INTRODUCCIÓN

Comúnmente solemos pensar erróneamente que las normas se encuentran sólo en las
ciencias jurídicas y que solo se despliegan en el ámbito político para moderar a la
sociedad, pero pocos notan que en realidad es la misma sociedad quien crea estas
normativas. La sociología, la etnografía, la filosofía moral, la lingüística, entre otras
ciencias, utilizan, estudian y elaboran normas. Además, reglas como los imperativos
normativos dictan comportamientos que no son del todo legales. Ética y costumbres
también definen patrones de comportamiento. Si queremos saber qué es una norma
jurídica, primero debemos decir algo sobre las normas en general. Y si queremos saber
cuáles son los estándares en general, debemos tener algún concepto mínimo de cómo
usar el lenguaje.
Si bien el derecho se compone básicamente de normas, no puede entenderse solo a
partir de ellas, también son hechos, valores, interpretaciones y argumentos jurídicos,
entre otros factores que explican el derecho. Preferir los fenómenos jurídicos, como el
poder. En cuanto a las normas jurídicas, si bien la mayoría de ellas son normativas y
exhiben elementos inusuales como obligatorias, prohibidas o permisibles, no todas
tienen estas características. Es especialmente importante distinguir entre reglas,
principios y valores jurídicos.
El concepto de norma jurídica es uno de los puntos más centrales de la jurisprudencia.
La estructura y naturaleza de la norma jurídica se refleja en la propia norma jurídica. En
general, la teoría del derecho comienza con la interpretación del concepto de legalidad1.
Sin embargo, no está claro qué significa por estándares legales. Esta falta de claridad se
deriva en parte de problemas relacionados con el concepto de estándares en general.
Además, existen diversas interpretaciones de lo que constituye el carácter jurídico de
una norma.
La teoría de las normas jurídicas es altamente controversial. El término se utiliza de
maneras tan diversas lo que ha llevado a sugerir evitarlo en las teorías sobre los sistemas
normativos y la argumentación práctica. Sin embargo, no existe una mejor alternativa
terminológica, y el hecho de que un término teórico central sea usado de distintas
maneras no parece suficiente para abandonarlo. Además, una teoría de las normas se
puede limitar a los casos claros y paradigmáticos, aunque queden algunas dudas acerca
del alcance de este concepto en otros ámbitos.