Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PARTE 5: EL ADOBE
La técnica del adobe consiste en moldear, sin compactar, bloques de tierra cruda y dejarlos secar al sol.
El bloque de adobe, elaborado durante milenios, es uno de los primeros materiales de construcción utilizados
por el hombre.
Los hay de múltiples formas: cónicos, cilíndricos, trapezoidales. Estas formas se sitúan históricamente entre
el moldeado manual de la tierra en forma de bolas y la aparición del molde rectangular.
LA TIERRA APROPIADA
Es conveniente explotar una cantera cuyo suelo no contenga piedras gruesas, raíces ni tierra vegetal. Los
suelos más aptos para la fabricación de adobe son los constituídos por arena, limo y arcilla, de acuerdo a las
siguientes proporciones:
Arenas 60 - 70 %
Limos 15 - 20 %
Arcillas 15 - 25 %
1. Que haya demasiada arcilla; es este caso, se producirán fisuras en los adobes durante el secado.
En efecto, la inestabilidad de su volumen en presencia del agua explica el fenómeno y contribuye a volver
los adobes poco resistentes a la erosión.
2. Que haya demasiada arena; los granos no podrán ser bien ligados (adheridos). La cohesión del conjunto
será demasiado débil y los adobes se disgregarán.
3. Que haya demasiada materia orgánica; el efecto de su descomposición se traduce en una inestabilidad,
con el tiempo, de las características del material, porosidad y mala resistencia al agua.
Estas proporciones mencionadas, pueden ser establecidas en laboratorio o evaluadas sobre el terreno por
medio de métodos simples.
DE SEDIMENTACIÓN
El procedimiento a seguir es el mismo que se vió anteriormente con el uso del frasco vacío de 1 litro.
La tierra estará dividida en dos partes, la arena en el fondo y los finos (limos y arcillas) arriba.
Será considerada tierra apta para la fabricación de adobes aquella que presente las dos partes iguales; y,
mejor aún, si la parte de arena es un poco mayor que la de los finos.
Si los resultantes fueran diferentes, se puede mezclar el material faltante hasta obtener una mezcla con las
proporciones recomendadas.
DE LA CINTA
Al igual que el ensayo que se vió anteriormente, se debe realizar un rollo de tierra plástica con la mano (no
debe pegarse). Se le aplasta con precaución entre los dedos para obtener una "cinta" lo más largo posible,
cuya medida al romperse permitirá conocer aproximadamente las características de la muestra:
• Si la muestra se rompe entre los 5 y 15 cm, la tierra es buena para fabricar adobes.
• Si se rompe antes de los 5 cm, es necesario agregar arcilla.
• Si se rompe después de los 15 cm, es necesario añadir arena.
PREPARACIÓN DE LA TIERRA
La hidratación previa tradicional que se llama "podrido", tiene por objeto saturar de agua las partículas
arcillosas y deshacer todos los grumos de tierra. Se deja reposar el suelo remojado durante 24 horas, lo cual
facilita la mezcla y mejora la calidad de los adobes, ya que disminuye las fisuras producidas por la
contracción durante el secado.
Sobre una superficie plana, cerca del lugar de fabricación de los adobes, se forma un montón de tierra en el
que se cava un cráter, el mismo que se llena con agua. Se trata de obtener una mezcla plástica y
homogénea. Se puede igualmente pisar con los pies dentro de una fosa.
La cantidad de agua necesaria es considerable, por tanto se debe prever al escoger el área de fabricación, la
proximidad de una fuente. Se debe tener en cuenta que se necesita 1/3 de volumen de agua dentro la
mezcla. Una producción diaria de 500 adobes de 30x15x10 cm, entre 4 personas, requiere 650 lts de agua.
ESTABILIZACIÓN
Generalmente se agregan a la mezcla fibras vegetales o animales. En Perú se utiliza una gramínea que crece
en los altiplanos (Ichu-Fesuca). En Irán, la cascarilla de arroz, pequeñas hojas de palmera, así como pelos de
cabra y de camello. En México, se usan las agujas de pino. En el Ecuador, es muy común la utilización de la
paja de páramo o el tamo.
Las fibras representan del 20 al 30 % del volumen de los adobes (30 gramos de fibra para un adobe de
23x17x11 cm, aprox.). Primero se mezcla el agua con la tierra y después se agregan las fibras.
Se acostumbra mezclar las fibras vegetales con el barro y se deja macerar ("podrir") la mezcla el tiempo
suficiente para que se descompongan los materiales no fibrosos.
EL MOLDEADO
Los moldes son generalmente fabricados de madera, aunque pueden ser también de metal. Una superficie
muy lisa en el interior, evita la adherencia de la tierra al molde, facilitando la limpieza y proporcionando un
mejor acabado a los adobes.
Las dimensiones de los adobes son muy variables y dependen básicamente de las costumbres locales.
Si los adobes son pequeños se facilita su manipulación, pero la construcción es más lenta y requerirá mayor
cantidad de mortero; por el contrario, los adobes grandes producirán muros más sólidos y rápidos de
construir, pero serán más pesados y lentos para el secado, además que se tienden a fisurar con mayor
facilidad.
Los adobes son cuadrados o rectangulares. Si tienen el mismo ancho que el muro, estos últimos son más
fáciles de utilizar con la condición de que se prevea la producción de medios adobes para desplazar las
juntas. Los adobes rectangulares requieren aparejos más complejos.
• Manualmente; la tierra tiene una consistencia plástica y el moldeado se hace por amasamiento.
• Mecánicamente; la tierra es líquida y el moldeado se hace por vaciado.
En el caso de que se haga un moldeado manual es necesario verificar el contenido correcto de agua
(consistencia), por medio de un método muy simple que consiste en trazar un surco (en forma de V) de 8 cm
de profundidad en la mezcla, por medio de un palo tallado en forma de cuña; éste debe dejar un trazo claro.
Las paredes del surco se inflan tendiendo a unirse pero sin lograrlo.
EL SECADO Y EL ALMACENAMIENTO
Después del desmolde se dejan secar los adobes durante por lo menos tres días sobre una superficie de
secamiento limpia, nivelada y recubierta de arena fina, capaz de albergar la producción de cuatro días. Luego
de los tres a cinco días de este secado, se voltean los adobes de canto con el fin de acelerar el secado.
Para evitar las fisuras, se dejan a la sombra los dos primeros días (período de contracción del adobe). Se les
debe proteger de la lluvia. Se debe prever también entre tres semanas y un mes para el secado completo.
El porcentaje de contracción no debe sobrepasar el 5%. Si esto no ocurre, se debe dejar reposar la tierra
durante más tiempo o verificar si el área de secado contiene sales, en cuyo caso se debe aumentar la capa
de arena.
CONSIDERACIONES GENERALES
• La longitud máxima entre dos esquinas no debe ser mayor a 6 m; los muros más largos deberán ser
reforzados por muros divisorios, una armadura o contrafuertes ubicados cada 5 m.
• El ancho de los vanos no debe ser mayor a 1/3 del área en planta del muro; el ancho máximo deberá
ser de 1.2 m y se debe evitar colocarlos a menos de 1 m de la esquina para no debilitar la unión.
• Las porciones de muro comprendidas entre dos esquinas deben tener las siguientes proporciones: el
espesor mínimo debe ser igual a 1/8 de la altura y a 1 1/2 de la longitud del muro.
• Para las juntas se utiliza un mortero con la misma composición o ligeramente más resistente que la
de los adobes. No debe contener gravilla ni paja; la tierra debe ser tamizada en malla de 3 mm.
• El asentamiento de las juntas bajo la acción de las cargas, provoca una contracción vertical del muro
de aproximadamente 3 cm por cada 3 m; esto se debe tener en cuenta para la colocación de los
marcos de las puertas y ventanas.
• La cantidad del mortero se da en función del tamaño de los adobes. Para adobes de 40x20x10 cm se
utiliza un volumen de mortero igual a 1/5 del volumen del muro; este valor toma en cuenta el mortero
utilizado entre las juntas así como el desperdicio durante la construcción.
• Los adobes se colocan en hiladas continuas, de manera que la construcción avance regularmente
sobre toda la superficie. De esta manera se reparten los esfuerzos a todo lo largo de los cimientos.
• Para evitar el asentamiento de las juntas frescas, la altura de la construcción no debe sobrepasar de
un metro al día.
Soga
A tizón
De canto
Aparejo
Pared doble
RECOMENDACIONES TÉCNICAS
• La cimentación deberá transmitir la carga de los muros al terreno de acuerdo a su esfuerzo portante;
deberá tener una profundidad mínima de 40 cm. Los cimientos deberán ser de hormigón ciclópeo o
mampostería de piedra.
• Las cimentaciones deben ser siempre impermeables ya que la humedad, conjuntamente con el
sismo, son los principales agentes dañinos de las construcciones de tierra. Deberán tener una altura
mínima de 20 cm que sobresalga del terreno para evitar que la humedad suba por capilaridad.
• Los adobes elaborados deberán usarse únicamente cuando estén completamente secos, esto es,
cuando han transcurrido por lo menos 30 días de su fabricación. De cada 5000 adobes preparados
deberá escogerse al azar un mínimo de 5 unidades para llevarlos al laboratorio y proceder a su
ensayo.
• Los esfuerzos mínimos que deberán cumplirse en este tipo de adobes serán:
• El mortero de unión de los adobes debe ser, de preferencia, del mismo material que el de ellos; mejor
aún si es un poco más resistente. Se debe usar en el mínimo espesor que permita un asentamiento
apropiado del adobe. La línea de juntas debe ser lo más próximo a 45°
• La resistencia de un muro de adobe no está dado por la de un adobe individualmente sino por la del
muro. Depende fundamentalmente de la resistencia del mortero y el trabado que tenga. Para este
caso es necesario hacer el ensayo de un muro con las siguientes dimensiones: 0.60 – 0.70 m de
ancho x 0.60 – 0.70 m de altura. El muro debe obtener una resistencia al corte diagonal de 8 k/cm2.
• La altura de la construcción debería estar limitada por la esbeltez de sus paredes soportantes; es
decir, su altura con respecto a su espesor. De todas maneras, parece prudente limitarla a dos pisos
so pena de tener paredes demasiado gruesas. El límite siempre vendrá dado por las cargas sísmicas
actuantes, el esfuerzo de compresión de la mampostería elaborada y la capacidad portante del suelo.
• Deberá respetarse espesores mínimos de paredes que permitan garantizar una adecuada estabilidad
de la estructura ante la solicitación sísmica. Se debe considerar aproximadamente paredes de 40 cm
para edificaciones de 1 piso y 70 cm para 2 pisos.
• Para considerar la relación longitud/espesor de paredes, éstas deberán siempre tener apoyo en
paredes perpendiculares a ellas o por lo menos estar soportadas entre contrafuertes o mochetas a
una distancia que no será mayor de 10/1, en lo que respecta a la relación de esta longitud con el
espesor de la pared. De cualquier manera, se presenta una tabla de valores que recomienda la
longitud libre entre paredes en función del espesor de la pared:
• El techo deberá ser lo más liviano posible y rígido en su propio plano, para de esta manera distribuir
mejor la fuerza sísmica haciéndola más pequeña. Debe ser autosoportante de las cargas que gravitan
sobre él. Debe estar, además, perfectamente unido a la viga solera.
• En todas las aberturas deberán colocarse dinteles para soportar el vano. Debe cumplir un requisito de
espesor mínimo conforme sea su longitud. El anclaje que tenga en la pared no será menor de 40 cm.
• Los vanos o aberturas no deberán ser mayores que 1/3 de la longitud libre del muro o entre
contrafuertes que tenga la pared, ni tampoco estar ubicados a una distancia menor a 1 m de las
esquinas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS