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Prof Martinez Natalia

Historia de la lengua española


El español en América: conflictos pasados,
tensiones presentes

Módulo 11 : El español en América

Esta clase pretende retomar algunas cuestiones que hemos estado pensando y continuar hacia una siguiente etapa de
la historia de la lengua. En este caso veremos unos hitos que importantes que marcan el curso de la historia de nuestro
idioma.

En 1492 Colón llega a América y se genera con ella el descubrimiento de un “nuevo mundo”. Esto tendrá grandes
cambios, principalmente para los pueblos que habitaban el territorio americano. Sabemos que esto generó un gran
sufrimiento en aquellos habitantes, tanto físico como cultural. Los conquistadores se adueñaron del suelo y de los
pueblos, el miedo a aquello que no podían describir a ciencia cierta provocó matanzas, maltratos, explotación... No me
detendré demasiado en ello porque es muy conocido, pero sí diré que entre tanto dolor también se impuso una nueva
lengua. En el caso de las colonias Españolas, obviamente, se forzó a los pueblos a adoptar ese idioma, así pasará con el
portugués, el francés y el inglés respectivamente.
Se debía “re-educar” a los “indios” (utilizo la palabra en sentido metafórico, sabemos que hablamos de pueblos
originarios y que la palabra “indios” contiene una gran violencia simbólica en su signi icado) porque no era aceptable
para su estándares culturales, religiosos y lingüístico aquello que identi icaba esa “otra” cultura. Esa “educación”
imponía vejaciones y maltratos a todo aquel/la que osare seguir hablando en su propio idioma o mantuviera rituales
ancestrales. Así, con una violenta imposición el español llega a América y se instala.

Sin olvidar esto, pero continuando, debemos decir que unos interesantes documentos de la época son las Crónicas de
Indias. Estos textos son sumamente curiosos porque presentan la mirada Europeo-centrista de la cultura que habitaba
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estas tierras. En cada expedición se designaba a una persona que documentara todo lo que estaba pasando, claro, no
había fotos o videos, es decir que la palabra debía contar todo aquello que se observaba, podríamos decir que mucho
de ello era pensado, visto y entendido por primera vez en aquellos primeros viajes.
En todo caso, allí tenemos una las posibilidades dadas por el lenguaje, poder dar cuenta de lo que puedo conocer,
poner en palabras es también entender, construir, pensar… etc.
Los invito a leer un fragmento de las crónicas de indias y aprovecho para decir que el archivo más grande de todo este
“intercambio” se alberga en Sevilla en el Archivo general de las Indias. En este caso, les comparto un capítulo de la
Crónica del Perú

Crónica del Perú (1551)


Pedro Cieza de León (1518-1544
Capítulo xix. De los ritos y sacri cios que estos indios tienen: y cuán grandes carniceros son del comer carne
humana.

Las armas que tienen estos indios son dardos, lanzas, hondas, tiraderas con sus estólicas. Son muy grandes voceadores, cuando van a
la guerra llevan muchas bocinas y tambores, y autas, y otros instrumentos. En gran manera son cautelosos y de poca verdad: ni la paz
que prometen sustentan. La guerra que tuvieron con los españoles se dirá adelante en su tiempo y lugar. Muy grande es el dominio y
señorío que el demonio enemigo de la natura humana, por los pecados de esta gente sobre ellos tuvo, permitiéndolo Dios: porque
muchas veces era visto visiblemente por ellos. En aquellos tablados tenían muy grandes manojos de cuerdas de cabuya a manera de
crizneja, la cual nos aprovechó para hacer alpargates, tan largas que tenían a más de cuarenta brazas cada una de estas sogas. De lo alto
del tablado ataban los in- dios que tomaban en la guerra por los hombros, y dejábanlos colgados, y a algunos de ellos sacaban los
corazones y los ofrecían a sus dioses o al demonio, a honra de quien se hacían aquellos sacri cios, y luego sin tardar mucho comían los
cuerpos de los que así mataban. Casa de adoración no se les ha visto ninguna, mas de que en las casas o aposentos de los señores tenían
un aposento muy esterado y aderezado. En Paura vi yo uno de estos adoratorios como adelante diré: en lo secreto de ellos estaba un
retrete, y en él había muchos incensarios de barro, en los cuales en lugar de incienso quemaban ciertas yerbas menudas. Yo las vi en la
tierra de un señor de esta provincia llamado Yayo, y eran tan menudas que casi no salían de la tierra, unas tenían una or muy negra y
otras la tenían blanca. En el olor parecían a verbena y estas con otras resinas quemaban delante de sus ídolos. Y después que han hecho
otras supersticiones, viene el demonio, el cual cuentan que les aparece en gura de indio, y los ojos muy resplandecientes, y a los
sacerdotes o ministros suyos daba la respuesta de lo que le preguntaban y de lo que querían saber. Hasta ahora en ninguna de estas
provincias están clérigos ni frailes, ni osan estar, porque los indios son tan malos y carniceros, que muchos han comido
a los señores que sobre ellos tenían encomienda, aunque cuando van a los pueblos de los españoles les amonestan que dejen sus
vanidades y costumbres gentílicas, y se alleguen a nuestra religión recibiendo agua de bautismo, y permitiéndolo Dios, algunos señores
de las provincias de esta gobernación se han tornado cristianos, y aborrecen al diablo, y escupen de sus dichos y maldades. La gente de
esta provincia de Arma son medianos de cuerpo, todos morenos, tanto que en el color todos los indios e indias de estas partes (con
haber tanta multitud de gentes, que casi no tiene número, y tan gran diversidad y largura de tierra) parece que todos son hijos de una
madre y de un padre. Las mujeres de estos indios son de las feas y sucias que yo vi en todas aquellas comarcas. An- dan, ellas y ellos
desnudos, salvo que para cubrir sus vergüenzas se ponen delante de ellas unos maures tan anchos como un palmo, y tan largos como
palmo y medio, con esto se tapan la delantera, lo demás todo anda descubierto. En aquella tierra no tenían los hombres deseo de ver las
piernas a las mujeres, pues que ora haga frío o sientan calor, nunca las ta- pan. Algunas de estas mujeres andan trasquiladas y lo mismo
sus maridos. Las frutas y mantenimientos que tienen son maíz y yuca y otras raíces muchas y muy sabrosas, y algunas guayabas, y paltos,
y palmas de los pijivaes.

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Detalle de una antigua representación de


los indígenas del Nuevo Mundo como
fueron encontrados por los portugueses
en la costa norte de América del Sur.
Publicada en Augsburgo, entre 1497 y
1504. Tomada de Narrative and Critical
History of American, Nueva York,
Houghton, Mif in and Company, 1886, ii:
19.

Los señores se casan con las mujeres que más les agrada: la una de estas se tiene por la más principal. Y los demás indios cásanse
unos con hijas y hermanas de otros sin orden ninguno, y muy pocos hallan las mujeres vírgenes. Los señores pueden tener muchas, los
demás a una y a dos y a tres, como tiene la posibilidad. En muriéndose los señores o principales, los entierran dentro en sus casas, o en
lo alto de los cerros, con las ceremonias y lloros que acostumbran los que de uso he dicho. Los hijos heredan a los padres en el señorío, y
en las casas y tierras. Faltando hijo lo hereda el que lo es de la hermana y no del hermano. Adelante diré la causa porque en la mayor
parte de estas provincias heredan los sobrinos hijos de hermana y no de hermano, según yo oí a muchos naturales de ellas, que es causa
que los señoríos o cacicazgos se hereden por la parte femenina y no por la masculina. Son tan amigos de comer carne humana estos
indios, que se ha visto haber tomado indias tan preñadas que querían parir, y con ser de sus mismos vecinos, arremeten a ellas, y con
gran presteza abrirles el vientre con sus cuchillos de pedernal o de caña, y sacar la criatura, y habiendo hecho gran fuego en un pedazo
de olla tostarlo y comerlo luego, y acabar de matar a la madre y con las inmundicias comérsela con tanta prisa que era cosa de espanto.
Por los cuales pecados y otros que estos
indios cometen, ha permitido la divina providencia, que estando tan desviados de nuestra región de España, que casi parece
imposible, que se pueda andar de una parte a otra hayan abierto caminos y carreras por la mar tan larga del océano, y llegado a sus
tierras, adonde solamente diez o quince cristianos que se hallan juntos, acometen a mil y a diez mil de ellos, y los vencen y sujetan. Lo
cual también creo no venir por nuestros merecimientos, pues somos tan peca- dores, sino por querer Dios castigarlos por nuestra mano,
pues permite lo que se hace. Pues volviendo al propósito, estos indios no tienen creencia a lo que yo alcancé, ni entienden más de lo
que permite Dios que el demonio les diga. El mando que tienen los caciques o señores sobre ellos no es más de que les hacen sus casas,
y les labran sus campos, sin lo cual les dan mujeres las que quieren, y les sacan de los ríos oro, con que contratan en las comarcas. Y ellos
se nombran capitanes en las guerras, y se hallan con ellos en las batallas que dan. En todas las cosas son de poca constancia. No tienen
vergüenza de nada, ni saben qué cosa sea virtud, y en malicias son muy as- tutos unos para con otros. Adelante de esta provincia a la
parte de Oriente está la montaña de susodicha, que se llama de los Andes, llena de grandes sierras. Pasada esta, dicen los indios que
está un hermoso valle con un río que pasa por él, adonde (según dicen estos naturales de Arma) hay gran riqueza y muchos indios. Por
todas estas partes las mujeres paren sin parteras, y aun por todas las más indias, y en pariendo, luego se van a lavar ellas mismas al río,
haciendo lo mismo a las criaturas, no hay hora ni momento en que se guarden del aire ni sereno, ni les hace mal. Y veo que muestran

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tener menos dolor cincuenta de estas mujeres que quieren parir, que una sola de nuestra nación. No sé si va en el regalo de las unas, o
en ser bestiales las otras.

Atribución de las
costumbres nativas al in ujo
de Satanás, en Cieza de
León, Pedro, Crónica del
Perú. Sevilla, 1553, xxii.

Bueno, espero que les haya resultado interesante... como verán podemos retornar
mucho para debatir: cómo observan, qué piensan, cómo se ven a sí mismos los
Españoles, cómo ven a esos “otros”.

Pero continuo avanzando y avanzo muuuucho… nos vamos al 1700...


Otro suceso que merece destacarse es es la creación de la Real Academia Española
(RAE), allá por el 1713, bajo el reinado de Felipe V. Tengamos en cuenta que para este
momento eran varias las colonias españolas, es decir que mucho territorio español no
estaba en la península Ibérica lo que hacía relevante que el idioma se ijara, se
estableciera un organismo que centralizara y determinara el “uso correcto del
lenguaje”. Nos quedaremos esta expresión de “uso correcto” que retomaremos más
adelante.
“Limpia, ija y da esplendor” (a la lengua) ese fue y es el lema de la RAE, pero veamos
qué dicen de ellos mismos, aquí les dejo un enlace para ver qué cuenta de su propia
historia:

h t t p s : / / w w w . r a e . e s / l a - i n s t i t u c i o n /
historia#:~:text=La%20Real%20Academia%20Espa%C3%B1ola%20(RAE,al%20servicio%20del%20idiom
a%20espa%C3%B1ol.

Bueno, como observarán la RAE siempre ha sido desde su fundación el lugar de constitución de los parámetros
lingüísticos que rigen el “buen hablar”. En todo caso, se buscaba la uni icación de la lengua, cosa que no se logró
demasiado. La uniformidad tiende siempre, por de inición, a dejar fuera un habla que no es correcta. Y cuando algo
queda fuera... ¿se imaginarán qué pasa verdad?
Seguramente alguien dirá por ahí que es importante que se establezca una gramática, claro si cada quien escribiría
como le parece y sería casi imposible que nos comuniquemos... Sin embargo, el problema se hace más complejo

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cuando la sociedad establece unos estándares relacionados fuertemente con el poder y desde allí se estigmatiza a las
personas con una etiqueta.
Esto nos da pie para desarrollar lo que pasa en nuestro país a inales del siglo XIX y principios del XX. Por aquella época
el estado Argentino se encontraba bastante desarrollado, las luchas internas eran menos sangrientas y se habían
logrado establecer muchas de las instituciones que hacen a la Nación. Asimismo, con las grandes inmigraciones de
aquellas épocas, impulsadas en gran parte por Sarmiento, el temor por “lo extranjero” comienza a generar una
preocupación de estado. La preocupación radica en el hecho de que aquello que no es “argentino” corrompa el ideal
de ciudadano.
Igualmente, en este sentido hay que aclarar que lo que molestaba no era todo lo extranjero, sino particularmente las
clases sociales más bajas que llegaban de Europa. Es importante decirlo porque luego veremos cierta contradicción,
por un lado se quiere evitar la corrupción de “la argentinidad”, pero por otra lado la mirada está puesta en Europa todo
tiempo, admirando su aristocracia, costumbres, arquitectura, etc. Lo que deja a las claras que el problema era hacia las
clases pobres particularmente.
Pero haciendo foco en la historia de la lengua, los invito a pensar algunas discusiones de aquella época sobre el
“idioma nacional”. La contienda que se generó se centraba en el hecho del “mal uso“ que los argentinos hacían del
idioma español.

A continuación les dejo un texto escrito por un colega que da cuenta de esta situación:

Políticas lingüísticas y escuel


Con el inicio del siglo XX las clases dirigentes, a partir de lo que se denominó nacionalismo cultural,
comienzan a preocuparse por los modos de constitución de la nación argentina ya no desde una
perspectiva económica sino desde lo cultural. Es así como una de las preocupaciones del Estado va a ser
transformar la escuela en un instrumento para la aculturación1 de los inmigrantes e hijos de inmigrantes
que han llegado a nuestro país y son vistos por el establishment como una masa invasora y peligrosa para
la identidad nacional. Y la pregunta acerca de qué es la lengua nacional o si existe una lengua nacional va
ser una de las problemáticas a discutir. Se produce, entonces, lo que se dio en llamar “la polémica sobre
la lengua” que viene a poner sobre el tapete la discusión acerca de qué lengua se debía enseñar y qué
lengua era la más representativa para la nación en formación. Esta polémica ha sido reconstruida por
Alfredo Rubione en el libro titulado  En torno al criollismo. Los protagonistas de esta polémica son
pedagogos-literatos, filólogos e intelectuales de la época como Ernesto Quesada, Luciano Abeille, Miguel
Cané, entre otros.
El libro  Idioma nacional de los argentinos  de Luciano Abeille  desata, de alguna manera, la polémica
sobre la lengua. Para este autor “la lengua es pues el resultado de las acciones individuales y colectivas
que constituyen la vida en común de una nación y no el fruto de los gramáticos.” Para argumentar esta
afirmación, cita el ejemplo de  la Grecia antigua que tenía literatura previamente a la aparición de la
gramática. Abeille está convencido de que la lengua es la expresión del alma de una comunidad y, por lo
tanto, está en contra de que se siga enseñando la variedad del español castizo porque cierra la
posibilidad de mantener el dinamismo del idioma argentino que se va formando gracias al aporte de los
inmigrantes. Es decir, Abeille prioriza el uso a la norma, da cabida al inmigrante y está en contra de la
fijeza2 del idioma; además, cree que la lengua irá cambiando a medida que vaya pasando el tiempo.

1 El término Aculturación está relacionado con un proceso bastante violento que implica “quitarle”, “borrarle” la
cultura propia a una persona porque se considera poco “valiosa”, para sustituirla por la de las sociedades “más
avanzadas”. Como verán es una concepción racista y elitista que margina a los individuos, aunque se plantea como
algo “bene cioso” para ellos, en pos de la “buena moral” y las “buenas conductas”.
2 Nótese que esa “ jeza” es la que propone la RAE
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En contra de esta postura se encuentra Ernesto Quesada, pedagogo-literato, quien en 1900  realiza un
informe sobre el “problema del idioma nacional” en el que argumenta a favor de la unidad de la lengua
española y en contra de toda fragmentación dialectal. En este sentido, en 1902 publica un artículo en la
revista  Estudios  donde discute la existencia de un idioma nacional. Otro de los que participa en la
polémica es el autor de  Juvenilia, Miguel Cané, quien considera que lo que propone Abeille es ir hacia la
barbarie argumentando que “Sólo los países de buen habla tienen buena literatura y buena literatura
significa cultura, progreso, civilización.” Esta opinión era también la de Quesada quien publica en ese
momento el libro  El problema del idioma nacional.  Allí expone su oposición a la formación de dialectos
nacionales y sostiene que es necesario lograr la unidad de la lengua castellana en Hispanoamérica. En
este sentido, consideraba que España debía reforzar su hegemonía lingüística sobre todo a partir del
avance de Estados Unidos y consideraba que en  la Argentina la corrupción del lenguaje era producto de
la mala enseñanza, las traducciones deficientes y la llegada de las distintas colectividades extranjeras. Por
otro lado, también se oponía a la proliferación del dialecto gauchesco que, según él, agravaba la
situación.
Otro de los enemigos en términos lingüísticos y culturales es, según Quesada, el criollismo. Para este
autor, las literaturas criollistas son aquellas que se identifican como argentinas pero que en realidad son
dialectales, son una imitación falsa del dialecto gauchesco llevada a cabo por los inmigrantes en torno a la
figura del gaucho. Para Quesada es necesario definir la lengua verdadera, que no es otra que la variedad
castiza3 prestigiosa sin ningún tipo de  contaminación porque “es el común vínculo que todo nos une”, es
la representación del pasado prestigioso y el abolengo y encuentra como única salida a la situación de
invasión y contaminación lingüística que reina en nuestro país para esa época en la institución escolar.
Es la escuela, a través de los planes de estudio, la que va a terminar con la contaminación lingüística,
será el instrumento del Estado para homogeneizar a la población en una única lengua, la herramienta
privilegiada para llevar adelante esta política lingüística que promueve la depuración de lo extranjero. Y la
literatura se convertiría en el depósito de la raza y del genio siempre y cuando los letrados la libren de
cualquier impureza producto de la llegada de la inmigración masiva y sus dialectos.
Si bien la polémica sobre la lengua se desarrolla en los primeros años del siglo XX, estuvo presente
durante muchos años, sobre todo en momentos en que recrudece el nacionalismo. Para 1934, el
catedrático español Marcelino Menéndez y Pelayo en su  Introducción y programa de literatura
española  vuelve sobre la cuestión de la lengua y considera que el ideal de una nacionalidad está dado
por la unidad en la lengua ya que ésta es signo de raza y estilo, es la sustancia y la forma de lo nacional y,
agrega, para él el modelo a seguir para pensar la nación y el genio nacional es el latín.

El proyecto nacionalista, entonces, promovió una política lingüística que tomó a la escuela como la
institución que se ocuparía de la corrección de los usos contaminantes tanto en la oralidad como en la
escritura y la herramienta disciplinaria fue la lengua literaria escrita que funcionó en el ámbito escolar
como modelo.
Distintas prácticas escolares tuvieron por objetivo el disciplinar lingüístico de la población escolar, se
trató de corregir la expresión oral y, a la vez, el cuerpo a través de ejercicios de lectura y recitación. Se
establece así una planificación lingüística que se apoya en la publicación de gramáticas, preparación de
diccionarios y cambio de planes de estudio a modo tal de modificar los habitus de los inmigrantes. De allí
que la norma impuesta por la escuela es aquella que coincide con la norma estética general ya que
literatos e intelectuales eran funcionarios del Estado, quienes establecían las normas.

3Cuando se habla de variedad Castiza, se hace referencia al español hablado en Madrid, es decir que ni siquiera
piensan en todo el español de España, por ejemplo, no habría demasiada diferencia entre nosotros y los andaluces
para esta concepción de la lengua.
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Una de las prácticas que tiene su esplendor en este momento es la  ortología, el estudio de la
pronunciación; se escribía correctamente si había una adecuación a  la correcta oralidad. El problema era
que la mayoría de los hablantes no hablaba según la norma dominante porque eran extranjeros; entonces
en la escuela se diseñaron rutinas didácticas que tenían como fin el adiestramiento vocal a través de la
repetición, el énfasis en la sonoridad y en la entonación.    La  ortografía  también cobra relevancia y se
creía que debía surgir de una correcta pronunciación. Se hacía hincapié en la lectura y declamación de
poesías ya que la lengua de estos textos se consideraba de mejor expresión y correcto uso. El canon
escolar también se adaptó para estas necesidades y se puede observar en muchos de los manuales y
antologías escolares que predominan textos de autores argentinos o españoles que respetaban la norma
lingüística y que, además, tomaban como temática central lo patriótico a través de la historia, la referencia
al progreso y riquezas del país, y a la diversidad topográfica.
Así, otra de las prácticas escolares habituales era la enseñanza de la  lectura en voz alta  siguiendo
ciertas pautas establecidas que hacían hincapié en la postura y en los modos de pronunciación de las
palabras.
Germán Raimondo

Como verán la discusión era compleja y profunda... para continuar les voy a dejar material de lectura:
Lo primero que leerán es un texto de Toscano García que presenta la discusión en la argentina de la época.

Toscano García, Guillermo: Español y españoles en Argentina. La discusión sobre la lengua nacional vista desde la
enseñanza de español en la revista Cuadernos de Cervantes Nro 59/60 2005

Luego veremos un texto de Gustavo Bombini, otro de Elvira Arnoux y por último uno de Ángela Di Tullio que nos ayudan
a seguir pensando la discusión.

Bombini, Gustavo (2005): La escuela un escenario para gestión de las políticas lingüísticas y literarias. Revista
Cuadernos del Sur nro 35-36. Bahía Blanca
Elvira Arnoux (2001): Disciplinar desde la lengua. La Gramática Castellana de Amado Alonso y Pedro Henríquez
Ureña en Homenaje a Ofelia Covacci.
Di Tullio, Ángela (2010): Idioma e identidad y Capítulo 1. Los ejes del debate en Políticas lingüísticas e inmigración.
En Políticas lingüísticas e inmigración. Eudeba

Y para completar observaremos algunas fuentes, es decir: textos de diversas épocas que podremos pensar como
documentos testimoniales que dan cuenta de las diversas discusiones sobre la lengua.

Borges, Jorge Luis: Las alarmas del Doctor Américo Castro de Otras inquisiciones 1952

Un corpus de textos extraídos de la revista El Monitor de la Educación común. Esta publicación fue muy importe en
el campo educativo ya que era una herramienta de gran interés para todos los/as docentes y circulaba por las
escuelas con información de distinta índole: desde cómo se se debía enseñar determinado contenido, qué docente
había sido nombrado en una escuelita de Ushuaia y cuántas tizas compró en consejo escolar en Derqui, por decir
algo. Toda información estaba allí. Pero en este caso veremos unos artículos destinados a los/as docentes,
obviamente en relación a cómo enseñar la lengua. No se olviden que la revista fue fundada en 1881 por Sarmiento y
aún se sigue publicando, así que imaginen la cantidad de información vertida allí.

Por último, un fragmento del libro de Berta Vidal de Battini El español de la Argentina. Estudio destinado a los
maestros de las escuelas primarias.
En este libro de principio de los ´60 (1963 aprox.) hace un recorrido que da cuenta de cómo el idioma llega a América y
cómo se utilizaba muy mal en cada uno de los lugares de la Argentina, el análisis es exhaustivo porque pretende que
los/as maestros/as de la época lo apliquen en las escuelas. A ustedes les propongo una parte del libro los capítulos “la
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lengua de los conquistadores”, “El español de América” y “La lengua”. Tengan en cuenta que la línea que sigue esta
autora, dista y DEBE DISTAR de todo lo que venimos hablando hasta ahora. Se encontrarán con una visión de la
historia de la lengua muy conservadora, hispanista, sesgada y sobre todo con poca atención y consideración a la
diversidad, lo aclaro porque se ha tomado como bibliografía de la cátedra y no lo es… claramente es una fuente que
podemos observar y criticar para pensar lo que pasaba en los años ´60…

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