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Asignatura:

Química Inorgánica.

Tema:
Los metales y no metales, Los símbolos y formas química, Los
óxidos, conceptos, Las propiedades de los óxidos, La
nomenclatura de los óxidos, Los hidróxidos, conceptos
básicos, Las propiedades de los hidróxidos, Las nomenclaturas
de los hidróxidos.

Nombre:
Ronny Joel.

Apellidos:
Almanzar de los santos.

Matricula:
1-21 6068.
Docente:
CARLITA ZAEZ DE LANTIGUA
Los metales y no metales.
Los metales.
En el ámbito de la química, se conocen como metales o metálicos a aquellos elementos de la
Tabla Periódica que se caracterizan por ser buenos conductores de la electricidad y del calor.
Estos elementos tienen altas densidades y son generalmente sólidos a temperatura ambiente
(excepto el mercurio). Muchos, además, pueden reflejar la luz, lo cual les otorga su brillo
característico.
Los metales son los elementos más numerosos de la Tabla Periódica y algunos forman parte
de los más abundantes de la corteza terrestre. Una parte de ellos suele hallarse en estado de
mayor o menor pureza en la naturaleza, aunque la mayoría forma parte de minerales del
subsuelo terrestre y deben ser separados por el ser humano para utilizarlos.
Los metales presentan enlaces característicos llamados “enlaces metálicos”. En este tipo de
enlace los átomos metálicos se encuentran unidos entre sí de forma que sus núcleos atómicos
se juntan con los electrones de valencia (electrones ubicados en la última capa electrónica, es
decir, electrones más externos), que forman una especie de “nube” a su alrededor. Así, en el
enlace metálico, los átomos metálicos están ubicados unos muy cerca de otros, y todos están
“inmersos” en sus electrones de valencia, formando la estructura metálica.

Lo no métale.
Los no metales son elementos poco abundantes en la Tabla Periódica, y se caracterizan por
no ser buenos conductores del calor, ni de la electricidad. Sus propiedades son muy distintas
a las de los metales. Por otra parte, forman enlaces covalentes para formar moléculas entre
ellos.

Los elementos esenciales para la vida forman parte de los no metales (oxígeno, carbono,
hidrógeno, nitrógeno, fósforo y azufre). Estos elementos no metálicos tienen propiedades y
aspectos muy diversos: pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos a temperatura ambiente.
Los símbolos y formas química.
químicas de los metales son las siguientes:
• Casi todos tienen entre 1 y 3 electrones en la capa externa de cada átomo que los
conforman.
• Pierden electrones de manera fácil.
• Son corrosivos (es decir, se desgastan u oxidan) en contacto con el agua.
• Tienen baja electronegatividad.
• Son alcalinos, alcalinotérreos, de transición, lantánidos, actínidos o transactínidos.
símbolo de metales son:
• Alcalinos. Como el cesio (Cs), francio (Fr), litio (Li), sodio (Na) y potasio (K).
• Alcalinotérreos. Como el barrio (Ba), calcio (Ca), estroncio (Sr), magnesio (Mg) y
radio (Ra).
• De transición. Como el cobre (Cu), cadmio (Cd), mercurio (Hg), níquel (Ni) y plata
(Ag).
• Lantánidos. Como el cerio (Ce), lantano (La), gadolinio (Gd), terbio (Tb) y prometió
(Pm).
• Actínidos. Como el americio (Am), lawrencio (Lr), nobelio (No), uranio (U) y
plutonio (Pu).
• Transactínidos. Como el bohrio (Bh), hassio (Hs), moscovio (Mc), oganesón (Og) y
rutherfordio (Rf).
químicas de los no metales son las siguientes:
• Tienen entre 4 y 8 electrones en su capa externa.
• Tienen una alta electronegatividad.
• Son buenos agentes oxidantes (forman óxidos ácidos).
• Forman aniones (es decir, iones de carga negativa).
• Varios no metales son diatómicos (formados por dos átomos).
símbolo de no metales son:
• El azufre (S)
• El carbono (C)
• El cloro (Cl)
• El fósforo (P)
• El helio (He)
• El nitrógeno (N)
• El oxígeno (O)
• El yodo (I)
Los óxidos, conceptos.
Óxido, un término que proviene de un vocablo griego que significa “ácido”, es el compuesto
químico que surge con la combinación del oxígeno y un metal o un metaloide. También se
conoce como óxido a la capa de distintos colores que se forma en la superficie de los metales
por la oxidación.
Los óxidos pueden encontrarse en estado sólido, líquido o gaseoso a temperatura ambiente.
Aquellos óxidos que tienen un único átomo de oxígeno reciben el nombre de monóxidos. Si
tienen más de un átomo de oxígeno, comienzan a denominarse según los prefijos numéricos
griegos: con dos átomos de oxígeno, dióxidos; con tres átomos de oxígeno, trióxidos; y así,
sucesivamente.
El estado de oxidación es la cantidad de electrones que un átomo adquiere o cede en una
reacción química para alcanzar una cierta estabilidad. Los peróxidos son sustancias con un
enlace oxígeno-oxígeno en estado de oxidación -1. Los superóxidos, en cambio, son
compuestos binarios.
Otra clasificación de los óxidos está vinculada al comportamiento químico. Los óxidos
básicos se forman por la combinación de un metal y el oxígeno. Al agregarse agua, forman
hidróxidos básicos. Los óxidos ácidos derivan de un no metal y el oxígeno. Con el agua,
forman oxácidos. Los óxidos anfotéricos, por último, tienen la participación de un elemento
anfótero (óxidos capaces de actuar como ácidos o bases según la reacción).
De acuerdo a la estequiometría del compuesto, puede hablarse de óxidos binarios (la
combinación del oxígeno y otro elemento) u óxidos mixtos (formados por el oxígeno y otros
dos elementos distintos).

Las propiedades de los óxidos.


Las propiedades de los óxidos dependen de su tipo. Los óxidos pueden ser iónicos (En+O2-),
como el CaO (Ca2+O2–), o covalentes, como el SO2, O=S=O.
A partir de este hecho, y de la tendencia que tienen los elementos de reaccionar con ácidos o
bases, se recolectan un número de propiedades para cada óxido.
Asimismo, lo anterior se refleja en las propiedades físicas como los puntos de fusión y
ebullición. Los óxidos iónicos tienden a formar estructuras cristalinas muy resistentes al
calor, por lo que sus puntos de fusión son elevados (superiores a los 1.000º C), mientras que
los covalentes funden a bajas temperaturas, o incluso son gases o líquidos.
La nomenclatura de los óxidos.
Existen tres maneras de nombrar los óxidos (las cuales aplican también a muchos otros
compuestos). Estas son correctas, sin importar el carácter iónico del óxido EO, por lo que sus
nombres no dicen nada respecto a sus propiedades ni estructuras.
• Nomenclatura sistemática
Dados los óxidos EO, E2O, E2O3 y EO2, a primera vista no puede conocerse qué hay detrás
de sus fórmulas químicas. Sin embargo, los números indican las proporciones
estequiométricas o la relación E/O. A partir de estos números se les puede dar nombres,
aunque no se especifique con qué valencia “trabaja” E.
Los números de átomos tanto para E como para O, se señalan con los prefijos de numeración
griega. De esta manera, mono- quiere decir que hay un solo átomo; di-, dos átomos; tri-, tres
átomos, y así sucesivamente.
Los números de átomos tanto para E como para O, se señalan con los prefijos de numeración
griega. De esta manera, mono- quiere decir que hay un solo átomo; di-, dos átomos; tri-, tres
átomos, y así sucesivamente.
Entonces, los nombres de los óxidos anteriores, de acuerdo a la nomenclatura sistemática,
son:
• Monóxido de E (EO).
• Monóxido de diE (E2O).
• Trióxido de diE (E2O3).
• Dióxido de E (EO2).
Aplicando entonces esta nomenclatura para el Pb3O4, el óxido rojo de la primera imagen, se
tiene:
Pb3O4: tetraóxido de triplomo.
Para muchos óxidos mixtos, o con proporciones estequiométricas elevadas, resulta de gran
utilidad recurrir a la nomenclatura sistemática para nombrarlos.
• Nomenclatura stock
Aunque no se conozca qué elemento sea E, basta con la relación E/O para conocer qué
valencia está utilizando en su óxido. ¿Cómo? Mediante el principio de electroneutralidad.
Este exige que la suma de las cargas de los iones en un compuesto deba ser igual a cero.
Esto se hace asumiendo un carácter iónico alto para cualquier óxido. Así, el O tiene carga -2
por tratarse del O2-, y E debe aportar n+ de modo que neutralice las cargas negativas del
anión óxido.
Por ejemplo, en el EO el átomo E trabaja con valencia +2. Pues de lo contrario no podría
neutralizar la carga -2 del único O. Para el E2O, el E tiene valencia +1, ya que la carga +2
debe dividirse entre los dos átomos de E.
Y en el E2O3, deben calcularse primero las cargas negativas aportadas por el O. Como son
tres de ellos, entonces: 3(-2)= -6. Para neutralizar la carga -6 se requiere que los E aporten
+6, pero debido a que hay dos de ellos, +6 se divide entre dos, quedando E con valencia de
+3.
Nomenclatura tradicional
Para mencionar el nombre de los óxidos debe añadirse a sus nombres en latín los sufijos –ico
u –oso, para las valencias más grandes o pequeñas. En el caso de que haya más de dos, se
recurre entonces a los prefijos –hipo, para la más pequeña, y –per, para la mayor de todas.
Por ejemplo, el plomo trabaja con valencias +2 y +4. En el PbO tiene valencia +2, de modo
que se llama: óxido plumboso. Mientras que el PbO2 se llama: óxido plúmbico.
¿Y cómo se llama el Pb3O4, de acuerdo con las dos nomenclaturas anteriores? Carece de
nombre, porque el Pb3O4 consiste realmente de una mezcla 2[PbO][PbO2]; es decir, el
sólido rojo tiene doble concentración de PbO.
Por esta razón sería incorrecto intentar darle un nombre al Pb3O4 que no consista de la
nomenclatura sistemática o del argot popular.
Los hidróxidos, conceptos básicos.
Un hidróxido es un compuesto que se forma cuando el anión OH- se une a un radical o a un
elemento. En su estructura, los hidróxidos presentan al grupo OH- unido a un metal. La
formación de los hidróxidos, que también se conocen como bases, se produce cuando un
óxido básico se combina con agua. La disociación de estos compuestos en agua, en tanto,
genera el anión OH-.
Si uno de los átomos de hidrógeno del agua es sustituido por un metal, se obtiene el
hidróxido. Muchas bases contienen este tipo de compuesto.
Los hidróxidos, en definitiva, son un conjunto de compuestos que se forman con un metal y
uno o más aniones hidróxidos. Esto los diferencia de los óxidos, que incluyen oxígeno.
La formulación de los hidróxidos, que pueden clasificarse como ácidos, anfóteros o básicos,
se desarrolla indicando primero el metal y luego la base de un hidruro del radical hidróxido,
que se escribe entre paréntesis cuando el subíndice resulta mayor a uno. Para nombrarlo, se
recurre al término hidróxido seguido por la denominación del metal con la correspondiente
indicación de la valencia.
Tomemos el caso del hidróxido de calcio o hidróxido cálcico, que además puede mencionarse
como cal apagada, cal hidratada o cal muerta. Este compuesto químico, cuya fórmula es
Ca(OH)2, se produce cuando el óxido de calcio (la cal viva) es combinado con agua. O, dicho
de otra manera, cuando el óxido de calcio es hidratado.
El hidróxido de sodio, el hidróxido de aluminio, el hidróxido de magnesio, el hidróxido de
potasio y el hidróxido de litio son otros hidróxidos con diferentes usos y aplicaciones.

Las propiedades de los hidróxidos.


Anión OH–
El ion hidroxilo es un átomo de oxígeno enlazado covalentemente a un hidrógeno. Así, este
puede representarse fácilmente como OH–. La carga negativa se ubica sobre el oxígeno,
haciendo de este anión una especie donadora de electrones: una base.
Si el OH– dona sus electrones a un hidrógeno, se forma una molécula de H2O. También
puede donar sus electrones a especies de carga positiva: como los centros metálicos M+. Así,
se forma un complejo de coordinación a través del enlace dativo M–OH (el oxígeno aporta el
par de electrones).
Sin embargo, para que suceda esto, el oxígeno debe ser capaz de coordinarse eficientemente
con el metal, de lo contrario, las interacciones entre M y OH tendrán un marcado carácter
iónico (M+ OH–).
Como el ion hidroxilo es el mismo en todos los hidróxidos, la diferencia entre todos ellos
radica entonces en el catión que lo acompaña.
Asimismo, debido a que este catión puede proceder de cualquier metal de la tabla periódica
(grupos 1, 2, 13, 14, 15, 16, o de los metales de transición), las propiedades de tales
hidróxidos varían enormemente, aunque todos contemplan en común algunos aspectos.

Las nomenclaturas de los hidróxidos.


¿Cuál es la forma adecuada de mencionar los hidróxidos? La IUPAC planteó tres
nomenclaturas para tal propósito: la tradicional, el stock y la sistemática. Es correcto utilizar
cualquiera de las tres, sin embargo, para algunos hidróxidos puede que resulte más cómodo o
práctico mencionarlo de un modo u otro.
• Tradicional
La nomenclatura tradicional consiste sencillamente en añadir el sufijo –ico a la valencia más
alta que presenta el metal; y el sufijo –oso a la más baja. Así, por ejemplo, si el metal M tiene
valencias +3 y +1, el hidróxido M(OH)3 se llamará hidróxido (nombre del metal)ico,
mientras que MOH hidróxido (nombre del metal) oso.
Para determinar cuál es la valencia del metal en el hidróxido basta con observar el número
después del OH encerrado entre paréntesis. Así, M(OH)5 significa que el metal tiene una
carga o valencia de +5.
El principal inconveniente de esta nomenclatura, no obstante, es que puede resultar
complicada para metales con más de dos estados de oxidación (como ocurre con el cromo y
el manganeso). Para tales casos se recurre a los prefijos hiper- e hipo- para denotar las
valencias más altas y bajas.
Así, si M en lugar de tener únicamente valencias +3 y +1, tiene además +4 y +2, entonces los
nombres de sus hidróxidos de mayor y menor valencias son: hidróxido hiper (nombre del
metal)ico, e hidróxido hipo (nombre del metal) oso.
• Stock
De todas las nomenclaturas, esta es la más simple. Aquí el nombre del hidróxido va seguido
sencillamente de la valencia del metal encerrada entre paréntesis y escrita en números
romanos. Nuevamente para el M(OH)5, por ejemplo, su nomenclatura stock sería: hidróxido
de (nombre del metal) (V). (V) denota entonces (+5).
• Sistemática
Finalmente, la nomenclatura sistemática se caracteriza por recurrir a los prefijos
multiplicadores (di-, tri-, tetra-, penta-, hexa-, etc.). Estos prefijos se utilizan para especificar
tanto el número de átomos metálicos como de iones OH–. De esta manera, el M(OH)5 se
nombra como: Penta hidróxido de (nombre del metal).
Para el caso del Hg2(OH)2, por ejemplo, sería di hidróxido de di mercurio; uno de los
hidróxidos cuya estructura química resulta compleja a primera vista.

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