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A pesar de que Man Ray basó su obra en gran medida en la poesía de Robert Desnos, así como en
algunas de las indicaciones de este (algunas todavía visibles en el cine-texto que se adjunta en las
páginas siguientes), el joven e improvisado cineasta no seguirá en su totalidad las indicaciones del
poeta. Así, podemos observar en los diversos intertítulos, además de los versos del poema de
Desnos, intercalados, algunos nuevos. Tampoco se respeta en su totalidad la sucesión de escenas
inconexas propuestas en un principio y, sobre todo, el autor no respeta las recomendaciones
musicales indicadas por el poeta —como puede derivarse de la comparación entra la música del
filme con las propuestas que aparecen en la tabla de las páginas 5-10, que se corresponderían
todavía con las designadas por el propio Desnos—. Efectivamente, y aunque originalmente la
película era muda, la música estaba prevista desde un primer momento para acompañar al filme.
La copia que puede visualizarse en el enlace que se presenta al inicio de este documento proviene
del doblaje musical, cuya reconstrucción corrió a cargo de Jacques Guillot y cuya música fue
tomada de la colección de discos personales de Man Ray, tratando de reproducir la selección que
el artista habría realizado para su primera exhibición pública. De este modo, reconocemos en el
filme piezas como C'est lui, de Josephine Baker (que abre y cierra el filme), Los Piconeros, una
saeta —Ay, Pilatos— de La Niña de los Peines o Signomi sou zito, de Sofía Vembo.
En cuanto a los actores, Man Ray decide renunciar a los profesionales para acabar acudiendo a sus
amigos más cercanos, entre otros su musa de entonces, Kiki de Montparnasse (Alice Prin), y el
propio Desnos y amigo de ambos. De hecho, es llamativo que este filme supone la única imagen
en movimiento que se conserva hoy en día del poeta Robert Desnos, muerto el 8 de junio de 1945
en el campo de concentración de Theresienstadt. Su título habitual en inglés es "The Starfish",
aunque el utilizado por Man Ray para su nombre original fue "The Star of the sea".
A continuación, puede leerse una cita del propio Robert Desnos a propósito del cortometraje
surgido a partir de su poema:
Poseo una estrella de mar (¿surgida de qué océano?), comprada a un chamarilero judío de la calle Rosiers,
que es la personificación misma de un amor perdido, totalmente perdido, del que probablemente no habría
conservado este emotivo recuerdo sin ella. Bajo su influencia escribí, en la forma más apropiada para las
apariciones y los fantasmas de un guion, lo que Man Ray y yo mismo guion, lo que Man Ray y yo mismo
consideramos un poema sencillo como el amor, sencillo como un buenos días, sencillo y terrible como un
adiós. Sólo Man Ray podía concebir los espectros que, surgidos del papel y del celuloide, debían encarnar,
en los rasgos de mi querido André de la Rivière y de la apasionante Kiki, la acción espontánea y trágica de
una aventura nacida en la realidad y continuada en el sueño. Confié el manuscrito a Man y me fui de viaje.
A mi regreso, la película estaba terminada. Gracias a operaciones tenebrosas, mediante las cuales elaboró una
alquimia de las apariencias, y a invenciones que deben menos a la ciencia que a la inspiración, Man Ray
había construido un territorio que ya no me pertenecía a mí ni tampoco completamente a él…
No esperen una exégesis erudita sobre las intenciones del realizador. No se trata de eso. Se trata exactamente
de que Man Ray, triunfando con resolución sobre la técnica, me ofreció la más halagadora y emotiva imagen
de mí mismo.
Así mismo, a continuación, disponen de dos documentos. El primero es un texto titulado “L’Étoile
de mer”, incluido en la obra Autorretrato, del propio Man Ray (traducido por mí misma), que dará
multitud de pistas sobre el contexto de producción, así como sobre las intenciones del autor. El
segundo es la transcripción bilingüe1 del manuscrito que aporta precisiones espaciotemporales
constituyendo una suerte de cine-texto —visible en el cuadro de las páginas 5-10— que constituye
el fundamento del cortometraje, aunque muchas de las indicaciones sufrieron cambios a lo largo
de la producción y postproducción del filme. De forma evidente, por ejemplo, las referencias
musicales, que como ya se ha indicado fueron cambiadas en su integridad.
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La traducción de los textos es de la poeta, especialista en lengua y literatura francesas y profesora en la Universidad del País
Vasco, Ángela Serna.
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“L’Étoile de mer” en Autorretrato
Por Man Ray
El poeta Robert Desnos fue, durante un tiempo, uno de los más brillantes intérpretes del
surrealismo. Durante una reunión en casa de Breton, fue capaz de entrar en trance, de producir
anagramas, series enteras de poemas, que escribía al mismo tiempo que recitaba. Algunos
cuestionaron la autenticidad de estas sesiones. Pero habrían sido milagrosas incluso si se hubieran
preparado de antemano y aprendido de memoria. Y había algo muy inquietante al final de cada
sesión: Robert tardaba mucho en salir del trance. En su estado normal era imprevisible: a veces
amable y cortés, a veces violento y vengativo; reaccionaba bruscamente ante cualquier acto injusto
o estúpido. En las reuniones públicas daba rienda suelta a sus pasiones, exponiéndose a una paliza
administrada por algún vecino indignado. A menudo en mi estudio se hundía en una silla y
dormitaba tranquilamente durante media hora. Luego abría los ojos y reanudaba la conversación
como si no hubiera habido ninguna interrupción. Era una ilustración perfecta de la máxima
surrealista: no hay frontera entre el sueño y la vigilia.
Como periodista, crítico de teatro, crítico literario y crítico de arte, Desnos se ganaba la vida a
duras penas. Una noche nos dijo que iba a hacer un reportaje a las Indias Occidentales y que estaría
fuera unos meses. Tuvimos una cena de despedida, Desnos y yo, con Kiki y una de sus amigas, de
la que Desnos estaba enamorado. Se puso muy hablador al final de la comida y recitó versos de
Victor Hugo y otros autores que los surrealistas no apreciaban especialmente. Luego sacó de su
bolsillo un pequeño libro: era un poema que había escrito ese día. Lo leyó con su voz clara y
modulada, dando a su poema un significado que no podía tener para quien lo hubiera leído en un
libro. Siempre me ha impresionado un escritor que lee su propia obra. Eluard siempre leía sus
poemas a sus amigos antes de publicarlos. En mi opinión, la poesía siempre debe ser leída por su
autor. Nunca he sido capaz de leer poesía en los libros.
El poema de Desnos era como el guion de una película. Tenía quince o veinte líneas; cada una de
ellas presentaba una imagen nítida y distanciada de un lugar, un hombre o una mujer. No hay
acción dramática, pero todos los elementos de la posible acción estaban allí. El poema se llamaba
"La estrella del mar". En la calle, una mujer vende periódicos. En un puesto junto a ella hay una
pila de periódicos, sostenidos por un tarro de cristal que contiene una estrella de mar. Aparece un
hombre y recoge el frasco; ella recoge sus periódicos; salen juntos, entran en una casa, suben un
piso y entran en una habitación. La mujer deja caer los periódicos, se desnuda delante del hombre
y se tumba desnuda en la cama. Él la mira, abandona su silla, le coge la mano y se despide con un
beso. Y se va, llevándose la estrella de mar. En casa, examina cuidadosamente el frasco y su
contenido. Un tren en movimiento, un barco de vapor desembarcando, el muro de una prisión, un
río que fluye bajo un puente. Imágenes de la mujer tumbada desnuda en la cama con un vaso de
vino en la mano; luego sus manos acariciando la cabeza de un hombre en su regazo; la mujer
subiendo la escalera con un puñal; o de pie, envuelta en un chal, con un gorro frigio, símbolo de
la libertad, en la cabeza; la mujer sentada frente a una chimenea, reprimiendo un bostezo. Siempre
me viene a la mente una frase: Es hermosa, es hermosa. Hay otras frases, no relacionadas con el
poema, como "Si las flores fueran de cristal" y "Hay que golpear a los muertos cuando están fríos".
Una de las imágenes muestra al hombre cogiendo un periódico en la calle y revisando un titular
político. El poema termina con el hombre y la mujer encontrándose de nuevo en un callejón. Un
recién llegado interviene, coge a la mujer por el brazo y la arrastra. El primer hombre permanece
entonces inmóvil, desorientado. El rostro de la mujer reaparece solo frente a un espejo que, girado
de repente, lleva la palabra "belle" (“hermosa”).
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¿Fue mi imaginación estimulada por el vino que había bebido en la cena? En cualquier caso, este
poema me conmovió mucho. Lo "veía" al mismo tiempo que lo recitaba como una película —una
película surrealista— y le dije a Desnos que antes de su regreso haría un filme de su poema. Esa
noche, en mi cama, empecé a arrepentirme de ese gesto impetuoso: iba a correr de nuevo tras la
luna... Pero había dado mi palabra: la cumpliría. Al no poder dormir, escribí algunos detalles
prácticos del proyecto. Desde luego, no utilizaría actores profesionales; elegiría entre mis amigos
a los que me parecieran adecuados para los papeles de la mujer y los dos hombres. En realidad, no
importaba: no quería depender del talento de los actores, y poco a poco fui descubriendo una forma
de hacer una película en este sentido: los personajes serían simples marionetas. Kiki era la elección
obvia para el papel de la mujer. En cuanto al primer hombre, un chico alto y rubio que conocíamos
y que vivía en el edificio de Desnos serviría. El segundo hombre, que sólo aparecería un momento
al final de la película, podría ser el propio Robert.
Al día siguiente me preparé a toda prisa para rodar la última secuencia —la de la mujer y los dos
hombres— antes de que Desnos se fuera de viaje para rodar su reportaje. Después pude preparar
el resto de la película y trabajar más tranquilamente. Había uno o dos puntos bastante delicados:
el desnudo integral nunca sería aprobado por la censura, y descartaba el recurrir a los métodos
habituales de ocultación parcial que los cineastas utilizan en estos casos. No habría desenfoque ni
efectos artísticos de siluetas. Preparé unas láminas de gelatina por impregnación y obtuve un brillo
vítreo borroso a través del cual el cuadro parecía un dibujo o una pintura rudimentaria. Esto implicó
una laboriosa experimentación. Pero finalmente obtuve el resultado deseado. En unas pocas
semanas rodé todo el material. Había suficiente para hacer una película de alrededor de media
hora, pero a fuerza de podar y descartar despiadadamente las partes del material que parecían
deambular, reduje la película a apenas quince minutos. Una vez más pensé que su brevedad sería
uno de sus méritos.
Esperé al regreso de Desnos para organizar una proyección en un pequeño cine local que
proyectaba películas extranjeras y de vanguardia. El director del estudio de las Ursulinas me lo
prestó la sala de buen grado durante una tarde. Necesitaba un cortometraje para preceder la
proyección de El ángel azul, protagonizada por Marlène Dietrich. También me permitió ensayar
con su trío de músicos: mi película, que era muda, tenía que ir acompañada de música. Consulté a
Desnos sobre la lista de invitados. Cuando le llegó el turno a Breton y a los surrealistas, un destello
salvaje pasó por sus ojos; se lanzó a una violenta diatriba contra Breton. Habían tenido una amarga
disputa, algo que yo desconocía, porque había tenido lugar en una época en la que yo no estaba
involucrado con los surrealistas. Al ver una foto de Bretón en mi mesa, Desnos la pinchó con la
punta de un cortapapeles que acababa de coger. Había visto a brujos vudú pinchar con clavos un
trozo de madera tallada que representaba a un enemigo. Lo maldigo, gritó. Catástrofe: una vez más
me había equivocado con los surrealistas. El director del teatro, el Sr. Tallier, vio la película, que
le entusiasmó a él y a los invitados, y expresó el deseo de presentarla en su próximo programa.
Pero primero tenía que obtener la aprobación del censor. El director no estaba seguro de poder
mostrar las secuencias de desnudos al público en general. Me dirigí a las oficinas de la censura en
el Palais Royal y conseguí una cita para la proyección de L'Étoile de mer.
Había media docena de ellos en la sala: caballeros de aspecto importante, algunos con respetables
barbas, condecoraciones gubernamentales en sus botones. Hubo cierto revuelo durante la
proyección, risas cuando el hombre se despidió de la mujer desnuda acostada, y luego una larga
discusión entre los miembros del jurado. Les molestó más la aparente incoherencia de la película
que los desnudos en sí, sobre los que estuvieron de acuerdo en que eran tan artísticos como
cualquier desnudo en pintura. Me concedieron el visado, pero sugirieron que se eliminaran dos
planos cortos: en primer lugar, aquel en el que la mujer, al desnudarse, lanza la ropa interior por
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encima de la cabeza —a ojos de los censores, desnudarse era un acto bastante obsceno— y, en
segundo lugar, el del intertítulo: "Hay que golpear a los muertos cuando están fríos".
Al igual que mi primera película, Emak Bakia, ésta se proyectó durante varios meses y en salas de
toda Europa. Pero nunca dio suficiente dinero para justificar la realización de más películas. Decidí
no hacer más. Pero cada vez se me pedía más desde distintos ámbitos que continuara. Valoré
algunos proyectos, pero no tenía en ellos el corazón: acabé rechazándolos, porque las condiciones
que me proponían no me dejaban suficiente libertad.
En el fondo, el cine no me interesaba: no tenía ningún deseo de convertirme en un director de
éxito. Sólo me habría sentido tentado a hacer una nueva película si hubiera tenido fondos limitados
para tirar por la ventana.
MAN RAY, Autorretrato.
Tel que l'a vu Man Ray Tal y como lo ha visto Man Ray
Musique Música
I. Un homme et une femme dans la rue. I. Un hombre y una mujer en la calle. Pasos.
Marche. Leurs jambes. Les jambes de la Sus piernas. Las piernas de la mujer. Se
femme. Elle s'arrête. C'est dans la rue. Elle detiene. La calle. Se ajusta la jarretera. Se ve
ajuste sa jarettière. On voit sa jambe. su pierna.
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II. Ils montent un escalier sombre. C'est le II. Suben una escalera oscura. Por la tarde.
soir.
III. Un dormitorio.
III. Sa chambre à coucher.
Último Tango
Dernier Tango
VIII. Dans la rue, des journaux emportés VIII. La calle, periódicos arrastrados por el
par le vent. Il en attrape un. Un article où viento. Coge uno. Artículo en el que se lee
on lit «M*** ». “M***”.
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Le Beau Danube bleu El Danubio Azul
IX. Un pot avec une fleur. IX. Recipiente con una flor
X. Une série de verres de toutes formes et X. Vasos de todas las formas y de todos los
de toutes dimensions, de boules en verre et tamaños, bolas de cristal y objetos de cristal.
d'objets en verre.
O Sole mio
O Sole mio
XIII. Un barco.
XIII. Un bateau.
Silencio…
Silence.
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La Carmagnole en sourdine La Carmañola en sordina
XV. La femme en bonnet phrygien, de la XV. La mujer con gorro frigio, humo, fuego,
fumée, du feu, une rue déserte. una calle desierta.
La Carmagnole très fort puis silence et en La Carmañola muy alto, luego silencio, y en
sourdine; O sole mio sordina O Sole mio
XVI. La femme presque déshabillée. Un XVI. La mujer casi desnuda. Un pie sobre un
pied sur un livre. L'étoile de mer dans un libro. La estrella de mar en un rincón.
coin.
O sole mio
O sole mio
XVIII. Une route. La femme toute seule. XVIII. Una carretera. La mujer sola.
5) Sous-titre: «Belle, belle comme une 5) Subtítulo: “Hermosa, hermosa como una
fleur de verre». flor de cristal”.
XIX. Le jeune homme regarde ses mains. XIX. El hombre se mira las manos. La
L'étoile de mer dans un coin. estrella de mar en un rincón.
XX. Les mains de l'homme. Les lignes de XX. Las manos del hombre. Las líneas de sus
ses mains marquées en noir. manos marcadas en negro.
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XXI. Un escalier éclairé. La femme monte XXI. Una escalera iluminada. La mujer sube
un long couteau à la main. L'étoile de mer con un gran cuchillo en la mano. La estrella
sur une marche. de mar en un escalón.
XXII. Le jeune homme. Une femme XXII. El hombre. Una mujer enmascarada
masquée devant lui. delante de él.
XXIII. Elle retire son masque. C'est elle. XXIII. Ella retira la máscara. Es ella.
6) Sous-titre: «Belle comme une fleur de 6) Subtítulo: “Hermosa como una flor de
chair». carne”.
XXVII. Une table. Un litre. Un verre à XXVII. Una mesa. El casco de una botella de
demi plein. Une banane en partie épluchée. litro. Un vaso medio lleno. Un plátano a
L'étoile de mer. medio pelar. La estrella de mar.
XXVIII. La femme à genoux devant un feu XXVIII. La mujer de rodillas ante una
de bois. fogata.
7) Sous-titre: «Belle comme une fleur de 7) Subtítulo: “Hermosa como una flor de
feu». fuego”.
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XXIX. La femme endormie dans son lit. XXIX. La mujer dormida en su cama.
XXXI. La femme et l'homme arrivent par XXXI. La mujer y el hombre entran por
deux directions et se rencontrent. direcciones opuestas y se encuentran.
XXIII. Le jeune homme devant l'étoile de XXXIII. El hombre ante la estrella de mar.
mer.
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