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CAPITULO III

".. lA TIERRA EN BUENOS AIRES Y lA


EXPANSION TERRATENIENTE DE FINES
DEL SIGLO XVIII

Se deberá estorbar a aquellos que por sus muchos


caudales quieran ambiciosa mente abarcar
cuantos campos se lesproporcionen.
Manuel Belgrano.

Los investigadores de la historia colonial bonaerense hemos notado, sin


" aportar aún suficientes explicaciones al respecto, ciertas diferencias en el
paisaje socioeconómico de la campaña entre los siglos XVIII y XIX .
Mis exactamente, estos cambios deberían situarse ~tre el ~odo
·\i.rreinillemgrano (I776-17222J la d~a de 1820, cuando Buenos Aires
:. se \llelca d eno a la explotación económica de su hinterland agrario. A
~sar de que se ha dicho y repeti o demasiado a menudo que el origen
dela expansión territorial -eseIlClahnenteganadera- data de los tiern-
é?Sde Martín Rodríguez, nuestra hipótesis coloca de lleno el comienzo
~t ),1, ~y -?-
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de este proceso enjQs últi!!!QSveinte aaos del dominio colonial, I
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./, ~J~ aunque su p;J.rciif detenimiento durante los J'ños caracterizados por la
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L:~~r¿( ~ , \J6,O " "


l,
revolución y la guerra, y el peso de estos sucesos, no facilitan su percep- I
WI "
ción, razón por la cual permaneció relativamente oculto] justa que la
I
I

11

revisión del proceso de denuncias y apropiación de tierras realengas -al 1/

que hemos dedicado los últimos años de nuestra investigación+- arrojó 1:

una luz definitiva sobre el origen colonial del fenómeno,


¿Qué ocurrió entonces entre los siglos xvm y XIX?
Para intentar una explicación, que requiere dejar de lado algunas
imágenes consagradas, como aquella que indicaba la extensión del dere-
cho de propiedad hasta el S.\L1do, es preciso comenzar por puntualizar

] Entre las excepciones a este juicio puede mencionarse: Mayo, Carlos y Lauubesse,
Amalia, Terratenientes, soldados y cautivos, La frontera (J 736-1816). U,'l,M,O,P .. 1993. p.
13 L También, complementario con los factores propios de la expansión ganadera: Maleo,
jos¿, Los labradores de Lobos, .\figraciones y migrantes be/da un ecosistema agrícola de la
frontera sur rioplatense. Congreso Internacional de Historia Económica de América Latína.
UNLu" 1990,

~..~..-c:e. HUM. 63
Cen\IO Mfs\Ul!i!nte& de Hum8~
U.N.S
que fuera de las suertes de tierras "principales", casi siempre las "cabeza, era de menor importancia la mencionada existencia de un poblamiento
das" y eventualmente las "sobras'? (todas ubicadas en la zona de antiguo previo de campesinos detentadores de un precario dominio útil de los
asentamiento), el espacio "fronterizo", si bien estaba irregularmente pobla- terrenos, llamados a ser la fuente básica del plus trabajo motriz de los nue-
do -a menudó por núcleos campesinos cuya producción no sobrepasaba vos establecimientos-, aquellas otras vinculadas a la inseguridad que
la mera subsistencia- no estaba ocupado legalmente. ..;., representaba, para vidas y bienes, la asidua presencia indígena en la zona,
Antes de 1790 sólo fue perfeccionado..el dominjo_juI1~o sobre apenas contenida con el establecimiento de la línea fronteriza y otras polí-
aquella porción del territorio que de acuerdo con la lógica y los intereses ticas que neutralizaron en parte aquella amenaza. Como se ha señalado
del exiguo número de personas que podía embarcarse en los gastos de la campaña "hasta la paz del año de 1790 no pudo gozar el cultivo, la
una subasta o composición de tierra r~nga -o compra a particulares estabilidad, ni gran fomento, a cuyo tiempo parece debe referirse la pri-
de propiedades originadas en las antiguas mercedes y donaciones- era mera época de su felicidad ... [que] determinó a algunos hacendados a
conveniente apropiar con posibilidades de obtener, a partir del dominio establecer sus estancias al sur del Salado".'
de los terrenos, algún tipo de renta, entendida como la forma normal en Con respecto a los factores específicamente económicos, recién a par- .c:
que los productores directos rurales (C:!!D.I2esino~jomale!:.9s, agregados, tirde la doble presión de las necesidades del abasto de car.ne al mercado ~:
esclavos ...) rendían un plustraba'o/ lus roducto a los propietaa~ de las urbano en creClllllento y la demanda extenor de cueros y aftnes, comienza ~
3 pnnclpios de los '90 el proceso, Ciertamente taraío,ae expansión ganade- <",q

t
c<5ñCíiciones e produccíófi=comó ocurría ñabltualmente en el estrecho A

corredor recostado sobre los.ríos Paraná y de la Plata- desde Ti misma ra-yapropiación del espacio fronterizo. "Lo que ocurrió" entonces a fines ~~
fundaciÓn ypr~os años del si819 XVII. - ¿.. 1<:7 r :; , -ersiglo >"YIII es ni más ni menos que la puesta en marcha de los elernen- 7)
Obviamente, falta de propietarios legales no significa ausencia de tos fundamentales, presentes pero adormecidos, de la explotación ganadera \7
. ~ ~
pobladores, en particular en la franja territorial que se extendía paralela al en una escala absolutamente nueva para esta banda occidental del Río de ( . ~,
corredor antes indicado y hasta el Salado. De esta manera, al diferenciar la Plata: "entretanto crecía el comercio, y el interés de sus habitantes era ~;::.,.. +"
ocupación precaria -el débil dominio útil de los simple poseedores- y cada vez más excitado a la cría de' ganados, lo que hacía que desatendién- =r" ~
apropIaCIón Jurícgca, se deslindan en parte las perspectivas de aquellos dose los riesgos de la inseguridad, se fuese aumentando el número de las '"!.-; ~
que mayoritariamente se asentaban de hecho en los campos obligados estancias que se habían avanzado sobre la línea de la frontera"> ,,1

por la necesidad de reproducir su vida, de la lógica terrateniente de quie- En el contexto previo al inicio de estos cambios, y aún durante su r-

nes esperaban obtenéfC1e1 dominio directo de los terrenos diversas rentas transcurso, la vieja campaña podía presentar una imagen "más campesina" .."
que les permitieran incrementar sus patrimonios dinerarios, en medios de y, en comparación, el abasto de trigo a la ciudad resultaba significativo en t---
próducción.resclavos o en alguna otra de las expresiones en que podía relación con la ganadería, llegando algunos autores a exagerado -con- ~
materializarse la acumulación de algún grado de riqueza en la época. fundidos acaso por estas particularidades- hasta asignar erróneamente a .J.;,

- ASí;Iasrazones de los futuros propietarios al norte y sur del Salado la agricultura una importancia mayor que a la explotación de los diversos
incluiaru además de las eminentemente económicas -entre las cuales no tipos de ganados.s O a subestimar el rol de los grandes propietarios y los
latifundistas, como contrapartida de una falaz "oferta casi ilimitada de tie-
~a,;d€.~~ \
rra... gratis o muy barata"," que sólo precaria, peligrosa y temporariamente
I 2 "Las cabezadas son aqueilas que empiezan donde acaban la legua y media de fondo
de las suertes principales de estancia, hasta otra legua y media de fondo, y las sobras las que
I¡I" ,,' ••• siguen a estas". AHPBA. 7-2-108. 4 García, Pedro A. Informe al gobierno, 26/11/1821. Colección de Angelis, Plus Ultra,
~ Se trata de una franja territorial de aproximadamente 400 kilómetros de largo y alre- Bs. As., 1969. t. IV, p. 412 y 418.
dedor de unos muy irregulares 50 kilómetros de ancho, de antigua ocupación, en la que 5 "Historia de nuestra frontera interior". La Abeja Argentina nQ 2. Bs. As., 15 de mayo
buena parte de los terrenos está controlada por propietarios más o menos legales -"públi- de 1822. Biblioteca de Mayo, Bs. As., 1960, t. VI, p. 5285.
r-- ea y notortarneme" propietarios, aunque no siempre exhiban títulos-e- como se puede vis- 6 Garavaglia, Juan C. Economia, sociedad y regiones. Ed, de la Flor, Bs. As., 1987, p. 38.
f¡)j"", lumbrar a partir de los censos de hacendados que conocemos hasta ahora: Areco, Pilar, 7 Gelman, Jorge. Familia y relaciones de producción en la campaña rioplatense colo-
Cañada d: la Cruz, Magdalena; y, por ejemplo negativo, también un sector de Pergamino y nial. Algunas consideraciones desde la Banda Oriental. En: Moreno, J. L. y Garavaglia, J. C.
Chascomus, donde hacia 1789 sólo esporádica y aisladamente se reconoce otra propiedad (comps) Población, sociedad, familia y migraciones en el espacio rioplatense. Cántaro, Bs.
que la realenga. As., 1993, p. 82.
J..rt-v
G,

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.... -- --.-----_.
o desplazada a otras regiones coyunturalmente más propicias, como lo
permitía el asentamiento de los núcleos campesinos que huían del arren,
ejemplifica el caso de los terratenientes bonaerenses inclinados a instalar
darniento forzoso vigente en las "tierras de semilla", ubicadas en las :íreJ!
sus estancias en la Banda Oriental.l? menos peligrosa y más abundante en
más seguras de la campaúa.s
ganados hasta el desencadenamiento de la revolución.
l' Esta situación, determinante de aquella fisonomía socioeconómica
_ "Significativa" y "limitada" en concreto.u es decir: dados los recursos
más "campesina" -no obviamente de una "economía campesina", inexís.
disponibles para cada tipo de actividad, podría afirmarse que la demanda
Ir tente dada la presencia de la figura del terrateniente- es la que comienza
sustentada en el consumo de la población bonaerense ponía en juego
\ a entrar en crisis a partir de la expansión territorial y ganadera, que es un
e, muchas de las posibilidades objetivas inmediatas de despliegue de las
proceso contradictorio, iniciado con paso todavía incierto a comienzos de
labranzas; mientras que la estrechez de la campaña, el lento avance hacia
1~ a década de 1790, desarrollado de un modo lento pero sostenido hasta
1810, disimulado -acaso amortiguado- durante el período de guerras
(y de) las fronteras y el recurso a los ganados externos a la provincia,
contribuían a mantener subutilizadas gran parte de las posibilidades pro-
independentistas y civiles, y elevado por fin a un plano superior de auge
ductivas de la ganadería vacuna. Y aquí conviene ser conceptualmente
y crecimiento a partir de 1820, cuando tierra y ganado vacuno son parte
cuidadosos: que la ganadería no tuviera un papel similar al que desernpe-
esencial del ciclo económico que se extiende hasta bien entrada la mitad
naba en la Banda Oriental, o al que cumpliría más tarde en la misma Bue-
L- del siglo XlX.9
nos Aires, no significa que no fuera ciertamente la producción
Una crisis lenta, en suma, que con interrupciones, avances y retroce-
principal.
sos, tiene en general más que ver con el avance de la ganadería que con
En la ~790 la_camp~ña de la capital aportaba anualmente (:
un retroceso significativo de la producción agrícola -quizá deba hablarse
de estancamiento en relación al crecimiento de la explotación pecu a ria , el
alreded9~ 3C!9.000 c eros a_~ exportación virreinal, "independienternen- .,..!)
te de que con.los s y manejos de! país se consuma otra porción consí-
elemento dinámico de la economía y base de la exportación de la provin-
derable de este género que sirve en lugar de! cáñamo y esparto en Espa-
cia-, la que de todas formas encontraría serias dificultades para cumplir,
ñu" 12 Por otra parte sólo para el abasto de la ciudad era utilizada
en condiciones de competencia con harinas importadas cada vez más fre-
anualmente la carne de 55.000 novillos y =-contra lo .que se cree habitual-
cuentemente luego de la independencia, su viejo rol de proveedora de
mente- de 15-0-:-000 carneros, resultando imposible estimar e! incremento
uno de los alimentos básicos de la población urbana.
de- estas cifras en caso deSumarse los consumos rurales, aunque sería sin
Es posible afirmar entonces que el orden social colonial tardío
duda importante toda vez que efectivamente la ca;:;e era e! componente
vigente en la campaña de Buenos Aires se vincula principalmente con
privilegiado de la dieta cotidiana de los moradores7n los sampos.13 Sin la
esta evolución de 1:1 situación productiva. Y su parcial modíficación,
envergadura que registraba antes de los grandes levantamientos anticolo-
caracteristica del XIX, responde a la ruptura del equilibrio entre una
males de 1780-81, también la cría de mulas fue una actividad presente en
agricultura relativamente significativa =-tanro como podía serio abas-
muchas estancia.s ...9..ue:lportaron varios miles-de-animales con destino al
tecer el mcrc.u!o porter'lo- y una ganadería territorialmente limitada;
Perú, Paraguay y Chik:..Agregando a los anteriores rubros de la ganadería,
el producto de sebos y grasas -para exportación y para consumo inmedia-
1> El cor.cepio de "oferta Ilimitada" de tierras, al que nos hemos referido ya en el capítu- to-en alimentos, ilumin:lción, etc.-, además de otros ítems de menor
!8 Il, e, reó-Icamcnre erróneo e tdcológícamenre reaccionario, \"3 que no sólo la tierra importancia, queda completado el cuadro que justifica el predominio
.s limitada por na.u-aleza. v iCIoferta de realengos por la monarquía reservada a la élite que p~, aun en el marco de las limitaciones que se han señáládoPor eso,
podiJ afrontar sin diflcuhades las restricciones de la ley de 1¡54; sino que, al igual que el
'Jr we,«.' prccu"'(O por :1;dp~r'l1 Don¡;hi, induce a imaginar una relación de los campesi- 10 Aunque en menor medida, también la región de Entre Ríos fue objeto de la expan-
nos "con !J [,l.:rl":1·' que ni por .isorno guarda alguna <irnilitud con el proceso estadounidense. sión terrateniente de un sector de la élite porteña. AGN. IX 35-1-5 Y Al). Doc. n" 10.
Aquellos que se asentaron precariamente en los campos -no siendo propietarios ni arren- 11 Nunca ser:í suficientemente reiterado el extremo atraso de las fuerzas productivas
datarios-e- m:ís temprano que tarde fueron expulsados o sometidos y forzados a tributar por bonaerenses, donde nada parecido a una manufactura permite avanzar sobre la antiquísima
\"ie¡n.:.:v nuevos terrateme ntes labor de pastores y labradores.
:J Sobrc ri enajenación de tierras fiscales en la segunda década del siglo XIX se puede 12 AGI. Buenos Aires, lego 590.
consultar: !:1fC:SI3 ~ Cuerci, María Elena. "Aportes para el estudio del poblamiento de la 13 Ap. Doc. n" 11.
frontera del Salado". En: Estudios sobre la provincia de Buenos Aires. La Plata, 1986.

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entre muchos testimonios en igual sentido, se podía afirmar en 1791: "Es1 En relación a las explicaciones que hemos propuesto hasta aquí,
ilustre capital no tiene otros minerales que los ganados de sus campañas retornamos ahora el an~isis_ de la historia de la apropiación jurídica de las
cuya conservación y aumento depende la de la provincia".14 Y reiterar en tierras bon~~~s modalidades, en tanto el conocimiento de sus
1792: "El producto que proporcionan las estancias, y que es el nervio del áltemativas fundamenta en gran medida la tesis de la expansión territorial
comercio activo de la provincia con otras, consiste en el cuero".15 ";.': colonial tardía, al igual que la presencia de la gran propiedad y el latifun-
La relación entre una agricultura extendida -que en buena pa~ dio como patrones de apropiación vigentes en la mayor parte de la cam-
expresaba-una economía de subs¡-stenc~cado- Y una ganadeñ~ paña, con sus determinaciones señoriales y coactivas respecto a la mayo-
territorialmente constreñida, se mantuvo hasta poco después que los pr6! ría de los productores directos.
cesos productivos, demográficos, y de la demanda exterior de productoJ Interesa, en principio, reflexionar so~e las razones por las que hasta
pecuarios -junto a otros factores- favorecieron el conjunto de _medidaS fines del siglo XVIII ~trucción cf§ 1754Jue relativamente poco utilizada
de todo orden que tienen su- siiñbolo político-administrativo en la crea! para la apropiación de las tierras bonaerenses. Al respecto, una memoria
ción del virreinato. Estas políticas, que recogían las necesidades de la ael síndico ael consulado de Buenos Aires, fechada en 1796, propone la
dominación colonial y del mercado mundial en formación, tanto como las clave interpretatíva. "cuando se publicó la Real Cédula del año de 1754
tendencias profundas de desarrollo de la estructura, colaboraron a dinarní, prescribiendo- reglas para la venta y composición de tierras realengo baldí-
irQ o zar una situación previa que las explica tanto como se beneficia de las as,ya estabañ TeCIüCidaslas de la campaña de esta ciudad por esta banda
) reformas y nuevas facilidades que -en favor principalmente de la metr6- occlOentaI;-ala ocupación de varios particulares por estos títulos y otros",:íj7
poli- permitieron la puesta en tensión de los elementos y recursos espe- - -Esta explicación aparece coherente con el resultado de nuestras _
cíficos de la producción pecuaria del área bonaerense, siquiera como prO. investigaciones sobre el proceso de apropiación de las tierras bonaeren-
yecto de viable realización.,l ses, ya que recién a partir de, 1791 se}comienza a tonificar el movimiento
El balance de las clases y grupos sociales, la readae!ación del poder ex¡'5l"nsivodé las estancias hacia las áreas fronterizas; 19 mientras que hasta
~.JJ,~ estatal rel crecimiento dela influencia terrateniel}t¿ en elimbito- rural, ese momento la ocupación legal del suelo se mantenía predominanternen.
especialmente de los grandes ganaderos, tienen que ver con esto tanto
. como con la posterior desaparición -por obra de larevolución- de un
té circunscripta _. -
-- en- las denominadas zonas de vieja colonización, apropia-
das en lo fundamental durante los siglos XVI y XVII por vía de mercedes y
-.....,

r~& "'- \centro estatal predominantemente exterior a s~s intereses~16(;~I';".¡) Q donaciones, modalidad típiCamente feudal que, contra lo que se afirma
--.4- También con la dislocación del viejo espacio económico virreinal, y generalmente, tOdavía continuaba en vigoren el siglo XVIII, como lo ejern-
de sus tradicionales circuitos mercantiles .. En particular la viga maestra que plifican las gf:rctas concedidas en la décaaacle-I730 á Juan Francisco
otorgaba su sentido principal a Buenos Aires en el orden colonial: la inter- Bazurco (Arrecifes), José Sosa (Fontezuelas), José Ferreira (Pergamino),
mediación entre la plata potosina y los efectos y géneros importados, a lo Nicolás de la Quintana (Luján), etc. 20
que se le sumará posteriormente la crisis de la ganadería en las otras
regiones productivas del litoral y Banda Oriental.
Consecuentemente, los cambios que señalamos, a lo largo de unos haya quedado vistosamente circunscripta a las áreas más específicamente agrícolas, lo que
treinta o cuarenta años, aun con contramarchas: reforzaron la presión tarde o temprano llevará a la crítica de la visión "tradicional", halperinJana, sobre la ecua-
ción tierra-vacunos, llamando la atención sobre .... los labradores del siglo XIX.
'\\sobre la tierra, el crecimiento de--Ia gran .explotación-estancia vacuna, el
18 AHPBA. 7-2-108. Los "otros" títulos que se mencionan son el repartimiento de Garay y
~ control de la mano de obr-ª-y de l:Lpobla<jó_nrural, el ejercicio del dere- las mercedes de tierras posteriores. AD. Doc. nQ 9.

1 Cho de propiedad sobre el ganado, etc.'?

14 AHPBA.7-2-108.
19 Con más exactitud cabría afirmar que se produce un salto de calidad en dicho proce-
so, puesto que este se había iniciado unos años antes por parte de algunos hacendados
como los que aparecen censados en 17@ en Chascornús en calidad de ocupantes de tierras
15 AGN. IX 36-3-5. realengas. La real novedad consiste en el creciente interés por obtener derechos legales
16 Azcuy Ameghino, Eduardo. Historia de Artigas y la independencia argentina. Ed. sobre los terrenos, basado en la clara percepción que viejos y nuevos terratenientes tenían
Banda Oriental, Montevideo, 1993. por entonces de la firmeza de la expansión ganadera bonaerense y de sus posibilidades
17 En este sentido la imagen campesina de la vieja campaña virreinal, con pequeños y fUturas.
medianos labradores y/o pastores -propietarios, arrendatarios y sin tierra- probablemente 20 AHPBA.208-14530/1.

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.,
Sin subestimar las consecuencias del fraccionamiento de. muchOSil compOSición, o mera apropiación a partir del sólo hecho de iniciar aquel
terrenos por los efectos de las particiones por herencia que se sucedieron a trámite -así, por ejemplo, los López Osomio controlaron 60.000 hectáre-
través de casi doscientos años en las zonas pobladas de antiguo, y las alter- as al norte del Salado desde 1775 hasta 1811, cuando perfeccionaron su
nativas de la compra-venta partícular.i! que sin embargo se círcunscribió j derecho de propiedad-23 deben ser también tenidas en cuenta, aunque,
las tierras previamente donadas, debe afirmarse -sin prejuicios y sin temor .~~~omo luego se verá, su significación recién se revela en plenitud a partir
a error- que la gran propiedad y el latifundio eran dominantes en la de 1791, cuando se tonifica la expansión terrateniente sobre los terrenos
geografía bonaerense jurídicamente apropiada desde la misma fundación realengos. También puede mencionarse la existencia de una gran diversi-
de Buenos Aires. Dicho con palabras de Belgrano publicadas en 1810 en ~i dad de fuentes que, aunque a propósito de las más variadas cuestiones,
Correo de Comercio: "El repartimiento, pues, subsiste a poco más-o menos suelen contener esporádicamente alguna referencia o datos sobre el domi-
como en los tiempos primeros, porque aun cuando hayan pasado las tierras nio del suelo, como en parte queda reflejado en el apéndice documental.
a otras manos, éstas siempre han llevado el prurito de ocuparlas en aquella Hemos dejado intencionadamente para el final de este pequeño
extensión aunque nunca las hayan cultivado ..."22 inventario una fuente que consideramos de importancia superlativa: los
¿Cuáles son las fuentes y los modos de investigar que permiten apro- censos de hacendados realizados en Buenos Aires en 1789.24
ximar este juicio respecto a la estructura de la tenencia en propiedad (de Por su propia especificidad y cualidades, tanto por la tendencia
particulares, porque la realenga también es propiedad) de la tierra hacia positiva con que responden al cruzamiento y control con muchos de los
fines de la década de 1780? documentos mencionados más arriba, los consideramos un elemento de
En principio nos han brindado elementos de juicio significativos tanto juicio determinante para la caracterización del modo en que se encontra-
los testamentos y sucesiones como los documentos de escribanías referidos ba apropiado el medio de producción fundamental por los diferentes suje-
a la compra y venta particular de terrenos, y otros similares aunque no pro- tos sociales rurales.
tocolizados. También los papeles de las viejas donaciones reales y otras A falta de otros registros de similar alcance, los padrones de 1789
mercedes posteriores aportan referencias de utilidad. Igualmente son esti- que conocemos hasta ahora, constituyen una muestra sumamente
mables los registros de numerosos conflictos y pleitos por tierras que, des- representativa de grandes áreas de los partidos de Magdalena, Cañada
de los lejanos testimonios de Hernandarias, reflejan el constante interés que de la Cruz,25 Pilar (Luján, Cañada de Escobar y Conchas) y Areco, igual-
despertó el ejercicio del derecho de propiedad territorial en todos aquellos mente permiten confirmar la limitación del proceso de apropiación legal
habilitados socioeconómicamente para aCCedera dicha prerrogativa. de la tierra en Chascornús y Pergamino, caracterfstica de las vísperas de la
Las denuncias de tierras realengas con vistas a su pública subasta, expansión terrateniente de fines del XVIII. En este sentido la fecha en que

21 Respecto a la compra-venta particular de tierras previamente entregadas por la corona 23 AHPBA.21-384.


por merced, remate o composición, recientemente Se ha publicado una valiosa obra dedica- ~4 Hace ya un tiempo hemos publicado el texto de los censos realizados en Areco, Pilar,
da al estudio del -volumen y la intensidad del mercado y la subdivisión de tierras bonaeren- Magdalena, Chascornús y Hermanas o Pergamino, acompañados de un estudio de la historia
ses en siglo )(\'III"'. Entre sus conclusiones, muchas Veces contradictorias, el autor afirma que de su gestación y de un análisis estadistico sobre los tres primeros. Azcuy Arneghino, E. y
"durante el siglo :--"\'I![ el mercado inmobiliario rural de Bs. As. se mantuvo con algunos alti- Martínez Dougnac, G. Tierra y ganado en la campaña de Buenos Aires según los censos de
bajos en una tónica por dem:ís modesta, hasta la misma revolución de 1810 se registraron en hacendados de 1 ;'89. llHES, B5. As., 1989.
total 16&1 operaciones notariales sobre chacras y estancias". 2S Debo el conocimiento de este interesantísimo censo a la gentileza de Carlos Birocco.
En relación con los efectos de las particiones de terrenos por ejecución de herencias, El registro incluye un detalle de tierras, vacas, ovejas, regu;¡S, caballos y bueyes, ade-
muy importantes en las zonas de antiguo poblamiento, se señala sin embargo que "ei régi- más de una original innovación introducida por .::1alcalde de la hermandad Francisco Casco,
men capellánico, con sus instituciones de la primogenitura, el grado, la línea sucesoria yel consistente en la calificación de la persona de cada uno de los censados; por ejemplo:
sexo, esgrimidas en litigios por la sucesión de los patronatos y los beneficios capellánicOS, 'consta es hombre de bien", o contrariamente, "consta dicen no es de buena fama".
era otro mecanismo que favoreció la concentración de la propiedad rural." Saguier, Eduardo. Recientemente se ha conocido una primera e interesante ponderación cualitativa y
Mercado inmobiliario y estructura social. El Río dé la Plata en el siglo XVIII. Centro Editor, cuantitativa de la riquísima información que proporciona este padrón: Higa, Mónica. El censo
Bs. As., 1993, pp. 9, 10 Y 23. de hacendados de 1-89 en Cariada de la Crux. Ponencia presentada en las XIV Jornadas de
22 Belgrano, Manuel. Escritos económicos ... p. 160. Historia Económica. AAHE-UNC. Córdoba, 1994.

70 71
~

se efectuaron los censos no pudo ser más afortunada, en tanto que radio;: reponer en algunos casos la cantidad de tierra correspondiente a unos
grafían la situación inmediatamente anterior al inicio de las denuncias de' pocos propietarios -exactamente cuatro- que si bien son mencionados
los campos realengos fronterizos. ~ explícitamente por los padrones, estos no proporcionan la superficie de
A continuación presentamos algunos de los resultados estadís~~cos SUS estancías.w pudiendo concluirse que los censistas -los respectivos
más significativos en relación con la afirmación del predominio de la gtá'n alcaldes de la hermandad- no consideraron necesario indicar dato algu-
propiedad y el latifundio, analizándolos por censo y luego a través de los no sobre unos terratenientes, sumamente conocidos no sólo en el ámbito
guarismos generales de toda la muestra. :n . rural sino en la misma ciudad de Buenos Aires.
Si bien en anteriores trabajos hemos utilizado, siguiendo la modalí, En relación con las frecuencias de tamaño que utilizamos para
dad epocal, a las varas de frente como unidad de medida; en esta oportu, encuadrar los diversos tipos de la tenencia en propiedad de la tierra, y sin
nidad nos ha parecido más conveniente transformar aquellas notaciones perjuicio de otras observaciones que se efectúan en el texto, debe quedar
en unidades de superficie de uso más habitual como son las hectáreas. De claro que el contenido concreto que se asigna a las categorías utilizadas
esta manera se han transformado las varas de frente en leguas dividiendo para definir las superficies correspondientes a la pequeña, mediana y gran
por 6.000 varas (1 legua), luego se ha multiplicado el frente por el fondo propiedad, latifundio, etc., depende en gran medida de las característi-
habitual de 1,5 leguas (9.000 varas), lo que proporciona un resultado cas del conjunto global del que forman parte; además de otras deter-
\ expresado en leguas cuadradas, que luego es multiplicado por 2.500 hec- minaciones de tiempo, lugar y circunstancias. En este sentido· fijar, por
táreas (1 legua cuadrada) para quedar transformado en hectáreas.oi Res; ejemplo, el límite inferior de la gran propiedad entre 1.000 y 1.500 hectá-
pecto a atribuirle a todos los establecimientos censados un fondo de 1,5 reas depende de la naturaleza geográficamente restringida de la campaña
leguas, se trata de un procedimiento fundado en que la casi totalidad de bonaerense hasta comienzos de la década de 1790; mientras que la
la muestra lo registra de esa manera, mientras que los escasísimos casos expansión y apropiación del espacio rural fronterizo iniciada por entonces
en que aparece como menor, o la información se presta a confusión, ade- se expresará, con seguridad a partir de la década de 1820, en un conteni-
más de resultar estadísticamente irrelevantes se compensan sobradamente do distinto de las frecuencias definitorias de los tipos de propiedad de
con los también escasos registros en que debiendo asignar un fondo acuerdo con su tamaño que utilizamos en este trabajo, sobre las que vol-
mayor se ha preferido, por existir alguna duda, mantener la mencionada veremos una y otra vez en busca de su más ajustada caracterización.
legua y media. ¡ Comenzando por el partido de Magdalena,29 se registra allí la pre-
El propósito de estas operaciones es procurar facilitar la compren- sencia de "la estancia del Convento de Nuestra Señora de Mercedes", la
sión de un tema que, como el de la propiedad de la tierra en la Argentina, "estancia del finado Don Antonio Romero", la "estancia de Don ]anuario
obtiene su significación más trascendente en el presente.s? mientras que la Fernández", y finalmente se censa -por ejemplo- a Ramón Giles,
conexión activa que la investigación histórica puede establecer con el "poblado en tierra de los Lara". Sobre estos cuatro terratenientes, nuestros
pasado permite retratarlo en su etapa fundacional. datos son inseguros respecto al Convento y al terreno de Romero, en este
Respecto a la operativización de la información contenida en las caso en lo referido a 1789, ya que sabemos que a fines de la década de
fuentes censales, como resultado de su análisis y crítica a través del con- 1760 era titular de un latifundio de alrededor de 21.000 hectáreas.30
trol con datos contenidos en otros documentos, se ha creído conveniente Excluidos estos dos propietarios, se ha procedido a reponer la superficie
controlada por ]anuario Femández, consistente en por lo menos 31.750

26 Por ejemplo, para un terreno de 500 varas de frente y legua y media de fondo, se
divide 500 sobre 6.000, el resultado se multiplica por 1,5 y luego se multiplica por 2.500. La 28 Una primera aproximación -muy ajustada ahora por la exclusión de un propietario de
superficie estimada de dicho terreno es entonces de 312,5 has. Más en general se puede con- Chascomús que en rigor no 'debía sumarse en Magdalena y por el prorrateo del latifundio de
siderar 1 vara de frente (por 9000 de fondo) equivalente a 0,625 has. Otálora entre Areco y Cañada de la Cruz- a esta pauta de corrección de algunos baches infor-
27 Según el censo de 1988, en la provincia de Buenos Aires los establecimientos de más mativos de los padrones, en: Azcuy Arneghíno, Eduardo. La propiedad de la tierra en los cam-
de 1.000 hectáreas controlan el 52,3% de la tierra, representando apenas el 8,1% de los pro- pos bonaerenses y el censo de hacendados de 1789. Revista Ciclos n"l, I1HES, Bs. As., 1991.
pietarios. En el otro extremo, los establecimientos de O a 500 has. sólo disponen del 29,3% 29 AGN.IX 9-7-7.
de la tierra mientras que se componen del 82,4% de las explotaciones. 30 AGN. Registro de Escribano n" 6.

72 73

íV
hectáreas tomando solamente en cuenta el "Rincón de Noario",31 no así el En Cañada de la Cruz, donde se ha tratado la información estadísti-
"de Vielma que por entonces se hallaba en litigio. Y la correspondiente
n a ca sin necesidad de ajuste alguno, los resultados son también elocuentes.
los terrenos de "los Lara" -otorgados en merced al capitán Lorenzo Lara
en 164()-32 compuesta por unas 48.750 hectáreas.»
CUADRO 2
CUADRO 1 Cañada de la Cruz: propietarios y superficie ocupada
Magdalena: propietarios y superficie ocupada de acuerdo de acuerdo al tamaño de los terrenos.
al tamaño de los terrenos
Prop. Has. % Prop. %Has: I

Prop. Has. % Prop. l % Has. 0,5


Hasta 50 has. 13 380 9,2 .,
Hasta 50 has. - - 51-200 55 6399 39,0 8,8
51-200 4 394 8,2 0,3
201-500 45 14754 32,0 20,2
201-500 13 4688 26,5 3,0
501-1000 14 10553 28,6 6,7 501-1000 21 15154 14,9 20,8

1001-3000 8 15244 16,3 9,7 5 7625 3,5 10,5


1001-3000
-
3001 Y más 10 125500 20,4 80,3
3001 Y más 2 28594 1,4 39,2
Totales (49) I 156379 I 100,0 I 100,0
72906 100,0 100,0
Totales 141

Valg.i acotar a tan significativos resultados que aun en el caso de no


A tono con la ubicación geográfica de este partido, y al igual que se
haberse tomado en cuenta los terrenos de Femández y Lara, los grandes
podrá observar en el de Pilar, resulta remarcable la cantidad de muy
terratenientes y latifundistas del pJrt~do continuarían controlando práctica-
pequeños y pequeños propietarios, el 48,2% del total, que controlan un
mente el 80010 de la superficie relevada.
muy escaso 9,3% de la tierra, dedicando sin duda buena parte de ella a la
Por su parte si se efectuara el corte determinante de la gran propie-
producción agrícola. También se nota la presencia de un nutrido grupo de
ad increrncntando su límite inferior a las 1. 500 has., a favor del tipo de
medianos y mediano-grandes propietarios, representativos del 46,9% de
especiahzación productiva predominante en el partido, laescala de exten-
los establecimientos y del 41% de la tierra, indudablemente dedicados a la
,:;,')[1 de l.001 a 1.500 --que podría calificarse de mediana-grande- suma-
ganadería en la medida que sus terrenos exceden en mucho -sobre todo
ria un .i.l", de propietarios y un escaso 1,6% de la tierra. En este caso la
los de 501 a 1.000 has.- las necesidades de la siembra de granos que
gr.!n propiedad y el latifundio controlarían un 88,4% de la superficie cen-
pudieran efectuar. Finalmente, la cantidad de tierras enmarcadas en la
sada en manos de un 32,6% de los titulares del dominio directo.
gran propiedad y el latifundios+ definen nítidamente su predominio al
Se destaca también la ausencia de propiedades muy pequeñas y el
abarcar el 49,7% de la superficie censada, la que se revela en poder de un
gran turnano ,~el establecimiento promedio de Magdalena =-resultantc de
escaso 4,9% de propietarios terratenientes.
dividir la superficie total sobre la cantidad de estancias=-, que alcanza las
:319-1hectáreas, 3. tono con el gran peso de la ganadería en la región.
34 Aquí aparece con peso decisivo el inmenso latifundio titular izado por José Anto?io
.:1 .~G.\Suce sicnes 5873. Otálora, que con el 42% de su superficie situada en Cañada de la Cruz, se extendía hasta
32 AHPBA. Mercedes de tierras .. p. 286. abarcar parte del partido de Areco, En total abarcaba unas 59.000 hectáreas, que original-
33 .'¡'¡PBA. 13-2·6. mente habían pertenecido a los jesuitas hasta el momento de su expulsión. '

74 75
historiográfica reclaman una aproximación al menos hipotética,39 a cuya
Si como se efectuó al analizar el censo de Magdalena íncrernentára- construcción contribuyen eficazmente los seis censos de 1789 conocidos
mas el límite inferior de la gran propiedad a las 1.500 has., el nuevo inter- hasta ahora.
valo de superficie 1.001-1.500 has. comprendería un 5,6% de la tierra cen- Una primera observación del cuadro 5 obliga a fijar la atención
sada y un 4,3% de los propietarios; por lo que la gran propiedad y el"'';;' sobre la superficie ocupada por los grandes latifundios, por los inmen-
latifundio seguirían expresando un elevado 69,2% de los terrenos en sos latifundios instalados en el área de antiguo poblamiento que
manos de un 11,6% de los titulares del dominio directo. abarcan el 55,9% de la superficie considerada, porcentaje que se extiende
- al 72,7010 de la tierra en caso de considerarse también la gran propiedad.
4 CUADRO
Poco se reducen estos guarismos si, como se ha practicado en los casos
Areco: propietarios y superficie ocupada de Magdalena y Areco, se incrementa el límite inferior de la gran propie-
de acuerdo al tamaño de los terrenos
dad hasta las 1.500 has., a pesar de que en relación a Pilar y Cañada de
Prop. Has. % Prop. I % Has.
la Cruz puede resultar una ampliación excesiva: los fundas de 1.501 has. y
más abarcan el 67,1% de la superficie censada hallándose en poder de un
Hasta 50 has. - - - - escaso 8,7% de los "hacendados".

51-200 25 3362 36,3 4,6


CUADRO 5
201-500 20 5772 29,0 7,9 Propietarios y superficie ocupada de acuerdo al tipo de propiedad
según escala. (Sobre total de muestra censal)
501-1000 13 9313 18,8 12,7

Prop. %Prop. % Has.


1001-3000 I 9 I 16906 I 13,0 23,1 Has.

0,2
I I I 51,7
O-50 Has. 31 794 7,6

h:
3001 Y más 37750 2,9
Muy pequeña
I I 34,7 4,5
Totales 73103 100,0 I 100,0 51-200 142 17018
Pequeña
201-500 116 37546 28,4 10,0
Mediana
Llegados a este punto, vale la pena interrogarse respecto a los tota- 501-1000 67 47092 16,4 12,6
les de la muestra, que -atendiendo a las prevenciones que a menudo rei- Mediana-Grande
teramos-> no debe ser confundida con la realidad, en la medida que es 37 62923 9,0 16,8
1001-3000
sólo un reflejo mediatizado de ella, pero acaso el mejor que podamos dis- Grande
poner a la hora de escribir la historia de la apropiación legal de la tierra 55,9
3001 y más 16 209719 3,9
en vísperas del fin del siglo Xvlll bonaerense ... Latifundio
Las cifras son indudablemente impresionantes, especialmente por
tratarse de sitios próximos y relativamente próximos a la ciudad de Bue- Totales 409 375092 100,0 100,0
nos Aires, en los que la propiedad legal de los terrenos alcanzaba en
muchos casos a los doscientos años de antigüedad.
Tanto las cantidades totales de hectáreas -y su distribución geográ-
fica- como de propietarios, son relevantes en relación con los universos 39 Un ejercicio de aproximación a la superficie bonaerense legalmente apropiada hacia
que respectivamente integran,38 que aunque incuantíficables por la labor 1790 y a la significación cuantitativa de los censos de 1789 en relación con aquel total, en:
Azcuy Arneghino, Eduardo. Expansión terrateniente y conflicto social ...
38 ACBA. s. m, t. IX, p. 304.

79
78
Vale insistir: en virtud del resultado del muestreo e~rtinente afir- tos puramente epocales-, el papel que todavía en 1789 desempeñan los
m~ue..fasi las tr~tas partes de la tie_rraocupada desde la funda: terrenos de una "suerte de estancia" o más (cuadro 6), indica la conve-
ción de Buenos Aires~ poco después, lo está por estancias mayores de niencia de enfatizar, por sobre el efectivo proceso de subdivisión, el no
1.000 hectáreas; mientras que si se consideran extensiones superiores a-las . menos efectivo y seguramente más impactante de supervivencia de la
- - -
3.000 hectáreasresuIta
-- que ta,lef'Íatifund~barcan
..•.•••..... - más de la mitad --
~uperficie de ~a_c~paña. Estos terrenos son los que "por compras a los
dela gran propiedad y el latifundio. Supervivencia que luego de doscientos
años de herencias y compra-venta se debe conceptualizar como consoli-
mismos pobladores, o a sus descendientes, o por permutas, o cesiones u dación, aun cuando no supiéramos que a partir de 1791 se iniciaría el
otros títulos han pasado a otros, y que sus dueños los han ido aumentan- proceso de expansión terrateniente llamado a profundizar los rasgos fun-
do con varias compras a vecinos, para que sean más abundantes sus crías dacionales de la ocupación del espacio rural bonaerense.
de ganados. Y estas haciendas, desde luego son más útiles".40 Poco se puede agregar en este caso al resultado estadístico, salvo la
En segundo término parece imprescindible reflexionar respecto a ratificación de que las dos terceras partes de la superficie censada están
que, contra todas las apariencias que se han agitado en contrario, ;.1 pro- ocupadas por establecimientos agrarios encuadrados en lo que se cono da
ceso de fraccionamiento, -por herencias, ventas, etc.- de la propiedad como "suerte de estancia" y mayores. Tipo de propiedad completamen-
te;r¡[onal sólo queda reflejadOen un modestísimo 4,7% de la tierra;- o te alejada de aquella que podríamos llamar campesina, y que sin
e\:eñtualmente en un 14,7%; pudiendo llegar a un 27,3% si se consjderan perjuicio de ulteriores precisiones bien debe denominarse propie-
la~ estancias de hasta mil hectáreas, de lo que resulta que en alrededor dad terrateníente.e atendiendo al tipo de sujetos sociales que detenta-
de una cuarta parte de la superficie-considerada se apiña el 87,1% ban derechos legales sobre estos grandes fundas, considerados en su épo-
~ 1 de los propietafi:üs:-- ca como "bien útiles .para conservar en ellos la cría de ganados y el
DVlamente, nos referimos al fraccionamiento de la tierra en la zona comercio con sus regulares proporciones'v+t
bonaereñsé de vieja colonización en el sentido "que h:iDiKJ:ilmentesele
otorga, de formaaon de áreas extremadamente significativas de pequeña CUADRO 6
propiedad.t' No por cierto a la lógiCa subdivisión de la propiedad en una Significación de la "suerte de estancia".
estrecha campaña donde, entre 1580 y aproximadamente 1640, se había (Sobre total de muestra censal)
repartido prácticamente toda su superficie a través de mercedes reales,
donacíones y gracias diversas, resultando la suerte de estancia más peque- Prop Has. %Prop. % Has. Has. x Prop.
ña de alrededor de 1.875 hectáreas, llegando algunos latifundistas -como
Juan de Vergara, en la primera mitad del siglo XVlI- a disponer del domi- Menos de 1 suerte 376 128441,8 91,9 34,2 341,6
nio jurídico de decenas de leguas cuadradas.f- (0-1874 has.)
Así Y lodo, dejando por un momento las categorías analíticas que Una suerte estancia y más 33 246650,2 8,1 65,8 7474,2
sirven para caracterizar la extensión de los terrenos -y concediendo a los (1875 Y + has)
apologistas del fraccionamiento de la propiedad la utilización de concep-
TO!31es 409 375092,0 100,0 100,0 -
40 AHPBA.7-2-108. Retornando por un momento las categorías analíticas, especialmente
41 Evidentemente una cosa es reconocer la existencia (especialmente en las áreas más
las que hemos utilizado para diferenciar las frecuencias de tamaño de los
inmediatas a la ciudad de Buenos Aires) de un proceso de subdivisión de tierras -y la pre-
sencia de un sector de pequeños y medianos propietarios- en el marco del nítido predomi-
nio del latifundio y la gran propiedad, como explícitamente lo hacemos aquí; y otra muy 43 En tanto se trata de relaciones de propiedad que expresan jurídicamente un conjunto
diferente es postular a partir de estos fraccionamientos de tierras la no dominancia de las de relaciones de producción basadas en la no propiedad de la mayoría de los productores
grandes estancias. De estas visiones encontradas resultan, sin duda, dos campañas -y dos directos, que se ve obligada a rendir su plustrabajo -en calidad de peones, arrendatarios,
historias- diametralmente opuestas, con las consecuencias lógicas (y prácticas) que derivan agregados o esclavos-e- a los propietarios de las condiciones de producción, resultando las
de cada interpretación. suertes de estancia un componente decisivo de dichas condiciones.
42 Molina, Raúl. Juan de Verga,.a: señor de vidas y haciendas ... p. 68. 44 .rIHPBA.7-2-108.

80 81
establecimientos rurales, resulta indudable que los límites cuantitativos de
cada una -por ejemplo de la mediana propiedad o del latifundio-- serán antes se consideraron de 201 a 500 has., pasan ahora a 101-500 has.; efec-
necesariamente aproximativos, pudiendo registrarse un grado de variabili- tuándose también un cambio en la definición de la gran propiedad que se
dad no siempre pequeño en la determinación de dichas frecuencias y en... hace extensiva a los establecimientos rurales de hasta 5.000 has., a partir
/'
el tipo de propiedad que representan. de las cuales se considera la presencia de los latifundios.
Por otra parte también debe tenerse presente que al analizar los Igualmente, con esta nueva operativización de la muestra, el lector
tipos de propiedad de acuerdo a la extensión de los establecimientos se podrá completar (ver cuadro 5) una visión comparativa de los cuatro par-
corre el riesgo de que este criterio de clasificación puede ocultar algunos tidos censados.
casos en los cuales otras variables -ganado, esclavos, patrimonios diver- Si bien respecto a Magdalena toda una tradición historiográfica se
sos, importantes cosechas, etc.- hagan "grande" a una estancia o chacra ocupó de señalar la presencia de las grandes estancias -la cual queda
que por sus dimensiones físicas no necesariamente encuadre en dicha ampliamente verificada-, los cuadros 7 y 8 permiten afirmar que, con las
categoría. particularidades propias de cada pago (muchas puestas en evidencia en la
A pesar de esto, la clasificación en virtud del tamaño resulta un pará- estadística), la gran propiedad y el latifundio dominan en todos: 90,1% de
metro aceptable en sociedades como la colonial rioplatense, donde sin la tierra en Magdalena, 74,8% en Areco, 56,4% en Pilar y 49,7% en Cañada
duda contiene' un grado aún mayor de aproximación que en economías de la Cruz. Por otra parte se reitera en este conjunto, al igual que cuando
dominadas por el modo de producción capitalista, en las que resulta más se efectuó el corte en las 3.000 has., el peso de los latifundios, que aun
habitual la intensividad de las expíotaciones.s> Con estas salvedades, y al sin considerar la gran propiedad abarcan prácticamente la mitad de la tie-
excluirse del análisis la zona cuasi suburbana aproximadamente compren- rra censada.
dida entre los ríos Conchas y Riachuelo y de allí hasta Merla-Marón, con Se destaca también al observar los cuadros la significativa cantidad
presencia de chacras grandes, consideramos que en la mayoría de los de establecimientos agrarios distribuidos en las bajas frecuencias. A efec-
casos la clasificación de los fundas virreinales de acuerdo con su tos de ampliar la visión estadística sobre este subconjunto, se ha procedi-
tamaño señala adecuadamente sus características definítorías, como do a construir los cuadros 9 y 10, donde se puede apreciar con todo deta-
hemos podido comprobar en numerosos casos en que se han cruzado los lle la modalidad de distribución de las superficies correspondientes a las
datos provenientes de distintas fuentes documentales concurrentes. propiedades de hasta 500 has. (equivalentes a 800 varas de frente por
En este sentido, procurando enriquecer la indagación, y en base a legua y media de fondo).
los datos de los censos de estancias -manteniendo la clasificación de los En base al cuadro 9 es posible afirmar que, en relación con el total
terrenos por su extensión (en muy pequeños, pequeños, medianos, de propietarios de los cuatro partidos, los pequeños y medianos centrv
mediano-grandes. grandes y larífundíosj->, se ha procedido a efectuar O y 500 has.) suman el 70,6%,46 distribuidos en un escaso 14,8% de V
algunos cambios en la superficie que definiría cada una de las Irecuen- la tierra, de acuerdo al siguiente detalle: el 34,7% de los propietarios ocu
cias, a los efectos de captar aquellos matices contenidos en la información pan el 3,2% de la tierra en Magdalena, el 65,2% el 12,5% en Areco, el 76%
que no hayan sido puestos en evidencia por los cuadros anteriores. el 27% en Pilar y el 80,1% el 29,5% en Cañada.
Asf, se ha contraído hasta I:J.s 25 hectáreas el límite de las muy La proximidad a la ciudad de Buenos Aires, una ocupación más ple-
pequeñas, y hasta 100 el de las pequeñas (anteriormente fijados en 50 y na y prolongada del espacio rural, más población y labranzas vinculadas a
200 has. respectivamente). De esta manera las medianas propiedades, que un menor peso relativo de la ganadería, son algunos de los factores que
determinan en parte la fisonomía de la pequeña y mediana propiedad en
Pilar y Cañada de la Cruz -que como puede observarse presentan rasgos
45 Aprovechamos para dejar perfectamente aclarado que en ningún caso resulta lícito
asimilar mecánicamente dos conceptos tan distintos como "propiedad" y "explotación"
(aunque tendencialmente, sobre todo en establecimientos ganaderos precapitalistas suela 46 Excluimos los mediano-grandes propietarios de entre 501 y 1.000 has. por considerar-
haber una relación positiva entre ellos); en este sentido nuestro estudio está focalizado en el los un sector intermedio, que puede reflejar comportamientos y rasgos tanto del conjunto de
plano de la propiedad, claro que entendida no sólo en sus aspectos legales o consuetudina- los más pequeños como de los mayores. De todos modos los resultados de su inclusión no
rios (nivel jurídico) sino también como relación social de producción (nivel económico). alteran sustancialmente la esencia de la realidad que reflejan las cifras: el 87,2% de los propie-
tarios de establecimientos de hasta 1.000 has. se ubicarían entonces en el 27,4% de la tierra.

82
83
CUAIWI) 7
Propierarfos j SU} rficie ocupada, por partidos y total, de acuerdo al tamaño de los terrenos
( En cantidades)

MACDALENA AHECO PILAR CAÑADA TOTALES

Prop. u.« Prop. t u«. Prop. l las. Prup. tu». Prop. Has.

- - - - 9 124 6 143 15 267


Hasta 25 has.

26-100 224 8 500 31 1897 27 1746 69 4367


3

14 4858 37 1::\635 74 17587 80 19644 205 50724


101-500

14 10553 13 9312 19 12073 21 15154 67 47092


501-1000

12 30244 10 20656 16 27273 6 11219 44 89392


1001-5000

6 1105CXl 1 34000 1 13750 1 25000 9 183250


Más de 5000

49 156379 69 73103 150 72704 141 72906 409' 375092

• Son 409 "estancias", péro ·lO!j propietarios, y.l que Otálora es poseedor de dos establecimientos.

CUADRO 8
Propietarios y superficie ocupada, por partidos y total, de acuerdo al tamaño de los terrenos
( En porcentajes)

MAGDALENA ARECO PILAR CAÑADA TOTALES

Prop. Has. Prop. Has. Prop. Has. Prop. Has. Prop. I Has.

00
Hasta 25 has. - - - - 6,0 0,2 4,3 0,2 3,7 0,1
V\

26-100 6,] 0,1 11,6 0,7 20,7 2,6 19,1 2,4 16,9 1,2

101-500 28,6 3,1 53,6 11,8 49,3 24,2 56,7 26,9 50,2 13,5

501-1000 28,6 6,7 18,8 12,7 12,7 16,6 14,9 20,8 16,4 12,6

1001-5000 24,5 19,4 14,5 28,3 10,7 37,S 4,3 15,4 10,8 23,8

Más de 5000 12,2 70,7 1,5 46,S 0,6 18,9 0,7 34,3 2,0 48,8

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
r-- \O r<) r-, 00_
sumamente homogéneos-, y seguramente, con los matices del caso, tam-
r-- \O r<) '<1' V"\
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~ bién de otros partidos como Marón y Matanza.
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Los cuadros 9 y 10 son útiles en más de un sentido, y ayudan espe-
(OS cialmente a comprender el contenido concreto de las nociones de peque-
~ ~
U O V"\ \O 00 V"\
•....• O C\ C\ C\ 00
•....• C\ \O ña, mediana y gran propiedad. Efectivamente, una de las dimensiones, y
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seguramente no la menos importante, para ponderar estos conceptos Con-
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siste en establecer las relaciones entre propietarios y no propietarios, y de
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aquellos entre sí.
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tipo de propiedad según escala (En % sobre total de la muestra)
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....• ....• V\ La gran mayoría de la población rural bonaerense jamás alcanzó el
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< dominio directo de los terrenos que constituyeron el laboratorio natural
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propiedad se caracterizaron -según el muestreo censal de cuatro partidos
'0.. importantes, y también según múltiples evidencias documentales cuantita-
o tivas y cualitativas- por una gran polarización entre la absoluta mayoría,
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"" restringida al control de una pequeña porción de la superficie legalmente
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apropiada (el 70,6% en 14,8% que muestra el cuadro 10), y una estridente
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V minoría compuesta del 12,9% de los propietarios que logró absorver el
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::R 72,7% de la tierra censada. Resulta razonable suponer que este porcentaje,
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86 87
de acuerdo con todos los indicios que disponemos, poco variaría en caso Sobre esta base, proyectando hipotéticamente los datos de nuestro
de tenerse información sobre la totalidad de los pagos bonaerenses colo- muestreo sobre la campaña recostada sobre los ríos Paraná y de la Plata,
niales, a excepción del cinturón de chacras asentado en los partidos más resulta que un puñado de latifundistas se apropia del plus trabajo de todos
inmediatos a la ciudad, en los que generalmente -como se excusaba el los núcleos campesinos asentados en las dos terceras partes del territorio
alcalde de hermandad en 1789- "no hay hacendados sino tal cual vecino . bonaerense relativamente alejado de los peligros que agitaban la extensa
que tiene algunos ganados para sus alimentos'v'? franja fronteriza.
Queda claro entonces que los grandes propietarios lo son en rela- En función de las consideraciones conceptuales que se han efectua-
ción con los pequeños y medianos; también con los arrendatarios, agrega- do hasta aquí, y de los resultados de la indagación estadística, resulta ade-
dos en tierras ajenas, en realengos, en no conocidas y otras categorías de cuado proponer la siguiente ponderación de los distintos tipos de propie-
no propietarios; y los latifundistas en relación al conjunto. O sea, una dad vigentes hacia 1789 (cuadro 11).
caracterización concreta en una región concreta y en un tlem po y
circunstancias determinadas, especialmente aquellas derivadas del tipo
de producción dominante en la campaña bonaerense de viejo poblamien- CUADRO 11
to. la agricultura del cereal y la ganadería de cría, ya sea vacuna, mular, Distribución de la superficie ocupada, por partidos y total, de acuer-
ovina o caballar. Y en aquellas otras determinadas por los límites que do al tipo de propiedad según escala (En porcentajes)
imponían a la expansión territorial porteña un conjunto de problemáticas
entre las que se destacaba la combativa presencia de los pueblos indíge-
MAGDALENA CAl\lADA PILAR ARECO TOTAL
nas.
Frente a los riesgos de una ponderación sesgada hacia los elementos 0-200
puramente -unilateralmente- técnicos, propios de una visión economí- Pequeña 0,3 9,3 10,0 4,6 4,7
cista, vale reafirmar los contenidos sociales que determinan el sentido de
los conceptos de grandes y pequeños propietarios; toda vez que la pro- 201-1000
Mediana 9,7 41,0 33,6 20,6 22,6
piedad es, en su esencia, una relación social de producción.
Si 3,9% de los propietarios controlan el 55,9% de la tierra (cuadro 5): Más de 1000
¿cómo no llarnarlos latifundistas? Si un 9% dispone del 16,8% de los terre- Grande 90,0 49,7 56,4 74,8 72,7
nos en unidades promedio de l.700 has.: ¿cómo no caracterizados como
grandes propietarios? Totales 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Basta con señalar una de las variables inherentes a la significación
de la gran propiedad y el latifundio para ejemplificar las posibilidades
socioe conórnicas de tales dominios: las tierras correspondientes a los Esta visión de conjunto, que refleja el régimen de tenencia de la tie-
pagos de antiguo poblamiento son las que habitualmente se denominaban rra en propiedad en las 375.092 has. de la muestra examinada, no deja
"tierras de semilla", es decir aquellas en las que se imponía a los arrenda- lugar a dudas respecto a los resultados que arroja, y debería bastar para
tarios la carga de entregar un tributo en "semillas correspondiente al dis- fundamentar al papel dominante, incontrastable, de la gran propiedad yel
frute de los terrenos".48 Esto es, como lo enfatiza un informe del cabildo latifundio en la mayor parte de la geografía bonaerense colonial.
De todas maneras, retornando la problemática analizada al observar
de Buenos Aires, la obligación de los pobres, "que son los más, de ser
el contenido del cuadro 6 -y las consideraciones metodológicas relacio-
preciso pagar una fanega por cada otra que siembran, teniendo que pagar
nadas con el 7 y 8--, nos ha parecido conveniente interrogar la informa-
también de ellas el diezmo ... " 49
ción censal introduciendo una nueva estructuración de las frecuencias
expresivas de los distintos tamaños de establecimientos, reubicando a la
47 AGN. IX 19-3-12.
48 AHPBA. 152-1~091. suerte de estancia como el fundo definitorio a partir del cual considerar la
49 ACBA. s. 1Il, L ¡X, p. 354. existencia de la gran propiedad (Cuadro 12).

88 89
Más allá de las diferencias apuntadas, los cambios porcentuales no
alteran las tendencias anteriormente establecidas, como lo corrobora el
¡ especialmente del conjunto de ,no propietarios conformado por campesi-
nos, peones y esclavos. -i? f -
Aunque parcialmente imaginarios, acaso algunos pequeños ejercicios
cuadro 13. Igualmente no podemos dejar de señalar que, en este análisis,
numéricos puedan contribuir a una comprensión cabal de la envergadura
las superficies elegidas para delimitar los distintos tipos de propiedad es
del espacio rural bajo análisis: suponiendo que se siembre media fanega 50
muy factible que se encuentren en los límites máximos razonables, dadós
de trigo por hectárea y que el rinde correspondiente sea de cinco
que resulta difícil aceptar que una propiedad de, por ejemplo, 1.500 has.

• pueda ser eventualmente considerada como "mediana" en una campaña


donde -reténgase este dato- el 91,2% de los propietarios poseen menos
de esa cantidad de tierra; y de estos alrededor del 90% no llegan ni
fanegas.>' resulta que en la superficie de una suerte de estancia de 3000
varas de frente -en la que hemos coincidido que resultaban frecuentes
las labranzas- se podrían cosechar potencialmente unas 9.375 fanegas, es
decir más o menos el diez por ciento del total de la producción triguera
siquiera a la mitad.
bonaerense, que siguiendo con el ejemplo equivaldría a la cosecha de
diez unidades de 1875 hectáreas.v
CUADRO 12
Propietarios y superficie ocupada de acuerdo al tipo de propiedad
• según escala (En porcentajes sobre total de la muestra) CUADRO 13
Propietarios y distribución de la superficie ocupada
de acuerdo al tipo de propiedad según escala

, Prop. Has. (En porcentajes sobre total de la muestra)


O-50
51-200
201-500
Muy pequeña
Pequeña
Media- Pequeña
7,6
34,7
28,4 70,7
0,2
4,5
10,0 14,7
Pequeña

Mediana
0-500 has.

501-1874 has.
I
I
% Prop.

70,7

21,2
rs as

14,7

19,5
.

~ 501-1000 Media 16,4 12,6


.\ 1001-1750 Media-Grande 4,8 21) 6,9 19,5 Grande 1875 y más I 8,1 I 65,8

1751-3000 Grande 6,1 17,0

3001 y más Latifundio 2,0 8,1 48,8 65,8


50 La fanega es una medida de capacidad para áridos que en la región rioplatense solía
Totales 100 100 100 100
pesar en el C:lSO del trigo entre 9 y, más habitualmente, 9,5 arrobas de 25 libras cada una. Es
~ decir que una fanega local resultaba equivalente a unos 109 kilogramos, más o menos. Se-
gún otras ponderaciones su peso sería de 8,5 a 9 arrobas, promediando unos 100 kg. AGI.
~ Teniendo presentes estos datos, vale destacar que algunos autores Buenos Aires, leg. 333.


--que corren el riesgo de reproducir, al menos en este asunto, los puntos 51 ACBA. s. 1Il, l. VIII, p. 681.
de vista de la elite colonial- consideran que las casi dos mil hectáreas 52 El ejemplo tampoco perdería en nada su significación si se considerasen cifras míni-
~ características de la suerte de estancia no autorizan, en el Buenos Aires mas, como ser un rinde de 2,5 fanegas por hectárea. En ese caso la totalidad de las 100.000
fanegas cosechadas en años buenos cabría en la superficie de 20 'estancias de 1.875 has. En
virreinal, a hablar de gran propiedad.
el eventual caso de un rinde de 10 fanegas por hectárea, la producción bonaerense de trigo
y vale insistir que al referimos a la propiedad de la tierra en ningún se distribuiría sobre una superficie equivalente poco más de 5 suertes de estancia. Estos
~ caso pensamos en una relación del hombre con LIs cosas, sino entre los datos, a pesar de su precariedad estadística, ayudan a pensar -y ajustar- la evaluación de
hombres a través de las cosas. En este sentido (económico) la propiedad la agricultura colonial, al menos teniendo en cuenta la porción de terrenos involucrados en
esunarel~ocial a través de los medios de producción; ye¡{particu- tal tipo de producción.
l lar, la "gran propiedad" terrateniente bonaerense que analizamos era una
Una argumentación parecida en: Arnaral, Samuel y Ghio, José M. Diezmos y produc-
ción agraria. Buenos Aires, 1752-1804. Mimeo.
~ p~piedad d~_:1Oproductores fundada en la explotación del trabajo ajeno,
~
91
90

~,
En caso que se supere la perplejidad originada en "ver" la magnitud Se dirá que el ejemplo no atiende a las detenninaciones de tiempo,
de la agricultur;pcolonial, llegará el momento de la reflexión. Entonces lugar y circunstancias, en tanto diversas condiciones están ausentes para
deberá concluirse que esta extensión de tierras -más expresiva aún si se justificar la realización de labranzas en la escala de estas unidades territo-
la estima en 2.025 has.,» y si el rinde como ocurría a menudo fuera ríales;:8-pues entonces afirmamos que de acuerdo con esas precisas con-
mayor- o es muy significativa, o hay que revisar algunas valoraciones , díciones ':l2s fiallamo~ ~ presencia de una extensión decampo que pue-
recientes sobre el desarrollo de la producción agrícola, o acaso ambas ~e y debe denominarse gran propiedad,59 _Xa que lo_que ~ultaba
cosas. 54 t in..ciert~y peligroso concentrar en una "empresa" con costos mercan ti-
Restrinjamos el radio del ejemplo para concentrar la atención ahora les,60se tornaba mi~~ro -y/o más rentable- combinando (o direc-
solamente en las tierras censadas eí~Pilar,55
'----- correspondientes a la .
catego- tameñtereemplazando) la~ricultura coul arreñdamlento (pensamos
ria de suertes de estancia de 3.000 varas y más de frente: resulta gue siete entonces en una gran propiedad cuyo titular se puede beneficiar con otra
propietarios controlan 23.315 hectáreas detierras próximas a! principal""' modalidad de percepción del plustrabajo campesino) y/o la ganadena,
mercaao consumidor de trigo. En ellas, a un rinde arbitrariamente estima- todo lo cual era.,potencialmente posible en el marco de casi dos~c-
;f "'ór-e ~ docre-cinco fanegas por hectárea, se poarEln cosechar 116.720 fanegas táreas. ;. . "', /" ~ . ,) )
1ú'll<.\ <." de- cereal, cifra ligeramente superior al total de la producción bonaerense --"Tampoco en términos de explotación ganadera la suerte de estancia
\·jrrein:d-general~~e ~timad.!, con exceso, en [l00.000-fanegasF Si se bonaerense era poca cosa según los parámetros de la época, pues alber-
atiende simplemente a la hipótesis sostenida por el cabildo respecto a la gando un rodeo de, digamos, 1.000 vacunos, permitía un procreo razona-
exislenciJ,l fines Cid XVIII, de unos 4.o~¡¡-labradores (que implican de ble de unos 250 animales anuales que vendidos a dos pesos significaban
ocho a diez mil personas) -en la jurisdicción de Buenos Aires.r? se podrá unos 500 pesos, los que descontados algunos costos indispensables impli-
-:J.firmándose en la perspectiva de la masa campesina que mayoritaria- can un ingreso que supera en mucho los que pueden obtener los campe-
mente los confonna- evaluar la significación de una suerte de estancia, sinos medios, pobres y jornaleros, es decir la inmensa mayoría de los pro-
en particular en las zonas de viejo poblarníento cercanas a -la cíudad-rner- ductores directos.
ciclo y al puerto~- Igualmente es necesario tener presente que los campos no se encon-
- - traban ~rca~ razón por la cual las posibilidades de control sobre el
anado propio y ajeno aumentaban sensiblemente de acuerdo con la sig-
5_~ Algunos autores, partiendo de asignar 2.700 has. a la legua cuadrada, estiman en nificación local del terratenieñt~n _la inmensa mayoría de los casos
2.025 has. la superficie correspondiente a las "medidas tradicionales de media legua de fren- eSta significación coincide con la propiedad de terrenos de una}
te pcr legua v media de fondo". Por ejemplo: Infesta de Guerci, María Elena. Aportes para el suerte y más. Acaso por estas razones, y no por lo que anacrónicamente
estud.o ... p. 6~.
podna considerarse un cálculo de receptividad de animales por hectárea,
54 Si se tornasen otras estimaciones también proporcionadas por las fuentes de la época,
íncrementando la cantidad sembrada a una fanega por hectárea con su correspondiente rin- podía afirmar Belgrano, en el Correo de Comercio, que una suerte de
de de 10 fanegas de cosecha, la superficie bonaerense colonial cultivada ascendería a unas
1I)..::<JOhectáreas, es decir el terreno que aproximadamente abarcan cinco "suertes de estan- 58 Conviene no olvidar que un "gran" agricultor podía organizar una siembra de, diga-
cia". síse supusiese -siguiendo a autores como Garavaglia que consideraban bajo el de mos 30 fanegas de semilla, para lo cual se necesitaba trabajar sobre una superficie de 30 a
uno a díez=- un rinde del doble Cl a 20) o del triple Cl a 30) la superficie cultivada se red u- 60 hectáreas según la cantidad de simiente utilizada por hectárea fuera de una a media fane-
ciria a 5.000 y 3.333 hectáreas respectivamente. ga. En el caso extremo de un cuarto de fanega de sembradura, la superficie necesaria no
S5 Azcuy Ameghino, E. y Martínez Dougnac, G. Tierra y ganado en la campaña de Bu e- excede las 120 hectáreas. Al respecto debe señalarse que disponer de una propiedad de dos
l/OS Aires ... p. 95.
mil hectáreas facilitaba además una rotación de la zona de cultivo a efectos de garantizar el
56 Sólo para orientar al lector poco familiarizado con el tema, vale señalar que la pro- mantenimiento de los rendimientos, en condiciones del extremo atraso técnico que caracteri-
ducción triguero de toda la campaña bonaerense colonial (aprox. 10.000 toneladas) equivale zaba la producción agraria.
-insisto en que la comparación es anacrónica- algo así como a la tercera parte de la pro- 59 Este es también el criterio de otros autores que se refieren a "Ja gran propiedad
ducción del partido de Colón, digamos en 1963 01.000 toneladas); a igual proporción en representada por aquellos que poseen una suerte de estancia .," Marquiegui, Dedier N.
relación a Baradero 01.500 tn.): o a la doceaba parte de la cosecha de Pergamino 022.850 Estancia y poder político en un partido de la campana bonaerense. Luján 1756-1821. Biblos,
tn.), siempre según cifras del año indicado. 8s. As., 1990.
;7 ACEA. S. III, t. XI, p. 351. 60 Gelman, Jorge. Familia y relaciones ... p. 81.

92 93
estancia -media legua de frente y legua y media de fondo- "al que tie- Es_decir: desde el_I>unto de vista de la mayoría de la población
ne dos mil vacas le es bastante".61 j rural, cuyo núcleo ...=-reiteradamente aludido por las fuentes documenta-
Igualmente deberá tenerse en cuenta que los ingresos de una explo- les- e~ba constituido por las "muchas familias pobres que hay en la
tación de 1.875 hectáreas se podían ver fácilmente incrementados -~ ... j~sdicción que no tienen tierras propias para sembrar y criar".66 Familias
veces sustancial mente- con la combinación, bastante frecuente en la" - como las que registra ~calde de Pergamino cuando, al empadronar a
campaña de Buenos Aires, de la cría con la agricultura del cereal y la los "vecinos hacendados" de su jurisdicción, establece que sobre 39 uní-
imposición de arrendamientos, por lo que valen aquí las consideraciones ~ censales solamente cinco_ apjlre~ instaladas en terrenos propios,
acomodándose el resto en tierras arrendadas, realengas o francas.s?
anteriores.
Se sugerirá, por fin, que en comparación c0!1 los fundes de la Banda - Naturalmente otra.es.la valoración de la élite local bonaerense, para -c-:

OrjenE1Ja suerte de úe!!!. bonaerense promedio resultaba menos exten- la cual -según informe d~ síndico capitular de 1792- unas dos mil hec-(
sa. Esto es cierto, y obliga a distinguir adecuadamente los rasgos singula- táreas de buena tierra constituían un "ámbito tan corto que algunos cria- ~
7es que sobre un fondo común caracterizan a una y otra campaña, donde dores de considerable fomento suelen unir dos o tres suertes seguidas 7 ~.--¿/
además de señalarse -entre otras diferencias de peso- los límites que la para dar a sus ganados la extensión que ne~esitan".68 ~l
presencia indígena impuso por dos siglos a la potencial expansión fronte- Este punto de vista autojustificativo, aristocrático y embellecedor de '5>
riza de la sociedad bonaerense, debe enfatizarse la discrepancia en las los terratenientes coloniales, en condiciones que la gran propiedad abar-
~::¡\idades predominantes de lá explotació!:!...8anader:l:: a~á lLc'!E del caba entre un 65.8% (cuadro 13) y un 72,7% (cuadro 11) de la campaña
vacuno corporizada en la vaquería, la "changa", la "estancia cimarrona"62 bonaerense según la proyección de los datos de la muestra que se ha
y la "estancia de alzados";63 acá la cría de ganado de rodeo, aunque con considerado, resulta desde todo punto de vista inaceptable. Y lo mismo
excepciones como el rincón de "Vie1ffia" y otr~OS análogos. ' ocurre con las afirmaciones respecto a que I~ ~ropiedad expresaría
Realidades productivas, geográficas y socioeconómicas distintas, meras "salpicaduras" en un mapa dominado po~ la pequeña propiedad y
requieren conceptualizicjones diferenciadas, ce.rnanera.que lasñOciones otras formas más precarias de posesión.
de pequeña, mediana, y gran propiedad.; así como la de latifundio, debe- . La Jealidad era exactamente la inversa: en una campaña dominada
rán ser aplicadas de acuerdo al análisis concreto de la situación vigente en por la gran proRiedad Y el latifundio lerra~I!i~, los sitios de asentarnien-
cada caso, "sin confundir campañas con campañas ... ni confundir especies toCieia pequeña propiedad (4~7°t9 s:ie la tierra según el cuadro 5) resultan
y colorear con ejemplares de lo sucedido en la otra (banda oriental), pro- las verdaderas s;!!picadur.3s si es que puede uúlizars~esta ~gen. Dicho de
posiciones sentadas que no puede calificar en ésta". 64 otra manera: dividiendo los terrenos reportados censalmente en más y
Atendiendo a e~eriO, se puede afirmar que en Buenos Aires la
9.,
s~ de estancia d~ectáreas ~s una unidad territorial significaúva,
sobre todo, como ya se ha dicho -y esto resulta decisivo en este y otros las cuatro hectáreas -2 ha. de tierra destinadas al cultivo de trigo; 1 ha. al cultivo de legum-
problemas- si se la pondera desde la perspectiva de la producción carn- bres, más la tierra necesaria para el alimento del ganado, y siempre de acuerdo con los rendi-
pesina;65 en particular desde la ninguna propiedad, la pequeña y aun la mientos medios predominantes (sobre los 11,4 hl. por hectárea y año}- la cantidad de tierra
imprescindible para que una familia de seis miembros pudiese reproducirse como unidad
mediana. productiva". Suau Puig, Jaume. Estudio sobre la renta de la tierra. Mallorca, 1750-1860. En
Saavedra, P. y Villares, R. (eds.) Señores y campesinos en la península ibérica, siglos XVIII-XX.
61 Belgrano, Manuel. Escritos Económicos ... p. 179. Crítica, Barcelona, 1991.
En este caso, el ejemplo anterior se toma pertinente para fundamentar la importancia Complementariamente señalemos que por la Homestead Act de 1862 en EEUU se
de las estancias de 1000 y más hectáreas, que bien pueden incluirse en la categoría de gran entregaban a los colonos lotes de 64 hectáreas. Y que en Santa Fe, en la década de 1850, se
propiedad. facilitaba a los inmigrantes suizos la compra de terrenos de unas 33 hectáreas.
62 Pivel Devoto, Juan. Raíces coloniales de la reoolucion oriental de 1811 ... 66 AHPBA.152-12091. -
63 Pérez, Osvaldo. La estancia de "alzados" en la Banda Orienta7, 1993, mimeo. 67 AGN. IX 9-7-7. Azcuy Ameghino, E., Gresores, G., Martínez Dougnac, G. Reflexiones
64 AHPBA.7-2-108. sobre los censos de "hacendados" bonaerenses de 1789. Ponencia presentada a las X Jornadas
65 Salvando las distancias, y de utilidad para enriquecer la reflexión, puede señalarse de Historia Económica. AAHE-UBA, 1989.
que en Mallorca entre fines del siglo X'V1lI y comienzos del XlX, es posible "fijar en tomo a 68 AGN. IX 36-3-5.

94 95
menos de una suerte de estancia (cuadro 6), resulta que el 92% de los pro: armonizar las "imágenes" del pasado con necesidades ideológicas genera-
pietarios se concentran en un escaso 34% de la superficie censada. das en el presente del historiador.
Se dirá que los censos de hacendados que sirven de base a este aná- "ómo puede interpretarse desde ese tipo de presupuestos una histo-
lisis son apenas un muestreo de la campaña bonaerense. En ese caso ria como la de Calíxto Gadea, relatada por él mismo en 1780: "estando
reclamamos que se reconozca el valor cognocitivo que en estadística establecido con su familia y ganados en el pago de la Magdalena y tierras
posee un rnuestreo, aun con las obvias deficiencias propias de la época, de Don Antonio Romero, en que tenía su galpón y sembraba grano, el
no existiendo por otra parte ninguna razón para creerlo inapropiado o dueño, sea por parecerle poco el reconocimiento o por necesitar de sus
arbitrario. En todo caso afecta a cuatro sitios de antiguo poblamiento don- tierras le ha obligado a abandonarlas con perjuicio de su familia y gana-
de sin duda fue importante el efecto de las particiones por herencias. dos, pasando a otro terreno cuyo dueño podrá sacarle y hacerla vagante
Se~ntará, todavía,-'lue la gran propiedad no es "~Jorma típi- en aquellos campos sin sembrar y sin pastos para sus ganados ... ; engaña-
ca de estancia". ¿Qué significa ésto? ¿Qué la moda estadística, es decir el do que las tierras heríales que se hallan en el mismo pago pasada la
valor que aparece con más frecuenaa en cualquIer conjunto de valores, Cañada Larga eran pertenecientes a las temporalidades le dio el adminis-
tifrKIe a reflejar propiedades pequeñas y medianas? Si de eso se trata, en trador de estas papel para posesionarse en ellas con el reconocimiento de
principio queremos aportafalgunos datos más: la "moda" -considerando seis pesos anuales de censo ..., y habiéndose presentado al alcalde provin-
el total de propietarios- er M.agdakna son las ""Unidades de 625 has., en cial de aquel pago Don Clemente López para tomar posesión, le dijo tener
Areco de 312 has., y en Pilar de 125 has .. dueños las referidas tierras .. ".
-EStO no ha estado nunca, al menos por nuestra parte, e~scusiQn. La conclusión, obvia, que extrae Gadea de las vicisitudes pasadas
Resulta evidente que laIñ:lyorcantidad de "estancias" censadas encuadran para poder asentarse en la tierra con alguna mínima seguridad jurídica
eñ la pequeña y mediana propiedad .._l\hora, este datatan significativo resulta aleccionadora. "los ricos del campo quieren absorverse la cam-
para el estudio de una parte del campesinado bonaerense -especialmen- paña para extenderse sin límites"Jo
te el acomodado--, de algunos terratenientes menores y de otros temas A la misma conclusión seguramente llegaban centenares de campesi-
de gran interés, ¿en qué desmiente el predomínío de la gran propie- nos instalados en los terrenos realengos -como los pobladores de Chas-
dad y el latifundio como la forma principal de apropiación y domi- comús en 1786- cuando descubrían la precariedad e inestabilidad de su
nio legal de la mayor parte del espacio rural? ¿En qué se modifica el dominio útil, a pesar de las promesas que se les habían efectuado: "y por
hecho que los propietarios de 1.875 has. y máscontrolen el 66% de la tie- no haberse verificado dicha oferta y a este tiempo hallarse midiendo o
rra involucrada en la muestra porque dentro de los que controlan el resto mensurando en estas inmediaciones y en terrenos del Rey un vecino de
haya "muchos" propietarios pequeños y medianos? esa capital llamado Don Antonio Rivera, y estos ser precisamente en los
En este sentido resulta un verdadero dislate pretender negar el peso parajes en donde comen nuestras haciendas", con la consecuencia de que
de la gran propiedad y el latifundio porque los titulares de estos terrenos luego podría "hacerles exigir contribuciones o semillas"JI
son pocos y los pequeños y medianos muchos. ¿Qué se pretende? ¿Qué y vale destacar que nos hemos referido estrictamente a la situación
haya un número mayor de grandes propietarios que pequeños y media- vigente en los campos bonaerenses an~ del período 1791-95, cuando a
nos? ¿No se sabe acaso que desde la colonia hasta el censo de 1988 esta favor de cambios locales e internacionales se asistirá al comienzo de la
es la constante de todos los relevarníentos que han informado sobre el apropiación I~g:ll Jt: una inmensa masa de terrenos realengos ubicados al
régimen de tenencia de la tierra (propietarios) en la Argentina? norte y sur del río Salado, región que se caracterizará "por el señorío de la
Cómo puede sosteners~or fiI1-que "la noción de. una clase terrate- gran propiedad=?
niente que hunda sus raíces en l<Lhistoria colonial ha quedado definitiva- ~s orígenes de esta expansión terrateniente son elocuentemente
mente sepultada por la evídencía.w sin aceptar que lo que se denota al graficados por el comandante de la frontera, Nicolás de la Quintana, a
hacerlo es un inmenso preTu1ci~, inexplicable salvQ.por la necesidad de
"0 AHPBA. 13-2-5-18.
69 Fradkin, Raúl. "L:1 historia agraria y los estudios de establecimientos productivos en His- 71 AHPBA. 12-422.
panoamérica colonial: Una mirada desde el Río de la Plata: En: La historia agraria ... p. 25. 72 Marquiegui, Dedier N. Estancia y poder ... p. 23.

96 97
CUADRO 14

propósito de la critica que realizara en 1797 de la "muy corta o ninguna Denuncias de tierras entre 1791 y 1810 según cantidad y superficie
ventaja en las denuncias y compras de terrenos realengos", y el perjuicio de acuerdo a escala (En cantidades)
que ello implicaba para sus antiguos pobladores: "mientras nos han ayu- Denuncias Hectáreas Has. x Den.
dado estos infelices vecinos a sostener la guerra con los infieles ni aun ~ .•
sabía de quien fuesen estos terrenos que teníamos por realengos, respectó 0-1.249 - - -
a que jamás ninguno cobró semi\la ... hasta que sentada la paz que obser- 1.250-2.499 1 1.250 1.250

4<- -------ª~
vamos todo ha sido trabajar en esclarecer antiquísimos derechos, y los 2.500-3.749 2.667
que no han girado por este conducto se aplican a denuncias de despro- 3.750-4.999 45.000 ~ ,3.750 ;~
porcionadas y exorbitantes posesiones".73 5.000-7.499 -9.fS7' 5.271
No es objeto de este trabajo la exposición y análisis del proceso de 7.500-9.999 62.500 7.813
10.000-12.499 193.750
la expansión territorial con vistas al incremento de la producción ganade-
ra _y al sometimiento del campesinado instalado en los realengos fronte- 12.500-14.999 ~~J- - -- ---90~óOO--_·- .__.____ )Q19L:::
12.857
11__ .__
rizos-, sin embargo algunas pocas cifras permitirán resumido adecuada- 15.000-17.499 ""--_?~~·2~9..... - ._.____ ~ ~.-268-::::J
mente. Se trata de guarismos correspondientes a una serie de denuncias 17.500-19.999 2 37.750 18.875
\ de tierras ocurridas entre 1791 y 1810,74 de las que hemos senado 108
casos abarcativos de una superficie de 577,6 leguas cuadradas (equivalen-
tes a 1.444.000 has., o 1.559.520 si se transforman multiplicando por 2.700
has.), con un promedio
has.)."
por denuncia de unas 13.370 has. (o 14.440
l
20.000-22.499
22.500-24.999
25.000 Y más
TOTALES
G
108
10
40.000
270.000
387.000
1.444.000
e 8700

13.370

Ratificando y documentando algunas afirmaciones efectuadas más


arriba, vale destacar que de este total aproximadamente el 71% correspon- CUADRO 15

de a tierras ubicadas al norte del Salado, dato absolutamente relevante Denuncias de tierras entre 1791 y 1810 según cantidad y superficie
para clarificar numerosos problemas en debate sobre la economía y la de acuerdo a escala (En porcentajes)
sociedad asentadas en la campaña bonaerense, antes y después de este % Denuncias % Hectáreas Has. x Den.
proceso de despliegue del derecho de propiedad rural.
Igualmente, en los 16 casos de denuncias entre 1.250 y 4.999 hectá- 0-1.249 - - -
reas, todas están localizadas al norte del Salado, con la siguiente distribu- 1.250-2.499 0,9 0,1 1.250
ción: 1 en Areco, 2 en frontera de Areco, 5 en San Vicente, 4 en frontera 2.500-3.749 2,8 0,5 2.667
de Lujin, 2 en Ranchos, 1 en Chascomús y 1 en Samborombón. 3.750-4999 -JJ) 3,1 3.750
.. ~
5.000-7.499 @ 6,6
-
5.271 "
73 AHPBA.7-242. 7.500-9.999 7,4 4,3 7.813
74 No se contemplan ahora denuncias escandalosas como la de Antonio Obligado -<¡ue 10.000-12.499 (-11:'6 13,4 \~
llegaría a pretender "cien leguas de tierra en longitud y cinco en latitl:ld"- porque sus 6,5 12.857,
12.500-14.999 6,2
dimensiones alterarían las cuantificaciones por defecto de exceso, en condiciones en que
tampoco alcanzaría el derecho de propiedad sobre tan inmensa superficie. AGN-BN 187. La
15.000-17.499 í3:o
""-......-
14,8 1~.~6§ j
17.500-19.999 1,8 2,6 -18.875
historia de esta denuncia y sus vicisitudes, junto al resto de las efectuadas entre 1791 y 1810,
en: Azcuy Ameghino, Eduardo. Expansián terrateniente y conflicto social .... 20.000-22.499 1,8 2,9 20.000
22.500
75 Estas son estrictamente
documental
las que hemos podido hallar hasta el momento en la revisión
efectuada principalmente en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos
22.500-24.999 .J}) 18,7
25.000 Y más 9,3 26,8 38.700
Aires; no deben por lo tanto tomarse como las únicas en tanto todo indica que una cantidad
desconocida por nosotros puede todavía incrementar la magnitud del proceso orientado a la TOTALES 100 100 13.370
apropiación legal del espacio rural bonaerense colonial. Obviamente las va relevadas bastan
para fundamentar las hipótesis que sustentamos en este trabajo. .

99
98
Nótese también que si se consideran las 66 denuncias de 10.000, y terrenos menores de diez mil hectáreas, habrá estado sin duda el punto
más hectáreas --que abarcan casi el 86% de las 1.444.000 has.- a un pro- de vista de muchísimos pobladores fronterizos que para siempre conser-
medio de 18.670 has. (7,; leguas cuadradas), puede considerarse como varían "la inhumana memoria del modo con que se arrastró y arrojó en
bastante ajustado a la realidad el juicio de Azara, emitido ai inicio del los campos a aquellos que se llevaron violentamente a poblar las antiguas
siglo XIX, al indicar que "una estancia o deheza que no tiene más que cua- guardias: porque además de haberles faltado en darles terrenos en propie-
tro o cinco leguas cuadradas de superficie o~xtensión está considerada dad para sus labranzas, fueron sacrificados muchos a manos de los infie-
en Buenos Aires como poco considerable'v's s r !Q;'. IIA"" les, y los que aún se conservan, si no son feudales o reconocen pensión,
Claro que esta afirmación debe to~e como de quien viene, un son arrojados con sus familias y haciendas de los terrenos, que han baña-
intelectual progresista ... de fa córtede Carlos IV, de la que es fiel funcio- do con su sangre para defenderlos")9
nario; desde esa, su perspectiva (de clase), que estambién, con los mati- Sin que se nos oculte que lo que discutía de fondo era el mejor modo
ces del C:ISO, la visión de la élite virreinal -"está considerada en Buenos de asegurar el dominio colonial frente a la resistencia indígena al robo de
Aires" ... (¿por quiénes?)- ~e pensarse el sentido de su planteo, retorna- sus tierras, una postura historiográfica crítica no podrá dejar de interrogarse
do ~riQD1lente por estudiosos como Levene y toda una tradición histo- sobre el significado práctico, concreto, que revestía la gran propiedad y el
riográfica gue~nciliando con la gran propiedad por la vía de su subesti- latifundio para quienes, como informaba el coronel García, "se hallaron con
mación, se prolonga hasta la actualidad."? el más próximo riesgo de perder también la vida y vieron regar con la san-
L~ lógica de los gj:!ndes denunciantes y propietarios terratenientes gre de sus hijos, hermanos y parientes más inmediatos esta campaña".
su autojustificación- fue ~bien expresada por Antonio ObJigado en Los mismos campesinos sobre cuya situación informa el comandante
1797: "Quienes tengan fondos no es fácil que se inclinen a fomentar crías de la QUIiiliiña:-"les he visto con el mayor 9010r me~s pasados Ilorar g, mi
de ganados sino- fUereCon el fin de criar y tener mu~hos. Para criar presencia y lamentarse del corto aprecio que merecían aquellas penurias y
muchos necesitan mucha tierra ..",78 fatigas, pues se hallaban constituidos a transportar sus ranchos, haciendas
¡\Iúy distintQ. esnuestro juicio, y nos permitimos pensarg~también y cuanto tenían de los terrenos que poseían por aquel tan caro precio, a
lo habrá sido la opinióq (inexistente a los ojos y oídos deTaS fuentes estata- OI1'OS realengos donde- sólo procuran mantener lo muy preciso a su sub-
les que re6istuban la historia oficial) de la inmensa mayoría de la pobla- sistencia, sin aspirar a adelantamiento alguno, pues justamente recelan
ción rural. De los miles de hombres y mujeres, campesinos medios, pobres. ~ndo no salgan algunas otras escrituras de mercedes concedidas a
y ~OSl:Sin menciOñ:iresclavos;-indiosy otros segmentos sumergidos) principios, a mediados del siglo pasado, como ha sucedido ... no faltarán
g:¡r~quienes -desde la no propiedad; desde el arrendamiento forzoso; algunos poderosos que solicitando una denuncia logren adquirir absoluto
j desde el agregamiento o desde las 9, 50, 100, 500 o 999 varas de terreno,
como es el caso del 810/0de los censados en 1789- una suerte de estancia
dominio en ellos".80
No debe pasar inadvertido al lector el sentido de afirmar un punto
de 1875. de 10.000 o de 18.670 hectáreas resultaba' algo tan inalcanzable de vista, toda vez que esta opción está en el origen de muchas de las
orno el poder. las influencias, ¿y por qué no el dinero?, de los grandes profundas discrepancias respecto, entre otros asuntos, a la valoración del
pf-?~pielariOsyiatifundistas. - - - peso de la gran propiedad y a su origen colonial. Desde la perspectiva del
~1uy alejado del sentir de Azara sobre la poca significación de los historiador, este posicionamiento define las coordenadas de nuestra
objetividad.
76 Azara, Félíx. Viajes porla América meridional. Espasa-Calpe, Madrid, 1969. p. 285.
77 Garavaglla, Juan C. Las 'estancias' en la campaña de Buenos Aires ... p. 162. Los jui-
No ren~nciamos a la convicción de que son las masas las q~e hacen
la historia, y de que en una sociedad de clase -que podría ser tanto la
I NV1

I
cios de este autor coinciden con toda una corriente ideológica preocupada por enfatizar aCtUal como la colonial- sólo vinculándose orgánicaJTlente a sus necesí-
.,...... que "los estancieros nativos no tenían gran importancia social a causa de lo exiguo de sus d~es, pasadas y presentes, reponiendo las visiones, situaciones y sentí-
I - entradas ... El ganadero más acaudalado poseía alrededor de 15.000 cabezas de vacunos en
su c:1mp? .. y su producto apenas alcanzaba para cubrir los gastos del establecimiento y de
su familia". Moncaut, Carlos A. Esta~cias bonaerenses. Historia y tradición. El Aljibe, La Pla- 79 García, Pedro A. Nuevo plan de fronteras, 15 de julio de 1819. Colección de Angelis, t.
ta, 1977, p. 23. . VIII. p. 625.
78 AGNBN187. 80 AHPBA. 7-242.

100 101
mientos de los explotados, que generalm~e parecieran no existir a los como receptivo a sus intereses-- sustentadas en la cuota de autoridad e
ojos de las fuenres documentales (estatales~ es posible fundar un punto iñfiuencia q~e les otorgaba su poS@ón eco~ómica,el ejercicio del poder
de vista realmente objetivo en ciencia social. : de policía y justicia inmediata en los campos a través del dominio de las
-No es a nuestro juicio, en última instancia, una cuestión de técnidl instituciones de la hermandad, el poder de super!<?resmilitares en la orga-
de investigación, de metodología o de ~e~tes, lo que dividió, divide~' nización miliciana, su control de otras instituciones estatales menores
dividirá las opiniones sobre el pasado, sino el tipo de compromiso queel como la deTOSComisionados, y por la regulación de las normativas del
~ historiador asume al producir sus historias. En este sentido la amplitud de orden social colonial en la campaña, facilitada por el control de los lazos
miras, la superación tendencial del unilateralismo -esencia del idealismo fundamentales con los poderes urbanos y por redes de vinculación fami-
teórico--, la elusión de los prejuicios que transmiten los documentos cuá- liar82 y clientelismos rurales. Además de otros atributos eventuales -
litativos y también los cuantitativos, la posibilidad de evitar las trampas como pulperías, oratorios, facultad de cobro de rentas estatales como
que tienden las antiguas y actuales ideologías dominantes en la sociedad, alcabalas y diezmos, prisiones en las estancias y hasta algún fuerte priva-
están cifradas en la opción por la perspectiva de las mayorías sociales. do...- que dibujan con trazos tan claros como firmes su capacidad de
Este punto de vista obliga, como condición de su propio interés, a la intervención en los asuntos de la campaña.

I
indagación más integral, al análisis más completo de lo real en tanto nada
tiene que ocultar, disimular o adecuar. ';)
Sobre esta base, cuando la expansión terrateniente gue indign I~
denuncias de tierras (cuadros 14 y 15) se comience a efectívizar, lo hará

I De esta manera se puede coincidir en que para los patrones virrei- en muchos casos --en realidad en casi todOs- sobre tierras ocupadas por

I nales de riqueza monetaria y mercantil, muchos terratenientes bonaeren-
I)ses coloniales no resisten la comparación ,=-onlos ricos mercaderes inter-
e.obladores que en general no tendrán oportunidad de sostener sus ~ere-
chos" de antiguos pOSeedores; reproduciéndose en la venta y composi-
t
I @ I mediarios: pero se puede ta~~gregar que para los productor~
directos de la campaña esos mismos terratenientes alcanzaban una impor-
ción de estos terrenos laSmismas características _que se señalaran crítica-
mente respecto a la enajenación de tierras !eale_ngas en otros sitios, en
t rancia superlatíva por su_capa~is!adae interv~nción en todos 10spEmos condiciones que la IEayoría de los damnificados "ni queremos, ni pode-

I
I
de su vida cotidiana. '.} mos por nuestra suma pobreza que apenas nos sufraga para mantenemos
Se puede acordar además en que el significado de una propiedad de escasamente, seguir pleito, ni ningún juicio contencioso ..", 83
I 2.000 hectáreas resultaba poco relevante para muchos comerciantes urba- En este sentido es necesario destacar el valor de las fuentes_ que

¡ nos, funcionarios metropolitanos, o a los latifundistas orientales; pero se


puede -y se debe- al mismo tiempo, <ki~per(ectamente establecido
q~e para la absoluta mayoría de los campesinos bonaerenses esa propie-
dad constituía un objetivo de imposible realización. -
registran los pocos casos en que los conflictos sociales en tomo a la
ocupación del espacio salen a la luz, en condICiones que la mayoría de
los campesinos desalojados o sometidos "contempla dimana principal-
mente su ruina de su ninguna posibilidad, o por mejor decir su falta de
Se podrá coincidir también, como un último ejemplo, en que los expediente y de resortes para instruir una representación ... ".84
terratenientes coloniales com;tituían ~na clase en vías de afirmación .• Dando cuenta de la situación originada en la venta de "campañas
bastante plasmada hacia 1810-~ubordinada en la sociedad al centrp inmensa?,"' afirmaba García en 1819: "La falta depropiedad, aunque una
e,statal metropolitano y en muchos casos con lazos de dependencia res- posesión inmemorial se la haya dado, hace que anden errantes (numero-
~cto al gran ~er..fio .intermediario. - - - - sas familias), porque se apareció un propietario por una reciente denun-
~ Pero, pero ... ~ afirmará además que esos terratenientes concentra-
I cia. gue o los desaloja o hace feudales".85
ban el monopolio del derecho de propiedad sobre vastas extensiones de
•1 la campaña, el dominio de las mejores tierras y-mayores rodeos, y el con-
,
~
~ol de la p~bla.ción rural mediante variad~ repertorios de compu1sion~
extraeconomicas -sólo limitadas por aquel centro estatal tan ajeno
82 Birocco, Carlos M, Los dueños del pueblo, Los Casco de Mendoza. Un acercamiento al
tema de la familia en la campaña bonaerense colonial. XIII Jornadas de Historia Económica.
Mendoza, 1992.
83 AHPBA. 12422.
84 AHPBA, 7-242.
81 Chesneaux, Jean. ¿Hacemos tabla rasa del pasado? Siglo XXI, Bs. As., 1981, p. 34. 85 García Pedro A. Nuevo plan ... Colección de Angelis, t. VIII, p. 631.

102 103
Por este tipo de razones es que los colonos españoles poblados en a que les paguemos tributo y prestásemos vasallaje en la forma de
la guardia de Ranchos pueden, en 1803 -al solicitar el socorro prometido regalía de dominio directo".89
por el gobierno--, fundamentar su pedimento indicando "verse necesita- '-- A la luz de estos testimonios, reiterados y recurrentes, resulta dificil
dos sin poder sembrar en los terrenos por estar ocupados y denunciados . .aceptar que a fines del período colonial e inicios de la época indepen-
de varios particulares.w , diente "la 'cuestión agraria' ... paradójicamente y por efecto de la relativa
Ya en 1796 se había señalado, y muchos pensaron que el juicio sólo abundancia de tierras no llegó a ser tal".90
valía para la Banda Oriental, que "lo primero que hace el comprador es Se comprenderá acaso mejor ahora la significación que otorgamos a
echar a muchos pobres que estaban poblando en lo comprado, O los hace la cuestión del punto de vista que guía la indagación histórica, en COndi-¡
sus tributarios, justificando que ha poblado cuando no ha hecho más que ciones en que la metodología y los documentos son inexorablemente uti-
esclavizar a los verdaderos pobladores.e? lizados y seleccionados en función de las hipótesis y el marco teórico-ide-
Otra interesante mención -que alude a la difícil situación de los ológico del investigador. Esto obliga a prestar especial atención a los
campesinos agricultores- consta en los registros capitulares bonaerenses segmentos de historia sin fuentes airectas;conde las Víctimas de la expo-
correspondientes a 1798, donde luego de señalarse que muchos labriegos Íiaciói1Y el sometimiento -así como su rebeldía ¡ntela oQresión- son
indigentes procuran establecerse en terrenos realengos para escapar a los ajenos al dominio de la escritura, y sólo indirectamente, a través de regis-
arrendamientos, impuestos y diezmos, se afirma que ello "no basta, la tros adm1rUstrativoso jUclTCÍales,e~ posiblecóñocerlos; así se hapoaldo
codicia los va a buscar denunciando e! terreno para comprarlo a la Real aTíñ'ñar;=pOfejemplo, qué-"tÓda revuel~u~ escape a E r~presión escapa
Hacienda por una cortedad"; ejemplificándose con e! caso de un campo a la historia". 91
"de tres leguas de frente y cuatro de fondo que había rematado un pulpe- r-- "Nuestra metodología y fuentes -muchas veces las mismas que se
ro, no para cultivarlo, sino para tener por colonos a más de cuarenta utilizan para construir interpretaciones opuestas- nos llevan a plantear la
pobres labradores que se habían allí establecido para hacerlos sus tributa- existencia, o acaso, mejor, e! recrudecimiento, de una violenta disputa
rioS".88 No escapa a la atención de! lector que se trata de un latifundio, por el espacio rural encarnada en los nuevos y viejos terratenientes
ubicado parte en Matanza y parte en Magdalena, de 12 leguas cuadradas, denunciantes de vastas extensiones de campo en perjuicio de sus antiguos
equivalentes a unas 30.000 hectáreas ... pobladores sin títulos, ni capacidad económica y social suficiente para
Este tipo de situaciones es retratado -en los pocos casos que algu- alcanzarlos, como era el caso =-descrípto desde el interior del nuevo esta-
no de los perjudicados dispone de posibilidades de representar ante las do mercantil terrateniente- de la "multitud de familias establecidas en
autoridades coloniales- en testimonios sumamente eiocuentes: "los expo- terrenos realengos que ocupan a su arbitrio, o bien en los que arriendan
nentes como los demás convecinos de dicho pago (cincuenta agricultores por un ínfimo precio. Estas familias se dicen labradoras porque envuelven
de la Cañada de los Pozos, en 1799) hace más de treinta años nos halla- en ia tierra una o dos fanegas de trigo al año, y son en realidad la polilla
mos poblados y establecidos en dichos campos realengos con casas, chá- de los labradores honrados y de los hacendados a cuyas expensas se
caras y haciendas de labor de pan llevar, y otras semillas y frutos, sin que mantienen".92
persona alguna nos haya impedido estas faenas hasta que de poco tiempo Respecto J esta problemática, y en relación a la posibilidad de inves-
a esta parte Don Pedro Villamayor y Don Juan Almada se han querido tigar la madeja de contradicciones que vincularon a terratenientes y cam-
titular dueños no sólo de dichas tierras realengas sino también de las pesinos, partimos de considerar que "la ausencia de conciencia de clase
casas y demás que comprende aquella vasta población, y lo que no es en sentido moderno no implica la ausencia de clases ni de conflicto de
menos, pues ha llegado el arrojo de estos a estrechamos con violencia

[89JAHPBA.13-2-7-26.
86 .4GN IX 30-3-4. 90 Garavaglia. Juan c. Las 'estancias' en la campaña de Buenos Aires ... p. 174.
87 Azara Félix. "Informe acerca de un reconocimiento de las guardias y fortines que 91 Furet, Francois. Lo cu antitatico en historia. En: Le Goff, J. y Nora, P. (cornp.) Hacerla
guarnecen la frontera de Buenos Aires. n En Memoria ... p. 176. Historia. Nuevos Problemas. Laia, Barcelona, 1985, p. 64.
88 ACBA. s. 11I, t. XI, p. 353. 92 Garc[a, Pedro A. Memoria ... Colección de Angelis, t. IV, p. 265.

104 105
clases".93 Así, aquella imagen "más campesina" que mencionábamos <al Juan Almeyra --denunciante de varias leguas cuadradas de tierras en la
comienzo, y con ella la supuesta "economía campesina",94 chayanoviana, zona de Navarro-- impondría por este único derecho de denuncia toda
e productores "independientes", que se le quiso adosar arbitrariamemg vez que aún no había pagado las tierras ni obtenido los correspondientes
fue cediendo aceleradamente su lugar, en las áreas exteriores próximas al títulos, su ley y su voluntad "a los infelices labradores poblados en los
Salado, al estado de cosaS"que ya reinaba de antiguo en las tierras inten&' terrenos que dice suyos ... ha aniquilado a unos, ha quitado a otros, ha
res, "en que se paga semilla según el estilo de la campaña". En este senti- perseguido a muchos, ha puesto los que le ha parecido y últimamente ha
do no parece contraproducente reflexionar respecto a que "la presenS,ia tolerado a los pudientes sin meterse con ellos porque callasen, pues al
del terrateniente en el proceso productivo como propietario de la tierra desvalido la miseria le hacía sufrir y consentía sólo al que le pagaba ... ". 9B
queel campesino trabaja-determin~ una economía feudal o modo de pro- rente a estos cargos Almeyra responde, justificando su señorío con
ducción-feudal y nunca economía campesina".95 'f conceptos que introducen en la tipicidad de los mecanismos de s~bor-
n También, desde otras historiografías, se ha señalado que en la actua- ----
dinación campesina a partir de la propiedad terrateniente. "Se ha
lidad "hay una fuerte tendencia, resultado en parte de una reacción frente querido _t~n _hacerse misterio de que yo cobrase de 19s arrendatarios
al marxismo, de ver la historia dividida simplemente en sociedades 'tradi- las semillas correspondientes al disfrute de los .terrenos según el estilo de
cionales' y 'modernas' o 'postindustriales'. Esta es básicamente la misma la campaña, pero si los terrenos eran míos nada tiene 9~ particular que
JJ teoría que la que supone que la 'sociedad campesina' o 'economía cam- exigiese el reconocimiento que es debido a este título ... ", 99
pesina' es una formación social acabada, dado que los campesinos consti- - 'El conflicto entre este latifundista y otros terratenientes y campesinos
tuyen una mayoría de la población, sin considerar las características de las de la región que se veían perjudicados por su denuncia,l00 se resume en
otras clases sociales, incluso de la clase dirigente".96 la siguiente problemática: "El hecho está precisamente reducido a si han
Mas allá de esta cuestión, polémica, de caracterizar el tipo de socie- de quedar en su posesión sesenta o más familias empleadas en la labran-
dad instalada en los campos rioplatenses como parte del espacio virreinal, za que están situados en la cañada de las Saladas, o si se han de dejar
que en todos los casos debe ser la unidad de análisis fundamental a con- estos terrenos a Juan Almeyra valiéndose del presente remate para cobrar
siderar, lo que sería conveniente que quede claro es que no son las semillas y tener arrendatarios en ellos" .101
impresiones de García o Azara las que nos llevan a sostener el fenóme- Salvo que se suponga que los actores del pleito están equivocados en
no de la expansión terrateniente y la consecuente subordinación campesi- sus afirmaciones por participar de una "visión tradicional"IO! sobre los
na, sino que ello surge de la investigación en numerosas fuentes coinci- temas que los ocupan, deberá reconocerse que las "impresiones" de Azara,
dentes en evídenciarlo, controlando y confirmando aquellos testirn..2nios.97 Sagasti, De la Rosa, Lastarría, De la Quintana y otros funcionarios críticos
Casos de este tipo se multiplican en la documentación colonial: así del sistema de enajenación de la tierra realenga coinciden, como se verifica
}
93 Hobsbawrn, Eric. Marxismo
.
e historia social. Universidad Autónoma de Puebla, Méxi-
en este caso, con la más rigurosa realidad. ¡Y estamos hablando de terrate-
nientes y latifundistas de Buenos Aires y no de la Banda Oriental!
co, 1983, p. 69. Sin embargo, y a pesar de las evidencias en contrario, algunos auto-
94 Sobre el concepto de "economía campesina" resulta interesante consultar: Vilar Pierre,
res como Juan Carlos Garavaglia -a tono con su tesis del predominio de
Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Crítica, México, 1988, p. 267.
95 Archetti, Eduardo y Stolen, Kristi Anne. Expiotacián familíar y acumulación de capital
en el campo argentino. Siglo XXI, Bs. As., 1975, p. 135. 98 AHPBA. 152-1209l.
Agrega este autor que "caracterizamos al sistema económico feudal como estando cons- 99 AHPB.4. 12-424.
tituido por productores domésticos que son propietarios de sus medios de trabajo, pero no de 100 Azcuy Arneghino, Eduardo. "¿Oferta ilimitada de tierras? Un análisis de caso: Navarro
la tierra que pertenece a un terrateniente. Las características económicas son: la existencia del 1791-1810." Revista Cic/osno6, FIHES, Bs. As., 1994.
intercambio y el comercio, el productor campesino no acumula su trabajo excedente sino 101 AHPR4. 12-424.
excepcionalmente cuando una brusca subida de precios se encuentra con una renta fija y el 102 Dada la forma abusiva con que algunos historiadores, en particular en relación con el
tra~aj",excedente adquiera la forma de renta, es decir el ingreso del terrateniente." estudio de la evolución agraria argentina, utilizan en la actualidad el calificativo de "visión
2§/ Hilton, Rodney. Conflicto de clases y crisis del feudalismo. Crítica, Barcelona, 1988, tradicional" -<> visión "impresionista", queriendo sugerir que las diferencias interpretativas
p. 14. pasan por una cuestión metodol6gica- para etiquetar y dividir la historiografia rioplatense
97 Azcuy Ameghino, Eduardo. Expansián terrateniente y conflicto social. en un antes y un después de sus propios aportes a la disciplina, parece necesario precisar

106 107
las relaciones de producción capitalistas103 en la campaña litoral colo. meras décadas ~ este (no obviamente circa 1750) no pudo menos que
nial-, prefieren enfatizar que si bien "no se trata de los 'productores pro. resultaraébil, deforTiUao, tardío y sumamente condicionado por la domi-
gresistas' que uno estaría encantado (sic) de hallar.¿ están lejos, muy lejos nación imperialista y el atraso agrario,
de ser una 'casta feudal": ,". 104 - Posiblemente-si~o pensáramos así podríamos escribir otra historia,
Contrariamente a este tipo de juicios, encubridores de los orígenes más parecida a las que florecen en tiempos del neoliberalismo y el nuevo
coloniales e indudablemente precapltalistas de los grandes propietarios de orden internacional, pero, y en esto sí tiene razón Halperín Donghi -y
tierras, consideramos que los terratenientes bonaerenses constituyen en la vale para todos, él incluido-, el historiador para entender el pasado "se
x
historia argentina una de las vigas maestras de la consolidación de la maneja con sus propias experiencias de vida, que son las actuales; no tie-
inserción dependiente, latifundista y agroexpottadora del país en la eco- ne otra manera" :ras-- - -
nomía mundial a partir de fines del siglo XIX.
E~ contexto, el desarrQllo_~maduración deIas relaciQlli!S de
-
~é¡:;sado para qué futuro? ..
---
-
producción capitalistas entre la segunda mitad del siglo pasado y las pri-
----- ---
que, en última instancia, si es posible reducir a dos las perspectivas en historia, lo que debe
tenerse presente es que existe una visión de los que ganaron, y que de algún modo continú-
an haciéndolo, y otra de los oprimidos,
H3y una historia oficial que naturalmente transforma en tradicionales sus puntos de
vista Iundamentales (el contenido de ellos, no su forma, que suele "renovarse") en función
del tiempo y la reiteración con que los presenta y difunde en el conjunto de la sociedad,
que por la vía privilegiada de los aparatos ideológicos del estado es educada en dicha pers-
pectiva. (En este sentido algunas de las "novedades" de la historiografia agraria argentina rei-
teran. oaradójicarnente. puntos de vista tan tradicionales como los de la Sociedad Rural.)
y hav orr •• historia, que es la que procura expresar el pasado -activamente vincula-
do .11 ?r~seme :. futuro-- de las mayorías sociales, del movimiento obrero y popular; es
decir ':;c los que hasta ahora perdieron, Es una historia que intenta reponer lo excluido, crití-
car io oficial izado. reivindicar lo denigrado, y sobre todo mostrar las luchas que otras mayo-
';:lS ;",:.lles, en otros momentos y hasta hoy, desplegaron por transformar la realidad, Tanto
en la historia oficial corno en la que provisoriarnente podríamos denominar popular nacional
-amb.s con rnuluples modulaciones en su interior provenientes de las heterogeneidades de
los sujetos sociales que las sustentan- resulta natural 13 dialéctica de lo nuevo y lo viejo, de
lo ;~:'O\':ldOr y :0 conservador, de nuevas y viejas metodologías y conceptos, Pero son los
contenidos v no las formas las que definen la cuestión.
Por orra porte resulta plenamente deseable que la perspectiva que procura enfrentar a
ia historia ofk a: utilice al máximo todos los nuevos aportes teóricos y metodológicos siem-
pre! qUe! resulren útiles para fundamentar mejor su visión crítíco-transformadora, refor-
zando ~1~:,Jt1osargumentos tradicionales, rectificando otros y abandonando algunos más.
103 ¿:\I¡;u,,~n puede! imaginarse una Argentina colonial capitalista antes de la revolución
fr:;nce"a' Finalmente: se trataría de embellecer la conquista española, dado que de haber
,#~é:E~HUM.
existido un prc'coz modernidad toda la historia argentina sería un largo retroceso, acaso
Centro. Emientel ~HumenidedIJI
marech.niano, de! la edad de oro a la de hierro, es decir del capitalismo .., colonial al atraso, U.N.S
el lat itundio v b ceoendencia de fines del XIX v el xx.
1O~ G a,2\':lg l'la, ;\1:1:1
l' e , Las '1es anCtas
" en l'a campana- de Buenos A'tres... P: 16/o.
Aunque lo hemos dicho ames, debe quedar claro que la crítica que efectuamos de esfuerzo y los aportes historiográficos que con respecto a numerosos asuntos han prc;>porcio-
J:¡;unas tesis interpretatlvas de Garavaglia y otros autores -para quienes también vale la nado a través de una producción insoslayable, tanto para el estudio como para la polémica,
observación-, inexcusable en tanto fundan una posición a nuestro juicio incorrecta en la que 105 H••lperín Donghi, Tulio. "De historia, íunerarios y persFectivas," Entrevista realizada
algunos denominan ·suerra de imágenes" sobre el pasado colonial, no implica desconocer el por ~l:Hía L Da Orden y julio C. Melón. Cuadernos del CL4EH n" 69, Montevideo, 1994,

108 109
CAPITULO III

".. lA TIERRA EN BUENOS AIRES Y lA


EXPANSION TERRATENIENTE DE FINES
DEL SIGLO XVIII

Se deberá estorbar a aquellos que por sus muchos


caudales quieran ambiciosa mente abarcar
cuantos campos se lesproporcionen.
Manuel Belgrano.

Los investigadores de la historia colonial bonaerense hemos notado, sin


" aportar aún suficientes explicaciones al respecto, ciertas diferencias en el
paisaje socioeconómico de la campaña entre los siglos XVIII y XIX .
Mis exactamente, estos cambios deberían situarse ~tre el ~odo
·\i.rreinillemgrano (I776-17222J la d~a de 1820, cuando Buenos Aires
:. se \llelca d eno a la explotación económica de su hinterland agrario. A
~sar de que se ha dicho y repeti o demasiado a menudo que el origen
dela expansión territorial -eseIlClahnenteganadera- data de los tiern-
é?Sde Martín Rodríguez, nuestra hipótesis coloca de lleno el comienzo
~t ),1, ~y -?-
-a:1', (J - ( ~ « '-
,;:

";'1"'(,'-''
, ~C O'e , Ir t v- 'I,!. 'e
de este proceso enjQs últi!!!QSveinte aaos del dominio colonial, I
f
./, ~J~ aunque su p;J.rciif detenimiento durante los J'ños caracterizados por la
~. ,/1.
v ) 1,

L:~~r¿( ~ , \J6,O " "


l,
revolución y la guerra, y el peso de estos sucesos, no facilitan su percep- I
WI "
ción, razón por la cual permaneció relativamente oculto] justa que la
I
I

11

revisión del proceso de denuncias y apropiación de tierras realengas -al 1/

que hemos dedicado los últimos años de nuestra investigación+- arrojó 1:

una luz definitiva sobre el origen colonial del fenómeno,


¿Qué ocurrió entonces entre los siglos xvm y XIX?
Para intentar una explicación, que requiere dejar de lado algunas
imágenes consagradas, como aquella que indicaba la extensión del dere-
cho de propiedad hasta el S.\L1do, es preciso comenzar por puntualizar

] Entre las excepciones a este juicio puede mencionarse: Mayo, Carlos y Lauubesse,
Amalia, Terratenientes, soldados y cautivos, La frontera (J 736-1816). U,'l,M,O,P .. 1993. p.
13 L También, complementario con los factores propios de la expansión ganadera: Maleo,
jos¿, Los labradores de Lobos, .\figraciones y migrantes be/da un ecosistema agrícola de la
frontera sur rioplatense. Congreso Internacional de Historia Económica de América Latína.
UNLu" 1990,

~..~..-c:e. HUM. 63
Cen\IO Mfs\Ul!i!nte& de Hum8~
U.N.S
que fuera de las suertes de tierras "principales", casi siempre las "cabeza, era de menor importancia la mencionada existencia de un poblamiento
das" y eventualmente las "sobras'? (todas ubicadas en la zona de antiguo previo de campesinos detentadores de un precario dominio útil de los
asentamiento), el espacio "fronterizo", si bien estaba irregularmente pobla- terrenos, llamados a ser la fuente básica del plus trabajo motriz de los nue-
do -a menudó por núcleos campesinos cuya producción no sobrepasaba vos establecimientos-, aquellas otras vinculadas a la inseguridad que
la mera subsistencia- no estaba ocupado legalmente. ..;., representaba, para vidas y bienes, la asidua presencia indígena en la zona,
Antes de 1790 sólo fue perfeccionado..el dominjo_juI1~o sobre apenas contenida con el establecimiento de la línea fronteriza y otras polí-
aquella porción del territorio que de acuerdo con la lógica y los intereses ticas que neutralizaron en parte aquella amenaza. Como se ha señalado
del exiguo número de personas que podía embarcarse en los gastos de la campaña "hasta la paz del año de 1790 no pudo gozar el cultivo, la
una subasta o composición de tierra r~nga -o compra a particulares estabilidad, ni gran fomento, a cuyo tiempo parece debe referirse la pri-
de propiedades originadas en las antiguas mercedes y donaciones- era mera época de su felicidad ... [que] determinó a algunos hacendados a
conveniente apropiar con posibilidades de obtener, a partir del dominio establecer sus estancias al sur del Salado".'
de los terrenos, algún tipo de renta, entendida como la forma normal en Con respecto a los factores específicamente económicos, recién a par- .c:
que los productores directos rurales (C:!!D.I2esino~jomale!:.9s, agregados, tirde la doble presión de las necesidades del abasto de car.ne al mercado ~:
esclavos ...) rendían un plustraba'o/ lus roducto a los propietaa~ de las urbano en creClllllento y la demanda extenor de cueros y aftnes, comienza ~
3 pnnclpios de los '90 el proceso, Ciertamente taraío,ae expansión ganade- <",q

t
c<5ñCíiciones e produccíófi=comó ocurría ñabltualmente en el estrecho A

corredor recostado sobre los.ríos Paraná y de la Plata- desde Ti misma ra-yapropiación del espacio fronterizo. "Lo que ocurrió" entonces a fines ~~
fundaciÓn ypr~os años del si819 XVII. - ¿.. 1<:7 r :; , -ersiglo >"YIII es ni más ni menos que la puesta en marcha de los elernen- 7)
Obviamente, falta de propietarios legales no significa ausencia de tos fundamentales, presentes pero adormecidos, de la explotación ganadera \7
. ~ ~
pobladores, en particular en la franja territorial que se extendía paralela al en una escala absolutamente nueva para esta banda occidental del Río de ( . ~,
corredor antes indicado y hasta el Salado. De esta manera, al diferenciar la Plata: "entretanto crecía el comercio, y el interés de sus habitantes era ~;::.,.. +"
ocupación precaria -el débil dominio útil de los simple poseedores- y cada vez más excitado a la cría de' ganados, lo que hacía que desatendién- =r" ~
apropIaCIón Jurícgca, se deslindan en parte las perspectivas de aquellos dose los riesgos de la inseguridad, se fuese aumentando el número de las '"!.-; ~
que mayoritariamente se asentaban de hecho en los campos obligados estancias que se habían avanzado sobre la línea de la frontera"> ,,1

por la necesidad de reproducir su vida, de la lógica terrateniente de quie- En el contexto previo al inicio de estos cambios, y aún durante su r-

nes esperaban obtenéfC1e1 dominio directo de los terrenos diversas rentas transcurso, la vieja campaña podía presentar una imagen "más campesina" .."
que les permitieran incrementar sus patrimonios dinerarios, en medios de y, en comparación, el abasto de trigo a la ciudad resultaba significativo en t---
próducción.resclavos o en alguna otra de las expresiones en que podía relación con la ganadería, llegando algunos autores a exagerado -con- ~
materializarse la acumulación de algún grado de riqueza en la época. fundidos acaso por estas particularidades- hasta asignar erróneamente a .J.;,

- ASí;Iasrazones de los futuros propietarios al norte y sur del Salado la agricultura una importancia mayor que a la explotación de los diversos
incluiaru además de las eminentemente económicas -entre las cuales no tipos de ganados.s O a subestimar el rol de los grandes propietarios y los
latifundistas, como contrapartida de una falaz "oferta casi ilimitada de tie-
~a,;d€.~~ \
rra... gratis o muy barata"," que sólo precaria, peligrosa y temporariamente
I 2 "Las cabezadas son aqueilas que empiezan donde acaban la legua y media de fondo
de las suertes principales de estancia, hasta otra legua y media de fondo, y las sobras las que
I¡I" ,,' ••• siguen a estas". AHPBA. 7-2-108. 4 García, Pedro A. Informe al gobierno, 26/11/1821. Colección de Angelis, Plus Ultra,
~ Se trata de una franja territorial de aproximadamente 400 kilómetros de largo y alre- Bs. As., 1969. t. IV, p. 412 y 418.
dedor de unos muy irregulares 50 kilómetros de ancho, de antigua ocupación, en la que 5 "Historia de nuestra frontera interior". La Abeja Argentina nQ 2. Bs. As., 15 de mayo
buena parte de los terrenos está controlada por propietarios más o menos legales -"públi- de 1822. Biblioteca de Mayo, Bs. As., 1960, t. VI, p. 5285.
r-- ea y notortarneme" propietarios, aunque no siempre exhiban títulos-e- como se puede vis- 6 Garavaglia, Juan C. Economia, sociedad y regiones. Ed, de la Flor, Bs. As., 1987, p. 38.
f¡)j"", lumbrar a partir de los censos de hacendados que conocemos hasta ahora: Areco, Pilar, 7 Gelman, Jorge. Familia y relaciones de producción en la campaña rioplatense colo-
Cañada d: la Cruz, Magdalena; y, por ejemplo negativo, también un sector de Pergamino y nial. Algunas consideraciones desde la Banda Oriental. En: Moreno, J. L. y Garavaglia, J. C.
Chascomus, donde hacia 1789 sólo esporádica y aisladamente se reconoce otra propiedad (comps) Población, sociedad, familia y migraciones en el espacio rioplatense. Cántaro, Bs.
que la realenga. As., 1993, p. 82.
J..rt-v
G,

64 65

.... -- --.-----_.
o desplazada a otras regiones coyunturalmente más propicias, como lo
permitía el asentamiento de los núcleos campesinos que huían del arren,
ejemplifica el caso de los terratenientes bonaerenses inclinados a instalar
darniento forzoso vigente en las "tierras de semilla", ubicadas en las :íreJ!
sus estancias en la Banda Oriental.l? menos peligrosa y más abundante en
más seguras de la campaúa.s
ganados hasta el desencadenamiento de la revolución.
l' Esta situación, determinante de aquella fisonomía socioeconómica
_ "Significativa" y "limitada" en concreto.u es decir: dados los recursos
más "campesina" -no obviamente de una "economía campesina", inexís.
disponibles para cada tipo de actividad, podría afirmarse que la demanda
Ir tente dada la presencia de la figura del terrateniente- es la que comienza
sustentada en el consumo de la población bonaerense ponía en juego
\ a entrar en crisis a partir de la expansión territorial y ganadera, que es un
e, muchas de las posibilidades objetivas inmediatas de despliegue de las
proceso contradictorio, iniciado con paso todavía incierto a comienzos de
labranzas; mientras que la estrechez de la campaña, el lento avance hacia
1~ a década de 1790, desarrollado de un modo lento pero sostenido hasta
1810, disimulado -acaso amortiguado- durante el período de guerras
(y de) las fronteras y el recurso a los ganados externos a la provincia,
contribuían a mantener subutilizadas gran parte de las posibilidades pro-
independentistas y civiles, y elevado por fin a un plano superior de auge
ductivas de la ganadería vacuna. Y aquí conviene ser conceptualmente
y crecimiento a partir de 1820, cuando tierra y ganado vacuno son parte
cuidadosos: que la ganadería no tuviera un papel similar al que desernpe-
esencial del ciclo económico que se extiende hasta bien entrada la mitad
naba en la Banda Oriental, o al que cumpliría más tarde en la misma Bue-
L- del siglo XlX.9
nos Aires, no significa que no fuera ciertamente la producción
Una crisis lenta, en suma, que con interrupciones, avances y retroce-
principal.
sos, tiene en general más que ver con el avance de la ganadería que con
En la ~790 la_camp~ña de la capital aportaba anualmente (:
un retroceso significativo de la producción agrícola -quizá deba hablarse
de estancamiento en relación al crecimiento de la explotación pecu a ria , el
alreded9~ 3C!9.000 c eros a_~ exportación virreinal, "independienternen- .,..!)
te de que con.los s y manejos de! país se consuma otra porción consí-
elemento dinámico de la economía y base de la exportación de la provin-
derable de este género que sirve en lugar de! cáñamo y esparto en Espa-
cia-, la que de todas formas encontraría serias dificultades para cumplir,
ñu" 12 Por otra parte sólo para el abasto de la ciudad era utilizada
en condiciones de competencia con harinas importadas cada vez más fre-
anualmente la carne de 55.000 novillos y =-contra lo .que se cree habitual-
cuentemente luego de la independencia, su viejo rol de proveedora de
mente- de 15-0-:-000 carneros, resultando imposible estimar e! incremento
uno de los alimentos básicos de la población urbana.
de- estas cifras en caso deSumarse los consumos rurales, aunque sería sin
Es posible afirmar entonces que el orden social colonial tardío
duda importante toda vez que efectivamente la ca;:;e era e! componente
vigente en la campaña de Buenos Aires se vincula principalmente con
privilegiado de la dieta cotidiana de los moradores7n los sampos.13 Sin la
esta evolución de 1:1 situación productiva. Y su parcial modíficación,
envergadura que registraba antes de los grandes levantamientos anticolo-
caracteristica del XIX, responde a la ruptura del equilibrio entre una
males de 1780-81, también la cría de mulas fue una actividad presente en
agricultura relativamente significativa =-tanro como podía serio abas-
muchas estancia.s ...9..ue:lportaron varios miles-de-animales con destino al
tecer el mcrc.u!o porter'lo- y una ganadería territorialmente limitada;
Perú, Paraguay y Chik:..Agregando a los anteriores rubros de la ganadería,
el producto de sebos y grasas -para exportación y para consumo inmedia-
1> El cor.cepio de "oferta Ilimitada" de tierras, al que nos hemos referido ya en el capítu- to-en alimentos, ilumin:lción, etc.-, además de otros ítems de menor
!8 Il, e, reó-Icamcnre erróneo e tdcológícamenre reaccionario, \"3 que no sólo la tierra importancia, queda completado el cuadro que justifica el predominio
.s limitada por na.u-aleza. v iCIoferta de realengos por la monarquía reservada a la élite que p~, aun en el marco de las limitaciones que se han señáládoPor eso,
podiJ afrontar sin diflcuhades las restricciones de la ley de 1¡54; sino que, al igual que el
'Jr we,«.' prccu"'(O por :1;dp~r'l1 Don¡;hi, induce a imaginar una relación de los campesi- 10 Aunque en menor medida, también la región de Entre Ríos fue objeto de la expan-
nos "con !J [,l.:rl":1·' que ni por .isorno guarda alguna <irnilitud con el proceso estadounidense. sión terrateniente de un sector de la élite porteña. AGN. IX 35-1-5 Y Al). Doc. n" 10.
Aquellos que se asentaron precariamente en los campos -no siendo propietarios ni arren- 11 Nunca ser:í suficientemente reiterado el extremo atraso de las fuerzas productivas
datarios-e- m:ís temprano que tarde fueron expulsados o sometidos y forzados a tributar por bonaerenses, donde nada parecido a una manufactura permite avanzar sobre la antiquísima
\"ie¡n.:.:v nuevos terrateme ntes labor de pastores y labradores.
:J Sobrc ri enajenación de tierras fiscales en la segunda década del siglo XIX se puede 12 AGI. Buenos Aires, lego 590.
consultar: !:1fC:SI3 ~ Cuerci, María Elena. "Aportes para el estudio del poblamiento de la 13 Ap. Doc. n" 11.
frontera del Salado". En: Estudios sobre la provincia de Buenos Aires. La Plata, 1986.

67
66
entre muchos testimonios en igual sentido, se podía afirmar en 1791: "Es1 En relación a las explicaciones que hemos propuesto hasta aquí,
ilustre capital no tiene otros minerales que los ganados de sus campañas retornamos ahora el an~isis_ de la historia de la apropiación jurídica de las
cuya conservación y aumento depende la de la provincia".14 Y reiterar en tierras bon~~~s modalidades, en tanto el conocimiento de sus
1792: "El producto que proporcionan las estancias, y que es el nervio del áltemativas fundamenta en gran medida la tesis de la expansión territorial
comercio activo de la provincia con otras, consiste en el cuero".15 ";.': colonial tardía, al igual que la presencia de la gran propiedad y el latifun-
La relación entre una agricultura extendida -que en buena pa~ dio como patrones de apropiación vigentes en la mayor parte de la cam-
expresaba-una economía de subs¡-stenc~cado- Y una ganadeñ~ paña, con sus determinaciones señoriales y coactivas respecto a la mayo-
territorialmente constreñida, se mantuvo hasta poco después que los pr6! ría de los productores directos.
cesos productivos, demográficos, y de la demanda exterior de productoJ Interesa, en principio, reflexionar so~e las razones por las que hasta
pecuarios -junto a otros factores- favorecieron el conjunto de _medidaS fines del siglo XVIII ~trucción cf§ 1754Jue relativamente poco utilizada
de todo orden que tienen su- siiñbolo político-administrativo en la crea! para la apropiación de las tierras bonaerenses. Al respecto, una memoria
ción del virreinato. Estas políticas, que recogían las necesidades de la ael síndico ael consulado de Buenos Aires, fechada en 1796, propone la
dominación colonial y del mercado mundial en formación, tanto como las clave interpretatíva. "cuando se publicó la Real Cédula del año de 1754
tendencias profundas de desarrollo de la estructura, colaboraron a dinarní, prescribiendo- reglas para la venta y composición de tierras realengo baldí-
irQ o zar una situación previa que las explica tanto como se beneficia de las as,ya estabañ TeCIüCidaslas de la campaña de esta ciudad por esta banda
) reformas y nuevas facilidades que -en favor principalmente de la metr6- occlOentaI;-ala ocupación de varios particulares por estos títulos y otros",:íj7
poli- permitieron la puesta en tensión de los elementos y recursos espe- - -Esta explicación aparece coherente con el resultado de nuestras _
cíficos de la producción pecuaria del área bonaerense, siquiera como prO. investigaciones sobre el proceso de apropiación de las tierras bonaeren-
yecto de viable realización.,l ses, ya que recién a partir de, 1791 se}comienza a tonificar el movimiento
El balance de las clases y grupos sociales, la readae!ación del poder ex¡'5l"nsivodé las estancias hacia las áreas fronterizas; 19 mientras que hasta
~.JJ,~ estatal rel crecimiento dela influencia terrateniel}t¿ en elimbito- rural, ese momento la ocupación legal del suelo se mantenía predominanternen.
especialmente de los grandes ganaderos, tienen que ver con esto tanto
. como con la posterior desaparición -por obra de larevolución- de un
té circunscripta _. -
-- en- las denominadas zonas de vieja colonización, apropia-
das en lo fundamental durante los siglos XVI y XVII por vía de mercedes y
-.....,

r~& "'- \centro estatal predominantemente exterior a s~s intereses~16(;~I';".¡) Q donaciones, modalidad típiCamente feudal que, contra lo que se afirma
--.4- También con la dislocación del viejo espacio económico virreinal, y generalmente, tOdavía continuaba en vigoren el siglo XVIII, como lo ejern-
de sus tradicionales circuitos mercantiles .. En particular la viga maestra que plifican las gf:rctas concedidas en la décaaacle-I730 á Juan Francisco
otorgaba su sentido principal a Buenos Aires en el orden colonial: la inter- Bazurco (Arrecifes), José Sosa (Fontezuelas), José Ferreira (Pergamino),
mediación entre la plata potosina y los efectos y géneros importados, a lo Nicolás de la Quintana (Luján), etc. 20
que se le sumará posteriormente la crisis de la ganadería en las otras
regiones productivas del litoral y Banda Oriental.
Consecuentemente, los cambios que señalamos, a lo largo de unos haya quedado vistosamente circunscripta a las áreas más específicamente agrícolas, lo que
treinta o cuarenta años, aun con contramarchas: reforzaron la presión tarde o temprano llevará a la crítica de la visión "tradicional", halperinJana, sobre la ecua-
ción tierra-vacunos, llamando la atención sobre .... los labradores del siglo XIX.
'\\sobre la tierra, el crecimiento de--Ia gran .explotación-estancia vacuna, el
18 AHPBA. 7-2-108. Los "otros" títulos que se mencionan son el repartimiento de Garay y
~ control de la mano de obr-ª-y de l:Lpobla<jó_nrural, el ejercicio del dere- las mercedes de tierras posteriores. AD. Doc. nQ 9.

1 Cho de propiedad sobre el ganado, etc.'?

14 AHPBA.7-2-108.
19 Con más exactitud cabría afirmar que se produce un salto de calidad en dicho proce-
so, puesto que este se había iniciado unos años antes por parte de algunos hacendados
como los que aparecen censados en 17@ en Chascornús en calidad de ocupantes de tierras
15 AGN. IX 36-3-5. realengas. La real novedad consiste en el creciente interés por obtener derechos legales
16 Azcuy Ameghino, Eduardo. Historia de Artigas y la independencia argentina. Ed. sobre los terrenos, basado en la clara percepción que viejos y nuevos terratenientes tenían
Banda Oriental, Montevideo, 1993. por entonces de la firmeza de la expansión ganadera bonaerense y de sus posibilidades
17 En este sentido la imagen campesina de la vieja campaña virreinal, con pequeños y fUturas.
medianos labradores y/o pastores -propietarios, arrendatarios y sin tierra- probablemente 20 AHPBA.208-14530/1.

68 69
.,
Sin subestimar las consecuencias del fraccionamiento de. muchOSil compOSición, o mera apropiación a partir del sólo hecho de iniciar aquel
terrenos por los efectos de las particiones por herencia que se sucedieron a trámite -así, por ejemplo, los López Osomio controlaron 60.000 hectáre-
través de casi doscientos años en las zonas pobladas de antiguo, y las alter- as al norte del Salado desde 1775 hasta 1811, cuando perfeccionaron su
nativas de la compra-venta partícular.i! que sin embargo se círcunscribió j derecho de propiedad-23 deben ser también tenidas en cuenta, aunque,
las tierras previamente donadas, debe afirmarse -sin prejuicios y sin temor .~~~omo luego se verá, su significación recién se revela en plenitud a partir
a error- que la gran propiedad y el latifundio eran dominantes en la de 1791, cuando se tonifica la expansión terrateniente sobre los terrenos
geografía bonaerense jurídicamente apropiada desde la misma fundación realengos. También puede mencionarse la existencia de una gran diversi-
de Buenos Aires. Dicho con palabras de Belgrano publicadas en 1810 en ~i dad de fuentes que, aunque a propósito de las más variadas cuestiones,
Correo de Comercio: "El repartimiento, pues, subsiste a poco más-o menos suelen contener esporádicamente alguna referencia o datos sobre el domi-
como en los tiempos primeros, porque aun cuando hayan pasado las tierras nio del suelo, como en parte queda reflejado en el apéndice documental.
a otras manos, éstas siempre han llevado el prurito de ocuparlas en aquella Hemos dejado intencionadamente para el final de este pequeño
extensión aunque nunca las hayan cultivado ..."22 inventario una fuente que consideramos de importancia superlativa: los
¿Cuáles son las fuentes y los modos de investigar que permiten apro- censos de hacendados realizados en Buenos Aires en 1789.24
ximar este juicio respecto a la estructura de la tenencia en propiedad (de Por su propia especificidad y cualidades, tanto por la tendencia
particulares, porque la realenga también es propiedad) de la tierra hacia positiva con que responden al cruzamiento y control con muchos de los
fines de la década de 1780? documentos mencionados más arriba, los consideramos un elemento de
En principio nos han brindado elementos de juicio significativos tanto juicio determinante para la caracterización del modo en que se encontra-
los testamentos y sucesiones como los documentos de escribanías referidos ba apropiado el medio de producción fundamental por los diferentes suje-
a la compra y venta particular de terrenos, y otros similares aunque no pro- tos sociales rurales.
tocolizados. También los papeles de las viejas donaciones reales y otras A falta de otros registros de similar alcance, los padrones de 1789
mercedes posteriores aportan referencias de utilidad. Igualmente son esti- que conocemos hasta ahora, constituyen una muestra sumamente
mables los registros de numerosos conflictos y pleitos por tierras que, des- representativa de grandes áreas de los partidos de Magdalena, Cañada
de los lejanos testimonios de Hernandarias, reflejan el constante interés que de la Cruz,25 Pilar (Luján, Cañada de Escobar y Conchas) y Areco, igual-
despertó el ejercicio del derecho de propiedad territorial en todos aquellos mente permiten confirmar la limitación del proceso de apropiación legal
habilitados socioeconómicamente para aCCedera dicha prerrogativa. de la tierra en Chascornús y Pergamino, caracterfstica de las vísperas de la
Las denuncias de tierras realengas con vistas a su pública subasta, expansión terrateniente de fines del XVIII. En este sentido la fecha en que

21 Respecto a la compra-venta particular de tierras previamente entregadas por la corona 23 AHPBA.21-384.


por merced, remate o composición, recientemente Se ha publicado una valiosa obra dedica- ~4 Hace ya un tiempo hemos publicado el texto de los censos realizados en Areco, Pilar,
da al estudio del -volumen y la intensidad del mercado y la subdivisión de tierras bonaeren- Magdalena, Chascornús y Hermanas o Pergamino, acompañados de un estudio de la historia
ses en siglo )(\'III"'. Entre sus conclusiones, muchas Veces contradictorias, el autor afirma que de su gestación y de un análisis estadistico sobre los tres primeros. Azcuy Arneghino, E. y
"durante el siglo :--"\'I![ el mercado inmobiliario rural de Bs. As. se mantuvo con algunos alti- Martínez Dougnac, G. Tierra y ganado en la campaña de Buenos Aires según los censos de
bajos en una tónica por dem:ís modesta, hasta la misma revolución de 1810 se registraron en hacendados de 1 ;'89. llHES, B5. As., 1989.
total 16&1 operaciones notariales sobre chacras y estancias". 2S Debo el conocimiento de este interesantísimo censo a la gentileza de Carlos Birocco.
En relación con los efectos de las particiones de terrenos por ejecución de herencias, El registro incluye un detalle de tierras, vacas, ovejas, regu;¡S, caballos y bueyes, ade-
muy importantes en las zonas de antiguo poblamiento, se señala sin embargo que "ei régi- más de una original innovación introducida por .::1alcalde de la hermandad Francisco Casco,
men capellánico, con sus instituciones de la primogenitura, el grado, la línea sucesoria yel consistente en la calificación de la persona de cada uno de los censados; por ejemplo:
sexo, esgrimidas en litigios por la sucesión de los patronatos y los beneficios capellánicOS, 'consta es hombre de bien", o contrariamente, "consta dicen no es de buena fama".
era otro mecanismo que favoreció la concentración de la propiedad rural." Saguier, Eduardo. Recientemente se ha conocido una primera e interesante ponderación cualitativa y
Mercado inmobiliario y estructura social. El Río dé la Plata en el siglo XVIII. Centro Editor, cuantitativa de la riquísima información que proporciona este padrón: Higa, Mónica. El censo
Bs. As., 1993, pp. 9, 10 Y 23. de hacendados de 1-89 en Cariada de la Crux. Ponencia presentada en las XIV Jornadas de
22 Belgrano, Manuel. Escritos económicos ... p. 160. Historia Económica. AAHE-UNC. Córdoba, 1994.

70 71
~

se efectuaron los censos no pudo ser más afortunada, en tanto que radio;: reponer en algunos casos la cantidad de tierra correspondiente a unos
grafían la situación inmediatamente anterior al inicio de las denuncias de' pocos propietarios -exactamente cuatro- que si bien son mencionados
los campos realengos fronterizos. ~ explícitamente por los padrones, estos no proporcionan la superficie de
A continuación presentamos algunos de los resultados estadís~~cos SUS estancías.w pudiendo concluirse que los censistas -los respectivos
más significativos en relación con la afirmación del predominio de la gtá'n alcaldes de la hermandad- no consideraron necesario indicar dato algu-
propiedad y el latifundio, analizándolos por censo y luego a través de los no sobre unos terratenientes, sumamente conocidos no sólo en el ámbito
guarismos generales de toda la muestra. :n . rural sino en la misma ciudad de Buenos Aires.
Si bien en anteriores trabajos hemos utilizado, siguiendo la modalí, En relación con las frecuencias de tamaño que utilizamos para
dad epocal, a las varas de frente como unidad de medida; en esta oportu, encuadrar los diversos tipos de la tenencia en propiedad de la tierra, y sin
nidad nos ha parecido más conveniente transformar aquellas notaciones perjuicio de otras observaciones que se efectúan en el texto, debe quedar
en unidades de superficie de uso más habitual como son las hectáreas. De claro que el contenido concreto que se asigna a las categorías utilizadas
esta manera se han transformado las varas de frente en leguas dividiendo para definir las superficies correspondientes a la pequeña, mediana y gran
por 6.000 varas (1 legua), luego se ha multiplicado el frente por el fondo propiedad, latifundio, etc., depende en gran medida de las característi-
habitual de 1,5 leguas (9.000 varas), lo que proporciona un resultado cas del conjunto global del que forman parte; además de otras deter-
\ expresado en leguas cuadradas, que luego es multiplicado por 2.500 hec- minaciones de tiempo, lugar y circunstancias. En este sentido· fijar, por
táreas (1 legua cuadrada) para quedar transformado en hectáreas.oi Res; ejemplo, el límite inferior de la gran propiedad entre 1.000 y 1.500 hectá-
pecto a atribuirle a todos los establecimientos censados un fondo de 1,5 reas depende de la naturaleza geográficamente restringida de la campaña
leguas, se trata de un procedimiento fundado en que la casi totalidad de bonaerense hasta comienzos de la década de 1790; mientras que la
la muestra lo registra de esa manera, mientras que los escasísimos casos expansión y apropiación del espacio rural fronterizo iniciada por entonces
en que aparece como menor, o la información se presta a confusión, ade- se expresará, con seguridad a partir de la década de 1820, en un conteni-
más de resultar estadísticamente irrelevantes se compensan sobradamente do distinto de las frecuencias definitorias de los tipos de propiedad de
con los también escasos registros en que debiendo asignar un fondo acuerdo con su tamaño que utilizamos en este trabajo, sobre las que vol-
mayor se ha preferido, por existir alguna duda, mantener la mencionada veremos una y otra vez en busca de su más ajustada caracterización.
legua y media. ¡ Comenzando por el partido de Magdalena,29 se registra allí la pre-
El propósito de estas operaciones es procurar facilitar la compren- sencia de "la estancia del Convento de Nuestra Señora de Mercedes", la
sión de un tema que, como el de la propiedad de la tierra en la Argentina, "estancia del finado Don Antonio Romero", la "estancia de Don ]anuario
obtiene su significación más trascendente en el presente.s? mientras que la Fernández", y finalmente se censa -por ejemplo- a Ramón Giles,
conexión activa que la investigación histórica puede establecer con el "poblado en tierra de los Lara". Sobre estos cuatro terratenientes, nuestros
pasado permite retratarlo en su etapa fundacional. datos son inseguros respecto al Convento y al terreno de Romero, en este
Respecto a la operativización de la información contenida en las caso en lo referido a 1789, ya que sabemos que a fines de la década de
fuentes censales, como resultado de su análisis y crítica a través del con- 1760 era titular de un latifundio de alrededor de 21.000 hectáreas.30
trol con datos contenidos en otros documentos, se ha creído conveniente Excluidos estos dos propietarios, se ha procedido a reponer la superficie
controlada por ]anuario Femández, consistente en por lo menos 31.750

26 Por ejemplo, para un terreno de 500 varas de frente y legua y media de fondo, se
divide 500 sobre 6.000, el resultado se multiplica por 1,5 y luego se multiplica por 2.500. La 28 Una primera aproximación -muy ajustada ahora por la exclusión de un propietario de
superficie estimada de dicho terreno es entonces de 312,5 has. Más en general se puede con- Chascomús que en rigor no 'debía sumarse en Magdalena y por el prorrateo del latifundio de
siderar 1 vara de frente (por 9000 de fondo) equivalente a 0,625 has. Otálora entre Areco y Cañada de la Cruz- a esta pauta de corrección de algunos baches infor-
27 Según el censo de 1988, en la provincia de Buenos Aires los establecimientos de más mativos de los padrones, en: Azcuy Arneghíno, Eduardo. La propiedad de la tierra en los cam-
de 1.000 hectáreas controlan el 52,3% de la tierra, representando apenas el 8,1% de los pro- pos bonaerenses y el censo de hacendados de 1789. Revista Ciclos n"l, I1HES, Bs. As., 1991.
pietarios. En el otro extremo, los establecimientos de O a 500 has. sólo disponen del 29,3% 29 AGN.IX 9-7-7.
de la tierra mientras que se componen del 82,4% de las explotaciones. 30 AGN. Registro de Escribano n" 6.

72 73

íV
hectáreas tomando solamente en cuenta el "Rincón de Noario",31 no así el En Cañada de la Cruz, donde se ha tratado la información estadísti-
"de Vielma que por entonces se hallaba en litigio. Y la correspondiente
n a ca sin necesidad de ajuste alguno, los resultados son también elocuentes.
los terrenos de "los Lara" -otorgados en merced al capitán Lorenzo Lara
en 164()-32 compuesta por unas 48.750 hectáreas.»
CUADRO 2
CUADRO 1 Cañada de la Cruz: propietarios y superficie ocupada
Magdalena: propietarios y superficie ocupada de acuerdo de acuerdo al tamaño de los terrenos.
al tamaño de los terrenos
Prop. Has. % Prop. %Has: I

Prop. Has. % Prop. l % Has. 0,5


Hasta 50 has. 13 380 9,2 .,
Hasta 50 has. - - 51-200 55 6399 39,0 8,8
51-200 4 394 8,2 0,3
201-500 45 14754 32,0 20,2
201-500 13 4688 26,5 3,0
501-1000 14 10553 28,6 6,7 501-1000 21 15154 14,9 20,8

1001-3000 8 15244 16,3 9,7 5 7625 3,5 10,5


1001-3000
-
3001 Y más 10 125500 20,4 80,3
3001 Y más 2 28594 1,4 39,2
Totales (49) I 156379 I 100,0 I 100,0
72906 100,0 100,0
Totales 141

Valg.i acotar a tan significativos resultados que aun en el caso de no


A tono con la ubicación geográfica de este partido, y al igual que se
haberse tomado en cuenta los terrenos de Femández y Lara, los grandes
podrá observar en el de Pilar, resulta remarcable la cantidad de muy
terratenientes y latifundistas del pJrt~do continuarían controlando práctica-
pequeños y pequeños propietarios, el 48,2% del total, que controlan un
mente el 80010 de la superficie relevada.
muy escaso 9,3% de la tierra, dedicando sin duda buena parte de ella a la
Por su parte si se efectuara el corte determinante de la gran propie-
producción agrícola. También se nota la presencia de un nutrido grupo de
ad increrncntando su límite inferior a las 1. 500 has., a favor del tipo de
medianos y mediano-grandes propietarios, representativos del 46,9% de
especiahzación productiva predominante en el partido, laescala de exten-
los establecimientos y del 41% de la tierra, indudablemente dedicados a la
,:;,')[1 de l.001 a 1.500 --que podría calificarse de mediana-grande- suma-
ganadería en la medida que sus terrenos exceden en mucho -sobre todo
ria un .i.l", de propietarios y un escaso 1,6% de la tierra. En este caso la
los de 501 a 1.000 has.- las necesidades de la siembra de granos que
gr.!n propiedad y el latifundio controlarían un 88,4% de la superficie cen-
pudieran efectuar. Finalmente, la cantidad de tierras enmarcadas en la
sada en manos de un 32,6% de los titulares del dominio directo.
gran propiedad y el latifundios+ definen nítidamente su predominio al
Se destaca también la ausencia de propiedades muy pequeñas y el
abarcar el 49,7% de la superficie censada, la que se revela en poder de un
gran turnano ,~el establecimiento promedio de Magdalena =-resultantc de
escaso 4,9% de propietarios terratenientes.
dividir la superficie total sobre la cantidad de estancias=-, que alcanza las
:319-1hectáreas, 3. tono con el gran peso de la ganadería en la región.
34 Aquí aparece con peso decisivo el inmenso latifundio titular izado por José Anto?io
.:1 .~G.\Suce sicnes 5873. Otálora, que con el 42% de su superficie situada en Cañada de la Cruz, se extendía hasta
32 AHPBA. Mercedes de tierras .. p. 286. abarcar parte del partido de Areco, En total abarcaba unas 59.000 hectáreas, que original-
33 .'¡'¡PBA. 13-2·6. mente habían pertenecido a los jesuitas hasta el momento de su expulsión. '

74 75
historiográfica reclaman una aproximación al menos hipotética,39 a cuya
Si como se efectuó al analizar el censo de Magdalena íncrernentára- construcción contribuyen eficazmente los seis censos de 1789 conocidos
mas el límite inferior de la gran propiedad a las 1.500 has., el nuevo inter- hasta ahora.
valo de superficie 1.001-1.500 has. comprendería un 5,6% de la tierra cen- Una primera observación del cuadro 5 obliga a fijar la atención
sada y un 4,3% de los propietarios; por lo que la gran propiedad y el"'';;' sobre la superficie ocupada por los grandes latifundios, por los inmen-
latifundio seguirían expresando un elevado 69,2% de los terrenos en sos latifundios instalados en el área de antiguo poblamiento que
manos de un 11,6% de los titulares del dominio directo. abarcan el 55,9% de la superficie considerada, porcentaje que se extiende
- al 72,7010 de la tierra en caso de considerarse también la gran propiedad.
4 CUADRO
Poco se reducen estos guarismos si, como se ha practicado en los casos
Areco: propietarios y superficie ocupada de Magdalena y Areco, se incrementa el límite inferior de la gran propie-
de acuerdo al tamaño de los terrenos
dad hasta las 1.500 has., a pesar de que en relación a Pilar y Cañada de
Prop. Has. % Prop. I % Has.
la Cruz puede resultar una ampliación excesiva: los fundas de 1.501 has. y
más abarcan el 67,1% de la superficie censada hallándose en poder de un
Hasta 50 has. - - - - escaso 8,7% de los "hacendados".

51-200 25 3362 36,3 4,6


CUADRO 5
201-500 20 5772 29,0 7,9 Propietarios y superficie ocupada de acuerdo al tipo de propiedad
según escala. (Sobre total de muestra censal)
501-1000 13 9313 18,8 12,7

Prop. %Prop. % Has.


1001-3000 I 9 I 16906 I 13,0 23,1 Has.

0,2
I I I 51,7
O-50 Has. 31 794 7,6

h:
3001 Y más 37750 2,9
Muy pequeña
I I 34,7 4,5
Totales 73103 100,0 I 100,0 51-200 142 17018
Pequeña
201-500 116 37546 28,4 10,0
Mediana
Llegados a este punto, vale la pena interrogarse respecto a los tota- 501-1000 67 47092 16,4 12,6
les de la muestra, que -atendiendo a las prevenciones que a menudo rei- Mediana-Grande
teramos-> no debe ser confundida con la realidad, en la medida que es 37 62923 9,0 16,8
1001-3000
sólo un reflejo mediatizado de ella, pero acaso el mejor que podamos dis- Grande
poner a la hora de escribir la historia de la apropiación legal de la tierra 55,9
3001 y más 16 209719 3,9
en vísperas del fin del siglo Xvlll bonaerense ... Latifundio
Las cifras son indudablemente impresionantes, especialmente por
tratarse de sitios próximos y relativamente próximos a la ciudad de Bue- Totales 409 375092 100,0 100,0
nos Aires, en los que la propiedad legal de los terrenos alcanzaba en
muchos casos a los doscientos años de antigüedad.
Tanto las cantidades totales de hectáreas -y su distribución geográ-
fica- como de propietarios, son relevantes en relación con los universos 39 Un ejercicio de aproximación a la superficie bonaerense legalmente apropiada hacia
que respectivamente integran,38 que aunque incuantíficables por la labor 1790 y a la significación cuantitativa de los censos de 1789 en relación con aquel total, en:
Azcuy Arneghino, Eduardo. Expansión terrateniente y conflicto social ...
38 ACBA. s. m, t. IX, p. 304.

79
78
Vale insistir: en virtud del resultado del muestreo e~rtinente afir- tos puramente epocales-, el papel que todavía en 1789 desempeñan los
m~ue..fasi las tr~tas partes de la tie_rraocupada desde la funda: terrenos de una "suerte de estancia" o más (cuadro 6), indica la conve-
ción de Buenos Aires~ poco después, lo está por estancias mayores de niencia de enfatizar, por sobre el efectivo proceso de subdivisión, el no
1.000 hectáreas; mientras que si se consideran extensiones superiores a-las . menos efectivo y seguramente más impactante de supervivencia de la
- - -
3.000 hectáreasresuIta
-- que ta,lef'Íatifund~barcan
..•.•••..... - más de la mitad --
~uperficie de ~a_c~paña. Estos terrenos son los que "por compras a los
dela gran propiedad y el latifundio. Supervivencia que luego de doscientos
años de herencias y compra-venta se debe conceptualizar como consoli-
mismos pobladores, o a sus descendientes, o por permutas, o cesiones u dación, aun cuando no supiéramos que a partir de 1791 se iniciaría el
otros títulos han pasado a otros, y que sus dueños los han ido aumentan- proceso de expansión terrateniente llamado a profundizar los rasgos fun-
do con varias compras a vecinos, para que sean más abundantes sus crías dacionales de la ocupación del espacio rural bonaerense.
de ganados. Y estas haciendas, desde luego son más útiles".40 Poco se puede agregar en este caso al resultado estadístico, salvo la
En segundo término parece imprescindible reflexionar respecto a ratificación de que las dos terceras partes de la superficie censada están
que, contra todas las apariencias que se han agitado en contrario, ;.1 pro- ocupadas por establecimientos agrarios encuadrados en lo que se cono da
ceso de fraccionamiento, -por herencias, ventas, etc.- de la propiedad como "suerte de estancia" y mayores. Tipo de propiedad completamen-
te;r¡[onal sólo queda reflejadOen un modestísimo 4,7% de la tierra;- o te alejada de aquella que podríamos llamar campesina, y que sin
e\:eñtualmente en un 14,7%; pudiendo llegar a un 27,3% si se consjderan perjuicio de ulteriores precisiones bien debe denominarse propie-
la~ estancias de hasta mil hectáreas, de lo que resulta que en alrededor dad terrateníente.e atendiendo al tipo de sujetos sociales que detenta-
de una cuarta parte de la superficie-considerada se apiña el 87,1% ban derechos legales sobre estos grandes fundas, considerados en su épo-
~ 1 de los propietafi:üs:-- ca como "bien útiles .para conservar en ellos la cría de ganados y el
DVlamente, nos referimos al fraccionamiento de la tierra en la zona comercio con sus regulares proporciones'v+t
bonaereñsé de vieja colonización en el sentido "que h:iDiKJ:ilmentesele
otorga, de formaaon de áreas extremadamente significativas de pequeña CUADRO 6
propiedad.t' No por cierto a la lógiCa subdivisión de la propiedad en una Significación de la "suerte de estancia".
estrecha campaña donde, entre 1580 y aproximadamente 1640, se había (Sobre total de muestra censal)
repartido prácticamente toda su superficie a través de mercedes reales,
donacíones y gracias diversas, resultando la suerte de estancia más peque- Prop Has. %Prop. % Has. Has. x Prop.
ña de alrededor de 1.875 hectáreas, llegando algunos latifundistas -como
Juan de Vergara, en la primera mitad del siglo XVlI- a disponer del domi- Menos de 1 suerte 376 128441,8 91,9 34,2 341,6
nio jurídico de decenas de leguas cuadradas.f- (0-1874 has.)
Así Y lodo, dejando por un momento las categorías analíticas que Una suerte estancia y más 33 246650,2 8,1 65,8 7474,2
sirven para caracterizar la extensión de los terrenos -y concediendo a los (1875 Y + has)
apologistas del fraccionamiento de la propiedad la utilización de concep-
TO!31es 409 375092,0 100,0 100,0 -
40 AHPBA.7-2-108. Retornando por un momento las categorías analíticas, especialmente
41 Evidentemente una cosa es reconocer la existencia (especialmente en las áreas más
las que hemos utilizado para diferenciar las frecuencias de tamaño de los
inmediatas a la ciudad de Buenos Aires) de un proceso de subdivisión de tierras -y la pre-
sencia de un sector de pequeños y medianos propietarios- en el marco del nítido predomi-
nio del latifundio y la gran propiedad, como explícitamente lo hacemos aquí; y otra muy 43 En tanto se trata de relaciones de propiedad que expresan jurídicamente un conjunto
diferente es postular a partir de estos fraccionamientos de tierras la no dominancia de las de relaciones de producción basadas en la no propiedad de la mayoría de los productores
grandes estancias. De estas visiones encontradas resultan, sin duda, dos campañas -y dos directos, que se ve obligada a rendir su plustrabajo -en calidad de peones, arrendatarios,
historias- diametralmente opuestas, con las consecuencias lógicas (y prácticas) que derivan agregados o esclavos-e- a los propietarios de las condiciones de producción, resultando las
de cada interpretación. suertes de estancia un componente decisivo de dichas condiciones.
42 Molina, Raúl. Juan de Verga,.a: señor de vidas y haciendas ... p. 68. 44 .rIHPBA.7-2-108.

80 81
establecimientos rurales, resulta indudable que los límites cuantitativos de
cada una -por ejemplo de la mediana propiedad o del latifundio-- serán antes se consideraron de 201 a 500 has., pasan ahora a 101-500 has.; efec-
necesariamente aproximativos, pudiendo registrarse un grado de variabili- tuándose también un cambio en la definición de la gran propiedad que se
dad no siempre pequeño en la determinación de dichas frecuencias y en... hace extensiva a los establecimientos rurales de hasta 5.000 has., a partir
/'
el tipo de propiedad que representan. de las cuales se considera la presencia de los latifundios.
Por otra parte también debe tenerse presente que al analizar los Igualmente, con esta nueva operativización de la muestra, el lector
tipos de propiedad de acuerdo a la extensión de los establecimientos se podrá completar (ver cuadro 5) una visión comparativa de los cuatro par-
corre el riesgo de que este criterio de clasificación puede ocultar algunos tidos censados.
casos en los cuales otras variables -ganado, esclavos, patrimonios diver- Si bien respecto a Magdalena toda una tradición historiográfica se
sos, importantes cosechas, etc.- hagan "grande" a una estancia o chacra ocupó de señalar la presencia de las grandes estancias -la cual queda
que por sus dimensiones físicas no necesariamente encuadre en dicha ampliamente verificada-, los cuadros 7 y 8 permiten afirmar que, con las
categoría. particularidades propias de cada pago (muchas puestas en evidencia en la
A pesar de esto, la clasificación en virtud del tamaño resulta un pará- estadística), la gran propiedad y el latifundio dominan en todos: 90,1% de
metro aceptable en sociedades como la colonial rioplatense, donde sin la tierra en Magdalena, 74,8% en Areco, 56,4% en Pilar y 49,7% en Cañada
duda contiene' un grado aún mayor de aproximación que en economías de la Cruz. Por otra parte se reitera en este conjunto, al igual que cuando
dominadas por el modo de producción capitalista, en las que resulta más se efectuó el corte en las 3.000 has., el peso de los latifundios, que aun
habitual la intensividad de las expíotaciones.s> Con estas salvedades, y al sin considerar la gran propiedad abarcan prácticamente la mitad de la tie-
excluirse del análisis la zona cuasi suburbana aproximadamente compren- rra censada.
dida entre los ríos Conchas y Riachuelo y de allí hasta Merla-Marón, con Se destaca también al observar los cuadros la significativa cantidad
presencia de chacras grandes, consideramos que en la mayoría de los de establecimientos agrarios distribuidos en las bajas frecuencias. A efec-
casos la clasificación de los fundas virreinales de acuerdo con su tos de ampliar la visión estadística sobre este subconjunto, se ha procedi-
tamaño señala adecuadamente sus características definítorías, como do a construir los cuadros 9 y 10, donde se puede apreciar con todo deta-
hemos podido comprobar en numerosos casos en que se han cruzado los lle la modalidad de distribución de las superficies correspondientes a las
datos provenientes de distintas fuentes documentales concurrentes. propiedades de hasta 500 has. (equivalentes a 800 varas de frente por
En este sentido, procurando enriquecer la indagación, y en base a legua y media de fondo).
los datos de los censos de estancias -manteniendo la clasificación de los En base al cuadro 9 es posible afirmar que, en relación con el total
terrenos por su extensión (en muy pequeños, pequeños, medianos, de propietarios de los cuatro partidos, los pequeños y medianos centrv
mediano-grandes. grandes y larífundíosj->, se ha procedido a efectuar O y 500 has.) suman el 70,6%,46 distribuidos en un escaso 14,8% de V
algunos cambios en la superficie que definiría cada una de las Irecuen- la tierra, de acuerdo al siguiente detalle: el 34,7% de los propietarios ocu
cias, a los efectos de captar aquellos matices contenidos en la información pan el 3,2% de la tierra en Magdalena, el 65,2% el 12,5% en Areco, el 76%
que no hayan sido puestos en evidencia por los cuadros anteriores. el 27% en Pilar y el 80,1% el 29,5% en Cañada.
Asf, se ha contraído hasta I:J.s 25 hectáreas el límite de las muy La proximidad a la ciudad de Buenos Aires, una ocupación más ple-
pequeñas, y hasta 100 el de las pequeñas (anteriormente fijados en 50 y na y prolongada del espacio rural, más población y labranzas vinculadas a
200 has. respectivamente). De esta manera las medianas propiedades, que un menor peso relativo de la ganadería, son algunos de los factores que
determinan en parte la fisonomía de la pequeña y mediana propiedad en
Pilar y Cañada de la Cruz -que como puede observarse presentan rasgos
45 Aprovechamos para dejar perfectamente aclarado que en ningún caso resulta lícito
asimilar mecánicamente dos conceptos tan distintos como "propiedad" y "explotación"
(aunque tendencialmente, sobre todo en establecimientos ganaderos precapitalistas suela 46 Excluimos los mediano-grandes propietarios de entre 501 y 1.000 has. por considerar-
haber una relación positiva entre ellos); en este sentido nuestro estudio está focalizado en el los un sector intermedio, que puede reflejar comportamientos y rasgos tanto del conjunto de
plano de la propiedad, claro que entendida no sólo en sus aspectos legales o consuetudina- los más pequeños como de los mayores. De todos modos los resultados de su inclusión no
rios (nivel jurídico) sino también como relación social de producción (nivel económico). alteran sustancialmente la esencia de la realidad que reflejan las cifras: el 87,2% de los propie-
tarios de establecimientos de hasta 1.000 has. se ubicarían entonces en el 27,4% de la tierra.

82
83
CUAIWI) 7
Propierarfos j SU} rficie ocupada, por partidos y total, de acuerdo al tamaño de los terrenos
( En cantidades)

MACDALENA AHECO PILAR CAÑADA TOTALES

Prop. u.« Prop. t u«. Prop. l las. Prup. tu». Prop. Has.

- - - - 9 124 6 143 15 267


Hasta 25 has.

26-100 224 8 500 31 1897 27 1746 69 4367


3

14 4858 37 1::\635 74 17587 80 19644 205 50724


101-500

14 10553 13 9312 19 12073 21 15154 67 47092


501-1000

12 30244 10 20656 16 27273 6 11219 44 89392


1001-5000

6 1105CXl 1 34000 1 13750 1 25000 9 183250


Más de 5000

49 156379 69 73103 150 72704 141 72906 409' 375092

• Son 409 "estancias", péro ·lO!j propietarios, y.l que Otálora es poseedor de dos establecimientos.

CUADRO 8
Propietarios y superficie ocupada, por partidos y total, de acuerdo al tamaño de los terrenos
( En porcentajes)

MAGDALENA ARECO PILAR CAÑADA TOTALES

Prop. Has. Prop. Has. Prop. Has. Prop. Has. Prop. I Has.

00
Hasta 25 has. - - - - 6,0 0,2 4,3 0,2 3,7 0,1
V\

26-100 6,] 0,1 11,6 0,7 20,7 2,6 19,1 2,4 16,9 1,2

101-500 28,6 3,1 53,6 11,8 49,3 24,2 56,7 26,9 50,2 13,5

501-1000 28,6 6,7 18,8 12,7 12,7 16,6 14,9 20,8 16,4 12,6

1001-5000 24,5 19,4 14,5 28,3 10,7 37,S 4,3 15,4 10,8 23,8

Más de 5000 12,2 70,7 1,5 46,S 0,6 18,9 0,7 34,3 2,0 48,8

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
r-- \O r<) r-, 00_
sumamente homogéneos-, y seguramente, con los matices del caso, tam-
r-- \O r<) '<1' V"\
~ r--
~ ·N V"\
'<1'
00
r<)
V"\
N
N
C\ V"\
V"\
V"\ '<1'
V"\
r<) '<1'
~ bién de otros partidos como Marón y Matanza.
rJ) ~
..•..
N V"\
N ~ \O \O C\ C\
~ 00 V"\
V"\
Ul
.....l
Los cuadros 9 y 10 son útiles en más de un sentido, y ayudan espe-
(OS cialmente a comprender el contenido concreto de las nociones de peque-
~ ~
U O V"\ \O 00 V"\
•....• O C\ C\ C\ 00
•....• C\ \O ña, mediana y gran propiedad. Efectivamente, una de las dimensiones, y
<Il
¡- ~ •....• r<) V"\ r<) N'"\ V"\ 00
O
r--
q,¡ ~ N
seguramente no la menos importante, para ponderar estos conceptos Con-
c:: Q:;
siste en establecer las relaciones entre propietarios y no propietarios, y de
'5',¡
q,¡
aquellos entre sí.
r-
8 r--~ 00
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propiedad se caracterizaron -según el muestreo censal de cuatro partidos
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apropiada (el 70,6% en 14,8% que muestra el cuadro 10), y una estridente
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::R 72,7% de la tierra censada. Resulta razonable suponer que este porcentaje,
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86 87
de acuerdo con todos los indicios que disponemos, poco variaría en caso Sobre esta base, proyectando hipotéticamente los datos de nuestro
de tenerse información sobre la totalidad de los pagos bonaerenses colo- muestreo sobre la campaña recostada sobre los ríos Paraná y de la Plata,
niales, a excepción del cinturón de chacras asentado en los partidos más resulta que un puñado de latifundistas se apropia del plus trabajo de todos
inmediatos a la ciudad, en los que generalmente -como se excusaba el los núcleos campesinos asentados en las dos terceras partes del territorio
alcalde de hermandad en 1789- "no hay hacendados sino tal cual vecino . bonaerense relativamente alejado de los peligros que agitaban la extensa
que tiene algunos ganados para sus alimentos'v'? franja fronteriza.
Queda claro entonces que los grandes propietarios lo son en rela- En función de las consideraciones conceptuales que se han efectua-
ción con los pequeños y medianos; también con los arrendatarios, agrega- do hasta aquí, y de los resultados de la indagación estadística, resulta ade-
dos en tierras ajenas, en realengos, en no conocidas y otras categorías de cuado proponer la siguiente ponderación de los distintos tipos de propie-
no propietarios; y los latifundistas en relación al conjunto. O sea, una dad vigentes hacia 1789 (cuadro 11).
caracterización concreta en una región concreta y en un tlem po y
circunstancias determinadas, especialmente aquellas derivadas del tipo
de producción dominante en la campaña bonaerense de viejo poblamien- CUADRO 11
to. la agricultura del cereal y la ganadería de cría, ya sea vacuna, mular, Distribución de la superficie ocupada, por partidos y total, de acuer-
ovina o caballar. Y en aquellas otras determinadas por los límites que do al tipo de propiedad según escala (En porcentajes)
imponían a la expansión territorial porteña un conjunto de problemáticas
entre las que se destacaba la combativa presencia de los pueblos indíge-
MAGDALENA CAl\lADA PILAR ARECO TOTAL
nas.
Frente a los riesgos de una ponderación sesgada hacia los elementos 0-200
puramente -unilateralmente- técnicos, propios de una visión economí- Pequeña 0,3 9,3 10,0 4,6 4,7
cista, vale reafirmar los contenidos sociales que determinan el sentido de
los conceptos de grandes y pequeños propietarios; toda vez que la pro- 201-1000
Mediana 9,7 41,0 33,6 20,6 22,6
piedad es, en su esencia, una relación social de producción.
Si 3,9% de los propietarios controlan el 55,9% de la tierra (cuadro 5): Más de 1000
¿cómo no llarnarlos latifundistas? Si un 9% dispone del 16,8% de los terre- Grande 90,0 49,7 56,4 74,8 72,7
nos en unidades promedio de l.700 has.: ¿cómo no caracterizados como
grandes propietarios? Totales 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Basta con señalar una de las variables inherentes a la significación
de la gran propiedad y el latifundio para ejemplificar las posibilidades
socioe conórnicas de tales dominios: las tierras correspondientes a los Esta visión de conjunto, que refleja el régimen de tenencia de la tie-
pagos de antiguo poblamiento son las que habitualmente se denominaban rra en propiedad en las 375.092 has. de la muestra examinada, no deja
"tierras de semilla", es decir aquellas en las que se imponía a los arrenda- lugar a dudas respecto a los resultados que arroja, y debería bastar para
tarios la carga de entregar un tributo en "semillas correspondiente al dis- fundamentar al papel dominante, incontrastable, de la gran propiedad yel
frute de los terrenos".48 Esto es, como lo enfatiza un informe del cabildo latifundio en la mayor parte de la geografía bonaerense colonial.
De todas maneras, retornando la problemática analizada al observar
de Buenos Aires, la obligación de los pobres, "que son los más, de ser
el contenido del cuadro 6 -y las consideraciones metodológicas relacio-
preciso pagar una fanega por cada otra que siembran, teniendo que pagar
nadas con el 7 y 8--, nos ha parecido conveniente interrogar la informa-
también de ellas el diezmo ... " 49
ción censal introduciendo una nueva estructuración de las frecuencias
expresivas de los distintos tamaños de establecimientos, reubicando a la
47 AGN. IX 19-3-12.
48 AHPBA. 152-1~091. suerte de estancia como el fundo definitorio a partir del cual considerar la
49 ACBA. s. 1Il, L ¡X, p. 354. existencia de la gran propiedad (Cuadro 12).

88 89
Más allá de las diferencias apuntadas, los cambios porcentuales no
alteran las tendencias anteriormente establecidas, como lo corrobora el
¡ especialmente del conjunto de ,no propietarios conformado por campesi-
nos, peones y esclavos. -i? f -
Aunque parcialmente imaginarios, acaso algunos pequeños ejercicios
cuadro 13. Igualmente no podemos dejar de señalar que, en este análisis,
numéricos puedan contribuir a una comprensión cabal de la envergadura
las superficies elegidas para delimitar los distintos tipos de propiedad es
del espacio rural bajo análisis: suponiendo que se siembre media fanega 50
muy factible que se encuentren en los límites máximos razonables, dadós
de trigo por hectárea y que el rinde correspondiente sea de cinco
que resulta difícil aceptar que una propiedad de, por ejemplo, 1.500 has.

• pueda ser eventualmente considerada como "mediana" en una campaña


donde -reténgase este dato- el 91,2% de los propietarios poseen menos
de esa cantidad de tierra; y de estos alrededor del 90% no llegan ni
fanegas.>' resulta que en la superficie de una suerte de estancia de 3000
varas de frente -en la que hemos coincidido que resultaban frecuentes
las labranzas- se podrían cosechar potencialmente unas 9.375 fanegas, es
decir más o menos el diez por ciento del total de la producción triguera
siquiera a la mitad.
bonaerense, que siguiendo con el ejemplo equivaldría a la cosecha de
diez unidades de 1875 hectáreas.v
CUADRO 12
Propietarios y superficie ocupada de acuerdo al tipo de propiedad
• según escala (En porcentajes sobre total de la muestra) CUADRO 13
Propietarios y distribución de la superficie ocupada
de acuerdo al tipo de propiedad según escala

, Prop. Has. (En porcentajes sobre total de la muestra)


O-50
51-200
201-500
Muy pequeña
Pequeña
Media- Pequeña
7,6
34,7
28,4 70,7
0,2
4,5
10,0 14,7
Pequeña

Mediana
0-500 has.

501-1874 has.
I
I
% Prop.

70,7

21,2
rs as

14,7

19,5
.

~ 501-1000 Media 16,4 12,6


.\ 1001-1750 Media-Grande 4,8 21) 6,9 19,5 Grande 1875 y más I 8,1 I 65,8

1751-3000 Grande 6,1 17,0

3001 y más Latifundio 2,0 8,1 48,8 65,8


50 La fanega es una medida de capacidad para áridos que en la región rioplatense solía
Totales 100 100 100 100
pesar en el C:lSO del trigo entre 9 y, más habitualmente, 9,5 arrobas de 25 libras cada una. Es
~ decir que una fanega local resultaba equivalente a unos 109 kilogramos, más o menos. Se-
gún otras ponderaciones su peso sería de 8,5 a 9 arrobas, promediando unos 100 kg. AGI.
~ Teniendo presentes estos datos, vale destacar que algunos autores Buenos Aires, leg. 333.


--que corren el riesgo de reproducir, al menos en este asunto, los puntos 51 ACBA. s. 1Il, l. VIII, p. 681.
de vista de la elite colonial- consideran que las casi dos mil hectáreas 52 El ejemplo tampoco perdería en nada su significación si se considerasen cifras míni-
~ características de la suerte de estancia no autorizan, en el Buenos Aires mas, como ser un rinde de 2,5 fanegas por hectárea. En ese caso la totalidad de las 100.000
fanegas cosechadas en años buenos cabría en la superficie de 20 'estancias de 1.875 has. En
virreinal, a hablar de gran propiedad.
el eventual caso de un rinde de 10 fanegas por hectárea, la producción bonaerense de trigo
y vale insistir que al referimos a la propiedad de la tierra en ningún se distribuiría sobre una superficie equivalente poco más de 5 suertes de estancia. Estos
~ caso pensamos en una relación del hombre con LIs cosas, sino entre los datos, a pesar de su precariedad estadística, ayudan a pensar -y ajustar- la evaluación de
hombres a través de las cosas. En este sentido (económico) la propiedad la agricultura colonial, al menos teniendo en cuenta la porción de terrenos involucrados en
esunarel~ocial a través de los medios de producción; ye¡{particu- tal tipo de producción.
l lar, la "gran propiedad" terrateniente bonaerense que analizamos era una
Una argumentación parecida en: Arnaral, Samuel y Ghio, José M. Diezmos y produc-
ción agraria. Buenos Aires, 1752-1804. Mimeo.
~ p~piedad d~_:1Oproductores fundada en la explotación del trabajo ajeno,
~
91
90

~,
En caso que se supere la perplejidad originada en "ver" la magnitud Se dirá que el ejemplo no atiende a las detenninaciones de tiempo,
de la agricultur;pcolonial, llegará el momento de la reflexión. Entonces lugar y circunstancias, en tanto diversas condiciones están ausentes para
deberá concluirse que esta extensión de tierras -más expresiva aún si se justificar la realización de labranzas en la escala de estas unidades territo-
la estima en 2.025 has.,» y si el rinde como ocurría a menudo fuera ríales;:8-pues entonces afirmamos que de acuerdo con esas precisas con-
mayor- o es muy significativa, o hay que revisar algunas valoraciones , díciones ':l2s fiallamo~ ~ presencia de una extensión decampo que pue-
recientes sobre el desarrollo de la producción agrícola, o acaso ambas ~e y debe denominarse gran propiedad,59 _Xa que lo_que ~ultaba
cosas. 54 t in..ciert~y peligroso concentrar en una "empresa" con costos mercan ti-
Restrinjamos el radio del ejemplo para concentrar la atención ahora les,60se tornaba mi~~ro -y/o más rentable- combinando (o direc-
solamente en las tierras censadas eí~Pilar,55
'----- correspondientes a la .
catego- tameñtereemplazando) la~ricultura coul arreñdamlento (pensamos
ria de suertes de estancia de 3.000 varas y más de frente: resulta gue siete entonces en una gran propiedad cuyo titular se puede beneficiar con otra
propietarios controlan 23.315 hectáreas detierras próximas a! principal""' modalidad de percepción del plustrabajo campesino) y/o la ganadena,
mercaao consumidor de trigo. En ellas, a un rinde arbitrariamente estima- todo lo cual era.,potencialmente posible en el marco de casi dos~c-
;f "'ór-e ~ docre-cinco fanegas por hectárea, se poarEln cosechar 116.720 fanegas táreas. ;. . "', /" ~ . ,) )
1ú'll<.\ <." de- cereal, cifra ligeramente superior al total de la producción bonaerense --"Tampoco en términos de explotación ganadera la suerte de estancia
\·jrrein:d-general~~e ~timad.!, con exceso, en [l00.000-fanegasF Si se bonaerense era poca cosa según los parámetros de la época, pues alber-
atiende simplemente a la hipótesis sostenida por el cabildo respecto a la gando un rodeo de, digamos, 1.000 vacunos, permitía un procreo razona-
exislenciJ,l fines Cid XVIII, de unos 4.o~¡¡-labradores (que implican de ble de unos 250 animales anuales que vendidos a dos pesos significaban
ocho a diez mil personas) -en la jurisdicción de Buenos Aires.r? se podrá unos 500 pesos, los que descontados algunos costos indispensables impli-
-:J.firmándose en la perspectiva de la masa campesina que mayoritaria- can un ingreso que supera en mucho los que pueden obtener los campe-
mente los confonna- evaluar la significación de una suerte de estancia, sinos medios, pobres y jornaleros, es decir la inmensa mayoría de los pro-
en particular en las zonas de viejo poblarníento cercanas a -la cíudad-rner- ductores directos.
ciclo y al puerto~- Igualmente es necesario tener presente que los campos no se encon-
- - traban ~rca~ razón por la cual las posibilidades de control sobre el
anado propio y ajeno aumentaban sensiblemente de acuerdo con la sig-
5_~ Algunos autores, partiendo de asignar 2.700 has. a la legua cuadrada, estiman en nificación local del terratenieñt~n _la inmensa mayoría de los casos
2.025 has. la superficie correspondiente a las "medidas tradicionales de media legua de fren- eSta significación coincide con la propiedad de terrenos de una}
te pcr legua v media de fondo". Por ejemplo: Infesta de Guerci, María Elena. Aportes para el suerte y más. Acaso por estas razones, y no por lo que anacrónicamente
estud.o ... p. 6~.
podna considerarse un cálculo de receptividad de animales por hectárea,
54 Si se tornasen otras estimaciones también proporcionadas por las fuentes de la época,
íncrementando la cantidad sembrada a una fanega por hectárea con su correspondiente rin- podía afirmar Belgrano, en el Correo de Comercio, que una suerte de
de de 10 fanegas de cosecha, la superficie bonaerense colonial cultivada ascendería a unas
1I)..::<JOhectáreas, es decir el terreno que aproximadamente abarcan cinco "suertes de estan- 58 Conviene no olvidar que un "gran" agricultor podía organizar una siembra de, diga-
cia". síse supusiese -siguiendo a autores como Garavaglia que consideraban bajo el de mos 30 fanegas de semilla, para lo cual se necesitaba trabajar sobre una superficie de 30 a
uno a díez=- un rinde del doble Cl a 20) o del triple Cl a 30) la superficie cultivada se red u- 60 hectáreas según la cantidad de simiente utilizada por hectárea fuera de una a media fane-
ciria a 5.000 y 3.333 hectáreas respectivamente. ga. En el caso extremo de un cuarto de fanega de sembradura, la superficie necesaria no
S5 Azcuy Ameghino, E. y Martínez Dougnac, G. Tierra y ganado en la campaña de Bu e- excede las 120 hectáreas. Al respecto debe señalarse que disponer de una propiedad de dos
l/OS Aires ... p. 95.
mil hectáreas facilitaba además una rotación de la zona de cultivo a efectos de garantizar el
56 Sólo para orientar al lector poco familiarizado con el tema, vale señalar que la pro- mantenimiento de los rendimientos, en condiciones del extremo atraso técnico que caracteri-
ducción triguero de toda la campaña bonaerense colonial (aprox. 10.000 toneladas) equivale zaba la producción agraria.
-insisto en que la comparación es anacrónica- algo así como a la tercera parte de la pro- 59 Este es también el criterio de otros autores que se refieren a "Ja gran propiedad
ducción del partido de Colón, digamos en 1963 01.000 toneladas); a igual proporción en representada por aquellos que poseen una suerte de estancia .," Marquiegui, Dedier N.
relación a Baradero 01.500 tn.): o a la doceaba parte de la cosecha de Pergamino 022.850 Estancia y poder político en un partido de la campana bonaerense. Luján 1756-1821. Biblos,
tn.), siempre según cifras del año indicado. 8s. As., 1990.
;7 ACEA. S. III, t. XI, p. 351. 60 Gelman, Jorge. Familia y relaciones ... p. 81.

92 93
estancia -media legua de frente y legua y media de fondo- "al que tie- Es_decir: desde el_I>unto de vista de la mayoría de la población
ne dos mil vacas le es bastante".61 j rural, cuyo núcleo ...=-reiteradamente aludido por las fuentes documenta-
Igualmente deberá tenerse en cuenta que los ingresos de una explo- les- e~ba constituido por las "muchas familias pobres que hay en la
tación de 1.875 hectáreas se podían ver fácilmente incrementados -~ ... j~sdicción que no tienen tierras propias para sembrar y criar".66 Familias
veces sustancial mente- con la combinación, bastante frecuente en la" - como las que registra ~calde de Pergamino cuando, al empadronar a
campaña de Buenos Aires, de la cría con la agricultura del cereal y la los "vecinos hacendados" de su jurisdicción, establece que sobre 39 uní-
imposición de arrendamientos, por lo que valen aquí las consideraciones ~ censales solamente cinco_ apjlre~ instaladas en terrenos propios,
acomodándose el resto en tierras arrendadas, realengas o francas.s?
anteriores.
Se sugerirá, por fin, que en comparación c0!1 los fundes de la Banda - Naturalmente otra.es.la valoración de la élite local bonaerense, para -c-:

OrjenE1Ja suerte de úe!!!. bonaerense promedio resultaba menos exten- la cual -según informe d~ síndico capitular de 1792- unas dos mil hec-(
sa. Esto es cierto, y obliga a distinguir adecuadamente los rasgos singula- táreas de buena tierra constituían un "ámbito tan corto que algunos cria- ~
7es que sobre un fondo común caracterizan a una y otra campaña, donde dores de considerable fomento suelen unir dos o tres suertes seguidas 7 ~.--¿/
además de señalarse -entre otras diferencias de peso- los límites que la para dar a sus ganados la extensión que ne~esitan".68 ~l
presencia indígena impuso por dos siglos a la potencial expansión fronte- Este punto de vista autojustificativo, aristocrático y embellecedor de '5>
riza de la sociedad bonaerense, debe enfatizarse la discrepancia en las los terratenientes coloniales, en condiciones que la gran propiedad abar-
~::¡\idades predominantes de lá explotació!:!...8anader:l:: a~á lLc'!E del caba entre un 65.8% (cuadro 13) y un 72,7% (cuadro 11) de la campaña
vacuno corporizada en la vaquería, la "changa", la "estancia cimarrona"62 bonaerense según la proyección de los datos de la muestra que se ha
y la "estancia de alzados";63 acá la cría de ganado de rodeo, aunque con considerado, resulta desde todo punto de vista inaceptable. Y lo mismo
excepciones como el rincón de "Vie1ffia" y otr~OS análogos. ' ocurre con las afirmaciones respecto a que I~ ~ropiedad expresaría
Realidades productivas, geográficas y socioeconómicas distintas, meras "salpicaduras" en un mapa dominado po~ la pequeña propiedad y
requieren conceptualizicjones diferenciadas, ce.rnanera.que lasñOciones otras formas más precarias de posesión.
de pequeña, mediana, y gran propiedad.; así como la de latifundio, debe- . La Jealidad era exactamente la inversa: en una campaña dominada
rán ser aplicadas de acuerdo al análisis concreto de la situación vigente en por la gran proRiedad Y el latifundio lerra~I!i~, los sitios de asentarnien-
cada caso, "sin confundir campañas con campañas ... ni confundir especies toCieia pequeña propiedad (4~7°t9 s:ie la tierra según el cuadro 5) resultan
y colorear con ejemplares de lo sucedido en la otra (banda oriental), pro- las verdaderas s;!!picadur.3s si es que puede uúlizars~esta ~gen. Dicho de
posiciones sentadas que no puede calificar en ésta". 64 otra manera: dividiendo los terrenos reportados censalmente en más y
Atendiendo a e~eriO, se puede afirmar que en Buenos Aires la
9.,
s~ de estancia d~ectáreas ~s una unidad territorial significaúva,
sobre todo, como ya se ha dicho -y esto resulta decisivo en este y otros las cuatro hectáreas -2 ha. de tierra destinadas al cultivo de trigo; 1 ha. al cultivo de legum-
problemas- si se la pondera desde la perspectiva de la producción carn- bres, más la tierra necesaria para el alimento del ganado, y siempre de acuerdo con los rendi-
pesina;65 en particular desde la ninguna propiedad, la pequeña y aun la mientos medios predominantes (sobre los 11,4 hl. por hectárea y año}- la cantidad de tierra
imprescindible para que una familia de seis miembros pudiese reproducirse como unidad
mediana. productiva". Suau Puig, Jaume. Estudio sobre la renta de la tierra. Mallorca, 1750-1860. En
Saavedra, P. y Villares, R. (eds.) Señores y campesinos en la península ibérica, siglos XVIII-XX.
61 Belgrano, Manuel. Escritos Económicos ... p. 179. Crítica, Barcelona, 1991.
En este caso, el ejemplo anterior se toma pertinente para fundamentar la importancia Complementariamente señalemos que por la Homestead Act de 1862 en EEUU se
de las estancias de 1000 y más hectáreas, que bien pueden incluirse en la categoría de gran entregaban a los colonos lotes de 64 hectáreas. Y que en Santa Fe, en la década de 1850, se
propiedad. facilitaba a los inmigrantes suizos la compra de terrenos de unas 33 hectáreas.
62 Pivel Devoto, Juan. Raíces coloniales de la reoolucion oriental de 1811 ... 66 AHPBA.152-12091. -
63 Pérez, Osvaldo. La estancia de "alzados" en la Banda Orienta7, 1993, mimeo. 67 AGN. IX 9-7-7. Azcuy Ameghino, E., Gresores, G., Martínez Dougnac, G. Reflexiones
64 AHPBA.7-2-108. sobre los censos de "hacendados" bonaerenses de 1789. Ponencia presentada a las X Jornadas
65 Salvando las distancias, y de utilidad para enriquecer la reflexión, puede señalarse de Historia Económica. AAHE-UBA, 1989.
que en Mallorca entre fines del siglo X'V1lI y comienzos del XlX, es posible "fijar en tomo a 68 AGN. IX 36-3-5.

94 95
menos de una suerte de estancia (cuadro 6), resulta que el 92% de los pro: armonizar las "imágenes" del pasado con necesidades ideológicas genera-
pietarios se concentran en un escaso 34% de la superficie censada. das en el presente del historiador.
Se dirá que los censos de hacendados que sirven de base a este aná- "ómo puede interpretarse desde ese tipo de presupuestos una histo-
lisis son apenas un muestreo de la campaña bonaerense. En ese caso ria como la de Calíxto Gadea, relatada por él mismo en 1780: "estando
reclamamos que se reconozca el valor cognocitivo que en estadística establecido con su familia y ganados en el pago de la Magdalena y tierras
posee un rnuestreo, aun con las obvias deficiencias propias de la época, de Don Antonio Romero, en que tenía su galpón y sembraba grano, el
no existiendo por otra parte ninguna razón para creerlo inapropiado o dueño, sea por parecerle poco el reconocimiento o por necesitar de sus
arbitrario. En todo caso afecta a cuatro sitios de antiguo poblamiento don- tierras le ha obligado a abandonarlas con perjuicio de su familia y gana-
de sin duda fue importante el efecto de las particiones por herencias. dos, pasando a otro terreno cuyo dueño podrá sacarle y hacerla vagante
Se~ntará, todavía,-'lue la gran propiedad no es "~Jorma típi- en aquellos campos sin sembrar y sin pastos para sus ganados ... ; engaña-
ca de estancia". ¿Qué significa ésto? ¿Qué la moda estadística, es decir el do que las tierras heríales que se hallan en el mismo pago pasada la
valor que aparece con más frecuenaa en cualquIer conjunto de valores, Cañada Larga eran pertenecientes a las temporalidades le dio el adminis-
tifrKIe a reflejar propiedades pequeñas y medianas? Si de eso se trata, en trador de estas papel para posesionarse en ellas con el reconocimiento de
principio queremos aportafalgunos datos más: la "moda" -considerando seis pesos anuales de censo ..., y habiéndose presentado al alcalde provin-
el total de propietarios- er M.agdakna son las ""Unidades de 625 has., en cial de aquel pago Don Clemente López para tomar posesión, le dijo tener
Areco de 312 has., y en Pilar de 125 has .. dueños las referidas tierras .. ".
-EStO no ha estado nunca, al menos por nuestra parte, e~scusiQn. La conclusión, obvia, que extrae Gadea de las vicisitudes pasadas
Resulta evidente que laIñ:lyorcantidad de "estancias" censadas encuadran para poder asentarse en la tierra con alguna mínima seguridad jurídica
eñ la pequeña y mediana propiedad .._l\hora, este datatan significativo resulta aleccionadora. "los ricos del campo quieren absorverse la cam-
para el estudio de una parte del campesinado bonaerense -especialmen- paña para extenderse sin límites"Jo
te el acomodado--, de algunos terratenientes menores y de otros temas A la misma conclusión seguramente llegaban centenares de campesi-
de gran interés, ¿en qué desmiente el predomínío de la gran propie- nos instalados en los terrenos realengos -como los pobladores de Chas-
dad y el latifundio como la forma principal de apropiación y domi- comús en 1786- cuando descubrían la precariedad e inestabilidad de su
nio legal de la mayor parte del espacio rural? ¿En qué se modifica el dominio útil, a pesar de las promesas que se les habían efectuado: "y por
hecho que los propietarios de 1.875 has. y máscontrolen el 66% de la tie- no haberse verificado dicha oferta y a este tiempo hallarse midiendo o
rra involucrada en la muestra porque dentro de los que controlan el resto mensurando en estas inmediaciones y en terrenos del Rey un vecino de
haya "muchos" propietarios pequeños y medianos? esa capital llamado Don Antonio Rivera, y estos ser precisamente en los
En este sentido resulta un verdadero dislate pretender negar el peso parajes en donde comen nuestras haciendas", con la consecuencia de que
de la gran propiedad y el latifundio porque los titulares de estos terrenos luego podría "hacerles exigir contribuciones o semillas"JI
son pocos y los pequeños y medianos muchos. ¿Qué se pretende? ¿Qué y vale destacar que nos hemos referido estrictamente a la situación
haya un número mayor de grandes propietarios que pequeños y media- vigente en los campos bonaerenses an~ del período 1791-95, cuando a
nos? ¿No se sabe acaso que desde la colonia hasta el censo de 1988 esta favor de cambios locales e internacionales se asistirá al comienzo de la
es la constante de todos los relevarníentos que han informado sobre el apropiación I~g:ll Jt: una inmensa masa de terrenos realengos ubicados al
régimen de tenencia de la tierra (propietarios) en la Argentina? norte y sur del río Salado, región que se caracterizará "por el señorío de la
Cómo puede sosteners~or fiI1-que "la noción de. una clase terrate- gran propiedad=?
niente que hunda sus raíces en l<Lhistoria colonial ha quedado definitiva- ~s orígenes de esta expansión terrateniente son elocuentemente
mente sepultada por la evídencía.w sin aceptar que lo que se denota al graficados por el comandante de la frontera, Nicolás de la Quintana, a
hacerlo es un inmenso preTu1ci~, inexplicable salvQ.por la necesidad de
"0 AHPBA. 13-2-5-18.
69 Fradkin, Raúl. "L:1 historia agraria y los estudios de establecimientos productivos en His- 71 AHPBA. 12-422.
panoamérica colonial: Una mirada desde el Río de la Plata: En: La historia agraria ... p. 25. 72 Marquiegui, Dedier N. Estancia y poder ... p. 23.

96 97
CUADRO 14

propósito de la critica que realizara en 1797 de la "muy corta o ninguna Denuncias de tierras entre 1791 y 1810 según cantidad y superficie
ventaja en las denuncias y compras de terrenos realengos", y el perjuicio de acuerdo a escala (En cantidades)
que ello implicaba para sus antiguos pobladores: "mientras nos han ayu- Denuncias Hectáreas Has. x Den.
dado estos infelices vecinos a sostener la guerra con los infieles ni aun ~ .•
sabía de quien fuesen estos terrenos que teníamos por realengos, respectó 0-1.249 - - -
a que jamás ninguno cobró semi\la ... hasta que sentada la paz que obser- 1.250-2.499 1 1.250 1.250

4<- -------ª~
vamos todo ha sido trabajar en esclarecer antiquísimos derechos, y los 2.500-3.749 2.667
que no han girado por este conducto se aplican a denuncias de despro- 3.750-4.999 45.000 ~ ,3.750 ;~
porcionadas y exorbitantes posesiones".73 5.000-7.499 -9.fS7' 5.271
No es objeto de este trabajo la exposición y análisis del proceso de 7.500-9.999 62.500 7.813
10.000-12.499 193.750
la expansión territorial con vistas al incremento de la producción ganade-
ra _y al sometimiento del campesinado instalado en los realengos fronte- 12.500-14.999 ~~J- - -- ---90~óOO--_·- .__.____ )Q19L:::
12.857
11__ .__
rizos-, sin embargo algunas pocas cifras permitirán resumido adecuada- 15.000-17.499 ""--_?~~·2~9..... - ._.____ ~ ~.-268-::::J
mente. Se trata de guarismos correspondientes a una serie de denuncias 17.500-19.999 2 37.750 18.875
\ de tierras ocurridas entre 1791 y 1810,74 de las que hemos senado 108
casos abarcativos de una superficie de 577,6 leguas cuadradas (equivalen-
tes a 1.444.000 has., o 1.559.520 si se transforman multiplicando por 2.700
has.), con un promedio
has.)."
por denuncia de unas 13.370 has. (o 14.440
l
20.000-22.499
22.500-24.999
25.000 Y más
TOTALES
G
108
10
40.000
270.000
387.000
1.444.000
e 8700

13.370

Ratificando y documentando algunas afirmaciones efectuadas más


arriba, vale destacar que de este total aproximadamente el 71% correspon- CUADRO 15

de a tierras ubicadas al norte del Salado, dato absolutamente relevante Denuncias de tierras entre 1791 y 1810 según cantidad y superficie
para clarificar numerosos problemas en debate sobre la economía y la de acuerdo a escala (En porcentajes)
sociedad asentadas en la campaña bonaerense, antes y después de este % Denuncias % Hectáreas Has. x Den.
proceso de despliegue del derecho de propiedad rural.
Igualmente, en los 16 casos de denuncias entre 1.250 y 4.999 hectá- 0-1.249 - - -
reas, todas están localizadas al norte del Salado, con la siguiente distribu- 1.250-2.499 0,9 0,1 1.250
ción: 1 en Areco, 2 en frontera de Areco, 5 en San Vicente, 4 en frontera 2.500-3.749 2,8 0,5 2.667
de Lujin, 2 en Ranchos, 1 en Chascomús y 1 en Samborombón. 3.750-4999 -JJ) 3,1 3.750
.. ~
5.000-7.499 @ 6,6
-
5.271 "
73 AHPBA.7-242. 7.500-9.999 7,4 4,3 7.813
74 No se contemplan ahora denuncias escandalosas como la de Antonio Obligado -<¡ue 10.000-12.499 (-11:'6 13,4 \~
llegaría a pretender "cien leguas de tierra en longitud y cinco en latitl:ld"- porque sus 6,5 12.857,
12.500-14.999 6,2
dimensiones alterarían las cuantificaciones por defecto de exceso, en condiciones en que
tampoco alcanzaría el derecho de propiedad sobre tan inmensa superficie. AGN-BN 187. La
15.000-17.499 í3:o
""-......-
14,8 1~.~6§ j
17.500-19.999 1,8 2,6 -18.875
historia de esta denuncia y sus vicisitudes, junto al resto de las efectuadas entre 1791 y 1810,
en: Azcuy Ameghino, Eduardo. Expansián terrateniente y conflicto social .... 20.000-22.499 1,8 2,9 20.000
22.500
75 Estas son estrictamente
documental
las que hemos podido hallar hasta el momento en la revisión
efectuada principalmente en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos
22.500-24.999 .J}) 18,7
25.000 Y más 9,3 26,8 38.700
Aires; no deben por lo tanto tomarse como las únicas en tanto todo indica que una cantidad
desconocida por nosotros puede todavía incrementar la magnitud del proceso orientado a la TOTALES 100 100 13.370
apropiación legal del espacio rural bonaerense colonial. Obviamente las va relevadas bastan
para fundamentar las hipótesis que sustentamos en este trabajo. .

99
98
Nótese también que si se consideran las 66 denuncias de 10.000, y terrenos menores de diez mil hectáreas, habrá estado sin duda el punto
más hectáreas --que abarcan casi el 86% de las 1.444.000 has.- a un pro- de vista de muchísimos pobladores fronterizos que para siempre conser-
medio de 18.670 has. (7,; leguas cuadradas), puede considerarse como varían "la inhumana memoria del modo con que se arrastró y arrojó en
bastante ajustado a la realidad el juicio de Azara, emitido ai inicio del los campos a aquellos que se llevaron violentamente a poblar las antiguas
siglo XIX, al indicar que "una estancia o deheza que no tiene más que cua- guardias: porque además de haberles faltado en darles terrenos en propie-
tro o cinco leguas cuadradas de superficie o~xtensión está considerada dad para sus labranzas, fueron sacrificados muchos a manos de los infie-
en Buenos Aires como poco considerable'v's s r !Q;'. IIA"" les, y los que aún se conservan, si no son feudales o reconocen pensión,
Claro que esta afirmación debe to~e como de quien viene, un son arrojados con sus familias y haciendas de los terrenos, que han baña-
intelectual progresista ... de fa córtede Carlos IV, de la que es fiel funcio- do con su sangre para defenderlos")9
nario; desde esa, su perspectiva (de clase), que estambién, con los mati- Sin que se nos oculte que lo que discutía de fondo era el mejor modo
ces del C:ISO, la visión de la élite virreinal -"está considerada en Buenos de asegurar el dominio colonial frente a la resistencia indígena al robo de
Aires" ... (¿por quiénes?)- ~e pensarse el sentido de su planteo, retorna- sus tierras, una postura historiográfica crítica no podrá dejar de interrogarse
do ~riQD1lente por estudiosos como Levene y toda una tradición histo- sobre el significado práctico, concreto, que revestía la gran propiedad y el
riográfica gue~nciliando con la gran propiedad por la vía de su subesti- latifundio para quienes, como informaba el coronel García, "se hallaron con
mación, se prolonga hasta la actualidad."? el más próximo riesgo de perder también la vida y vieron regar con la san-
L~ lógica de los gj:!ndes denunciantes y propietarios terratenientes gre de sus hijos, hermanos y parientes más inmediatos esta campaña".
su autojustificación- fue ~bien expresada por Antonio ObJigado en Los mismos campesinos sobre cuya situación informa el comandante
1797: "Quienes tengan fondos no es fácil que se inclinen a fomentar crías de la QUIiiliiña:-"les he visto con el mayor 9010r me~s pasados Ilorar g, mi
de ganados sino- fUereCon el fin de criar y tener mu~hos. Para criar presencia y lamentarse del corto aprecio que merecían aquellas penurias y
muchos necesitan mucha tierra ..",78 fatigas, pues se hallaban constituidos a transportar sus ranchos, haciendas
¡\Iúy distintQ. esnuestro juicio, y nos permitimos pensarg~también y cuanto tenían de los terrenos que poseían por aquel tan caro precio, a
lo habrá sido la opinióq (inexistente a los ojos y oídos deTaS fuentes estata- OI1'OS realengos donde- sólo procuran mantener lo muy preciso a su sub-
les que re6istuban la historia oficial) de la inmensa mayoría de la pobla- sistencia, sin aspirar a adelantamiento alguno, pues justamente recelan
ción rural. De los miles de hombres y mujeres, campesinos medios, pobres. ~ndo no salgan algunas otras escrituras de mercedes concedidas a
y ~OSl:Sin menciOñ:iresclavos;-indiosy otros segmentos sumergidos) principios, a mediados del siglo pasado, como ha sucedido ... no faltarán
g:¡r~quienes -desde la no propiedad; desde el arrendamiento forzoso; algunos poderosos que solicitando una denuncia logren adquirir absoluto
j desde el agregamiento o desde las 9, 50, 100, 500 o 999 varas de terreno,
como es el caso del 810/0de los censados en 1789- una suerte de estancia
dominio en ellos".80
No debe pasar inadvertido al lector el sentido de afirmar un punto
de 1875. de 10.000 o de 18.670 hectáreas resultaba' algo tan inalcanzable de vista, toda vez que esta opción está en el origen de muchas de las
orno el poder. las influencias, ¿y por qué no el dinero?, de los grandes profundas discrepancias respecto, entre otros asuntos, a la valoración del
pf-?~pielariOsyiatifundistas. - - - peso de la gran propiedad y a su origen colonial. Desde la perspectiva del
~1uy alejado del sentir de Azara sobre la poca significación de los historiador, este posicionamiento define las coordenadas de nuestra
objetividad.
76 Azara, Félíx. Viajes porla América meridional. Espasa-Calpe, Madrid, 1969. p. 285.
77 Garavaglla, Juan C. Las 'estancias' en la campaña de Buenos Aires ... p. 162. Los jui-
No ren~nciamos a la convicción de que son las masas las q~e hacen
la historia, y de que en una sociedad de clase -que podría ser tanto la
I NV1

I
cios de este autor coinciden con toda una corriente ideológica preocupada por enfatizar aCtUal como la colonial- sólo vinculándose orgánicaJTlente a sus necesí-
.,...... que "los estancieros nativos no tenían gran importancia social a causa de lo exiguo de sus d~es, pasadas y presentes, reponiendo las visiones, situaciones y sentí-
I - entradas ... El ganadero más acaudalado poseía alrededor de 15.000 cabezas de vacunos en
su c:1mp? .. y su producto apenas alcanzaba para cubrir los gastos del establecimiento y de
su familia". Moncaut, Carlos A. Esta~cias bonaerenses. Historia y tradición. El Aljibe, La Pla- 79 García, Pedro A. Nuevo plan de fronteras, 15 de julio de 1819. Colección de Angelis, t.
ta, 1977, p. 23. . VIII. p. 625.
78 AGNBN187. 80 AHPBA. 7-242.

100 101
mientos de los explotados, que generalm~e parecieran no existir a los como receptivo a sus intereses-- sustentadas en la cuota de autoridad e
ojos de las fuenres documentales (estatales~ es posible fundar un punto iñfiuencia q~e les otorgaba su poS@ón eco~ómica,el ejercicio del poder
de vista realmente objetivo en ciencia social. : de policía y justicia inmediata en los campos a través del dominio de las
-No es a nuestro juicio, en última instancia, una cuestión de técnidl instituciones de la hermandad, el poder de super!<?resmilitares en la orga-
de investigación, de metodología o de ~e~tes, lo que dividió, divide~' nización miliciana, su control de otras instituciones estatales menores
dividirá las opiniones sobre el pasado, sino el tipo de compromiso queel como la deTOSComisionados, y por la regulación de las normativas del
~ historiador asume al producir sus historias. En este sentido la amplitud de orden social colonial en la campaña, facilitada por el control de los lazos
miras, la superación tendencial del unilateralismo -esencia del idealismo fundamentales con los poderes urbanos y por redes de vinculación fami-
teórico--, la elusión de los prejuicios que transmiten los documentos cuá- liar82 y clientelismos rurales. Además de otros atributos eventuales -
litativos y también los cuantitativos, la posibilidad de evitar las trampas como pulperías, oratorios, facultad de cobro de rentas estatales como
que tienden las antiguas y actuales ideologías dominantes en la sociedad, alcabalas y diezmos, prisiones en las estancias y hasta algún fuerte priva-
están cifradas en la opción por la perspectiva de las mayorías sociales. do...- que dibujan con trazos tan claros como firmes su capacidad de
Este punto de vista obliga, como condición de su propio interés, a la intervención en los asuntos de la campaña.

I
indagación más integral, al análisis más completo de lo real en tanto nada
tiene que ocultar, disimular o adecuar. ';)
Sobre esta base, cuando la expansión terrateniente gue indign I~
denuncias de tierras (cuadros 14 y 15) se comience a efectívizar, lo hará

I De esta manera se puede coincidir en que para los patrones virrei- en muchos casos --en realidad en casi todOs- sobre tierras ocupadas por

I nales de riqueza monetaria y mercantil, muchos terratenientes bonaeren-
I)ses coloniales no resisten la comparación ,=-onlos ricos mercaderes inter-
e.obladores que en general no tendrán oportunidad de sostener sus ~ere-
chos" de antiguos pOSeedores; reproduciéndose en la venta y composi-
t
I @ I mediarios: pero se puede ta~~gregar que para los productor~
directos de la campaña esos mismos terratenientes alcanzaban una impor-
ción de estos terrenos laSmismas características _que se señalaran crítica-
mente respecto a la enajenación de tierras !eale_ngas en otros sitios, en
t rancia superlatíva por su_capa~is!adae interv~nción en todos 10spEmos condiciones que la IEayoría de los damnificados "ni queremos, ni pode-

I
I
de su vida cotidiana. '.} mos por nuestra suma pobreza que apenas nos sufraga para mantenemos
Se puede acordar además en que el significado de una propiedad de escasamente, seguir pleito, ni ningún juicio contencioso ..", 83
I 2.000 hectáreas resultaba poco relevante para muchos comerciantes urba- En este sentido es necesario destacar el valor de las fuentes_ que

¡ nos, funcionarios metropolitanos, o a los latifundistas orientales; pero se


puede -y se debe- al mismo tiempo, <ki~per(ectamente establecido
q~e para la absoluta mayoría de los campesinos bonaerenses esa propie-
dad constituía un objetivo de imposible realización. -
registran los pocos casos en que los conflictos sociales en tomo a la
ocupación del espacio salen a la luz, en condICiones que la mayoría de
los campesinos desalojados o sometidos "contempla dimana principal-
mente su ruina de su ninguna posibilidad, o por mejor decir su falta de
Se podrá coincidir también, como un último ejemplo, en que los expediente y de resortes para instruir una representación ... ".84
terratenientes coloniales com;tituían ~na clase en vías de afirmación .• Dando cuenta de la situación originada en la venta de "campañas
bastante plasmada hacia 1810-~ubordinada en la sociedad al centrp inmensa?,"' afirmaba García en 1819: "La falta depropiedad, aunque una
e,statal metropolitano y en muchos casos con lazos de dependencia res- posesión inmemorial se la haya dado, hace que anden errantes (numero-
~cto al gran ~er..fio .intermediario. - - - - sas familias), porque se apareció un propietario por una reciente denun-
~ Pero, pero ... ~ afirmará además que esos terratenientes concentra-
I cia. gue o los desaloja o hace feudales".85
ban el monopolio del derecho de propiedad sobre vastas extensiones de
•1 la campaña, el dominio de las mejores tierras y-mayores rodeos, y el con-
,
~
~ol de la p~bla.ción rural mediante variad~ repertorios de compu1sion~
extraeconomicas -sólo limitadas por aquel centro estatal tan ajeno
82 Birocco, Carlos M, Los dueños del pueblo, Los Casco de Mendoza. Un acercamiento al
tema de la familia en la campaña bonaerense colonial. XIII Jornadas de Historia Económica.
Mendoza, 1992.
83 AHPBA. 12422.
84 AHPBA, 7-242.
81 Chesneaux, Jean. ¿Hacemos tabla rasa del pasado? Siglo XXI, Bs. As., 1981, p. 34. 85 García Pedro A. Nuevo plan ... Colección de Angelis, t. VIII, p. 631.

102 103
Por este tipo de razones es que los colonos españoles poblados en a que les paguemos tributo y prestásemos vasallaje en la forma de
la guardia de Ranchos pueden, en 1803 -al solicitar el socorro prometido regalía de dominio directo".89
por el gobierno--, fundamentar su pedimento indicando "verse necesita- '-- A la luz de estos testimonios, reiterados y recurrentes, resulta dificil
dos sin poder sembrar en los terrenos por estar ocupados y denunciados . .aceptar que a fines del período colonial e inicios de la época indepen-
de varios particulares.w , diente "la 'cuestión agraria' ... paradójicamente y por efecto de la relativa
Ya en 1796 se había señalado, y muchos pensaron que el juicio sólo abundancia de tierras no llegó a ser tal".90
valía para la Banda Oriental, que "lo primero que hace el comprador es Se comprenderá acaso mejor ahora la significación que otorgamos a
echar a muchos pobres que estaban poblando en lo comprado, O los hace la cuestión del punto de vista que guía la indagación histórica, en COndi-¡
sus tributarios, justificando que ha poblado cuando no ha hecho más que ciones en que la metodología y los documentos son inexorablemente uti-
esclavizar a los verdaderos pobladores.e? lizados y seleccionados en función de las hipótesis y el marco teórico-ide-
Otra interesante mención -que alude a la difícil situación de los ológico del investigador. Esto obliga a prestar especial atención a los
campesinos agricultores- consta en los registros capitulares bonaerenses segmentos de historia sin fuentes airectas;conde las Víctimas de la expo-
correspondientes a 1798, donde luego de señalarse que muchos labriegos Íiaciói1Y el sometimiento -así como su rebeldía ¡ntela oQresión- son
indigentes procuran establecerse en terrenos realengos para escapar a los ajenos al dominio de la escritura, y sólo indirectamente, a través de regis-
arrendamientos, impuestos y diezmos, se afirma que ello "no basta, la tros adm1rUstrativoso jUclTCÍales,e~ posiblecóñocerlos; así se hapoaldo
codicia los va a buscar denunciando e! terreno para comprarlo a la Real aTíñ'ñar;=pOfejemplo, qué-"tÓda revuel~u~ escape a E r~presión escapa
Hacienda por una cortedad"; ejemplificándose con e! caso de un campo a la historia". 91
"de tres leguas de frente y cuatro de fondo que había rematado un pulpe- r-- "Nuestra metodología y fuentes -muchas veces las mismas que se
ro, no para cultivarlo, sino para tener por colonos a más de cuarenta utilizan para construir interpretaciones opuestas- nos llevan a plantear la
pobres labradores que se habían allí establecido para hacerlos sus tributa- existencia, o acaso, mejor, e! recrudecimiento, de una violenta disputa
rioS".88 No escapa a la atención de! lector que se trata de un latifundio, por el espacio rural encarnada en los nuevos y viejos terratenientes
ubicado parte en Matanza y parte en Magdalena, de 12 leguas cuadradas, denunciantes de vastas extensiones de campo en perjuicio de sus antiguos
equivalentes a unas 30.000 hectáreas ... pobladores sin títulos, ni capacidad económica y social suficiente para
Este tipo de situaciones es retratado -en los pocos casos que algu- alcanzarlos, como era el caso =-descrípto desde el interior del nuevo esta-
no de los perjudicados dispone de posibilidades de representar ante las do mercantil terrateniente- de la "multitud de familias establecidas en
autoridades coloniales- en testimonios sumamente eiocuentes: "los expo- terrenos realengos que ocupan a su arbitrio, o bien en los que arriendan
nentes como los demás convecinos de dicho pago (cincuenta agricultores por un ínfimo precio. Estas familias se dicen labradoras porque envuelven
de la Cañada de los Pozos, en 1799) hace más de treinta años nos halla- en ia tierra una o dos fanegas de trigo al año, y son en realidad la polilla
mos poblados y establecidos en dichos campos realengos con casas, chá- de los labradores honrados y de los hacendados a cuyas expensas se
caras y haciendas de labor de pan llevar, y otras semillas y frutos, sin que mantienen".92
persona alguna nos haya impedido estas faenas hasta que de poco tiempo Respecto J esta problemática, y en relación a la posibilidad de inves-
a esta parte Don Pedro Villamayor y Don Juan Almada se han querido tigar la madeja de contradicciones que vincularon a terratenientes y cam-
titular dueños no sólo de dichas tierras realengas sino también de las pesinos, partimos de considerar que "la ausencia de conciencia de clase
casas y demás que comprende aquella vasta población, y lo que no es en sentido moderno no implica la ausencia de clases ni de conflicto de
menos, pues ha llegado el arrojo de estos a estrechamos con violencia

[89JAHPBA.13-2-7-26.
86 .4GN IX 30-3-4. 90 Garavaglia. Juan c. Las 'estancias' en la campaña de Buenos Aires ... p. 174.
87 Azara Félix. "Informe acerca de un reconocimiento de las guardias y fortines que 91 Furet, Francois. Lo cu antitatico en historia. En: Le Goff, J. y Nora, P. (cornp.) Hacerla
guarnecen la frontera de Buenos Aires. n En Memoria ... p. 176. Historia. Nuevos Problemas. Laia, Barcelona, 1985, p. 64.
88 ACBA. s. 11I, t. XI, p. 353. 92 Garc[a, Pedro A. Memoria ... Colección de Angelis, t. IV, p. 265.

104 105
clases".93 Así, aquella imagen "más campesina" que mencionábamos <al Juan Almeyra --denunciante de varias leguas cuadradas de tierras en la
comienzo, y con ella la supuesta "economía campesina",94 chayanoviana, zona de Navarro-- impondría por este único derecho de denuncia toda
e productores "independientes", que se le quiso adosar arbitrariamemg vez que aún no había pagado las tierras ni obtenido los correspondientes
fue cediendo aceleradamente su lugar, en las áreas exteriores próximas al títulos, su ley y su voluntad "a los infelices labradores poblados en los
Salado, al estado de cosaS"que ya reinaba de antiguo en las tierras inten&' terrenos que dice suyos ... ha aniquilado a unos, ha quitado a otros, ha
res, "en que se paga semilla según el estilo de la campaña". En este senti- perseguido a muchos, ha puesto los que le ha parecido y últimamente ha
do no parece contraproducente reflexionar respecto a que "la presenS,ia tolerado a los pudientes sin meterse con ellos porque callasen, pues al
del terrateniente en el proceso productivo como propietario de la tierra desvalido la miseria le hacía sufrir y consentía sólo al que le pagaba ... ". 9B
queel campesino trabaja-determin~ una economía feudal o modo de pro- rente a estos cargos Almeyra responde, justificando su señorío con
ducción-feudal y nunca economía campesina".95 'f conceptos que introducen en la tipicidad de los mecanismos de s~bor-
n También, desde otras historiografías, se ha señalado que en la actua- ----
dinación campesina a partir de la propiedad terrateniente. "Se ha
lidad "hay una fuerte tendencia, resultado en parte de una reacción frente querido _t~n _hacerse misterio de que yo cobrase de 19s arrendatarios
al marxismo, de ver la historia dividida simplemente en sociedades 'tradi- las semillas correspondientes al disfrute de los .terrenos según el estilo de
cionales' y 'modernas' o 'postindustriales'. Esta es básicamente la misma la campaña, pero si los terrenos eran míos nada tiene 9~ particular que
JJ teoría que la que supone que la 'sociedad campesina' o 'economía cam- exigiese el reconocimiento que es debido a este título ... ", 99
pesina' es una formación social acabada, dado que los campesinos consti- - 'El conflicto entre este latifundista y otros terratenientes y campesinos
tuyen una mayoría de la población, sin considerar las características de las de la región que se veían perjudicados por su denuncia,l00 se resume en
otras clases sociales, incluso de la clase dirigente".96 la siguiente problemática: "El hecho está precisamente reducido a si han
Mas allá de esta cuestión, polémica, de caracterizar el tipo de socie- de quedar en su posesión sesenta o más familias empleadas en la labran-
dad instalada en los campos rioplatenses como parte del espacio virreinal, za que están situados en la cañada de las Saladas, o si se han de dejar
que en todos los casos debe ser la unidad de análisis fundamental a con- estos terrenos a Juan Almeyra valiéndose del presente remate para cobrar
siderar, lo que sería conveniente que quede claro es que no son las semillas y tener arrendatarios en ellos" .101
impresiones de García o Azara las que nos llevan a sostener el fenóme- Salvo que se suponga que los actores del pleito están equivocados en
no de la expansión terrateniente y la consecuente subordinación campesi- sus afirmaciones por participar de una "visión tradicional"IO! sobre los
na, sino que ello surge de la investigación en numerosas fuentes coinci- temas que los ocupan, deberá reconocerse que las "impresiones" de Azara,
dentes en evídenciarlo, controlando y confirmando aquellos testirn..2nios.97 Sagasti, De la Rosa, Lastarría, De la Quintana y otros funcionarios críticos
Casos de este tipo se multiplican en la documentación colonial: así del sistema de enajenación de la tierra realenga coinciden, como se verifica
}
93 Hobsbawrn, Eric. Marxismo
.
e historia social. Universidad Autónoma de Puebla, Méxi-
en este caso, con la más rigurosa realidad. ¡Y estamos hablando de terrate-
nientes y latifundistas de Buenos Aires y no de la Banda Oriental!
co, 1983, p. 69. Sin embargo, y a pesar de las evidencias en contrario, algunos auto-
94 Sobre el concepto de "economía campesina" resulta interesante consultar: Vilar Pierre,
res como Juan Carlos Garavaglia -a tono con su tesis del predominio de
Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Crítica, México, 1988, p. 267.
95 Archetti, Eduardo y Stolen, Kristi Anne. Expiotacián familíar y acumulación de capital
en el campo argentino. Siglo XXI, Bs. As., 1975, p. 135. 98 AHPBA. 152-1209l.
Agrega este autor que "caracterizamos al sistema económico feudal como estando cons- 99 AHPB.4. 12-424.
tituido por productores domésticos que son propietarios de sus medios de trabajo, pero no de 100 Azcuy Arneghino, Eduardo. "¿Oferta ilimitada de tierras? Un análisis de caso: Navarro
la tierra que pertenece a un terrateniente. Las características económicas son: la existencia del 1791-1810." Revista Cic/osno6, FIHES, Bs. As., 1994.
intercambio y el comercio, el productor campesino no acumula su trabajo excedente sino 101 AHPR4. 12-424.
excepcionalmente cuando una brusca subida de precios se encuentra con una renta fija y el 102 Dada la forma abusiva con que algunos historiadores, en particular en relación con el
tra~aj",excedente adquiera la forma de renta, es decir el ingreso del terrateniente." estudio de la evolución agraria argentina, utilizan en la actualidad el calificativo de "visión
2§/ Hilton, Rodney. Conflicto de clases y crisis del feudalismo. Crítica, Barcelona, 1988, tradicional" -<> visión "impresionista", queriendo sugerir que las diferencias interpretativas
p. 14. pasan por una cuestión metodol6gica- para etiquetar y dividir la historiografia rioplatense
97 Azcuy Ameghino, Eduardo. Expansián terrateniente y conflicto social. en un antes y un después de sus propios aportes a la disciplina, parece necesario precisar

106 107
las relaciones de producción capitalistas103 en la campaña litoral colo. meras décadas ~ este (no obviamente circa 1750) no pudo menos que
nial-, prefieren enfatizar que si bien "no se trata de los 'productores pro. resultaraébil, deforTiUao, tardío y sumamente condicionado por la domi-
gresistas' que uno estaría encantado (sic) de hallar.¿ están lejos, muy lejos nación imperialista y el atraso agrario,
de ser una 'casta feudal": ,". 104 - Posiblemente-si~o pensáramos así podríamos escribir otra historia,
Contrariamente a este tipo de juicios, encubridores de los orígenes más parecida a las que florecen en tiempos del neoliberalismo y el nuevo
coloniales e indudablemente precapltalistas de los grandes propietarios de orden internacional, pero, y en esto sí tiene razón Halperín Donghi -y
tierras, consideramos que los terratenientes bonaerenses constituyen en la vale para todos, él incluido-, el historiador para entender el pasado "se
x
historia argentina una de las vigas maestras de la consolidación de la maneja con sus propias experiencias de vida, que son las actuales; no tie-
inserción dependiente, latifundista y agroexpottadora del país en la eco- ne otra manera" :ras-- - -
nomía mundial a partir de fines del siglo XIX.
E~ contexto, el desarrQllo_~maduración deIas relaciQlli!S de
-
~é¡:;sado para qué futuro? ..
---
-
producción capitalistas entre la segunda mitad del siglo pasado y las pri-
----- ---
que, en última instancia, si es posible reducir a dos las perspectivas en historia, lo que debe
tenerse presente es que existe una visión de los que ganaron, y que de algún modo continú-
an haciéndolo, y otra de los oprimidos,
H3y una historia oficial que naturalmente transforma en tradicionales sus puntos de
vista Iundamentales (el contenido de ellos, no su forma, que suele "renovarse") en función
del tiempo y la reiteración con que los presenta y difunde en el conjunto de la sociedad,
que por la vía privilegiada de los aparatos ideológicos del estado es educada en dicha pers-
pectiva. (En este sentido algunas de las "novedades" de la historiografia agraria argentina rei-
teran. oaradójicarnente. puntos de vista tan tradicionales como los de la Sociedad Rural.)
y hav orr •• historia, que es la que procura expresar el pasado -activamente vincula-
do .11 ?r~seme :. futuro-- de las mayorías sociales, del movimiento obrero y popular; es
decir ':;c los que hasta ahora perdieron, Es una historia que intenta reponer lo excluido, crití-
car io oficial izado. reivindicar lo denigrado, y sobre todo mostrar las luchas que otras mayo-
';:lS ;",:.lles, en otros momentos y hasta hoy, desplegaron por transformar la realidad, Tanto
en la historia oficial corno en la que provisoriarnente podríamos denominar popular nacional
-amb.s con rnuluples modulaciones en su interior provenientes de las heterogeneidades de
los sujetos sociales que las sustentan- resulta natural 13 dialéctica de lo nuevo y lo viejo, de
lo ;~:'O\':ldOr y :0 conservador, de nuevas y viejas metodologías y conceptos, Pero son los
contenidos v no las formas las que definen la cuestión.
Por orra porte resulta plenamente deseable que la perspectiva que procura enfrentar a
ia historia ofk a: utilice al máximo todos los nuevos aportes teóricos y metodológicos siem-
pre! qUe! resulren útiles para fundamentar mejor su visión crítíco-transformadora, refor-
zando ~1~:,Jt1osargumentos tradicionales, rectificando otros y abandonando algunos más.
103 ¿:\I¡;u,,~n puede! imaginarse una Argentina colonial capitalista antes de la revolución
fr:;nce"a' Finalmente: se trataría de embellecer la conquista española, dado que de haber
,#~é:E~HUM.
existido un prc'coz modernidad toda la historia argentina sería un largo retroceso, acaso
Centro. Emientel ~HumenidedIJI
marech.niano, de! la edad de oro a la de hierro, es decir del capitalismo .., colonial al atraso, U.N.S
el lat itundio v b ceoendencia de fines del XIX v el xx.
1O~ G a,2\':lg l'la, ;\1:1:1
l' e , Las '1es anCtas
" en l'a campana- de Buenos A'tres... P: 16/o.
Aunque lo hemos dicho ames, debe quedar claro que la crítica que efectuamos de esfuerzo y los aportes historiográficos que con respecto a numerosos asuntos han prc;>porcio-
J:¡;unas tesis interpretatlvas de Garavaglia y otros autores -para quienes también vale la nado a través de una producción insoslayable, tanto para el estudio como para la polémica,
observación-, inexcusable en tanto fundan una posición a nuestro juicio incorrecta en la que 105 H••lperín Donghi, Tulio. "De historia, íunerarios y persFectivas," Entrevista realizada
algunos denominan ·suerra de imágenes" sobre el pasado colonial, no implica desconocer el por ~l:Hía L Da Orden y julio C. Melón. Cuadernos del CL4EH n" 69, Montevideo, 1994,

108 109
- - - - - - - - - - -- - ~ ~
D<:x:lJMmro NQ 1

QEAL CEDULA DE 1754 ro5QE VENTA


y COMPOOICION DE TIERRA6 QEALENGA6.

Remito a V. E. de orden del Rey la adjunta Real Cédula de Instrucción sobre el


método que se debe practicar en adelante en esos Dominios, para la venta y com-
posición de los sitios, y tierras realengas, recaudación de su producto, y demás
que en ella se expresa, a fin de que en la parte que a V.E. le corresponda, dé el
debido puntual cumplimiento a esta real deliberación, avisándome de quedar en
esta inteligencia. Dios guarde a V.E. muchos años. Madrid, dos de noviembre de
1754. El Baylio. Fr. Don Julián de Arriaga. Conde de Superunda.

REAL CEDULA. El Rey: Habiendo manifestado la experiencia los perjuicios


que causa a mis vasallos de los reinos de las Indias la providencia que se dio por
Real Cédula de veinticuatro de noviembre de mil setecientos treinta y cinco, sobre
que los que entrasen en los bienes realengos de aquellos dominios, acudiesen
precisamente a mi Real Persona a impetrar su confírmación en el término que se
les asignó, bajo la pena de su perdirníento si no lo hiciesen, por lo cual muchas
personas dejan de aprovecharse de este beneficio, por no poder costear el recurso
a esta corte para impetraría siendo de poca entidad, o de pequeños sitios, o de
sólo algunas caballerías las que han compuesto o comprado, y los que acuden por
ser de roayor consideración sus compras, es a gran costa por los testimonios que
para ello tienen que presentar, remisión de caudales, nombramiento de agentes y
otros gastos indispensables, que exceden regularmente en mucha parte al costo
principal que han hecho en la compra o composición de los mismos realengos
ante los subdelegados, a que es consiguiente hallarse ~u9nUChOS sitios y
tierras, que abastecerÍ3n con su labor y cría de ga~ las rovmc!1!s inmediatas, y
el que otras personas se mantengan en t~n~s usurpados por defecto de título,
sin daríes sobre la cultura toda la labor correspondiente, por temor de ser denun-
ciados y procesados sobre ello, de que igualmente resulta perjuicio a mi real
hacienda, así en carecer del producto de sus ventas, como del que por consi-
guiente dimana al común y al estado de la labranza y crianza.
He resuelto que en las mercedes, ventas y composiciones de realengos,
sitios y baldíos hechas al presente y que se hicieren en adelante, se observe y
practique precisamente lo contenido en esta Instrucción.
1- Que desde la fecha de esta mi real Resolución en adelante quede priva-
tivamente al cargo de los virreyes y pLe.sl<knLesde mis reales audiencias de aque-
llos reinos la facultad de nombrar los ministros subdelegados, que deben ejercer y
practicar la venta y cornpóslción ~e las ~rra~y baldíos que me pertenecen en
dichos Dominios, expidiéndoles el nombramiento o título respectivo, con copia
auténtica de esta Instrucción, con la Precisa calidad que los expresados virreyes y

143
presidentes den puntual aviso a mi Secretaría de Estado y del Despacho Universal . para q~e en adelante no puedan ser turbados, emplazados, ni denunciados en
de Indias de los ministros en quienes subdeleguen respectivamente en sus dístrí..«, ellos, ru sus sucesores en los tales realengos, y no teniendo títulos les deberá bas-
tos y parajes, que ha sido costumbre los haya, o pareciese preciso establecer de tar la justificación que hicieren de aquella antigua posesión como título de iusta
nuevo para su aprobación, debiendo continuar los que al presente ejercen la cita- prescripción, en inteligencia de <.Ee si no tuviesen cultivados o labrados los tales
da comisión; bien entendido que estos y los que en adela~te nombrasen los enun- reale~s, se les deba señalar~érmino de tres meses que prescribe la Ley 11 del
ciados virreyes y presidentes puedan subdelegar su comisión en Otros Qara-las . ciliCIo tItulo y libro, o el que parezca competente para que lo hagan, con apercibí-
partes y provincias distantes de las de sus residencias; como antes se ejecutaba, mieñ!"o queoe}o conirarío.se hará merced de ellos a los que denunciaren, con la
quedando, en virtud de esta providencia, mi Consejo de las Indias y sus ministros misma obligación de cultivados.
inhibidos de la dirección y manejo de este ramo de Real Hacienda. ~ 5-- Que los poseedores de tierras vendidas o compuestas por los respecti-
2- Que los jueces y ministros en quienes se subdelega la jurisdicción para vos subdelegados desde el citado año de mil setecientos hasta el presente, no
la venta y cornposicíón de los realengos, procederán con suavidad, templanza y puedan tampoco ser molestados, inquietados, ni denunciados, ahora, ni en tiempo
moderación, con procesos verbales y no judiciales, "en las que p~en los alguno, constando tenerlas confirmadas por mi Real Persona, o por los virreyes y
indios, V en las demás que hubiesen menester, en párticular para su~ labores, presidentes de las audiencias de los respectivos distritos, en el tiempo en que usa-
labranz;-y- crianza de ga nidos , pués por lo tocante a las de comunidad y las que ron de esta facultad, pero los que las poseyesen sin esta precisa calidad, deberán
están concedidas a sus pueblos para pastos y ejidos, no se 'ha de hacer novedad acudir a impetrar la confirmación de ellas ante las audiencias de sus distritos y
manteniéndoles en la posesión de ellas y reintegrándoles en las que se les hubiere demás ministros, a quienes se comete esta facultad por esta nueva instrucción, los
usurpado, concedíéndólés mayor exte;;sión en ellas según la exigencia de la cuales en vista del proceso que se hubiere formado por subdelegados en orden a
'población, no usando t~co _d~rigor con las que poseyeren los españoles y la medida y avalúo de las tales tierras y del título que se les hubiere despachado,
gente de ~tras castas, teniendo presente para con unos y otros lo dispuesto por las examinarán si la venta o composición está hecha sin fraude ni colusión y en pre-
Leyes 14, 15, 17, lB, 19, Título 12, Libro 40 de la recopilación de Indias. . cios proporcionados y equitativos, con vista y audiencia de los fiscales, para que
3-- Que recibida que sea por cada uno de los subdelegados principales, con atención a todo, y constando haber enterado en Cajas Reales el precio de la
que ahora son, y en adelante se nombraren en cada provincia esta instrucción y el venta o composición y derecho de media anata respectivo, y haciendo de nuevo
nombramiento, que en la forma referida en el capítulo primero se les ha de expe- aquel servicio pecuniario que parezca correspondiente, les despachen en mi Real
dir, libren por su parte órdenes generales a las justicias de las cabeceras y lugares Nombre la confirmación de sus títulos, con los cuales quedará legitimado en la
principales de su respectivo distrito mandando se publique en ellos en la- forma posesión y dominio de las tales tierras, aguas y baldíos, sin poder en tiempo algu-
que se practica con otras órdenes generales que expiden los virreyes, presidentes no ser sobre ello inquietados los poseedores, ni sus sucesores universales, ni parti-
y audiencias de los negocios de mi servicio, para que tod~y cualesquíera perso- culares.
nas que poseyeren realengos, estando o no poblados,cultivados o labrados, des- 6-- Que si por los procesos que se deben haber formado para las ventas y
d<;..el ano oemil y setecientos hasta el día de la notoriedad y publicación de dicha composiciones no confirmadas desde el año de mil setecientos, constare no
orden~ amanifestar ante el m1SrIiOjuez subdelegado por sí mismos o por haberse medido ni apreciado los tales realengos, como se tiene entendido ha
medio de sus correspondientes apoderados los títulos y despachos en' cuya virtud sucedido en algunas provincias, se suspenda el despachar su confirmación, hasta
los poseen, señalando para esta exhibición el término c"Ompetente y proporciona- tanto que esto se ejecute, y según el más valor que resultare por las medidas y
d?; segúñ-las distancias; c~rcibimiento de q1d..eserán despojados y lanzados r avalúos, deberá regularse el servicio pecuniario que ha de preceder a la confirma-
de las tales tierras y se hará merced de ellas a otros si en el término -que se les ción.
asignare dejasen de acudir sin justa y legítima causa a la manifestación de sus títu- 7- Que igualmente se ha de contener en las órdenes generales que como
los. va dicho se han de librar por los subdelegados a las justicias de las cabeceras y
.- 4- Que constando por los títulos o instrumentos que así se presentaren, o partidos de su distrito, la cláusula de que ~rsonas que hubiesen excedido los
por otro cualquier medio legal, estar en posesión de los tales realengos en virtud límites de lo comprado o compuesto agregándose e introduciéndose en más terre-
de venta o composición hecha por los subdelegados que han sido de esta comi- ñ,9 de lo concedido, estén o no confirmadas las posesiones principales, acudan I
sión antes del citado año de mil setecientos, aunque no estén confirmados por mi precisamente ante ellos a su composición, para que del exceso, precediendo
Real Persona ni por los virreyes y presidentes, les dejen en la libre y quieta pose- rnédida y avalúo,-~e les despache título Y confirmacíón con apercibimiento que se
sión de ellas sin causarles molestia ni lIevarles derechos algunos por estas diligen- adjudicarán los terrenos así ocupados en una moderada cantidad a los que los I
cias en conformidad de la Ley 18, título 4 de la Recopilación de Indias, haciendo denunciaren, y que igualmente se adjudicarán al Real Patrimonio para venderlos a
notar en los tales títulos que manifestaren haber cumplido con esta obligación, otros terceros, aunque estén labrados, plantados o con fábricas los realengos ocu-

144 145
./

pados sin título, si pasado el término que se asignare no acudieren a manifestariO$ el más moderno el oficio de defensor de la real hacienda en estas causas y el má
y tratar de su composición y confirmación los intrusos poseedores, lo que se ha ant~guo, e I con-Juez
con-i con e 1 gobernador, asesorándose cuando no haya 'auditor os
de cumplir y ejecutar, sin excepción de personas ni comunidades, de cualquier teJ11ente de gobernador, y sea de derecho la duda con cualquier letrado de dentro
estado o calidad que sean. o fuera del distrito. ':' en donde hubiere solamente un oficial real, se nombrará por
~ Que a los que denunciaren tierras, suelos, sitios, aguas, baldíos y ~r/ defensor de la Real Hacienda a cualquiera persona inteligente del vecindario, sien-
mos, s~ les dará recompensa correspondiente y admitirá a moderada composición do igualmente del cargo de los gobernadores con sus con-jueces, examinar acerca
de aquellos que denunciaren ocupados sin justo título, y que esto se incluya tam- de las composiciones de los subdelegados, lo mismo que va expresado para COn
bién en el bando que los subdelegados que se nombraren deben hacer publicar las audiencias.
en sus respectivos distritos. 13- Que lo que importaren las ventas y composiciones de cada audiencia y
9-- Que por las audiencias respectivas se despachen por provincias y en mi partido, y el servicio pecuniario que se causare por las confírmacíones, entre por
Real Nombre las confirmaciones, con precedente vista fiscal de ellas, como va cuenta aparte, con, libro separado, en las correspondientes cajas reales, y las
expresado, sin más gasto judicial de las partes que el de los derechos de la tal audiencias y presidentes de ellas, los gobernadores y oficiales reales de los parti-
provisión, según arancel, a cuyo fin recojerán de los subdelegados de su distrito dos me darán cuenta, por mano de mi secretario del Despacho de Indias, de lo
los autos que hubieren hecho sobre la venta o composición de que se pidiere la que· hubiere producido este ramo de Real Hacienda en cada un año, para que
confirmación, con los cuales, y según el valor en que se hubiesen regulado los sobre sus noticias pueda yo dar a este caudal el destino que más convenga a mi
terrenos, y con atención al beneficio, que he tenido por bien dispensar a aquellos servicio.
mis vasallos relevándolos de los costos de acudir a mi Real Persona por las confír. 14- Respecto de que por lo que se actuare por los subdelegados que se
maciones, podrán arbitrar el servicio pecuniario que deben hacer por esta nueva nornbraren para la administración de este ramo no se han de exigir de las partes
merced. derechos algunos, tengo a bien asignar a cada uno por vía de ayuda de costas, el
10- Que a fin de evitar costos y dilación en la expedición de estos nego- dos por ciento de lo que rnontaren las ventas y composiciones que hicieren como
cios. como sucedería si después de despachados los títulos por los subdelegados, lo acordó el Consejo en sus instrucción del año 1696, y los escribanos ante quien
acordasen las audiencias nuevas diligencias de medidas y avalúos u otras, deben actuaren solo deberán percibir los derechos según arancel de que han de certificar
los subdelegados remitir en consulta a las audiencias respectivas los autos origina- al fin del proceso, procediendo contra ellos las audiencias, y gobernadores respec-
les que sobre cada negocio se hubieren hecho y estimaren concluido y en estado tivos en caso que contravengan.
de despachar los títulos, para que vistos por ellas con audiencia de sus fiscales, se Todo lo prevenido en esta Instrucción, es mi voluntad se ejecute precisa y
los devuelvan, o bien para que expidan los títulos por no ofrecerse reparo, o para puntualmente por mis virreyes, audiencias, presidentes y gobernadores de todos
evacuar las diligencias que se les previnieren y facilitar de esta forma la breve mis dominios de Indias, y por los subdelegados y demás personas a quien toca o
expedición de las reales confirmaciones, sin la duplicación de nuevo título. pueda tocar su cumplimiento, sin ir contra su tenor por causa alguna o motivo,
11- Que las mismas audiencias conozcan en grado de apelación de las por ser lo que conviene a mi real servicio y bien de aquellos vasallos. Y mando
determinaciones y sentencias que dieren los subdelegados en los que acerca de la que de esta instrucción se tome razón en mi contaduría general del Consejo de las
venta o composición de realengos, sus denunciaciones, medidas y tasaciones, se Indias y en las audiencias, cancillerías, gobiernos y ciudades, sentándolo en sus
origine algún pleito, con cuya providencia se evitará también a aquellos vasallos 'respectivos libros y en los tribunales y contadurías de Real Hacienda y demás par-
el costoso recurso al Consejo, y el que algunos, por no poder hacerlo, abandonar tes que convenga, para que todos y cada uno lo tenga entendido y observe y
su justicia. guarde precisa e indispensablemente en la parte que le tocare.
12- Que en las provincias distantes de las audiencias, o en que haya mar Dada en San Lorenzo el Real, a quince de octubre de 1754. Yo el Rey.
por medio, como Caracas, Habana, Cartagena, Buenos Aires, Panamá, Yucatán,
Cumaná, Margarita, Puerto Rico, y otras de iguales circunstancias, se despachen
las confirmaciones por sus gobernadores, con acuerdo de los oficiales reales y del
teniente general letrado en donde le hubiere. Y que los mismos ministros determí-
nen igualmente las apelaciones que se interpusieren del subdelegado que estuvie-
se nombrado o se nombrare en cada una de las expresadas provincias e islas, sin
acudir a la audiencia o cancillería del distrito sino en caso de no estar conformes
las dos sentencias, y esto de oficio y por vía de consulta para evitar los costos de
los recursos por apelación; y en donde hubiere dos oficiales reales existentes, hará

146 147
las intenc.iones del So~rano. Al contrario, qu~ de ,:enderse los terrenos en peque-
DoclJNOOO NQ '2
ñas porcIones resultaría un notable beneficio aSI a la Real Hacienda como al
vecindario y se cumpliría con la mente del Soberano. y ya llegó el tiempo de
QEPQE6ENTACION EfECTUADA AL QEY CAQL08 III DOQ hacerla.
5. Pudiera yo probar estas tres proposiciones ante los oficiales reales jueces
JUAN J06E 6AGA6TI EN 1782, Y QElTEQADA EN 1783, o, subdelegados, pero como por una parte para la resolución de lo que supongo
necesario en este asunto siempre habría que ocurrir a esta superioridad y por otra
CQITICANDO LA6 MODALIDADE6 VIGEN'l'EODE J
)

no siendo este recurso directamente contencioso sino una representación consulti-


ENAJENACIONDE L06 TEQQEN06 QEALENG080 va, que después de conseguir el fin primario a que se dirige (el bien común, el
Real interés) justamente afiance mi derecho, me ha parecido más conveniente
Muy Poderoso Señor: hacerla en el Tribunal de V.S. de cuya autoridad y celo me prometo una delibera-
Habiendo yo meditado un medio fácil de proporcionar a vuestro Real Erario ción que concilie el bien público con el del Real Erario.
un gran beneficio sin gravar al público, antes bien aliviándole con sólo desterrar 6. Este objeto debe ocupar el primer lugar en nuestra atención. De otra
un abuso introducido en la venta y composición de las tierras baldías comuniqué suerte fácil es proyectar y tan fácil que no necesita más que tener la voluntad tor-

• mi pensamiento al Intendente de este Virreinato en un escrito del tenor siguiente:"


Señor Intendente: ante V.S. con el mayor respeto y en el grado que más
conveniente sea, parezco y digo que luego que se puso en uso la Real Instrucción
cida para producir un plan que rinda a favor de la Real Hacienda gravando al
público. La dificultad se considera en proporcionar el ingreso sin este gravamen,
pero mucho más difícil parece el facilitar un fondo efectivo y considerable a favor
del año de 54 sobre la venta de tierras realengas baldías se pusieron en movimien- del Real Erario junto con el beneficio común como yo pretendo hacerlo sin más
to los genios ambiciosos y abusando de la indolencia y poca exactitud de los sub- costo que el de desterrar un abuso.

• delegados anteriores, tentaron las ideas más altas. Y aunque aún no han llegado a
perfeccionarse todas con igual fortuna, es sin duda que han puesto en confusión
7. Las tres proposiciones a que he reducido el asunto, probaré por su orden
separadamente y con la concisión posible, ya por no molestar la atención de V. S.,
la mayor parte del reino llenándole de litigios y clamores. De tal modo que se ya porque nunca son más ociosas las razones que cuando a primera vista se des-

• puede sentar sin temeridad que ha sido mayor el dispendio litigioso que el caudal
enterado en Cajas (Reales) por razón de ventas.
2. Porque la simulación, la colusión, el dolo, la sugestión y la dependencia
cubre la evidencia.

PRIMERAPROPOSICION.

• son por lo común los muelles que ponen en movimiento la máquina cuyo impul-
so se dirige a la consumación de las ventas. He dicho por lo común, porque aquí
sólo hablo de las que se celebran a favor de los poderosos, que sin ser labradores
• Todas las ventas de tierras de una grande extensión son perjudiciales al
Real Erario.
8. Un terreno (entiéndase siempre de mucha extensión) desierto y baldío o
~ aspiran a la propiedad de inmensos campos con muy diversos fines de los que considerado como tal, se avalúa comúrunente por un precio tan ínfimo que
dictaron la citada Real Instrucción (de 1754). muchas veces el trabajo de la misma mensura importa más. La razón es ya por el
3. La experiencia me ha mostrado esta verdad que la tengo producida ante error geométrico con que se procede en su medición como abajo se demostrará, y
V.S. hace algunos meses por medio de un plano y poderosas razones; en que lle- ya porque los sujetos que los compran son poderosos; y los agrimensores, avalua-
vé tan allá las pruebas que por corolario de un síndrome de nulidades, que de un dores y demás comisionados tal vez son o sus inquilinos o sus dependientes, y
golpe puse a la vista, hice ver el vicío de una lesión enormísima contra el Real cuando no resumen dos leguas en una, no atienden a la amenidad de los campos,
t
t
Erario con que llamé más la atención.
4. y aunque una demostración de esta naturaleza, hecha en la causa que
frondosidad de los montes ni otras circunstancias constituyentes del valor, y tal
vez (lo que es peor) fingen una mensura que no ha habido para que además del

• Jio mérito a ella pudiera afianzar mi derecho y sujetar los esfuerzos de la contraria dolo que interviene, se evite el peligro de ser interrumpidas sus ideas por la opo-


(parte), temiendo no obstante su resistencia en un escrito de particular denuncia sición de los vecinos que ocupan aquellos campos que se fingieron baldíos. Cuyo
que hice al terreno que llaman de San Lorenzo, contestando a la oposición que a grito, al tiempo que se intenta su violento lanzamiento en virtud del subrepticio

• ella hizo don Domingo de Mazo, propuse probar por un modo general que aún título es ocioso y rara vez oído de los superiores.


cuando prescindiésemos de los enormísirnos defectos de una u otra venta particu- 9. Apenas se pueden evitar estos defectos y estos daños en las ventas de
lar, v.g. como de la que se hablaba, todas las que se hubiesen celebrado y pudie- unos terrenos de mucha extensión, siendo inherente a ellas el que haya fraudes


~
sen celebrarse en lo sucesivo por sólo el defecto de ser de mucha extensión, son
y serían sumamente perjudiciales así al Real Erario como al público y se oponen a
más o menos a medida de la ambición de los pretendientes y de los medios que
se proporcionan. Pero ¿qué dirá V.S. si pruebo (y voy a hacerla) que aún cuando

• 148 149

~
estas ventas fuesen celebradas con la más escrupulosa exactitud por sola la cuali- 11. Esta verdad geométrica aún se hace más sensible mirando a sus respecti-
dad de ser de mucha extensión son perjudiciales al Real Erario? vos cuadros donde se ve claramente que el que compra dos leguas de frente y
10. Digo pues que a proporción de la magnitud del terreno que se vende se (res de fondo (fig. ¡a) lleva 6 leguas cuadradas de tierra por 200 pesos: y el que
perjudica el valor intrínseco de las tierras, si a proporción del frente se aumenta el compra 12 de frente con 18 de fondo (fig. 6i) lleva 216 leguas por 1200pesos,
fondo, como sucede comúnmente. Supongamos que a uno se le venda un terrelll>' que con respecto al frente es como 2 a 12, o 200 a 1200, que es 10 mismo. Pero
de dos leguas de frente y tres de fondo y a otro uno de doce leguas de frente y'"'18 comparado el exceso de leguas con el de la cantidad sale como 1 a 36, esto es, si
de fondo: es evidente que siguiendo el método común el aumento del valor con el terreno (fig. 6i) se vendiese en porciones de cada dos leguas de frente y 3 de
respecto al frente será como 2 a 12 en progresión aritmética¡ esto es, el primer fondo (fig. la) importaría la venta 36 veces más que si se vendiese con las 12
terreno valdrá 200 pesos y el segundo 1200. Pero también es evidente que el leguas de frente y 18 de fondo. Porque las 216 leguas cuadradas que comprende
aumento de las leguas del primero al segundo término no es aritmético sino geo- la figura 6i, son 36 veces más que las 6 de la figura P. De tal modo que aquel
métrico. El aumento de las leguas de frente y su importe es uniforme en la com1in mismo terreno que en el común concepto vale 1200 pesos, vendido en porciones
acepción como {2leguas de frente, 200 pesos¡ 4, 400¡ 6, 600¡ 8,800¡ 10, 1000¡12, de 2 leguas de frente y 3 de fondo valdrá 21600 pesos sin aumentar de precio.
1200},esto es, cuantas leguas de frente se venden, tanto cientos de pesos resultan Admirableen exceso por cierto para no haber sido atendido hasta ahora.
y las leguas de área que se avanzan no son en la misma progresión sino adquirien- 12. Esta demostración hecha tomando por ejemplo el primero y último tér-
do cada instante un nuevo aumento sin aumentarse sensiblemente el valor corno (2 mino'de la progresión, y que sucede en todos los demás imaginables, es tan claro
leguas de frente por 3 de fondo constituyen un área de 6 leguas cuadradas: que sin ser geómetra se hace patente al que tiene vista. Las 12 paralelas de frente
4x6-24¡ 6x9=54¡8x12=96¡ lOx15=150¡12x18=216l.A cuyo respecto, según el área con las 18 de fondo (fíg, 6i) forman 216 cuadrados que es su total área. Las dos
que resulta de los frentes y fondos en lugar del precio aritmético que arriba se ha de frente (fig. la) con las 3 de fondo forman 6 cuadrados. Las 6 de frente con las 9
notado, debe seguir otro como todo se advierte de la tabla de progresiones adiun. de fondo (fíg. 3a) componen 54 cuadrados, y así en todos los demás términos.
ta. Seis paralelogramos que demuestran las leguas de sus respectivos tamaños. De tal modo que si con este aumento de fondo a proporción se vendiesen
solas 100 leguas de frente, resultaría cerca de millón y medio de pesos de perjui-
~¡g' 6'
1% cio a la Real Hacienda sin variar el precio de cada legua. ¿Cuántosmillones resul-
~¡g' S' tarían de la venta de todo el continente?
10
~Ig' 4'
13. No por esto digo que el precio de cada legua sea precisamente el de
a 100 pesos. Deben tenerse presente para esto la cualidad, posición, distancia y
~Ig' l'
6
otras circunstancias¡ en efecto, en las diligencias de mensura de un terreno he vis-
~tg· 2- to tasar a 10 pesos la legua. Pero que el precio sea 100, sea 10, la diferencia es la

3.,1'.
4 ~ F=R=ri=l 18
~ig· 1- misma proporcionalmente porque siempre sucede que a proporción de la magni-
1% lS
%
tud del terreno produce menos valor sin variar de precio.
14. Aún cuando mi cálculo no estuviese formado sobre el progresivo
aumento de los fondos sino sobre el uniforme, siempre sería enormísima la dife-
rencia que resulta del modo en que debían medirse las tierras al que comúnmente
~.,. 5 %ol 50l 96 150 %16 !!.g_.
se miden. Es decir que aún cuando los fondos no excediesen a los frentes, en la
Progresión que hace ver las diferencias de leguas y valores que resultan venta de las 100 leguas de frente se perjudica a la Real Hacienda en cerca de un
de los paralelogramos anteriores millón de pesos, porque debiéndose tasar toda el área de un terreno, sólo se ava-
lúa el frente. Por ejemplo: un terreno que tiene seis leguas de frente y seis de fon-
Aren A"ea Importe do se avalúa en 600 pesos, al respecto supongamos de 100 pesos legua debiendo
Figura Frente Fondo S upuesta Importe verdadera real Diferencia (asarse en 3600 porque las seis leguas de frente con las seis de fondo comprenden
la 2 3 2 200 6 600 400 treinta y seis leguas cuadradas de área, y no entiendo por qué error o. por qué
.,¡ 4 abuso se tasan solamente los seis primeros cuadros del frente (fig. 3a) sin traer a
6 4 400 24 1400 2000
3i 6 9 6 600 54 5400 4800 consideración los cuadrados restantes, siendo tan leguas como las primeras.
4a R 12 8 800 96 9600 8800 15. De aquí es la enormísima lesión que resulta contra el Real Erariode toda
5i 10 1) 10 1000 150 15000 14000 venta de mucha extensión aún cuando no concurriesen otros innumerables vicios
6i 12 18 12 1200 216 21600 20400 que tengo probados. Y de aquí la necesidad de rescindir las ventas celebradas de

150 151
provincias enteras a favor de los poderosos, modificando el nuevo método que'en de tene~ feudatarios en breve tiempo o de vender a un subido precio cada peque-s
ellas debe seguirse. Pero si un objeto tan recomendado no fue suficiente estíni\iio ' Í1aporClon de aquel todo que ahora les cuesta casi nada. Y el que hoyes un cual-
para ello, agréguese el beneficio que resulta al público de remover el abuso Y 'el quiera, mañana piensa ser un gran señor. Si esta no es su idea, no es fácil adiví-
perjuicio que se sigue de lo contrario. ~l';'¡!~ narla. Ellos ni son labradores, ni sujetos que personalmente asisten a la cultura de
loS campos, pero vemos que como si estuviesen a expensas de lo que con su
SEGUNDA PROPOSICION . sudor harán producir a los campos, ~gotan todo su poder y artificio para conse-
• Las ventas de tierras de una grande extensión perjudican al público e~íi; guirlo. Luego, con poco menos que. evidencia se puede inferir que su idea es la
temporal y espiritual. .'~~f inSinuada.
16. El cuerpo público es lo mismo que animal. Y así como el movirni~nto 20. Fuera de eso, consumadas las ventas llenas de formidables defectos y
circular de la sangre pone en su debido tono de elasticidad los fluidos, cuyoJ);¡ño simulaciones se sigue el lanzamiento injusto de aquellos pobres que ocupan las
vivifica al cuerpo animal, así la agricultura y el comercio conspiran a la conserva_ tierras que se fingen baldías (porque a la verdad no las ocupan en propiedad por
ción del cuerpo público. Luego que haya quietud de sangre, sea inducida por..b falta de medios) por no hallar resistencia en ellos para destruir un título que se
causa que fuese, queda cadáver e! cuerpo: así como si faltasen la agricultura Y;el aparenta obtenido con formalidades legales. Si no hubiera puesto estudio particu-
comercio se seguiría el interito público. lar de no señalar hechos particulares, traería ejemplos de esta verdad. Digo de
17. Si yo no hablara con V.S. cuya penetración excede a cuanto yo putido haber lanzado y desalojado muchas familias establecidas con su capilla, que aún
decir, me vería precisado a probar por medio de una prolija pintura que de vender_ andan errantes sin atreverse a' hacer pie firme ni poblar formalmente un terreno
se las tierras en porciones de monstruoso tamaño se sigue el impedir los progresos donde no se consideran seguros.
de la agricultura y de! comercio. A los ojos se viene que de venderse a un individuo 21. Ocurren asimismo varios futuros inconvenientes que no es capaz de
un terreno de 25, 50 ó 100 leguas, lejos de cultívarle, poblarle y haber comercio, representados en la estrechez de un escrito. Pongamos un ejemplo que en algún
queda inculto, despoblado y sin comercio, y que de venderse el mismo terreno a modo los haga sensibles. Supongamos a uno dueño (como lo es) de 100 leguas
20, 30 ó 40 vecinos, quedaría poblado, cultivado y con comercio. Que de venderse de tierra por los puestos de Illescas y que de aquí 10, 20 ó 30 años urgiese el esta-
e! mismo terreno a un poderoso, infinitos pobres labradores andan vagando erran- blecimiento de algunos pueblos y la erección de varias parroquias en aquel recin-
tes, careciendo de comodidad temporal y pasto espiritual y sin poderse contar entre to. En este estado o es menester comprarle las tierras a un precio subido, o será
\ la sociedad civil sino es para dañada con muertes, robos y otros vicios que trae la señor de los que allí quieran poblarse, o es menester erigir muchos curatos para
ti
¡;¡ ociosidad, pudiendo ocuparse honestamente en los mismos terrenos. ,¡le un solo vecino, o es necesario que toda aquella provincia quede despoblada.
~i; 22. Nuestro Soberano manda que de cierta a cierta distancia se erijan cura-
l¡¡1 18. De estas pródigas ventas aún se deduce otro perjuicio público que no
.. merece olvidarse. Es de notar que los márgenes de los ríos que bañan a los terre- tos para que no les falte pasto espiritual a aquellos que contempla poblados. Pero
nos de que se habla son unos montes espesos de donde se abastece al público así ¡para quién o quién ha de erigir curatos si cada 10, 20 ó 30 leguas no hay más
de maderas para construir como de leña, carbón, cañas, etc., sin más costo que el que un vecino? ¿Ni cómo se han de poblar las tierras si a un solo individuo se le
¡ de cortar y conducir. Ahora pues, supongamos a uno dueño del terreno que fue venden 50 o 100 leguas lanzando de ellas a muchos pobres labradores? ¡Oh, cuán-
I, objeto de mi réplica a Mazo; a otro, del que está a la parte occidental; a otro a $U tos perjuicios temporales y espirituales representaría aquí una pluma destinada de
!' ~ oriente, entre el Uruguay y río Negro; a otro del contenido entre este río ,y propósito al asunto!
Coquimbo; a otro de los dos campos inmensos de Santa Lucía hacia IlIescas, en
perjuicio de otros denunciantes de mejor deducción, etc. Contemplemos digo.a TERCERAPROPOSICION .
estos pocos sujetos dueños de estas provincias, como efectivamente se tienen por • Todas las ventas de tierras de una grande extensión expresamente se
tal, como todos los montes están en sus jurisdicciones, serán árbitros de la necesí- resisten a la voluntad del Soberano.
dad pública o el público será un perpetuo feudatario de estos pocos sujetos. Yo 23. Parece que nada más se necesita esforzar para sentar que la mente real es
sé muy bien quien desde ahora ha estorbado hacer faenas de leña en una inmen- la de que no se celebren ventas de terrenos de mucha extensión a vista de los per-
sa jurisdicción que casi de balde la tiene por suya. :tit juicios que de ellas resultan; porque la intensión del Soberano nunca puede ser la
19. Aún hay otro objeto que sin duda sirve de diferente para solicitar.con de fomentar la codicia particular en detrimento común. Sin embargo, hay pruebas
tanto ardor la compra de tan vastos campos. Saben muy bien (¿y quién lo ignora.1) evidentes que demuestran el real ánimo. La Ley 31. título 12, libro cuarto de la Reco-
que por los principios que dejo sentados en el número 8 les costará muy poco pilación de Indias, hablando de los repartimientos de las nuevas poblaciones por
dinero el hacerse dueños de una provincia: saben también que cada día urge. la merced, dice que dentro de cierto término serán obligados a tener edificados los
necesidad de extender las poblaciones, conque fácilmente les ocurre la alta idea solares, poblados y repartidas las hojas de tierras de labor y haberlas labrado, pues-

152 153
to plantas, etc., pena de perdírníento de solares. La ley 11 del mismo titulo se~ das. Que en su avalúo se tenga presente toda su área, como es regular, y que los
tres meses por este término y le confirma la Real Instrucción ya citada (de 1754). labradores sean preferidos. De esta suerte consigue la Real Hacienda un fondo
24. Ya se ve que el espíritu de esta leyes el más pronto fomento de la agr¡.. efectivo y grande sin costo alguno.
cultura y de la población. Pero pregúntese en cual de las dos acepciones, si en la 30. Si ocurriese alguna dificultad creyendo que apenas se vendería tierra
de vender a un sujeto 50 o 100 leguas o en la de vender las mismas leguas a 25 O alguna, en este caso porque los poderosos sori los únicos que pueden compradas
50 vecinos, se facilita mejor el cumplimiento de la ley? Claro está que en la segun_ digo 10 primero que más vale que ninguna se venda para venderlas mal; y digo lo
da, porque un solo vecino ni por sí ni por sus dependientes puede poblar (ni con, segundo que siempre que se vendan las tierras a censo al quitar sobre las mismas
viene) cultivar ni edificar 100 leguas, ni puede haber curatos ni comercio que tal tierras, como ordena la ley 15, titulo 12, Libro 4 de las Recopiladas de estos reinos
se pueda llamar. Al contrario si aquellas 100 leguas se venden a 50 vecinos, se sobrarán compradores. Y así como un impuesto sobre el producto de las tierras
conseguirán todos los intentos soberanos. . r s: abate el ánimo del propietario y no la trabaja por el recelo de que no pueda pagar
25. Mejor que yo sabe V.S. que las reales resoluciones expedidas para Iá el tributo, así el censo puesto sobre las mismas tierras, excita a cultívarlas con más
venta de tierras no han sido animadas precisamente por la idea del ingreso actuat cuidado para facilitar su reembolso.
que de ellas puede resultar a beneficio del Real Erario, sino es por la premedita. 31. Por último, si se apura la cuestión, estaba por decir que casi sería mejor
ción de sus felices consecuencias; esto es, el aumento de la población y de la agri- hacer merced de las tierras, esto es, repartirlas entre criadores y labradores propor-
cultura, el calor del comercio, el culto divino y en fin, todo aquello que constituye cionalmente a su necesidad y mérito quedando siempre el Rey con la propiedad
la felicidad pública que necesariamente resulta de ellas. para que según las ocurrencias disponga de ellas. A 10 menos se evitaría tanto cos-
26. Pero para llegar a este fin conceptúa S.M. como requisito pr~\'io el que toso pleito que se origina por conseguir las propiedades desmedidas y se aumenta-
en la venta y repartimiento de tierras sean preferidos los pobres y que no sean de ría la población y todo lo que de ella se sigue. Porque aún cuando el objeto princi-
mucha extensión las suertes. Por si yo no hubiese probado la necesidad léase.el pal de las ventas fuese el producto actual de ellas, pregunto ¿qué caudales de este
artículo 9 de la Real Provisión del 11 de abril de 1768 con el amor y atención que ramo han entrado en cajas? Se puede repetir que muchos más han llevado los abo-
merece: que sean siempre preferidos (dice Su Majestad) los que carecen de tierras gados, escribanos, procuradores y otros agentes. Lo peor es que los más de estos
propias o arrendadas, como más necesitados y a quien se va a fomentar mediante pleitos jamás se acaban. Primero se acaba la paciencia o la plata de la parte más fla-
que el fin principal (prosigue el artículo 13) a que se dirige la providencia del ca Y el Rey ni toma plata ni vende tierras porque quedan baldías en cuestión.
repartimiento de tierras (equivale a ventas) es el común beneficio y el fomento de 32. Si en esta representación me he excedido o separado algo del debido
la agricultura. En la ley 10 del título y libro citados más arriba, dice: que se repar- tono más debe atribuirse a inadvertencia que a malicia ITÚa.Protesto delante de
tan las tierras (nótese) sin exceso entre descubridores y pobladores. V.S. y de todo el mundo que ningún interés propio ni respectos particulares me
27. No puede haber decisión más clara y terminante a mi propósito. Que han movido a hacerlas. El bien común y la conocida ventaja de la Real Hacienda
siempre sean preferidos los pobres aún entre los mismos pobres labradores. Que han sido los únicos deferentes de mi pluma. La prueba concluyente de esta verdad
el fin primario o único de las ventas es el común beneficio. Que por 10 mismo las consta de este mismo papel. El terreno que tengo denunciado, siguiendo el méto-
tierras se repartan sin exceso. Palabras dignas de escribirse cien veces. ¿Qué diría" do común, apenas me costaría 400 pesos y en el que propongo pasará de 1000. Sé
pues S.,\I. que manda que aún entre los pobres se tenga atención al más pobre, si también que adquiero poderosos enemigos particulares. Pero a los genios que al
viese que a un sujeto que tiene más de 200.000 pesos se le venden cien leguas de propio beneficio prefieren el común nada asusta, y compensa a la mayor ruina el
rierras por los medios apuntados al número 8 para los fines que. notamos en los tener la gloria de haber sido el primero que ha advertido el error y dado luces para
números 18 y 19 lanzando de ellas a 25 o 50 vecinos pobres, y resultando de esto proporcionar tanto beneficio al Real Erario. Buenos Aires, 14 de junio de 1782.
el cúmulo de males significados en el número 17?
28. Es verosímil que a este tenor atiendan al beneficio común todas las Rea- Este es, Muy Poderoso Señor, el escrito cuyo ejemplar presenté al Intenden-
les Resoluciones. Yo no he tenido proporción de ver alguna más terminante al te de este virreinato y dirigí a V.M. con fecha de seis de setiembre de ochenta y
intento. Pero si de proseguir con el método común resultan a la Real Hacienda y dos. En él se verán por un lado los enorrnísimos perjuicios que padece el real era-
al público los notables perjuicios que quedan evidenciados, ¿qué reales cédulas, ni rio y el público bajo el método que se ha seguido en la venta de tierras, y por el
qué pruebas más se necesitan para sentar que el Rey abomina el método común? otro eludidos los más sabios y piadosos mandatos de Vuestra Majestad. Puéblense
29. De las tres proposiciones que en compendio he probado sale la necesi- y lábrense los campos, dice V.M. en sus reales disposiciones proponiendo en ellas
dad de rescindir y dar por ningunas las ventas que se hayan celebrado de terrenos los medios más eficaces para conseguirlo, entre eUos el de que sin exceso se ven- .
de mucha extensión, reducíéndolas a 3 leguas de frente y 6 de fondo, y cuando dan con preferencia a los pobres labradores, y el método que se ha seguido orde-
más a 5 de frente con su correspondiente fondo, atendiendo a ciertas círcunstan- na que queden despoblados y baldíos, y para conseguir esto los vende en porcio-

154 155
nes excesivas y a los ricos. De modo que por esta razón apenas hay un labrado( mayo y la representación del expresado Sagasti, de la que he procurado imponer-
que tal se pueda llamar, porque los más que siembran son de aquellos qué~1:l.'_ me con el cuidado que exige lo importante de la materia diré a V S 1
, .. o que com-
medias o por favor que les haga el propietario de las tierras echan en ellas,Un prendo según el tal cual conocimiento que de ella me asiste.
poco de semilla sin más cuidado que constiuir para su custodia una choza de Está bien manifiesta la razón de Sagasti cuando afirma que las ventas de tie-
paja, que está dudando si el viento o el dueño de las tierras les echará mas pr~ .» rras que se han hecho en esta 'jurisdicción no han dado otro fruto que infinidad de
de ellas. y es cierto que si tuvieran la propiedad de una o media legua. sernbrafi- litigios; seria muy fácil poner testigos innumerables de esta aserción, pero basten
an, edificarían y fomentarían el terreno como patrimonio que.iria·suct!Jlendo,~,' tres ruidosos pleitos que entre otros hay pendientes como son el de Haedo con
sus hijos, y no se verían estos inmensos campos más llenos de gentes ambulantes los pueblos de Misiones, el de Don Melchor de Viana con la Mariscala o Doña
que de efectivos labradores. Sucede también que dos ricos ambiciosos llegan tal Francisca de Alzáíbar, y el de ésta con los vecinos de Montevideo. Estos y otros
vez a denunciar un mismo terreno de veinte o treinta leguas y por haber admitido muchos terrenos se hallan denunciados, sus pretensos dueños con posesión de
a ambos por falta de conocimiento de los terrenos se emprende sobre la preferen- " ellos, y el Rey sin haber tomado un real de sus ventas.
cia un pleito que nunca se acaba, y quedan las treinta leguas en.cuestión pose. En el informe que di a V.S. con fecha de 23 del pasado sobre el infeliz esta-
yéndolas la una o las dQS partes contendientes sin que en cajas entre siquien do de los campos y medios que hallaba precisos para desterrar los vicios y esta-
aquello poco que valdrían en el errado concepto. No parece necesario señalar blecer el buen orden, de cuyo único medio pende nada menos que la felicidad de
ejemplos particulares cuando se espera el remedio general. este Reino, dije a V.S. hallaba indispensable rescindir las ventas de varias estancias
Aún no han experimentado los ambiciosos, las resultas de esta representa. establecidas en los campos del Yi, pues las tenía por perjudiciales al estado, no
ción y con su noticia sola han empezado a disputar sobre el modo en que deberi por su magnitud, sino por su colocación respecto atajaban el paso del ganado de
medirse las tierras, si toda la área o la frente sola, agarrándose los que defienden la sierra, y los dueños de ellas lo eran también de todos los ganados, que según
esto último de la costumbre como si para sostener un pernicioso abuso fuese sufi- los incontestables principios que en dicho dictamen expongo a nadie pertenecen
ciente mudarIe el nombre. También empecé yo a sentir los efectos que preví en el sino es a S.M.
último capítulo de la representación: algunos de los interesados en la compra. y Es positivo hay otras estancias cuyos terrenos son enormes, y a la verdad
propiedad de inmensos campos no han dejado de aprovecharse de las ocasiones nada conducentes a una acertada política, como son la de los Duranes, la de
que han contemplado oportunas para perjudicarme gravemente, y según el núme- Doña Francisca Alzaibar, la de Doña Gabriela Alzaibar, la de Don Melchor de Vía-
ro de ellos y su conexión en varios ministerios es temible algún infortunio. ¿Pero na, y algunas otras ventas se celebraron muchos años hace, y aunque por unos
acaso su prevención sería comparable con la complacencia que deben causar la precios ínfimos y despreciables, se hallan en los pobladores de Montevideo, y
abolición de un pernicioso abuso en alivio del público y conocido beneficio del parece que por este privilegio serían necesarias unas causas más graves para des-
real erario? Estas dos últimas palabras pesan mucho para quien sabe sentir bien.'! pojar a sus dueños de la posesión en que están.
Nuestro Señor guarde la Católica Real Persona de V.M. Buenos Aires, a ocho Hasta el año de 78 el Juez de Tierras lo estaba siendo un oidor de la Audien-
de mayo de mil setecientos ochenta y tres. juan José Sagasti. ..• cia de Charcas, conque por consiguiente ningún conocimiento tenia de los campos,
L.
~. ni de las tierras que el Rey enajenaba por unos precios sumamente ínfimos, y cuyas
ventas sino todas, muchas se hicieron sin sacarlas a pregón como S.M. tiene preve-
..;1 nido en las leyes y en la Instrucción de 1754, pero lo que en ningún tiempo ha
DocuMooo Nº 3 1 sucedido es el que se hayan vendido las tierras realengo-baldías apreciando sólo su
" i- frente y no tomando a consideración su fondo, como aserta Sagasti.
El no haber habido nunca un agrimensor conocido por tal (como debe
INfOQME DE fQANCI&CO DE OQTEGI\, COMANDANTE DE haberlo) ha hecho que cuando se ha denunciado un terreno y se ha mandado
L06 QE6CUAQ[X)6 DE MONTEVIDEO, AL J medir, se haya dado la comisión a este o al otro piloto, como si porque posean
·u. esta ciencia o facultad sea necesario hayan de ser agrimensores, pues el que para
&UPEQINTENDENTEPAULA &ANZ, ANALIZANDO 1M u aclarar la verdadera situación del terreno sepan corregir la variación de la aguja es
o: una cosa muy diversa de las demás operaciones necesarias para la agrimensura,
PQOPU~TA& DE &AGA&TI (30-9-84). que aunque sujetas a regias trigonométricas no son por eso precisas para la profe-
f sión de piloto.
Muy Señor mío: en contestación del oficio de V.S. de 23 de este, por el que
De ésto, y de que los jueces que después han aprobado las tales mediciones
se sirve V.S. mandarrne le exponga mi dictamen sobre lo representado a S.M. ~
tampoco han sido facultativos, ha resultado que a unos hayan medido las leguas
Don Juan José Sagasti, para cuyo efecto me incluye V.S. la real orden de 29 ae
."i

156 157
de frente y las de fondo tasando un tanto por legua según la calida~ de I.os te~ rera ~ecogen, porque sin embargo de' los pocos jornales que dejo dicho se írnpen-
nos, y no incluyendo los arroyos, ríos, ni sus márgenes; otros han' incluido todo den, con todo no les da para sacar el costo, pues se suele coger en un año sola-
esto con el nombre de sobrantes dándoles unos precios muy bajos; y muy p<><:Q$ y mente bueno, trigo para el consumo de dos. Desengañemos, hasta ahora nadie ha
aún quizás ninguno han cuadrado las leguas como se debe ejecutar para hacer dejado de sembrar en estos países Por falta de tierras sino es por falta de ganas, y
una justa y verdadera tasación. lo peor es que como el trigo nunca puede tener aquí salida, la felicidad de este
Es inconcuso que los terrenos no se deben conceder con unos límites exoe, país es necesario buscarla por otros caminos.
bitantes, pero no es lo mismo que todos hayan de ser iguales, ni que pueda haber Las tierras hasta ahora no conocen aquí lo que son y lo que han de llegar a
para esto una regla o medida fija, pues aunque en los gobiernos republicanos ser, sólo las han apetecido para criar ganados y estos sólo de vacuno. Con consi-
convenga la igualdad de fondos entre los vasallos, en los monárquicos sabe todo deración a este destino es preciso que las haciendas sean algo extensas, pero nun-
mediano político no es útil el mismo sistema, además de que en la demostración ca dejaría yo pasasen de 9 a 10 leguas de largo y 6 a 8 de ancho; este espacio
que pretende hacer Sagasti con los seis paralelogramos que propone de 2, 4, 6, 8, bien cuidado es capaz de fructificar mucho y en cuanto a la frontera ya dije en mi
10 Y 12 leguas de frente con 3, 6, 9, 12, 15 Y 18 de fondo, diciendo que el Rey citado dictamen de 23 de agosto sobre que se deberían poblar estancias de dos
pierde considerablemente pues los frentes se hallan en progresión aritmética y las leguas'de frente y cuatro de fondo solamente. También expuse a V.S. lo preciso y
áreas en progresión geométrica, cometió un error de ciencia porque los frentes 'es conveniente que hallaba ir acostumbrando estos moradores a la cría de ovejas
positivo guardan el orden de progresión aritmética que dice, pero para que.1as para aprovechamos de sus lanas, y a la siembra de cáñamos y linos, especies
áreas o espacios estuviesen en la progresión geométrica que el quiere era necesa, todas del mayor aprecio, no sólo para lo que ellas son en sí, sino porque darán
rio nos hiciese ver que el producto de 96 multiplicado por 6 era igual al producto flete para muchas embarcaciones, con otros varios puntos que tengo la satisfac-
de 24 multiplicado por 54, o bien que 96 multiplicado por 216 es igual al cuadra. ción le han merecido su aprecio y que sólo está V.S. dándoles el último retoque
do de 150, esto es a 150 multiplicado por sí mismo; lo uno y lo otro es imposible para con él formar el plan de la felicidad de estos países que si (como espero) lo
conque está evidenciado su error. llega a ver establecido hará eterna su memoria y la de la poderosa mano que a
Pero aún en la práctica tampoco es admisible su proyecto sin hacer atención todos nos alienta.
a la general que dejo apuntada en el anterior acápite sino es sólo con considera. Buenos Aires, setiembre 30 de 1784. Francisco de Ortega.
ción a la constitución del país. Toda la razón de Sagasti la funda sobre la propor-
ción que lograrán los labradores pobres de disfrutar el campo al igual de los
poderosos que hoy dice lo usurpan. Y dónde están esos labradores ricos; ní
pobres, esos son unos entes que por acá sólo existen en la imaginación de Sagas-
D<XlJMOO'O Nº 4
ti, a lo menos si como yo entiendo este nombre se ha de dar a los que con su
afán y trabajo desenvuelven las entrañas de la tierra para sacar de ellas su sustento
y lograr en la venta de sus producciones el aumento de sus bienes." fQACMENTO DE UN INfOQME -INCLUIOO EN EL EXPEDIENTE
¿Cómo se desatiende Sagasti de una cosa que debe saber y es que lo más
que ha llegado en este país a sembrar un labrador han sido 60 fanegas de trigo? DEL "AQQECLO DE L06 O\MP06"- DEL 6ECUNOO
Cómo afecta ignorar que esta operación por nuestra península tan penosa como a
COMANDANTE DEL QEOCUAQOO, CIPQIANO DE MELO,
todos nos consta, por acá sólo está reducida a cuando un terreno se halla con su
pasto agostado pegarle fuego y luego rociar el trigo que después ni aún se puede DIQIClOO AL VIQQEY NICOLL\6 DE AQQEOONOO 605QE
decir llegan a sepultar con la única y sola reja que le dan a la tierra, sin que hasta
la siega se le de otro beneficio, y que ésta se hace cortando sólo las espigas y ELE6TAOO DE LA CAMPfu~A DE MONTEVIDEO (16-7·1790).
dejando perder la paja, y aún en años abundantes ni aún en el todo de la semen-
Exmo señor: En cumplimiento del Superior decreto de V.E. fechado en 5 del
presente, por el que se sirve mandarme le informe lo que se le ofrezca sobre los
• En otro expediente, donde se agrupan diversas opiniones vinculadas al arreglo de los
campos, se resume este párrafo de Ortega de la siguiente manera: "Expone el comandante varios puntos a que se refieren los dictámenes prestados a V.E. por los sres.
que en la práctica tampoco es admisible el proyecto de Sagasti, y que los labradores pobres gobernador de Montevideo, comandante de la línea divisoria brigadier Don Josef
J. cuyo beneficio había dado a la pluma sus pensamientos eran unos entes de razón, que Custodio y demás que contiene el expediente obrado para arreglo de la campaña
sólo existían en su imaginación, pues no podía ocultársele que lo más que había sembrado de Montevideo, he fijado toda la atención de que soy capaz, así por lo importante
uno u otro de aquellos sujetos a que daba el nombre de labradores habían sido dos fanega! de la materia como porque después de haberse explicado unos informantes de la
de trigo..." Tribunales, legajo 71, exp. 17. clase de los expresados debo recelar que de no concordar con ellos me expondré

158 159
o a errar efectivamente o a no ser atendido aunque acaso acierte. Sin embargo de que para evitar el increíble desorden de que se trata es preciso cerrar la puerta a
todo, animándome el honor que V.E. me hace de querer oir mi dictamen aún des- la extracción exterior y a la interior codicia. Lo primero conseguirán a mi entender
pués de explicados aquellos, y participando del celo con que V.E. propende a las guardias fronterizas y lo segundo el arreglo de las estancias y crías.
esta obra tan útil sin más respecto que el del bien público y deseo de que la bon- ( ...)
dad de V.E. se conozca en sus aciertos, explicaré mi sentir con la ingenuidad qllc;." Pero antes me es preciso hacer una ligera demostración del estado de la
debo. campaña primitivo del que ahora tiene, y del orden o desórdenes que en ella se
Desde luego manifiesta el expediente que todas las personas que en él tie- observan, que es el segundo punto insinuado al principio de este informe. Los
nen parte han conocido el daño enorme que padece la provincia en el desarregla, campos del norte de este río no pueden describirse dignamente por la imagina_
do consumo y extracción de ganados en la otra banda de este río, y que todos ción más viva. Una extensión maravillosa de valles arnenísimos interpolada de ele-
desempeñando su honor y conciencia pulsáis y meditáis los medios de precaverle. vaciones agradables que despiden las aguas a todas partes, formando un sinnúme-
Yo no solamente concuerdo en el gran perjuicio que se experimenta sino que aún ro de arroyos, lagunas y ríos caudalosos que corren a todos vientos, cubiertos de
creo que debe ponderarse continuamente para que la presencia del mal apure los pastos robustos, aromáticos, yerbas y flores medicinales, convidan a la agricultura
remedios. Con otro motivo insinué a V.E. que se tenía noticias positivas de que el y cría de ganados. A principios de este siglo estaban ocupados solamente por los
quinto real pagado en los dominios de S. M. l. ascendía anualmente a cerca dé indios y las fieras, porque los ganados domésticos no eran fruto de las Indias. La
50.000 cueros y correspondiente a una extracción de doscientos cincuenta mil. población española se situó por Don Pedro de Mendoza en esta banda, quizá con
Agréguense a estos los que pasarán sin pagar derechos porque en todas partes la expectativa de la comunicación de Chile y el Perú. Parajes entonces los más
hay fraudes, los ·que no giran por apolillados o de mala calidad, y los que se con- apreciables, y con este motivo los ganados conducidos de España sólo se hallaban
sumen en las mismas faenas y habrá de resultar una matanza anual en utilidad en esta banda no teniendo por muchos años campos en que extenderse porque
del Brasil de medio millón de reses, número que no pueden sufrir las estancias los indios peguenches y quilichis han disputado este terreno palmo a palmo con
portuguesas por estar recién pobladas y porque sus terrenos son muy cortos y tesón increíble. Después de esto y ya muy entrado el siglo el presidio de Buenos
poco a propósito para semejante producto sin perjuicio de la crías; y es preciso Aires empezó a tomar forma de población, pero la otra banda del río estaba ente-
concluir que este gran negocio sale precisamente de nuestras campañas. Pero de ramente despoblada, con cuyo motivo los portugueses y holandeses tentaron su
este mismo convencimiento en que están todos los señores informantes y toda la situación en Montevideo, Maldonado y otros parajes, que sólo se custodiaban por
provincia resulta una ret1exión que no veo que haya ocurrido a estos señores, yes el gobernador de Buenos Aires enviando de tiempos en tiempos algunas partidas
la siguiente: una extracción de quinientas mil reses debe producir una introduc- para el reconocimiento, hasta que un gobemador hábil (creo que fue el Sr. Garro)
ción 10 menos de doscientos cincuenta mil pesos (porque ya se viene a los ojos hizo pasar porción de ganado vacuno de cuenta del Rey para que procreando en
que a los dominios del Brasil no se han de llevar estos ganados por medio de tan- aquella campaña se base el interés de los vecinos de Buenos Aires, y Ilevándolos
tas incomodidades y peligro sin algún interés) y al cabo de cinco años han de allá con más frecuencia estuviese aquel terreno más conocido como se logró. La
haber entrado en dinero o efecto un millón doscientos cincuenta mil pesos por oportunidad de los campos aumentó la cría considerablemente, tanto que era uno
precio de dos millones quinientas mil reses, y de aquí se pregunta ¿dónde está de los propios de esta ciudad el ramo de licencias para ir a hacer matanzas. Este
este inmenso caudal? Según el contesto del expediente es preciso creer que está fue el origen de esta población de ganados según convence el Exmo. Señor mar-
repartido entre los ladrones del campo que llaman changadores y que por consi- qués de Grimaldi en oficio que anda impreso al ministerio de Portugal, y este
guiente estos están nadando en oro o son infinitos. Pero yo que casi puedo decir cebo es a quien se debe la población de la otra banda. Después de esto los
que los conozco, sabiendo que no son tantos y que están en la mayor miseria, no padres jesuitas, habiendo establecido sus pueblos del Uruguay, hicieron corridas
puedo convenir en que sean estos miserables los dueños del negocio, y antes bien casi generales y pasaron todos los ganados que pudieron a sus pueblos, de mane-
me persuado que estos pobres hombres pasan una vida arrastradísima trabajando ra que en el año de 55, cuando entramos con el señor Andonaegui a Misiones, lle-
para amos crueles, y que se tendrán por muy dichosos siempre que tratados con vamos el ganado para comer de esta banda; y habiéndose enflaquecido se nos
indulgencia se les llame a partido, y se les proporcionen arbitrios de vivir más corrió por los jesuitas de la estancia de San Miguel, quedando el ganado del ejér-
descansados. La perspicacia de cito abandonado en las inmediaciones del Rio Negro, donde después multiplicaría
V.E. conocerá fácilmente que no es oportuno ni me es decente extenderme a proporción de la oportunidad del terreno. La excesiva multiplicación de ganado
más sobre esta crítica reflexión, pues basta lo dicho para que se tenga por dem~ conocida posteriormente, llamó el interés a poblarse en Montevideo y después en
trado que aunque se conocen los efectos de la dolencia no se ha hecho alto en' la otros parajes; y fomentando el gobierno la población hacía mercedes de tierra a
C:I~sa, y que cuando se trata de curaría es preciso atajar el mal en la raíz, qlif los pretendientes, tan considerables que hay poblador dueño de ochenta y cien
sena a 10 que yo me dirigiré sin más explicación por ahora. En este supuesto digO leguas de diámetro en una estancia poblada con veinticinco o treinta peones. Los

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pretendientes, teniendo tanto en que escoger, elegían los parajes en que los ríos cosas todas mar:avillosas, por sus ocultas causas. Pero el mayor mal es que perse-
hacían triángulos que llaman rinconadas, porque atraídos los ganados de la fertili_ guidos los ganados en la proximidad de nuestra población y en el centro del cam-
dad de las orillas, se encerraban en ellas a poca costa y se hacían matanzas nume, po, se han ahuyentado según su propiedad, recostándose a las sierras y bosques
rosas, como era necesario para sacar utilidad del poco precio de los cueros. Tomó de la frontera de donde se han surtido y surten los portugueses, y adónde acuden
la pobbción mejor forma: los cueros se han hecho ya un ramo arreglado de . los changadores, tornando con este motivo, conocimientos en el país extranjero, y
comercio. Con el satisface esta provincia la mayor parte de los empeños que con- aprovechando la ocasión de introducir efectos de contrabando. Esta es la raíz del
traen en Europa, y por consiguiente ya es este el objeto más importante del mal, este es el punto de vista a que deben dirigirse las miras de V.E. El Superior
gobierno público. En esta banda en que la población es más numerosa se haDa Gobierno, por un efecto prodigioso de la observancia y la experiencia, tiene facul-
vastarnente arreglada la cría de ganado y se nota que las suertes de estancia se tad para mandar a estos ganados que vuelvan hacia dentro. Esta es una paradoja
han subdividido ya en retazos de legua y media, y ya es preciso pensar de hacer política que se demuestra fácilmente, siendo los campos de Montevideo tan a pro-
indivisibles estas suertes por muchas razones que no son de ahora, pero en Mon- pósito para la subsistencia de estos brutos, los van abandonando por huir de la
tevideo aún subsisten las estancias en una magnitud enorme y hay hacendado que persecución. Es propiedad del ganado vacuno buscar la quietud y huir del estrépi-
posee una provincia. Este .defecto no se puede remediar en el día porque estáa to de las correrías con una aceleración increíble; las que se han hecho en el cen-
cargo del aumento de las familias, mas lo que necesita del mayor esmero es el tro los alejan hacia la circunferencia, luego por la. misma razón si en las fronteras
abuso en que pretenden conservarse los hacendados de llamarse dueños de los se les incomoda se reunirán en el centro como las reses de una batida.
ganados sin más título ni industria que la de que pacen en sus campos. Esto es Por consiguiente el establecimiento de la guardias y las corridas continuas
huyen los ganaderos de sujetar a pastoreo o rodeo sus ganados porque como sólo de los blandengues harán el mismo efecto que las correrías de los hacendados y
aspiran al interés del cuero quieren ahorrarse los gastos de peones y demás, con- changadores, y estando aquellos en la frontera el ganado marchará hacia el inte-
tentándose con un buen terreno adonde se agolpen de cuando en cuando los rior. De aquí se conseguirá un aumento excesivo de ganado en los campos de
ganados que andan vagando y con la buena situación de su rinconada hacer tanto Montevideo, pero no será justo que los hacendados de Montevideo que no han .
cueros como reses encuentren. Este superior gobierno, conociendo los perjuicios tenido parte en su cría, que nada desembolsan para su recojo y que causan tanto
que de aquí se siguen como son el que se descuide la cría, el que sólo puedan ser perjuicio a la población con su desgreño, tengan derecho a estos ganados que
hacendados los que poseen rinconadas, y el que las matanzas se hagan con desor- aunque fuesen suyos los' habían ya perdido por su dilatada ausencia. Estos gana-
den extremoso, ha tomado varias veces la precaución de mandar que todos los dos pertenecen al público y al Rey por ser originarios de los que el Rey y el públi-
hacendados marquen sus crías. Con sólo esto, si se observara, estaría remediado co desparramaron, por deberse mirar como bienes mostrencos sin dueño conoci-
el daño, porque la necesidad de marcar obligaría a tener sujetos los ganados a do, y porque a costa del público y el Rey se han vuelto a nuestros terrenos.
rodeos con el seguro de que aunque en tiempo de seca se introdujesen en las rín- Siendo esto evidente ya se ve que los frutos considerables de este ganado
conadas de los otros, pasada esta les era fácil sacarlos por sus marcas, y el interés pueden producir una renta gruesa, y esta es la que debe sufrir la mayor parte de
de conservar la cría les haría matar con arreglo guardando proporción en la los costos. Aumentando así el número de ganados se aumentará el giro de los
matanza con el producto de la yerra. cueros, y por consiguiente crecerán los ramos de alcabala terrestre y municipales
Pero la malicia ha trastornado esta sabia providencia porque los ricos con- de guerra, como ya se ha visto; con que será justo que estos ramos contribuyan
servan en su hacienda un corto número de ganado en rodeo cuyos partos yerran, con alguna parte para la dotación de blandengues y dependientes de rentas. La
y a la sombra de este se hacen dueños de todo el que quieren a pretexto de que otra mayor parte debe salir del mismo ganado: obligando a los hacendados a mar-
se les ha alzado o ahuyentado una gran parte. De este pretexto nacen las correrías car todo el que les pertenece se sabrá que el que está sin marca es de este fondo
que hacen los pueblos de Misiones y los ricachos del pueblo, haciendo la coram- concejil; y obligando a mantenerles a rodeo ya se sabe que aunque se les alce por
bre tan a poca costa y en tanto número que no tiene cuenta a ninguno que no sea motivos de seca a otro, pasado el mal tiempo vuelve a sus querencias o se trae
rico criar una vaca. Queda de este modo despoblada la campaña de vecinos, los con método como se hace en esta banda donde siendo el campo más escaso de
ganados vagos y la gente pobre necesitada a hacer sin licencia lo que otros hacen aguas se conserva el ganado por hacerle más doméstico el rodeo para que los
con titulas colorados, matando a diestro y siniestro para sacar cueros y llevarlos a hacendados no se quejen de que se les declara por concejíles sus ganados. Pue-
los ricos españoles o portugueses que les dan una bagatela por ellos. den por ahora recorrerse las haciendas señalando a cada uno la dotación compe-
Estos son los changadores, los gauchos tan decantados, unos pobres hom- tente al número de peones y puestos que se ofrezca a mantener, dándole a cada
bres a quienes la necesidad obliga a tomar lo que creen que no tiene dueño para uno una certificación del ganado sin errar que se le ha designado, y tomándose
utilidad de los que los pagan con mano bien miserable. De aquí nace el que preso razón de este repartimiento en la contaduría que se establezca o en la de aduana,
un changador sale al instante de la prisión facilitándose su perdón o su fuga, podrán embarcar francamente, por sí o por otros a quienes los hayan vendido,

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"
otros tantos cueros oreja nos como reses se les repartieron llevándoles cuenta al DocUMI'NI'O NQ 5
tiempo del embarque, para que completo su número cese ya esta diligencia. Esta
prevención podrá sugerir a la malicia tres' fraudes que son: ello pedir más núms,
ro de ganado que el que a su estancia pertenece o puede sujetar; 2° usar del certi- INfOQME DEL 8INDICO PQOCUQAOOQ DE MONTEVIDEO.
ficado para embarcar cueros de ganado distinto del que se les dió: y tercero lograr ..
por sobornos embarcar más cueros de los que comprende su certificado, minora~_1'
fQANCI6CO ZUfQli\TECUI. CQITICi\NOO LA
do el número de los que efectivamente embarquen. Pero estos son obstáculos en REPQEOENTi\CION DE 8i\Ci\8TI Wl)QE Li\8 DE8VENTi\Ji\8
que reparará el moralista y no el político. Estos fraudes no pueden durar mucho
tiempo porque por mucho ganado que pidan mayor es la saca; aunque sean dis" DE Li\ VENTi\ DE L08 TEQREN08 REi\LENC08 ENCQANDE8
tintos los cueros que traen, al fin han de tener término, y aunque abusen por el
soborno del embarque también se acabará su permiso o por el número o por el
EXTEN8IONE8 (15-3-92).
tiempo, pues los cueros mostrarán si son antiguos como el permiso. Y últírnarnen,
te de estos mismos fraudes resultarán los bienes políticos de que los hacendados
El síndico procurador general de esta ciudad a la vista que se le ha comuni-
se enriquezcan, de que se prive esta ganancia a los extranjeros, de que la provin-
cado de la representación que Don Juan José Sagasti, residente en la capital de
cia tenga mayor extracción, de que las rentas se aumenten, y sobre todo de que
Buenos Aires, hizo al Sr. Intendente como juez de venta y composición de las tie-
se corten los pleitos y se establezca el orden a contento y beneplácito de los mis-
rras realengas pretendierido persuadir un nuevo método para hacer fructuosas las
\ , mos litigantes, todos los cuales bienes juntos, y cada uno de por sí, importan en la
ventas que se hiciesen a favor del Real erario y demostrar el perjuicio que se ha
balanza política cien tantos más que los perjuicios insinuados. Luego que ya los
causado en las que hasta aquí se han hecho, enterado igualmente de los seis para-
hacendados, inclusos los pueblos de misiones, se vean forzados a mantener a
lelogramos o demostraciones que anteceden a su representación y de cuyo pro-
rodeo y marca sus ganados, han de emplear mayor número de peones que el que
yecto se ha dado parte a Su Majestad según el tenor de la que comprende la que
ahora emplean, y por consiguiente habrá menos vagos y ladrones, que lo son casi
se hizo al dicho Señor Intendente, dice: Que aunque la seria meditación de este
(Xx necesidad como apunté antes. Por medio de estos girará una porción conside-
asunto y el eficaz empeño de la parte exigían término más extenso que el que se
rable de dinero y efectos en sus salarios y vestuarios. Los dueños de las haciendas
le permite a su oficio, no obstante en obsequio de la verdad y del público discu-
para sacar el mayor costo de la conservación procurarán beneficiar sus productos
rrirá sobre las tres proposiciones que abraza la representación de Sagasti, presupo-
para darles mayor valor, aprovechando las carnes que ahora se desperdician, y
niendo antes algunas cosas que pueden servir de apoyo a su respuesta,
acaso remitiendo suelas en vez de cueros al pelo. Por una consecuencia necesaria
En todos los asuntos contenciosos puede haber colusión, simulación, dolo,
tomará más valor el ganado y los pobres se emplearán en la cría que ya podrá
sugestión, dependencia, ignorancia, porque de otro modo no serían los jueces
recompensar su trabajo. Todo esto se hace lurgo que V. E. lo quiera, y por excesi-
hombres, sino ángeles y estarían de más las leyes penales que para precaver estos
"as que sean las dotaciones de las haciendas \cuente V.E. que será increíble toda!
males se insertaron en el cuerpo del derecho legislativo. La venta y composición
vía el número de ganados que queden sin dueños. A mi me ha sucedido verrne
de tierras ha corrido por manos de unos subdelegados de buena nota y se ha pro-
atajado por tanto número de ganados muertos o moribundos en tiempo de seca
cedido en ellas ajustado a las órdenes de S.M. que se les han comunicado, y si
que me ha sido preciso rodear leguas. Este sobrante será el principal fondo para
después se han causado litigios no es culpa de ellos. A los jueces y justicias de Su
la manutención de las guardias.
Majestad toca conocer sobre el derecho que promueven a fin de que ni los pode-
r..» rosos priven a los miserables el justo derecho de sus posesiones, ni éstos a título
Buenos Aires, julio 16 de 1790. Manuel Cipriano de Melo.
de pobres pretendan oscurecer el derecho que tienen los poderosos a sus cosas,
porque la justicia no acepta personas ni atiende comodidades sino que a cada uno
,1
da lo que es suyo.
Los poderosos y ricos hombres de la tierra son el ornamento de la Corona;
f> éstos debemos creer que sus caudales los conservan y aumentan como un desem-
peño de la Majestad y del estado, como un socorro de la tribulación del público, y
como una memoria perpetua de la felicidad y fortuna que heredaron o adquirie-
,,...-~·':C.E. HUM. ron, En ellos tienen los pobres sus auxilios, llénalos Dios de piedad para su soco-
('ato.Estuiie-de~ rro y abren liberalmente las manos con ellos. Los que tienen haciendas acomodan
, U.N.S capataces y peones; los que son labradores tienen sus cosecheros y arrendatarios

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N.~;·.•

que por una corta contribución son dueños del terreno que ocupan con sus labo. ante~iores con el proyecto del estanco de carnes, ~stanco de pan, acopio y alma-
res, y no pocas veces adquieren con que hacer suyos aquellos terrenos de que. cenaje de granos, con O!ros de que no hace mencion por notorios.
hay muchos ejemplares. De modo que siendo Dios el autor de todas las cosas qui- Sentados estos principios examínese la primera proposición. Todas las ven-
so que el pobre viviese dependiente del rico con su trabajo personal, y el rico de{ tas de una grande extensión son perjudiciales al Real erario. La Proposición habla
pobre con su dinero sirviéndose de todas las artes para su subsistencia, decencia y de unos terrenos desiertos y baldíos inhabitados, que no producen al Rey, ni a los
ornato. vasallos ninguna comodidad, que contienen en sí bosques, madriguera de fieras,
En todas las tierras que hay descubiertas tiene el Soberano el absoluto dOmi- campos cercados de enemigos o trillados de vagos changadores, y ladrones de
nío V el derecho de inhesión, egresión y reversión; de manera que aunque se cele.' bestias. De estos habla, y según el concepto es preciso creer que es muy útil se
bre la venta y enajenación de las tierras, aún más tiene el derecho a ellas por cual. haga la venta de grande extensión de terreno a un individuo que se presenta a
quiera de las causas que los 0.0. preponderan, por donde se colige que aunque en denunciarlo y comprado, lo primero porque poblándose éste con sus ganados lle-
su venta no haya todo aquel aumento que quiere darle Sagasti a las que se rnensu, va consigo capataces y peones para el cuidado y faenas. A su imitación se agregan
ran y tasan, no por eso se ha de considerar perjudicado el erario ni los contratos otros y pueblan pagando un tanto de la posesión y permiso de tener sus hacien-
que hasta aquí se han hecho nulos, pues de las mismas tierras logra el erario en las das, pocas o muchas, en aquellos campos, y poco a poco se hace un vecindario
ventas y enajenaciones el derecho de alcabala y otros que producen las diversas muy útil al comercio y a las Repúblicas de sus contornos, y hay quienes resistan
labores que en ellas se hacen y obrajes que se ponen de cal, curtidos, etc .. las invasiones que ocasionan los enemigos a sus haciendas, persiguen los ladro-
El Soberano quiere que sus vasallos ocupen las tierras, las cultiven, las pue- nes, y los contiene el temor del vecindario, y si se hubiese de vender en cortas
bien de ganados y las hagan fructuosas en beneficio del público; este proyecto no porciones las áreas y por los precios tan supercrecídos, ni habría terreno bastante
se conseguiría si la venta de las' tierras se debiese hacer con estricta rigurosa con. para los pobres criadores, ni habría quien desembolsase tanto dinero por unas tie-
tribución a que quiere sujetaría el nuevo proyecto de Sagasti, por que cuando los rras yermas y despobladas.
pobres pudiesen comprar un corto terreno, según el nuevo método de tasar sería Esta es la razón porque las mensuras siempre se hacen por la progresión
tan corto que nunca podrían tener bastante para el descanso de sus haciendas, aritmética, reduciendo las porciones del frente a centenares de pesos (v.g.) 2 a
procreación y multiplico de ellas, siguiéndose por consecuencia que si hoy por la 200, 3 a 300, y así sucesivamente; si bien la progresión aritmética en todo el lleno
mensura hecha en progresión aritmética no pueden los pobres comprarlas y de su definición es una serie de cantidades crecientes o decrecientes con igual
hacerse dueños de ellas sino los ricos, sería imposibilidad mayor con la progresión exceso en forma de que la suma del primero y del denominador dará el segundo
geométrica en la cual multiplicadas las leguas de frente y fondo crece el precio al término, la suma de éste con el denominador dará el tercero. Ej: 512, 7/2, 912, etc.
incremento de las leguas, y ni los ricos se sujetarían a este desembolso, ni los Ahora pues, ¿qué pobre será aquel que necesitando dos leguas de frente para la
pobres tendrían esperanza de hacer suyo el terreno que labrasen. 5, 7, 9, 11, extensión de sus ganados ha de oblar quinientos pesos, doscientos de
El Rey cuando manda estas ventas sólo recomienda a sus naturales de estos las dos leguas del frente y trescientos de las tres del fondo? Y si esta dificultad
dominios como personas miserables, pero ni prefiere a los pobres, ni excluye a sucede con esta progresión aritmética, ¿qué será con la geométrica?
los ricos, porque eso corresponde a la prudencia de los Ministros Reales que Esta, según su noción, no es otra que aquella cuyos términos son, el segun-
deben obrar según la mente del Soberano. Ni es nuevo que los ricos sean dueños do el producto del primero por el exponente, el tercero el producto del segundo
de inmensas tierras como sucede en Europa con la grandeza y algunas farnílias por el exponente, y así en adelante. Ej: el primer término es 3 y el exponente 2,
religiosas que tienen tierras para cortijo, para labradio, para arrendar, trabajando se multiplicará 3x~=6, 6x2=12, 12x2=24 y así sucesivamente, de modo que si com-
los pobres con el reconocimiento), contribución anual, ¿pues por qué lo que es paramos el avance de ambas progresiones hallaremos la diferencia.
allí concedido ha de ser aquí negado? Aritmética 5-7-9-11-13 } Exponente 2
El Soberano es como el sol, que sus rayos igualmente los comunica a los Geométrica 5-10-20-40-80 } Exponente 2
mendigos que a los poderosos, porque unos)' otros dependen de sus luces. Los Esto es cinco veces mayor esta que aquella, porque contrayéndolas al caso,
tesoros Dios los reparte y de la posesión de ellos no deben ser émulos los que quiere Sagasti que las áreas sean crecientes, y que en una área de dos leguas de
carecen de facultades, por donde es preciso creer que en la venta de las tierras frente y tres de fondo, hayan de sacarse seis leguas como en esta figura (se trata
realengas no están excluidos los ricos ni privados de. arrendar o vender las que de la fig. la elaborada por Sagastí), y lo que va de 200 a 600 es la diferencia que
han comprado. El exceso fuera punible si el rico quisiera hacer sacrificio del hay en ambas progresiones, pues las seis leguas se demuestran en los cuadros for-
pobre, pero eso a más de ser fuera del propósito de la cuestión toca al gobierno mando los fondos el centro. ¿Y quién será aquel que quiera se le computen las
superior contener la codicia del rico, separar el sacrificio del pobre y si es necesa- leguas del frente con las del fondo? Que monte una diferencia como la que se ve
rio castigar tales desenfrenos como se ha visto en la misma capital en los añ~ en las demostraciones.

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El pobre no puede comprar porque el aumento le es de mayor írnposibíl], las que corren las líneas geométricas que compongan las varas de todo el predio
dad para el desembolso; el que tiene medíosno puede asentir porque el désern, ¿y no sería esto un absurdo? Y ¿cuánto más si se intentasen anular los contratos
bolso es grande y de este modo, ni el Rey vende, ni el vasallo compra, y vendrán anteriores hechos en las ciudades enteras del Virreinato? Pues guardada la propor-
las tierras a quedar realengas por la exorbitancia de la tasación. ción es 10 mismo con la venta y composición de tierras. .
I 1

En una palabra: si el terreno se ha de vender por cuadrados según los pa~-' La segunda proposición es esta. Las ventas de tierras de una grande exten-
lelogramos que están al principio del escrito contrario (cuyos nocmomes no están sión perjudican al público en 10 temporal y espiritual. La comparación con que se
en forma) tenemos el inconveniente que el comprador compra un frente sin fon- introduce a probar la primera parte, esto es el perjuicio público temporal, no satis-
do; y que si quiere dársele conforme a la extensión del terreno ha de entrar por face. El cuerpo político guarda sus consecuencias con el cuerpo animal, y a~í
una parte de la línea pagando no sólo el frente sino todos los cuadros del nOC'- como en este hay dos vidas, la primera que comunica la forma espiritual vivifican-
món. ¿Y esto es comodidad del vasallo pobre? ¿Cabe en que haya de pagar tantas te, la segunda la que comunica la sangre dando tono a los líquidos y sólidos, los
leguas de frente y fondo cuantas da de capacidad el terreno con sólo el objeto de unos que circula, los otros que baña; así en el cuerpo político la primera vida es la
que el Real erario no pierda? Los que estamos penetrados de los justos sentimien- que da la salud pública, que es la suprema ley con aquel principio del derecho:
tos de que el Reyes nuestro Padre que no exige de sus hijos las gruesas sumas salus Rei publica suprema lex sto. :\ esto se dirige el cuerpo legislativo, a esto los
que los aflija y debilite principalmente en las tierras, que son la conservación de .estatutos municipales, y de que pende la costumbre; pero la segunda vida son los
todas las cosas, y nuestra habitación, subsistencia y trabajo, conocemos que estas Magistrados, cuyo gobierno castiga la emulación, corrige la libertad, refrena la
utilidades son superficiales, son ajenas de la mente del Soberano, y son unos pro- codicia, corta los bríos al poder, desaira al favor, embota el veneno que causa el
\
, yectos que produjo el ardor de la controversia de Sagasti con Mazo. odio, y en una palabra mantiene el equilibrio de los humores en el cuerpo políti-
En conclusión se tiene por error o por abuso el que se tasen las dos prime- co. A estos mismo corresponde mirar el mejor medio para la conservación de
ras leguas que componen los dos cuadros del frente y no se traigan a considera- los trabajos artesanos e industriales, pero creer que porque los ricos tienen una
ción los cuatro cuadros restantes de la área siendo tan leguas como las primeras. grande extensión de tierras realengas, baldías y yermas, que las compraron sin
De aquí deduce la necesidad que dice hay de rescindir estas ventas celebradas de agravio y sin fraude, ¿quién ha dicho que han de servir de perjuicio en lo tempo-
provincias enteras en favor de los poderosos modificando el nuevo método que ral al público? El que quiere trabajar en las labranzas, arrienda tierras cuantas quie-
en ellas debe seguirse. Pero bien ve V.S. que estos reparos del mismo modo que re y con su ocupación gana con que socorrerse y con que pagar el arrendamiento.
son de conveniencia al erario son también de un gravamen irreparable al público, El labrador, el artesano, el criador no necesitan para trabajar tener tierras suyas
de una lesión enormísima a los vasallos, y se trastorna 'el orden que ha habido en propias, lo que les es necesario que tengan amor al trabajo, que sufran las inco-
las ventas de tierras clavando a los ministros del Rey la fea nota de poco celosos modidades de la vida con la esperanza de recoger lo que siembran; pero los hol-
en el adelantamiento de los haberes Reales, pues no advirtieron el defraude que gazanes, los vagos, los que viven del robo, los que se hallan bien sumergidos en
se seguía de la venta por el método antiguo de medir y tasar hasta que hubo un la ociosidad, ¿qué cuidado pasan con las tierras, suyas o ajenas? ¿Cuántos hay que
curioso que propusiese este nuevo. habiéndoles dejado sus padres tierras para labrar, suertes de estancias en que criar
Dijo que era de gravamen irreparable porque si se entablase este nuevo ganados o hacer sementeras, las han dilapidado y vendido para huir la vida labo-
método de hacer las ventas, ¿qué esperanzas serán las de los miserables y pobres riosa y ser holgazanes, vagos y viciosos? La experiencia lo ha acreditado en esta
para comprar las tierras que necesitan o 8ara sus labranzas o para sus ganados? La ciudad y en la capital de que se deduce que para el que es aplicado al trabajo no
lesión enormísima se conoce porque el trastomo de las ventas y composiciones es defecto el no tener tierras propias, y que por consiguiente no hay el inconve-
hechas, si se han 'de reabrir en provincias enteras, es tan visible que se expone el niente que se prepondera contra los ricos, que comprando una vasta extensión de
público a un clamor grande, de aquí se originarían los pleitos contra los que ven- tierras las comunican a los pobres para que en ellas hagan sus labores.
dieron, éstos con los que tasaron y midieron, aquéllos con los jueces porque si no Otro inconveniente que propone Sagasti es el que los poderosos se hacen
eran arregladas no rechazaron uno y otro; y he aquí un abismo de pleitos, una dueños de los montes que están a los márgenes de los ríos, y se oponen al corte
perturbación de la paz pública, un temor que retraiga a los ministros Reales para de maderas y cañas, a las faenas del carbón y demás que deben reputarse por
tales ventas. ¿Y esto quiere el Rey Nuestro Señor' ¿Pueden estimarse el aumento comunes, ¿pero quién duda que estas solicitudes contra los poderosos pueden
del erario con el fuego de la disensión que esto causa? francamente entablarlas los miserables ante los jueces superiores? En la actualidad,
Si de lo mínimo cabe argumento, a lo máximo una cuadra de tierra en para- por sí y en nombre de otros, José Revoredo tiene puesta demanda ante S.E. contra
je donde la vara vale quinientos pesos midiendo por la progresión geométrica, no el administrador de la Real Renta de Correos Don Melchor de Viana porque
sólo se deben pagar las ciento y cuarenta varas del frente sino todas las varas de defiende el corte de juncos, pajonales y malezas que están a las orillas del mar
que sea capaz el predio porque tan varas son las del frente como las del fondo, y alegando que como frutos de los bañados del mar no puede solicitar derecho a

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abusasen del favor, porque es pensión de nuestra naturaleza la propensión a 10 DOOJMENI'O NQ 6
malo, y es mayor el número de los viciosos que el de los aprovechados.
El procurador no encuentra mérito para que se anulen las ventas hechas'en
terreno de grande extensión, porque como queda demostrado en cualquiera ocú, INfORME DEL CA5ILDQ DE MONTEVIDEO ADlURIENDO A '
rrencia tienen los Señores Gobernadores la omnímoda para acortarías y reduc~ LA& TE&I& DE &ACA&TI y EN DIOCQEPANCIA CON ELlo
al beneficio común como se ve en la disposición Real contra el caballero Alzaibari
Tampoco para que se haga gracia de ellas, porque como que nada cuesta todos &INDICO PROCURADOR (11-4-92) .o
querrían tomar, todos querrian ser preferidos en los lugares, y unos harían buen
uso, otros granjería de las tierras, otros las abandonarían, y el mismo allanarlas sin Exmo. Señor.
interés sería el más poderoso aliciente para el menosprecio. Háganse las ventas Deseando este ayuntamiento arreglar el informe que V.E. exige, siguiendo la
aunque sea con la misma estimación poca de que se queja este vasallo. Pierda el práctica de oir en los asuntos generales del público a su síndico procurador se le
Soberano los inmensos miles que le quiere embolsar el nuevo proyecto. Que dió traslado de la adjunta representación de Sagasti, a la que difusamente contesta
supuesto es el Rey Señor del vasallo, de sus bienes, de sus heredades, y de cuanto muy distante del sentir de este ayuntamiento, quizá acaso porque se valió de
posee, nada pierde en trasladarle el dominio útil cuando el radical y directo lo algún sujeto a quien la vigilancia de los poderosos pudo tener prevenido, de cuyo
conserva; el Rey toma de sus vasallos sus tierras cuando las necesita con más escollo huyendo este ayuntamiento se ha resuelto a satisfacer al dicho informe
derecho que el Padre los bienes de sus hijos, por la alta representación que tienen con razones naturales, poco limadas expresiones y sin ningún artificio, Bajo de
\ los Reyes de Dioses de la Tierra, ego dixi Dij estis. Y pues tiene ministros adictos este supuesto aquí de la atención de V,E. a la representación del procurador
a sus Reales intereses y celosos de su justicia, es error querer innovar la práctica advertirá cuan diametralmente opuesto a las sabias y bien pulsadas máximas de
que hasta hoy se ha observado en la venta y composición de tierras. El que com: Sagasti, aborta el monstruoso empeño de sostener los errores y perjuicios que
pra tierras no sólo consigna el precio en que se avalúan, desembolsa los costos de aparejan las ventas de terrenos en exorbitantes porciones. Efecto es esto sin duda
la mensura, paga las costas que se hacen, sufre el tiempo de las almonedas en la de aquella primera causa y de no haberse detenido a dar una breve ojeada sobre
capital y en el paraje donde corresponde el terreno, y además satisface el tanto el infeliz estado del público que representa, y sin mucho trabajo seña conducido a
por ciento de envío, conforme a la regulación que se hace, de suerte que es un advertir los graves perjuicios que se siguen de aquellas ventas, y si hubiese aplica-
expediente que la misma parte compradora costea sin gravar en cosa alguna aquel do el oído a los estrechos hogares de tanto infeliz labrador y criador de ganados
valor que obla de las tierras. que hacen no pequeño número entre los que le autorizan el empleo se satisfaría
En conclusión, el expediente que se le ha presentado no lo considera venta- de que la causa principal de su actual y temida futura decadencia no es otra que
joso al Real erario, ni de conveniencia al público, y de ponerse en práctica pue- la falta de terrenos para extenderse, Y si por los medios que propone Sagasti se
den faltar compradores, pueden suscitarse pleitos, pueden introducirse quejas; abre puerta a la útil empresa de acomodar a estos miserables en los vastos cam-
pueden entablarse pretensiones los pobres contra los poseedores de justo título y pos despoblados que obtienen los poderosos, ¿quién no ve que el huir de apoyar
buena fe, puede en fin turbarse la paz pública sobre que vigilan los magistrados. este adaptable medio es un alucinamiento punible? Así lo siente Sr, Exmo. este
V.S. podrán acordar con su arreglada prudencia el mejor dictamen en obsequio de ayuntamiento contrapesadas las razones de Sagasti y del procurador, con vista de
la verdad y de la justicia que implora en nombre del público. la necesidad pública que se ocultó al que debía mirarla.
Montevideo, marzo 15 de 1792. Francisco Zufriategui. Nada será Sr. Exrno, más arreglado a razón y justicia que minorar los terrenos
a los que los tienen despoblados en mucha extensión, y repartirlos en regulares
cantidades a mediana composición bajo los métodos que propone Sagasti, alejándo-
se de su plan geométrico, en particular para estas de que tratamos, que están vendi-
das según el sistema antiguo, debiendo en honor de la verdad confesar este ayunta-
miento que la propuesta que aquél hace de ser perjudicial al público las ventas de
tierras en considerables cantidades, es verdaderísirna como lo prueba en su repre-
sentación, y en cuyo apoyo pudiera este ayuntamiento citar algunos ejemplares
sobre la usada práctica de pretender los dueños de inmensas tierras prohibir los
cortes para leña, carbón, madera, etc., sin que diste de la verdad la idea de tener
feudatarios, ni vender a subido precio los terrenos que han adquirido por poco cos-
te, a que se agrega que no ha dejado de conocerse ya que algunos han adoptado

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este nuevo ramo de comercio para engrosar sus caudales, y teniendo bastante para reparto en moderadas cantidades a estos desvalidos bajo las obligaciones de
mantener las haciendas que poseen con seis u ocho leguas de terreno, son dueño, pagar/os a-los precios que aquellos los remataron a censo al quitar, como propone
de cincuenta, setenta, ciento o más, y saben beneficiar con ventajas el sobrante, que Sagasti. De cuya suerte no hay que temer queden ningunas baldías, antes por el
en algunos ha sido excesivo a causa de una supuesta rnensura de cuyo error perju- contrario se verán pobladas dentro de muy poco tiempo, llenas de vasallos útiles
dicial al erario y a estos habitantes sólo se pudiera salir oblig:indoles a mensurar de se fomentará asombrosamente la cría de ganados y agricultura, se verá florecer ei
nuevo, y sin duda alguna se averiguarían los fraudes que o bien por aquella razón, comercio, y desterrado en mucha parte el celibato, reinar la felicidad pública, y se
o por alguna de las muchas que propone Sagasti se han cometido. pondrá esta ciudad en estado de ser respetable a los enemigos de la Corona que
Casi todos los hijos de pobladores de esta ciudad, sus nietos y descendientes no han dejado de mirar/a como llave de este vasto hemisferio y antemural a sus
son hacendados y labradores, y estrechados en los pequeños recintos que se les dió ideas ambiciosas de conquista. !

en el reparto a sus padres y abuelos se ven reducidos hoya conservarse dos, tres o Es cuanto sobre el particular puede informar a Y.E. este ayuntamiento. Sala
más en sus escasas hijuelas, con la notable diferencia de que cada uno de ellos es Capitular de Montevideo, abril 11 de 1792 ..
cabeza de una crecida familia, no pudiendo aspirar a mejorar de suerte aumentando Firman: Bernardo de la Torre, Marcos José Monterroso, Ramón de Cáceres,
la cría de ganados porque no tienen terrenos para ello; y así ven con dolor diaria- Martín José Arugas, Manuel Nieto, Juan José de Brid.
mente su deterioro, porque saliéndoseles sus haciendas de aquellos estrechos límí-
tes, se introducen a los inmensos campos fronterizos que ocupan cinco o seis pode-
rosos, los más de ellos con poca hacienda, y ya no los vuelven a ver jamás, porque DOCIJMDlIO NQ 7
no pudiendo por su indigencia reportar los costos de recoger/o, temen exponerse a
los odios de aquellos que pueden haber menester, y huyen de chocar con la altane-
ría de sus capataces que saben aparentarse habilitados para defender la saca de
DICTAMEN DEL 6INDICO PQOCUQ¡\DOQ DE LA CIUDAD
cuanto se encuentra en los terrenos de sus amos, con los pretextos de alborotar la DE 5UEN06 AIr2E6 605QE LA6 CQITICA6 EfEcrUADA6
hacienda, y otras dudas indefinibles entre ellos y que aseguran el dominio de lo aje-
no. Hablamos con excepción. Y aquí viene bien exponer a V.E. que aquellos mis- POQ 6ACA6TI AL METODO UTILIZADO ENLA6 VENTh6 y
mos que sufren esta oposición y vejárnenes son los que con una mano en el arado
y otra en las armas han defendido esos mismos terrenos, de que están privados, de
COMP06ICIONE6 DE TEQQEN06 QEALENC06
la inundación de infieles que los poseían en el principio de la población de esta (JUNIO DE 179'2).
ciudad; aquellos mismos son los que a la menor alarma abandonan sus casas y
hogares y se presentan a servir al Rey y defender la Patria; ellos son los que diaria- Dictamen del síndico procurador de la ciudad de Buenos Aires:
mente molestados por las partidas militares destinadas al celo de la campaña y del El síndico procurador, sobre el proyecto formado por Sagasti para la venta de
resguardo de los contrabandos les suministran caballos, peones para devolver/os, 'as tierras realengo baldías, expuso que su primer aspecto no dejaba de ofrecer ven-
carne y cuantos auxilios pueden. No son Señor Exmo. los que poseen muchas tie- tajas al real erario y al público, pero que meditado a la luz de más exactas reflexio-
rras quienes hacen estos particulares servicios al estado: díganlo los campamentos nes sólo se percibía el celo de su autor envuelto entre puras especulaciones, pues
de Santa Rosa, extramuros y guarniciones de Santa Tecla, Santa Teresa, con las una de las proposiciones sobre que Sagasti prometía aumentos a la real hacienda
guardias de San Ramón y Pintado. Díganlo las expediciones al Río Grande y sitios a con su nuevo método la demostraba con el ejemplo de un terreno de seis leguas de
la Colonia del Sacramento. Dígalo la construcción y conducción de fajinas para el frente y seis de fondo, el cual avaluado en 100 pesos por legua sólo importaba 600,
sitio de esta última plaza sin el mis leve estipendio. Y véase si alguno de esos siendo así que si se midiera y se vendiera por leguas cuadradas o cúbicas importaría
poderosos poseedores de inmensas tierras pueden parangonarse con estos notorios según su sistema 3600 pesos mediante a que seis leguas de frente con seis de fondo
servicios hechos a Dios, a la Patria y al estado. hacían trelnta y seis en área, de lo que deducía un perjuicio de 3000 pesos en la
Por último, Sr. Exrno., supuesto que el fin primario de S.M. en las ventas de venta hecha por el método que en la actualidad se observaba. Pero que esta deduc-
terrenos es atender al común beneficio de los pobres, y en particular de los pobla- ción no era conforme con su objeto porque cuando se sacaba al pregón un terreno
dores y pacificadores, y que no ha sido poseída la Real mente con la idea del de la extensión que Sagasti decía, nadie ignoraba que cuadrándose en área saldrían
ingreso que pueda resultar al Real Erario, sino sólo beneficiar a sus vasallos bene- las leguas figuradas en su proyecto, y sin embargo la experiencia 'acreditaba que
méntos, que gran campo se ofrece a la magnanimidad de V.E. para ejercer sus lejos de salir muchos postores no había quien hiciera competencia al denunciante
piedades en obsequio de la justicia y alivio de tanto pobre infeliz, coartando los ofreciendo mayor cantidad que la de 100 pesos por legua girada de frente a fondo,
excesivos terrenos que algunos poseen y tienen despoblados, haciendo de ellos u otro precio menor según el paraje de su situación.

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De que se infería. que si al tiempo de la mensura, en lugar de medirse el hacía cuenta fijarse porque los costos de la conducción de frutos a los pueblos
terreno según el método observado se medía como Sagasti proponía, no podría consumidores importarían más que el valor de ellos.
encontrarse quien ofreciera más que los 600 pesos, porque el comprador no Por estos respectos dice el síndico procurador que lejos de ser conveniente
atendía al aumento de leguas de un terreno medido de frente a fondo o cua- reducir las estancias a menos terreno, antes se interesaba el bien público en que
drándose, sino al cuerpo comprendido bajo estas dimensiones. Y así que se..: ' no se permitiese la subdivisión de las suertes ya pobladas o que de nuevo se
midiese de frente a. fondo o por leguas cuadradas, siempre saldría la misma poblasen; porque una suerte de estancia en la jurisdicción de esta ciudad se com-
cuenta, con sola la diferencia que si las seis 'leguas de frente con seis de fondo ponía de 3000 varas de frente y legua y media de fondo, cuyo ámbito era tan cor-
se avaluaban en 100 pesos, cada una de las treinta y seis de su área sería preciso to que algunos criadores de considerable fomento solían unir dos o tres suertes
valorarlas en poco más de 16 pesos, pues de otro modo no habría quien com- para dar a sus ganados la necesaria extensión, sucediendo frecuentemente que los
prase las tierras. dueños de estas suertes dejaban considerables números de hijos, los cuales care-
Por lo cual concluye con que bien meditada la proposición de Sagasti no ciendo de otros bienes, subdividían entre sí la suerte de su herencia común y con-
ofrecía ventajas algunas que la hiciesen adoptable, aunque contraída a otros casos síguíentemerne se iban continuando las subdivisiones entre los hijos de estos últi-
mereciese distinto concepto, como por ejemplo cuando se vendía un terreno mos, que según era notorio había en las estancias propietario que no poseía más
situado entre dos ríos o dos sierras, en cuyo caso tirándose líneas para leguas de de 10 varas de frente con un jirón de legua y media de fondo, si es que aún por el
frente al fondo por los dos costados solían quedar entre ellas y las sierras algunos fondo no se dividía también entre sus hijos reduciéndolo a cuarterones, de que
espacios que el comprador podía aprovechar sin que realmente se hubiesen com- resultaba un repartimiento de tierras no muy desemejante al propuesto por Saga s-
prendido en la tasación. Y este perjuicio podía evitarse cuadrándose todo el terre- ti, pero ni beneficio al público, ni a los labradores, que más bien se seguían per-
no, sucediendo lo mismo en aquellos de distintas figuras en que las mediciones juicios intolerables dignos de un eficaz remedio.
acostumbradas no incluían algunos ángulos, bien por consideración a ciertos luga- En esta inteligencia, acercándose el síndico procurador de esta ciudad a tra-
res pantanosos que se excluían, o bien por otras circunstancias, cuyas exclusiones tar la proposición última de Sagasti de que en las ventas que se hiciesen de tierras
perjudiciales a la Real Hacienda admitían precaución por el medio de cuadrar los realengo baldías, o en las ya hechas, se limitasen las suertes a cortas extensiones,
terrenos; pero que fuera de estos casos no se percibían las ventajas propuestas distinguiendo como hasta aquí dos especies de terrenos: unos, inmediatos a las
por Sagasti, porque una legua cuadrada de la área siempre tendría el valor de la poblaciones hasta la distancia de treinta leguas, repartidos por merced a los pri-
sexta parte de otra, medida por el método antiguo; bajo de cuyo supuesto le era meros pobladores o vendidos por la real hacienda, repartidos o compuestos, por
uidiferente se hiciesen las mediciones por leguas cuadradas o sólo aquellas que cuyo motivo apenas se encontrarían muy pocos palmos realengo baldías a excep-
correspondían a los casos exceptuados. ción de algunas sobras de suertes principales beneficiadas; y otros, situados en las
Que otra de las proposiciones de Sagasti era el perjuicio que al público fronteras del indio infiel, o en parajes muy remotos, y por lo tanto en el todo o en
resultaba en lo espiritual y temporal por la venta de terrenos muy extensos para su mayor parte baldíos por el temor del enemigo; dice que las suertes de 3000
estancias y no preferirse en la compra de suertes menores a los labradores, y que varas de frente y legua y media de fondo no sólo no sufren limitación sino espe-
este pensamiento en que se contenía la necesidad de un arreglo general, o se pro- cialisima prohibición de que se dividan y subdividan para precaver los insinuados
puso por Sagasti sin los conocimientos precisos, o sin discernir los medios que perjuicios, respecto de que en la propuesta distinción no hay tierras realengo bal-
pudieran hacerlo útil. días, y cuando las hubiera no sería conveniente la limitación de las suertes en sus
Porque si la preferencia de los labradores se solicitaba en las tierras destina- frentes ni sus fondos a menos cantidad de varas que las referidas antes; y en algu-
das para chácaras como propias para la labranza, estas estaban repartidas y enaje- nos casos deberían extenderse hasta cuatro y aún estos no compondrían terreno
nadas, y ellas producían los frutos necesarios y tan suficientes que si no se cultiva- extenso para una cría considerable de ganados, cuya regia no debía tener aplica-
ban no era porque careciesen de dueúo, sino porque a sus propietarios no les ción a los terrenos cercanos a la frontera.
hacía cuenta impender tanto trabajo cuando por lo general no tenían salidas sus Porque respecto de estos no podía prescribirse una regia fija para la exten-
frutos más que al pueblo o pueblos inmediatos, para cuyo abasto producía lo bas- sión del frente y fondo de las estancias que en adelante se poblasen pues para ello
tante el terreno labrado. y si la preferencia se solicitaba de los terrenos de estan- era indispensable examinar su situación, fertilidad, los pastos y su más o menos per-
cias inmediatos a los pueblos formados o distantes de ellos, fuera de estar también' manencia, las aguadas, y el valor de los ganados, que era distintísimo según las dis-
repartidos por merced o vendidos, había prohibición del Gobierno para que en tancias de las estancias, porque en las inmediatas a las poblaciones hasta el término
ellos se hiciesen labranzas por el perjuicio que causaban a la cría de ganados; de de veinte leguas un novillo valía veinte reales, y el mismo en otras más remotas
conformidad que las tierras realengas que quedaban sujetas a denuncia eran las escasamente se podría vender por cuatro reales, mediante a que no siendo fácil su
fronterizas al indio infiel, u otras muy remotas en las que a ningún labrador le conducción para el consumo únicamente se proponía el comprador beneficiario por

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la utilidad del cuero y algún sebo. Por cuyo motivo conceptúa que si un hacendado preceder a su venta porque el comprador que ocurría a ellas entraba bajo el firme
en los partidos inmediatos a esta capital podía con una estancia de seis mil cabezas supuesto de que aunque un terreno v.g. de seis leguas de frente y doce de fondo
reportar proporcionadas utilidades, otro que se poblase en lugares más .remotos y tuviese en su área por el progresivo aumento geométrico setenta y dos leguas cua-
especialmente de la parte oriental de este Río de la Plata habría de menester de die- dradas o cúbicas lo que él había de comprar y avaluarse en realidad no eran más
ciséis a veinte mil cabezas para costearse y adelantar algo. Todas estas consideracio- que seis de frente y doce de fondo. Y reproduciendo sobre los fraudes y dolos
nes, dice el síndico procurador de esta ciudad, que le obligan a asegurar que la que pueden cometerse en las ventas de tierras realengo baldías lo expuesto por el
mejor regla que se podría observar para la venta de estos terrenos sería obligar al síndico procurador de la ciudad de Montevideo, continúa el informe diciendo que
que los denunciase a que los poblase de ganados dentro de un término regular, con el perjuicio del público propuesto en el sistema de Sagasti es aparente, demostrán-
declaración de que de no verificarlo se darían sin más causa por vacantes y reinte- dolo con que si se trataba de la venta de unos terrenos semejantes a los del lugar
grados a la Real Corona para que dispusiera de ellos. De modo que con esta calidad de la naturaleza del proyectista en donde apenas había para cada individuo un
asegura que bien podían venderse en los parajes remotos y expuestos estancias de palmo de tierra desde luego sería evidente y efectivo el gravamen del vecindario
cinco a siete leguas de frente con sus fondos correspondientes, de que resultaría siempre que se ejecutasen las ventas, repartimientos, mercedes o composiciones
beneficio a la real hacienda pues era indudable que a la misma le era conveniente en porciones de extensión; pero no debía discurrirse ni juzgarse así de los terre-
que semejantes terrenos se denunciasen y poblasen aún cuando fuese a.·unos' pre- nos de la campaña de esta capital, en que había unos territorios inmensos e inca-
cios muy equitativos, porque de su población y sucesivas ventas percibía el real paces de poblarse aún cuando los compradores fuesen mayor en número que los
derecho de alcabala, y los impuestos a los cueros que se beneficiasen necesaria- que componían los ejércitos de jerjes, pues respecto de dichos terrenos ya se des-
mente en ellas según la hipótesis propuesta por lo que concluye previniendo en cubría con sólo lo dicho la superfluidad e inutilidad de reducir sus suertes a tres
primer lugar que lo hasta aquí expuesto debía entenderse precisamente de los terre- leguas de frente y seis de fondo como opinaba Sagasti, o media legua de lo pri-
nos de la jurisdicción de esta capital que se extendían a más de 50 leguas hasta los mero y una de lo segundo según sostenía otro con el reglamento formado para las
arroyos, otro tanto hacia las fronteras y lo mismo quizás con corta diferencia a los poblaciones de Sierra Morena.
parajes de la banda oriental de este Río de la Plata, y en segundo que acaso podría Para probar la abundancia dicha de los terrenos trae el cabildo a considera-
ser conveniente oir sobre los particulares y objetos de su informe a una junta gene- ción que sin embargo de haber pasado más de doscientos años de la población
ral de hacendados y criadores de ganados. de esta ciudad, y de que ha crecido muy mucho y multiplicádose las ventas de tie-
rras realengo baldías, aún sobran estas, y para poblarlas en caso necesario han
venido gentes de Europa, como sucedió con la costa patagónica, lo mismo que
importa nada para la abundancia de terrenos porque si de aquí a otros doscientos
Dcx::UMOOO Nº 8 años se aumentasen los pobladores otro tanto más en manera alguna serían sufi-
cientes para poblar los campos baldíos que por su inmensidad apenas admiten
número, apurando el convencimieruo de esta verdad el dolor con que expone el
l~fOQME DEL CABILDO DE BUENOC>/\IQE6 EXPQE6ANDO, cabildo que diariamente observa la falta de compradores de las estancias que con-
tinuamente se exponían a la venta, y cuyo capítulo no debía haber omitido Sagasti
E~ CO~COQDANCIA CON EL6INDICO, 6U A5lEQTA como tan propio del objeto de su sistema y proyecto.
OPOOICION A LA6 TEOI6 DE 6ACA6TI (15-6-92). De aquella abundancia de terrenos infiere el mismo ayuntamiento que las
ventas limitadas lejos de ser benéficas al público antes por el contrario le son perju-
Informe del cabildo de Buenos Aires: diciales porque en el supuesto de que hubieran de efectuarse en suertes de media
Consiguiente a este dictamen cree el Cabildo de esta ciudad de Buenos legua v.g. de frente y una de fondo, y en el de que quien la comprase dejase por su
Aires en su informe de 15 de junio de 1792 que el proyecto de Sagasti, contenido muerte dos o tres hijos, no admitiendo dicha suene división entre los herederos por
en su representación no merece toda aquella satisfacción con que le produjo su bando de buen gobierno, se vendría a pasar por el inconveniente de que el primo-
autor, e írnpugnándolo en su parte principal que es el aumento del precio con génito o uno de estos cargase con ella y los demás hermanos quedasen mendigan-
respecto al incremento que reciben las leguas de fondo por las del frente, según do. Y discurriendo desde aquí al caso contrario, esto es al de que las ventas se
las leyes de la progresión geométrica, dice que las ventas de tierras realengo bal- hiciesen en porciones de grande extensión, como las que se otorgaron a Don Juan
días como hechas ad corpus el mensuram prescinden de semejantes progresio- Francisco García y a Don Melchor de Viana, ambos con suficientísirna descendencia
nes, y el precio verdadero no se conceptúa ser el que pudiera dárseles a los terre- para pobladas, demuestra el beneficio que resulta al público y a S.M. de las ventas
nos por las mismas sino el justiprecio verdadero y tasación que de ellos debe de terrenos en grande extensión, haciendo a mayor abundamiento en cuanto a la

178 179

I


I
población de ellos benéfica a uno y a otro las mismas reflexiones con que la per-
suade el síndico procurador de la ciudad de Montevideo hablando del mismo'
Todas las gentes establecidas ya, y aún las que solicitan establecerse del
otro lado del Río Negro, no tienen más objeto que sacar todo el producto que

I número caso; no omitiendo discurrir de una misma conformidad con el síndico pro- ofrecen en el día aquellos campos por residir en ellos porciones de ganados de lo


I
curador de esta capital en cuanto a la segunda especie de terrenos de que trata en
su dictamen, y están fronterizos a los bárbaros enemigos de los que dice el cabildo
que resultará que cuando el Rey delibere que sean poblados aquellos campos y
repartidos a tanto vecino pobre como hay, que por falta de un pedazo de campo


I que sin embargo de que están poblados auxiliados de los fuertes y de que el vecin-
dario se ha aumentado mucho y más el ganado, se conservan baldíos sin que nadie
no son unos criadores útiles, se hallarán todos estos con solos los terrenos y aque-
llos ya de antemano poblados serán los que habrán sacado todo el jugo.

I los haya denunciado, en medio de que el que quiere usa de ellos, todo, lo que se Además Señor, que los que en el día se han poblado, han tomado unas gran-


I evitaría con medios y arbitrios opuestos a los de Sagasti, tanto en el precio que les des porciones de terrenos y de esto resultará que en una campaña donde pudieran
acomodarse doscientos o trescientos vecinos, que puedan estar bien acomodados y

I
aumenta como en la extensión a que intenta reducidos.
Después de esto asevera el cabildo que en la legislación del Reino no se ser mañana otros tantos milicianos que defiendan nuestras fronteras en caso necesa-

•~
I
hallan prohibidas semejantes ventas, y que tan sólo los repartimientos de tierras son
los limitados; que en la Europa S.M. a cada instante vende dehezas de extensión
rio, vendrán a poseerlas diez o doce sujetos, que es lo que sucede con íos terrenos
que hay de esta banda del anunciado río, y así se ven porción de gentes pobres
I crecida sin que lo embarace la necesidad de repartirlas a los pobres labradores y que desesperanzados se abandonan al ocio. Por esta causa abundan en mucha par-
I vecinos, ni haga impresión el que los compradores entren en ellas con la esperanza te los innumerables vagos, pues como no tienen donde ganar un conchabo se dan a
I la vida bravía y holgazana, pues -las estancias grandes que pudieran conchabar esta
de tener feudatarios o se conceptúen señores de vasallos; que la extensión de terre-
•I nos para estancias es. tan esencial como que con ella sola se proporciona la crianza gente están surtidas de negros por ahorrarse los conchabos.
~ de los ganados, que es el alma de estas Provincias fecundas en ellos. Mucho pudiera decir a V.E. en este particular pero lo omito respecto a que
y últimamente que el arbitrio de Sagasti para socorrer a los pobres con la mi primario objeto es saber del modo que debo obrar con los ya poblados, lo que
rescisión de las ventas de terrenos de grande extensión, con conocido y grave he de merecer V.E. me diga para poder obrar con acierto en este particular como
perjuicio de los dueños respectivos, es escandaloso; no menos que efecto de ilu- lo deseo en todos los puntos de mis encargos.
sión todo su sistema y proyecto que, por lo tanto, debe relegarse y despreciarse Dios guarde a V. E. muchos años. Cerro Largo, 22 de diciembre de 1794.
perpetuamente. Agustín de la Rosa.

Exmo. Sr. Virrey Don Pedro Melo de Portugal.


DOCUMENTO Nº 9 El amor al Real servicio y el íntimo interés con que miro todo aquello que
puede ceder en beneficio del estado y fomento de esta importante Provincia del
Río de la Plata me ponen en el honroso empeño de representar a V.E. lo que
NOTA6 DEL COMANDANTE ACU6TIN DE LA Q06A A L06 entre otras cosas me parece no sólo a propósito sino absolutamente indispensable
para el arreglo de los campos de la otra banda en que me hallo comisionado y
VIQQEYE6 AQQEOONDO (22-12-1794) Y MELO (7-5-1 (95), custodia de la frontera de los portugueses que tanto importa al aumento de nues-
LLAMANDO LA ATENCION 605QE 11\6 CQAVE6 tro comercio y conservación de nuestros terrenos.
El establecimiento de poblaciones en el cordón de la frontera es sin duda
CON6ECUENCIA6 6OCIOECONOMICA6 DE LA Sr. Exmo. el remedio que todos aprueban como específico y bastante no sólo para
asegurar las fértiles campiñas de la otra banda, teniendo siempre a raya la nación
APQOPIACION LATIfUNDI6TA DE L06 CAMP06
fronteriza, sino también para arreglar enteramente aquellos campos para limpiarlos
QIOPLATEN6E6. de ladrones, facínerosos y contrabandistas, para reducir los ganados a rodeo, para
evitar los desórdenes que hasta ahora se han experimentado, y lo que es más que
Exmo. Sr. Don Nicolás de Arredondo. todo, para asegurar la inmensa riqueza de esta provincia en los ramos de cueros,
Por los cargos que pudieran hacérseme por esa Superioridad si no diera carnes saladas y sebo, artículos todos que da el país de sí con abundancia en
cuenta de los perjuicios que puedan resultar de las poblaciones que se están medio del desarreglo y que reducidos y puesta su extracción en las manos inteli-
haciendo del otro lado del Río Negro, me parece conveniente demostrar a V. E. lo gentes de los estancieros tomarán imponderables aumentos haciéndose partícipes
que sigue, para que se digne decirme como debo obrar en este particular. de ellos el estado, la real hacienda y el comercio.

180 181
Aunque no ignoro las dificultades que hasta ahora se han experimentado Bien puedo padecer <;<luivocación en este modo de pensar, pero creo que
para llevar a su término una idea tan escogida y ventajosa no creo necesario a mi resuelto el establecimiento de poblaciones nada sería mas fácil que lograrlo por
propósito desvanecer estos inconvenientes que sólo pueden haberse sostenido estos medios, y que si al mismo tiempo se lograse que a la reunión de estas gen-
por una conocida desgracia de estos países que acaso no ha podido evitar el celo tes se añadiese la concurre~cia de cierto número de vecinos celosos y honrados
y empeño de los superiores, Mi objeto se reduce a indicar a V,E, que mientras no en cada población que les sirviese de ejemplo, de freno y de guía, desde luego se
se adopte el sistema de poblar la frontera y repartir los campos en suertes de aseguraría mucho mejor la subsistencia y fomento de aquellas y las ventajas a que
estancia es imposible disipar todos los desórdenes que destruyen sus terrenos aún debemos aspirar,
cuando se logre corregirlos en mucha parte, y a que sólo de este modo se asegu- El principal y más incomodo estorbo que se presenta para esta resolución
rad con la riqueza del país todo cuanto puede apetecerse para el mejor servicio es el repartimiento de terrenos y los modos acomodados de ejecutado. Las leyes
de Dios y del Rey, dan las reglas que en esto deben seguirse pero yo, Señor Excelentísimo, sin que
El hombre' siempre movido por el interés arregla sus operaciones a las ven- jamás se pueda sindicar de atrevimiento lo que es un impulso de celo, me deter-
tajas que espera: nada lo induce, nada lo enamora, nada lo empeña como su pro- mino a pensar que en el caso en que estamos no sólo no pueden seguirse las for-
pio interés, Esta verdad tan universalmente conocida es el cimiento, es el apoyo malidades de las leyes sino que acaso estas mismas formalidades son la causa que
con que debe contarse para cualquier establecimiento: proporcionar al hombre han impedido hasta ahora la población de aquellos campos,
intereses propios, y proporcionarle los modos de asegurados y disfrutados con Los costos que exigían las denuncias, las dilaciones que padecen, y la con-
tranquilidad, son los dos puntos en que conviene fijarse para reducirlo al trabajo, tracción personal que exigen, impiden absolutamente la población; porque care-
J la sociedad, al comercio, a J::¡ industria y a todo cuanto puede apetecerse para ciendo los más de fondos sólo logran establecer estancias los acaudalados avasa-
hacerla útil. llando y precisando a los pobres a que los sirvan por el triste interés de un
En las abundantes y extensas campañas de la otra banda, esas campañas conchabo, o a que, y es lo más común, se abandonen al robo y al contrabando,
hasta ahora casi abandonadas, holladas solo de malhechores y ladrones, esas cam- donde hallan firmes apoyos para subsistir, Esta es la razón porque en los campos
pañas Señor Excelentísimo, donde quiso Dios derramar un tesoro inmenso en la de la otra banda viven un sinnúmero de gentes enteramente perdidas que no bas-
cría de ganados, en la abundancia de aguas, en la fertilidad de la tierra y en la ta ya para contenerlos ni el celo ni el empeño, siendo precisa una fuerza casi
comodidad de los caminos; en eS3S campañas está sembrado todo el interés que extraordinaria,
puede desearse para llamar la atención de los hombres y para inducirlos a que se Supuesto ya que por el medio de las denuncias es imposible lograr el objeto
precipiten a pobladas con 13 certeza de hallar a los primeros pasos su felicidad, y comprobada esta imposibilidad con la experiencia de tantos años parece preciso
Yo señor estoy muy ajeno de pensar que pueda decir ninguna cosa que se oculte que desencajando el método que señalan las leyes para los casos comunes deban
a la penetración de V,E" pero con todo me atrevo a afirmar que aún no se habrá adaptarse providencias extraordinarias acomodadas al logro de la idea, La de las
intentado el establecimiento de poblaciones cuando sobrarán gentes plra ellas leyes en las denuncias es asegurar el haber del real erario o el valor de los terrenos
porque dejando aparte los vecinos honrados de esta y la otra banda, que ocurrirán que le pertenecen, pero en las circunstancias me atrevería yo a pensar que más ven-
ansiosos a un objeto tan laudable e interesante a ellos mismos, sólo con la gente tajas resultarían al erario y al estado de hacer ocupar sus terrenos sin interés alguno
"ag3, perdida y abandonada, que viven dé! robo y el contrabando en aquellos que no de seguir como hasta aquí el método de las denuncias; porque sobre ocupar
terrenos y 1.1 que subsiste en los pueblos del mismo modo, seria suficiente para un sinnúmero de vasallos que ahora son sumamente perjudiciales lograría en los
lograr la idea, derechos que pag;¡sen los frutos fl13yores incrementos sin comparación, pero aún
Con efecto es lOS hombres que ahora carecen de todo interés, que no pue- dado el caso de que no se consiguieran otras ventajas que las de atajar fácilmente
den ocuparse en las estancias ya establecidas porque éstas las poseen hombres los contrabandos de tabaco, esclavatura y dinero y evitar la saca de corambre que
ricos y las sirven por esclavos, y que en algún mo-Jo se ven hostigados dé! ia nece- hacen los portugueses de nuestros terrenos unas veces por ellos mismos y otras por
sidad P:¡r.l entreg,Hse a toda clase de de excesos, no se puede dudar qu<: publi- los changadores de aquellos campos, eran suficientes estímulos para compensar
cándose un indulto general con término para presentarse. y oireciéndoles suertes cualquier gracia que se hiciese en el repartimiento de terrenos,
de tierras fX1ra su establecimiento a proporción de la calidad y circunstancia de Otro inconveniente es el de las denuncias conseguidas en una extensión
cada uno, sería fácil reducirlos a población y hacerlos vasallos úules, evítándose inmensa de tierra que ni las pueblan los dueños, ni permiten que otros lo hagan;
de consiguiente los daños que ahora causan; para lo cual sería también conve- y otro el de las denuncias pendientes por el derecho que pueden alegar los
niente que 31 paso de publicarse el indulto se hiciese por las guardias reforzadas denunciantes, Para los primeros hay el remedio de obligarlos o a que las pueblen
una general entrada y persecución, a fin de llarnarlos también por el temor al poniendo en ellas los rodeos y cultivo competentes, o a que las vendan en la par-
conocimiento de sus verdaderos intereses y arreglo de sus costumbres, te que no puedan cómodamente hacerla y para los segundos reducirles las denun-

182 183
cias a la misma extensión de terreno que se señale para dotación de los poblado- miento por estar ahora baldíos y desiertos, entren a poseerlos los pobladores bajo
res y bajo los mismos términos que ellos. el supuesto de pagados cuando ya se hallen fomentados y en disposición de
En fin Sr. Exmo. mi objeto es apuntar el remedio sustancial que necesitan poderlo ejecutar cómodamente y sin violencia, porque si desde el principio se les
aquellos campos dejando a otra ilustración y a otros conocimientos más aventaja, .,_ apareja o enuncia alguna, será fácil se retraigan de establecerse en unos terrenos
dos la discusión que pide una materia de tanta entidad y consecuencia parecién- /' de que puedan ser arrojadas.
dome sí que antes de expedir ninguna providencia general sería muy conveniente A esta población será conveniente señalarle por ahora la extensión de los
tentar por la experiencia de una sola población lo modos de arreglar las demás rincones que forman el arroyo del Parado con el de Tacuary, y éste con el Yagua-
que se consideren precisas. rón, pues aunque es cierto que sobre ellos hay hechas algunas denuncias o acaso
Para este objeto ningún paraje seguramente es más a propósito que la Guar- lo más del terreno, podrán entrar los denunciantes en la clase de pobladores con
dia del Cerro Largo donde yo me hallo destinado porque sobre haber terrenos la misma suerte que a estos se señale según dejo indicado.
suficientes y oportunos para estancias y siembras, aguadas permanentes, pastos Yo no me comprometo Sr. Exmo. a desempeñar completamente este encar-
abundantes y maderas a propósito para ranchos y corrales, no faltan por aquellas go, pero si aseguro a V.E. que en el caso de considerarme capaz de ello pondré
inmediaciones gentes pobres y honradas que correrían con los brazos abiertos a de mi parte el más asiduo empeño demostrando los celosos impulsos que me ani-
cualquier partido ventajoso que se les hiciese. . man, los buenos deseos de que me hallo poseído y la eficacia con que aspiro al
El modo mejor y nada costoso de hacer esta prueba sería que V.E. autoriza- mejor servicio de S.M. yal bien de la Patria y del Estado, únicos objetos que como

• se un comisionado de su confianza para que bajo el concepto de deberse estable- dije al principio me han movido a poner en manos de V.E. esta representación,

•• cer toda población en el pie de dar a cada vecino el terreno suficiente para estan-
cia y el preciso también cerca del pueblo para los sembrados de trigo y minestras
si por el pronto les acomodase hacerlas, repartiese los terrenos y coadyuvase con
esperando que esa prudencia me dispense los yerros de entendimiento que ella
pueda contener y que yo he deseado evitar.
Buenos Aires, 7 de mayo de 1795. Agustín de la Rosa.
su prudencia y con su celo no solamente a llamar y traer todos los vecinos que se
• considerasen necesarios, sino también a protegerlos y auxiliarlos, en primer lugar
•1 para la formación de ranchos y corrales en los parajes más cómodos de los terre-
nos de estancia, y en segundo para la construcción de ranchos en las cercanías de DocUMENTO Nº 10
la guardia donde tuviesen obligación de asistir los días festivos cuando menos a
tI los actos de la religión y demás usos de civilidad y patriotismo induciéndolos al
mismo tiempo al conocimiento de sus verdaderos intereses, al arreglo en las crías NOTL\& INTEQCL\MBIL\DL\&ENTQEEL COMANDL\NTE TOMA&
• y rodeos y al fomento de sus posesiones. QOCL\MOQA L06 CL\BILDO DE CUL\LECUL\Yy
Para. esto no juzgo por ahora necesarios otros auxilios que la facultad de
repartir los terrenos y la permisión de coger ganados alzados para el procreo CUL\LECUL\YCtIU,y L06 VIQQEYE& VEQTIZ y LOQETO, CON
como hasta en cantidad de mil reses cada vecino, o las que sean necesarias a pro-
porción de los terrenos que se les señalen, siempre con la debida consideración a
MOTIVO DE LA ruNDL\CION DE PUEBL06 EN ENTQE QIO& y
que no haya en esto el menor exceso, aumentándose a estas disposiciones la de LO& CONfLICT06 Q!IE &E &U&CITL\QON POQ LL\
algunos carros de auxilios para las conducciones de maderas a los respectivos
parajes. OP06ICION DE L06 CQL\NDE& DENUNCIL\NTE&
Ello parece Sr. Exmo. que de adaptarse este pensamiento se sigue perjuicio
a la ejecución y práctica de lo que previenen las leyes en este punto de poblacio-
LATIfUNDI&TL\& (1782-1785).
nes y venta de tierras, pero si se consideran las circunstancias locales y las utilida-
des sucesivas del real erario con las demás ventajas que muy de paso dejo indica-
das, muy luego se conocerá la necesidad de adoptar este medio u otro
Tomás Rocamora al virrey Juan José Vértiz (11-8-1972)
equivalente tanto más cuanto puede lograrse sin perjudicar a la real hacienda en
Exmo. Señor Don Juan Joseph de Vértiz.
el valor de los terrenos, porque debiendo esto hacerse bajo el supuesto de una
Si las ocurrencias que en el día agravan la sublime comprensión de V.E.
mera experiencia reputándose de consiguiente provisional cualquier recrimina-
dejan lugar que mire estos partidos abandonados hasta ahora, pienso que entre
ción, no hallo yo inconveniente para que dejando a salvo en favor de S.M. el valor
aquellas desazones tendrá V.E. la satisfacción de dar al Rey, a ninguna costa, la
de dichos terrenos asegurado en ellos mismos mediante a que no pierde arrenda-
mejor provincia. provincia no interior y remota, a las puertas de la capital, con

184 185
comunicación libre a esa plaza y a lo general del dominio, y por tanto más útil y partidos y por lo que he oído de los otros, están bien y apetecen el mando de los
apreciable su populación y su fomento. pagados, que así llaman la tropa veterana, y siguiendo su modo de pensar, muy a
No trato Sr. Exmo. de causar gastos, que ya signifiqué, pero tampoco lison- favor del mío, quisiera yo, pues la extensión señalada del terreno lo merece, que
jeo la atención de V.E. ofreciendo ingresos que, aunque nunca verifique, siempre se pusiera al cuidado de un oficial de alguna graduación, en que se suponga
promete la polilla de los arbitristas para que se admitan sus proyectos. . madurez y experiencia y en estado de buen servicio. Me parece que entre los
A dar vasallos, principal riqueza del monarca, y darles con que se alimen- casados podría hallarse alguno que, o celoso del bautismo o poseído de motivos
ten, se reduce mi pensamiento; en concepto muy conciso, en ejecución será más secretos, prefiriera esto al simple servicio de una guarnición, pero es necesario
tardo: reunir a un mando esta gran rinconada ancha como de sesenta leguas que que se le instruya que no viene a descansar. Si llena su comisión ha de estar en
forman de este a oeste el Uruguay y el Paraná Grande, y que corta por el sur el continuo movimiento, a lo menos hasta establecer orden y policía, que aquí no
Paraná Chico; y contener y reducir a lo que justamente necesiten a cuatro ambi- se conocen. Que viene a carecer, hasta que los proporcione, de todos los auxilios
ciosos que quieren abarcar lo mejor de todos estos partidos, y así impiden su para la vida racional. Que sólo hallará tierra yagua en abundancia, con algunas
población. Son los dos únicos puntos de aquel secreto y de mi giro. gentes dispersas por los campos, siempre con la incivil mira de no arrimarse unos
El mando de juez particular en cada uno de estos partidos pudo tolerarse en a otros. Que ha de ser jefe para reunírlos; labrador, artista y facultativo general
los principios de su población, pero con el aumento del día y el que prometen, es para persuadir, estimular y obligar a que siembren, edifiquen y trabajen. Pero
perjudicial. Para ejercer en aquellos términos la perpetua jurisdicción es preciso habiendo disposición y sujeto, no serán dificiles ni infructuosas sus impresiones,
que sea de los domiciliados que tienen más acomodo en ella, y es constante que y a proporción que se le adviertan los progresos le resultará un mérito particular
en ninguna parte se ve más 'suelto el espíritu de la desunión y de la envidia que y recompensa consiguiente. Sería también preciso que para sostenerlo y hacerle
. en tales poblaciones cortas, donde presentes cada instante las medras del vecino, respetable se le diesen doce hombres, que además facilitarían alguna instrucción
si el alcalde es de los que dije, mira con repugnancia que le igualen o excedan; y a estas milicias; podrían ser si los hay de buen servicio a caballo, de la clase de
si es de cortas facultades es un triste monacillo de los hacendados. En resumen: si inválidos y sino de los casados útiles de los regimientos a quienes se les destina-
es rico agravia la justicia y si es pobre, cuando menos la desaira. El mando que se ría en aquella clase, y aquí entrarían al repartimiento de la tierra, para que se
dice reunido de todos estos partidos supone en cada uno de ellos mano extraña, y ayudasen. Evacué el primer punto. Sería mucho dilatarme ingerir los detalles eco-
tal mano ni da celos, ni ocasiona desazón al vecino, porque la cree sin otro que el nómicos de populación: todo se debe confiar de la prudencia y solidez del encar-
interés común. gado.
Todos estos partidos, con excepción del Paraná, son poblados de casi un No sé si mi proposición o punto consiguiente se hallará de acuerdo con los
mismo tiempo, modernos todos, unos sus intereses, y como iguales sus produccio- celosos ministros de la hacienda del Rey, pero su juicioso pensar a favor del mis-
nes y subsistencias, necesitan un propio régimen para su fomento y sólo pueden mo amo y bien común nos hará convenir.
recibirle uniforme de una propia mano. Establecidos en estos partidos algunos sujetos de facultad en Buenos Aires,
Finalmente la facilidad extraordinaria que arriba insinué dan a estos partidos y pública en la capital la venta de terrenos realengos, se propusieron denunciar
sus arroyos y ríos navegables para comunicarse con Misiones, Paraguay, Santa Fe, los que más les acomodaron con el conocimiento que tengo, y así lo efectuaron.
Arroyos, Conchas, Buenos Aires, Santo Domingo, Montevideo, etc., les llena tarn- Nombró el tribunal el correspondiente piloto, juez, tasadores, todos del país, a
brén, entre alguna gente de bien, de vagos y malhechores que huyendo la perse- ruego de las partes, y procedieron a medición, evaluación y algunos a la compra.
cución de aquellas justicias, o la fatiga de las fronteras, se acogen aquí: o para Como la denuncia y consiguiente cayó sobre rinconadas, que son porciones de
hacer una vida holgazana en los campos o para proporcionarse asilo en las faenas tierra comprendidas entre arroyos fuertes y ríos, las más propias para contener
de los montes y en mil rincones escondidos. ganados mansos y asegurarles las aguadas; y tales parajes, por la misma comodi-
Nada atrasa más la población que una y otra canalla. Es necesario perseguir- dad, estaban ya ocupados con vecindario, aunque no reunido formal, pero pobre
la siempre para extinguiría, y que no renazca. ¿Pero qué sucede? Cargándolos en por ser familias que la estrechez del Paraná y otros destinos colocó en éstos.
Gualeguay, se acogen a sus colaterales el Paraná y Gualeguaychú, y de aquí, si Hubo intimaciones, hubo expulsiones y algunas tropelías. Ignorantes estos infeli-
saltan chispas, al Arroyo de la China. Es muy preciso que se deposite el mando en ces del privilegio de avecindados y poseedores; ignorantes de los remates judicia-
mano que con igual fuerza los siga entre estos ríos. les en la capital; y sin facultad para trasladarse a ella ni pleitear, si expusieron su
Toda la dificultad estriba Sr. Exmo. en encontrar aquella mano activa y razón fue tan remisamente que nunca llegó a la alta justificación de V.E.
juiciosa, ella es la base de este pensamiento. Se trata de crearle al Rey una pro- y así se hallan arrojados unos, comprimidos otros, y todos, aún los que dije
vincia útil. Ni genios fuertes, ni remisos acomodan: iguales en su extremo, inac- ya arrojados, esperando segunda vez, por distintos sujetos, una general expulsión.
ción y tropelía, destruyen, no edifican. Por lo que tengo visto en algunos de estoS Sólo uno de estos tenía, y pienso que aún conserva avocados 60.000 postes

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de la otra parte del Gualeguay para amojonar por el Arrecife desde aquel río hasta que le aumente crecido número de ganado según sus facultades, con cuyo motivo
el Cle, que es decir toda la población más útil de este partido. se mezclarán los pocos de cada vecino lindero, y aún los de los más distantes (cuya
Pienso, y creo no me engaño, que si V.E. se digna mandar que se reg~stre prueba tenemos a la vista con los de la costa del Uruguay hasta Yancay). Les dará
no llegarán a 10.000 pesos la entrada que ha tenido el Rey por la venta de todas grande t:abajo, y aún imposibilitará s.u separación, porque es constante que el
estas tierras, que estorba la populación de toda, una provincia. Prácticamente (sea> mayor numero arrastra al menor, y en vista de esto se verán estos vecinos constreñi_
sin trascendencias Sr. Exmo.) se que Wright compró, con los requisitos que dicen dos a venderlos al mism<;> Wright, quedándose exhaustos de medios para su natural
de ley, cuatro leguas y media de terreno con un fondo de 18 hasta la orilla del subsistencia, y aún precisados a comprar a éste la carne que diariamente hayan de
Yancay, a razón de 25 pesos por legua; bajo precio porque dicen, y es así, que se comer. y lo que es más: nunca tendrá aumento esta población, cediendo en perjui-
comprende bastante bañado, pero cualquier bañado que haya (separándome de cio del común y de las piadosas intenciones del gobierno superior y de Ud. que
que en verano son los parajes más acomodados porque son seguros los pastos) tanto se ha esmerado en su erección y alivio como es notorio.
sobre una superficie de 81 leguas, ¿cuántos pobres vecinos podrán acomodarse? Además de esto, debe tener presente este cabildo que dicho Wright intentó
No es un justo equivalente 112 pesos y medio que dicen se pagaron al Rey. por el año de 1783 igual pretensión con la estancia de Doña Josepha de Acosta,
Conténganse, Exmo. Sr., los desmedidos deseos de algunos pocos; redúz- que dista de esta mencionada Villa seis leguas, para cuyo efecto alcanzó dicha
canse a lo que necesiten más que 'sea con abundancia, pero cercéneseles o no se Acosta del juzgado de tierras comisión para hacer la información de realengo, a la
les permita que adquieran muy superfluo, para que encuentre acomodo el pobre que se opuso Ud. con concepto al gravamen que se seguía, y previendo al mismo
vecino que con el producto de la tierra que le sobra a ellos puede mantener una tiempo que, de conseguir Wright dicha solicitud, quedarían estos vecinos expues-
familia numerosa y útil al estado. tos a las mismas consecuencias arriba citadas. Ultimamente, por julio del año pró-
Qué le son al erario, repito, 10 ni 20 mil pesos en cotejo de una provincia. ximo pasado, consiguió dicha Doña Josepha del Sr. Gobernador Intendente
Asegúrese en quietud a estos vecindarios. Repártanse graciosamente los realengos segundo despacho para la referida información, la que se hizo con citación de
con orden proporcionado a población que espera aumento, esto es, que se dé y este cabildo y expuso a S.S·. no sólo estos inconvenientes, sino el de quedar casi
que quede. Permítase a los comunes, si el mismo aumento lo necesitare, que encerrados estos vecinos con sus ganaditos y' cortarJes la salida a los campos de
tomen a importe y mejoras del particular que lícitamente le compró el superfluo afuera a buscar los pastos y aguadas que en algunas estaciones del año no les
que posee con inutilidad. Habrá tres o cuatro que en el último caso pleiteen con- prometen sus respectivos terrenos.
tra este arreglo económico; pero fuera pleitos valga la razón y asegúrese V.E. que Estos motivos ha conceptuado este cabildo legales para impedir la cesion
ejecutado como planteo, antes de muchos años será la de Entre Ríos, de que trato del referido terreno, y más principalmente, el de que por tan inmediato a la Villa
lo que dije, la mejor provincia de esta América. no debe destinarse para estancia sino para chacra, que según Ud. nos insinuó
N. S. guarde a V.E. muchos años. Gualeguaychú Grande, 11 de agosto de deben seguir inmediatamente después del primer exterior destinado a las anímalí-
1782. Tomás de Rocamora. as del servicio diario común.
Aún anima más a este cabildo para hacer esta oposición el ver que cuando
Ud. dio principio a la erección de esta Villa prometió, por comisión y en nombre
El Cabildo de Gualeguaychú a Tomás Rocamora (5-8-1785) del superior gobierno, dar a estos vecinos sitios en ella para sus correspondientes
casas, suertes de chacras y de estancias, con equitativa proporción en remunera-
Señor Comandante de Entre Ríos. ción del mérito contraído por nuevos pobladores y por el desmonte hecho a su
El Cabildo, Justicia y Regimiento de la Villa de San Josef de Gualeguaychú costa y mención, en cuya virtud si ven que Wright entra en uno y otro terreno,
hace presente a Ud. que Don Juan de los Santos, capitán de milicias de ella, ha que ambos son de los pocos útiles que hay en este partido, con justa razón se
solicitado verbalmente nuestra venia para hacer entrega a Don Juan Carlos Wright exasperarán, abandonarán sus casas y tirarán por los montes a buscar sus comodi-
de ganados y cesión del dominio adquirido del' terreno lugar de estancia que dades de terrenos, en perjuicio espiritual suyo y temporal del común.
posee a distancia de una legua (con muy corta diferencia) de esta nominada Villa. Asimismo se está experimentando que estos vecinos, bien sea porque no se
Pero atendiendo, lo primero, a que el referido terreno es realengo como los les cumple la promesa de terrenos referida, o porque ven las tentativas y solicitu-
demás de este partido; y lo segundo, al conocido perjuicio que indispensablemeo- des de los que ambicionan estos terrenos, que juzgaron deberían repartírseles, no
te se seguiría a sus vecinos con esta cesión; ha tenido por conveniente este cabil- se aplican a levantar sus casas, ni ponen el mayor esmero a la cría de ganados, y
do oponerse a ella, interín que Ud. se instruye si son o no justos los motivos que mucho menos a las sementeras, como se ha visto por la del año próximo pasado
para ello le asiste. que no fue suficiente para el abasto del pueblo; y la del presente se conceptúa
Siempre que Wright entre en posesión del propuesto terreno es consiguiente aún más escasa, lo que no sucedería si tuvieran seguridad de la propiedad de

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. La sementera en el año pasado fue tan corta que apenas rindió 100 fanegas
terrenos. Por tanto, y para que pueda aumentarse esta población y obviar otras
de trigo, causa por que se ha experimentado no hallarse un pan en quince días
ocasiones que puedan ofrecerse semejantes a la de Doña Josefa de Acosta y Don
seguidos, .~ continuará la. misma necesidad luego que se consuma el poco trigo
Juan de los Santos, suplica a Ud. este cabildo en nombre de todo este pobre
que acudió de Buenos Aires y de los Arroyos; y la del presente año aunque es
vecindario, se digne propender todo lo posible al alivio de ellos, con la impetra-
más crecida gracias al celo y persuasión con que Ud. animó a unos y ofreció a
ción de los medios y auxilios que les tiene ofrecido, que así lo esperan de la
otros que les traería trigo con calidad de reintegro a su tiempo. Con todo, ella
benevolencia de Ud. y de su celo al bien común, en que se ha visto interesado
alcanzará para el preciso consumo pero no para las utilidades de la saca que
desde el principio de su comisión. podía prometerse grande de la fertilidad del territorio,
Nuestro Sr. prospere la importante vida de Ud. por muchos años. Villa de
Sobre ser naturalmente dejados estos vecinos, flaquean más cada día, Han
San Josef de Gualeguaychú, agosto 5 de 1785. Firman: Juan Esteban Díaz, Agustín
experimentado y ven que algunos poderosos ocupan y quieren los terrenos más
José de León, Eusebio Galiano, Salvador González. aptos que pueblan con crecido número de ganado en perjuicio del suyo corto.
Don Francisco Orrnaechea posee las Guachas, la casa de Wright conserva preten-
siones en todo lo útil irunediato de esta Villa, no obstante que uno y otro tienen
El Cabildo de Gualeguay a Tomás Rocamora (23-9-1785) dilatadas posesiones de la otra parte de este río. Don Lorenzo Javalera trajo pocos
meses hace un piloto con providencia para medir todo lo bajo de este partido en
Sr. Comandante. perjuicio general, porque es el paraje más frecuentado de los animales del común
Anhelando este cabildo por la comodidad, alivio y bien común de estos por la permanencia de las aguadas, y se dice que vuelve ahora de nuevo con pro-
vecinos como principal objeto que debe tener presente en cumplimiento de su videncia para el mismo fin. U1timamente se ha hecho pública por todos estos par-
ministerio, se le hace forzoso recordar la atención de Ud. haciéndole presente la tidos cierta providencia ganada por Don Teodoro Larramendi, vecino de Santa Fe,
indigencia en que se hallan constituidas estas gentes. Al mismo tiempo el relevan- en el juzgado de tierras, a fin de que se le ponga en posesión de los terrenos
te mérito sin remuneración, y por consiguiente la desconfianza que les asiste de la comprendidos desde el río Paraná hasta el nombrado Uruguay (que ese le han
consecución de medios y alivios ofrecidos para sus adelantamientos y aumento de adjudicado por gracia) lanzando de ellos a los vecinos que se hallen poblados, o
esta nueva población. pagándole el arrendamiento de los terrenos en que tienen sus ganados los más
Cuando Ud. por comisión y en nombre del gobierno superior dió principio vecinos de esta Villa.
por el año 83, en el mes de Enero, a la plantificación de esta Villa, ofreció repartir Con estos miedos y recelos que justamente fundan estos vecinos, viendo
a cada vecino respectivos terrenos para casas, chacras y estancias, con cuya satis- que no se les da lo ofrecido, no es extraño que no se apliquen al trabajo, porque
facción trabajó este vecindario, ocupándose las mujeres en el reparo de su casa y contemplan que al mejor tiempo y cuando tengan algún adelantamiento saldrá un
bienes, y lodo varón en el desmonte espesisirno y limpieza del terreno que se poderoso lanzándolos de sus conveniencias, o constituyéndolos sus tributarios.
halló más acomodado para su población, esto no por muy pocos días sino por Ud. mejor que este cuerpo reflexionará estas consecuencias, las que en
cerca de dos meses con más de 100 vuntas de bueyes; obra grande, y que hubiera nuestro concepto le estimulan a no afligirlos para la erección de nuevas casas,
costado muchos rrules al real erario si a sus expensas se hubiera verificado. Muy para lo cual y para remedio de todo suplica encarecidamente a la benignidad de
bien corista todo a la rectitud de Ud. que por tan público y notorio no se lo paten- Ud, este cabildo en nombre de este pobre vecindario que pues le ha manifestado
tiza este cabtldo con más individualidad. incesantemente su natural propensión a favorecerle desde que dio principio a su
Luego que se concluyó este excesivo trabajo, pasó Ud. a señalar sólo sitios arreglo y erección de población (a cuyo favor le vive y vivirá sin lisonja muy gra-
¡nr:l casas a cada individuo en la planta de esta Villa, en la que edificaron unas to) se digne llevar adelante esta tan cristiana y desinteresada propensión, no des-
provisionales ínterin lograban lo demás del ofrecimiento. deñándose en implorar donde debe y puede por la impetración de terrenos gra-
Bien quisiera este cabildo eximirse de manifestar a Ud. lo propio que está ciosos para estos vecinos en atención al mérito arriba citado, y para evitar los
viendo. y decirle lo que no se oculta a su conocida penetración, pero el mismo perjuicios que de lo contrario prevee este cabildo inferirse a ambas Majestades
cabildo lo halla preciso porque las superioridades y sus convecinos no les culpen con la ruina espiritual y temporal de los que se derrotarán por los montes buscan-
y carguen con un silencio continuado por cerca de tres años. do la comodidad libre que gozaban antes.
No sólo no se han mejorado las casas provisionales de la Villa, sino que Gualeguay, setiembre 23 de 1785. Firman: Vicente Navarro, Domingo Ruiz,
muchas de ellas, desiertas, están cayéndose en el día. En los ganados, siendo los Pedro Duarte, Balerio Barrios.
terrenos de este partido los mejores para criaderos, no se ve aquel aumento que
debía producir la reserva del hernbraje que se ha observado desde los principios
por orden continuada de Ud.

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gues, a 'revistar y ejercitar las milicias del Paraná, y me pregunta si las deberá fran-
Tomás Rocamoca al virrey Marqués de Loceto (16-10-1785)
quear para este fin. Le contesto que por ningún motivo, porque aquella función
corresponde al mando territorial, de que aún no estoy separado, y que cuando
Exmo. Sr. tengan aquella gente en Santa Fe o en su frontera, podrán revístar y ejercitarlas.
Por modo que verá V.E. inexcusable me ha puesto esta Villa en precisión de
pasar a V.E. la adjunta súplica como lo hice anteriormente con las de las otras dos";' . Este es un motivo que pretexto; pero el real es que no hallo por conveniente que
se junten las milicias en esta ocasión.
Villas a que se refiere. No son infundados sus temores, ni la confusión en que yo
V.E. determinará si debe fundarse un prudencial recelo de reunir el vecinda-
me hallo para acertar con mi procedimiento.
Ha llegado el caso, y luego se ha hecho público, de haberse presentado al rio, bastante numeroso, que forma las milicias del partido, en el mismo caso que
comandante de milicias del Paraná un apoderado de Don Teodoro Larrarnendi, se manda o expeler sus individuos, o que se sujeten a contribuir a Larramendi por
pidiendo posesión de las tierras desde el arroyo de la Ensenada hasta el de las los territorios en que sus padres se establecieron y ellos conservan habitación y
Conchas, frente al Paraná; y desde el paso de Carvallo hasta el arroyo de Vera, haciendas; y sobre esto y sobre todo se dignará V.E. resolver para mi acierto.
sobre e! Uruguay, con el intermedio de estos puntos que antes traté a la superior En inteligencia Sr. Exmo. que para todo acontecimiento me hallo con seis
comprensión de V.E., y la exclusión ejecutiva de todos los que se hallan estableci- hombres y un cabo de infantería inútiles, excepto uno, para e! uso del caballo y
dos en e! mismo íntermedío y no se acomoden con Larrarnendi, según providen- del campo, y sin esperanza que mejoren porque ya son duros.
cia del Señor Gobernador fechada en octubre de! año pasado que le ampara y de Gualeguay, octubre 16 de 1785. Thomás de Rocamora.
que presenló copia con la de la mensura, que todo me pasó aquel comandante en
22 del mes amecedente exponiendo la irresolución en que quedaba. En contesto
le previne, devolviéndole los documentos, que no obstante que dicha providencia
habilua para la ejecución a cualquier juez que se le presente, siéndolo él sólo por DocuMEtoo Nº 11
delegación mía, no debe decretar otra cosa, cualesquiera protestas que se le
hagan, que el que pase a mi conocimiento. El fin es únicamente ganar tiempo
para que me mande V.E., ya enterado de que en tres ocasiones que se intentó la
fRAGMENTO DEL DICfL\MEN DEL 6INDICO DEL
misma posesión se conmovió el Paraná, que la última, sólo imaginada, que fue en CO~6ULi\OO i\ Li\ VI6Ti\ DEL EXPEDIENTEOl!.E REGI6TQA
noviembre del año antecedente, no tUYOtrascendencia porque se sofocó luego
con las persuasiones del cura y esfuerzos de! comandante Ormaechea, que asegu- ELCONfLICTO ENTREELGREMIO DE tiACENDi\[)()O
raron por "anos los recelos que la inducían de la presencia del mismo Larramendi
y que si entonces fue sólo el Paraná, ahora interesados los demás partidos se mira
CQIi\OOQE6 DE Gi\Ni\OO6 DE LL\JUQI6DICCION DE
como causa común, aunque no con igual razón porque no a todos perjudica con 5UEN06 i\IQEO y ELCUEQPO DE COMEQCIO OlLE ENELLL\
igU.lldad
:\1 sur del arroyo de la Ensenada, que deja fuera 13 línea del prevenido Larra- QE61DE. PQOPOQCIONi\NDO IMPOQTi\NTE6 ELEMENTOO
rnendi, se posesiona con poca hacienda y mucha extensión la viuda de Barrene- DE JUICIO Pi\Qi\ ELi\Ni\LI6I6 DE LL\Ci\MDfu~i\ 5ON¡\EREN6E
chea, que pretende desalojar una porción de vecinos que se hallan establecidos
hacia I.Is puntas del mismo arroyo; así como lo efectuó, no ha muchos años, con (ENEQO DE 1796).
varios que se vinieron a poblar y avecindar en este partido. Carlos Muñoz, sargento
de aquella compañia de milicias, a quien en derechura se dirigió por primero, y
mandó el comandante respectivo que en término de un mes desocupase su situa- C..) Así pues, ciñendo el síndico exponente sus exposiciones al mismo argumento,
ción. se me presentó por sí y a nombre de los demás exponiendo el perjuicio que sin confundir campañas con campañas, desórdenes con desórdenes y objetos con
se sigue de esta expulsión, que con efecto mando suspender, así por razón del cor- objetos, dad principio a ellas por e! orden de los propuestos puntos.
la tiempo que se les asigna para buscar acomodo a su hacienda, como por razón de 12 Para expedirse e! síndico acerca de este punto con más claridad y senci-
la sementera hecha y más particularmente para que en el entretanto justifique la llez, considera de! propósito anticipar una idea útil de la extensión de estas cam-
viuda la propiedad de lo que los expulsados dicen realengo. pañas, de sus pobladores y actual estado, por medio de los siguientes breves pre-
Sobre el mismo tiempo me hace presente el referido comandante de mili- supuestos. La jurisdicción de esta ciudad de Buenos Aires a esta banda occidental
cias, Don Juan Broin, que se da por muy corriente que el teniente de gobernador de su río, se extiende hasta la jurisdicción de Santa Fe girando por la costa al nor-
de Santa Fe pasa con Don Agustín Rarneri, ayudante de la compañía de blanden- te como 70 leguas; por el noroeste a oeste hasta la de Córdoba, como 100; y gi-

192 193
rando al sur en la inmensidad de las pampas, hasta los indios bárbaros, sirviendo estos animales se ocasionen continuas reyertas, pleitos y discordías que después de
para contener a estos enemigos de límites las guardias de las fronteras colocadas a muchos perjuicios, suelen recalar sus recursos a los juzgados de esta capital. Final-
distancias, unas de más y otras de menos leguas. mente son considerables en una cuarta clase los habitantes en aquellos terrenos de
'2f' En tan vasta extensión no se reconoce que hubiese habido fuera de esta estancias de bastante extensión que, o no pudieron poblarse competentemente sus
capital en tiempos más retirados sino dos pueblos de indios, nombrados los Quil- .dueños en ellos, o ,por su suma pobreza las desampararon, y tal vez por pleitos y
mes y el Baradero, cuyo ruinoso aspecto y estado sólo sirve a dar idea de haber e- competencias quedaron despobladas, y se introdujeron otros de su propia autoridad
xistido. Porque en cuanto a lo demás, la Villa de Luján, o la época de su estableci- o con título de unos cortos arrendamientos; y aquellos que viven en los terrenos
miento, acaso es posterior a la mitad del presente siglo. Dividido el resto del que igualmente han sido repartidos en los mismos campos con título de cabezadas
distrito en varios partidos o parroquias de bastante extensión con diversidad se- o sobras, es decir, que las cabezadas son aquellas que empiezan donde acaba la le-
gún sus circunstancias y los habitantes dispersos por la campaña conforme al re- gua y media de fondo de las suertes principales de estancia, hasta otra legua y me-
partimiento o presente situación de terrenos y de su calidad y atenciones, sin más dia de fondo, y las sobras las que siguen a estas. Y como en estas dos clases ordina-
sujeción por lo general a otros jueces inmediatos, que a un alcalde de la herman- riamente no hay aguada permanente, se pueblan gentes dedicadas a la labranza o
dad que se nombra por el M.l. cabildo de esta ciudad anualmente para toda la ex- que tengan corto número de ganados, entre los cuales se encuentran muchos intru-
tensión de cada parroquia de los mismos vecinos de ella. sos que fijando sus establecimientos pobremente en distancias bien apartadas, se
Q
3 No obstante la. escasez de poblaciones formales para tanta extensión, o- mantienen largo tiempo tal vez a pesar de sus dueños, o con algún corto arrenda-
cupó muchas leguas el repartimiento que se hizo a los pobladores de esta ciudad miento que les contribuyen a pretexto de sus siembras.
\en aquellos primeros tiempos de tierras para chacaras de sembradíos, señalando 5Q Si se atiende a la vida y costumbres de los poseedores retenedores de las
las más inmediatas a este fin; y para estancias reguladas la suerte que menos a diversas clases de estancias y terrenos que quedan explicados, no hay duda que
'media legua de frente sobre ríos o aguadas permanentes y legua y media de fon- los de la P y Zi son por lo común gente arreglada y aplicada al trabajo y cuidado
do tierra adentro. Y aunque no puede dudarse que en este repartimiento quedó de sus familias y dependientes, que procuran conservarse en sus casas con mucho
11, III
bastante extensión siempre, no tardó mucho en aplicarse, porque los vecinos prin- orden y religiosidad; más en lo que respecta a los otros de la 3a y 4a, aunque no
cipales, por sus servicios en la guerra que era frecuente con el indio bárbaro y o- puede negarse que entre ellos hay muchos individuos y familias de iguales cos- I
]1

tros motivos, solicitaban por merced terrenos cornprehensivos de la extensión tumbres y calidades, también es cierto que distando muchas leguas de sus casas
proporcionada a su mérito; por cuyo orden, cuando se publicó la Real Cédula del los curas y los jueces de los partidos, son ellos estragados, y a sus hijos por consi-
año de 1754 prescribiendo reglas para la venta y composición de tierras realengas guiente los crían viciosos, y ni los párrocos ni los jueces pueden obligarlos en su
valdias, ya estaban reducidas las de la campaña de esta ciudad por esta banda oc- dispersión y distancias a que cumplan con las obligaciones de buenos vecinos ni
cidental, a la ocupación de varios particulares por estos títulos y otros. impedir que se entreguen a una vida ociosa y a otros excesos, con el auxilio de la
Q
4 Pero las estancias o haciendas de crías de ganados, para cuyo estableci- abundancia de caballos, de su destreza en montarlos y la facilidad en cometer I
miento se distribuyó sucesivamente del modo expuesto el terreno de la jurisdicción cualquier desacierto que su malignidad les sugiere.
!II~.
Iili
Q
de esta ciudad a esta banda, han corrido en su pueble y conservación diversas suer- 6 Ni sólo este inconveniente se experimenta respecto de las insinuadas
tes, explicable s en pocas palabras, considerándolas en cuatro clases: una compre- gentes, sino también el que hallándose en tan dispersas habitaciones están ex-
;11,
hensiva de aquellos cuyos sucesores a los pobladores mantienen sus suertes ínte- puestas, o a las violencias de los malévolos, o a sufrir que sus ranchos o tugurios
gras, o cuasi íntegras, las cuales no dejan de ser bien útiles para conservar y de paja y un cuero por puerta (que son sus comunes casas) sirvan de albergue y I!l'
fomentar en ellas la cria de ganados y el comercio con sus regulares producciones. refugio a muchos individuos viciosos y mal entretenidos, que viniendo de otras
La segunda clase es de aquellos que por compras a los mismos pobladores o a sus provincias se quedan en esta, y a varios criminales prófugos de las cárceles y per- 1, ..,
descendientes, o por permutas o cesiones u otros títulos han pasado a otros; y que seguidos de la justicia, y aún a los mismos esclavos que se sustraen del poder y j fl:,
sus dueños las han ido aumentando con varias compras a vecinos para que sean servicio de sus amos, cuyo pemicioso ejemplar y continuo influjo, acaba de co-
1 11.
más abundantes sus crías de ganados, y estas haciendas, desde luego son más úti- rromper las costumbres de la juventud; formándose a las veces en tales casuchas 1

les. Al contrario, hay otra tercera clase de estancias, que habiendo sido poseídas por retiradas al abrigo de la distancia, de los jueces, de los párrocos y vecinos honra- 1
sus primeros pobladores comenzaron a dividir sus sucesores, sucediendo a esta di- dos que pueden notar sus operaciones, ciertas cuadrillas de hombres estragados a ¡I: 111
111,

visión varias subdivisiones, de que ha provenido haber poseedores de terrenos tan quienes, fuera de la enajenación de cueros que reclaman los hacendados, son fa- li 1

limitados entre las mismas estancias en que ni los mismos poseedores pueden man- miliares entre otros excesos los siguientes: 11

tener ganados de crías, ni hacer sementeras, sin exponerse a que las devoren los 1g El de matar vacas y novillos ajenos para mantenerse de sus carnes, que es '11
ganados de las haciendas inmediatas, y a que por· defender inútilmente sus frutos de su común alimento, y como no tienen, así los estables de esta clase como los adve- t 11'1'

194 195
nedizos que se albergan y se abrigan, este auxilio propio, esperan que los ganados a celebrar pactos, y nunca con los robadores de ganados, porque ni estos pueden
de las haciendas inmediatas se acerquen a sus cortos sembrados, o a las habitacio- vender sino de a uno o de dos ni ellos, que se reconoce reos, se atreven por lo ge-
nes para sorprenderlos, y sino con mucha facilidad ocurren a los terrenos de las neral a venir a la capital para verificar por sí ventas a los comerciantes de los cueros
mismas haciendas, cubiertos con el velo de la noche, a tomar los animales que ne- mal habidos ni recibir de ellos fomento, ni para el mal que causan tampoco los ne-
cesitan o los que pueden. ZO Si antes de hacer sus yerras los hacendados principa- ..cesitan, porque en las estancias de esta banda no hay en que hacer matanzas pro-
les, se pasan las terneras de las estancias de estos, o se acercan al corto recinto en porcionadas a tales disposiciones, ni pudieran hacerse por tales sujetos sin que fue-
que están situados estos individuos perjudiciales, no dejan de herrarlas con las mar- sen conocidos y perseguidos por los dueños de las haciendas. Pero en la misma
cas que en su destitución les han quedado de sus mayores o las han inventado, pa~" campaña se les ofrecen compradores y extractores de aquellos cueros que en su
ra enajenarlas como propias. 3° El de robar en las mismas haciendas inmediatas tro, modo roban, cuales son algunos de los mismos hacendados poco escrupulosos, o
pillas enteras de ganados vacuno, caballar y mular y aún lanar, llevándolas a vender de cortas y figuradas crías, que poco fieles a su gremio se prestan para estos lances;
a extrañas provincias. 4° El de alimentar con el producto de estos abigeatos y rapi- y fuera de ellos ciertos traficantes rateros, independientes del cuerpo del comercio,
ñas los vicios de la embriaguez, del juego, amistades torpes, raptos y violencias en que suelen denominarse pulperos y mercachifles de campaña, entre los cuales algu-
mujeres solteras y casadas, a que suelen seguirse pendencias, muertes y otras trage- nos, fijando sus pulperías en varios parajes, acopiando los cueros, grasa y cebo que
dias que diariamente acredita el crecido número de causas que se remiten a los juz- les viene a las manos; y otros llevando pulperías portátiles en carretones, andan de
gados de esta capital, por los jueces de la campaña, cuando logran aprehender al· casa en casa, buscando las mismas especies, y la salida de bebidas y otras cosas que
guno de los muchos de esta clase que por ella vaguean y se cruzan. llevan, y ejecutan iguales acopios, remitiendo todo a esta Capital, unos y otros en
Esta es la constitución de las campañas correspondientes a la jurisdicción de' carretas de los mismos vecinos de la campaña y a vista y paciencia de los hacenda-
Buenos Aires, en la extensión que se ha indicado por esta banda occidental, y este dos principales y a veces de los mismos jueces, para su expendio a los comercian-
es el carácter de una gran parte de sus habitadores, entre cuyos albergues y residen- tes, que ignorando si son o no de ilegítima adquisición los compran a precios co-
cias, circulan sus haciendas y los criadores de ganados. El síndico exponente está rrientes de la plaza, a un sujeto hábil y conocido en el tráfico que públicamente
persuadido que los mismos hacendados a vista de este retrato, no podrán negar la practica sin nota ni inconveniente que lo estorbe.
verdad de los hechos que sirven de lineamiento para bosquejarle, lisonjeándose al El gobierno de esta provincia penetrado de la mayor parte de los propues-
mismo tiempo respecto del apoderado que hoy les representa, que por más que ca- tos conocimientos, dispuso con previo informe de una junta de hacendados el
vile jamás podrá persuadir que a la perpetración y frecuencia de los desórdenes bando de 25 de agosto de 1775 para que se publicase en esta capital y en las ca-
enunciados en el párrafo que precede no presta el menor fomento ni influjo el pillas de la jurisdicción cornprehensívo de 14 artículos en que después de prescri-
comercio ni sus individuos, que fijados en la capital por atender a su giro prescin- birse reglas muy oportunas para que los hacendados criadores herrasen y mantu-
den de lo que sucede en la campaña, y experimentan los hacendados criadores. viesen sus ganados con las marcas y señales necesarias para evitar la confusión
De consiguiente, aunque en el giro de algunos comerciantes vengan a reca- que se experimenta; se ordenó también que los indicados rnercachífles que anda-
er los cueros que las gentes viciosas y perjudiciales de la campaña extraen de los ban por la campaña, y los que tuviesen pulperías dispersas por los campos se reti-
animales que matan, entre los demás destrozos que hacen a los criadores, es un e- rasen en el término de un mes al recinto de la población de la parroquia o capilla
rror manifiesto y una calumnia visible atribuirles por este sólo hecho, la causa de cada partido, prohibiéndoles hacer cambalaches de sus efectos por cueros, gra-
principal y fomento de tales perjuicios; especialmente haciendo sobre lo expuesto sa ni cebo, so la pena de perdimiento de todo. Que ningún vecino condujese en !i
dos ret1exiones oportunas: una de que las citadas gentes perjudiciales, vagantes sus carretas de estas especies para esta ciudad a los tales mercachifles y pulperos, l'
entre las estancias, no matan en esta banda ganados ajenos tan sólo por el interés sin reconocimiento de juez competente, Que en los terrenos que fueron repartidos
del cuero, en porciones (como sucede en la Banda Oriental y campos realengos. para estancias de crías de ganados no se hiciesen chacaras ni sementeras, ni bajo
I
de aquel distrito donde sin hacer caso de carne alguna de los animales que matan¡ de estos pretextos ni otros de igual clase, se permitiesen en los partidos gentes
sólo cuidan de extraer las pieles para venderías), sino principalmente para subve- perjudiciales entre los hacendados.
nir a la necesidad de mantenerse con sus carnes, sin hacer abandono de estas sino Otros varios artículos contiene el prevenido bando fuera de los precedentes
en raro caso; de forma que la extracción y beneficio que hacen dichos abigeos de de que se ha dado extracto, cuya comparación con el estado en que se ha expuesto
los cueros, es por consecuencia del estrago que han causado en la matanza de a hallarse la campaña y sus habitadores, acredita de un modo eficaz dos cosas: una,
nirnales para saciar el hambre, y que aún sin tener esperanza alguna de beneficiar' de que tratando el gremio de hacendados entonces con la exactitud y conocimiento
los cueros no dejarían de causar, impelidos de la necesidad de alimentarse. propios de su instituto de remediar los males y desórdenes que en sus haciendas [jl,

La segunda retlexión consiste en que los individuos del pundoroso cuerpo de padecían, sólo los atribuyeron a las causas que quedan indicadas sin incluirse en e-
comercio tratantes en el ramo de cueros, no salen al campo sino por rara casualidad llas la que en el día se figura, de abusos del comercio, Y otra, que si los medios

196 197
prescriptos a solicitud del mismo gremio por el gobierno de esta provincia se hubie- dad, el día 11 de agosto de 1580, y dividiendo la tierra para estancias en suertes
sen observado con puntualidad y rigor, seguramente se habrían precavido muchos iguales de tres mil varas de frente y legua y media de fondo, tomó una para sí, y
de los estragos y perjuicios que hoy se ponderan. Pero lo cierto es, que si tan acer- dio las demás, una para cada soldado. Estos hallaron ya algunos baguales, hijos de
tadas providencias se empezaron a ejecutar a consecuencia del bando, posterior- aquellas yeguas, que empezaron a domar los que podían tomarlas. Los oficiales
mente no puede revocarse en duda, que entre las haciendas de estancias se han he- .reales se opusieron, pretendiendo que eran del Rey; y habiéndose formalizado
cho sementeras y se han abrigado como antes, gentes ociosas y mal entretenidas; auto, he viS:O la sentencia que falla injusta la pretensión de dichos ministros, y
que los pulperos y mercachifles han existido y existen, haciéndose árbitros recoge- declara dueno de los baguales al que los pillare. Este es el origen de la innumera-
dores de cueros por los efectos que expenden, no sólo a vista y paciencia de los ble bagualada que hay en las pampas; que si se destruyese, privaría a los indios
hacendados sino también de los mismos jueces de la campaña. En una palabra, las del principal sustento, precisándoles a alejarse o reducirse, y se quitaría a los
gentes viciosas y perjudiciales a la cría y aumento de ganados, se han propagado a españoles los embarazos que son notorios.
pesar de las providencias gobernativas del predicho bando, en la campaña y por los Los ganados vacunos vinieron con Garay, y procrearon en las cercanías
mismos habitadores de ella se hallan conocidos, abrigados y tolerados. hasta que por descuido o falta de aguas en los años de mucha sequía, se escapa-
Todo esto ha sucedido y sucede con conocimiento de los hacendados prin- ron algunos al arroyo Salado, donde en libertad multiplicaron, extendiéndose has-
cipales y tal vez con intervención de algunos que hacen número en su gremio, y ta el Río Negro y más al sur, porque aunque los bárbaros querandís, que hoy lla-
aún disimulados por los mismos jueces, y siendo de su resorte haber impedido man pampas, comiesen su carne, eran pocos para destruir su procreo. Los indios
con la ejecución de las indicadas providencias dichos inconvenientes, y que de la falda de la cordillera tuvieron noticia de estos ganados, y empezaron a llevar
pudiesen llegar a la capital cueros, cebo ni grasa mal habidos, ni aún salir de sus grandes manadas a Chile, cuyos presidentes tenían contratas de ganados con
partidos, se han visto por el contrario tolerar o acomodarse a sufrir sus propios dichos indios. Estos, que en su país no podían vivir sin algún trabajo, se fueron
perjuicios, guardando silencio hasta que su apoderado y comisionado, Don Juan estableciendo en los campos de ganados, y algunos se mezclaron con los pampas;
jirnénez de Paz, arbitró los medios de un ramo que le fuese útil, y consiguió de modo que hoy casi todos los indios son de la costa de la cordillera. Al mismo
mientras tuvo observancia el bando de 12 de septiembre de 1791 en que ingerido tiempo que los bárbaros destrozaban ganados en las pampas, no se descuidaban
al gremio de hacendados su actual apoderado, se propuso sostener aquellas ideas los españoles, llevándolos a Córdoba y Mendoza; y los de Buenos Aires hacían
que ocultando a los hacendados y aún al gobierno el objeto de sus principales mi- mucha corambre de toro y de vacas, porque entonces no se tenía cuenta con eso.
ras de poseer facultades de oprimir al comercio con extorsiones y otros fines, les De ahí se siguió que a mediados de este siglo estaba exhausto este precioso mine-
lisonjease de que los males y desórdenes de la campaña tendrían fin con la prácti- ral de cueros, y no habiendo ya ganados alzados en las pampas, se vieron los bár-
ca de las ideas que le sugirió su cavilosa fantasía. baros en una especie de precisión de robar el manso o de rodeo en las estancias
(..) de esta capital.
Buenos Aires, Enero de 1796. Cristóbal de Aguírre. Esta es la época y la causa de la guerra con los indios, que ha ocasionado
tantas muertes de una y otra parte. Para sostenerla formó el gobernador Don José
Andonaegui tres compañías de paisanos campestres, pagados y armados de lan-
zas. Llamó a la primera Valerosa; a la segunda, Conquistadora; a la tercera, Inven-
cible; y a todas compañías de blandengues, porque al pasar la revista en esta pla-
DOOJHENTO Nº 1'2
za blandearon las lanzas. Aunque destinó la primera compañía al Zanjón, la
segunda a Luján, y la tercera a Salto, no les permitió destino fijo, queriendo que
INfORME ACERCA DE UN RECONOCIMIENTO DE LA6 siempre estuviesen en movimiento. Como los bárbaros recibían continuamente
reclutas voluntarios de Chile, se hizo necesario aumentar el número de compa-
GUARDIA6 y fORTINE6 O!IE GUARNECEN LA LINEA DE ñías, y el de sus plazas o individuos; y para pagarías se impuso el ramo de guerra,
fRONTERA DE 5UEN06 AIRE6, ELEVADO POR fELlX DE que aprobó el Rey en 7 de setiembre de 17{fJ. También se alteró el plan de defen-
sa, porque de errantes y lanceros que eran los blandengues, se fijaron en varios
f\ZARA AL VIRREY PEDRO MELO (31-7-1796). puntos o guardias, repartidas por la frontera, y se armaron como dragones, sir-
viendo en caballos propios. Apenas se hubo entablado esto, cuando los hacenda-
Don Pedro de Mendoza con su armada, en 1535, fundó esta capital, que despobló dos y el ilustre ayuntamiento solicitaron que dichas guardias se avanzasen a deter-
en breve tiempo, pasando sus habitantes al Paraguay, tan apresuradamente que minados puntos o parajes, que se hicieron reconocer; pero los dictámenes o
no pudieron llevar algunas yeguas que poseían y que dejaron abandonadas en el informes fueron siempre tan varios y opuestos, como las pasiones o modos de
campo. Don Juan de Garay con 60 paraguayos fundó por segunda vez esta ciu-

198 199
pensar de sus autores, y redujeron algunos puestos, y adelantaron otros. Yo he basta lo dicho, que no tengo reparo en añadir que, para guardar los fuertes y forti-
reconocido de orden de V. E. todos los fuertes y fortines actuales, y los sitios don- nes propuestos, sería suficiente la 3' parte de los blandengues. Sin embargo no
de se ha solicitado y solicita adelantarlos, y aún otros más al sur, y debiendo propongo esta reforma, porque su destino principal no es guarnecer los fuertes
exponer mi dictamen, lo haré sin preocupaciones ni respetos. sino el salir a campaña siempre que se ofrezca perseguir a los indios, o ataca;
Es para mí indudable que conviene avanzar la frontera, porque con eso se .•.. enemigos de otra especie; además de que los blandengues han de ser los que han
gana terreno, y en él se aseguran muchos cueros para' el comercio, carne y pan ,- de poblar la pampa, y fomentar con su prest las villas, según diré más adelante.
para la capital, y mulas para el Perú; y quedarán seguras nuestras estancias actua- Los fuertes y fortines de la nueva frontera son los mismos en número que los de
les, donde no podrán penetrar los indios so pena de ser cortados. Los dictámenes la actual; esto es, seis de los primeros, uno para cada compañía de blandengues,
opuestos no se han fundado sino en la escasez de aguas y leña, y en que, dicen, las cuales deben proveer 25 ó 30 hombres para cada uno de los cinco fortines; y
es excusado gastar plata en ganar unos terrenos que no se poblarán. Es innegable las distancias no son más largas que en la frontera existente, y están mejor propor-
que las pampas son escasas de leña y aguadas permanentes en tiempo de grandes cionadas. He dado luces al ingeniero y al piloto para que hagan el plano de los
secas; pero lo es igualmente que los fuertes y fortines actuales se hallan reducidos fuertes y fortines, haciendo ver su figura, los edificios que deben tener y el costo.
a beber de pozos, y con menos agua de la que tendrá el que menos de los que se Por lo que hace a la artillería, no hago alto en eso, respecto a que nunca ha servi-
fundarán si se adelanta la frontera. La leña existente de los fuertes actuales se do ni servirá en la frontera. Lo mismo ha sucedido y sucede en el Paraguay; sin
reduce a la que da la pampa, esto es, a biznaga, cardo, etc., que es lo mismo que embargo, allá hay un cañón amarrado de firme a un poste dentro de cada fuerte,
hay en la frontera proyectada. Todo esto consta del diario que incluyo. Además de sin más destino que el de dar aviso; pero como ni para eso sirven aquí, porque
que la nueva frontera tendrá leña más inmediata, y con menos riesgo en las islas, rara vez se oirían, podría excusarse el costo de las cureñas. No obstante, si a V. E.
donde la va a buscar hoy. Por lo que hace a que no se poblará, lo tengo por cier- le parece, podrá quedar en cada fuerte o fortín un cañón o dos, retirando los
to si no se ponen los medios, pero si se aplican estos, según diré después, no ha demás y los artilleros.
de faltar población. El servicio impuesto a los blandengues por su fundador toca en inhumano,
Conociendo la utilidad de la nueva frontera, he elegido los puntos más ade- y no llena el fin; el que hacen hoy participa de los mismos inconvenientes, y es
cuados para establecer los fuertes y los fortines, teniendo muy presente estas cua- éste: de cada fuerte y de cada fortín salen 8 blandengues o milicianos con su
tro circunstancias esenciales: l' Que cubran completamente los términos de esta cabo, dirigiéndose diez o más leguas al sur; y no siendo lícito llevar tienda ni
capital. 2' Que disten entre sí igualmente con corta diferencia, para que la línea equipajes, se ven en la dura precisión de subsistir de lo que da el campo, de sufrir
sea de igual vigor en todas partes, y para que distribuya el servicio con igualdad a la intemperie 8 días que es el término que se les da para regresar. Inmediatamente
la tropa. 3' Que todos los fuertes y fortines estén en una misma dirección, esto es, sale otra partida igual, y así turna todo el año. La experiencia ha hecho ver siem-
que no adelanten notablemente unos a otros. 4' Que todos tengan buenos pastos, pre que cuando los indios resuelven un insulto, espían oportunamente una de
tierras de labor, y a lo menos el agua necesaria. Por sujetarse más a estas condi- dichas partidas por la tarde, y la cortan con facilidad, poniéndose de noche tras de
ciones, no he aprovechado alguna vez de sitios excelentes, y acaso mejores que ella para mataría por la madrugada infaliblemente. Hecho este lance, irremediable-
los electos. mente se introducen entre dos fuertes, hallan en pocas horas nuestras estancias, y
Elegidos los sitios, debo decir a V.E. la forma que juzgo han de tener los arreando el ganado en el mismo día o a la noche siguiente, salen de la frontera
fuertes. He visto con no poca admiración, que el que dirigió los actuales, los deli- sin ser sentidos; porque los que están en los fuertes no pueden saber lo sucedido
neó por las reglas de arquitectura militar, dictadas por el famoso Vauban; con fuera, ni si entraron los indios, y viven tranquilos sabiendo que hay una partida
baluartes y sus flancos arreglados, circundándolos de estacada y foso, gastando en exploradora en su frente. Ni la multitud de desgracias de esta suerte, ni los senti-
todo mucha plata y tiempo inútilmente. Nuestros enemigos en la frontera no han mientos de humanidad, han bastado a hacemos variar el plan de defensa, que me
sido ni pueden ser sino indios de a caballo, armados de bolas y lanza. Esto parece debe ser el siguiente: 1° Disponer que en lo sucesivo no se hagan las refe-
supuesto, para que la gente esté segura en nuestras guardias, fuertes y fortines, ridas exploraciones; y 2°, mandar que de cada fuerte y de cada fortín salgan dos
basta que tengan un cuadrilongo de simple estacada, porque no lo han de romper blandengues juntos por la derecha y dos por la izquierda, al amanecer todos los
bolas ni lanzas, mucho menos defendiéndolas con 'armas de fuego. Todos los días, y que sigan el camino recto hasta encontrarse en la medianía donde entre-
fuertes de la frontera del Paraguay no son más de lo dicho, ni aun la mitad, como gándose un papel o seña que acredite su diligencia, regresen inmediatamente. Si
V. E. no ignora. El aumentar obras y costos, con decir que los indios pueden sor; los indios hubiesen penetrado, conocerán el rastro, y continuando el uno, y regre-
prender dormidos a los blandengues, es cosa que no cabe en buen juicio; porque sando el otro, ambos a la disparada, se pondrá en armas la frontera y reunirán las
con más descuido y descanso se podrían dormir detrás de muchas trincheras, en fuerzas antes que los indios hayan podido consumar el robo; que se les podrá
cuyo caso de nada servirían si los indios las atacasen. Estoy tan persuadido de que quitar en la misma frontera o dentro, sin necesidad de irlos siguiendo muchos días

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inútilmente, como ha sido preciso hasta aquí. De este modo, se reconocerá toda la casa de cabildo, etc. En esta disposición no necesitarán las villas, muros, estaca-
frontera sin riesgo, y con poco trabajo en dos horas, una vez al día, y más si con- das, ni foso; porque estando peg-adas al fuerte y custodiadas con 75 blandengues,
viniere en tiempos sospechosos. Este plan de defensa disminuye el conocimiento nada habrá que temer. La experiencia conforma esto mismo, pues cada fuerte tie-
de los campos, que es necesario para adelantar la frontera cuando convenga, y ne hoy una multitud de casas que le rodean por detrás y los costados, habitadas
para otros fines. Con esta mira podría salir cada seis meses un oficial con 30 blan- por 800 ó 1.000 almas, blandengues y paisanos, que viven tranquilamente, sin otro
dengues, que reconociesen y diesen razón del terreno que hay distante 20 leguas, resguardo que el amparo del fuerte, y no hay ejemplar de desgracia. Aún en los
en todo el frente guarnecido por su compañía. fortines se ven bastantes ranchos; en la misma forma, uniendo las villas a los fuero'
Como el plan de defensa insinuado puede verificarse por sólo los blanden- tes, se logra además que los blandengues las fomenten, y podrán salir todos a
gues, con más comodidad y menos riesgos que e! que hacen hoy, tengo por excu- campaña en un momento, reemplazándoles los vecinos. Pero si las villas estuvie-
sado que se empleen en la frontera los 20 rnílicianos que hay en cada fortín. Estos ren distantes, no podrían los paisanos dejarías abandonadas para ir a guardar los
pobres abandonan sus casas, familias, cultivos y cosechas, y no reciben otro esti- fuertes, donde sería preciso dejar la tercera parte de los blandengues que haría fal-
pendio que 20 reales al mes cada uno, a título de ración. Todo eso sobre injusto ta en campaña. Todo pueblo nuevo se compone de gente pobre que busca la for-
es gravoso al ramo de guerra, que puede ahorrar dicha ración, que asciende a tres tuna, por consiguiente, no debe exigirse de los pobladores que hagan edificios
nul pesos al año. Las milicias no deben tomar armas sino para ocupar los fuertes vistosos ni de algún costo. Bastará pues que los de las nuevas villas se establezcan
cuando salgan los blandengues. y en algún otro caso extraordinario. Del mismo bajo la dirección de calles rectas, y que en lo demás a nadie se precise a hacer
modo, debiéndose reputar a los blandengues no sólo como soldados sino también otra cosa de lo que pudiese o le acomodare.
como a los pobladores natos de la campaña, no es regular que las justicias de los Aunque se podría juntar pobladores con la fuerza, es mejor hacerla por
partidos se sirvan de ellos para lodo, como lo hacen hoy, teniendo más a mano medios suaves. Lo que yo dispondría, siguiendo la letra de la real orden o cédula
1:ls milicias. Tampoco es [usto que se saquen blandengues de la frontera, sino en que aprueba el ramo de guerra, es preferir para blandengues a los casados, licen-
urgencias muy extraordinarias; porque los que salen abandonan sus casas y fami- ciando si fuese dable a los solteros que no se casen en el año. Repartiría entre ellos
lias, cosechas y caballos en que sirven y son propios, no teniendo quien se los los terrenos de la frontera, no con la igualdad que Garay, sino mejorando a los ofi-
cuide, y viéndose precisados a alimentados, comprando el pasto en esta capital. . ciales y sargentos y aún a los soldados de haberes insuficientes; incluiría en este
Concluido lo que alude al servicio militar y seguridad de la frontera, trataré reparto a todos los paisanos que se ofreciesen para pobladores, dando a los más
de! modo de poblada. Los portugueses y demás extranjeros cuando quieren ade- infelices lo que al blandengue más pobre, y reputando a los demás como a los ofi-
lantar y poblar sus límites, fomentan y auxilian a los que se ofrecen para eso, y ciales y sargentos; porque la riqueza en e! reparto debe equilibrar las graduaciones
además les reparten las tierras, porque saben que el derecho de propiedad que les y los respetos. Tampoco deben admitirse paisanos sin familia, y todos, militares y
dan, no solo hace edificar, sino también es una cadena que fija a los hombres no militares, deben perder sus mercedes y costos si no hacen casa en la villa, y lle-
para siempre. La experiencia ha hecho ver que a estos medios ha seguido el fin van las familias dentro del año. Igualmente señalaría tierras, sin precisarle a vivir en
deseado, v V. E. pobló las 150 leguas que hay del Paraná a Concepción en el la villa, al cacique pampa Miguel Yatígué con su familia, que hace 8 años que vive
Paraguay. valiéndose del medio único, que es repartir las propledades. Es pues en Chascornús, donde quiere acabar sus días, y lo mismo digo de cualquiera otro
uidispcnsable hacerla así en la nueva frontera, porque además lo ordena el Rey indio que desee vivir entre nosotros, aunque no quiera ser católico.
en la cédula que aprueba el ramo de guerr3. Si el reparto se hace con equidad y economía, habrá tierra para ejidos y
La situación que debe darse a los pueblos es punto sustancial, porque si se par:! todos en lo que se avanzará, y cuando no bastasen se debería suplir la falta
pusiesen en los íruermedios de los fuertes y fortines, serán víctimas del furor de con las de la frontera actual que son realengas. Pero si, como he oído muchas
los indios. :J no ser que se precaviesen con estacadas o foso, o con un muro de veces, denuncia terrenos algún vecino de esta ciudad u otra parte, y en conse-
adobes o (3pla. Todo eso sería, a mi ver, gastar inútilmente, sin que yo entienda la cuencia se nombran agrimensores, tasadores y jueces; se ponen en subasta, y al
vent aja de tal disposición. Para mi es muy claro que de los blandengues debe fin se venden 30 ó 40 leguas cuadradas por 80 pesos, no quedará para la villa, ni
esperarse la población de las pampas; no sólo porque las defienden y aseguran hay que esperar población. En esta clase de ventas utiliza el erario una friolera y
como soldados, SiJ10también porque son. pobladores natos y seguros, y lo será su acaso se consigue que el comprador ponga algún ganado en su estancia; pero
descendencia dándoles tierras y sitios, y porque su plata es la que ha de vivificar y estas ventajas las paga muy caras el estado, porque lo primero que hace el com-
fomentar a los paisanos. Esto indica lo que conviene hacer, y es, fundar seis villas, prador es echar a muchos pobres que estaban poblados en lo comprado, o los
situándolas detrás y pegadas a los fuertes, de modo que la estacada de estos, hace sus tributarios, justificando que ha poblado, según se le manda en la cédula
opuesta a la que ITUf:l a la campaña, sea e! frente del sur de la plaza. Por supuesto de venta, cuando no ha hecho más que esclavizar a los verdaderos pobladores,
que las calles han de ser arregladas, y que se han de destinar sitios para iglesia, sin aumentar ganados, ni un solo vecino. Es preciso que el erario se aumente, y

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frontera se sigue la misma idea que en el actual, de no repartir la tierra a los
de ningún modo se logra mejor que fomentando la población y la riqueza, y no
pobladores por venderla a los forasteros, seguramente se tocará la dificultad de
ahogándola con el velo de ridículos intereses. Acaso dirán algunos que los men-
que las villas serán insubsistentes, porque seguirán a los blandengues si se mudan
cionados pobladores podrían presentarse pidiendo tierra, y que se les daría. Pero
más adelante, como infalible mente ha de verificarse con el tiempo. Para remediar
no se hablaría así si se supiese que son pobres, y que no pueden costear las dili-
este mal no veo otro recurso que el de repartir, y dar de balde los terrenos a los
gencias, ni aún agitarlas. que se quieran dar.
Ya se sabe que las poblaciones nuevas necesitan auxilios. Los que pueden
Por lo que toca a la oposición que se puede temer de los indios, la conside-
darse a las proyectadas son soportables al ramo de guerra, que no tiene otro destí- ,
ro de poca monta. Algunos caciques han convenido en que nos avancemos lo que
no que la seguridad y población de los campos. Me parece que a cada sargento,
se proyecta, y estamos en paz. Pero aún en la guerra no hallaría dificultad en que
cabo y blandengue se le puede anticipar, para hacer su casita, 80 pesos, de los
se arrancasen las estacadas de los fuertes y fortines, y que las carretas que van por
cuales la mitad ha de quedar a su favor, y el resto lo podrá devolver en 2 o 3
sal y salen de toda la frontera, las carguen de balde en un día, llevándolas a los
años, descontándolo de su prest. A todo paisano pobre y poblador se le podrá
nuevos sitios, en lo que no extraviarían camino notablemente, y se podrían plan-
adelantar igual cantidad de 80 pesos, sin cargo a devolverla, dándoles además el
tar en otro día, quedando las tropas y demás trabajos a cubierto.
primer año un real diario por familia, para que puedan subsistir mientras siembran
Todavía me ha parecido indicar a V.E. otro medio de asegurar la tranquili-
y se habilitan. En esta graci:l no deben comprenderse los blandengues porque tie-
dad y posesión de las pampas, con mayor brevedad, ventaja y extensión. Ya dije
nen su sueldo; y a fin de qu<.:no se aventuren las anticipaciones, se cuidará de no
que el motivo de robar los indios los ganados de esta capital, era el de llevarlos a
hacerlas sino a proporción del adelantamiento que se vea, a proporción de la
Chile. El camino por donde los conducen es pasando el Río Colorado, y dirigién-
fábrica de la casa y esta ha de valer a lo menos la cantidad que se adelantase.
dose al punto inmediato de Chuelechel en el Río Negro, que luego costean hasta
También es preciso que nadie pueda enajenar su casa, sitio ni tierras, ni dejar de
la cordillera. Consta esto de la explicación que puso el piloto Don Basilio VilIarino
ser vecino en ocho años, so pena de perderlo todo, con los costos que hubiere
en el mapa que hizo poco ha de dicho Río Negro; donde también asegura ser esta
hecho, y los derechos y prerrogativas de poblador. Y si por muerte o sucesión
derrota única, no sólo para los indios de la cordillera, sino también para los de sus
pasasen las casas, etc, de padres a hijos, éstos han de estar ligados con las mismas
faldas y llanos orientales, porque cualquiera otro camino no tiene agua. Fundado
condiciones en dicho tiempo. Igualmente debe suplir el ramo de guerra el costo
en eso, dice el mismo VilIarino, que si nos establecemos en Chuelechel será impo-
de las mediciones y diligencias del reparto, y 500 pesos para sínodo de un cura en
sible que los bárbaros puedan conducir a Chile los ganados robados.
cada villa, el cual no deberá exigir derecho alguno de sus feligreses, ni otras
Con estos antecedentes parece que debería V.E. hacer entrar por el Río
ofrendas o limosnas que las voluntarias, en los cuatro primeros años. En los cuatro
Negro una o dos chalupas de las que hay en nuestro establecimiento, dirigidas
siguientes cobrará el cura la mitad de los derechos parroquiales, en compensación
por algún inteligente o dos, que llegasen a Chuelechel y le reconociesen con
de la mitad del sínodo que se le rebajará; y pasados los ocho años se le quitará el
retlexión y conocimiento, para verificar lo que dice Villaríno; pues siendo cierto,
sínodo, y percibirá los derechos parroquiales por entero como todos los demás
es fácil introducimos desde nuestro establecimiento hasta Chuelechel, y formar en
curas. Por supuesto que el propio ramo debe costear la capilla o iglesia, y la casa
él un fuerte como los mencionados, poco más o menos, guameciéndole de 60
capitular; pero como todo pueblo es un seminario de enredos, es preciso que a
blandengues y 20 presidiarios. con dos chalupillas, Según el mapa de dicho piloto,
los diez años primeros no haya casa capitular alcaldes y cabildos, ni más jefe que
distaría este fuerte de nuestro actual establecimiento como 80 leguas, que además
el militar, y que este lo sea en todo.
Con lo dicho se verá antes de dos años que cada fuerte será una villa de de ser navegables, las han andado nuestras carretas. Quizás se hallará que convie-
ne hacer dicho fuerte en la costa del río, donde el mapa figura una muy grande
más de mil almas, porque a más de los pobladores que acudirán de todas partes,
isla, de buen terreno para cultivos y para mantener muchos ganados con seguri-
todos los que hay en los fuertes actuales, que no bajan de 800 a 1.000 en cada
dad. Yo no debo entrar en mayores detalles sobre el particular, porque para
uno, se trasladarán infaliblemente a las nuevas villas, estimuladas de los auxilios y
hablar con fundamento es menester esperar las noticias que ha de traer el comi-
de la propiedad de las tierras, que no tienen donde están. Verdad es que en esta
sionado, a quien se habrá de dar instrucciones correspondientes.
parte no se logrará otra cosa que llevar la gente más adelante, sin aumentar, lo
Me limito, pues, a decir que miro muy factible y fácil, establecemos en Chue-
que se desea, la población de las pampas. Este es un inconveniente que pudo
lechel, y que con esto, siendo cierto lo que asegura Villaríno, seríamos dueños de
precaverse cuando se fundaron las guardias actuales, repartiendo las tierras, pues
las pampas, desde aquí al Río Negro; pues, aunque quedarían algunos bárbaros en
era fácil conocer que nadie permanecería donde nada tenía, sino lo que podía
este espacio, no habría motivo para temerIes, porque no son muchos, ni aun la sex-
tocarle del sueldo que esparcían los blandengues, y que faltando este recurso, era
ta parte de lo que el vulgo se figura; y además no se atreverían a insultamos, vién-
preciso que abandonasen el sitio y las tierras, dejándolas como cuando las halla-
dose cortados, sin poder huir para el sur a pasar el Río Negro, ni para la cordillera,
ron, sin un árbol ni durazno para fruta y leña. Si en el establecimiento de nueva

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tomando el paso preciso de Chuelechel. Tampoco tendrían motivo de incomodar-
DOOlMENTO Nº 13
nos, porque no hallarían a quien vender el ganado robado que ellos no necesitan,
contentándose con comer baguales y quirquinchos que abundan en las pampas. En
fin, amparándonos de este paso preciso, no podrían los indios del sur del Río Negro INfORME DEL COMANDANTE DE LA mONTERA DE 5UEN06
ni los de la cordillera y sus faldas, introducirse en estas pampas, para unirse con sus
indios y robar nuestros ganados, como hasta aquí ha sucedido. .~~
f\IQE6, NICOLA6 DE LA OlLINTANA,A PROP06ITO DE LA6
De este modo se facilitaría mucho la población que se desea, y tanto con-
CON6ECUENCIA6 DE LA APQOPIACION LATIfUNDI6TA DE
viene al estado, en la costa patagónica. Se entablaría insensiblemente. comercio
por el Río Negro con los indios laboriosos que hay en la cordillera y sus faldas, L06 TEQQEN06 QEALENG06 (18-11-1797).
con Chile; quizás sucedería lo mismo con la ciudad de Mendoza, por el río Dia-
mante que entra en el Negro, y es navegable en las crecientes, según dice Villari- Señores de la Junta Superior
no. y sobre todo, esta capital adelantaría una extensión que no baja de 5.000 Al mejor servicio del Rey, resulta muy corta, o ninguna ventaja en las
leguas cuadradas, en que, sin hacer caso de otra cosa, podría mantener más gana- denuncias y compras de terrenos realengos que se verifican bajo las circunstancias
dos de los que hay en todos los campos de la otra banda, sin que ningún extran- comprendidas en el adjunto expediente, porque abarcando a corto precio un solo
jero pudiese participar de sus cueros. Ultimamente, con esto se haría V. E. inmor- individuo la distancia considerable de seis, ocho o mas leguas, prohibe absoluta-
tal, sacando a la capital de su virreinato del estado vergonzoso en que se halla, mente la posesión de otro alguno en ellas, que acaso proporcionaría mayor utili-
reducida por pocos bárbaros despreciables a límites tan estrechos, que en un día dad, sin que jamas tenga efecto la introducción del número de ganados equivalen-
se puede salir fuera, y son los mismos que tomó Garay, su fundador, cuando sólo te a la extensión del terreno que por el medio indicado regularmente adquieren,
constaba de 60 hombres, 216 años ha. pues por lo común son imaginarias y supuestas las numerosas haciendas, que a la
Los costos que puede tener esta idea son muy inferiores a lo que es capaz superioridad en sus representaciones de denuncia exponen poseen. Y para com-
de sufrir el ramo de guerra, que los recobraría en breve con el aumento de cue- probación, que justifique Don Manuel Izquierdo, cual es el número considerable
ros. Tenemos franca la entrada en el Río Negro, y un establecimiento, chalupas y de ganados mayores que en su primera instancia refiere tenía acopiado en la
carretas en su boca: todo está incitando a continuar. Si a alguno le pareciese Guardia de los Ranchos. Siendo notorio que la mayor parte de los pocos que se
arriesgado que internemos 80 leguas por el Río Negro, será porque no se acuerda encuentran en la estancia que ha establecido, son de menor edad, como proce-
de que somos españoles, de que Garay fundó los fuertes de San Salvador y Santi dentes de la saca que han practicado los rematadores del diezmo de cuatropea en
Espíritu, y Ayolas el de la Asunción, a mayores distancias de España, y entre sí, el actual año, comprados mucho tiempo después de haber denunciado y demarca-
guarneciéndolos con menos de 100 hombres; y hace tres años que 50 milicianos do el terreno de que se trata.
paraguayos han hecho el fuerte de Barbón en iguales circunstancias, y en medio En consideración a estos procedimientos ¿qué ingreso le resulta al Real Era-
de mayor número de bárbaros, más guerreros y de mayor pujanza que los que rio de vender al ínfimo precio que se paga unas distancias tan dilatadas' ¿Cuanta
hay por acá. Lo peor que puede suceder es que el camino que dicho piloto supo- mayor utilidad experimentaría con el transcurso del tiempo, si se repartiesen
ne único, no lo sea, sino que haya dos o tres. Nada quiere decir esto, pues se dichos terrenos a los pobladores de las guardias a proporción de los estableci-
reduce a tornarlos todos, cuyo costo es muy inferior a la adquisición de tantas mientos de estancias y labranzas que según los posibles de cada uno pudiesen
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ventajas. fomentar? Pues es indubitable que por la práctica que para atenciones semejantes
He dicho mi dictamen con la claridad posible; pero como recae sobre mate- debe necesariamente creerse les acompaña, han de ser los progresos precisamente
ria tan grave, será bueno que V.E. lo haga ver a D. Nicolás de la Quintana, a D. superiores a los de Izquierdo, quien después de entablada su estancia, únicamente
Manuel Pinazo, al gremio de hacendados, al Ilustre Ayuntamiento ya otras perso- volverá a la frontera exigido de sus fines e intereses particulares, como hasta aho-
nas y cuerpos, haciéndoles fundar los puntos en que discordasen, para que, mejor ra ha sucedido, cuando aquellos indefectiblemente han de subsistir en ella, no
impuesto, pueda V.E. resolver lo que tuviese por conveniente. sólo velando el incremento y mejor conservación de sus haciendas, sino también
Nuestro Señor guarde a V. E. muchos años. Buenos Aires, 31 de julio de prontos por lo mismo a exponer sus vidas como siempre lo han verificado en
17%. Félix de Azara, casos de hostilidad, y verter la última gota de sangre en defensa de su Soberano y
de la Patria por cuya población se han interesado.
En los terrenos denunciados por Izquierdo que comprenden hasta la mitad
de la laguna del fuerte de los Ranchos, distante cuando mas una cuadra de la
población, precisamente habían de pacer algunas de las haciendas de aquel vecin-

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dario, quien cuando no las hubiese en el día ya extraído, se encontrara constituido Mientras en aquellos calamitosos tiempos nos han ayudado estos infelices
a practicado en el momento que el nuevo dueño se lo ordenare, icosa a la verdad vecinos a sostener la guerra con los infieles, ni aún se sabía de quien fuesen estos
digna de lamentarse!, porque un infeliz poblador que a fuerza de su sudor y traba- terrenos que teníamos por realengos, respecto a que jamas ninguno cobró semilla,
jo, y de sufrir las mas extremas necesidades y miserias, logró acopiar un escaso y se miraban con horror, hasta que sentada la paz que observamos todo ha sido
número de haciendas único arbitrio de su subsistencia, se ve forzado a desalojar trabajar en esclarecer antiquísimos derechos y los que no han girado por este con-
aquel terreno en que ya tenían tomada querencia, transportándolas a otro que no ducto, se aplican a denuncias de desproporcionadas y exorbitantes posesiones,
es tan aparente para su mejor conservación, o existe a una distancia notable, habiendo muchos de estos sujetos. que ni aun han pisado nunca estas campañas
resultando en ambos casos por necesarias consecuencias, cuando no él extravío ¿Ya quién de estos infelices con los expuestos conocimientos, por indolente que
de la mayor parte de sus limitadas haciendas, la originación de unos costos que sea, no le ha de llegar al alma su deplorable suerte?
para soportados indíspensablemente las han de minorar con exceso. Y a vista de Prescindiendo de los perjuicios que con las citadas denuncias se originan a
estas seguras reflexiones, ¿quién dificultará que un pobre de aquella naturaleza estos vecinos y poblaciones, muchos usando de la facilidad que por medio de
que se ve expulsar con los perjuicios relacionados de unos terrenos que pobló ellas se les proporciona para hacerse de un terreno dilatado, aunque se conceptú-
con concepto a que los había de poseer sin experimentar semejante extorsión, y en jamás capaces de introducir en él las haciendas que cómodamente pueden sus-
por esta razón, se ha visto próximamente expuesto a sacrificar su vida por defen- tentarse, se presentan solicitando considerables distancias, y aún no faltan algunos
derlos, se abandone enteramente desamparando su pobre familia y lejos de ser que a un mismo tiempo pretendan dos denuncias, suponiendo a igual número de
como antes útil al Rey y a la Patria, venga a procurar su subsistencia por medios individuos el establecimiento de otras tantas estancias, y después de admitidas y
que deba considerársele uno de sus principales destructores) Máxime si contempla terminadas las diligencias que son consiguientes hasta obtener la propiedad de
dimana principalmente su ruina de su ninguna posibilidad, o por mejor decir de todos los terrenos denunciados, vienen a quedar estos en un solo sujeto, sin que
su falta de expediente y resortes, para instruir una representación cubierta de fic- quizá tengan el menor conocimiento de asunto alguno de aquellos que en las
ciones, y dirigir su respectivo curso en términos que consultando sólo su conve- representaciones suenan verifican la denuncia, como sucede en los campos del
niencia, se logre evacuar e! asunto en un todo conforme a sus ideas. fortín de Navarro, donde mantiene una estancia e! procurador de la Real Audien-
En la acción tenida con los indios infieles el 28 de agosto de! año de 1780, cia de esa capital Don Juan de Almeyra. Este, a cargo de Don Salvador Rizo, intro-
en las circunferencias de este pueblo de mi existencia, murieron a mis órdenes dujo allí un corto número de haciendas, plantando después para asegurar/as, sin
veintidós vecinos de él, y a varios de los que el mismo día se hallaron en el más permiso alguno y sólo usando de su atrevido proceder, los correspondientes
próximo riesgo de perder también la vida, y vieron regar con la sangre de sus corrales; y habiendo llegado al conocimiento de mi inmediato antecesor esta
hijos, hermanos y parientes más inmediatos esta campaña, les he visto con el población, considerándola como efectivamente se encuentra arriesgada a ser des-
mayor dolor meses pasados llorar a mi presencia y lamentarse del corto aprecio truida por los indios en caso de irrupción, mandó se le intimase tratase de despo-
que merecían aquellas penurias y fatigas, pues se hallaban constituidos a transpor- blarla, de cuyas resultas ocurrió a la Superioridad a nombre de Rizo. denunciando
tar sus ranchos, haciendas, y cuanto tenían de los terrenos que poseían por aquel aquel terreno, y su solicitud fue dirigida a informe de mi precitado antecesor,
tan caro precio, a otros realengos, donde sólo procuran mantener lo muy preciso quien con su notoria integridad, dio e! más justo y arreglado que en el particular
a su subsistencia, sin aspirar a adelantamiento alguno; pues justamente recelan podía apetecerse, circunstancia que entonces interceptó la continuación de las
que cuando no salgan algunas otras escrituras de mercedes concedidas a princi- diligencias consecuentes a aquella denuncia, hasta que después de su fallecimien-
pios o mediados del siglo pasado, como ha sucedido de los primeros que ellos to nuevamente representó Almeyra como que hacía de apoderado de Rizo, que el
defendieron en otro concepto, exponiéndose a sufrir las sensibles consecuencias referido informe era equívoco, supuesto, despreciable y falso, haciendo a la hono-
que quedan relacionadas, no faltarán algunos poderosos que solicitando una rífica memoria que se merece aquel oficial y a su bien comprobada veracidad el
denuncia, logren con el favor adquirir absoluto dominio en ellos, y los expulsen más evidente agravio, pues logrando A1meyra llevar adelante sus ideas, no sólo
sin consideración a que los dejan sumergidos en la más suma indigencia, y a que consiguió la denuncia que he sentado, sino también otra más que a nombre de un
su sangre ha sido la que les ha proporcionado la estimación que se merecen, por- hermano suyo al mismo tiempo promovió, siéndome constante que los terrenos
que así los vecinos de este como de los otros fuertes, han formado siempre com- comprendidos en la primera los domina como absoluto dueño, y también los de
pañías de alternación en que han servido con igual riesgo y eficacia que los blan- la última, sin que el hermano a cuyo nombre los solicitó haya intentado jamás
dengues, poniéndose sobre las armas al tiro de cañón que es la señal de alarma, fundamentar estancia alguna, comprobando fue esto solamente idea de Almeyra,
en cuyas ocasiones han perecido muchos en los distintos puntos de esta frontera, el que prometió dar al juez que para dicha denuncia se cornisionó, una suerte de
perdiendo sus vidas en defensa de sus cortos bienes, entre estos sus caballos con estancia, e instruyó al tiempo de dirigirle los correspondientes despachos, que las
que a sus expensas han servido al Rey y a la Patria. notificaciones y demás diligencias anexas a la denuncia de su indicado hermano,

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llegue aquel caso, no habrá algunos que repartir a los nuevos pobladores, pues
las extendiese corno si este se hallara presente. De modo que con este arbitrio, ya llegan las denuncias, como sucede con la de Izquierdo y Obligado hasta la mis-
para un corto número de haciendas que tiene, posee el considerable terreno de ma línea de la frontera proyectada. Además de esto por aquella causa se vera la
cuarenta y cuatro leguas cuadradas, con notable perjuicio de aquel vecindario que provincia de esa capital inundada de vagos y bandidos, porque la mayor parte de
aún recela acabe de abarcar el tal Almeyra todo aquel campo, pues aseguran ha las gentes que se desalojen de los terrenos denunciados, como' que carecen de
proferido trata de practicar nueva denuncia. cualesquiera otras facultades para su subsistencia, la han de venir a procurar nece-
En el año de noventa y dos, con motivo de haber rematado el diezmo de sariamente por medios irregulares.
cuatropea de dos partidos de esta jurisdicción Don Antonio Obligado, ocurrió a la Yo quedo consentido en que Izquierdo, Obligado, Almeyra y demás intere-
Superioridad en solicitud de que se le permitiera introducir aquellas haciendas en sados en dominar los terrenos de esta campaña, luego que logren conocírníento
los terrenos, realengos que se hallan entre las Guardias de Ranchos y Chascornús, de este Informe se han de armar contra mi de la mayor indignación, y aún no difi-
ofreciendo ,comprados si experimentase ser proporcionadas a su idea de poblar- culto intente alguno falsificarlo: pero me constituyo por garante de cuanto contie-
los. Pero habiendo informado mi antecesor que de asentir a la nominada compra, ne, con concepto a que he observado rigurosamente los sentimientos de la inge-
se infería el mayor perjuicio a los vecinos, y poblaciones de las nominadas Guar- nuidad, consultando únicamente en desempeño de mi obligación, desnudo de
días, se le denegó absolutamente su pretensión. Ahora estoy informado que no todo interés y fin particular, el mejor servicio del Rey, alivio de las gentes mas
obstante aquellos antecedentes tiene denunciadas y mensuradas, en las ínrnedía. pobres y escasas de protección, y adelantamiento de unas poblaciones tan útiles
cienes de la Guardia de Chascomús sesenta y tantas leguas cuadradas, que si llega al Estado, a esa capital y su provincia. Esto no obstante Ud. con su sabia com-
a adquirir de ellas propiedad pre\'eo redundará segura ruina a aquel vecindario y prensión determinara en el particular lo que fuere de su superior agrado.
,población, lo que ha reconocido él mismo en otra ocasión, pues tengo conocí-
.'miento de que expuso al Señor Don Félix de Azara influyese al finado Señor Frontera de Luján, 18 de noviembre de 1797. Nicolás de la Quintana
Exrno. que los prenotados establecimientos eran contrarios a los adelantamientos
de los fuertes de esta frontera, y que por esta razón lo más acertado sería repartir
a sus vecinos en pequeñas distancias los terrenos realengos, aunque debe supo-
nerse que esto solamente lo expuso penetrando adaptaba esta idea a dicho Señor DocuMmro Nº 14
Exrno., pues apenas se experimentó su falta, cuando ya se propuso apoderarse de
la irunensidad de terreno que queda citado.
Si a este tenor, que muchos apetecen continúe, se van repartiendo los terre- MEMORIA EOCRITA POR fELIX DE AZADA roBRE EL EOTA-
nos realengos de esta frontera, en breve tiempo los dominará todos un corto nume-
ro de sujetos, dejando en la mayor miseria, y por consiguiente sin arbitrio para su
DO RURAL DEL RIO DE LA PLATA EN 180 1 (9-5-180 1).
subsistencia a una porción de pobladores, que en ellos mantienen sus cortas
El haber viajado por todos los campos, parroquias y frontera del sur del
haciendas y labranzas, todo lo que sin duda alguna cede en perjuicio del mejor ser-
citado río, y por gran parte de las campañas del norte, por la frontera del Brasil, y
vicio del Rev y adelantamientos de estos puestos, porque si para un C:lSO urgente de
por las provincias del Paraguay, Misiones y Corrientes; el haber hecho un mapa, y
irrupción, se CUen!3 actualmente en cada uno con trescientos o cuatrocientos veci-
el haber leído todas las historias impresas y manuscritas del país, como igualmente
nos. expulsados estos para que aquellos los ocupen en los términos propuestos,
multitud de papeles antiguos y modernos, me pusieron en disposición de escribir
debe suponcrse tan sólo el auxilio de la gente de servicio que puedan tener dos o
una historia y descripción críticas del Paraguay y del Río de la Plata. Y aunque la
tres estancias. que son las mas que de la naturaleza sentada pueden fundamentarse
estoy finalizando con ánimo de publicarla impresa, como esto no puede esperarse
en el respectivo frente de cada fuerte, Esto supuesto debe también considerarse que
tan en breve por mis circunstancias y las de la guerra, me ha parecido separar de
originan bs dichas compras próximo notable atraso a estas poblaciones, porque es
dicha obra las siguientes noticias, juzgando convenir que se sepan cuanto antes,
consterne que la mayor parte de sus vecindario no tiene otro giro que el de la agri-
siendo como son tan interesantes en mi juicio. Se reducen a hechos y reflexiones:
cultura y cría de ganados; sin posibilidad, a excepción de muy raro individuo, para
los primeros tan evidentes que no pueden dudarse, y me parecen las segundas las
poder comprar media legua de terreno, Por cuya razón vendidos a otros poderosos
más justas y convenientes: pero como cabe en ellas haberse equivocado, se
precisamente han de mudar de situación, pues en la frontera carecen de cualesquie-
podran rectificar y mejorar por otros, y también extender algunas porque quizás
ra otro arbitrio par3 mantenerse honradamente.
habré incurrido alguna vez en laconismo, figurándome convenía así al plan de mi
Por último si como se tiene premeditado, se avanzan estos fuertes a los
obra. En su libro segundo, capítulo segundo, número noventa y seis y siguientes,
parajes que al efecto se hallan reconocidos, y las enajenaciones de los terrenos
se lee lo que copio literalmente:
realengos prosiguen bajo las circunstancias explicadas, es índubítable que cuando

211
210
Tratamos de la segunda clase, o de la gente campesina ocupada en la poc:a Deberían los eclesiásticos gritar sin íntermlsión contra los pestíferos vicios,
agricultura, y principalmente en el pastoreo. Aunque los más sean españoles, no persuadiendo además que el trabajo arreglado es una virtud que hace felices a los
reparan en servir de jornaleros a la par con los indios, pardos o esclavos, ya por hombres. Lo dicho toca de lleno a los campos del norte del Río de la Plata no
ser gente más sencilla y de menos ventolera o vanidad, ya porque los trabajos de] tanto a los del sur; y es preciso confesar que los paraguayos y correntinos carn-
campo tienen menos testigos que puedan ocasionar vergüenzas, o ya porque sus ... pestres son unidos entre sí, que no hacen tantas muertes y robos, que son más
tareas son conformes a sus preocupaciones y caprichos, que repugnan general, 'aseados en sus ranchos, teniendo más muebles; y fmalmente, que no son tan
mente servir a la mano o inmediatamente. Los que son acomodados usan chupa o . ladrones, borrachos y jugadores, sino conocidamente más económicos, instruidos
charnarra, chaleco, calzones, calzoncillos, sombrero, calzado y un poncho, que es y aplicados. Yo atribuyo estas diferencias a que hay algunas parroquias en los
un pedazo de tela de lana o algodón fabricado en las provincias de arriba, ancho campos del sur, y muchas más en el Paraguay y Corrientes, donde se juntan a
siete cuartas, largo doce y con una raja en medio para sacar la cabeza. Y los peo- menudo, y en cada pago un maestro de escuela; además que los paraguayos, aún
nes o jornaleros, y gente pobre, no gastan zapatos; los más no tienen chaleco. los simples jornaleros, saben leer y escribir. No es así en los campos del norte del
chupa ni camisa y calzones, ciñéndose a los riñones una jerga que llaman chiripá. Río de la Plata, pues no hay otras parroquias que algunas por la costa de este río
y si tienen algo de lo dicho, es sin remuda, andrajoso y puerco, pero nunca les y del Uruguay; y en las ciento cincuenta leguas hasta Misiones, solo las del Cerro
faltan los calzoncillos blancos, sombrero, poncho para taparse, y unas botas de Largo y Batoví que se acaban de establecer, sin que yo sepa que haya un maestro
medio pie sacadas de las piernas de los caballos y vacas. Se reducen generalmente de escuela en parte alguna. Debería el gobierno pensar en esto muy seriamente,
sus habitaciones a ranchos o chozas cubiertas de paja, con las paredes de palos según diré tratando del arreglo de campos, y disponer en las capillas algunas fies-
verticales hincados en tierra y embarradas las coyunturas sin blanquear, las más tas de toros, carreras de caballos u otras, para que se juntasen los campestres, y se
sin puertas ni ventanas, sino cuando mucho de enero. Los muebles se reducen viesen precisados a asearse. Sería un medio de introducir la decencia, admitir
por lo común a un barril para traer agua, a un cuerno para bebería, y un asador muchos portugueses; porque siendo notoriamente más aseados y económicos, su
de palo. Cuando mucho agregan una olla, una marmita y un banquillo, sin mante- ejemplo serviría de mucho. Bien se que muchos españoles repugnan esto, funda-
les ni nada más; pareciendo imposible que pueda vivir el hombre con tan pocos dos en que dan noticias a sus paisanos, en que son contrabandistas, y en que en
utensilios y comodidades, pues aun faltan las camas, no obstante la abundancia de fin vuelven a su patria. Justifican esto, con que don Pedro Ceballos fundó con
lana. Por supuesto que las mujeres van descalzas, puercas y andrajosas, asemeján- ellos el pueblo de San Carlos junto a Maldonado, el cual fue luego abandonado
dose en un todo a sus padres y maridos, sin coser ni hilar nada. Lo común es dor- retirándose los portugueses a su país. Pero los que hablan así no conocen que no
mir toda la familia en el propio cuarto, y los hijos que no oyen un reloj. ni ven hay un solo español que no de las mismas y aún más noticias a los enemigos, y
regla en nada, sino lagos, ríos, desiertos y pocos hombres vagos y desnudos que no abrigue con el mayor descaro a los ladrones y contrabandistas. En cuanto
corriendo tras de las fieras y toros, se acostumbran a lo mismo y a la independen- a la deserción, no advierten que no habiendo dado tierras ni medio de subsistir a
cia; no conocen medida para nada; no hacen alto en el pudor, ni en las comodi- los portugueses de San Carlos, era imposible su permanencia allí. A fe que algu-
dades y decencia, criándose sin instrucción ni sujeción, y son tan soeces y bárba- nos de ellos y otros innumerables que encontraron medio de adquirir algunos
ros, que se matan entre sí algunas veces con la frialdad que si degollasen u~ terrenos, subsisten hoy por allí y en otras muchas partes como Mendoza, siendo
vaca. La experiencia les ha hecho ver con frecuencia que cualquiera ladrón o con- los vecinos más útiles, industriosos, ricos y aseados. Mandó el rey que en las guar-
trabandista les roba las haciendas, y a veces los mata a ellos mismos quemándoles dias de la frontera del sur se formasen villas. Se llevaron pobladores voluntarios y
las casas y llevándose a la mujer o las hijas. Sin embargo son muy raros los que forzados; pero ya no existen. Con el propio fin se fundaron los pueblos de Panda,
tengan un arma servible de fuego, porque las aborrecen, sin más motivo, en mi San José y Santa Lucía, y ha sucedido lo mismo. Esto no se repara sino únicamen-
juicio, que el de la incomodidad que les causa su cuidado y el lIevarlas a caba~ te la deserción de San Carlos, atribuyéndola a que eran portugueses, como si los
para correr, en que consiste toda su delicia. En fin por lo que hace a instrucción, españoles no hubiesen hecho siempre lo mismo, y el motivo es que no puede
auxilios temporales y espirituales; en cuanto a vestidos, o más bien desnudez, y existir hoy en los campos pueblo unido de agricultores, ni de estancieros, porque
en cuanto a muebles, habitaciones y comodidades no llevan mucha ventaja a los éstos, no siendo muy ricos, necesitan vivir en sus estancias, y los labradores junto
indios infieles, y sus asquerosas habitaciones están siempre rodeadas de montones a las grandes ciudades y embarcaderos.
de huesos y de carne podrida, porque desperdician cuadruplicada de la que apIC!:;. Haré algunas apuntaciones para que se mediten, porque tal vez serán útiles.
vechan. La religión corresponde a su estado, y sus vicios capitales son: una indi: No es posible dudar que el manantial más abundante de riquezas para cualquiera
nación natural a matar animales y vacas con enorme desperdicio, repugnar toda. provincia es el cultivo de la producciones más análogas a su terreno, y a las incli-
ocupación que no se haga corriendo y maltratando caballos, jugar a los naipes, la naciones o caprichos de sus habitantes. Voy, pues, a investigar por un cálculo,
embriaguez y el robo, bien que estos últimos también dominan en los ciudadanos- cuál sea este manantial en el gobierno de Buenos Aires. Se sabe que un labrador

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en España puede cuidar de un terreno que produzca en año y medio cincuenta
e! mismo y aún menos trabajo. Este desparrame genera], no tiene otra"!excepcióri
fanegas de trigo, que hacen veintitrés y un cuarto de Buenos Aires. Suponiendo
que la.de las pocas ciudades por estar en puertos, y la de los pueblos-de indios
ahora que las tierras del Río de la Plata producen el doble, podrá el mismo labra-
que están concentrados por fuerza. .:, ,."I''''~',':'A;
dor recoger cuarenta y seis fanegas y media del país; y si son once, cosecharan
Si cotejamos el pastoreo con las artes y oficios, ninguno puede ser tan útil
quinientas once y media, que computadas a tres pesos, valen mil quinientos trein-
q!Je produzca al país cuatrocientos setenta y siete pesos y tres undécimos anuales
ta y cuatro y medio , y consideradas como alimento podrán mantener un año a
por cada operario, como le resulta por cada pastor. ¿Puede además darse ocupa-
doscientas dieciséis personas y media; pues se sabe por prolijas observaciones,
ción tan agradable y análoga al capricho, estado y gusto de estas gentes, cuyo
que consume cada una al año cinco y dos undécimos fanegas de Casulla, o dos y
encanto es estar siempre a caballo y correr tras de los toros? Si se quisieran intro-
nueve vigésimos quintos de Buenos Aires. Esto se entiende cuando se come el
ducir las artes, sobre no ser estas gentes inclinadas a ellas, tampoco se perfeccio-
pan con otras cosas; porque comiendo pan solo, dicho trigo sólo alimentará a la
narían, sino al paso que la. instrucción y las ciencias; y entre tanto no habría sino'
mitad, esto es a ciento ocho y un cuarto. Se sabe también por experiencia que
la miseria y desnudez que las alejaría, porque lo caro de los jornales, su languidez
una estancia de diez mil cabezas de ganado vacuno, procrea en el Río de la Plata'
y lo tosco de los artefactos las haría despreciables. En e! día provee este país a
tres mil anuales, y que bastan para su cuidado un capataz y diez peones, esto es
Europa de ochocientos mil cueros, sebo, etc., que vendidos allá valen cuatro
las mismas once personas. Regúlase su cuero, carne, sebo y grasa y astas en cator-
millones de pesos; ¿pues qué otra industria ni labor le puede dar lo que el pasto-
ce reales; y será el valor de dicho procreo cinco mil doscientos cincuenta pesos.
reo, que casi no necesita aprendizaje, instrucción, ni talento? No quiero decir con
En cuanto a la calidad de alimento, suponiendo que una res baste para sesenta
esto que se proscriban todas las artes y oficios, sino que se abandonen a sí mis-
.personas que no coman otra cosa en un día, producirán las tres mil del procreo,
mos para que se reduzcan a lo necesario. Para la labor basta la ejerciten los habi-
cuatrocientas noventa y tres y un quinto raciones anuales; y además tres mil cue-
tantes de los contornos de las ciudades y pueblos donde no puede haber estan-
ros, sebo etc., que valen más de otros tantos pesos. Resulta, pues, cotejando los
cias, permitiendo en todo tiempo la extracción de trigo para todas partes, y que se
productos, que vendidos a plata, aventaja el de los once pastores en tres mil sete-
ponga el mayor cuidado, esmero y eficacia en proteger y fomentar e! pastoreo,
cientos quince y medio pesos; y que considerados como alimento, también da el
sacando con esta mira la gente que se pueda de las ciudades populosas, donde es
de los pastores trescientas ochenta y cinco raciones más, con la añadidura de más
más perjudicial que útil, y no hace más que subsistir a costa de la gente de cam-
de tres mil pesos por los cueros, etc. No se tiene cuenta con la mayor extensión
po, siendo constante que ninguna de estas ciudades tiene fábricas ni cosa que
de tierra que necesitan los ganados, porque sobran y están valdías. Si se cree
pueda contribuir al comercio. Sería un medio de fomentar los. ganados entablar
haber favorecido a los pastores, suponiendo que todo el procreo da cuero, sebo,
una junta o sociedad que vigilase sobre ellos, y que se dedicase desde luego a
etc., no es poca la gracia que hago a los labradores, concediendo que sus tierras
publicar una memoria, instruyendo a estas gentes de que los ganados son su úni-
producen al doble, que sean de igual trabajo, y que usen los mismos instrumen-
co tesoro, y de que faltándoles sería su país el más ínfeliz de! globo. Debería
tos; pues nadie ignora que un jornalero en España vale más que tres aquí, donde
extenderse sobre el modo de dirigir una estancia para que diese la mayor utilidad
los ínstrumentos son imperfectos y escasos, y en Paraguay no usan el fierro para
posible, beneficiando sus muy diferentes ramos; ver que hoy no hay regla fija y
la labor, sino los omóplatos de vaca por azadas. Además de que son raras las
que se desperdicia mucho en todo. Igualmente debería fijar la extensión de una
reses que no llegan a ser adultas, y si muchas no dan sebo, las hay.que producen
estancia, pasada la cual conviene ya hacer dos, porque en esto hay mucha perju-
dos y cuatro arrobas, cuyo precio ínfimo es cinco reales arroba. Agregase que pro-
dicial ignorancia. Los principales fundamentos de esta memoria, parece deberían
ducíendo. el trigo y cualquier otro fruto de labor con igualdad en los campos del
tomarse de las estancias del Paraguay, las cuales, por ser más pequeñas, tienen el
Río de la Plata, no pueden ser comerciables sino llevándolos fuera, y no a Europa,
ganado más manso, sujeto y gordo; se manejan con menos peones a proporción,
porque no les puede tener cuenta, ni tampoco el sernbrarle a cuarenta o cincuenta
y con la mitad o tal vez la cuarta parte de los caballos. Todas además crían ovejas,
leguas .del embarcadero, porque los portes excederían al principal, lo que no
secan o charquean toda la carne, y no gastan ni la mitad. Yo entre tanto haré
sucede a los cueros y sebo. Aún si se quiere fomentar la labor, repugna tanto a
conocer aquí nuestra mala conducta en cuanto a ganados, y las incompatibles
estas gentes que con dificultad se encuentran segadores por ningún precio, cuan-
ventajas que hemos perdido. Después indicaré los puntos de un reglamento que
do al contrario, no faltan jornaleros de buena voluntad para las estancias, ni salida
podrá restablecemos en gran parte, logrando al mismo tiempo que nuestros cam-
ventajosa a los productos del pastoreo. La inclinación que se ve tomar al común
pestres se civilicen e instruyan en la religión.
de las gentes, suele indicar lo que conviene al país. Si a este acomodase la agricul-
Consta de las relaciones de todos los ancianos y de varios papeles, que des-
tura, veríamos que sus habitantes se reunían naturalmente en poblaciones culti-
de el principio del siglo dieciocho, y hasta pasada la mitad del mismo, estaban las
vando sus contornos; y no sucede así, sino que toda la gente campesina está des-
pampas de Buenos Aires desde esta ciudad al río Negro, o los cuarenta y un gra-
parramada en sus estancias por haber conocido que esto le da mayor utilidad con
dos de latitud, tan llenas de ganado cimarrón que, no cabiendo, se eXIen?ía hacia

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las minas de Chile, Mendoza, Córdoba y Santa Fe, como que estas ciudades pleíte, y p~ra llenar de ganados ~ su país ~omo lo han hecho en términos que para con-
aron derecho a él contra la de Buenos Aires. También es público y notorio que ducír sus salazones y cecmas del Río Grande del Brasil, que no puede pasar sin
por el propio tiempo, y hasta pasados los años de mil setecientos ochent~, había ellas, emplean hoy doscientas zumacas, echándonos en cara que en eso no
cuanto ganado alzado podían mantener los campos del norte, desde el R10 de la empleamos casi ninguna. En fin, no hay en el día una res alzada al sur del Río de
Plata al de Tybicuarí, o los veintisiete grados. Desde esta latitud a la de cuarenta y . la Plata, las del norte no creo llegan a quinientas mil, y computo que las mansas
uno, hay una extensión de doscientas ochenta leguas marítimas. Por lo que hace a, serán en todo seis millones; siendo de admirar que se haya verificado todo lo
la anchura, tomaré la menor que es de ciento cincuenta leguas; de modo que el dicho a la vista de todos, sin que nadie haya clamado, ni aun hecho alto en un
destrozo tan escandaloso.
espacio ocupado en aquellos tiempos por los ganados, casi todos cimarrones,
pasaba de cuarenta y dos mil leguas cuadradas. Los paraguayos han experimenta- Sin embargo, con alguna previsión todo se habría podido remediar, y hacer
do que en tres de sus leguas cuadradas, que hacen dos de Buenos Aires o geográ, esta provincia la más feliz de la tierra, pues era evidente que abriendo el comercio
ficas, se alimentan bien cinco mil reses vacunas, esto es dos mil quinientas en del Río de la Plata y dando de balde la citada extensión de tierras a los particula-
cada legua; pero suponiendo sean sólo dos mil, hallaremos que en las cuarenta y res con los ganados alzados que pudiesen amansar, no se habrían agolpado tantas
dos mil citadas leguas había cuarenta y ocho millones de cabezas de ganado. No gentes en las ciudades, y se habría visto en menos de cinco años la campaña
es esto de maravillar, sabiendo que entonces no había extracción de cueros y poblada y el ganado todo reducido a pastoreo sin disminución, porque cada parti-
sebo por estar prohibido el comercio con Europa. Aunque este cálculo sea el más cular hubiera cuidado del suyo. Habríamos entrado en posesión, no sólo de lo
positivo, se puede dudar su certidumbre, considerando: lo primero, que hoy no dicho, sino igualmente de la laguna Merín y de toda la preciosa provincia portu-
\
hay en dicha extensión arriba de seis millones y medio de reses; segundo, que guesa del Río Grande, y tendríamos en necesaria dependencia a todo el Brasil.
nunca hubo aquí población para poder consumir un procreo que no debía bajar Verdad es que se oponía a estas ideas una ley o cédula que ordena no dar tierras
de veinte millones anuales; y tercero, que jamás se han extraído, aun con el sino al que las compre; ley la más perjudicial y destructora de cuantas se podían
comercio libre, arriba de ochocientos mil cueros al año. Pero es menester saber imaginar, no sólo por lo que es en sí, sino igualmente por sus formalidades. Exige
que los infieles de la cordillera de Chile venían repetidas veces al año a recoger que el que quiera un campo le pida en Buenos Aires. Allí le cuesta cincuenta y
grandes partidas de ganado en las pampas de Buenos Aires, lIevándole a vender tres pesos con la vista fiscal y escribanía el primer decreto, que se reduce a nom-
en Chile; que los vecinos de Mendoza, Tucumán, Santa Fe y Buenos Aires hacían brar un juez que vaya a reconocer el terreno y un agrimensor para medirlo, cada
lo mismo. Que los indios de los pueblos de los departamentos de Yapeyú y San uno con la dieta de un peso por legua y cuatro por día. Además, prácticos para
Miguel salían y salen todos los años en número como de trescientos de cada pue- tasarlo, la conducción y alimento, todo a expensas del pretendiente, quien gasta
blo, a pillar ganados en los campos del norte; que lo propio practicaban los veci- mucho porque las distancias son muy largas. Vueltos a la capital se pone el cam-
nos de Montevideo y otros muchos con licencia de los jefes y sin ella. El objeto de po en pública subasta con treinta pregones bien inútiles, porque nadie ha visto ni
los españoles en estas corridas de ganado, era sólo hacer cueros y sebo, y el' de sabe lo que se vende. En esto, en cinco vistas fiscales y formalidades, se pasan a
los pueblos, lo mismo, y proveerse de ganados para el año, pero todos convenían '1
lo menos dos años y a veces seis y ocho; resultando que cuando más se ha ofreci-
infaliblemente en emprender sus faenas por la primavera, esto es, en setiembre. ¡Y do al erario ha sido veinte pesos, y a veces ni dos por legua cuadrada; aunque en
como este tiempo es justamente el de la parición, resultaba, y resulta aún, que las realidad cuestan al interesado muchos centenares las formalidades y derechos, sin
terneritas no pudiendo seguir a las madres en unas corridas tan dilatadas que contar las perjudicialísimas demoras. Sólo las actuaciones del escribano se acercan
duraban a lo menos cuatro meses, quedaban abandonadas y perecían, y que las a cuatrocientos pesos. De modo que ninguno sin grande caudal puede entablar
vacas preñadas abortaban con la fatiga. semejante pretensión, siendo esto tan positivo que no hay ejemplar de haber pre-
Así sucedía que no había ningún procreo, o era poquísimo. Aún disminuía tendido merced, quien tenga menos de diez mil cabezas de ganado o mucho
el capital más de lo que se puede imaginar, no sólo por lo que llevaban los indios dinero. Y como los costos sean casi lo mismo por poco que por mucho, resulta
sino también porque mataba cada uno y mata, según es constante, dos vacas pre- que los ricos piden muchísimo para recornpensarlos, y que no lo pueblen sino
ñadas al día, para comer los terneros nonatos, que son su encanto. Los españoles que lo dejen baldío, para irlo arrendando o vendiendo con sacrificio de los
que andaban en estas faenas todo el año, y se regulan en dos mil, tampoco deja- pobres.
ban de matar casi cada uno su vaca para cada comida, porque nadie come toro, Del mismo principio viene que tengamos muchísimos campos desiertos, y
además de las innumerables que degollaban para sacar el sebo, que ellas solas tie- que la ciudad de Buenos Aires no posea hoy más tierras de las que le repartió su
nen y no los toros. Estos eran los únicos que proveían los cueros, los cuales en fundador. Por fortuna los gobernadores del Paraguay, que no tienen quien les
grande número se conducían al Brasil. Los portugueses, por su parte, hacían ~ vaya a la mano, han repartido las tierras del modo que yo digo y conseguido ver
mismo y aún mayores destrozos en nuestros campos para obtener cueros y sebo, poblada de estancias toda aquella provincia. Dos leguas cuadradas baldías nada

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producen, y vendidas dan a lo más cuarenta pesos al erario; pero conferidas de
balde a un pobre que las pueble con el ganado que podría comprar con los mil ir, quedaba terminada aquella pensión; y que si iban se conseguiría la misma ven-
pesos de los costos, esto es, con más de dos mil reses, contribuirían al erario sólo taja y la de contener a los portugueses por aquella parte. Añadí que igualmente se
en los dos años de las diligencias con doscientos cienta pesos por el ramo de gue- debía repartir tierras de balde a los pobladores voluntarios que se presentasen. Mi
rra, y además las alcabalas, etc., porque su procreo le daría quinientas reses y .~nsamiento pareció impracticable, y padeció muchas murmuraciones, pero le
otros tantos cueros. Aburridas las gentes de formalidades, costos y visitas al escri- ádoptó el señor virrey marqués de Avilés, ordenando lo verificase yo mismo. Al
bano, han discurrido medio de ponerse en posesión de las tierras arbitrariamente. momento me desembaracé de las tales familias pobladoras que se me encargaron,
Sólo con ha berlas denunciado, o con el primer decreto sin pasar a la subasta, etc, porque no quisieron ir y habiéndome transferido a Batoví, he logrado en pocos
Así están poblados los grandísimos campos desde Montevideo hasta pasado el Río meses fundar la villa de este nombre, y distribuir a pobladores voluntarios las tie-
Negro, sin que ninguno tenga título de propiedad, a excepción de alguna docena, rras de la frontera desde Santa Tecla al Monte Grande, echando a muchos portu-
que por poco dinero compraron centenares y quizás millares de leguas cuadradas, gueses que las poseían. En el día me hallo entendiendo en esto, y si las gravísimas
tal vez con engaño del erario y con mayor perjuicio del público; porque ellos no atención actuales del Río del Plata hubiesen permitido facilitarme auxilios, me
las han poblado, y sacrifican a los pobres que quieren situarse en ellas. En suma, hubiera extendido mucho más.
aun lo que poseemos es con increíble desorden dimanado de la citada disposi- Considerando todo lo dicho, indicaré el reglamento conveniente, y a mi ver
ción. Por ejemplo: Diego Arias pretende ser suyo un terreno hacia el Pirayo. Se de urgente y absoluta necesidad para remediar todos los males. Se reduce a poner
reduce su título a haberle comprado por setecientos pesos a Manuel Barbas, veci- en práctica los puntos siguientes. Primero: dar libertad y tierras a los indios cristia-
no de Montevideo, quien no .tiene más derecho que el de haberle denunciado, nos, pues de continuar la opresión en que viven se irá a Portugal la mayor parte,
esto es, ninguno legítimo. Viendo yo esto, dispuse repartir dicho terreno, y se hizo corno sucede ya. Segundo: reducir a los infieles minuanes y charrúas, ya sea pron-
en trece estancias, quedando todavía cinco por repartir, de las cuales pienso dejar- ta y ejecutivarnente si hay bastante tropa; o si ésta es poca, adelantar nuestras
le una, que es cuanto necesita. La menor de dichas estancias es suficiente para estancias, cubriéndolas siempre. Tercero: edificar en los terrenos que ocupan los
seis mil cabezas de ganado, de manera que el estado mantendría en aquel terreno infieles, contenidos entre los ríos Negro e lbicui, y entre el Uruguay y la frontera
a dieciocho hacendados con conveniencias, y si se quiere sostener al tal Arias en del Brasil, capillas distantes de dieciséis a veinte leguas una de otra, y repartir las
la posesión que pretende, todo se reduciría a él y a sus setecientas reses que tie- tierras en moderadas estancias de balde y con los ganados alzados que hay allí, a
ne: Este ejemplar que yo acabo de hacer con él, debe servir de regla en todos los los que quieran establecerse cinco años personalmente, y no a los ausentes, sin
campos del Río de la Plata, porque gran parte de sus pobladores están en el caso precisar a ninguno a que haga casa y habite junto a la capilla, porque esto no se
de Arias, siendo cosa escandalosa y perjudicialísima al común del país y al estado, conseguiría siendo imposible a los pobres. Cuarto: precisar, a lo menos, a los
cabezas de familia, a que tengan escopeta y municiones, haciéndoles entender
que le importa mucho la buena o mala distribución que se haga de los terrenos.
De no poner este remedio, nunca habrá orden, ni florecerán estas provincias, ni que ellos han de costear las composturas, deterioros y pérdidas de cualquier espe-
se cortaran las atrocidades y Iatrocinios que se abrigan en tantos desiertos. cie, y revistándolas a menudo para castigar a los descuidados y poco instruidos en
Aun hav otra razón muy poderosa para prescribir la citada ley, y es que su manejo, No es regular decir que esto es impracticable, pues lo hacen los portu-
mientras exista tendremos despoblada la frontera del Brasil, por donde día y gueses. Quinto: formar del territorio destinado un gobierno separado del de Mon-
noche se avanzan los establecimientos portugueses sin respetar fe ni tratados; y si tevideo, con el sueldo de mil quinientos pesos. Sexto: dar títulos de propiedad de
no la poblamos, habrán, antes de cuatro años, cortado a nuestras Misiones, y apo- las tierras que tuviesen pobladas a los que no los tienen, y son los más desde el
derándose de ellas, como ya lo han hecho de su comercio, y en parte del de Río Negro a Montevideo, quitándoles las que no tengan bien pobladas para darlas
Corrientes, Paraguay v Santa Fe, favorecíéndoles la escasez de géneros que nos a Otros, siempre con la condición de vivir cinco años en ellas y tener armas listas.
ocasiona 13guerra P::.r3 continuar sus miras a costa de nuestra fI131aconducta, han Séptimo: anular las compras que se hubiesen hecho fraudulentas, las de enormes
casi despoblado sus islas de la Madera y Santa Catalina, su costa del mar brasílico extensiones y las que no se hubiesen poblado en tiempo, repartiéndolas a pobres.
y gran parte de la provincia de San Pablo, conduciendo sus moradores por fuerza Octavo: admitir en todas partes a los portugueses que vengan voluntariamente.
a esta frontera. Continúan hoy trayendo gentes, y corno no caben, se avanzan sin Noveno: precisar a los pobladores desde el Río Negro a Montevideo a que edifi-
cesar. Viendo yo esto y que hacía más de veinte años que nuestro gobierno tenía quen en cada dieciséis o veinte leguas, una iglesia por el estilo de la de Batoví, y
en las costas del Río de la P13ta muchas familias estancadas traídas de España para a que pongan un maestro de escuela en recompensa de darles el título de propie-
poblar la costa patagónica, sin que lo hubiese verificado, ni encontrado medios de dad que no tienen. Yo he tanteado a varios, y he visto que condescenderían con
desembarazarse de cincuenta mil pesos anuales que les pagaba por alimentos, gusto. Décimo: señalar linderos fijos en todos los títulos, demarcándolos algún
propuse se destinasen a poblar nuestra frontera por Batoví. Dije que si no querían facultativo para evitar los pleitos que apestarían el país. Undécimo: establecer dos
ferias anuales hacia las fronteras del Brasil, y establecer fiestas en las capillas,

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prohibiendo usen los campestres las indecentes botas que hoy hacen sacando nos, y que abrigan a todo ladrón y malhechor con impudencia increíble. En este
entero el cuero de las piernas de las vacas y yeguas, matando para esto treinta mil concepto, :xige e~ derecho, de represalia que no devolvamos a sus esclavos prófu-
reses anuales, y perdiéndose su procreo y el cuero. Duodécimo: exterminar los gos. Ademas lo dispuso asr S:M. a consulta del supremo consejo, declarando que
perros cimarrones, lo que no se conseguirá por los medios que se practican, sino ,aunque los tratados dispongan la restitución de esclavos, no se debía ni podía
trayendo de Cataluña la fruta silvestre llamada mataca, para echar sus polvos hacer, porque la fuga era un medio lícito de conseguir la libertad, fundado en el
sobre reses muertas, porque así perecerían todos sin remedio, y lo mismo los derecho natural, contra quien no podía valer ninguna humana convención. Sin
tigres y leones. embargo, no se ejecutó tan justa y utilísima disposición, y algunos representaron
Además se debe permitir vender a los portugueses nuestros ponchos, jergas, repetidas veces contra ella, haciéndose activos agentes de nuestros naturales ene-
pampas y todos nuestros géneros, porque tenemos muchos de que ellos carecen, y migos, hasta que han logrado este año, por la vía del ministerio de Estado, y sin
los solicitan y pagan bien. Igualmente debe ser lícita la extracción libre de caballos, noticia del consejo, revocar aquella sabía disposición de éste, y restablecer la
asnos y mulas, pagando la alcabala. Los portugueses tienen gravísima necesidad de inhumana restitución. No se reflexionó la conducta portuguesa en estas partes, ni
tales animales para surtir al Brasil y sus minas donde no procrean, y faltándoles sobre el derecho natural que queda violado, ni el grande bien del estado que se
campos suficientes de buena calidad para su surtimiento, han menester compramos desprecia. Se alegó que estas haciendas se sostenían con esclavos, y que se perde-
más de sesenta mil de aquellos animales, que a cinco pesos nos dejaría trescientos ría el país por su deserción. Pero se equivocaron mucho, porque tenemos muy
mil. Nos quejamos de sus continuos robos de animales, y no advertimos que es raros esclavos en el campo, haciéndose todo por manos libres. De manera que
\ imposible evitados. mientras no socorramos su absoluta necesidad, que es la que íbamos a perder muy poco, y aun nada, porque tratamos tan bien a nuestros
autoriza su proceder. Cortemos, pues, de raíz este mal, vendíéndoles lo que les es esclavos, que no hay ejemplar de haber estos procurado libertad, pudiéndola con-
absolutamente preciso, y fertilicemos estas campañas dando una copiosa sangría a seguir yéndose a unir con los indios infieles, que en todas parte nos cercan. Los
las minas del Brasil. No nos harán falta tales animales, de los cuales tampoco saca portugueses, al contrario, los tratan como a asnos de carga; y teniendo cien escla-
hoy el erario un medio real, ni se conserva el fundamento de tal prohibición. vos por uno nosotros, su deserción sería forzosamente más de céntupla de la
Por lo que hace a cueros y sebo, pudiéndose llevar de todas partes al Río nuestra, lo que ocasionaría un incremento increíble al bien público, sin más per-
de la Plata, principalmente si se navegan, como creo sucederá en breve, los ríos juicio que alguno muy corto a uno u otro particular.
Negro e Ibicuí, se podrá prohibir su extracción al Brasil. En cuanto a novillos, Entabladas las cosas bajo de estos principios, creo veríamos en breve, ricos,
dudo si convendrá o no permitir la extracción. Lo primero fomentaría las estan- civiles y cristianos a nuestros campesinos, cortados los robos, asegurada la fronte-
cias, pero también las salazones portuguesas, y privaría al erario de los derechos ra, y restablecidos los ganados. La población de Batoví y de sus campos hace ver
en la venta de los novillos y de los muchos que le resultan en los cueros. Si para la facilidad y poco costo de lo que propongo. No hay más que hacer, sino arre-
indemnizarse se quisiera cargar en la venta lo que importan tales derechos, esto glarse a estos modelos. Y por lo que hace a ganados, ya hemos visto que llega-
equivaldría a una prohibición, porque los portugueses no los querrían tan caros. mos a tener ochenta y cuatro millones. Si se pregunta el tiempo necesario para
Por otra parte, y siendo dificil cortar estas ventas, tal vez convendría pennitirlas reponerlos, digo: que cuando fui al Paraguay el año de ochenta y tres, comíamos
con unos derechos algo subidos, y no en toda la frontera sino únicamente a los la mayor parte de la carne conducida de Corrientes, y que hoy hay allí dos millo-
pobladores del norte de Río Negro, por estar muy distante de los saladeros de nes de reses sin más diligencia que haber practicado el reparto de terrenos que le
Montevideo, adonde no los podrían llevar sin considerable costo. Se podría no propongo. Digo también, que el hombre más instruido y práctico en la materia, y
obstante evitar en gran parte la extracción, tomando anualmente razón del ganado en cuentas, que es don Antonio Obligado, ha hecho el cálculo muy por menor
en cada estancia, y a los dueños de la salida de los novillos axrespondientes al demostrando que solas ciento veinte mil vacas, cuidadas según práctica, esto es,
procreo, según lo hacen los portugueses. matando a su tiempo los toros no necesarios y las vacas viejas y machorras, y
Respecto a la introducción, yo no permitióa otra que de esclavos y mone- teniendo cuenta con el tiempo regular de su vida, y con las faltas ordinarias,
das. Si se piensa que mis ideas fomentarían el contrabando, digo que es un mal habría existentes a los treinta años, 85.473.292 cabezas, de las cuales las dos terce-
inevitable que nunca se hará con el escándalo y facilidad que en el día por estos ras partes serían hembras. De modo que el procreo del año treinta pasaría de
descuentos; que tengo por imposible no caiga la balanza a nuestro favor, no veinte millones y daría igual número de cueros, con enorme cantidad de sebo,
pudiendo las ventas portuguesas arribar al importe de nuestras mulas, asnos y astas y carnes saladas. En estas se ejercitan ya más de mil hombres en treinta sala-
caballos, y que en tiempo de paz no pueden sus precios ser inferiores a los nues- deros, benefician ciento veinte mil novillos y muchos puercos, y se pueden multi-
tros, sino en los géneros de la India, que son los que no gastan comúnmente plicar estos obrajes hasta proveer toda la marina del mundo, y a los negros y
nuestros campestres. Indicaré otra providencia utilísima en la frontera. Vemos cla- pobres de la Habana y otras partes. Si se pusiese el reparo a estas ideas, de que es
ramente que los portugueses desprecian los tratados, que usurpan nuestros terre- muy dificil poblar con estancias las pampas del sur del Río de la Plata, y que por

220 221
No he tratado de los campos del Paraguay, porque necesitan diferentes
consiguiente, con este desfalco no queda tierra para el número de ganados que reflexiones que alargarían esta memoria. Tampoco he hablado del gran Chaco,
suponen mis cálculos, contestaré que en el capítulo de mi obra sobre el Paraguay aunque es una vastisima extensión que podría extraer sus productos por los ríos
anterior al que aquí nos referimos, insinué el medio de vencer esta dificultad, y Paraguay y Paraná, que le bañan trescientas leguas a lo largo, y por otros que les
que cuando no se consiga, nos queda siempre más de la mitad de la extensión, jributan. Mi silencio viene de que su población es más difícil por las muchas
que podrá dar la mitad del procreo: esto es, más de diez millones de cueros, sebo, naciones guerreras e infieles que lo habitan; y porque cuando fuese cómoda y
etc., que valen en Europa a cuarenta y cinco pesos. Todas las minas o monedas fácil, no deberíamos pensar en ella por ahora, sino atender a lo más urgente; esto
de ambas Américas no arriban a la mitad. Se pensará acaso que fomentando el es, a contener las usurpaciones fronterizas y asegurar nuestros dominios, porque
pastoreo trato de conservar incultos a estos habitantes; pero no es así: quiero enri- estando el Chaco donde nadie nos le puede disputar, da tiempo su población.
quecer al país, y se que las ciencias y cultura buscan siempre a la opulencia. Esta puede ser todo 10 extensa que se quiera porque el terreno lo permite y sus
También pertenecen al pastoreo los quesos y mantequilla que podrían producciones son las mejores para enriquecer al país bien administrado, y para
hacerse tan buenos corno en la Holanda; y la lana y pieles de oveja, y cabras que que la España tenga allí una rica mina, siempre que se pongan en planta las ideas
se pueden multiplicar al infinito, paríendo cada una tres hijos al año, y no necesi- que he enunciado para el Río de la Plata, y que se trata de variar de conducta en
tando más pastores que unos perros enseñados según dije en mi historia de los cuanto al modo de gobernar el país, porque de seguirse como en el Paraguay,
cuadrúpedos tratando del perro; de modo que enseñando a trasquilar con tijeras a nadie sería capaz de poblar debidamente un país en el que se encontrarán más
propósito, habría aquí buena lana para todas las fábricas del mundo. Igualmente dificultades que en los ya expresados.
es cosa del campo el aprovechamiento de pieles finas cuales son las del tigre, Batovi de Azara, 9 de mayo de 1801. Félix de Azara.
león, venados, perros, lobos de ríos, zorros, zorrillos, hurones, comadrejas, liebres,
nutrias, vizcachas, cisnes y plumas de avestruces, garzas y chajás. Tal vez se dirá
que tantos ganados necesitan inmensa extensión, que esta encarece y dificulta el
transporte a los embarcaderos, y que no tenemos las mil o más embarcaciones DocuMOOo Nº 15
precisas para extraer todo lo dicho. Pero por fortuna nuestras vastas campañas son
atravesadas por tres o cuatro ríos de primer orden y por otros muchísimos que les
EN6U6 rJEMPLi\RE6 NUMER06 '26, '27, '28 y '29, EDITADm ENIDE EL 16
tributan, siendo navegables con buques de buen porte, y otros con embarcaciones
chatas. Es notoriamente público que todos los caminos son llanos y correctos; que DE HARZO y EL 6 DE A5QJL DE 1803, EL 6EHANARIO DE ACRICULTURA.
las bestias de transporte valen poquísimo, sin que se les de cubierto ni otra cosa INDU6TQIA y COHERCIO, CON Li\ fiRMA DE CIPRIANO ORDEN
que pasto que hay en todas partes; que cuarenta años ha venía sólo una embarca-
ción al año o cada dos, que en el día vienen sesenta y siete; que estos comercian-
VETOÑO -6EUDONIHO DE ANTONIO CERVIÑO-, ANALIZA Li\6
tes han construido diez y comprado cuarenta y dos, desde el año de noventa y DIflCULT,\DE6 P¡\R¡\ EXTENDER LA P05ú\CION y COLONlZACION
tres al de ochocientos, sin contar ciento setenta goletas y lanchas que hacen cua- 605RE L/\6 RECIONE6 fRONTERIZI\o AL 6UR DE 5UENm i\lRE6,
trocientos ochenta y cinco viajes redondos anuales a Montevideo y al Uruguay, y
que don Casimiro Necochea acaba de construir en el Paraguay una fragata de cua- ··~IIENTRA66UMI6Tl\ EL616TEH/\ DE VENDER LA6 TlERRA6".
trocientas toneladas, y de resultas hay allí en astillero otros siete buques grandes. EN Pl\RTICUL/\R, EL ARTICULO -EN EL Q!LE RE6/\LT/\ Li\ IHPORTANCl/\
Todo esto hace esperar que habrá las embarcaciones necesarias dentro de breves
DE L/\ CANADERIA- PERHITE /\DVERTlR LA6 DIflCULTL\DE6
años de paz, principalmente si se hace en el comercio el arreglo que en mi juicio
necesita. Se pensará que hablo sin ver la escasez de gentes para tanto pastoreo, y IN&I\LV1\5LE6Q!LE TRA5,\N ELACCE60 AL DERECHO DE PROPIEDAD
sin advertir que no puede la Europa consumir tantas primeras materias. Pero no se o05RE ú\o TIEQQ¡\o A LA MI\YORI/\ DE Li\ P05ú\CION, DL\Dm tos
me oculta que diez millones de cueros anuales los pueden dar como treinta de
¡\LTm C06T06 DE LA6 DENUNCIM). 1\ CONTINUAClON 6U6
cabezas de ganado, que estas se pueden cuidar con treinta y tres mil jornaleros,
beneficiar los cueros, carnes y sebos con quince mil, y extraer con veinte y cinco r¡¿\CNENTm H,\66ICNIflCl\TIVOO.
mil marineros; suman setenta y tres mil hombres, que casi pueden sacarse de los
pueblos de indios dándoles libertad, porque seguramente los más serían pastores (Oo.) Trasladadas las guardias al Río Negro y formando en cada una una población
o marineros. Y lo cierto es que dichas primeras materias son de primera necesi- con los blandengues que las han de guarnecer, debemos discurrir sobre el modo
dad, y de infinito consumo en todo el mundo, y que ningún país las puede dar en de poblar el espacio que media entre dicho río y los fuertes actuales. Pero esto no
tanta abundancia, de mejor calidad, ya tan moderado precio.

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se conseguirá, o tardará mucho en conseguirse, mientras subsista el sistema de Estos gastos se han satisfecho en Buenos Aires además
vender las tierras. de los siguientes invertidos en Corrientes.
Algún informe dado por quien no conocía estos grandes íntereses influyó Al agrimensor a razón de cuatro pesos por cada cinco
con el gobierno para que prohibiese el darlas de merced. A este proyectista le leguas de ida y vuelta, y ocho días empleados en el
.sucedió lo que al necio de la fábula, que por enriquecer de un golpe mató la galli- ..-> trabajo según arancel 112
na que le ponía diariamente un huevo de oro, y perdió el capital e intereses. Este Lo mismo al Juez 112
ignoraba hasta los elementos de la aritmética política, y por un ridículo interés pri-. Por alimento de Juez y Agrimensor 60
vó al Erario de cantidades mucho mayores, y al estado de su verdadera riqueza. Si Por diez peones para .la mensura y cuidado de la
hubiera supuesto que los pobladores de la campaña han de ser los pobres, hubie- caballada, a diez pesos un mes 100
ra deducido que su proyecto los imposibilitaba para poderlo hacer; en efecto, los Por el alquiler de 30 caballos a real diario 75
que poseen algunos fondos encuentran arbitrios para aurnentarlos, y modo de Por el alimento de esta gente 25
subsistir con más comodidad que en los desiertos, y esto los retraerá de desterrar- A los tasadores, suponiéndolos inmediatos 12
se voluntariamente. Por los 30 pregones en Corrientes a cuatro reales .."................... 15
Los pobres aunque quieran no pueden hacerla, porque el que intente
poblar debe tener prontos mil pesos para la compra de las tierras, y emplear un TOTAL DE GASTOS 1.006
año en presentaciones, rnensura, pregones y demás formalidades inseparables de
leste caso, en cuyo tiempo ha de abandonar todos sus quehaceres, con conocido Resulta de esta cuenta que como mucha parte de las tierras realengas se
menoscabo de sus intereses. Pero esto no es lo peor. Lo más malo, y que no se encuentra a igual, y otras a mayores distancias del lugar de donde pueden salir el
puede oir sin escándalo, consiste en que el erario no percibe de los mil pesos más juez y agrimensor, nunca podrán bajar los costos, sino en alguna pequeña parte
que setenta, y los 930 restantes se van, como dicen vulgarmente, entre músicos y de lo que percibe el erario; porque los trámites y diligencias siempre son los mis-
danzantes. Sorprenderá esta aserción, pero la cuenta del costo que tuvo la denun- mos. En ella no se carga el trabajo del apoderado, ni se hace mención del tiempo
cia de un terreno realengo de 7 y media leguas cuadradas de superficie, ó 2 y 3 que se consume en evacuar las diligencias, que también se debe apreciar; porque
cuartos de frente y otras tantas de fondo, situado a 50 leguas de la ciudad de si el denunciante viene a la capital a seguir personalmente la instancia, pierde lo
Corrientes, no dejará arbitrio para la duda, y manifestará mejor que los raciocinios que debía ganar y gasta en subsistir, cuyos desfalcos sin que a nadie aprovechen
los perjuicios insanables que ocasiona a la causa pública. La cuenta es como le son perjudiciales.
sigue: Lo que más excita mi admiración en esta cuenta es ver que el Erario sólo
percibe el siete por ciento de lo que cuesta al comprador. Esta consideración me
convence hasta la evidencia que cuando se mandaron vender las tierras no se
Pesos Reales tuvo presente este exceso, y que mientras subsista este sistema ruinoso subsistirán
Por la presentación de la denuncia, vista fiscal las campañas despobladas. No me puedo persuadir ni creo que haya quien se
y despacho de comisión para la información, persuada que esta sea la intención del Rey, y en efecto ¿quién creerá que un sobe-
mensura, tasación, y pregones, con el papel sellado 53 6 rano que ha dado tantas y tan repetidas pruebas del amor que profesa a sus vasa-
Por otras cuatro vistas fiscales para el remate 1I0s, quiera que porque estos introduzcan en arcas 7 pesos gasten noventa y tres
y despacho de propiedad..................................................... 16 4 inútilmente, y más si se considera que esta cantidad basta para comprar otras tan-
Por tres relaciones del Relator........................................................ 29 5 tas vacas y formar con ellas un establecimiento capaz de mantener a una familia
Por el trabajo del Abogado 65 pobre?
Por derechos del Procurador 15 Persuadámonos que para poblar las campañas hemos de contar con los
Por el Pregonero 1 pobres. La necesidad los obliga a tomar este partido; nuestra política se ha de diri-
Por derechos del Escribano, incluso el despacho 236 4 gir a fomentar esta idea, píntándoles las ventajas que les resultarán de establecerse
Por siete pesos al Canciller 7 en tierras propias, y haciéndoles ver que este es el medio más apto para que sal-
Por las diligencias del apoderado, gratis , . gan de la miseria que los rodea, y que a lo menos serán menos desgraciados. Por
Entero en Cajas por el valor del terreno, 60 pesos otra parte, ellos tienen derecho a solicitar los auxilios que les puede prestar el res-
Por la media anata, servicio pecuniario y conducción to de la comunidad, y esta, obligación de propender a minorar sus angustias. El
a España, 10 pesos, 5 reales (total tierra e impuestos)... 70 5 Ilustre Cabildo parece que es el que debe hablar por ellos. Represente pues al Rey

224 225
que los pobres jamás saldrán de miseria, y que el Estado nunca prosperará mien-
tras se vendan las tierras desiertas, e inútiles por esta razón. Demuestre con un DocUMOOO NQ 16
cálculo prolijo que dándolas de balde ganará el Erario infinitamente más que si las
vendiera. Diga que dando una legua a un pobre, dejará el fisco de percibir 20
pesos, que es lo sumo que le daría vendida; pero añada que dándosela con la ",-TE6TIMONIO DEL AUTO DE LA JUNTA oUDERIOR y DEL REAL
obligación de poblarla de 300 vacas, al año parirán estas 300 terneros, la mitad
machos; sus pieles al cuarto año valdrán al ramo de guerra 37 y medio pesos, al
ACUEQDO OOBRE EL ARREGLO DE IDO CAMD06,
de alcabala 6, de entrada en España 18 y tres cuartillos, y de salida 22 y 1 octavo, DROVEI[)()0 EN BUENOO AIRE6 EL 22 DE JUNIO DE 1804 Y
que suman 84 pesos 3 reales. Exceden el cuádruplo al valor de las tierras. Las 150
terneras hembras darán también a su tiempo igual número de cueros, y antes el EL 4 DE ABRIL DE 1805.
procreo, que engrosará el Erario como se deja entender. Si se dan cien leguas a
un rico las poblará mejor, pero cuando sólo sea con la misma proporción, intro- Buenos Aires, veintidós de junio de mil ochocientos cuatro. Visto este voluminoso
ducirá en cajas al cuarto año 8.347 pesos 4 reales. Si se le obliga a que denuncie, y retardado expediente sobre arreglo de campos, venta y composición de terrenos
mida. erc, ha de emplear a lo menos un año en estas diligencias, y por consecuen- realengos, con los informes que se han tomado, y lo expuesto por los señores fis-
cia priva 31 fisco de esta cantidad, cales de lo civil y el del crimen en calidad de Protector general de indios, y
Siendo esto tan notorio y evidente que no hay ni puede haber uno que lo teniendo en consideración que de hacer cuanto antes útiles las tierras también se
dude, ¿es posible que con el pretexto de un cortísirno, ridículo, despreciable y vil hacen a los hombres, y resulta una nueva creación con aumento efectivo de la
interés del Erario, se sostengan y quieran sostener unas formalidades que en la riqueza nacional pues aumentada la labranza y cría de ganados que son el cimien-
realidad son la destrucción más positiva del mismo Erario y el origen de la pobre- to sólido de las artes y el resorte del giro, crecerán el comercio, la población, la
za del país' Elevemos estos clamores al Soberano v veremos dar las tierras de bal- industria y las rentas del Rey, cuya verdadera opulencia consiste en que la tengan
de al que las quiera poblar. Aprovechemos los momentos para exponer nuestras sus vasallos, y que el medio más natural y proporcionado al efecto de hacer útil
cuitas al más piadoso de los Reyes, y no dudemos que su paternal amor accederá las tierras, defenderJas de calamidades, de hostilidades de contrabandistas, de que
a nuestras súplicas en el mismo instante que las oiga. se evite el ganado orejano objeto del desorden, y florezca la policía y justicia en
No haya más formalidad que una simple petición, y veremos con admira- los campos, y que cada uno corresponda con su suerte dichosa a los deseos del
ción los felices resultados de este sistema. En un año adelantará nuestra población Monarca, es el que se eviten los daños de la inacción, componiéndose o vendién-
quizá mas que en [os ciento anteriores. No se ponga cuota ni limite a la cantidad dose prontamente los terrenos realengos y baldíos a personas que en la labranza y
de tierras que se den. El fin es poblar. A cada individuo se debe dar cuanta pida propiedad de ellos aseguren para sí y sus descendientes el fruto de su trabajo con
SUl otra condición que la de poblaría dentro del año con 300 vacas por cada legua que los cultiven, fecundicen y limpien de los excesos que han motivado este
cuadrada de superficie Con sus correspondientes edificios, corrales, etc., prefirien- expediente. Y siendo esta una materia que está sujeta a especiales disposiciones
o 31 de rnavor entidad y cuidando mucho de la buena distribución de las agua- civiles y leyes agrarias universales, quedan las reglas más claras y seguras para
úas. 1\0 se de una péqueñ3 porción de terreno 31 que con ella prive la aguada a precaucionar y remediar los desórdenes, la falta de cultura, la usurpación y demás
otra ma yor extensión COntigua. Si no se tiene presente esta circunstancia en un abusos introducidos para la codicia e ignorancia por la inacción o por un celo mal
ís escaso de ríos y fuentes, inutilizaremos mucha parte del campo, y el fin es entendido, y que su exacta observancia es el arbitrio más especioso para reducir a
aprovecharlo todo, buen orden este decaído asunto, y que prosperen también los objetos políticos de
r..» ventaja general a que se dirigen siempre que se concrete el acierto de las delibera-
ciones por un verdadero conocimiento de la autenticidad de los hechos, de las cir-
cunstancias de los terrenos, de las facultades de los licitadores, por las luces de
sujetos de celo público y de nociones locales que por su inmediación a estos
objetos las ministren en los expedientes, se declara la necesidad que hay de que
Su Excelencia comisione y nombre personas aptas para ello en calidad de jueces
subdelegados de tierras, que bajo de la instrucción particular que se Ies dé ceñida
a leyes, faciliten los objetos de prosperidad individual y nacional a que estas se
dirigen, y no queden en este arreglo ilusorio por unos expedientes que ocasionen
luego inconvenientes de contrarios efectos por no guardarse los justos límites que
tiene todo sistema de fomento. Que para evitar los daños de la inacción y romper

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con porciones de inmensa extensión, no por esto dejarán de incluirse en el mismo
los impedimenta: me debilitan al cultivo nacidos de la dilación de adquirir el títu-
repartimiento, pero adjudicándose" a los propietarios en otro lugar igual número
lo de propiedad z-.:;;s tierras vendidas, pues donde esta es incierta no pueden ser
de varas que el que se les quite o satisfaciéndoseles en dinero su valor a justa
muy efectivos b =tos se libre inmediatamente el correspondiente título de
tasación.
ellas a todos Ios ~ bara'n por su parte perfeccionado" --con la oblación de su
Tercera: Aunque posesionados los nuevos pobladores fronterizos de las tie-
dinero en arcas ~ el contrato de la subastación hecha según las leyes; pues
rras que se les repartan han de quedar con un dominio pleno y absoluto de ellas,
así vincularán m: mbsistencia y premio haciendo su patrimonio del ganado "y
no tendrán sin embargo facultad de venderlas, empeñadas, hipotecarias, ni gravar-
labranza, y se ~ al bien universal por su interés particular laborando sus
las en otra forma por el espacio de doce años; pero cumplido este término podrán
posesiones al SUIID oosible. Que se dé curso, despachen y determinen a la mayor
libremente verificarlo con calidad de que las enajenaciones no se hagan en otro
brevedad todos ¡;;:s-muchos expedientes retardados que hay pendientes sobre
vecino colindante ni fronterizo a fin de que en ningún tiempo tenga efecto la reu-
denuncia de te:re:::llS,sin que sirva de inconveniente e! expediente que sigue e!
nión, o incorporación de unas suertes con otras, pues siempre han de conservar
comercio con 11:5 ::x:endados sobre fraude de ganados de que trata por un otrosí
divididas y separadas, siendo de consiguiente nulas y de ningún valor las ventas
la precedente r~ fiscal; y supuesto de que por lo que se actúe por los sub-
que celebraren en otra forma, para lo cual se expresará esta circunstancia en los
delegados que !le oombraren no se ha de exigir de las partes derechos algunos, se
títulos que a todos deberán despachárseles por este superior gobierno después de
les asigna a cada 1lt:lO la ayuda de costa de seis por ciento de lo que rnontaren las
formado el plan del repartimiento.
" ventas y compcsaooees que hicieren, mediante lo mucho que todo ha subido de
Cuarta: A las familias o personas que entraren a poblar los terrenos de que
" precio y mayor esiimación que van tomando las tierras respecto del año de mil
tratan las declaraciones precedentes, luego que se hallen establecidos con ranchos
seiscientos noversa y dos en que el Consejo señaló solamente un dos; y tómese
y corrales, se les concederá permiso de sujetar a rodeo y marcar las cabezas de
razón en las cajas reales, y tribunal de cuentas dando la correspondiente a S.M.-
ganado orejano que puedan mantenerse en ellos, cuyo número se regulará por
Hay cinco rúbricas= Velasco.
personas inteligentes nombradas por el comandante principal adquiriendo por el
OTRO ( En la ciudad de la Santísima Trinidad Puerto de Santa María de mismo hecho su propiedad, pero les será absolutamente prohibido el hacer
matanza y faenas de cueros.
Buenos Aires, a cuatro de abril de mil ochocientos cinco. Los señores Don Sebas-
Quinta: Para que las nuevas estancias de estos hacendados fronterizos pue-
tián de Velasco, Don Francisco Tomás de Ansotegui, Don Joaquín Bernardo de
dan ir en sucesivo aumento y logren dedicarse con menos gravamen al fomento
Campusano, y Don Juan Baso y Berry, decano y oidores del Consejo de su Majes-
de sus respectivas poblaciones, gozarán por el término de diez años de la excep-
tad de esta Real Audiencia Pretorial. Estando en acuerdo real ordinario de justicia
ción de pagar alcabala y sisa por los cueros que sacaren de sus propios ganados,
se vieron los autos que pasó a él en voto consultivo el Exmo. señor virrey Mar-
a efecto de que por este medio se evite su internación a los dominios de Portugal,
qués de Sobremonte formados sobre el arreglo de los campos de la Banda Orien-
la cual será rigurosamente prohibida, y con mayor severidad llevar a ellos ganados
tal de este río y de conformidad al concepto uniforme que producían los dictáme-
en pie; y así no sólo incurrirá el que quebrantase estas prohibiciones en la pena
nes de dichos señores, se conformó su Excelencia con ordenar y mandar que
de perdimiento de sus bienes con aplicación al real fisco, sino también en la de
llevándose a efecto la providencia librada en junta superior de real hacienda en 22
presidio por el tiempo que este superior gobierno tenga a bien designar según las
de junio último, para llenar en lo posible los objetos que comprende el arreglo de
circunstancias.
los campos de la Banda Oriental de este Río de la Plata, se observen por ahora y
Sexta: Debiendo entenderse el privilegio de libertad de derechos únicamen-
hasta la resolución de Su Majestad las reglas y declaraciones siguientes.
te a favor de los pobladores fronterizos y de ninguna forma para otros algunos,
Primera: Todos los terrenos situados a la distancia como de doce leguas de
deberán usar aquellos de las marcas que se les señalen, tomándose de ellas razón
la frontera y desde ella, se dividirán en suertes de estancia cuya extensión no
y serán obligados a mantener herrados sus ganados bajo la pena de perded os, y
deberá exceder de una legua de frente y una y media de fondo, y divididos en
además deberán llevar certificación del comandante más inmediato de! número,
esta forma se distribuirán y repartirán graciosamente y con pleno dominio --sin
propiedad y calidad de los cueros que conduzcan; y asimismo, y para que no se
otra pensión ni gravamen que la de estar prontos con sus armas para su defensa-
haga abuso de dichas marcas y no se señalen con ellas ganados de otras estan-
a familias pobres que carezcan de otras tierras, no pudiendo tener arbitrio a elegir,
cias, se llevará noticia exacta de los cueros que cada uno de estos pobladores
respecto a que han de lindar una suertes con otras, quedando señalado el término
íntrodujere, a fin de graduar en todo tiempo si el número excede, es inferior o
de un año para que las amojonen y fabriquen en ellas sus casas.
iguala con el de los capitales, de que ya también habrá noticia por el del ganado
Segunda: En el caso de que en los lugares donde se haga el repartimiento a
que en cada estancia puede mantenerse según la extensión designada.
la distancia de doce leguas que queda designada hubiere algunas tierras poseídas
Séptima: En las cuchillas y parajes más a propósito de la línea de la frontera
con justo y le~ titulo por algún hacendado de los que hay en la otra banda

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228
plido sin haberlo hecho, quedarán privadas de las asistencias que les suministra la
dentro de las doce leguas en que deberán hacerse los repartírníentos de estancia, real hacienda.
se establecerán poblaciones formales con el posible arreglo a lo que disponen las • Décima: Siendo indispensable que para el fomento de las poblaciones se
leyes -título séptimo, libro cuarto--, procurándose se sitúen unas de otras con la designe algún fondo que sufrague a los gastos que son consiguientes, se invertirá
mayor proximación posible, y que se coloquen de modo que formen entre sí una err este importante objeto e! producto de las ventas y composiciones de los terre-
cadena que evite el continuo contrabando con las posesiones portuguesas, que nos realengos distantes de las fronteras, como también el valor de los ganados
tan considerables perjuicios causa a la Nación, y que con este objeto se ocupen orejanos que resulten sobrantes después de haberse aplicado a los pobladores de
por ahora los más principales puntos de los campos que median desde la unión la frontera el número de cabezas que puedan mantener en sus propias estancias; y
del arroyo Pirabí en e! Río Negro hasta la confluencia del Río Santa María en e! para el efecto se venderán por cuenta de la Real Hacienda, cuando llegue este
lbícui, como son el Albardón en que toma principio dicho arroyo Pirabí; la unión caso, a fin de que no queden ganados algunos sin dueño conocido, pero sin que
del arroyo conocido con e! nombre de Poncho Verde, con el de Santa María al estas ventas puedan ejecutarse a comerciantes ni faeneros de cueros, sino a perso-
Paso Real del Rosario; la unión de los Ríos lbicuí y Santa María, cuya ocupación nas que tengan estancias, por ser este e! único medio de lograr su conservación y
además importa sobremanera para sujetar a los indios infieles charrúas y rnínua- aumento y que no se consuman los ganados como sucedería en muy corto tiempo
nes. y por la parte septentrional del Río Negro al Yaguarón hasta la Laguna Merín, si se permitiese su matanza.
las puntas del Yaguarón y Río Negro a la falda de! Albardón en las márgenes de! Undécimo: Como para que tengan efecto las poblaciones dispuestas, y por
mismo río con inmediación a la Barra o unión de las dos primeras ramas que lla- lo mucho que interesa el arreglo de campos, es preciso proceder a la venta de los
man ~I Quebracho; el paso del Minuan o lugar nombrado el Mangrullo al centro terrenos que carezcan de dueño particular; se verificará libremente a beneficio del
de! Yaguarón y las inmediaciones del Puerto de Arredondo, reservando para más real erario y se admitirá igualmente a composición a los actuales poseedores que
oportuna ocasión el establecimiento de otras poblaciones por el mismo orden en no tengan legítimos títulos, para lo cual se dará la comisión necesaria, sin prejui-
los pasos y puntos más principales de la banda meridional del lbicuí hasta su con- cio de la que corresponde al señor Gobernador de Montevideo, al comandante
fluencia en el Uruguay y demás parajes más principales que convenga resguardar principal de la campaña y a los comandantes de Santo Domingo Soriano, Colonia,
por iguales medios. Maldonado y Santa Teresa, a cada uno en sus respectivas jurisdicciones, quienes
Octava: En la comprensión del distrito de cada una de las poblaciones que cuidarán que las ventas y composiciones no excedan de cuatro leguas de frente y
se establezcan se hará- igual repartimiento de solares para casas, quintas y chacras, doce de fondo sobre poco más o menos según las circunstancias de los terrenos,
cuya extensión respectiva regulará el comandante principal, cuidando de dejar los teniendo siempre en consideración al proporcionar linderos naturales e ínequivo-
sitios aparentes para iglesias, plazas y casas de ayuntamiento, que deberán desig- cables, que eviten en todos tiempos litigios entre los colindantes, cuidando siem-
narse en cada población para que se construyan oportunamente. Y como de nada pre de que en un mismo sujeto no puedan rernatarse ni componerse dos o más
serviría el repartimiento de solares si no edifican en ellos sus casas los pobladores terrenos de dicha extensión aunque estén divididos o separados, y que los avalú-
y estancieros fronterizos, se les obligará a que lo verifiquen en el preciso término os se ejecuten no por leguas, como anteriormente se ha practicado con grave per-
de un año, y en el de dos a los demás que pretendiesen avecindarse en las nue- juicio de la real hacienda, ni por varas, como propuso a su Majestad Don Juan
vas poblaciones y no fuesen incluidos en el repartimiento de estancias. Josef Sagasti, sino por fanegadas de ciento cuarenta y cuatro varas de ancho y
Novena: La tropa de blandengues de aquella frontera tendrá derecho prefe- doscientas ochenta y ocho de largo, con concepto también a la calidad del terreno
rente a ser incluida en estos repartimientos, y conviniendo proporcionar mayor y abundancia de sus ganados y montes, teniéndose la precaución de reservar
número de familias que compongan en las mismas villas un vecindario laborioso y alguna parte de estos para el uso común, como así mismo la de vender con cali-
activo, se publicará por bando indulto a favor de todos los vagos y los que se dad de censo al quitar que previene la Ley del Reino, algunas suertes de tierras
denominan gauderios o changadores, en que también serán comprendidos los que que se hallen en parajes donde con el tiempo pueda ser conveniente formar
se hubiesen ejercitado en el contrabando con los portugueses con tal que no poblaciones.
hayan cometido otros delitos graves como homicidios, raptos de mujeres honestas Décima segunda: Aunque hasta ahora se ha procedido en las composiciones
y resistencia formal a las justicias, pues a estos se les deberá perseguir hasta que por ajustes, no podrán verificarse en adelante por menos de la mitad del legítimo
se logre su aprehensión y castigo; y con el mismo objeto se obligará a todas las valor de los terrenos deduciéndolo de su mensura y avalúo en la forma que queda
familias que hayan venido de España para la costa patagónica y no se hallen colo- declarada. Y respecto a que hay muchas personas que están en posesión de algu-
cadas de remate, a que vayan a establecerse en las nuevas poblaciones a cuyo fin nos de ellos sin. justo ni legítimo título, deberán ocurrir en el término de un año,
se les darán las tierras correspondientes en el modo que queda expresado, con contado desde la publicación del bando que al efecto precederá, a componerlas
más las herramientas y utensilios que se les ofrecieron y contrataron, debiendo ante e! respectivo' comandante, quien dará oportunamente cuenta, en el concepto
verificado en el preciso término de cuatro meses bajo apercibimiento de que cum-

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de que no haciéndolo se admitirán y dará curso a las denuncias que están pen- procesos con que deberá dar cuenta en estado al tribunal competente. Cuyas
dientes y se hicieren de nuevo, las cuales se remitirán a los citados comandantes reglas y declaraciones ordeno y mando que se cumplan y ejecuten por ahora, y
para que les sirvan de instrucción y puedan proceder con conocimiento de ellas a hasta tanto que con la experiencia de los efectos que ellas surtan puedan añadirse
las diligencias que sean de su resorte. , o perfeccionarse en los puntos que sean conducentes, a cuyo fin se instruirá de
Decimotercera: En estos expedientes no se cobrarán derechos algunos por ellas a los cabildos de esta capital y Montevideo, a su Gobernador, al reverendo
los mencionados comandantes, pues solamente percibirán un seis por ciento de obispo y al real consulado con encargo de que propongan todo lo que su celo y
las ventas y composiciones que hícieren, sacándose del mismo fondo otro dos por conocimientos estimasen conveniente en tan interesante materia, y librados los
ciento para pagar a los agrimensores, sin que el escribano de la superintendencia correspondientes despachos para el mismo objeto así al referido comandate prin-
general y Junta Superior lleve tampoco otros derechos que los de la intención del cipal Don Francisco Javier de Viana como a los de los partidos de la Colonia y
título, en que únicamente se insertará la diligencia de venta y decreto de aproba- Santo Domingo Soriano, Maldonado y Santa Teresa, dese cuenta a Su Majestad
ción, y los del auto confirmatorio de dicha Junta con que terminará el expediente, con test~onio de todos los expedientes obrados en el asunto, para la resolución
pero con declaración que esto no debe entenderse con los pobladores fronterizos que sea de su soberano agrado, informándose al propio tiempo a su real justifica-
a quienes no ha de gravarse en la menor cantidad, pues hasta el costo del papel ción lo que se considere conducente a la seguridad, población y fomento de la
deberá sacarse de las ventas y composiciones. agricultura de las vastas campañas de la Banda Oriental de este Río de la Plata. Y
Decimocuarta: El fomento de las poblaciones que se establezcan y contener lo rubricó su Exa. con los demás señores de que doy fe- Hay cinco rúbricas= Don
en ellas del modo posible la introducción de efectos de los dominios de Portugal Marcelino Calleja Sanz.
es el objeto más interesante que debe proponerse este superior Gobierno en uso
de sus altos encargos; y para este fin serán libres de alcabala y demás contribucio-
nes por el término de diez años los que introdujesen en ellas los españoles con la
calidad de que los lleven guiados de las aduanas de extracción en las que presen- DocuMI2n'o NQ 17
tarán las correspondientes tornas guías que deberán dárseles por las justicias
mientras no haya receptores u otras personas autorizadas para ello, a fin de que
por este medio se acredite el cumplimiento del destino.
"I\CQICULTUQA". I\QTICULO PU5LICI\OO POQ MANUEL
Decimoquinta: En atención a que los portugueses establecidos en nuestros 5ELCQANO ENELCOQQEO DE COMEQCIO DEL 23 DE
territorios son los que más fomentan el contrabando se les expulsará de ellos con
todo el rigor de las leyes exceptuando únicamente a los que estuvieren casados JUNIO DE 1810.
con españolas en quienes tuviesen sucesión, con tal de que tengan su población a
la distancia por lo menos de treinta leguas de la frontera.
Decimosexta: En cumplimiento de estos encargos y de los demás relativos a Cuando vemos a nuestros labradores en la mayor parte llenos de miseria e
poblaciones fronterizas se comete por este superior Gobierno al teniente coronel infelicidad; que una triste choza apenas les liberta de las intemperies; que en ella
de los reales ejércitos y sargento mayor de la plaza de Montevideo Don Francisco moran padres e hijos; que la desnudez está representada en toda su extensión; no
Javier de Viana a quien se confieren también las facultades y jurisdicción compe- podemos menos de fijar el pensamiento para indagar las causas de tan deplorable
tentes para que pueda administrar justicia, tanto en los negocios civiles como en desdicha.
los criminales, con la debida subordinación a las superioridades respectivas según Si traemos a consideración la clase de tierras en que cultivan, hallamos que
los casos, naturaleza de los mandos y calidades de las personas, con prevención son de la mejor calidad para atraer las influencias del clima benigno que disfruta-
de que en las causas cuyo interés no exceda de cien pesos proceda en modo ver- mos, y que apenas se remueven se apoderan de las semillas que se le depositan y
bal y a verdad sabida sin formar autos ni admitir escritos aunque lo pretenda algu- producen en gran abundancia, correspondiendo aún más allá de las esperanzas de
na de las partes; pero en las que excedieren de dicha suma deberá conducirse con los que las cultivan.
todas las formalidades que sean de derecho, otorgando las apelaciones para los Si observamos la clase de instrumentos de que se valen, hallamos en ver-
tribunales respectivos. E igualmente se les faculta para que en los delitos que no dad, la mayor imperfección, que es posible en ellos, tanto para el fin a que se diri-
sean de mayor gravedad pueda imponer por vía de corrección la pena de veinti- gen como para ejecutar los trabajos con menos tiempo, y más alivio de los anima-
I cinco azotes precediendo la llana confesión del reo siendo este de la plebe y con les y aún de las personas que se emplean en la labranza, pero aún este todavía es
.: tal de que la ejecución se haga privadamente dentro de la cárcel, conduciéndose pasajero; porque nuestras tierras están vírgenes, basta que se arañen, y los anima-
en los graves con toda la formalidad correspondiente por medio de los respectivos les son poco costosos y sus alimentos los deben a la naturaleza.
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trabajo; porque el que no puede llamar suyo lo que posee y que en consecuencia
Si atendemos al modo del cultivo y a los tiempos que adoptan para ernpren- no puede disponer, que está expuesto a que le hagan perder sus anticipaciones
dedos; encontramos infinitos defectos que en cualesquiera de los países viejos, de toda especie; que no puede consolarse de que al cerrar los ojos deje un esta-
uno de ellos bastaría para inutilizar todas las atenciones, cuidados y trabajos del blecimiento fijo a su amada familia, si no mira con tedio el lugar ajeno que la
Iabrador: pero la naturaleza supera todo, y se empeña en vencer a la ignorancia, ·-.-indispensable necesidad le hace buscar para vivir, cuando menos lo ve con indife-
para que no consiga el que deje de ser benéfica a los habitadores de este suelo. rencia.
Si fijamos la idea en el modo con que se cosecha, no es posible dejar de De aquí resulta que se contenta, si se dedica a algún cultivo con que le
lamentamos de un método tan descabellado que tantos perjuicios trae a los mis- satisfaga sus primeras necesidades, no trata de adelantar un paso, nada de mejoras
mos labradores y a todos sus conciudadanos; no obstante, todavía no juzgamos porque teme que el propietario se le quede con ellas; por el contrario, más bien
que esta sea la causa de su pobreza, porque a pesar de ese descabellamiento y tira a destruir y aniquilar cuanto encuentra, sírvale o no de provecho, por la natu-
consiguiente gran desperdicio, la retribución de la tierra es grande, y no sólo ral propensión que hay en el hombre de acabar con lo que no es suyo.
pudiera sacar sus capitales empleados, sino también los productos netos, que son Esto es muy sabido, como lo es que no ha habido quien piense en la felici-
los que forman las utilidades verdaderas de la ocupación. dad del género humano, que no haya traído a consideración la importancia de
Tampoco la atribuimos a la bita de anticipaciones para las cosas precisas a que todo hombre sea un propietario, para que se valga a sí mismo y a la socie-
su labranza, de que se prevale el monopolio para conseguir todas las ventajas, y dad, por eso se ha declamado tan altamente a fin de que las propiedades no
que no encuentren después de sus sudores y afanes, no sólo la utilidad que bus- recaigan en pocas manos, y para evitar que sea infinito el número de no propieta-
can; pero ni aun el triste salario que les correspondía por ellos si los hubiera rios: esta ha sido materia de las meditaciones de los sabios economistas en todas
empleado para otro de sus ciudadanos, como cualquier jornalero. las naciones ilustradas, y a cuyas reflexiones han atendido los gobiernos, cono-
No en las trabas y obstáculos que les presentan los malos caminos, las ciendo, que es uno de los fundamentos principales, sino el primero de la felicidad
entradas y aun i3S mismas calles de la capital, en donde se les rompen las carretas de los estados.
:: pierden sus granos no' obstante el derecho que satisfacen, para que se compon- Podríamos presentar pruebas de esto; con lo escrito y practicado en nuestra
g:m esas carretas. propia nación, y aun con lo que se ha tratado en esta superioridad acerca de
Ni deducimos que su situación infeliz provenga de las extorsiones que se asuntos de tanta consideración, que todavía estamos en tiempo de remediar, para
les causan, que no son pocas, abusando los autores del poder que se les confía que salgan del estado de miseria e infelicidad en que están nuestros labradores, y
;1:\r3 otros objetos, como tenemos ejemplares y muy recientes, que ha sabido los que nos sucedan se hallen sin un mal de que tanto se lamentan en los estados
refrenar nue stro Gobierno, luego que han llegado a su noticia, por la atención con de Europa, y a que, con justicia, se atribuye su decadencia.
CIU'~ mira a esta clase privilegiada, tan propia de la voluntad soberana. Nuestra población se ha ido aumentando y corre a sus progresos en medio
:-':inos persuadimos que tenga, su miseria, el origen en los impedimentos de las trabas e impedimentos porque es obra de la naturaleza, y a esta no hay
que se h~n puesto para disminuir los consumos, agitando al gobierno a f111de dique que se le oponga, ella franquea la subsistencia abundantemente, y esto bas-
que prohiba la extracción de los granos. porque el pan tenga más o menos onzas, ta, pero al mismo paso es de necesidad poner los medios para que puedan entrar
,.U.l:\JO no es el pruner alimento del pueblo, pues que en la clase pobre lo es la al orden de sociedad los que ahora casi se avergüenzan de presentarse a sus con-
<::1 me. corno en casi toda la campaña, de que resulta que el precio no se conserve ciudadanos por su desnudez y miseria, y esto lo hemos de conseguir si se les dan
.:n un gr,lo;') qUé: sea útil al labrador ni al consumidor. propiedades, o donde no se pueda ejecutar, porque no hay derecho a quítárselas
'\i :uzgorno5 que resulte de los derechos que se cobran a la extracción a las a quien las tiene, al menos que se les den las tierras en enfiteusis.
harinas, v aun a la galleta, lo que seguramente ha de recaer en perjuicio del labra- El origen de las propiedades de los terrenos entre nosotros se debe al repar-
dor. por cuanto ese recargo ha de obligar al comprador de los granos :1 que pro- timiento que se hizo al fundarse los pueblos, y sucesivamente a las denuncias de
cure disminuir el valor en la compra; pues que de otro modo no podrá ejecutar las tierras realengas, que en consecuencia se han rematado: por lo que hace a lo
este giro. primero, los repartos se ejecutaron entre todos los concurrentes a la fundación y
:--li
... pero es tiempo ya de que manifestemos nuestro concepto diciendo que se les dieron en abundancia para en algún modo contentarlos, y también porque
!oJ,)S esos males son concausas de la principal, cual es la falta de propiedades de precisados a ser pastores, era indispensable, ya que no podrían establecer prados
los terrenos que ocupan los labradores; este es el gran mal de donde provienen artificiales, a que no era posible sufragar en las utilidades, debían tener campos
t.xlas sus infehcídaoes y miserias, y de que sea la clase más desdichada de estas extensos para que los ganados fuesen alimentados por la naturaleza sin mayor
Provincias oebiendo ser la primera y más principal que formase la riqueza real cuidado, o ninguno, en esta parte de los dueños.
del E513do,riqueza constante y valedera, que el hombre no puede destruir. Bajo la misma idea no se ha tenido embarazo en llamar a moderada campo-
Si; la bita de propiedad trae consigo el abandono, trae la aversión a todo

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t
sición, por un número considerable de leguas de terreno, en unto grado que nos
es constante, que hay potentados en Europa, que no son señores de otras tantas,
INDICE
ya la verdad, es de precisión continuar con esta providencia particularmente en
esta primera provincia del virreinato, cuya mayor riqueza consiste, y consistirá
todavía algún tiempo en la ocupación pastoril.
El repartimiento, pues, subsiste a poco más o menos como en los tiempos
primeros, porque aun cuando hayan pasado las tierras a otras manos, estas siem-
pre han llevado el prurito de ocuparlas en aquella extensión, aunque nunca las
haya cultivado y cuando más se hayan contentado los poseedores con edificar una
casa de campo para recreo, plantar un corto monte de árboles frutales, dejando el
resto de una legua de fondo, o acaso más, eternamente baldío, y con el triste gus- Prólogo : . 9
to de que se diga que es suya, sin provecho propio ni del estado.
Se deja ver cuan importante sería que se obligase a estos no a darlas en CAPITUlO 1 Tierra y ganado en los orígenes
arrendamientos, sino en enfiteusis a los labradores, propiamente tales, que todos de Buenos Aires . 15
sabemos es un como un casi dominio directo, para que se apegasen a ellas, y tra-
bajasen como en cosa propia, que sabían sería el sostén de su familia por una Tierra y ganado en la Banda Oriental . 39

.
CAPITUlO II
muy moderada pensión; y seguramente muy pronto por este medio nos presenta-
. ría el campo que nos rodea una nueva perspectiva, subrogando este medio justo a
CAPITUlO III La tierra en Buenos Aires y la expansión
. la propiedad.
terrateniente de fines del siglo XVIII 63
: Pero todavía hay más; que se podría obligar a la venta de terrenos que no
.

se cultivan, al menos en una mitad, si en un tiempo dado no se hacían plantacio-


nes por los propietarios, y mucho más se les debería obligar a los que tienen sus CAPITUlO IV Tierra realenga, apropiación terrateniente
tierras enteramente desocupadas, y están colinde ras con nuestras poblaciones de y sociedad colonial a comienzos del siglo XIX . 111
campaña, cuyos habitadores están rodeados de grandes propietarios, y no tienen
ni en común, ni en particular ninguna de las gracias que les concede la ley: rnoti- Apéndice documental , . 141
\"O porque no adelantan; pues no hay el aliciente poderoso de la propiedad que
llame a nuestros infelices conciudadanos a ellas.
Cualesquiera, pues, de estos medios que adoptemos y estando la mira de
prevenir los inconvenientes de la falta de propiedad en las nuevas poblaciones
que se prornovieren, y de que tanto carecemos, tendremos que las propiedades
serán más repartidas, y que nuestros labradores saldrán del estado infeliz en que
yacen, con ventajas indecibles para la causa pública.
Remediemos en tiempo la falta de propiedad, convencidos de lo perjudicial
que nos es: es preciso atender a los progresos de la Patria, y esos no los obtendre-
mos sin que nuestros labradores sean propietarios, o casi propietarios. Esto intere-
sa a la nación, al gobierno, y aun a los mismos particulares: en una palabra es un
beneficio general que nunca sabremos agradecer bastante a cuantos cooperen a la
realización de los pensamientos apuntados, u otros que discurran los sabios, para
evitar la falta de propiedades que tienen nuestros labradores.
Manuel Belgrano.

~.é.HUM.
CenIa •• Estudiente8 de Humanldadel
_ U.N.S
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