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A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

A LA D.·.L.·. y P.·.R.·.L.·.S.·. FRATERNIDAD CAXCANA #7.


ALIMENTO PARA EL ESPIRITU
El trabajo en logia implica un momento especial en que el mas.·. se libra de las ataduras,
quehaceres, pendientes y demás situaciones de la vida profana que son una carga física por
el ajetreo diario, y en las tenidas, se recarga la energía del espíritu, pues los trabajos dentro
del templo son como alimento espiritual.
Durante algunos meses estuve alejado de este alimento, debo decir que semana a semana llegaban
los recuerdos de aquellos trabajos, calificados como justos, perfectos y apegados a nuestros
antiguos usos y costumbres, momentos en que se sentía una gran satisfacción y en que al cubrir el
templo se sentía un espíritu renovado y fortalecido, pues los conocimientos y las luces compartidas
en aquellas tenidas nutridas de trabajos, burilados y planchas de arquitectura por mis HH.·.
provocaban una gran lluvia de pensamientos entre interrogantes, afirmaciones y dudas, que me
incitaban a investigar y sumergirme en los temas aquí tratados, para aplicarlos en la cotidianidad.
Tuve momentos en qué las tinieblas parecían abrazarme, en que parecía que no tenía salida algún
problema o que, si acaso existía alguna, se encontraba tan alejada que se volvía casi inalcanzable.
Sin embargo, recordar lo antes mencionado me provocaba como en los trabajos en logia, pensar
serenamente y apreciar las situaciones con mayor claridad, de forma tranquila y viendo las cosas
desde una perspectiva mejor.
Los trabajos en logia deparan momentos de una conexión absoluta, momentos en que el espíritu del
masón está libre de pensamientos y sentimientos profanos. En esos momentos los latidos son más
lentos, la tensión desaparece y la mente se refresca y el cuerpo se relaja. Pero al cubrir el templo el
masón se lleva consigo la tarea de autoexaminarse, adecuar y modificar lo necesario en bien general
propio, de su familia, la sociedad y de la humanidad.
Así comprendí que desbastar la piedra en bruto no es una tarea nada fácil, mucho menos cómoda,
pues implica identificar las imperfecciones sin disfrazarlas, cayendo de pronto en la incertidumbre
ante la adversidad, pero con la firmeza de seguir adelante analizando, adaptando, y modificando el
modo de pensar, actuar y sentir, conduciéndose con modestia, pero pensando con grandeza.
Es así mis HH.·. que concluyo que, aunque no es tangible, venir a cada tenida es alimentar el
espíritu, para al regresar a nuestras labores diarias hacerlo con mayor fuerza y vigor, y que nos
ayuda con nuestra tarea de desbastar nuestra piedra en bruto.

Oriente de Xalpan, mineral a 21 de marzo del 2021 de la E.·.V.·.

ATENTAMENTE
EL COMPAÑERO DE MASÓN
JUAN CARLOS RAMOS REYES

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