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“AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANIA NACIONAL”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE HUANCAVELICA


(Creada por Ley N°25265)

FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES

ESCUELA PROFECIONAL DE ECONOMÍA

TEMA:

TRATAMIENTO DE LA CONDUCTA

DELICTIVA
ASIGNATURA : PSICOLOGÍA Y DESARROLLO PERSONAL

PRESENTADO POR : BUENDIA EZPEZA, Jail

GUILLEN CHARAPAQUI, Denis Alex

OREJON CHOQUE, Hilario

MAYHUA MARTINEZ, Aracely Lina

SULLCARAY ATAYPOMA, Josue

DOCENTE : Mg. CHÁVEZ SOLANO, Delfor Angel

CICLO :I

HUANCAVELICA-PERÚ

2022
Dedicatoria

Este presente trabajo dedicamos

primeramente a Dios, a nuestros

padres y luego a todas la personas que

nos apoyaron para que el trabajo

monográfico sobre el Tratamiento de la

Actitud Delictiva haya sido posible

realizarlo.
ÍNDICE
1 Conducta delictiva ........................................................................................................ 6

1.1 Personalidad y conducta delictiva ....................................................................... 6

1.2 Psicología en la conducta delictiva ...................................................................... 7

1.3 La delincuencia juvenil ........................................................................................ 8

1.3.1 Factores que originan la delincuencia juvenil:................................................ 8

2 técnicas de tratamiento cognitivo, conductual ......................................................... 11

2.1 factores de riesgo y tratamiento ........................................................................ 11

2.2 Motivación y tratamiento ................................................................................... 12

2.3 Terapia cognitiva conductual ............................................................................ 12

3 Métodos de Tratamiento ............................................................................................ 14

3.1 Tratamientos a los Delincuentes que Abusan de Drogas ................................ 14

3.1.1 ¿En qué consiste el tratamiento para la drogadicción? ................................. 14

3.2 Medidas Legales Para el Tratamiento en Contexto Obligado: ...................... 15

3.2.1 Obligación civil: ............................................................................................... 15

3.2.2 Tratamiento cuasi-obligatorio ......................................................................... 15

3.2.3 Tratamiento obligado por la corte................................................................... 15

3.2.4 Tratamiento bajo coerción .............................................................................. 15

3.2.5 Tratamiento obligado ...................................................................................... 16

3.2.6 Tratamiento dentro de la prisión y obligación civil ........................................ 16


3.3 Aspectos éticos del tratamiento en contexto obligado Según la OMS ........... 16

3.4 ¿Es eficaz el tratamiento para la drogadicción? .............................................. 17

3.5 ¿Cuánto tiempo suele durar el tratamiento de la drogadicción? ................... 18

3.6 Objetivo Estratégico de Prevención y Rehabilitación ..................................... 18

3.6.1 Tratamientos conductuales ............................................................................. 19

3.6.2 Los programas de tratamientos conductuales ambulatorios ......................... 19

3.6.3 Los programas de tratamientos residenciales................................................. 20

3.7 Los tratamientos dentro del sistema de justicia penal ........................................ 20

3.8 La Entrevista Motivacional ............................................................................... 21

4 La Relación Terapéutica con el Delincuente ............................................................ 24

4.1 Comunicar apoyo................................................................................................ 24

4.2 Empatizar ............................................................................................................ 25

4.3 Reforzar la realidad de la situación .................................................................. 25

4.4 El Control de la Conducta: una reflexión ........................................................ 26

CONCLUSION ................................................................................................................... 27

REFERENCIA BILIOGRÁFICA .................................................................................... 28

ANEXOS ............................................................................................................................. 32
INTRODUCCIÓN

La actitud delictiva en nuestra sociedad actual se ve mucho, y según que pasa el

tiempo las personas que tienen esta actitud están incrementando, ya que el hombre actual se

deja guiar por la moda, no le importa si, su actitud daña a los demás, por lo otro que puede

suceder ello es que el hombre quiere lo fácil, por ello comienzan a robar y desde ahí se ve

el problema de la inseguridad ciudadana. Con esto no se quiere decir que este problema es

solo de hoy, si no que este ya existía desde mucho más antes, con la diferencia de que era

poco comparado al día de hoy.

Comparado con lo de antes hoy en día los delincuentes tienen armas de fuego y con

ello causan terror en la población, ya que estos al haber consumido sustancias nocivas,

pierden la práctica de la empatía, cometen actos criminales violando los derechos de las

demás personas sin importar de que las victimas sean niños, jóvenes, ancianos o personas

con alguna discapacidad.

Esta actitud trae consigo consecuencias negativas que perjudica la seguridad y la

buena convivencia familiar y social. Por ello es que conoceremos cuales son los factores

que hacen llegar a una persona, para que tenga este tipo de actitudes para luego buscar

algunas soluciones para ayudar a personas que tienen este tipo de comportamientos, y de

esa manera contribuir en la ayuda de luchar contra la inseguridad y la mala convivencia

social.

Del mismo modo se verá como la psicología puede ayudar a reducir este tipo de

comportamiento delictiva de las personas interviniendo con la eficacia de la terapia

cognitivo-conductual conocida como (TCC) para reducir conductas criminales.


1 Conducta delictiva

La conducta delictiva es un fenómeno social que ha sido objeto de estudio por

múltiples disciplinas que tratan de entender, prevenir, evaluar y explicar qué es lo que lleva

al hombre a vulnerar la normativa legal establecida, o principalmente, violar los derechos

de sus semejantes(Guerrero, 2007).

1.1 Personalidad y conducta delictiva

“Se entiende la personalidad como una combinación de características afectivas y

cognoscitivas que determinan una conducta constante, y que de algún modo llega a ser

predecible”(Álvarez, 2015)

La conducta delictiva es una expresión o reflejo de algún tipo de psicopatología

particular que lleva consigo el delincuente, y posiblemente el estudio y análisis de la

conducta delictiva revelará aspectos de la personalidad del acusado. Sin embargo,

conocer el motivo de la conducta punible precisa de un estudio más exhaustivo

donde será preciso recabar información sobre su biografía, rasgos de personalidad,

antecedentes penales, esfera social, cultural, familiar, etc.

No obstante, existe una estrecha relación entre el trastorno de personalidad

antisocial con la conducta delictiva, cuando explican que los individuos con

trastornos de personalidad antisocial suelen tener largos historiales de violación de

los derechos hacia los demás. A menudo son descritos como agresivos porque

toman lo que desean y son indiferentes ante las preocupaciones ajenas. La mentira y

el engaño son típicos en su manera de comportarse, ya que con frecuencia parecen

incapaces de distinguir la diferencia entre la verdad y la mentira que urden para


fomentar sus propios objetivos. Tampoco muestran remordimiento ni preocupación

sobre los efectos devastadores que a veces pueden tener sus actos. ( Molina,

Buitrago, Forero, Álvarez, & Benítez, 2016)

1.2 Psicología en la conducta delictiva

La psicología interviene para reducir la conducta delictiva de las personas con la

eficacia de la terapia cognitivo-conductual conocida como (TCC) para reducir conductas

criminales. La TCC para personas que cometen delitos se centra en el "pensamiento

delictivo" como factor que contribuye a este tipo de conductas. Al asumir que este

"pensamiento delictivo" es un déficit cognitivo que se ha aprendido, la terapia cognitivo-

conductual se centra en el desarrollo de habilidades cognitivas, el manejo de la ira y la

restructuración del pensamiento, enseñando a las personas que delinquen a comprender los

procesos de pensamiento y las elecciones que preceden al comportamiento delictivo,

desarrollando a su vez la empatía y la asunción de la responsabilidad personal.(Consejo

General de la Psicología de España, 2022).

La Terapia Cognitivo Conductual adquirió un marcado prestigio y reconocimiento

debido a la su capacidad para mostrar sus beneficios con estudios empíricos de eficacia y

efectividad. Existen muchas revisiones y metanálisis cuyos resultados aportaron

importantes hallazgos para reducir la conducta delictiva ya que primero ve las causas que

generan la conducta delictiva, luego procede a rehabilitar a la persona desarrollando en

ellos habilidades para el manejo y reconocimientos de sus actos. (Fernández, A &

Fernández, J, 2017)
1.3 La delincuencia juvenil

La delincuencia juvenil se presenta en personas que aún no son mayores de edad y

cuyas edades oscilan entre los 12 a 18 años que, por diversas causas de índole familiar,

social, socioeconómica, educativa, han afectado de forma negativa en su desarrollo,

trayendo como consecuencia la perpetración de actos delictivos que deberán enfrentar en el

ámbito judicial. Según, (Frías, Diaz y Lopez, 2003) “Remarcan que el comportamiento

antisocial es una manifestación de lo que la sicología denomina trastornos del

comportamiento y que la ley suele sancionar”.

1.3.1 Factores que originan la delincuencia juvenil:

a. Factores familiares: Son aquellas condiciones negativas que se presentan en el

entorno del hogar, donde los padres y familiares no contribuyen al desarrollo del

joven, sino todo lo contrario; provocando en sus integrantes una serie de

consecuencias negativas que derivan a conductas agresivas para con su entorno,

incluso contra sí mismo.

b. Factores personales: Se consideran las condiciones individuales que se relacionan

con la afectividad ya que el sujeto, al satisfacer sus necesidades básicas, desarrolla

aspectos sicológicos positivos en la formación integral de su personalidad. Y según

(Ferrari, 2010) nos dice que estos factores están conformados por los problemas de

tipo mental (idiotismo, estolidez y retraso) que se encuentran en la posibilidad de

ser tratados; sin embargo, existen algunas dolencias complejas que requieren de un

tratamiento especial como las sicopatologías, las sicosis, las perturbaciones síquicas,

entre otras enfermedades muy frecuentes en la juventud que delinque y, que en la

mayoría de los casos, tienen una incidencia genética.


c. Factores institucionales: Son las acciones realizadas por organismos o entidades que

intervienen en el ámbito juvenil, ya sea de manera informativa, preventiva o de

proyección social para contrarrestar la delincuencia perpetrada por la juventud de

determinadas zonas. Sin embargo, estas instituciones pueden perder el rumbo si se

comportan con celos institucionales que, en vez de priorizar el amparo de los

jóvenes, se da más relevancia a aspectos extras que devienen a desamparar a la

juventud objeto de sus funciones. (Montero, Villalobos y Valverde, 2010) llegan a

la conclusión de que estos factores son en esencia de carácter estructural, que

definen el eje orgánico de las funciones de cada institución para con los jóvenes en

situación de riesgo de violencia.

d. Factores socioeconómicos: Se consideran al estado social y económico en un

determinado tiempo y espacio que influye en la convivencia pacífica de los jóvenes

en sociedad. En el caso de crisis, tanto del país o personal, los muchachos se ven

obligados a delinquir. Situación criticable pero que está condicionada a extremas

necesidades no cubiertas por los jóvenes infractores. Para (Gonzalez, 2015) estos

factores se relacionan con la convivencia misma de los menores que marcan y

modelan su personalidad, ya que de crecer en un ambiente socioeconómico precario

y violento, asimilar el aprendizaje de una conducta delictiva y una inadecuada

normalización de la delincuencia y la agresividad en el duro afán de sobrevivencia.

Esto se patentiza en los altos niveles de criminalidad en ambientes socioeconómicos

bajos.

e. Factores políticos: Son aquellas políticas, planes y determinadas acciones que el

gobierno tanto local como nacional propone como alternativa de involucramiento en

la problemática juvenil. Los factores políticos contribuirán en crear alternativas de


desarrollo tanto para lo físico como para lo sicológico. Apoyo que se consolidará

como medidas efectivas que ayuden a la rehabilitación social y su paulatina

reincorporación a la vida social. Este factor es el que se refiere directamente a la

idea de autoridad que gestiona y ordena lo social. Es a su vez la forma y capacidad

que se tiene para enfrentarla, ya que es un fenómeno sociopolítico también.

f. Factores educativos: Se consideran a las medidas, políticas, programas y demás que

abordan el propósito de concientización en los centros de estudio sobre la

prevención de la violencia. Es una tarea que no pretende solo brindar conocimientos

o información actualizada, sino causar un impacto significativo en sus conductas

para que, desde lo emocional, antes que, de lo racional, se encarrilen en la no

violencia y se detecten a tiempo las personas que puedan estar más propensas o en

peligro que otras.

g. Factores sociales: Son aquellos que se relacionan a las condiciones circunstanciales

dentro de un espacio social determinado y que explican de alguna forma los

comportamientos de la juventud dentro de su comunidad. Asimismo, son las

restricciones y requerimientos, tanto de prestigio y ascenso social dentro del

ambiente mismo que los jóvenes adquieren para interrelacionarse con sus pares de

la manera óptima.

+
2 técnicas de tratamiento cognitivo, conductual

según (Martínez-Catena & Redondo Illescas, 2013) Los tratamientos con jóvenes

infractores se dirigen a dotar a los sujetos de nuevas habilidades y competencias de

comunicación e interacción humanas, a ofrecerles nuevas experiencias para la integración

social (familiar, educativa, laboral) y a promover en ellos la inhibición de ciertas actitudes

para las conductas infractoras (Israel y Hong, 2006; Palmer, 2003).Según se ha visto, los

tratamientos implican esencialmente modificar ciertos factores de riesgo dinámicos

presentes en los infractores, que constituyen los objetivos fácticos de la intervención. De

esta forma, el diseño y la aplicación de un tratamiento con menores infractores deben

iniciarse con la evaluación de las necesidades y carencias relacionadas con su actividad

delictiva. Para elegir el tratamiento más adecuado, debería, en todo caso, considerarse una

intervención basada en un modelo teórico plausible del comportamiento delictivo y de su

tratamiento. Después, se debería seleccionar, de entre las disponibles, aquella intervención

que resulte más acorde a las necesidades de tratamiento que se han detectado, o en su

defecto, adaptar una iniciativa ya existente, o bien diseñarla ex profeso. Para conseguir la

máxima eficacia, el programa tiene que aplicarse de la manera más completa posible y

según la temporalización prevista. Por último, es imprescindible evaluar la eficacia del

tratamiento aplicado.

2.1 factores de riesgo y tratamiento

Según la perspectiva teórica anterior, las tres grandes fuentes de riesgo aducidas

requieren tres tipos distintos de intervenciones e iniciativas preventivas. Los factores de

tipo personal, tales como impulsividad, pensamientos distorsionados o reacciones


emocionales de ira, van a necesitar intervenciones educativas y de tratamiento directas con

los individuos. Estas intervenciones son las que se aplican fundamentalmente en el marco

de las medidas de justicia juvenil.

2.2 Motivación y tratamiento

Según(De Santisteban Pérez, 2011) El delincuente no es alguien que habitualmente

acuda a consulta y mucho menos en busca de su propia “reinserción”. Cuando asisten a

consulta puede ser más bien porque sus problemas estén interfiriendo en su estado de salud,

más que por el daño orientado a otros, que suele ser lo más habitual, en su dinámica

personal y relacional. Por lo tanto, vendrán a consulta obligados por alguien de su entorno,

o directamente derivados de los diferentes dispositivos legales, encargados del

cumplimiento de sus deudas con la sociedad. Por lo general, el grado de motivación y

disposición al tratamiento, es claramente reducido en sus inicios, e incluso nos encontramos

con sujetos altamente retadores, que intentaran boicotear las sesiones repetidas veces. No es

lo mismo formar un grupo sobre “violencia de género” que sobre “agresores sexuales”,

“habilidades sociales” o “preparación para la vida en libertad”. Esta etiqueta será el primer

paso en las resistencias de los penados. Los recursos actuales se suelen destinar cada vez

más a grupos de intervención sobre violencia de género, por la creciente preocupación

social sobre el tema. Pero a su vez, se están acrecentando las campañas estigmatizadoras

sobre dicho tema, influyendo negativamente en la asunción de responsabilidad de los

penados, así como en su disposición a acudir de manera voluntaria a este tipo de grupos.

2.3 Terapia cognitiva conductual

Hay ser conscientes de que nos hallamos ante un colectivo con unas características

muy particulares. Salvando algunas diferencias anteriormente comentadas, la población de

este tipo suele ser bastante joven, impulsiva, con problemas para adaptarse a las normas y
aceptar a la autoridad. Suele ser gente que “se las sabe todas”, que pone a prueba al

terapeuta e intenta eludir la máxima responsabilidad y sacar el máximo beneficio propio, al

margen de los intereses terapéuticos.

Para empezar, es necesario mantener una postura adecuada de compromiso,

aceptación y confianza, pero siempre siendo conscientes de que hay que mantener una

distancia prudencial. Realmente se trata de una premisa que hay que controlar en cualquier

otra terapia, pero que posiblemente aquí resulte más complejo, ya que es habitual que te

intenten “liar” buscando otro tipo de relación más de índole amistosa, ya que por lo general

se sienten cómodos con el trato recibido, pero inicialmente no tienen disposición al

tratamiento en sí.

La mirada incondicional es en este tipo de intervención lo más importante, porque

si se sienten juzgados no hay cabida para el tratamiento. En determinados delitos no es tan

sencillo, es importante trabajar con uno mismo esta capacidad de aceptación de la persona y

sus circunstancias personales, y elaborar contenidos difíciles si es posible, con compañeros

de trabajo y grupos de supervisión. La empatía es absolutamente necesaria, ya que les

distancia de esa mirada juzgadora que impera en la sociedad que les coloca en una posición

defensiva constante. Para poder ir desmontando esas corazas, tan patentes en determinadas

tipologías violentas, ha de haber una aceptación absoluta y sincera.


3 Métodos de Tratamiento

3.1 Tratamientos a los Delincuentes que Abusan de Drogas

3.1.1 ¿En qué consiste el tratamiento para la drogadicción?

El tratamiento para la drogadicción tiene como finalidad ayudar al adicto a dejar la

búsqueda y el consumo compulsivos de la droga. El tratamiento puede darse en una

variedad de entornos, de muchas formas distintas y por diferentes periodos de tiempo.

Puesto que la drogadicción suele ser un trastorno crónico caracterizado por recaídas

ocasionales, por lo general no basta con un solo ciclo de tratamiento a corto plazo. Para

muchas personas, el tratamiento es un proceso a largo plazo que implica varias

intervenciones y supervisión constante. Existen varios enfoques con base científica para

tratar la drogadicción.(Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, 2010)

(El & 2002., n.d.) El tratamiento para la drogadicción puede incluir terapia de la

conducta (como terapia individual o de grupo, terapia cognitiva o manejo de

contingencias), medicamentos o una combinación de ellos. El tipo Los mejores programas

de tratamiento ofrecen una combinación de terapias y otros servicios para satisfacer las

necesidades individuales de cada paciente. Componentes de un tratamiento integral para el

abuso de drogas Servicios para el VIH/SIDA Servicios educativos Servicios para el cuidado

de niños Servicios financieros Servicios médicos Servicios de vivienda/ transporte

Servicios de salud mental Servicios para la familia Servicios vocacionales Servicios legales

Servicios de entrada/ evaluación Plan de tratamiento Farmacoterapia Continuación de

cuidados Ciudadanos clínicos y manejo de casos Terapia de la conducta y consejería

Monitoreo del uso indebido de sustancias Grupos de autoayuda con personas con

problemas similares 10 11 específico de tratamiento o la combinación de tratamientos varía

según las necesidades individuales del paciente y, con frecuencia, según el tipo o los tipos
de drogas que use. La gravedad de la adicción y los intentos anteriores para dejar de

consumir drogas también pueden influir en el enfoque del tratamiento. Finalmente, los

adictos suelen sufrir de otros problemas de salud (incluyendo otros trastornos mentales),

ocupacionales, legales, familiares y sociales, los cuales deben tratarse de forma

concurrente.Las medidas legales incluyen las obligaciones civiles, el tratamiento ordenado

por la corte y los programas alternativos a la reclusión.

3.2 Medidas Legales Para el Tratamiento en Contexto Obligado:

3.2.1 Obligación civil:

En Australia se define como un tratamiento involuntario de un consumidor de

drogas o de alcohol no infractor de ley, en tanto en Estados Unidos esta obligación se aplica

en infractores y no infractores que no desean o no quieren controlar su consumo de drogas

ni quieren solicitar ayuda;

3.2.2 Tratamiento cuasi-obligatorio

Se refiere al tratamiento para un infractor con consumo dependiente de drogas que es

motivado, ordenado o supervisado por el sistema de justicia penal que se efectúa fuera de

las prisiones; requiere el consentimiento del infractor del ley y generalmente se excluye la

dependencia al alcohol; ›

3.2.3 Tratamiento obligado por la corte

Tratamiento de un infractor de ley cuyo consumo con dependencia ha contribuido a la

comisión del delito. ›

3.2.4 Tratamiento bajo coerción

Caracterizado por la presencia de un delito y algún grado de elección aunque limitada del

individuo para decidir entrar a tratamiento o enfrentar sanciones legales340; ›


3.2.5 Tratamiento obligado

s aquel ordenado por un mandato basado en la legislación y en los programas

gubernamentales. Es el más ampliamente empleado e implica un amplio rango de

situaciones de coerción, las que incluyen mecanismos alternativos a la reclusión.

3.2.6 Tratamiento dentro de la prisión y obligación civil

Esta definición excluye a los mecanismos coercitivos informales.

3.3 Aspectos éticos del tratamiento en contexto obligado Según la OMS

El tratamiento de la adicción a drogas bajo coerción implica el uso del poder del

Estado para obligar a una persona a que reciba tratamiento, y es inevitable que esa

iniciativa plantee cuestiones relativas a la ética y a los derechos humanos341. 340

Suspensión condicional del procedimiento penal. 341 OMS, 2005. Consumo problemático

de drogas. Tratamiento en personas que han cometido delitos [ 178 ] Cabe preguntarse bajo

qué circunstancias el Estado puede ignorar el derecho fundamental de los individuos para

elegir acerca de sus propias acciones, y qué obligaciones pueden ser justificadas342. La

incidencia de un individuo en los derechos de otros ciudadanos justifica el ejercicio del

poder del Estado sobre ese individuo; y en esa categoría se encuentra la amenaza/daño a la

salud mental, la condición social, la salud corporal, el bienestar emocional y el bienestar

económico. Respecto al consumo de drogas ilegales y el alcohol, observan que éstas están

asociadas a la violencia, al abuso sexual y la violencia doméstica, e impactan

negativamente a la familia, a los trabajadores y a la seguridad pública. Por lo tanto, los

autores señalan que sería éticamente cuestionable obligar a todos los consumidores de

drogas a participar en un tratamiento. Y el tratamiento obligado implica que el Estado

responda a la interrogante, ¿cuánto daño habría que esperar que ocurra como resultado del

consumo de drogas y alcohol de los individuos? Además, debiera probarse que el


tratamiento será beneficioso para el individuo; y si ello no ocurre no habría una

justificación ética para la imposición legal del tratamiento. En un consenso sobre el

tratamiento obligado preparado para la OMS en 1986, se concluyó que el tratamiento está

legal y éticamente justificado si los derechos de los individuos quedan protegidos por el

“debido proceso” (de conformidad con los principios de los derechos humanos), y se

proporciona tratamiento efectivo y humano343.

Para que el tratamiento sea eficaz, es esencial que el paciente lo continúe durante un

periodo adecuado de tiempo. La duración apropiada del tratamiento depende del tipo y la

severidad de los problemas y las necesidades de cada persona. Las investigaciones indican

que la mayoría de los pacientes requieren por lo menos tres meses de tratamiento para

reducir de forma significativa o detener el consumo de drogas, pero que los mejores

resultados se logran con periodos más largos de tratamiento. La recuperación de la

drogadicción es un proceso a largo plazo y con frecuencia requiere varios ciclos de

tratamiento. Como sucede con otras enfermedades crónicas, puede haber recaídas en el

abuso de drogas, lo que indica la necesidad de restablecer o ajustar el tratamiento. Puesto

que muchas personas suelen dejar el tratamiento prematuramente, los programas deben

incluir estrategias que comprometan y mantengan a los pacientes en tratamiento. (Instituto

Nacional sobre el Abuso de Drogas, 2010)

3.4 ¿Es eficaz el tratamiento para la drogadicción?

Además de detener el abuso de drogas, la meta del tratamiento es que el paciente

vuelva a funcionar productivamente en la familia, el trabajo y la sociedad. De acuerdo con

estudios de seguimiento de pacientes que han estado en tratamiento durante periodos

prolongados, la mayoría de los que entran y permanecen en tratamiento dejan de usar

drogas, reducen su actividad delictiva y mejoran su desempeño ocupacional, social y


psicológico. Por ejemplo, se ha demostrado que los toxicómanos que reciben tratamiento

con metadona muestran una mayor participación en la terapia de la conducta y una

reducción tanto en el consumo de drogas como en el comportamiento delictivo. Sin

embargo, los resultados de los tratamientos individuales dependen del alcance y la

naturaleza de los problemas que presente el paciente, de la calidad del tratamiento y los

servicios relacionados usados para tratar estos problemas, y de la calidad de la interacción

entre el paciente y los proveedores del tratamiento.

3.5 ¿Cuánto tiempo suele durar el tratamiento de la drogadicción?

Durante el tratamiento de la drogadicción, cada persona avanza a ritmo diferente,

por lo que no existe una duración predeterminada para el tratamiento. Sin embargo, las

investigaciones han demostrado sin lugar a dudas que la obtención de buenos resultados

depende de un tiempo adecuado de tratamiento. Generalmente, para los tratamientos

residenciales o para pacientes externos, tiene poco efecto la participación en un programa

por menos de 90 días y, por eso, a menudo se aconsejan tratamientos que duren periodos

mucho más largos. Para el mantenimiento con metadona, el mínimo de tiempo en

tratamiento es de 12 meses; en algunos casos, las personas adictas a los opioides se siguen

beneficiando del tratamiento de mantenimiento con metadona durante muchos años.

(Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, 2010).

3.6 Objetivo Estratégico de Prevención y Rehabilitación

Disminuir el consumo de drogas a nivel nacional a través de intervenciones

preventivas y terapéuticas que fortalezcan el desarrollo personal y generen espacios

protectores en la comunidad, familia y escuela, en un trabajo articulado entre los niveles de

gobierno central, regional, local y la sociedad civil.

Sistema Nacional Prevención Y Rehabilitación Del Consumo De Drogas


Respecto al tratamiento y rehabilitación, se consideran estos como procesos

integrales que buscan restablecer en las personas el potencial físico y mental que ha sido

afectado por la dependencia de las drogas, de modo tal que pueda optimizar su desempeño

personal y social. Las estrategias e intervenciones se estructuran desde un enfoque

biopsicosocial – espiritual para lo cual se utilizarán diversas estrategias y técnicas

terapéuticas en el marco del respeto a los derechos humanos.

3.6.1 Tratamientos conductuales

Los tratamientos conductuales ayudan a que los pacientes se comprometan con el

proceso de tratamiento, modifiquen sus actitudes y comportamientos relacionados con el

abuso de las drogas y aumenten sus destrezas para llevar una vida más saludable. Estos

tratamientos también pueden mejorar la eficacia de los medicamentos y ayudar a que las

personas continúen en tratamiento por más tiempo. Diciembre del 2009 Página 4 de 6 El

tratamiento del abuso y la adicción a las drogas se puede llevar a cabo en entornos muy

distintos usando una variedad de enfoques conductuales.

3.6.2 Los programas de tratamientos conductuales ambulatorios

Abarcan una gran variedad de programas para los pacientes que visitan las clínicas

a intervalos regulares. La mayoría de los programas incluyen consejería individual o en

grupo para el abuso de las drogas. Algunos programas también ofrecen otras formas de

tratamientos conductuales como: • Terapia cognitiva-conductual, que ayuda a los pacientes

a reconocer, evitar y enfrentar aquellas situaciones en las que hay más probabilidad de que

abusen de las drogas. • Terapia familiar multidimensional, que fue desarrollada para

adolescentes con problemas de abuso de las drogas y para mejorar el funcionamiento de la

familia en general, trata los diversos factores que influyen sobre los patrones de abuso de

las drogas. • Entrevistas de motivación, que aprovechan de la disposición favorable de las


personas para cambiar su comportamiento e ingresar a tratamiento. • Incentivos para realzar

la motivación (manejo de contingencias), que usan el refuerzo positivo para fomentar la

abstinencia de las drogas.

3.6.3 Los programas de tratamientos residenciales

También pueden ser muy eficaces, especialmente para las personas que tienen

problemas más graves. Por ejemplo, las comunidades terapéuticas son programas

sumamente estructurados en los que los pacientes permanecen en una residencia,

generalmente por un periodo de 6 a 12 meses. Las comunidades terapéuticas se diferencian

de otros enfoques de tratamiento principalmente porque usan a la comunidad (el personal

tratante y las personas en recuperación) como factores clave de cambio para influir en las

actitudes, percepciones y comportamientos asociados con el consumo de drogas de los

pacientes. Entre los pacientes en las comunidades terapéuticas se pueden encontrar aquellos

con historias relativamente largas de drogadicción o que han estado involucrados en

actividades criminales serias y aquellos con un funcionamiento social sumamente

deteriorado. Ahora también se están diseñando las comunidades terapéuticas para acomodar

las necesidades de mujeres embarazadas o con niños. El enfoque de la comunidad

terapéutica es la reinserción social del paciente a un estilo de vida libre de drogas y de

crímenes.

3.7 Los tratamientos dentro del sistema de justicia penal

El tratamiento dentro de una institución del sistema de justicia penal puede lograr

evitar que el delincuente regrese a un comportamiento criminal, sobre todo si el tratamiento

continúa durante su transición de vuelta a la comunidad. Los estudios demuestran que no es

necesario que el tratamiento sea voluntario para que sea eficaz.


3.8 La Entrevista Motivacional

La Entrevista Motivacional (EM) es una herramienta clínica derivada de

investigaciones que se articulan con la práctica clínica para generar estrategias

motivacionales que contribuyan al proceso de interrupción o reducción del consumo de

alcohol, tabaco y otras drogas.

Según Miller y Rollnick (1999) la definían como “un método directivo, centrado en

el cliente y orientado a incrementar la motivación interna de la persona para lograr un

cambio, vía la exploración y resolución de la ambivalencia”. A través de la experiencia

clínica y la investigación, los fundamentos y metodología que integran la EM, así como su

definición han sido refinadas. La más reciente definición de la Entrevista Motivacional que

proponen sus autores es:

La Entrevista Motivacional es una herramienta clínica, orientada hacia objetivos,

con una particular atención en el lenguaje que promueve el cambio. Está diseñada para

fortalecer la motivación y el compromiso de las personas para lograr un cambio específico

a través de la inducción y exploración de las razones que tiene la persona para realizar una

modificación a su conducta. Todo ello dentro de una atmosfera de aceptación y compasión

(Miller and Rollnick, 2013).

La EM en una técnica que en la que el terapeuta se convierte en un colaborador en

el proceso de cambio de la/el paciente, representa todo un estilo de relacionarse con los/las

pacientes, está encaminada a promover cambios que convengan a la salud de los/las

pacientes en un clima de empatía y cordialidad (Arkowitz, Westra, Miller, Rollnick, 2008).

La entrevista motivacional es un tipo de entrevista que se centra en el paciente y le

permite explorar más allá de sus conductas e incrementar su conciencia respecto a su salud,

si bien como lo menciona, la entrevista motivacional se ha convertido en uno de los


métodos más efectivos en el manejo de las adicciones que favorece el proceso de cambio,

es así como el terapeuta se convierte en facilitador para dicho cambio.

Igualmente el Instituto Nacional de Salud de Perú (s,f) refiere que la entrevista

motivacional se diseñó con el fin de mostrar, esclarecer y resolver la ambivalencia y ver los

beneficios en términos personales, laborales y económicos del cual se beneficiaría el sujeto

al cambiar su conducta. De manera tal que el resultado final de la entrevista es producto de

la interacción interpersonal.

Este modelo de entrevista le permite al profesional abordar cada sesión de una

manera ágil y sustantiva, por lo cual es de gran ayuda en procesos de intervención primaria;

sin embargo, requiere del mismo profesional habilidades que le permitan promover

comportamientos saludables y provocar en el paciente, un cambio positivo en relación al

incremento de motivación, sin que este pueda sentirse juzgado o penalizado.

Bajo los principios fundamentales de un proceso de acompañamiento la entrevista

motivacional nos permite contemplar junto con el consultante las ambivalencias en la

cuales se pretende trabajar, así promover una orientación que impacte todas las áreas de

ajuste del consultante, teniendo como propósito la transición de estadios iniciales de

precontemplación a contemplación ya que en el proceso se evidencian altibajos que

implican un tipo de motivación distinto. (Lizarraga y Ayarra, 2001).

Miller y Rollnick (2015), mencionan que la entrevista motivacional, se ha diseñado

para superar los retos que pueden aparecer cuando alguien que desea ayudar se adentra en

la motivación para el cambio de otra persona. En síntesis, la EM pretende organizar las

conversaciones de modo que sean las mismas personas las que se persuadan de cambiar a

través de sus valores e intereses. Es por ello que un tipo de entrevista de tipo

confrontacional podría potenciar y reforzar los problemas. Es así como Miller sugiere que
se podría utilizar la escucha empática con el fin de disminuir la resistencia y por el

contrario aumentar la motivación del paciente, por eso la entrevista motivacional se ve

desde una perspectiva diferente, que como lo refiere puede guiar más hacia el progreso que

permita al paciente inmiscuirse en una atmósfera de confianza y motivación hacia el

cambio, cambio que no se impone, sino que surge en el mismo.


4 La Relación Terapéutica con el Delincuente

La relación terapéutica es importante para estudiar la conducta y los procesos mentales que

ayuda a determinar a presuntos delincuentes, y sus diversos ámbitos donde se dirigen a dotar

a los sujetos de qué manera se le puede ofrecer nuevas experiencias para la integración social

(familiar, educativa, laboral).

Según se ha visto, los tratamientos implican esencialmente modificar ciertos factores de

riesgo dinámicos presentes en los infractores, que constituyen los objetivos fácticos de la

intervención. De esta forma, el diseño y la aplicación de un tratamiento con menores

infractores debe iniciarse con la evaluación de las necesidades y carencias relacionadas con

su actividad delictiva. Para elegir el tratamiento más adecuado, debería, en todo caso,

considerarse una intervención basada en un modelo teórico plausible del comportamiento

delictivo y de su tratamiento para adaptar una iniciativa ya existente, o bien diseñarla ex

profeso. Para conseguir la máxima eficacia, el programa tiene que aplicarse de la manera más

completa posible y según la temporalización prevista; así mismo es imprescindible evaluar

la eficacia del tratamiento aplicado. (Martínez Catena & Redondo Illescas, 2013)

4.1 Comunicar apoyo

En este proceso, es muy importante ya que la persona delictiva necesita todo de

muestro apoyo y atención, la mayoría de nosotros somos indiferentes, en este proceso

dejamos de lado los sentimientos siendo apáticos, y estas personas delictivas no tienen con

quien compartir, apoyarse, contarle, a nadie le importa, y mucho menos a los adultos.

Comunicar apoyo, dar tiempo y mostrar interés, a menudo se da una perspectiva frente

a esa visión de abandono. Tiene que ver con la exigencia de que se fundamente sobre la

conducta delictiva y la reincidencia. Para (Garrido & González García, pág. 34) “es a menudo
un buen punto de partida ofrecer una declaración personal del asunto: “Juan, realmente estoy

preocupado por ti, y ahora quisiera saber que ha pasado””

4.2 Empatizar

Después de ofrecer apoyo, exigir estar pendientes sin perder la comunicación, que

nuestra comprensión, ponernos en su lugar (empatía) es en este proceso de intentar

comprender para confrontar esta conducta delictiva. . Para Martínez Catena & Redondo

Illescas (2013, pág. 7) “Dotarles de las herramientas necesarias para que se produzca una

mejora en sus déficits en habilidades, actitudes y pensamientos antisociales, o en control de

emociones, que, en definitiva, les ayuden a una mejor reintegración social.”

Necesitamos focalizar nuestra energía en oír realmente y entender los sentimientos y

perspectivas de las personas. Entonces intentamos comunicar esta comprensión a través de

una breve declaración empática: “Veo que estas muy harto de pasar por todo esto (ingreso en

un centro)” (Garrido & González García)

4.3 Reforzar la realidad de la situación

Los mismos programas considerados en los tratamientos en fase de internamiento se

valorarán en la comunidad, teniendo en cuenta el riesgo que supone la exposición a estímulos

y desestabilizadores. Como prevención de reincidencia debe incluir la asistencia a un centro

de día donde se regulen y controlen los tratamientos además de contar con la supervisión y

apoyo de los agentes de la condicional. En los centros, las intervenciones serán apropiadas,

individualizadas e implementadas por un equipo preparado y responsable con metas

claramente definidas y realistas. Los programas se adecuarán a las necesidades del individuo

y del contexto siendo una continuación del que siguieron en fase de internamiento (modalidad

y técnicas), mencionado anteriormente. (Odette Terol, 2008). En este proceso se debe


mantenerse firmes y a enseñar responsabilidad, el tiempo es importante ya que en el

transcurso mostramos nuestras expectativas, que los aceptamos como son pero que queremos

que mejore. Ya que es claro que aparte de guiarlos, ayudarlos también debemos ser un

ejemplo porque así comunicamos lo que podemos no hacer como educadores, y la realidad

es la decisión de uno mismo. Este proceso muestra preocupación y comprensión.

4.4 El Control de la Conducta: una reflexión

Solo podemos controlar lo que hacemos nosotros; nos podemos controlar a nosotros

mismos, esta es una de las grandes aseveraciones de la moderna terapia de la realidad, y este

principio tiene diferentes ramificaciones en como interacciones con las conductas delictivas.

Creer que podemos controlar la conducta de los demás e incluso cambiarla forma parte

de nuestras creencias sociales más firmes, nos conlleva a no lograr, recocer lo fútil que todo

ello resulta, olvidando que podemos elegir y estas elecciones son las que nos permiten

establecer cambios.

Nunca intentemos hacer cosas que nos hagan sentir mal, la mayoría de los terapeutas de

la realidad prestan una atención especial a los sentimientos de los jóvenes. Sin embargo, es

más probable que ayuden a los jóvenes a sentirse mejor facilitando un proceso que conduce

a actuar y pensar mejor y por tanto mejora los sentimientos; tomarse el tiempo necesario para

llevar una escucha empática es habitualmente, el primer paso para abordar una situación es

reduciendo el número de malentendidos e involucrarnos con estas personas (presuntos

delincuentes), en este proceso de interrelacionarnos de manera honesta y explorar sus

pensamientos y conductas les ayudan a tomar conciencia. (Garrido & González García)
CONCLUSION

En este trabajo realizado se pudo conocer mucho acerca de la conducta delictiva, se

puede decir que este tipo de conducta es un fenómeno social y es una expresión o reflejo de

algún tipo de psicopatología particular que lleva consigo un delincuente. Para este tipo de

actitudes hay soluciones los cuales mayormente consisten en modificar ciertos factores de

riesgo dinámicos presentes en los infractores, que constituyen los objetivos fácticos de la

intervención.

Estas soluciones nos ayudaran disminuir la cantidad de personas que tienen este tipo

de conductas, del mismo modo nos ayudara, mejorar la seguridad ciudadana y la buena

convivencia familiar y social.


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