2. LA VARIEDAD LITOLÓGICA DE ESPAÑA.

La evolución geológica determina la asistencia en España de cuatro áreas con diferente litología. La silícea,
caliza, arcillosa y volcánico, en ellos la erosión crea diferentes tipos de relieve.

La España silícea ocupa el tercio occidental de la Península. El zócalo de la Meseta, el macizo Galaico,
cordillera Cantábrica hasta Asturias, el sistema Central, los montes de Toledo y Sierra Morena, en altas
cumbres de Sierra Nevada y en núcleos aislados del sistema Ibérico y la cordillera Costero catalana. Esta
formada por materiales paleozoico-hercinianos y algunos precámbricos como el granito, gneis, cuarcitas,
pizarras, esquistos, mármoles, etc. Este da lugar a formas falladas, pero muy erosionadas, debido a su
antigüedad. Si las facturas son paralelas a la superficie se crean montículos de formas suaves y
redondeadas llamadas domos. Las diaclasas son perpendiculares se formarán bolas, amontonar una sobre
otras formando berrocales o canchales que juntándose crean berrocales o canchales. Si se crea es un
apilamiento de estas, se originan torres y rocas situadas en equilibrio sobre una superficie menos que se
la denomina rocas caballeras. Cuando las bolas se disponen en las laderas constituirán los caos graníticos.
Un relieve típico es el apalachense formado por una antigua cordillera que es arrasada y aplanada por la
erosión, pero posteriormente sufrió un levantamiento.

La Iberia caliza está formada por sedimentos mesozoicos que se plegaron en la era terciaria con la
orogenia alpina. Los terrenos calizos forman una Z invertida que se extiende por los Pirineos, Montes
Vascos, parte oriental de la cordillera Cantábrica, sistema Ibérico, parte de la cordillera costero catalana
y las cordilleras Béticas. Predominan las rocas calizas, aunque también encontramos conglomerados y
areniscas. Relieves caracterizados por grandes alturas y las acusadas pendientes y desniveles. La caliza es
una roca dura que se fractura formando grietas disolviéndose con el agua, de ahí que los ríos formen
gargantas profundas; lapiaces, poljes, dolinas y cuevas. Todos ellos originan un paisaje kárstico.

La Iberia arcillosa está constituida por materiales sedimentados muy poco resistentes a la erosión como
arcillas, margas, yesos,… que se depositaron a finales del periodo Terciario y durante el Cuaternario. El
área arcillosa se extiende por cuencas sedimentarias interiores del Duero, Tajo y Guadiana, y exteriores,
Ebro y Guadalquivir. En la isla de Mallorca en su depresión central. El relieve arcilloso es horizontal de
llanuras y páramos, son terrenos que se erosionan por la blandura de sus materiales; por eso, la erosión
puede originar una densa red de barrancos conocidos como cárcavas y badlands. Cuando un paisaje es de
campiña significa que son buenos para la agricultura.

Finalmente, el área volcánica está localizada en esclaves como islas de Canarias, Garroka (Gerona), el Cabo
de Gata (Almería) o el Campo de Calatrava (Ciudad Real). Los basaltos serán las rocas más representativas
de este dominio, se formaron en el terciario. Las islas Canarias son el resultado de las fracturas creadas
en el fondo del Atlántico durante la orogenia alpina, con el ascenso del material magmático hasta la
superficie. Las formas asociadas a este relieve son variadas. Los conos volcánicos es un amontonamiento
de material alrededor de la boca de emisión, terrenos abruptos creados tras el enfriamiento de las coladas
de lava, los diques y los roques son conductos por los que sale el magma exterior y descubiertos por la
erosión, los barrancos o valles estrechos creados por el transcurrir de las aguas de los torrentes y los
mares, siendo cráteres producidos por una explosión causada por agua subterránea al entrar en contacto
con el magma.