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TEMA 9: FASCISMO Y NAZISMO
1. INTRODUCCIÓN
2. EL FASCISMO ITALIANO
Los rasgos que permiten definir al fascismo y por extensión a todas las
doctrinas totalitarias son:
- El primado de la acción: el fascismo en origen carece de una doctrina (Mussolini dirá
que “nuestra doctrina es el hecho”), de manera que la acción prima sobre la palabra.
Sólo a partir de 1929-1930 Mussolini se verá en la necesidad de dar un cuerpo
doctrinal al fascismo.
- Omnipotencia del Estado: los individuos están totalmente subordinados al Estado,
además el Estado totalitario no acepta la separación de poderes ni la existencia de una
oposición. En palabras de Mussolini “Todo en el Estado, nada fuera del Estado”.
- Protagonismo de las élites: la doctrina fascista parte de la desigualdad de los hombres
y en consecuencia rechaza la democracia porque concede los mismos derechos a
todos. En función de estas diferencias entre los hombres podemos distinguir entre
masa y élite, y son las élites las llamadas a gobernar y a regir los destinos de las masas.
Esta desigualdad se llevará a todos los planos, como la mujer, cuyo papel se centra en
el hogar, donde vive subordinada al marido. (Los ideólogos nazis decían que el objeto
de atención de las mujeres deben ser las tres K: kinder, küche, kirche, es decir, niños,
cocina, iglesia).
Pero más dramáticas todavía fueron las conclusiones racistas que se derivaron de este
principio de desigualdad: para Mussolini la superioridad del pueblo italiano le llevará a
dominar el mundo, mientras que Hitler se empeñará en reivindicar la superioridad de
la raza aria.
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- Exaltación del líder carismático: el poder en el estado fascista debe ser ejercido por
un hombre excepcional al cual el pueblo debe seguir y obedecer de manera ciega. El
Führer, el Duce, actúan de forma totalmente personal, sin control alguno por la
sociedad.
- En materia económica es característico la adopción de sistemas autárquicos y el
expansionismo imperialista: una gran nación necesita un gran imperio y un pueblo
superior tiene derecho a disponer del espacio para realizarse y a conquistarlo. Resulta
también característica la obsesión por las grandes obras públicas, que cumplen dos
objetivos: disminuir el desempleo y exaltar las maravillas del régimen.
- Desconfianza en la razón, el fascismo rechaza el papel de la razón para dejar paso a
los elementos irracionales de la conducta (fanatismo, sentimientos intensos). Sólo de
esta manera se puede lograr la fe ciega en el jefe carismático.
- el partido único, jerarquizado y bajo el mando único del líder. Estos partidos,
como el Partido Nacional Fascista (PNF) en Italia y el Partido Nacional Socialista
Obrero Alemán (NSDAP) en Alemania, contaron con fuerzas paramilitares como
las SA (tropas de asalto) o los Fascios de combate.
- La propaganda, monopolizada por el estado incide en la violencia a través del
lenguaje.
- Las movilizaciones y el control de las masas como medios para exaltar el
régimen.
- Utilización de la violencia como práctica habitual de gobierno y de
aniquilación de la oposición.
Como el resto de los países, Italia sufrió problemas económicos al terminar la guerra:
devolución de la deuda a Estados Unidos, inflación, incremento del paro por la
desmovilización de tropas. Como consecuencia se producen numerosas huelgas
violentas que dañan los intereses de las clases medias. A este aspecto hay que añadir
otros dos: la inestabilidad del gobierno que se traduce en un descrédito del sistema
parlamentario; y el incumplimiento de los acuerdos de Londres, en lo que se establecía
que Italia recibiría Trentino, Istria, Trieste y Dalmacia (la llamada victoria mutilada).
En esta situación, en 1919 Benito Mussolini (maestro, antiguo combatiente y antiguo
afiliado al Partido Socialista Italiano) funda los Fasci Italiani di Combattimento
constituidos por antiguos combatientes, anarquistas, algún socialista. Son grupos
armados que actúan financiados por las clases medias industriales para poner fin a la
conflictividad social y a las huelgas obreras.
En noviembre de 1919 se celebran elecciones de las que resulta una mayoría socialista.
Este gobierno tendrá que hacer frente a una intensa conflictividad social motivada por
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la mala situación económica. En las elecciones de 1921 los socialistas pierden varios
escaños y aparecen 30 diputados fascistas; ese mismo año, en noviembre se funda el
Partido Nacional Fascista, que en dos meses cuenta con 150.000 afiliados.
A lo largo de 1922 la violencia callejera aumenta (enfrentamientos entre trabajadores
y fascistas) y en el mes de agosto los sindicatos socialistas y anarquistas convocan una
huelga para protestar contra la violencia fascista (que era bien vista por el gobierno
como un elemento de orden). Mussolini lanza un ultimátum asegurando que si el
estado no actúa, los fascistas restablecerán el orden.
Con esta intención, en octubre anuncia una marcha sobre Roma: el 24, miles de
camisas negras se encaminaron desde toda Italia hasta Roma: Según avanzaban, iban
asumiendo el poder de ayuntamientos y centros gubernamentales de las ciudades. La
noche del 28 al 29 acamparon cerca de Roma 40.000 camisas negras. Como respuesta,
el gobierno dio la orden de atacar a los fascistas, pero el rey Víctor Manuel III se niega
a firmar el decreto y el 30 de octubre de 1922 encarga la formación de gobierno a
Benito Mussolini.
Mussolini creará su primer gobierno con sólo cuatro ministros fascistas, el resto
pertenecían a otras formaciones políticas (excluidos evidentemente los marxistas).
Presenta este gobierno como un gobierno provisional que tenía como finalidad
restablecer el orden público.
Pasado ese primer año y antes de convocar elecciones Mussolini abolió todos los
sindicatos no fascistas y estableció una nueva ley electoral que rompía con la
proporcionalidad electoral y favorecía a las mayorías (el partido más votado obtendría
los 2/3 de los escaños).
Las elecciones se celebraron en abril de 1924, los fascistas obtuvieron 409 escaños
frente a los 129 de las restantes formaciones políticas. Cuando la oposición protestó
Mussolini respondió con violencia como muestra el asesinato de Matteotti. En
protesta por este asesinato, la oposición abandonó la cámara y se retiró al Aventino,
circunstancia que fue aprovechada por Mussolini para retirar el acta de diputado a
todos aquellos que habían participado en la “retirada al Aventino”. De esta manera se
implanta, casi de forma imprevista, el régimen de partido único.
A partir de este momento, y especialmente desde 1926, podemos considerar que el
Estado totalitario está ya plenamente formado. Se mantenían las instituciones
tradicionales (Rey, Senado, Cámara de diputados) pero sin atribuciones. En realidad el
jefe del estado era el Duce que por la ley de 24 de diciembre de 1925 se había
convertido en: jefe del gobierno, primer ministro y secretario de Estado. Nombraba y
revocaba ministros asistido solamente por el Gran Consejo Fascista.
En el plano económico se adoptó una política intervencionista dedicada más a lograr el
prestigio del régimen que el bienestar de los ciudadanos. Así se programaron varias
“batallas económicas”: la primera tuvo como finalidad fortalecer la lira, la batalla del
trigo tuvo como finalidad incrementar la producción de este cultivo para evitar su
importación. Para desarrollar la industria se creó el Instituto de Reconstrucción
Industrial (IRI).
En el plano laboral se intentó dar forma a un estado corporativo: se crearon 22
corporaciones de trabajadores y patronos (por sectores económicos). La Carta del
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Lavoro regulaba los convenios colectivos (en realidad fue un instrumento de sumisión
laboral y sindical) y prohibía las huelgas.
Desde el punto de vista social se intentó controlar a la población encuadrándola en
distintas agrupaciones como el Partido Nacional Fascista y determinadas agrupaciones
infantiles y juveniles (Jóvenes Italianos, Grupos universitarios Fascistas). En este
sentido jugó un papel importante la educación al crearse el Instituto fascista de la
Cultura como organismo de difusión cultural, y con la obligación de los profesores de
jurar fidelidad al régimen.
3. EL NACIONALSOCIALISMO ALEMÁN
3.1. Ideología
La ideología nazi comparte los mismos rasgos que el fascismo italiano, pero hace
hincapié en dos aspectos: el racismo y el espacio vital.
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3.2. El acceso de Hitler al poder
La llegada de Hitler al poder, como hemos visto, se consigue por vías absolutamente
legales, pero pronto la república se convirtió en un régimen totalitario.
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- control de la policía (a través de la Gestapo o policía del régimen), la justicia y
la administración.
- destrucción de la oposición, tanto exterior (comunistas, socialistas -ilegalizó el
SPD, suprimió los sindicatos-) como interior (purga de la “noche de los cuchillos
largos”, dirigida contra las SA y su líder Röhm, rival de Hitler en el partido).
- convirtió el Reich en un estado centralizado al suprimir la autonomía de los
länder.
- se estableció el partido único, el NSDAP.
- el 24 de marzo de 1933 se decretó la ley de plenos poderes.
Como colofón, tras la muerte de Hindenburg el 1 de agosto, Hitler acaparó
todos los poderes y el 30 de agosto se proclamó multitudinariamente en
Nüremberg el III Reich, el Imperio de los Mil años.
Todo esto permitió un descenso tremendo del paro (de 6 millones en 1933 a 1 millón
en 1936), pero a costa de reducir el consumo, congelar los salarios y aplicar el
racionamiento a determinados productos.
El aspecto más llamativo de la política económica de Hitler fue el giro radical que dio
su doctrina. En sus comienzos el partido nazi proponía una manera distinta de
organizar la vida económica: era anticapitalista y antimarxista, pero la necesidad de
contar con el apoyo de los grandes industriales lo obligó a optar por un régimen
económico que defendiera el capitalismo y la propiedad privada (los grandes
beneficios obtenidos por la industria en estos años son prueba de ello).
- entre 1933 y 1934 se sientan las bases de lo que será la futura política exterior
de Alemania: en 1933 se retira de la Conferencia de desarme y abandona la
Sociedad de naciones; en 1934 suspende unilateralmente el pago de las
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reparaciones de guerra y se produce el primer intento de unión con Austria
(asesinato del canciller Dollfuss)
- entre 1935 y 1936 la política exterior se vuelve más agresiva (creación del
Partido de los Sudetes Alemanes para preparar su anexión) a la vez que se pone
en marcha el plan cuatrienal de rearme ideado por Goering: se crea la Luftwafe
y se implanta el servicio militar obligatorio de dos años de duración. Es en este
mismo periodo cuando se crea el eje Berlín-Roma como consecuencia del
apoyo que Hitler presta a Mussolini tras la invasión de Etiopía y de la ayuda que
ambos países prestarán a las tropas nacionalistas en la guerra civil española.