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Apli a iones del teorema de ompa idad

En este apartado describimos ejemplos de aplicación del teorema de compacidad. El

lector deberá estudiarlos con cuidado, si quiere adquirir mayor seguridad acerca del
teorema de compacidad. La poca expresividad del lenguaje propocicional hace díficil
la aplicación del teorema, pero el lector encontrará aplicaciones más sofisticadas del
mismo en su versión para la lógica de primer orden.

Ejemplo 7.0.1. Una gráfica es un conjunto E junto con una relación binaria G sobre E,
esto es G ⊆ E × E, que satisfacen las siguientes propiedades.

(i) G es simétrica, es decir, para cualesquier x, y ∈ E, se cumple G(x, y) si y sólo si

G(y, x).

(ii) G es antireflexiva, esto es, para toda x ∈ E, (x, x) ∈

/ G.

En general, se dice que E es el conjunto de vértices de la gráfica, mientras que G de-

termina sus aristas. Algunos ejemplos de gráficas y su representación se ilustran a
continuación.

c
a b
b
e
a e d
d c

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66 CAPÍTULO 7. APLICACIONES DEL TEOREMA DE COMPACIDAD

Aquí los puntos son los vértices (que pueden llevar una etiqueta) y las líneas son las
aristas.
En lugar de presentar un dibujo, podemos describir una gráfica listando sus vértices
y aristas.

Vértices: a, b, c, d, e
Aristas: ab, ac, ae, bc, cd, de.

La gráfica tiene 5 vértices y 7 bordes.

Una subgráfica (E ′ , G′ ) de (E, G) se obtiene cuando E ′ ⊆ E y G′ = G ∩ (E ′ × E ′ ), es

decir, las aristas de (E, G) que relacionan elementos de E ′ se quedan en (E ′ , G′ ) y sólo
esas.
Sean (E, G) una gráfica y k ∈ N. Decimos que (E, G) es k-coloreable cuando ex-
iste una aplicación f : E → {1, 2, . . . , k} tal que para cualesquier x, y ∈ E, si G(x, y),
entonces f (x) 6= f (y).
Suponga que tenemos una gráfica (E, G) que es k-colorreable. Por supuesto, cualquier
subgráfica suya, finita o infinita es k-coloreable. La pregunta interesante es si ocurre la
conversa. Esto es, tenemos una gráfica (E, G) numerable tal que cualquier subgráfica
finita es k-coloreable, ¿será (E, G) una gráfica k-coloreable? La respuesta es sí y para
confirmarlo apelamos al teorema de compacidad; para hacer uso efectivo del mismo
debemos traducir la información de ser gráfica k-coloreable al lenguaje proposicional
y conformar un conjunto de fórmulas cuyos subconjuntos finitos sean satisfacibles. Por
compacidad, se deducirá que (E, G) también es k-coloreable. Comencemos, pues, esa
tarea.
Primero asociamos a cada vértice su color. Para ello introducimos variabes proposi-
cionales. Para cada (x, i) ∈ E × {1, 2, . . . , k}, sea Ax,i una variable proposicional. Defin-
imos un conjunto de fórmulas F(E, G, k) que sea satisfacible cuando y sólo cuando
(E, G) es k-coloreable. Con este fin procedemos como sigue. Para cada a ∈ E, sea
! !
_ ^
ϕa ≡ Aa,i ∧ ¬(Aa,i ∧ Aa,j .
1≤i≤k 1≤i<j≤k
 67

Esta fórmula expresa que el vértice a está coloreado por algún i, y por ninguna j cuando
j 6= i.
Para cada (a, b) ∈ E × E, considere la fórmula
^
ψa,b ≡ ¬(Aa,i ∧ Ab,i ),
1≤i≤k

que asegura que los vértices a, b no tienen el mismo color. En seguida, corresponde
cerciorarnos de que

F(E, G) ≡ {ϕa : a ∈ E} ∪ {ψa,b : (a, b) ∈ G}

es satisfacible si y sólo si (E, G) es k-coloreable.

Primero supongamos que (E, G) es k-coloreable y probemos que F(E, G) es satis-
facible. Disponemos de una aplicación f : E → {1, . . . , k} que certifica la propiedad de
ser k-coloreable. Definimos una asignación A mediante la prescripción

A(Aa,i ) = V ⇔ f (a) = i.

Afirmación 1. A |= F(E, G).

Demostración de la afirmación 1. Sea ϕa ∈ F(E, G) con a ∈ E. Debemos confirmar
que A |= ϕa . Por definición de f , f (a) = j para alguna 0 < j ≤ k, así que se cumple el
primer conyunto de ϕa para j. Por las propiedades de f , se deduce que no puede ocurrir
Aa,i ∧ Aa,j para i 6= j, por lo que también se satisface el segundo conyunto. Ahora sea
ψa,b ∈ F(E, G) con (a, b) ∈ G. Otra vez, por propiedades de f , no puede ocurrir

Aa,i ∧ Ab,i ,

para ninguna (a, b) ∈ G. Se sigue que A hace verdadera a F(E, G).

Para la conversa, suponga que existe una asignación A con A |= F(E, G). Confir-
maremos que (E, G) es k-coloreable. Debemos dar una aplicación f adecuada. Sea
f : E → {1, . . . , k} definida mediante la prescripción f (a) = i, donde i está dada por
A(ϕa ) = V , pues ϕa nos indica que i escoger y que ninguna j sirve, cuando j 6= i.
Además, A |= ψa,b nos asegura que f (a) 6= f (b), para (a, b) ∈ G. Así, F(E, G) si y
sólo si (E, G) es k-coloreable.
Ahora tengamos por cierto que cualquier subgrafica finita de (E, G) es k-coloreable
y probemos que (E, G) es k-coloreable. Por lo recién visto, basta probar que F(E, G) es
satisfacible y para corroborar esto, es suficiente confirmar que cualquier subconjunto
finito de F(E, G) es satisfacible, si acudimos al teorema de compacidad.
Sea Φ ⊆ F(E, G) un subconjunto finito. Así que Φ consiste en una cantidad finita de
fórmulas ϕa y una cantidad finita de fórmulas ψa,b . Cada ϕa está asociada a un a ∈ E
y toda ψa,b está relacionada con ciertos a, b ∈ E. Colectamos esta cantidad finita de
elementos de E en el conjunto E ′ . Sea G′ = G ∩ E ′ × E ′ . En consecuencia, (E ′ , G′ ) es
una subgráfica finita de (E, G), que por hipótesis es k-coloreable atestiguado por una
aplicación g. De esto se sigue que Φ es satisfacible, pues si definimos la asignación A
conforme a
A(Aa,i ) = V ⇔ g(a) = i,
logramos A |= Φ.
68 CAPÍTULO 7. APLICACIONES DEL TEOREMA DE COMPACIDAD

Hemos constatado que cada subconjunto finito de F(E, G) es satisfacible, por lo que
F(E, G) es satisfacible por compacidad. Por lo antes dicho, esto implica que (E, G) es
k-coloreable.

Ejemplo 7.0.2. Esta vez tratamos con grupos abelianos. Un grupo abeliano (G, +, 0) es
ordenable cuando existe una relación de orden ≤ respecto a la cual la operación del
grupo se comporta bien. Formalmente tenemos las siguientes propiedades.

✫ Para cada x ∈ G, x ≤ x.

✫ Para cualesquier x, y, z ∈ G se cumple: x ≤ y y y ≤ z implican x ≤ z.

✫ Si x ≤ y y y ≤ x, entonces x = y.

✫ Para cualesquier x, y ∈ G, x ≤ y o y ≤ x.

✫ Para cualesquier x, y, z ∈ G, si x ≤ y, entonces x + z ≤ y + z.

El grupo abeliano (G, +, 0) es libre de torsión, si para cada elemento x ∈ G, x 6= 0 y

para cada n ∈ N, n 6= 0, se cumple nx 6= 0. Aquí 0x = 0, 1x = x y (n + 1)x = nx + x.
El grupo abeliano (G, +, 0) tiene tipo finito si está generado por un subconjunto
finito de G. Esto es, existe X ⊆ G, X finito, tal que el subgrupo de G generado por X
es precisamente G.
En lo sucesivo G es un grupo abeliano numerable con un orden total ≤, operación +
e identidad 0. Consideramos un conjunto de variables proposicionales {Ax,y : (x, y) ∈
G × G}. Intuitivamente, hacemos que la variable Ax,y sea verdadera cuando x ≤ y.
Trataremos de axiomatizar el hecho de que G sea ordenable, es decir, expresar mediante
fómulas propocicionales las propiedades de un grupo abeliano ordenable.
Considere los siguientes conjuntos de fórmulas.

B(G) = {Ax,x : x ∈ G}
C(G) = {(Ax,y ∧ Ay,z ) → Ax,z : x, y, z ∈ G}
D(G) = {¬(Ax,y ↔ Ay,x ) : x, y ∈ G, x 6= y}
E(G) = {Ax,y → Ax+z,y+z : x, y, z ∈ G}.

Finalmente, hacemos

T (G) = B(G) ∪ C(G) ∪ D(G) ∪ E(G).

Afirmación 1. El grupo G es ordenable si y sólo si T (G) es satisfacible.

Demostración de la afirmación 1. Supongamos que G es ordenable y probemos
que T (G) es satisfacible. Para ello construimos una asignación A que sea modelo de
T (G). Sea ≤ un orden total que es compatible con la operación de grupo. Establecemos

A(Ax,y ) = V ⇔ x ≤ y.

Confirmemos que A(T (G)) = V . Sea Ax,x ∈ B(G). Entonces A(Ax,x ) = V , pues x ≤ x
para cualquier x ∈ G. Tomamos ϕ ≡ (Ax,y ∧ Ay,z → Ax,z ) ∈ C(G). La única posibilidad
para que A(ϕ) = F sea falsa es que el antecedente de ϕ sea V y el consecuente F . En
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tal caso A(Ax,y ) = V y A(Ay,z ) = V , lo que quiere decir que x ≤ y y y ≤ z, de donde se

sigue x ≤ z, esto es A(Ax,z ) = V . Concluimos que A(ϕ) = V siempre.
Para una fórmula ψ ≡ ¬(Ax,y ↔ Ay,x ) ∈ D(G), observamos que A(ψ) = V , pues ≤ es
antisimétrico. finalmente, si ϕ ≡ Ax,y → Ax+z,y+z ∈ E(G) y suponga que A(Ax,y ) = V ;
echamos mano al hecho de que ≤ es compatible con la operación de grupo, de donde
se deduce que x ≤ y implica x + z ≤ y + z, por lo que A(Ax+z,y+z ) = V , lo que implica
A(ψ) = V .
Hemos confirmado que T (G) es satisfacible.
Ahora suponga que T (G) es satisfacible y probemos que G es ordenable. Sea A
una asignación modelo de T (G). Debemos definir una relación de orden ≤ que sea
compatible con la operación de grupo de G. Es inmediato cómo definir ≤. A saber,
x ≤ y si A(Ax,y ) = V .
La relación ≤ es reflexiva, porque A(Ax,x ) = V para cada x ∈ G, es decir, x ≤ x.
Análogamente se confirma que ≤ es transitiva, porque A(C(G)) = V ; es antisimétrica,
pues A(D(G)) = V y ≤ resulta compatible con la operación del grupo en virtud de que
A(E(G)) = V . En consecuencia, G es ordenable por ≤.
Nuestro siguiente objetivo es demostrar que todo grupo abeliano G es ordenable si
y sólo si sus subgrupos de tipo finito son ordenables. Por supuesto, si G es ordenable,
cualquier subgrupo, de tipo finito o no, es ordenable, por herencia de la relación de
orden.
Para la conversa, suponga que los subgrupos de G de tipo finito son ordenables y
mostremos que G es ordenable.
Por lo ya demostrado, basta probar que T (G) es satisfacible, y para confirmar esto,
acudimos al teorema de compacidad, según el cual basta corroborar que los subconjun-
tos finitos de T (G) son satisfacibles.
Sea T ′ ⊆ T (G) finito. Por consiguiente, T ′ consiste en una cantidad finita de fórmu-
las pertenecientes a T (G) = B(G) ∪ C(G) ∪ D(G) ∪ E(G). Note que cada fórmula en T ′
está asociada a una cantidad finita de variables proposicionales Ax,y con x, y ∈ G. Dado
que tenemos una cantidad finita de fórmulas, si colectamos en A los elementos x ∈ G
asociados con alguna de las fórmulas en T ′ , obtenemos un subconjunto finito de G. Sea
H el subgrupo generado por A en G. En consecuencia, H tiene tipo finito, Por hipótesis,
H es ordenable, así que podemos definir una asignación H tal que H(T (H)) = V , como
lo hicimos arriba.
En consecuencia, cada subconjunto finito de T (G) es satisfacible y el teorema de
compacidad asegura que T (G) es satisfacible, que por lo antes dicho, abre paso a que
G sea ordenable.
Para finalizar el ejemplo, mostraremos que un grupo abeliano G es ordenable si y
sólo si es libre de torsión, para lo cual aprovechamos los hechos recién demostrados.
Primero tomamos a G ordenable y mostramos que G es libre de torsión. Suponemos
que G está ordenado por ≤. Para llegar a una contradicción, pensamos que G no es libre
de torsión, lo que quiere decir que existe un elemento x ∈ G, x 6= 0, y un natural n, n 6= 0
tales que nx = 0. Un elemento x de tal naturaleza se llama elemento de torsión de G.
Dado que ≤ es un orden total, x es comparable con 0, esto es, ocurre x ≤ 0 o 0 ≤ x.
Caso 1. 0 ≤ x. Por el hecho de que ≤ es compatible con la operación de grupo,
70 CAPÍTULO 7. APLICACIONES DEL TEOREMA DE COMPACIDAD

obtenemos
0 ≤x→0+x≤ x+x
es decir
x ≤ x + x = 2x
y si continuamos de este modo llegamos a
x ≤ 2x ≤ 3x ≤ · · · ≤ (n − 1)x ≤ nx = 0
y como ≤ es transitiva
x ≤ 0.
Por hipótesis, 0 ≤ x y recién vimos x ≤ 0, de donde se deduce, por antisimetría, que
x = 0, lo que supusimos falso.
Caso 2. x ≤ 0. Como antes
2x ≤ x
y
0 = nx ≤ (n − 1)x ≤ · · · ≤ 2x ≤ x
así,
0 ≤ x.
Por hipótesis x ≤ 0, y por antisimetría 0 = x, un absurdo.
Ambos casos conducen a una contradicción, por lo que concluimos que no puede
existir un elemento de torsión. Por lo tanto, G es libre de torsión.
Para la conversa, suponemos que G es libre de torsión y dotaremos a G de un or-
den total compatible con la operación de G. Según el resultado previo, para que G sea
ordenable es suficiente que sus subgrupos de tipo finito sean ordenables.
Consideremos un subgrupo H ≤ G que tenga tipo finito. Dado que G es libre de
torsión, es obvio que H también lo es. Si H = {e}, es claro que H es ordenable, pues
cualquier relación ≤ reflexiva cumple con el cometido. Este caso está resuelto.
Tomemos un subgrupo H que sea distinto de {0}. Apelamos al siguiente resultado.
Sea G un grupo abeliano, G 6= {0} libre de torsión y on tipo nito. Existe un p ∈ N,
p 6= 0, tal que G es isomorfo a (Zp , +, 0).
Para una demostración de esta afirmación, véase [?, Theorem 5.09]. Entonces, nue-
stro subgrupo H es isomorfo a Zp para cierto p ∈ N, p 6= 0. Sea Z = (Zp , +).
Afirmación 1. El grupo Z es ordenable.
Demostración de la afirmación 1. Definimos una relación ≤ en Z como a con-
tinuación se detalla. Recuerde que Z = Z × · · · × Z, así que Z consiste en p-adas
| {z }
p veces
(z1 , . . . , zp ), donde zi ∈ Z, 1 ≤ i ≤ p. Dadas (x1 , . . . , xp ), (y1 , . . . , yp ) ∈ Zp , establecemos
(x1 , . . . , xp ) ≤ (y1 , . . . , yp ), cuando (x1 , . . . , xV
p ) = (y1 , . . . , yp ), o (x1 , . . . , xp ) 6= (y1 , . . . , yp )
y (x1 < y1 ), o (x1 = y1 ∧ x2 < y2 ), o ..., o ( p−1 i=1 xi = yi ∧ xp < yp ). Este es el llamado
orden lexicográfico. Las siguientes propiedeades de ≤ se comprueban con facilidad.
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• ≤ es reflexivo.

• ≤ es transitivo.

• ≤ es antisimétrico.

Nos resta cerciorarnos de que ≤ respeta la operación de Z. Si (x1 , . . . , xp ) < (y1 , . . . , yp ),

entonces existe i ≤ p tal que xi < yi . Note que (x1 , . . . , xp ) + (z1 , . . . , zp ) = (x1 +
z1 , . . . , xp + zp ), y (y1 , . . . , yp ) + (z1 , . . . , zp ) = (y1 + z1 , . . . , yp + zp ), pero + es en real-
idad la suma en Z, así que
xi + zi < yi + zi
por propiedeades de la suma en Z, de donde se sigue (x1 , . . . , xp )+(z1 , . . . , zp ) < (y1 , . . . , yp )+
(z1 , . . . , zp ). En resumen, Z es ordenable.
Resta definir un orden  en H. Para ello recurrimos al isomorfismo qu tenemos
entre Z y H. Sea
π:H →Z
el isomorfismo, que en particular es una biyección. Sean a, b ∈ H. Entonces π(a), π(b) ∈
Z y se cumple π(a) ≤ π(b) o π(b) ≤ π(a), digamos π(a) ≤ π(b). Entonces hacemos a  b.
Es muy sencillo verificar que  es un orden total en H. Más aún,  respeta la operación
de H. En efecto, suponga que a, b, c ∈ H y que a  b, entonces π(a) ≤ π(b). Además,
a + c, b + c ∈ H, por lo que

π(a + c) = π(a) + π(c) ≤ π(b + c) = π(b) + π(c),

porque π es un isomorfismo de grupo y ≤ respecta la operación de Z.

Hemos constatado que H es ordenable y de paso que todo subgrupo de G de tipo
finito es ordenable. En consecuencia, G es ordenable por lo antes dicho.