Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Es una conducta sexual por parte de una persona hacia otra sin su consentimiento.
Crea un ambiente o contexto hostil y amenazador para la víctima.
Es constante y se repite en el tiempo.
Es más común que las víctimas sean mujeres y los acosadores sean hombres.
Es considerado una forma de discriminación sexual.
Se manifiesta físicamente, verbalmente y a través de gestos.
Puede provocar daños psicológicos permanentes, padecimientos físicos y problemas sociales a la víctima.
El término acoso quid pro quo se refiere a un tipo de acoso en el cual existe una jerarquía entre acosador y víctima. Este tipo de
acoso sexual se asocia generalmente al ambiente laboral (aunque puede darse en cualquier contexto en el que exista una
posición de poder de una de las partes, por ejemplo, profesor y estudiante).
La expresión quid pro quo proviene del latín y significa ‘esto a cambio de eso’. De esta forma, el acoso quid pro quo se refiere a un
tipo de acoso que implica el uso del chantaje.
En este tipo particular de acoso sexual, quien está en una posición de poder pide favores y utiliza la coerción en contra de la
víctima. Por ejemplo, cuando una secretaria siente que su trabajo está en juego o que puede sufrir algún problema de no
consentir el comportamiento sexual de su jefe.
La agresión sexual se refiere a la acción en contra de la libertad sexual de una persona que conlleve el contacto físico, mediante
el uso de la fuerza, violencia física, amenaza o intimidación.
Este tipo de acción implica que existe un contacto físico con la víctima sin su consentimiento. La forma por la cual se da la
agresión sexual puede ser violenta o a través de chantaje o amenazas.
Igualmente, como delito, y dependiendo de la jurisdicción, se considera si en el contacto hay cualquier tipo de penetración de
miembros corporales u objetos (incluso si la víctima es hombre y la agresora una mujer). En este caso, a esta agresión sexual se le
considera como un crimen de violación.
La gran mayoría de las víctimas de agresión sexual son mujeres. Sin embargo, aun si es en menor número, los hombres también
pueden ser y son víctimas de agresiones sexuales.
De forma general, se puede considerar al abuso sexual como aquella acción o comportamiento sexual en contra de una persona y
sin su consentimiento, en el que no hay uso de la violencia física o intimidación.
De entre la población general, las personas menores de edad (niños, niñas y adolescentes) son especialmente
vulnerables porque no pueden consentir este tipo de comportamientos y actos. Es común que el abusador utilice diferentes
tácticas como, por ejemplo, la manipulación y el engaño, con el fin de manipular a las víctimas.
Otras víctimas del abuso sexual pueden ser personas con alguna discapacidad física o mental, ya que, en muchos casos, a estas
no les es posible brindar consentimiento. Igualmente, personas bajo la influencia del alcohol y otras drogas que son incapaces de
consentir, pueden llegar a ser víctimas de abuso sexual.
El abuso implica el mal uso de un objeto, elemento, posición de poder, etc., de forma tal que la acción provoca algún daño a algo
o a alguien. Así, el abuso supone un desequilibrio poder dentro de una relación (familiar, de compañeros, de trabajo).
En este tipo de acto, la víctima se encuentra imposibilitada para expresar su consentimiento, por encontrarse en un estado de
salud, físico o mental que la incapacita para hacerlo. Asimismo, también ocurre cuando la víctima siente que no puede negarse a
tomar parte en un acto sexual, directa o indirectamente (forzada a ser testigo de un acto sexual).
Es importante señalar que la definición de abuso sexual varía según la legislación de cada Estado y de diferentes
organizaciones. Por ejemplo, es posible que el abuso sexual también se interprete o defina como un acto en el cual hay presencia
de violencia física. Es por esto que se recomienda siempre revisar la legislación pertinente para casos específicos.
Características del abuso sexual
Cuando se trata de abuso sexual como delito, cada Estado define el acto y su naturaleza de forma relativamente diferente. Sin
embargo, un factor común es que los delitos tipificados como “abuso sexual” incluyan actos sexuales en donde las principales
víctimas son menores de edad.
Las y los menores de edad son particularmente vulnerables porque no son capaces de comprender la situación, ni el abuso al
que están siendo objeto. Estos actos producen en las victimas problemas psicológicos graves.
Organizaciones como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) afirman que el abuso
sexual en contra de menores es una de las formas más graves de violencia en contra de la niñez.
Según la UNICEF, uno de los grandes problemas para detectar este tipo de abuso es que las víctimas muchas veces no saben
comunicarlo, sufren coerción, tienen miedo o son manipulados para mantener silencio. Además, muchas veces no es posible
identificar físicamente las señales del mismo.
Familiares y personas cercanas a la víctima conforman la mayoría de abusadores. Asimismo, estos abusadores son generalmente
hombres y de mayor edad que las víctimas. En el caso de las víctimas, estas son en su mayoría mujeres, niñas y adolescentes.
Sin embargo, no todos los abusadores son adultos. A pesar de ser mayores a las víctimas, una parte considerable de los
abusadores son menores de edad.
En el momento en que se hace uso de la fuerza o violencia física en una situación de abuso sexual, esto es considerado
una circunstancia agravante para la aplicación de una pena en la mayoría de jurisdicciones.
Violencia sexual
La Organización Mundial de la Salud, en el Informe Mundial sobre Violencia y Salud (2002) define a la violencia sexual como:
“Todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las
acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra
persona, independientemente de la relación de esta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de
trabajo.”
Así, el acoso, el abuso y las agresiones sexuales son formas de violencia sexual. Además, estas no son excluyentes entre sí,
ocurriendo transversalmente. Esto significa que puede haber una situación de abuso sexual que termine en un acto de agresión
sexual. De la misma forma que en un ambiente hostil creado por el acoso, las posibilidades de una agresión sexual aumentan.
La relación entre la víctima y quien causa la violencia sexual puede ser horizontal (entre compañeros de trabajo o estudio),
descendente (una persona mayor y una menor de edad) o ascendente (un subordinado y una figura de autoridad).
Diferentes organizaciones internacionales (ONU, OIT, UNICEF), así como iniciativas públicas, privadas y de la sociedad civil luchan
constantemente para eliminar la violencia sexual en todas sus formas.
Formas de violencia sexual
En su gran mayoría suelen ser mujeres y menores de edad. Sin embargo, los hombres también pueden ser víctimas de violencia
sexual. Las víctimas generalmente se caracterizan por encontrarse en una relación en la que hay un desequilibrio de poder, o
porque quien ejerce la violencia sexual considera que tiene poder sobre la víctima, o que esta carece de autodeterminación.
Este tipo de relación puede ser del tipo empleada/jefe, estudiante/profesor, hija/padre, entre otras.
Problemas de salud física: infecciones de transmisión sexual, embarazos no planeados, embarazo infantil, abortos, traumas físicos.
Problemas de salud mental: Depresión, problemas de socialización, traumas psicológicos, tendencias suicidas, ansiedad.
Consecuencias mortales: suicidio, muerte durante el acto violento, por enfermedad transmitida (sida), durante la maternidad
deseada.