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Parte 29: ¿Cómo Puedo Compartir mi Fe?

Hay muchas maneras en las que usted puede compartir su fe con


otros.
La primera y más importante es orar por la persona con la cual quiere compartir su fe. (Si vive en un
país donde puede ser perseguido por su fe pídale a Dios por sabiduría sobre cómo proceder).
Luego, puede pedirle a Dios para que abra la puerta y pueda tener una conversación con ellos.
Cuando hable con ellos, le puede preguntar si están interesados en cosas espirituales o si ellos han
recibido a Cristo como Su salvador. Hay panfletos que puede usar que hablan acerca de Jesucristo.
Uno muy bueno es el folleto de las Cuatro Leyes Espirituales de la Campus Crusade for Christ.
Puede leer el folleto con la persona y al terminar preguntarle si quiere aceptar a Jesucristo como su
Salvador. Lo más importante es decirles que Dios los ama, que Jesucristo murió por sus pecados, y
que pueden aceptar a Jesucristo como su Salvador, si lo desean, orando y pidiendo perdón por sus
pecados y pidiéndole a Jesús entre en sus corazones.

“Cuando terminaron de orar, el lugar donde estaban congregados se sacudió, y


todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin
ningún temor.” (Hechos 4:31)

Muchas Maneras De Compartir


Si la persona no vive cerca de usted, le puede enviar un correo electrónico compartiéndole acerca
de su nueva fe en Jesucristo. En el correo le puede proveer la dirección a una página web
evangelistica como www.diosamoalmundo.com o cualquier otra que Dios haya usado en su vida. Le
puede enviar correos a muchos de sus amigos o enviarles libros o folletos cristianos. También puede
pedirle a Dios para que Su amor brille a través de usted hacia los demás. Puede haber maneras
prácticas en las cuales usted puede mostrar el amor de Dios a otros mientras usted busca
oportunidades para hablarles acerca de Jesús. Lo que sea que haga, usted puede pedirle a Dios que
le de valor para hablarles a otros acerca de Jesús.

“Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. El
que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado.”
(Marcos 16:15-16)

Todos Necesitan Oír


¿Quién necesita escuchar el evangelio? ¿Y quién necesita compartirlo? La respuesta para las dos
preguntas es la misma. Todo el mundo. Toda persona en la tierra necesita oír del evangelio y todo
cristiano necesita decirles. No es el trabajo de los pastores o predicadores. “Y [Jesús] les dijo: Vayan
por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15). Si usted es un seguidor
de Jesucristo, a usted se le ha encomendado que vaya y predique el evangelio. Imagínese que vive
en el desierto donde todo el mundo a su alrededor se está muriendo de sed y usted es el único que
sabe dónde hay una cantidad ilimitada de agua. ¿A quién le diría? A todos, ¿verdad? Probablemente
empezaría con la persona que está más cerca de usted. Después que hayan tomado agua, usted les
pediría que le digan a otros mientras usted también continua haciendo lo mismo. Esto haría que el
trabajo se complete en la menor cantidad de tiempo y aseguraría que todos tengan agua. Es lo
mismo con la Gran Comisión.
“Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” (Mateo 28:19)

¿Está Usted Dispuesto?


Todos están muriendo de sed espiritual. Y usted sabe dónde está el agua, ya que usted mismo la
probó. “Jesús le respondió: Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba
del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás. Más bien, el agua que yo le daré será en él una fuente
de agua que fluya para vida eterna.” (Juan 4:13-14) ¿Conoce a alguien quien tenga sed espiritual?
Tal vez ellos han estado intentando saciar su sed en un empleo, en una relación, o con posesiones.
Pero siguen teniendo sed. No necesita buscar muy lejos para encontrar a alguien que está
desesperado por escuchar acerca de Jesús. Tal vez sea su vecino, un pariente, o un compañero de
trabajo que está esperando por alguien que le diga que hay una forma para ser perdonado de sus
pecados. USTED es esa persona. No necesita ser un predicador o un experto en la Biblia. Sólo
necesita preocuparse por ellos y estar dispuesto a compartir las buenas nuevas acerca de Jesús.
¡Acepte esta gran aventura con el Espíritu Santo para llevar a la gente a la salvación! Pídale a Dios
que le dé valor para compartir el evangelio con mucha gente sedienta alrededor suyo.

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