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La m edición de la Pobreza Multidimensional hace sus primeros acercamientos en Chile hacia el año 2009 cuando Mideplan inicia un proceso de licitación para actualizar los indicadores de pobreza, elaborando propuestas de medición multidimensional complementarias a la medición del concepto de pobreza que fue ligado únicamente a la reproducción de satisfactores económicos.
Título original
Análisis de los desafíos del Trabajo Social en la superación de la pobreza multidimensional en Educación, Trabajo y Seguridad Social según Casen 2015
La m edición de la Pobreza Multidimensional hace sus primeros acercamientos en Chile hacia el año 2009 cuando Mideplan inicia un proceso de licitación para actualizar los indicadores de pobreza, elaborando propuestas de medición multidimensional complementarias a la medición del concepto de pobreza que fue ligado únicamente a la reproducción de satisfactores económicos.
La m edición de la Pobreza Multidimensional hace sus primeros acercamientos en Chile hacia el año 2009 cuando Mideplan inicia un proceso de licitación para actualizar los indicadores de pobreza, elaborando propuestas de medición multidimensional complementarias a la medición del concepto de pobreza que fue ligado únicamente a la reproducción de satisfactores económicos.
Análisis de los desafíos del Trabajo Social en la superación de la pobreza
multidimensional en Educación, Trabajo y Seguridad Social según Casen 2015
María Cecilia Barraza Medero
Universidad UNIACC
Carolina Ester Galaz Zorrilla
28 de abril de 2018 Superación de la Pobreza Multidimensional
Con el objeto de contextualizar este análisis debemos definir varios conceptos y
su configuración histórica y sociopolítica. La medición de la Pobreza Multidimensional hace sus primeros acercamientos en Chile hacia el año 2009 cuando Mideplan inicia un proceso de licitación para actualizar los indicadores de pobreza, elaborando propuestas de medición multidimensional complementarias a la medición del concepto de pobreza que fue ligado únicamente a la reproducción de satisfactores económicos. El consenso de los expertos estaba puesto en que la pobreza es un problema social multidimensional en sus causas y efectos que genera, por lo tanto surgen dimensiones que complementan dentro de la esfera de la evaluación del bienestar social y no sólo en el enfoque basado netamente en los ingresos. Según define Javier Iguiñiz (2002) la pobreza supone establecer el significado de lo básico en la manera de vivir, refiriéndose a lo básico no como lo mínimo, sino como lo irreductible e irrenunciable a la condición humana. Así surgen cuatro dimensiones al 2013: Educación, salud, Trabajo y seguridad social, vivienda y entorno. Y para el 2015 se incorpora una quinta dimensión: redes y cohesión social. La metodología fundamentada aplicada en Chile, que enmarca lo técnico y también normativo se basa en la propuesta de Alkire y Foster (2007) considerando como primera etapa la identificación de personas o grupo de ellas en “situación de pobreza”, y sus “características”, además de permitir realizar estimaciones y análisis de qué dimensión realiza mayor contribución al índice total de pobreza multidimensional. El impacto de este tipo de medición en las políticas públicas, según menciona el Ministerio de Desarrollo Social (2013) se define de la siguiente forma: “Las medidas de pobreza multidimensional tienen una valiosa aplicación práctica en materia de política pública: pueden ser usadas como un complemento a medidas oficiales de pobreza por ingresos, además de orientar a los diferentes servicios públicos acerca del impacto de políticas y programas sobre la reducción de la pobreza en cada una de sus dimensiones.” Además permite un diagnóstico en cada momento del tiempo y su posterior seguimiento. De este modo, se visibilizarán carencias que afectan a las personas y los hogares en múltiples dimensiones, más allá de su ingreso, y analizan la importancia relativa de las carencias observadas en cada dimensión sobre las condiciones de vida de la población en situación de pobreza. Considerando que la metodología AF (Alkire y Foster 2007) permite visibilizar aquellas dimensiones y sub dimensiones que aportan mayor carencia nos centraremos en la dimensión Educación y Trabajo y Seguridad Social, que arrojaron en la encuesta casen 2015 mayores índices. En este escenario entonces cabe hacernos la pregunta de cuáles serían los desafíos de la intervención del trabajador social, si consideramos los aportes realizados por Pedro de la Paz Elez, Vicenta Rodriguez Martin y Esther Mercado Garcia (Revista Internacional de Trabajo Social y Bienestar N.º 3 • 2014) respecto de la intervención en estos tiempos de crisis, proponen intervenir los problemas sociales en un constante Superación de la Pobreza Multidimensional
reto innovador basado en formular de actuación centrada en las fortalezas y
capacidades de las personas, en un constante proceso de empoderamiento que llaman “intervención desde las fortalezas”. Debido a que estas fortalezas no constituyen un rasgo estático sino dinámico, podemos visibilizar a través de los indicadores presentados en CASEN un parámetro a considerar en nuestra actuación profesional. Por último mencionar que en la propuesta realizada por estos autores podemos identificar factores de riesgo y factores protectores que influyen en los problemas sociales que nos pueden permitir identificar o generar estrategias de intervención. Si observamos la encuesta CASEN 2015 los índices de pobreza han tendido a la baja, sin embargo no dejan de constituir un desafío presente y futuro para nuestras intervenciones, especialmente la medición multidimensional que se observa naturalmente más elevada que la medición por ingresos. La disminución observada de la PM (pobreza multidimensional) es de 0,5% considerando 2013 y 2015. Si abrimos este dato por dimensiones, la que aporta mayor carencia a las familias en Chile es la dimensión Trabajo y Seguridad Social con un 31,1%, seguida de Educación con un 25,8%. Centrando nuestra atención en la Dimensión Trabajo y Seguridad Social, se definen 3 sub dimensiones: ocupación con un 9,3%, jubilación con un 9,8% y cotización con un 32,3%. Lo que nos da cuenta sólo con datos duros identificar que en la fuerza de trabajo observamos por una parte desempleo y por otra sistemas de trabajos que no constituye cotización previsional, aportando a marginar a un importante sector, constituyendo éste un campo de acción para el trabajador social. Por otra parte si observamos la dimensión de educación, con sus sub dimensiones de Rezago con un 2,2%, asistencia con un 2,3% y escolaridad con un 30,2%, podemos deducir sólo con datos duros que un factor de riesgo importante es que básicamente un importante grupo de personas han alcanzado menos años de educación de los establecidos por ley de acuerdo a su edad, mientras se observan más disminuidas las brechas de rezago y asistencia, lo que podría estar respondiendo a las iniciativas y reformas del gobierno en esta materia (esto como factores protectores). Finalmente y considerando los aportes de Begoña Abad Migueléz y Idoia Martín Aranaga en “El Trabajo social ente la crisis” (cuadernos de Trabajo Social• 2015) “Hacia una Tipología de figuras profesionales del Trabajo Social” quizá debamos preguntarnos si en estos escenarios de desafíos profesionales en tiempos de crisis debemos adoptar una posición del Trabajador Social Normativo con una concepción legitimista de su actividad basada en la práctica, de Trabajador Social Gestor que buscando la eficacia cuantitativa y se rige por resultados basados en costo/beneficio, o el Trabajador Social Crítico que considera politizar los problemas, críticos de las políticas públicas y con una compromiso al servicio de las personas en situación o riesgo de exclusión.
Análisis crítico reflexivo de la dimensión ético-política de la intervención profesional, planteado por Nora Cristina Aquin en su texto “Pensando en la dimensión ética -política del Trabajo social ” .