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ES/CALCULO-PERDIDAS-CARGA
La pérdida de carga que tiene lugar en una conducción es la pérdida de energía dinámica
del fluido debido a la fricción de las partículas del fluido entre sí y contra las paredes del
conducto que las contiene. Las pérdidas pueden ser continuas, a lo largo de conductos
regulares, o accidentales o localizadas, debido a circunstancias particulares, como un
estrechamiento, un cambio de dirección, la presencia de una válvula, etc.
Podemos pues distinguir entre dos tipos de pérdidas de carga, pérdidas primarias y pérdidas
secundarias.
Pérdidas primarias
Se producen cuando el fluido se pone contacto con la superficie del conducto. Esto provoca
que se rocen unas capas con otras – flujo laminar – o de partículas de fluidos entre sí – flujo
turbulento -.
Dentro de este apartado, debemos considerar también las pérdidas de carga que se producen
en los propios puntos consumidores – intercambiadores, reactores – o en la caldera.
Finalmente, y también con los gases de combustión como fluido a considerar, debemos
calcular las pérdidas de carga que se producen en el conducto de evacuación de humos –
chimenea -, a fin de determinar el diámetro más satisfactorio de la misma y su altura, y si
las pérdidas de carga halladas pueden ser soportadas por el propio tiro de la chimenea o
deben serlo parcialmente por el ventilador del quemador.
Esperamos que sirvan por un lado para dar a entender la complejidad de dichos cálculos y
su importancia en el correcto funcionamiento de una instalación de fluidos, y por otro,
como compendio o recordatorio a quienes ya están familiarizados con este tema.
Fórmulas
Gracias a la informática, el cálculo de la pérdida de carga en instalaciones, es hoy en día
bastante asequible, basándose todos los softwares y hojas de cálculo, en las fórmulas
empíricas que vemos a continuación y que son las más conocidas, empleadas y exactas en
la ingeniería hidráulica.
En todas ellas podemos ver que hay dos factores que son siempre necesarios e importantes.
Por un lado, el tipo de tubería del conducto, material, acabado y por tanto su rugosidad. La
velocidad del fluido, ya sea expresado directamente como tal o a través del número de
Reynolds es el otro factor determinante en todas las expresiones.
Pérdidas primarias
Para las pérdidas primarias, las fórmulas más conocidas y empleadas son:
Darcy-Weisbach
Manning
Hazen-Williams
Scimeni
Scobey
En todas estas fórmulas, se supone que la tubería es de sección circular. Sin embargo,
pueden ser utilizados para tuberías de secciones no circulares, mediante el empleo del
llamado diámetro hidráulico. Utilizando éste término se puede estudiar el comportamiento
del flujo de la misma forma como si fuera una tubería de sección circular.
El diámetro hidráulico, Dh ,
Dh=4×AP (1)Dh=4×AP (1)
Donde:
A área de la sección transversal del conducto
P perímetro mojado por el fluido
π×D24π×D24 π×Dπ×D DD
a2a2 4×a4×a aa
Darcy-Weisbach
Sin duda, la fórmula más exacta para cálculos hidráulicos es la de Darcy-Weisbach y es la
más adecuada para instalaciones de fluido térmico.
h=f×(LD)×(v22×g) (2)h=f×LD×v22×g (2)
En función del caudal, la expresión queda de la siguiente forma:
h=0.0826×f×(Q2D5)×L (3)h=0.0826×f×Q2D5×L (3)
En donde:
v: velocidad (m/s)
D: diámetro (l)
ρ : densidad del fluido (kg/m3)
μ : viscosidad del fluido (N·s/m2)
ε : rugosidad absoluta (l)
εr, rugosidad relativa de las paredes de la tubería, adimensional es εr = ε / D
Como ya hemos indicado anteriormente, las características del material del conducto, y su
estado son determinantes en la resistencia que el fluido encuentra y por tanto en la pérdida
de carga que se produce.
Colebrook-White
Blasius
Prandtl y Von-Karman
Nikuradse
Moody
Churchill
Swamee-Jain
Blasius
Propone una expresión en la que el coeficiente de fricción f, viene dado en función del
número de Reynolds, y es válida para tubos lisos, en los que la rugosidad relativa εr no
afecta al flujo en donde la subcapa laminar elimina las irregularidades.
f=0.3164×Re–0.25 (4)f=0.3164×Re–0.25 (4)
Prandtl y Von-Karman
Amplían el rango de validez de la fórmula de Blasius para tubos lisos
1f√=–2×log(2.51Re×f√) (5)1f=–2×log2.51Re×f (5)
Nikuradse
Propone una ecuación válida para tuberías rugosas
1f√=–2×log(εr3.71×D) (6)1f=–2×logεr3.71×D (6)
Colebrook-White
Colebrook-White agrupan las expresiones de Prandtl-Von Karman y de Nikuradse en una
sola, que es además válida para todo tipo de flujos y rugosidades.
1f√=–2×log(εr3.71×D)+(2.51Re×f√) (7)1f=–2×logεr3.71×D+2.51Re×f (7)
La norma UNE 149201:2008, referencia para el cálculo de las instalaciones de agua, indica
que el factor de fricción debe obtenerse a partir de la ecuación de Colebrook-White.
Para números de Reynolds muy grandes el segundo sumando situado dentro del paréntesis
de la ecuación de Colebrook-White es despreciable. En este caso la viscosidad no influye
en la práctica a la hora de determinar el coeficiente de fricción, este únicamente depende de
la rugosidad relativa de la tubería. Esto se manifiesta en el diagrama de Moody – ver Fig.1
– en que en la curva para valores elevados de Reynolds se convierte en una recta horizontal.
Moody
Moody consiguió representar la expresión de Colebrook-White en un ábaco de fácil manejo
– Fig. 1 -. para calcular “f” en función del número de Reynolds (Re) y actuando la
rugosidad relativa (εr) como parámetro diferenciador de las curvas.
Fig 1. Diagrama de Moody
Churchill
1f√=–2×log((εr3.71)+(7Re)0.9) (8)1f=–2×logεr3.71+7Re0.9 (8)
Swamee-Jain
El cálculo realizado es directo, sin iteraciones. Se puede catalogar como una ecuación
explícita para el cálculo del factor de fricción. La ecuación ofrece resultados muy parecidos
a la de Colebrook-White.
f=0.25(log(εr3.7+5.74Re0.9))2 (9)f=0.25logεr3.7+5.74Re0.92 (9)
Si el número de Reynolds es muy grande, en flujo completamente turbulento, se puede
simplificar el segundo fraccionario del paréntesis en el denominador, quedando la
expresión:
f=0.25(log(k/D3.7))2 (10)f=0.25logk/D3.72 (10)
En la Tabla 2 se muestran algunos valores de rugosidad absoluta para distintos materiales.
Material ε (m
Fundición 0,12-
Madera 0,18-
Hormigón 0,3-
Manning
Las ecuaciones de Manning se suelen utilizar para el cálculo de pérdidas de carga en
canales. Para el caso de las tuberías son válidas cuando el canal es circular y está parcial o
totalmente lleno, o cuando el diámetro de la tubería es muy grande.
La expresión es la siguiente:
h=10.3×n2×Q2D5.33×L (11)h=10.3×n2×Q2D5.33×L (11)
En donde:
El cálculo del coeficiente de rugosidad “n” es complejo, ya que no existe un método exacto.
Para el caso de tuberías se pueden consultar los valores de “n” en tablas – ver Tabla 3 -.
Material n
Fundición 0,012-0,
Hormigón 0,012-0,
Acero 0,010-0,
Hazen-Williams
El método de Hazen-Williams es uno de los más conocidos y empleados, ya que la fórmula
a emplear es sencilla y su cálculo es simple debido a que el coeficiente de rugosidad “C” no
es función de la velocidad ni del diámetro de la tubería.
Sin embargo, sólo es válido para tuberías de fundición y de acero, siendo el fluido
circulante agua, y con temperaturas entre 5 ºC y 25 ºC.
h=10.674×Q1.852C1.852×D4.78×L (12)h=10.674×Q1.852C1.852×D4.78×L 12
En donde:
Material C
Asbesto cemento 14
Hierro galvanizado 12
Latón 130-
Vidrio 14
Ladrillo de saneamiento 10
Plomo 130-
Acero rolado 11
Concreto 120-
Lata 13
Cobre 130-
Madera 12
Hierro dúctil 12
Hormigón 120-
Hagen-Poiseuille
Es una fórmula válida para el cálculo de pérdidas de carga de fluidos a velocidades muy
bajas – flujo laminar -, en conductos cilíndricos. Ello es debido a que el perfil de
velocidades en una tubería tiene una forma parecida a una parábola, en donde la velocidad
máxima se halla en el eje del tubo y la velocidad es cero en la pared del tubo, pudiéndose
despreciar las pérdidas por rozamiento con la pared, minimizando la rugosidad del
conducto y por tanto las características del material del mismo.
Recordamos que se considera flujo laminar cuando el número de Reynolds – fórmula (14)
es inferior a 2040 -. Para números de Reynolds superiores, se considera el flujo turbulento .
Sin embargo, el número de Reynolds crítico que delimita flujo turbulento y laminar
depende de la geometría del sistema.
h=64Re×(LD)×(v2media2×g) (13)h=64Re×LD×vmedia22×g (13)
En donde:
Re=vmedia ×D×ρη (14)Re=vmedia ×D×ρη (14)
Si comparamos la expresión de Hagen-Poiseuille (13), con la fórmula de Darcy-Weisbach
(2), podemos ver que son idénticas si consideramos el coeficiente de fricción f como:
f=64Re (15)f=64Re (15)
Scimeni
Se emplea exclusivamente para tuberías de fibrocemento, estando pues el coeficiente de
rugosidad integrado en la expresión, no siendo la fórmula válida para otros tipos de
materiales distintos al fibrocemento.
La fórmula es la siguiente:
h=9.84–04×Q1.786D4.786×L (16)h=9.84–04×Q1.786D4.786×L (16)
En donde:
Scobey
Se emplea fundamentalmente en tuberías de aluminio con flujos en la zona de transición a
régimen turbulento – ver en el diagrama de Moody, Fig 1, las diferentes zonas de flujo
según el número de Reynolds -.
Al igual que en la fórmula de Scimeni, la expresión sólo es válida para tuberías del material
especificado.
La ecuación es:
h=4.098–03×K×Q1.9D1.1×L (17)h=4.098–03×K×Q1.9D1.1×L (17)
En donde:
Material
Acero galvanizado
Acero
Aluminio
Fibrocemento y plásticos
h=Q2K2v (18)h=Q2Kv2 (18)
En donde
Factor K
Salvo casos excepcionales, las pérdidas de carga localizadas sólo se pueden determinar de
forma experimental, y puesto que son debidas a una disipación de energía motivada por las
turbulencias, pueden expresarse en función de la altura cinética corregida mediante un
coeficiente empírico, llamado factor K.
La ecuación fundamental de las pérdidas secundarias por medio del factor K, tiene por
expresión
h=K×v22×g (19)h=K×v22×g (19)
En donde
Singularidad Fac
Longitud equivalente
Este método, sin duda el más antiguo, consiste en asignar una longitud de tubería cilíndrica
que se supone produce en el sistema una pérdida de carga de valores similares.
Sin embargo, no tiene por ejemplo, en consideración el estado de una válvula. Si se halla
totalmente abierta, parcialmente cerrada, etc., por lo que no es en la actualidad un método
excesivamente empleado.
Tabla 7. Longitud equivalente de algunas singularidades