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Sociedades Modernas y Desigualdades Sociales


OBLIGATORIO - 16 copias

EL URUGUAY DESDE
LA SOCIOLOGÍA VII
7ª Reunión Anual de Investigadores del
Departamento de Sociología

El desarrollo y la Sociología

Desigualdad, poder y vulnerabilidad social

Trabajo rural y artesanal

Seguridad y criminalidad

Educación: innovación y evaluación

DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA
Constituyente 1502 - Piso 5
Tels.: 4103855 / Fax: 4103859
C.E.: ds@fcs.edu.uy
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FACULTAD DE UNIVERSIDAD DE
CIENCIAS SOCIALES LA REPÚBLICA
Comisión de Publicaciones Comisión de Investigación
Felipe Arocena Tabaré Fernández (Coord.)
Alfredo Falero Verónica Filardo
Geyser Margel Mariela Quiñones
Miguel Serna (Coord.)
Helvecia Pérez

En carátula:
Mural de Esteban Roberto Garino, Facultad de Ciencias Sociales
Fotógrafo:
Pablo Bielli

Séptima edición, 2009.


ISBN 978-9974-0-0397-2

Edición gráfica: Claudio Ortiz


Impreso en CBA Imprenta-Editorial
Juan Carlos Gómez 1461
Montevideo
Tel.: 9157231
Dep. Legal Nº 350,273/09
Índice
EL URUGUAY DESDE LA SOCIOLOGÍA VII

Presentación ............................................................................................................................ 7

Introducción ............................................................................................................................. 9

1. El desarrollo y la Sociología
¿Para qué seguir con la sociología del desarrollo? ....................................................................... 17
Miguel Serna - Marcos Supervielle

Desarrollo sustentable: una propuesta de indicadores sociales para Uruguay................................ 45


Felipe Arocena

La demanda del trabajo sociológico y los públicos ¿Qué sociología y para quiénes? ..................... 61
Geyser Margel

2. Desigualdad, poder y vulnerabilidad social


Una nueva mirada sobre las desigualdades de género: el trabajo no remunerado y el uso del
tiempo .................................................................................................................................... 75
Rosario Aguirre

Transición a la ocupación y desigualdad social en la juventud uruguaya ........................................ 87


Marcelo Boado

Ajustes y desajustes: debates conceptuales sobre las poblaciones “sin domicilio” ......................... 103
Fiorella Ciapessoni

Segregación espacial en Montevideo. Posiciones sociales en la ciudad. ....................................... 121


Verónica Filardo - Sebastián Aguiar

Tiempos de cambios en el parlamento: ¿una nueva elite política? ................................................. 145


Eduardo Bottinelli

Equidad de género y desarrollo profesional. Reflexiones desde la perspectiva de las


capacidades de Amartya Sen.................................................................................................... 163
Mariela Quiñones Montoro
6 El Uruguay desde la Sociología VII

Género, cuidados familiares y uso del tiempo ............................................................................. 177


Karina Batthyány

3. Trabajo rural y artesanal


La presencia de hijos y la incorpporación de tecnología entre productores familiares ganaderos .... 201
Diego E. Piñeiro - Joaquín Cardeillac

El trabajo rural en la ganadería y en la forestación ..................................................................... 217


Alberto Riella - Jessica Ramírez

Exploración de mecanismos sociales en las cadenas de tejido artesanal ...................................... 247


Marcos Supervielle - Emiliano Rojido - Ana Vigna

4. Seguridad y criminalidad
Censo Nacional de funcionarios del Ministerio del Interior ............................................................ 265
Gabriel Errandonea Lennon

La racionalidad en las teorías criminológicas contemporáneas..................................................... 279


Nicolás Trajtenberg - Carlos Aloisio

Explicaciones de la no reincidencia delictiva ............................................................................... 295


Francisco Pucci - Emiliano Rojido - Nicolás Trajtenberg - Ana Vigna

Estructura comunitaria y delito: la heterogeneidad territorial del control social .............................. 311
Javier Donnangelo

5. Educación: innovación y evaluación


La enseñanza como proceso de investigación y extensión. Una experiencia universitaria
innovadora. .............................................................................................................................. 323
Ema Julia Massera

Las becas de apoyo económico y su contribución a las estrategias de estudio ............................. 341
Gabriel Errandonea - Rafael Rey

Abriendo la caja negra. Trayectorias en la Educación Media Superior del Uruguay observadas en
la cohorte de estudiantes evaluados por PISA 2003 ................................................................... 355
Tabaré Fernández
La demanda del trabajo sociológico y los públicos
¿Qué sociología y para quiénes?

Geyser Margel1

Sensibilizar hacia la reflexividad sobre el sentido o los sentidos de las prácticas profesio-
nales de los sociólogos en relación con los públicos que demandan su trabajo profesional
parece ser un eje que se perfila como necesario a nivel de nuestro país y nuestra sociedad.
Desde tal perspectiva y lejos de pretender una mirada esencialista sobre las trayectorias y
tipos de trabajo que realizamos profesionalmente, el espíritu de este artículo es reflexionar
y proponer algunas consideraciones abiertas al debate.

En tiempos en los que retornan a la escena los debates sobre “los fines” de la sociología de
la mano de la “Sociología Pública” y desde una perspectiva reflexiva sobre la construcción de las
trayectorias y tipos de trabajo que realiza el sociólogo, nos proponemos compartir algunas aprecia-
ciones preliminares sobre el tema en cuestión con el objeto de:
i) Invitar a la reflexión sobre “una forma de actuar en la práctica disciplinaria” en relación a posi-
bles públicos de nuestra sociedad y país que se acercan a buscar asesoramiento en nuestra
disciplina.
ii) Presentar y discutir lo que para nosotros son cinco ejes en el proceso de incursión en una
práctica profesional orientada hacia una sociología de empoderamiento de los públicos.
iii) Presentar algunos aspectos de una experiencia concreta que estamos realizando a través
del Departamento de Sociología, FCS, UdelaR con el “Grupo de Estudio y Reflexión sobre el
objeto de trabajo de enfermería: Cuidados en Enfermería.”

1. Sobre la sociología y el retorno del tema de “los fines”

El retorno del debate sobre “los fines” de la sociología de la mano de la Sociología Pública y de
la figura de Michael Burawoy -a partir del 2003 en los Estados Unidos y en el contexto de la American
Sociological Association- coloca a éste tal como lo plantea Fernández Esquinas (2006) claramente
como un “síntoma de los tiempos”.
En este sentido, por ejemplo se señala que las instituciones científicas están experimentando
cambios tales como “…la orientación al uso, mayor control, más rendimiento de cuentas y más

1 Dra en Sociología, Profesora Adjunta del Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales. gmargel@gmail.
com
62 Gayser Margel

diversificación de actividades en las instituciones de la ciencia académica de corte tradicional. […]


Pero también mayor implicación con la sociedad, mayor impacto de las investigaciones o la docencia,
más orientación de los nuevos titulados a la práctica y mayor apertura de la disciplina más allá de los
escritos especializados que raramente suelen salir del reducido grupo profesional que los produce y
los lee” (Fernández Esquinas 2006:24).
Para nuestra disciplina y en nuestro país dicha “sintomatología” podría observarse en algunos
caminos que se recorren en las instituciones académicas tales como la construcción de trayectorias
profesionales diversas; ofertas de diplomas de especialización orientados a públicos específicos; el
financiamiento de proyectos de investigación orientados a abordar demandas de públicos concretos,
entre otros. Asimismo es notoria la fuerte demanda de científicos sociales y de sociólogos por parte
del Estado a partir de la llegada de la izquierda al gobierno nacional.

¿Qué es la Sociología Pública?

Consideramos sugerente la síntesis realizada por Fernández Esquinas (2006,4) al plantear:


“Por sociología pública se suele entender aquella forma de concebir la práctica del trabajo sociológico
que persigue trascender a la audiencia especializada habitual de la disciplina y captar la atención de
colectivos más amplios. Desde este punto de vista, hablar de sociología pública no implica adoptar
una teoría o una metodología en particular, ni tampoco valores morales o políticos específicos. Se
trata más bien de una orientación del trabajo sociológico que se preocupa por ampliar las fronteras
de la disciplina. Esta orientación suele implicar dos facetas. Por un lado, trabajar en problemas de
investigación que sean lo suficientemente relevantes para los colectivos sociales extensos. En segundo
lugar, contribuir a una amplia difusión de los resultados de la investigación. La forma de entender este
papel público ha variado a lo largo del último siglo, por lo que conviene distinguir entre las versiones
tradicionales y las corrientes más actuales”.
Es en el último sentido que se ubican como corrientes tradicionales y próximas a dicho perfil
a autores como: Albion Small, Summer, Ward, C. Wrigh Mills, Alvin Gouldner, Riesmann, Richard
Sennett, y Giddens. Pero, una segunda corriente surge a partir de los primeros años del 2000 con la
figura de Michael Burawoy. “Esta nueva versión recupera la tradición de la orientación popular, aunque
adopta rasgos más específicos. Su objetivo fundamental consiste en animar a la disciplina a tomar
parte de manera explícita en los debates que tienen que ver con la resolución de problemas sociales
acuciantes y con la configuración de nuestro modo de sociedad. Lo que se busca es revitalizar la
disciplina utilizando sus teorías y sus métodos de investigación empírica en asuntos que se refieren
no sólo a cómo ha sido y cómo es la sociedad actual, sino a cómo debe ser. Desde este punto de
vista, implica la participación en asuntos que saltan a la palestra pública a partir de la formulación
de políticas sociales o económicas, el activismo político, los propósitos de los movimientos sociales
y las instituciones de la sociedad civil en general. Esta sociología pública pone un punto de inflexión
respecto a la anterior, ya que trata de convertirse en una corriente organizada como movimiento
intelectual…” (Fernández Esquinas 2006, 7).
De la presentación de las once Tesis que realiza Burawoy (2005) en “Por una sociología pública”
nos interesa rescatar tres aspectos: el primero tiene que ver con esta convocatoria o llamado de
La demanda del trabajo sociológico y los públicos. ¿Qué sociología y para quiénes? 63

atención sobre las formas en que en nuestro ejercicio disciplinario nos comprometemos o no con los
problemas de nuestra sociedad; el segundo y el tercero conjugan los aportes de las tipologías que
propone Burawoy que nos habilitarían a problematizar el debate y la reflexividad sobre la práctica del
trabajo sociológico en sus dos dimensiones: ¿Para quién es? y ¿Para qué hacemos sociología?
Partimos de una postura no esencialista y en razón de ello retomamos la propuesta de “Divi-
sión del trabajo sociológico” así como el planteo sobre las formas de “Elaboración de los tipos de
conocimiento” en tanto ejes sugerentes para ubicar trayectorias profesionales y audiencias. Asumimos
a las tipologías como herramientas orientadoras del proceso cognitivo y es desde dicho lugar que
evaluamos su potencial.2
El siguiente cuadro nos habilita a ubicar tipos de prácticas de la sociología en función de
tipos de audiencias (académicas y extra académicas) y tipos de conocimiento (instrumental: tanto
el relativo a la resolución de problemas planteados a nivel académico como a nivel de consultas de
clientes, público extra academia; y reflexivo: relativo al conocimiento que se pregunta por el valor de
las premisas de la sociedad y de la propia disciplina). Se propone una vinculación de interdependencia
recíproca entre ellas, es en palabras de Burawoy “…-la solidaridad orgánica que permite que cada
tipo de sociología obtenga energía, significado e imaginación gracias a su interrelación” (2005, 211).
Ello hace también que cada tipo de sociología pueda ser analizada además desde los aspectos que
delinean a las otras, por ejemplo: los aspectos públicos de la sociología profesional, los aspectos
prácticos de la sociología pública, etc.

División del trabajo sociológico


Audiencia Académica Audiencia Extraacadémica
Conocimiento
Profesional Práctica
instrumental
Conocimiento reflexivo Crítica Pública
Fuente: Burawoy 2005,206, Cuadro 1.

2 En este artículo se retoma el uso de los “tipos” como herramientas orientadoras, sea a través de la presentación de
las tipologías de Burawoy, así como en las próximas páginas al plantear la necesidad de perfilar “tipos” de públicos que
demandan al sociólogo en nuestro país. En relación a la potencialidad del método tipológico, remitimos al sugerente
trabajo de María Laura Velasco (2001-2008).
64 Gayser Margel

Por otra parte, el siguiente cuadro no sólo nos permite mapear una serie dimensiones que
hacen a los distintos tipos de conocimientos, lógicas de validación, uso y comunicación, sino que
nos propone hasta los tipos de patologías que pueden desarrollar.

Elaboración de los Tipos de conocimiento


Académico Extraacadémico
Instrumental Sociología profesional Sociología Práctica
Conocimiento Teórico/empírico Concreto
Verdad Correspondencia Pragmático
Legitimidad Normas científicas Efectividad
Responsabilidad Pares Clientes
Política Interés profesional propio Intervención práctica
Patología Auto-referencialidad Servilismo
Reflexivo Sociología Crítica Sociología Pública
Conocimiento Fundacional Comunicativo
Verdad Normativo Consenso
Legitimidad Visión moral Relevancia
Responsabilidad Intelectuales críticos Públicos designados
Política Debate interno Diálogo público
Patología Dogmatismo Moda pasajera
Fuente: Burawoy 2005, 212, Cuadro 3.

Hemos esbozado los contornos de la propuesta de Burawoy desde los cuales puede ser sugerente
analizar los contenidos de prácticas y trayectorias profesionales. Es desde este lugar que compar-
timos con el lector las siguientes páginas. En nuestra perspectiva, la potencialidad del sentido de lo
“público” está en su orientación hacia la promoción de relaciones de construcción de conocimiento
que empoderan a quienes intervienen en ellas.

2. Cinco ejes en el proceso de incursión en una práctica profesional orientada


hacia una sociología que empodera públicos

Las prácticas profesionales en el ejercicio de la sociología requieren ser comprendidas en un


contexto que articule no sólo el “tipo” o “tipos” de prácticas sociológicas que se ponen en juego, sino
también las formas en que se combinan con las propias trayectorias biográficas de los profesionales y
sus vínculos con las instituciones3 de referencia –sean las que nos emplean, las que nos dan trabajo,
las que nos convocan– entre otras, en los contextos sociohistóricos concretos. En este sentido, si
bien nuestro objeto de reflexión y problematización se dirige hacia una práctica profesional con una

3 Las consideraciones retomadas por Bourdieu et ali. (1995, 106-107) en El oficio del sociólogo, en torno a que “Toda
comunidad científica es un microcosmos social con sus instituciones de control, de presión y formación, autoridades
universitarias, jurados, tribunas, críticas, comisiones, instancias de cooptación, etc., que determinan las normas de
competencia profesional y tienden a inculcar los valores que expresan” no pueden tampoco quedar inadvertidas.
La demanda del trabajo sociológico y los públicos. ¿Qué sociología y para quiénes? 65

orientación específica, con ello no se propone establecer rangos o jerarquías éticas en las diferen-
tes trayectorias y prácticas de la profesión. Lo que sí nos interesa es invitar a una pausa reflexiva y
“autoindicarnos” -en el sentido que el interaccionismo simbólico le da al término- los sentidos de las
acciones que nutren e informan nuestras interacciones con los públicos que nos demandan como
profesionales. Esto último también requiere de un ejercicio de perfilamiento y tipificación de actuales
y posibles públicos con los que podemos entablar una relación –aspecto que desborda por cierto
este trabajo–.
En este apartado nos proponemos delinear a modo de titulares cinco ejes de reflexión sobre
una práctica profesional orientada hacia el empoderamiento4 de públicos. Esto es producto del estí-
mulo de la lectura de Burawoy5 y del propio ejercicio profesional.

2.1. La co-construcción de la demanda del conocimiento entre el sociólogo y los


“públicos”

El primer aspecto a tener en cuenta es asumir que los públicos también se “construyen” y
no son algo “dado”. La sensibilidad sociológica puede ubicarse tanto en un contexto de verificación
como en un contexto de descubrimiento de públicos. En este último tenemos un partido para jugar
y compartimos las palabras de Giddens (2001) al plantearnos la necesidad de “…una sana dosis de
lo que C. Wright Mills calificó célebremente de imaginación sociológica. ¡No desesperéis, sociólogos!
Aún tenéis un mundo para ganar, o al menos que interpretar” (2001, 18).
Un segundo aspecto refiere a la ubicación de los tipos de saberes que poseen los diferentes
públicos, ello es una información sustantiva para iniciar, establecer y mantener la interacción entre el
profesional y los públicos. Los saberes involucrados así como la objetivación de las preguntas que se
hacen y nos hacen los públicos, constituyen dimensiones insoslayables del proceso de construcción
de la referida demanda. Como corolario de lo anterior se hace necesario distinguir entre inquietudes6,
consultas y formulación de la demanda específica. Esta última es un producto específico del trabajo
conjunto entre el sociólogo y ese público una vez que se acuerdan, definen y delimitan las coordenadas
del objeto de problematización y de estudio.

4 Si bien no daremos en esta oportunidad los múltiples debates en torno al concepto de “empoderamiento”, - o hasta
el propio uso del término- sí nos interesa puntualizar más allá de las vertientes desde las cuales se ha promovido
(disciplinarias, institucionales, de colectivos específicos, áreas temáticas, entre otras) la potencialidad de manejarnos
con una orientación “sensibilizadora” sobre empoderamiento, la cual será definida en las próximas páginas. En esta
oportunidad y dada la particularidad de nuestro público, nos resultan fecundas las reflexiones que realiza Rodríguez
Beltrán (2008) en el artículo “Empoderamiento y Salud”, no obstante consideramos que el propio contenido de lo que
se entienda por “empoderar” se irá construyendo –por lo menos en nuestra experiencia de trabajo- paso a paso y en
el desarrollo de nuestra interacción.
5 Le agradezco a Marcos Supervielle el haberme generado la inquietud sobre algo llamado “Sociología Pública”.
6 C. R. Mills establece la distinción entre inquietud y problema como instrumento esencial de la imaginación sociológica y
como característica de toda obra clásica en ciencia social “…se presentan inquietudes en el carácter de un individuo y
en el ámbito de sus relaciones inmediatas de vida social que conoce directa y personalmente. (…) Una inquietud es un
asunto privado: los valores amados por un individuo le parecen a éste que están amenazados”. Y luego continúa “Los
problemas se relacionan con materias que trascienden del ambiente local del individuo y del ámbito de su vida interior.
(…) Un problema es un asunto público: se advierte que está amenazado un valor amado por la gente. ” (1961,28)
66 Gayser Margel

Sostiene Burawoy: “La sociología pública […] entabla una relación dialógica entre el sociólogo
y el público en la medida que cada parte pone su agenda sobre la mesa y trata de ajustarla a la del
otro” (2005, 204). Asumir una perspectiva co-constructivista coloca parámetros claros en términos
del reconocimiento y legitimidad de la capacidad de agencia de quienes intervienen en el proceso de
construcción de la demanda y del conocimiento.

2.2. El diseño de dispositivos y estrategias tendientes hacia el empoderamiento de


los públicos

¿De qué estamos hablando cuando nos referimos al empoderamiento de los públicos? Bá-
sicamente de trabajar en aspectos de enseñanza/aprendizaje y/ o tutorías y no de “resolver” los
problemas que nos plantean. Esto depende y se calibra en función de los tipos de saberes y de las
características de los públicos.
¿Qué es para nosotros empoderar un público? Es presentarles herramientas de trabajo y sus
potencialidades; orientarlos en el cómo pensar las estrategias, y sin perder la rigurosidad y la precisión
conceptual usar el lenguaje escrito y oral como canal de comunicación y no como barrera simbólica
en el proceso de interacción y de comunicación.
La versatilidad e imaginación en el diseño de los dispositivos de trabajo con los públicos es
una premisa básica. Ello supone tanto el diseño de herramientas para trabajar y delimitar la demanda
de conocimiento así como las que requiera el propio proceso. La reflexividad del profesional, así
como la vigilancia epistemológica y el cuidado de la interacción en términos de relaciones sujeto-
sujeto son parámetros sustantivos de estas estrategias. Cabe aquí detenernos en una precisión que
pretendemos reforzar: esta práctica sociológica que estamos delineando se sustenta en una base
indiscutible dada por la formación profesional académica. Es desde allí que es posible y necesario
entender la referida reflexividad no sólo como “psicoanálisis del espíritu científico”, sino también con
la apoyatura de las fecundas herramientas que nos proporciona la vigilancia epistemológica y la(s)
sociología(s) del conocimiento –nos inspira Bourdieu (1995) atraído por la fina disección que Gastón
Bachelard plantea en relación a “Los tres grados de la vigilancia”-.

2.3. En un marco de ejercicio profesional de empoderamiendo de públicos el


sociólogo tiene “trabajo” y no sólo “empleo”

Sostenemos lo anterior partiendo de la distinción conceptual entre trabajo (actividad pro-


piamente humana en la que hacemos uso de nuestras facultades físicas, morales e intelectuales,
conducentes a la elaboración de un bien –material o inmaterial- o la prestación de servicio, actividad
necesaria para la satisfacción de algún tipo de necesidad) y empleo (relación contractual, de venta
de nuestra fuerza de trabajo por la que obtenemos una retribución económica). Para nosotros el tra-
bajo es una actividad generadora de sentido tanto individual como colectivo, “Lo entendemos como
relación social en la que se socializan y cuestionan valores, donde se construyen comportamientos
colectivos y referentes simbólicos. Relación social, en la cual no está exenta la tensión y el conflicto,
La demanda del trabajo sociológico y los públicos. ¿Qué sociología y para quiénes? 67

ya que es la propia definición de lo que se considera trabajo la que está en juego en las relaciones
sociales que entablan los sujetos en torno a la actividad laboral” (Margel 2003, 189).
Claro es que no pretendemos agotar este debate en estas líneas, máxime si incorporamos
aquí las dimensiones que hacen al estudio de las “profesiones” y la relación entre profesión y voca-
ción, por ejemplo, o de las transformaciones por las que ha pasado el propio concepto de trabajo,
–compartimos con Hopenhayn (2001) los aspectos que hacen a la existencia de contrastes, cambios
de modalidades y de condiciones concretas en torno al referido concepto–.
No obstante, planteamos que una práctica profesional orientada al empoderamiento de los
públicos supone la existencia de algún “sentido” en términos de compromiso social, configuración
identitaria profesional entre otros, más allá del sentido estrictamente monetario o mercantil que se
derive del contrato con su público.

2.4. La promoción de la “imaginación sociológica” como actitud vertebral en la


producción y difusión del conocimiento

Considerado uno de los intelectuales claves de la “sociología radical” de los Estados Unidos,
C. Wright Mills y su obra La imaginación sociológica, constituye sin lugar a dudas una lectura obligada
en torno a la discusión de la construcción de la demanda del conocimiento sociológico hoy por hoy
y en relación a las siguientes interrogantes: ¿Qué tipo de conocimiento construir?, ¿Para quiénes? y
¿Para qué? No aspiramos a sintetizar la propuesta de C.W.Mills, pero sí retomar su inquietud en torno
a despejar lo que obtura el pensamiento y la articulación entre el sujeto y su contexto sociohistórico7
y dar lugar a la “imaginación sociológica”.
Nos remitimos a sus palabras: “…los hombres, habitualmente, no definen las inquietudes que
sufren en relación con los cambios históricos y las contradicciones institucionales. […] No poseen
la cualidad mental esencial para percibir la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía
y de la historia, del yo y el mundo. No pueden hacer frente a sus problemas personales en formas
que les permitan controlar las transformaciones estructurales que suelen estar detrás de ellas. Y
luego continúa “Lo que necesitan, y lo que ellos sienten que necesitan, es una cualidad mental que
les ayude a usar la información y a desarrollar la razón para conseguir capitulaciones lúcidas de lo
que ocurre en el mundo y de lo que quizás está ocurriendo dentro de ellos. Y lo que yo me dispongo
a sostener es que lo que los periodistas y los sabios, los artistas y el público, los científicos y los
editores esperan de lo que puede llamarse imaginación sociológica, es precisamente esa cualidad”.
(C.W. Mills 1961,25)
“…la imaginación sociológica no es una mera moda. Es una cualidad mental que parece pro-
meter de la manera más dramática la comprensión de nuestras propias realidades íntimas en relación
con las más amplias realidades sociales. No es meramente una cualidad mental más entre el margen
contemporáneo de sensibilidades culturales: es la cualidad cuyo uso más amplio y más hábil ofrece

7 Debate por cierto clásico de la sociología, articulador del pensamiento de los padres fundadores de la disciplina;
parámetro insoslayable de la producción teórica del siglo XX y de las propuestas articuladoras en relación al debate
micro-macro, acción-estructura.
68 Gayser Margel

la promesa de que todas esas sensibilidades –y de que hecho la razón humana misma– llegarán a
representar un papel más importante en los asuntos humanos” (C.W.Mills, 1961:34).
Este llamado a potenciar esta cualidad está para nosotros insoslayablemente vinculado tanto
al análisis propiamente dicho de los problemas como a la difusión de lo investigado en la practica
profesional. Nuevamente se introduce el debate en torno al sentido con que se usa el lenguaje en los
procesos de construcción y socialización de información o resultados de investigaciones.

2.5. Compromiso y sensibilidad del profesional con los valores humanos y con las
problemáticas públicas

Tal como lo hemos expresado a lo largo de estas páginas, este artículo tiene un objetivo sensi-
bilizador, y no se propone sistematizar las discusiones dadas en torno al compromiso de la sociología
en distintos momentos históricos -tenemos claro lo ambicioso de una tarea de tal envergadura-. No
obstante, parecería que no podemos estar ajenos a una reedición de la discusión sobre qué tipo de
conocimiento estamos produciendo, para qué y para quiénes. Es en este tenor que el llamado a la
sociología a desembotar su filo8 que realiza Giddens (2001) nos adiciona una perspectiva desafiante
a nuestras trayectorias profesionales.
Además de tener que encausar y abordar desde una dimensión pragmática las particulares
demandas que estamos recibiendo hoy por hoy como profesionales de nuestra disciplina, observamos
otras razones que nos llevan a preguntarnos por los porqué. En efecto, las razones las podemos
situar a nivel de contexto país, y desde allí retorna o se refuerza una inquietud sobre el sentido de la
producción de conocimiento más allá de la lógica del mercado porque hay un compromiso que asumir
como universitarios y profesionales, porque la sociedad lo necesita9 y porque se está constituyendo
en reclamo10.

8 La cursiva es nuestra.
9 En torno al tema de las necesidades de la sociedad y el papel de los universitarios compartimos las siguientes palabras
de Dean “La primera pregunta es cómo hace la sociedad para expresar democráticamente sus necesidades, y quién
y cómo debe recogerlas y determinar su satisfacción. Una respuesta sencilla, que rechazo, es que las determine el
mercado, ya que éste sólo atiende necesidades por poder de compra. Otra respuesta es que las determine el Gobierno,
democráticamente constituido, y una tercera es que lo haga la propia Universidad. Pienso que en la medida que se
avance en los procesos de democratización política, económica y social, la solución a lo planteado podría estar cercana.
Considero que, como universitarios, podemos coadyuvar a determinar las carencias existentes y a darles respuesta
parcial, pero nunca adjudicarnos, de manera elitista, el papel determinante de las necesidades de la población” (2007,
26).
10 Por ejemplo, en la presentación del libro El Uruguay del siglo XX. La Sociedad en octubre de 2008 el subdirector de
OPP Conrado Ramos plantea la necesidad que tienen los tomadores de decisiones de contar con discursos sociológicos
sobre los temas que son de atención a nivel de la definición de políticas. En este sentido también se desprendería una
demanda de estilo de discurso/relato sociológico accesible a diferentes públicos -sean los tomadores de decisiones,
sea el público en sentido amplio.
La demanda del trabajo sociológico y los públicos. ¿Qué sociología y para quiénes? 69

3. Nuestra experiencia con el Grupo de Estudio y Reflexión (GER) sobre el objeto


de trabajo de enfermería: Cuidados en Enfermería

Esbozamos en esta tercera parte los aspectos vertebrales del proceso de construcción de la
demanda por parte de un público específico.

La consulta original: antecedentes y nuestra respuesta

El Grupo GER se conformó en el año 2006. Está constituido por docentes de la Facultad de
Enfermería de las Áreas de Salud del Niño y del Adolescente, Salud Mental, Salud Comunitaria, Adminis-
tración de los Servicios de Salud, Historia de Enfermería (dos están en actividad y tres son jubiladas) y
por dos egresadas de la Licenciatura que tienen inserción en el Hospital Universitario y en un Servicio
Privado de Atención Médica Colectiva. Este grupo tiene su propia dinámica de funcionamiento.
En setiembre de 2008 el Grupo GER nos realiza una solicitud de apoyo para el fortalecimiento
de la investigación en Enfermería. En sus inicios la consulta apuntaba a requerir de la apoyatura me-
todológica para “resolver” básicamente algunas cuestiones en el diseño y elaboración de un proyecto
de investigación que estaban delineando. El proyecto era de corte cualitativo y versaba sobre el tema
Cuidados en Enfermería.
La vinculación entre integrantes del GER y docentes e investigadores del Departamento de
Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de UdelaR tiene antecedentes tanto en el ámbito de
la docencia -en metodología cualitativa-, así como a través de la investigación sobre la situación de
Enfermería -esta última desde la perspectiva de género-. En relación a la docencia podemos referir los
siguientes: en el año 2003, “Bases conceptuales que sustentan la investigación cualitativa” (Rodolfo
Levin y Geyser Margel) en la Maestría en Primer Nivel de Atención de Salud, Centro de Postrado del
Instituto Nacional de Enfermería, INDE, UdelaR, y Charla sobre “Enfoque biográfico y entrevistas en
profundidad focalizadas: lineamientos generales y perspectivas en la investigación social” (Geyser
Margel) INDE, UdelaR. En el 2004 el curso “Investigación Cualitativa II” de “Metodología, herramientas
y estrategias para el abordaje de las diferentes situaciones en el Primer Nivel de Atención en Salud”
(Geyser Margel) Formación Permanente, Centro de Posgrado de la Facultad de Enfermería, UdelaR.
En torno a los antecedentes de investigación se ubican por ejemplo los trabajos de fines de los años
noventa “La marca de género en el mercado de trabajo y en la identidad profesional. El caso de personal
de Enfermería” (Rosario Aguirre) y El personal de enfermería del Hospital de Clínicas: condiciones de
vida y la “marca” genérica de la profesión, (Rosario Aguirre, Karina Batthyány- Alma Espino).
Ante la solicitud que nos fuera expresada, formulamos entonces en primera instancia una
propuesta de apoyatura profesional sociológica -a efectos de ajustar la demanda del Grupo-.

Dispositivo de trabajo

El asesoramiento se inicia con el diseño de un dispositivo de trabajo para formular y focalizar


la demanda con las integrantes del grupo. Este dispositivo constituye parte de la metodología de
trabajo y de intervención con el grupo GER y es un primer escalón en lo atinente a la contextualización
70 Gayser Margel

y perfilamiento de este “público” que se pregunta por una problemática “pública”. Lo es también como
parte de la lógica contractual y de interacción que establecemos las partes.
Luego de una serie de intercambios primarios le realizamos una entrevista colectiva al Grupo
GER orientada a encuadrar la demanda. El contexto requería de una estrategia que “objetivara” y
devolviera en espejo las inquietudes y problemas al propio grupo y en tal sentido nos interesaba
sondear en “las preguntas que se hacen” y nos “hacen” como público específico.
Se elaboró el documento “La construcción de la demanda sociológica del Grupo GER: Primer
Informe” (Margel, 2008) el cual constituye un material escrito disparador del análisis del estado de
situación y objetivos de dicho colectivo.11
En tal informe se presentan las dimensiones analíticas emergentes en torno a: tipos de razones
por las que se conforman como grupo; etapas de desarrollo del grupo; analizadores de fortalezas y
debilidades; tipo de producto que esperan obtener del “trabajo” con nuestra apoyatura profesional
(qué esperan) y destino (para qué y para quiénes) y noción de “cuidado”-eje articulador de la propia
existencia del grupo. Asimismo, se exponen una suerte de indicaciones operativas para trabajar con el
contenido del documento. En efecto, ese informe es en sí mismo también un instrumento de nuestra
intervención profesional dado que propone hipótesis de trabajo para con el grupo y sobre el grupo.
Desde diciembre y a partir de la discusión interna del referido documento por parte del GER
podemos ubicar una etapa de reflexividad interna de dicho colectivo. El grupo trabajó “hacia adentro”
con las dimensiones de efecto espejo que nosotros formulamos como hipótesis. Comienza allí a
vislumbrarse también un perfilamiento hacia el diseño e instrumentación de una demanda específica
priorizada por el GER.
Desde el inicio de nuestra interlocución se trabaja en formato de reuniones periódicas -todas son
grabadas, y el texto que emerge de la desgrabación constituye también un material de documentación
de nuestra interlocución-. En las reuniones se combina -en función de los requerimientos del propio
proceso de reflexión y focalización- una suerte de “aula” sobre estrategias y técnicas cualitativas de
investigación, se sugiere bibliografía de lectura, con la discusión de los productos escritos y reflexio-
nes elaboradas por el propio grupo en sus instancias internas. Nuestro rol está orientado hacia el
empoderamiento del grupo desde un rol de tutora, que es la designación que el GER nos dio.12
Desde febrero del presente año a la fecha podemos decir que germinó una demanda concreta
de construcción de conocimiento, delimitada y acordada entre las partes, que está abocada a abordar
una problemática de “interés público” para la sociedad uruguaya.
La linealidad de esta breve presentación en etapas, no debe ser confundida con la no linea-
lidad del propio proceso de construcción de conocimiento que fuimos teniendo como colectivo de
trabajo.

11 Informe de reserva para el GER


12 Actas de Grupo GER.
La demanda del trabajo sociológico y los públicos. ¿Qué sociología y para quiénes? 71

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