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Malestar respiratorio: Amigdalitis

Que es: En los perros, la amigdalitis es causada por una infección con virus o bacterias. Ocurre especialmente en perros
jóvenes. La razón de esto es que el sistema inmune en animales jóvenes aún no está completamente desarrollado y puede
abrumarse rápidamente con la defensa contra los patógenos, Los perros tienen dos amígdalas (amígdalas) que se sientan en
sus gargantas a la izquierda y a la derecha. Forman parte del sistema linfático y juegan un papel importante en la defensa
contra los patógenos. Debido a que su posición anatómica asegura que están muy involucrados cuando los patógenos
quieren penetrar en el organismo del perro. Sin embargo, especialmente en los meses más fríos del año, no es raro que las
amígdalas se enciendan en el perro. En este caso, se habla de amigdalitis. Los perros pueden desarrollar amigdalitis primaria
y secundaria. Esto último ocurre junto con otras enfermedades, como tos o secreción nasal, Dicho esto, existe un mayor
riesgo de amigdalitis en ciertas razas de perros. Estos incluyen, en particular, razas con un hocico corto y espacio
correspondientemente limitado en la boca y la garganta, como el boxer alemán, el bulldog francés o el pug. Las amígdalas del
perro son masas de tejido de color rosado que están situadas en bolsas a ambos lados de la parte posterior de la boca.
Forman parte de su sistema inmunológico, ya que ayudan a su organismo a luchar contra las infecciones. Cuando las
amígdalas de un perro se enrojecen y se hinchan, se produce una enfermedad llamada amigdalitis. Para tratarla, los
veterinarios utilizan diversos métodos, dependiendo de las causas que la hayan provocado.
Primaria: la amigdalitis se presenta por sí sola, es decir, sin un trastorno previo que la provoque.
Secundaria: la inflamación de las amígdalas es fruto de una dolencia anterior, como la faringitis o una infección en la boca del
perro.
Crónica: algunos canes presentan amigdalitis de forma continua o recurrente. Esto sucede principalmente en razas
braquiocefálicas, como el pug o el bulldog francés. Este cuadro dificulta aún más la respiración de estas razas, que ya de por sí
tienen paladares atípicos y hocicos achatados.
Síntomas: Bostezo aumentado, Deglución frecuente, Ruidos sordos, Olor a pies Aumento de la salivación, Sacudiendo la cabeza.
Para el perro, la amigdalitis se siente como un cuerpo extraño en la garganta. Por esta razón, puede comer hierba y comenzar a
ahogarse cuando sale a caminar. La náusea puede ir acompañada de la liberación de moco blanco, que recuerda al vómito, Con el
aumento de la progresión de la amigdalitis, las quejas aumentan cada vez más. Debido a que tragar es doloroso para los perros con
amigdalitis, el rechazo de alimentos puede aumentar. Además, la fiebre y la fatiga se encuentran entre los síntomas que pueden
aparecer en el curso posterior de la amigdalitis. Además, la tos y las náuseas frecuentes pueden causar vómitos en el perro.
Causas:
Cuerpos extraños alojados en la amígdala: la incrustación de fibras vegetales, como las espigas, es una causa común de amigdalitis
cuando estas se quedan clavadas en la garganta. El perro entra en contacto con ellas al comérselas o al aspirar aire de forma violenta
por la boca.
Irritación de la boca o la garganta: otras enfermedades o el contacto con sustancias químicas irritantes (humo de tabaco, químicos y
tóxicos) también pueden llegar a inflamar las amígdalas.
Diagnostico: Si nota posibles síntomas de amigdalitis en su perro, debe hacer una cita con el veterinario lo antes posible. El
veterinario sentirá el cuello del amigo de cuatro patas y, a más tardar, mirándolo en la boca podrá saber muy rápidamente si
realmente hay amigdalitis, En amigos mayores de cuatro patas, también es útil realizar una biopsia y, por lo tanto, descartar un tumor
en las amígdalas del perro como la causa de los síntomas.
Nota: Desafortunadamente, no es posible descartar por completo la amigdalitis en los perros. Sin embargo, como dueño de un
perro, puede hacer mucho para reducir significativamente el riesgo para su amigo de cuatro patas. Las defensas fuertes juegan un
papel importante aquí. Debido a que un sistema inmunitario debilitado significa que el organismo de su perro es más susceptible a las
enfermedades y, en última instancia, aumenta la probabilidad de inflamación de las amígdalas.
Para fortalecer el sistema inmunológico de su perro y prevenir la amigdalitis, es recomendable suplementar con el polvo
inmunológico de Bellfor en los fríos meses de invierno. Bellfor Inmune es un producto natural con propóleos, proteínas de insectos y
varias plantas mediciales.
Los ingredientes cuidadosamente seleccionados proporcionan al organismo de su perro minerales, vitaminas y aminoácidos valiosos.
Esto permite que Bellfor Inmune realice una contribución importante para apoyar el sistema inmunitario. El polvo digestible es
adecuado para perros de todas las razas, fortalece el sistema inmune en amigos jóvenes de cuatro patas y, por lo tanto, puede ayudar
a reducir el riesgo de amigdalitis en su perro.
Tratamientos: Las medidas necesarias para tratar la amigdalitis de su perro dependen principalmente de la gravedad de la
amigdalitis. Con un ligero enrojecimiento, un poco de descanso y calor y un medio para aliviar la inflamación y el dolor del amigo de
cuatro patas a menudo son suficientes.
Los perros con amigdalitis severa generalmente también necesitan antibióticos. Aparte de eso, por supuesto, es necesario determinar
los posibles desencadenantes de la amigdalitis y tratarlos también.
Si su perro tiene amigdalitis regularmente, el veterinario probablemente le aconsejará que retire las amígdalas. Esto puede prevenir
permanentemente los síntomas que surgen y se pueden evitar posibles consecuencias graves, como la inflamación del músculo
cardíaco.
Es posible que el veterinario realice unas radiografías para determinar si hay algún objeto alojado en la garganta del perro que pueda
ser la causa de la amigdalitis. La radiografía proporcionará una visión del interior del cuerpo del perro, mostrando la materia densa en
blanco y la menos densa en negro. Si se halla algún objeto extraño, como una astilla o alguna pieza de un juguete, procederá a
extraerlo de la garganta del animal.
Si el veterinario sospecha que el cáncer puede ser la causa de la amigdalitis, llevará a cabo un examen citológico de una muestra
tomada de las amígdalas. Analizará la estructura de las células de la muestra para buscar anomalías que indiquen la presencia de un
cáncer. Si el resultado es positivo, someterá al perro a uno o más de estos tres tratamientos: radioterapia para destruir el cáncer,
cirugía para extraerlo y quimioterapia para eliminarlo con medicamentos.
Las amígdalas irritadas son proclives a sufrir infecciones bacterianas, por lo que se puede producir una amigdalitis. Si el veterinario
piensa que el sarro de la boca del perro es el origen de ese exceso de bacterias, es posible que le haga una limpieza dental exhaustiva.
Una vez realizada ésta, o después de cualquier tratamiento para la amigdalitis, es posible que el veterinario administre antibióticos al
animal con el fin de eliminar las bacterias. Esto es así en aquellos casos en los que la causa de la amigdalitis no está clara, algo que
suele ocurrir cuando se trata de razas pequeñas.
Amigdalotomía
Una vez que tu perro haya terminado el tratamiento con antibióticos prescrito por el veterinario, su amigdalitis debería haber
desaparecido. Sin embargo, esto es algo que no ocurre siempre. Si la enfermedad persiste y especialmente si su causa no está clara,
será necesario realizar una amigdalotomía, es decir, una extirpación quirúrgica de las amígdalas. Esto es algo que los veterinarios
intentan evitar, ya que las amígdalas forman parte importante del sistema inmunológico del perro. En la mayoría de los casos, este
procedimiento no llega a ser necesario.

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