Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Modalidad: Teórico-práctica.
Docentes
Santiago Romé, Ignacio Álvarez, Santiago Coria, Juan Pablo Gascón, Manuel González Ponisio,
Federico Del Río.
Fundamentación
Esta asignatura tiene por objeto brindar a los alumnos herramientas básicas para el abordaje
conceptual y la producción musical de manifestaciones artísticas populares. A lo largo de la
cursada los alumnos estudiarán algunas corrientes estéticas constitutivas y emergentes de los
procesos sociales más significativos de la historia contemporánea argentina y latinoamericana, su
vinculación con la problemática de la identidad cultural, y sus potenciales desarrollos prospectivos.
Se abordará sistemática y críticamente el estudio de la cultura popular argentina y
latinoamericana, por fuera de los paradigmas estéticos provenientes de los países centrales,
evitando a la vez, las posiciones teóricas telúricas y fragmentarias formuladas y sostenidas
insistentemente por sectores sociales autodenominados “tradicionalistas”.
Desde esta perspectiva, y atendiendo la complejidad creciente de las sociedades contemporáneas,
se vuelve ineludible repensar las tensiones entre la cultura popular y la cultura de masas, sus
continuidades y rupturas, sus intercambios e hibridaciones y, particularmente en el universo del
arte, entre la música popular y la política. El tratamiento, en el marco de una carrera universitaria,
de las variadas y dinámicas relaciones entre las manifestaciones musicales producidas por el
pueblo y las condiciones socio-políticas que las han hecho posibles y necesarias reclama el aporte
de nuevos marcos conceptuales y metodológicos que contribuyan a redefinir sus alcances así
como sus múltiples mutaciones. Considerando que Argentina y el resto de los países de
Latinoamérica no comparten sólo realidades geográficas sino, fundamentalmente, un derrotero
común de luchas políticas, sociales y culturales y la obstinada y mestiza resistencia frente a los
diversos tipos de sometimientos. Este proceso ha sido particularmente intrincado y heterogéneo
en el caso de nuestro país, constituido bajo el manto de la disputa colonialista entre España e
Inglaterra, expandido con el genocidio de los pueblos originarios y reconfigurado con los procesos
migratorios de fines del siglo XIX y del período de entre-guerra. Hoy, con una industria cultural
mundial cada vez más concentrada y con un escenario urbano sin anclajes geográficos nítidos, se
consolida una cultura cada vez más globalizada y, simultáneamente, fragmentada, desigual y
compleja. A pesar de la amputación cultural que significó la última dictadura militar (sin mencionar
otras consecuencias), se observa actualmente un resurgimiento de innumerables expresiones
artísticas populares y de reinterpretaciones de gran parte de nuestro acervo cultural que va
delineando nuevas y originales corrientes estéticas. De ahí que conocer en profundidad los
géneros y repertorios más significativos de la música popular argentina y aquellas músicas que a
través de las inmigraciones, de la industria cultural o de los medios masivos de comunicación han
tenido grandes desarrollos en nuestro país, sea uno de los objetivos principales de esta asignatura
como así también indagar sus vínculos con el contexto y sus caminos potenciales. La
profundización del compromiso entre la educación de grado universitario y nuestro pueblo
posibilitará la formación de profesionales críticos capaces de interpretar y producir música popular
sin prejuicios de clase, promoviendo y rescatando del olvido procesos artísticos colectivos que
nunca han ingresado a las aulas. La música posee una parte importante de su sentido y función
sumergida en la historia y la cultura, cuya visibilidad permitirá construir criterios flexibles para la
interpretación de los géneros y corrientes musicales contemporáneas. Desde esta perspectiva
consideramos que resulta pertinente en relación con las características de los ámbitos
profesionales, tanto en la producción musical (interpretación y composición), la investigación,
como en la docencia, que un músico profesional tenga herramientas básicas para acompañarse y
acompañar a un cantante, hacer arreglos vocales e instrumentales para grupos pequeños,
improvisar sobre distintos géneros y estilos, operar recursos compositivos, y contextualizar su
práctica en la realidad contemporánea. En síntesis, el trabajo de la cátedra se orientará en función
del estudio de la música popular y su contexto, los ámbitos por donde circula y los usos que hacen
de ella las grandes mayorías.
Objetivos generales:
Que lxs alumnxs conozcan de manera introductoria los rasgos interpretativos y sintácticos
más sobresalientes de las grandes familias genéricas de la música popular urbana
contemporánea: Rock, Cumbia y Cuarteto
Que lxs alumnxs sean capaces de contextualizar histórica y culturalmente la génesis y los
desarrollos significativos de las familias genéricas anteriormente mencionadas.
Que los alumnxs adquieran herramientas y habilidades básicas para la ejecución grupal
(nociones básicas de ensamble, interpretación y composición de arreglos) sobre los
géneros trabajados.
Contribuir al desarrollo de estrategias para la investigación y la planificación pedagógico-
didáctica vinculadas a la enseñanza de la música popular en distintos niveles educativos.
Contenidos
Unidad I
Contexto histórico de la música popular urbana: Crisis de hegemonía y cambios socio-
culturales en la segunda mitad del siglo XX. La edad de oro (1945-1973): mundo bipolar y
guerra fría. Procesos de descolonización y movimientos tercermundistas. Migración del
campo a la ciudad. Industrialización, conquista de derechos y ascenso social en Argentina.
Fortalecimiento e intervención del Estado en la planificación económica. Configuración de
una subcultura juvenil relativamente autónoma. Usos y rupturas con el pasado reciente.
Rasgos estructurales de la sociedad argentina. Inestabilidad y conflictividad política.
Experimentación y renovación estética en los 60.
La restauración conservadora (1973-2001): destrucción del estado de bienestar,
desindustrialización y endeudamiento. Terrorismo de estado, concentración económica y
crisis social. Impactos culturales.
Ritmo: trabajo de ejecución y ensamble en base a materiales rítmicos de la cumbia.
Memorización y lectoescritura. Interpretación con tempo fijo y tempo variable.
Materiales rítmicos básicos de la Cumbia argentina: composición de texturas rítmicas
complejas –superpuestas y complementarias- para acompañamiento en canciones.
Repetición variada. Precisión y regularidad del tempo.
Unidad II
Cumbia. Música Tropical: diversidad caribeña en la música festiva de mediados del siglo
XX. Antecedentes en la cumbia tradicional y la cumbia canción colombianas.
Resignificación social de la cumbia argentina: de la élite a las clases populares y viceversa.
Contradicciones, usos e interpretación del género: estigmatización, prejuicio y “sociología
tropical”. El primer movimiento tropical argentino. La cumbia como síntesis del
tropicalismo en nuestro país. Lenguaje musical de algunas de las corrientes locales más
significativas entre los 70 y la actualidad. Relaciones con la música andina y la música
litoraleña.
Ensamble rítmico en trío de congas, huyra y timbaleta: continuidad y cortes.
Experimentación rítmica y textural a partir de materiales característicos. Recursos de
composición melódica y contramelódica.
Corrientes actuales: remix y cumbia electrónica. La cumbia en el audiovisual: publicidad,
cine y series.
Arreglos y usos de instrumentos de viento: saxos, trombón y trompetas. Criterios básicos
para el arreglo y composición de melodías y contramelodías a dos y tres voces. Usos
frecuentes en el repertorio tropical.
Unidad III
Cuarteto cordobés: antecedentes en la música popular europea –paso doble, polca y
tarantela-. Migración e industrialización en la consolidación del Cuarteto. El Cuarteto Leo
como transición hacia el primer cuarteto. Transición de la Córdoba agrícola a la industrial.
Rasgos estructurales del primer cuarteto entre la década del 40 y la del 80: tempo, textura
y orquestación. Danza y espectáculo. Cambios hacia la década del 90 a partir de la fusión
con el Merengue dominicano y modificaciones en la orquestación: ensamble de percusión
–congas, huyra y tambora- y arreglos de vientos –saxos y trompetas-: criterios básicos
para la composición de arreglos. De la bailanta al show masivo.
Unidad IV
Rock: consolidación del primer paradigma juvenil en EEUU. Entre el discurso contestatario,
el imperialismo cultural, y una subcultura juvenil autónoma. Antecedentes musicales en el
Blues y la música Country. Identidad rítmica inicial en el 1° Rock bailable: acentuación a
contratiempo, ambigüedad del pulso y de la subdivisión. Rock inglés o “la invasión
británica” en los 60: rock canción y arreglos “para escuchar”; sencillez acústica y
austeridad formal en el “folk” y cambio de paradigma discursivo: contracultura,
antisistema y crítica política. Contradicciones intrínsecas. Rock progresivo –
experimentación formal, poética, tímbrica, textural, rítmica y armónica-. Los Beatles como
modelo “evolutivo” y de relación con el contexto: bailable, canción, experimental-
electroacústico y vuelta a la sencillez. Funk: cuerpo, danza y ritual. Derechos civiles y
resistencia. Ritmo y textura, repetición y usos de la voz. Funk y Tecno de los 80 como
precedentes de la música electrónica digital.
Primer Rock en castellano: cover y traducción en la construcción del mercado latino.
Sandro y El Club del Clan como modelos de transición. Representaciones de la categoría
juvenil. Rock Nacional: primeros referentes y desarrollo. Diversidad y sincretismo en el
Rock progresivo criollo. Retorno a la forma canción y Rock Electrónico a partir de los 80.
Charly García como paradigma: sencillez (sui generis), sofisticación (Serú Girán) y recursos
electrónicos (solista). Implicancias de la Guerra de Malvinas. Auge e ironía en el
desencanto de los 80. Década del 90: apertura e hibridación con otras músicas. El sonido y
la postproducción como protagonistas. Homogeneización comercial y diversidad estética.
Recursos digitales para la producción y composición. El Rock en el audiovisual: algunas
tendencias en cortinas de TV y música incidental.
Condiciones de aprobación:
Promoción Directa
Promoción Libre
https://www.youtube.com/watch?v=Dcos-vaMGdg&ab_channel=CamiloPardo
https://www.youtube.com/watch?v=pZT-dIrCJKk&list=OLAK5uy_lreJxCtmqjkMQn2EclqJrBW
-j0otu-S8c&ab_channel=DiscosFuentesEdimusica
https://www.youtube.com/watch?v=Ht7YtG45k1g&ab_channel=hd
https://youtu.be/_FrkJa8MFPs
https://www.youtube.com/watch?v=EVU5zM9YwoA&list=PLzhRpu4-0u1xca1QV5jXMvpGmx
NaNESxD&ab_channel=AdrianVillasalte
https://www.youtube.com/watch?v=HWNdm2L_dps&ab_channel=hernandoBola%C3%B1os
Vanegas
La charanga del Caribe (1965). Paisaje de cumbia [canción] en Gaiteando con la Charanga
del Caribe
https://www.youtube.com/watch?v=KW2AuD8tKAQ&ab_channel=CulturaCumbia
https://www.youtube.com/watch?v=gHgCVJGzPYU&ab_channel=Gianni1998
Santafesina
Acordeonístico
https://youtu.be/A8ZymOLY2PM
Contrapunto guitarrístico
https://youtu.be/ZuoNa434Vrw
https://youtu.be/6hmQ3LdQDEs
https://youtu.be/nwZdaEzV3XA
https://youtu.be/Muj7CZ2ZcAE
Trompetístico
https://www.youtube.com/watch?v=pu2xxvcq4Kg&ab_channel=MCYGOficial
Romántico
https://youtu.be/_pv-f97NrI4
Grupo Trinidad (1998) - “Más caliente que nunca”
https://youtu.be/v_IMEAKLvpE
https://youtu.be/a-2EsWMFrtY
https://youtube.com/playlist?list=PLugch6EK3dNlvh97NfSnq79dqS7dgqRgL
Salsero
https://youtu.be/LngDETDkHTo
Chamamé Tropical
https://youtu.be/MXUsSEH_mtc
https://youtu.be/Fk1eCr30-LQ
Santa Fé - Actualidad
https://youtube.com/playlist?list=PL3LGxd7jyWYFu99sQ8T-59zIPdJI4UTBJ
https://youtube.com/playlist?list=PLLlb8lKJqk4rp9CkuoCNbo3BgDhQhi3kL
Interior profundo trancisión
https://youtu.be/oFRaU9UZKcU
https://youtu.be/EiWkN2-6BN8
https://youtu.be/dvwg3kVCZns
https://youtu.be/SpfDOAGR5C0
https://youtu.be/oQg5OWDLgpY
Década del 90
https://youtu.be/pdmb3NVq-o8
https://youtu.be/htbx-HXPZh4
https://youtu.be/P8O-c8c_1Go
https://youtu.be/lyDYz-J1GHA
Cumbia Villera
https://youtube.com/playlist?list=PL-vGeWg7n-FlP0zMxbGwzXg85C2wdOmUz
https://youtu.be/7oYkB1xsTLM
https://youtu.be/7UpUww2qmnY
https://youtu.be/ndstvxra98o
https://youtu.be/WPUYxBwXsMg
Cumbia Contemporánea
https://youtu.be/q1KIlD55GwQ
https://youtu.be/v0uMx-q3sDw
https://youtu.be/tZHmfYc7b7w
https://youtu.be/tL13G_zoB_w
Cumbia electronica
El remolón (2011) - “ZZK mixtapes VOL. 4”
https://youtu.be/5sQ5GSReB_g
https://youtu.be/Gm5IevgE7_o
https://youtu.be/h5tWkw_2u80
https://youtu.be/TXyqDOIjl5U
https://youtu.be/mn_Thu5kKsk
https://youtu.be/iL9pF0EcXkA
https://youtu.be/hmibxMgbViQ
https://youtu.be/TgumHtazf5s
https://youtu.be/M3xf2TIh2Os
https://youtu.be/uNnNtUF7CH4
Materiales de clases - Linkoteca
Unidad cumbia
https://youtube.com/playlist?list=PLmECJwAH5zuwRNJJQDHtjTVX8_TKFnqlb
Conga: https://www.youtube.com/watch?v=TYrdZ0s6tUw
Huyra: https://www.youtube.com/watch?v=VrnFDeiNqOA
https://drive.google.com/file/d/1DVeNKauOx6nhpb3HP4cgWAZCijBo5oKr/view
https://drive.google.com/drive/folders/1W-DekeFqK7oiyUif7rAMkjlbNsBGWJ7R?fbclid=IwAR
04--IqwlqW1TK0ev5YI_KNQ0EXoNpGiEmqwazA9tB6cdx1WwbB_qnXZPI
https://drive.google.com/file/d/1x_R5py4J5ACYdN1mWt5LeVdAW68LENf3/view?usp=drives
dk
Bases Tp contramelodías
https://drive.google.com/drive/folders/157SBh9kEKqHut9YIltqB3o7dBQDZ5Zkg?usp=sharin
g
https://youtu.be/Y3IGwhCKNzA
https://drive.google.com/file/d/1I1LJsxfmplWjQR5d4NFn2xsGrX4XSpgn/view?usp=sharing
Tutorial Ableton
https://www.youtube.com/watch?v=bOxPpoQve24&t=2s
https://www.youtube.com/watch?v=4dhxefA5t6c
https://drive.google.com/drive/u/1/folders/1iN411gtxhgqdY7PK5PEhhrPfzldU3LEj?fbclid=IwA
R1lyO2-aa-ANP_SM8LZlTJP5lAFGdiXdfT3y0tSk4L3fRXp-2Sg7hS8aX4
Facultad de Bellas Artes
Apunte de cátedra
Cumbia
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 1
algunos sostienen que todavía continúa y otros pensamos que sufrió un quiebre y
una transformación estructural en gran parte de Latinoamérica hacia la primera
década del siglo actual-. La etapa consignada como “edad dorada” refiere, a muy
grandes rasgos, a un momento de intervencionismo estatal sobre la economía –
aún en el capitalismo- que provocó una gran expansión industrial acompañada de
políticas de protección social y distribución de la riqueza que dieron lugar a una
movilidad social ascendente. Además del desarrollo armamentístico y la disputa
expansionista –generalmente violenta- entre las dos superpotencias sobre casi
todas las regiones del mundo, existió también una suerte de “competencia
positiva” entre los dos modelos en disputa por ver cuál de ellos garantizaba más
derechos sociales y mejor standard de vida. Sumado a esto, los adelantos
tecnológicos relacionados a la producción de alimentos y la medicina sumados a
las mejores condiciones de vida contribuyeron a un muy significativo aumento de
la tasa de natalidad y de la expectativa de vida que contribuyeron al crecimiento
de la población mundial, particularmente de las nuevas generaciones. La
migración del campo a la ciudad y la generalización de los niveles de instrucción
básicos junto al enorme crecimiento de las matrículas secundarias y universitarias
fueron algunas de las consecuencias más importantes de este proceso,
contribuyendo también a la consolidación de una subcultura juvenil relativamente
autónoma. No obstante esto y considerando que dichos fenómenos sociales se
dieron con mayor intensidad en los países centrales o dominantes (sobre todo en
EEUU e Inglaterra), es interesante observar el modo en que estas dos etapas
históricas se desarrollaron en nuestro país. Recordemos que desde la década del
30 en menor medida y con mayor intensidad durante la primera etapa del
peronismo en el gobierno (1946-55) se produce una migración muy importante
desde el interior del país hacia los alrededores de las grandes ciudades –
fundamentalmente Capital y Córdoba- impulsada por el proceso de
industrialización y nacionalización de los recursos naturales y los servicios. A su
vez, este proceso de migración del campo a la ciudad fue acompañado de
grandes conquistas en torno a derechos laborales y sociales articuladas por el
peronismo, dando lugar a que los sectores populares pudieran destinar cada vez
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 2
mayor tiempo y dinero a la cultura y el esparcimiento. Si bien el bombardeo a la
Plaza de Mayo y el violento golpe de estado del año 1955 comenzó a horadar las
bases políticas (sobre todo las bases sindicales y obreras) de este proceso, el
modelo económico y los derechos sociales que se habían consolidado con el
primer peronismo pudieron sostenerse hasta el año 1975. En este período (1955-
75), la “edad dorada” estuvo matizada en nuestro país por una gran inestabilidad
política provocada por la intervención autoritaria y violenta de las Fuerzas
Armadas que mediante proscripciones y golpes de estado –digitados en gran
medida desde EEUU- pugnaban por terminar con los niveles de desarrollo
industrial y soberanía económica que nuestro país había alcanzado. Pero lo que
aquí nos interesa señalar de toda esta etapa entera (1946-75) es la profunda
reconfiguración cultural y social que experimentaron los sectores populares que a
raíz de las migraciones, los cambios en sus formas de vida (del trabajo rural al
industrial y urbano), la organización sindical, el ascenso social, la participación
más o menos directa en las decisiones políticas, el acceso a niveles de instrucción
y formación educativa, el acceso a medios culturales -el cine, la radio, el disco y
luego la TV-, contribuyeron al desarrollo de un muy rico y diverso panorama
musical en el que se destacaban las músicas de nuestra región y de
Latinoamérica. Por este motivo es que en esta etapa confluyen el denominado
“boom” del folklore con grupos y orquestas de música caribeña/tropical y otros que
alternan y circulan por este repertorio y el tango junto a las viejas danzas
populares traídas desde fines del siglo XIX por los inmigrantes en su mayoría
italianos y españoles–tarantela y paso doble-, reinterpretadas y transformadas por
sus hijos argentinos. Pero es significativo destacar que las canciones que
circulaban (a pesar de que lo géneros “tropicales” estuvieran atravesados o
producidos por discográficas estadounidenses e inglesas) eran mayormente
latinoamericanas, y por lo tanto poseían cualidades rítmicas semejantes y eran
cantadas en castellano. Si bien en paralelo el Rock estaba realizando un fuerte
desembarco, los sectores populares no se identificarían masivamente con él hasta
mucho tiempo después, y tal vez el rápido y original desarrollo del Rock nacional
tenga alguna relación con esta cuestión. El fenómeno denominado “La nueva ola”
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 3
y el exitoso programa televisivo “El Club del Clan” producidos para el mercado
latinoamericano por RCA hacia principios de los 60 tal vez sea un ejemplo de
transición o mezcla entre estas dos tradiciones –latina y anglosajona- y de las
expresiones culturales que comenzaban a interpelar a los jóvenes como un sector
social relativamente autónomo. Este programa que promovía canciones e
intérpretes (nucleaba a famosos cantantes de la época que provenían del folklore,
el tango, la música caribeña, el bolero, etc.) si bien poseía un perfil estético,
discursivo e ideológico vinculado a los estereotipos más triviales de la nueva
subcultura juvenil importada de los EEUU, debía echar mano sobre ritmos latinos
para interpelar y seducir a un público lo más amplio y popular posible. Hasta
mediados de los sesenta, gran parte la música popular que circulaba –aún el
primer rock- era cantada en castellano y mezclada con ritmos latinoamericanos.
Cumbia criolla
1
Los Wawancó fueron un grupo heterogéneo ya sus integrantes pertenecían a distintos países –Colombia,
Costa Rica, Perú, Chile, Argentina y se habían conocido estudiando medicina en nuestra universidad -
U.N.L.P.-, dando cuenta de la familiaridad que evidentemente existía en dichos países con estos ritmos
latinoamericanos. De hecho algunos grupos poseían integrantes de diversas nacionalidades mezclándose
sudamericanos con caribeños. Uno de los primeros que graba cumbias en nuestro país es el colombiano
Lucho Bermúdez con el sello discográfico RCA Víctor en 1946.
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 4
Pero varios de los grupos referidos tocaban también otros géneros colombianos y
caribeños tales como el porro, el merengue, la guaracha, el son, el tamborito
panameño, el jalaíto, la charanga, la gaita, el bullerengue, la chalupa, la bomba
plena, el mambo, los vallenatos, el son, etc. Algunos de estos ritmos son muy
similares a la cumbia como es el caso del porro, mientras que otros pertenecen a
diversas tradiciones y procedencias centroamericanas con algunas semejanzas y
diferencias. Inclusive algunos grupos argentinos formados en la década del 70
como el “Trío Rubí” y el “Cuarteto Alegría” continuaron tocando algunos de estos
otros géneros junto a la cumbia. De hecho desde los 60 hasta la actualidad
podemos observar como en distintos grupos y referentes del género aparecen
algunos toques o estructuras rítmicas provenientes de estas influencias, a veces
superpuestos a materiales típicos de la cumbia o a veces en secciones formales
completas. Tal vez la cumbia argentina y la gran variedad de estilos que se fueron
desarrollando en torno de ella representa una síntesis con algunos elementos de
estos géneros caribeños, un espacio de confluencia y homogeneización, que
encontraron en las condiciones anteriormente expuestas de la Argentina de esa
época un lugar propicio para su mezcla y desarrollo. Tal vez esta cuestión de que
la cumbia en Argentina sea más una confluencia de diversas tradiciones musicales
que un género en sí mismo explique la enorme diversidad y sofisticación que
podemos encontrar en muchísimos arreglos de diferentes grupos en todas la
épocas. A su vez debemos agregar y tener en cuenta que algunos rasgos rítmicos
de estas músicas caribeñas también están presentes en parte de la música andina
del noroeste y en menor medida del noreste. Materiales rítmicos característicos de
la cumbia como la clave , el 3+3+2, el acento a contratiempo aparecen por
ejemplo en gran parte de la música andina (los diferentes huaynos, la saya, el
taquirari, el tinku, etc.). También comparten cierta ambigüedad entre lo binario y lo
ternario –en la cumbia esta ambigüedad se da más sobre la subdivisión y sobre
todo en los cortes de sección, mientras que en el huayno y la saya aparece como
un componente estructural en todos los niveles rítmicos –metro, pulso, división y
subdivisión-. Recordemos que en la polca del nordeste ese tipo de ambigüedad o
irregularidad se da en la secuencia métrica de las melodías. Recordemos también
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 5
que la relación entre estos géneros de metro binario desarrollados a lo largo de la
cordillera de los andes posiblemente responda a la conexión y desarrollo histórico
que conectaba la región a partir del imperio Inca y otros grupos aborígenes
preexistentes a la invasión europea, atravesados por un largo mestizaje y
sincretismo en torno a la organización colonial del Virreinato del Perú2.
Hay quienes a su vez sostienen que en nuestro país la cumbia tuvo gran acogida
en el litoral desarrollando un vínculo estrecho con el chamamé y la música
litoraleña. Hay tres cuestiones que abonan esta idea: por un lado el hecho de que
el ámbito donde se baila la cumbia en nuestro país adopta el nombre de bailanta
que proviene de la música litoraleña; otra cuestión en común entre ambos géneros
es el importante rol que juega el acordeón en las introducciones, interludios y
contramelodías superpuestas a la melodía principal que acompañan realizando
melódicamente la armonía o con arpegios de ritmo variado; y la tercer cuestión
que vincula ambos repertorios es el hecho de que una de las primeras corrientes
de desarrollo original de la cumbia argentina haya sido la denominada cumbia
santafesina iniciada hacia mediados de la década del 70 con grupos legendarios
como “Los del Bohío” y “Los Palmeras”, continuados por nuevos grupos como “Los
del Fuego”, “Los Leales” y “La nueva luna” entre tantos otros. Podemos agregar
una cuarta cuestión que nos permite construir una relación indirecta entre estos
repertorios que tal vez haya tenido incidencia en este vínculo tropical-litoraleño:
algunos de los géneros caribeños que ya mencionamos como el Jalaíto y el
Merengue ternario y que eran tocados con frecuencia junto a la cumbia en los 60
y 70 son similares al chamamé en el sentido de que poseen un bajo en ¾ que toca
a tierra el arpegio del acorde e instrumentos de percusión agudos que marcan un
6/8 (algunos temas plantean cierto grado de ambigüedad, en función de que el
bajo por momentos pareciera pasarse del ¾ a una especie de 3+3+2, y en
ocasiones al bajo en ¾ se le superpone una percusión de división binaria en 2/4).
Por otro lado y más allá de posibles relaciones con el repertorio litoraleño,
podemos agregar que la cumbia santafesina o litoraleña se desarrolla en dos
2
El Virreinato de Perú abarcaba, además del país homónimo, los actuales territorios de Argentina, Chile,
Bolivia, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Colombia y Panamá
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 6
direcciones: por un lado continúa con la tradición –la del Cuarteto Imperial- sobre
todo en lo que concierne al rol del acordeón –Los Palmeras-, pero también
desarrolla un nuevo estilo que reemplaza el acordeón por la guitarra eléctrica en
la función de realizar contramelodías superpuestas y complementarias de la voz
principal –Los del Bohío- y en general con un tempo más rápido. Otro elemento
sugerente de esta relación entre ambos géneros es el denominado “chamamé
tropical”, surgido hacia principios de los 80 y que tuvo como primeros referentes a
“Los Caú” y “Los Caté”. Este chamamé suele ser muy rápido, con comienzos de
frases más frecuentemente “a tierra” que el tradicional (acéfalo) y con una
percusión que suele enfatizar un rígido 6/8. Pero más allá de estas relaciones que
podemos encontrar entre la cumbia y otros géneros que pueden contribuir a
entender las razones por las cuales la cumbia tuvo una rápida y profunda
apropiación por parte de amplios sectores populares argentinos (la cumbia
también tuvo un gran desarrollo en otros países latinoamericanos), señalemos
algunos materiales rítmicos y características musicales que la identifican. En esta
primer etapa y a muy grandes rasgos podemos afirmar que la cumbia difundida en
nuestro país por los grupos mencionados se caracteriza por poseer el formato de
canción tonal con frases breves de 4 u 8 compases en 2/4 o 4/4, generalmente
simétricas, acompañadas por contrabajo/ bajo eléctrico, guitarra y/o teclados,
acordeón y percusión –congas, huyra y set de timbaletas3-. A la voz principal solía
realizársele en el estribillo una tercera paralela o simplemente se intercalaba el
solista con el resto cantando en unísono. Los materiales rítmicos básicos que
caracterizan la trama de acompañamiento son los siguientes:
3
Las timbaletas en general suelen estar conformadas por dos tambores con distinta afinación (macho y
hembra), un cencerro, un jamlock y un platillo. El trío de Timbaletas, Congas y Huyra que se estandariza
como percusión clásica de la cumbia es una mezcla de la instrumentación de la cumbia colombiana
tradicional con la que adquiere la Salsa hacia 1970 con excepción del bongó.
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 7
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 8
= Toque de tumbadora “apagado” (apoya la mano sobre el parche)
= Toque de tumbadora “galleta” (queda la mano apoyada del golpe anterior y la otra toca el
parche).
= Toque de tumbadora “tono” (solo una mano toca el parche y no queda apoyada).
A su vez y al igual que en gran parte de la música para bailar, hay un permanente
juego de contrastes rítmicos entre la continuidad y los cortes –a veces sólo se
producen con un silencio de un compás de duración-. Estos últimos suelen
producirse en los cambios de sección formal:
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 9
Podemos agregar a la trama rítmica ciertos toques que suelen hacerse con
teclado –habitualmente en octavas-, similares a toques típicos de la Salsa y otros
géneros caribeños que desarrollan una especie de arpegio con un patrón rítmico
de un compás de duración que suele acentuar en las notas agudas.
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 10
Si bien los arreglos son muy relativos a las características y posibilidades de cada
grupo es importante destacar que si bien los materiales son sencillos en sí mismos
y poseen un alto nivel de recurrencia, suelen distribuirse de distinta manera a lo
largo del arreglo generando cambios permanentes más o menos sutiles en la
textura, el timbre, la acentuación y en definitiva el ensamble rítmico resultante.
Estos cambios suelen no ser drásticos (en muchos instrumentos o funciones
rítmicas a la vez) ni evidentes, provocando una suerte de pequeñas y
permanentes variaciones, que a su vez evitan la repetición literal conservando la
continuidad y previsibilidad que demanda la posibilidad de que sea bailada.
Pero si seguimos preguntándonos por los probables motivos por los cuales la
cumbia se asentó con tanta fuerza en nuestro país podemos también observar que
entre las décadas del 50 y del 60 se realiza aparentemente por parte de la
industria discográfica un desplazamiento de aquellas músicas denominadas
´tropicales´ que se tocaban y bailaban en nuestro país y en parte de nuestro
continente, desde el Caribe central –Cuba- hacia Colombia. En los 50 gozaron de
cierto auge grupos e intérpretes de música cubana tales como Carlos Argentino
acompañado por “Los matanceros de Santa Marta”, “Dámaso Pérez Prado y su
Orquesta” o “La Sonora Matancera”. Hacia los 60 pareciera haber cierto
desplazamiento de este repertorio en los ámbitos de difusión por grupos como el
del Cuarteto Imperial y los Wawancó, grupos que, con lenguajes diferentes, sí se
abocaban casi exclusivamente a la cumbia o que a lo largo de los años 60 fueron
dejando de lado los otros géneros caribeños antes mencionados. Tal vez la
revolución cubana -1959- haya tenido alguna influencia en esto, considerando que
las discográficas más importantes –RCA Víctor y Columbia Records- eran
estadounidenses e inglesa –EMI-, y por lo tanto es probable que empezaran a
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 11
buscar representantes ´tropicales´ y latinoamericanos menos asociados a todo lo
que tuviera que ver con la Cuba revolucionaria4. Esta cuestión es sólo una
hipótesis precaria que deberá ser indagada en profundidad en futuras
investigaciones. Pero es probable también que en función de las semejanzas
anteriormente mencionadas con las músicas de nuestra región –del noroeste y del
litoral-, la cumbia haya sido el género tropical que en alguna medida pudo
interpelar a las clases populares que encontraban algunas de sus características
familiares.
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 12
imaginarios y relatos, y que por lo tanto suelen considerarse diferentes –inclusive
antagónicas- se evidencian relaciones entre músicas de todo el continente,
ratificando en la cumbia, al igual que en otras expresiones populares, ciertos
niveles de unidad cultural latinoamericana.
Producción y Análisis Musical I-III, Música Popular, Facultad de Bellas Artes, UNLP. Página 13
Producción y Análisis Musical 3
Gran parte del desarrollo de la cumbia argentina, que si bien conserva rasgos de aquellas
primeras referencias colombianas y de distintos países de la región (tal vez la cumbia y la salsa
peruana sean una de las grandes influencias), comienza a desarrollar características y
referencias autóctonas en el interior de nuestro país antes de terminar de consagrarse en
Buenos Aires y los medios de comunicación nacionales. Del mismo modo que el movimiento
migratorio que desde la década del 30 y del 40 del siglo pasado configuraron y reconfiguran
aún hoy el conurbano bonaerense y la periferia de las grandes ciudades, la cumbia nacional
pareciera haberse expandido (y seguir expandiéndose) desde la periferia hacia el centro.
Podemos señalar al menos dos grandes tipos de desarrollo histórico que fundamentan esta
afirmación: la cumbia santafesina y las corrientes estilísticas que derivaron de los grupos
emblemáticos de esta región litoraleña desde la década de 1970; y por otro lado, la
consagración nacional en pleno auge del género a fines de los 80 de referentes del “interior
profundo” de nuestro país e inclusive de países limítrofes (Salta, Tucumán, Chaco, Córdoba,
San Luis y Bolivia) que en gran medida devinieron en íconos de la cultura popular (“Riki
Maravilla”, “Gladys la Bomba Tucumana”, Antonio Ríos, Adrián Chauque y Alcides Miguel
Berardo entre los de mayor circulación hacia fines del siglo pasado). Ambos fenómenos,
además de compartir esa procedencia periférica y humilde, comparten el hecho de haberse
ido forjando y fortaleciendo, en términos de su producción y masividad, sin ser advertidos por
los grandes medios de producción y difusión musical (discográficas, radios y TV nacionales e
internacionales), hasta el auge y consagración mediática del género que nosotros
denominamos el “boom de la cumbia” en la década del 90. Tal vez por este motivo buena
parte del discurso dominante cristalizado en los medios de comunicación -y en la academia-
observó perplejo el “aluvión cumbiero” de fines del siglo XX. A pesar de que este repertorio ya
era para esa época un gran protagonista en las pistas de baile. Pero aquella música que
subordinada a la danza ya estaba presente en todos los ámbitos sociales y en los más
encumbrados eventos, despertaba prejuicios y algunas polémicas y debates cuando era
considerada como objeto estético y/o cuando sus protagonistas aparecían en los medios. Esto,
en alguna medida, puede explicarnos que hacia el año 2007 cuando decidimos incorporar su
estudio de manera troncal en la carrera de música popular y luego en nuestra cátedra, lo
hayamos hecho en soledad y sin antecedentes académicos ni materiales para su estudio
sistemático (teóricos, didácticos, musicales, estéticos, etc.).
Cumbia Santafesina
El “boom” de los 90
La cumbia, como anticipáramos en el apunte anterior, vive hacia la década de los 90 una etapa
de auge y esplendor paradójica respecto del contexto histórico, ya que en este período el
gobierno de C. Menem se profundiza el modelo económico neoliberal que venía siendo
implementado desde la última y sangrienta dictadura militar. Este proceso de
desindustrialización, endeudamiento y privatización produjo en pocos años aumento de la
desocupación y la pobreza estructural, y una movilidad social descendente que desembocará
en la gran crisis del 2001 y la caída del gobierno del presidente Fernando De la Rúa. Podemos
pensar, al menos en términos de hipótesis, en algunos factores que posibilitaron esta suerte
de auge cumbiero: la constitución de una industria medianamente articulada hegemonizada
por dos productoras discográficas (Leader Music y Magenta) que construyen una cadena que
incluye a las grandes bailantas del conurbano, los programas de radio y TV dedicados al
género, y por supuesto la producción discográfica que en esta etapa empieza a incluir a los
compositores, arregladores, intérpretes y sesionistas profesionales contratados o empleados
de forma más o menos estable. Es significativo señalar que este proceso se dio en el marco
global del gran crecimiento que experimentó la industria discográfica con la aparición del
compact disc, que le permitió a las productoras aumentar sus ganancias a partir de la reedición
de todo el material preexistente y la imposibilidad de la piratería en los comienzos de este
cambio tecnológico, entre otras cosas. En este marco es que la cumbia experimenta un
proceso de industrialización y profesionalización más complejo, que cambia algunos
paradigmas, estéticas y modos de producción en al menos los grupos y referentes nuevos que
surgen en esa época. Suponemos también que la convertibilidad (la apreciación –
artificialmente sostenida con deuda externa- de la moneda nacional frente al dólar: 1 peso=1
dólar) fue un factor que atrajo músicos y productores de países limítrofes o cercanos, y que
por lo tanto enriqueció la diversidad y los cambios en la música (tal vez en este sentido, se
destaca la participación de músicos peruanos -uno de los principales puentes fue el polémico
productor José “Cholo” Olaya- quienes poseen una gran “tradición rítmica” asociada al folklore
peruano y a la salsa y otras músicas caribeñas, con grandes percusionistas, guitarristas y
trompetistas). Tal vez algunos de estos rasgos aportados por músicos y productores de países
vecinos le dan al género en esta etapa una sonoridad que posibilita una internacionalización
mayor y expansión hacia toda la región. También podemos sostener a modo de hipótesis, que
el género termina de consolidar un avance que venía dándose desde varias décadas atrás,
sobre todo ocupando un lugar en los ámbitos festivos de las clases populares que antes
ocupaba en mayor medida el folklore. Este desplazamiento fue mayormente protagonizado
por los referentes del “interior profundo”. Pero quizás la diferencia en esta década es que ese
crecimiento también comienza a desplazar al Rock en las pistas de baile de las clases medias
urbanas. Esta última cuestión es la que probablemente explique el cambio de paradigma en los
referentes que surgen en este período, que por supuesto son mayormente moldeados o
seleccionados por las grandes productoras fortalecidas por el nuevo circuito cumbiero, pero
que también interpelan y conmueven a un público cada vez más amplio, y sobre todo a los
jóvenes. Nos referimos a los grupos emblemáticos de la época (Ráfaga, Sombras, Comanche,
Gilda, Los Charros) integrados por jóvenes delgados y de tez clara que poseen habilidades
profesionales en el manejo del escenario y la realización de coreografías bailadas. En este
sentido, el contraste con los referentes de las etapas anteriores resulta evidente. Cantantes
con gran manejo de la técnica vocal e instrumentistas profesionales, completan un cuadro en
donde ya no pareciera haber tanto lugar para la espontaneidad y “frescura aficionada” que
transmitían los referentes ya consagrados. Y obviamente este giro también involucró a lo
estrictamente musical, dado que estos grupos, cada vez más numerosos y profesionales,
además de la profundización del giro “salsero” (con la utilización de la trompeta -tanto en
función melódica/contramelódica y armónica con notas sostenidas-, los pianos o teclados
haciendo tumbados y la complejización del set de percusión con bongó y campanas y los
primeros usos del octapad), comenzaron a utilizar la tecnología digital para sus grabaciones y
sobre todo en el diseño del sonido en vivo. Tal vez el desplazamiento del acordeón por los
teclados y sintetizadores responda a este fenómeno. Y esto también dio lugar a diseños del
toque del bajo más sofisticados –con más presencia de tumbados- y sutiles respecto a la
interpretación del mismo, sobre todo en lo que respecta a la articulación. Por otro lado
también podemos observar como la textura se complejiza en el fondo de la base,
probablemente a partir de un mayor trabajo de postproducción, sobre todo con teclados
haciendo pedales o articulando en algunos contratiempos, y en algunos casos la aparición de
contramelodías de notas largas y ligadas -de tipo “violinísticas”-, incorporando algún
estereotipo de la canción “latina” denominada “balada romántica”. Las decisiones
compositivas e interpretativas en torno a las melodías cantadas en muchos de los grupos
emblemáticos del período, también parecieran diferenciarse con la cumbia anterior, que tal
vez pueda relacionarse con lo que anteriormente denominados “giro salsero”: suelen ser
cantadas en el registro agudo con gran caudal vocal, con énfasis en notas sostenidas o
melismas hacia los finales de frases, que lucen las aptitudes vocales de los cantantes. Por otro
lado, también aparece algo que puede señalarse como un guiño hacia el rock a partir del uso
en algunos grupos de la guitarra eléctrica que incorpora al ya conocido y utilizado estilo
norteño o peruano, usos de la guitarra distorsionada o con phaser tocando notas largas con
efecto “dramático” (uno de los pioneros en estos usos de la guitarra eléctrica fue el guitarrista
peruano del grupo Karicia, Pepe Berrocal y Reynaldo Valverde del grupo Malagata). La
presencia de la batería también podría relacionarse con esto, aunque su uso fue característico
sólo en algunos grupos puntuales (Malagata y Adrián y los dados negros, entre los más
conocidos, ambos del norte). En síntesis, estas transformaciones pueden observarse con
distintos matices y énfasis en los grupos emblemáticos mencionados y analizados en clase.
Podemos también mencionar que en la medida en que el género comenzaba a ampliar su
público (tanto en lo que respecta a las clases e imaginarios sociales como a las diferentes
generaciones) y a fortalecer un circuito de comercialización, su presencia en los medios de
comunicación empezó a ser cada vez más frecuente, presencia que incluía a los referentes de
la década anterior (mencionados en nuestro apunte como del “interior profundo”). De este
modo, la cumbia vuelve a transformar y ampliar sus cualidades estrictamente musicales, sin
abandonar nunca la funcionalidad en torno al baile, profesionalizándose y adaptando su
performance a las demandas de los recitales masivos, los grandes escenarios y el formato
televisivo. En relación al contenido explícito de las letras, esta nueva cumbia profundiza algo
que ya había anticipado la cumbia santafesina, en relación a la prevalencia de la cuestión
amorosa como temática central, quedando quizás las temáticas más picarescas y festivas para
los referentes anteriores. También podríamos agregar que con el fenómeno de Gilda, esta
cuestión amorosa también adquiere una perspectiva de género que comenzaba a crecer en la
cumbia (letras de canciones como “La puerta”, “Fuiste”, “Corazón valiente” entre otras, son
elocuentes de este empoderamiento poético femenino). También su propia biografía da
cuenta de esto.
Anticipándose un poco al gran estallido social y político de fines del 2001, entre el año 1999 y
2000 surgen algunos grupos emblemáticos de una nueva corriente que pronto es bautizada
como Cumbia Villera. Podemos mencionar a Flor de piedra, Yerba Brava, Guachín, Pala Ancha,
Damas Gratis, Mala Fama, Pibes Chorros entre los primeros exponentes masivos y
emblemáticos de esta corriente. Podemos también mencionar al grupo Amar Azul como un
claro ejemplo de transición entre los estilos anteriores y esta nueva corriente, tanto por su
perfil musical que anticipa algunos de estos cambios, como por el hecho de que de sus
integrantes surgen grupos y referentes destacados. Resulta evidente y sencillo vincular esta
nueva estética cumbiera con la coyuntura social y el clima político de fin de siglo, consecuencia
de las políticas mencionadas anteriormente. Pero dado que esta música no deja de ser una
construcción ficcional y artística, intermediada también por la industria cultural y los medios
de comunicación el fenómeno es más complejo que esa primera e innegable asociación. Si
bien la marginalización de los sectores más humildes, expulsados en esta década del
entramado productivo y la contención social que tradicionalmente brindaba el trabajo estable
y los derechos básicos que el Estado deja de garantizar, promovió un perfil sociocultural
lumpen, este fenómeno es más una consecuencia de dicha política que un anhelo o una
identidad que las víctimas exhiban con orgullo. Sin embargo también podríamos asociar esta
posición de reivindicación de algunos hábitos o paisajes marginales al creciente protagonismo
político que fueron adquiriendo en esa etapa los movimientos sociales de desocupados a partir
de las marchas y piquetes que en gran medida generaron las condiciones de la pueblada de
diciembre del 2001. Entonces esta suerte de visibilización, caricaturizada en estas letras de
cumbia, de algunas situaciones cotidianas de los sectores más precarizados cobra sentido.
Pero si leemos a la cumbia villera en esta clave de canción de protesta, reivindicación plebeya
o crítica política espontánea e involuntaria, no podemos dejar de pensar que la asociación
directa de los pobres o la pobreza con el delito, la vagancia y la droga es muy discutible y
estigmatizante, y se acerca a quienes negando las consecuencias sociales de las políticas
neoliberales, descargaban las culpas de ese escenario social sobre los mismos excluidos.
También debemos destacar la denuncia que muchas de las letras de temas emblemáticos
realizan sobre la violencia policial e institucional que sufren los jóvenes pobres
cotidianamente, que en este caso no posee dobles interpretaciones (esta cuestión sin dudas
representó una de las problemáticas más sensibles para gran parte de quienes se identificaron
con esta cumbia). Sin dudas esta cuestión, abordada desde las ciencias sociales y la
musicología (P. Alabarces, P. Semán, P. Vila, M. Silva, A. Cragnolini, entre otros) merece una
mayor profundización que la hasta aquí expuesta, sobre todo desde una perspectiva estético-
musical. No obstante podemos mencionar que no fue un fenómeno reducido a la música. En la
misma época surgieron propuestas semejantes en el cine y la TV con la corriente denominada
como “ficción social” (películas como “Pizza, birra y faso”, “Mundo Grúa”, “El Bonaerense”; y
series como “Okupas”, “Tumberos”, “Sol Negro”). Al igual que con los músicos de la cumbia
villera, en estas ficciones se procuraba poner en escena locaciones y actores (que en muchos
casos actuaban de sí mismos) pertenecientes a los sectores marginales. Y de la mano de estas
propuestas cinematográficas o televisivas, la cumbia ingresa al universo de la música incidental
(Pablo Lescano fue uno de los pioneros realizando la banda de sonido de “El bonaerense”, pero
también compositores polifacéticos y ajenos a la cumbia -como Leo Sujatovich en “Pizza, birra
y faso”- comenzaron a componerla para estos audiovisuales). También podemos señalar el
desarrollo en la misma época de un tipo de rock/punk denominado “barrial”, “chabón”,
“cabeza”, que salvando las distancias simbólicas de ambos géneros, poseen rasgos en común
(grupos como 2´, Ataque 77, La Renga, Los Piojos, Viejas Locas, etc.): pertenencia y lealtad
barrial, resistencia y denuncia frente a la violencia policial, reivindicación positiva de la
humildad, exaltación de códigos y valores futboleros, apología de la droga y el alcohol, y
denuncia y crítica social. No parece casual que ambas corrientes musicales a su vez se vinculen
con la murga barrial practicada en el conurbano, heredera de la vieja murga porteña, que en
muchos casos aparece entremezclada en introducciones o estribillos. Pero si nos adentramos
en las cuestiones más vinculadas a lo musical y puntualmente a sus canales de difusión y
comercialización, podemos sospechar que en esta etapa de la cumbia confluyeron dos
fenómenos: al empobrecimiento y crisis general que se vivía, y consecuentemente la
disminución de ingresos para las productoras y discográficas en todo el circuito profesional
(sumado al fin del auge del CD y comienzo de la piratería), probablemente se potenció con la
oportunidad que estas mismas empresas y managers observaron a partir de la empatía que
esta cumbia despertaba y el eco mediático que sus letras transgresoras generaban. Por lo
tanto, tuvieron la oportunidad de producir (y explotar, tal vez?) a músicos aficionados o semi
profesionales que además eran desconocidos hasta ese entonces, dejándolos en una condición
de debilidad en cualquier negociación, y que a su vez e involuntariamente desplazaban del
centro de la escena a las bandas consagradas y seguramente mucho más costosas. Empresas
fortalecidas por una década de expansión de la cumbia e internacionalización de su
comercialización, en un contexto de gran precarización laboral y aumento del desempleo, que
observan que un estilo que no demanda grandes costos de producción y puede ser
protagonizado por jóvenes pobres y desconocidos, tiene éxito entre los jóvenes y escandaliza y
llama la atención mediática. A esto podríamos agregar que las ambigüedades anteriormente
señaladas encajan en imaginarios contrapuestos: los jóvenes pobres y sin oportunidades se
identificany divierten, los sectores medios ilustrados y de perfil progresista lo observan en
clave antropológica/sociológica como un emergente lógico de la situación social, y el discurso
dominante y estigmatizador de la pobreza lo exhibe como evidencia de la decadencia de los
sectores marginados y de su natural tendencia a la pereza, la droga y la delincuencia (el
documento “Pautas de evaluación para los contenidos de la Cumbia Villera” que elabora el
COMFER en el año 2001 es elocuente de esto). Estas hipótesis provisorias sin dudas merecen
un análisis más exhaustivo y profundo que el desarrollado en el presente apunte. Pero
respecto de algunas cualidades musicales que esta cumbia contiene, si podemos señalar
algunos cambios respecto de las tendencias anteriores: 1-el tempo se vuelve un poco más
lento y en algunos grupos se “atresilla” el contratiempo; 2-se vacía la textura de la base; 3-no
se suelen utilizar vientos y el instrumento melódico/contramelódico protagónico son los
teclados/sintetizadores/guitar-keyboard con preeminencia de un timbre que puede
asemejarse a un acordeón (pero claramente sintetizado), 4-cambios en las melodías cantadas
(rangos cortos por grado conjunto, con poco movimiento armónico) y sobre todo en el modo
de cantarlas (un estilo similar al uso de la voz en las hinchadas de fútbol, sin colocación
tímbrica ni afinación precisa, a mitad de camino con el relato hablado, y en síntesis cantada
por quienes no fueran cantantes –en sentido tradicional-), 5- un uso de la percusión diferente,
con una base más regular a lo largo del tema (con menos cortes) con secciones más vacías
frecuentemente hechas sólo con huyra y conga, usos más protagónicos del octapad y
desplazamiento de los timbales hacia el fondo de la ecualización y con menos diversidad de
arreglos; 6- el bajo se simplifica en algunos grupos, tanto en su diseño melódico como en el
modo de ser interpretado.
En los pirmeros 4 o 5 años de este siglo, y con el antecedente en la década anterior del ritmo
denominado “dembow” popularizado por el músico jamaiquino Shabba Ranks, y la
experimentación de algunos productores de música electrónica de Puerto Rico (comúnmente
se los denominaba Dj´s, siendo Pedro Torruelas Brito –alias DJ Playero- uno de los más
destacados), emerge en gran parte de Latinoamérica con gran popularidad e impulso por parte
de grandes productoras norteamericanas el Reguetón, luego de ser la música más vendida y
compartida en el circuito latino de los EEUU. Con exponentes como Daddy Yankee (Ramón Luis
Ayala Rodríguez), a quien se le suele adjudicar haber sido uno de los primeros en usar esta
denominación, este tipo de rap latino con esa base rítmica en 2/4 que acentúa a tierra y en
3+3+2, empieza a componerse en formato canción. Este fenómeno, que combina el
resurgimiento y reapropiación del rap, y en término generales de la cultura Hip-hop en gran
parte de Latinoamérica con la riqueza rítmica de centroamérica y algunas corrientes de música
electrónica anglosajona, alcanza altos niveles de popularidad y aceptación en todo el
continente y parte de Europa, al menos como música festiva y bailable, e incide en la
construcción de algunos estereotipos asociados a lo “latino” generalmente fomentados desde
EEUU. Este sincretismo, de por sí complejo y heterogéneo, concebido a sí mismo como
expresión marginal y suburbana al igual que el rap, sin dudas tiene incidencia en las
transformaciones que para esos mismos años ocurren en la Cumbia. Nuevos grupos como La
Champions Liga, Los Nota Lokos, Nene Malo y otras agrupaciones cuyas caras visibles son
quienes bailan y cantan o recitan sobre pistas como los Wachiturros y Las Culisueltas,
empiezan a producir una cumbia con una clara impronta electrónica en sus sonidos
(incluyendo los efectos sobre la voz cantada). En algunos casos no sólo la elección de timbres
sintetizados y efectos son los que se toman de la estética “electrónica”, sino también el uso de
loops y la manipulación formal de los mismos, además de recursos típicos del remix. La
repetición de secciones cortas, el uso de la repetición de frases, la variaciones en la textura
(muchas veces imperceptibles y sutiles, y otras con cambios bruscos de “lo lleno a la vacío”). La
presencia y ausencia del sonido percusivo-electrónico articulado sobre el pulso, típico de la
electrónica, en algunos temas de este estilo tiene un gran efecto formal y expresivo. En la
estética visual y performática, y en el marco de la diversidad hay una combinación de
imágenes y atuendos que van desde la estética del Hip-hop con ropas deportivas holgadas y
zapatillas de básquet con escenas típicas en fábricas abandonadas o paisajes suburbanos, o en
ámbitos que ostentan riqueza obscena y abundancia. Esta síntesis expuesta no da cuenta de la
diversidad de recursos que algunos de estos grupos manejan, y sin dudas esto merecería
futuros análisis más extensos y profundos con esta corriente, que a su vez ha ido cambiando y
creciendo mucho en los últimos años.
Hace sólo unos años surgió un fenómeno musical hecho por aficionados en fiestas privadas,
que consistía en hacer de manera cuasi improvisada versiones de temas clásicos del rock
nacional acompañados con ritmo de cumbia. Protagonizado por adolescentes y jóvenes que
jugaban al rugby, fueron creciendo hasta convertirse en propuestas producidas por grandes
empresas discográficas, con el agregado de temas originales. Grupos rioplatenses surgidos en
nuestra ciudad como Agapornis y Los Totora y otros en Uruguay como Marama, Rombai y
´Toco para vos´ son algunos de los exponentes más conocidos que podrían señalarse como
referentes de este estilo. Si bien sus propuestas son muy distintas (sobre todo distinguiendo
los que hacen versiones de temas que provienen de otros géneros, de los que componen
canciones originales), podríamos decir que hacen una cumbia marcadamente rápida con una
búsqueda tímbrica alejada tanto de la tradición previa a la electrónica, como a la sonoridad
vinculada al reguetón, sobre todo en los modos de ser cantada, pronunciada su prosodia y
mezclada. Con letras de temática romántica y son sólo referencias al contexto festivo,
alejándose de cualquier representación de crítica social o política. La búsqueda desde el punto
de vista de la imagen también remite a contextos festivos de jóvenes de clases medias urbanas
de tez clara y aspecto jovial y distendido. En el caso de Los Totora es importante señalar que
en cuanto a lo estrictamente musical, produce arreglos más complejos, sobre todo por el tipo
de contramelodías (con vientos y acordeón) y los cortes rítmicos (con los timbales de
protagonistas). En este sentido puede vinculárselo más con viejas tradiciones de la cumbia y
con una impronta tímbrica también más cercana al “giro salsero” de los 90. Pero todos estos
grupos, con las singularidades señaladas, vuelven a la sonoridad mayormente acústica y no
utilizan efectos que filtran o distorsionan la voz cantada.
Cierre
Este escueto y apretado recorrido no pretende construir un esquema histórico que establezca
cortes tajantes entre los estilos mencionados, sino analizar sonoridades y estéticas que la
cumbia ha desarrollado en distintos momentos. La realidad cultural y la escena musical nunca
se desarrolla con la prolijidad de estos esquemas descriptivos y existen todo tipo de matices,
contradicciones, mezclas y vueltas al pasado que a su vez no pueden entenderse desde una
lógica racional o causal directa. Como siempre decimos, los modos en que los géneros
populares se desarrollan y transforman a lo largo del tiempo, no anulan ni detienen a los
estilos preexistentes, sino que conviven y se entremezclan mucho más caóticamente que lo
que estos análisis nos permiten expresar. De hecho podríamos agregar que en la medida en
que el género se ha legitimado (en los medios de comunicación, y también en las instituciones
académicas –aunque mucho más en las ciencias sociales que en los ámbitos de formación
artística/musical-), comenzó a revalorizarse su propia historia promoviendo el rearmado de
grupos disueltos, la reedición de clásicos, la realización de documentales, ficciones biográficas
y todo tipo de homenajes públicos. También -y probablemente a raíz de esto-, surgieron en la
actualidad algunos proyectos que procuran reinterpretar y reproducir sonoridades retros.
Grupos actuales como ´La Delio Valdez´o ´Chanas: canto y Tambó ´ realizan una búsqueda
explícitamente histórica remontándose a las épocas de las orquestas tropicales de mediados
del siglo XX y de la cumbia folklórica colombiana respectivamente. En síntesis, este apunte
pretende hacer una contribución que va en el sentido de visibilizar la riqueza, diversidad y
complejidad que posee un género que se ha ido ampliando y transformando con una velocidad
vertiginosa, tanto en lo que respecta a su lenguaje musical como al amplio abanico de
representaciones sociales que sintetiza y resignifica.
Análisis y Producción Musical III.
Música Popular. FBA. UNLP Cumbia.
Ejercitación rítmica I.
3) Clave de cumbia
4) Rítmica del Bajo - Opción 1 5) Rítmica del Bajo (en 3-3-2) -Opción 2
B) Ejecutar las siguientes rítmicas con las palmas, marcando el pulso con los pies.
Objetivo: Concientización corporal de las diferentes semicorcheas.
3) 4)
Se espera que l@s estudiantes combinen las diferntes figuras rítmicas en los distintos tiempos (manteniendo
la clave como ostinato), desarrollando así motivos de más de un pulso de duración.
1) 2)
MD
o MI
MI
o MD
3) 4)
5) 6)
7) Ejemplo de motivo de 2 compases: 8) Ejemplo de motivo de 2 compases:
Rítmica del Bajo (en 3-3-2) - Opción 2 Rítmica de Bajo - Opción 1
E) Ejercitar acentos y articulaciones de las siguientes rítmicas utilizando las onomatopeyas "ta" (sonido
corto y no acentuado) y "ton" (sonido largo y acentuado). Marcar simultaneamente el pulso con los pies.
Objetivo: Internalizar algunos de los recursos interpretativos inherentes al género musical.
1) Clave de cumbia
La propuesta es intentar combinar distintas rítmicas que intervienen en la cumbia argentina de forma
progresiva. Podemos empezar con ambas manos -figura 1-, luego un pie -figura 2- y, por último, ambos pies
y ambas manos. A su vez, para cada extremidad hay diversas opciones de toques. Se recomienda practicar
este ejercicio primero solo la percusión y luego incorporar la voz con alguna melodía que conozcan.
Opción 1 ---- Manos Opción 2 - sumar un pie Opción 3 – Ambos pies, ambas manos
A A A
B
C
x3 1.
1
2
3
2. 3.
1
1.
2
1.
3
4. 5.
1
2
3
6. 7.
1
2
3
8. 9.
2
1
2
3
10. 11.
1
2
3
12. 13.
1
2
3
14. 15.
1
2
3
16. 17.
1
2
3
Producción y análisis musical 3 (2021)
Guía de escucha n° 1 – Ritmicas introductorias en la cumbia
argentina
En la cumbia argentina intervienen rítmicas que organizan, a grandes rasgos, no solo los
materiales percusivos sino también los melódicos, armonicos, etc… A partir de la escucha
de Paisaje, interpretada por la cantante de cumbia argentina Gilda, desglosaremos dichos
materiales y cómo intervienen texturalmente.
Jamblock
Intro A
Intro B
Guira
Intro B y Estribillo
Guitarra
Intro A
Articula con el ritmo armónico
Intro B
Intro B -Variación-
Bajo
Cierre Intro
Cierre estrofa
Comienzo estribillo
Producción y análisis musical 3 (2021)
Guía de escucha n° 2 – Recursos rítmicos
Referencias:
Timbal:
Rectángulo (campana)
Cruz (platillo)
Cabeza redonda (Parche)
00:00
00:21 : Apoyo
00:50: Tutti
01:07: Tutti
01:19: Apoyo
03:07: tutti
00:13: tutti
01:05: Marcación
02:37: Tutti
02:46: Tutti
Gilda, Paisaje, Corazón Valiente, (1995).
Link de la versión escogida: https://www.youtube.com/watch?v=e-uNMZ1wfR4
00:08: Marcación
00:18: marcación
00:23: marcación
00:28: marcación
00:48: marcación
Guía de escucha 2
Material complementario
- La orquestación, es decir, designar qué timbres usará el ejecutante para, dentro de sus
posibilidades sonoras, acompañar el arreglo en cuestión. A su vez, una herramienta dentro
de la orquestación es el enmascaramiento sonoro.
- Anticipación es una frase/fill que anticipa el arreglo a ejecutar, en este caso tuttis, cortes
y marcas.
ã 31 Œ − œ œ œ œ œ œ œ œ œ − ≈ œ œ œ œ − œ œ œ œ œ ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ
ã œ œ− ≈ œ œ œ œ− œ œ œ œ œ Œ ‰ œ œ œœ œœ œœ œ ‰ œ œ œœ
7
Ι Ι
œ œ Œ ≈œ œœ
13
㜠œ œ œœœœœ œ œœœœœ œ
©
Producción y análisis musical 3 (2021)
Así identificamos distintos comportamientos del ritmo armónico que podemos dividir en dos
grandes categorías: Por un lado, aquellos planteos de ritmo armónico donde la duración de los
acordes es simétrica y, por otro, aquellos donde se establecen relaciones asimétricas entre la
duración de los acordes.
Observamos este tipo de planteo de ritmo armónico en algunas cumbias de los inicios del
desarrollo del género. Sospechamos que la presencia de este planteo armónico posee un
vínculo con posibles intercambios presentes en el género con otras músicas populares como
puede ser el bolero latinoamericano. A su vez, en el fragmento escogido puede observarse
enlaces por medio del círculo de quintas que también resulta poco habitual en el género.
Ritmo armonico variable cada dos pulsos - 1 acorde por compás -
Este tipo de planteo armónico es, sospechamos, el más habitual en el género. Los cambios
armónicos se producen cada dos pulsos coincidiendo con la duración de algunas células rítmicas
habituales.
El planteo de ritmo armónico cada 4 pulsos – es decir, lo que podría percibirse como un compás
de 4/4- podemos asociarlo a los intercambios producidos entre el género y la canción popular.
Encontramos muchos de estos ejemplos en la cumbia argentina a partir de la década del 90 en
adelante.
Ritmo armónico estable durante toda una sección formal
Esta primera forma de ritmo armónico asimétrico la analizamos a partir de la duración de los
acordes en relación al pulso. Es decir, acordes que pueden percibirse como una unidad discursiva
y que la duración entre los mismos no es equitativa. Podemos ver aquí dos ejemplos, el primero
presenta duraciones asimétricas de los acordes y a su vez, en su totalidad, suman 9 compases
siendo esta una duración bastante inusual en la música popular latinoamericana. El segundo
ejemplo es originalmente una saya boliviana y eso, en parte, explica la duración asimétrica tanto
Producción y análisis musical 3 (2021)
Fig. 1
Fig. 2
Fig. 3
Fig. 4
Esta segunda sistematización está asociada a lo que se denomina cumbia santafesina línea
guitarra. Nos referimos puntualmente a grupos tales como Los del Bohío, Los Lamas, los
Leales, Los del maranaho y grupos de la provincia de Buenos Aires como La nueva Luna o
Grupo Sombras. Esta línea de cumbia argentina también puede emparentarse con músicas
1
No obstante cabe mencionar que lo que puede apreciarse audioperceptualmente puede definirse como
una figuración que oscila entre esas dos rítmicas pero en muchos casos el segundo ataque se encuentra
entre la 3er y 4ta semicorchea sin poder graficarlo mediante la grafia musical tradicional.
de Centroamérica pero a diferencia del acordeón advertimos referencias a la cumbia
peruana –Principalmente a su vertiente amazónica o cumbia chicha- y a músicas folclóricas
argentinas donde la guitarra ocupa un rol protagónico y de gran desarrollo técnico como
por ejemplo la cueca cuyana (Romé, 2011).
Fig 5
Fig 6.
Por último cabe mencionar que este planteo contramelodico se presenta tanto en lo
sucesivo como en lo simultaneo pero en la simultaneidad no plantea un rol de
acompañamiento sino que la contramelodía en si misma presenta una independencia con
respecto a la melodía principal.
Fig. 7
Fig. 8
Fig. 9
Fig. 10
Otra situación que suele suceder es la duplicación de la melodía principal como podemos
observar en el compás 31 del ej. 4 del anexo (Fig. 11).
Fig. 11
Por ultimo podemos mencionar los apoyos que suelen realizarse sobre cambios de acorde
que generalmente son apoyados también por la percusión – compás 33 del ej.4 del anexo-
. (Fig. 12)
Fig. 12
Como vemos en este ejemplo hay un mayor uso de notas de la tríada (tétrada en el caso del
V grado) pero también aparece el uso de grado conjunto. También puede apreciarse
como algunas notas son arrastradas utilizando la rueda de Pitch que, en el caso de los
teclados, se utiliza subiendo o bajando la afinación de la nota que se ejecuta.
1
% 3 −− ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
1 −− œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ
%3 œ œ œ
E7 Am Em
∑ ∑ ∑ −− Œ ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ − Œ
6
œœ œ œœœœ œœœœœœœœ œ œ œ − œ
% œ− œ Œ œœ Œ Œ ≈ œœ
œ
F C F
∑ Œ ≈œ œ œ œ œ œ œ œ œ − Œ ∑ Œ ≈œ œ
12
% œ
œ ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œœ Œ
% œ œ œ œ œ œ œ œ œœ Œ œ œœ Œ Œ
Em Am F E7
Œ ≈œ œ œ œœ œœœ
Am
% œ œœ Œ ≈ œœ œœ œœ œ
œœ Œ Œ œœœœ œ
œœŒ
œ
œœ Œ
œ
Em F C F
% œ œ− Œ ∑ Œ ≈œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ− Œ ∑ Œ ≈œ œ
25
œ œ œ œ œœ œœ
% Œ ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œœ Œ œ
œœ Œ ≈ œœ œœ œœ œ œ œ œ œ œ œ œœ Œ
Producción y analisis 3
2 El mas popular
œ
Em Am F E7 Am
≈œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ
% œ œœ œœœ Œ ∑ Œ œ
32
% œ œœ Œ ≈ œœ œœ œœ œ
œœ Œ œ Œ œœœœ œ Œ œœ− œœ− œœ− Œ
œ ≈œ œ œ œœ œœ œ œ ≈œ œ œ œœ œœ œ œ ≈œ œ œ œœ œœ œ œ Œ
Dm G C F
39
œ œ œ œ
œœŒ œœ Œ œ œ œœŒ œœ Œ
% œœŒ œœ Œ œ œœ Œ
œœœœ œ œ œ
Dm E7 Am
% ≈œ œ Œ œ œœ œœœœ œ œ œ Œ œœ œ œ
46
% œ œœ Œ œœ ≈ œ œ œ œœ Œ œ ∀ œœ ≈ œ œ œ œ ∀ œœ Œ œ œœ Œ œ œœ Œ
œ œ
œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œœ œœ œ œ œ œ œ œœ œœ œ œ
Dm G C F
≈ œ œ œ ≈ ≈ Œ
53
œ œœ Œ œ œœ Œ œ œ œ
œœŒ
œ
œœ Œ œ
% œœŒ œœ Œ œœŒ
œœœœ œ
Dm E7 Am
≈ œ œ Œ œ œœ œœœœ œ Œ ‰ œ œœœ œ Œ
60
% œ
œ œ
%œ œ Œ Œ œœ ≈ œ œ œ ∀ œœ Œ ∑
œ œ œ œœ œ ∀ œ
Se que llorarás
Aclamado Amistad
Producción y analisis 3
Gm Cm
α
% α 13 ∑ −− ∑ ∑ ∑
α œœ œœ œœ œœ œ œ œœ œœ œœ œœ œœ
% α 13 Œ œœ œœ œœ œœ −− œœ œœ œœ œœ œœ œœ œœ œœ œ œ
F Gm D7
α
%α ∑ ∑ ∑ ∑
5
α
% α œœ ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ−
œ œ œ œ ∀œ
œ− œ œ œ
Gm
α −− Œ œ œ œ− œ œ œ
%α ∑ œ œ Œ
9 1. 2.
α œœ œœ œœ œœ −− œ œ
%α œ ∀œ Œ ∑ Œ
œ
Cm
α œ œ œ− œ œ œ œ œ
%α ∑ Œ Œ
13
α œ œ œ œ œ
% α œ œ−
œœ œœ
œ−
œœ œœ Œ œ œ
α œ œ œ− œ œ œ œ œ
%α ∑ Œ Œ
17
α œ œ œ œ œ œœ œœ œœ œœ
% α œ œ− œ− Œ ≈
œ œ œ
Producción y analisis 3
2 Se que llorarás
Gm
α œ œ œ− œ œ œ œ œ œ œ Œ
%α ∑ Œ
21
α œ œ
%α œ œ œ œ œ œ œ œœŒ œ œ
œ− œ œ œ− − œœ œ
œ
Gm D7 Gm
α œ œ œ− œ œ œ
%α ∑ Œ œ œ Œ
25
α œ œ
% α œ− œ œ ∀œ œ Œ ∑ Œ
œ− œ œ œ œ
Cm
α œ œ œ− œ œ œ œ œ
%α ∑ Œ Œ
29
αα œ œ œ œ œ
œ œœ œœ œœ œœ ‰−
œœœ
Θ œ
% œ− œ−
α α ∑ Œ œ œ œ− œ œ œ œ œ Œ
33
αα ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ − œœ œœ Œ ≈
% œœ œœ œ
œ− œ œ
Gm
α α ∑ Œ œ œ œ− œ œ œ œ œ œ œ Œ
37
α
%α œ œ œ œ œ œ œ œœŒ œ œ
œ− œ œ œ− − œœ œ œ œ
œ
Se que llorarás 3
Eα F Gm
α œ œ œ œ
%α Œ œ œ œ Œ
41
œ œ
α œ œ œ œ œ ˙ ˙˙ œ œ
% α œ− ˙˙ ˙ œ− − œ œ œ
Eα F Gm
α œ œ œ œ
%α Œ œ œ œ Œ
45
œ œ
α œ œ ˙ ˙˙˙ ‰− − θœ œ œ œ
% α œ− − œ œ œ ˙˙ œ
Eα F Gm
α œ œ œ œ
%α Œ œ œ œ Œ
49
œ œ
α œ œ ˙ ˙˙ ‰− − θœ œ œ œ
% α œ− − œ œ œ ˙˙ ˙ œ
Eα F Gm
α α Œ œ œ œ œ œ œ œ Œ
53
% œ œ
α œ œ œ ˙˙ ˙˙
% α œ− − œ œ ˙˙˙ ˙ ˙
Tal vez será (2002)
La Nueva Luna
Intro
b
Voz V b 42 ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
b 2
Guitar &b 4 ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
F7 Gm F7
b b 2 ‰. œ œ œ œ œ œ œ œ ‰. œ œ œ œ œ œ œ œ œ ‰. œ œ œ œ œ œ œ œ
Teclado & 4 R œ R R œ
b
7
Vb ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
F7 Gm
b œ
‰. r œ œ œ œ œ. œ œ œ œ œ œ. œ œ œ œ œ œ œ œ ‰. r œ œ œ œ
7
& b ∑ ∑
Gtr.
œ œ
Gm œœ œ
b ‰. œ œ œ œ œ œ œ œ œ
7
& b R ∑ ∑ ∑ ∑
b Œ ‰ . œr
14
V b ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
F7 Gm F 7G m
b œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ ‰. r œ œ Œ
14
b
& œ. œ.
Gtr. œ. œ œœ œœ ˙ ˙
b
14
&b ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
2
Eb
Parte A Gm Cm D7
b œ œœœœœ œ œœ
Vb œœœœ œœœ œ œ œ œ œ œ œ œ œ #œ.
21
œ. œ
œ œ œ œ bœ œ
21
b œ. œœ œ #œ œ œ œ œ œ #œ bœ œ œ
Gtr. & b œ ≈ œ #œ œ
b
21
&b ∑ ∑ ∑ ∑
Gm Cm Eb D7
b œ œœœœœ œ œœ
V b œœœœ œœœ œœœœ œœœœ
25
œ #œ. œ œœ
œ œ œ. œ #œ œ œ.
b œœ œ œ
#œ œ œ #œ # œ œ œ.
œ.
25
Gtr. & b œ ≈ œ #œ œ
b
25
& b ∑ ∑ ∑ ∑
A
Cm Gm F7 Gm
b œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ. œœ œ œœœœ œ
29
V b œ œ œ œ œ. ‰
œœ
œ nœ œ œ. œœ
b œ œ œ œ. œ œ #œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ #œ œ œ ≈ œ œ œ
29
Gtr. & b
b
29
&b ∑ ∑ ∑ ∑
Cm Gm F7 Gm Gm 3
b œ œ œ œ œ œ œ œ œ. œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ. Œ œ œœ œ
33
V b œ œ Œ
œœ
œ œ
b œ nœ œ œ #œ œ œ #œ œ œ œ œ œ œ nœ œ
33
Gtr. & b œ. œ œ. œ œ Œ ∑
b
33
&b ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
Parte B F7 Gm F7
b œ œ œ œ œ œ œœ œ œ
Vb œ
39
œ œ œ œ
œ œ
b
39
Gtr. & b œ œ œ œ nœ œ œ œ œ ≈ nœ œ #œ œ œ #œ œ ≈ œ #œ œ œ œ œ œ œ œ nœ œ
b
39
& b ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
Gm F7 Gm
b œ œ œ œ œ œœ œ œ œ œ œ œ œ
44
Vb œ œ œ œ œ œœ
b œœœ
≈ œ œ œ œ œ œ œ œœ œœ œœ
44
Gtr. & b œ œ œ œ nœ œ œ œ œ œ nœ œ œ œ œ ≈ nœ œ #œ œ œ #œ œ
b
44
&b ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
4
F7 Gm F7 Gm
b œ œœ œ œ œ œ œ œ. œ œ œ
50
Vb œ œ œ ˙
b
50
Gtr. & b ≈ œ #œ œ œ œ œ œ œ œ nœ œ œ œ œ œ nœ œ œ. œ œ œ ˙
b
50
&b ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
Forma:
- Intro teclado y guitarra
-A
-B
- Intro teclado y guitarra
-A
-B
- Intro guitarra
-B
Una cerveza
Rafaga
Bα
Producción y analisis 3
αα 1 Œ œ œ œ œ ‰ − œ œ œ œ œ œ œ ∀ œ œ ‰ ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ œ ‰ ≈ œ
D7 Gm
% 3 Θ Θ Θ
α
% α 13 Œ œ œ œ œ ‰ ≈ œΘ œ œ œ œ œ œ œ œ ‰ ≈ œΘ œ œ œ œ œ œ œ œ ‰ ≈ œΘ
Eα Bα
œœœœœ œœ œ
‰ ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ µœ œ ˙
Gm F F7
α
%α
7
Θ
6
αα œ œ œ œ
% œ œ œ œ ‰ ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ ∀œ œ ˙
6
Θ œ
Bα
œ
D7 Gm
α ≈œ œœ œœ œ
%α ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
13
α
%α ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ≈
œ œ
œ œœœ œ
Eα Bα
œ œ œ œ− œ œœ œœ œœ
Gm F
αα œ Œ ∑ ‰ Ι ∑
19
α α œ ∑ ‰ œΙ œ − œ œœ œœ œœ ∑
% œ œ
œ œ
Bα
œ œ œ
F7 D7
α ‰ Ι
%α ∑ Œ ∑ ∑ ∑
25
œ œ œ
% αα ∑ ‰ Ι œ œ Œ ∑ ∑ ∑
Producción y analisis 3
2 Una cerveza
Eα Bα
œ œ œ œ− œ œ œ œ
Gm Gm F
α œ œ Œ ‰ œΙ œ œ œ
%α ‰ Ι ∑
31
α œ œ œ œ− œ œ
% α ‰ œΙ œ œ œ Œ ∑ ∑
œœœœ
‰ œΙ œ œ œ œ œ œ
F7
α œœ œœœœ
%α ∑ ∑ ∑
37
α ‰ œ œ œ œœœœœœœœ
%α ∑ ∑ ∑ ∑
Ι
Bα
œ œ œ œ œœœœœœ œœœœœœ
D7 Gm
αα œ ∑ ≈ ∑ ≈
43
α œ œ œ ≈œœœœœœ ≈œœœœœœ
%α œ œ ∑ ∑
Eα
œ Bα
œ œœœ
œ œ œ œ œ œ œ œ
Gm F D7
αα œ Œ ∑ ‰ Ι ∑ ≈
49
α œ
%α œ œ œ Œ ∑ ‰ œΙ œ œ œ ∑ ≈ œ œ œ œ œ œ
œ œ œ œ œ œ
Eα œ Bα
œ
œ œ
Gm Gm F
αα ∑ ≈ œ Œ ∑ ‰ Ι Œ
55
œ
% αα ∑ ≈ œ œ œ œ œ œ œ œ œ Œ ∑ ‰ œΙ Œ
Una cerveza 3
Bα
œ œ α œ œ œ − œ œ œ œ œ œ œ ∀œ œ
F7 D7
αα ‰ Ι Œ ∑ ‰ Θ ‰ ≈ œΘ
61
œ µœ
%
α œ œ œ œ œ ‰ ≈œ œ œ œ œ œ œ œ œ ‰ ≈œ
%α ‰ Ι Œ ∑
Θ Θ
Eα Bα
α œ œ œ œ œ œ œ œ ‰ ≈œ œ œ œ œ œ œ œ œ ‰ ≈œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ
Gm Gm F
α
67
% Θ Θ
α
% α œ œ œ œ œ œ œ œ ‰ ≈ œΘ œ œ œ œ œ œ œ œ ‰ ≈ œΘ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ
Bα
− œ œ
œ œ µ œ œ œ ∀ œ œ ‰ − œΘ œ œ œ œ œ
F7
αα œ ∑ Œ− Ι Œ
73
%
6
αα œ œ ∀œ œ œ µœ
œ ‰− œ œ œ œ œ œ − ∑ Œ− œ œ Œ
6
% œ Θ Ι
6
El tano pastita
Pibes Chorros
Producción y analisis 3
Bα Cm Bα
α α 1 ‰− θ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ − ∑ ‰ − œθ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ
% α 3 œ œ œ
α œœœœ œœœ Œ
% α α 13 ∑ ∑ ∑ Œ ∑
Cm Bα Cm
α
% α α œ−
œ œ ∑ ‰ − œθ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ − œ œ ∑
7
α Œ œœœœ œ œ œ Œ Œ œœœœ
%α α ∑ ∑ ∑
Bα Cm Eα Bα
α θ œ œ ‰− œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ
% α α ‰− œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ − ∑
13
α Œ œœ ˙
%α α œœœ Œ ∑ ∑ ∑
Aα Bα
θ
Cm Cm
α ‰− œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ − œ œ
% α α œ− œ œ ∑ ∑
19
α α ∑ Œ œœ ˙ ∑ ∑ ∑
% α
Cm Bα Cm Bα Cm Bα
α
%α α ∑ ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
25
α α
α œ œ œœ œœ œœ œ œœ
œ œ œ œ œœ œœ œœ
% œ œ œ œ œœ œ œœœ œœ œ œ œ œ
Producción y analisis 3
2 El tano pastita
Cm Bα Cm Bα Cm
α
%α α ∑ ∑ ∑ ‰ − œθ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ − œ œ œ œ
31
α œ œ œ œœ −− œœ œœ œœ
% α α œ œœ œ œœœœœœ ˙ ∑ ∑
Bα Cm Bα Cm Bα
α œ œ œ œ œ
% α α œ œ œ œ œ œ œ− œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ œ−
37
α œœ −− œœ œœ œœ
%α α ∑ ∑ ∑ ∑ ∑
Producción y análisis musical III.
Saxo soprano
Trombón
Bajo
Sax.
Tbn.
Bajo
5
Sax.
Tbn.
Bajo
7
Sax.
Tbn.
Bajo
El Testamento
Producción y análisis musical III.
Música Popular. FBA. UNLP.
Rafael Escalona (1926-2009)
Versión de Bovea y sus Vallenatos
G
V1
V2
O ye mo re ni ta te vas a que dar muy
V3
3 G D
V1
V2
so la por quea no che di joel ra dio quea brie ron el li
V3
G G
1.
5
2.
V1
Co moes es tu
V2
ce o. O ye mo re ce o.
Co moes es tu
V3
Co moes es tu
2 G
D
7
V1
dian te ya se vaes ca lo na pe ro de re
V2
dian te ya se vaes ca lo na pe ro de re
V3
dian te ya se vaes ca lo na pe ro de re
G
D
9
1.
V1
cuer do te de jaun pa se o. Co moes es tu
V2
cuer do te de jaun pa se o. Co moes es tu
V3
cuer do te de jaun pa se o. Co moes es tu
2.
11 G
V1
o.
V2
o. Que teha bla dea quel in men soa mor
V3
o.
3
13 D D G G
V1
V2
Que lle vo den tro del co ra zón Que di ce to do lo que yo sien
V3
D
17 D G G
V1
Gra ba do con el len gua je gra
V2
to ques pu ra nos tal giay sen ti mien to Gra ba do con el len gua je gra
V3
Gra ba do con el len gua je gra
G G
21 D D
1. 2.
V1
to que tie ne la tie rrae pe dro cas tro. Gra ba do tro.
V2
to que tie ne la tie rrae pe dro cas tro. Gra ba do tro.
V3
to que tie ne la tie rrae pe dro cas tro. Gra ba do tro.
El Paisaje
Cátedra de Producción y Análisis
Musical III. FBA. UNLP. Letra y música: Franco Simone
Intérprete: Gilda
Dm C
Intro instrumental
5 Dm
9 Dm C Dm
1. 2.
Dm C Dm Dm
13
Estrofa
Dm Dm C
19 Voz
No de be mos de pen sar que to does di fe ren te
23 B¨ B¨ B
Mil mo men tos co mo es te que dan en mi men te
27 C
No se pien saen el ve ra no cuan do cae la nie ve
31 F
A7
De ja que pa seun mo men to y vol ve re mos a que rer nos. Ja
2
35 Dm Dm C
más la lo gi ca del mun do nos ha di vi di do.
39 B¨ B¨ B
Niel fu tu ro tan in ciert to nos ha preo cu pa do.
43
C
U na vez los dos di ji mos hay que se pa rar se. Más
F
A7
47
des hi ci mos las ma le tas an tes dem pren der el via je.
Estribillo
51 D A7 A7 G
Tu no po drás fal tar me cuan do fal te to do a mial re de dor.
57
F#7
Bm Bm
A
Tu ai re que res pi ro en a quel pai sa je don de vi vo yo o.
63
G
Tu tu me das la fuer za que se ne ce si
D A7
66
ta pa ra no mar char . Tu me das a mor .
1
El arreglo musical suele presentarse como un procedimiento mediante el cual una idea
musical se adapta a uno o más instrumentos. Sin embargo, el contexto en cual se realiza da
sentidos distintos al acto de arreglar. Por lo tanto, podemos decir que no se trata de una
simple adaptación sino de un procedimiento que da un nuevo sentido a aquella idea musical a
partir de la cual se trabaja.
Existen procesos compositivos en los cuales se opera desde el principio relacionando las
ideas musicales con las posibilidades técnicas, tímbricas, expresivas y sonoras de todos los
instrumentos con los que se trabajará, aun cuando se trate de una gran orquesta. El caso
paradigmático es el del compositor del período romántico. En general, quién compone muchas
veces parte de ideas determinadas por uno o más instrumentos que refieren posibilidades
particulares. Sin embargo, podría entenderse que una canción con una melodía y su
correspondiente secuencia armónica, sin mayores especificaciones para otros instrumentos,
alcanzaría para comenzar un proceso de arreglo posterior, hecho por el mismo compositor o
por otra persona en el mismo contexto o en un contexto distinto. Aquí podrían distinguirse
procesos de composición y de arreglo. Existen casos en que el mismo compositor tiene una
idea general del arreglo, otros en los que cada instrumentista actúa como arreglador de su
parte, presentando ideas propias y siendo un partícipe activo del arreglo, casos en que una
persona (no necesariamente el compositor) dirige el arreglo dando indicaciones generales o
particulares. Puede ocurrir que haya un correlato con distintas formas de escritura o que
simplemente cada instrumentista memorice o improvise su parte. Por otro lado, los contextos
de géneros implican que el intérprete conozca en mayor o menor medida las características
estructurales y la función que suele tener cada instrumento, y en base a ella pueda variar o
crear ideas nuevas.
Estos procedimientos técnicos son determinados por la función que tendrá la música y el
contexto en que se desarrolla. La tradición centro europea desarrollo una tendencia al control
lo más exhaustivo posible de lo que tocan los interpretes por parte del compositor, en este
2
contexto es muy difícil encontrar espacios dónde el intérprete no tenga su parte previamente
escrita. En las músicas populares las partes escritas son muy variables dependiendo del
contexto y muchas veces no existen.
Los arreglos para grupos que tocan en clubes dónde se baila no tendrán las mismas
características que aquellos que tocan en teatros u otros espacios dónde la atención está
puesta exclusivamente en la música. Lo mismo ocurre cuando se pone el acento en la canción,
el arreglo buscará que se destaque la melodía principal y la letra. Por otro lado, la música
incidental para películas u obras de teatro tendrán sus particularidades dando un crisol de
posibilidades distintas a los casos antes mencionados. También tendrán sus características
particulares el arreglo de jingles publicitarios o cortinas para radio.
Por otro lado, el arreglo puede estar supervisado o directamente a cargo de un productor,
quien puede tener intereses que en muchos casos se relacionan con las (supuestas) demandas
de la industria cultural en sus facetas de producciones de grandes grupos concentrados o
producciones independientes.
Cuando nos referimos a los arreglos de vientos en los casos específicos de orquestas
pequeñas o medianas de músicas populares latinoamericanas, puntualmente las músicas
caribeñas, encontramos una heterogeneidad que toma aspectos de distintas tradiciones. Por
lo general, la parte escrita de estas agrupaciones se da de la siguiente manera, los
percusionistas no suelen tener escrita su parte a excepción de los cortes o apoyos, aunque
podrían no tenerlos escritos. Por otro lado, los que tocan instrumentos armónicos suelen tener
un cifrado y, en ocasiones, también los cortes y apoyos. Tanto percusionistas como bajistas,
guitarristas y pianistas suelen ir y venir entre aquellos aspectos que estipula el género y los
espacios más o menos convenidos para un mayor desarrollo creativo e improvisatorio. En el
caso de los vientos existen dos tendencias. Una es tener todo lo que tocan escrito (con mayor
o menor rigor rítmico y de articulación) y otra tocar de memoria o improvisando. Pero por lo
general, cuando tenemos una agrupación de vientos importante, digamos más de tres vientos,
el arreglo suele estar escrito o dirigido por una persona.
Criterios Texturales
través de los cuales estos se cohesionan (Belinche-Larregle: 2006). Entre los factores que dan
homogeneidad a cada configuración encontramos los siguientes: continuidad, semejanza,
contigüidad, la coincidencia acentual y/ o de ataques, sistema, diseño.
Cada configuración textural puede ser trabajada en su densidad, amplitud registral,
homogeneidad u heterogeneidad tímbrica. En las configuraciones complementarias o
subordinadas a la configuración principal hay algunos comportamientos recurrentes. Se
presentan comportamientos más pasivos tales como el uso de notas largas u ostinatos
rítmicos. También encontramos contramelodías arregladas o improvisadas. Por lo general las
contramelodías arregladas previamente son responsorales y utilizan los silencios que deja la
melodía principal. También existen contramelodías más activas que se entrecruzan con la
melodía principal, muchas son improvisadas y muy constantes. Estás últimas suelen mezclarse
con comportamientos esteriotipados de acompañamiento, tales como tumbado del piano.
Una línea melódica puede trabajarse desde distintas perspectivas. La densidad se da por la
cantidad de instrumentos que se suman a la línea melódica. Aquí no distinguimos en el
intervalo que forman entre sí, pudiendo ser unísono u otros. Para establecer la densidad de
una línea melódica debemos tener en cuenta que los instrumentos que participen puedan ser
percibidos dentro de una misma configuración.
Por otro lado, la amplitud estará determinada por la distancia entre el extremo agudo y el
grave, sonando de manera simultánea en una línea.
Por otro lado la melodía suele trabajarse en los siguientes términos:
Soli: se aplica a un grupo de instrumentos que tocan la misma figuración con una densidad
de dos instrumentos o mayor.
Tutti: se entiende cuando todos los instrumentos de una agrupación hacen la misma
figuración. Tal es el caso de los cortes generales o bloques (denominación propia de la
cumbia).
Homogeneidad y heterogeneidad
Cada una de las categorías presentadas pueden ser trabajadas con mayor o menor
homogeneidad en relación a los instrumentos que forman parte de un mismo plano sonoro. En
primer término sabemos que el mayor grado de homogeneidad está dado por instrumentos
iguales (por ejemplo, tres trompetas, dos saxos altos, etc). Estos casos podrían permitir
arreglos complejos armónicamente ya que el timbre seguiría uniendo el grupo de
4
Trabajar el soli con una densidad mayor a uno implica tomar la decisión en relación al
intervalo que se utilizará, si hará unísono, octavas, terceras, etc. La duplicación por octava
permite juntar en el soli a instrumentos con registros distintos (por ejemplo trompeta y saxo
barítono) y a la vez le da cuerpo y profundidad a la melodía. Si tomamos la decisión de usar
otros intervalos tenemos dos tendencias:
hacer intervalos paralelos: por ejemplo a dos voces en terceras o sextas paralelas,
a tres voces, la tercera puede hacer cuartas o quintas paralelas en relación a una
de las voces y terceras en relación a la voz restante, en principio pensando en
términos de armonía triádica. También podemos hacer cuartas o quintas paralelas
a dos voces pero es menos frecuente y tiene una mayor dificultad de afinación. Por
otro lado, puede variar el o los intervalos por razones expresivas.
Completar el acorde: podríamos usar las notas guía, y a partir de allí tendríamos
dos opciones, seguimos en paralelo a las melodías (no importa cuál sea el intervalo
inicial), o mantenemos la o las notas de las voces restantes como en un coral o
5
También podría pasar que no respectemos la estructura al final si existe una necesidad
armónica:
Ejemplos
El diseño de voces paralelas no implica que siempre vayan a tomar el mismo intervalo, ya
sea por cómo se aborda el acorde o por una decisión estética o expresiva. Veamos
nuevamente la introducción, esta vez observando los acordes y los intervalos que se forman
entre las voces. En el primer compás utiliza sólo notas del acorde y los intervalos que se
forman son aquellos que se desprenden del mismo. Se toma la decisión de comenzar con
quintas, aunque después se vaya a sextas. En el compás siguiente, podríamos llamarlo
consecuente o respuesta al primer compás, utiliza terceras paralelas y la frase tiene un perfil
más lineal, sin por ello descuidar la relación con el acorde, y con notas de paso no
pertenecientes al acorde. En el compás 6 utiliza un intervalo de quitas paralelas, aquí vemos
una decisión estética que modifica la sonoridad de los consecuentes anteriores, ya que podría
haber hecho intervalos paralelos de terceras como el caso anterior sin que el contexto
armónico se lo impidiese.
Veamos ahora el caso del grupo colombiano Puerto Candelaria, en la canción Bailando Así.
Aquí se presenta una configuración textural integrada por tres instrumento: saxofón soprano,
trombón y acordeón. Vemos que se trata de voces paralelas, es decir que presentan el mismo
diseño melódico, se corresponden los ataques y la articulación. Hasta aquí es similar al caso
anterior. Sin embargo encontramos con configuración heterogénea en cuanto al sonido de
cada instrumento, y con una gran amplitud registral.
Vemos que se presentan dos voces, una de ellas duplicada a la doble octava. La relación
entre las voces distintas alterna entre terceras, cuartas y cuartas (o sus intervalos
complementarios).
Bailando Así (Puerto Candelaria)
7
Por último, veamos el caso del grupo platense La Sonora, en la canción Cumbia de Medio
Corazón. Aquí la configuración textural está integrada por un saxofón alto y una flauta.
Nuevamente las voces son paralelas, presentan el mismo diseño melódico, se corresponden
los ataques y la articulación. En este caso la amplitud es similar al caso de Ráfaga, aunque se
trata de dos instrumentos que se diferencian, provocando una heterogeneidad en la resultante
sonora.
Por otro lado vemos cómo el intervalo paralelo cambia, modificando la sonoridad en cada
sección. Es interesante observar secciones en unísono que luego se abren en distintos
intervalos, incluso en cuartas disminuidas, justas y aumentadas. Vemos también en el último
compás un caso de movimiento de voces en dirección contraria.
Boquilla de metales
1
Los saxos se diferencian de las dos familias anteriores por estar construidos con una aleación de metal
pero producir su sonido con una caña, como lo hacen la mayoría de las maderas. Esto se debe a que
originalmente su inventor, el belga Adolph Sax, buscó intencionalmente fusionar la sonoridad de los
instrumentos de metal con la agilidad técnica de las maderas.
9
Instrumentos Transpositores
Los instrumentos transpositores son aquellos que al leer una nota obtienen la sonoridad de
otra nota. Para diferenciarlas llamaremos nota de escritura a la que lee el instrumentista y
nota real, sonido real o concert a la que suena.
Saxos
La escritura de los saxos es en clave de sol y todos pueden leer el siguiente registro con la
misma digitación:
Pero en cada saxo la resultante sonora es distinta. A continuación veremos los saxos más
usados y sus registros.
Saxo alto
Es un instrumento transpositor y suena una sexta mayor debajo de lo que lee:
Registro escrito
Ejemplo
Parte escrita
Resultante sonora
11
Saxo tenor
También es transpositor y suena una novena mayor debajo de lo que lee:
Registro escrito
Ejemplo
Parte escrita
Resultante sonora
2
El subtone es una forma de emisión que se logra relajando la embocadura y emite un timbre
aterciapelado en el cual el escape de aire forma parte de la resultante final.
12
Metales
Los metales tienen pueden llegar a intensidades muy altas. Por esta razón suelen utilizarse
para cortes y apoyos en agrupaciones de música popular. Generalmente tienen una función
rítmica muy marcada y en muchas oportunidades utilizan notas repetidas para empastar con la
percusión. Esto no quita que pueda usarse como instrumento melódico, cómo hemos visto en
ejemplos anteriores. Por otro lado suelen usarse distintos tipos de sordinas para lograr un
sonido con menor caudal y con mayor control en las intensidades bajas.
Veremos sólo los instrumentos que se encuentran usualmente: la trompeta y el trombón.
Trompeta
Es un instrumento muy flexible y con mucha sonoridad. Como dijimos antes debemos tener
en cuenta a la hora hacer un arreglo que incluya saxos que su caudal de sonido es mayor al de
estos últimos. Por otro lado la trompeta es técnicamente más dificultosa que los saxo, por lo
cual muchas veces sus líneas tienen menos saltos, sobre todo en contextos en los que no se
cuenta con instrumentistas con mayor desarrollo técnico. Esto solía ocurrir en las bandas que
se radican fuera de las grandes urbes, lo cual termina influenciando el tipo de arreglo en las
músicas tradicionales.
Existe una gran variedad de trompetas y todas son transpositoras. Sin embargo la trompeta
en Bb ha tenido mayor desarrollo técnico y actualmente se encuentra con mayor frecuencia
que las otras.
Esta trompeta es transpositora, al igual que el saxo tenor está en Bb, sin embargo traspone
sólo una 2da mayor a diferencia del saxo tenor que traspone una novena mayor (una segunda
mayor sumada a una octava). Tiene el siguiente registro en la escritura:
Ejemplo
Parte escrita
Resultante sonora
Trombón
La mayoría de los trombones son a vara por lo tanto no tienen la misma flexibilidad técnica
que la trompeta y mucho menos que los saxos. Sin embargo es posible su uso melódico. Como
en todos los casos dependemos del intérprete más que del instrumento. Tiene un sonido muy
particular, fácilmente reconocible. Es muy común encontrar arreglos en los que haga ostinatos
o riff, acompañando tanto a otros vientos como a voces cantadas u otro instrumento que esté
en primer plano.
El trombón no es un instrumento transpositor, por lo tanto suena lo que lee.
El registro del trombón es el siguiente:
Una vez más diremos que el registro varía según el instrumentista. Aunque los metales son
instrumentos más homogéneos que los saxos, los extremos del registro también son
conflictivos o menos dúctiles. La primera octava no suele utilizarse debido a que no tiene
buena emisión de sonido y las posiciones son incómodas, incluso podríamos decir que no
forma parte del uso tradicional de los metales. En cuanto al sobreagudo, depende en gran
medida del instrumento y del instrumentista y su emisión en más compleja y tiende a perder
intensidad.
14
En el siguiente ejemplo vemos como se trabaja con familias por separado. Los metales
hacen melodías típicas de esta familia: poco movimiento melódico con acento rítmico en
primer plano. En la parte A los intervalos son acotados y forman acordes cerrados en una
amplitud registral acotada.
Por otro lado los saxos hacen un acompañamiento basado en el arpegio, como ocurre
tradicionalmente. Esto se debe probablemente a que resulta técnicamente fácil este tipo de
dibujo melódico. Los saxos altos tocan una octava arriba de los saxos tenores, así como el
barítono lo hace una octava abajo. Vemos cómo esta configuración tiene un amplio rango
registral.
17
Santiago Romé / santiago_rome@yahoo.com.ar dichas leyes sean necesariamente aquellas que seña- rísticas comunes. Aquí tenemos un primer problema
laron, enfatizaron o, en algunos casos, forzaron los re- (al menos en términos teóricos): según qué caracte-
Profesor Titular, Producción y Análisis Musical I-III. copiladores y los musicólogos –y en su defecto todas rística de la música se elija, podemos agrupar a las
las que invisibilizaron– al traducir la música al código obras musicales de manera diferente. Por lo tanto, el
Facultad de Bellas Artes (FBA). Universidad Nacional de La Plata (UNLP). escrito. Pero aún si asumimos que las tradiciones se género musical no existe en términos absolutos. Por
construyen colectiva e históricamente y que trascien- ejemplo, si tomáramos al ritmo como el aspecto a con-
den a los sujetos en tanto su aporte puede darse en el siderar para agrupar distintas expresiones musicales,
El estudio sobre los géneros en la música popular y su El origen es una fábula en que nos recostamos para dar marco de ciertos límites y por qué no, de ciertas leyes deberíamos sostener que una chacarera, un gato, un
enseñanza en el marco de las instituciones educativas cuenta de la identidad y, en particular, para pensar que preestablecidas socialmente, esta concepción del gé- malambo y un escondido pertenecen al mismo género
merece algunas reflexiones introductorias. El géne- aquello en lo que algo deviene estaba todo entero en nero musical nos enfrenta a dos problemas. El primero, y debiéramos llamarlos con un mismo nombre. Pero
ro musical es producto de una construcción cultural, su matriz. El mito explica, abraza, abarca, suspende el se relaciona con que existen géneros, como el tango, si pensamos en el agrupamiento genérico desde la
histórica e ideológica y a lo largo de su proceso de tiempo de vida para proponer sólo la temporalidad del la cumbia, el cuarteto y el rock (sólo por mencionar al- forma musical, todos estos ejemplos pertenecen a los
constitución y de desarrollo puede tener, en el marco origen, y la historia se transforma en Historia, es decir, gunos que están por fuera del imaginario folklórico) géneros con que habitualmente se los designa.
de cierta cualidad distintiva, diferentes expresiones. en un puro despliegue metafísico de aquellas condicio- que no podrían caracterizarse con este procedimiento;
Aunque es difícil generalizar sobre la totalidad de las nes que ya estaban escritas de antemano […] cientos de y el segundo, deriva del hecho de que si bien algunos Podríamos hacer esta operación con gran parte de la
músicas populares y de los imaginarios que las rodean definiciones hacen volver cosmos lo que en su origen géneros poseen fórmulas más o menos estereotipadas música popular y nos encontraríamos con situacio-
y que las atraviesan, podemos sostener que durante fue caos (Varela, 2005). de acompañamiento que permiten reconocerlo, estas nes muy diversas. El gigantesco repertorio del tango
los procesos de consolidación de los géneros populares fórmulas, por sí solas, dicen muy poco y no pueden dar (a diferencia del folklore), por ejemplo, nunca se ha
–en interacción con diversas cuestiones del contexto– Generalmente, el abordaje didáctico y metodológico cuenta de las enormes y de las ricas diferencias que agrupado o subdividido por la forma musical; las ca-
suelen producirse instancias y/o etapas de legitima- de los géneros musicales en las instituciones abocadas puede haber, por ejemplo, entre una chacarera toca- racterísticas comunes que lo distinguen de los otros
ción que, en alguna medida, canonizan ciertos modos a su estudio se plantea con relación a la descripción de da por Andrés Chazarreta o por los Huanca Huá y otra géneros son el ritmo y algunos contrastes en la arti-
de realización musical homogeneizando características características formales (que frecuentemente se redu- tocada por Carlos Aguirre o por Raly Barrionuevo. Aun culación, en el tempo, en la textura y en la dinámica
consideradas válidas. Si bien cada caso posee aspectos cen a la cristalización de un ritmo de acompañamien- si se comparan obras contemporáneas, como un tango –ligado/cortado, rubateado/regular, forte/piano, tutti/
definidos por las coordenadas históricas que lo atravie- to) tomadas de uno o de varios ejemplos considerados interpretado por Carlos Gardel, acompañado por gui- solo, pulso/contratiempo, etcétera–. En todo caso, y
san, un primer momento de este proceso ocurre cuando paradigmáticos y susceptibles de ser sintetizadas en tarras, con otro tocado por la orquesta típica de Julio sólo entre los entendidos en esta música, se lo suele
se generaliza y se extiende su denominación, es decir, fórmulas y/o en leyes abstractas. A este procedimien- De Caro, nos enfrentamos a que reducir el género a subdividir en distintas etapas históricas en las que su
cuando se nacionaliza su nombre. Y nombrarlo impli- to, típico del método científico positivista, podemos fórmulas rígidas es análogo a reducir una película a un estructura rítmica –y en menor medida, tímbrica y tex-
ca un acto colectivo de reconocimiento y de definición denominarlo abstracción por generalización. Esto sig- solo fotograma. tural– y los recursos interpretativos han ido transfor-
que se producen simultáneamente. nifica que se analiza, por ejemplo, una determinada mándose: primera, segunda y tercera guardia. Con la
cantidad de zambas y a partir de algunas semejanzas Definiciones cumbia y con el cuarteto, si bien todavía no se han es-
Sin embargo, es bueno recordar que las denominacio- se construye un modelo abstracto del género zamba. tudiado sistemáticamente, ocurre algo parecido. En la
nes pueden ser diversas –diacrónica y sincrónicamen- Este ha sido el modelo desde el cual los recopiladores Para seguir adentrándonos en esta problemática espe- cumbia se ha mantenido, a muy grandes rasgos, cierta
te en la historia– hasta que en algún momento y por han construido gran parte de los géneros folklóricos, cífica demos un paso hacia atrás y recordemos la defi- cohesión rítmica y ha habido una transformación com-
múltiples causas históricas y socioculturales se produ- analizando y clasificando las canciones en especies.1 nición de la palabra “género”. Según la Real Academia positiva, tímbrica y textural acompañada, en nuestro
ce una cristalización del género y de su nombre más Española, utilizado con relación al arte, significa “cada país, de una apropiación nacional, es decir, la cumbia
o menos homogénea. Con relación a este momento, Una de las inquietudes que surge de esta metodolo- una de las distintas categorías o clases en que se pue- hoy también es argentina. El cuarteto, que es un fe-
al que podemos referirnos como el origen del género, gía responde a que la música es producto de la acción den ordenar las obras según rasgos comunes de forma nómeno regional que en alguna medida representó y
es interesante la reflexión que ofrece Gustavo Varela humana y, por lo tanto, resulta problemático asumir la y de contenido”. En función de esta definición, se pue- acompañó la transición de la Córdoba rural y agrícola
(2005), que si bien es sobre el tango puede ser genera- existencia de leyes inmutables que rijan su comporta- de suponer que género musical implica un conjunto de a la Córdoba industrial y urbana, posee un gran giro
lizada al resto de las músicas: miento. A su vez, es un asunto menos discutible que obras musicales que poseen alguna o algunas caracte- en su lenguaje musical –sobre todo rítmico– por un
44 45
Música Popular Música Popular
Epistemología y didáctica en la música latinoamericana Epistemología y didáctica en la música latinoamericana
mestizaje con el merengue. El rock –cristalizado en el fijas o preestablecidas suelen tomar a la forma musical interpelaban a los jóvenes y con el modo en el que Además, y más allá de ciertas cualidades intrínsecas
proceso de constitución de la subcultura juvenil esta- como parámetro que ordena la clasificación. éstos se representaban a sí mismos. Si bien este fe- que la música puede cristalizar con el tiempo, hay
dounidense de posguerra– si bien fue definido, en un nómeno juvenil fue irradiado desde Estados Unidos e dos aspectos en los que es indispensable detener-
primer momento, por el ritmo y por algunas cualida- Sin embargo, hay otros usos sociales de la música Inglaterra adquirió, tempranamente y en nuestro país, se y en los que se produce cierto diálogo –o relación
des tímbricas, llegó a un punto de desarrollo tan diver- popular más complejos e indirectos, por ejemplo, el fisonomía propia. dialéctica− entre los sujetos (históricos, sociales e
gente que actualmente se lo define y se lo reconoce conjunto de lo que hoy llamamos música folklórica fue individuales) y el género (como tradición colectiva):
más por lo que ocurre en torno a la música y no por lo tomado −en un determinado período histórico en que Además de las cuestiones anteriormente menciona- los recursos interpretativos habitualmente sutiles y
que sucede en su lenguaje musical. se estaban construyendo los estados nacionales en su das, es importante señalar que las categorías o las los procedimientos de composición de arreglos, que
dimensión fáctica y simbólica− como la expresión o características formales que suelen utilizarse para la pueden considerarse también modos de interpretar o
En este punto pueden auxiliarnos las indagaciones el arquetipo auténtico y original de nuestra identidad descripción y para la clasificación de géneros y de sub- puntos de intersección entre el género, la obra parti-
que se han hecho sobre el concepto de género desde nacional. Motivo por el cual este repertorio fue atrave- géneros en el estudio de la música popular son sólo cular y su contexto.
la lingüística y desde la semiótica. Mijaíl Bajtín (2011), sado por un proceso de recopilación y de clasificación aquellas susceptibles de ser esquematizadas, como la
adjudicándoles la condición de horizontes de expec- más o menos riguroso que, subrayando aspectos vin- forma musical (asociada a la forma poética del texto Estructura, interpretación
tativas, denominaba géneros discursivos secundarios culados a la herencia hispano-cristiana e invisibilizan- en las canciones y, en algunos géneros, a coreografías y funcionalidad
(complejos) a do otros aspectos del mestizaje, permitió sistematizar propias de su danza), ciertas estructuras rítmicas (ha-
su enseñanza y su difusión para, entre otras cosas, bitualmente, expresadas en fórmulas estereotipadas), Entonces, por un lado, nos encontramos con el problema
[…] las novelas, los dramas, las investigaciones científi- incluirla en el sistema educativo con el objeto de co- los esquemas armónicos, los usos escalísticos (muchas de que hay aspectos en los géneros –que en muchos
cas de toda clase, los grandes géneros periodísticos y hesionar culturalmente a los nuevos estados naciona- veces forzados) y los giros melódicos frecuentes. casos resultan centrales− que al no poder adecuarse a
otros, [que] surgen en las condiciones de una comuni- les. Esto, a su vez, estuvo atravesado por los vaivenes las escalas de medida proporcionales y estrictamente
cación más compleja (principalmente escrita), de un de- históricos y por las disputas políticas. Es decir, partió Sin subestimar a estos abordajes, extensos y comple- cuantificables típicas de los enfoques de análisis
sarrollo y organización cultural relativamente altos, tal del gaucho, perseguido en el siglo XIX por la genera- jos, realizados por recopiladores, docentes, poetas y y de enseñanza tradicionales (armónicas, rítmicas,
como la comunicación artística, científica, sociopolítica, ción del 80, pasó por el campesino blanco y cristiano antropólogos, es importante señalar que aún restan tímbricas, formales y texturales) no se consideran
etcétera (Bajtín, 2011). idealizado, a principios del siglo XX, como el arque- ser estudiados aspectos estructurales de los géne- relevantes o, sencillamente, no se advierten. No
tipo de la nacionalidad en oposición al proletariado ros que no son medibles u objetivables en fórmulas casualmente suelen ser cualidades que no pueden
Asimismo, Oscar Steimberg (2002) sostiene que “[…] urbano que se organizaba en torno a los sindicatos y sencillas establecidas de una vez y para siempre. De ser escritas o traducidas por los códigos tradicionales
los géneros instituyen, en su recurrencia histórica, a las asociaciones de trabajadores, y terminó en el re- hecho, uno de los debates recurrentes en la historia porque no son estrictamente mensurables. A su vez,
condiciones de previsibilidad, en distintas áreas de encuentro de ambos en el peronismo. Por lo tanto, la de los géneros ha girado en torno a si una determina- este tipo de características son las más divergentes y
producción e intercambio cultural” y define al género configuración de procesos socio-histórico y de las cos- da música, para ser considerada como perteneciente dinámicas a lo largo de la historia de los géneros. Por
como un “horizonte de posibilidades”. movisiones −frecuentemente en disputa− en las que a X género, debe respetar ciertas características típi- otro lado, y más allá de las características formales y
la música participa suelen resultar ontológicamente cas de dicho género, cuáles son esas características y retóricas intrínsecas a los géneros, existen al menos
Cuando indagamos acerca de los parámetros a partir determinantes respecto del modo en que dicho géne- quién las determina. Esto tiene que ver con un viejo dos dimensiones interpretativas que no son tomadas
de los que se han construido, a lo largo de la historia, ro se reproduce y/o transforma. problema antropológico: los sujetos nos formamos en cuenta y en las que los sujetos intervienen: la
los distintos agrupamientos genéricos de la música y nos socializamos en una cultura preexistente –en interpretación propiamente dicha, en tanto modo de
popular, nos encontramos con cuestiones íntimamente El citado ejemplo sobre el rock resulta interesante este caso musical−, que a su vez transformamos co- tocar, y la composición del arreglo.
relacionadas al contexto general en el que la música se porque en sus primeros diez años de desarrollo llevó lectiva y continuamente. Si asumimos que la música
ha desarrollado. Como todas las expresiones popula- esta situación al extremo: sacrificó su identidad musi- –el género− está estructuralmente predeterminada, De este modo, podemos encontrarnos con dos músicos
res, el modo en el que se las designa y se las agrupa se cal y un mínimo de estabilidad para sostenerse como indefectiblemente le asignamos a los sujetos un papel que realizan o que interpretan contemporáneamente
ha construido en función de los usos sociales interrela- la expresión y la metáfora de los cambios y de las secundario como meros ejecutores de una estructura una chacarera y que respetan, por ejemplo, la forma y
cionados con la música. Algunos de estos usos son más transgresiones –más o menos triviales, según quién predefinida y en consecuencia, negamos su posibili- la estructura métrica, pero con propuestas de fraseo
evidentes: las músicas que se bailan con coreografías los juzgue− con las que diversos sectores e intereses dad de protagonizar la historia. –acentuación, direccionalidad, articulación, tempo−
46 47
Música Popular Música Popular
Epistemología y didáctica en la música latinoamericana Epistemología y didáctica en la música latinoamericana
nítidamente diferentes y cada una responde a modos Es posible observar, entonces, que el nivel de homo- Nota
de tocar característicos de dos períodos de desarrollo geneidad de las características formales que nos per-
del folklore. Es decir, el modo de tocar en la década del miten agrupar a las músicas populares en categorías 1. Este término proviene, no casualmente, de las cien-
treinta o del cuarenta era muy diferente al de la déca- genéricas intemporales es más una expresión de de- cias naturales como resultado de la asociación que
da del sesenta. Seguramente, y con relación a su modo seos –generalmente clasificatoria− del investigador establecía el paradigma folklórico entre la identidad
de difusión y de circulación, a su función social, a su que una realidad ontológica. Si, resignificando una o la esencia nacional, y la tierra o la naturaleza. Esta
significación cultural y a todo lo que ello representa, idea de Luis Rubio (1985), consideramos que la músi- concepción esencialista y telúrica de la cultura, muy
la manera de tocar también era diferente en la década ca se constituye en la interacción de la obra (género), presente en el Nacionalismo Romántico del siglo XIX,
infame, en el peronismo y en el período de proscrip- del sujeto (interpretación) y de su contexto (funcio- suele mezclarse (sobre todo en países dependientes y
ción y de dictaduras. En este punto resulta interesan- nalidad social, poética y operativa) podemos sostener con pasado colonial como el nuestro) con los prejuicios
te observar que tanto la interpretación como el modo que los géneros populares poseen, a lo largo de su his- que desplazan de la cultura hacia la naturaleza a las
de componer los arreglos implican una síntesis entre toria, momentos de mayor y de menor homogeneidad tradiciones populares, deshumanizando y estancando
decisiones estéticas, funcionales y operativas que se formal, interpretativa y funcional que en sus infinitas nuestra identidad en una especie de primitivismo cul-
constituyen, dialécticamente, a lo largo de la historia. combinaciones dan lugar a los ricos y a los dinámicos tural más cercano a los animales que los hombres. Para
repertorios populares. más información sobre el etnocentrismo, puede verse:
Como ya dijimos, es determinante si una música va a Lévi-Strauss, C. (1979). Antropología estructural. Con
ser bailada en una milonga o contemplada en un es- relación al surgimiento de los estudios sobre cultura
cenario; si su circulación se desarrolla en la radio, en Bibliografía popular, ver: Burke, P. (2005). La cultura popular en la
la televisión o en la Web; si en su desarrollo histórico Europa moderna.
prevalecieron los instrumentos y la amplificación acús- Bajtin, M. (2011). Las fronteras del discurso. Buenos Ai-
tica o electrónica; si los músicos abocados a su compo- res: Las Cuarenta.
sición y a su realización son o han sido profesionales o
aficionados y, en términos más generales, referidos al Burke, P. (2005). La cultura popular en la Europa moder-
imaginario socio-cultural en el que participa, si se de- na. Madrid: Alianza.
sarrolla la tensión tradición/innovación. La relación con
el pasado –la identidad− habitualmente conflictiva y Lévi-Strauss, C. (1979). Antropología estructural. Méxi-
disputada desempeña también un importante papel en co: Siglo XXI.
la definición, la valoración y la reproducción genérica.
Rubio, L. (1985). “Comunicación y Crisis”. Revista Manú
La originalidad compositiva ha sido y, en alguna me- (1). La Plata.
dida, es juzgada de manera diferente en el imaginario
rockero que en el folklórico y, además, en los distintos Steimberg, O. (2002). “Género”. En Altamirano, C.
momentos de desarrollo hacia el interior de cada géne- (comp.). Términos críticos de sociología de la cultura.
ro: en las décadas del cincuenta y del sesenta el folklo- Buenos Aires: Paidós.
re vivió una renovación compositiva e interpretativa
inédita que dio lugar a nuevas corrientes de desarrollo, Varela, G. (2005). Mal de tango. Buenos Aires: Paidós.
mientras que el tango –en la misma época− detuvo su
acelerado ritmo de cambio; en la década del ochenta el
rock abandonó la experimentación formal que lo carac-
terizó en los setenta.
48 49