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RIESGOS SANITARIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
FRANCISCO JOSÉ MARTÍNEZ LÓPEZ
JOSÉ MARÍA RUIZ ORTEGA
MANUAL DE GESTIÓN DE
RIESGOS SANITARIOS
ERRNVPHGLFRVRUJ
©Francisco José Martínez López y José M.a Ruiz Ortega, 2001
E-mail: ediciones@diazdesantos.es
Internet://http:www.diazdesantos.es
ISBN: 978-84-7978-468-3
Depósito legal: M. 1.505-2001
(1)
Asociación Española de Gestión de Riesgos Sanitarios.
VII
VIII AUTORES
Colaboradores
RICARDO PARDO GARCÍA
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de
Madrid en el año 1987. Realizó la especialidad de Cirugía General y del
Aparato Digestivo en el Servicio de Cirugía General «A» (Prof. F. de la
Cruz Caro) del Hospital Doce de Octubre de Madrid entre los años
1989-1993. Desde 1994 ejerce su trabajo como Adjunto Interino en el
Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Complejo
Hospitalario de Ciudad Real.
Resulta fácil prologar este libro. Basta decir que es un libro oportu-
no, útil, claro y completo. Es un libro recomendable para gestores sani-
tarios, para profesionales clínicos y para inspectores y responsables de
la calidad en el sistema sanitario.
Los autores han acertado en el formato y en los contenidos. Son
gente experta y con mucho sentido común, y eso se nota en la composi-
ción de este Manual.
Es un Manual oportuno, ya que el Sistema Sanitario, las Instituciones
Sanitarias, necesitan revisar permanentemente su organización y funcio-
namiento, así como sus resultados, para poder mejorar. Pero en estos
momentos, la exigencia de mejora continua es, si cabe, mayor. Los
pacientes, la ciudadanía, es más culta, está mejor informada y exige
más. Es natural. Si en otros sectores de la producción de bienes y servi-
cios se pide calidad, confort, rapidez en la atención, buena información,
devolución del dinero en caso de insatisfacción con la compra y un
largo etcétera de exigencias y controles, esa misma actitud se adopta
cuando accedemos a un servicio sanitario. Pero con la angustia añadida
de estar hablando de la salud, la enfermedad, el dolor, la incertidumbre
de la muerte. Es decir, con una hipersensibilidad a todo lo que suceda en
el proceso de atención.
Es un Manual claro, porque sabe exponer los conceptos con senci-
llez, sin circunloquios, separando el grano de la paja. Es completo,
puesto que aborda los aspectos más generales y va descendiendo a las
aplicaciones y la metodología de la gestión de riesgos, ofreciendo un
marco y un contenido suficiente. Es útil, porque si se lee con atención
se puede empezar a desarrollar la gestión de riesgos en un ámbito con-
creto: describe los elementos necesarios para implantar la gestión de
riesgos en el sistema sanitario, o en un hospital, o en un servicio; seña-
la los rasgos del gestor de riesgos y la formación que debe tener, des-
cribe el contenido y la metodología de elaboración de informes técnicos
XIII
XIV PROLOGO
De la administración a la gestión
En general, estos cambios tratan de ir adoptando fórmulas más acor-
des con el concepto de gestión que con el concepto de administración,
aprovechando las herramientas que se han demostrado útiles en el
campo empresarial. La búsqueda de la eficacia y de la eficiencia en la
prestación de servicios sanitarios guían esta línea de reformas, que pre-
tenden mejorar la satisfacción de los pacientes y controlar los costes de
estos servicios.
Muchos son los factores que intervienen en el incremento constante
del gasto en prestaciones sanitarias: los avances tecnológicos en el
campo del diagnóstico y del tratamiento, el envejecimiento de la pobla-
ción, el «consumo inveterado» sanitario y otros muchos más. Entre
estos otros factores se cita el coste de la malapraxis médica en particu-
lar y la de los sanitarios en general, es decir, el coste de la responsabili-
dad sanitaria. En nuestro país, también el monto de las indemnizaciones
acordadas por responsabilidad médica está comenzando a ser un pro-
blema importante y, respecto al sistema público, el instituto de la res-
ponsabilidad patrimonial puede representar una real amenaza financie-
ra para el mismo, como ocasionalmente se pone de manifiesto por
ilustres conferenciantes del mundo académico-jurídico.
Tradicionalmente, profesionales e instituciones sanitarias adminis-
traban o cubrían el riesgo económico de ser reclamado o demandado
mediante la contratación de pólizas de seguros de responsabilidad civil.
El incremento de las demandas, el incremento de las cantidades otorga-
das como indemnización a los reclamantes, la tendencia a la objetiviza-
ción de la culpa condujeron, en los EE UU, a la denominada «crisis de
malapraxis», exigiendo las compañías de seguros primas cada vez más
altas para asegurar los riesgos a los que, inevitablemente, se enfrentan
profesionales e instituciones.
Pero las reclamaciones y demandas por responsabilidad sanitaria,
con independencia de que tengan o no fundamento en consideraciones
científico-técnicas, además de tener un coste económico (el coste de las
indemnizaciones, el coste de la posible medicina defensiva, el coste de
la defensa jurídica del profesional y de la institución, la pérdida de pro-
ducción y de productividad del profesional y centro, etc.), también tie-
nen un coste de «calidad»: toda reclamación muestra un determinado
nivel de insatisfacción del paciente o sus familiares con la asistencia o
atención recibida; es un coste intangible, pero muy importante, para el
profesional y para la institución.
PRESENTACIÓN XVII
Los AUTORES
FRANCISCO JOSÉ MARTÍNEZ LÓPEZ
JOSÉ MARÍA RUIZ ORTEGA
1
Riesgo, incertidumbre y
error en la práctica sanitaria
Leyendo los riesgos que ha corrido el cazador de tigres,
tengo cuantos riesgos ha valido la pena tener, salvo el del mismo
riesgo, que tanto nos valió la pena sufrir, que ha pasado.
Introducción terminológica
Es conveniente comenzar este capítulo con una serie de precisiones
terminológicas, ya que sólo se percibe aquello que se entiende. A veces
se utilizan en gestión, de manera imprecisa, conceptos de significado
dispar en forma de sinónimos, tales como posibilidad y probabilidad o
riesgo e incertidumbre. Éstos dos últimos son los que nos interesa acla-
rar.
La Real Academia de la Lengua Española, en la vigésimo primera
edición de su diccionario, define el concepto RIESGO, derivado de la
palabra antigua «restar» (cortar), como «contingencia o proximidad de
un daño», siendo su origen la palabra latina resecare. También admite
«cada una de las contingencias que pueden ser objeto de un contrato de
seguro».
Se deduce de la noción «riesgo» un peligro o un resultado no desea-
do; además sugiere la posibilidad de medida de su aparición utilizando,
como veremos más adelante, teorías matemáticas. Lo que no da lugar a
duda alguna es que el concepto del sustantivo «riesgo» no tiene nada que
ver con el de INCERTIDUMBRE. En efecto, este vocablo, empleando la
misma referencia bibliográfica antes expuesta, puede definirse como falta
de certidumbre; duda o perplejidad, siendo sinónimas las palabras incer-
tinidad, incerteza, incercitud o inseguridad. Por tanto, es antónimo a CER-
TEZA que es «seguro, obligación de cumplir una cosa». Incertidumbre
implica duda, oscuridad, falta de precisión e indeterminación.
2 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 1.1
— Escaso conocimiento científico y experiencia. Las decisiones se toman en base a este
pobre bagaje.
— Poca accesibilidad a las fuentes del conocimiento o falta de preparación para su
correcto análisis.
— La información disponible es poco fiable; a veces, incluso, obtenida de manera ten-
denciosa.
— Las prácticas clínicas son impuestas por modas no contrastadas con la mejor evidencia.
El error humano
Aunque se dice que «errar es de humanos», no siempre resulta fácil
validar los errores de la práctica clínica en un complejo sistema asis-
tencial. Tanto más cuando un error médico adquiere una resonancia
social difundida por los medios de comunicación que, muchas veces,
desborda la propia sensatez.
Recientemente(8) hemos podido leer que en Estados Unidos de
América se ha presentado un Proyecto de Ley bajo el nombre de «Stop
All Frequent Errors in Medicare and Medicaid Act» (SAFE) en el que
los hospitales y otros centros sanitarios deberán crear sistemas de
comunicación y supervisión para corregir los aspectos que provocan
errores médicos si quieren participar en Medicare o Medicaid. La sig-
nificación de la Ley pretende crear un Instituto para la Seguridad del
Paciente dentro de la Agency for Health Research and Quality. El pro-
yecto legislativo exigiría a los centros sanitarios establecer sistemas de
detección de errores, llevar a cabo un «análisis de las causas funda-
mentales», y desarrollar planes correctivos para prevenir errores simi-
lares en el futuro.
Sin ir tan lejos, en España se comienza también a dirigir esfuerzos
en este camino. No se trata de identificar culpables individuales, ya que
la mayoría de los errores tienen una etiología plural.
Están cada vez más extendidas las teorías que concretan las causas
de los errores humanos en fallos de la organización, entendiendo por tal
el efecto directo del sistema de administración de la seguridad o de los
riesgos (fallos del diseño, de las tareas, del equipamiento, de la organi-
zación y/o del entorno).
El error humano representa una desviación significativa del patrón
de respuestas requerido que presenta consecuencias indeseadas.
Factores predisponentes(9) son la excesiva confianza en la propia expe-
riencia, ausencia de protocolos de actuación, inadecuación de la infor-
mación, déficit de elementos motivacionales, defectos organizativos,
instrucciones y decisiones erróneas. Los modelos sociológicos actuales
explican los errores motivados por las relaciones sociales del trabajo a
tres niveles: recompensas, organización e instrucciones.
Sea cual fuere la teoría dominante, uno de los objetivos de la gestión
de riesgos clínicos es minimizar el error mediante la eliminación de sus
8 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 1.2
Eventos adversos de causa atribuible al hombre(11)
Error involuntario:
— «Deslices», desatenciones o desviación involuntaria de la ejecución del plan de
acción, «lapsus» de la memoria u olvidos.
Errores en el seguimiento de una acción deliberada:
— Desviaciones de una práctica médica estándar (protocolo).
— Falta de conocimientos en una situación nueva y aplicación de reglas inadecuadas.
Infracciones del código de la práctica normal:
— Infracción de una rutina clínica.
— Infringir un protocolo.
— Inexperiencia (asociado a un exceso de confianza).
— Acción deliberada (ejemplo, la eutanasia).
— Necesidad (infracción necesaria o circunstancial).
TABLA 1.3
1. Los sucesos adversos pueden ser predecibles.
2. Se pueden identificar factores que definen las prácticas clínicas de mayor riesgo.
3. Debe utilizarse el método adecuado para que, actuando sobre estas prácticas, se dis-
minuya la posibilidad de resultados adversos.
4. Debe relacionarse el riesgo con la producción de resultados adversos para su correcta
identificación y aplicación de medidas.
5. Se dispondrán recursos suficientes así como capacidad de intervención.
6. Los recursos se diferenciarán en intensidad (enfoque administrativo) y especificidad
(enfoque clínico del problema), de forma que pueda establecerse una relación entre
niveles de riesgo y niveles de intervención requeridos.
7. Un sistema de monitorización es vital para conseguir una rápida acción; medirá la evo-
lución de los problemas y la eficacia de las intervenciones.
Riesgo y bioética
Otro campo inherente a la toma de decisiones clínicas es el aporta-
do por la Bioética. En un mundo perplejo ante los avances de la medi-
cina y en una sociedad proclive a los conflictos entre grupos de posi-
ciones ideológicas diferentes y con intereses diversos, es necesario
buscar puntos de acuerdo que satisfagan a la mayoría.
Los valores de los distintos agentes implicados en las decisiones
clínicas no suelen coincidir. A menudo entran en conflicto los intereses
de los enfermos con los intereses de los médicos, de estos con profe-
12 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Principio de no maleficencia
Entronca con todos los códigos de la ética médica tradicional: la pri-
mera obligación es no hacer daño, «primun non nocere». Significa
actuar de forma que no se provoque daño físico, psíquico o moral al
paciente (implica conocer la buena práctica clínica, no actuar impru-
dente ni negligentemente) y minimizar los riesgos que toda actuación
diagnóstica o terapéutica representa, evitando utilizar procedimientos
cuya relación riesgo/beneficio no sea adecuada. En suma, es buscar la
inocuidad de la medicina, asumiendo riesgos inevitables, pero no sien-
do temerario.
Principio de justicia
Fundamentado en los derechos humanos, exige tratar a todos por
igual; nadie puede ser discriminado por razón de edad, sexo, raza,
condición social, nivel cultural, etc. Obliga al profesional a atender a
todos con la misma consideración y respeto, sin más diferencias que
las que impliquen un beneficio para todos (bien común o social).
Representa ejercer la equidad; los recursos deben ir dirigidos a quie-
nes más lo necesitan.
Principio de autonomía
El cambio en el patrón relacional en el mundo sanitario obliga a res-
petar la libertad y responsabilidad de los pacientes. Estos han de tomar
las decisiones informadas sobre su propia salud.
RIESGO, INCERTIDUMBRE Y ERROR EN LA PRACTICA SANITARIA 13
Principio de beneficencia
No basta con no hacer el mal sino que es necesario extremar los
posibles beneficios. A diferencia del principio de no maleficencia, sus
límites son más imprecisos.
Los cuatro principios definidos no obligan con igual fuerza. Diego
Gracia(16) afirma que los principios pueden inscribirse en dos niveles
jerárquicos:
TABLA 1.4
Principios universales de la bioética
Ética de mínimos No maleficencia Justicia
Riesgo y aseguramiento
Otro apartado para conceptuar la teoría del riesgo lo proporciona la
disciplina del seguro. El riesgo, para el sector del aseguramiento, puede
concretarse como la «contingencia o proximidad de un daño»; esta afir-
mación aporta connotaciones de inseguridad y peligro, por lo que puede
afirmarse que riesgo es «la posibilidad de que ocurra un daño económi-
camente desfavorable».
Los elementos definitorios del riesgo(18), en este sector, son:
Posible: Resalta el hecho de que el riesgo pueda suceder, el incendio del agua,
por ejemplo, no tiene el carácter de riesgo, ya que es un hecho imposible.
Incierto: Debe serlo, ya que si tenemos la certeza de su ocurrencia, no se tra-
taría de un riesgo, sino que seria la consecuencia lógica de una determinada
acción. Por ejemplo, el fallecimiento de una persona es un riesgo que se sabe
que va a ocurrir (cierto), pero no se sabe cuándo (incierto).
Fortuito: Debe ser accidental, independiente de la voluntad de quien lo sufre;
por ejemplo, un incendio provocado intencionadamente por el asegurado, no
será objeto de indemnización por el seguro.
Económicamente desfavorable: Debe generar una pérdida de carácter eco-
nómico, y que dicha pérdida pueda cuantificarse en dinero.
16 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Riesgos empresariales
Los riesgos habituales de la sociedad y los de las empresas presen-
tan un continuo donde puede incluirse daños derivados de fenómenos
naturales, fallos de elementos tecnológicos, comportamientos inade-
cuados del ser humano ya sea por errores, accidentes o intencionales.
Estos riesgos habituales se traducen en accidentes repetitivos en fre-
cuencia y gravedad, estadísticamente demostrables. Sin embargo, otros
riesgos se presentan de manera aleatoria y escasa y generalmente con
una gravedad considerada como catastrófica.
La empresa sanitaria, al igual que la industrial y otros sectores, está
sometida a riesgos. Es necesario, en primer lugar, distinguir dos tipos de
riesgos a los que cualquier corporación puede verse afectada:
Riesgo y calidad
Hoy, los aspectos relacionados con la calidad de las prestaciones y
de los servicios sanitarios despiertan cada vez mayor interés, no sólo
entre los propios profesionales sanitarios, sino también entre los gesto-
res y responsables de la política sanitaria, así como entre los usuarios
del sistema y la población general.
Las nuevas tendencias en gestión de la calidad total han reforzado la
idea de calidad como instrumento clave en la búsqueda de la excelencia
y la supervivencia en un mercado competitivo.
RIESGO, INCERTIDUMBRE Y ERROR EN LA PRÁCTICA SANITARIA 21
A modo de resumen
El riesgo sanitario afecta, directa o indirectamente, diversos sectores
como el político, el económico y el sanitario. Una estrategia de predic-
ción redundará en ventajas apreciables para todos ellos. Si obviamos la
puesta en marcha de programas de gestión de riesgos sanitarios, corre-
mos el peligro de pagar un alto precio social. La transparencia es una
condición fundamental para buscar la eficacia en la dirección de la
22 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
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las organizaciones, 15 (2).
RIESGO, INCERTIDUMBRE Y ERROR EN LA PRÁCTICA SANITARIA 23
Resumen
La práctica de las profesiones sanitarias, y en especial la de la medi-
cina, siempre ha estado sujeta a normas que, en su aspecto puramente
profesional, modernamente se agrupan bajo la denominación de lex
artis o lex artis ad hoc. Esta existencia de normas, desde la más remota
antigüedad, implica a su vez la existencia de responsabilidad si el pro-
fesional las incumple. Esta responsabilidad se puede exigir por varias
vías, siendo la más trascendente para el profesional la vía penal, que
puede desembocar en la aplicación de diferentes penas recogidas en el
Código Penal; además de las responsabilidades civiles accesorias, que
se reflejan en la condena a indemnizar al perjudicado. Pero también la
responsabilidad puede exigirse por la vía civil, bien se considere con-
tractual o extracontractual. Para la determinación de la posible respon-
sabilidad penal o civil se tienen en cuenta diversas circunstancias o ele-
mentos, pero es el cumplimiento o el incumplimiento de la lex artis lo
que va a determinar el sentido de la resolución judicial, salvo cuando se
trata de la responsabilidad objetiva o responsabilidad sin culpa, con-
cepto que se va introduciendo tímidamente en nuestro país, y que es el
actuante en la responsabilidad objetiva de la Administración. En este
capítulo se hace una aproximación al tema de la responsabilidad sanita-
ria, dirigida a los no especialistas en derecho y que asumen la tarea de
gestores de riesgos sanitarios.
25
26 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Introducción
La incertidumbre, el riesgo y los errores en la asistencia sanitaria
pueden determinar la existencia de responsabilidad para los profesiona-
les y para las instituciones, sean estas públicas o privadas. Esta respon-
sabilidad puede exigirse a través de diferentes vías: penal, civil, colegial
(deontológica), disciplinaria (personal laboral, personal estatutario),
social, administrativa; según se trate de personas físicas o jurídicas.
Como es sabido, la gestión de riesgos en el campo sanitario fue conce-
bida inicialmente como un medio para disminuir la litigiosidad en el
sector, litigiosidad que se origina en la exigencia de responsabilidad a
los profesionales y a los centros sanitarios. La posibilidad de ser recla-
mado es, en sí misma, un elemento a considerar en la gestión de riesgos
sanitarios. En este capítulo consideraremos la responsabilidad penal, la
responsabilidad civil y la responsabilidad patrimonial de la Adminis-
tración, que es la exigible cuando la reclamación se produce como con-
secuencia de la utilización de los servicios sanitarios públicos.
La práctica de la medicina siempre ha estado sujeta a normas; desde
el Código de Hammurabi —que se puede admirar en el Museo del
Louvre— hasta los modernos códigos deontológicos, la actividad de los
médicos, y en general la de los profesionales sanitarios y de los centros
sanitarios, ha estado regulada en mayor o menor medida.
La responsabilidad médica surge como consecuencia de estas nor-
mas. Además de las personales normas morales y las normas éticas pro-
fesionales (deontología), los médicos tienen responsabilidades que sur-
gen de la existencia de otras normas. Y estas responsabilidades aparecen
cuando el profesional se aparta de la normopraxis, es decir: se le puede
imputar una imprudencia, una mala práctica o malapraxis.
El término «malapraxis» (mala práctica o imprudencia) se introdu-
ce en nuestro lenguaje habitual por influencia de la literatura médico-
judicial anglosajona. Cuando se refieren a las reclamaciones contra los
médicos se habla de demandas por malapraxis, englobando cualquier
tipo de actuación que, en principio, no se habría ajustado a las normas
habituales y aceptadas en la práctica médica, a la normopraxis.
Malapraxis y responsabilidad profesional van unidas, aunque no son
siamesas. Siempre que existe malapraxis hay responsabilidad médica,
que se podrá exigir bien por la vía penal, bien por la vía civil.
Aunque en las dos últimas décadas la preocupación de los profesio-
nales se ha incrementado por las reclamaciones y demandas por impru-
dencia o mala práctica, la exigencia de responsabilidad a los médicos es
tan antigua como la profesión de curar.
LA RESPONSABILIDAD SANITARIA 27
La responsabilidad penal
La responsabilidad penal surge cuando se comete un delito o falta.
Es una responsabilidad personal: no puede exigirse a una persona jurí-
dica o a un colectivo indeterminado. Siempre tiene que existir un suje-
to físico de la responsabilidad. El Código Penal es el encargado de esta-
blecerla y recogerla.
Este tipo de responsabilidad es el que más preocupa a los profesiona-
les sanitarios y, por una serie de razones diversas, está siendo muy utili-
zado en nuestro país por los pacientes y sus familiares cuando estiman que
se hayan podido dar situaciones de malapraxis. Si bien el número de con-
denas al personal sanitario en esta vía es muy pequeño, ello no quita dra-
matismo a las vivencias personales. La gestión de riesgos sanitarios debe
tener como un objetivo prioritario evitar o disminuir al máximo las cir-
cunstancias que impelen al paciente a elegir esta vía jurisdiccional, de
manera especial aquellas ligadas a la negativa o dilación en proporcionar
la información y la documentación a las que el reclamante tiene derecho.
32 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
142.1. El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, será cas-
tigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisión de uno a
cuatro años. 2. Cuando el homicidio fuere cometido por imprudencia profe-
sional se impondrá además la pena de inhabilitación especial para el ejercicio
de la profesión, oficio o cargo por un período de tres a seis años.
Tras esta sucinta revisión de los artículos del Código Penal de 1995
que tratan de aspectos relacionados con la imprudencia profesional,
parece conveniente definir los diferentes conceptos de las penas que
pueden ser aplicadas o impuestas:
36 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
La responsabilidad civil
Introducción
El incesante incremento de las demandas por responsabilidad civil
contra los profesionales se achaca a muy diferentes causas, aunque la
mayoría de los autores coinciden en muchas de ellas. Nos referiremos a
las que se citen en un texto del mundo jurídico(8):
1. La tendencia a la mayor seguridad del hombre moderno y a su
menor pasividad ante el infortunio, que le inducen a buscar las causas
del mismo y, por tanto, la responsabilidad del suceso.
2. El proceso de tecnificación y masificación de la medicina moder-
na, con la pérdida de la relación médico-enfermo, por lo que este se
encuentra ante una institución, a la que reclamar es menos costoso, aní-
mica y, en nuestro país, económicamente.
3. La vulgarización de conocimientos médicos, que conduce a una
difusión de supuestos «saberes médicos», que cuestionan la práctica
profesional.
4. La existencia generalizada de seguros de responsabilidad civil.
5. La actitud equívoca y, a veces comercial, de algunos profesiona-
les sanitarios.
Otros autores también tienen en cuenta el número creciente de pro-
fesionales del derecho con tendencia a especializarse en este tipo de
38 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
La responsabilidad patrimonial
de la administración sanitaria
La responsabilidad de las Administraciones Públicas
La Constitución española, en su artículo 106.2 establece que:
42 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Lesión resarcible
La responsabilidad como garantía de la actuación de la Ad-
ministración aparece cuando el funcionamiento de los servicios médicos
públicos causan una lesión a los pacientes que estos no tienen el deber
jurídico de soportar de acuerdo con la ley (artículo 141.1 LRJPA).
No todo daño constituye una lesión en sentido jurídico, concepto
que es mucho más restringido que el de daño o perjuicio que se predica
de toda consecuencia negativa en general. La lesión indemnizable
queda necesariamente limitada y condicionada a que el daño o perjuicio
no tenga que ser soportado por quien lo padece.
Resulta por ello de especial trascendencia determinar las secuelas
normales a toda intervención quirúrgica, prueba o tratamiento para
saber si el resultado está o no dentro de lo normal. Sólo aquellos resul-
tados que se aparten de esta normalidad e impongan una carga o sacri-
ficio añadido al perjudicado podrán dar lugar a responsabilidad.
En este punto el consentimiento del paciente adquiere un papel
importante no para exonerar a la Administración de toda responsabili-
LA RESPONSABILIDAD SANITARIA 45
situación que, tal vez, quede resuelta con la nueva redacción del artícu-
lo 141.1 de la LRJPA.
Nexo causal
Hace referencia a la necesaria relación de causa a efecto que debe
existir entre funcionamiento de los servicios sanitarios y la lesión o
daño que el particular reclama, representando el presupuesto esencial de
la responsabilidad.
Requiere su valoración en cada caso concreto y entraña una gran
dificultad porque en el daño sanitario no siempre es posible deslindar
las lesiones y secuelas propias e inherentes al estado de salud o enfer-
medad del paciente, y las que origina el tratamiento en sí, de aquellas
otras que son ajenas y que hubieran podido ser evitadas y como tal
indemnizables porque son debidas a la actividad asistencial.
Procedimiento general
Competencia en la instrucción y resolución. La instrucción del pro-
cedimiento administrativo por el funcionamiento del servicio público
sanitario prestado por el Insalud en el ámbito de la Administración del
Estado corresponde a la Subdirección General de Inspección Sanitaria,
competencia asignada por el Real Decreto 1893/1996, de 2 de agosto de
estructura orgánica básica del Ministerio de Sanidad y Consumo, de sus
organismos autónomos y del Instituto Nacional de la Salud (artículo
10.8.C).
Los procedimientos de responsabilidad patrimonial de la Ad-
ministración del Estado, de acuerdo con el artículo 142.2 serán
resueltos por el ministro respectivo, por lo que en materia sanitaria la
competencia corresponde al titular del Ministerio de Sanidad y Con-
sumo.
Formas de iniciación. El procedimiento se podrá iniciar:
a) de oficio;
b) por reclamación de los interesados.
La iniciación de oficio requiere siempre el acuerdo del órgano com-
petente.
Este modo de iniciarse el procedimiento es el menos usual, pero
quizás adquiera mayor significado si la Administración (en este caso el
Insalud), dispone de una póliza de seguros que cubra la responsabilidad
de los centros y a sus profesionales
Actos de instrucción. Admitida la reclamación, el procedimiento
continuará en todas sus fases impulsado de oficio por el órgano ante el
que se tramite, debiendo realizar todos y cada uno de los actos de ins-
trucción que considere necesarios, encaminados a la determinación,
conocimiento y comprobación de los datos en virtud de los cuales deba
pronunciarse la resolución.
Como actos propios de instrucción se distinguen:
Práctica de pruebas
Petición y emisión de informes
Trámite de audiencia
Terminación y efectos
1. Terminación normal. Pone fin al procedimiento la resolución o,
en su caso, el acuerdo entre el interesado y la Administración.
La resolución, que deberá dictarse en el plazo de 20 días a contar
desde que se reciba el expediente informado por el Consejo de Estado, se
ajustará al contenido del artículo 89 LRJPA, debiendo pronunciarse nece-
sariamente sobre los aspectos que señala el artículo 13 del Reglamento y
que han sido expuestos al hablar de la propuesta de resolución.
2. Silencio administrativo. El silencio en estos procedimientos
viene configurado expresamente como negativo, de tal modo que si
transcurrido el plazo no se ha dictado resolución expresa, se presume
desestimada la reclamación (artículo 142 y 143 LRJPA).
El plazo con el que cuenta la Administración para iniciar, instruir y
resolver los procedimientos de responsabilidad patrimonial, o llegar a
un acuerdo indemnizatorio con el perjudicado, lo establece el
Reglamento, en su artículo 13, fijándolo en SEIS MESES a contar desde
que se inició el procedimiento, o añadiendo a este tiempo el plazo extra-
ordinario de prueba que hubiera sido ampliado.
3. Terminación anormal. Otras posibilidades de terminación comu-
nes a todo procedimiento administrativo son: el desistimiento, la renun-
cia y caducidad (artículo 90, 91 y 92 LRJPA).
Efectos. Con la Resolución queda agotada la vía administrativa no
siendo susceptible de recurso alguno y quedando abierta para el parti-
cular la posibilidad de acudir a los Tribunales, concretamente ante la
jurisdicción contencioso-administrativa. El efecto material que produce
la terminación del procedimiento por resolución estimatoria de la recla-
mación es la obligación de la Administración de indemnizar al perjudi-
cado haciendo efectivo el pago.
52 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
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1995.
7. Álvarez Cienfuegos Suárez JM. Responsabilidad Penal y Civil de los
Médicos. Ponencia en Médica 99. Madrid.
8. Fernández Hierro JM. Sistema de responsabilidad médica. Granada.
Ed. Comares, 1997.
9. Fernández Costales J. En: La Responsabilidad Civil y Sanitaria. Madrid.
La Ley-Actualidad, 1995.
10. Fernández Costales J. El contrato de servicios médicos. Madrid. Ed. Civitas,
1988.
11. Fernández Hierro JM. Sistema de responsabilidad médica. Granada.
Ed. Comares, 1997.
12. Código Civil. Comentarios. Jurisprudencia. Madrid. Ed. Colex, 1997.
Resumen
La gestión o gerencia de riesgos surgió en las grandes empresas norte-
americanas a mediados del siglo xx, fundamentalmente para la compra de
seguros que hicieran frente a las posibles pérdidas que pudiera generar la
materialización de los riesgos a que se exponían en su funcionamiento. La
gestión de riesgos se introdujo en el sector sanitario y asegurador con moti-
vo del incremento constante de las reclamaciones por mala práctica médi-
ca, por el incremento de pagos que se tenían que realizar para satisfacer las
indemnizaciones y por el incremento de las primas de las pólizas de segu-
ros de responsabilidad civil. La gestión de riesgos tiene una metodología
bien establecida que se puede aplicar a cualquier sector de actividad, y su
objetivo fundamental es disminuir en lo posible las pérdidas de las empre-
sas a consecuencia de los siniestros que se puedan producir, asegurando la
continuidad de la misma. En el sector sanitario europeo se está introdu-
ciendo en la última década esta metodología, con el triple objetivo de mejo-
rar la calidad de la asistencia sanitaria, de mejorar la seguridad de los
pacientes y de los profesionales sanitarios y de reducir en lo posible los cos-
tes de las prestaciones sanitarias mediante la reducción de la siniestralidad.
Introducción
La constitución y evolución de los sistemas sanitarios públicos vie-
nen determinadas por las circunstancias políticas, sociales y económicas
53
54 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
de la sociedad en la que surgen. Pero todos ellos, sean del modelo con-
tinental —basado en el sistema de seguros sociales—, sean del modelo
denominado atlántico —enraizado en el sistema de seguridad social—,
han ido confluyendo en un modelo universalista que desde hace más de
dos décadas se enfrenta a importantes problemas económicos que ame-
nazan su supervivencia como servicio público.
La llamada crisis de los sistemas sanitarios —dificultades crecientes
de financiación ante los costes también crecientes de sus prestaciones—
, ha motivado que los diferentes gobiernos hayan introducido cambios
en ellos: cambios en la organización, en las fuentes de financiación, en
los modos de prestación de servicios, en el modo de participar los ciu-
dadanos en el control de la gestión de los centros y en otros muchos
aspectos.
En general, se trata de ir introduciendo fórmulas más acordes con los
conceptos de gestión que con los de administración, y aprovechar las
herramientas que se han mostrado útiles en el campo empresarial.
Muchos son los factores que intervienen en el incremento constante
del gasto en prestaciones sanitarias: los avances tecnológicos diagnós-
ticos y terapéuticos, la intensidad de su utilización, el envejecimiento de
la población, el consumismo sanitario y muchos otros más. Entre estos
otros factores se cita, sobre todo en EE UU, el coste de la malapraxis
médica en particular y la de los profesionales sanitarios en general.
El coste económico de la malapraxis sanitaria tiene dos componen-
tes principales:
• el coste directo: el importe de las indemnizaciones pagadas, los
gastos de gestión judicial o amistosa del siniestro, el coste de las
medidas implantadas para evitar que se produzcan hechos simila-
res; en fin, el importe de las primas de las compañías de seguros
que cubran los riesgos de la malapraxis.
• el coste indirecto: entre sus componentes están el de la «medicina
defensiva», el impacto que la reclamación pueda tener en la acti-
vidad y rendimiento del profesional implicado, el efecto de «mala
prensa» sobre el centro y servicio sanitario y otros más no siem-
pre evidentes, como puede ser el coste psicológico para los profe-
sionales involucrados.
En suma, una reclamación económica —sea o no judicial—, no sólo
supone un riesgo económico para el profesional y para la institución, sino
que es también un «riesgo de calidad» tanto para el uno como para la otra.
Tradicionalmente, el profesional cubría el coste directo mediante
una póliza de responsabilidad civil. La administración sanitaria pública
CONCEPTO Y METODOLOGÍA DE LA GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 55
• «La gestión de riesgos es una actividad importante para todos los compo-
nentes del NHS. Teniendo en cuenta todos los cambios ocurridos en los últimos
años, incluida la pérdida de inmunidad de la Corona, ya no es una opción más».
• «La gestión de riesgos tiene dos importantes contribuciones que hacer.
Puede jugar un papel valioso en conseguir que proporcionemos un servicio
seguro y de alta calidad a los pacientes. Puede también ayudar a conseguir
que los servicios que proporciona el NHS lo sean de una manera más coste-
efectiva, eliminando o reduciendo costes innecesarios».
• «Un programa integral de gestión de riesgos necesita dirigirse a todos los
elementos del sistema, desde los servicios clínicos hasta la gestión de residuos».
CONCEPTO Y METODOLOGÍA DE LA GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 57
Definiciones
Se encuentran en la literatura específica muchas definiciones de la
gerencia o gestión de riesgos, unas extensas, otras más breves. Pero
CONCEPTO Y METODOLOGÍA DE LA GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 59
Identificación de riesgos
Análisis de riesgos
El análisis de los riesgos fundamentalmente se refiere a valorar o medir
la frecuencia y la gravedad de su ocurrencia. Este análisis se puede reali-
zar generando la matriz correspondiente, estableciendo el número de cate-
gorías que consideremos oportuno. Así, la frecuencia la podremos consi-
derar de manera cualitativa (alta, media, baja); o de manera cuantitativa,
según el posible período de recurrencia del riesgo o siniestro (número de
días, semanas, meses, años); de igual forma podemos considerar la grave-
dad: cualitativamente (catastrófica, muy grave, grave, leve), o cuantitativa:
según la pérdida monetaria que el siniestro ocasione. Una vez construida
la matriz procederemos a la evaluación de los riesgos identificados y ana-
lizados. En las Tablas 3.1,3.2 y 3.3 presentamos una adaptación de la pro-
puesta recogida en los estándares australiano-neozelandeses(l2) .
Como es obvio, las medidas se adaptarán a la propia organización y
a las actividades, servicios o procedimientos que se estudien.
Los números de categorías reflejadas se sacarán del estudio ad hoc.
Las técnicas de análisis estadístico se pueden consultar en las obras
específicas.
El lector, a partir de los riesgos (siniestros) identificados en el
Capítulo 7, podrá hacer una evaluación de los mismos, teniendo en
cuenta su frecuencia e intensidad, utilizando esta matriz u otra propia
adaptada al sistema sanitario y al centro analizado.
TABLA 3.1
MEDIDAS CUALITATIVAS DE FRECUENCIA
Nivel Descriptor Descripción
TABLA 3.2
MEDIDAS CUALITATIVAS DEL IMPACTO O CONSECUENCIAS
Nivel Descriptor Descripción
1 Insignificante Ninguna lesión, pérdida financiera pequeña.
2 Menor El lesionado se trata en el centro inmediatamente, pérdida
financiera media.
3 Moderado Requiere tratamiento médico en otro servicio, alta pérdida
financiera.
4 Mayor Lesiones extensas, pérdida de la capacidad de producción,
hay que evacuar a otro centro, pérdida financiera importante.
5 Catastrófico Fallecimiento, efectos tóxicos perjudiciales, muy elevada
pérdida financiera.
TABLA 3.3
MATRIZ DE ANÁLISIS CUALITATIVO DEL RIESGO. NIVEL DEL RIESGO
Evaluación de riesgos
Analizada la gravedad potencial de las pérdidas ligadas a un determi-
nado riesgo y a una determinada probabilidad de ocurrencia, el gestor de
riesgos sanitarios tiene que acordar un orden de prioridad. Hay que dar
prioridad a los riesgos que mayor pérdida económica ocasionarían, aunque
este tipo de riesgos se materialicen en escaso número. Aquellos riesgos que
se calcula son de pequeña gravedad, aunque se produzcan con frecuencia,
ocuparán niveles bajos de prevención, salvo que por su número represente
una amenaza importante. Con todo, la evaluación de los riesgos en el ámbi-
to sanitario debe tener muy en cuenta aquellos que producen mayor inca-
pacidad, mayor sufrimiento o, incluso, aquellos que pueden ocasionar la
CONCEPTO Y METODOLOGÍA DE LA GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 65
muerte del paciente. Hay autores que mantienen que la gestión de riesgos
es no sólo una ciencia, sino también un arte.
Seguimiento y retroalimentación
Referencias bibliográficas
1. Singer PA. Medical ethics. BMJ 2000; 321: 282-285.
2. Risk Management in the NHS 1994.
3. Diez años de gerencia de riesgos y de seguro en España. AGERS
(Asociación Española de Gerencia de Riesgos y Seguros).
4. Australian/New Zealand Standard. Risk management. Standards Australia.
Standards New Zealand. AS/NZS 4360: 1995.
5. Risk management handbook for health care organizations. New York
American Hospital Publishing, Inc., 2.a ed. 1997.
6. Richards EP, Rathbun KC. Medical risk management. New York. Aspen,
1983.
7. CNST. Induction Seminar, 1995.
CONCEPTO Y METODOLOGÍA DE LA GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 67
Introducción
Una de las formas de definir la gestión de riesgos sanitarios es aque-
lla que la señala como el proceso interactivo constituido por una serie de
secuencias concatenadas y bien definidas que facilitan una mejor toma
de decisiones para contribuir a un mayor control y vigilancia de los
riesgos sanitarios y de sus consecuencias. Se aplica en aquellas situa-
ciones donde se den resultados no esperados e indeseados en cualquier
fase del proceso de la producción sanitaria o en las circunstancias en las
que se hallan identificadas posibilidades de riesgo.
Se ha considerado —y nosotros así lo aceptamos— la gestión de
riesgos sanitarios como un subsistema de la calidad.
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) define la cali-
dad(1) como «aquella en la que el paciente es diagnosticado y tratado
correctamente (calidad científico-técnica), según los conocimientos
actuales de la ciencia médica y sus factores biológicos (estado de salud
óptimo conseguible), con el coste mínimo de recursos (eficiencia), la
mínima exposición de riesgo posible de un daño adicional y la máxima
satisfacción para el paciente».
69
70 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 4.1
ETAPAS EN GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 3
TABLA 4.2
REQUERIMIENTOS PARA LA IMPLANTACIÓN DE LA GESTIÓN
DE RIESGOS SANITARIOS
— Compromiso de la dirección en el apoyo explícito al programa.
— Organización de un buen sistema de información acerca de la calidad de los cuida-
dos con especial consideración a la seguridad de los pacientes.
— Informar a los profesionales de la existencia del programa como herramienta de
apoyo a su labor asistencial.
— Integrar en el cuadro de mandos un sistema de notificación de accidentes o sucesos
no deseados destinado a conocer las disfunciones. Dada la dificultad de su implan-
tación, en una primera fase sería suficiente la comunicación verbal.
— Analizar la información recogida para la puesta en marcha de medidas de mejora
priorizadas en función de criterios consensuados con los propios profesionales.
— Asegurar el respeto a los derechos del paciente con especial consideración a una
adecuada política de consentimiento informado.
— Contribuir a la mejora de la calidad de la información clínica, sobre todo de las his-
torias.
— Establecer procedimientos internos que puedan anticipar y prevenir las demandas
judiciales y la repetición de prácticas inseguras.
— Mejorar la atención a las demandas judiciales (mejor preparación de juicios, apor-
tar datos actualizados, recabar información de los responsables, etc.).
— Analizar, investigar e informar de las reclamaciones económicas que derivan en
expedientes de responsabilidad patrimonial de tramitación obligatoria.
TABLA 4.3
REQUISITOS BÁSICOS PARA INSTAURAR UN PROGRAMA
DE GESTIÓN DE RIESGOS CLÍNICOS
1. Existencia de un marco propicio.
2. Determinar la dimensión del departamento de gestión de riesgos.
3. Nombramiento de un responsable.
4. Asignación de recursos.
5. Motivación adecuada.
acechan a los pacientes que atendemos, qué riesgos suponen para nues-
tros pacientes los recursos y tecnologías que utilizamos, conocer si reci-
ben la información adecuada en tiempo, amplitud y comprensibilidad
debida, etc.).
La identificación de los riesgos de manera global y amplia es un
proceso sistemático y estructurado; la falta de identificación de algún
riesgo potencial lo va a excluir de cualquier análisis posterior. Por ello
es importante utilizar las técnicas ya relatadas en otro apartado de este
Manual.
Cuando es identificado un problema existen una serie de etapas bási-
cas a desarrollar:
A. Descubrir e identificar los hechos: hay que diferenciar los
hechos de la opinión(5). Conlleva el examen de la evidencia de lo ocu-
rrido, obtención de informes, entrevistas con testigos, etc.
B. Reconstruir la escena: descripciones detalladas, fotografías, dia-
gramas, etc. Hay que reunir toda la información descriptiva que se
pueda.
C. Establecer las circunstancias: es muy importante en esta fase
determinar si el problema es parte integrante de un modelo establecido: ¿ha
ocurrido otras veces?; ¿es un problema aislado?; ¿la actuación en estos
casos o similares es siempre la misma?; ¿los antecedentes del problema se
repiten? Se trata pues, de establecer las circunstancias del problema.
D. Identificación de la causa responsable: con las etapas anteriores
estaremos en condiciones de establecer una etiología señalada por la
evidencia.
E. Identificar los elementos del problema: finalmente habrá que dar
respuesta a las siguientes preguntas: ¿quién?, ¿qué?, ¿cuándo?, y
¿cómo?, de la situación problema.
Entre las técnicas de investigación puede destacarse la «notificación»
de sucesos adversos o accidentes o incidentes; es una labor a realizar por los
profesionales, aconsejándose, en una primera etapa, que se realice de forma
anónima y voluntaria. Se considera un método incompleto, ya que es difí-
cil que se consigan identificar todos los sucesos ocasionados por los profe-
sionales porque depende de la buena voluntad de los mismos para colabo-
rar en la recogida de la información. Tiene como inconveniente el clima de
sospecha que se crea entre los profesionales ante el temor de ser culpados.
Esta notificación de incidentes puede ser usada, de manera apropiada, para
prevenir que muchas demandas sean presentadas.
La información básica del informe del accidente debe contener al
menos:
PROGRAMA DE GESTIÓN DE RIESGOS CLÍNICOS 79
TABLA 4.4
PROTOCOLO DE INVESTIGACIÓN DE SINIESTROS (6)
1. Aseverar que un accidente calificado como serio haya ocurrido y sido notificado.
Alternativamente, la identificación de incidentes puede ser útil como método de
aprendizaje.
2. Al comienzo de la investigación, comunicar al responsable y miembros del servicio
donde ha ocurrido el incidente que se va a iniciar una investigación.
3. Establecer las circunstancias iniciales que dan lugar al accidente conformando el resu-
men preliminar del informe. Con la información obtenida hay que decidir qué parte del
proceso clínico requiere investigación. A continuación se prepara un cronograma de
hechos ocurridos y se identifica el problema principal del proceso.
4. Entrevistas estructuradas con los miembros del servicio:
a) Se establece una cronología del evento.
b) Revisar conjuntamente la secuencia de hechos, investigando si se detectaron pro-
blemas al comienzo del proceso clínico.
c) Detectar si existen causas colaterales que pudieran haber influido en la práctica
clínica.
5. Si durante las entrevistas han surgido nuevas revelaciones importantes para la inves-
tigación se añaden en la lista inicial y se incorporan al resumen. Si fuera necesario,
se procedería a nuevas entrevistas.
6. Realizar un análisis exhaustivo por cada problema del acto asistencial detectado. Se
han de identificar y especificar los factores predisponentes generales influyentes en
el accidente.
7. Reunir en el informe toda la información obtenida, la lista de causas de problemas
ocurridos durante el proceso y las recomendaciones para prevenir repeticiones.
8. Someter el informe a los directivos y responsables del servicio.
9. Poner en acción las recomendaciones.
80 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 4.5
EJEMPLOS DE INCIDENTES EN ASISTENCIA SANITARIA (7)
— Descuido en la monitorización, la observación o actuación u omisión.
— Retrasos en el diagnóstico o tratamiento.
— Incorrecta evaluación del riesgo.
— Inadecuada delegación de responsabilidades.
— Descuido en notificar los fallos de aparatos o equipos.
— Fallos en los estudios preoperatorios.
— No seguir los protocolos acordados en los Servicios sin justificación clínica.
— No requerir ayuda cuando se necesita (por impericia, inexperiencia, etc.).
— Descuido en la supervisión a médicos residente.
— Aplicación de protocolos incorrectos.
— Tratamientos aplicado en zonas incorrectas del cuerpo.
— Tratamientos erróneos.
TABLA 4.6
CRITERIOS DE REVISIÓN DE HISTORIA CLÍNICA PARA DETECCIÓN
DE EVENTOS NO DESEADOS EN GESTIÓN DE RIESGO
HOSPITALARIO. Adaptación propia de Brennan et al. (1990)(9)
— Ingreso en el año anterior si el paciente tiene menos de 65 años; ingreso anterior,
inferior a seis meses si el paciente tiene más de 65 años.
— Ingreso por complicaciones del tratamiento ambulatorio.
— Consentimiento informado incompleto, falta alguno, sin firma, riesgos no explicados, etc.
— Reingreso sugerente de un fracaso anterior o complicaciones del tratamiento o tra-
tamiento incompleto de problemas en el ingreso previo.
— Incidente o accidente ocurrido en el hospital: caída, error en medicación, etc.
— Efectos secundarios de medicación en el hospital, resultados de laboratorio, radio-
logía u otro test anormal no detectado por el médico o enfermería.
— Traslado de una planta normal a una de cuidados intensivos por complicación o pro-
blemas de utilización.
— Traslado a otro hospital de agudos.
— Reintervención quirúrgica no prevista en el mismo ingreso.
— Infección de la herida quirúrgica.
— Extirpación, herida o reparación por lesión en un órgano tras un procedimiento
invasivo, cirugía, técnica invasiva o parto vaginal.
— Infarto agudo de miocardio, accidente cerebro vascular o embolia pulmonar duran-
te o después de un procedimiento invasivo.
— Déficit neurológico durante el alta no presente al ingreso.
— Muerte intrahospitalaria.
— Posterior visita a urgencias o consultas externas por complicaciones o resultados
adversos relacionados con su ingreso.
— Temperatura superior a 38.5 °C al primer día o durante el ingreso.
— Parada cardiaca o respiratoria, incluyendo una puntuación Apgar a los 5 minutos
inferior a 6.
— Problema obstétrico o complicaciones de un aborto o del parto.
— Insatisfacción del paciente o familiares (reclamaciones).
— Alguna otra complicación no esperada en el transcurso habitual de la enfermedad.
82 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 4.7
CRITERIO DE PRIORIZACIÓN ADAPTADA DEL MÉTODO HANLON (10)
Magnitud del problema: M
— Número de personas que pueden verse afectadas por el riesgo en relación a la pobla-
ción total expuesta al mismo.
— Puntos: 0-10.
Severidad del problema: S
— Relacionado con las consecuencias no deseadas de la exposición al riesgo: mortali-
dad, morbilidad, incapacidad o riesgo para el cliente.
— Puntos: 0-10.
Eficacia de la solución: E
— En función de la dificultad de la acción correctora.
— Puntos: 0,5-1,5
Facilidad de la intervención: F
— Valorando factores tales como aceptabilidad, posibilidades de asumir el coste de la
medida, disponibilidad de recursos y legalidad.
ORDEN DE PRIORIZACIÓN: (M + S) E * F
TABLA 4.8
PASOS A DAR EN LA ESTIMACIÓN DEL PROBLEMA
— Confirmación del perfil del riesgo mediante la monitorización continua.
— Estimación que se basa en los estándares de lo que no debería haber ocurrido.
— Anotación de hallazgos en una base de datos.
— Asignación de un código de severidad.
— Priorización del perfil del riesgo.
TABLA 4.9
ESTRATEGIA PARA PREVENIR O REDUCIR INCIDENTES
CRÍTICOS EN ANESTESIA(11)
1. Formación:
a) Aumentar el entrenamiento de todo el staff de quirófanos.
b) Revisiones periódicas de todos los incidentes notificados.
2. Equipamiento:
a) Sustituir las piezas defectuosas o inapropiadas.
b) Tener un número apropiado y en condiciones óptimas de monitores.
c) Adoptar medidas para controlar el equipamiento antes de comenzar la interven-
ción.
3. Organización:
a) Revisar las condiciones de trabajo para reducir el cansancio o el estrés.
b) Mejorar la comunicación entre todos los miembros del servicio.
4. Supervisión:
a) Asegurar un control postoperatorio del paciente por miembros del equipo.
b) Asegurar la valoración completa preoperatoria del paciente.
5. Protocolos:
a) Formular protocolos para actos repetitivos, la monitorización del paciente y el
transporte del mismo.
Referencias bibliográficas
1. WHO. Health Services in Europe. Evaluation of Health care. Regional
Analysis. Copenhagen: WHO Regional Oficce for Europe, 1981; 1: 51-57
2. IOM. Medicare. A Strategy for Quality Assurance. Volumen I. Washington
DC: National Academy Press, 1990.
3. Adaptation propia politiques sur la gestión des risques. Secrétariat du
Conseil du Trésor du Canadá. Apéndice A. Centre for Public Management.
15avril, 1994; 6.
4. Reason, J. Managing the Risks of organizational Accidents. Ashgate, 1998.
5. Rowland, H; Rowland, B. Gerencia de hospitales: organización y funciones
de sus departamentos. Madrid, Díaz de Santos, 1988; 420.
94 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Resumen
La función «gestión de riesgos» es una novedad en el sistema sani-
tario español, y se está empezando a implantar en el Insalud, como con-
secuencia de la gestión del contrato de seguro suscrito para la cobertu-
ra de la responsabilidad del Instituto y de sus profesionales. Se
describen en este capítulo las funciones y actividades del gestor de ries-
gos sanitarios o clínicos, señalándose el núcleo básico de epígrafes que
debe contener la descripción de este puesto de trabajo. Se resalta la
necesidad de que tenga una formación multidisciplinar básica, además
de una formación específica en gestión de riesgos sanitarios. Se expo-
nen las medidas puestas en práctica en el Insalud con motivo de la ges-
tión de la póliza, los niveles funcionales y organizativos considerados,
y la situación actual y características de los gestores de riesgos. También
se comunican algunas características del plan piloto que se va a iniciar
en breve tiempo.
97
98 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Introducción
La función de gestión de riesgos sanitarios es una novedad en el sec-
tor sanitario español, y los profesionales que la desempeñan están ini-
ciando un difícil pero prometedor camino, para cuyo recorrido es con-
veniente conocer las realidades de otros países y las experiencias ya
existentes en el nuestro.
A lo largo de estas dos últimas décadas, en España, la gestión en los
centros sanitarios ha ido incorporando funciones y personal a una
estructura organizativa que es cada vez más compleja. Los puestos
directivos se han ido incrementando, tanto en las áreas administrativas
como en los servicios clínicos. El paso de un centro «administrado» a un
centro «gestionado», al que se asignan presupuestos en función de un
«contrato de servicios a prestar» (se llame contrato programa, contrato
de gestión o de cualquier otra manera), ha hecho necesario modernizar
y actualizar la organización general de los centros sanitarios. La ten-
dencia creciente se encamina hacia la especialización de las funciones
y actividades directivas en las áreas económica, jurídica, de sistemas de
información, de calidad y en otras funciones diversas. Esta especiali-
zación es la que hace aconsejable que en estas estructuras organizativas
se contemple la función «gestión de riesgos» y el puesto y actividades
del «gestor o asesor de riesgos clínico-sanitarios».
Como en otros capítulos se ha puesto de manifiesto, el aumento cons-
tante de las reclamaciones económicas, el incremento del monto de las
indemnizaciones, la cuantía siempre creciente de las primas de las pólizas
de seguro de responsabilidad e, incluso, las reticencias de las asegura-
doras a suscribir este tipo de pólizas hizo que, por parte de los hospitales
y de las aseguradoras, se implantaran programas de gestión de riesgos, a
semejanza de lo que ya había llevado a cabo el sector industrial. Incluso
algunas compañías aseguradoras exigen a los profesionales realizar algún
curso específico sobre gestión de riesgos sanitarios o clínicos antes de
suscribir un contrato de seguro. En nuestro país todavía no hemos llega-
do a ese punto pero, al menos en el ámbito del Insalud, se va introducien-
do la metodología de la gestión de riesgos y, como consecuencia, la figu-
ra del gestor de riesgos sanitarios o clínicos.
En Biología se dice que la función crea el órgano, y en la Ad-
ministración toda función precisa de un órgano que la lleve a cabo. En
1994, la Subdirección General de Inspección Sanitaria recibió el encar-
go de explorar el mercado asegurador, con la pretensión de contratar una
póliza de seguro de responsabilidad civil para sus profesionales, lo que
constituía una reivindicación sindical médica. Desde el primer momen-
PERFIL DEL GESTOR DE RIESGOS EN LAS INSTITUCIONES SANITARIAS 99
Funciones y actividades
Como repetidamente se expone en este Manual, las funciones de la
gerencia de riesgos consisten, una vez analizado el contexto organizati-
vo de la institución, en identificar los riesgos, analizar y evaluar los
mismos, tratar los riesgos y hacer un seguimiento del programa a fin de
poder valorar su eficacia y su efectividad.
Las actividades precisas para llevar a cabo estas funciones y alcan-
zar las metas propuestas dependerán del tipo de sistema sanitario en el
cual se trabaje, del sector público o privado al que pertenezca el centro
sanitario, del nivel de complejidad del hospital en el que desempeñe sus
servicios, de la complejidad de la organización, en suma.
Es evidente, que un gestor de riesgos sanitarios desarrolla activida-
des de diferente complejidad formal en un hospital de 1.500 camas que
en un hospital comarcal de 200; también es obvio que la estructura de
recursos humanos y materiales para llevarla a cabo variará en número y
PERFIL DEL GESTOR DE RIESGOS EN LAS INSTITUCIONES SANITARIAS 101
Planificación y programación
Una vez resuelto por el órgano de contratación el proceso de selec-
ción de la correduría a la que se le encomendó la prospección del mer-
cado asegurador, que contó con los informes pertinentes de la
Subdirección, y tras la adjudicación del contrato de seguro mediante
concurso público a un grupo de compañías, hubo que poner en marcha
el procedimiento de gestión de la póliza suscrita por el INSALUD, tarea
que también fue encomendada a la misma Subdirección.
PERFIL DEL GESTOR DE RIESGOS EN LAS INSTITUCIONES SANITARIAS 105
El entorno organizativo-administrativo
En todo momento se tuvo en cuenta la realidad administrativa de la
empresa Insalud.
Se contemplaron dos niveles organizativos en la gestión de riesgos
sanitarios, correlato de los niveles organizativos del Instituto Nacional
de la Salud: el nivel periférico (Direcciones Provinciales y Territoriales)
y el nivel central (Subdirección General de Inspección Sanitaria).
En el nivel central, se concentró la relación del Instituto con la
correduría y aseguradora, toda la información (los expedientes) de los
siniestros reclamados y la toma de decisiones, conjuntamente con la
compañía de seguros, sobre la posible negociación o rechazo de la
indemnización solicitada, con cargo a la póliza de seguro. En este nivel
se ha llevado a cabo una tarea permanente de difusión de la gestión de
riesgos sanitarios, fundamentalmente mediante la realización de múlti-
ples actividades docentes y la realización de estudios y análisis de la
siniestralidad, que ha permitido elaborar una base de datos importante,
identificando las provincias, centros sanitarios y procesos asistenciales
y no asistenciales que dan lugar con mayor frecuencia a siniestros.
En el nivel periférico se diferenciaron dos ámbitos:
• el ámbito administrativo, que lo conforma la Dirección Provincial
o Territorial, encargada de la tramitación de todas las reclamacio-
nes de responsabilidad patrimonial (ver capítulo 2)
• el ámbito asistencial, que lo constituyen los centros sanitarios:
hospitales y centros de salud integrados en gerencias de atención
especializada y de atención primaria.
Implantación
La planificación y programación del programa de gestión de riesgos
tuvo que tener en cuenta las características específicas del servicio sani-
108 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
MÉDICO INSPECTOR 9
LICENCIADO EN DERECHO 3
TRABAJADOR SOCIAL 2
AUXILIAR ADMINISTRATIVO 2
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA 1
LICENCIADO EN DERECHO 28
LICENCIADO EN MEDICINA 10
AUXILIAR ADMINISTRATIVO 5
GRUPO DE GESTIÓN 4
MÉDICO INSPECTOR 2
DIPLOMADO EN ENFERMERÍA 2
TRABAJADOR SOCIAL 1
LICENCIADO EN DERECHO 15
LICENCIADO EN MEDICINA 9
GRUPO DE GESTIÓN 7
MÉDICO INSPECTOR 6
AUXILIAR ADMINISTRATIVO 4
LICENCIADO EN EMPRESARIALES 2
TRABAJADOR SOCIAL 2
LICENCIADO EN CIENCIAS QUÍMICAS 1
DIPLOMADO EN ENFERMERÍA 1
Hay que resaltar que los tiempos de demora en parte son debidos a
que, en general, mientras no se produce la resolución judicial firme en
la jurisdicción penal, la comisión no toma decisiones sobre la reclama-
ción.
Esto nos ha impulsado a dar un paso más en el proceso de implanta-
ción de la función gestión de riesgos en los centros sanitarios, dado que la
figura del gestor de riesgos en los centros sanitarios se viene limitando, en
general, a los procesos administrativos de gestión de los expedientes.
Es una tercera medida: se está iniciando un programa piloto, en
aplicación de la Circular 3/1999, de 30 de noviembre, del Insalud sobre
organización y funciones de la inspección sanitaria que establece, en
relación con su actuación en el área de responsabilidad sanitaria:
«9.1. Realizará los informes técnicos necesarios para la gestión del
aseguramiento de la responsabilidad civil del Insalud y elaborará los
informes que le sean solicitados, en relación con los expedientes de
Responsabilidad Patrimonial.
9.2. Los miembros de la inspección sanitaria del Insalud, cuando
actúen como gestores de riesgos sanitarios, serán los encargados de la
identificación, evaluación y tratamiento de los mismos, incluyendo las
actividades de formación e información de los profesionales que sean
necesarias en esta materia».
PERFIL DEL GESTOR DE RIESGOS EN LAS INSTITUCIONES SANITARIAS 111
Conclusión
La función gestión de riesgos sanitarios es de relativa novedad en
los sistemas sanitarios europeos, y más reciente aún en nuestro sistema
sanitario. Hemos referido algunas características que deberían reunir
los profesionales que desempeñen la función y actividades de gestores
de riesgos sanitarios, pero no todas. La capacidad de establecer relacio-
nes interpersonales es un requisito que se considera fundamental, dado
las características del puesto de trabajo y de las materias que debe tra-
tar. En un entorno caracterizado por la alta calificación profesional de
los intervinientes, las cualidades personales del gestor de riesgos desem-
peñan un papel crucial para poder tener éxito en la empresa que se le
encomienda. En nuestra institución no siempre es posible llevar a cabo
un proceso de selección específicamente orientado y reglado pero, tanto
en los centros sanitarios como en las unidades político-administrativas,
se cuenta con una amplísima base de recursos humanos que, de manera
temporal o permanente, pueden desempeñar satisfactoriamente la ges-
tión de riesgos sanitarios. De hecho así está ocurriendo y, es de esperar,
que se continuará aprovechando ese potencial humano para mejorar la
prestación de los servicios sanitarios públicos, tanto los clínico-asisten-
ciales como los clínico-administrativos.
PERFIL DEL GESTOR DE RIESGOS EN LAS INSTITUCIONES SANITARIAS 113
Referencias bibliográficas
1. Risk Management Handbook for Health Care Organizations. American
Hospital Publishing, Inc 2.a ed., 1997.
2. C. Vincent Clinical Risk Management. BMJ Publishing Group, 1995.
3. Risk Management Handbook for Health Care Organizations. American
Hospital Publishing, Inc 2.a ed., 1997.
4. Risk Management Handbook for Health Care Organizations. American
Hospital Publishing, Inc 2.a ed., 1997.
5. Proyecto Asesor de Riesgos Sanitarios. Subdirección General de Inspección
Sanitaria. Documento interno. Junio de 2000.
6
La formación en gestión
de riesgos sanitarios
El vocablo graduado queda así con su potencia intacta
para designar exactamente lo que postgraduado quiere signifi-
car: la persona que, con sus estudios acabados, sigue precisada
de esfuerzos y ayudas para convertir su título en algo más que
un permiso o licencia potencial.
Introducción
Antes de comenzar el capítulo dedicado a la formación en Gestión
de Riesgos Sanitarios conviene aclarar una confusión que se da con fre-
cuencia en el lenguaje profesional utilizado por directivos y personal de
empresas en relación a los términos formación, training y enseñanza, a
los que consideran equivalentes.
La función de formación tiene que ver con docencia y estudio. Del
mismo modo el vocablo inglés training(1) se corresponde con docencia
y estudio, pero posee una segunda acepción relacionada con los ele-
mentos esenciales sobre los que se sustenta el saber. Una adecuada tra-
ducción del término daría como resultado vocablos tales como apren-
dizaje, adiestramiento, entrenamiento, ejercicio, ensayo, instrucción,
práctica.
Se puede afirmar, pues, que formación es un término más genérico
y ambiguo que training, teniendo como base la educación, mientras
que la palabra inglesa está más centrada con el concepto de aprendiza-
je supervisado.
Del análisis etimológico de ambos vocablos, en el que no vamos a
entrar, se desprenden dos ideas fuerza(2):
115
116 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Definición
La formación continuada deriva de la necesidad sentida por los pro-
fesionales de actualizar los conocimientos, habilidades y actitudes por el
permanente cambio de la ciencia y tecnología. La formación continua-
da no debe ser esporádica, sino constituir un ciclo permanente. El
Comité Consultivo de la Comisión de las Comunidades Europeas la
considera como «una obligación moral de los profesionales para man-
tener los más altos niveles de competencia a lo largo de su carrera pro-
fesional» (3).
La formación del personal podemos definirla entonces como el
«aprendizaje sistemático supervisado que se diseña e imparte durante un
período de tiempo concreto, con calidad contrastada, transmitiendo al
personal una mejor comprensión de sus funciones, competencias o res-
ponsabilidades en el puesto que ocupa, promoviendo cotas mayores de
eficiencia en el comportamiento laboral e institucional».
Entrenamiento (adiestramiento)
Aprendizaje que consigue incrementar las cotas de eficiencia en el
puesto que ocupa una persona, cuando se detecta que la función o com-
petencia que desempeña no cumple determinadas exigencias mínimas.
El adiestramiento persigue que el personal sea competente en el puesto
de trabajo que desarrolla, sepa hacer sus tareas y las funciones del pues-
to actual. En definitiva, incorpora conocimientos o saber útiles para el
trabajo que desempeña.
Capacitación
Desarrollo
TABLA 6.1
NIVELES ESTRATÉGICOS DE LOS PROGRAMAS DE FORMACIÓN
Adiestramiento Saber
Capacitación Saber hacer
Desarrollo Saber ser
TABLA 6.2
TIPOS DE PROGRAMAS DE FORMACIÓN EN GESTIÓN DE
RIESGOS SANITARIOS
Adiestramiento Capacitación Desarrollo
Dirigido a profesionales con Dirigido a futuros gestores Dirigido a profesionales
funciones similares en ins- sanitarios. asistenciales.
tituciones.
Saber. Saber hacer. Saber ser.
Módulo básico o interme- Módulo completo, tipo Módulos específicos.
dio. máster.
Conocimientos básicos apli- Teoría y metodología de Teoría y metodología apli-
cables a su actual puesto. gestión de riesgos. cada a la especialidad es-
pecífica.
TABLA 6.3
PROGRAMA DE FORMACIÓN BÁSICO
1. Introducción. Conceptos.
2. Metodología general.
3. Experiencias internacionales.
4. El gestor de riesgos sanitarios.
5. El seguro de responsabilidad civil.
6. Gestión de riesgos en cirugía.
7. Casos prácticos en gestión de riesgos.
8. La experiencia del Insalud.
TABLA 6.4
PROPUESTA DE CONTENIDO DE UN PROGRAMA INTERMEDIO
EN GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
1. La gestión de riesgos sanitarios. Concepto. Definiciones. Metodología práctica en
centros sanitarios.
2. El gestor de riesgos sanitarios. Funciones. Actividades. Perfil profesional. Su rela-
ción con diversos agentes internos y externos del sistema.
3. La responsabilidad civil profesional. Responsabilidad penal. Responsabilidad de
las administraciones. Marco legal.
4. Los seguros de responsabilidad. Tipos y necesidad de los mismos.
5. Los costes de la mala práctica profesional. El aseguramiento de los riesgos.
6. Experiencias internacionales y modelos en gestión de riesgos sanitarios.
7. La gestión de riesgos como subsistema de la calidad.
8. Análisis de las reclamaciones y de la siniestralidad. Estadísticas nacionales e inter-
nacionales.
9. La implantación y desarrollo de programas de gestión de riesgos sanitarios.
10. Implicación de los profesionales en la gestión de riesgos sanitarios.
11. La gestión de riesgos en la Atención Primaria de salud.
12. Gestión de riesgos en asistencia especializada, con especial consideración en sus
áreas más críticas: Ginecología y Obstetricia; Traumatología y Cirugía Ortopédica;
Cirugía General y Urgencias.
13. La gestión de riesgos en enfermería. La gestión del riesgo en farmacia.
14. Los derechos del paciente y la Gestión de Riesgos Clínicos. Consentimiento infor-
mado. Cómo mejorar la comunicación del riesgo al paciente.
15. Resolución de casos prácticos bajo el prisma de la gestión de riesgos.
TABLA 6.6
NUEVAS MODALIDADES DE FORMACIÓN
Sistema tradicional Sistema emergente
Profesores Dirigir el proceso formativo. Coordina y orienta la formación.
Alumnos Receptor pasivo con Autoaprendizaje con
formación reglada. formación personalizada.
Contenidos Áreas básicas. Desarrollo de procesos mentales
y formación en nuevas tecnologías.
Soportes Libros. Multimedia.
Escenarios Aulas. Centros remotos
(casa y lugar de trabajo).
Métodos Enseñanza presencial. A distancia.
LA FORMACIÓN EN GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 131
TABLA 6.7
NUEVAS TECNOLOGÍAS DE APRENDIZAJE
— Un entorno gráfico amable que englobaría todos los elementos y servicios de
Internet que posibiliten la información y el intercambio de información entre pro-
fesores, alumnos y tutores.
— Correo electrónico, transferencia de ficheros, foros de noticia y debates, charlas on line.
— Se puede acceder al curso desde cualquier punto geográfico a través de un ordena-
dor personal conectado a la línea telefónica.
— No es preciso poseer grandes conocimientos de informática para seguir el curso.
— Las diferencias entre un modelo tradicional de enseñanza y los nuevos modelos
adaptados a las nuevas tecnologías aparecen reflejadas en la Tabla 6.6.
TABLA 6.8
CURSO AVANZADO DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
1. Estadística: proporcionar al estudiante los conocimientos suficientes en estadística
descriptiva e inferencia estadística, así como de la teoría de la probabilidad.
2. Principios básicos y metodología en investigación sanitaria: se aplicarían los méto-
dos para analizar e interpretar estudios de investigación, ensayos, lectura crítica de
publicaciones, búsqueda de bibliografía. Incluiría conceptos básicos de informática.
3. Epidemiología: se impartirían conceptos básicos de esta disciplina, estrategias,
metodología, asociaciones causales y tipos de riesgos.
(continúa)
132 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 6.8
CURSO AVANZADO DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
(continuación)
4. Dirección de organizaciones sanitarias: implicaría el conocimiento de las técnicas
más relevantes de gestión en el campo sanitario para poder aplicarlas en los pro-
gramas de gestión de riesgos sanitarios.
5. Gestión de riesgos sanitarios: conformaría la parte principal del curso, aprendien-
do el alumno los conceptos en gestión de riesgos, metodología y desarrollo de pro-
gramas específicos.
6. Comunicación del riesgo: técnicas de comunicación en general y, en particular, del
riesgo clínico: ¿cuándo debemos comunicar el riesgo?, ¿cómo hacerlo?, ¿de qué
manera? Los profesionales aumentarían su caudal de comunicación como emiso-
res de mensajes que implican afrontar situaciones delicadas y desagradables.
7. Dirección económico-financiera de instituciones sanitarias: capacitar al interesa-
do en conocer la gestión económica de las instituciones en sus distintas vertientes,
familiarizarse con ella para poder interrelacionar con los componentes de este
departamento en el desarrollo de su papel de gestor de riesgos.
8. Perfil y funciones del gestor de riesgos: cuáles son las funciones y actividades encua-
dradas en esta figura, sus relaciones, sus principales roles y todas las materias rela-
cionadas con la dirección de personas, gestión del cambio y liderazgo activo.
9. Política sanitaria: se proporcionará información sobre las características del sector
salud donde debe desenvolver la actividad, tanto en el campo de la atención espe-
cializada como de la primaria, así como la interrelación entre niveles asistenciales.
10. Gestión de áreas clínicas bajo el prisma de la dirección del riesgo: atención especial
a los problemas clínicos relacionados con la gestión de riesgos, áreas clínicas críti-
cas, variabilidad en la práctica clínica, medicina basada en la evidencia, iniciativas de
mejora de calidad, cómo conseguir la colaboración de los profesionales.
11. Derecho sanitario: con especial referencia a la legislación sanitaria, la responsa-
bilidad profesional y la resolución de demandas judiciales y las reclamaciones.
12. Ética en la gestión de riesgos y toma de decisiones: donde el alumno aprenderá con-
ceptos de bioética con especial consideración a la toma de decisiones en la práctica
clínica y de dilemas éticos que pudieran surgir en el desempeño de su función.
13. La calidad del sistema sanitario: se desarrollarán los métodos y herramientas de
mejora de la calidad asistencial como parte del sistema que engloba a la gestión de
riesgos sanitarios.
14. Financiación del riesgo y programas de aseguramiento: técnicas de seguro, nego-
ciación de primas, diversos agentes internos y externos como futuros condicio-
nantes de la labor del gestor de riesgos.
15. Tesis fin de curso: el alumno, ayudado por un tutor, deberá desarrollar un estudio
fin de curso relacionado con un proyecto a desarrollar en el campo de la gestión de
riesgos según su ámbito de procedencia y exponerlo ante un tribunal constituido a
tal efecto.
LA FORMACIÓN EN GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 133
TABLA 6.9
CURSO DE GESTIÓN DE RIESGOS EN OBSTETRICIA
Y GINECOLOGÍA
Temario
Riesgo en la prescripción. Teratogénesis por drogas. Malformaciones más frecuente-
mente observadas.
Terapéutica hormonal de reemplazo. Anticonceptivos. Indicaciones, contraindica-
ciones, efectos adversos y controles recomendados. El médico como prestador de
medicina prepaga y/o gerenciada. Criterios actuales de selección y auditoría de presta-
dores. Management. Aspectos médico-legales. Enfoque costo-beneficio. Medicina de
evidencia.
Riesgo de estrés. Técnicas de administración del tiempo (Trickett, Ivy Lee, óptimo
Pareto, etc.). Fatiga, burnout y otros síndromes.
TABLA 6.10
1. Una práctica o tarea específica por elaborar que parte de unos niveles muy bajos.
2. Su ejercicio requiere conocimientos, habilidades, hábitos y actitudes susceptibles de
ser adquiridos y/o desarrollados por el interesado.
3. Un sustento basado en una formación académica teórico y práctica que facilite el
acceso de los elementos anteriores.
TABLA 6.11
— El contexto organizativo.
— La cultura interna.
— Las estrategias.
— Las políticas y programas.
A modo de conclusión
Considerada una necesidad la formación continua de los profesio-
nales sanitarios en ejercicio debido fundamentalmente al avance de la
ciencia, al progreso tecnológico y a los cambios exigidos desde la pro-
pia sociedad a los agentes del sistema sanitario, es obligatoria la cola-
boración unívoca de todas las instituciones implicadas para conseguir
un marco formativo adecuado y de calidad.
LA FORMACIÓN EN GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 137
Estrategias
Requisitos
— Tener una política de calidad global que incluya la importancia de la
gestión de riesgos sanitarios en su seno, cuyas directrices y objetivos
sean conocidos por todos los miembros del equipo de salud lidera-
dos por la alta dirección.
— Incorporar la investigación y formación en gestión de riesgos sani-
tarios como un práctica normal.
— Desarrollar una política de incentivos adecuada.
Referencias bibliográficas
1. Miller VA. The history of training. En: Craig RL, Training and development
Handbook, (3.a ed.), Nueva York, NY: Me Graw HilL 1987; 3-18.
2. Prieto JM. En; Manual de formación. Universidad Universidad
Complutense de Madrid, Facultad de Psicología. 1996.
LA FORMACIÓN EN GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 139
Resumen
El proceso de identificación de los riesgos a que la actividad sani-
taria que se desarrolla está expuesta utiliza, entre otros procedimien-
tos, el análisis de los siniestros previamente ocurridos y el análisis de
las sentencias judiciales recaídas en siniestros anteriores. El coste eco-
nómico directo de la responsabilidad sanitaria alcanza en todos los
países cantidades muy elevadas, estimándose en más de 8.000 millo-
nes de pesetas el dinero destinado por los servicios sanitarios públicos
españoles a la contratación de seguros de responsabilidad en el año
2000. Solo un muy pequeño porcentaje de las demandas judiciales
penales, presentadas con motivo de los sucesos adversos ocurridos en
los centros sanitarios, termina en condena del profesional. Por otro
lado, las cantidades empleadas en la indemnización de los perjudica-
dos, bien sea por negociación directa o por sentencia judicial son muy
altas, y su importe total anual es muy difícil de conocer, dados los lar-
gos tiempos de tramitación de los procedimientos administrativos y
141
142 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Introducción
La gestión de riesgos clínico-sanitarios es una función directiva que
se va implantando, lentamente, en los sistemas y centros sanitarios euro-
peos. La razón fundamental para adoptar esta metodología es el incre-
mento constante de las reclamaciones económicas de los pacientes y el
coste (directo e indirecto) que ellas producen, que se traduce de mane-
ra inmediata en las cantidades que hay que destinar al pago de esas
reclamaciones, cualquiera que sea el medio por el cual se satisfagan:
directamente por la institución sanitaria pública, mediante la contrata-
ción de las pólizas de seguros para cubrir ese riesgo económico, o
mediante cualquier otro procedimiento asegurador.
Una razón no menos importante es la preocupación por la seguridad
de los pacientes y de los profesionales, ya que las reclamaciones ponen
de manifiesto, en principio, una quiebra en el funcionamiento de la ins-
titución que ha producido un resultado lesivo para el paciente o para el
profesional (caso de la responsabilidad patronal).
Finalmente, pero no en último lugar por su importancia, una tercera
razón viene representada por la deficiencia que en la calidad de la asis-
tencia sanitaria significa la presentación de una reclamación, con inde-
pendencia de la valoración científico-técnica que quepa hacer de la
misma: en todo caso es un cliente insatisfecho. La preocupación por la
calidad, por la seguridad y por el coste es el fundamento del último
documento del Institute of Medicine(1).
La gestión de riesgos sanitarios, o clínicos, posee una metodología
bien establecida, siendo un paso fundamental en su aplicación el proceso
LA SINIESTRALIDAD CLÍNICO-SANITARIA 143
TABLA 7.1
EVOLUCIÓN DE LAS PRIMAS PAGADAS POR EL INSALUD
Anualidad Prima neta Impuestos Prima total
pagada por el Insalud, las cantidades satisfechas por tres servicios regio-
nales con Insalud transferido, más el importe pagado por un Servicio
Autónomo de Salud que todavía no ha recibido tal transferencia; la
población protegida por estos servicios se eleva a más de 27,5 millones
de personas, un 70 % de la población total de España. Para el año 1998,
podemos considerar que el importe de las primas pagadas se situó en el
entorno de los 4.500-5.000 millones de pesetas; otros autores manejan
cifras sustancialmente similares(4).
Para el año 2000, si extrapolamos los datos del Insalud al total de los
servicios regionales en función de la población protegida, la cantidad
mínima pagada por primas de seguro de responsabilidad civil superará
los 8.000 millones de pesetas. Insistimos: únicamente en el sector sani-
tario público civil.
La compra de seguros no obligatorios de responsabilidad civil por
parte de los servicios sanitarios públicos ha supuesto un cambio muy
importante en el escenario de este tipo de seguros: por una parte, los
principales contratistas son las administraciones públicas y no los pro-
fesionales sanitarios de manera individual o colectiva a través de sus
colegios profesionales y, por otra parte, los seguros individuales han dis-
minuido de forma notable el importe de sus primas, al menos para los
profesionales que trabajan en el sistema público.
La sinestralidad. Epidemiología
Datos internacionales
La producción de efectos no esperados o no deseados durante un
proceso asistencial conduce con cierta frecuencia a la presentación de
una reclamación administrativa o judicial. En diferentes estudios reali-
zados se pone de manifiesto que el número de sucesos adversos produ-
cidos por asistencia negligente es superior al número de reclamaciones
que se presentan; se estima que aproximadamente solo un 4 % de los
pacientes que resultan gravemente perjudicados por negligencia pre-
sentan una reclamación o demanda(5). A modo de ejemplo, citaremos un
estudio(6) que pone de manifiesto que el lugar más frecuente de pro-
ducción de resultados adversos es el hospital (83,8 %), siendo el quiró-
fano el área asistencial que se repite con más frecuencia (39,5 %),
seguida de hospitalización (21,6 %); sin embargo, el área asistencial en
la que se detectaron más errores fue en urgencias. La especialidad más
reclamada fue la Cirugía General, seguida de Medicina Interna, Obste-
146 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 7.2
SINIESTRALIDAD 1995-2000
Año reclamación
Año ocurrencia 1995 1996 1997 1998 1999 2000 Total
Distribución demográfica:
Distribución geográfica
De acuerdo con el Padrón de habitantes de 1998, la población aten-
dida por el Insalud es algo superior a los 15 millones de habitantes; en
el período considerado en este análisis, la tasa acumulada de reclama-
ciones por millón de habitantes se sitúa en 176,6. Existe una notable
diferencia entre Comunidades Autónomas: las máximas tasas por
Comunidad Autónoma se sitúan en 233 y 217 por millón de habitantes
en dos de ellas; las mínimas en 137 y 140 reclamaciones por millón de
habitantes.
148 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Motivos de reclamación
Uno de los problemas que se plantean al analizar las reclamaciones
es establecer una taxonomía de los motivos de la reclamación. En aras
LA SINIESTRALIDAD CLÍNICO-SANITARIA 149
Dolor torácico
Es conocido que los pacientes que solicitan asistencia sanitaria y que
presentan como motivo de consulta el dolor torácico constituyen un
problema diagnóstico de gran importancia y dan origen a un número
LA SINIESTRALIDAD CLÍNICO-SANITARIA 151
TABLA 7.8
DOLOR TORÁCICO: NIVEL ASISTENCIAL RECLAMADO
Nivel asistencial Casos
Urgencias Atención Primaria 24
Urgencias Hospitalarias 12
Médico de cabecera 1
Atención Primaría-Urgencias hospitalarias 2
Hospitalización no urgente 3
Autólisis
La puesta en práctica de las ideas autolíticas por los pacientes que
reciben asistencia sanitaria en el ámbito del Insalud, sobre todo cuando
se producen en el interior de nuestras instituciones conduce, inevitable-
mente, a la incoación de un procedimiento judicial y a la apertura de un
expediente administrativo en caso de que se presente una reclamación
de indemnización económica. La ideación y el intento suicida son dos
de las causas más frecuentes de consulta en la urgencia psiquiátrica,
siendo la conducta suicida el principal acontecimiento que origina
demandas judiciales por malapraxis(11) en el ámbito de la especialidad.
154 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 7.10
DEMOGRAFÍA DE LOS PACIENTES
Grupo edad 0-16 años 17-45años 46-59 años 60-75 años >75 años Total
sexo
Masculino — 7 1 1 2 11
Femenino — 10 2 1 — 13
Total — 17 3 2 2 24
En dos de los casos revisados, no consta la edad.
TABLA 7.11
AUTÓLISIS. MÉTODO EMPLEADO Y ÁREA ASISTENCIAL
DE OCURRENCIA
Lugar Unidad Unidad Servicio Consultas Total
Método psiquiátrica no psiquiátrica urgencia Domicilio externas
Defenestración 2 7 1 2 1 13
Precipitación 1 1 2 2 4
Ahorcamiento 2 2 4
Arrollamiento 1 1
Otras asfixias 1 1
Ingestión 1 1
Medicamentos
Total 5 8 2 8 1 24
*En dos casos no consta el lugar o el método utilizado.
TABLA 7.12
AUTÓLISIS. TIPO DE RIESGO ACAECIDO
Valoración Mujeres Varones Total
Superación de las medidas de seguridad pasivas 5 3 8
Superación de las medidas de seguridad activas 4 4
No valoración del riesgo autolítico 2 1 3
Riesgo autolítico no evidenciado 4 6 10
No adopción expresa de medidas seguridad 2 1 3
Total 17 11 28*
* En algún caso se ha detectado más de una situación superada, y en un uno de los casos, la recla-
mación de los familiares se realiza por desacuerdo con el tratamiento médico no psiquiátrico tras el
intento de autólisis.
Coste de la siniestralidad
En el momento del estudio(13), de los 26 expedientes analizados, cinco
se habían rehusado, siete se habían indemnizado por un importe total de
137,150 millones de pesetas, 14 estaban pendientes por diversas causas, y
31 millones de pesetas se encontraban consignados en el juzgado.
Algunas de las recomendaciones derivadas del estudio fueron:
1. Es conveniente que se contemplen con el rigor suficiente los con-
156 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
El personal de enfermería
Constituye el grupo más numeroso de trabajadores en cualquier ins-
titución sanitaria; muchas de las reclamaciones y demandas que se pre-
sentan involucran a los profesionales de enfermería, bien sea como con-
secuencia de sus funciones asistenciales, bien derivadas de sus
funciones directivas y de supervisión sobre otros profesionales.
El análisis de la siniestralidad que se presenta<14> exceptúa las rela-
tivas a la especialidad de Obstetricia y Ginecología e incluye los expe-
dientes iniciados desde el 1 de enero de 1995 hasta el 28 de febrero de
1999.
Lugar de ocurrencia
Los hospitales y centros de especialidades constituyen el lugar
donde más frecuentemente se producen los hechos que se reclaman
(Tabla 7.13).
TABLA 7.13
SINIESTRALIDAD EN ENFERMERÍA. LUGAR DE OCURRENCIA
Lugar Número de reclamaciones Porcentaje
Hospital 108 65,8%
Otros* 18 11%
Centros de Salud 16 9,8%
Servicios Especiales de Urgencia 8 4,9 %
Consultas Externas 8 4,9 %
Centros Concertados 5 3%
Domicilio 1 0,6 %
Total 164 100%
* Otros: Aquellas incidencias ocurridas en el acceso a los centros o en aquellos lugares no reco-
gidos en los epígrafes anteriores.
TABLA 7.14
RIESGOS EN ENFERMERÍA. ÁREA ASISTENCIAL DE
OCURRENCIA
Áreas Número de reclamaciones Porcentaje
Hospitalización 52 31,7%
Urgencias 27 16,46%
Consultas Externas 18 11 %
Área Quirúrgica 17 10,4%
Radiología 12 7,31 %
Otros* 38 23,17%
Total 164 100%
* Otros: Aquellos siniestros no ocurridos en áreas asistenciales y aquellos que, sucedidos en áreas
asistenciales su incidencia es menor del 7,31 %.
Profesión reclamada
Este apartado contempla las reclamaciones como consecuencia de la
actividad sanitaria realizada por el personal de enfermería, no siempre
de forma exclusiva, interviniendo en algunos casos otro personal, sani-
tario o no. Los porcentajes que aparecen en la Tabla 7.15 se han obteni-
do a partir de aquellas reclamaciones económicas en las que ha habido
una implicación de personal de enfermería.
158 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 7.15
RIESGOS EN ENFERMERÍA. PROFESIÓN RECLAMADA
Profesión Número de reclamaciones Porcentaje
Enfermería 55 41,04%
Enfermería/Médico 40 29,85 %
Enfermería/Auxiliar 21 15,67%
Enfermería/Otros 18 13,43%
Total 134 100,00%
Motivo de la reclamación
Los principales motivos por los que se reclama son los que aparecen
en la Tabla 7.16.
TABLA 7.16
RIESGOS EN ENFERMERÍA. MOTIVOS DE RECLAMACIÓN
Motivos Número de reclamaciones Porcentaje
Caídas 58 35,4 %
Suicidios* 18 11,0%
Accidentes 11 6,7 %
Quemaduras placa bisturí 8 4,9 %
Extravasaciones 7 4,3 %
Medicamento inadecuado 6 3,6 %
Error exploración tendinosa 7 4,3 %
Gasas retenidas 6 3,6%
Error prescripción 6 3,6 %
Otros motivos 37 22,56 %
Total 164 100%
* Incluimos aquí un intento de suicidio sin consecuencias mortales. En «otros motivos» están
incluidos aquellos cuya incidencia es menor del 3,6 %.
TABLA 7.17
RIESGOS EN ENFERMERÍA. SINIESTROS POR CAÍDAS
Caídas (total) Número de reclamaciones Porcentaje
Pasillos 7 12,06 %
Silla/Cama 26 44,82 %
Acceso 11 18,96%
Charco de agua 6 10,34%
Baño 3 5,17%
Hall/Sala de espera 5 8,62 %
Total 58 100,00%
TABLA 7.18
RIESGOS EN ENFERMERÍA. CAÍDAS EN ÁREAS NO ASISTENCIAL
Caídas en área no asistencial Número de reclamaciones Porcentaje
Pasillos 3 14,28 %
Accesos 11 52,38 %
Hall/Sala de espera 5 23,80 %
Charco agua 2 9,52 %
Total 21 100,00%
TABLA 7.19
RIESGOS EN ENFERMERÍA. CAÍDAS EN ÁREAS ASISTENCIAL
Caídas en área asistencial Número de reclamaciones Porcentaje
Hospitalización 13 35,13%
Radiología 9 24,32 %
M. Física 4 10,81 %
Urgencias 7 18,91 %
Área Quirúrgica 2 5,4 %
Consultas Externas 1 2,7 %
Laboratorio 1 2,7 %
Total 37 100,00%
Referencias bibliográficas
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el diagnóstico y tratamiento del dolor torácico como herramienta para la
gestión de riesgos. Revista de Administración Sanitaria 1998; 7: 81-97.
LA SINIESTRALIDAD CLÍNICO-SANITARIA 161
ERRNVPHGLFRVRUJ
8
La gestión de riesgos en un
Servicio de Cirugía General
Autor colaborador: DR. RICARDO PARDO GARCÍA
Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo.
Complejo Hospitalario de Ciudad Real
Introducción
La gestión de riesgos en el ámbito de la cirugía general es una acti-
vidad prácticamente desconocida en el momento actual por el personal
sanitario directamente implicado en la asistencia. Los profesionales que
trabajan en el área quirúrgica son capaces de detectar los problemas que
se derivan de la actividad diaria, y cada uno de ellos de forma indepen-
diente intenta solucionarlos en el momento en el que surgen, pero en
nuestro sistema sanitario, en la actualidad, es muy difícil que se tomen
decisiones que engloben a todo el personal implicado. Médicos, enfer-
meros, auxiliares y celadores mantienen parcelas paralelas e indepen-
dientes que confluyen en contadas ocasiones haciendo muy difícil el
diseño de cambios organizados y generales en un Sistema que se está
atomizando progresivamente.
La gestión de riesgos, entendida como la actividad destinada a la
mejora de la calidad asistencial mediante la disminución de las cir-
cunstancias que pueden ocasionar daño al paciente en relación con los
servicios prestados y desembocar en reclamaciones y/o demandas con-
tra el profesional o la institución sanitaria, es una especialidad de
amplia implantación en la cultura anglosajona pero de reciente apari-
ción en España. Aporta la posibilidad de que una persona integrada en
el Sistema, pero con capacidad de decisión independiente, sea capaz de
detectar los problemas organizativos antes de que se generen las recla-
maciones, evitándolas y, al mismo tiempo, analice los expedientes de las
163
164 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Consultas externas
En las consultas externas se producen el 18 % de las reclamaciones
correspondientes al período preoperatorio.
Siguiendo la metodología de la gestión de riesgos se darán los pasos
necesarios para identificarlos, valorar su nivel de riesgo, corregirlos y
evaluar la validez de la corrección.
El consentimiento informado
Todas las intervenciones programadas (y siempre que sea posible las
de urgencia) deben tener un Consentimiento escrito firmado por el
paciente o sus familiares y el médico que ha proporcionado la informa-
ción. La Asociación Española de Cirujanos ha editado recientemente los
Consentimientos Informados relativos a la patología mamaria diferen-
ciados según el tipo de cirugía, junto a más de 30 procedimientos habi-
tuales en la especialidad(l4) .
No existen prácticamente reclamaciones por la ausencia de con-
sentimiento informado pero sí por lo que los pacientes o sus familia-
res consideran falta de información adecuada sobre los riesgos que
tenía la intervención que se practicó. La ausencia del consentimiento
es un dato que queda inmediatamente reflejado en los Informes de los
peritos que analizan el caso y de los inspectores que tramitan el expe-
LA GESTIÓN DE RIESGOS EN UN SERVICIO DE CIRUGÍA GENERAL 171
Urgencias
El Servicio de Urgencias es el área que junto a Cirugía y
Ginecología y Obstetricia generan el mayor número de demandas. Esto
también es extensible a la Atención Primaria, ya que gran parte de las
reclamaciones presentadas en el área extrahospitalaria están relaciona-
das con la atención prestada por los Servicios de Atención Domiciliaria
solicitados en casos de urgencia.
El área quirúrgica
Establecer el contexto de la gestión de riesgos
Como se ha reseñado previamente en el área quirúrgica se producen
el 66 % de los incidentes del hospital y dos de cada tres incidentes que
LA GESTIÓN DE RIESGOS EN UN SERVICIO DE CIRUGÍA GENERAL 177
La atención en la planta
Establecer el contexto de la gestión de riesgos
La planta de Cirugía mantiene ingresados a los pacientes antes de la
intervención y realiza el seguimiento de los mismos hasta el Alta. La
tendencia actual es de ingresarlos el tiempo imprescindible preoperato-
rio intentando realizar todos los estudios de forma ambulatoria si el
estado clínico del paciente lo permite.
El porcentaje de pacientes intervenidos en el contexto de la deno-
minada cirugía ambulatoria va progresivamente en aumento acercándo-
se en algunos centros al 50 % de las intervenciones programadas
El sistema de rotación de actividades de cada Servicio hace que el
«pase de visita» sea realizado por el cirujano asignado, que no tiene por-
que ser el mismo todos los días. En muchas ocasiones, esta teórica falta
de continuidad es interpretada por los pacientes como falta de organi-
zación, ya que muchos de ellos no acaban de entender que no sea el
mismo cirujano el que le atienda a lo largo de todo su ingreso.
La planta de Cirugía es el área en la que la responsabilidad del per-
sonal de enfermería adquiere mayor importancia por su continuo con-
tacto con los pacientes y por ser ellos los responsables de aplicar los tra-
tamientos asignados y realizar el mayor número de curas.
casi siempre, se atribuye ese retraso a que «cada día venía un médico
distinto y decía una cosa».
Conclusiones
La figura del Gestor de Riesgos no está todavía desarrollada en
nuestro país y no nos caben muchas dudas respecto al hecho de que
nuestra cultura sanitaria puede hacer su implantación difícil; sin embar-
go, la necesidad de mejorar la calidad y disminuir los costes va hacien-
do que poco a poco se vaya imponiendo su existencia. Salvo casos
excepcionales, las Sesiones Clínicas centradas en la mortalidad o la
morbilidad originadas por el propio servicio no tienen un arraigo simi-
lar en España al que se ha desarrollado en los EE UU. El análisis de los
errores cometidos se lleva de forma personal e individual. Los cirujanos
tienden a pensar que los errores o accidentes surgidos durante todo el
proceso de atención a un paciente, sólo pueden ser juzgados por colegas
con la misma profesión(18) por lo que, por lo menos de forma inicial y
hasta que la figura del Gestor de Riesgos sea reconocida, se deberá con-
tar con cirujanos pertenecientes a los Servicios en el desarrollo de los
programas.
De forma tradicional los errores médicos se han considerado erro-
res individuales cometidos por médicos con nombres y apellidos apo-
yando la teoría de las «manzanas malas»(l9). Separo la manzana mala
y desaparece el problema. Un acercamiento diferente al problema
basado en el estudio de las causas sistémicas que los producen ha
resultado eficaz en varias áreas de la cirugía. Goldman et al(20). demos-
traron que las complicaciones postoperatorias pueden ser prevenidas
con antelación modificando factores del cuidado preoperatorio, intrao-
peratorio y postoperatorio. Las investigaciones realizadas por Luft et
al.(21) analizando las tasas de mortalidad relacionadas con el volumen
de cirugía vascular de los distintos hospitales consiguieron la disminu-
ción de las tasas de mortalidad a través de la regionalización de los
procedimientos de alto riesgo. La subespecialización en procedimien-
tos de alto riesgo parece también haber disminuido la tasa de compli-
caciones de determinada cirugía.
184 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
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9
Elaboración de informes
técnicos: contenidos
y metodología
(...) El libro dice que primero hay que detectar las analo-
gías y después buscar las razones. Y aquí dice que al final las
razones acaban siendo científicas.
Introducción
Una de las tareas añadidas a las que debe enfrentarse el profesional
sanitario en los últimos tiempos es a la gran cantidad de obligaciones
derivadas de los asuntos jurídicos de la responsabilidad civil profesio-
nal y su aseguramiento. Ello es debido(1), entre otras causas, a:
1. Las ciencias jurídicas han invadido el campo sanitario; es un
mundo que nos resulta ajeno y, en parte, desconocido. Tan ajeno y des-
conocido como para el jurista lo es el ambiente sanitario, la mentalidad
de sus profesionales y su lenguaje. Por tanto, existe un recíproco des-
conocimiento que hay que intentar aproximar.
2. La existencia de gran cantidad de normativa legal que regula la
profesión sanitaria. Estas normas de carácter legal son necesarias para
una mejor y más segura práctica.
3. El aumento de las demandas por responsabilidad profesional
sanitaria ante los tribunales, la mayoría por responsabilidad civil y algu-
nas por responsabilidad penal, ha conducido a una nueva situación entre
médicos, enfermeros y otros profesionales consistente en la inseguridad
en sus actuaciones. Los medios de comunicación magnifican, a veces,
estos litigios.
187
188 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Definición(7)
Los informes técnicos son documentos estructurados, ordenados y
comprensibles para un perfil variado de destinatarios, fundamentados
en la mejor evidencia científica disponible en el momento de su redac-
ción, elaborados con una metodología correcta y lo suficientemente fle-
ELABORACIÓN DE INFORMES TÉCNICOS: CONTENIDOS Y METODOLOGÍA 191
Tipos de informes
3. Resumen final
Queda por completar la última fase en la elaboración del informe
que es el resumen final. Probablemente sea el que mayor impacto de
lectura reciba de todos los apartados. Por ello debemos extremar los
consejos ya señalados repetitivamente: claridad, concreción, objetividad
y comprensibilidad.
Se ha de explicitar en esta etapa la metodología utilizada (3.1) (esta
guía o cualquier otro formato de investigación); la sinopsis descriptiva del
siniestro con especial mención a la cronología (3.2); el resumen de lo que
afirman los profesionales que ocurrió (3.3); el respaldo documental de lo
acontecido (3.4) y la emisión del juicio del gestor de riesgos sobre la ade-
cuación de la actuación profesional (3.5). Si existieren, hay que definir las
lesiones o secuelas del paciente, establecer su relación causal (3.6) con la
actuación profesional objetivando (3.7) y cuantificando (3.8) ese daño para
finalmente explicar las conclusiones (3.9) que se han alcanzado y las reco-
mendaciones emitidas (3.10). La fase culmina con la propuesta de resolu-
ción (3.11) que efectúa el gestor de riesgo (procedencia o no del objeto
reclamado) y la bibliografía (1.12) utilizada en la confección del informe.
Insistimos igualmente que las medidas de corrección o minimización
señaladas de forma provisional deben elevarse a definitivas mediante la
aprobación de las mismas, previa evaluación y retroalimentación si pro-
cede, por la autoridad correspondiente del centro sanitario.
Si se espera encontrar un sistema perfecto, una guía óptima para ela-
borar informes técnicos que satisfaga a todos los implicados puede
pasar aún mucho tiempo. Por eso consideramos este guión como senci-
llo y suficientemente flexible como para adaptarse a las diversas cir-
cunstancias cambiantes que, sin duda, se encontrará el gestor de riesgos
sanitarios para ejercer esta complicada labor pericial.
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3. Martínez López. Ponencia presentada en el II Congreso Nacional de
AEGRIS. Murcia, 1999.
208 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Resumen
Los efectos no esperados o no deseados que se presentan en los
procesos asistenciales pueden deberse a errores, o a actuaciones ina-
decuadas o, simplemente, a la incertidumbre que con frecuencia
acompaña al actuar sanitario. Constituyen el principal riesgo de los
profesionales y de los centros sanitarios. Unos y otra pueden ser ori-
gen de responsabilidad profesional, que conlleva el pago de indemni-
zaciones a los perjudicados. La frecuencia de las reclamaciones y
demandas contra los centros y profesionales sanitarios hace que
ambos suscriban seguros de responsabilidad civil, que afronten estas
indemnizaciones. Se exponen los conceptos y definiciones más rele-
vantes y de mayor interés para profesionales no jurídicos ni del sector
asegurador, que permiten conocer lo fundamental de las pólizas de
responsabilidad civil, que también suscriben los servicios sanitarios
públicos en beneficio de sus profesionales y como cobertura de su
propia responsabilidad.
209
210 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Introducción
Riesgo e incertidumbre en la asistencia sanitaria
El Diccionario de la Real Academia Española, en su edición de
1992, define la palabra riesgo como «contingencia o proximidad de un
daño», y también como «cada una de las contingencias que pueden ser
objeto de un contrato de seguro».
También se dan otras definiciones como «la incertidumbre de la
ocurrencia de un suceso con aspectos negativos y de la magnitud de
estos efectos».
La actividad sanitaria es una actividad de riesgo y con riesgo. Lo
conocen los pacientes, lo conocen los profesionales, lo conoce la socie-
dad. Los centros en que tiene lugar la actividad sanitaria y los profesio-
nales que la llevan a cabo se enfrentan a muy diferentes y numerosos
tipos de riesgos.
La asunción de riesgos es imprescindible para el progreso de la
medicina y, en general, de la humanidad. Sin embargo, no pueden ser
riesgos asumidos a la ligera, sin la necesaria preparación científica y
técnica. El profesional sanitario debe dominar el contenido de su profe-
sión en los aspectos teóricos y, en los aspectos prácticos, debe ajustarse
a la lex artis y a la lex artis ad hoc.
La toma de decisiones clínicas es compleja, y los cambios sociales,
culturales y tecnológicos no han disminuido la incertidumbre inherente
a la práctica clínica ni su complejidad.
Logan y Scott(l), opinan que, hasta hace poco, la incertidumbre
había sido mantenida en un muy discreto escenario pero que en el
momento actual se está sacando a la luz sus consecuencias en la calidad,
en los costes, en la organización de los servicios sanitarios. La incerti-
dumbre tiene también consecuencias en los ámbitos socio-políticos,
médico-legales y éticos.
Podemos decir que la incertidumbre se condensa en la dificultad
LA TRANSFERENCIA DE LOS RIESGOS SANITARIOS: EL ASEGURAMIENTO 211
TABLA 10.1
1. Seguros contra daños:
— seguro de incendios
— seguro contra el robo
— seguro de transportes terrestres
— seguro de lucro cesante
— seguro de caución
— seguro de crédito
— seguro de responsabilidad civil
— reaseguro
2. Seguro de personas:
— seguro sobre la vida
— seguro de accidentes
— seguro de enfermedad y de asistencia sanitaria
El riesgo que los asegurados desean cubrir es un hecho que reúne las
siguientes características:
Las exclusiones
Es fundamental que el asegurado conozca las exclusiones que figuran
en la póliza. En general en nuestro campo se suelen excluir los riesgos deri-
vados de tratamientos experimentales, los riesgos derivados de la transmi-
sión de VIH, HVC, de la administración de fármacos no autorizados por la
autoridad sanitaria, etc. También, como es lógico, la RC derivada de actuar
sin la titulación necesaria o exigida para una determinada especialidad.
La delimitación temporal
Es necesario diferenciar entre la duración del contrato de seguro y la
delimitación temporal de la póliza.
La duración del contrato de seguro es el tiempo durante el cual está
vigente el contrato. Habitualmente, a la hora expresada en las condicio-
nes particulares o, en su defecto, a las veinticuatro horas del día que se
suscribe la póliza por ambas partes y terminan en la fecha indicada en
aquellas a las cero horas.
220 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
TABLA 10.2
Action commitedbasis.
Loss ocurrence basis.
Claim made basis.
Las franquicias
Es la parte de indemnización que, en caso de ocurrir el siniestro, el
asegurado tiene que asumir con su propio patrimonio. Las franquicias
suelen ser impuestas por los aseguradores, pero puede ocurrir que estén
impuestas por las normas reglamentarias. No todas las franquicias son
iguales. Podemos diferenciar:
Procedimientos de actuación.
Tramitación de los siniestros
El tomador del seguro, el asegurado, y el asegurador tienen dife-
rentes obligaciones.
Tomador del seguro. Es la persona física o jurídica que subscribe el
contrato de seguro. El tomador del seguro y el asegurado pueden ser la
misma persona. Entre sus obligaciones están:
El escenario asegurador.
Segmentación y asimetría
La situación de la gestión del aseguramiento de la responsabilidad
sanitaria en los servicios públicos se caracteriza por una segmentación
de la demanda y una concentración de la oferta.
Los Servicios Regionales de Salud bien tienen suscritas pólizas de
responsabilidad civil específicas, bien son beneficiarías de las pólizas
generales de su administración autonómica. Estas pólizas de responsa-
bilidad cubren también la responsabilidad objetiva o patrimonial de la
Administración dentro de ciertos límites.
El sector asegurador, componente muy importante del mundo finan-
ciero, está inmerso en un proceso de integración, congruente con las
tendencias generales definidas para hacer frente a la globalización y
mundialización de la economía. La situación resultante se caracteriza
por un menor número de grupos aseguradores, que son de mayor tama-
ño que en cualquier otro tiempo.
Igualmente ocurre en el sector que acoge a los intermediarios de
seguros, de manera especial a las corredurías de seguros. Un asegurado
puede firmar una póliza con un determinado mediador y pocos meses
después conocer que su mediador está integrado en otra empresa de
intermediación. Más grande, por supuesto.
Tenemos así una situación caracterizada, al menos en el sector sani-
tario público, por una atomización de los compradores de seguros
—servicios regionales, hospitales, gerencias—, y un agigantamiento de
los vendedores e intermediarios de seguros. Es decir, hay una asimetría
creciente.
LA TRANSFERENCIA DE LOS RIESGOS SANITARIOS: ELASEGURAMIENTO 225
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11
Experiencias internacionales
en gestión de riesgos
sanitarios
JOSÉ LUIS BAPTISTA BAEZA
Gerente de Riesgos Clínicos.
Saint Paul Insurance España
Introducción
La gestión de riesgos, como disciplina adoptada desde la industria y
adaptada a las particularidades y necesidades del sector sanitario, se ha
establecido gradualmente en diferentes países al ritmo de cambios
socio-culturales, sanitarios y legislativos, así como de la repercusión
que para los sistemas sanitarios y para la propia sociedad han supuesto
las consecuencias económicas de las reclamaciones y los daños ocasio-
nados al paciente derivados de la prestación de servicios sanitarios.
Este capítulo, pretende realizar un rápido recorrido por los aspectos
más relevantes que han impulsado la gestión de riesgos en dos países de
referencia, así como describir su situación actual.
En primer lugar, se mostrará el estado de la gestión de riesgos en su
país de origen, Estados Unidos. Posteriormente, se expondrá la experien-
cia en el Reino Unido, donde si bien la práctica de la gestión de riesgos es
mucho más reciente, posee ya un respaldo oficial por parte de las autori-
dades sanitarias y se está comenzando a aplicar de manera generalizada.
El concepto de riesgo en una organización sanitaria es muy amplio,
y por tanto, su gestión debe realizarse desde un punto de vista integral,
abarcando todas las actividades de la organización.
No obstante, esta exposición se centra fundamentalmente en los ries-
gos clínicos, es decir, aquellos que conlleva la propia actividad asistencial,
que pueden originar daño o lesiones al paciente, y por tanto, desencade-
nar reclamaciones contra el profesional u organización sanitaria.
227
228 MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS
Antecedentes
TABLA 11.1
TABLA 11.2
Estudios clave sobre sucesos adversos
N.° de Historias % de S.A. % de S.A. % de S.A.
revisadas detectados atribuibles a error negligentes
Nueva York 30.000 3,7 58 27.6
Utah y Colorado 15.000 2,9 53 29.2
S. A.: Suceso adverso.
TABLA 11.3
Estándares opcionales
1. Existe un programa de formación continuada para los profesionales sanitarios de
cada especialidad.
2. Las normas, procedimientos y protocolos de uso frecuente mantienen los estánda-
res del CNST.
3. Existen procedimientos para identificar al personal involucrado en incidentes
serios.
CNST. Programa de Negligencias Clínicas para Trusts.
EXPERIENCIAS INTERNACIONALES EN GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 239
Conclusión
La gestión de riesgos en el sector sanitario se ha originado, desarro-
llado e impulsado en diferentes sistemas sanitarios, como instrumento y
método reactivo a las reclamaciones para tratar de disminuir su fre-
cuencia y/o severidad una vez ocurridas.
Sin embargo, aunque este enfoque sigue vigente, la gestión de riesgos
se está desarrollando en un contexto más amplio, donde se considera como
un componente de la calidad asistencial que procura la seguridad para el
paciente a través de la identificación y disminución de sucesos adversos.
Desde esta perspectiva las actividades de gestión de riesgos son más
proactivas y ponen énfasis en los aspectos preventivos.
Para el desarrollo de actividades y/o programas de gestión de riesgos
es necesario un doble enfoque. En primer lugar, es esencial el compro-
miso y apoyo de las autoridades sanitarias; y en segundo lugar se debe
hacer llegar a todo el personal sanitario, tratando que quede integrado en
sus actividades asistenciales.
Como componente de la calidad afecta a todos los niveles de la
organización sanitaria y, por tanto, todos los profesionales deben estar
EXPERIENCIAS INTERNACIONALES EN GESTIÓN DE RIESGOS SANITARIOS 241
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