Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La investigación educativa se ha realizado casi siem- «La literatura especializada destaca el éxi-
pre lejos de las aulas. Expertos en psicología y ex- to de la investigación como modelo de for-
XVII Jornadas de Enseñanza Universitaria de la Informática 339
mación de los docentes de primaria y se- Latorre [] hace una amplia revisión de las carac-
cundaria. A través de la investigación, el terísticas de la investigación-acción desde la pers-
profesorado puede llegar a profesionali- pectiva de distintos autores. Recogemos aquí las que
zarse, a interesarse por los aspectos pe- consideramos de mayor relevancia:
dagógicos de la enseñanza, y a motivarse
por integrar investigación y docencia; to- • Es cíclica. Cada ciclo se inicia considerando un
do ello conduce a una mayor satisfacción problema práctico, que se analiza con el objeti-
profesional, a mejorar los programas aca- vo de mejorar la situación en la que tiene lugar.
démicos y el aprendizaje del alumnado, y A continuación, se elabora un plan estratégico
a avanzar en el conocimiento educativo. que se lleva a cabo a la vez que se observa su
desarrollo y sus resultados. Por último, se ana-
Desde esta perspectiva, la capacitación del lizan estos resultados, se reflexiona y se evalúa
profesorado no depende tanto de la asimi- el impacto de la acción, siendo habitual que es-
lación de teorías y técnicas científicas, ni to dé lugar a la identificación de otra área de
del aprendizaje de competencias didácti- mejora sobre la que iniciar un nuevo ciclo.
cas como del desarrollo de la comprensión • Es crítica. En la investigación-acción se refle-
reflexiva sobre su práctica, y de la refle- xiona de manera objetiva sobre el proceso y so-
xión e indagación de sí mismos. Lo an- bre sus resultados; implica registrar y analizar
terior no significa que desestimemos las también nuestros propios juicios, reacciones e
competencias didácticas del docente, sino impresiones en torno a lo que ocurre.
que la docencia, considerada como activi- • Es participativa y colaborativa. La
dad investigadora, requiere un nuevo perfil investigación-acción implica al investiga-
de docente. No se trata de sustituir unas dor como foco principal de la investigación,
cualidades por otras, sino de integrar am- pero debe realizarse junto a otras personas,
bas en el perfil de docente investigador, debe ser un trabajo colaborativo ya que esta
que supere la situación actual donde do- manera de trabajar enriquece todo el proceso.
cencia e investigación continúan separa- Estas personas serán los propios alumnos
das.» involucrados en la investigación, también
En cuanto al ámbito universitario, la figura del profesores de la misma asignatura o profesores
profesor-investigador también está emergiendo gra- que buscan el mismo tipo de mejora, o sim-
cias, en parte, a la influencia de los programas de for- plemente compañeros que están dispuestos a
mación del profesorado universitario [], y también compartir una discusión de trabajo con una
a la moderna preocupación por evaluar la eficacia de postura crítica.
las universidades []. • Es una forma rigurosa y sistemática de investi-
gación. La investigación-acción lleva a generar
teoría desde la práctica.
3. La investigación-acción
La investigación-acción propone, pues, mejorar la
Entre las distintas metodologías de investigación educación a través del cambio y aprender a través de
educativa, la que se adapta al perfil del profesor- las consecuencias de los cambios. Y dichos cambios
investigador es la denominada investigación-acción. no se producirán solamente a nivel práctico, también
Elliot [] define la investigación-acción como «un se darán a nivel mental. Esto significa que se de-
estudio de una situación social con el fin de mejo- be estar dispuesto a cambiar la propia comprensión
rar la calidad de la acción dentro de la misma». Así, no sólo de la situación real que requiere un cambio,
la investigación-acción conlleva la comprobación de sino también de otros aspectos relacionados con el
ideas en la práctica como medio para mejorar las aprendizaje, la enseñanza y la evaluación. Los es-
condiciones sociales e incrementar, a la vez, el cono- tudios realizados sobre las creencias de autoeficacia
cimiento. En este proceso de investigación la impor- docente de los profesores [] (capacidad precibida
tancia principal está en la acción: es la que conduce para ayudar a nuestros alumnos a aprender) demues-
la investigación y es la fuerza que la motiva. tran que son estas creencias el motor principal de
340 Sesión 6B: Métodos pedagógicos innovadores III
nuestra actuación docente. Los profesores tendemos es cuestión de tiempo, ya que lo que el profesor ne-
a emplear más o menos estrategias didácticas en fun- cesita es coger confianza y sentirse cómodo en clase.
ción del grado de confianza que tenemos para utili- Sin embargo, pasar de la segunda etapa a la tercera
zarlas de forma eficaz, en función de nuestras creen- puede ser un proceso largo, o puede ser traumáti-
cias en cuanto a nuestra autoeficacia. Poner en prác- co (como en el caso del profesor Valero-García), o
tica cambios requiere, o conlleva, según se vea, au- puede ser que todavía no haya sucedido. Plantear-
mentar el sentimiento de autoeficacia. Y para ello no nos una mejora educativa mediante la investigación-
siempre es suficiente aprender nuevas estrategias di- acción nos permitirá entrar de lleno en esta tercera
dácticas; quizás necesitemos cambiar creencias so- etapa ya que el foco de atención de un proyecto de
bre el aprendizaje, sobre la enseñanza, sobre la eva- este tipo deben ser los alumnos.
luación, sobre nosotros mismos y, cómo no, sobre Suponiendo, pues, que nos encontramos ante una
nuestros estudiantes. situación de nuestra práctica docente que queremos
Una vez introducida la metodología de la mejorar, llevar a cabo un proyecto de investigación-
investigación-acción, los siguientes apartados deta- acción requiere plantearnos una pregunta de este es-
llan cada una de las etapas a seguir en un proyecto tilo: «¿Qué puedo hacer para mejorar mi práctica do-
de este tipo. cente?». Es esencial la manera en que se plantea la
pregunta: el foco son los alumnos, pero el sujeto es
el propio profesor. Así, son ejemplos correctos de
4. El foco de un proyecto de investigación- preguntas: «¿Qué puedo hacer para que mis alum-
acción nos aprendan de manera autónoma? ¿Qué puedo ha-
cer para que mis alumnos estén motivados?». Mien-
La etapa con la que se inicia todo proyecto de tras que los siguientes ejemplos corresponden a for-
investigación-acción es la identificación del área que mulaciones incorrectas: «¿Por qué muchos de mis
queremos mejorar, lo que denominamos el problema alumnos acaban abandonando la asignatura? ¿Por
o, en general, el foco del proyecto. Tras esta etapa qué mis alumnos no piensan?».
vendrán uno o varios ciclos de investigación-acción, Resulta interesante, en esta etapa inicial, pregun-
cuyas fases se detallan en el apartado 5. tarse también porqué hemos identificado este área
Antes de entrar en materia, detengámonos por un de mejora, cuál es la preocupación que nos mueve
momento en el profesor que va a llevar a cabo la in- a cambiar. De este modo, descubriremos algunas de
vestigación. En el apartado 2 se ha dejado constan- nuestras creencias (y valores), ya que, como se ha
cia de que el profesor-investigador resulta un mo- citado anteriormente, son el motor de nuestra actua-
delo adecuado para la formación inicial del profe- ción docente.
sorado, tanto de primaria y secundaria [], como de
universidad []. Tanto creemos que esto es así, que 5. Fases de un ciclo de investigación-acción
a nuestros estudiantes del Máster en Profesor de Se-
cundaria que impartimos en la Universitat Jaume I Tras la identificación del problema iniciaremos un
les pedimos hacer uso de esta metodología para lle- primer ciclo de investigación-acción que consta de
var a cabo su Trabajo Final de Máster. Pero no sólo las fases que se detallan a continuación.
en formación incial es adecuado este método, tam-
bién lo es en cualquier etapa del desarrollo profesio-
5.1. Fase 1. Estudio del problema
nal del docente.
Valero-García [] nos muestra las etapas que ca- Una vez tenemos clara el área de mejora sobre la
racterizan el desarrollo profesional de los docentes que queremos actuar, debemos realizar un recono-
según Kugel []. En cada una de estas etapas, el fo- cimiento de la misma, un diagnóstico. Necesitamos
co de atención es distinto y, en consecuencia, las pre- evidencias que nos sirvan de punto de partida y con
guntas que se plantea el profesor también lo son. Co- las que poder comparar cuando estemos llevando
mo se observa en la tabla de la Figura ??, al principio a cabo nuestras acciones de mejora. Nos fijaremos
de la carrera docente el profesor centra la atención en también en qué contexto tiene lugar el problema, en
sí mismo. Pasar de esta primera etapa a la segunda qué medida es un problema y qué es lo que sucede
XVII Jornadas de Enseñanza Universitaria de la Informática 341
Figura 1: Etapas que caracterizan el desarrollo profesional de los docentes, según Kugel [] (tabla tomada de Valero-
García []).
[4] Kugel, P., “How professors develop as tea- cente, Narcea, 2007.
chers”, Studies in Higher Education, vol. 18, [9] Rodríguez Espinar, S., “Nuevos retos y enfoques
núm. 3, 1993. en la formación del profesorado universitario”,
[5] Latorre, A., La investigación-acción. Conocer y Revista de Educación, núm. 331 (2003), pp. 67-
cambiar la práctica educativa, Graó, 2003. 99.
[6] López, D., “Investigar en educación: guía prác- [10] Rodríguez Rojo, M., “La investigación cualita-
tica”, JENUI 2009. tiva acerca sus pasos a la universidad”, Educar,
[7] Martín Muñoz, A. Muñoz Arrabal, T., Ro- núm. 34 (2004), pp. 97-111.
dríguez Cardeña, A., “Experiencias de [11] Stenhouse, L., La investigación como base pa-
investigación-acción sobr el aprendizaje ra la enseñanza, Morata, 1987.
por descubrimiento de los circuitos eléctricos”, [12] Valero-García, M., “El desarrollo profesional
Enseñanza de las Ciencias, núm. 7(2) (1989), del docente: una visión personal”, 2010. Dispo-
pp. 168-172. nible en web.
[8] Prieto Navarro, L., Autoeficacia del profesor
universitario: eficacia percibida y práctica do-