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(GUÍA DE ESTUDIO)
Unidad VI
La Administración Pública y el Derecho Administrativo:
** Consideraciones Previas.
Dos de los criterios que han adquirido mayor relieve en el plano doctrinario
son, por un lado, el orgánico o subjetivo y, por el otro, el objetivo, sustancial o
material.
Las llamadas “relaciones interorgánicas”, son aquellas que tienen lugar entre
dos o más organismos o reparticiones administrativas de una misma persona jurídica
pública1, por ejemplo, entre la Secretaría de Hacienda y la Secretaría de Gobierno de la
Municipalidad de Rosario. En este caso, los organismos o reparticiones son las dos
Secretarías mencionadas y la persona jurídica pública el Municipio. En otros términos,
1
A modo de anticipo de lo que se estudiará en la siguiente Unidad, las personas jurídicas públicas son,
entre otras, el Estado Nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los Municipios.
las “relaciones interorgánicas” no tienen lugar entre personas o sujetos de derecho,
sino entre organismos de una misma persona jurídica.
Pero sin perjuicio de las facultades no delegadas por las Provincias a la Nación,
es también de advertir que para el cumplimiento de los respectivos fines puestos a su
cargo por la Constitución, la Nación goza de todas las consiguientes potestades de
carácter administrativo, del mismo modo que, en su ámbito de actuación, las
Provincias gozan de tales potestades.
Finalmente, hay otras materias acerca de las cuales son competentes, en sus
correspondientes esferas, tanto la Nación como las Provincias, por existir al respecto
una "concurrencia de fines" (por ejemplo, disponer la expropiación de un bien
inmueble para construir en este un Hospital). Todo está en determinar de qué materia
se trata, para lo cual el intérprete debe aplicar las normas y principios constitucionales
pertinentes.
Los autores, en general, entienden por "fuente" del derecho los lugares de
donde "brota" o "mana" la regla jurídica. Otros expositores entienden por tal a los
"hechos" y "actos" de producción jurídica; pero hay discrepancias respecto a la
determinación de cuáles son esos modos, formas o actos, pues algunos tratadistas
limitan el concepto a los actos o hechos de producción normativa, es decir, de
producción de normas jurídicas; en ese orden de ideas hay quienes, para que el hecho
o acto pueda ser considerado como "fuente" del derecho, exigen que ellos tengan
"imperatividad".
Otros autores consideran "fuente" del derecho al "hecho creador del derecho",
es decir, a la causa de su origen. Por otro lado, doctrinarios de la talla de CUETO RÚA,
para dar la noción de fuente del derecho, se valen de otro modo de expresión,
señalando que "las fuentes del derecho son los criterios de objetividad a los que
acuden los órganos comunitarios para la decisión de los conflictos o los integrantes del
grupo social en la elección de cursos de conducta que por su objetividad faciliten el
entendimiento colectivo", entendiendo por objetividad "la posibilidad de que la
solución encontrada al problema pueda ser compartida y aceptada en el seno de la
comunidad. Ello significa que el punto de vista adoptado por el órgano al dirimir la
disputa, sea un punto de vista aceptable para los demás".
Un escalón por debajo de estos últimos, nos encontramos con los llamados
Tratados de Integración3 y con los demás Tratados y Concordatos que celebre el
Estado Nacional, los cuales, en ambos casos, tienen jerarquía inferior a la Constitución
Nacional y a los Tratados mencionados en el párrafo anterior, pero superior a las
Leyes, tal como se deprende de la primera parte del artículo 75 inciso 22, como así
también del inciso 24 de este mismo precepto.
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Artículo 75.- Corresponde al Congreso:…inciso 22) Aprobar o desechar tratados concluidos
con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa
Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes. La Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de Derechos
Humanos; la Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito
de Genocidio; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes; la Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su
vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la primera parte de
esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella
reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo Nacional, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara. Los
demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados por el
Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de
cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional.
3
A los que se alude en el artículo 75 inciso 24) de la Constitución Nacional, en los siguientes
términos: “Artículo 75: Corresponde al Congreso…inciso 24) Aprobar tratados de integración
que deleguen competencias y jurisdicción a organizaciones supraestatales en condiciones de
reciprocidad e igualdad, y que respeten el orden democrático y los derechos humanos. Las
normas dictadas en su consecuencia tienen jerarquía superior a las leyes. La aprobación de
estos tratados con Estados de Latinoamérica requerirá la mayoría absoluta de la totalidad de
los miembros de cada Cámara. En el caso de tratados con otros Estados, el Congreso de la
Nación, con la mayoría absoluta de los miembros presentes de cada Cámara, declarará la
conveniencia de la aprobación del tratado y sólo podrá ser aprobado con el voto de la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, después de ciento veinte días del
acto declarativo. La denuncia de los tratados referidos a este inciso, exigirá la previa
aprobación de la mayoría absoluta de la totalidad da los miembros de cada Cámara.”
Continuando con el orden de prelación, en un plano inferior a los Tratados de
Integración y los demás Tratados y Concordatos celebrados por el Estado Nacional,
debemos ubicar a las Leyes dictadas por el Congreso Nacional.
En este punto, corresponde distinguir entre: (a) los tratados internacionales con
jerarquía constitucional; (b) otros tratados y concordatos; y (c) los tratados de
integración.
3.4.1. Los Tratados Internacionales con jerarquía constitucional.
Es decir, nuestro sistema jurídico prevé, por un lado, tratados con rango
constitucional; y, por el otro, tratados con jerarquía inferior a la Constitución, pero
superior a la ley.
Entre otros tratados que, por imperio del artículo 75 inciso 22) de la
Constitución Nacional, ostentan jerarquía constitucional, pueden mencionarse: 1) la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; 2) la Declaración
Universal de Derechos Humanos, 3) la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, 4) el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y 5)
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su protocolo facultativo.
Por otro lado, dicho tipo de tratados deben entenderse como complementarios
de los derechos y garantías consagrados en la Constitución Nacional y, en ningún caso,
su incorporación puede interpretarse como derogación de cualquier disposición de la
primera parte de nuestro texto constitucional. La Corte Suprema de Justicia de la
Nación dijo sobre este aspecto que "por lo demás, a los fines de una correcta
interpretación de la Ley Suprema, no debe olvidarse que la reforma constitucional de
1994 ha incorporado con jerarquía constitucional, como complementarios de los
derechos y garantías reconocidos en la primera parte de nuestra Carta Magna, los
derechos consagrados en ciertos tratados internacionales" (causa “Simón”, año 2005).
Este tipo de tratados tiene jerarquía superior a las leyes pero inferior a la
Constitución Nacional y a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos que
detenten jerarquía constitucional en los términos previstos en el artículo 75 inciso 22)
de la Carta Magna Nacional.
Asimismo, cabe recordar que, según la Constitución, las normas dictadas por las
organizaciones supraestatales en este contexto tienen jerarquía superior a las leyes.
3.5. La Ley.
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Así lo indica expresamente el artículo 19 de la Constitución Nacional al prever que “…Ningún
habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella
no prohíbe”.
- GORDILLO, AGUSTÍN, Tratado de Derecho Administrativo, Tomo 1, 11ª ed., ahora
como 1ª ed. del Tratado de derecho administrativo y obras selectas, Buenos Aires,
F.D.A., 2013 (www.gordillo.com).