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ENFERMEDADES EN INVIERNO EN PERROS Y GATOS

Invierno más atención a la salud de nuestras mascotas. Agentes infecciosos atacan a su


organismo provocándoles afecciones o agravándolas si ya padecen alguna.

Desequilibrios durante el invierno:


- Enfermedades respiratorias. sobre todo
- Dificultad para acostarse y levantarse. Ejemplos:
 Dolor de espalda
 Artritis
 Debilidad ósea
- Infecciones urinarias e incontinencia
- Hinchazón
- Babeo en exceso
- Secreciones en el oído
- Constipación
- Lipomas o bultos de grasa

PERROS:
Moquillo canino

La causa un virus con una alta resistencia a las temperaturas bajas.

Transmisión: por inhalación del virus en las secreciones corporales, incluso antes de los
síntomas.

Síntomas:

- Forma digestiva: vómitos o diarrea


- Forma respiratoria: fiebre, tos, fatiga y exceso de mucosidad
- Forma cutánea: dermatitis con engrosamiento más evidente en la nariz y almohadillas
de las patas.
- Forma ocular: con los signos habituales de conjuntivitis (lagrimeo, parpadeo
continuo…).
- Forma nerviosa: ataques súbitos o con síntomas de aparición progresiva; incluso
pueden aparecer cuando la recuperación del animal se está produciendo.

Evolución:

Diagnóstico: no es sencillo a través de los síntomas, pero la confirmación e interpretación en el


laboratorio no siempre aporta resultados convincentes. Algunos perros han sido vacunados y
presentan síntomas del moquillo, por lo que la lectura no es del todo precisa. Es decir, hay
animales que en realidad no tienen la enfermedad, pero dan ‘falso positivo’ en la analítica.

Tratamiento: causada por un virus. Se tratan los síntomas:


• La deshidratación mediante aportación de fluidos
• Las infecciones secundarias mediante tratamientos antibióticos específicos.
• Los síntomas nerviosos con medicamentos de protección del tratamiento del sistema
nervioso.
Prevención: vacunación polivalente, triple vírica o triple canina a las 6 SEMANAS:
- moquillo canino
- adenovirus canino (hepatitis infecciosa)
- variantes del parvovirus.

Tos de las perreras – TRAQUEOBRONQUITIS INFECCIOSA - TOS PERRUNA


Como el catarro humano, la tos de las perreras o TRAQUEOBRONQUITIS INFECCIOSA, es una
enfermedad de carácter vírico y su incidencia es más alta en otoño e invierno. Causado por la
bacteria Bordetella bronchiseptica. La mayoría de los perros que se infectan con Bordetella
están afectados por un virus al mismo tiempo, que hace que los perros sean más propensos a
contraer dicha infección. Se incluyen en este grupo, por ejemplo, el adenovirus canino, virus
del moquillo canino, virus del herpes canino, o virus de la parainfluenza canina.
Habitualmente el virus que concurre con la Bordetella en la mayoría de casos es el de la
parainfluenza canina.

Se presenta en forma de tos áspera, seca y persistente y es altamente contagiosa entre canes
al transmitirse mediante el aire. También existe una vacuna (con 6 meses de edad y
revacunación anual) conveniente si tu mascota tiene contacto frecuente con otros ejemplares,
pasa mucho tiempo en residencias caninas o vive con otros perros.

La traqueobronquitis infecciosa es altamente contagiosa entre perros. Debemos mantener a


nuestro perro alejado de aquellos que están enfermos o sospechamos que lo estén, del mismo
modo que le aislaremos para evitar que contagie a otros. Para prevenirla, es importante la
vacunación anual, bien mediante inoculación de la vacuna o por aplicación intranasal.

Bronquitis
La bronquitis es una inflamación de los bronquios (que forman parte de las vías respiratorias
del perro) y aunque puede afectar a cualquier perro expuesto al frío y a la humedad, es más
frecuente en los perros de razas de pequeño tamaño y en los de morfología braquicéfala, por
la especial conformación de su aparato respiratorio; a menudo, en este grupo de perros la
bronquitis suele concomitar con otras afecciones como el colapso traqueal o problemas
cardiacos.

La bronquitis puede ser aguda (un episodio puntual, que, tratado correctamente y a tiempo,
revierte en unas semanas y no deja secuelas en el perro) o crónica, que suele ser una de los
trastornos respiratorios más frecuentes en los perros.

La “gripe” canina – INFLUENZA CANINA: dura 2-3 semanas


Enfermedad vírica que sufren exclusivamente los cánidos. Produce mucho malestar y puede
incluso resultar peligrosa.

Se suele manifestar en forma de estornudos, mucosidad o tos. Otros síntomas pueden ser
cansancio, falta de apetito o fiebre, aunque hasta un 20 % de los perros que sufren esta
enfermedad no muestran ningún síntoma.

La influenza canina es una enfermedad vírica muy contagiosa entre perros. El perro puede
contraerla cuando un perro infectado tose o estornuda cerca de él. Dado que el virus también
puede vivir en objetos, compartir juguetes podría ser también una forma de contagio. También
es posible que nosotros actuemos como reservorios o vectores también, pues el virus puede
sobrevivir más de 24 horas sobre nuestra ropa, por ejemplo.
Mejoría en dos a tres semanas. En principio se instaurará un tratamiento sintomático. Al igual
que los humanos, los perros necesitan reposo y líquidos, además de un lugar tranquilo y a
temperatura constante para recuperarse. Si, además de la infección vírica, nuestro perro
contrae una infección bacteriana, nuestro veterinario puede prescribir antibióticos como parte
del tratamiento.

Algunos perros con tos de las perreras pueden mostrar otros síntomas de la enfermedad,
incluyendo estornudos, moqueo o secreción ocular. Es posible que aparezcan infecciones
bacterianas secundarias, lo cual se traducirá en tos productiva y otros síntomas respiratorios,
fiebre y secreción ocular. Si es así, el estado general del perro se verá deprimido, con pérdida
de apetito y un nivel de energía disminuido.

Neumonía
La neumonía es una inflamación de los pulmones que puede estar producida por diversos
agentes como bacterias, parásitos, hongos, cuerpos extraños o alérgenos. Suele ser más
frecuente en los perros todavía jóvenes y en los de edad avanzada, también afecta más
frecuentemente a perros inmunodeprimidos.

Puede ser una enfermedad de alto riesgo para los perros si no se trata a tiempo y algunos de
sus síntomas más comunes son:

- Estornudos, mocos, flemas y tos húmeda (presencia de líquido en los pulmones) y continuada
- Dificultad al respirar (disnea): la respiración del perro es rápida, como si le faltara aire, y
emite sonidos mientras lo hace.
- Deshidratación
- Fiebre, apatía y pérdida de apetito.

GATOS:
Complejo respiratorio felino

El complejo respiratorio felino es el nombre con el que se agrupa al conjunto de


enfermedades que suelen afectar al sistema respiratorio de los gatos, y se presenta con
mayor regularidad en gatos muy jóvenes (que aún no han desarrollado correctamente sus
defensas) así como en gatos de edad avanzada (cuyas defensas se encuentras debilitadas por
la vejez y otras afecciones).

Síntomas: úlceras, lesiones en los ojos y llagas en la boca, estornudos, fiebre, y como se puede
deducir por su nombre, graves problemas respiratorios, pérdida de olfato. Es un conjunto de
patógenos (Herpesvirus, Calicivirus, Clamidia, Bordetella) que son fácilmente transmisibles
entre los gatos, por lo que, si tienes varios y uno de ellos con algunos de estos síntomas,
intenta aislarle del resto y acude al veterinario.

Para muchos de los responsables de las patologías respiratorias felinas, existe

Prevención: vacunación como en el caso de Calicivirus y de Herpesvirus.

Debe aplicarse anualmente la vacuna trivalente: panleucopenia, calcivirus y rinotraqueitis.

Vacunar anualmente protegerá a tu gato de estas peligrosas enfermedades.


Otros problemas comunes para perros y gatos:
Parásitos, problemas en la piel y/o en las articulaciones.

Parásitos: los parásitos internos son resistentes al frío invierno, nuestras mascotas pueden
contraerlos en estos meses. Les afectan provocándoles vómitos, diarreas o hinchazón en la
zona del vientre. Acude a tu veterinario para seguir un plan de desparasitación durante todo el
año y prevenirlos.

Históricamente los problemas relacionados a los parásitos externos se tenían en cuenta


fundamentalmente en los meses de primavera y verano. Con los cambios en la estacionalidad
debido al aumento global de las temperaturas, pulgas garrapatas y flebotomos, también
representan un riesgo en esta estación. Las garrapatas empiezan a ser activas a partir de los
6ºC, y las pulgas pueden vivir, reproducirse y picar a nuestras mascotas en los hogares con
calefacción. Los expertos recomiendan proteger todo el año. Más información en esta web.

Problemas en la piel: el frío provoca problemas en la dermis como exceso de sequedad


produciendo picores o, si vives en un ambiente húmedo, pueden aparecer hongos. Para ambos
casos existen pomadas y tratamientos que aliviarán a tu mascota.

Si además de la baja temperatura, la humedad ambiental es elevada, se favorece el


crecimiento de hongos que puede conllevar a una dermatomicosis.

Problemas articulares. Son muy frecuentes en felinos de edad avanzada (o por motivos que
afecten su sistema óseo) y el frío del invierno agrava estas molestias en tu mascota.

Síntomas:
- Rigidez e inflamación en articulación y extremidades
- Falta de energía y apetito
- Cambios bruscos de comportamiento y decaimiento

Problemas que acarrea el sedentarismo: Si tu mascota no se mantiene activa jugando o


haciendo deporte mientras está en casa, esto puede repercutir en sus articulaciones, haciendo
que sus huesos se resientan con posibilidad de padecer enfermedades de articulación. Intenta
que se mueva durante el tiempo que pasas en casa junto a ella.

Precauciones a tomar en invierno con tu mascota:


- Vacunación actualizada y desparasitación

- Evita exponer al perro a las bajas temperaturas, corrientes de aire y humedad por espacios
prolongados de tiempo (secar rápidamente) y cambios bruscos de temperatura.

- Abrigarlo durante los paseos si está en un grupo de riesgo (pelo muy corto, cachorro o edad
avanzada, o sufre alguna patología que le predisponga a estas enfermedades invernales).

- El invierno se centra en la vejiga y en los riñones. El invierno suele ser la estación que genera
más infecciones en la vejiga, los riñones y el tracto urinario, así como desequilibrios en los
riñones.
- Alimentos con un alto poder calórico y proteico. Las comidas cálidas ayudan a que la
mascota regule y compense la pérdida de calor causada por las bajas temperaturas. Pavo o
pollo son buenas opciones, pudiendo rotarlas con conejo, por ejemplo. Con respecto al
pescado, el salmón, el atún o la caballa son otros alimentos con una gran cantidad de
proteínas, aunque estos, en el caso de los perros, puede dar problemas urinarios y los que
tienden a tener infecciones urinarias, que son comunes en invierno.

También es importante siempre valorar cuanto frío coge nuestra mascota. Si en el exterior
hay bajas o muy bajas temperaturas, pero nuestra mascota sale poco y bien abrigado, y en
casa tenemos calefacción a una temperatura óptima, realmente no será necesario aumentar el
volumen de comida. En los casos contrarios, de perros que pisan mucho la calle o el exterior, sí
que debemos tener más en cuenta estos factores y, seguramente, reforzar esta alimentación
de una manera adecuada.

VACUNACIÓN - PERROS
El plan de inmunización de la WSAVA incluye tanto la vacuna obligatoria contra la rabia como
varias de las vacunas esenciales, además de los refuerzos de las semanas 16, 26 y 52.

 A las seis semanas de vida: parvovirus, hepatitis y moquillo.


 A las nueve semanas de vida: pentavalente (contra el moquillo, parvovirus, hepatitis,
leptospirosis y parainfluenza canina).
 A las doce semanas de vida: se repite el esquema de la pentavalente.
 A las 16 semanas de vida: antirrábica.

De acuerdo a WSAVA, el esquema de vacunas esenciales debe repetirse cuando el cachorro


cumpla su primer año. Después de ello, cada tres años. En el caso de la rabia, la frecuencia de
inmunización es anual. No obstante, lo mejor es programar cada refuerzo de acuerdo a las
indicaciones del veterinario.

VACUNACIÓN - GATOS
PEQUEÑOS:

A partir de las 7 semanas de vida, la inmunidad que les traspasa la madre comienza a
desaparecer, por lo que debemos poner en marcha sus primeras vacunas. Hasta que no se
haya vacunado, no debe salir al exterior ni interactuar con otros gatos para evitar posibles
enfermedades. Aunque no se les ha dado tanta relevancia como a los perros, las vacunas para
gatos son igual de importantes ya que las enfermedades que pueden contraer son mucho más
graves y tienen peor diagnóstico; en algunas de ellas ni siquiera existe tratamiento.

Antes de vacunar a nuestro gatito, debemos desparasitarle alrededor del mes y medio.
Además, debes hacerle un test de leucemia e inmunodeficiencia antes de la vacunación de
las mismas para saber si son portadores. Este sería un calendario de vacunas para gatos
adecuado desde temprana edad:

• 2 meses: Vacuna trivalente frente a la panleucopenia, el calcivirus y la rinotraqueitis

• 2 meses y medio: Leucemia felina

• 3 meses: Revacunación de la trivalente (segunda dosis)

• 3 meses y medio: Revacunación de la leucemia (segunda dosis)


• 4 meses: Vacuna contra la rabia

ADULTOS

La vacuna trivalente es la más importante, ya que protege frente a tres enfermedades. Las
otras vacunas se consideran optativas, aunque recomendables según el criterio de tu
veterinario y la zona en la que vivas (ya que pueden ser de riesgo u obligatorias). A su vez, la
vacuna de la leucemia es fundamental para proteger a aquellos gatos que salen al exterior y se
relacionan con otros gatos.

Anualmente debes revacunar a tu gato para garantizar su protección frente a las


enfermedades. Esta vez, se vacuna una sola dosis de cada una para mantener sus efectos
activos durante otro año más. Por lo que, las vacunas que necesita un gato adulto serían:

• Vacuna trivalente.

• Vacuna de la leucemia felina (en gatos que salen a la calle).

• Vacuna de la rabia (según la ley).

Recuerda consultar las leyes de cada país o comunidad para saber qué vacunas son optativas y
cuáles son obligatorias, además de consultar con tu veterinario qué es lo mejor para tu felino.

Si acabas de adoptar un gato adulto y sano que no ha sido vacunado, su sistema inmunitario
ya está bien desarrollado y tampoco necesita varias dosis de vacunas. Eso sí, es importante
realizarle un test de leucemia y de inmunodeficiencia felina; primero para confirmar que esté
sano y, segundo, porque nunca debemos vacunar de la leucemia si el gato ya es portador.

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