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Lej Leja, es una parasha inquietante. Por raro que se escuche, inicia con una
orden de marcha y Abram la realiza, como acostumbrado a tales decisiones.
Desde la primera línea del texto, se nos ilustra sobre la emuná del patriarca
pero poco se señala sobre como Abram consiguió tal estado. Por fortuna, otras
fuentes ofrecen esos pormenores.
¿De dónde sale que Lej Lejá tiene que ver con el alma humana?
Por supuesto que es un viaje del que no saldremos vivos. Entre los sabios
consultados para estas líneas parece existir un consenso sobre la playa que nos
contiene como granos de arena. Menos mal.
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Hablar del alma, también es hablar de mucho más. Visto como un viaje, es un
encuentro con una cartografía mítica, de ecosistemas plenos. Visto como una
persona, sus partes humanas se interconectan con anatomía y cierta mecánica.
Si se ve como un propósito, el alma creativa, es decir, el alma que retorna
adecuadamente a la fuente requiere de Emuna, Ratzón, Avodah y Oneg.
Para evitar caer en cuestiones incorrectas, no puedo más que seguir a mis
maestros y sus indicaciones. Entre ellas puedo coincidir con el Rabí Natán: “En
nuestras plegarias alabamos al Santo, Bendito sea: Con su misericordia ilumina
la tierra y sus habitantes y en Su bondad constantemente renueva diario el Acto
de la Creación”.
Abraham pudo hacerlo sin antecedentes estrictamente con ables. Ya sea por
iluminación o experiencia, el hijo de un noble realizó actos que han llegado a
nosotros como un valioso patrimonio. En momentos peligrosamente olvidados.
Sea como sea, la Tierra Prometida, no es visible. No dice nada sobre el clima o
los pantanos no mostrados en el mapa, tampoco sobre la paciencia para
respetar la brújula de la caravana. En lo particular creo que sería injusto
quejarnos.
Para el caso del alma que asciende es vista como una escalera. Las cualidades
de Abraham nos llevó por derroteros que hoy no agotamos y que nuevos
estudiantes hacemos un esfuerzo por no salir corriendo ante tanta
información.
Pues si se trata de subir al cielo con una escalera grande, arriba y arriba, por ti
seré, por ti seré, es muy seguro que la jarocha melodía ya nos haya ayudado
con muy buen ritmo.
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