-
reciendo procesos de medicalización de la vida. nial, entre otras) hace décadas que se enuncian
A ello se suma un desconocimiento significativo, críticas a estas miradas (Santos, 2014; Luciani
por parte de muchos equipos profesionales, de Conde, 2019). Sin embargo, estas siguen tenien-
las prácticas colectivas de cuidados presentes en do un peso significativo, muchas veces hegemo-
cada territorio, así como cierto predominio de nizando las prácticas en las que se inscriben los
visiones idealizadas y simplistas de las realida- procesos de transformación.
des comunitarias, que siguen identificando a las
comunidades sólo como masas homogéneas de
personas con intereses y objetivos compartidos. Breves relatos: prácticas comunitarias
Estos, entre tantos otros emergentes de orden de salud mental en el primer nivel de
dispar, coexisten en una trama que dificulta, en- atención
tre otras cosas, la posibilidad de descentramiento
En este apartado nos proponemos recuperar
de prácticas institucionales y lógicas disciplinares
breves relatos surgidos de procesos de acompa-
de atención.
ñamiento y formación a equipos profesionales
Esta trama se inscribe en una matriz de pensa- de salud mental comunitaria en instituciones del
miento científico-racional que se ha erigido a primer nivel de atención de salud en la Provincia
partir de la creación y sostenimiento de catego- y Ciudad de Buenos Aires. En dichos procesos
rías binarias, las que han estructurado los con- hemos trabajado obstáculos y dificultades en el
tenidos científico-disciplinares (Dussel, 2015). desarrollo e implementación de un abordaje de
Salud mental comunitaria y colectiva: reflexiones desde la investigación, el desarrollo... 37

problemáticas psicosociales complejas en comu- cina y trabajo social) se encontró con el desafío
nidad, acentuando el valor del sostenimiento de de localizar a las personas que venían participan-
redes vinculares a través del desarrollo de estrate- do en actividades del área de salud mental comu-
gias creativas como práctica significativa de cui- nitaria. Se trataba de integrantes de un grupo de
dado en salud mental. Estos relatos no pretenden personas adultas mayores, un grupo de mujeres
ser explicativos de estrategias y procesos territo- tejedoras y un grupo de crianzas, entre otros. Se
riales complejos, sino simplemente ilustradores identificaba la existencia de problemáticas subje-
de algunos emergentes, entre muchos otros, tivas complejas en muchos de estos participan-
que nos permiten realizar nuestras afirmaciones tes, las que se venían abordando a través de las
sobre los obstáculos en la implementación de actividades grupales presenciales. Al interrum-
estrategias integrales en salud mental. Los dos pirse la presencialidad, el equipo registró la falta
primeros relatos se corresponden a procesos de de datos de contacto que permitiera localizar a
acompañamiento realizados durante el año 2020 algunos participantes, incluso algunos de los da-
en contexto de pandemia, mientras el último es tos con los que se contaba eran erróneos. Tampo-
anterior a la misma. Se ha retirado toda infor- co se contaba con la referencia a organizaciones
mación que permita identificar instituciones y e instituciones a través de los cuales se pudiera
profesionales intervinientes. tomar contacto. Al encontrarse en esta situación,
La pandemia por Covid 19 se ha presentado el equipo comunitario comenzó a preguntarse si,
como un fenómeno de alta complejidad que ha a pesar del sostenimiento de dispositivos grupa-
generado un escenario de crisis y su correlativo les, verdaderamente venían trabajando de forma
nivel de incertidumbre y excepcionalidad. Las comunitaria.
instituciones de salud del primer nivel de aten- Fue allí que, en reuniones de acompañamiento
ción, desde poco antes de la detección de los y co-visión, se comenzó a problematizar la situa-
primeros casos de coronavirus, transformaron ción y comprender que ese momento era una
radicalmente sus dinámicas de trabajo, centrán- oportunidad para identificar y relacionarse con
dose en la prevención, detección y tratamiento aquellas organizaciones y referentes que sí estu-
de dicha enfermedad, lo que significó en ese vieran teniendo presencia en la vida cotidiana del
momento, una suspensión y/o transformación barrio. En ese período, las organizaciones socia-
abrupta en la mayoría de las actividades grupales les y políticas, junto con comedores y merende-
y comunitarias de salud mental que se desarrolla- ros eran las encargadas de distribuir bolsones de
ban de forma presencial. alimento a las familias, así como realizar las arti-
culaciones necesarias para abordar diversas pro-
blemáticas presentes en el barrio. A partir de un
1. La necesaria y resistida articulación acercamiento informal a estas actividades que se
con organizaciones territoriales y desarrollaban fuera de la institución asistencial,
comunitarias fue que paulatinamente pudieron ir contactando
En un centro de salud del primer nivel de aten- a las personas y familias, lo que permitió recons-
ción del Conurbano sur de la Provincia de Bue- truir y/o sostener un vínculo promotor de salud
nos Aires y durante el primer período de pande- mental como práctica de cuidado en un contex-
mia, correspondiente a la medida de Aislamien- to de aislamiento necesario. A su vez, este hecho
to Social Preventivo y Obligatorio (ASPO)3, el permitió dar visibilidad en el centro de salud al
equipo interdisciplinario de salud mental (con- rol protagónico que han ocupado las organiza-
formado por las disciplinas de psicología, medi- ciones territoriales y comunitarias en el acompa-
ñamiento de situaciones psicosociales complejas
durante las etapas de Aislamiento y Distancia-
3 Se trata de la primera medida de prevención ante la
pandemia por COVID-19 tomada a nivel nacional. Decre-
miento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO
to n°297/2020 de 20 de marzo de 2020. Boletín oficial de y DISPO), y la necesidad de generar y fortalecer
la República Argentina. articulaciones con dichas experiencias para el
38 Claudia Bang

sostenimiento de prácticas integrales de cuidado De esta forma, durante algunos meses los jugue-
en salud mental en el primer nivel de atención tes circularon por estas casas, aportando un ele-
en contexto de excepcionalidad (Comes, 2020). mento novedoso y una oportunidad de juego a la
cotidianidad de cada hogar. Asimismo, esto fue,
en parte, una excusa para tener un acercamien-
2. Una juegoteca rodante en período de to semanal hasta la puerta de cada casa y con-
aislamiento social versar algunas palabras con quien estuviera allí
Durante el mismo período, en otro centro de para recibir el material, permitiendo identificar
salud del conurbano de la provincia de Buenos situaciones que requirieran intervención. A su
Aires, el equipo de salud mental que coordinaba vez, significó una presencia de continuidad sim-
allí una juegoteca evaluó las acciones a seguir, te- bólica y vincular del centro de salud en el barrio,
niendo en cuenta la imposibilidad de continuar y la promesa implícita de pronto continuar con
con los encuentros lúdicos presenciales. Dicha las actividades presenciales, las que tardaron un
juegoteca tenía una frecuencia de encuentros se- tiempo significativo en poder volver a realizarse.
manales, destinada al abordaje de problemáticas
vinculares en la infancia surgidas a partir de la
derivación de la escuela y/o de otros dispositivos 3. Entre la basura y los consumos
de atención. Teniendo en cuenta que se trataba problemáticos
de un período en que, quienes concurrían sema- En un centro de salud del sur profundo de la
nalmente al centro de salud tuvieron que perma- Ciudad de Buenos Aires, hace unos años tuve
necer dentro de sus hogares, aun en contextos la oportunidad de acompañar y dar asistencia
familiares muy conflictivos, el equipo de salud técnica a un proceso de abordaje comunitario
mental evaluó que era necesario encontrar algu- realizado por el equipo de salud mental de di-
na forma creativa de sostener el vínculo lúdico. cho centro. El equipo estaba conformado por
Al tratarse de familias que no siempre contaban una trabajadora social, dos psicólogas, un médi-
con dispositivos de comunicación remota o con co psiquiatra y una enfermera comunitaria. Se
conexión a la red de internet, la realización de trataba de un equipo de reciente formación que
actividades por medios virtuales era inviable. había realizado algunas articulaciones puntuales
A pesar de la insistencia de profesionales de con instituciones y organizaciones comunitarias.
otros equipos de salud que afirmaban que nada En esta etapa se proponían iniciar un proceso
era posible hacer para sostener procesos relacio- participativo de abordaje de las problemáticas
nados a actividades presenciales en contexto de comunitarias de salud mental, para lo cual con-
aislamiento social, el equipo encontró formas vocaron a una reunión con familias, organizacio-
creativas de continuar con la tarea. La estrategia nes y referentes del barrio, para emprender un
estuvo centrada en la idea de que, si las familias proceso de diagnóstico participativo y comenzar
no podían acercarse al centro de salud, entonces a trabajar en estrategias integrales junto a la co-
el centro de salud de alguna forma debía acercar- munidad. A su vez, el equipo observaba un au-
se a sus casas; para ello, se diseñó un circuito de mento en las consultas y solicitud de entrevistas
circulación de juguetes que las unía imaginaria- psicológicas por problemáticas de consumo de
mente. Todas las semanas se acercaba un juguete sustancias psicoactivas en adolescentes. Las es-
a cada puerta, y a la semana siguiente se cambia- tadísticas disponibles indicaban además un au-
ba por otro, luego de la correspondiente saniti- mento de situaciones relacionadas a consumos
zación del mismo. Junto al préstamo de juguetes problemáticos de sustancias en la zona, siendo
se acercaban cuadernillos de actividades lúdicas incluso cada vez más numerosas las personas jó-
confeccionados por el equipo y que las familias venes en situación visible de consumo deambu-
podían realizar en sus hogares. lando por el barrio.
Salud mental comunitaria y colectiva: reflexiones desde la investigación, el desarrollo... 39

A partir de este diagnóstico es que el equipo in- fesional pudo iniciar las acciones requeridas para
terdisciplinario esperaba que esta problemática abordar la problemática de la basura, proceso a
fuera la expresada por la vecindad en la reunión partir del cual se generaron además lazos de con-
convocada. Muy por el contrario, durante la re- fianza y vínculos territoriales que permitieron en
unión y ante el trabajo conjunto que permitiera un siguiente momento abordar la problemática
identificar las problemáticas de salud mental, lo de consumos, entre tantas otras.
que insistía era un malestar significativo en tor-
no a la presencia de basura en el barrio y una
enumeración de las problemáticas cotidianas La necesidad de revisar nuestra matriz
que esto conllevaba. La presencia de basura era epistemológica y formativa
significativa, de hecho, se trata de un barrio de Los tres relatos precedentes se refieren a obstá-
viviendas precarias instaladas sobre lo que había culos y estrategias en lo referido al desarrollo de
sido un basural. Las familias y referentes insis- prácticas de salud mental comunitarias, integra-
tían en que lo principal estaba relacionado con les y participativas en el primer nivel de aten-
todas las problemáticas de salud relacionadas a la
ción. Reconocemos en estos relatos dificultades
acumulación de basura en determinados secto-
relacionadas, en parte, a la pretensión de trans-
res del barrio y que era necesario poder abordar
formación de prácticas de un modelo biomédi-
este tema antes que cualquier otro. Ante esta res-
co, sostenido aún hoy en el conocimiento cien-
puesta, fue el equipo profesional el que introdujo
tífico moderno-colonial, sin lograr cuestionar su
explícitamente en la reunión el tema de jóvenes
matriz epistémica. Por epistemología entende-
en situación de consumo como lo que debía te-
mos “el análisis de las condiciones de identifica-
ner un abordaje prioritario en el barrio. Si bien
ción y validación del conocimiento en general,
las personas presentes reconocían la existencia de
así como la creencia justificada” (Santos, 2021:
dicha problemática, afirmaban que lo urgente
117). Diversos autores reconocen la existencia
tenía relación con la basura y que ésa era la nece-
de una matriz tradicional formativa que consti-
sidad primordial. La reunión concluyó en medio
tuye un obstáculo para alcanzar modalidades de
de un clima de desconcierto para el equipo pro-
trabajo acordes a la integración disciplinaria ne-
fesional, luego de lo cual evaluaron que la acción
cesaria para el trabajo en salud mental (Luciani
participativa había sido un fracaso, ya que no ha-
Conde, 2020)
bían logrado abordar conjuntamente estrategias
para la problemática de consumo. Reconocemos aquí la importancia de una salud
mental en perspectiva decolonial, que nos per-
Iniciamos allí un proceso de supervisión con el
mita superar los dualismos que han estructurado
equipo profesional donde el desafío mayor estu-
históricamente nuestras formaciones profesiona-
vo en que el equipo pudiera reconocer su difi-
cultad de escuchar las necesidades y demandas les y nuestras estrategias de intervención, para
comunitarias, y la dificultad de reconocer que crear, sostener y recuperar prácticas emancipato-
la apertura de procesos participativos implica rias que logren romper con las lógicas normati-
una redistribución de relaciones de poder, que vizantes y hegemónicas en salud y salud mental.
intenta transformar la asimetría histórica insti- Para ello, proponemos algunos ejes conceptuales
tución-comunidad, dando participación no sólo como núcleos de discusión:
en la voz sino en la toma de decisiones a aquellas
personas a quienes convocamos (Bang, 2021).
1. Integralidad: ¿superando miradas
Una de las dificultades que suele presentarse aquí
dicotómicas?
está relacionada con aceptar que las decisiones
conjuntas en procesos participativos comuni- La idea de integralidad surge en nuestro campo
tarios no siempre coinciden con las lógicas de a partir de un reconocimiento de que, gran parte
diagnóstico institucional. Luego de un proceso de la implementación de la estrategia de APS,
formativo y reflexivo conjunto, este equipo pro- sobre todo en la década de los 90, siguió políti-
40 Claudia Bang

cas selectivas que parcelaron las prácticas según revisión de la exterioridad como punto de par-
problemáticas puntuales de salud y/o poblacio- tida de los procesos de intervención y produc-
nes objetivo (Tejada de Rivero, 2003). Incluso ción de conocimiento (Bourdieu y Wacqcuant,
podríamos cuestionar el sesgo colonizador y nor- 1995). Para la salud mental comunitaria, la ex-
mativizante con el que se ha implementado dicha periencia territorial se presenta como condición
estrategia en muchos territorios de nuestro con- y punto de partida que tensiona las modalidades
tinente. El inicio del nuevo milenio confluye con de intervención y producción de conocimiento
la vuelta a los postulados de Alma Ata desde una autocentradas (Bang y Salerno, en prensa). Es-
perspectiva integral, idea que luego llega al cam- tas experiencias conllevan el reconocimiento de
po de la salud mental de la mano de la articula- múltiples saberes y relaciones que las personas
ción entre ésta y la estrategia de APS integral. El sostienen en sus prácticas de cuidados en salud
término integralidad supone una comprensión cotidianas y que, en muchos casos, interpelan
holística de la realidad social y de las problemáti- las prácticas académicas (Seixas, et al, 2016). En
cas de salud, integrada por un conjunto de acti- este campo, las experiencias de articulación terri-
vidades y de sentidos articulados entre sí (Alvim, torial se constituyen en núcleo central de inter-
2013). Requiere también del reconocimiento de vención e investigación, a partir del cual abordar
las personas como seres histórico-sociales, po- problemáticas psicosociales complejas que hacen
seedores de saberes válidos y significativos. En el a la salud mental colectiva.
campo de la salud mental la integralidad se refie-
Desde un pensamiento social decolonial toma-
re, además, a la necesidad del desarrollo de prác-
ticas respetuosas de los derechos de las personas, mos aportes de la socióloga boliviana Silvia Ri-
que no parcelen las problemáticas de salud de vera Cusicanqui para redimensionar la idea de
acuerdo a categorías racionales y lineales. Des- integralidad. Esta autora recupera voces aymaras
de esta perspectiva, la idea de integralidad se ha y de la cosmovisión andina para invitarnos a re-
presentado como un punto de confluencia que visar nuestras ideas progresistas, que no termi-
permite trascender los dualismos antes explicita- nan de incorporar un fuerte cuestionamiento a
dos. Sin embargo, este término se ha difundido la lógica binominal e integracionista. Esta autora
significativamente, siendo utilizado incluso para propone una epistemología ch’ixi, palabra que
disfrazar viejas prácticas autoritarias, camuflan- designa en aymara a un tipo de tonalidad que a
do, bajo su nombre, lo más tradicional del traba- la distancia se ve de color gris, pero al acercarnos
jo en salud (Seixas, et al, 2016). vemos que está conformado por pequeños secto-
res de color puro, negro y blanco entreverados:
Desde una perspectiva relacional y una apertu- un gris jaspeado. Lo ch’ixi sería aquello mestizo,
ra epistemológica hacia el reconocimiento de las un espacio intermedio donde el encuentro de
prácticas sociales en su complejidad, la integra- contrarios no crea fusión o hibridación, sino que
lidad conlleva múltiples desafíos: por un lado, la expresa una mezcla sin pérdida de la identidad.
utilización de la idea de integralidad sin un cues- También nos muestra que la cosmovisión andina
tionamiento a la matriz de pensamiento dualis- cuenta con representaciones donde los opuestos
ta-racional corre el riesgo de promover abordajes pueden convivir en mestizaje y sin conflicto, lo
que, lejos de articular diferencias, produzca res- que la mirada occidental y su pensamiento ra-
puesta totalizadoras y homogeneizantes, anulan- cional oposicionista suele no tolerar. En conse-
do incluso uno de los polos del dualismo bajo el cuencia, entendemos que no toda contradicción
nombre de abordaje integral. debe traducirse necesariamente en una lectura
Otro de sus desafíos se relaciona a la necesidad de oposiciones irreductibles entre hechos y prác-
de asumirnos como actores históricos y políti- ticas que parecen inconciliables, así como tam-
cos en relación con problemáticas significativas poco arribar forzosamente a intentos fallidos de
en los contextos donde intervenimos. En línea síntesis homogeneizantes. (Rivera Cusicansqui,
con esto, la noción de integralidad supone la 2018).
Salud mental comunitaria y colectiva: reflexiones desde la investigación, el desarrollo... 41

2. Cuidados en salud y vida cotidiana la constitución de vínculos, permiten horizon-


talizar las relaciones en la atención y generar un
Encontramos que las ideas de cuidado y vida co-
conocimiento práctico compartido entre insti-
tidiana son solidarias con la perspectiva decolo-
tución, profesionales y comunidad. Estos dispo-
nial en que se inscriben estas reflexiones. Por sus
sitivos, sostenidos principalmente por mujeres,
características intrínsecas, el modelo biomédico
acentúan la capacidad colectiva de abordar pro-
ha eludido históricamente la dimensión subjeti-
blemáticas comunitarias asociadas al sufrimiento
va de la relación que se establece en las prácticas
de atención (Menéndez, 2003). El concepto de psíquico, en articulación con prácticas institu-
cuidado en salud acentúa esta dimensión sub- cionales que humanicen la atención, revalorizan-
jetiva, reconociendo la importancia del vínculo do su dimensión subjetiva.
afectivo en dicha relación (Merhy, 2002), y afir- A partir de estos desarrollos reconocemos que
mando que el acto en salud tiene una dimen- las prácticas de cuidados en salud y salud men-
sión de cuidado no reductible a la intervención tal deberían ocupar un lugar central como ejes
técnico-científica. Como un aspecto central del de abordaje, análisis e investigación en nuestro
desarrollo de tecnologías vinculares de interven- campo. Dichas prácticas se dan principalmente
ción el cuidado en acto es proporcionado a través en la vida cotidiana de las personas, donde se to-
de los afectos que circundan los encuentros entre man decisiones -individuales y colectivas- cons-
trabajadores y personas usuarias, instituciones tantes con relación a los propios procesos de sa-
y comunidad, ubicando a la subjetividad como lud-enfermedad (Menéndez, 2009). Afirmamos
una de las dimensiones del modo de producción que el ejercicio de cuidados en salud mental no
en salud (Franco y Merhy, 2011). Desde un en- se desarrolla exclusivamente en las instituciones
foque de derechos, en numerosos trabajos se ha de atención, sino que incluye a todas aquellas
subrayado la importancia de incluir la dimensión prácticas que una comunidad -individual y co-
de cuidado en los actos de salud (Campos, 2009; lectivamente- desarrolla en el cuidado de la salud
Epele, 2013), así como la incorporación de cui- de sus miembros. Este cambio de mirada requie-
dados de salud mental en la atención de diversos re un descentramiento epistemológico y de las
padecimientos, recuperando y revalorizando la prácticas, las que históricamente han estado cen-
dimensión subjetiva de la interacción humana. tradas en una visión médica e institucional. Des-
Tanto en el ámbito familiar como institucional de esta perspectiva, un desafío para profesionales
quienes ejercen las tareas de cuidado son princi- y equipos de salud y salud mental se encuentra
palmente mujeres, aumentando su carga laboral en lograr reconocer y valorar dichas prácticas de
y/o de tareas cotidianas, sin una retribución mo- cuidados colectivos y su articulación con disposi-
netaria equitativa a otros trabajos realizados por tivos institucionales que alojen lo diverso.
varones, lo que se encuentra reflejado también En concordancia con lo anterior, identificamos
en la feminización de profesiones y tareas que el la noción de vida cotidiana como un concepto
sistema de salud destina al cuidado, precarizando articulador que nos permite centrarnos en la ex-
las condiciones para su realización (Lorente Mo- periencia de los sujetos, dado que se configura
lina, 2004). Desde esta perspectiva hemos inda- y es configurada en el devenir de dicha cotidia-
gado algunas implicancias de la feminización de neidad. Se trata de un ámbito heterogéneo y di-
prácticas de cuidados en salud/salud mental en námico, en el que las prácticas sociales se des-
el primer nivel de atención (Bang et al, 2020), pliegan mediante acciones y discursos (Heller,
destacando su importancia para el desarrollo de 1972). La vida cotidiana es el espacio en el que la
abordajes que respeten una mirada integral. experiencia de los sujetos se objetiva y adquiere
A partir de lo anterior, afirmamos que los dis- significación anudando múltiples contextos y te-
positivos participativos de promoción de salud rritorialidades. Esta mirada nos permite recupe-
mental comunitaria se constituyen en actos cui- rar la vivencia subjetiva como elemento central
dadores de salud, ya que se sostienen a partir de del proceso salud-enfermedad, configurándose
42 Claudia Bang

como una particularización de lo histórico-social nial de intervención dependerá en gran parte


en la vida cotidiana (Stolkiner, 2001). Se recupe- cuáles serán las características de esta relación.
ra así la mirada sobre la forma en que diferentes Se espera que las reflexiones presentadas en este
sujetos y grupos humanos transitan los avatares texto contribuyan, en su conjunto, al logro en el
de la salud y la vida, y se ubica en el centro a desarrollo de abordajes que respeten verdadera-
la dimensión subjetiva del padecimiento en el mente la complejidad de las problemáticas en su
diagnóstico y abordaje de problemáticas de sa- dimensión colectiva y la diversidad presente en
lud mental en la comunidad (Augsburger 2002, cada territorio.
Bang, 2014)
A partir de este recorrido, reconocemos junto a
Desde esta perspectiva, la inclusión de procesos Boaventura de Sousa Santos, la importancia en
participativos es crucial para el descentramiento el desarrollo de epistemologías del Sur, cuya ta-
epistemológico puesto que, a través de los mis- rea crucial es “identificar y discutir la validez de
mos, los profesionales involucrados logran reco- los conocimientos y las formas de saber no reco-
nocerse dentro del entramado de la vida cotidia- nocidos como tales por las epistemologías domi-
na comunitaria (Bang, 2021). Este entramado
nantes” (Santos, 2021:117). Así como este autor
vincular nos permite visibilizar a la comunidad
propone una sociología de las ausencias (Santos,
como una red compleja de relaciones, en la que
2014), sería deseable avanzar en una salud men-
el conflicto le es inherente (Piselli, 2007). Asi-
tal de las ausencias, que nos permita centrarnos
mismo, reconocemos a los espacios de encuen-
en los conocimientos aún casi inexistentes para
tro y participación comunitaria como espacios
la ciencia, ya que se producen por sujetos y co-
estratégicos para el abordaje de problemáticas
colectivas relacionadas al padecimiento subjeti- lectivos no reconocidos como capaces de produ-
vo. En este sentido, las prácticas participativas se cir conocimiento válido. Es necesario aún trans-
constituyen en actos cuidadores de salud mental formar mucho de esas ausencias en presencias,
comunitaria, ya que se sostienen a partir de la y gran parte del trabajo hacia una perspectiva
constitución, sostenimiento y fortalecimiento de decolonial crítica en salud mental presenta estos
vínculos solidarios, los que permiten horizonta- desafíos.
lizar las relaciones y generar conocimiento prác-
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sus prácticas en la situación de pandemia. Revista Zacus, D. y Lysack, C. (1998). Revisiting Commu-
Soberanía sanitaria, Edición Especial – Pandemia, nity Participation. Health Policy and Planning.
22-26. 13(1): 1-12.
46 José León Uzcátegui

Salud Mental Colectiva, la COVID y el mundo


pos-pandemia
Collective Mental Health, COVID and the Pospandemic Word
La nueva normalidad no es la vieja normalidad. Porque no se trata de un paréntesis, sino de un punto y aparte. ¿Seremos
capaces de aceptarlo para reinventar la vida? Manuel Castells.

José León Uzcátegui1

Resumen
Se presenta el tema de la Salud Mental Colectiva en el contexto de la pandemia por COVID, así
como el impacto de la pandemia en el momento actual y en el mundo pos-pandemia, en el cual des-
de esa perspectiva se caracteriza como una crisis civilizatoria, crisis de una manera de vivir. El artículo
expone la necesidad e importancia de una redefinición conceptual sobre salud, salud pública, salud
mental. Tiene como objetivo mostrar relaciones de la pandemia con la Salud Mental Colectiva y el
Buen Vivir. Explica el concepto de Buen Vivir. Se comenta la manera de enfrentar la pandemia por
los gobiernos y el mercado en comparación con la respuesta que se plantea desde la medicina social.
Presenta las tendencias en la pos- pandemia señalando que se intensifica el modelo actual, ecocida,
extractivista, que pone en peligro la vida humana sobre el planeta, o surge como opción un modelo
alternativo de cooperación y solidaridad que promueve la Salud Mental Colectiva y el Buen Vivir.
Palabras clave: salud mental colectiva, crisis civilizatoria, buen vivir, covid, pos-pandemia

Abstract
The issue of Collective Mental Health is presented in the context of the COVID pandemic, as well
as the impact of the pandemic at the present time and in the post-pandemic world, in which from
that perspective it is characterized as a civilizing crisis, a in a way of living. The article exposes the
need for and importance of a conceptual redefinition of health, public health, mental health. Its
objective is to show relationships between the pandemic and Collective Mental Health and Good
Living. Explain the concept of Good Living. The way to face the pandemic by governments and the
market is commented in comparison with the response that arises from social medicine. It presents
post-pandemic trends, pointing out that the current, ecocidal, extractivist model is intensifying,
endangering human life on the planet, or an alternative model of cooperation and solidarity that
promotes Collective Mental Health and Good Health is emerging as an option.
Keywords: Collective Mental Health, Civilizing Crisis, Good Living, COVID, Pos pandemic

1 Doctor en Ciencias Sociales. Médico-psiquiatra. Docente en el Doctorado en Salud Pública y en el Doctorado en Cien-
cias Sociales (Universidad de Carabobo, Valencia, Venezuela). Miembro del Grupo de Trabajo en Salud de CLACSO y de la
Coordinación de la Red temática de Salud Mental de ALAMES. Correo electrónico: leonuzcategui2015@gmail.com
Salud Mental Colectiva, la COVID y el mundo pos-pandemia 47

Introducción BICHOM (biologicista, individual, curativo,


hospitalario, organicista, y mercantil), que las re-
Para poder entender y transformar la realidad se
duce a “enfermología mental” y por ende a “en-
hace imprescindible partir de las nociones, con-
fermología mental comunitaria”. No es materia
ceptos y categorías que nos permitan aprehender
de este ensayo ahondar en estos asuntos, pero
el fenómeno que estudiamos. Asimismo, precisar
nos parece imprescindible señalarlo para asumir
desde qué perspectiva, desde que intereses, desde
la imperiosa necesidad de formular nuevos con-
cuál posición se considera y asume el asunto en
ceptos que den cuenta de la realidad en el campo
cuestión. Si, a manera de ejemplo, privan los in-
de la salud mental y su necesaria reformulación.
tereses del Estado, los del mercado o los del Bien
Desde la perspectiva señalada, desde la Medicina
Común, el análisis, las acciones, y las consecuen-
Social, hemos asumido los conceptos claves de
cias son diferentes.
Salud como proceso Salud–Enfermedad y su de-
Vamos entonces a dedicar unos primeros comen- terminación social, epidemiología crítica, salud
tarios al concepto de Salud Mental Colectiva. como derecho, y Salud Colectiva (Iriart, 2002).
Para ello es imprescindible preguntarnos por los Más recientemente se viene argumentando y ex-
conceptos de salud, salud pública, salud mental, poniendo el concepto de Salud Mental Colectiva
salud comunitaria y salud mental comunitaria. y Buen Vivir, que se nutre de los aportes teóricos
De entrada, afirmamos que la Salud Mental Co- antes señalados de la Medicina Social y además de
lectiva es un constructo en proceso de elabora- la cosmogonía indígena andina ancestral (Sumak
ción que tiene sus raíces en los aportes más re- Kawsay-Sumak Kamaña entendida como Vivir
cientes de la Medicina Social Latinoamericana. Bien o Buen Vivir), el Pensamiento Decolonial
Para ello hemos recurrido a la revisión bibliográ- (Colonialidad del saber, del poder y del ser), y
fica y estudios que sobre los temas considerados el Pensamientos Complejo (Transdisciplinarie-
se han efectuado, particularmente en el contexto dad y crítica al Eurocentrismo). Sobre esto ya se
de la pandemia. cuenta con una extensa bibliografía, trabajos de
Hemos asistido en los últimos años a un extenso investigación, y experiencias comunitarias que se
debate cuestionando el concepto de salud de la van desarrollando a lo largo y ancho de nuestra
OMS, ampliamente aceptado a nivel mundial, Abya Yala (nombre que nuestros pueblos origi-
cuando define salud como “completo estado de narios otorgan a la América, ícono del genocidio
bienestar…”. Este es cuestionado desde la Medi- bautizado como “descubrimiento”). En textos
cina Social por su carácter abstracto, ahistórico, de Alberto Acosta, Fernando Huanacuni, Edgar
utópico, ideal (Quevedo, 1992), y se ha propues- Morin, Aníbal Quijano, Edgardo Lander, y mu-
to un nuevo concepto de salud entendiéndola chos otros, encontramos desarrollos que alimen-
como proceso (salud-enfermedad-atención-cui- tan y fundamentan este nuevo enfoque. Desde
dado), con determinación social (y no con de- allí se viene haciendo la propuesta de des-bio-
terminantes sociales como plantea la OMS), y logización, des-colonización, des-patriarcaliza-
como un derecho, individual y social, y no como ción, des-mercantilización, des-medicalización,
una mercancía (como se propone desde la ópti- des-psiquiatrización y desmanicomialización de
ca neoliberal). De la misma manera el concepto la Salud Mental, y se propone este nuevo con-
de Salud Pública ha sido revisado y discutido, cepto de Salud Mental Colectiva y Buen Vivir.
considerándolo como “enfermología pública” Es un debate en pleno desarrollo, del cual for-
proponiendo la Salud Colectiva como el nue- mamos parte (Acosta, 2014; Huanacuni, 2018;
vo concepto que supera con creces al de Salud Lander, 2019); León, 2020).
Pública o al de Nueva Salud Pública (Almeida,
1999). Hablar entonces de Salud Mental y de
1. ¿Qué es el Buen Vivir?
Salud Mental Comunitaria responden al viejo
paradigma que es funcional al modelo bio-mé- Sobre el concepto de salud, un nuevo paradig-
dico hegemónico, al cual hemos denominado ma aparece en el horizonte del pensamiento de
48 José León Uzcátegui

la Medicina en Latinoamérica. Sumak Kawsay, sar: es la reflexión, no sólo desde lo racional sino
Sumak Kamaña: Vivir Bien/Buen Vivir, Vivir en desde el sentir, sin perder la razón caminemos la
Plenitud. Las poblaciones indígenas, Aymaras y senda del corazón, el sentí-pensar. Saber amar y
Quechuas, desde Bolivia y Ecuador, nos dan lec- ser amado. Saber escuchar: no sólo es escuchar
ción de vida. con los oídos, es percibir, sentir, escuchar con
Desde su perspectiva, el eurocentrismo nos ven- todo nuestro cuerpo. Saber hablar: recordemos
dió una idea de lo bueno, lo deseable, lo necesa- que todo lo que hablamos se escribe en los cora-
rio, como caminos a la felicidad colectiva y sin zones de quienes lo escuchan. Saber soñar. Saber
embargo hoy estamos al borde del precipicio, o caminar. Saber dar y saber recibir (Huanacuni,
ya en caída libre al decir de otros. La modernidad, 2018).
nos dicen estos pueblos originarios, se construyó Desde el Buen Vivir se proclama que la tierra no
con los conceptos de crecimiento, progreso, de- le pertenece al hombre. Por el contrario, es el ser
sarrollo, animados por la razón instrumental. El humano quien le pertenece a la tierra, a la Pacha
tiempo, implacable en develar las verdades, en Mama; que somos parte de ella y que lo que le
apenas un par de siglos se ha encargado de evi- hagamos, bien o mal, nos lo hacemos a noso-
denciar que el crecimiento no conduce al desa- tros mismos. Vivir Bien significa comprender
rrollo, que el llamado progreso y desarrollo nos que el deterioro de una especie es el deterioro
han llevado a la degradación ambiental a nivel del conjunto. Que hay una armonía y una in-
planetario, que se ha producido una crisis en la terconexión en todo lo existente. Que todo vive:
manera de vivir, una crisis civilizatoria, y que la
los montes, los ríos, los árboles, las piedras o
razón instrumental, y con ello la ciencia, apenas
los objetos aparentemente inanimados. Que no
nos muestra una arista de la manera de conocer
se puede estar bien mientras haya alguien que
y que no llega a ser sino un saber más. Así, los
vive mal (Salud Sumak Kawsay, 2014). El Buen
países subdesarrollados no han ido, ni irán al tan
Vivir, originado en la manera de pensar y vivir
anhelado desarrollo. Que los países llamados de-
de los Aymaras, Quechuas y demás culturas in-
sarrollados llegaron a ser tales gracias al saqueo y
dígenas del continente americano, entiende la
la expoliación de los países que subdesarrollaron
salud como una integralidad. Esto quiere decir
para luego calificarlos como subdesarrollados. Y,
por primera vez, la respuesta epistemológica no que salud es, también, atención médica, pero es
proviene del norte, de la colonialidad del poder, además educación, ambiente, trabajo, cultura,
del saber y del ser, del pensamiento eurocéntri- hábitat, deporte, alimentación o recreación. En
co, sino desde la cosmovisión indígena ancestral última instancia, se plantea que la enfermedad es
latinoamericana. Nos explican, que está en crisis determinada socialmente, al igual que lo plantea
una manera de vivir, es decir, de pensar, de edu- la Medicina Social.
car, de curarse, de alimentarse, de producir, de Dime qué comes y te diré de qué te enfermas. La
organizarse, de criar los hijos, de amar, en fin, peor enfermedad es la vida que llevamos. Nuevos
está en crisis una manera de estar en el mundo momentos, nuevos saberes y prácticas se asoman
que no permite un modo de vida saludable, que en nuestro continente para aproximarnos a la
aunque pueda contribuir en algunos países a vi- comprensión de lo que debemos entender por
vir mejor, esto es a tener más, no nos sirve para salud desde la óptica de la vida, no de la enfer-
alcanzar el Buen Vivir/Vivir Bien. medad y la muerte. No desde la perspectiva de
El Buen Vivir nos propone trece principios: Sa- la salud como mercancía, sino de la salud como
ber alimentarse, que no es equivalente a llenar el derecho individual y social. Se impone repensar
estómago. Saber beber. Saber danzar. Saber dor- la América, Nuestra América, Indoamérica, y
mir. Saber trabajar: el trabajo no es sufrimien- hasta renombrarla: ABYA YALA, nombre que
to, es alegría, debemos realizar tal actividad con los indígenas le dan a nuestro Continente (Te-
pasión, intensamente. Saber meditar. Saber pen- rán, 2020).
Salud Mental Colectiva, la COVID y el mundo pos-pandemia 49

Se propone un enfoque integral, complejo, como un derecho individual y social, como res-
transdisciplinario, que entiende la salud no ponsabilidad del Estado. La salud es vista como
como un estado sino como un proceso (el pro- una mercancía y al igual que la seguridad social
ceso salud-enfermedad), no de manera estática son un campo más de inversión, de ganancias,
sino dinámica, dialéctica; no como producto de de acumulación de capital. Para muestra un gran
determinantes sociales (visión de la OMS) sino exponente, EEUU en el campo de la salud está
por su determinación social. Además, ante el completamente privatizada, con el mayor gasto
vivir mejor de la sociedad consumista mercan- per cápita y con el sistema de salud más inefi-
til entiende y propone el Buen Vivir/Vivir Bien caz e ineficiente del mundo. O los casos de Ita-
desde la cosmogonía indígena andina ancestral, lia, España en Europa, o Chile y Colombia en
reivindicando los saberes populares en salud. Latinoamérica, donde las políticas neoliberales
Toda una ruptura que marca un nuevo rumbo desmantelaron la salud pública, y los efectos es-
en los saberes y prácticas de nuestros pueblos tán a la vista con una alta morbi-mortalidad por
para abordar los problemas de salud-enferme- la pandemia. En otra perspectiva, los gobiernos
dad-cuidado. Una abundante producción teóri- con fuerte presencia del Estado, con sistemas de
ca avala este enfoque, del cual nos permitimos salud públicos han logrado un mayor y mejor
citar los nombres de algunos pioneros: Juan Cé- control de la enfermedad (China o Cuba son
sar García, Mario Testa, Juan Samaja, Edmundo ejemplo) (ALAMES, 2020).
Granda, Saúl Franco, Asa Cristina Laurel, Jaime
Otro actor relevante es el complejo médico-in-
Breihl (Franco, 1991). Una visión de salud y
dustrial, la industria farmacéutica y tecno-médi-
vida frente a la visión mercantil de enfermedad y
ca, una de las transnacionales más rentables del
muerte (Breihl, 2013).
planeta, que aparece como la gran beneficiaria
Es en esta nueva perspectiva que hablamos de la de la pandemia. Gracias a la venta de medica-
Salud Mental Colectiva, nutrida de esas raíces y mentos, material médico-quirúrgico, tecnología,
que permite la comprensión del sufrimiento psí- equipos, logran inmensas ganancias por donde
quico desde lo social, histórico y cultural, pero se le mire. Financian las investigaciones, los me-
también incorporando lo económico y lo políti- dicamentos, las vacunas; son la gran empresa de
co con un enfoque transdisciplinario. No más el la enfermedad y la muerte.
estigma de enfermedad mental, hablamos de su-
Los medios de comunicación masivos y redes so-
frimiento psíquico o padecimientos subjetivos.
ciales que en un mundo globalizado cumplen un
papel fundamental, pero puede ser para el bien
2. La respuesta a la pandemia o para el mal. Una cosa es información y otra
es comunicación. La comunicación requiere re-
Como es de esperar las respuestas a sucesos catas- troalimentación, posibilidad de enviar y recibir
tróficos son múltiples y son vistas desde diferen- información, es bidireccional. La información es
tes ángulos, respondiendo a los intereses de cada unidireccional, emisor a receptor, permitiendo
uno de los actores en juego. En esta oportunidad transmitir información de acuerdo a los fines e
ante la pandemia del coronavirus las reacciones intereses por parte de quién es el dueño del re-
son demostrativas. Consideraremos brevemente curso mediático. El extraordinario papel que
algunas, en nuestra opinión los más significativas. pueden cumplir en la labor educativa de masas,
Desde los gobiernos, en general, hay descon- de información oportuna y veraz, en la actividad
cierto e impotencia. La pandemia develó que la escolar o de trabajo a tele-distancia, son extraor-
mayoría de los sistemas de salud en el mundo dinarias, pero con frecuencia son utilizados por
ni son sistemas ni son de salud. Son agregados intereses mercantiles o gubernamentales como
de servicios, de atención a la enfermedad, pri- instrumentos de información sesgada o de ma-
vatizados o en proceso de privatización, lo que nipulación de la opinión pública, que intencio-
les dificulta y hasta les impide atender la salud nalmente o no, planificado o formando parte de
50 José León Uzcátegui

su dinámica de generar noticias o preservar inte- contagio. Por ejemplo, una de las medidas pro-
reses, han convertido la COVID-19 en la pan- puestas para evitar el contagio es la suspensión de
demia del miedo (infodemia) o en instrumento las clases durante diversos períodos de tiempo.
de control social. Tanto o más daño provoca el Al suceder esto, los niños tienen que permane-
psicoterror que la enfermedad misma. Ya lo de- cer en casa y la mayoría de las personas que se
cía en su momento Maquiavelo: “Quien contro- ocupan de ellos son mujeres, ya sean sus propias
la el miedo de la gente se convierte en el amo de madres o las cuidadoras contratadas. Lo mismo
sus almas”. El efecto sobre la salud mental de la sucede con el cuidado de personas con patolo-
población puede ser aterrador (Stolkiner, 2020). gías o ancianos que deben ser supervisados por
Y el otro actor es la gente, los ciudadanos, la po- otras personas de las cuales la mayoría suelen ser
blación, quienes son actores y principales vícti- mujeres. Asimismo, las mujeres que teletrabajan
mas de la pandemia. Cuentan para las cuentas de dedican más horas al cuidado de sus hijos que las
enfermos y de muertes, sobre todo los más débi- que trabajaban presencialmente.
les, los más frágiles, los ancianos, quienes pade- Sin embargo, la manera de apreciar las causas,
cen enfermedades crónicas, los pobres, quienes los efectos y la conducta a seguir es diferente de
no tienen casa o no tienen comida en la cuaren- acuerdo al enfoque que utilicemos. No es lo mis-
tena, y mal pueden cumplir con los exhortos al mo desde la Psiquiatría y Salud Mental conven-
distanciamiento físico o al aislamiento. Aunque cional que desde la Medicina Social y la Salud
no faltan llamados a la participación social, en Mental Colectiva.
la gran mayoría de los casos tal participación es
escasa, pasiva, manipulada, o formal. En esta, y El enfoque de la Psiquiatría y la Salud Mental
cualquier otra enfermedad se requiere una parti- convencional nos presenta el asunto como una
cipación ciudadana activa, autónoma, y organi- “enfermología mental”. Esto es, desde la perspec-
zada de la población. La ausencia o poca partici- tiva de la epidemiología clásica, convencional se
pación ciudadana puede convertir la pandemia, nos muestra la morbi-mortalidad provocada por
a partir de ahora, en un instrumento de control la pandemia del coronavirus, y de esta manera
social. Por el contrario, el despertar ciudadano el listado de trastornos psíquicos de acuerdo a
colectivo puede ser la semilla de la esperanza de la nosología correspondiente. La clasificación de
otro mundo posible para reinventar la vida. los trastornos mentales más utilizada con este
enfoque son el DSM (Manual Diagnóstico de
la Asociación Psiquiátrica Norteamericana) y la
3. Salud Mental y pandemia de CIE (Clasificación Internacional de Enfermeda-
Coronavirus desde la Salud Mental des) de la OMS (Organización Mundial de la Sa-
Colectiva lud). El listado de enfermedades es ampliamente
conocido: depresión, neurosis, esquizofrenia,
La salud mental durante la pandemia de enfer- trastorno bipolar, psicosis, stress post-traumá-
medad por coronavirus se ha visto afectada de tico, etc. Y su cohorte sintomática: insomnio,
manera importante alrededor del mundo, como fobias, tristeza, miedos. Por supuesto, el corre-
nunca había sucedido. La COVID-19 continúa lato es también la lista de psicofármacos para
impactando los trabajos e ingresos de las per- enfrentar la situación, con una o varias pastillas
sonas, también afectando su capacidad social, para cada enfermedad. No afirmamos que esto
la confianza puesta en personas e instituciones, no tenga alguna validez o utilidad. Su utilización
ocasionando también un extenso impacto de es una alternativa que puede ser debidamente ca-
ansiedad, estrés, preocupación e incertidumbre nalizada y en efecto, es la manera habitual como
(León, 2019). se enfrenta la situación a nivel internacional y
Especialmente en las mujeres, la pandemia está en cada uno de nuestros países. Hay protocolos
impactando negativamente en su salud física y establecidos sobre este enfoque de atención en
mental. Esto se debe a su continua exposición al Salud Mental e incluso se plantean acciones de
Salud Mental Colectiva, la COVID y el mundo pos-pandemia 51

prevención, tratamiento y rehabilitación de en- relaciones de causalidad, los patrones de com-


fermedades. Son las herramientas en el arsenal prensión y actuación pertinentes.
del modelo biomédico hegemónico dominante, La pandemia de la enfermedad infecciosa CO-
es el enfoque de la “enfermología”. Y, por su- VID-19 (causada por el virus SARS COV-2, la
puesto, el gran beneficiario: el complejo médi- más reciente especie de coronavirus), desde la Sa-
co-industrial-farmacéutico. lud Pública Convencional y, en buena medida,
Sin embargo, esta visión no da cuenta de la com- desde los gobiernos y las instituciones oficiales
plejidad del sufrimiento mental y los trastornos de salud de la mayoría de los países del mundo se
psíquicos en general y menos aún de la especi- considera como una enfermedad conocida como
ficidad que plantea una situación como la pro- zoonosis, esto es causada por un animal, con
vocada por la pandemia, durante y después de otros intermediarios, que no han sido identifica-
su aparición, sus efectos, y en consecuencia las dos con claridad. Se habla también de las teorías
acciones a emprender. Ese enfoque es funcional conspirativas que pretenden explicar que el virus
a una concepción unilineal y positivista que en es un arma biológica con el uso de una vacuna
el mejor de los casos habla de determinantes so- patentada, o que es un esquema de control de la
ciales. Se requieren otras aproximaciones, otras población o bien el resultado de una operación
ópticas y herramientas para aprehender, analizar de espionaje fallida y accidental. Se trataría de
y actuar ante la situación. Esa otra perspectiva es China queriendo contaminar a EEUU, o vice-
la de lo transdiciplinario, la de la determinación versa, como parte de la guerra por el liderazgo
social de las enfermedades (Breihl, 2020). mundial del capital. Y a todas estas, se declara
que no se sabe con precisión los orígenes de otras
Desde la Medicina Social, la Salud Colectiva, la afecciones virales como el VIH, ni tampoco del
Epidemiología Crítica, y más recientemente con ébola, y que llevará mucho tiempo hallar los orí-
los aportes de la filosofía del Buen Vivir/Vivir genes precisos de la COVID-19.
Bien, generadas en América, desde hace más de
treinta años, se ha producido toda una construc- Sin embargo, desde la perspectiva de la Salud
ción teórica, de saberes y prácticas, que constitu- Colectiva surgen otros enfoques y teorías ex-
yen una ruptura epistemológica con el cientifi- plicativas. Se plantea que la pandemia no es un
cismo, el racionalismo instrumental, el positivis- tema biológico, unicausal, ni de espionaje o de
mo, contenidos en el modelo médico hegemóni- enfrentamientos por mercados. Se trata, en rea-
co, imperante también en el campo de la Salud lidad, de la ruptura del equilibrio ecológico que
Mental, como ya expusimos anteriormente. Se desde hace más de 60 años viene provocando
trata en consecuencia de un pensamiento y una el desarrollo ecocida del capitalismo, poniendo
a estas alturas en peligro la vida humana sobre
práctica alternativos para reflexionar y actuar de
el planeta. El modelo extractivista que se ha
manera diferente con relación a esta problemáti-
implantado a nivel planetario destruye ecosiste-
ca de gran complejidad.
mas, bosques, ríos, selvas, de manera despiadada
Así, las alteraciones del psiquismo que observa- movido por el lucro y la ganancia desmedida e
mos en la cotidianidad, en este caso a propósito irracional. Latinoamérica es un buen ejemplo,
de la cuarentena impuesta por la COVID 19, la devastación que se está produciendo en el lla-
adquieren otro carácter. No se reduce a señalar mado “arco minero del Orinoco” (Venezuela),
que son micro-organismos (en este caso virus) la la destrucción de la selva amazónica (Brasil), los
causa de las alteraciones o trastornos psíquicos ecocidios denunciados en Colombia, Ecuador,
que se producen por causas orgánicas. No son Perú, Bolivia, Argentina. No hay país que pueda
solo lesiones, daños o traumatismos los que al- ser excluido de la lista. El capitalismo financiero,
teran la conducta, las emociones de individuos, improductivo, se combina con el modelo extrac-
familias y comunidades, antes, en y después de tivista, depredador y ecocida con las graves con-
la pandemia. Más bien nos obliga a repensar las secuencias que ello implica.
52 José León Uzcátegui

Con precisión lo afirma María Neira, directora está devastando y la está llevando a todo tipo de
de Salud Pública y Medio Ambiente de la Or- desequilibrios (p. 2).
ganización Mundial de la Salud (World Health
Volviendo a nuestro tema, desde la Salud Mental
Organization, 2021), cuando afirma que
Colectiva los efectos de la cuarentena en la po-
…la pandemia del coronavirus es una prueba más blación no solo tienen que ver con entidades clí-
de la peligrosa relación entre los virus y las presio- nicas psiquiátricas, con patologías psicológicas.
nes del ser humano al medio ambiente…los virus Se hace necesario el enfoque contextual, socio-
del Ébola, el SARS o el VIH/sida han saltado de histórico-político que conlleva la pandemia, lo
los animales a los humanos después de la destruc- cual obliga a considerar los aspectos biomédicos
ción de selvas y bosques tropicales…Las prácticas de la enfermedad (virus, síntomas, signos, me-
de deforestación intensa, que se hacen siempre en dicamentos, aparatos, vacunas) así como tam-
nombre de la economía a corto plazo, tienen efec- bién valorar los factores protectores, tales como
tos devastadores para el futuro de la humanidad. el sistema inmunológico o la resiliencia. No es
Al cortar la selva para remplazarla por agricultura solo preguntarse de qué y cómo se enferman y
intensiva y contaminante, los animales que viven se mueren las víctimas, sino por qué no se enfer-
en esos lugares donde el hombre no ha entrado man o no se mueren personas expuestas al con-
sufren profundas transformaciones. Aparecen es- tagio. Pero, además, poder apreciar el carácter de
pecies con las que no estábamos en contacto y que clase, de género, de etnia, de los afectados por la
nos pueden transmitir enfermedades. Pasar de te- enfermedad.
ner una foresta tropical a un cultivo, con abonos y
pesticidas que nunca habían entrado a ese ecosis- No hay duda que la cuarentena favorece el aflo-
tema, altera el tipo de vectores que pueden trans- ramiento de conflictos en el individuo, en la
mitir los virus. La deforestación es una forma de pareja, en la familia, pero también promueve el
tumbar esa barrera ambiental entre especies que reencuentro, el repensar la vida, replantearse in-
nos protege de forma natural…. el virus del ébola dividual y grupalmente la manera de vivir que se
saltó de los murciélagos frugívoros de las selvas tiene a nivel individual, en el hogar, en la pareja
de África occidental a los humanos y desató el y hasta en la comunidad.
contagio. Lo grave es que pasó lo mismo con el
En la conducta a seguir, desde la Salud Mental
sida y con el SARS. El 70% de los últimos brotes
Colectiva nos encontramos que la promoción
epidémicos que hemos sufrido tiene su origen en
de la Salud Mental y la participación social son
la deforestación y en esa ruptura violenta con los
imprescindibles. Pero no la pseudo participación
ecosistemas y sus especies.” (p.2)
manipulada, es más bien la participación activa,
O, de manera categórica, lo expresa el famoso consciente, crítica, organizada y movilizada de
geógrafo norteamericano David Harley (2020) la población; es la participación en la toma de
cuando dice que la “COVID-19 es la vengan- decisiones, en todos los momentos y a todos los
za de la naturaleza por más de cuarenta años de niveles. Lo otro es el discurso de la democracia,
maltrato y abuso a manos de un extractivismo vacía de contenido. Pero también considerar el
neoliberal violento y no regulado” (p. 3). Y, papel de los actores, los sanadores. Es la perspec-
como comenta Leonardo Boff (2020) cuando tiva del cuidado, de la atención amorosa de sí
argumenta que este virus vino de la naturaleza: mismo, del otro de los otros y de la naturaleza.
…como dice el Papa Francisco en su encíclica “so- Es la conciencia de que nadie puede nada sólo.
bre el cuidado de la Casa Común”: «Nunca hemos Que cada quien por su lado es un barco a la deri-
maltratado y herido a nuestra Casa Común tanto va, que unidos somos capaces de hacer posible lo
como en los dos últimos siglos». Quien la hirió imposible. Por eso se habla de utopías concretas,
fue el proceso industrial: el socialismo real (mien- las que se van construyendo en el día a día. Ya
tras existió), y sobre todo el sistema capitalista hoy se conocen miles de estas experiencias, que van
globalizado. Éste es el Satán de la Tierra que la construyendo un contrapoder contrahegemóni-
Salud Mental Colectiva, la COVID y el mundo pos-pandemia 53

co. Que están descubriendo el camino de cómo 4. La pos-pandemia


marchar del miedo a la esperanza
Es la gran interrogante. ¿Seremos iguales, peo-
Nos permitiremos aquí una extensa cita de la res, mejores? ¿La cotidianidad volverá a ser igual
extraordinaria escritora chilena Isabel Allende cuando termine la cuarentena? La economía, la
(2020) quien dibuja magistralmente la pande- política, el ambiente, no hay espacio que no haya
mia, el aislamiento, la cotidianidad y sus efectos: sido tocado por una insignificante microscópica
partícula colindante en sus características entre
Creo que vivíamos en una situación insostenible, lo fisicoquímico y lo biológico.
de un abuso contra el planeta, el clima, la natura-
leza, otras especies... una sociedad de consumo sin
Las redes sociales recogen todo tipo de reaccio-
nes de frente al futuro pos-pandemia. Desde los
ninguna vida interior y sin satisfacción interior
que anuncian que la pandemia les cambió la vida
tampoco. …. Es la primera vez, posiblemente en
para siempre, a nivel individual, familiar o labo-
la historia, que hay una sensación de que somos
ral, que su “mundo de vida” es otro, con lo cual
una sola humanidad, que lo que le pasa a uno les
se aprestan a asumir una nueva manera de vivir
pasa a todos. Estamos todos metidos en este virus, la cotidianidad. Otros, por el contrario, afirman
en cuarentena. que todo volverá a ser igual, que volveremos a la
Lo que la pandemia me ha enseñado es a soltar normalidad conocida; o de otros que atemoriza-
cosas, a darme cuenta de lo poco que necesito. dos presumen que las cosas andarán peor pues la
No necesito comprar, no necesito más ropa, no crisis económica provocada por la pandemia y
necesito ir a ninguna parte, ni viajar. Me parece
sus secuelas, como son las pérdidas económicas
de las empresas, desempleo, gobiernos quebra-
que tengo demasiado. Veo a mi alrededor y me
dos en sus economías, pérdida de ahorros perso-
digo para qué todo esto. Para qué necesito más
nales, todo ello provocaría una exacerbación de
de dos platos.
la competencia y el afán de lucro que de entrada
Después, darme cuenta de quiénes son los verda- para los empresarios estará dirigido a recuperarse
deros amigos y la gente con la que quiero estar. de la debacle a cualquier costo, y por supuesto
haciendo recaer el peso de la crisis en los consu-
Nos está enseñando prioridades y nos está mos-
midores. Sobre el futuro pos-pandemia organis-
trando una realidad. La realidad de la desigual-
mos internacionales anuncian preocupados las
dad. De cómo unas personas pasan la pandemia consecuencias; reseñamos algunos titulares mos-
en un yate en el Caribe, y otra gente está pasando trados por UNICEF (2020): “Unicef advierte
hambre. que el encierro podría matar más que el corona-
También nos ha enseñado que somos una sola fa- virus: hasta 1,2 millones de niños”, “6.000 niños
milia. Lo que le pasa a un ser humano en Wuhan, podrían morir al día por falta de acceso a salud
le pasa al planeta, nos pasa a todos. No hay esta
y suministros básicos”, “El hambre matará por
día a más personas que el coronavirus en meses”
idea tribal de que estamos separados del grupo y
(p. 2).
que podemos defender al grupo mientras el resto
de la gente se friega. No hay murallas, no hay pa- Ciertamente, lo que pueda suceder en la pos-pan-
redes que puedan separar a la gente. demia no será producto del azar o menos aún
de maldición divina alguna, ni lo decidido por
Los creadores, los artistas, los científicos, todos los mentes diabólicas o perversas, o simplemente
jóvenes, muchísimas mujeres se están planteando por la acción voluntaria de cada quien. Como
una nueva normalidad. No quieren volver a lo es de esperar, será la correlación de fuerzas, las
que era normal. Se están planteando qué mundo luchas políticas, las peleas por el poder, entre los
queremos. Esa es la pregunta más importante de países y los capitales en guerra de intereses y de
este momento. Ese sueño de un mundo diferente: mercados los que en buena medida lo decidan;
para allá tenemos que ir. ( pp.1-3). pero también las fuerzas sociales, conscientes o
54 José León Uzcátegui

no, organizadas o no, serán las que determinen que sobrevendrá una vez que el coronavirus sea un
el rumbo futuro que se nos viene. Byung-Chul penoso recuerdo. (p.5)
Han (2020), filósofo surcoreano, docente en En lo que se refiere a la pos-pandemia, sin la pan-
Berlín, sostiene que el virus no vencerá al capi- demia y sin la cuarentena, pudiéramos entonces
talismo: atrevernos a avizorar grandes tendencias. Que
La revolución viral no llegará a producirse. Nin- todo siga igual, donde cada quien haga cambios
gún virus es capaz de hacer la revolución. El virus y adaptaciones de diverso grado y carácter, para
nos aísla e individualiza. No genera ningún sen- superar los efectos de la cuarentena/pandemia;
timiento colectivo fuerte. De algún modo, cada o, en otro escenario, que se produzcan cambios,
uno se preocupa solo de su propia supervivencia. de magnitud variable, para que todo siga igual,
La solidaridad consistente en guardar distancias cambios gatopardianos; pero también, es dable
mutuas no es una solidaridad que permita soñar pensar que se produzca una toma de conciencia
con una sociedad distinta, más pacífica, más jus- de gobiernos y aún del poder económico para
ta. No podemos dejar la revolución en manos del provocar cambios importantes en la economía,
virus. (p. 3) la gobernanza, las relaciones ser humano-natu-
raleza, que entienda el significado estructural y
Frente a este sombrío panorama de posible for- trascendente de lo está en el trasfondo: la crisis
talecimiento del capitalismo responde Atilio Bo- misma del capitalismo, y más aún la posibili-
ron, (2020) desde Argentina, expresando: dad de la toma de conciencia de que estamos en
….la gente ya no aceptará más la rutina social que presencia de una crisis profunda, que requiere
hacía que cada día la gente concurriese con ove- cambios radicales inmediatos y urgentes. Algu-
juna mansedumbre a su lugar de trabajo (fábri- nos países europeos comienzan a plantearse una
ca, oficina, comercio, banco, etcétera) y aceptase nueva normalidad con modelos alternativos de
como algo natural, indiscutible, el autoritarismo organización y producción. Sin embargo, no es
de la disciplina laboral, la explotación, el desgaste
nada fácil pensar y esperar que desde el poder se
físico del viaje desde su hogar hasta su lugar de
plantee y realicen cambios que alteren las relacio-
nes de poder y de dominación existentes.
trabajo, respirar un aire cada vez más contamina-
do, asimilar el bombardeo constante del consu- La otra posibilidad, quizás la única que pareciera
mismo, endeudarse para adquirir lo que muchas capaz de cambiar el rumbo de esta locomotora
veces ni siquiera necesita y ser manipulado con suicida en la cual hemos sido embarcados como
las modernas técnicas del neuromarketing por los humanidad, es que se geste una toma de con-
grandes poderes económicos y sus mercenarios ciencia individual y colectiva, que conduzca a la
mediáticos. Su conciencia política, antes quietista creación de organizaciones y movimientos socia-
y conformista, ha sido bruscamente alterada por les, desde lo local, pero con visión global, con
una mortal pandemia. Pese a que hoy en muchos una gran pluralidad, no partidista ni religiosa
países no pueden salir a la calle se cuentan por mi- pero que no los excluya, que se proponga cons-
llones los que han aprendido a asociarse a través truir una nueva correlación de fuerzas.
de las nuevas tecnologías de información y comu- La sociedad moderna ha vivido dos grandes mo-
nicación, mediante el ya mencionado “asociati- mentos, uno primero, con el advenimiento del
vismo digital” que pone en crisis la primacía del capitalismo, en el cual el mercado controla al Es-
individualismo burgués. Si aquél llegara a combi- tado y a la sociedad, luego con la revolución rusa
narse con la previsible movilización popular en las aparece el socialismo, que devino en capitalismo
calles una vez que la cuarentena llegue a su térmi- de Estado, con lo cual, en esas experiencias, el
no la capacidad reivindicativa de los trabajadores Estado pasó a controlar al mercado y a la socie-
podría verse extraordinariamente fortalecida y dad. Lo que pudiera gestarse hoy es un nuevo
quedaría en condiciones de ejercer una influencia giro, planetario, por primera vez en la historia,
decisiva en la reorganización económica y política que permita que sea la sociedad la que controle
Salud Mental Colectiva, la COVID y el mundo pos-pandemia 55

al mercado y al Estado. Pero, más allá de eso, Consideraciones finales


el gran reto es construir una nueva manera de
Pudiéramos decir con Morin (1999): “La úni-
vivir. Esto es, una nueva manera de producir, de
ca certeza es la incertidumbre”. La pandemia ha
organizarse, de relacionarse consigo mismo, con
trastocado, revolucionado, impactado la vida
el otro, con los otros y con la naturaleza; una
cotidiana. Nos movemos entre el miedo y la es-
nueva manera de pensar, de hacer, de ser; una
peranza. Pero convencidos de que el miedo es
nueva manera de criar los hijos, de alimentarse,
paralizante y que sin esperanza no hay futuro.
de curarse, de jugar, de recrearse, una nueva ma-
nera de amar. No basada en relaciones de poder, Estamos en presencia de una crisis civilizatoria
no fundamentada en relaciones de explotación/ provocada por el viejo orden capitalista global.
dominación. El coronavirus es solo un síntoma de una crisis
global, planetaria, crisis civilizatoria, es la crisis
Y esto solo es posible hacerlo de abajo hacia arri- de una manera de vivir.
ba, con la gente. A partir de la vida cotidiana,
desde la cotidianidad. Quizás la pista la genera Es necesario/posible repensar la normalidad.
el invertir la consigna: cuando lo cotidiano se Como hemos venido afirmando, el asunto no es
vuelve extraordinario es la revolución. No es una volver a la normalidad, la normalidad en la cual
revolución armada, no es la toma del Palacio por vivíamos es en buena medida el problema. La
los consejos de obreros, campesinos y soldados. cotidianidad y la normalidad que nos constru-
Es desde el aquí y el ahora, en el día a día. Al de- yeron requieren ser repensadas, deconstruidas,
cir de Agnes Heller: “se trata de cambiar no solo reinventadas.
el modo de producción, sino también todas las La salud mental (enfermología psíquica) indivi-
relaciones de subalternidad en la sociedad, trans- dual, familiar y colectiva convulsionada (durante
formando la vida cotidiana” (Citada por Ibáñez, y seguramente después de la pandemia) requie-
1991). Revolución que comienza por nosotros re un abordaje con nuevos métodos, una nueva
mismos. No es posible cambiar el mundo, cam- aproximación, pero ahora desde la determina-
biar el afuera, sino se cambia el adentro. Cambio ción social, desde la salud como derecho, desde
que comienza en cada uno, que continúa con el la Salud Mental Colectiva. Desde la promoción
otro, con los otros, también en una nueva rela- de la salud y la vida, con participación social,
ción amorosa con la Naturaleza. Que se propon- activa, consciente crítica y organizada. Con
ga detener la barbarie en curso. Que reivindica lo una ciencia que asume el encuentro de saberes,
lúdico, lo mágico, lo poético, lo subjetivo, hasta al servicio de la gente. Tal enfoque requiere, en
lo religioso, pero la religión del perdón, de la li- primer lugar, una redefinición del concepto de
beración. La única revolución, pacífica, posible, salud mental. Replantear la separación artificial
la que permite construir un poder en el cual na- emntre lo biológico, lo psicológico y lo social.
die tenga el poder. Como en los orígenes de la Plantearse la salud integral. Luego, preguntarse
civilización cuando en la sociedad primitiva ma- como la determinación social de la salud incide
tricial las mujeres tenían el poder para que nadie en el sufrimiento psíquico, en el padecimiento
lo tuviese, lo que fue destruido por la sociedad subjetivo del individuo, y como repercute en
patriarcal, hasta nuestros días (Maturana, 1997). el comportamiento social y colectivo, todo ello
Es la revolución desde la vida cotidiana. ¿Uto- desde un enfoque de derechos. La salud como
pía? ¿Sueños? Puede ser. Decimos con De Sousa derecho y no como mercancía. La construcción
(2020) “La utopía la tienes que construir a partir colectiva de un nuevo enfoque de la salud mental
de tu cotidiano, y de la vida de los que compar- propone la denominación provisional de Salud
ten tu convivencia, tu comunidad, tu sociedad”. Mental Colectiva y Buen Vivir. Todo un reto
Lo que está en juego es la vida misma, la vida apasionante en pleno proceso. Sobre este asunto
humana sobre el planeta. ¿Seremos capaces? Esa se viene trabajando desde diversos espacios aca-
es la magnitud del reto. démicos y comunitarios a nivel latinoamericano.
56 José León Uzcátegui

En el canal de You Tube , denominado salud Latinoamérica”. Cuadernos Médico-Sociales, 75,


mental colectiva y buen vivir, se puede encontrar 21-28.
una serie de videos dedicados al tema. Allende. I. (2020). “El mundo que viene”: Entrevista.
Se habla de un nuevo orden mundial pos-pande- El Comercio (Guayaquil). 8 junio 2020.
mia, de un nuevo mundo posible, que dependerá Boff, L. (2020). “El desastre perfecto para el capitalis-
de la correlación de fuerzas; del poder de los de mo de desastre” en: https://elsiglo.cl/2020/03/23/
arriba (del 1%) que se empeña, obsesionado por el-desastre-perfecto-para-el-capitalismo-de-desas-
el poder y el dinero, en mantenerse, y, de otra tre/
parte, el contrapoder de los de abajo (que son
el 99%) que despierte de esta pesadilla y logre Boron, A. (2020) El mundo después de la pandemia.
derrotarlo. En: https://atilioboron.com.ar/el-mundo-des-
pues-de-la-pandemia-conjeturas-sobre-el-futu-
Se puede/debe hablar de una nueva normalidad ro-del-capitalismo-y-el-protosocialismo/
posible, que puede ser la base de una nueva ma-
nera de vivir, de una deseable, necesaria, posible Breilh, J. (2013). «La determinación social de la salud
nueva cotidianidad: embrión de una nueva ma- como herramienta de transformación hacia una
nera de pensar, ser y estar. nueva salud pública (salud colectiva)». Revista Fa-
cultad Nacional de Salud Pública 31: 13-27.
Otra manera de vivir es necesaria/posible. Que
se construye colectivamente, desde abajo. En Breihl, J. (2020). “SARS-CoV2: rompiendo el cerco
ello se nos va el riesgo de la existencia de la vida de la ciencia del poder Escenario de asedio de la
humana sobre el planeta, el único que tenemos vida, los pueblos y la ciencia”. Posnormales. (Bue-
y tendremos. La vida humana misma está en pe- nos Aires: ASPO). En: https://www.franciscosie-
rracaballero.net/wp-content/uploads/2020/07/
ligro.
Posnormales-ASPO.pdf
Ese es el significado de la crisis: las crisis no son
De Sousa Santos, B. (2020). La crisis del coronavirus.
buenas ni malas, las crisis son. Lo que nos dicen
Entrevista. Ethic: 8 junio 2020
es que las cosas no pueden seguir como venían,
que tienen que cambiar. Y las crisis mismas abren Franco, S. (1991). “Trayectoria de la Medicina Social
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58 Nelson de León

Escenarios y condiciones para la incorporación de


derechos en los procesos de reforma en la atención
a la salud mental. Una panorámica sobre Uruguay
y países limítrofes 1
Uruguay and Neighboring Countries: Scenarios and Conditions
for the Incorporation of Rights in Mental Health Care Reform
Processes

Nelson de León2
https://orcid.org/0000-0002-5044-3091

Resumen
A través del análisis documental y conceptual, se describen contextos y condiciones de producción
de los procesos de legislación y reforma en la atención de la salud mental en países del Cono Sur,
con énfasis en Uruguay. En las últimas décadas, a partir del retorno a las democracias en Uruguay y
países limítrofes, se han desarrollado -con diferentes resultados- intencionalidades de avanzar en el
cambio de paradigma desde una lógica manicomial hacia la atención comunitaria. Ello ha implicado
la incorporación de la perspectiva de derechos en la atención y consideración de personas usuarias.
Se profundiza el análisis en el proceso desarrollado en Uruguay a partir del año 2015, revisando las
diferentes tensiones, concepciones y puntos de vista presentes en el campo de fuerzas que concluyó
con la promulgación de la Ley de Salud Mental N° 19529 en el año 2017.
Palabras clave: derechos humanos, salud mental.

Abstract
This article describes, through a documentary and conceptual analysis, the frameworks and con-
ditions in which processes of reform and legislation on mental health attention are carried out
on countries of the Southern Cone, emphasizing the analysis on the case of Uruguay. In the last
decades, since the returning of democracies on Uruguay and neighboring countries, there have
been intentions on moving further the asylum/mental hospital logics to a shift of paradigm, getting
various results. This has led to the inclusion of a perspective that pays special attention to the rights
and consideration of the users. This analysis emphasizes its focus on the process made in Uruguay

1 El presente artículo, toma parte del marco teórico de la Tesis de Doctorado del autor, titulada: “Percepción sobre el
ejercicio de derechos vinculados a la atención en salud mental por parte de personas usuarias y familiares participantes de
organizaciones sociales. Estudio en Montevideo, Uruguay, 2018”. Doctorado Salud Mental Comunitaria de la Universidad
Nacional de Lanús.
2 PhD en Salud Mental Comunitaria. Docente e investigador hasta febrero de 2022 en la Universidad de la República,
Uruguay. Correo electrónico: deleonnelson397@gmail.com
Escenarios y condiciones para la incorporación de derechos en los procesos de reforma en la atención... 59

on the year 2015, looking through the different como enfermo psíquico en la Ley. Allí se indicó
perspectives that participated on the dispute that el servicio cerrado (internación involuntaria) con
led to the enactment of the Mental Health Law fundamento en la peligrosidad de la persona y
#19529 on 2017 la alteración del orden público (Art. 15). Quizás
este linaje histórico de prácticas de tratamiento,
Keywords: Human Rights, Mental Health
basado en la peligrosidad y el encierro, expliquen
las tensiones, resistencias y obstáculos a la hora
Introducción de producir las transformaciones del modelo de
atención manicomial y materializar el acceso real
La vulneración histórica de derechos a personas a los derechos de personas usuarias.
bajo atención del modelo manicomial y su vi-
sibilidad, ha llevado - en las últimas décadas - Castel (1980), ha alertado acerca de las dificulta-
a procesos de reformas en el campo de la salud des presentes a la hora de lograr una transforma-
mental, con el acompañamiento de adecuaciones ción del conjunto del sistema o política de salud
legislativas y normativas de diversa profundidad mental, a diferencia de los cambios y reestruc-
e impacto en la vida de las personas. En Uruguay turas que significan reordenamientos, pero con
y los países limítrofes, los procesos de reforma se permanencia y predominancia de las lógicas de
vieron afectados por las dictaduras cívico-milita- encierro o internamiento.
res de los años setenta, las cuales frenaron y re- Amarante (2006) lo ha planteado como reforma
trasaron procesos de transformación incipientes psiquiátrica, indicando como fundamental la re-
en la región a fines de los años sesenta. Fue recién formulación y el cuestionamiento del paradigma
a partir del retorno de las democracias al Cono psiquiátrico clásico. Para este autor, el uso del
Sur, que se produjeron nuevas condiciones para propio término “reforma”, ubica las tensiones y
la crítica al modelo de atención manicomial y la resistencia para la concreción real de la transfor-
necesidad de su superación para desarrollar una mación y el acceso a los derechos.
atención de la salud mental en comunidad. En
principio, fue a través de la orientación de los or- A este desafío de transformación, autores como
ganismos internacionales como la Organización Cohen y Natella (2013) lo llaman “desmanico-
Panamericana de la Salud y luego a partir de los mialización”, concibiéndolo como un proceso
Órganos de Tratado, cumpliendo un rol funda- complejo, multidimensional y basado en una
mental la Convención sobre los Derechos de las política pública de salud mental comunitaria.
Personas con Discapacidad (CDPD, 2006). Por su parte, Faraone y Valero (2013) optan por
la noción de desinstitucionalización en salud
mental, para pensar y trabajar en este desafío,
Lógicas manicomiales: el desafío de su incluyendo el análisis de poder que sostiene las
transformación prácticas de encierro, sus modos de construcción
Galende (2015), plantea que es necesario hacer y de legitimación histórica.
hincapié en las relaciones de poder que se han
producido históricamente en la atención de sa-
Contexto General
lud mental y el papel que ha cumplido el Estado.
Estas relaciones, de articulación jurídico-sanita- En América Latina y el Caribe, con la Confe-
ria, se han producido en occidente a través de rencia para la Reestructuración de la Atención
legislaciones a imagen y semejanza de la Ley de Psiquiátrica en América Latina, se establece un
Alienados del año 1838 de Francia. En Uruguay, punto de partida para orientar a los países hacia
fue la Ley 9581 del año 1936, vigente hasta el el abandono del modelo basado en el hospital
año 2017, la que estableció las formas de orga- monovalente y centrar la atención en la comu-
nización y tratamiento para las personas bajo nidad (OMS/OPS, 1990). Sin embargo, sólo
el estatus de enfermedad mental, denominadas considerando en la región a Argentina, Brasil y
60 Nelson de León

Uruguay, se observan diferencias en los procesos cindir de ese lugar destinado únicamente al con-
de reforma y articulación legislativa, así como en trol del desasosiego social (Evaristo, 2000, p. 24).
los efectos a partir de los contextos políticos. El Esta inflexión, que significa el cierre de los hos-
contexto político en el cual se iniciaron los pro- pitales psiquiátricos, adquiere actualidad en los
cesos de reforma en la atención a la salud mental procesos de reforma en desarrollo en nuestros
en estos países corresponde con la salida de las países y ha ocupado el escenario de legislación en
dictaduras cívico-militares y el terrorismo de Es- los últimos años. También lo constituyen otros
tado a fines de las décadas de 1970 y 1980. propósitos que se ubican desde la perspectiva de
Esta circunstancia ha otorgado relieves especí- derechos, tales como el ejercicio de capacidad ju-
ficos en la articulación de la atención en salud rídica, la información, el monitoreo, los recursos
mental y los derechos humanos, diferenciándo- y planes específicos para el acceso a la vida digna
y la inclusión social.
se de los procesos europeos, los cuales surgieron
al abrigo de la posguerra y se desplegaron como
fuerte crítica al aumento desmedido de las inter- Dictaduras cívico-militares en Uruguay
naciones psiquiátricas. Evaristo (2000) describe y países limítrofes: impacto en los
el contexto europeo de entonces, contextos de reforma en la atención a la
Ese fenómeno obligó a la sociedad a cuestionarse salud mental
sobre la función terapéutica y de rehabilitación de
Se puede observar este escenario, comparativa-
los hospitales psiquiátricos, sobre su respeto de los
mente, analizando brevemente los contextos
derechos humanos, sobre su coherencia con los particulares y procesos de Argentina, Brasil y
nuevos principios de reconstrucción de socieda- Uruguay.
des libres, sobre costes económicos y humanos de
las internaciones (Evaristo, 2000, p. 19). En Argentina, Faraone y Valero (2013) recuer-
dan que hacia el final del régimen militar (1976-
En las décadas posteriores, en diferentes países 1983), con el regreso del exilio de profesionales
de Europa y en Estados Unidos, se fueron co- críticos a las intervenciones deshumanizadas en
nectando con intensidad movimientos sociales y salud mental y algunas acciones de planificación
desarrollando la construcción de un pensamien- de política sanitaria, se inició la transformación
to crítico, hacia los efectos de poder de las insti- de las lógicas manicomiales y la formación de
tuciones en general, y en particular a las mani- recursos. Este inicio transformador, en la reaper-
comiales. Este movimiento tuvo su epicentro en tura democrática, se vio suspendido en la década
la reforma italiana con la Ley 180, de 1978, que de 1990: “Se produjo en esos años un quiebre
estableció el cierre de hospitales psiquiátricos. profundo en la política nacional y, por ende, en
la sanitaria y de salud mental” (Faraone y Valero,
El proceso italiano se ha mantenido como re-
2013, p. 20).
ferente en el avance de la atención comunitaria
en salud mental y el cierre de hospitales psiquiá- Pero la cimiente de alguna forma estaba sem-
tricos, y Trieste se convirtió en el ejemplo de la brada y en las décadas posteriores se pudieron
desmanicomialización. Sin embargo, este trayec- desarrollar algunas experiencias provinciales3 y
to no pudo expresarse con el mismo énfasis en se retomó, aunque con discontinuidades, el im-
otros países: pulso de la reforma que concluyó con la Ley de
Salud Mental N° 26657 promulgada en 2010 y
En los demás países occidentales, donde ya con reglamentada en 2013.
anterioridad a la experiencia italiana habían surgi-
do instancias reformadoras en el campo de la psi-
quiatría, los esfuerzos se han detenido en la idea
de la posible humanización del manicomio, o más 3 Ha sido paradigmática la reforma de la Provincia de
probablemente, en la dificultad concreta de pres- Río Negro (Cohen y Natella, 2013).
Escenarios y condiciones para la incorporación de derechos en los procesos de reforma en la atención... 61

En Uruguay, también el escenario de dictadura En 1980, es el Turno de I Encuentro Regional de


cívico-militar vivido en la década de 1970 afectó los Trabajadores en Salud Mental, en Río de Ja-
el proceso de reforma de instituciones manico- neiro, del 23 al 25 de mayo, en el cual se discuten
miales, problemas sociales –relacionados a la enfermedad
mental, a la política nacional de salud mental, a
A fines de la década del 60, ya se establecían las las alternativas surgidas para los profesionales del
recomendaciones y alertas acerca de las condicio- área, las condiciones de trabajo de esos profesio-
nes de atención. En 1985, y luego de más de una nales, la privatización de la medicina, a la realidad
década de recrudecimiento en las instituciones de político-social de la población brasilera– y denun-
encierro en el marco del terrorismo de Estado, la cias de las muchas “barbaridades” ocurridas en las
reapertura democrática y el contexto de la Con- instituciones psiquiátricas (Amarante, 2006, p.
certación Nacional Programática produjo condi- 65).
ciones para la elaboración de un Plan Nacional de
Sin embargo, en este proceso de Brasil, así como
Salud Mental (de León, 2013, p. 90).
en Argentina y Uruguay, las iniciales fuerzas de
El Plan Nacional mencionado cuestionaba el reforma fueron cooptadas, canalizadas o frena-
centralismo de la atención manicomial y pro- das, sin que se llegara a profundizar en la trans-
ponía un fuerte desarrollo de la atención comu- formación. Amarante (2006) llama “co-gestión”
nitaria. Sin embargo, al igual que en Argentina, a esta primera iniciativa en Brasil, en la cual
las políticas neoliberales, la escasez de recursos y […] el MTSM [Movimiento de Trabajadores de
la continuidad de concepciones psiquiatrizantes la Salud Mental] da las manos al Estado y camina
en el poder, no lograron revertir, en las décadas un recorrido casi inconfundible en que, algunas
posteriores, el modelo de atención. Así se descri- veces, es difícil distinguir quién es quién. El Es-
bía esta situación, por parte de una participante tado autoritario moribundo, específicamente en
directa en aquel proceso: el sector de la salud, en su necesidad de alcanzar
legitimidad, disminuir tensiones y objetivar resul-
Yo considero que el gobierno arrasó el Plan Na-
tados concretos en sus políticas sociales, desea esa
cional de Salud Mental, que lo destruyó como las
alianza, pero seguro de que los cambios no consi-
bombas destruyeron Guernica. Pero tengo claro
guen herir efectivamente las bases de esas mismas
que esto no fue un acto de mala voluntad perso- políticas (Amarante, 2006, p. 80).
nal. Creo que las corrientes neoliberales que están
impregnando todos los espacios de nuestra vida En los treinta años posteriores, se fueron signi-
pública y privada no van a permitir nunca que ficando en los tres países diferentes trayectos de
se implemente una política de fomento de la sa-
posibilidades de reformas, con avances y retroce-
sos; se pusieron en juego diferentes concepciones
lud mental en nuestro país. ¿Por qué? Porque más
acerca de la atención y los derechos, del otorga-
allá de discusiones filosóficas acerca del estatuto
miento de recursos económicos, de la participa-
epistemológico de “lo mental”, una política como
ción y formación de trabajadores y profesionales,
esta supone brindarle a la población recursos y
de las posibilidades de participación real y de in-
oportunidades para mejorar su calidad de vida
cidencia de personas usuarias y familiares.
(Rudolf, 1996, p. 107).
En Uruguay, a partir de 2005, se retomó un ca-
En Brasil la reforma también tuvo los inicios en mino de reforma en la atención en salud mental,
el ocaso del régimen militar a fines de la década que se había iniciado a la salida de la dictadu-
de 1970 y principios de siguiente; en el desarro- ra cívico-militar 20 años antes. Con el ascenso
llo adquirió relevancia el Movimiento de Traba- del Frente Amplio al gobierno nacional, se re-
jadores de la Salud Mental, que realizó múlti- conoció la deuda histórica con la situación de la
ples críticas a la situación y a las condiciones de atención a la salud mental (Ministerio de Salud
atención. A comienzos de la década de 1980 se Pública, 2005) y se realizó una primera convoca-
realizaron encuentros, jornadas y movilizaciones. toria a organizaciones sociales y académicas para
62 Nelson de León

transitar hacia una Ley de Salud Mental que sus- en tratamiento en clínicas psiquiátricas privadas
tituyera la llamada Ley de Asistencia al Psicópata y públicas.
N° 9581 de 1936. Recién en el año 2015 se reinició el proceso de
Este impulso, dado a través del grupo “Política, debate y legislación en salud mental, en un mo-
legislación y derechos humanos en salud men- mento en que la sociedad uruguaya estaba con-
tal” del Programa Nacional de Salud Mental del movida por el conocimiento de nuevas muertes,
Ministerio de Salud Pública, se produjo en un en condiciones dramáticas, de personas interna-
escenario general de cambio del modelo de aten- das en la Colonia de Alienados Bernardo Etche-
ción y gestión a la salud, a través de la creación pare. El caso de una persona que murió al ser ata-
del Sistema Nacional Integrado de Salud por la cada por una jauría de perros provocó el inicio
Ley N° 18211. En sus principios rectores esta- del tratamiento parlamentario de las condiciones
blece la intersectorialidad e integralidad de las de atención en salud mental.
políticas, la cobertura universal, la accesibilidad La convocatoria, esta vez por parte del Ministe-
y la equidad, el respeto de los principios de la rio de Salud Pública, logró la participación de
bioética y los derechos humanos de los usuarios, más de 30 organizaciones e instituciones sociales
la participación de los mismos y los trabajadores, y académicas, así como de la Institución Nacio-
la sustentabilidad de recursos y la orientación nal de Derechos Humanos y Defensoría del Pue-
preventiva (ROU, 2007). blo, creada en 2008 por la Ley N° 18446.
Sin embargo, el escenario general de transforma- Se inauguró así un proceso de intensa labor con
ción del modelo de salud no produjo la tracción la cual se logró ubicar el tema en la discusión
necesaria para el cambio de modelo en la aten- política y la agenda de los medios de comunica-
ción a la salud mental. No se logró consolidar ción, y luego de dos años de debate se promulgó
el ingreso a la discusión parlamentaria de una la Ley de Salud Mental. Así se expresaba en artí-
primera propuesta de anteproyecto de Ley de Sa- culos de prensa de entonces:
lud Mental, realizada fundamentalmente entre En este momento se está analizando en el Par-
2007 y 2009 en el ámbito del Grupo de Trabajo lamento Nacional el proyecto de Ley de Salud
anteriormente nombrado. Se generaron fuertes Mental desde una Perspectiva de Derechos Hu-
resistencias de parte de las corporaciones vincu- manos en el Marco del Sistema Nacional Integra-
ladas al sostenimiento del modelo de atención do de Salud. Como primer punto parece relevante
tradicional, basado en la atención manicomial y señalar que su redacción actual es producto de un
el predominio de la institución psiquiátrica. largo proceso de intercambio, acuerdos, discre-
Concepciones y fuerzas de ciertas corporaciones, pancias y síntesis que comenzó en 1984 –a fines
frente a las organizaciones sociales vinculadas al de la dictadura militar–, cuando múltiples orga-
campo de la salud mental y los derechos huma- nizaciones gremiales, de usuarios, de familiares,
nos, y una agenda que no incluía la vulneración científicas y universitarias ligadas a la salud men-
a los derechos de las personas institucionalizadas tal trabajaron conjuntamente y se constituyeron
de forma destacada, permitieron que pasara una en la Comisión Asesora Técnica del Ministerio de
década para volver a retomarse la iniciativa le- Salud Pública (Sibils, 2016).
gislativa en salud mental. Década que no estuvo El responsable del programa de Salud Mental
exonerada de observaciones y recomendaciones del MSP [Ministerio de salud Pública], Ariel
de órganos de tratado, como en 2010 por el co- Montalbán, explicó que lo que se tiende es a un
mité del Comité del Pacto de Derechos Econó- modelo de atención comunitaria, apoyado en
micos Sociales y Culturales. Desde allí se alerta- el de recuperación. Esta transformación que se
ba acerca de la marginación de las personas con propone implica que la persona esté internada el
discapacidad mental y el deterioro de la aten- menor tiempo posible, que sea atendida por un
ción, en particular aquellas que se encontraban equipo, que se le dé continuidad en la atención
Escenarios y condiciones para la incorporación de derechos en los procesos de reforma en la atención... 63

en lo que son las estructuras ambulatorias de po- agosto de 2017, cuando se promulgó la Ley. Esto
liclínicas con equipos especializados, en centros se observa tanto en el proceso desarrollado en la
de rehabilitación (uy.press, 2016). primera etapa, que se realizó en el ámbito del
Ministerio de Salud Pública entre abril y junio
El debate volvió a traer posiciones y tensiones
de 2015 y culminó con una propuesta elevada
que giraron en torno a las relaciones de poder en
por el Poder Ejecutivo en diciembre del mismo
el trabajo asistencial, a la perspectiva de derechos
año, así como en el debate parlamentario que se
y a diferentes concepciones epistemológicas y
dio en el Senado y la Cámara de Representantes.
políticas a la hora de la compresión de las condi-
ciones del sufrimiento. Durante 2016 y 2017 se produjeron eventos
académicos, debates en los medios de comunica-
El trabajo desarrollado hacia una ley de salud
ción y movilizaciones que siguieron mostrando
mental de Uruguay, que culminó con la aproba-
estas tensiones entre las fuerzas provenientes de
ción en agosto de 2017 de la Ley N° 19529, tuvo
las diferentes formas de concebir los derechos y
diversos escenarios y la participación de decenas
el cambio de modelo en la atención a la salud
de organizaciones, instituciones, grupos y perso-
mental.
nas vinculadas al campo de la salud mental. En
tal sentido, podría decirse que la elaboración de Esta tensión que se produce, entre las dos perspec-
la Ley fue consultiva, aunque luego, en el mo- tivas, se podría caracterizar de la siguiente manera;
mento de concreción y debate parlamentario, no una representa un modelo transformador basado
fueron incluidos varios de los aspectos plantea- en el paradigma de la salud mental con perspecti-
dos por organizaciones sociales, la Institución va de derechos donde la persona es la centralidad.
Nacional de Derechos Humanos e, incluso, re- Como sentido fundamental, promueve y defiende
comendaciones internacionales. los derechos humanos en función de lo estable-
cido por Tratados como la CDPD [Convención
Internacional sobre los Derechos de Personas
Ley de Salud Mental N.º 19529 en con Discapacidad], el Pacto Internacional sobre
Uruguay: un campo de fuerzas los Derechos Económicos Sociales y Culturales
En marzo de 2015 la conmoción producida (PISDEC) y por Principios y Declaraciones OPS/
por el fallecimiento en la Colonia de Alienados OMS como los Principios para la mejora de la
atención en Salud Mental (1991), la Declaración
Bernardo Etchepare de personas internadas, las
de Caracas (1990), la Declaración de Panamá
observaciones y recomendaciones de organismos
(2010). La otra perspectiva, parece representar la
internacionales a Uruguay y una mayor inciden-
continuidad del actual paradigma, basado fun-
cia de organizaciones sociales, produjeron con-
damentalmente en la concepción de trastorno y
diciones para que la convocatoria realizada por
enfermedad mental, dándose –por la vía de los
el Ministerio de Salud Pública a través del Pro-
hechos- la continuidad a los actuales tratamientos
grama Nacional de Salud Mental tuviera fuerza
y modalidades de atención (de León y Techera,
participativa. Esta primera etapa, que duró al-
2017, p. 55).
gunos meses, ya mostró diferencias que luego se
acentuarían, y que llevarían a la creación de la Estas diferentes posiciones y puntos de vista se
Comisión Nacional por una Ley de Salud Men- fueron expresando a medida que avanzaba la ela-
tal en mayo de 2016. Las posiciones, básicamen- boración del proyecto de ley y se le daba trata-
te, se dividían entre las planteadas por las aso- miento parlamentario. Así es que, la Comisión
ciaciones académicas y gremiales provenientes Nacional por una Ley de Salud Mental en cla-
de la Psiquiatría y, por otra parte, las del campo ve de derechos, expresaba en su último comu-
social y académico relacionado con los derechos nicado, inmediatamente promulgada la Ley N°
humanos y la salud mental. Estas diferencias 19529, las discrepancias mantenidas a lo largo
compusieron fuerzas que pugnaron también en del proceso y finalmente enunciadas en la mis-
el trabajo parlamentario y se desarrollaron hasta ma.
64 Nelson de León

Los aspectos puestos en cuestionamiento por la nes Unidas, expresada a la Comisión de Salud de
CNLSM [Comisión Nacional por una Ley de Sa- la Cámara de Representantes en junio de 2017.
lud Mental], al articulado de la Ley N° 19529, Allí se establecían algunas valoraciones coinci-
fueron en consonancia a principios consagrados dentes con la Comisión por una Ley de Salud
desde la CIDPD [Convención Internacional so- Mental y con la Institución Nacional de Dere-
bre los Derechos de Personas con Discapacidad], chos Humanos y Defensoría del Pueblo:
tales como las falencias en la capacidad jurídica
El Proyecto no consigue incorporar cabalmente
de personas usuarias, el trato discriminatorio uti-
los estándares internacionales, pues éstos esta-
lizado en las denominaciones, las condiciones de
blecen la prohibición de utilizar terminología
dependencia del monitoreo a la vulneración de
peyorativa en materia de salud mental. […]. 2.
derechos, entre otros (CNLSM, 2017).
El Proyecto no aborda interdisciplinariamente los
Otro actor fundamental en el proceso de legis- diferentes momentos del proceso de atención de
lación fue la Institución Nacional de Derechos acuerdo a lo establecido en estándares internacio-
Humanos y Defensoría del Pueblo, quien aportó nales. 3. Si bien el Proyecto crea, a través de su
datos a la Comisión de Salud del Senado para su artículo 39, un órgano contralor de las prácticas
consideración en junio de 2016. Sin embargo, de atención en salud mental, este se establecerá
estas dimensiones, no fueron tomadas en cuenta. bajo el organismo que gestiona la política de la
En sus consideraciones a la Cámara de Repre- salud coordinado por el Ministerio de Salud Pú-
sentantes, la Institución Nacional de Derechos blica. […] 4. Internación involuntaria y consen-
Humanos y Defensoría del Pueblo coincidía en timiento informado. El proyecto admite la inter-
gran medida con los planteos de la Comisión por nación involuntaria y la sustitución de voluntad
una Ley de Salud Mental, estableciendo que, si de la persona afectada por terceras personas. Esto
bien el proyecto constituía un avance en relación contradice los art. 12 y 14 de la Convención (In-
a la legislación existente entonces,4 requería calcaterra, 2017).
cambios para incluir cabalmente la perspectiva Podríamos preguntarnos acerca de las condicio-
de derechos: nes y relaciones de fuerza que se dieron, para
La INDDHH [Institución Nacional de Derechos que la Ley N° 19529 no incluyera los estándares
Humanos y Defensoría del Pueblo] considera que expresados por la Comisión por una Ley de Sa-
si bien el Proyecto de Ley constituye un avance lud Mental, la Institución Nacional de Derechos
significativo en relación al marco normativo vi- Humanos y Defensoría del Pueblo y la ONU a
gente en la materia, no consigue concretar cabal- través de la oficina regional del Alto Comisiona-
mente el salto paradigmático que implica la incor- do de Derechos Humanos.
poración efectiva de una concepción sustentada Uno de los aspectos que fueron incluidos, como
en los derechos humanos, quedando por momen- modificación, desde la Comisión de Salud de
tos atrapado en aquellos nudos problemáticos que Diputados al proyecto enviado inicialmente por
desde hace décadas han estado presentes en las el Poder Ejecutivo, fue la incorporación del año
normativas, políticas, prácticas institucionales y 2025 como fecha tope para el cierre de institu-
profesionales, y concepciones vinculadas al cam- ciones psiquiátricas de internación monovalen-
po de la salud mental (INDDHH, 2016) te5. Fue esta una de las aspiraciones planteadas
Otro aporte relevante en este sentido fue la po- por la Comisión por una Ley de Salud Mental
sición del Representante para la región del Alto desde su conformación, y tomada en cuenta en
Comisionado de Derechos Humanos de Nacio- el último tramo de promulgación de la Ley.
Se promulgó una Ley que no logró establecerse
en aspectos fundamentales, en consonancia y a
4 Hasta 2017, la Ley 9581 de 1936 fue la legislación
existente de organización de la asistencia, con componentes
la altura enunciativa que los tratados y las reco-
asociados a la peligrosidad y la moral en las fundamentacio-
nes para la atención. 5 Artículo 37 de la Ley N° 19529.
Escenarios y condiciones para la incorporación de derechos en los procesos de reforma en la atención... 65

mendaciones han planteado. Quedaría un análi- da y a la prescripción médica con predominan-


sis –que excede el objetivo de este artículo–, para cia, como se puede observar en los artículos 27 y
visualizar en profundidad las fuerzas culturales, 31 subsiguientes.
políticas y corporativas que operaron en tal sen-
En cuanto al derecho a la libertad personal y la
tido.
garantía del debido proceso, no se encuentran
En 2017, luego de promulgada la Ley, el Meca- garantizadas en tanto la carga de notificación no
nismo Nacional de Prevención de la Tortura6, establece la obligatoriedad de asesoría legal. Y el
desde la órbita de la Institución Nacional de órgano de monitoreo y supervisión no se adecua
Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo se a los Principios de París respecto a la autonomía
elaboró un documento en el cual se alerta acerca e independencia, y se encuentra en la esfera del
de la necesidad de armonización entre la Ley de Poder Ejecutivo, Ministerio de Salud Pública,
Salud Mental N° 19529 y la actual normativa de como está establecido en el artículo 39.
Uruguay, de forma tal de poder actuar en térmi-
nos de protección de derechos. Desde la promulgación de la Ley N° 19529, el
proceso de reglamentación ha sido lento, la asig-
nación y redistribución de recursos económicos
A manera de cierre: la Ley 19529 en dirigidos a la atención comunitaria insuficientes
Uruguay a cinco años de promulgación y la presencia en la agenda de los derechos y la
salud mental, pareciera ubicarse nuevamente en
Luego de más de cinco años de promulgada la
cierta opacidad.
Ley, la reglamentación no ha avanzado en fun-
ción de las orientaciones planteadas por el Me- En el actual contexto, el mayor desafío plantea-
canismo Nacional de Prevención de la Tortura do para Uruguay es el cumplimiento de la Ley,
y tampoco se han provisto recursos económicos en cuanto a: monitoreo efectivo de vulneración
suficientes en la rendición de cuentas para avan- de derechos, promover acciones para el cierre de
zar en la operativización. hospitales monovalentes en todo el territorio na-
En síntesis, y en función del articulado de la Ley cional hacia el año 2025, fortalecimiento de la
de Salud Mental N° 19529, se puede visualizar red territorial y de la participación de personas
que la misma no logró adecuarse cabalmente a usuarias, familiares, trabajadoras y trabajadores,
los estándares de derechos que se venía solicitan- sector académico, sistema jurídico y de la comu-
do desde los tratados ratificados por el país. nidad en general, a los efectos de lograr el apoyo
para la transformación social que implica el cam-
Respecto a la capacidad jurídica, en lo que se re- bio de modelo de atención.
fiere al ejercicio del consentimiento informado
de la persona usuaria, establecido en el artículo
23, se hace referencia al artículo 11 de la Ley N° Bibliografía
18335, de 2008, de derechos y deberes de per-
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Madres de Plaza de Mayo.
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persona como usuaria de la salud en general y a Castel, R. (). El orden psiquiátrico. Madrid: La Piqueta.
la persona usuaria de atención en salud mental.
Cohen, H. y Natella, G. (2013) La desmanicomiali-
En este último caso, en lo que corresponde a las
zación: crónica de la reforma de salud mental en Río
terapéuticas, incluida la internación involunta-
Negro. Buenos Aires: Lugar.
ria, los artículos de la Ley N° 19529 dejan a la
persona en una capacidad de elección diferencia- CNLSM, (2017). Comunicado a la opinión pública
ante la aprobación de la Ley de Salud Mental, Mon-
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66 Nelson de León

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Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en prácticas de construcción de paz, Colombia 67

Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en


prácticas de construcción de paz, Colombia
Dimensions of “The Collective” of Mental Health in
Peacebuilding Practices, Colombia

Dora María Hernández-Holguín1


https://orcid.org/0000-0002-1050-6625

Resumen
La salud mental ha sido estudiada principalmente desde la perspectiva dicotómica salud-trastorno.
Este artículo aporta al conocimiento en salud mental con fundamento en la salud colectiva. El obje-
tivo es describir las dimensiones de lo colectivo en relación con la salud mental, en algunas prácticas
de construcción de paz. Se hizo un estudio de casos múltiples, en el cual participaron tres organiza-
ciones sociales del Oriente Antioqueño, noroccidente de Colombia; así como, revisión documental,
observación, entrevistas y grupos de discusión, y un análisis categorial guiado por la noción configu-
ración en cuanto al planteamiento de dimensiones y relaciones de lo colectivo con la salud mental.
En la relevancia de lo colectivo se encuentran tres dimensiones: ethos comunal, cuerpo colectivo, lo
político. Es necesario seguir trabajando en la construcción de una red conceptual en salud mental
hacia la superación de la patologización y la medicalización del sufrimiento social en este campo.
Palabras claves: salud mental, salud colectiva, lo colectivo

Abstract
Mental health has been studied mainly from the dichotomous health-disorder perspective. This arti-
cle contributes to the knowledge in mental health based on collective health. The objective is to de-
scribe the dimensions of the collective in relation to mental health, in some peacebuilding practices.
A multiple case study was carried out, in which three social organizations from Eastern Antioquia,
north-western Colombia, participated. A documentary review, observation, interviews and discus-
sion groups were carried out, as well as a categorical analysis guided by the notion of configuration
regarding the approach of dimensions and relationships of the collective with mental health. In the
relevance of the collective there are three dimensions: communal ethos, collective body, the political.
It is necessary to continue working on the construction of a conceptual network in mental health
towards overcoming the pathologization and medicalization of social suffering in this field.
Keywords: Mental Health, Collective Health, The Collective

1 PhD Salud Pública. Psicóloga. Profesora Universidad de Antioquia. Correo electrónico: doram.hernandez@udea.edu.co
68 Dora María Hernández-Holguín

Introducción trabajan por la construcción de paz y en cone-


xión con la vida cotidiana, con el propósito de
Este artículo es producto de la investigación
superar la connotación morbicéntrica, individual
“Configuración de la salud mental en las prácti-
y políticamente indiferente desde la cual se le ha
cas sociales de construcción de paz en el Oriente
estudiado, contribuyendo así a expandir esta lí-
Antioqueño, 1956-2020: aportes a un concepto
nea de investigación. Se espera que los hallazgos
de salud mental colectiva para Colombia” (Her-
presentados aquí puedan ser parte del trabajo en
nández-Holguín, 2021), tesis doctoral de la au-
salud mental de líderes, lideresas, profesionales
tora. El interés aquí está puesto en presentar la
y organizaciones, públicas y privadas en salud
configuración lograda de la salud mental en las
mental en contextos de sufrimiento social.
formas colectivas de las prácticas de construcción
de paz contempladas en el estudio. Lo colectivo En cuanto al conflicto armado colombiano, éste
ocupa un lugar central en defensa de la vida por ha sido difícil de explicar no sólo por su carácter
parte de las comunidades o como respuesta sa- prolongado, sino también por la participación
nadora frente al sufrimiento social ocasionado, cambiante de múltiples actores legales e ilegales,
en este caso, en el contexto del conflicto armado por su reconfiguración en el tiempo, por su ex-
colombiano, de manera que lo colectivo y en él, tensión geográfica, y por su relación con otras
el cuidado de la vida, constituyen un punto de violencias que se viven en el país (Ávila, 2020).
encuentro entre la construcción de paz y la pro- Paradójicamente, las comunidades indígenas,
ducción y el cuidado de la salud mental. afrocolombianas y campesinas, las más afectadas
por el conflicto armado son las mismas que han
El interés por comprender el entramado que se
liderado muchas de las experiencias de construc-
produce entre conflicto armado/construcción
ción de paz (Rettberg y Quishpe, 2017).
de paz y salud mental, se señala desde la misma
creación de la Organización Mundial de la Salud Algunos datos sobre los efectos del conflicto ar-
(1946), que puso el foco en los efectos de la pri- mado en Colombia registran desde 1985 hasta
mera y la segunda guerra mundial sobre la salud ahora 9.237.051 víctimas (República de Colom-
mental. Al respecto, los estudios han privilegiado bia, 2022); además ha generado la destrucción
una mirada patocéntrica bajo la categoría diag- de tejido social, del arraigo, de tradiciones cultu-
nóstica de Trastorno por Estrés Postraumático, rales y redes de confianza, así como un aumento
además de otra serie de taxonomías psiquiátricas, de la inequidad y de daños a estructuras comuni-
asociadas a la atención individual en los servicios tarias (Centro Nacional de Memoria Histórica,
de salud, generando una serie de vacíos y pregun- 2013), al tiempo que se han reportado iniciativas
tas alrededor de aspectos socioculturales, además de construcción de paz; una investigación regis-
del sentido colectivo y político que subyace a los tró 1900 iniciativas en el período 1985-2016
vínculos sociales y a la resistencia social como (Rettberg; Quishpe, 2017), con una variada
respuestas de salud mental (Arias-López, 2014). agenda temática, en la cual sobresalen experien-
De otro lado, se han realizado estudios desde la cias sobre cultura, arte y educación para la paz,
perspectiva psicosocial de la salud mental, que, fortalecimiento de capacidades locales, trabajo
si bien han sido claves para la reconstrucción del con víctimas, formación política y ciudadana,
tejido social en las relaciones comunitarias y en entre otras, con una mínima presencia del tema
la consideración de los derechos humanos en la de salud.
guerra, sobresale su heterogeneidad en la posi- De acuerdo con estos antecedentes, este artículo
ción epistemológica y política (Hernández-Hol- responde al interés por describir las dimensio-
guín, 2020). nes de lo colectivo en la salud mental en algunas
Ante esta situación se considera meritorio pro- prácticas sociales de construcción de paz que han
blematizar la salud mental resaltando su carácter liderado las comunidades del Oriente de Antio-
social y cultural, sus implicaciones políticas en quia, para lo cual nos planteamos las siguientes
comunidades víctimas del conflicto armado, que preguntas:
Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en prácticas de construcción de paz, Colombia 69

¿Cómo se relaciona lo colectivo con la salud Corporación Educativa para el Desarrollo Inte-
mental y las prácticas de construcción de paz es- gral (COREDI) y la Asociación de Mujeres del
tudiadas? ¿Cuáles son las dimensiones de lo co- Oriente (AMOR).
lectivo con respecto a la salud mental?
Para responder estas preguntas, en primer lugar, 1. Referente geoespacial: el Oriente
partimos de la convicción de que es necesario
Antioqueño
trabajar en la superación de las brechas entre dis-
ciplinas y con respecto al saber de las comunida- El departamento de Antioquia, al noroccidente
des, y así favorecer una mayor comprensión de de Colombia, está organizado en 125 munici-
la realidad. En segundo lugar, nos distanciamos pios que se agrupan en nueve subregiones y en
de la forma tradicional como se ha estudiado en ellas, 25 zonas de acuerdo a sus características
la salud pública la salud mental, especialmente geográficas (Gobernación de Antioquia, 2015).
cuando hablamos de víctimas del conflicto ar- La subregión del oriente tiene cuatro zonas: Bos-
mado, desde los diagnósticos psicopatológicos ques con los municipios de Cocorná, San Fran-
y los servicios de salud. En tercer lugar, nos si- cisco y San Luis; Embalses: Alejandría, Concep-
tuamos en la salud colectiva, para, desde allí ción, El Peñol, Granada, Guatapé, San Carlos y
describir las dimensiones de “lo colectivo” con San Rafael; Páramo: Abejorral, Argelia, Nariño
respecto a la salud mental, presentes en las prác- y Sonsón; Valle de San Nicolás o Altiplano: El
ticas de construcción de paz de las tres organiza- Carmen de Viboral, El Retiro, El Santuario,
ciones sociales que participaron en el estudio: el Guarne, La Ceja, La Unión, Marinilla, Rionegro
Movimiento Cívico del Oriente Antioqueño, la y San Vicente (Mapa 1).

Mapa 1. Oriente Antioqueño, ubicación geográfica, zonas y municipios


Fuente: construcción propia
70 Dora María Hernández-Holguín

Conflicto armado sinatos, personas desaparecidas, desplazamien-


to forzado y minas antipersona, entre otros. La
Para la década de 1960 el Oriente Antioqueño se
subregión ha aportado, en su conjunto, casi el
convierte en una zona estratégica por su biodiver-
30% de las víctimas de Antioquia y el 4% de
sidad, su riqueza mineral hídrica, agropecuaria y
las víctimas del país, identificadas por la Unidad
ganadera. Para entonces, a más del descontento
para las víctimas (República de Colombia, 2022)
por las restricciones a la participación política y
desde 1985.
el inicio de la organización guerrillera, el país en
el plano económico tenía afán en la expansión de Pese a que en medio del conflicto armado se bus-
la infraestructura eléctrica (Olaya, 2017). En ese caba debilitar las organizaciones y los liderazgos
contexto empezó la construcción de la represa El comunitarios y que sus procesos organizativos
Peñol-Guatapé sobre tierras de los campesinos y se vieron afectados, la reacción de sus habitan-
campesinas, y continuó en los años 70´s con la tes y su capacidad organizativa han hecho que el
construcción de las hidroeléctricas de San Car- Oriente Antioqueño se destaque por la manera
los, Jaguas, Calderas y Guatapé, la autopista Me- de reaccionar al conflicto y de organizarse para
dellín-Bogotá y el aeropuerto internacional José superar sus efectos.
María Córdova. Los desplazamientos debido a
estas mega-obras fueron aumentando paulati-
namente con la llegada de grupos guerrilleros y Iniciativas de construcción de paz
paramilitares, quienes se enfrentaban entre sí por En el Oriente Antioqueño se encuentra una acti-
el control de las tierras. va participación social y comunitaria en la cons-
Como consecuencia de la construcción de las trucción de paz (Hernández-Holguín, 2021)
hidroeléctricas y del incremento desproporcio- con una presencia activa de las organizaciones
nado e inequitativo de las tarifas de servicios que lideran, por medio de estrategias y proyec-
públicos en la subregión con respecto a Mede- tos, iniciativas de construcción de paz en todos
llín, nace el Movimiento Cívico para la defensa los municipios y a lo largo del tiempo (1956-
de los recursos naturales y los servicios públicos. 2020). Entre ellas sobresalen las organizaciones
Posteriormente se dio la participación de los lí- de base comunitaria y empresarial, y la participa-
deres cívicos, en la escena política, como candi- ción de la Iglesia Católica; que se han enfocado,
datos a alcaldías y concejos, en las elecciones de entre otras, en la recuperación de la memoria, en
1988, sin embargo, la violencia que se instauró procesos de reconciliación y verdad, apoyo psi-
en esta zona también debilitó el Movimiento, y co-afectivo, economía solidaria, actos simbólicos
contribuyó a la generalización de un ambiente de movilización masiva, marchas, foros y asam-
de inseguridad e incertidumbre ante el futuro, bleas en espacios públicos; que les han permitido
con repercusiones en las actividades económicas recuperar la confianza, reconstruir el tejido social
y en los lazos de cohesión de sus habitantes (Ob- y se han convertido en oportunidades para gene-
servatorio del programa presidencial de derechos rar nuevas opciones de vida.
humanos y Derecho Internacional Humanitario, Algunas de las organizaciones actuales que tra-
2004, p.12, citando a Uribe MT. 2001). bajan por la paz en la subregión son: ACORA
Por lo tanto, el Oriente Antioqueño, que en los (Asociación de Concejos Municipales del Orien-
años 60´s era reconocido por su labor agrícola y te Antioqueño), ACA (Asociación Campesi-
riqueza hídrica, pasó a ser la subregión más vio- na de Antioquia), la corporación PRODEPAZ
lenta de Antioquia, especialmente entre 1990 y (Programa Desarrollo para la Paz), la Corpora-
2005. La intensidad de la violencia ha sido más ción CONCIUDADANÍA, la Diócesis Sonsón
fuerte en los municipios cercanos al Magdalena Rionegro de la Iglesia Católica, MOVETE (Mo-
Medio, y se han dado menos hechos violentos en vimiento social por la vida y la defensa del terri-
los que son vecinos de Medellín, aun así, todos torio del Oriente Antioqueño), y las organiza-
los municipios sufrieron victimizaciones, ase- ciones de interés en este estudio, el Movimiento
Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en prácticas de construcción de paz, Colombia 71

Cívico del Oriente Antioqueño, COREDI y la alfabetización y formación en liderazgo, educa-


Asociación de Mujeres del Oriente. ción formal en algunos municipios de la subre-
gión desde 1992, posicionamiento con su oferta
educativa para la ruralidad en otros municipios
El Movimiento Cívico del Oriente de Antioquia; la construcción y sistematización
Antioqueño de su propio modelo educativo, el Sistema Edu-
El Movimiento Cívico empezó a consolidarse cativo para el Trabajo Asociado (SETA), y ac-
como tal en la década de los años 60 en varios tualmente la ampliación de sus servicios desde
municipios de la subregión en defensa del te- la primera infancia hasta la educación tecnoló-
rritorio y de los servicios públicos. Estas luchas gica. Una de las experiencias que se integró a los
populares frente al conflicto social y político con propósitos de COREDI entre 2016 y 2018 fue
el Estado fueron demandando cada vez mayor el proceso de formación en teatropedagogía para
organización del Movimiento hacia la reivin- la paz y la transformación social, una propuesta
dicación de sus derechos, en una participación de formación teatral que ofreció a sus docentes y
masiva las comunidades procedieron a reunirse comunidades educativas.
en asambleas populares locales, y a conformar
juntas cívicas, acciones colectivas que fueron
tomando cada vez más un carácter subregional, La Asociación de Mujeres del Oriente
y se fue constituyendo en una de sus fortalezas.
Entre sus prácticas sociales, hasta la década de Antes de la Asociación de Mujeres del Oriente
1980, sobresalían la reflexión en los ámbitos lo- la situación de las mujeres de la subregión estu-
cales, las denuncias, movilizaciones y protestas vo marcada por el aislamiento debido a razones:
sociales ante las entidades públicas implicadas geográficas, de exclusión política y social y por
en sus demandas, su interés era el ejercicio po- la invisibilización de su saber y su sentir, de lo
lítico colectivo. El Movimiento Cívico empezó cual fueron adquiriendo conciencia por medio
a hacer un quiebre en las tradiciones políticas de encuentros locales y regionales que iniciaron
de la subregión, pues más que la alineación con durante la construcción de las hidroeléctricas
un partido político, interesaban propósitos co- hasta lograr la formalización de la organización
munes de lucha. Desde 1982 empezó a ser víc- en 1994. La Asociación de Mujeres del Oriente
tima de estigmatización, lo acusaban de ser un ha creado espacios de formación política para las
colectivo insurgente, más de 200 de sus líderes mujeres, el Modelo de pasos y abrazos para la
fueron asesinados, fue víctima de desplazamien- atención psicosocial a las víctimas de violencias;
to forzado, amenazas y masacres, lo que generó además de otros espacios como los Círculos de
afectaciones y daños individuales y colectivos. El convivencia y las Asambleas comunitarias, espa-
Movimiento en 2018 fue declarado víctima co- cios desde los cuales ha logrado orientar un tra-
lectiva del conflicto armado, y se encuentra en bajo con las mujeres víctimas del conflicto arma-
proceso de reparación por parte del Estado.
do en todos los municipios de la subregión y en
otras regiones de Colombia.
La Corporación Educativa para el En las dinámicas del Movimiento Cívico, de CO-
Desarrollo Integral REDI y de la Asociación de Mujeres del Oriente,
COREDI es una organización adscrita a la Igle- sobresalen algunos elementos claves relacionados
sia Católica, su apuesta por la paz por medio de con la salud mental, como son la concepción de
una educación con enfoque asociativo-solidario sujeto/sujeta, la producción de subjetividades, su
propende por la dignificación de las y los cam- conformación como colectivo y el establecimien-
pesinos, su cultura y su territorio. Desde sus to de vínculos sociales, y las afectaciones y daños
antecedentes a finales de la década de 1960, ha relacionados con las victimizaciones. El énfasis
destacado diversos momentos en su trayectoria: en este texto, corresponde a lo colectivo.
72 Dora María Hernández-Holguín

2. Consideraciones metodológicas revisión documental, 42 organizaciones que


trabajan en construcción de paz en el ámbito
La comprensión de las prácticas sociales fue la
subregional.
ruta elegida para avanzar en la investigación, de
forma que fuera haciendo explícita la manifesta- • A las 42 organizaciones les fueron aplicados
ción de la salud mental en ellas. De allí que para los criterios de inclusión: que hubiera sido
su abordaje fueron tenidos en cuenta los aportes emprendida con participación comunitaria;
de Gadamer (1998) y Bourdieu (1997), el pri- que su propósito incluyera, ya fuera implí-
mero, por sus contribuciones sobre la hermenéu- cita o explícitamente la construcción de paz,
tica, como arte de la interpretación, postura epis- y con trabajo desde antes de 2012, previo al
temológica de esta investigación, y el segundo, inicio del proceso de paz del gobierno nacio-
por sus estudios y planteamientos sobre las prác- nal con las Fuerzas Armadas Revolucionarias
ticas sociales desde un punto de vista relacional, de Colombia (FARC). Fueron seleccionadas
así como en ambos, la evocación histórica de la 11 organizaciones.
realidad y la necesaria reflexividad crítica para su
• Se hizo una comparación entre las 11 organi-
estudio.
zaciones hasta seleccionar tres por la hetero-
Se realizó un estudio de casos múltiples, en el geneidad en sus líneas estratégicas: el Movi-
cual, cada una de las tres organizaciones sociales miento Cívico, precursor de la organización
corresponden a una unidad de observación y a social y la defensa del territorio; COREDI,
su vez a un caso. El estudio de caso es entendido, con su modelo educativo SETA ha sido una
según Yin (1994) como un método de investiga- alternativa para la educación y el desarrollo
ción que se ocupa de situaciones complejas, con rural; y la Asociación de Mujeres del Orien-
tantas variables de interés que ameritan múltiples te, que ha trabajado en la formación política
fuentes de evidencia, requiriendo que los datos de las mujeres y en la reconciliación.
converjan de forma triangular, y que se benefi-
cie del previo desarrollo de proposiciones teóri- La producción de información se hizo por medio
cas para guiar la recogida de datos y su análisis. de la revisión de 219 documentos del archivo de
En cuanto al caso, este es considerado por Stake las organizaciones sociales, de material periodís-
(1998), un sistema integrado, con unos límites y tico, libros, artículos científicos e informes de
unas partes constituyentes que no son simples ni investigación recomendados durante el traba-
claros, están relacionados con contextos políti- jo de campo, los cuales fueron seleccionados si
cos, sociales, históricos y personales. cumplían con el rigor conceptual, metodológico
y/o histórico, según el caso; se hizo observación
El proyecto fue considerado de riesgo mínimo, (de 50 eventos o actividades), 24 entrevistas y 12
según la Resolución 8430 del Ministerio de Sa- grupos de discusión. El análisis categorial fue rea-
lud (República de Colombia, 1993), los consen- lizado mediante codificación abierta y focalizada
timientos informados para la realización de las según la etapa de la investigación, y se mantuvo
entrevistas y los grupos de discusión se ajustaron una perspectiva histórica durante la producción
a lo establecido en la misma Resolución; y con- y análisis de la información, que marcó la rele-
tó con el aval y acompañamiento del Comité de vancia del periodo 1956-2020.
Ética de la Investigación de la Facultad Nacional
de Salud Pública, Universidad de Antioquia, tal Al afianzar la relación con las organizaciones se
como lo certificó en la sesión 181 del 19 de abril fueron dando unos ritmos y actividades propias
de 2018, código: CI 00125-2018. de cada una: participación en algunas asam-
bleas de la Asociación de Mujeres del Oriente,
La selección de las organizaciones participantes así como en sesiones de su escuela de formación
se hizo en tres momentos: política y en actividades de las organizaciones
• En un primer momento fueron identifica- locales de mujeres; con COREDI en sus proyec-
das, por medio de observación, entrevistas y tos de extensión en formación teatral dirigido a
Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en prácticas de construcción de paz, Colombia 73

sus comunidades educativas campesinas, lo que rables sobre las interconexiones del fenómeno en
permitió mantener una comunicación periódica estudio, que en este caso fueron las dimensiones
con algunos docentes, administrativos de la ins- y relaciones de “lo colectivo” con respecto a la
titución y estudiantes. La historia y actualidad salud mental.
del Movimiento Cívico llevó a una dinámica di-
Las categorías: organización comunitaria, repa-
ferente, que implicó hacer parte del proceso de
ración colectiva, alianzas y rupturas, lo psicoso-
reconocimiento como víctima colectiva del con-
cial, daño colectivo, vínculos sociales, ejercicio
flicto armado, realizando entrevistas y grupos de
político, subjetividad y cuerpo, fueron mostran-
discusión motivados y convocados por la misma
do tendencias hasta lograr la identificación de las
organización.
dimensiones de lo colectivo en la salud mental:
El muestreo al interior de los casos se orientó por ethos comunal, lo histórico en lo colectivo; lo
variación máxima (Merrian citado en Browm, colectivo como cuerpo y lo político de lo colec-
2008), lo que significó propender por la diver- tivo.
sidad de participantes según sexo, edad y zona
de la subregión. En el total de entrevistas partici-
paron 18 hombres y 16 mujeres, y en los grupos 3. La salud - mental, aportes de la salud
de discusión 68 mujeres y 46 hombres; jóvenes, colectiva
adultos/as y adultos/as mayores. Las entrevistas La propuesta de salud colectiva surgió en Brasil a
y grupos de discusión se realizaron en 11 de los finales del siglo XX como un movimiento episte-
23 municipios. En la revisión documental hubo mológico, ético y político comprometido con la
representación de todos los municipios y de di- transformación social, cuyo objeto de estudio es
versos momentos del periodo en estudio. la complejidad de las relaciones promoción-sa-
Uno de los elementos orientadores del análisis lud-enfermedad-cuidado, en contra de inter-
fue la noción de configuración, la cual conforma venciones asistencialistas; alternativa a la salud
una alternativa de razonamiento teórico abierto, pública tradicional y a la medicina preventiva
diferente a la deducción, pues recupera la idea (Silva-Paim, Almeida-Filho, 1998). A diferencia
de un amplio rango de términos, ya sean teóri- de la salud pública tradicional que parte de una
cos o del lenguaje común, semejante a una red concepción dicotómica (salud-enfermedad) de la
conceptual y flexible en grados de claridad, hacia salud, la salud colectiva concibe ésta como pro-
un planteamiento amplio de dimensiones y rela- ducto de sociedades complejas y contradictorias
ciones de datos y conceptos (De la Garza, 2001). en contextos históricos particulares, incluyendo
Con este punto de partida se procedió al análisis lo conflictivo del sujeto, sus intereses sociales y
categorial, a la vinculación de los conceptos y los políticos, y su accionar en la construcción de la
datos, buscando ir más allá de estos para analizar historia (Minayo, 2001), así como los universos
y teorizar, con base en la propuesta de análisis de simbólicos que se construyen a partir de condi-
contenido de Klaus (1990): se complementaron ciones socio-culturales, locales y globales (Almei-
las categorías previas con las emergentes, hasta da-Filho et al, 1999). De tal manera que para la
llegar a conceptos e ideas; se identificaron hallaz- salud colectiva son los sujetos históricos y críti-
gos contradictorios y pobres que no cabían en la cos, quienes producen salud (y construyen paz)
organización lograda, así como patrones, regula- en sus contextos de vida cotidiana.
ridades, contrastes y paradojas entre categorías, Un asunto con implicaciones socio-políticas es
con apoyo de diagramas que condujeran a lograr la necesidad de tener presente en los procesos de
coherencia conceptual.
construcción de paz y en las condiciones de salud
Para el cierre de la muestra se siguieron las pis- mental, las inequidades socioeconómicas y polí-
tas que ofrece Minayo (2017) en cuanto a haber ticas que han afectado a las comunidades antes,
logrado en cantidad e intensidad una compren- durante y después del conflicto armado (Medina,
sión, profundización, alcance y diversidad espe- López, 2011); no basta con restablecer relaciones
74 Dora María Hernández-Holguín

que faciliten la tranquilidad, se debe buscar la y que no se expresa ni dentro ni fuera del mismo
reflexión sobre las causas del conflicto desde la (da Escóssia, 2010), es una realidad que se cons-
justicia social, la conciencia sobre la propia situa- tituye en un afuera interior, cuya relación con el
ción permitirá aportar en la construcción de paz, individuo es de prolongación y no de oposición.
ahondando en una comprensión situada, histó-
En los casos estudiados, las prácticas de cons-
rica y social de lo que ha llevado a la continuidad
trucción de paz reflejan lo colectivo, por ejem-
de la violencia, para superarla y avanzar desde
nuestro quehacer hacia la promoción de relacio- plo, en los acuerdos logrados en las asambleas
nes pacíficas, constructivas, solidarias y dignas. multitudinarias del Movimiento Cívico y en los
beneficios compartidos, productos de sus luchas;
Algunos autores de la salud colectiva se han refe- en las iniciativas colectivas de trabajo agropecua-
rido a la salud mental como campo social a la luz rio que son promovidas desde el Modelo SETA
de la teoría de Bourdieu, en palabras de Galende de COREDI y en los encuentros para el apoyo
(2012, p.28) “más que de una disciplina habla- psicosocial y la reconciliación de la Asociación
mos de una transdisciplina o del campo de la sa- de Mujeres del Oriente.
lud mental”, para hacer énfasis en la demanda de
una reflexión epistemológica y metodológica que
más allá de la lógica disciplinar, incluya lo socie- Dimensiones de lo colectivo en la salud
tal, lo político, entre otros, otorgue racionalidad mental – y en la construcción de paz
científica propia a sus conceptos y a sus prácticas,
y que permita la ruptura o el paso desde la psi- La lectura de la salud mental en clave de salud
quiatría biológica al campo de la salud mental, colectiva en contextos de construcción de paz
es decir, desde lo disciplinar, donde se da una ha permitido la identificación de tres aspectos,
subjetividad singular, pasando por un momento que en este caso han sido nombrados como di-
interdisciplinario, en el que se da una intersub- mensiones de lo colectivo y que guardan, cada
jetividad interior, hasta la subjetividad transdis- uno correspondencia con la salud colectiva. El
ciplinaria en la que se integran, bajo tensión y orden de presentación no representa jerarquía en
conflicto, los saberes y prácticas de las disciplinas las dimensiones, más bien, guardan interrelación
que integran el campo. entre ellas y se pueden ver de manera transversal
Nunes (2010), por su parte reconoce el campo en las dinámicas del colectivo, estas son: el ethos
de la salud mental en relación permanente con comunal: lo histórico en lo colectivo, lo colectivo
la salud colectiva, por su interés centrado en la como cuerpo, y lo político de lo colectivo. La
vida, en los colectivos y por las tensiones en rela- primera hace referencia al carácter histórico de la
ción con el derecho a la salud. salud mental en perspectiva colectiva y a la forma
de establecer relaciones con otros en contextos
generadores de violencia, como ocurre con las
4. Lo colectivo en la salud mental comunidades afectadas por el conflicto arma-
Desde un punto de vista no dicotómico “lo co- do en Colombia; la segunda, lo colectivo como
lectivo” no coincide ni con un nivel social to- cuerpo, hace alusión a la presencia social, que en
talizado ni con una interacción de seres indivi- forma de un cuerpo colectivo permite mostrarse
dualizados, éste es más bien entendido como con mayor seguridad ante la sociedad, y lo po-
un espacio-tiempo común e impersonal entre lítico de lo colectivo hace énfasis en la transfor-
individuos, que se gesta a partir de lo que éstos mación social de la que es capaz un colectivo en
aún no son, de potencialidades que se movili- búsqueda de la paz, así como para la producción
zan por medio de procesos de toma de forma, de de salud mental. La forma de nombrar estas di-
creación (da Escóssia, 2008). En este sentido, lo mensiones viene del pensamiento latinoamerica-
colectivo no es un entorno exterior al individuo, no, de Bolívar Echeverría, Lucía Linsalata, Veró-
sino una red de conexiones de la que forma parte nica Gago y Liliana da Escóssia.
Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en prácticas de construcción de paz, Colombia 75

Figura 1. Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en prácticas de construcción de paz

a. Ethos comunal: lo histórico en lo colectivo nal de Lucía Linsalata (2012). Para Echeverría,
ethos histórico hace alusión a:
Las primeras formas de organización comunita-
ria en el Oriente Antioqueño surgieron por nece- Un comportamiento social estructural [en el que]
sidad y motivación de las mismas comunidades, se repite una y otra vez a lo largo del tiempo la
y evocaron en esta investigación prácticas de tra- misma intención que guía la constitución de las
bajo colectivo ancestrales en Colombia: la min- distintas formas de lo humano… Es la puesta en
ga y el convite. La minga, en lengua quechua, es práctica de una estrategia destinada a hacer vivible
una de las formas como han trabajado y lucha- lo invivible, a resolver una contradicción insupe-
do las comunidades indígenas, significa acción rable… una “morada” para una cierta afirmación
mancomunada, es decir, trabajar juntos por un de lo humano… un principio de organización de
fin común (Organización Nacional Indígena de
la vida social y de construcción del mundo de la
Colombia, 2020). Por su parte, el convite ha sido
vida. (p.162)
una forma de trabajo solidario en el desarrollo
original de pueblos y ciudades (Moreno, 2018), Mientras ethos comunal, de Linsalata (2012),
tanto para la construcción de obras de interés para el cual parte de la teoría de los ethos histó-
público, como escuelas y templos, como para la ricos de Echeverría, es tomado como una expre-
construcción de planchas (techos de cemento) sión de una estrategia de resistencia, una prác-
de las casas, el dueño de la obra hacía invitación tica social negativa que por medio de un hacer
a sus vecinos y amigos a un convite para fundir colectivo que dice “no” a las relaciones sociales
la plancha y al finalizar la jornada, continuaban mercantilizadas, y que busca reconstruir en los
con una actividad recreativa y cultural. espacios de debilidad de la dominación capita-
La dimensión ethos comunal: lo histórico en lo lista, otro tipo de relaciones sociales, es decir, “el
colectivo, retoma dos conceptos, el de ethos his- ethos comunal es expresión de un hacer colectivo
tórico de Echeverría (2000) y el de ethos comu- capaz de proyectarse más allá de los fundamentos
76 Dora María Hernández-Holguín

de la sociabilidad y del sistema económico y po- b. Lo colectivo como cuerpo


lítico moderno y capitalista” (p.112).
En la investigación la acepción de cuerpo estuvo
Esta dimensión de lo colectivo en el Movimiento entrelazada en tres de sus formas, en primer lu-
Cívico fue expresada así: gar, el propio cuerpo desde una concepción inte-
gral del ser humano: mente-cuerpo-espíritu, un
[…] El territorio es avasallador en organización,
cuerpo que en su trayectoria de vida queda atra-
primero porque el Movimiento Cívico está en el
vesado por lo social y lo temporal, y un espíritu
alma del territorio y eso es una cosa que supera in-
y una mente que se expresan en lo corporal, en
cluso a las personas inmoladas, tenemos ese espí-
segundo lugar, el cuerpo territorio, noción que
ritu [de lucha], el Movimiento está en el corazón
refleja el arraigo a la tierra, y desde allí es conce-
de la gente, en el alma del territorio. (Grupo de
bido como un cuerpo-territorio, y el de nuestro
discusión, 2018)
interés aquí, el cuerpo colectivo.
Ahora, la presencia de formas colectivas de tra-
El cuerpo colectivo como ha sido nombrado
bajo, impregnadas de saberes y tradiciones ances-
por el movimiento feminista de América Lati-
trales para preservar la vida y que conllevan actos
na, es portador de potencia, de fuerza de trabajo,
de resistencia, en momentos invivibles en medio de movimiento y expansión en su lucha social
del conflicto armado, pueden verse en prácticas (Gago, 2019). Actuar desde el cuerpo colectivo
de construcción de paz que tienen implicaciones imprime la sensación de armonía y pertenencia
con la salud mental. La expresión, producción y al compartir una historia común que tiene algo
cuidado de la salud mental es visible en las mu- de cada uno y cada una.
jeres tejedoras, quienes hacen memoria con sus
costuras y aportan a la sanación de las heridas Actuar desde un cuerpo colectivo brinda a las
de la guerra; en los campesinos y las campesi- mujeres sensación de comprensión, de una his-
toria común, capacidad y fortaleza para actuar,
nas que retornan al territorio luego del desplaza-
lo que les ha permitido dar a conocer su pensa-
miento forzado y ante las insuficientes acciones
miento, reclamar y construir una agenda de inte-
del Estado convocan convites para la apertura de
rés compartido. Genera un proceso experiencial,
caminos y la reconstrucción de casas y escuelas;
expresado por las mujeres:
o en quienes hacen romerías en los lugares don-
de asesinaron a sus seres queridos o donde es- […] Nos damos cuenta de que la historia es co-
tán sus tumbas, y ven en estos encuentros una mún y no particular… Y cuando lo descubrimos,
oportunidad para experimentar paz espiritual y nos sentimos desculpabilizadas y eso nos concede
demandar la verdad, o cómo ocurre con las pro- una fuerza interna potentísima. (Gómez, 2017)
motoras de vida y salud mental de la Asociación Por su parte COREDI, en su trabajo por la digni-
de Mujeres del Oriente, que se inspiran en las ficación del campesinado y por el reconocimien-
formas del cuidado femenino para nombrar su to de sus derechos tiene como estrategia trans-
modelo de acompañamiento psicosocial, pasos y versal a su oferta educativa el trabajo asociado,
abrazos, en representación de los pasos que han por medio del cual promueve la conformación
dado las mujeres en su proceso de capacitación de colectivos campesinos, ya sean en proyectos
para acompañar a sus comunidades y los abrazos, productivos o por medio de sus ejercicios de me-
los encuentros para el apoyo psicosocial. Ésta úl- moria como lo ha hecho con el teatro, el cual
tima, una iniciativa que surgió como respuesta a propone a partir de poner en primer lugar los
las múltiples violencias que enfrentan las mujeres aspectos humanos, la única forma de vida que
y a la ausencia o inadecuada presencia de los ser- tiene potencialidad para la creatividad en pro de
vicios de salud del Estado. la organización para alcanzar propósitos.
Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en prácticas de construcción de paz, Colombia 77

c. Lo político de lo colectivo Consideraciones finales


Para plantear la implicación de lo político en lo Lo presentado hasta este punto sobre las dimen-
colectivo, Echeverría (1996) retoma la adver- siones de lo colectivo en la salud mental, ha deja-
tencia que ya había hecho Aristóteles sobre la do ver cómo cada una de las tres organizaciones
tendencia del ser humano a vivir en sociedad y surgen y se proyectan como colectivo, o promue-
en ella la esencia de lo político, expresado en la ven la conformación de colectivos, buscando so-
capacidad de dar forma a las relaciones sociales: lucionar problemas que afectan la vida cotidiana,
o para hacer frente a daños individuales o de la
La capacidad de decidir sobre los asuntos de la vida colectiva, con lo cual dan forma a respuestas
vida en sociedad, de fundar y alterar la legalidad organizadas para tramitar el sufrimiento y tien-
que rige la convivencia humana, de tener a la so- den a la transformación social en búsqueda de
cialidad de la vida humana como una substancia a la paz y de la producción de salud mental. Cada
la que se le puede dar forma. Lo político… se ac- caso da cuenta de ello desde lo particular, el Mo-
tualiza de manera privilegiada cuando ésta [la vida vimiento Cívico ha logrado la instauración de un
humana] debe reafirmarse en su propia esencia, espíritu de lucha en la subregión, en defensa del
allí donde entra en una situación límite… en las bien común y del territorio a lo largo de varias
épocas de guerra, cuando la comunidad “está en generaciones a pesar de una clara amenaza y con-
peligro”, o de revolución, cuando la comunidad se dición de vulnerabilidad ante fuerzas violentas;
reencuentra a sí misma. (p.1) COREDI, con su propuesta educativa se ha con-
vertido en un determinante de la salud mental
Lo político entonces es diferente de la política, de miles de campesinos y campesinas, el trabajo
la cual es según Linsalata (2012), “el conjunto asociado es su estrategia para la promoción del
de las reglas, de las instituciones, de los procedi- desarrollo humano y territorial en la ruralidad,
mientos y de las prácticas a través de las cuales se por medio de ella propende por la vida digna y
organiza la coexistencia humana… el modo en el fortalecimiento de sujetos colectivos campesi-
que los individuos regulan su convivencia en so- nos. Por su parte, la Asociación de Mujeres del
ciedad y gobiernan los procesos sociales” (p.10). Oriente, desde sus prácticas sociales en femenino
En este mismo sentido, Inclán (2016), asegura: aporta elementos para reconocer y tejer redes de
soporte social, y ayuda entre pares como recursos
Por político podemos entender a una fuerza co-
fundamentales para la salud mental.
mún de carácter colectivo, que da forma y sentido
a las actividades compartidas, y desde ellas disputa Queda la pregunta sobre cómo se ha reflexiona-
la dirección moral e intelectual de la interacción do lo colectivo en el propio campo de la salud
de diversas colectividades. Lo político existe como mental. Se puede ver una tendencia a pensar la
acción de proyectos, concluidos o inconclusos,
salud mental en clave de salud colectiva en au-
tores de Brasil, España y Argentina, quienes nos
pensados y practicados en una realidad concre-
ayudan a ilustrar la relevancia de lo colectivo de
ta… (p.180)
la salud mental en otros contextos más allá de
Lo político es visible en las prácticas sociales del Colombia.
Movimiento Cívico, COREDI y la Asociación Los aportes teóricos de autores brasileros sobre
de Mujeres del Oriente en su lucha intencionada lo colectivo en la salud mental se han dado de
por la transformación social, en la búsqueda y la mano de investigaciones empíricas sobre el
logro de equidad en las tarifas de servicios públi- tema, una de ellas fue realizada en un Centro de
cos, en la dignificación del campesinado en ex- Atención Psicosocial, donde indagaron sobre la
periencias colectivas de producción y comercia- participación social de los usuarios (Costa, Pau-
lización autónoma de productos agropecuarios, lon, 2012) y relievaron el potencial terapéutico y
y en experiencias de reconciliación y verdad en político de lo colectivo, pues, más que un grupo
encuentros de apoyo psicosocial. terapéutico lo que se valora allí por parte de los
78 Dora María Hernández-Holguín

usuarios es la pertenencia, la vivencia de un vín- taria, a través del arte y el juego, y de una revi-
culo afectivo que se establece en un proceso de sión teórico-conceptual (Bang, 2014), se sugiere
subjetivación, un espacio en el que se puede pen- la importancia de “una apertura que incluya lo
sar y decidir por sí mismo su singular trayectoria colectivo, lo diverso y lo histórico en la lectura
de vida, de tal forma que surge lo colectivo como de los padecimientos de una época, que permi-
plano relacional, productor de subjetividad, un ta aceptar nuevas demandas, trabajar desde las
plano fértil de existencia para la experimentación contradicciones y construir con otros en la hete-
de otras formas de vivir la vida, incluso de quie- rogeneidad” (p.111), lo cual conduce a proponer
nes han estado segregados en la sociedad. que las estrategias de salud mental comunitaria
En España también han hecho aportes teóricos sean orientadas desde procesos participativos,
y de investigación empírica, uno de ellos desta- que permitan la expresión de la creatividad desde
ca cómo lo colectivo no puede pensarse sin lo lo colectivo y actúen como redes de contención
singular (Martínez-Hernáez, Correa-Urquiza comunitaria.
2017), y en la necesidad de construir contextos
En esta investigación, el énfasis de lo colectivo
colectivos que desde la intersubjetividad contri-
como elemento clave para la protección de la
buyan al rescate del sujeto reflexivo, que en esa
vida y la búsqueda de la paz nos permitió con-
intersubjetividad suspenda el saber ya dado, que
firmar la pertinencia de una lectura de la salud
podría ser de exclusión y estigma, y se permita
mental como es concebida en la salud colectiva,
en colectivo crear un saber propio al margen de
los condicionamientos sociales que materializan y generó la necesidad de seguir ahondando en la
la opresión, “aquel saber que lo hace “sí mismo” manera como la salud mental puede ser concebi-
y lo diferencia del resto mientras, al mismo tiem- da desde esta perspectiva en contextos de sufri-
po, le permite sumarse a lo colectivo.” (p.276). miento social.

Con respecto a las experiencias documentadas,


también en España, están el colectivo LoCo- Financiación
mún, los movimientos en primera persona y ra-
El Comité para el Desarrollo de la Investigación
dio Nikosia (Correa-Urquiza, 2018), el primero
está formado por personas con y sin diagnóstico, (CODI) de la Universidad de Antioquia apor-
los movimientos en primera persona hacen refe- tó a la financiación por medio del proyecto de
rencia a las federaciones de “usuarios de servicios investigación Sentidos de la salud mental en la
de salud mental”, que como su nombre lo indica experiencia de teatropedagogía para la construc-
dejan de ser hablados por otros para hablar “en ción de paz en algunos municipios del Oriente
primera persona” de la experiencia de sufrimien- Antioqueño, 2018-2019, convocatoria de Pro-
to psíquico, y Nikosia, es una asociación y una yectos de Investigación Regionalización 2017,
de las primeras emisoras de radio formadas por INV 605-18; y de la Estrategia de Sostenibili-
personas con sufrimiento psíquico. Desde estas dad CODI. El Departamento Administrativo de
experiencias se ha planteado la necesidad de un Ciencia, Tecnología e Innovación – Colciencias
marco de referencia que se cuestione, replantee y [Ahora, Ministerio de Ciencia, Tecnología e In-
atienda lo singular y lo colectivo; que invite a la novación] financió la formación de la autora por
instauración de espacios físicos y simbólicos que medio de la Convocatoria Doctorados Naciona-
permitan colectivizar y politizar el sufrimiento, les 647 de 2014.
reconocer la opresión y producir estrategias de
resistencia y cuidado.
Conflicto de interés
En Argentina, a partir de experiencias de pre-
vención y promoción en salud mental comuni- La autora declara no tener conflicto de interés.
Dimensiones de lo colectivo de la salud mental en prácticas de construcción de paz, Colombia 79

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Salud mental colectiva como proceso cotidiano: el caso de dos organizaciones culturales en Medellín, ... 81

Salud mental colectiva como proceso cotidiano: el


caso de dos organizaciones culturales en Medellín,
Colombia
Collective Mental Health as an everyday life process: the case of
two cultural organizations in Medellín, Colombia

Catalina Betancur Betancur1


http://orcid.org/0000-0001-6687-5502

Resumen
La salud mental habla de la dimensión subjetiva y relacional de la salud; es una construcción cotidia-
na que se da en el marco de la producción cultural. Objetivo: Articular la cultura y la promoción de
la salud-salud mental, a través del análisis de las prácticas de dos organizaciones culturales de la ciu-
dad de Medellín, Colombia. Metodología: estudio de caso etnográfico, emergente, con entrevistas,
observación participante y revisión documental. Resultados: La participación en procesos culturales
posibilita la transformación de las formas de relación, así como nuevos modos de construcción de
subjetividad, dando paso al reconocimiento de sí y de los otros, a la solidaridad y al compromiso
colectivo, lo cual habla de salud como la construcción de modos posibles de vida en los que tiene
lugar la voz propia, la reflexión crítica y la transformación de la realidad.
Palabras clave: salud mental, promoción de la salud, cultura

Abstract
Mental health refers to the subjective and relational dimension of health; it is an everyday life con-
struction that occurs within the framework of cultural production. Objective: To articulate culture
and mental health promotion through the analysis of the practices of two cultural organizations in
the city of Medellin, Colombia. Methodology: ethnographic case study, emergent, with interviews,
participant observation and documentary review. Results: Participation in cultural processes enables
the transformation of the forms of relationship, as well as new ways of constructing subjectivity, giv-
ing way to the recognition of oneself and others, solidarity and collective commitment, which speaks
of health as the construction of possible ways of life in which one’s own voice, critical reflection and
the transformation of reality take place.
Key words: Mental Health, Health Promotion, Culture

1 Psicóloga, candidata a Doctora en Salud Pública, Docente investigadora Universidad CES, Colombia. Correo electró-
nico: cbetancurb@ces.edu.co
82 Catalina Betancur Betancur

Introducción que son generadores de guerra, pobreza e indivi-


dualismo (Ruiz-Eslava, 2009). Así, se propone
Entender la salud como una manera solidaria y
una mirada dialéctica del sujeto y la sociedad en
autónoma de vivir la vida, atravesada por las rela-
la que hay una mutua constitución y en la que
ciones establecidas con la sociedad, el Estado y la
se reconoce la interdependencia entre el ejercicio
naturaleza, y producida en la cotidianidad de las
de la libertad y la determinación (Ruiz-Eslava,
poblaciones (Granda, 2004), es definirla como
2009). De acuerdo con estas consideraciones, la
una construcción social e histórica que está mar-
promoción de la salud mental se inserta como
cada por las particularidades de los diferentes
práctica en el campo amplio de la salud, supe-
contextos y sistemas culturales (Granda, 2009),
rando la lógica dicotómica que divide la salud
en la cual las personas son agentes fundamentales
y la enfermedad, y lo físico y lo mental (Bang,
(Granda, 2000). Esto posibilita un acercamiento
2016), pudiendo afirmar que cuando se habla de
a las experiencias locales que hablan de un mo-
promoción de la salud mental se está hablando
vimiento social hacia la salud, que cuenta con el
de promoción de la salud, pues la división entre
Estado, pero que no requiere exclusivamente de
salud y salud mental no es más que un recurso
él para ponerse en marcha. Desde esta perspecti-
para ordenar la acción (Stolkiner & Ardila-Gó-
va se reconoce la acción como fundante, con lo
mez, 2012). Todo lo anterior resalta el valor de
cual la promoción de la salud toma fuerza, en-
las experiencias e iniciativas locales a favor del
tendida como el desarrollo propio de procesos
mejoramiento de la salud mental, y pone en el
favorables a la salud desde referentes culturales
centro del interés la cuestión de la cultura, pues
(Granda, 2000).
las prácticas que promueven salud mental se dan,
Esta propuesta se articula a dinámicas episte- precisamente, en marcos históricos y culturales
mológicas que posibilitan un conocimiento en específicos.
el que las dualidades naturaleza/hombre, sujeto/
Las anteriores consideraciones pudieron com-
objeto, mente/cuerpo quedan puestas en entre-
prenderse, in situ, a partir de la experiencia de
dicho (Santos, 2009). Esto tiene consecuencias
dos organizaciones culturales de la ciudad de
para abordar las cuestiones relativas a la salud
Medellín, Colombia. El presente artículo pre-
mental.
senta los resultados de una investigación cuyo
Para la salud mental colectiva, esta es conside- objetivo fue la comprensión de la forma en que
rada como parte integral de la salud, por lo que la promoción de la salud/salud mental se confi-
puede hablarse del binomio salud/salud mental gura en dichas organizaciones, las cuales fueron
con la intención de enfatizar las dimensiones elegidas de acuerdo con criterios de trayectoria
subjetivas y relacionales implicadas en la salud histórica, presencia en el territorio, posiciona-
(Bang, 2016; Guinsberg, 2007). Lo subjetivo miento social y reconocimiento, por parte de la
no es considerado como un aspecto meramente comunidad, como agentes promotores de salud
individual, sino como una producción histórica mental.
que es relativa a los modos de apropiación cul-
El rastreo de antecedentes me permitió concluir
tural y las formas en que estos orientan la vida
que la promoción de la salud mental sigue es-
cotidiana.
tando entendida como prevención de trastornos
La salud mental colectiva asume una perspectiva mentales y como una estrategia del sector salud
de la determinación social, corriente de pensa- orientada principalmente por profesionales (Be-
miento latinoamericano que tiene como bases tancur-Betancur et  al., 2020), sin embargo, el
conceptuales las categorías de ideología, clase so- reconocimiento de los saberes y las prácticas de
cial y la salud-enfermedad como proceso dialéc- la promoción de la salud en lo cotidiano, de la
tico y de reproducción social (Hernández-Hol- comprensión de la promoción de la salud des-
guín, 2020) afectado por aspectos estructurales, de referentes latinoamericanos, sigue siendo un
tales como el consumo excesivo y el capitalismo campo amplio por conocer, y es al enriqueci-
Salud mental colectiva como proceso cotidiano: el caso de dos organizaciones culturales en Medellín, ... 83

miento de esta cuestión a lo que aporta la presen- prensión holística de los sistemas culturales de
te investigación. Pensar la promoción de la salud acción
mental como proceso cotidiano, es poner en el
escenario el reconocimiento del saber del sentido 1.2. Proceso de generación de información
común del cual se nutre la ciencia y al cual ella
debe volver para producir efectos prácticos; di- Para la selección de los casos hice recorridos terri-
cho conocimiento es aquel relativo al mundo de toriales y entrevistas exploratorias, así como revi-
las relaciones y la subjetividad que se imbrican siones documentales y acompañamiento a acti-
en la salud considerada como integral. vidades comunitarias que permitieron identificar
los saberes locales sobre salud mental y las orga-
Lo anterior, además, contribuye a desligar la pro- nizaciones que, según los habitantes de la zona,
moción de la voluntad política y a la articulación la promueven desde sus haceres cotidianos. Con
entre actores y sectores a favor del fortalecimien- esta información identifiqué dos corporaciones
to de iniciativas de origen comunitario; así mis- cumplían con las características requeridas:
mo, permite el diálogo de saberes y potencia la
creación de estrategias pertinentes, contextuali- 1. Organizaciones con más tiempo en la co-
zadas, duraderas y ajustadas a marcos culturales muna y con una presencia continuada en el
concretos, lo que se traduce en efectos de trans- territorio, y con influencia en diferentes sec-
formación sostenibles y gestionables desde las tores la comuna.
mismas organizaciones. 2. Heterogeneidad en la población que acoge
3. Reconocimiento de la comunidad como
1. Consideraciones metodológicas agente promotor de salud mental de acuerdo
con los saberes locales al respecto.
1.1. Tipo de estudio
4. Proyección territorial y articulación con
Desde el paradigma crítico (Suárez, 2010) llevé
otros actores.
a cabo una investigación cualitativa, puesto que
desde ella es posible señalar la naturaleza social- De los casos seleccionados, entrevisté a los líderes
mente construida de la realidad, la relación ínti- de los procesos, quienes a su vez fueron forma-
ma entre el investigador y aquello que estudia, y dos en las organizaciones y que, en su mayoría,
los asuntos contextuales que dan forma a la in- han estado vinculados a procesos comunitarios
vestigación. Desde este enfoque es también posi- por más de una década; así mismo, realicé ob-
ble destacar el modo en que la experiencia social servaciones participantes de eventos culturales
es construida y dotada de sentido (Denzin & y académicos y revisé documentación de estas,
Lincoln, 2011), y se rescata al sujeto como intér- tales como sistematizaciones de experiencias o
prete de la realidad, reconoce que quien investiga informes de investigaciones realizadas sobre las
realiza su trabajo desde una posición ética, teóri- organizaciones. En total efectué 18 entrevistas
ca y política específica que le impide ser neutral, con 16 participantes (7 de Nuestra Gente y 9 de
y asume que en el proceso de investigación se Mi Comuna), y participé durante los años 2019-
gesta un encuentro entre sujetos, todos con un 2021 de las actividades culturales y formativas,
saber válido y específico frente a la situación que fueran estas virtuales o presenciales, según per-
se está estudiando (Martínez & Otálvaro, 2015) mitieran las disposiciones del gobierno nacional
para controlar la pandemia por COVID19. Es
El tipo de investigación fue estudio de caso et-
preciso aclarar que a lo largo de los resultados se
nográfico, que permite comprender un aspecto
presentarán fragmentos de entrevista identifica-
complejo, enfatizando en el análisis contextual
dos con los nombres y roles de los y las partici-
y detallado de un evento delimitado, sus condi-
pantes dentro de las organizaciones.
ciones y sus relaciones (Dooley, 2002). Para Peña
(2009), una de las características esenciales del Transcribí y analicé la información de las entre-
estudio de caso es que se tiende hacia una com- vistas bajo una lógica inductiva que permitió,
84 Catalina Betancur Betancur

tras reiterativas lecturas de los textos, la identifi- general, esta comuna se ha caracterizado por baja
cación de categorías emergentes y la relación en- calidad en las condiciones urbanísticas y por el
tre ellas; realicé gráficos conceptuales de cada en- reducido espacio urbano, lo cual está asociado a
trevista para luego identificar patrones y diferen- la densidad poblacional y a la dinámica de po-
cias tanto entre los y las participantes como entre blamiento que ha tenido (Alcaldía de Medellín
las organizaciones. Al tiempo, escribí diarios de & Corporación Cultural Nuestra Gente, 2015).
campo y sinteticé la información documental
Estas condiciones favorecieron la instauración de
que me permitía contextualizar los casos. Una
la violencia urbana en el territorio hacia la década
vez estructurado el sistema categorial, recurrí a la
de 1980: el auge del narcotráfico con su prome-
discusión con referentes teóricos que ampliaron
y afinaron el análisis. sa de dinero rápido y de poder, se dibujó como
el medio para hacerse a los recursos carentes, y
los jóvenes fueron aquellas fichas clave que ma-
1.3. Consideraciones éticas terializaron las intenciones de los grandes capos
Este proyecto, clasificado como de riesgo míni- en las calles de la ciudad (Centro Nacional de
mo de acuerdo con los lineamientos establecidos Memoria Histórica et al., 2017). La confluencia
en la resolución 8430 de 1993, contó con la del narcotráfico, las necesidades básicas insatisfe-
aprobación del comité de ética de la Universidad chas, la inoperancia y complicidad del Estado y
CES, acta 130 de 2019. Todos los participantes la valoración del éxito económico a toda costa,
fueron mayores de edad y dieron su consenti- hizo de Medellín la ciudad más violenta del país
miento para la participación en la investigación, en aquella época (Centro Nacional de Memoria
así como para el uso de la información con fines Histórica et al., 2017). Esta violencia se instauró
académicos y de divulgación científica. Las or- de manera fuerte en las comunas del norocciden-
ganizaciones autorizaron el uso de sus nombres te y nororiente de la ciudad, siendo la comuna
institucionales y, con los y las participantes, fue dos, Santa Cruz, aquella reconocida como la es-
definida la manera en que quisieron aparecer en cuela de sicarios y la zona de prostitución de la
la publicación. ciudad (Jaramillo González, 2017).
En esta realidad vivieron unos jóvenes que plan-
2. Resultados teaban preguntas por las condiciones sociales ne-
cesarias para desarrollar los diferentes proyectos
2.1. Ubicación contextual de las
vitales que se alejaban de lo ofrecido por el terri-
organizaciones
torio como opción, que cuestionaron el ejercicio
La comuna 2 de Medellín2 está ubicada en la efectivo de los derechos, que reflexionaron sobre
zona nororiental de la ciudad. Este, ha sido un la justicia y la injusticia social y que gritaron por
territorio poblado bajo las dinámicas del despla- ser reconocidos como víctimas del conflicto ar-
zamiento forzado por la violencia en el país, el mado, denunciando que se encontraban en peli-
narcotráfico, la guerra urbana y la ocupación in- gro y que la juventud no es sinónimo de peligro-
formal de tierras. La zona creció sin acceso a los sidad. Su batalla era tener opciones diferentes a
servicios básicos de acueducto, educación, trans- este sino de muerte: la querella por la vida, por
porte y salud, por lo que la comunidad organi- no morir jóvenes, por construir un proyecto vital
zó grupos de trabajo colaborativo para construir con sentido, por encontrar espacios de libertad
equipamientos básicos (Alcaldía de Medellín & para decidir y por apostar a la transformación del
Corporación Cultural Nuestra Gente, 2015). En barrio en el que transcurren los días, es el motor
que impulsa esta creación, respuesta subversiva
2 Medellín es un municipio ubicado en el departamento a un orden político y social que muestra unos
de Antioquia, Colombia. Administrativamente, se divide
en 21 comunas (16 urbanas y 5 rurales). Las comunas se
marcos determinados para ser y hacer. En esta
organizan en zonas. En cada comuna hay barrios, que en apuesta, en el año 1987, nació la Corporación
total suman 249. Cultural Nuestra Gente, dedicada a formar ar-
Salud mental colectiva como proceso cotidiano: el caso de dos organizaciones culturales en Medellín, ... 85

tistas para la vida a través del teatro, la literatura, 2.2. La Promoción de la Salud como una
la danza, la música, los medios audiovisuales y la práctica culturalmente situada
formación política.
El concepto de cultura es polisémico y tiene im-
La historia de violencia fue calando en el territo- plicaciones tanto éticas como políticas. Algunas
rio como un estigma; los asesinatos, el sicariato perspectivas lo entienden como un conjunto ho-
y la prostitución parecían ser la marca de perte- mogéneo de símbolos, costumbres o valores de
nencia del territorio, que era contado y narrado una comunidad, como unidad y homogeneidad
desde la perspectiva de la “historia roja”, expre- en grupos humanos; esto permitiría establecer
sión que denota una forma de comunicar el te- patrones de similitud, un “nosotros” y un “ellos”
rritorio que pone en primer plano la sangre y los sobre la base de la diferencia; esta distinción tie-
muertos. En este escenario tiene lugar en el año ne por característica que el “nosotros” sea visto
2008 el nacimiento del periódico local “Mi Co- como superior y “con cultura” (Grimson, 2011;
muna 2”, medio priorizado a través del programa Serje, 2002). Esta noción borra la desigualdad
de planeación local y presupuesto participativo, y los conflictos; no incluye la historia y los con-
que asigna a las comunidades un porcentaje del textos tanto políticos como de relación, además,
presupuesto municipal para que estas decidan en entiende que las fronteras son rígidas, descono-
qué quieren priorizarlo; a través de una asamblea ciendo la interconexión, cada vez más notoria en
comunal, los líderes del territorio “decidieron el mundo actual, y suponiendo que es necesaria
que había que invertir recursos de ese programa la adopción homogénea de valores y prácticas
en la generación de un medio de comunicación compartidas que daría uniformidad a las perso-
que diera cuenta de las acciones que se estaban nas y las comunidades (Grimson, 2011).
realizando aquí en el territorio” (Marcela, inte-
Otras conceptualizaciones rescatan la diversidad,
grante del equipo base de Mi Comuna).
para hablar de “la cultura en plural” (Certeau,
En el año 2008, para el acceso a los recursos de 2009), mostrando que esta es una creación hu-
presupuesto participativo se exigió que el manejo mana que se aprende y se construye en la vida
del dinero fuera realizado por una organización social, que se transforma y se mezcla con multi-
legalmente constituida, y dado que las organi- plicidad de referentes. La cultura es ese proceso
zaciones existentes en el territorio no eran per- histórico por el cual las sociedades, en interac-
tinentes para el fin, se dio lugar a la creación de ción con otras, se construyen a sí mismas, lo que
la “Corporación Mi Comuna 2”, cuya tarea era da un marco para comprender y vivir la realidad
la gestión del periódico. Actualmente, su margen cotidiana. Entender que en esta están implicadas
de acción se ha ampliado y ya incorpora proce- relaciones de poder, propósitos e intereses, im-
sos de comunicación comunitaria a través de la plica reconocer su carácter abierto, dinámico y
formación audiovisual, el periodismo comuni- plural (Serje, 2002). La cultura es una potencia
tario, el fomento de la lectura y la escritura, y transformadora que habla de las relaciones entre
el encuentro con otros grupos y colectivos que las personas y del tejido de puntos de encuentro
también apuestan por la transformación del te- que estas posibilitan (Carpio, 2015; Escuela de
rritorio. Bellas Artes del Perú, 2019; Turino, 2013; Way-
na Tambo Canal, 2018).
Aunque las condiciones de vida de los habitan-
tes de este sector han ido mejorando, aún siguen A esta concepción se suman las dos organizacio-
siendo bajas en comparación con la ciudad (Me- nes que fueron los casos de esta investigación,
dellín Cómo Vamos, 2018), y aún sigue estando específicamente, al referente de la cultura viva
el reto de construir alternativas para la vida que comunitaria (CVC), que contribuye a la demo-
posibiliten a los moradores del territorio la cons- cracia participativa e incluyente, y a la justicia so-
trucción de proyectos vitales autónomos y críti- cial, y que promueven el empoderamiento para
cos, y en este propósito, las dos organizaciones la transformación social. Marcela, perteneciente
en cuestión tienen un rol central. a Mi Comuna, me contó que
86 Catalina Betancur Betancur

Esta corporación lo que hace es que mira al mun- y la definición de políticas públicas en cultura
do desde la ventana de la cultura, nosotros nos (Decreto 1606, 2013).
consideramos una organización cultural, pero
Lo anterior abre la posibilidad de transformar la
estamos alineados con lo que se propone en las
cultura a través de un ejercicio de poder que sea
políticas que se están discutiendo desde hace
productivo y colaborativo, pues si la cultura es
mucho tiempo a nivel de Latinoamérica incluso
creación humana, queda abierta la opción para
me atrevería a decir que, a nivel mundial, que es
otras creaciones (Serje, 2002) que, además, inte-
plataforma de cultura viva comunitaria entonces
gren la diferencia cultural, no como una declara-
desde ahí nos inscribimos.
toria, sino como un acto vivo de reivindicación
La CVC se entiende como aquel proceso que de derechos colectivos, vinculando dimensiones
surge de la cotidianidad de las personas en sus históricas y políticas (Grimson, 2011). Con todo
territorios y que favorece un proceso de forma- lo anterior, pensar en la salud como una cons-
ción política, artística, humana y cultural favo- trucción cultural lleva a reconocer que de esta no
rable al desarrollo de “las identidades de los gru- puede haber una única significación y a resaltar
pos poblacionales, el diálogo, la cooperación, la el papel fundamental de las prácticas cotidianas
coexistencia pacífica y la construcción colectiva, para la transformación de los referentes cultura-
hacia el fortalecimiento de una democracia deli- les a favor de la producción de salud.
berativa” (Acuerdo 50 de 2011).
Para Canguilhem (2011), la salud habla de la ca-
El movimiento de CVC se concibe como un en- pacidad de construir nuevas normas, de romper
tramado de puntos de cultura, que son entidades las impuestas y de generar, a partir de esto, nue-
que cuestionan el sistema, que no se reducen a vas normas y formas de relación con un mundo
la formación artística, sino que generan valores que es cambiante. Estas normas se configuran
y confrontan la realidad, por lo que les recorre en la acción social local, la cual está atravesada
una energía emancipadora que, junto con la au- tanto por la decisión como por determinación
tonomía, la solidaridad y el protagonismo, es estructural. Los sujetos, que son históricamente
condición para que los individuos cultiven sus situados, tienen un papel activo en la generación
capacidades y oportunidades en todos los senti- de acciones saludables, esto es, de la construc-
dos (Turino, 2013). Para esto, se entiende como ción de proyectos vitales subjetivos y colectivos
actos de visibilidad, reivindicación, interpreta- que nos permitan avanzar en la creación de un
ción, subversión de órdenes y redistribución de mundo más justo (Chapela & Consejo, 2010).
poderes y conocimientos entre los actores loca-
les a favor de la transformación social (Turino, De acuerdo con García (s.f ), la salud se define
2013). desde el ejercicio de las capacidades humanas,
estas son, el razonamiento, la imaginación, la
Las líneas de acción en CVC se orientan a: arte
motivación, el trabajo, la toma de decisiones y
para la transformación social; comunicación
la capacidad económica. El trabajo de Bang en
viva comunitaria desde los medios alternativos;
Argentina, ha desarrollado elementos concep-
procesos de creación y apropiación tecnológica
tuales sólidos que permiten no solo comprender
y científica por y para las comunidades; accio-
la especificidad de la salud mental sino también
nes festivas con contenidos formativos, cultura-
la lógica de la promoción en escenarios comuni-
les y comunitarios; protección de patrimonios
tarios, indicando que en estos procesos se pro-
y memorias; palabra, lectura y escritura para
picia la solidaridad, la participación, la reflexión
reinventar la realidad; educación para la vida y
crítica y la toma de decisiones y gestión autóno-
la cultura sustentada en metodologías de educa-
ma y colectiva frente a los problemas sociales. de
ción popular; promoción del reconocimiento de
manera autónoma (Bang, 2016).
las identidades, los conocimientos tradicionales
y ancestrales y el diálogo intercultural; y forma- La experiencia de Nuestra Gente y Mi Comuna
ción de agentes culturales para la investigación ratifican la promoción de la salud mental como
Salud mental colectiva como proceso cotidiano: el caso de dos organizaciones culturales en Medellín, ... 87

una práctica cotidiana llevada a cabo por agentes como seres humanos de producir respuestas
que incluso no se reconocen ni son reconocidos nuevas en diferentes contextos. La creatividad se
como de salud. Este asunto es consonante con desarrolla en la interacción y en un marco histó-
la pregunta sobre el cuidado comunitario de los rico-cultural concreto, por lo que no es una ha-
vínculos, la protección y la vida, que desde la bilidad innata sino un producto de la trayectoria
salud mental colectiva se instaura cada vez con histórica del sujeto en su configuración como tal
más fuerza (Arias López, 2021). A esto se suma (Gómez & Mitjáns, 2013), y que se manifiesta
la consideración de que la promoción de la sa- a través de las acciones en contextos de implica-
lud/salud mental debe estar comprometida con ción subjetiva (Mitjáns, 2013)
la defensa de la vida individual y colectiva, con El lugar de la creatividad en la promoción de la
la potenciación de formas de vida (Merhy et al., salud/salud mental es fundamental, pues si par-
2012)a partir de una investigación sobre el ac- timos de considerar que esta implica transforma-
ceso y las barreras en salud mental realizada en ción de vínculos y subjetividades, la creatividad
la municipalidad de Campinas (San Pablo, Bra- será uno de los motores para inventar precisa-
sil que favorezcan la reflexividad, la autonomía, mente nuevos modos. Claudia Bang la identificó
la solidaridad y la justicia (Resende Carvalho, en su análisis de caso de la Red Rioba en Ar-
2008). gentina, que a través de fiestas callejeras, juegos
tradicionales y arte popular, provocó efectos en
2.3. Configuraciones creativas para la las formas de habitar el espacio público, en las
transformación relaciones entre vecinos, en las relaciones de los
Las corporaciones Mi Comuna y Nuestra Gente barrios con las instituciones de salud y en el posi-
contribuyen a la producción de subjetividades cionamiento de profesionales de la salud respecto
que defienden la vida y la salud a través de una a las comunidades a las que dirigían sus acciones
oferta de formación dirigida a los habitantes de (Bang, 2016); por su parte, Arias López (2021),
la comuna que propende por la democratización en Colombia, la reconoce como producto y pro-
del saber y un ejercicio de poder que permita ductora de los haceres textiles con poblaciones,
transformar la vida propia y la colectiva. El tra- especialmente mujeres, que han experimentado
bajo con otros y otras posibilita la reflexión en el conflicto armado, afirmando que esta práctica
torno a la propia vida y sus determinaciones, lo favorece la expresión y el reconocimiento de la
cual es posible gracias al encuentro y el diálo- experiencia del dolor y el sufrimiento, pero tam-
go para construir futuros posibles que requieran bién de la recuperación de la vida.
de la solidaridad y el compromiso. Esto pone en Los dos casos analizados en esta investigación se
marcha la creatividad, entendida como un pro- configuran en territorios marcados por la dispu-
ceso complejo que se expresa intersubjetivamen- ta armada, las condiciones precarias de vida, la
te y que se orienta a la transformación y el ejer- historia de desplazamiento forzado a causa de la
cicio de la libertad en tanto posibilita imaginar violencia, la amenaza constante de muerte; ante
respuestas nuevas a las problemáticas cotidianas. esto, se levantan como fuerza creadora para di-
A esto, Bang (2016) lo denomina “configuracio- bujar otras alternativas a partir de las configura-
nes creativas en la comunidad”, vinculadas a la ciones creativas, esas que permitieron erigir un
potencia creativa como aquel acto que se orienta proyecto colectivo promotor y cuidador de la
a la fundación de algo nuevo que no había sido vida.
previsto (Ema-López, 2004).
Yo creo que las causas dadas para que existiera
La creatividad es un emergente de un conjunto Nuestra Gente, es nuestra propia vida, las con-
de elementos que se configuran de manera com- diciones de inequidad, de injusticia y de riesgo
pleja y que son tanto individuales como sociales humano en el que nosotros nos encontrábamos
(Gómez & Mitjáns, 2013); es una expresión de como jóvenes de este barrio, en esa época de los
la subjetividad y es la posibilidad que tenemos años ochenta […] somos los olvidados por el sis-
88 Catalina Betancur Betancur

tema, somos los que no queremos estar en me- Colombia con la violencia, venga conozcamos
dio, no queremos estar enfrentados en el conflicto cual es el contexto violento que permea a la co-
desde la perspectiva de la guerra, como banda o muna donde nosotros estamos viviendo ¿cierto?
como milicias, sino que estamos en la mitad del que sea una cosa mucho más desde el ser de esos
conflicto siendo víctimas, no victimarios (Jorge, niños y de esas personas que vienen al lugar.
fundador de Nuestra Gente).
Los territorios también se ven transformados
Las prácticas de las organizaciones permiten por estas acciones: la intervención creativa de
afianzar el poder comunitario en la medida en esos lugares con límites ilegales, las caravanas,
que generan espacios para la incidencia colectiva las comparsas, habilitan un espacio seguro para
sobre el “modo de vivir la vida” (Merhy et  al., compartir entre vecinos y para encontrar mo-
2012)a partir de una investigación sobre el acce- dos diversos de construir la vida individual y
so y las barreras en salud mental realizada en la colectiva. En todas estas acciones la creatividad
municipalidad de Campinas (San Pablo, Brasil, ocupa un lugar central, pues permite el desa-
encontrando soluciones a través de los saberes rrollo de las capacidades humanas y el incre-
propios: mento de capitales, características centrales de
usted tiene voz, y usted tiene unos conocimientos, la promoción de la salud (García, s.f ); así mis-
usted tiene unas habilidades, usted es muy bueno mo, favorece el posicionamiento de los sujetos
para esto, tal vez aquí tengas la posibilidad de des- como agentes activos en la construcción de la
cubrirlo, es ese reconocimiento. No sos un ser in- realidad, lo que se traduce en el desarrollo de
dividual, podes ser un ser colectivo, cierto, podes la capacidad para actuar sobre los propios pro-
decir ‘tu solito no vas a salvar nada, no vas a cam- blemas (Resende Carvalho, 2008). Para Bang y
biar nada, no vas a trasformar nada’, que también Wajnerman (2010), el uso colectivo de la crea-
es como nosotros lo entendemos, nosotros deci- tividad permite soñar con nuevos mundos y
mos: ‘‘nosotros como Corporación no vamos a romper las lógicas de consumo individual que
transformar solos’’, y de hecho nosotros no somos se ofrecen como la manera de lidiar con los pro-
los transformadores de este territorio, nosotros lo blemas subjetivos y sociales.
que somos es como motivadores, porque nosotros Los resultados de esta investigación muestran lo
le decimos a los otros: ‘ey, esto hay que cambiar- central del reconocimiento en estos procesos de
lo, ¿lo cambiamos juntos?’ (Henry, integrante del creación colectiva. Crear y construir con otros
equipo base de Mi Comuna) implica ser reconocido y reconocer a los demás
Las estrategias de las corporaciones están cons- en su dimensión de sujetos en tanto activos en la
truidas sobre el reconocimiento del territorio y transformación de la realidad. El reconocimien-
promueven la inquietud por conocer el lugar to se trata de ser asumido y como miembro de
que se habita; activan los sentidos para que estén una comunidad (Di Leo & Camarotti, 2015); en
puestos “en lo que está sucediendo, en leer qué es este sentido, lo que cada quien puede aportar a la
lo que está pasando, para plasmarlo, para contar realidad es considerado como valioso.
una anécdota, una historia pal almuerzo con los En las organizaciones que participaron de esta
compas […], porque vivir acá toda la vida posi- investigación, vemos unas apuestas claras por
bilita que se te vuelva paisaje y que normalices la reivindicación de derechos a través de la in-
una serie de asuntos” (Henry). cidencia política en diferentes espacios sociales,
Dayanna, que es la profesora de la sala de lec- se resalta el valor de la vida propia como valiosa
tura de Mi Comuna, planea sus acciones desde en sí misma y siempre en conexión con los y las
las mismas problemáticas que tienen los niños y demás, promoviendo el tejido de lazos sociales
las niñas; si estudian historia, es la de su barrio que, como lo manifiesta Pirrón, uno de los parti-
“no la historia de la guerra de Berlín ni la histo- cipantes, les permite verse a sí mismos en lo que
ria de la segunda guerra mundial ¿cierto? como las otras personas significativas devuelven como
el contexto de vamos a conocer qué pasa acá en imagen de sí, mostrando lo dinámico y relacional
Salud mental colectiva como proceso cotidiano: el caso de dos organizaciones culturales en Medellín, ... 89

que es la constitución subjetiva. Sin el reconoci- utopías son realizables, como me dice Pirrón, in-
miento de la propia posición frente al mundo, tegrante del equipo base de Mi Comuna. Clau-
los atravesamientos de la historia, las trayectorias dia, actriz de teatro e integrante de Mi Comuna,
vitales, y sin la integración de estos mismos as- sueña con “un mundo donde quepamos todos y
pectos en la relación establecida con los otros, todas, yo sí creo que un mundo menos desigual
pensar en la juntanza para la transformación no en todo, pues, desde lo económico, desde lo po-
resulta posible, pues esta parte de identificar un lítico, desde lo social ¿cierto? Un mundo donde
punto común que reúne las diferencias, no para precisamente lo económico no sea lo transversal,
borrarlas, sino para incluirlas como condiciones sino que en la estabilidad, las potencialidades del
de posibilidad para la vida digna. otro realmente sean ese fueguito que une con las
“Entender que no estamos solos” y “ser capaz de personas más allá de tú como mercancía en un
pensar colectivamente” son esas dos expresiones mundo” Lorena, líder del periódico Mi Comuna
que atraviesan los relatos para mostrar que el de- 2, se imagina un mundo en el que “más perso-
venir como sujetos se hace posible por las rela- nas se vuelvan inconformes, porque cuando us-
ciones con otros y otras, y que en la transforma- ted está inconforme usted siente la necesidad de
ción de la comunidad es necesario reconocer los hacer algo para que se mejore cierto, entonces
efectos que el propio accionar tiene en los lazos yo me imagino como, por ejemplo acá donde yo
sociales. Las prácticas de las organizaciones se or- vivo, lo que te decía ahorita, es un pensamiento
denan y promueven ese razonamiento: lo subje- muy generalizado en este espacio, en este lugar,
tivo individual y lo colectivo se funden para mo- es que muchas otras personas, mis vecinos, otra
vilizar los ejercicios de poder posibles para crear, gente, que no solamente sea decir “qué pereza
transformar y sostener la vida.
esto por aquí” sino “qué vamos a hacer”, enton-
La transformación es entendida en el uno a uno, ces vamos a salir y vamos a decir “venga Estado,
“incidir en la vida de los chicos”, como lo nom- es que acá están pasando estas cosas”, o “voy a
bra Erica, representante legal de Nuestra Gen- trabajar por eso”, sí, como que la gente se cues-
te; son pequeños cambios, pequeñas acciones, tione más y que también comprendan eso que yo
que reconocen un límite en el cambio de lo es- he logrado comprender, de por qué la realidad es
tructural pero que creen firmemente en que los como es”. En general, se sueña con un mundo
movimientos empiezan con flujos que parecen y unas relaciones que potencien la libertad y el
pequeños. Para Dayanna, la maestra de lectura respeto profundo por la vida en su valor intrínse-
y escritura de Mi Comuna, esa transformación camente humano.
la hace posible el hecho de poder ayudar a las
personas, de que esas personas sean realmente las Por lo anteriormente expuesto, afirmo que las
que participen y propongan, que sean reflexivas prácticas de organizaciones culturales son pro-
y comprendan el hecho o las situaciones en las motoras de salud-salud mental, por lo que es ne-
que están, que comprendan ese contexto en el cesario, desde la salud como sector, campo, saber
que están y que esas mismas personas puedan y práctica, generar estrategias de articulación que
tener iniciativas para que se pueda dar esa trans- se traduzcan en el enriquecimiento y reconoci-
formación ¿cierto? Entonces es poder brindarles miento de la diversidad de formas de producción
esos medios, esos espacios para que reflexionen, de salud y salud mental en los escenarios cotidia-
para que comprendan, para que tomen iniciati- nos en los que transcurre la vida, entendiendo
vas, tomen posturas, tomen decisiones”. que la salud mental no es la ausencia de enferme-
El motor de estas organizaciones es la utopía, dad ni se reduce a las disposiciones individuales
es el soñar que un mundo diferente puede ser en el orden de lo biológico, lo psicológico o lo
posible, que es posible vivir en paz, decidir, rela- social, sino que habla de formas vinculares que
cionarnos, construir, y construir con otros, que propenden por la transformación de los vínculos
es tal vez la mayor riqueza de estos procesos; las humanos y de la subjetividad.
90 Catalina Betancur Betancur

Consideraciones finales a una población que “participe” – entiéndase,


asista, firme una planilla y haga algunos comen-
La promoción de la salud/salud mental es una
tarios – y que, como por arte de magia, integre
práctica cotidiana y común que puede confi-
los conocimientos dados a su vida cotidiana.
gurarse, incluso, al margen del liderazgo de los
Para Cerda (2010), de lo que se trata es de de-
profesionales y las instituciones de salud, pues
batir la idea según la cual la salud se logra tras la
en la vida cotidiana, en las prácticas que se dan
instauración de conductas adoptadas a partir del
en diferentes organizaciones y grupos sociales, se
miedo, y de reconocer que las decisiones pasan
dan procesos que favorecen formas de relación y
por comprender las realidades propias, así como
de subjetividad favorables con la vida y el bien
las condiciones estructurales que las favorecen o
común.
las obstaculizan, para poder asumir posiciones
Desde la perspectiva de la salud pública alterna- éticas y consistentes que cuiden la salud.
tiva, este es el reconocimiento de otros poderes,
La promoción de la salud/salud mental, enton-
además del científico y el estatal, que entran en
ces, es un proceso complejo que convoca a múl-
ejercicio en la construcción de la salud (Granda,
tiples agentes, que es continuo y que se da en
2000), lo que quita del lugar de primacía y ver-
procesos de mediana y larga duración: los y las
dad a los discursos academicistas y oficiales que
participantes están desde la infancia en procesos
se han legitimado como los autorizados para ha-
culturales, o en sus palabras, “fueron criados en
blar de salud y de salud mental. Pensar cómo se
las organizaciones”. Es en el entramado de rela-
configura la promoción de la salud mental en las
ciones, procesos formativos, movilizaciones po-
prácticas cotidianas, es poner en el escenario el
líticas, y en el trascurrir mismo de la vida, que
reconocimiento del saber del sentido común del
se van configurando esos procesos de creación y
cual se nutre la ciencia y al cual ella debe volver
transformación de la salud y la vida. Bajo estas
para producir efectos prácticos; dicho conoci-
consideraciones, la salud mental es entendida
miento es aquel relativo al mundo de las relacio-
como una dimensión de las relaciones humanas
nes y la subjetividad que se imbrican en la salud
en las que se construyen las vidas de cada una
considerada como integral.
de las personas (Martín-Baró, 1993); implica
Para que esto se logre, es preciso establecer un relevar las oportunidades, los anhelos y la auto-
diálogo de saberes y haceres en los que la diversi- nomía de los sujetos, el poder para elegir tanto
dad se legitime, y en el que tanto el saber acadé- en lo íntimo como en lo público. Esta dimen-
mico como el popular tengan una equivalencia sión relacional considera también la opinión, la
epistemológica; esto, para quien se quiera vincu- discusión, la conversación, el compartir la vida
lar a los procesos cotidianos de promoción de la con los cercanos y la capacidad de actuar, así
salud/salud mental, implica un posicionamiento como las condiciones económicas e históricas
diferente: ya no es el que ilustra, el que educa, el (Ruiz-Eslava, 2009), aspectos que son centrales
que orienta la vida, sino el que se involucra ética en las acciones de las organizaciones culturales
y políticamente desde sus saberes y sus haceres que participaron de esta investigación.
puestos al servicio de la transformación social,
La experiencia de estas organizaciones muestra
lo que implica la ruptura de órdenes establecidos
un ejercicio real de articulación entre diferentes
que muchas veces, en nombre de la salud/salud
agentes y sectores, las formas de lidiar con las
mental, los y las profesionales ayudan a perpe-
tensiones propias de lo territorial y lo comuni-
tuar.
tario, las diferentes estrategias para lidiar de ma-
La promoción de la salud/salud mental, de acuer- nera colectiva con los condicionantes de la salud
do con lo aquí argumentado, no se reduce en y de la vida en el marco de contextos culturales
actividades psicoeducativas, talleres o campañas específicos. En estos procesos, el lugar del arte y
que tienen una lógica vertical y se implantan en la cultura no son instrumentales: no se trata del
escuelas, barrios y otras instituciones, esperando dibujo, la pintura, el teatro o la comunicación
Salud mental colectiva como proceso cotidiano: el caso de dos organizaciones culturales en Medellín, ... 91

como herramientas que se ponen a “hacer” a los sitios_catedras/obligatorias/066_salud2/material/


otros para que se expresen, se relajen o aprendan publicaciones/arte_y_transformacion.pdf
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94 Emilse Moreno

La ternura es urgente. Prácticas profesionales en


salud mental y derechos de niñeces y adolescencias
Tenderness is urgent. Professional practices in mental health
and rights of children and adolescents

Emilse Moreno1
http://orcid.org/0000-0001-6801-1206

Resumen
El artículo toma el campo de la salud mental (SM) y el de los derechos de las niñeces y adolescencias
en dos tiempos que dan cuenta de un proceso de cambio de paradigma: de la lógica manicomial a la
SM comunitaria y de la lógica tutelar a la protección de derechos.
El objetivo general es destacar una serie de aspectos que son resultado del análisis de situaciones
tomadas de la propia práctica de supervisión y coordinación de equipos técnicos interdisciplinarios.
Son objetivos específicos identificar categorías comunes entre los campos trabajados y visibilizar
abordajes actuales que se corresponden con las lógicas anteriores, para contribuir con la reflexión y
problematización de las prácticas profesionales.
Por los efectos de estos abordajes en las subjetividades, es necesario contemplar la dimensión ética y
la intervención desde la noción de ternura de Ulloa (1998), y promover formas de abandonar prác-
ticas correspondientes a lógicas tutelares y asilares.
Palabras clave: Niñeces y adolescencias, Salud Mental, Derechos, Prácticas profesionales, Ternura

Abstract
The article takes the field of mental health and the rights of children and adolescents in two periods
that show a process of paradigm shift: from the logic of the mental asylum to community mental
health and from the logic of guardianship to the protection of rights.
The general objective is to highlight a series of aspects resulting from the analysis of situations taken
from the practice of supervision and coordination of interdisciplinary technical teams. The specific
objectives are to identify common categories among the fields worked and to make visible current
approaches that correspond to the previous logics, to contribute to the reflection and problematiza-
tion of professional practices.
Because of these approaches on subjectivities, it is necessary to contemplate the ethical dimension
and intervention from Ulloa’s (1998) notion of tenderness, and to promote ways of abandoning
practices corresponding to tutelary and asyllogical logics.
Key words: Childhoods and Adolescences, Mental Health, Rights, Professional Practices, Tender-
ness

1 Licenciada en Psicología. Maestranda en Salud Mental Comunitaria. Docente e investigadora en la Universidad Na-
cional de Lanús, Argentina. Correo electrónico: emilsemoreno@gmail.com
La ternura es urgente. Prácticas profesionales en salud mental y derechos de niñeces y adolescencias 95

Introducción tra práctica, en este punto se toma la propuesta


de Ulloa (1998) para entender la ternura como
La perspectiva de la SM comunitaria orienta este
indispensable en el trabajo que pretende dejar
trabajo no solo desde lo conceptual, sino tam-
marcas subjetivantes. El autor refiere a la ternura
bién desde lo metodológico en tanto propone
como el primer anidamiento, el primer ampa-
operar a partir de lineamientos particulares para
ro que recibe el recién nacido, necesario para la
el campo en cuestión. Se considera entonces, en
constitución ética del sujeto. En este sentido se
el abordaje de las problemáticas que se toman en
trata de la ética del sujeto, sin embargo, la inten-
este trabajo, aspectos como: la dimensión ética,
ción de este artículo es también instalar la cues-
el abordaje interdisciplinario, la territorialidad,
tión de la ética profesional puesta en juego en el
la voz del sujeto con el que se está trabajando
abordaje de las problemáticas que aquí se tratan.
y de su comunidad, la intersectorialidad, entre
Al respecto plantea:
otros. Partiendo del trabajo propio de acompa-
ñamiento, supervisión y coordinación de equi- La ternura es lo antitético de la crueldad. Se pien-
pos técnicos interdisciplinarios, se muestran sa que es un sentimiento medio blandengue, pero
aquí algunos elementos que se ponen en práctica en un escenario cultural, la ternura es un formi-
en los diferentes abordajes, tomando como re- dable dispositivo donde se estructura la condición
ferencia la definición de dispositivo que trabaja ética del sujeto. La ternura significa brevemente
Agamben (2015) que se despliega en el siguiente tres cosas: el abrigo frente a los rigores de la in-
apartado. temperie, el alimento frente a los rigores del ham-
bre y el trato justo (Ulloa, 1999)
Se considera relevante la contextualización del
tema en el territorio en el que se inscriben los Estos suministros que el autor propone deben
abordajes considerados en este artículo, la pro- tenerse en cuenta para que la intervención tras-
vincia de Buenos Aires, fundamentalmente en cienda lo técnico y el derecho para enfocarse en
cuanto al Servicio Local. Se dedica un apartado una práctica ética. Este desafío orienta explícita
de este trabajo al despliegue y caracterización de o implícitamente los puntos que se despliegan
este dispositivo de atención, en tanto es nuevo, luego.
creado a partir de la sanción de la ley provincial La responsabilidad que implica el trabajo con
de Promoción y Protección de derechos de ni- NNyA, no solo desde la SM, sino también el
ños, niñas y adolescentes (NNyA). trabajo que se pueda tener desde el rol docente,
El tan mencionado cambio de los paradigmas médico, de operador u operadora comunitarios,
traza un escenario, el del enfoque de derechos. etc. dan la posibilidad de llevar adelante prácti-
Se puede pensar que no hay un tal cambio de cas subjetivantes, aunque no tengan ese propósi-
paradigma para pensar las niñeces o para pensar to específico en su tarea. Cualquier persona adul-
la SM, sino que estaríamos transitando un cam- ta que se vincule significativamente con un niño
bio que se puede tomar de un modo más am- o niña tiene la posibilidad de producir marcas
plio y definirlo como cambio hacia el enfoque de en su constitución subjetiva, más allá del lugar
derechos en general, que contiene los derechos específico desde el que se produce el vínculo. Por
de distintos colectivos que requieren protección, eso, allí hay un acento.
por ejemplo, las personas con padecimientos
En Argentina, el marco normativo contiene las
mentales, los NNyA, personas con discapacidad,
prácticas y abordajes que se trabajan y está dado
diversidades de identidad de género, entre otras.
por las leyes nacionales y provinciales (en esta
Se puede plantear entonces un recorrido de las
oportunidad tomamos la legislación vigente en la
lógicas tutelares al enfoque de derechos.
provincia de Buenos Aires): ley Nacional de De-
Si bien trabajar en perspectiva de derechos es recho a la protección de la Salud Mental 26.657
necesario, no es suficiente cuando hablamos del y ley provincial 14.580. Respecto de NNyA,
trabajo con sujetos. La ética debe orientar nues- ley Nacional 26.061 de “Protección integral de
96 Emilse Moreno

derechos de NNyA” y provincial 13.298 “de la tanto, el dispositivo es una máquina que produce
Promoción y Protección Integral de los Dere- subjetivaciones (Agamben 2015).
chos del Niño”. Se trabaja con el supuesto de que el nuevo o los
nuevos paradigmas se encarnan en el/un disposi-
1. Elementos de un dispositivo tivo. Estos producen subjetividades. Este marco
es a los fines de situar a que se hace referencia
La trama que toma el campo de la SM y el campo cuando se menciona un dispositivo en este tra-
de las niñeces y adolescencias es pura potencia y bajo.
se expande cuando se distinguen en ella los ele-
Vale aclarar que este trabajo no pretende ser ex-
mentos de un dispositivo, que Agamben (2015)
haustivo respecto de los puntos a desplegar en
partiendo de postulados foucaultianos, define
este cruce, en tanto se trata de un campo en
como un conjunto heterogéneo de elementos
construcción, sin embargo, pretende instalar la
tales como: leyes, decisiones regulativas, medi-
cuestión de la ética profesional como paso que
das administrativas, discursos, establecimientos,
trasciende el enfoque de derechos.
enunciados científicos, entre otros.
Partiendo de esta idea, el autor avanza con la de-
finición que intenta dar respuesta a la pregunta 2. Un dispositivo en particular: el Servicio
¿Qué es un dispositivo? A los fines de este escrito Local de Promoción y Protección de
se toman algunas caracterizaciones pertinentes: Derechos de NNyA
llamaré dispositivo literalmente a cualquier cosa Este apartado despliega una contextualización y
que de algún modo tenga la capacidad de cap- caracterización del Servicio Local (SL) de Pro-
turar, orientar, determinar, interceptar, modelar, moción y Protección de Derechos de NNyA,
controlar y asegurar los gestos, las conductas, las que, en el caso de la Provincia de Buenos Aires,
opiniones y los discursos de los seres vivientes es parte fundamental del abordaje para la pro-
(Agamben, 2015, pág. 23), por esta definición moción y protección de derechos
se entiende que cabe hablar de dispositivo cuan-
do se habla de los paradigmas, las normas, los El SL parte fundamental del Sistema de Pro-
campos, las instituciones, las prácticas. Es decir, moción y Protección de Derechos del Niño
se nombrará como dispositivo a este conjunto (SPPDN) y se accede a su definición y caracteri-
de elementos para trabajar, en este caso NNyA zación por la lectura de la ley Provincial 13.298
y SM. en el Capítulo II “De los Órganos Administrati-
vos” específicamente en los artículos 18, 19, 20
Para cada uno de esos elementos se identifican y 21, definición que se retomará. Esa es solo la
intervenciones, miradas o abordajes acordes al modalidad que la ley dispone. Como ya se dijo,
nuevo marco normativo dado por las leyes Na- se toma la idea de dispositivo mencionada para
cionales y Provinciales de SM y promoción y poder justamente ir más allá de lo escrito en la
protección de derechos de NNyA que se desplie- norma y tener presente que se habla de servi-
gan más adelante y otras prácticas que, si bien cios, prácticas, procedimientos, pero también
actuales, son guiadas aún por lógicas anteriores. de ideologías, distribuciones de poder, políti-
Por otro lado, se establecen aspectos comunes en cas. Los dispositivos existentes, de SM se deben
las modalidades de intervención en el campo de adecuar a la nueva legislación, sin embargo, en
la SM y en el de las problemáticas de las niñeces materia de NNyA los dispositivos (SL) son una
y adolescencias. nueva creación.
Continuando con la referencia a este autor cuan- Es necesario tomar este dispositivo porque tiene
do habla de sujetos y marcas subjetivantes, en efectos sobre la subjetividad de los NNyA con
tanto ubica al sujeto como resultado de la re- los que interviene, tanto en el plano individual
lación entre los vivientes y los dispositivos, por -porque el abordaje es de cada NNyA y su fami-
La ternura es urgente. Prácticas profesionales en salud mental y derechos de niñeces y adolescencias 97

lia- como en el plano colectivo ya que supone la ley 13.298 (2005) y crea los SL de PPIDN que
promoción de los derechos del NNyA, por ende, quedan definidos por la citada ley, que establece
como sujeto de derecho, mirada o conceptualiza- el fin del “patronato” y el nacimiento del nuevo
ción que debiera instalarse colectivamente. Esto sistema, dentro del cual, el único nuevo disposi-
último es muy importante porque, en tanto que tivo que implica una práctica profesional en el
uno de los propósitos de los SL, así como tam- marco de una intervención es el Servicio Local,
bién del SPPDN es la promoción de los derechos los otros cambios son de funciones de dispositi-
y del sistema, es esperable que la comunidad en vos ya existentes.
la que el NNyA vive, vaya transformando la mi- El patronato y toda la doctrina de la situación
rada que tiene sobre la niñez y al mismo tiem- irregular operó alrededor de un siglo de modo
po transitando también la sociedad, el cambio directo sobre la vida de los NNyA, o menores
de paradigma. Es decir, un proceso de profundo tal como se los denominará desde el paradigma
cambio cultural. anterior. Allí se construyó: miradas, discursos,
Los SL tienen como marco normativo la Con- prácticas, estigmatizaciones, sujetos, saberes, po-
vención Internacional sobre los Derechos del deres, en definitiva, toda una lógica. Una lógica
Niño de 1989, la ley nacional 26.061 y la pro- que esta transición debe deconstruir, no sin la
vincial 13.298 (ambas de 2005) de Protección participación de la comunidad, ya que, si bien
Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Ado- las leyes y normas pueden derogarse, suprimirse,
lescentes que crean el SPPDN. El artículo 14 de modificarse, el cambio en la letra no implica ne-
la ley 13.298 (2005), define al Sistema como: cesariamente un cambio en las prácticas, en las
miradas. Las lógicas no se derogan.
Un conjunto de organismos, entidades y servicios
que formulan, coordinan, orientan, supervisan, Se trata de una transición, de todo lo que con-
ejecutan y controlan las políticas, programas y figuraba el paradigma anterior, algunos aspectos
acciones, en el ámbito provincial y municipal, cayeron y otros siguen operando con renovada
destinados a promover, prevenir, asistir, prote- vigencia. Desde el Estado, a través de la figura
ger, resguardar y restablecer los derechos de los del juez de menores y de las lógicas tutelares se
NNyA, así como establecer los medios a través de ejerció cierta función paterna, por ejemplo, en
los cuales se asegure el efectivo goce de los dere- el ejercicio de la Patria Potestad. Poder del padre
chos y garantías reconocidos en la Constitución sobre sus hijos e hijas menores, que si él perdiera
Nacional, la Constitución de la Provincia de Bue- lo ejerce la madre y si ella también lo perdiera,
nos Aires, la Convención sobre los Derechos del
lo ejerce el Juez de Menores. Un otro poderoso
Niño, y demás tratados de Derechos Humanos
que disponía sobre la vida del NNyA y por ende
ratificados por el Estado Argentino.
sobre su futuro. Esa función también ha caído.
La figura “Juez de Menores” ya no existe en el
El Sistema funciona a través de acciones intersec- territorio que se está recortando, queda disuel-
toriales desarrolladas por entes del sector público, to el fuero de menores a partir de la sanción de
de carácter central o desconcentrado, y por entes la llamada ley de Fueros N° 13.634 y se crea el
del sector privado. fuero de familia. Respecto de la función, cabría
Esta ley también dispone que las políticas de sostener la pregunta sobre si los actuales jueces y
PPIDN serán desarrolladas por acciones de la juezas de familia, intervienen cabalmente desde
Provincia, los Municipios y organizaciones de el nuevo paradigma.
atención de la niñez, por lo que “...se invita a los El campo de la SM también da cuenta de una
municipios a promover la desconcentración de caída, la de la lógica manicomial, psiquiatrizante
las acciones de promoción, protección y resta- que propone el encierro en instituciones totales.
blecimiento de derechos en el ámbito municipal, Caídas que son tránsitos, claro. Procesos cuyas
con participación activa de las organizaciones no funciones, efectos, establecimientos, normativas
gubernamentales de atención a la niñez.” Art 15. van siendo reemplazadas por las que ofrecen los
98 Emilse Moreno

marcos vigentes. Procesos de marcha y contra- lescentes. Ya nombrarles es coherente con otro
marcha en cuanto a los abordajes, en este sentido principio rector, el de la “autonomía progresiva”.
con resistencias de todo tipo. Entonces ya se trata de NNyA, entendiendo que
hay importantes diferencias entre ser niño, niña
o ser adolescente. Tanto la lógica del patronato
3. Dos tiempos. De la lógica tutelar al como la manicomial implican la continuidad de
enfoque de derechos (o del objeto de un enfoque tutelar que subyace a las prácticas in-
tutela al sujeto de derechos) cluso actualmente.
Se trata de un primer tiempo donde el Estado A continuación, y a partir de las observaciones
dispone, rige sobre los cuerpos, los tutela judicia- sobre las prácticas profesionales, se analizan di-
lizándolos, los encierra institucionalizándolos. El mensiones, elementos para seguir con la noción
segundo tiempo, hacia el que se transita: el en- de dispositivo planteada al inicio, elementos que
foque de derechos donde el Estado debe operar dan cuenta de los dos tiempos y de algunos as-
como garante de los mismos. No es propósito de pectos comunes entre ambos campos.
este artículo desplegar conceptualmente la lógica
tutelar o el llamado patronato, pero sí destacar
3.1. Del juez que dispone al derecho a ser
los grandes pilares que sostuvieron a esa política,
oído
esas instituciones, esas subjetividades y esas prác-
ticas a las que nombramos como lógica. Estos se Es sabido que el paradigma anterior se basaba
irán desplegando en contraste con los principios en disponer judicialmente de la persona, sobre el
rectores del enfoque de derechos: el NNyA como cuerpo como objeto, persona que no era titular
sujeto de derechos, el interés superior del NNyA, de derechos y que la intervención más frecuente
el derecho a ser oído y la autonomía progresiva. era la institucionalización, el encierro en insti-
Este es el gran paso del llamado cambio de para- tuciones totales, generalmente todo sucedía allí
digma de la infancia, que también promueve un y por tiempo indeterminado, tanto para “meno-
cambio en la forma de nombrar a este colectivo, res” en riesgo moral o material a criterio del juez
(si bien se toma el tema infancia, se puede ad- como para el “loco” a quienes nadie oía, nadie
vertir ya el incipiente correlato con el tema de les explicaba lo que decidían que sucediera con
la SM) Pasará de menor o minoridad a infancia; sus vidas. Tal vez no le preguntaban su nombre
también podemos ir un poco más y plantear el ni miraba sus ojos.
pasaje de infancia (infante: el que no habla) a Las leyes actuales disponen la necesidad del con-
niñez, en tanto uno de los principios rectores sentimiento del sujeto respecto de la interven-
del cambio de paradigma es el que postula que ción de la que será protagonista. La intervención
NNyA tienen “derecho a ser oídos”. Los NNyA no debe ser en primera instancia la instituciona-
hablan. Respeto por su palabra, su habla, que ha- lización, además los sujetos deben ser informa-
blen y sea tenido en cuenta lo que dicen, funda- dos y consultados respecto del procedimiento, ya
mentalmente para los procesos y procedimientos sea terapéutico o de restitución de derechos y los
de los que son protagonistas y antes eran objeto. profesionales deben solicitar el consentimiento
Otra cuestión a destacar en la nominación es de los sujetos con los que están trabajando. Se
la incorporación de la perspectiva de género, al contempla que cuando las personas no están en
menos la binaria: niños y niñas, que si bien po- condiciones de brindar ese consentimiento, se
demos pensar que no incluye las diversidades de pone en marcha una serie de procedimientos de
identidad de género que ya se manifiestan en esta control sobre el Estado que estaría actuando sin
etapa de la vida, es un salto respecto del modo contar con la voluntad de la persona, es decir el
anterior en el que la categoría que incluía a todas procedimiento que implementa medidas llama-
las edades y todos los géneros era “menor”. Ade- das “involuntarias”. Es fundamental dejar claro
más, incorpora al decir NNyA, a los y las ado- que las leyes prevén esta posibilidad, pero con
La ternura es urgente. Prácticas profesionales en salud mental y derechos de niñeces y adolescencias 99

controles y seguimientos por parte de organis- en la propia intervención, por ejemplo. Por esto
mos creados a tal fin. es fundamental no trabajar en soledad.
Puede darse el caso que el sujeto no pueda ex- Tanto en el campo de la SM como en el de la
presar su voluntad o su consentimiento, por protección de derechos de NNyA, es recurrente
ejemplo, en el caso de la edad en cuanto a la au- el tema de la interdisciplina. Ahora bien, para
tonomía o de determinado estado de salud que que no sea un slogan, un enunciado, es necesaria
no le permita consentir con un procedimiento cierta renuncia narcisista en cada profesional de
que aportaría a su salud. También podría suceder modo que advierta que el propio conocimien-
que el sujeto no acuerda o se resiste a esa inter- to, el propio campo disciplinar no alcanza. Los
vención, en todos estos casos se trata de medidas problemas del campo de las niñeces y adolescen-
involuntarias, habitualmente son internaciones cias del campo de la salud y más específicamen-
en el campo de la SM o medidas de protección te de la SM, son complejos, por lo que diseñar
especial o de abrigo, se continuará llamándolas: respuestas complejas se vuelve necesario para el
medida de abrigo con NNyA, las leyes vigentes abordaje adecuado, eso requiere de distintas mi-
establecen cómo proceder en estos casos, lo que radas dentro del mismo equipo.
se retomará más adelante. Es esperable que estas nuevas lógicas empiecen
Para retomar el concepto de dispositivo plantea- a romper con los efectos de las anteriores, sin-
do, se advierte como se ponen en juego algunos tetizados en medicalizar, institucionalizar, judi-
elementos, a saber: procedimientos, medidas ad- cializar. Generalmente se trataba de la figura del
ministrativas, normas, ideologías. Estas últimas, psiquiatra o el juez que disponía. Claramente se
por ejemplo, pueden teñir algunos abordajes en hace referencia a las lógicas y no a las personas,
ese momento tan relevante de contacto con el en tanto hay psiquiatras y jueces contrahegemó-
sujeto en el que se conversa, se escucha, se ex- nicos, o al menos no omnipotentes.
plica la estrategia, se solicita el consentimiento En ambos campos hay nuevas normas jurídicas,
desde una posición respetuosa y con buen trato pero estas no derribaron las lógicas subyacen-
o no, el buen trato, o trato justo como una de tes. En muchos casos las prácticas profesionales
las dimensiones de la ternura para Ulloa (1999). responden a los paradigmas anteriores en tanto
El buen trato hacia el otro, la mirada, la pala- aquellos contaban con una hegemonía (saber
bra, la voz, el nombre propio. El autor (1998) y poder) que no caerá sola ni de modo absolu-
en su análisis a partir del trabajo con personas to, sino que se trata de un proceso complejo de
torturadas y víctimas del terrorismo de Estado se transformación, ya que aquellas lógicas domi-
propone pensar el dispositivo de la crueldad y a nantes cuentan con marcos teóricos, procedi-
partir de allí, establece que este es la antítesis de mientos, estructuras, etc. que en muchos casos
la ternura, idea que se retoma luego. continúan en uso. Es una característica de los
El tema es de gran complejidad. Trabajar desde paradigmas en caída, la figura que administra o
la ternura con la voluntad del sujeto como sujeto tiene el poder, en ambos casos es una figura do-
de derecho. minante: el juez y el psiquiatra.
No es un propósito de este trabajo analizar la
3.2. Del poder unipersonal y hegemónico al perspectiva de género en estos temas, sin em-
equipo interdisciplinario bargo, cabe destacar que es frecuente dirigirse en
Son variadas las tensiones y contradicciones que masculino a estas figuras poderosas, el juez y el
se pueden identificar dentro de un sistema, de psiquiatra, lo cual da cuenta de otro paradigma
opresor. Ya se enlazan varios entonces: el patriar-
una institución, de un abordaje, inclusive aloja-
cado, el patronato, la lógica manicomial.
das en un mismo profesional que puede adherir
y defender el enfoque de derechos, pero habitar Las nuevas leyes restan poder en la decisión a
una escena donde se advierte una práctica tutelar esas figuras y establecen que el abordaje inter-
100 Emilse Moreno

disciplinario lo asuma, ya no queda el poder en determinada persona, en relación a las posi-


concentrado en una persona para disponer sobre bilidades que va a tener de sostenerla, en función
la vida de otras, sino que equipos interdiscipli- de sus padecimientos físicos o de SM, va a poder
narios deben elaborar estrategias y fundamentar comprometerse o no con sostener determinadas
esas decisiones. Además, deberán hacerlo junto medidas. Desde esta perspectiva, la de la SM co-
con otros sectores y con las personas, su familia munitaria, los diagnósticos constituyen conoci-
y comunidad. Así entonces, las estrategias, me- mientos sobre los cuales se delinean estrategias
didas, decisiones, van tomando una perspectiva restitutivas y no restrictivas o estigmatizantes.
comunitaria.
En relación al diagnóstico psicopatológico, sigue
El procedimiento vigente evita o acota la judicia- siendo fundamental hacer hincapié en una pers-
lización. El juez sólo interviene en el caso de las pectiva desestigmatizante ya que la patología no
internaciones y medidas de abrigo y para contro- necesariamente obtura las posibilidades de pro-
lar a los organismos y no para decidir y disponer tección de los adultos ni el ejercicio saludable de
de la vida del sujeto. Este punto se retoma más sus funciones, aunque sea por momentos. En las
adelante. prácticas de SM no debe tomarse el diagnósti-
co como categoría que aplasta al sujeto, la ley
3.3. De la estigmatización al diagnóstico de SM nos dice que siempre se debe partir de la
como posibilidad presunción de capacidad de todas las personas y
que:
En cuanto al diagnóstico cabe destacar que, en
las problemáticas de NNyA con vulneración de En ningún caso puede hacerse diagnóstico en el
derechos, cobran gran importancia dos tipos de campo de la salud mental sobre la base exclusi-
diagnóstico para pensar las medidas de protec- va de: a) Status político, socioeconómico, perte-
ción necesarias y adecuadas: el que se concentra nencia a un grupo cultural, racial o religioso. b)
en la singularidad del niño o la persona desde el Demandas familiares, laborales, falta de confor-
punto de vista de su salud (mental o física) y el midad o adecuación con valores morales, sociales,
diagnóstico integral de la situación de la que el culturales, políticos o creencias religiosas prevale-
niño es parte, por lo tanto, no exclusivamente de cientes en la comunidad donde vive la persona. c)
las personas. Se elabora entonces un diagnóstico Elección o identidad sexual. d) La mera existencia
del contexto, de las condiciones de vida, de la de antecedentes de tratamiento u hospitalización.
vivienda, de las posibilidades de protección de (ley 26.657 artículo 3)
los adultos, de la red con la que cuenta el niño
El lugar del diagnóstico entonces, en las proble-
en su comunidad, etc. Lo cual debe ser tenido en
máticas de la niñez, la adolescencia y los pade-
cuenta ya sea como potencia o límite, al delinear
cimientos mentales, adquiere estas característi-
las estrategias de restitución de derechos.
cas que lo distinguen fuertemente de los para-
En relación a la primera forma de diagnóstico digmas anteriores, totalizantes, individualistas,
mencionada, también se puede distinguir entre punitivos que tomaban el diagnóstico separado
el diagnóstico del NNyA en cuestión y el de los del contexto y de las condiciones de vida de las
integrantes de su familia nuclear o ampliada con personas y las posibilidades que aportan o no las
los que se va a contar para definir el abordaje. Se comunidades.
trata de establecer un diagnóstico en cuanto a la
SM o física de cada quien, para establecer, por
3.4. Del tiempo indeterminado a los plazos y
un lado, el acceso de las personas al sistema o los
estrategias de egreso
servicios de salud que requiera y las posibilidades
y dificultades que pueda haber avanzado el tra- Es imprescindible diseñar estrategias siempre te-
tamiento (pronóstico). Es fundamental un buen niendo en cuenta que los profesionales se van a
diagnóstico de las personas en este punto para retirar de la escena que habita el sujeto. Casi al
determinar qué estrategia es pertinente apoyar modo que se piensa la transferencia en la clínica
La ternura es urgente. Prácticas profesionales en salud mental y derechos de niñeces y adolescencias 101

con niños, se asume un lugar para luego resti- ción involuntaria por padecimientos mentales y
tuirlo a los padres, como un nudo que se ata pen- medida de abrigo por vulneración de derechos,
sando que va a ser desatado en algún momento. ambas son de carácter restrictivo y requieren
Se debe tener en cuenta la continuidad del efecto condiciones semejantes para ser implementadas
buscado cuando se retire aquello que agregó la respetando los derechos de las personas.
intervención.
Dejemos por fuera en este punto las internacio-
Se tiene que pensar una estrategia de egreso nes voluntarias que tienen otros requerimientos,
cuando la intervención consiste en algún ingre- justamente por ser voluntarias. La medida de
so, en otras palabras, atender su carácter reversi- abrigo sí requiere del consentimiento del NNyA
ble. Por ejemplo, se ingresa un NNyA a un pro- y es relativo el carácter restrictivo ya que el NNyA
grama social, pero inevitablemente se debe dise- tiene “derecho a hacer abandono del programa”,
ñar el egreso, ya desde el inicio cuando el ingreso punto escabroso porque esta figura en general es
consiste en la institucionalización de un NNyA usada cuando los sujetos abandonan unilateral-
o una persona con padecimientos mentales. Ade- mente, es decir no es una decisión contenida,
más de delinearlas al momento de efectivizar la acompañada por los operadores de hogares con-
medida, estas estrategias deben ser consensuadas vivenciales o casas de abrigo, sino que más bien
y comunicadas al sujeto con el que trabajamos, se refiere de este modo cuando sucede lo que en
nuevamente el buen trato aparece en el cómo co- paradigma anterior se nombraba como “fuga”.
municamos. Entonces los NNyA pueden egresar o abando-
Como se trata de medidas restrictivas, deben ga- nar el programa. Sería muy importante que en
rantizar todas las condiciones para ser efectiviza- ambos casos cuenten con la contención y acom-
das a derecho. Una de esas condiciones es el pla- pañamiento de las personas que trabajan en los
zo. A continuación, tomaremos otras tales como dispositivos de alojamiento, lo que no siempre
el lugar de efectivización y la necesidad de agotar sucede. Este aspecto sería interesante desarrollar-
instancias previas. Con anterioridad vimos otras lo en otro momento ya que pone en tensión las
como el consentimiento del sujeto o la interven- normas con las prácticas del nuevo paradigma,
ción del equipo interdisciplinario que adopta la en este caso visibilizadas en las nominaciones
medida. que se usan.
El plazo, es fundamental tanto las internaciones Ahora bien, con el propósito de trascender los
por SM como las medidas de abrigo. En la mo- aspectos técnicos y formales, se propone una
dalidad anterior las personas con padecimien- pausa en este punto para instalar la dimensión de
to mental y los menores institucionalizados no la ternura. Estas son situaciones especiales en que
contaban con un plazo para esa medida, estás una persona en situación de padecimiento, en el
duraban por tiempo indeterminado o hasta la marco de una intervención de otras personas
mayoría de edad, con todo lo que esto implica (por más incluida y escuchada que esté) es lleva-
en tanto se trataba de instituciones de encierro, da, trasladada a un lugar que no es su casa, con
restrictivas. Las nuevas leyes disponen que estas otras personas que no son su familia, con olores,
medidas sean por el tiempo más breve posible, sonidos, voces que no son los habituales. No se
en el caso de abrigos hasta 180 días y en el caso trata aquí de establecer valores respecto de que
de internaciones por SM el artículo 7 inc. H su familia, su casa, si sus sonidos son positivos,
afirma que las personas tienen derecho a que las saludables o protectores ya que muchas veces es-
internaciones prolongadas (más de 60 días), en tas medidas ponen una distancia justamente allí,
caso de ser voluntarias (artículo 18 ley 26.657) o que se considera necesaria para producir algún
involuntarias sean controladas por el Órgano de corte que produzca una marca subjetivante salu-
Revisión, creado por la presente ley justamente dable o restitutiva (Efron, 2020). Es de esperar
para proteger los derechos humanos de los usua- que esas distancias o separaciones resulten dolo-
rios y usuarias de los servicios de SM. Interna- rosas también. Aquí es urgente la ternura. Ternu-
102 Emilse Moreno

ra en el sentido del trato que deben dar los y las como refiere la legislación sobre violencia fami-
profesionales a la persona que está viviendo esa liar, sino al NNyA).
separación. Ulloa (1998, 2005) trata este tema b) ausencia de alternativas eficaces o agotamien-
en contraste con la crueldad y lo toma para ana- to de instancias previas implementadas.
lizar cuestiones vinculadas a la última dictadura
cívico militar en Argentina, pero a los fines de Ambas internaciones deben ser entonces excep-
este escrito se toman los suministros de la ternu- cionales, breves y fundadas.
ra, especialmente el buen trato. Este es impres- Un paréntesis. Un punto de superposición de
cindible si se trata de una persona internada por ambas leyes (26.061 y 26.657) es cuando se in-
razones de SM o NNyA en medida de abrigo. ternan NNyA por razones de SM, allí la norma
No da igual que el abordaje sea el pertinente y a dispone que se traten como internaciones invo-
derecho si no hay buen trato. Trato digno, justo, luntarias. Esta es la única referencia que la ley de
respeto, ternura, no están en ningún instructivo, SM hace a NNyA, en su artículo 26 donde dice:
aunque no pueden faltar. En caso de internación de personas menores de
edad o declaradas incapaces, se debe proceder de
Volviendo a los plazos, el artículo 20 de la ley acuerdo a lo establecido por los artículos 20, 21,
26.657 dispone que 22, 23, 24 y 25 de la presente ley. En el caso de
La internación involuntaria de una persona debe niños, niñas y adolescentes, además se procederá
concebirse como recurso terapéutico excepcional de acuerdo a la normativa nacional e internacio-
en caso de que no sean posibles los abordajes am- nal de protección integral de derechos.
bulatorios, y sólo podrá realizarse cuando a cri- La evaluación permanente de ambas medidas
terio del equipo de salud mediare situación de debe permitir el cese o la externación ni bien se
riesgo cierto e inminente para sí o para terceros. haya revertido la situación que la causó. La es-
Para que proceda la internación involuntaria, ade- trategia de egreso aquí debe garantizar la mayor
más de los requisitos comunes a toda internación, brevedad, estando también las condiciones dadas
debe hacerse constar: a) dictamen profesional del para que al egreso se sostenga la restitución, el
servicio asistencial que realice la internación. Se efecto de las medidas, evitando las llamadas rein-
debe determinar la situación de riesgo cierto e in- ternaciones.
minente a que hace referencia el primer párrafo de En cuanto al efecto buscado, es central la noción
este artículo, con la firma de dos profesionales de de marca subjetivante. Estas medidas implican
diferentes disciplinas, que no tengan relación de sufrimiento psíquico (Galende, 1997) para sus
parentesco, amistad o vínculos económicos con la protagonistas, muy probablemente en todos los
persona, uno de los cuales deberá ser psicólogo o casos, por eso es inadmisible que transcurran sin
médico psiquiatra. b) ausencia de otra alternativa conseguir efectos restitutivos o saludables. Siem-
eficaz para su tratamiento. c) informe acerca de las pre deben perseguir resultados subjetivantes y
instancias previas implementadas si las hubiera. que no puedan ser conseguidos por medidas me-
nos restrictivas. Nunca punitivos.
De modo coherente con la medida de abrigo,
que debe contar con: Este marco normativo también dispone la crea-
ción de organismos y dispositivos de control,
a) informe y plan estratégico de restitución de pero ya no para controlar a los y las usuarios/
derechos del equipo del Servicio Local y acto- as sino al área del Estado que dispuso y ejecuta
res corresponsables, evaluación de la que resulte la internación. Son nuevas instancias que miran
que es proporcional la medida al riesgo que la allí donde nadie podía mirar: El Órgano de Re-
vulneración de derechos implica para el NNyA visión creado por el artículo 38 de la ley 26.657,
(los motivos más frecuentes son por maltrato y Consejo Local creado por el decreto reglamen-
violencia en todas sus formas y que generalmente tario de la ley 13,298, la figura del Abogado del
no se procede sacando al agresor/a del domicilio Niño creado por la ley 26.061 y 14.568 de la
La ternura es urgente. Prácticas profesionales en salud mental y derechos de niñeces y adolescencias 103

Provincia de Buenos Aires y todas las disposicio- Lo total por lo alternativo. Lo cerrado por lo co-
nes para que las personas internadas o NNyA ya munitario. Volviendo a la definición de disposi-
sea en medida de abrigo o en conflicto con la tivo, es posible afirmar que más allá de las nor-
ley penal, cuenten con abogados especializados mas y los establecimientos, es urgente revisar las
que defiendan sus intereses y derechos. Estos prácticas clásicas para no reproducir intervencio-
agentes controlan que las medidas cumplan su nes tutelares, aún en dispositivos institucionales
racionalidad, excepcionalidad, plazos y los res- alternativos, porque en tanto transitamos estos
guardos necesarios, es decir que sean a derecho, cambios, en tanto los protagonizamos, alojamos
pero ¿pueden controlar la dimensión ética de la ambas lógicas en tensión y esta tensión subyace a
práctica profesional? nuestras prácticas profesionales.

3.5. Del orfanato y el manicomio a los 3.6. De la deriva a la corresponsabilidad


dispositivos alternativos Es relevante la definición de corresponsabilidad
Las no tan nuevas normas disponen la sustitu- que surge del decreto 300/05, de la ley 13.298,
en su artículo 21 inc. 4: “Sustituir la práctica de
ción (de servicios y establecimientos, nuevamen-
la derivación de casos entre instituciones por la
te elementos del dispositivo) del instituto/orfa-
construcción de relaciones de corresponsabilidad
nato y el manicomio por los llamados disposi-
e interdependencia entre las mismas con el obje-
tivos intermedios, alternativos, descentralizados.
to de promover, proteger y restituir derechos en
Las grandes instituciones totales por dispositivos
forma integral”.
en los territorios. Las internaciones en hospitales
monovalentes son o deben ser reemplazadas por La construcción de relaciones corresponsables
internaciones en hospitales generales polivalen- interpela a las prácticas profesionales. Los y las
tes, lo que implica la capacitación y formación profesionales del campo de la niñeces y adoles-
de todo el personal de los servicios que van a alo- cencias y la SM deben realizar esa construcción,
jar a estas personas que antes quedaban tras los ese tejido entre relaciones para hacerlas corres-
muros. ponsables y no insistir en las prácticas de deriva-
ción de casos. En este eje también entra al juego
Las medidas de abrigo de NNyA deben inten- la dimensión ética.
tar transcurrir en la llamada “familia ampliada”
Al habitar el Estado, es posible quedar tomado
que son los familiares biológicos y los referentes
por los dispositivos institucionales, por los tiem-
afectivos y comunitarios de los sujetos cuyos de-
pos, las insoslayables precariedades laborales,
rechos hay que proteger. Cuando los SL evalúan
“las responsabilidades” que tantas veces operan
que no se cuenta con este recurso porque no exis-
en contra de la responsabilidad y desde allí se
te o porque estas personas no tienen capacidad despliegan las prácticas, a veces heroicas, a ve-
de ejercer la protección necesaria por el motivo ces cansadas, a veces entusiastas o ingenuas, pero
que fuere, recién allí se recurre a la medida de siempre recortadas y parciales, porque la comple-
abrigo institucional, en hogares convivenciales jidad (Almeida Filho, 2006) que trama el campo
que cumplen la función de alojamiento. Nueva- con el que se trabaja, requiere del desafío de la
mente cabe traer la necesidad de que las personas corresponsabilidad. Esta es, con la interdiscipli-
que trabajan en estos dispositivos puedan abor- na y la intersectorialidad necesariamente.
dar desde la ternura.
Las modalidades de abordajes propuestas por
Los grandes institutos de menores son reempla- las normas vigentes, por momentos sugieren y
zados por hogares convivenciales, lo central por por momentos explicitan la necesidad del traba-
lo descentralizado y en los territorios buscando jo corresponsable. No es más posible delegar la
que las personas no pierdan sus lazos comunita- responsabilidad en el otro, la familia, el Estado,
rios y familiares, su centro de vida. a quien, por supuesto le caben otras responsabili-
104 Emilse Moreno

dades que, a los demás participantes de esta mesa, Argentina y que responden a un tiempo legisla-
pero es necesario pensar el Estado implicándose, tivo y político, por eso, porque son del mismo
desde las propias responsabilidades también y no tiempo, ese bloque normativo comienza con el
como un ente que no es nadie y es el responsable mismo número.
de todo. Entonces, no es posible delegar la res-
En urgente promover abordajes que incorporen
ponsabilidad en el otro: las áreas de gobierno, la la dimensión ética y la problematización y re-
familia, el sujeto con el que estamos trabajando, flexión sobre las propias prácticas de modo que
sino que la responsabilidad queda compartida. el enfoque de derechos no se instale como meta
sino como base desafiando a los y las profesio-
Consideraciones finales nales a contemplar la ternura como guía de sus
intervenciones.
En relación con el extenso período en el que estu-
vieron vigentes las lógicas tutelares del patronato La ternura como otro nombre, como otro efecto
y el manicomio, las leyes actuales siguen siendo posible de las prácticas subjetivantes. Buen trato
nuevas, sin embargo, llevan más de una década o trato justo, abrigo y alimento. Aspectos indis-
de sancionadas, no vale ampararse en que son pensables, donde no alcanza con el enfoque de
nuevas. Ya son. Sin embargo, las adecuaciones derechos especialmente si no queda más alterna-
necesarias tienen otros tiempos, aquí retomamos tiva que llevar adelante una intervención con la
el concepto de dispositivo que trabaja Agamben relevancia que tiene acompañar, llevar, trasladar
(2015) en tanto las adecuaciones deben darse en a una persona de un lugar a otro. Internar a un
sujeto que sufre.
múltiples elementos: las leyes, los marcos teóri-
cos, las instituciones, las prácticas profesionales, Prácticas que solo pueden ser restitutivas, sub-
las miradas comunitarias, inclusive en la adecua- jetivantes o promover un corte al sufrimiento
ción necesaria para la composición de los instru- si van en busca de la ternura, como dispositivo
mentos donde el Estado registra (documentos, donde se estructura la dimensión ética del sujeto
actas, historias clínicas, legajos, entre otros) con quien estamos trabajando y como acto que
requiere del posicionamiento ético de cada pro-
Se establece una tensión entre los tiempos cultu-
fesional.
rales y simbólicos necesarios para que se instale
fuertemente el enfoque de derechos y el tiempo
de cada NNyA que es ya. Sus días, su vida son ya. Bibliografía
No da igual hablarle, mirar sus ojos, preguntar
su nombre o no a una persona que sufre. Agamben, G (2015). ¿Qué es un dispositivo? Buenos
Aires: Anagrama.
Es la dimensión ética la que se pone en juego,
la de los y las profesionales que requieren tiem- Almeida – Filho, N. (2006) Complejidad y Transdis-
pos de lectura, capacitación, escritura. Las ins- ciplinariedad en el campo de la Salud Colectiva:
tituciones también se toman los tiempos para Evaluación de conceptos y aplicaciones. Salud Co-
sus burocracias, las universidades para actualizar lectiva.; 2 (2): 123 – 146.
sus planes de estudios. Tiempos válidos y nece- Decreto reglamentario de ley provincial 13.298.
sarios, pero es la ética la que acota esos tiempos, 300/2005 provincia de Buenos Aires. 7 de marzo
les pone bordes, no permite perpetuarlos. Ulloa de 2005.
(1999) destaca la ternura. El la trae como dis-
Efrón, R (2008). Apuntes para una clínica en Salud
positivo donde se estructura la condición ética
Mental Comunitaria. Buenos Aires. Artículo in-
del sujeto, vale también para plantear la ética
édito.
profesional como necesaria para promover una
instancia donde se posibilite la ternura. Ternu- Efrón, R (2017) El campo del Derecho de la Infancia
ra que tiene que acompañar a “las 26.000”. Así y el campo de la Salud Mental. Revista Salud Men-
se nombra a las leyes que amplían derechos en tal y Comunidad. Vol. 4. Pág. 17 – 29.
La ternura es urgente. Prácticas profesionales en salud mental y derechos de niñeces y adolescencias 105

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106 Mirta Elvira

Participación comunitaria en salud mental.


Centro Cultural Camino Abierto:
desmanicomialización provincia de Río Negro
(Argentina)
Community Participation in Mental Health. Open Road Cultural
Center: Deinstitutionalization Province of Río Negro (Argentina)

Mirta Elvira1
https://orcid.org/0000-0002-7905-5412

Resumen
El caso de estudio lo constituye el Centro Cultural Camino Abierto, dependiente del Hospital Zonal
de Bariloche, un hospital general con internación de todo tipo de problemáticas de salud mental. El
dispositivo es parte de los servicios comunitarios del sistema de salud mental de Río Negro, provincia
que sustituyó el manicomio provincial por una red de servicios basada en la comunidad. También ana-
lizamos cómo se establecen y qué características poseen los vínculos interpersonales entre usuarios, tra-
bajadores y vecinos; y cómo son las intervenciones comunitarias realizadas desde el Centro, los procesos
de sensibilización comunitaria, y las eventuales recomposiciones en las representaciones que los vecinos
tienen de las personas usuarias. Esto, porque Camino Abierto parece haber conformado un espacio de
producción de transformaciones tanto en el entorno como en las personas usuarias del servicio, quienes
fueron modulando sus roles gracias a la participación comunitaria en una diversidad de actividades.
Palabras clave: participación comunitaria, salud mental comunitaria, desmanicomialización

Abstract
The case study it is determinate by Camino Abierto Cultural Center, dependent on the Zonal Hos-
pital of Bariloche, a general hospital with hospitalization of all kinds of mental health problems. The
device is part of the community services of the mental health system from Río Negro, a province that
replaced the provincial asylum for a network service based on the community. We also analyze how
they are established and what characteristics they have interpersonal links between users, workers
and neighbors; and how are the community interventions carried out from the Center, community
awareness processes, and eventual compositions in the representations that the neighbors have of
the users. This, because Camino Abierto seems to have formed a space to produce transformations
both in the environment as well as the users of the service, who were modulating their roles thanks
to community participation in a diversity of activities.
Keywords: Community Participation, Community Mental Health, Demanicomialization

1 PhD Salud Mental Comunitaria. Psicóloga. Fundadora del Centro Cultural Camino Abierto. Asesora de la Legislatura
de Río Negro. Docente e investigadora. Correo electrónico: mirtaelvira@hotmail.com
Participación comunitaria en salud mental... 107

1. Introducción cimiento mental y los/as vecinos/as de la propia


comunidad.
La desmanicomialización rionegrina
En el artículo que aquí presento busco indagar la
La provincia de Río Negro fue pionera en el cam-
creación y trayectoria del Centro Cultural Cami-
bio de paradigma en la atención y promoción de
no Abierto desde la perspectiva de los/as actores/
la salud mental y en particular en la integración
as involucrados; es decir, personas con padeci-
comunitaria de las personas con padecimiento
miento mental usuarios/as del centro, así como
mental, a partir del desarrollo de un sistema in-
su personal, vecinos/as y referentes del campo de
clusivo y la promulgación de una ley de salud
la salud de la provincia de Río Negro. Fueron va-
mental que se basó en el respeto por los derechos
rias la pregunta que me guiaron: cómo fue la ins-
humanos de las personas. Dicha reforma se ini-
talación de un centro con expectativas de avanzar
ció con el retorno de la democracia y fue sancio-
en el modelo de la reforma rionegrina; cuál fue el
nada como Ley de Promoción Sanitaria y Social rol de los diferentes lazos sociales y, en especial,
de las Personas que Padecen Sufrimiento Mental el de la confianza en los vínculos interpersonales,
Nº 2440, conocida como “Ley de Desmanico- en el mejoramiento de las condiciones de vida de
mialización”, en 1991. los/as usuarios/as de servicios de salud mental.
Cabe destacar que cuando se comenzó a trabajar También me pregunto si en la “participación co-
en la perspectiva de la salud mental, no se conta- munitaria” –concepto definido en la Declaración
ba con los antecedentes vinculados a la inclusión de Alma-Ata (OMS/OPS-UNICEF, 1978)– en
social, perspectiva de derechos y desarrollo de la emprendimientos culturales, deportivos y labo-
participación comunitaria como lo que cono- rales de vecinos/as y usuarios/as de servicios de
cemos en la actualidad y la reforma se sustentó salud mental está la clave para el mejoramien-
en los principios de la Declaración de Alma Ata to de las condiciones de vida de la comunidad;
(OMS/OPS-UNICEF, 1978). Se implementó cómo se ha instalado la metodología de partici-
una metodología vinculada a la atención prima- pación comunitaria en Camino Abierto; y cómo
ria de la salud a través de descentralizar los re- esta es entendida y practicada por los diferentes
cursos hacia los centros de salud y los hospitales actores, y qué resultados se han obtenido con
generales en los que se desarrolló la internación este tipo de intervención.
de toda crisis mental, y además se crearon los Además, incorporo la idea de modulación, esco-
dispositivos comunitarios para la atención terri- gida metafóricamente del lenguaje musical para
torial de los padecimientos mentales. explicar cómo la perspectiva de la salud mental
Ese recorrido, desde el inicio de la reforma hasta comunitaria implica una visión dinámica que
la actualidad, ya en la segunda década del siglo permite dar cuenta de un proceso de transforma-
XXI, no resultó sencillo por el predominio –en- ción donde las personas dejan de ser un/a “psi-
tre otros motivos– del modelo clínico asisten- cótico/a”, un/a “loco/a”, un/a “enfermo/a” para
cial y la metodología manicomial que tuvo en pasar a ser un/a trabajador/a, estudiante, artista,
gran parte la Argentina hasta la sanción de la artesano/a, padre, madre, hijo, hija o cualquier
Ley Nacional de Salud Mental y Adicciones Nº otro rol social que el transcurrir de su vida le per-
26.657, en 2010, y que está en constante tensión mita. La modulación permite desplegar diferen-
con el modelo comunitario. Tensión que resul- tes formas de diluir, desdibujar el contorno de la
ta más evidente en una ciudad compleja, como etiqueta diagnóstica.
lo es desde el punto de vista social San Carlos Finalmente, indago también si para que la par-
de Bariloche. Allí en el año 2008 se inauguró el ticipación y sus diferentes modulaciones hayan
Centro Cultural Camino Abierto con el objetivo sido factibles, influyeron los procesos previos y
de fortalecer y desarrollar la participación y las actuales vinculados a la reforma de salud mental
relaciones mutuas entre las personas con pade- en la provincia de Río Negro.  
108 Mirta Elvira

La metodología que utilizo es de características 2. Un nuevo modelo de atención


cualitativas, de tipo exploratoria, descriptiva, y
El nuevo paradigma de cuidado y atención en
de aproximación etnográfica a un caso. La uni-
salud mental comunitaria tiene como uno de sus
dad de observación es el Centro Cultural Ca- objetivos principales modificar las actitudes so-
mino Abierto, dispositivo de salud mental que ciales negativas, como el estigma, la discrimina-
depende del Hospital Zonal de San Carlos de ción, la marginación y el rechazo frente al usua-
Bariloche. Su análisis entrecruza tres condicio- rio de servicios de salud mental. Las interven-
nes iniciales: la inexistencia de psiquiátricos en la ciones comunitarias intentan restablecer lo antes
provincia, su total apertura a la comunidad y su posible a la persona afectada por una crisis a sus
dependencia de un hospital público. Las varia- niveles anteriores de independencia, mejorando
bles que en ese contexto socio sanitario tuve en las condiciones preexistentes, y al mismo tiempo
cuenta son la participación comunitaria y la in- resolver a través de aportes de orden físico y psi-
clusión social. Llevé a cabo un abordaje holístico cosocial aquellos factores que pudieran haberla
dado que la perspectiva de los/as actores/as fue generado.
tenida en cuenta en su totalidad, profundizando
La aplicación de la participación comunitaria
dicha observación en las dimensiones sociales,
en las estructuras sanitarias y prácticas en salud
psicológicas y culturales de la comunidad en in-
mental abre un camino de posibilidades en el
tegración con las prácticas discursivas. También
cual también tienen cabida el arte y la creativi-
integré el análisis del discurso teniendo en cuen- dad.
ta que toda intervención a favor de un cambio
social supone la referencia a las representaciones
sociales que acompañan dicho cambio Participación comunitaria
En el trabajo de campo documenté las activida- Hay posturas muy heterogéneas, y hasta contra-
des que se realizaban en el Centro Cultural, y la dictorias, sobre la inclusión de la participación
situación y percepción de los diferentes actores/ comunitaria en los programas de salud Bronf-
as sociales implicados. Para el armado del cor- man y Gleizer, 1994; Ugalde, 2006; Montero,
pus utilicé diferentes técnicas de recolección de 2003; Romero Uzcátegui et al., 2010; Ferullo de
datos: la observación participante en asambleas, Parajón, 2006; Ussher, 2008).
grupos, reuniones familiares y la realización de Están los que destacan la relevancia de la par-
entrevistas semidirigidas, el registro de conver- ticipación comunitaria como parte estructural
saciones espontáneas, la consulta de documen- de una perspectiva respetuosa de los derechos de
tación gráfica, el relevamiento de textos escritos las personas, entendiéndola como un indicador
por los/las usuarios/as de Camino Abierto, y la trascendental del desarrollo de un nuevo modelo
recolección artículos de publicaciones periódicas de atención en salud mental. En efecto, el enfo-
y videos de Internet. que de derechos entiende a la persona con pa-
La muestra estuvo conformada por usuarios/as decimiento mental como parte activa y efectiva
del Centro Cultural Camino Abierto, trabajado- del propio tratamiento y de la vida social de sus
res/as y referentes relacionados con el mismo, así comunidades, y desestima los procesos de exclu-
como miembros de la comunidad, que en todos sión y estigma que han marcado su historia y que
los casos expresaron su voluntad de participar en perduran hasta la actualidad. Entre quienes re-
chazan la posibilidad se encuentran aquellos que
el presente estudio firmando el consentimiento.
entienden que la participación comunitaria pro-
El punto de partida adoptado para el análisis del duce una explotación adicional de los pobres por
material obtenido fue el de una perspectiva psi- extracción de trabajo no remunerado para eludir
cosocial de los actores. Me apoyé en el marco de obligaciones que debe cumplir el Estado, que se
la salud mental comunitaria y en la psicología convierte en un mecanismo de control y coop-
comunitaria. tación de líderes, entre otras consecuencias ne-
Participación comunitaria en salud mental... 109

gativas (Ugalde, 2006). Otras posturas la recha- manera comprometida, consciente y crítica, para
zan porque los programas de salud con enfoque lograr la transformación de su entorno según sus
participativo tienen que ser locales y diferentes necesidades y aspiraciones, transformándose al
de una región a otra, y eso hace que aumenten mismo tiempo a sí mismos” (Montero, 2003).
sus costos y disminuya su factibilidad. Y otras También hace referencia a la acción desarrollada
entienden que esconden una intención de mani- por los miembros de la comunidad en función
pulación en lo social y lo político (Bronfman y de objetivos generados a partir de necesidades
Gleizer, 1994). sentidas y de acuerdo con estrategias colectiva-
mente definidas, fundamentadas en la solidari-
Por otra parte, distintos autores coinciden en
dad y el apoyo social (Montero, 1998).
que la participación comunitaria tiene efectos
tanto sobre los programas, en términos de sus Por su parte, Yajaira Romero Uzcátegui consi-
resultados en el área de salud de la comunidad, dera a la participación comunitaria como una
como sobre su vida social y política, y en que estrategia central de las políticas públicas de sa-
ambos aspectos deben ser considerados al evaluar lud, cultura, educación, justicia y economía, que
su inclusión en los programas. Agregan que la tienen el objetivo común del mejoramiento de
participación comunitaria debe incluirse en los las condiciones de vida de la población; la en-
programas cuando cumpla simultáneamente con tiende como un proceso generador de cambios
dos objetivos explícitos: debe ser efectiva desde en el modelo de atención dominante en salud
el punto de vista de la salud y positiva desde el centrado en la enfermedad y el lucro, en vez de
punto de vista de la vida social de la comunidad. en la salud y bienestar colectivo (Romero Uzcá-
Esto implica, para la primera dimensión, que la tegui et al., 2010). Agrega que pensar la partici-
participación comunitaria debe formar parte de pación comunitaria implica trabajar desde una
los programas cuando la población reciba como estrategia que contemple la interculturalidad,
resultado claros beneficios de salud; y para la entendiendo a la misma no sólo como el vínculo
segunda, que debe resultar una experiencia en- y diálogo con poblaciones migrantes y/o perso-
riquecedora en términos del aprendizaje para re- nas pertenecientes a poblaciones indígenas, en
solver de forma autogestiva otras necesidades de donde exista un reconocimiento y valoración de
la comunidad. aquellas prácticas que contribuyan al cuidado de
su salud (Romero Uzcátegui y Zambrano, 2007).
Maritza Montero abona la idea de que la partici-
Asimismo, analiza la participación comunitaria
pación comunitaria no está desprovista de inten-
desde una perspectiva amplia que excede el cam-
cionalidad, sino que en sus diferentes opciones
po sanitario; entiende que ha constituido una es-
subyacen las concepciones políticas que las gene-
trategia de resistencia y un mecanismo de lucha
ran, entre las cuales se identifican claramente dos
de los grupos sociales excluidos y que, desde una
corrientes: una, originada desde la postura neoli-
línea contrahegemónica, resulta un mecanismo
beral y que responde a los intereses del mercado;
liberador que le permite a dichos grupos sociales
y otra, que surge desde la corriente crítico-social
reconocerse como agentes de cambio y orientar
y concibe a la participación social como un me-
sus acciones en función del mejoramiento de sus
canismo de empoderamiento de los grupos socia-
condiciones de vida.
les excluidos, así como de transformación social
en el marco de la solidaridad y la justicia social, Ana Ferullo de Parajón afirma que la participa-
y de respeto a los procesos autárquicos o de au- ción social se refiere a “todo proceso de inclusión
todeterminación de los pueblos (Montero, 2003, –cualquiera sea su tipo y grado– en actividades
2004). Esta autora establece una relación entre de tipo voluntarias, que se da con relación a las
participación y fortalecimiento, proceso median- más diversas cuestiones sociales, propias del ám-
te el cual los miembros de una comunidad “de- bito comunitario”, y agrega que “[…] toda par-
sarrollan conjuntamente capacidades y recursos ticipación es un acto de ejercicio del poder y un
para controlar su situación de vida, actuando de proceso de inclusión constitutiva de los sujetos
110 Mirta Elvira

en el orden social. Los procesos de subjetivación internacionales, de desarrollos académicos y


tienen dos caras inseparables: la construcción in- normativas legales que reconocen, establecen y
dividual de la subjetividad y el lazo social que la exhortan al desarrollo de procesos de participa-
hace posible” (Ferullo de Parajón, 2006). ción-inclusión de las personas con padecimiento
mental, aún perduran barreras para la participa-
Para otros autores la participación es una estra-
ción en igualdad de condiciones y se continúan
tegia que posibilita la integración de los secto-
vulnerando sus derechos humanos en todas las
res tradicionalmente excluidos. De esta forma,
partes del mundo (ONU, 2006).
y en consonancia con lo expuesto, los procesos
de participación-inclusión han sido entendidos
como parte de los derechos fundamentales de El actual paradigma
las personas con padecimiento mental y resultan
factores protectores del bienestar integral y sus El modelo comunitario plantea una organiza-
condiciones de vida (OMS, 2004b; OPS, 2009). ción de la atención basada en servicios gene-
rales de salud –centros de atención primaria y
Desde estas referencias, y teniendo en cuenta el hospitales generales–, en servicios comunitarios
enfoque desarrollado con anterioridad, podemos –estructuras intermedias para vivienda y traba-
ver que la participación comunitaria tiene impli- jo, programas de atención domiciliaria, centros
cancias y alcances diversos siempre que, en todas de día, dispositivos comunitarios dependientes
sus versiones, implique beneficios personales y de organizaciones no gubernamentales y guber-
sociales, en particular el incremento de autode- namentales (no del sector sanitario), entre otros
terminación y autonomía progresiva de las per- dispositivos y programas a realizarse en cada te-
sonas con padecimiento mental y la mejora de rritorio (OPS, 2009). Esto supone una compleji-
sus condiciones de vida y las de su comunidad dad de ofertas y respuestas, y un funcionamiento
de referencia. En este sentido, se pondera la mi- de cada una de las estructuras y prestaciones que
sión de los recursos no convencionales de salud asume las características y particularidades del
mental, tales como los operadores sanitarios o modelo comunitario de atención. Estos proce-
comunitarios, que habitualmente son parte de sos de descentralización estructural, presupues-
las comunidades de referencia de las personas, taria, del recurso humano, del conocimiento y
en oportunidades del propio vecindario, lo que de toda hegemonía y asimetría de poder, tienen
favorece que se mantengan vínculos de mayor si- como eje de la atención en salud mental el mo-
metría e interacción. De esta forma vehiculizan delo comunitario-epidemiológico, por constituir
estrategias enmarcadas en modelos y estructuras este una perspectiva ética, histórico-social, de-
de atención comunitaria que resultan clave en mocrática, participativa y equitativa, basada en
términos de la oferta de servicios y prestaciones el enfoque de derechos, de género e intercultural,
a las poblaciones destinatarias para posibilitar y en las estrategias de la atención primaria de la
perspectivas democráticas basadas en los dere- salud. Implican una reestructuración de las re-
chos y en enfoques de género e interculturalidad laciones de poder de todos los actores y sectores
(Cohen y Natella, 2013). participantes, y en el intercambio social requiere
Apoyados en las herramientas jurídicas que dan abordajes intersectoriales e interdisciplinarios,
sustento a estos planteos, llevar adelante la refor- trabajo en equipo de recursos convencionales
ma implica reemplazar el modelo tutelar por un interdisciplinarios y también de recursos no con-
sistema de apoyo a las personas con sufrimiento vencionales provenientes de la sociedad civil, en
mental en la toma de decisiones, ayudándoles a particular de usuarios y familiares.
obrar por impulso propio, a asumir la dignidad Entre los derechos que se respetan en el nuevo
del riesgo y a reconocer el derecho a transitar por modelo se destaca la participación de la perso-
el mundo con todas sus posibilidades. Sin em- na usuaria en la propia estrategia terapéutica y
bargo, vale reiterar, a pesar de contar con una en todo proceso que favorezca la inclusión co-
gran diversidad de documentos e instrumentos munitaria. Esto implica identificar capacidades
Participación comunitaria en salud mental... 111

y preferencias, proveer información a la persona y directa sobre los espíritus y, por consiguiente,
acerca de sus posibilidades, ofertas y opciones de sobre la sociedad en su conjunto” (Fubini, 1988:
integración social (OMS, 2012), y acompañar 56). Ya Platón “sostenía que la música formaba
en la reinserción con intervenciones en su propio el carácter no sólo del ciudadano, sino del Estado
entorno domiciliario o comunitario. como totalidad; la música podía, en efecto, apo-
yar o subvertir el orden social establecido, pues,
En contraposición a la asimetría de poder exis-
(como dice en la República), ‘cuando cambian
tente dentro de la institución psiquiátrica entre
los modos de la música, las leyes fundamentales
profesionales y pacientes, que hace que el pa-
del estado siempre cambian con ellos’ (Rowell,
ciente se vea obligado a cumplir con cualquier
1990: 59).
indicación, los modelos de acción comunitarios
son de carácter participativo, democrático y au- La modulación, en el lenguaje musical, hace re-
togestivo, se estructuran a partir de relaciones ferencia a una posibilidad de cambio, de movi-
del diálogo. El elemento socio-afectivo juega un miento. Se la considera como el momento en que
papel fundamental al generar formas de identi- se cambia de la tonalidad original a otra distinta.
ficación basadas en el compromiso, y profundos La tonalidad se puede entender como un sistema
sentimientos de pertenencia (Montero, 2003). en donde la jerarquía está por sobre todo, cada
una basada en una escala de notas. Esta jerarquía
Este nuevo paradigma de atención plantea que
implica una marca imperante en la melodía, así
las intervenciones deben ser accesibles, lo más
como un diagnóstico lo es en la vida de una per-
cercanas al lugar que reside el usuario; múltiples
sona. Pero las dimensiones, tanto de la música
en relación con la integración y articulación de
como del ser humano, no se limitan a un solo
la más amplia diversidad de estrategias, inter-
parámetro; es decir, no se limitan a un cambio
venciones, recursos humanos y materiales, in-
tonal o a un cambio en la personalidad, sino que
corporados como parte de la red del usuario; y
existe una gama muy abarcativa de componentes
continuas, en el sentido de que no se presentan
a tener en cuenta. Es por ello que podemos ha-
como intervenciones aisladas, sino por el con-
blar de “cualidades modulatorias” para expresar
trario como planificadas en el tiempo y con el
todas las posibilidades de lograr cambios. Estas
acompañamiento necesario para cada interven-
cualidades van más allá de una tonalidad, abar-
ción (Cohen y Natella 2013). Si bien tales inter-
can una serie de componentes que son parte de
venciones se constituyen interdisciplinariamente la música, como la altura, el ritmo, el timbre, la
no significa que todas las acciones involucren a duración, la dinámica, etc. Ya no se trata sólo de
la totalidad del equipo, sino que las estrategias se cambiar de tonalidad sino de ampliar el espectro
estructuran en conjunto y en particular desde un de todas las posibilidades que nos brinda la mú-
enfoque integral y multidisciplinar de cada actor. sica. Podemos observar que cada persona tiene
diversas cualidades y que en un espacio propi-
cio puede desplegar algunas de ellas. En muchas
Participación y arte, la modulación como
ocasiones se valora más el trayecto que el pro-
camino
ducto final, pero en la música, cuando hablamos
A través de la idea de modulación, concepto ex- de modulación, resulta que lo más interesante
traído del arte musical, podemos comprender al momento de producirse una modulación es
qué posibilidades de cambios tienen los parti- el proceso que se genera, más allá del resultado
cipantes de un programa comunitario, tanto final. Es así como vemos que una simple partici-
usuarios como vecinos y trabajadores de la sa- pación en algún taller cultural no sólo le permite
lud. No es inocente la elección de la música en a la persona mostrar su mundo interior, desple-
este análisis, ya que “desde épocas remotas se ha gar una habilidad, conectarse con lo simbólico
relacionado la música con cambios a nivel per- y el afecto, sino también, y por sobre todas esas
sonal y a nivel de la vida social de las personas cosas, lograr un grado de participación en el que
[…] la música ejerce un una influencia profunda la misma es mirada, reconocida y valorada sin
112 Mirta Elvira

una mirada proteccionista, compasiva, tutelar y formar parte de los emprendimientos laborales
diagnóstica. del Centro Cultural, que en el momento del pre-
sente estudio eran Mostrando La Hilacha, Arte-
El trabajo que se realiza promoviendo la partici-
Sano y Maquinando; en ellos se confeccionan te-
pación de las personas con padecimiento mental
jidos, trabajos en madera, artesanías, delantales,
en espacios culturales impacta sin duda en todas
bolsas de supermercado, uniformes, etc. La ma-
sus dimensiones sociales y favorece el cambio de
yoría trabaja en asambleas de convivencia –como
representación social de la locura. Si bien se reco-
se llama a los encuentros donde se distribuyen
noce la identidad de la persona como estructura
las tareas cotidianas, para poner en evidencia que
esencial, esta cobra una amplia plasticidad a par-
se trata de un acuerdo grupal sobre sus hábitos
tir de la participación en libertad y el reconoci-
relacionados a la higiene, el cuidado del cuerpo,
miento de sí mismo y del entorno.
las actividades domésticas, la preparación de ali-
Podemos pensar que el sujeto que demanda, que mentos, la relación de respeto mutuo, los feste-
presenta algún padecimiento, es aquel que ha jos, las creencias, etc. No concurren al Centro las
perdido esa capacidad de modularse, de mover- personas que estén en crisis o intoxicadas, que se
se con cierta plasticidad entre roles, en diversas derivan al Hospital Zonal.
instituciones. Quizás ha perdido también la ca-
pacidad de autodefinirse y en muchas ocasiones
además carga con el peso de una sociedad que 4. Conceptos llevados a la práctica
lo estigmatiza. En este sentido, la participación El punto de partida del análisis del material ob-
comunitaria favorece aspectos de la conviven- tenido en las entrevistas fue el de una perspectiva
cia. En salud mental comunitaria se valora por psicosocial de los actores, de la caracterización de
sobre todo las cosas que la persona comience a los usuarios, los profesionales y la comunidad.
visualizar un proyecto de vida que surja desde su En la mayoría de las entrevistas realizadas se hizo
elección y no que sea impuesta por otros. Surgen referencia a la activa participación de los actores
deseos, derechos, responsabilidades, impedimen- en la comunidad a través de algún hecho artísti-
tos y frustraciones, pero lo más importante es la co, deportivo o laboral. También hemos observa-
dignidad de vivir en una sociedad que respete la do que estas actividades han sido oportunidades
libertad y las necesidades de cada persona en el de desmarcación en cuanto al diagnóstico que
mismo grado de importancia y participación. las personas con padecimientos mentales suelen
portar.
3. Características del centro cultural
Camino Abierto se encuentra ubicado en la ciu- Trama vincular
dad de San Carlos de Bariloche, en la provin- Nos preguntamos cuál sería el punto de encuen-
cia de Río Negro, es parte del Servicio de Sa- tro entre los usuarios, los trabajadores y la comu-
lud Mental del Hospital Zonal de Bariloche, y nidad. Qué consensos y desacuerdos existían y
depende de la Dirección de Salud Mental de la
qué conflictos de intereses se reflejaban en la tra-
Provincia de Río Negro- Argentina
ma vincular. Entendemos, en primera instancia,
La población que concurre a Camino Abierto que el padecimiento mental afecta el lazo social
forma parte de un grupo marcadamente exclui- de la persona, o quizás ese lazo social trastornado
do por la sociedad barilochense por su condición o impedido son las razones del padecimiento. La
de “sufriente mental” y/o por pertenecer a la cla- curación equivale, de alguna manera, a ese resta-
se económicamente más carenciada. Está com- blecimiento de la capacidad social para vivir con
puesta por hombres y mujeres de entre 17 a 65 otros, proveerse el ingreso a través del trabajo,
años, la mayoría sin pareja y de nivel sociocul- comprender y participar de los significados y
tural bajo, algunos beneficiarios de una pensión valores de la cultura que se habita. El eje de la
y otros con trabajos temporarios. Todos pueden integración social es lo que ha puesto a la idea
Participación comunitaria en salud mental... 113

de comunidad como estrategia prioritaria para sociales con el entorno. Sabemos que permiten
la acción (Galende, 2008). Nos llamó la aten- lograr un grado de concentración en la tarea y
ción cuántas veces se hizo mención a los vínculos mejorar la comunicación entre los participantes,
afectivos en las entrevistas y las charlas infor- característica que es remarcada por casi todos los
males mantenidas en la observación dentro del entrevistados. Los usuarios refirieron que desde
trabajo de campo. También esa reciprocidad que que habían comenzado las actividades en “el Cul-
hay entre los participantes denota que es un lu- tural” no tuvieron más internaciones o recaídas.
gar de intercambio de palabras, de experiencia y Hay algo en la participación en talleres ligados al
de respeto. Los encuentros, las fiestas, el espacio arte que permite una mayor expresividad y soltu-
comunitario, la afectividad y la solidaridad que ra por parte de los usuarios. También, muchos de
manifiestan son los pilares del posible cambio los participantes de los talleres, ya sean usuarios
de sentido en la vida de las personas con pade- o vecinos, han terminado sus estudios luego de
cimiento mental (Rotelli, 2014). Ese compartir tomar confianza y recibir el apoyo necesario para
con otros, el sentirse acompañado, respetado y encararlos. Se observa un cambio de percepción
cuidado hace de alguna manera que pueda existir de sí mismo en el discurso de los usuarios en re-
la confianza necesaria para poder avanzar en la lación a la disminución del autoestigma (Levav,
vida. Los talleres, la actividad grupal parece ser 2012), a los valores y cambio de vida que viven-
una matriz muy importante para ensayar y de- cian en el trato comunitario (Galende, 1990).
sarrollar actitudes más positivas en relación a la La esperanza abre un mundo de posibilidades
percepción que tienen de sí mismos. en relación a como las personas van modulando
También es importante tener en cuenta que esta sus vidas, ocupando otros espacios, otros roles,
libertad de participación es gracias a la ausencia teniendo nuevas relaciones y oportunidades de
de manicomios desde hace más de treinta años. desarrollo. Se remarcó en las entrevistas que la
(Murekian, 2007) Sabemos de la importancia posibilidad de tener una actividad grupal en un
que tiene restablecer esa capacidad social para lugar abierto al público en general favorecía a la
vivir con otros y que esto es posible si el trato integración social. Esa apertura a la que se hace
hacia la persona con padecimiento mental supo- referencia tiene que ver con una postura comu-
ne una capacidad instalada (Galende, 2008). Es nitaria de inclusión social, donde el énfasis no
decir, considerar al otro capaz de comprender, se pone en el proceso de curación sino sobre el
participar, intercambiar significados y valores de proyecto de “invención de la salud [y de] repro-
la cultura que habita, y en definitiva ser parte de ducción social de la persona” (Rotelli, 2014).
la integración social que necesitamos todos para
vivir en sociedad. Es notable cómo la intensidad
de los vínculos que se entablan entre los usua- Contexto-participación comunitaria
rios hace posible que ellos tomen decisiones que El análisis en este caso contempla cómo influye
nunca antes habían pensado, como en el caso de el contexto en la vida de las personas con pade-
personas que forman pareja, o amigos que deci- cimiento mental, y si Camino Abierto favorece
den vivir juntos a pesar de que sus familias nunca su participación en la comunidad, teniendo en
los creyeron capaces de poder hacerlo, de poder cuenta la complejidad, no sólo del padecimien-
independizarse de ellos. to sino también de las redes que pudieran en-
tretejerse en esta experiencia. Pudimos observar
que gran parte de las actividades que se realizan
Actividades en el Centro consisten en recuperar y fomentar
Las actividades culturales, deportivas y laborales trabajos que las personas habían abandonado en
son herramientas que permiten explorar el mun- su seno familiar, como la limpieza del hogar, co-
do interior de la persona que tiene un padeci- cinar, lavar, el aseo personal, etc. No es menor
miento mental de manera no amenazadora para pensar que una de las primeras rehabilitaciones
sí misma, y al mismo tiempo facilita crear lazos a encarar es el de la vida cotidiana. Otras acti-
114 Mirta Elvira

vidades que pudimos rescatar en el trabajo de del efecto contexto y de las estrategias de manejo
campo son los encuentros informales que mo- ambiental por sobre predicciones diagnósticas y
tivan a reunirse para intercambiar opiniones, pronosticas que podrían vincularse al cuadro de
experiencias, problemas comunes. Uno de los base (Saraceno y Barbui, 2003). En las entrevis-
ejes que apareció en los relatos se relaciona con tas la mayoría resalta además de las condiciones
las redes locales de apoyo que brindan diversas del contexto, la existencia de una reforma de sa-
instituciones, organizaciones y personas que no lud mental, la Ley y la no existencia de manico-
son del ámbito de la salud mental, que cumplen mios, la capacidad de gestión, el apoyo político y
una función muy importante en el proceso de una actitud activa de participación por parte de
recuperación. En iniciativas que van más allá del los trabajadores.
sector salud, brindan la seguridad a los usuarios En la salud mental comunitaria se ponen en juego
de no ser discriminados por su condición de muchos componentes (Elvira, 2019), pero uno de
personas con padecimiento mental, favorecen los más importantes es la formación del recurso
su participación social y el aprovechamiento de humano. Poner el cuerpo, la ideología, la pasión
sus potencialidades. Para la persona con padeci- y el compromiso con la tarea son elementos muy
miento mental es imprescindible acceder a los in- valorados a la hora de encarar un proyecto en sa-
tercambios sociales de manera tal de reconocerse lud mental comunitaria. Con la apertura de Ca-
como perteneciente a un grupo, enriquecerlo y mino Abierto se ha logrado sensibilizar a la po-
ser enriquecido. Y son precisamente las redes de blación, fue un obstáculo que se transformó en
apoyo social las que pueden abrir el camino para oportunidad de poder informar, compartir y pro-
facilitar estos procesos de revalorización del en- fundizar los conceptos acerca de la salud mental
fermo mental (Rotelli, 2014; Saraceno, 2008). que se venían trabajando en la provincia de Río
Que el Centro esté abierto al público en gene- Negro desde muchos años antes.
ral le da la oportunidad a las personas usuarias
de despojarse de la etiqueta de enfermedad. Allí
cada uno se modula, en el sentido de la flexibili- 5. Conclusión: la leyenda continúa
dad de roles posibles que todos pueden vivenciar La creación del Centro Cultural Camino Abier-
en las relaciones interpersonales. Esto hace que to es la demostración de la lucha por conquis-
muchas veces uno ingrese al dispositivo y no sepa tar y liberar una zona de marginación y encierro
quién es trabajador, quien es usuario, vecino, etc. para las personas con padecimiento mental. Ese
Varios integrantes se refirieron al rechazo que en proceso no fue lineal ni sencillo, y no siempre
un comienzo tuvieron los vecinos con la apertu- contó con el apoyo de toda la comunidad. Por
ra del dispositivo, la discriminación y el estigma el contrario, incluyó contradicción, frustración,
que existió y cómo eso se fue modificando con resistencia y lucha, junto a esperanza, pasión y
el correr del tiempo gracias a la participación de la mística de la reforma. El rechazo social a la
usuarios y vecinos en los diferentes talleres. Esto “locura” por peligrosa, temida, incomprendida,
hizo que se tejieran lazos comunitarios que trans- irrecuperable, y toda otra cascada de represen-
formaron la representación estigmatizante de los taciones negativas, hizo que una comunidad re-
comienzos. Un logro que no ha sido sencillo, si chazara la instalación de una “casa de locos” (casa
tenemos en cuenta lo que conlleva como repre- de medio camino, en realidad) y de “locos delin-
sentación social colectiva el tema de la locura, “la cuentes” (casa para inimputables) para terminar
amenaza potencial de la locura se ha expresado aceptando un centro cultural para personas con
en el sentido común, explícita e implícitamen- padecimiento mental.
te, adoptando diferentes formas y sentidos […]” Quienes participamos de ese proyecto asumi-
(Murekian, 2007). Según expertos en rehabilita- mos esto para dar continuidad y profundizar la
ción psicosocial, la evolución de las personas con reforma que se desarrollaba en la provincia de
padecimiento mental depende en gran medida Río Negro hasta forjar la desmanicomialización
Participación comunitaria en salud mental... 115

como instrumento hacia una participación para La superación de la asignación de roles, tanto
la inclusión social. Dicha aceptación fue en un entre los trabajadores con cargos, disciplinas y
principio por vía legal y administrativa, para más experticias, como en los vecinos y las personas
tarde transformarse en integración, afecto, con- usuarias en relación con la fijeza diagnóstica y
vivencia, aprendizaje de todos con todos. pronostica, construyó una paridad en los inter-
cambios vinculares, una clara democratización
La apertura de Camino Abierto se convirtió en
en las relaciones de poder. Esto generó una tra-
una figura que rebasó las expectativas iniciales ya
ma vincular sostenida en el tiempo, respetuosa y
que, además de consumar la función esencial de
sanadora, fue base de vínculos de confianza, no
promover la participación comunitaria de per- sólo entre el equipo y las personas usuarias, sino
sonas con padecimiento mental, expandió sus entre estas y la comunidad toda.
destinatarios a la comunidad misma, aquella
que había rechazado su presencia y que terminó Ha quedado de manifiesto que el trabajo en el
siendo parte, ya sea incluyéndose en el centro o Centro Cultural Camino Abierto produce en la
aceptando que el centro estuviera incluido en el vida de las personas con padecimiento mental
barrio. Se elevó así la perspectiva democrática de un fenómeno de demarcación-modulación que
una comunidad que pudo aceptar libertad y di- representa la salida de la marca o diagnóstico es-
ferencias. tigmatizante hacia la modulación: la capacidad
de asumir diferentes roles en clave de ser más allá
Esta experiencia de inclusión de las personas con del diagnóstico. Si bien se reconoce la identidad
padecimiento mental implicó el compromiso de la persona como estructura esencial, esta co-
ético e ideológico de muchos actores, que encar- bra una amplia plasticidad a partir de la parti-
naron lo que podríamos llamar una épica basa- cipación en libertad y el reconocimiento de sí
da en compromiso, ética, militancia, formación mismo y del entorno.
académica y destreza técnica y actitudinal, ade-
No obstante, a pesar de este proceso de supera-
más de la imprescindible profunda transforma-
ción de las condiciones de vida preexistentes de
ción en las relaciones de poder como condición
los participantes, se identifican situaciones de
esencial del proceso de desmanicomialización.
tensión entre los paradigmas de inclusión y ex-
Estos y otros valores se descubren como eje del
clusión de las personas con padecimiento men-
Centro Cultural Camino Abierto. Su estructura tal, y entre los modelos de atención de corte clí-
profundizó los necesarios avances en la localidad nico-asilar y de corte comunitario-epidemioló-
de San Carlos de Bariloche, poniendo en sinto- gico. Algunos de ellos fueron expresados como:
nía un modelo de atención comunitaria con las desacuerdos, conflictos, hospital como kiosco,
legislaciones provincial y nacional vigentes, y la peleas, manicomio, soledad vinculada a la locu-
actual doctrina de salud mental y derechos hu- ra, no hay efecto Hollywood (no hay soluciones
manos. mágicas), se hacen los vagos, los bobos, son vul-
Desde esta perspectiva, se forjaron principios nerados, el equipo de salud mental no apoya,
ineludibles en la práctica cotidiana vinculados mucha medicación, mucha angustia, yo no estu-
al respeto y a la presunción de capacidad de las dié para eso, miradas proteccionistas, resistencia
personas usuarias, así como a su libre participa- por parte del Hospital, poner foco en el control
ción en las actividades propuestas por el centro. y la asistencia desde un lugar hegemónico, con la
Estos factores fueron determinantes para generar pretensión de curar anulan a las personas, falta
en ellas un sin límites de posibilidades, afianzar de presupuesto acorde, rechazo, resistencia, mie-
los vínculos y superar las barreras del estigma do al loco.
y autoestigma, lo que se manifiesta como una En contraste, los aspectos positivos destacados en
resonancia amplificada en las personas que allí las entrevistas por los diferentes actores del Cen-
participan, en el sentido de lograr una mayor tro Cultural fueron referidos del siguiente modo:
ampliación de la conciencia. punto de encuentro, consenso, vínculos afectivos
116 Mirta Elvira

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qué hablamos cuando hablamos de participación
miento mental (lo que mencionamos respecto de
comunitaria. Cadernos de Saúde Pública, vol. 10,
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n° 1.
en la comunidad que transformó la representa-
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