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SESIÓN Nº 06 – 2021

Título: Jesús nos enseña orar

Apellidos y Nombres del Docente Víctor Hugo Álvarez Del Villar Dongo Área
Grado y sección 2do A B C D E F Medio WhatsApp Educación
Fecha Religiosa
Estudiante
Propósito de Aprendizaje:
Proporciona espacios de encuentro con Jesús para irnos haciendo como Él, identificándonos con
sus criterios, sentimientos y formas de actuar, experimentando la necesidad de la oración como
medio para crecer y madurar en la fe y en el compromiso cristiano.
Competencias: Capacidades:
Construye su identidad como persona Cultiva y valora las manifestaciones religiosas de su
humana, amada por Dios, digna, libre y entorno argumentando su fe de manera
trascendente, comprendiendo la doctrina comprensible y respetuosa.
de su propia religión, abierto al diálogo
con las que le son cercanas.
Desempeño:
Establece la oración como el fundamento básico que sostiene la vida de la Iglesia, que se
convierta en un estilo de vida para toda la congregación y en el poder transformador que impacte
a la sociedad en cada sector, región, nación y hasta los confines de la tierra.
Estándares de Aprendizaje:
Comprende la fe y el seguimiento de Jesús, constituyendo y profundizando la oración, para
fortalecer su vida espiritual individual y colectivamente en las consecuencias para la vida del
encuentro con Jesús y conocer, elaborar, vivir y revisar un proyecto personal de vida.
Evidencias de Aprendizaje:
Define las diferentes formas de oración que practica cada cristiano extraídas del Catecismo de la
Iglesia.
Criterios de Evaluación
Señala la oración como una forma de expresión de la amistad con Dios.
JESÚS NOS ENSEÑA A ORAR
Para muchas personas orar significa rogar a Dios para que les conceda algún favor. Santa Teresa de Ávila lo define
como “Dirige tus oraciones a un único propósito, es decir, adapta tu voluntad a la voluntad divina”. San Francisco de Asís
nos dice “la oración expresa el deseo de ser el vehículo de Dios”.
En profundo silencio lee la oración:
ORACIÓN SAN FRANCISCO DE ASÍS

Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.


Donde haya odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la armonía.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, ponga yo esperanza.
Donde haya tristeza, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que
yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, sino amar.
Porque:
Dando, que como recibimos;
Perdonando, se es perdonado;
Muriendo en Ti, es como se resucita a la
Vida Eterna.
1.- ¿Qué expresa esta oración?
2.- ¿Tienes algo en común con el mensaje de esta oración?
3.- ¿Qué nos sugiere hacer?

"Llegó Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí,
mientras yo voy más allá a orar.» Tomó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó a
sentir tristeza y angustia. Y les dijo: «Siento una tristeza de muerte. Quédense aquí conmigo y
permanezcan despiertos.» Fue un poco más adelante y, postrándose hasta tocar la tierra con su
cara, oró así: «Padre, si es posible, que esta copa se aleje de mí. Pero no se haga lo que yo quiero,
sino lo que quieres tú.» Volvió donde sus discípulos, y los halló dormidos; y dijo a Pedro: «¿De
modo que no pudieron permanecer despiertos ni una hora conmigo? Estén despiertos y recen para
que no caigan en la tentación. El espíritu es animoso, pero la carne es débil.» De nuevo se apartó
por segunda vez a orar: «Padre, si esta copa no puede ser apartada de mí sin que yo la beba, que
se haga tu voluntad.»
Volvió otra vez donde los discípulos y los encontró dormidos, pues se les cerraban los ojos de sueño. Los dejó, pues, y
fue de nuevo a orar por tercera vez repitiendo las mismas palabras." (Mateo 26, 36 -44)
4.- ¿Cuál es el mensaje de la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní?

"Jesús les mostró con un ejemplo que debían orar siempre, sin desanimarse jamás: «En una
ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaba la gente. En la misma ciudad había
también una viuda que acudía a él para decirle: Hazme justicia contra mi adversario. Durante
bastante tiempo el juez no le hizo caso, pero al final pensó: Es cierto que no temo a Dios y no
me importa la gente, pero esta viuda ya me molesta tanto que le voy a hacer justicia; de lo
contrario acabará rompiéndome la cabeza.» Y el Señor dijo: «¿Se han fijado en las palabras
de este juez malo? ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos, si claman a él día y noche,
mientras él deja que esperen? Yo les aseguro que les hará justicia, y lo hará pronto.
Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?». Jesús dijo esta parábola por algunos que
estaban convencidos de ser justos y despreciaban a los demás. «Dos hombres subieron al Templo a orar. Uno era
fariseo y el otro publicano. El fariseo, puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: «Oh Dios, te doy gracias
porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano. Ayuno dos veces
por semana y doy la décima parte de todas mis entradas.» Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía
a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: «Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador.»
Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace
grande será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»" (Lucas 18, 1 – 14)
5.- ¿Qué enseñanza nos deja Jesús sobre la oración en estas dos parábolas?
"Dicho esto, Jesús elevó los ojos al cielo y exclamó: «Padre, ha llegado la hora: ¡glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te dé
gloria a ti! Tú le diste poder sobre todos los mortales, y quieres que comunique la vida eterna a todos aquellos que le
encomendaste. Y ésta es la vida eterna: conocerte a ti, único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesús, el Cristo.
Yo te he glorificado en la tierra y he terminado la obra que me habías encomendado. Ahora, Padre, dame junto a ti la
misma Gloria que tenía a tu lado antes que comenzara el mundo. He manifestado tu Nombre a los hombres: hablo de los
que me diste, tomándolos del mundo. Eran tuyos, y tú me los diste y han guardado tu Palabra. Ahora reconocen que
todo aquello que me has dado viene de ti. El mensaje que recibí se lo he entregado y ellos lo han recibido, y reconocen
de verdad que yo he salido de ti y creen que tú me has enviado. Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los
que son tuyos y que tú me diste -pues todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo mío-; yo ya he sido glorificado a través de ellos.
Yo ya no estoy más en el mundo, pero ellos se quedan en el mundo, mientras yo vuelvo a ti. Padre Santo, guárdalos en
ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo los cuidaba en tu
Nombre, pues tú me los habías encomendado, y ninguno de ellos se perdió, excepto el que llevaba en sí la perdición,
pues en esto había de cumplirse la Escritura. Pero ahora que voy a ti, y estando todavía en el mundo, digo estas cosas
para que tengan en ellos la plenitud de mi alegría. Yo les he dado tu mensaje, y el mundo los ha odiado, porque no son
del mundo como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del Maligno.
Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos mediante la verdad: tu palabra es verdad. Así
como tú me has enviado al mundo, así yo también los envío al mundo, y por ellos ofrezco el sacrificio, para que también
ellos sean consagrados en la verdad. No ruego sólo por éstos, sino también por todos aquellos que creerán en mí por su
palabra. Que todos sean uno como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que
el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros
somos uno: yo en ellos y tú en mí. Así alcanzarán la perfección en la unidad, y el mundo conocerá que tú me has
enviado y que yo los he amado a ellos como tú me amas a mí. Padre, ya que me los has dado, quiero que estén
conmigo donde yo estoy y que contemplen la Gloria que tú ya me das, porque me amabas antes que comenzara el
mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocía, y éstos a su vez han conocido que tú me has
enviado. Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amas
esté en ellos y también yo esté en ellos.»" (Juan 17, 1 – 26)
Permite que esta oración, en la que doy gloria a tu presencia en mi vida, sea mi punto de partida para tener siempre esa
sed de orar que me lleve a la convivencia plena y diaria Contigo y con mis hermanos.
6.- ¿Cómo ha sido ese momento de comunión con Dios? ¿Qué le hemos pedido, qué le hemos dicho?

LA ORACIÓN EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA

2590 “La oración es la elevación del alma hacia Dios o la petición a Dios de bienes convenientes”.
2591 Dios llama incansablemente a cada persona al encuentro misterioso con Él.
La oración acompaña a toda la historia de la salvación como una llamada
recíproca entre Dios y el hombre.
2592 La oración de Abraham y de Jacob aparece como una lucha de fe vivida en
la confianza a la fidelidad de Dios, y en la certeza de la victoria prometida a
quienes perseveran.
2593 La oración de Moisés responde a la iniciativa del Dios vivo para la salvación
de su pueblo. Prefigura la oración de intercesión del único mediador, Cristo Jesús.
2594 La oración del pueblo de Dios se desarrolla a la sombra de la morada de Dios, del Arca de la Alianza y del Templo,
bajo la guía de los pastores, especialmente del rey David, y de los profetas.
2595 Los profetas llaman a la conversión del corazón y, al buscar ardientemente el rostro de Dios, como Elías,
interceden por el pueblo.
2596 Los Salmos constituyen la obra maestra de la oración en el Antiguo Testamento. Los Salmos, Palabra de Dios, son
composiciones líricas destinadas a ser cantadas, constituyen el libro de los cantos del pueblo de Israel. Presentan dos
componentes inseparables: personal y comunitario. Y cuando conmemoran las promesas de Dios ya cumplidas y
esperan la venida del Mesías, abarcan todas las dimensiones de la historia.
2597 Rezándolos en referencia a Cristo y viendo su cumplimiento en Él, los Salmos son elemento esencial y permanente
de la oración de su Iglesia. Se adaptan a los hombres de toda condición y de todo tiempo.
7.- ¿Qué es la oración según el Catecismo?
8.- ¿Cómo es la oración de Abraham y Jacob, de Moisés, de los Profetas?
9.- ¿Qué son los Salmos?

2620 En el Nuevo Testamento el modelo perfecto de oración se encuentra en la oración filial de


Jesús. Hecha con frecuencia en la soledad, en lo secreto, la oración de Jesús entraña una
adhesión amorosa a la voluntad del Padre hasta la cruz y una absoluta confianza en ser
escuchada.
2621 En su enseñanza, Jesús instruye a sus discípulos para que oren con un corazón purificado,
una fe viva y perseverante, una audacia filial. Les insta a la vigilancia y les invita a presentar sus
peticiones a Dios en su Nombre. Él mismo escucha las plegarias que se le dirigen.
2622 La oración de la Virgen María, en su Fiat y en su Magnificat, se caracteriza por la ofrenda
generosa de todo su ser en la fe.
10.- Escribe tu propia oración para que esta pandemia se aleje de cada uno de nosotrosa ejemplo de Jesús y la
Virgen María.

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