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Psicología
Universidad Bicentenaria de Aragua (UBA) - Turmero
24 pag.
«Cada persona piensa, siente y actúa de forma diferente. La psicoterapia de corte integrador tiene
en cuenta todos los aspectos que influyen en la sexualidad y cómo todos ellos interaccionan entre
sí a la hora tratar los problemas sexuales. Dentro de la psicoterapia que integra modelos de
tratamiento válidos en el abordaje de las disfunciones sexuales, la Terapia Cognitivo-Conductual
explica cómo los pensamientos afectan a la sexualidad.»
Ante una situación determinada (A), la persona piensa (B) de una forma particular ese hecho, lo
que hace que se sienta (C) de una manera determinada. Es decir, nos sentimos en función de
cómo pensamos. A continuación la persona actúa en consecuencia para reducir su malestar.
El Señor X cada vez se encuentra más preocupado porque desde hace algún tiempo, cuando
intenta la penetración con su pareja, pierde la erección. Piensa que no va a ser capaz de
mantener su erección el tiempo suficiente como para que su mujer logre el orgasmo, piensa
el ridículo al que se tendrá que enfrentar si su mujer ve la flacidez de su pene, y los
comentarios que pueden surgir por parte de esta. También piensa que si esto va a más su
pareja terminará dejándole puesto que no es capaz a satisfacerla. El señor X se encuentra
muy tenso y apenado ante la situación. Así que lo que decide hacer el señor X es penetrar a su
pareja rápidamente en cuanto tenga la erección suficiente para no perderla.
Su forma de pensar condiciona su miedo y su forma de actuar posterior. Así que el problema
del Señor X, lejos de solucionarse se va complicando con el tiempo.
Tras varios intentos del Señor X por penetrar antes a su pareja, comprueba emocionado que su
método pareció funcionar. Pero tras unas cuantas relaciones más volvió a tener problemas para
mantener la erección y ésta cada vez se fue perdiendo antes. El Señor X cada vez sentía más
temores. Además su pareja se mostraba insatisfecha por la rapidez con la que su marido quería la
penetración. El miedo del señor X fue en aumento, lo que hizo que empezase a tener
eyaculaciones precipitadas y en otras ocasiones no conseguía la erección incluso ya desde el
comienzo de la relación.
Las personas funcionamos mediante un complejo engranaje donde aquello que pensamos,
sentimos y hacemos interactúa constantemente entre sí.
Las técnicas que se utilizan en la Terapia de Pareja Cognitivo-Conductual son las técnicas
que hoy por hoy demuestras mayor efectividad.
«ALGO QUE NO FUNCIONA», por ejemplo un pene que no se erecta, un deseo que no se
tiene, o un orgasmo que llega pronto.
«ALGO QUE LO ARREGLE», por ejemplo: Viagra para el pene sin erección. Un ansiolítico
y/o un antidepresivo para el eyaculador precoz. Y un parche de testosterona que aumente el deseo
sexual femenino (aún no lo han conseguido pero están en ello). Del mismo modo la utilización de
algunas de las técnicas arriba mencionadas utilizadas de forma aislada como si de una técnica
mágica se tratase no hacen más que contribuir a un mal entendimiento de la sexualidad humana,
añadir más mitos a los ya existentes, y no entender la pareja como un todo demasiado
complejo para quedar reducido a una «pastilla azul» o a «un apretón basilar en su pene».
IGUALAR SEXUALIDAD A ERECCIÓN O A UN NÚMERO
DETERMINADO DE RELACIONES SEXUALES ES UN GRAVE ERROR
De estas malas praxis por parte de médicos y algunos psicólogos se derivan: problemas sin
resolver, recaídas innecesarias, efectos secundarios indeseables y contribuir al
malestar de la persona transmitiéndole la sensación de que algo en él no funciona bien.
Bibliografía:
Master, WH; Johnson, VE. (1966) Human sexual response. Boston: Little Brown
Sáez, S. (2005). Cuando la terapia sexual fracasa. Aportaciones sexológicas para el
éxito. Madrid: Editorial Fundamentos.
Singer Kaplan, H (2001) Manual ilustrado de terapia sexual. Literatura Random House.
Wallin, D. J. (2012). El apego en psicoterapia. Bilbao: Desclée de Brouwer.
Disfunciones sexuales
Publicado el 13/04/2018.
Por Esther Blanco , última actualización el 31/10/2019
No se conoce con exactitud la prevalencia de las disfunciones sexuales en la población general, a
pesar de que existen variaciones importantes según los estudios, los datos existentes apuntan a un
elevado número de hombres y mujeres que padecen a lo largo de la vida alguna disfunción
sexual. Los problemas más frecuentes en varones son los trastornos de la erección y la
eyaculación precoz, mientras que en la mujer predominaría el bajo deseo y el trastorno
orgásmico.
Las disfunciones sexuales son algo frecuente. Según diferentes autores estaría entre un 50% y
un 70% (Haas, 1979; Master y Jonson, 1970; Wiener, 1969). En nuestro país Labrador (1987)
señala que aproximadamente el 35-60% de las mujeres presentan algún tipo de disfunción,
siendo la más frecuente la falta de interés por el sexo y problemas de excitación. Entre los
hombres, alrededor de un 40% tiene algún tipo de disfunción, siendo las más frecuentes la
eyaculación precoz y la disfunción eréctil.
Así, el concepto de sexualidad sana propuesto por Mace, Bannerman y Burton incluye tres
elementos básicos:
Las estadísticas más recientes publicadas en nuestro país, reflejan que más de la mitad de las
mujeres y un 20% de los hombres reconocen no sentirse satisfechos con su vida sexual. Y muchas
de las razones que están detrás tienen que ver con las llamadas disfunciones sexuales. Sin
embargo, tan sólo un tercio de los afectados recurren a ayuda profesional, a pesar de que las
técnicas de intervención están ampliamente desarrolladas consiguiendo buenos resultados.
La Disfunción sexual se puede definir como una dificultad surgida durante cualquier etapa del acto
sexual (Deseo, Excitación, Orgasmo y Resolución) que impide al individuo o a la pareja el disfrute
del acto sexual.
Es imprescindible para un correcto tratamiento diferenciar entre las causas orgánicas y las
causas psicológicas, aunque en ocasiones pueden darse ambas:
Factores psíquicos, que pueden estar relacionados con miedos, vergüenza, culpa,
traumas, etc. o con las relaciones interpersonales, esto es, problemas en la relación de
pareja como falta de confianza o dificultades de comunicación.
Tipos de disfunciones:
Las disfunciones pueden clasificarse en función de la fase sexual en la que aparecen. Son el tipo
de problema sexual por el que más gente suele solicitar ayuda:
o Trastorno por aversión al sexo (el rechazo a cualquier tipo de contacto sexual).
Antes de describir las fases de la intervención, es importante remarcar que uno de los aspectos
fundamentales a trabajar en la terapia sexual son las Actitudes, esto es, el producto de la
interrelación entre los prejuicios (estereotipos mentales) y un afecto asociado a ello, expresándose
hacia el exterior en forma de conductas. De esta forma, en orientación y terapia sexual trabajamos
en tres niveles:
Fases de la Intervención
1. Creación de una buena alianza terapéutica. Cuando una persona acude a consulta para
hablar de sus problemas sexuales, hay que tener muy en cuenta que suele ser un paso
complicado y el profesional tiene que propiciar un clima de calidez y confidencialidad para que
la persona se pueda sentir comprendida y no juzgada. Ya que las dificultades relacionadas con
la sexualidad están asociadas con factores morales, de autoestima y de intimidad, es
imprescindible que la primera entrevista permita establecer una relación empática que facilite el
romper las barreras de la vergüenza.
3. Propuesta de Tratamiento. Una vez evaluado el caso, concretando los factores que estén
implicados en la causa y mantenimiento del problema, se ofrecerá una propuesta de
tratamiento consistente en una serie de intervenciones y técnicas que se llevarán a cabo de
forma pautada por parte del sujeto o sujetos de la pareja. En ocasiones, parte de la
Suelen, aunque no necesariamente, suceder principalmente porque la persona que las practica ya
ha tenido una cantidad muy elevada de placer sexual, que llega un momento en que lo poco no la
satisface y quiere más y más de aquella actividad para sentir el orgasmo o excitarse
TÉCNICA Nº 2: LA PINZA
Descripción:
En este caso, tanto en la masturbación como en el coito, cuando el hombre perciba alguna
sensación preeyaculatoria, se procederá a la maniobra de presión. Para ello, se situará el pulgar
sobre el frenillo y el resto de los dedos por detrás abrazando el pene.
Esta presión se ejercerá hasta que se pierda la excitación y la erección.
Indicaciones:
Esta maniobra se practicará cuatro veces por actividad sexual (masturbación o coito) dos veces
por semana.
TÉCNICA Nº 2: MÍMICA
Descripción:
Ambos miembro, se masturbarán uno en enfrente del otro, hasta que logren el orgasmo.
Indicaciones:
El miembro de la pareja que no padece anorgasmia femenina tendrá que finalizar a la vez que su
pareja.
A lo largo de las diferentes épocas históricas, y a través de las diversas culturas, la humanidad
ha pretendido mejorar las técnicas amorosas persiguiendo un fin último, conseguir un mayor placer
y satisfacción sexual. De igual manera, desde la más remota antigüedad, ha causado enorme
interés la explicación del comportamiento sexual anómalo, así como los posibles remedios que
podían emplearse para su tratamiento. La sexualidad y las disfunciones sexuales son una
preocupación ancestral de la humanidad.
En los últimos años han habido cambios drásticos, sociales y culturales, que otorgan especial
importancia a la sexualidad; ha habido separación entre sexualidad y reproducción, lo que ha
supuesto cambios en las costumbres. El tema de la sexualidad ha pasado de ser un tema tabú a
ser un tema incluido dentro de los problemas de salud y bienestar social. En consecuencia, el
disfrutar de la sexualidad se considera actualmente como un objetivo importante.
1. FACTORES PREDISPONENTES
2. FACTORES PRECIPITANTES
Trastornos más generales que puedan interferir con la actividad sexual (depresión,
ansiedad, alcoholismo...)
3. FACTORES DE MANTENIMIENTO
ORIENTACIONES GENERALES
Una disfunción es un problema que afecta a una pareja: El objetivo será la conducta o
relación de una pareja, no de un sólo miembro.
Los tratamientos deben incluir una parte práctica de entrenamiento en: las nuevas
conductas sexuales (caricias, coito...), en conductas de relación social (comunicar interés,
afecto, demandas...).
Educación sexual
Focalización sensorial
Entrenamiento en comunicación
Objetivos
Contenido
Material
Tarea
Dificultades
· La pareja alega poseer ya suficientes conocimientos sexuales y desea pasar a una fase de
tratamiento más avanzada.
Evaluación
Actuación Clínica
Objetivos.
Tarea
· Caricias por todo el cuerpo, excluyendo zonas erógenas primarias (pechos y genitales).
· Paso 1: caricias de uno (activo) a otro (pasivo).
· Paso 2: caricias de otro (activo) a uno (pasivo).
· Paso 3: caricias mutuas (ambos activos).
Condiciones
Material
Dificultades
Evaluación
Objetivos
Tareas
· Caricias por todo el cuerpo, INCLUYENDO zonas erógenas primarias (pechos y genitales).
En los tres pasos (uno activo por turno y ambos)
Condiciones
Dificultades
Evaluación
Objetivos
Tareas
Condiciones
Dificultades
· Los varones a veces indican una inmediata pérdida de la erección o una sensación
perentoria de eyaculación
· Mujeres con vaginismo: cierto grado de contracción perivaginal
· Mujeres con anorgasmia: a veces disminución o pérdida de la excitación
Evaluación
Actuación y decisión
Objetivos
Tareas
Condiciones
Puede ser útil que el hombre estimule el clítoris de la mujer en la penetración y el coito.
Dificultades
Pueden aparecer reacciones específicas en algunos trastornos, tales como una leve pérdida
del control eyaculatorio en la eyaculación precoz, o un aumento de la contracción perivaginal
en los casos de vaginismo.
Evaluación
Cada encuentro sexual debe finalizar con la obtención del orgasmo de ambos, intra o
extravaginal.
El programa de tratamiento supone un cambio fundamental en la forma de vida del sujeto, por
lo que debe llevarse a cabo en un período de tiempo en el que los pacientes estén relativamente
libres de ocupaciones o responsabilidades, y puedan dedicarse de manera intensiva, en régimen
residencial, a la solución de sus problemas de interacción sexual. El programa se estructura en tres
bloques: a) evaluación y diagnóstico; b) focalización sensorial; y c) programas específicos.
Evaluación y Diagnóstico
Examen exhaustivo por medio de entrevistas individuales, de forma cruzada, entre cada
miembro de la pareja con el terapeuta de igual y distinto sexo, así como una exploración
médica.
Se indica que no lleven a cabo ninguna relación sexual que no haya sido autorizada por los
terapeutas.
Focalización sensorial
Programas Específicos
Una vez alcanzados los objetivos de la focalización sensorial puede pasarse a la aplicación de
estrategias y técnicas más específicas para el tratamiento de cada disfunción sexual, tales como
eyaculación precoz, trastorno orgásmico masculino, trastorno de erección en el varón, trastorno
orgásmico femenino, vaginismo, siguiendo para cada caso específico, los pasos mencionados:
objetivo, tareas, condiciones, material, dificultades, evaluación, actuación y decisión clínica.
El tratamiento breve y específico que proponen (atención diaria a la pareja, durante dos o tres
semanas, en régimen residencial) no parece ser mejor que los tratamientos dilatados (sesiones
semanales, quincenales o incluso, con períodos más amplios, ambulatorios). Asimismo, es
recomendable que el tratamiento sexual sea específico, centrado en la disfunción sexual, salvo que
sean problemas específicos de pareja, que puedan bloquear el tratamiento.
Régimen interno: parece no ser recomendable, dado que no se adapta a la vida cotidiana de
los pacientes.
Pareja de terapeutas: es desaconsejable por los costos. En cuanto al sexo del terapeuta, es
irrelevante, aunque los varones prefieren a terapeutas de su mismo sexo.
• Intervención en “otras” poblaciones: Cada vez resulta más difícil encontrar “casos puros” de
disfunción sexual. Progresivamente se ha incrementado el número de parejas que acuden a
consulta con otros problemas psicopatológicos concomitantes (depresión, manía, alcoholismo).
También se ha incrementado el número de parejas homosexuales que acuden para tratar sus
disfunciones sexuales (que no difieren en mucho de los heterosexuales) para lograr un mejor
ajuste y funcionamiento sexual. Por último, se ha cuestionado repetidas veces el que sea “natural”
u obligado el descenso del funcionamiento sexual con la edad (George y Weiler, 1981; Crooks y
Baur, 1990), por lo que comienza a ser habitual no aceptar tal descenso como consecuencia de la
edad, y se acuda con mayor frecuencia a la clínica para tratar de superar las posibles disfunciones
en las personas mayores.
En el informe preliminar (1995), entre los Tratamientos Bien Establecidos, en el caso de las
disfunciones sexuales, están:
· Combinación de terapia sexual y marital de Zimmer para el bajo deseo sexual femenino
(Zimmer, 1987).
EVALUACIÓN
· Muchos más esfuerzos a intentar superar las disfunciones masculinas que las femeninas,
siendo la disfunción eréctil la más estudiada y para la que más soluciones se han aportado
· También señala que las disfunción es un problema individual, no de una pareja o una
interacción.
· Existen tratamientos eficaces, pero se desconocen los procesos o factores que determinan
la eficacia.