Está en la página 1de 9

Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM

www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx

MANUEL ROMERO SANCFíE2.-La revocación de los actos realizados en


frande de acreedores. (Estudio en laa legislaciones civil, mercantil y pro-
cesal mexicanas, y en el derecho comparado).-Tesis para obtener el grado
de licenciado en Derecho.-M6xic0, D. F., 1941. 275 p6gs.

1. No es cosa extrafia que la selección de un tenia para una tesis de li-


cenciatura revele por s í sola la seriedad y vocacióii del candidato. Son esca-
sos los aspirantes a la abogacía atraídos hacia ella por una verdadera vocación
jurídica. Son incontables los que buscan el título pa.ra fincs ajenos, cunndo
no opuestos a1 Derecho. Y sin afición, ni severo propósito formativo, es mhs
hacedero pergeiíar un estudio sobre cualquiera de esas cuestiones, aptas para
laa conversaciones de caf4, que son l a presa f h i l de la incompetencia.
Un tema concreto, de verdadera enjundia jurídica, impropio para la arurenn
divagación, obliga a consultar las normas del ordenamiento positivo, de manejo
no siempre llevadero, y a explorar una bibliografía cuyo conocimiento re-
quiere firmeza y constancia. Exige wduas reflexiones por cuenta propia, para
laa que es imprescindible un dilatado entrenamiento. Llova consigo adem5s
un gasto, rayano con l a prodigalidad, de ese tiempo en el que el vulgar af&n
arde en impaciencia de conseguir un puesto o andar a la caza de una clien-
tela.
11. Concreto, esencialmente jurídico y poco apto para la superficialidad,
e6 un estudio acerca de l a revocación de los actos realizados en fraude de
acreedores. Por el inter6s de las doctrinas con 61 colindantes, y por su propia
sustancia, hace presumir en quien se enfrenta con 61, severo propósito y orien-
tación escelente.
Tal es el q s o del licenciado Manuel Romero Sánchea, cl cual por añadidura
ha consagrado al problema atención esmerada y perseverante, ha escogido
con acierto sus materiales informativos y revela en su trabajo juicio certero
y tecnica precisa Circunstancias confirmativaa de la presunción; y pronda
aegurs de que, en su caso, la consecución del grado final de la carrera he
sido un honor bien merecido. Suficientes por otra parte para pronosticar, sin
peligro de error, que el graduado, si circunstancias adversas no lo malogran,
oonaolidartí e n obras de aun mayor madurez, eu prestigio de maesltro. A

Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, núms. 18, 19 y 20, México, 1943.


DR © Escuela Nacional de Jurisprudencia
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx

condición ciertrimcntr de que no olvide, como puede augurarse no olvidar5,


que la maestría no sc alcanza de una vez para siempre, y hay que reconquis-
tarla todos los días con un esfuerzo %in prisa y sin pausa".
111. E n el desarrollo de su fundamental propósito el licenciado Romero
Sgachez tras de consagrar un capítulo al planteamiento del problema, otro
a l examen de las acciones que tienen por objeto defender a los acreedores
contra el empobrecimiento del deudor y un tercero a la justificación del estudio
de la acción revocatoria en el derecho civil y mercantil en relación con la
quiebra, dedica sendos capítulos a la evolución de la accibn antedicha, en rl
derecho romano y medieval y a sus normas en las legislaciones aleman:),
francesa, italiana y española.
L a parte principal de la tesis so refiere al derecho mexicano y de sus
antecedentes, con anhlisis de sus disposiciones en vigor y referencia al pro-
yecto sobre las quiebras. Con vista de su derecho nacional, aborda el autor
los aspectos cardinales de su tema, refiriéndose con especialidad al fundn-
mento y naturaleza de la acción revocatoria o pauliana, a sus elementos, rCL-
qaisitos y efectos y a otras cuestiones particulares de sumo interbs. Lo hace
siempre con adecuado suministro de doctrinas autorizadas, y sin e q u i v a r la
critica de la opinión ajena ni eludir el juicio propio, antee bien formulán-
Iándolo con una decisión que le honra y que constituye una de las cualidadrs
más estimables de su trabajo.
Por los datos reunidoa, por el análisis y coordinación de los textos lr-
gales, por el enlaee de la norma positiva con la teoría' y por los indudables
aciertos de interpretación que contiene, la monografía del licenciado -mero
Sánchez constituye una valiosa aportación a la dogmhtica de los actos en
f rande.
IV. Las elucidaciones del autor, en su interesante monografía, se m -
trelazan con puntos fundamentales del derecho de obligaciones,' harto pro-
blemáticos e incitadores a nueva reflexión. Sobre los cuales los más atinados
dictkmenes no excluyen la controversia; pues nadie h a llegado a conelusioncs
maduras y sólo puede aspirar cada uno a un nuevo ensayo. Y a echarle, dr
vez en vez, una mano con af&n de pulidea y acicalamiento.
L a obra de Romero SPnches invita a meditar en .torno a tales asuntos
y sobre todo acerca de uno de muy acusado realce, cual ea el de la afectación
de loa bienes del deudor al cumplimiento de sus deudas; aonaignado dentro
del CCDF. de 1928, en su artículo 2964.
Con motivo de ese precepto y de otros similares ae ha iaablado de una
responsabilidad del patrimonio del deudor, en el sentido de que el patrimonio,
como totalidad, es el objeto de una situación jurídica. Se h a ido ad, evidsn-
temente, demasiado lejos; y cometido l a falta t a n aoihfin, que advierten
FADDA Y BENSA (Note dei tradnttori al Libro Suamüo del -S-
CHEID, p. 191) de haber atribuído al concepto del patrtmonio'"una impor-
tancia mayor que 1s que la ley le asigna y requieren loa fines oientfficbs
y prhticos".

Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, núms. 18, 19 y 20, México, 1943.


DR © Escuela Nacional de Jurisprudencia
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx

Ni el artículo citado, ni sus concordantes extranjeros, conciernen a l pa-


trimonio como una univeraitas iuris, sino a los bienes presentes y futuros del
ileudor. Menos aun imponen un derecho de prenda ni otro derecho real so-
bre la unidad patrimonial, n i tampoco sobre los bienes determinados. L a tesis
contraria ha sido destruida con tan decisivos argumentos que atacarla, cuando
r o lo exige una exposición objet,iva, arguye casi el ensañamiento de alancear
a un muerto.
L a adscripción de los bienes del deudor al cumplimiento de sus deudas,
en la que los autores franceses ven una reiteración del viejo adagio qui S'
obiige, oblige le sien, no crea un vínculo inmediato con los bienes, ni menos
con el patrimonio. Origina una relación mediata: a través del deudor como
un elemento de la deuda de éste; y condicionada: pues depende de que el
acreedor quiera crearla concretamente y de que (salvo hipótesis excepcionalea)
loa bienes sigan pcrt,~neciendoal deudor.
V. A las maneras con las que, juristas muy autorizados, califican la traba
de los crSditos con los bienes del deudor, cabe hacerles serias objeciones.
Los créditos miran hacia los bienes del deudor, pero no lo hacen en busca
de una garantía; pues si así fuera l a responsabilidad de lo8 bienes constitui-
r í a un añadido, un algo superpuesto a cada crédito.
L a responsabilidad de los bienes no es por otra parte un deber adicional.
Ee por esencia un irradiación de la deuda, como lo confirma el tenor del artieu-
lo 2964 CCDF. según el cual el deudor responde del cumpiimiento d e sus
obligaciones con todos sus bienes.
L a posibilidad de actuar sobre los bienes no arguye tampoco una sanción,
enando es t a n s61o un modo de cumplimiento. Sanción lleva en 8i idea de
castigo y de culpa; y hay veces que el deudor responde con sus bienes incluso
de un incumplimiento no culposo. Aquella posibilidad, en cambio, es sólo la de
aferrar determinadas cosas para la ejecutividad de una ohiigacidn.
Precisamente en ese carácter embargahle de los bienes de la pertenencin
del deudor, es donde hay que buscar el exacto diagnóstico del entronque
entre el cr6dito y los bienes. La responsabilidad de éstos no es una responsa-
bilidad pura y simple. Aunque arranca de la deuda depende de una doble
eondición: que el deudor tenga bienes y que el acreedor los embargue. El
aegundo de tales requisitos es en verdad el ejercicio de uno do esos derechos
a los que la doctrina moderna califica de potestativos o de formación jurídica,
suya finalidad característica es mear, modificar o extinguir situaciones ju-
rídicas.
L a responsabilidad así condicionada no es iin algo distinto del cródito.
E s una modalidad del crédito mismo.
Con fino análisis la dogmática germánica ha distinguido como elementos
integrantes de la obligación, el débito y la responsabilidad. SegGn GIERRE
(Deutsches Privatrecht, 111, p. 20) la responsabilidad patrimonial no da lugar
a ningún derecho real ni a ninguna gewere, ni siquiera a una expectativa
de ~efioríoreal sobre el patrimonio.

Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, núms. 18, 19 y 20, México, 1943.


DR © Escuela Nacional de Jurisprudencia
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx

L a ultima aseveración es sin duda aplicable al derecho moderno a condición


de que se puntualice el significado de Ia voz expectativa: pues por medio del em-
bargo y la anotación, la voluntad del acreedor, amparada por el titulo obliga-
torio, tiene fuerza para crear una situación de privilegio sobre le cosas por lo
menos en cuanto a créditos posteriores (n. 9 del art. 2993 del CCDF.); y
para proteger al acreedor contra actos posteriores de disposición de la cosa
embargada por el deudor.
Añádase a lo anterior, que la responsabilidad es connatural al crédito civil;
y que, no obstante las agudas distinciones de ISAY, ni hay deuda civil sin
responsa%ilidad, ni responsabilidad sin deuda civil. Ello no impide que cuando
no existen bienes no pueda existir responsabilidad de los bienes: el propio Pero-
grullo confirmaría este aserto. Con lo cual no puede asegurarse que la respon-
sabilidad no exista, ya que incluso para el caso de adqiiirir nuevas cosas tiene
la naturaleza de una expectativa; y además la responsabilidad del deudor
no se agota en la responsabilidad de sus bienes. De ella nacen también vlnculos
personales, de mayor o menor fuerza según las legislaciones.
VI. Desde antiguo se ha enlazado la acción pauliana con la llamada res-
ponsabilidad patrimoninl del deudor. E n Francia, entre otros civilistas, AU-
BRY y RAU (Cours de Droit civil frangais, t. IV, año 1902, Q 313) fundan
aquélla en ésta. E n Alemania sostuvo la conexión COSACK, en 1884 y
posteriormente la Iian afirmado otros muchos. A ellos alude el profesor DE
CASTRO, en un interesante y bien informado artículo (La acei6n panllana
la responsabilidad patrimonial, Revista de Derecho Privado, Madrid, 1938
p. 193 SS.).
La relación entre la acción revocatoria y la norma de que el deudor res-
ponde con sus bienes, es incuestionable; sin embargo, basar esencialmente
aquella en este principio es extralimitarse.
Conduciría en efecto tal punto de vista a la conclusión de que los bienes
del deudor sólo podrían ser ejecutados mientras fueran propiamente bienes del
deudor; o haciéndolos retornar a formar parte de su patrimonio; o en el caso
de que la afectación de dichos bienes tuviera carácter real y existiera, por
lo tanto. el derecho de persecución (que, naturalmente cuando es emanación
de los derechos reales no exige otro requisito que la relación entre el titular y
los bienes).
Ninguna de las mencionadas eonclusiones es, en el CCDF. de 1928, pre-
supuesto de la impugnativa de los aetos en fraude; por medio de la cual se
actúa contra bienes que y a no pertenecen al deudor, ni se hacen retornar al
patrimonio de éste para perseguirlos, ni son objeto de un derecho real de acree-
dor.
L a accíón correspondiente no recae en derechura sobre bienes; ataca
ciertos actos. E s revocatoria y no reipersecutoria. Para que prospere no se
exige que los bienes pertenezcan actualmente al deudor. Tampoco basta probar
que le pertenecieron. Con exactitud se ha escrito que ' l a revocaci6n colabora
desde fuera a la efectividad de la responsabilidad, pero no eurge ex subs-

Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, núms. 18, 19 y 20, México, 1943.


DR © Escuela Nacional de Jurisprudencia
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx

tantia de esta" ( D E CASTRO, p. 198). Para que aparezca, precisa otro SU-
puesto de hecho, en e1 que está el fundamento principal y del que se infiere SU
esencia.
VII. Lanzar una mirada retrospectiva al derecho romano es, en general,
en materias de derecho civil, un seguro medio de hallar fértiles orientacio-
nes y aclarar puntos oscuros. L a secular evolución de aquel derecho, en el que
los institutos jurídicos cambian sus requisitos y transmutan su sentido, ali-
mentan sin embargo muchos equívocos y no dejan de ocasionar errores im.
portantes.
ROMERO SANCHEZ pone de relieve en el capítulo de su libro eonsa-
grado al "origen, desarrollo y evolución de la acción revocatoria" cómo, en
Roma, se pasa desde la ejecución real a la personal: alude a la distinción entre
la actio pauliana y la actio i n factum y entre aquélla y el interdictum f r a u d a
torium; y considera establecido que en la época justiniánea pierde aquélla su
carácter penal y toma el de restitutoria. Entra con ello en un área eutremada-
mente opinable y resbaladiza.
LENEL (Das Edictum perpetuum, 23 edic. 1907, pp. 481-476 y SS.) seguido
por K I P P (impugnación de los actos in fraudem creditorum, en el derecho
romano y en el moderno derecho alemán, con referencia a l derecho español.
Revista de Derecho privado. Madrid. Número 124) opina que los compiladores
justiniáneos refunden en un único recurso los dos que ofrecía el derecho
clásico, es decir la i n integrum restitutio y el interdictum fraudatorium; así
como la actio i n factum (si es que se acepta que también existía con inde-
pendencia de los otros dos). El nombre de actio pauliana no aparece jamás
en los textos originales al tratar ex profeso de los recursos contra el fraude
de los acreedores (KIPP, op. cit., n. 15): según ingeniosa y probable conjetu-
r a de COLLINET (en su artículo acerca del origen bizantino del nombre de la
ncción Pauliana, publicado en la Nouvelie Revue Historique du Droit, 1919
p. 187 SS.) es creación de la Glosa.
En el complejo y todavía no bien esclarecido desenvolvimento de lae
defensas contra el fraus creditorum, en la legislaci6n romana, la i n integrum res-
titutio llevaba a reputar el acto fraudulento como no ejecutado (KIPP, n.
5 ) : y rescindida la tradición, (recissa traditione), los bienes se consideraban
bienes del deudor (Instituciones, libro IV, t. VI, Q 6). E l interdictum pre-
torio reintegraba también los bienes a los acreedores o, según KARLOWA
(Romische Rechss geschichte, al patrimonio del deudor. Sin embargo no cabe
decir, que en derecho justiniheo tuviera la acción impugnativa carácter res-
titutorio, al menos sin ciertas aclaraciones; aunque algunas expresiones de loa
textos lo autoricen, t a l vez como vestigio histórico.
K I P P (p. 32), puntualiza que "tendiendo esta acción a proteger a los acree-
dores, el adquirente de mala f e se podrh sustraer a sus efectos si se ofrece a
reintegrar a los acreedores de cuanto se les debe". "La impugnación, por otra
parte, no procede, según el Digesto (fr. 10, $ 1, tít. VII, libro XLIT), si el
fraude no lleg6 a tener resnltado. De lo cual resulta que la revocación sólo
es procedente para obtener una reparación; y si ésta ha tenido ya lugar pierde
su finalidad sustanei al.

Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, núms. 18, 19 y 20, México, 1943.


DR © Escuela Nacional de Jurisprudencia
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx

E n todo caso, el propio K I P P reconoce que, en lo que atañe a su natnra-


leza, no es posible %onstruir una teoría clara y precisa sobre la acción de
impugnación en derecho justiniáneo, porque los compiladores no lograron lle-
gar a un resultado armónico al unificar los tres recursos del derecho clásico"
(P. 39).
Viíi. Bobre l a naturaleza y fundamento de la acción pauliana reina entre
loa autores una enorme variedad de criterios. ROMERO BANCHEZ los clasi-
fica y examina con excelente juicio; y con laudable decisión, reveladora de
nn nable afán de originalidad, no escatima el suyo propio. Por lo que respecta
a l a naturaleza de la acción la califica de restitutoria y no de resarcimiento.
Sin menospreciar los argumentos que lo abonan, no me convencen. Estoy
más de acuerdo con la crítica que hace el autor a la tesis de l a nulidad, sus-
tentada según DEMOGUE (Traitd des Obligations en g6n6rale, t. VII, n. l l l l ) ,
por D E RUGGIERO, JOSSERAND, BAUDRY-BARDE, PLANIOL y PAC-
CEIONI.
DE CASTRO (1. c., pp. 204-205) discierne, dentro del derecho español, la
acción pauliana como rescisoria (precisando que emplea esta palabra en sen-
tido diferente del usado por GOMEZ DE LA BERNA). "El acto revocado
dice- será revocado como ineficaz, pero sólo para el demandante?' E n
cambio no procura l a reintegración del patrimonio en el estado en que se
hallaba.
Viene a ser la misma -a tenor de la exposicidn de KIPP- la eficaein
de l a impugnación de los actos en fraude, según el derecho alem&n moderno;
pues s i es cierto que en 61 se opera una restitución de las cosas al patrimonio
del deudor es "una restitución de hecho simplemente" y que sólo tiene efecto8
en lae relaciones del impugnante y del impugnado (1. c., p. 20).
Bin duda, en el derecho español l a acción pauliana es una acción rescisoria.
Tambi6n CASTAN lo reconocc así, con su gran autoridad (Derecho civil es-
paflol común y foral (Notarías), Madrid, 1942, t. 11, p. 535) Lo comprueba .
el mímero 3 del articulo 1291 del CCE. Conviene, no obstante, consignar que
en aquel derecho los actos rescindibles suponen un perjuicio, y la rescisión
es un medio extraordinario de repararlo siendo, por lo tanto, la acción resci-
soria reparatoria, si se atiende a su fin.
E n Francia ESMEIN, RADOUANT y GABOLDE (Trait6 pratique de
Droit Civil irancais de PLANIOL -
RIPERT, t. VIII, 29 parte, n. 967) dicen
que no se puede excluir en absoluto la revocatoria de las acciones de indemni-
sación, si bien presenta irreductibles particularidades, entre ellas la de que
la indemnización consiste habitualmente en l a nulidad del acto fraudulento.
DEMOGUE (op. cit., n. 1112), acentúa su carácter predominante de acción
reparadora. E n Chile ALESSANDRI (Teoria de las obligadones, 1939), le
reconoce dicho carácter (pp. 126 y 137) y el de subsidiaria (p. 130).
& A qu6 multiplicar las citas? Otras contrarias podrían ciertamente aducirse.
Aunque tenga un alto valor la opinión ajena y el antecedente en la ciencia
jurídica, ésta no es un mero espigue0 de pareceres ni de preceptos extraños.

Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, núms. 18, 19 y 20, México, 1943.


DR © Escuela Nacional de Jurisprudencia
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx

El jurista debe principalmente buscar la buena solución, con h4bil estilo a a p


tatorio de conceptos, entre la maleza de las disposiciones de cada país.
E n México o1 CCDF. de 1870, en su artículo 1809, y el CCDF. de 1884, e a
su artículo 1696 estatuyen con claridad "que el adquirente demandado puede
también hacer cesar la acción satisfaciendo el importe de la deuda1,. MATE08
ALARCON refiere a este articulo las siguientes palabras: "en t a l caso falta
uno de los requisitos esenciales para su ejercicio, el perjuicio de sus aereedo-
res, toda vez que óstos reciben el importe de sus respectivos créditos."
Dentro del CCDF. de 1928 se califica repetidamente la acción impugna-
tiva como acción de nulidad. No hay que dar, sin embargo, excesiva signifi-
cación a la terminología. E n verdad resulta tratarse de una "nulidadr1 muy
particular, concedida para obtener la reparación de un perjuicio, y dentro de
loa límites eu que t a l reparación lis hace necesaria. Los artículos 2174, 2175
y 2176, CCDF. lo demuestran. Conformo a. ellos viene a ser una "nilidadn
reparativa.
Contra la calificación de acción restitutoria puede en definitiva oponerse
un importante argumento. No hay huella, en el capítulo del CCDP. que trata.
"de los actos celebrados en fraude de acreedores'' de que l a acción consi-
guiente obligue :L restituir, cn sentido propio. Para. que así fuera, los bienes
tendrían que volver al patrimonio del deudor; y esto eti precisamente lo que
no sucede. Revocado el acto, el demandado no reintegra los bienes a l patri-
monio de donde salieron. Dicho patrimonio no se acrecienta con el óxito. La
revocación sólo es pronunciada "en interés de los acrcedores que la hubieran
pedido y hasta el importe de sus ~ r ó d i t o s ' (artículo
~ 2175 CCDF.).
Cierto es, en cambio, que la acción pauliana cumple sus fines por modios
técnicos que tienen algo de rescisión y de nulidad relativa; pero siempre sin
menoscabo de B U fundamental propósito reparador de un perjuicio, del que so
deriva su naturaleza. Es, por lo tanto, una acción compleja, cuyas caracteris-
tiens, forjadas por una larga evoluci6n histórica. justifican un nombre p una
regulación especial.
IX. Lau anteriores reflexiones llevan, como por lu iiiano, a un temtt de
mayor eiivergaaura, cual es el de la clasificación de los negocios jnríilicos im-
pugnable~,acerca del cual toda.vía. no se ha consolidado una doctrina segura.
Así 10 rcconoce COVIELLO (Doctrina general del Derecho Civil, trad. del
Lic. FETAPE DE J . TENA, n. 105). el cual propone "ttdcndo en c u m t a la
más reciente y autoriza,da, doc.trina", clasificar dentro del concepto general
de actos ineficaces (denominacih, por cierto impropia) los actos inválidos
(nulos o anulablos), los actos simplemente ineficaces (que no producen efectos
o producen efect,os limitados, como sucede entre otros casos con las enajena-
ciones en fraudr do acreedores) v. los actos irregulares (cuya sanci6n no es ln.
ineficacia sino una multa).
Reflexiones personales me Iian conducido a propouw (en el Anteproyecto
de P a r t e General del C. C. panameño, donde tengo el honor de colaborar), 1s
categoría de los actos corregibles, es decir, de aquellos actos que adolecen de
falta de algún requisito subsanable, a voluntad dp eunlquiera de los autores,

Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, núms. 18, 19 y 20, México, 1943.


DR © Escuela Nacional de Jurisprudencia
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx

o de a w n defecto o exceso que admita enmienda; y que una vez subsanado


aquel o mediante la corrección de éstos, son plenamente vfilidos y eficaces.
Dentro de ese tipo de actos tendrían acogimiento los actos en fraude, cuya
validez se corrobora si el exceso de que adolecen (el perjuicio de los acreedo-
res), es corregido, o en cuanto lo sea. Admitido t a l concepto la pauliana seria
una a c d 6 n correctiva.
X. Al inquirir el fundamento de la acción revocatoria, ROMERO SAN-
CHEZ lo encuentra en l a violadon del deber de responsabilidad del sujeta
pasivo, distinto de la obligación y constitutivo de una sanción de la misma.
Teoria sin duda ingeniosa y atrayente; pero poco arm6nica con las premisa8
sentadas en lo que precede, sobre todo con las desarrolladas bajo los números
rv) v y VI.
El maestro GUAL VIDAL (según cita del autor, en la página 178), radica
dicho fundamento en el incumplimiento de la obligación. Doctrina a mi juicio
acertada, si bien con un aditamento. No basta cualquier incnmplimiento, sino
una manera (o ciertas maneras) de él, con caracteres especiales.
E n su origen, aparecen los medios impugnativos, entre los qne l a pauliana
se halla comprendida, como instrumentos de ataque contra el frans creditorum.
8e dan, pues, a consecuencia de un fraude y para enmendarlo. Esto equivale
a decir que su fundamento está en el dolo; toda vez que como apunta WINDR
CHEID (Diritto delle Pandette, 11, año 1930, p. 744), el fraude (Betrug), es
una forma particularmente importante del dolo; sin que pueda objetarse que
el fraude no consiste a veces en la intención maliciosa, sino en la conciencia de
causar un daño, por ser doctrina recibida la de que cabe un dolo mo intencional
sino de conciencia.
Verdad es, sin embargo, que en su desarrollo histórico se le agregan a la
revocatoria, como por accesión, otras razones. Se revelan. por ejemplo, en el
CCDP. cuyo articulo 2165 declara que "si el acto fuere gratuito, tendrá lugar
l a nulidad aunque haya habido buena f e por parte de ambos contratantesn. No
sin motivo, por ello, ciertos autores buscan también normas anfilogas en la
doctrina del enriquecimiento indebido (tal vez fuera mejor decir <'menos de-
'bido" o "menos justificado").
L o cual lleva a afirmar que el fundamento do la acción, objeto de estudio,
no es único, aunque ofrezca un aspecto predominante. Aquélla, como tantos
otros institutos jurídicos, no es producto de una teoría acabada, surgida .de una
ves. S u formación obedece a un proceso en que influyen vicisitudes históricas,
experiencias de los prficticos, equilibrios de intereses, que se amparan en una
fórmula ya conocida, en un tipo jurídico ya construído, adaptfindolo a nuevas
funciones, seguramente imprevistas en el instante de su aparición histórica
XI. Otras muchas reflexiones, la mayor parte acordes con las tenis sus-
tentadas por el autor, quisiera añadir como expresión de simpatía y como alien-
t o al joven colega que ha iniciado su obra científica con un notable esfuerzo
y una revelación de enalidades poco corrientes. De intento omito, en cambio,
tratar de ciertos puntos, en los que con franqueza laudable, ROMERO SAN-
CHEZ muestra su disconformidad con juicios por m% ~ustentados. Ello daría

Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, núms. 18, 19 y 20, México, 1943.


DR © Escuela Nacional de Jurisprudencia
Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx

a esta nota una apariencia polémica de la que quiero estar desvestida. L s s


sugestiones criticas que anteceden pretenden sólo ser un incentivo al espíritu
de revisión, al afán de expurgo y de constante mejoramiento de conclusiones
propias o ajenas que constihpe una de las más fecundas calidades de todo
investigador.
No quiero, sin embargo, dar fin ;L esta nota, s i n itii:ih palabras a las quc
presta oportunidad la dedicatoria de la monografía. Con devoción de discípulo
ROMERO SANCHEZ la obsequia a1 doctor JOAQUIN RODRIGUEZ Y RODRI-
QTJEZ, Director del Seminario de Derecho Privado de ln Escileln Nacional de
Jurisprudencia.
E l doctor RODBIGUEZ, con actividad infatig:iblr, con r.utr;~ordinariaroni-
yetenr.ia, con juvenil entusiasmo, que le convierk cn gran :mimador de mu-
chos graduandos, merece los mayores encomios por sil tarea. Además de su
obrn propia, dc singular valía, por inspiración ~ u y ay eon so ayuda inteligente.
no sólo se ha publicado el estudio de ROMERO SANCHEZ, sino otros que
constituyen un honor para el Seminario que dirige. SANCHEZ MEDAT, (Bienes
de la esposa en la quiebra del marido); T \ M E Z OANEZ (Algunos efectos de
la quiebra del marido en el régimen patrimonial del matrimonio), y AGUILAR
GUTIERBEZ (Los contratos mixtos y los contratos innominados), hasta lo que
::onozco, han revelado en sus tesis seria vocación y orientación excelente.
'Cal resultado es posible, porqup la tarea del Director del Seminario, taii
meritoria, actúa sobre 11113. juventud estudiosa e int.eligente, formada por iluw
tres maestros del Derecho Privado, cuyas cmseñanzas y cuyo desinteresado cjeni-
p l i , cobran e 3 d ~día riirpvo prest,igio parn la ciencia jurídica mexicana.

Demófilo DE BUEN,
I'rofeaor dr la TJniversidad Nacional
dc Pxnsmk.

Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, núms. 18, 19 y 20, México, 1943.


DR © Escuela Nacional de Jurisprudencia

También podría gustarte