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Trastornos de la personalidad y del comportamiento del adulto

f6O.5 Trastorno anancástico de la personalidad tocp

Trastorno de personalidad caracterizado por sentimientos de duda, perfeccionismo, preocupación


excesiva por detalles y comprobaciones, obstinación, precaución y rigidez. Pueden aparecer
también pensamientos o impulsos no deseados, aunque éstos no son tan graves como en el
trastorno obsesivo-compulsivo.

Trastorno de personalidad:

- Compulsivo. - Obsesivo. - Obsesivo-compulsivo.

Excluye: Trastorno obsesivo

B. Deben estar presentes al menos cuatro de los siguientes síntomas:

l. Sentimientos de duda y precauciones excesivas.

2. Preocupación por detalles, listas, reglas, orden, organización u horarios.

3. Perfeccionismo que interfiere con la realización de tareas.

4. Rectitud y escrupulosidad excesivos.

5. Preocupación injustificada por la productividad, hasta el extremo de renunciar a actividades


placenteras y relaciones interpersonales. 6. Excesiva pedantería y adhesión a las convenciones
sociales. 7. Rigidez y obstinación. 8. Insistencia irracional en que los demás se sometan a la propia
rutina de hacer las cosas o resistencia irracional a permitir que los demás realicen sus tare

Trastornos neuróticos, secundarios a situaciones estresantes y somatomorfos

" Trastorno obsesivo-compulsivo F42

La característica esencial de este trastorno es la presencia de pensamientos obsesivos o actos


compulsivos recurrentes. Los pensamientos obsesivos son ideas, imágenes o impulsos que
irrumpen una y otra vez en la mente del paciente de forma estereotipada. Casi siempre son
molestos y el paciente a menudo intenta, sin éxito, resistirse a ellos. No obstante, el individuo los
reconoce como pensamientos propios, incluso aunque sean involuntarios y con frecuencia
repugnantes. Los actos compulsivos o rituales son comportamientos estereotipados que se repiten
una y otra vez. No son por sí mismos placenteros, ni tampoco llevan a completar tareas útiles de
por sí. Su función es prevenir algún hecho objetivamente improbable, que suele referirse a recibir
algún daño de alguien o que el paciente se lo pueda producir a otros. Normalmente, el paciente
reconoce este comportamiento como carente de sentido o de eficacia y realiza intentos repetidos
para resistirse a ellos. Si se opone resistencia a los actos compulsivos la ansiedad empeora.
Incluye: Neurosis anancástica. Neurosis obsesivo-compulsiva. Excluye: Trastorno de personalidad
obsesivo-compulsivo (F60.5). CDI-JO A. Presencia de obsesiones o compulsiones (o ambas) la
mayor parte de los días durante un período de al menos dos semanas. B. Las obsesiones
(pensamientos, ideas o imágenes) y las compulsiones (actos) comparten las siguientes
características, que tienen que estar presentes todas: l. El paciente reconoce que se originan en su
mente y no son impuestas externamente por personas o influencias. 2. Son reiteradas y
desagradables, y debe haber al menos una obsesión o una compulsión que el paciente reconoce
como excesiva o irracional. 3. El paciente intenta resistirse a ellas (aunque la resistencia a
obsesiones o compulsiones de larga evolución puede ser mínima). Debe haber al menos una
obsesión o una compulsión que es resistida sin éxito. 4. Experimentar pensamíentos obsesivos o
llevar a cabo actos compulsivos no es en sí mismo placentero (lo cual debe distinguirse del alivio
temporal de la ansiedad o tensión). C. Las obsesiones o las compulsiones producen malestar o
interfieren con el funcionamiento social o individual del paciente, normalmente por el tiempo que
consumen. D. Criterio de exclusión usado con más frecuencia. Las obsesiones o las compulsiones
no son resultado de otros trastornos mentales, tales como esquizofrenia o trastornos relacionados
(F20-F29) o trastornos del humor (afectivos) (F30-F39). El diagnóstico pued

Este tipo de personalidad, como ya hemos dicho, está emparentada con el espectro
psicopatológico obsesivo. La principal diferencia con el TOC es que la persona con
personalidad anancástica no ve un problema en su comportamiento, sumamente
perfeccionista. Además, los pensamientos obsesivos del TOC pueden llegar a ser más irreales
(por ejemplo, un TOC tipo hipocondríaco tendría un miedo desmesurado a una enfermedad
que no padece).
Cabe recalcar antes de hablar de este trastorno que en grados bajos todos tenemos rasgos de
distintas personalidades. En este sentido, el tipo de personalidad cautelosa representa a
personas que son muy responsables, ordenadas y se adaptan a las reglas. Todos podemos,
en algún momento de la vida y según las circunstancias, presentar algunas de estas
características; que pueden agudizarse en épocas de mayor estrés sin tener que ser
necesariamente anancástico.
Hablamos de trastorno de personalidad cuando, al comienzo de la edad adulta, aparecen
patrones de pensamiento y comportamiento que afectan a la persona con personalidad
anancástica y a quienes le rodean, cuando se vuelve una conducta rígida que no puede
adaptarse a la realidad, provocando dificultades sociofamiliares e incluso fisiológicas. Se
calcula que el síndrome perfeccionista alcanza un valor de entre el 7 y 12% de la población.
Cada persona vive el trastorno de una determinada manera y presenta a su vez, un grado
más o menos intenso del mismo, de ahí que los resultados puedan variar entre llevar una vida
satisfactoria o por el contrario, necesitar para ello ayuda farmacológica y psicológica.
 FacebookGmail
La personalidad anancástica se caracteriza por los siguientes rasgos:
1. Perfeccionismo y minuciosidad: La persona con personalidad anancástica presenta una
búsqueda de la perfección especialmente en el ámbito laboral, donde hay un miedo intenso a
no adecuarse a los objetivos, a las normas o a instrucciones de los superiores, pero también
en lo más cotidiano: la ropa, la comida y el modo de presentarla, el orden en la casa, la
apariencia física… Puede estar horas y horas haciendo algo para conseguir el mejor resultado
posible. También es exigente con las personas de su alrededor.
2. Hiperresponsabilidad: Puede quedarse en el puesto de trabajo hasta horas intempestivas
incluso cuando no está en condiciones óptimas de salud. Se compromete excesivamente con
las tareas que se le encomiendan.
3. Tendencia al control y a la previsión: Quien posee una personalidad anancástica no
tolera la incertidumbre y se acoge a normas rígidas con el fin de mantener el orden en el que
vive. El hipercontrol llega a trasladarse a las personas con las que tiene un alto nivel de
confianza. Se encuentra continuamente sometida a horarios, planificaciones y normas,
experimentando ansiedad cuando sale de la rutina.
4. Sentido exacerbado de la justicia: Suele tener muy clara la distinción entre lo que está
bien y lo que está mal según su perspectiva. A pesar de su alto nivel de
perfeccionismo, intenta lograr sus objetivos por méritos propios, sin causar daño a otras
personas.
5. Dificultad para mantener relaciones interpersonales: Especialmente en el ámbito de
pareja, a la que exige tanto que ésta nunca llegan a estar a la altura de sus deseos. Sin
embargo no suele ser quien termina las relaciones, ya que no concibe muy bien el fracaso o el
error en su vida personal ni profesional. Siente una verdadera dificultad para expresar sus
emociones.
6. Sentimiento de incomprensión: Suele sentirse muy incomprendida por el mundo en
general, lo que deriva en una sensación de soledad y falta de apoyo.
7. Inconformismo: Una vez más, su alto nivel de exigencia provoca el deseo de alcanzar una
perfección imposible que sobrepasa todo límite, por lo que las actividades que realiza nunca
estarán completamente finalizadas.
8. Tendencia a la negatividad: No cree ser lo suficientemente buena para que algo positivo
le ocurra y anticipa los acontecimientos de un modo bastante fatalista.
9. Extremismo o tendencia a la polarización: O es blanco o es negro, o las cosas se hacen
perfectas o no se hacen. No le agradan los matices o términos medios, ya que la relativización
no forma parte de sus estrategias de afrontamiento.
10. Intolerancia a la frustración y al fracaso: Si algo no sale como espera lo toma como un
fracaso y no como algo constructivo y de lo que puede aprender. Se siente incapaz de encajar
en un mundo tan complejo e imperfecto con detalles que escapan a su control.
11. Sensibilidad excesiva a las críticas: Otorga mucho valor a lo que los demás piensen u
opinen porque, aunque no lo parezca, tiene un alto grado de inseguridad y una baja
autoestima que desencadena estos comportamientos de perfección y competitividad.
12. Dificultades para delegar la responsabilidad: Reacia a delegar tareas o a trabajar con
otros, a menos que se sometan exactamente a su forma de hacer las cosas, le cuesta mucho
colaborar y trabajar en equipo.
13. Incapacidad para disfrutar de la vida: Todo este alto nivel de exigencia, competitividad y
frustración ante los errores conlleva que la persona viva estresada y a la defensiva,
anticipando catástrofes potenciales. Rara vez experimenta estados placenteros o se permite
relajarse.
Este tipo de personalidad puede relacionarse con adicciones, otros trastornos de personalidad
como el evitativo y el esquizotípico y trastornos alimentarios como la anorexia.
Se han descrito diferentes causas para explicar su aparición:
Desde el enfoque evolutivo, este tipo de trastorno se encuentra relacionado con la etapa
anómica del niño (entre los dos y los seis años), cuando debe aprender a controlar los
esfínteres y regularse poco a poco para aprender a acoplarse a la sociedad humana. El niño
de esta edad busca dar rienda suelta a la exploración del mundo, momento en el que
un exceso de límitesgenera un rechazo de los propios deseos, que se viven como negativos
o dañinos.
La perspectiva freudiana relaciona esta personalidad con una fuerte inserción del superyó o
las leyes sociales, que generan una represión del ello o impulsos del individuo. Es decir,
existiría una excesiva exigencia de perfección por parte de los padres desde una infancia
muy temprana.
Biológicamente se explica por la conjunción de factores genéticos y factores externos. El
indicador biológico del rasgo ansioso de la personalidad seria la hiperactividad del receptor
serotoninergico postsináptico, existente en los trastornos de la personalidad como son el de
evitación, dependencia y el obsesivo-compulsivo.
En cuanto al tratamiento, la personalidad anancástica puede reconducirse y aprender a ser
un poco más flexible y permisiva consigo misma y con los demás. Pueden usarse
psicofármacos para reducir la agresividad, la irritabilidad y la impulsividad. Se ha observado
eficacia con intervenciones como la terapia de grupo, la inserción a actividades sociales, el
apoyo afectivo que otorga confianza y estabilidad y la terapia cognitiva para cambiar patrones
erróneos de pensamiento que resultan perjudiciales, tratando conceptos como:
 La aceptación del error como inherente al ser humano.
 Aprender a pedir perdón y autoperdonarse.
 Dar importancia al esfuerzo y a la constancia antes que al logro de determinados objetivos.
 Conocer las propias limitaciones y capacidades.
 Practicar la comprensión y tolerancia con uno mismo y con los demás.
 Vivir el momento presente.
 Disfrutar de las actividades que se realizan.
 Ver elementos como el orden, la limpieza y la puntualidad como medios y no fines en sí
mismos.

Este tipo de personalidad, como ya hemos dicho, está emparentada con el espectro
psicopatológico obsesivo. La principal diferencia con el TOC es que la persona con
personalidad anancástica no ve un problema en su comportamiento, sumamente
perfeccionista. Además, los pensamientos obsesivos del TOC pueden llegar a ser más irreales
(por ejemplo, un TOC tipo hipocondríaco tendría un miedo desmesurado a una enfermedad
que no padece).
Cabe recalcar antes de hablar de este trastorno que en grados bajos todos tenemos rasgos de
distintas personalidades. En este sentido, el tipo de personalidad cautelosa representa a
personas que son muy responsables, ordenadas y se adaptan a las reglas. Todos podemos,
en algún momento de la vida y según las circunstancias, presentar algunas de estas
características; que pueden agudizarse en épocas de mayor estrés sin tener que ser
necesariamente anancástico.
Hablamos de trastorno de personalidad cuando, al comienzo de la edad adulta, aparecen
patrones de pensamiento y comportamiento que afectan a la persona con personalidad
anancástica y a quienes le rodean, cuando se vuelve una conducta rígida que no puede
adaptarse a la realidad, provocando dificultades sociofamiliares e incluso fisiológicas. Se
calcula que el síndrome perfeccionista alcanza un valor de entre el 7 y 12% de la población.
Cada persona vive el trastorno de una determinada manera y presenta a su vez, un grado
más o menos intenso del mismo, de ahí que los resultados puedan variar entre llevar una vida
satisfactoria o por el contrario, necesitar para ello ayuda farmacológica y psicológica.

 Facebook
 Twitter
 Gmail
La personalidad anancástica se caracteriza por los siguientes rasgos:
1. Perfeccionismo y minuciosidad: La persona con personalidad anancástica presenta una
búsqueda de la perfección especialmente en el ámbito laboral, donde hay un miedo intenso a
no adecuarse a los objetivos, a las normas o a instrucciones de los superiores, pero también
en lo más cotidiano: la ropa, la comida y el modo de presentarla, el orden en la casa, la
apariencia física… Puede estar horas y horas haciendo algo para conseguir el mejor resultado
posible. También es exigente con las personas de su alrededor.
2. Hiperresponsabilidad: Puede quedarse en el puesto de trabajo hasta horas intempestivas
incluso cuando no está en condiciones óptimas de salud. Se compromete excesivamente con
las tareas que se le encomiendan.
3. Tendencia al control y a la previsión: Quien posee una personalidad anancástica no
tolera la incertidumbre y se acoge a normas rígidas con el fin de mantener el orden en el que
vive. El hipercontrol llega a trasladarse a las personas con las que tiene un alto nivel de
confianza. Se encuentra continuamente sometida a horarios, planificaciones y normas,
experimentando ansiedad cuando sale de la rutina.
4. Sentido exacerbado de la justicia: Suele tener muy clara la distinción entre lo que está
bien y lo que está mal según su perspectiva. A pesar de su alto nivel de
perfeccionismo, intenta lograr sus objetivos por méritos propios, sin causar daño a otras
personas.
5. Dificultad para mantener relaciones interpersonales: Especialmente en el ámbito de
pareja, a la que exige tanto que ésta nunca llegan a estar a la altura de sus deseos. Sin
embargo no suele ser quien termina las relaciones, ya que no concibe muy bien el fracaso o el
error en su vida personal ni profesional. Siente una verdadera dificultad para expresar sus
emociones.
6. Sentimiento de incomprensión: Suele sentirse muy incomprendida por el mundo en
general, lo que deriva en una sensación de soledad y falta de apoyo.
7. Inconformismo: Una vez más, su alto nivel de exigencia provoca el deseo de alcanzar una
perfección imposible que sobrepasa todo límite, por lo que las actividades que realiza nunca
estarán completamente finalizadas.
8. Tendencia a la negatividad: No cree ser lo suficientemente buena para que algo positivo
le ocurra y anticipa los acontecimientos de un modo bastante fatalista.
9. Extremismo o tendencia a la polarización: O es blanco o es negro, o las cosas se hacen
perfectas o no se hacen. No le agradan los matices o términos medios, ya que la relativización
no forma parte de sus estrategias de afrontamiento.
10. Intolerancia a la frustración y al fracaso: Si algo no sale como espera lo toma como un
fracaso y no como algo constructivo y de lo que puede aprender. Se siente incapaz de encajar
en un mundo tan complejo e imperfecto con detalles que escapan a su control.
11. Sensibilidad excesiva a las críticas: Otorga mucho valor a lo que los demás piensen u
opinen porque, aunque no lo parezca, tiene un alto grado de inseguridad y una baja
autoestima que desencadena estos comportamientos de perfección y competitividad.
12. Dificultades para delegar la responsabilidad: Reacia a delegar tareas o a trabajar con
otros, a menos que se sometan exactamente a su forma de hacer las cosas, le cuesta mucho
colaborar y trabajar en equipo.
13. Incapacidad para disfrutar de la vida: Todo este alto nivel de exigencia, competitividad y
frustración ante los errores conlleva que la persona viva estresada y a la defensiva,
anticipando catástrofes potenciales. Rara vez experimenta estados placenteros o se permite
relajarse.
Este tipo de personalidad puede relacionarse con adicciones, otros trastornos de personalidad
como el evitativo y el esquizotípico y trastornos alimentarios como la anorexia.
Se han descrito diferentes causas para explicar su aparición:
Desde el enfoque evolutivo, este tipo de trastorno se encuentra relacionado con la etapa
anómica del niño (entre los dos y los seis años), cuando debe aprender a controlar los
esfínteres y regularse poco a poco para aprender a acoplarse a la sociedad humana. El niño
de esta edad busca dar rienda suelta a la exploración del mundo, momento en el que
un exceso de límitesgenera un rechazo de los propios deseos, que se viven como negativos
o dañinos.
La perspectiva freudiana relaciona esta personalidad con una fuerte inserción del superyó o
las leyes sociales, que generan una represión del ello o impulsos del individuo. Es decir,
existiría una excesiva exigencia de perfección por parte de los padres desde una infancia
muy temprana.
Biológicamente se explica por la conjunción de factores genéticos y factores externos. El
indicador biológico del rasgo ansioso de la personalidad seria la hiperactividad del receptor
serotoninergico postsináptico, existente en los trastornos de la personalidad como son el de
evitación, dependencia y el obsesivo-compulsivo.
En cuanto al tratamiento, la personalidad anancástica puede reconducirse y aprender a ser
un poco más flexible y permisiva consigo misma y con los demás. Pueden usarse
psicofármacos para reducir la agresividad, la irritabilidad y la impulsividad. Se ha observado
eficacia con intervenciones como la terapia de grupo, la inserción a actividades sociales, el
apoyo afectivo que otorga confianza y estabilidad y la terapia cognitiva para cambiar patrones
erróneos de pensamiento que resultan perjudiciales, tratando conceptos como:
 La aceptación del error como inherente al ser humano.
 Aprender a pedir perdón y autoperdonarse.
 Dar importancia al esfuerzo y a la constancia antes que al logro de determinados objetivos.
 Conocer las propias limitaciones y capacidades.
 Practicar la comprensión y tolerancia con uno mismo y con los demás.
 Vivir el momento presente.
 Disfrutar de las actividades que se realizan.
 Ver elementos como el orden, la limpieza y la puntualidad como medios y no fines en sí
mismos.

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