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I

INTRODUCCIÓN

Escribir sobre hechos recientes es sin duda muy arries-


gado. El polvo tarda no poco en asentarse y las conse-
cuencias de los acontecimientos descriptos siguen sintién-
dose durante un lapso sorprendentemente largo. Sin
embargo, reflexionar sobre episodios no muy distantes
puede acelerar la comprensión de lo que realmente ocu-
rrió e, incluso, contribuir a aplacar algunas de las pasiones
que están en la base de la comprensión errónea de tantas
cuestiones importantes. Sin duda, el tema de este libro
toca una de las heridas abiertas en la sociedad argentina.
En general, el fenómeno del peronismo todavía divide a
personas y a grupos, cualquiera que sea su clase o situa-
ción. Probablemente es una división más marcada aun
que la que existió en los comienzos del gobierno consti-
tucional después de caído Rosas y se remonta a la época
que va de 1946 a 1955, correspondiente a los primeros
gobiernos peronistas. El segundo régimen peronista, de
1973 a 1976, que constituye el tema del presente libro,
alteró el perfil y el sentido del antagonismo, pero no lo
mitigó.
El hecho de que el autor no sea neutral no facilita el
análisis de este período puesto que su militancia es cono-
cida y por añadidura durante un breve tiempo ocupó
posiciones públicas de cierta importancia. Por lo tanto.
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puede que alguien repudie de antemano todo este trabajo, indagar sus razones últimas, que con toda probabilidad
por considerarlo tendencioso y por ende inválido. Sin —afortunadamente— siempre se nos escaparán. El análisis
embargo, esperamos que los puntos de vista que aquí se incluye obviamente las motivaciones e intereses económi-
expresan sean juzgados por su propio peso. cos, reconociendo sin embargo que no tienen carácter ex-
El título de este libro puede ser engañoso ya que Juan clusivo, dada la complejidad de la naturaleza humana. En
Perón sólo fue uno de los cuatro presidentes peronistas rigor, la naturaleza humana es tan compleja, que debemos
y permaneció en el poder durante diez de los treinta y dejar sin explicación una considerable parte de las accio-
cuatro meses que duró la segunda experiencia peronista. nes de los hombres.
Por añadidura, el primer presidente, Héctor Cámpora, y el Si bien el propósito principal de este trabajo es el aná-
último, Isabel Perón, siguieron políticas substancialmente lisis de los sucesos económicos del período 1973-76, nos
distintas, cruciales para la comprensión de algunos de los hemos visto obligados a consagrar dos de los primeros ca-
principales problemas. Sin embargo, todo el período fue pítulos al examen de los episodios políticos y sociales.
marcado por la influencia de Juan Perón, fuese por pre- Esto constituye por sí solo un reconocimiento del íntimo
sencia o por ausencia. Por consiguiente, el título parece juego recíproco entre los factores no económicos y los
más bien justificado. hechos más puramente económicos de dicho período o,
No pretendo haber comprendido todos los pormenores en definitiva, de cualquier período. Gran parte de lo ocu-
de esta historia. Por cierto no quiero caer en la trampa rrido en el plano económico sólo puede ser comprendido
común de explicar con demasiada claridad una realidad dentro de un punto de vista más amplio.
intrínsecamente confusa. En las ciencias sociales existe la Hemos prestado alguna consideración, particularmente
tendencia de dar explicaciones demasiado completas y en el análisis político, a pequeñas circunstancias y detalles
totalizadoras, cuando la realidad se presta para ser reve- que pueden considerarse de escaso relieve. Tal vez ello
lada sólo hasta cierto punto. Superar tal tendencia supo- decepcione un poco a quienes preferirían un punto de vis-
ne arriesgarse a incurrir en generalizaciones infundadas ta más en el estilo de la "grande histoire". Sin embargo,
y a ignorar —consciente o inconscientemente— hechos opinamos que algunas de las confusas percepciones de los
contradictorios. Más aun, es preciso admitir que las cosas propósitos de los variados grupos resultaron muchas veces
no suceden en una sola dirección determinada de ante- del impacto de esas pequeñas circunstancias. A veces
mano; muchos son los casos en los que las características cuesta comprender por qué sectores de pensamiento so-
de personalidad, los sucesos fortuitos y las coincidencias cial progresista no apoyaron a un gobierno basado en la
accidentales han modificado los acontecimientos en for- clase trabajadora. Pero si uno se detiene a recordar que el
ma substancial. jefe de ese gobierno llegó a declarar en un discurso públi-
He tratado de profundizar el análisis de algunas de las co de su primera presidencia que "a nuestros enemigos
causas en las que se fundan las acciones de ciertos grupos (no se les hará) ni siquiera justicia", puede comprenderse
y personas. He procurado descubrir las razones más inme- uno de los muchos motivos por los cuales esos sectores
diatas de sus actos, absteniéndome de toda tentativa por reaccionaron en forma "no estructural". Si al mismo
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haya suscitado alguna suerte de amnesia selectiva, fre-
tiempo uno se pregunta cómo pudo ser que prácticamente cuente mecanismo de defensa.
no se dijera nada de los varios centenares de personas Para enfrentar este problema he analizado los cuatro
muertas durante el levantamiento de 1955, en tanto que principales diarios de la mañana: La Prensa, La Nación,
media docena de muertes durante el período previo pro- Clarín, La Opinión, a los que he agregado Mayoría. El
vocó acusaciones de brutalidad contra el peronismo por primero representa, podría decirse, el punto de vista fa-
parte de la prensa, se empieza a comprender el resenti- náticamente antiperonista. A su propia y exagerada ma-
miento experimentado hasta hoy por los militantes pe- nera, posee una de las líneas más coherentes y las más de
ronistas, ante ese tratamiento injusto y discriminatorio. las veces su permanente pesimismo resultó acertado.
Prestar así atención a los detalles supone sus riesgos, También La Nación sustentaba una posición claramente
como el de detenerse demasiado en trivialidades y mi- antiperonista, pero mucho menos intolerante, y pro-
nucias. De cualquier modo, este enfoque tal vez permita bablemente reflejara un espectro de opinión más amplio.
acercarse más al mundo real, con sus contradicciones e Tal como lo hicieron muchos, civiles o militares, tam-
incoherencias, que un punto de vista más abstracto. Es bién La Nación modificó sus puntos de vista a lo largo de
quizás lamentable que la realidad se comporte en forma este período. En muchos casos concedió al gobierno el
tan desordenada, ineludible y contradictoria. beneficio de la duda, y sólo al final abandonó toda espe-
ranza de recuperación. Clarín denotó una actitud políti-
ca oscilante, bastante concorde con la línea de su mentor
político, el ex presidente Arturo Frondizi, pero por otro
Fuentes y referencias lado siguió en lo económico una línea muy clara —tal
vez la más clara que haya seguido diario alguno—,
Con el fin de transmitir el sabor de ese período, parti- representativa de las tendencias proteccionistas del
cularmente al analizar los sucesos políticos, he hecho un empresariado industrial. La Opinión adoptó un rumbo
empleo generoso —si bien a veces algo insistente— de citas político ambivalente, del que podría decirse que, en todo
de lo que se pensaba y se decía entonces. En ese tiempo caso, reflejaba una posición ligeramente a la izquierda
hubo tantos cambios de la actitud pública, y de los senti- del centro, característica de algunos sectores intelec-
mientos, que los recuerdos se toman borrosos, y los jui- tuales, y se mostró particularmente decidida en su cam-
cios emitidos con posterioridad, algo sospechosos. paña por los derechos humanos en un tiempo en que no
La viabilidad del retorno de Perón, el significado del era fácil hacerlo. Finalmente, Mayoría, que apareció po-
movimiento guerrillero, la disyuntiva entre persuasión y co antes de las elecciones de 1973 y apoyaba francamente
represión, el acceso al poder de cuatro presidentes en un al gobierno, representaba la rama moderada, intelectual
año, la muerte del líder, la explosión inflacionaria del 900 y católica del peronismo. Si bien no era uno de los princi-
por ciento a mediados de 1975 y, finalmente, el golpe mi- pales diarios, lo he incluido porque reflejó un punto de vis-
litar, provocaron acaloradas discusiones y dejaron recuer- ta favorable al gobierno en medio de un panorama pe-
dos muy confusos de aquello que se creyó y de aquello
que se dijo en ese tiempo. Es probable también que se
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riodistico que, casi sin excepción, le era francamente hostil. yoristas, que es más decisivo, se funda en una muestra de
En otro lugar (Di Tella y otros, 1981) se han transcrip- 1953. Y por si ello no bastara, la extraordinaria variación
to en forma completa las partes más significativas de las relativa de los precios ha tenido por consecuencia que no
informaciones y los comentarios editoriales que publica- se tomaran en cuenta, ni en relación con la producción ni
ron esos diarios desde enero de 1972 hasta marzo de con el consumo, los efectos de sustitución, cuando en rea-
1976. lidad fueron muy importantes. Representan un problema
Se han elegido estos diarios, de envergadura nacional y estadístico que, como todos sabemos, carece de una solu-
aparecidos cotidianamente durante todo el período, por ción única y adecuada. Diversos años de base a los que
ser representativos de la opinión de los medios de prensa, corresponden diferentes conjuntos de precios relativos
que en conjunto denotó una acentuada tendencia antigu- pueden dar origen a series bastante distintas, según cuál
bernamental. Esta selección refleja claramente lo que la sea la sensibilidad a las variaciones relativas de precios y
prensa ofrecía todos los días al lector común. No intenté a las diferentes ponderaciones. La División de Investiga-
en cambio el uso de citas elegidas más o menos al azar, ciones del Banco Central ha publicado algunas series
de diarios de corta existencia y menos aun de semanarios nuevas que mejoran la metodología de las cuentas nacio-
igualmente efímeros. La selección elegida deja de lado, nales desde 1960, y particularmente desde 1970 en lo que
por consiguiente, opiniones significativas como las expre- concierne a los sectores financiero, agrícola, de la cons-
sadas por Noticias, El Descamisado y La Causa Peronista trucción y exterior (BCRA, 1979/80), tarea que ha de
en la extrema izquierda, y El Caudillo en la extrema de- continuar. Circunstancia no poco extraña, algunas de las
recha. Los he citado poco o nada, pero aunque no al- series correspondientes al comercio exterior se cuentan
canzaron amplia circulación en forma permanente y sólo entre las más débiles, hasta el punto de haber interferido
eran adquiridos por el lector interesado en la políti- en 1974 en las negociaciones con el Fondo Monetario In-
ca, son sin embargo fuente de consulta valiosa. ternacional. Las series de los términos del intercambio
son particularmente deficientes; las dos disponibles de-
Para el análisis de los hechos económicos debí confiar notan en 1974 movimientos substanciales pero de sentido
inicialmente en mis propios recursos. Con el correr del opuesto, enigma de cierta importancia. Con el fin de
tiempo aparecieron varios libros y artículos que proyec- confeccionar el Apéndice Estadístico se eligieron las
taron luz sobre distintos aspectos de ese período. No hay series más confiables. Se debe tener en cuenta que algunas
duda de que los he aprovechado, aun en el caso de disen- de las conclusiones se basan en series débiles, que tal vez
tir con ellos, y así lo reconozco a lo largo del presente tengan que modificarse en el futuro.
trabajo. Como suele suceder en la Argentina, los datos
relativos a este período no son muy satisfactorios. Algu-
nos problemas derivan del empleo de muestras estadís-
ticas viejas. Si bien el costo de la vida se basa, afortunada-
mente, en una muestra de 1970, el índice de precios ma-
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de marzo fue dramático y conmovedor, pero no apuntó


hacia ninguna salida. En esas circunstancias no la había.
El movimiento militar encontró al partido dividido y
en pugna con su jefatura, incapaz de ofrecer lucha y
nada dispuesto a ella.
IV
"En la madrugada de ayer concluyó el desmoronamiento del
gobierno [...] No hay sorpresa en la Nación ante la caída porque EL PROGRAMA DE REFORMA ESTRUCTURAL
estaba muerto mucho antes" (La Nación, 25 de marzo de 1976).

El golpe no tuvo oposición y puso fin a los tres años y Después de estos capítulos, principalmente políticos,
medio que duró la segunda experiencia populista argenti- podemos pasar al análisis de los hechos económicos.
na, por cierto tormentosa y desdichada. Como consecuencia de la campaña electoral y de la orien-
tación del espectro político hacia posiciones extremas
surgió una fuerte expectativa acerca de la índole del fu-
turo programa económico y la identidad del grupo polí-
tico que había de llevarlo a cabo. El programa anunciado
durante la campaña era difuso, lo cual resulta compren-
sible, puesto que se lo había formulado en el seno del
acuerdo multipartidario (las "coincidencias programá-
ticas") concertado a fines del año anterior (7 de diciem-
bre de 1972) entre los peronistas, los radicales, la unión
de pequeños empresarios, o CGE, y la confederación de
trabajadores, CGT.
Después de las elecciones, la primera noticia que se
tuvo sobre las intenciones del gobierno en el campo eco-
nómico fue la designación, por sugerencia de Perón, de
José Gelbard, jefe de la CGE, como ministro de Econo-
mía. Fue una sorpresa menor, pues la CGE y Gelbard
habían observado una actitud tibia hacia Cámpora; esa
candidatura indicaba que Perón no estaba realmente
ansioso de llegar a las elecciones y, en consecuencia, la
CGE y Gelbard mantuvieron contacto más estrecho con
los radicales. Conocido el resultado de los comicios,
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acertaron a maniobrar con éxito con ayuda de los grupos lo vio como un signo más de ese clima político radicaliza-
adversos a Cámpora para recobrar el favor de Perón. Al do. Los sectores tradicionales lo recibieron con recelo,
ser designado Gelbard se anunció explícitamente que la más por efecto del panorama político y del momento en
CGE como grupo, tendría mano libre para gobernar que se lo presentó, que por el programa mismo. Los
el conjunto de la economía. Esta decisión hizo a un lado radicales por otro lado, consideraron que el programa
tanto a los candidatos de Cámpora como a los principales cumplía el acuerdo que habían concluido con los peronis-
economistas del partido que contaban, con un moderado tas en diciembre.
apoyo del ala política del mismo. Juan Carlos Pugliese, destacado dirigente radical, y ex
El programa económico fue lanzado con cierta especta- ministro de Economía declaraba que
cularidad y presentado como revolucionario, lo cual obe-
deció al deseo de evitar un enfrentamiento con los secto- "compartía las orientaciones generales de la política económica
res de izquierda, que habían sido puestos al margen de puesta en marcha" (Clarín, 12 de agosto de 1973).
esta área fundamental. Se lo presentó como un programa
capaz de transformar la perspectiva social del país, colo- Podía decirse que en el plan prevalecía
cando la economía
"la imagen de reformismo en lo económico social y de convivencia
"al servicio de la causa popular, transformándolo en un instrumen- en lo político, salvo en ciertos ámbitos entre los que sobresale la
to adecuado para la lucha anti-imperialista" (Gelbard, al someter al universidad" (Grondona, La Opinión, 12 de julio de 1973).
Congreso el proyecto de ley, 1o de mayo de 1974).
En sus líneas generales, el programa era fuertemente
"un código para la reconstrucción y la liberación de la política" intervencionista, moderadamente nacionalista y distribu-
(ibid.).
cionista. Consideraba que
El nuevo programa se basaba en el Acta de Compromi-
so Nacional, acordada entre la CGE, la CGT y el Ministe- "el Estado tiene que ser el principal agente para la transformación
y el cambio del desarrollo del estado" (ibid.).
rio de Economía a comienzos del nuevo gobierno (30 de
mayo de 1973). Se fundaba, por una parte, en un conjun-
to de medidas de reforma estructural —tema del presente El Estado debía avanzar sobre un frente amplio.
capítulo— y, por otra, en un plan de estabilización. En el caso del comercio de exportación, debía hacerse
El programa reformista fue lanzado en el momento en cargo del manejo de los cereales y la carne; en el caso del
que la adopción de posiciones extremas en política alcan- crédito, debía acrecentar drásticamente su tradicional
zaba su punto culminante. Si bien su aplicación estaba a control, y en lo concerniente al comercio mayorista y
cargo de un grupo que se encontraba en pugna con Cám- minorista había de establecer precios máximos y márge-
pora y sus acólitos —y que ya trataba de deponerlo—, se nes de ganancia de los comerciantes al por menor. Se
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confeccionó y se presentó un plan trienal, apropiado para cipación de los asalariados en la distribución del producto
el caso, como instrumento principal de las nuevas políti-
bruto interno de modo de lograr
cas. Sin embargo, tal como se había dado en experiencias
anteriores, no representaba mucho más que una declara-
ción de propósitos y tuvo escasa relación con lo que el "la distribución del ingreso nacional en términos de absoluta
gobierno terminó por hacer. Este plan, de acuerdo con equidad: 50% para el capital y 50% para el trabajo, en lugar de
el modelo establecido ya por otros anteriores —elabora- 67/65 y 33/35 respectivamente como se da desde 1956" (Perón,
25 de octubre de 1973).
dos durante gobiernos radicales y militares— formulaba
proyecciones sectoriales basadas en el empleo de técnicas
Más importante aun era la forma en que esta meta sería
de insumo-producto. Esas proyecciones fueron pensadas
alcanzada mediante una explícita política de ingresos.
como si ellas mismas fuesen "las políticas", cuando en
Según se la entendía, debía reunir a grupos sociales y
realidad no se daba indicación alguna acerca de la forma
económicos opuestos y superar los conflictos de clase,
en que los diversos sectores habían de alcanzar dichas
concepto central de la ideología peronista y concorde con
metas (Di Tella, 1971). Al mismo tiempo, el plan decía
la composición social del peronismo. La política de in-
muy poco sobre el rol atribuido al mecanismo de los
gresos asumió la forma de un acuerdo tripartito específi-
precios o a los precios relativos deseados. Tales caracterís-
co, el llamado "pacto social", que se concluyó entre la
ticas no eran específicas del peronismo; reflejaban la tradi-
CGT, la CGE y el Estado, por intermedio de su Ministe-
ción de planeamiento que prevalecía entre los economis-
rio de Economía. Aunque el pacto social tuvo su princi-
tas "progresistas", que empalmaba muy bien con la
pal impacto sobre las políticas de estabilización a corto
desconfianza peronista por las fuerzas del mercado. Sin
plazo que analizamos en el capítulo siguiente, fue conce-
embargo, una cosa es pensar que el mecanismo de los
bido como solución fundamental del antagonismo ante-
precios no es óptimo y otra considerar que pueda igno-
rior y como paso substancial hacia una "comunidad orga-
rárselo. Otro elemento esencial del programa económico
nizada". En este sentido, se lo puede considerar una polí-
consistió en sus inclinaciones nacionalistas. A diferencia
tica encaminada a un cambio estructural fundamental.
de la experiencia 1946-55, se contemplaron muy pocas
expropiaciones. Se estableció claramente una preferencia Pasemos ahora del bosquejo general del programa a
por el capital local, lo que se ajustaba a los intereses de las medidas y leyes en particular, aunque buena parte
la CGE, pero no a los de los sindicatos, los cuales, a de ellas nunca se llegó a implementar. Aun así, dieron
despecho de sus declaraciones, sé mantuvieron básica- tono al período inicial y analizarlas nos ayuda a compren-
mente al margen de este aspecto y no opusieron resisten- der algunas de las primeras esperanzas y aspiraciones, así
cia cuando esa política fue revertida. Además de esos como las resistencias que despertaron. Los aspectos más
objetivos intervencionistas y nacionalistas, el otro rasgo importantes del programa constan de alrededor de 40
fundamental del programa consistió en su énfasis sobre leyes y acuerdos (véase Cuadro 4 ). Las disposiciones de
la distribución. Su propósito confeso era mejorar la parti- carácter específicamente económico se relacionaban con
el sector agropecuario (uso de la tierra e intervención
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del Estado en las exportaciones agropecuarias), con el "normal" estimada de la tierra, y en dos leyes (20.573/
sector industrial (protección industrial, desarrollo de la 73 y 20.535/73) que ampliaban las atribuciones comer-
pequeña empresa, promoción industrial e inversiones ciales de la Junta Nacional de Granos y la Junta Nacional
extranjeras), con las exportaciones industriales y el co- de Carnes. Estas leyes, en particular las dos últimas,
mercio con el bloque socialista, con reformas financieras suponían un avance del papel del Estado en momentos
y fiscales, con la organización del sector estatal y, final- en que un sector de éste se encontraba en manos de ele-
mente, con los controles de precios y ganancias. Las leyes mentos de izquierda; ello creó, por parte de los grupos
de carácter social se referían a la organización de los tradicionales, una oposición que fue más allá de lo que
sindicatos, a la regulación de los contratos de trabajo, a la habría podido esperarse en respuesta a las medidas
seguridad social y a la salud. mismas.
Se trataba en rigor de un programa a la vez ambicioso La propuesta Ley Agraria respondía a la tradición de
y comprehensivo en el que se podían detectar algunas que la tierra agrícola siendo un "bien dado por Dios",
incoherencias. La mayoría de la izquierda consideró que pertenece a una categoría distinta de la correspondiente
no llegaba a representar un verdadero cambio y que a otros bienes de capital. Suponía además que
incluía muy pocas o ninguna de sus ideas considerándolo
una concesión a los grupos de clase media de la coalición "tiene que cumplir su propósito social y tiene que ser considerada
gubernamental. un capital de trabajo y no uno de lucro".

La ley proponía la expropiación de la tierra improduc-


Medidas relacionadas con el sector agropecuario tiva, definiéndola como aquella tierra que no hubiese
estado en producción durante los últimos diez años, o
El sector agropecuario se convirtió pronto en uno de hubiera producido menos que el 30 por ciento de su
los más discutidos. Se designó secretario de Agricultura "rendimiento normal" estimado. El precio sería fijado de
a Héctor Giberti; no tenía conexión con los grupos tra- acuerdo con la productividad anterior y pagado en bonos
dicionales quienes lo consideraban un técnico —término especiales del gobierno, pagaderos a los veinte, veinticinco
de connotaciones despectivas— de inclinación izquierdis- y treinta años y con intereses anuales del 5, el 4 y el 3 por
ta. Esta aprensión no se disipó cuando pasó a secundarlo ciento, ajustables a la tasa de inflación y vendibles en
un grupo progresista de tecnócratas católicos de extrac- cualquier momento. Se facultaba al Consejo Agrario Na-
ción tradicional. cional, ya existente, para llevar adelante las expropiacio-
Las políticas para el agro estaban contenidas en la lla- nes. Una provisión especial de la ley establecía la posibili-
mada Ley Agraria —propuesta, pero nunca aprobada por dad de organizar grandes unidades, con participación
el Congreso—, que disponía la expropiación de las tierras empresarial por parte de los trabajadores, provisión que,
improductivas; en una ley impositiva especial (20.538/ si bien nunca llegó a aplicarse, acentuó el ya marcado an-
73), que instituía un gravamen sobre la productividad tagonismo de todo el sector agropecuario y distrajo la
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atención respecto de cuestiones más inmediatas y realistas. pertenecientes a las sociedades de responsabilidad limita-
La ley impositiva especial reiteraba tentativas efectua- da. Este gravamen no reemplazaba al impuesto a los rédi-
das ya bajo los gobiernos de Illia y Onganía. La idea de tos, sino que se lo consideraba un pago parcial que se de-
un gravamen aplicado no a la producción real, sino a una duciría de la determinación final de ese impuesto. A la
producción "normal" estimada, se había difundido cada vez que ello provocó hondo resentimiento, todos los es-
vez más entre los especialistas en impuestos, cualquiera pecialistas en cuestiones impositivas, tanto entonces co-
que fuese su matiz de opinión. Por tratarse de un grava- mo ahora, han dudado mucho sobre la conveniencia de un
men fijo, se suponía que castigaría a quienes produjeran doble sistema fiscal —gravando un sector sobre la base de
menos que el término medio y beneficiaría a aquellos la riqueza y otro sobre la base del rédito—, puesto que ello
cuya producción superase ese nivel. Ponía el acento sobre da origen a la posibilidad de una considerable evasión.
la eficiencia, y la distribución no figuraba entre sus objeti- No obstante los fuertes recelos que estas leyes provoca-
vos. De acuerdo con la nueva ley, un organismo del go- ron, se obtuvo cierta colaboración de la Federación Agra-
bierno debía estimar la producción normal de todas las ria, que reunía a los agricultores pequeños; del Coninagro,
unidades, lo cual otorgaba al Estado una nueva función o movimiento cooperativo; de la Sociedad Rural Argen-
en una esfera muy sensible. Una apreciación demasiado tina, que comprendía a los grandes terratenientes, y de no
alta de la productividad potencial podía equivaler —inten- pocas de las sociedades rurales más chicas, pero nunca de
cionalmente o no— a la expropiación en los hechos de la la más poderosa de las federaciones, la recalcitrante
tierra, mediante la expropiación de su renta. Bajo el anti- CARBAP. Las tres primeras entidades firmaron en sep-
guo sistema de impuesto a la producción esto no hubiera tiembre de 1973 el Acta de Política Concertada con el
podido suceder, puesto que si el gravamen se tornaba de- Agro y tuvieron representantes en la comisión especial
masiado alto el productor podía optar por no producir. fundada para el caso. Tal acuerdo estipulaba compromi-
Pero las nuevas disposiciones no dejaban salida alguna. sos para ambas partes: los productores aumentarían su
Tal era precisamente el propósito de la ley y la razón de productividad y su volumen total, aceptando las leyes
la resistencia a ella. Por otra parte, la resistencia fue impositivas especiales, y en cambio se les prometían pre-
intensificada por sospechas acerca de cuáles serían las cios estables y satisfactorios. El carácter vago del acuer-
intenciones últimas del gobierno; es de señalar que bajo do, el hecho de que el sector agropecuario fuese lo me-
un gobierno anterior, de derecha, como el de Onganía, nos parecido a un oligopolio —lo que casi imposibilitaba
incluso los sectores terratenientes habían aceptado en la aplicación del acuerdo—, y los imprecisos términos de
parte este sistema fiscal. las promesas más importantes, no impidieron que se die-
La nueva ley difería también de las anteriores en que ra gran relieve a este pacto. Su verdadera importancia, y
disponía el aumento de la tasa fiscal cuanto mayor fuera su significado simbólico, residían en que formaba parte
la propiedad rural, de modo que las más grandes pagaran de un pacto de "políticas concertadas" con todos los
tasas más elevadas. Se introducía así un factor distribucio- sectores. En este caso, se pensó que el sector agrope-
nista y se exigía la identificación de las propiedades cuario
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estatal en semejante escala. En algunos círculos se sugirió
"puede ser vencido y podría abandonar su rol anterior, que es in- que las juntas debían restringirse a un papel de supervi-
compatible con las aspiraciones populares" (Gelbard, al presentar sión e intervenir por sí mismas en las compras y ventas
la ley ante el Congreso, 1o de mayo de 1974). sólo como medida excepcional; estas sugerencias, empe-
ro, no fueron escuchadas.
Más efectivas que la ley de impuestos o el acuerdo con El salto fue tan brusco que se presentaron graves pro-
el agro fueron las nuevas y ampliadas funciones de las blemas administrativos y financieros. Las juntas se vieron
juntas de la carne y los granos, parte de la nueva políti- en la necesidad de recurrir a las organizaciones de los
ca de acrecentar el papel del Estado en el comercio exte- antiguos exportadores, en especial para la venta de la
rior. La ampliación de esas funciones constituyó una producción; surgió una curiosa situación, porque los
repetición suavizada de la política seguida en el primer antiguos exportadores se libraron de la carga finan-
período, cuando el gobierno creó el Instituto Argentino ciera y de la mayoría de los riesgos, pero siguieron eje-
para la Promoción del Intercambio (IAPI), facultado para cutando algunas de sus anteriores funciones, actuando
intervenir en el comercio exterior más allá de las materias ahora en representación de las juntas. Al adoptarse la de-
primas básicas de exportaciones. En ambas oportunidades cisión inicial no se prestó mayor consideración a la forma
se pensaba que los oligopolios comerciales privados que en que se la aplicaría. Desde un punto de vista de largo
operaban en el país reducían el precio pagado a los plazo, cabía pensar que los pequeños detalles tendrían
productores y además no elevaban al máximo el precio de a largo término escasa importancia. Lo cierto fue que la
exportación obtenido por el país; por añadidura, se tenía manera, sumamente confusa, en que se manejó el pro-
entendido que las firmas exportadoras, mediante políticas blema comprometió su idea misma. Las ventas se re-
internas de fijación de precios, podían colocar sus ganan- sintieron y su financiación se perdió en el preciso mo-
cias dentro o fuera del país, según las circunstancias. Esta mento en que la situación externa se tornaba extremada-
consideración, muy común en los países productores de mente delicada.
materias primas, tenía algún peso. Sin embargo, conceder Tan importante como estas leyes que afectaron al sec-
a dos monopolios del Estado el derecho a comprar y tor agropecuario fue la fijación de los precios de dicho
vender la totalidad de las exportaciones agropecuarias, sector mediante impuestos ad valorem a la exportación
cuyo valor oscilaba entre 2.000 y 3.000 millones de (retenciones) y mediante el tipo de cambio. Esta decisión
dólares anuales y equivalía a más de la mitad de todo el no fue menos importante en cuanto a la definición de la
comercio de exportación, constituía por cierto una solu- política general y las reacciones que suscitó en el sector.
ción drástica, sobre todo porque se procuró alcanzar ese Sin embargo, durante bastante tiempo los precios rela-
nivel prácticamente de un día para otro. Los productores, tivos de los productos agrícolas no fueron tan bajos
aunque por momentos aceptaran el argumento funda- como podría haberse supuesto por las protestas de los
mental, eran reacios a pasar de las fuerzas de mercado productores. El breve boom disfrutado a fines del gobier-
conocidas, aunque fuesen oligopolistas, a la intervención no anterior había superado los niveles de la última década."
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extremadamente proteccionista, que se detuvo poco en


"El retroceso en el precio de la hacienda vacuna puso término consideraciones de costo y eficiencia. En cambio prestó
bruscamente a un período en que la ganadería gozó de ingresos mucha atención a las exportaciones industriales, a las
sin precedentes" (La Nación, 22 de julio de 1973).
que asignó prioridad. Este hecho constituyó una novedad
y reflejó la ruptura con el esquema de mera substitución
La tendencia se invirtió, pero sólo después de fines de
de importaciones. Formuló el punto de vista, sostenido
1974, cuando la relación industrial-agropecuaria cayó
por economistas que no simpatizaban necesariamente con
por debajo de la imperante en 1960, promedio de la dé-
el gobierno (Diamand, 1973), de que los altos precios in-
cada. Si bien la reacción inicial del sector fue determinada
por las leyes agropecuarias, a medida que transcurría el dustriales internos se debían básicamente a alguna suerte
tiempo las políticas de fijación de precios iban adquirien- de "desequilibrio estructural" y no reflejaban en modo
do importancia cada vez mayor y desde 1975 hasta el alguno una falta de ventaja comparativa. Era preciso fijar
golpe de marzo de 1976 resultaron uno de los factores para cada producto una protección efectiva y rebajas de
decisivos de la actitud beligerante del sector frente al exportación, con el fin de equiparar sus costos locales con
gobierno. los internacionales. Tales criterios indiscriminados fueron
justificados sobre la base de que romper con la estrategia
de mirar hacia el mercado interior era tan importante que
una primera etapa, aun de este carácter, era mejor que
Leyes referentes a la industria y a las nada. Se trataba de un argumento atendible, pero peligro-
inversiones extranjeras so. Durante los dos primeros años el nivel de protección
nominal se acrecentó, si bien la tasa cambiaría fue sobre-
valuada, lo cual redujo la protección efectiva neta. El
dislocamiento de la estructura arancelaria progresó hasta
Las leyes industriales se relacionaron con la protección mediados de 1975, momento en que el proceso fue
de la producción local (20.545/73), la promoción de nue- parcialmente revertido.
vos proyectos industriales (20.560/73), el estímulo de las La ley de promoción industrial permitía al gobierno
industrias pequeñas y medianas (20.568/73) y, punto de subsidiar proyectos específicos de "interés nacional". Se
suma importancia, la regulación de las inversiones extran- trataba de una definición elástica. Los requisitos básicos
jeras (20.557/73). estipulaban que debían ser proyectos nuevos, que no
La primera ley no supuso un gran paso adelante res- compitieran con industrias existentes y se instalaran fue-
pecto de la Ley Compre Argentino aprobada durante el ra de las zonas desarrolladas. Aparte de las facilidades im-
período Levingston-Ferrer. Sin embargo, fue bastante positivas de tipo habitual, la ley autorizaba que el pago de
más allá de la regulación de compras por empresas del Es- los gravámenes sobre las ventas (o posteriormente el IVA)
tado de bienes de capital producidos localmente y aportó fuese diferido por un lapso de hasta quince años, sin
una serie bastante amplia de medidas proteccionistas ap- ajuste alguno por inflación. El número y la dimensión to-
tas para frenar la competencia extranjera. Fue una ley
164 GUIDO DI TELLA PERON-PERON, 1973-1976 165

tal de los proyectos no fue importante a nivel macro- explícitamente en la bien conocida Resolución 24 del
económico, pero en los seis primeros meses transcurridos Acuerdo de Cartagena, firmado por los países del Pacto
hasta enero de 1974, fueron aprobados 203 proyectos, Andino. Se trataba de una ley bastante sofisticada, cuya
que involucraban una fuerza laboral de aproximadamente principal preocupación era el peligro de que la excesiva
25.000 personas y una inversión total de 215 millones de intervención de inversores extranjeros en el desarrollo del
dólares. país pudiera significar
La segunda medida importante relacionada con el sec-
tor industrial fue la creación de la Corporación para el "que el centro donde las decisiones cruciales son tomadas se ubi-
Desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa, que debía que en países extranjeros y en las manos de empresas multinacio-
favorecer a las firmas pequeñas y medianas. Se haría nales, que países dependientes adopten el modelo de las poten-
por medio de créditos ventajosos, de medidas poco de- cias dominantes, que la tecnología que se introduzca esté ligada a
finidas encaminadas a mejorar el nivel de la tecnología los grupos privilegiados y que las industrias que se introduzcan sean
capital intensivas, haciendo más difícil la satisfacción de las necesi-
local y de todo un conjunto de servicios, tales como la
dades de la población" (Considerandos de la ley sometida al Con-
provisión de bienes intermedios y de capital, de estudios greso, 7 de junio de 1973).
de mercado locales e internacionales, y demás. También
en este caso se puso fuerte acento sobre el potencial de
Su principal propósito consistía en revertir la tenden-
esas empresas como exportadoras. Lo que no resultaba
cia de la penetración extranjera en la economía, particu-
claro era cómo podrían esas industrias desarrollar una
larmente en el sector industrial. Dicha penetración iba
tecnología local, competir con las extranjeras y exportar
en aumento desde 1952 y se intensificó a partir de la
a los mercados mundiales. Tal vez el razonamiento bá-
política francamente favorable a la inversión extranjera
sico haya sido el de que las economías de escala son por
adoptada durante el gobierno de Frondizi, interrumpida
lo general exageradas y de que una tecnología local, adap-
sólo durante el gobierno radical de 1963 a 1966. El proce-
tada a las condiciones locales, representa un objetivo ase-
so había alcanzado un punto en que los inversores extran-
quible y conveniente, idea que recibió cierto apoyo de
jeros poseían alrededor de un tercio del sector manufac-
destacados especialistas (Katz, 1972). El papel que de-
turero, medido en términos de aporte al PBN. El aumen-
bían desempeñar las pequeñas firmas locales era el punto
to de la participación de capitales del exterior se hizo
fundamental en la cuestión de cómo llevar adelante la
más patente cuando firmas extranjeras compraron va-
modernización. De cualquier manera, esta política —muy
rias compañías industriales importantes y algunos ban-
concorde con la base política de la CGE— sólo se cumplió
cos. Se aprobó una ley especial orientada a revertir al-
en pequeña medida, pues no era fácil traducir los propósi-
gunas de esas compras, pero, a diferencia de lo sucedido
tos generales de la ley a la acción práctica.
durante la primera presidencia de Perón, los casos fueron
La más importante de las leyes relativas a la industria, excepcionales y no se puso acento alguno en la nacionali-
y la que mayor atención pública recibió, fue la concer- zación de firmas extranjeras. Inicialmente, la expropia-
niente a inversiones extranjeras (20.557/73). Se inspiraba
166 GUIDO DI TELLA
PERON-PERON, 1973-1976 167
ción únicamente afectó a un grupo de cuatro bancos; sólo
mucho después se decidió incluir a la gran empresa suiza gobierno es aun más amplio que el de la ley y esto lo registran los
de servicios públicos, la Compañía ítalo Argentina de propios inversores" (La Nación, 9 de diciembre de 1973).
Electricidad (CIAE). Esta firma constituyó un caso muy
especial, a tal extremo que su adquisición fue confirmada Sin embargo, no se efectuaron inversiones extranjeras
y concluida por el gobierno militar siguiente, favorable al importantes. El factor de disuasión más decisivo no fue
capital extranjero. tanto la ley en cuestión como el creciente deterioro de
Desde un punto de vista más amplio, el aumento de la situación política y económica.
la participación extranjera fue la consecuencia inevita-
ble de las políticas autárquicas aplicadas durante todo
el período. De depender antes de 1945 de su comercio Comercio con los países socialistas
exterior, el país había pasado a depender, después de
1958, del capital extranjero. Esa estrategia de mirar Hacia fines de la década de 1960-70, ciertos grupos
hacia adentro, caracterizada por su falta de acento sobre nacionalistas afirmaban que la Argentina no debía comer-
las exportaciones, creó al cabo de cierto tiempo un per- ciar con el bloque soviético. En ese momento, los Estados
manente problema de balanza de pagos, que acrecentó Unidos aplicaban, en diversos grados, una discriminación
el decisivo papel de la financiación externa, tanto en tér- al comercio con esos países, aunque esas medidas no eran
minos de créditos como de inversiones directas (Caputo tan drásticas como las propugnadas por los argentinos.
y Pizarro, 1970). Se puede sostener que, ante tal dis- Aquellos grupos lograron crear un clima de recelo en
yuntiva, la apertura de la economía y una mayor de- torno de la apertura de todo comercio con el bloque
pendencia de las exportaciones industriales puede dis- soviético. En 1972 el presidente Lanusse, en un intento
minuir la necesidad de inversión extranjera. En cuanto por proyectar una imagen progresista, preconizó la línea
concierne a estos puntos, el comercio exterior y las in- opuesta; empero, no fue mucho más allá de una declara-
versiones extranjeras pueden obrar de manera compen- ción de intenciones, de escasas consecuencias prácticas.
satoria (Di Tella, 1973). En 1973, el nuevo gobierno puso énfasis especial en
El gobierno contaba con que dictar leyes de juego más la apertura del comercio con esos países e hizo de tal
duras pero más claras sería compatible con el manteni- punto una cuestión política. Era una política ciertamente
miento de una saludable afluencia de inversiones extran- acorde con el interés por abrir nuevos mercados a la ex-
jeras. Con el fin de lograrla, no fue del todo estricto en portación. La tenaz oposición de la derecha procuró
la aplicación de la ley, falta de rigor que no pasó inad- difundir la idea de que el país estaba regalando sus bienes
vertida. En efecto se notó que y de que detrás de todo ello había "una absurda maqui-
nación política" que apuntaba a obtener dudosos logros
"el texto de la ley finalmente sancionada resultó ser menos restrin- en ese terreno. Esta sospecha —y aquí se da una circuns-
gido que el proyecto, y por lo que se va advirtiendo el espíritu del tancia no poco extraordinaria— fue compartida incluso
por algunos grupos de la derecha peronista. Sin embargo,
168 GUIDO DI TELLA PERON-PERON. 1973-1976 169

la reacción más generalizada, después de algunas vacila- que en 1972 oscilaba alrededor de los 60 millones de dó-
ciones, fue la de que lares, saltó a 475 millones en 1975, o sea, del 3 a cerca
del 12 por ciento del total de las exportaciones (del cual
"la participación de la tecnología y aun del capital de las naciones el 4 por ciento correspondía a Cuba), exitosa operación
socialistas que de acuerdo con conversaciones ya en marcha podría que, por fortuna para el país, continuó aun después de
obtenerse en condiciones de interés y plazo que se estiman muy caído el gobierno. (Véase el Cuadro 4.1.)
ventajosos [...]para el país" (La Nación, 7 de octubre de 1973).

El Ministro de Economía tomó personalmente en sus La reforma financiera


manos el proyecto y llevó a cabo con éxito negociaciones
comerciales con Cuba, la Unión Soviética y Polonia. En La reforma financiera tuvo mayor alcance que las re-
el primer caso, la oposición de Estados Unidos a la in- formas intentadas en otros campos; repitió en gran me-
tervención de subsidiarias de multinacionales norteameri- dida la de 1946 (Baliño, 1980) y consistió en una mezcla
canas en el comercio con Cuba proporcionó una oportu- de algunos conceptos arcaicos en materia bancaria y una
nidad perfecta para someter a prueba la determinación actitud intervencionista. Fue saludada como un instru-
del gobierno argentino. Después de algunos regateos y mento substancial para la "liberación de la economía", y
tensas negociaciones, el gobierno logró obligar a esas fir- resistida sobre la base de que
mas a intervenir. Las compañías automovilísticas nortea-
mericanas, que eran las principalmente afectadas, empe- "si se toma, por ejemplo la llamada nacionalización de los depósi-
zaron a exportar activamente. Uno de los incentivos tos bancarios lo único que está claro es que los funcionarios del
consistió en el otorgamiento de líneas de crédito de gobierno tendrán una mayor capacidad para distribuir el crédito
hasta diez años, circunstancia que le valió al gobierno [...] entre las distintas actividades. Lo que no está claro es cómo
duras críticas, en particular de los sectores empresariales. se hará la distribución... y si [la misma] no tiene en cuenta las
Cuba tenía excelente reputación en el comercio interna- necesidades básicas del país, va a ser una de las peores medidas
que se pueda imaginar" (Carlos Brignone. ex director del Banco
cional, pues en estas cuestiones su comportamiento era
Central, Clarín, 12 de agosto de 1973).
bastante conservador, como el de la mayoría de los países
socialistas. En el caso de la Unión Soviética, el comercio El principal propósito de la nueva ley consistía en dar
creció espectacularmente; en tres años, la URSS se al Banco Central mayor poder directo en la determina-
convirtió en uno de los países más importantes para la ción del volumen total del crédito y el dinero en circula-
Argentina, desde el punto de vista comercial. El trato ción. En el anterior sistema de reserva fraccional, el cré-
con Polonia incluía en particular la organización de fir- dito que los bancos podían conceder era determinado por
mas pesqueras conjuntas, pero la operación tuvo menos el Banco Central sobre la base de los depósitos recibidos,
éxito. es decir, a través del encaje requerido, variado de acuer-
El total de las exportaciones a los países socialistas, do con el tipo de depósito y el propósito, área o tipo de
PERÓN - P E R Ó N 1 9 7 3 - 1 9 7 6 171

crédito por concederse. Para determinar la cantidad total


de dinero, el Banco Central debía tomar en cuenta dos
variables, establecida una por la demanda de dinero (y de
sus distintas clases, M1, M 2 , M 3 , M 4 ) y la otra por el
banco mismo. Este grado de control de la oferta de
dinero pareció insuficiente.
La nueva idea, encarnada por la ley, fue la de romper
por completo la relación entre los depósitos efectuados
por el público en el sistema bancario y el total de crédito
otorgado a la comunidad. La función de crear dinero, que
había sido compartida entre el sistema bancario y el
Banco Central, fue transferida por completo al segundo,
que había de tener facultades absolutas y directas para
determinar la oferta de dinero (pero no, naturalmente,
la demanda). La ley especificaba que los bancos recibi-
rían depósitos por cuenta del Banco Central, que a su
vez otorgaría líneas de crédito a cada uno de los bancos;
éstos concederían créditos a su propio riesgo, pero en
nombre del Banco Central. El criterio con arreglo al cual
el Banco Central pondría créditos a disposición de cada
banco dependería de la cantidad de depósitos reunidos
por cada uno de ellos y del sector, área y propósito para
los cuales se solicitara el crédito. El nuevo sistema presen-
taba la diferencia básica de que el total de crédito fijado
por el Banco Central era determinado mediante una fór-
mula confeccionada con varias variables independientes
de la cantidad de depósitos, más una variable depen-
diente de los mismos. El sistema resultó sumamente en-
gorroso pues dio origen a todo un laberinto de reglamen-
taciones y pagos compensatorios a los bancos por sus ser-
vicios. De cualquier modo, la cantidad de dinero no pudo
ser fijada tan directamente como se pensaba. En rigor, se
otorgaron a los bancos cantidades máximas que podían
prestar según el tipo de crédito, pero la medida en que se
172 GUIDO DI TELLA

las utilizó en distinta forma varió según el tipo de crédito


autorizado. Entre la cantidad total autorizada y la can-
tidad realmente entregada existía una diferencia que, en
cierto sentido, se convirtió en un equivalente del viejo
multiplicador monetario que la nueva ley había pro-
curado eliminar, si bien variaba dentro de un margen más
estrecho. Se produjo un traslado del crédito de los bancos
privados a los de propiedad del Estado (véase el Cuadro
4.2). Esto resultó del tratamiento diferencial otorgado a
las distintas líneas de crédito. En algunos casos, aquellas
que respondían a propósitos específicamente promocio-
nales fueron canalizadas en forma exclusiva por los ban-
cos estatales. En otros casos se prefirió a los bancos es-
tatales pero también tuvieron participación los privados.
Con el transcurso del tiempo se hicieron no pocas excep-
ciones; cada vez más, la recepción de depósitos de cierto
tipo dio a los bancos derecho a otorgar automáticamente
préstamos en ciertas proporciones, exactamente igual a
como se lo hacía en el sistema anterior. En todos los
tiempos se permitió a los bancos prestar su propio capital
dentro de los límites definidos en términos muy genera-
les. Si bien ello no era inherente a la ley, se creyó que una
de sus principales consecuencias sería un traslado del
crédito de los bancos privados a los oficiales, caracterís-
tica que llegó a ser asociada a la ley. En realidad el
traslado fue bastante modesto, del 5 por ciento, y podría
haberse consumado bajo el antiguo sistema, si bien lo
cierto es que en virtud del nuevo fue más fácil y natu-
ral. De cualquier manera, el nuevo sistema representó
un perfeccionamiento respecto del ensayado entre 1946 y
1955, pues en aquel caso se tomaron como base fija para
toda futura asignación de crédito los depósitos existentes
en cada banco a la fecha de dictarse la ley, base por cierto
sumamente arbitraria.
174 GUIDO DI TELLA PERON-PERON. 197 3-1976 175

El sistema tuvo algunas similitudes formales (Baliño, da. Tanto el sistema de reserva fraccional como el nuevo
1978, 1980; Gaba, 1974) con el plan de reservas del 100 y así llamado sistema de "nacionalización" podían pres-
por ciento recomendado por los economistas de Chicago tarse para los mismos propósitos. La única diferencia en-
a fines de la década de 1930-40 y comienzos de la si- tre ambos residía en la índole del multiplicador moneta-
guiente. Tal sistema estipulaba que los depósitos en rio, que en ambos casos era variable y difícil de predecir.
cuenta corriente pudiesen ser retirados de los bancos
comerciales privados o, alternativamente, que se los
usara para formar un depósito de reserva por el mismo La reforma impositiva
valor. Se suponía que este plan (Currie, 1934; Simons,
1948; Friedman, 1948) además reduciría la variabili- La reforma del sistema impositivo se ejecutó mediante
dad de la oferta de dinero, que haibía sido tan intensa un grupo coherente de leyes. Estas incorporaban muchas
en la década de 1930-40. Originalmente, se lo había de las sugerencias formuladas por organizaciones profe-
ideado con el propósito de reducir el grado de la inter- sionales, como el prestigioso Colegio de Graduados de
vención estatal en la determinación de la cantidad de Ciencias Económicas (de inclinación radical) y la Aso-
dinero. De acuerdo con el plan, los depósitos en cuenta ciación Argentina de Política Fiscal. El enfoque general
corriente habían de determinar una cantidad de dinero fue el de ampliar la definición de los beneficios sujetos a
para préstamos exactamente igual a aquéllos, en tanto imposición progresiva. Uno de los cambios más impor-
que los bancos comerciales privados operarían sólo con tantes consistió en la tentativa en identificar a los pro-
los depósitos a plazo, dejando al Banco Central la facul- pietarios de activos y a las fuentes de ingresos (20.643/
tad de regular el M2 mediante operaciones de mercado 73 y 20.627/73). Bajo el sistema anterior, los contribu-
abierto. yentes podían, si lo deseaban, abstenerse de informar
En el caso argentino, el nuevo sistema tenía sin duda acerca de la propiedad de acciones o de la percepción de
diferencias con respecto al anterior, pero de carácter téc- dividendos y pagaban una tasa fija, pero no la más alta.
nico y no demasiado substanciales. Pero lo curioso es que La nueva legislación dispuso la identificación de los due-
provocó una muy intensa discusión, al punto de que la re- ños de acciones, tanto para los fines fiscales como para la
forma financiera pareció uno de los principales pasos determinación de la nacionalidad de los accionistas, de
dados por el nuevo gobierno. A juicio de importantes sec- acuerdo con las prácticas seguidas en varios países desa-
tores del público, significó una medida fundamental de rrollados, como Estados Unidos y Gran Bretaña, entre
política antimonetarista —el hecho de que presentara si- otros. Con arreglo a las disposiciones anteriores, las com-
militudes formales con el plan de Chicago sólo se lo con- pañías pagaban impuesto a los réditos en nombre de los
sideraba una broma de mal gusto—, y también, lo cual es accionistas, quienes, si no eran identificados, no tenían
bastante raro, una expresión de soberanía concorde con obligación de pagar nada más. La nueva legislación dis-
una línea asumida ya años atrás (Cavagna Martínez, 1954; tinguió entre las ganancias de las compañías, que queda-
Moyano Llerena, 1949), pero posteriormente abandona- ron sujetas a un impuesto que les era propio, y los divi-
176 GUIDO DI TELLA PERON-PERON, 1973-1976 177

dendos de los accionistas, a los que aplicó un impuesto a como ganancias ocultas y gravados de acuerdo con
los réditos personal y progresivo. ello.
Las ganancias obtenidas por las sociedades, pero no En el caso de la imposición indirecta, se operó la con-
distribuidas, fueron sujetas a un impuesto más alto aun, versión del impuesto a las ventas (actividades lucrativas)
singular diferenciación que tendía a castigar la acumula- al impuesto al valor agregado (IVA, 20.631/73), sugerido
ción de capital por parte de las empresas. En el caso del por la mayoría de los especialistas en la materia como
impuesto al capital (20.629/73), se dispuso la obligación más racional, pues evita el "efecto de cascada" y brinda-
de declarar las propiedades de toda índole, incluso las ba una base impositiva más amplia. Una ley final (la
acciones, sobre todo lo cual se aplicaría un impuesto pro- 20.633/73, de coparticipación impositiva) especificaba
gresivo (al capital), con excepción de la tierra, único la forma en que los impuestos serían repartidos entre el
"capital" tratado en forma distinta. Para compensar esta Estado (48,5 por ciento), las provincias (otro 48,5 por
definición más amplia de los beneficios, se redujo el im- ciento) y un fondo especial de desarrollo regional (3 por
puesto más alto a las sociedades anónimas del 42,9 por ciento). Algo que se dejó al margen del programa de es-
ciento imperante en 1972 (33 por ciento más 9,9 por tabilización, pero que había de ser incluido hacia fines
ciento de gravamen de emergencia) al 26,4 por ciento de 1975, fue toda consideración del impacto de la infla-
(22 por ciento más un gravamen de emergencia del 4,4 ción sobre la determinación de las ganancias y los im-
por ciento). También se redujo la tasa máxima del puestos. El único ajuste permitido hasta ese momento
impuesto personal, si bien no tanto, del 46 al 42 por consistió en la revaluación de los activos fijos de acuerdo
ciento. Las ganancias de capital, que en el pasado ha- con el índice de precios mayoristas, lo cual a su vez gra-
bían sido gravadas con una tasa especial y baja del 10 por vitaba sobre la amortización. Los ajustes introducidos en
ciento, eran ahora tratadas igual que los beneficios de las proposiciones de 1975 concernían a la valorización de
otros tipos; lo que implicó un aumento de más de cuatro la obra en curso; evitando falsos y abultados beneficios
veces con respecto a su nivel anterior. Este gravamen si- inflacionarios derivados del sistema de contabilidad FIFO
guió cobrándose sobre la diferencia nominal entre los (First In First Out) estipulando la obligatoriedad del
precios de compra y de venta, sin permitirse ajustes en la LIFO (Last In First Out) o bien del costeo de reposi-
determinación de los costos, como si la inflación no tu- ción. Más aun, exigía un ajuste por pérdida de valor
viera efecto alguno sobre ellas. Las firmas extranjeras (o ganancia) causado por la inflación sobre el valor neto
recibieron un tratamiento diferencial, pues debieron de activos (o pasivos) monetarios.
pagar además del impuesto a las sociedades anónimas, Una ley transitoria pero importante (20.532/73)
un gravamen adicional que igualara al pagado por el ac- permitió a los contribuyentes que tuviesen impuestos
cionista argentino perteneciente a la categoría de más vencidos no declarados efectuar un pago especial y defi-
altos ingresos. Por añadidura, los pagos efectuados a las nitivo y evitar toda sanción penal. Al mismo tiempo,
casas centrales por conocimientos especializados y tec- otras leyes facultaron a las autoridades fiscales a procesar
nología no fueron aceptados como gastos, sino tratados (20.537/73) y encarcelar (20.658/73) a los evasores de
178 GUIDO DI TELLA
PERON-PERON, 197 3-1976 179
impuestos, incluso por hechos cometidos con anteriori-
dad a las nuevas leyes, para lo cual se creó una "policía lianas IRI y ENI habían desarrollado actividades en la
impositiva" especial (la Dirección de Policía Fiscal Fe- Argentina, donde se las conocía bien y se las respetaba
deral, 20.644/73). por su eficiencia empresaria.
En resumen, podemos decir que ésta fue una reforma Algunas voces se elevaron - incluso de quienes no esta-
razonablemente técnica; que aún se rehusaba a incluir la ban contra el gobierno- para subrayar el vasto poder que
inflación entre los factores contables para fines imposi- tendría la nueva empresa y condenarla como
tivos, que fue de intención ligeramente distribucionista,
puesto que acrecentó los tipos de ganancias afectadas por "uno de los proyectos más objetables [...] creando un verdadero
la imposición progresiva, y que, tal como sucedió con Estado dentro del Estado: una gigantesca corporación que, en
tantos otros conjuntos de medidas, se cumplió en forma forma directa o indirecta manejaría un gran porcentaje de la eco-
nomía nacional y de las relaciones financieras con el exterior sin
relativa, en parte debido a que los objetivos eran en cierto
' que la ley prevea control político de ninguna especie" (Diamand,
modo demasiado ambiciosos, y en parte debido a los La Opinión, 4 de julio de 1973).
crecientes problemas políticos.
Aun así, el gobierno logró incluir en la junta ejecutiva
a algunos de los principales dirigentes del sector industrial
La organización del sector estatal como el caso de E. Oxenford —más tarde ministro del go-
bierno militar , asociados algunos de ellos con IDEA,
A la vez que las políticas generales eran intervencio- entidad privada de administración superior muy reputada,
nistas y subrayaban el rol del Estado, se intentó mejo- y otros con la Unión Industrial. Ello reflejaba las buenas
rar la organización y administración de las empresas es- relaciones que se habían establecido entre los viejos gru-
tatales, esfuerzo que sólo duró un tiempo relativamente pos industriales y la CGE. Al mismo tiempo, se reclutó
corto. El sector estatal en general (y las empresas del Es- para el personal de la nueva organización a un conjunto
tado en particular) fueron objeto de gran interés, puesto de economistas, técnicos y especialistas en energía y
que ofrecían una ocasión muy importante para el patro- transportes altamente calificados. La presencia de este
nazgo político. La tentativa inicial se efectuó mediante la grupo tecnocrático, al que se consideraba en lo político
creación de una empresa de control estatal que abarcaba algo inclinado a la izquierda y sospechoso de ser interven-
todas las compañías del Estado (Corporación Nacional de cionista, otorgó a la CNEE una imagen controvertida, no
Empresas del Estado, CNEE) tanto- en los sectores de del todo contrarrestada por la composición de la junta
servicios como manufacturero, con la única exclusión de ejecutiva. La formación de la Corporación constituyó más
las militares. Los estudios para este proyecto habían sido una declaración de intenciones (importante como tal)
iniciados ya durante el período Levingston-Ferrer y se que un instrumento real de política, pues estaba desco-
inspiraban en tentativas similares efectuadas en países nectada del contexto político y social. Sin embargo, si
europeos, particularmente en Italia. Las compañías ita- la desorganización del sector estatal, que había de alcan-
180 GUIDO DI TELLA P E R O N - P E R O N , 197 3-1976 181

zar niveles lamentables, no fue peor, se debió a la exis-


tencia de la Corporación. Empezó por enfrentar una
fuerte resistencia política con motivo de la designación Política de control de precios
de las autoridades de las compañías del Estado. El pro-
blema no surgió tanto con el Partido Justicialista coma Uno de los casos de intervención estatal más publici-
con los dirigentes sindicales de las compañías de servicios, tados fue la ley 20.680/73 que facultaba al gobierno
quienes consideraron como su "derecho natural" enca- para fijar precios máximos, intervenir en los mercados
bezar sus respectivas empresas estatales. Punta de lanza primarios, prohibir exportaciones e imponer la pro-
en este episodio fue el sindicato de trabajadores de la ducción de artículos esenciales. Tal ley formaba parte
electricidad (Luz y Fuerza), cuyos maduros e idóneos de una larga tradición que se remontaba a una ley de
dirigentes fueron puestos al frente de las dos principales 1939 (12.591/39), dictada bajo el influjo de la Segun-
compañías de electricidad: Servicios Eléctricos del Gran da Guerra Mundial, que había autorizado al Estado a
Buenos Aires (SEGBA) y Agua y Energía. Los sindicatos imponer controles sobre los precios. Tales poderes fue-
tuvieron éxito en otros casos, pero muchos de sus can- ron substancialmente reforzados y ampliamente utilizados
didatos carecían del mínimo de las condiciones necesa- durante las primeras presidencias de Perón (leyes 12.830/
rias. Si bien toda esa tentativa se presentó envuelta en 46 y 12.938/47) y se asociaron íntimamente a las polí-
una filosofía de gestión realizada por los trabajadores ticas peronistas. En 1964 los radicales las restablecieron
no demasiado enraizada en la tradición peronista, pronto bajo una forma más moderada (16.454/64), y en 1967
degeneró en una pura lucha por el poder. Se procuró y Krieger Vasena impuso controles sobre alrededor de 500
se logró un acuerdo entre la CNEE y los sindicatos, pero firmas líderes, que tenían un fuerte poder en la determi-
las aspiraciones tecnocráticas iniciales de la Corporación nación de los precios; teóricamente fue hecha sobre una
pronto se diluyeron; perdió el apoyo de la comunidad base voluntaria, pero en la práctica mediante la presión
empresarial y ello impuso la renuncia de quienes la repre- directa que ejercía una comisión especial de vigilancia.
sentaban en la junta. Después de ser designado Alfredo Las nuevas leyes concedieron al Estado mayor poder que
Gómez Morales nuevo ministro de Economía, en septiem- nunca en esta esfera, lo cual incluía la posibilidad de im-
bre de 1974, el gobierno adoptó un punto de vista ne- poner graves sanciones penales, que ya habían existido
gativo acerca de la CNEE, y redujo sus funciones y su en 1939, pero habían cesado en 1946. Lo más importan-
importancia como si compartiera las críticas dirigidas te fue que la nueva ley se utilizó ampliamente y se
inicialmente contra ella. La Corporación disfrutó de una convirtió en uno de los principales instrumentos del
breve resurrección a fines de 1975, y ello a su vez "pacto social" inicial. Las bases la consideraron una
provocó sospechas sobre las verdaderas intenciones del medida dirigida contra los grupos establecidos tradicio-
nuevo ministro, Antonio Cafiero, y su grupo, responsa- nales y como un signo de la firme decisión de arreglar las
bles de esa renovación. cosas, como si las cosas pudieran arreglarse tan fácil-
mente. La política de determinar los precios fue aplicada
PERON-PERON. 197 3-1976 183
182 GUIDO DI TELLA

en toda su extensión, tanto en aquellos casos donde el sorprendido a estos resultados que nadie hubiera imaginado antes
control, aunque difícil, era posible, como en aquellos del 25 de mayo" (Roberto Alemann, ex ministro de Economía,
donde resultaba improbable. Por lo limitado de su núme- Clarín, 12 de agosto de 1973).
ro, las grandes firmas eran de control más fácil, como lo
eran los precios mayoristas en relación con los minoris- Sin embargo, muchas dudas existían aún sobre el fu-
tas. Se intentó incluso fiscalizar los márgenes de ganancia turo. El mismo Alemann agregó que
de los minoristas, intento más difícil aun de llevar a la
práctica. Una de las consecuencias probables que tuvieron "falta todavía controlar algunas fuentes de inflación... la expan-
estas diferencias en la susceptibilidad al control consistió sión monetaria sigue, a mi juicio, demasiado expansiva, sobre todo
en que el índice de precios mayoristas marchó a la zaga porque se superponen simultáneamente todos los factores ex-
del de minoristas; esto se tradujo en aumentos mayores pansivos [...] hasta tanto no se clarifiquen estos aspectos esenciales,
en los precios al por menor, exactamente lo opuesto de lo mal puede emitirse un juicio acerca del éxito duradero de la políti-
que se procuraba. ca antiinflacionaria que con tanto empeño puso en práctica el
gobierno" (Roberto Alemann, ex ministro de Economía, Clarín, 12
La congelación de precios duró los dos años en que de agosto de 1973).
se mantuvo en vigor el pacto social, lapso durante el cual
también los salarios fueron congelados. La congelación El gobierno se sintió tan sorprendido por la eficacia
de precios fue efectiva al principio, principalmente por inicial de sus medidas que llegó a convencerse demasiado
efecto del temor general que provocaban los aconte- de su valor; en rigor, se las mantuvo durante mucho tiem-
cimientos políticos. La Juventud Peronista creó gru- po después de que hubiesen dejado de ser útiles, como ve-
pos voluntarios de supervisión que verificaban el cumpli- remos en el capítulo siguiente. Una congelación de
miento, agregando tensión a una atmósfera ya tensa. precios puede ser útil ya que puede crear una pausa en el
El índice de precios —que mide los efectivamente pa- alza y modificar las expectativas, que son por sí mismas
gados en el mercado— bajó durante el primer mes de la un factor de inflación. Sin embargo, se la debe utilizar
congelación y se mantuvo casi sin variantes durante los con sumo cuidado, sólo por un corto tiempo y sobre una
seis meses siguientes. El tipo de cambio en el mercado reducida línea de productos importantes y controlables;
negro bajó de 1.300 a 1.000 pesos por dólar —la tasa desdichadamente no fue esto lo que se hizo.
oficial—, lo cual indicó que incluso la comunidad empre-
Tal como con muchas de las primeras medidas, se reco-
sarial había modificado sus expectativas sobre el aumen-
ge la impresión de que se aplicó un enfoque extremada-
to de la inflación.
mente voluntarista a los problemas económicos, como si
Incluso quienes criticaban las medidas gubernamentales las leyes de la economía, en vez de ser hechos muchas
se manifestaron sorprendidos por el hecho de que veces desagradables, fuesen la consecuencia de alguna
confabulación capitalista deliberada y se las pudiera elu-
"la inflación del 70% anual se detuvo, la bolsa se reanimó, el dólar dir mediante una enérgica intervención.
paralelo bajó, la recaudación impositiva aumentó. El país asiste
184 G U I D O DI T E L L A
PERON-PERON, 1973-1976 185

tos participar en actividades políticas y apoyar pública-


mente a partidos y candidatos a cargos públicos. Además
Legislación del trabajo reforzaba la autonomía de los gremios, reduciendo la
gama de casos en que el Ministerio de Trabajo podía
Las relaciones laborales fueron objeto de dos leyes de intervenir en sus cuestiones internas, y permitía a los
muy distinto tipo. Una fue la esperada ley sindical (Ley funcionarios sindicales permanecer mayor tiempo en
de Asociaciones Profesionales, 20.614/73), y la otra la funciones. Hecho importante, otorgaba a los dirigentes
ley de convenios laborales (Ley de Contrato de Trabajo, gremiales derechos judiciales especiales (fuero especial
20.744/73). Aquélla estaba en vigor desde el primer sindical), en virtud de los cuales no se los podía procesar
gobierno de Perón; suspendida entre 1955 y 1958, el a menos que la acusación fuera aprobada antes por el
gobierno de Frondizi volvió a implantarla como parte del Ministerio de Trabajo (o, más bien, por una rama especial,
pacto electoral. Inicialmente la ley tuvo un matiz corpo- el Tribunal Nacional de Relaciones Profesionales). Los
rativista, pero su empleo le dio un color distinto. Se funcionarios sindicales recibieron además protección
convirtió en un instrumento decisivo para preservar la especial contra la posibilidad de despido por sus emplea-
unidad sindical mediante la imposición de un solo sindi- dores, así como el derecho a no trabajar en la empresa
cato por sector, pero reforzó el poder y la independen- mientras ejercieran funciones en los sindicatos.
cia de los sindicatos incluso frente al Estado, lo cual no
representa precisamente un objetivo corporativista. Al La Ley de Contrato de Trabajo fue básicamente una
mismo tiempo otorgó gran poder al Ministerio de Traba- compilación de la mayor parte de las medidas y leyes que
jo, al que facultó para reconocer, cancelar o modificar ya regulaban los contratos de trabajo y a las que se agre-
los derechos de los sindicatos a representar a su sector garon unas pocas mejoras. Estas consistieron principal-
específico en las negociaciones salariales y laborales. mente en prolongar las vacaciones pagas en un 40 por
Con el correr de los años, la ley consolidó lo que se ciento; extender la licencia por maternidad sin goce de
podría describir como una relación duopolística entre sueldo de seis a doce meses y aumentar de dos a seis
los sindicatos y el gobierno. Precisamente este carácter veces la indemnización por despido. Las faltas al trabajo
ambivalente explica por qué duró tanto tiempo y fue de- ya no serían controladas por los servicios médicos del
fendida por gobiernos tanto militares como radicales y empleador, tal como era la práctica habitual, sino que
populistas. bastaría un certificado médico privado. Esta medida,
asociada al especial clima social, aumentó significativa-
La nueva ley no se apartaba en forma substancial de la
mente el ausentismo. Cálculos privados de ese tiempo
anterior, pero reforzaba las cláusulas favorables a los
indican que el ausentismo medio aumentó alrededor de
sindicatos. Tornaba más difícil crear sindicatos en com-
10 puntos porcentuales, pasando del 6-7 por ciento al
petencia con los existentes, lo que contribuía a acentuar
17-18 por ciento aproximadamente. Su efecto inicial fue
la tendencia a que hubiera un solo sindicato por sector.
desorganizar la producción; más adelante, obligó a los
Al mismo tiempo, permitía específicamente a los sindica-
empleadores a acrecentar su fuerza laboral en proporción
PERON-PERON, 1973-1976 187
186 GUIDO DI TELLA
el adiestramiento médico, la investigación, la distribución
similar al aumento del ausentismo. La ley fue anunciada y la comercialización de los productos médicos, así como
como un gran avance un tanto fuera de proporción con la promoción de las industrias locales consagradas al
sus disposiciones reales. Por su parte, el sector empresa- equipo hospitalario y al desarrollo de la tecnología local.
rial la consideró como uno de los principales factores La ley también especificaba que, en tanto que en el pasa-
que obstaculizaban la productividad. do la responsabilidad primordial por la provisión de ser-
vicios médicos había correspondido a las autoridades
locales, éstas debían ahora delegarla en el Estado Nacio-
Seguridad social y salud nal. Según el plan original, el sector privado debía pasar a
formar parte del sistema. La principal oposición a ello
En el campo del bienestar, las principales medidas se provino de los sindicatos, que no se avinieron a perder el
relacionaron con algunas mejoras en la seguridad social y, control de sus servicios de salud, altamente desarrollados
más substancialmente, con modificaciones del sistema e importante fuente de poder, de patronazgo y de ingre-
nacional de salud. Las mejoras de la seguridad social sos. Lograron que la ley se reformara; el sector privado se
(21.118/73) no fueron significativas. El sistema nacional, incorporaría sobre una base voluntaria y las organizacio-
creado durante las dos primeras presidencias de Perón, se nes médicas de los sindicatos quedaron específicamente
había mantenido. El único cambio importante se relacio- excluidas.
nó con la financiación del sistema. Al principio se lo
Igualmente, la ley disponía que
presentó como un sistema de capitalización, pero como
los fondos reunidos no fueron en rigor invertidos (al "en todos lados los principios de co-dirección obrera serían refor-
menos en ninguna forma específica), pronto se transfor- zados; la planificación sería centralizada mientras que la imple-
mó en un sistema de "reparto" (pay as you go). Esta vez mentación sería descentralizada".
se introdujeron algunos aumentos en el pago de la ju- La financiación de este programa dependería del Es-
bilación básica; se agregaron otros beneficios laterales y se tado e insumiría por lo menos el 5,1 por ciento del total
volvió a admitir el retiro voluntario a edad más temprana, de gastos del gobierno. También aquí se advierte la obra
que había sido suprimido durante el período de Krieger de una actitud voluntarista e intervencionista, así como
Vasena. Sin embargo, no hubo cambios esenciales y el una falta de apreciación de los problemas que suponía
conjunto de las medidas no provocó ningún debate aplicar tan ambicioso programa. De cualquier manera, se
público. debe reconocer que desde fines del siglo XIX era tradi-
En el caso de los servicios de salud la ley 20.748/73, ción nacional que el Estado proporcionara atención mé-
Sistema Nacional Integrado de Salud, fue de mayor al- dica gratuita mediante una cadena de hospitales estatales,
cance, pues confió al Estado la responsabilidad de proveer provinciales y municipales.
los servicios médicos y de fundar un sistema central En aquellos campos en los cuales los grupos de presión
único. -La ley no sólo contemplaba la prestación de asis- eran débiles o poco organizados y, en aquellos donde es-
tencia médica a los pacientes, sino que también incluía
188 GUIDO DI TELLA

taban en juego los bienes públicos, es lícito decir que los


programas reformistas fueron tímidos o incluso inexis-
tentes. Un caso al respecto fue la notoria ausencia de
toda ley o programa relativo a la educación primaria y la
secundaria. Si bien esta falencia es objetable, difícilmente
se la podría considerar excepcional o única, ni de este V
período ni de la Argentina en particular.
LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS DE CORTO PLAZO

Este capítulo considera la evolución de algunas de las


políticas a corto plazo de ese período, con vistas a cla-
rificar los problemas principales que se analizan en los
capítulos VI y VII. Los datos básicos a que se refiere
constan en el Apéndice Estadístico.
El programa reformista pronto fue eclipsado por el
plan de estabilización y por el pacto social, que formaba
parte de éste. Controlar la inflación preocupaba más a
la mayoría de las personas que las reformas estructurales,
más grandiosas y más distantes. La verdad era que poco
antes de que el nuevo gobierno tomara el poder la infla-
ción superaba el 100 por ciento anual; daba la impresión
de haberse descontrolado por completo y tenía obvios
efectos negativos en lo político. El aspecto positivo de la
situación heredada estaba dado por los mejores términos
del intercambio, la muy alta demanda de exportaciones y
el cambio favorable de la balanza de pagos. Por otro lado,
el déficit gubernamental iba en aumento y cabía su-
poner que se deterioraría más aun como consecuencia de
los propósitos distribucionistas del nuevo gobierno y de
las mayores exigencias sociales que cabía esperar. Los
salarios reales habían caído en 1972 más del 6 por ciento
por debajo de su nivel de 1969, uno de los niveles más ba-
jos de los últimos diez años, situación que se mantuvo
190 GUIDO DI TELLA
PERON-PERON, 1973-1976 191
hasta los últimos meses del gobierno anterior. Cabía espe- todas las restantes firmas y productos los precios fueron
rar, por lo tanto, que se ejerciera sobre los salarios una congelados en el nivel en que estaban, a la vez que se
presión ascendente, con un inevitable aumento de los creó, en la Secretaría de Comercio, una comisión especial
costos. En el momento de las elecciones la preocupación de vigilancia. En cuanto a los salarios, serían congelados
por los efectos de la inflación era general aunque los cálcu- durante dos años, después de un aumento inicial de 200
los sobre el nivel que pudiera alcanzar eran variables. pesos por mes. Este aumento alcanzó aproximadamente
Durante este período, las políticas y las condiciones al 20 por ciento del nivel salarial mínimo y a una cifra un
económicas variaron considerablemente. Para facilitar poco inferior para los salarios más altos, de acuerdo con
la exposición, lo hemos dividido aquí en seis subperíodos, la tentativa de disminuir los diferenciales de salarios. Se
lo cual nos permitirá centrar la atención en algunos de suponía que así se compensaría la disminución de los
los problemas más importantes. salarios en términos reales operada durante el año ante-
rior. Representaba mucho menos que el porcentaje pe-
dido por los dirigentes sindicales, si bien permitía que
Junio-diciembre de 1973: políticas los salarios reales aumentaran en promedio un 13 por
económicas iniciales ciento respecto de su nivel de 1969. Este aumento, junto
con una ligera reducción del desemplea, permitió que la
Inmediatamente después de asumir el poder, el gobier- parte correspondiente a los salarios en el PBN aumentara
no lanzó un programa bastante drástico de estabilización. en un porcentaje superior a 4 puntos, lo cual compensaba
La idea básica consistía en inducir, o incluso en imponer la pérdida sobrevenida durante 1972; alcanzó al 46,9 por
bajo los auspicios del Estado, un acuerdo acerca de la ciento del PBN, nivel algo superior al que había prevale-
distribución del ingreso (es decir, sobre los precios rela- cido durante los programas estabilizadores anteriores.
tivos y los impuestos) entre los asalariados y los empresa- Uno de los factores que contribuyeron al éxito inicial
rios, representados, respectivamente, por la CGT y la de la congelación de precios y salarios fue el hecho de
CGE. Esta política de concertación, conocida como que muchas firmas habían efectuado aumentos de precios
"pacto social" (Ayres, 1976), había sido y era absoluta- por anticipado, antes de que el nuevo gobierno asumiera
mente esencial para la tradición peronista de cooperación sus funciones, pues esa política no era del todo inespera-
entre las clases. Fue llevada a la práctica mediante una da. En consecuencia, pudieron absorber el aumento de
muy rigurosa congelación de precios y salarios, mientras salarios exigido. Sin embargo, la medida tendió a pesar
que las disposiciones de carácter fiscal y, en especial, particularmente sobre aquellas industrias que más mano
monetario quedaron bastante al margen. La congelación de obra empleaban y que, presumiblemente, eran la base de
de precios incluía una reducción real de los mismos para apoyo de la coalición gubernamental. De todas maneras
un grupo seleccionado de 570 firmas presumiblemente se tuvo la impresión de que había surgido finalmente
oligopólicas, así corno para un grupo seleccionado de pro- un gobierno dotado de fuerte poder de arbitraje y cada
ductos, entre ellos la carne vacuna y los textiles. Para sector había recibido una parte bastante aceptable del
192 GUIDO DI TELLA PERON-PERON. 1 9 7 3 - 1 9 7 6 193

ingreso. Si bien el sector empresarial no estaba satisfecho, dad internacional de 1972 y 1973. Los términos del
venía de estar alarmado por la anterior inflación desboca- comercio se elevaron a fines de 1972 y siguieron altos
da y más aun por la perspectiva política y la preeminencia hasta el tercer trimestre de 1973. El enorme aumento de
inicial de los grupos de posiciones extremas, lo cual lo los precios de exportación, que superó el 60 por ciento,
había llevado a temer políticas mucho más peligrosas. y la excelente cosecha de trigo compensaron parcial-
En tales circunstancias, por lo tanto, el programa fue mente el mediocre nivel alcanzado por las exportaciones
visto con cierto alivio. Esta situación constituyó la raíz de los restantes productos principales. Durante 1973 el
del muy estricto cumplimiento inicial de la congelación país alcanzó un récord de exportaciones de 3.266 millo-
de precios, que contribuyó en gran medida a reducir las nes de dólares, lo cual excedió en un 65 por ciento el
expectativas de inflación. En un sentido, fue similar a los valor de lo obtenido en años anteriores. Las importacio-
comienzos del programa 1967-70, que también había nes decrecieron substancialmente en términos reales, re-
empezado con un control drástico de las expectativas flejando las condiciones relativamente inciertas de la
inflacionarias, en ambos casos con ayuda del cambio primera mitad del año y la alta devaluación de la moneda;
político previo, que otorgó alguna credibilidad a las sin embargo, hacia fines del año repuntaron, de acuerdo
nuevas políticas. con las políticas expansionistas imperantes en el orden
La mejor indicación del éxito inicial consistió en el interno y la gradual sobrevaluación de la tasa cambiaría.
movimiento descendente de las cotizaciones en el mer- Para todo el año, las importaciones aumentaron de
cado negro en los primeros meses del año, durante los valor, en términos nominales, un 16 por ciento, reflejan-
cuales bajó entre 12,5 y 10 pesos por dólar, o sea, al nivel do más que nada el muy fuerte aumento de sus precios.
del tipo de cambio oficial. La tasa de aumento de precios Los términos del intercambio se mantuvieron, durante
no sólo se redujo, sino que su nivel absoluto disminuyó los tres primeros trimestres, en los altos niveles del año
en junio en un 2,8 por ciento. De julio a diciembre sólo anterior. Hacia fines de 1973 el país logró acumular en
aumentó el 4 por ciento, creando la sensación, excesiva- su cuenta corriente un significativo excedente de 704
mente optimista, de que la inflación había sido contro- millones de dólares (o sea, alrededor del 3 por ciento
lada. Esto llegó al punto de que el gobierno empezó a del PBN), en comparación con el déficit de 218 millones
emplear la expresión "inflación cero" como consigna de dólares del año anterior. Ello comenzó a surtir efecto
política. Posteriormente esto se convirtió por desdicha sobre la expansión de la economía y el aumento del PBN.
en un elemento de rigidez, que disminuyó las alternativas En el último trimestre del año, la crisis internacional del
económicas y en particular impuso la continuación de petróleo determinó una brusca inversión de los términos
políticas de precios bastante inflexibles mucho después del comercio; cayeron en más del 20 por ciento, tenden-
de que hubiesen dejado de ser aconsejables. cia que había de continuar hasta mediados del año si-
Otro factor que contribuyó al éxito inicial fue el muy guiente. Aunque la situación externa era buena, el gobier-
considerable mejoramiento de la situación internacional. no permitió una sobrevaluación de la moneda; al mismo
La Argentina aprovechó el período final de la prosperi- tiempo emprendió una política expansionista, combina-
194 G U I D O DI TELLA PERON-PERON, 197 3-1976 195

ción peligrosa en vista de la inversión de la situación inter- los precios aumentaron aproximadamente el 70 por cien-
nacional. Esta expansión puede advertirse en el aumento to, durante todo 1973 la moneda aumentó un 93,16 por
del gasto de la Tesorería Central en comparación con sus ciento mientras los precios subieron un 30,8 por ciento.
ingresos, tendencia que había de continuar, aumentando El desempleo disminuyó, pero hasta mediados de 1974
ese déficit del 2,43 por ciento del PBN en 1972 al 5,43 permaneció en un 4,5 por ciento, cifra que no parece ser
por ciento en 1973. La principal causa del problema resi- inferior a la tasa nacional "natural" y que, de cualquier
dió en los mayores gastos corrientes, lo que en parte se manera, podría haber sido alcanzada en fecha posterior.
debió al aumento de los salarios reales y en parte al del Las tasas de interés disminuyeron en términos nomina-
número de empleados públicos. les, puesto que el crédito barato había sido una de las
Los ingresos del gobierno se elevaron, en parte por consignas de la CGE, aun en el tiempo de las tasas ne-
efecto de las reformas fiscales, pero más aun debido gativas. Paradójicamente, la disminución de la tasa de
al efecto benéfico de la estabilización de los precios, que inflación fue tan acentuada que la tasa real, que en 1972
evitó la reducción del valor real de los ingresos que pro- había sido del -27,4 por ciento, se convirtió en + 8,5
vocaba en el pasado el rezago fiscal (tiempo que transcu- por ciento de julio a diciembre. Ello fue una consecuen-
rre entre la determinación de la renta imponible y su pago cia benéfica —aunque imprevista— de las nuevas políti-
efectivo). cas. Aumentó los costos pero redujo la demanda de
La cantidad de dinero que durante 1968-70 se había crédito y mejoró su distribución; pero este fenómeno
mantenido en el nivel, relativamente alto, del 23-25 por duró muy poco tiempo como para tener algún efecto
ciento del PBN bajó a alrededor del 16,6 por ciento en duradero sobre la economía. Desde 1974 en adelante las
1972 y aproximadamente al 16,1 por ciento durante los tasas negativas prevalecían de nuevo, contribuyendo
dos primeros trimestres de 1973. En el tercer trimestre también a la mala distribución de los recursos y a la
ascendió al 18,6 por ciento y en el último al 21,3 por disminución de la oferta de dinero.
ciento, por efecto de la drástica reducción de las expecta- La tasa de crecimiento casi duplicó la cifra de 1972,
tivas inflacionarias y el correspondiente aumento de la llegando al 5,8 por ciento en 1973. A la cabeza de esa
demanda de dinero. Esto fue una repetición de la expe- evolución marcharon las exportaciones; al punto que la
riencia de 1967-69, cuando la disminución de la tasa de modificación de la cuenta corriente explica casi la mitad
inflación del 22,7 al 7,2 por ciento permitió aumentar el de la cifra total. Esto se puede advertir también en la
coeficiente de liquidez del 20 al 26 por ciento sin efectos desagregación del crecimiento; el sector agropecuario
adversos. aumentó su producción en la extraordinaria proporción
Durante la segunda mitad del año, el sector extranjero del 13,5 por ciento, en tanto que la industria acrecentaba
contribuyó con un 14,5 por ciento a la expansión mone- la suya en la del 6,4 por ciento. Por otro lado, la cons-
taria, el déficit gubernamental con un 30, y el crédito trucción declinó en un 5,1 por ciento, de acuerdo con la
al sector privado con un 48 por ciento. En tanto que de disminución de las inversiones, que en 1973 bajaron del
mayo de 1972 a mayo de 1973 la cantidad de moneda y 23,6 al 22 por ciento del PBN (si bien aumentaron en tér-
196 GUIDO DI TELLA PERON-PERON, 1 9 7 3 - 1 9 7 6 197
minos reales). En su composición no se operaron cambios o, por lo menos, capaz de asegurar un funcionamiento
significativos, aunque la inversión pública bajó del 8,8 al sin sobresaltos de la economía. Quienes habían reajustado
7,7 por ciento del PBN, en tanto que la privada perma- los precios antes de la congelación habían logrado obte-
neció prácticamente igual, en el 14,1 por ciento del PBN ner buenas ganancias, en tanto que aquellos que no lo
aunque declinó hacia fines del año. En el sector privado habían hecho, o habían sido más moderados, se veían
había disminuido la disponibilidad de crédito y su propia perjudicados. Al mismo tiempo, resultaba cada vez más
rentabilidad. Sin embargo el nivel de inversión no decayó, claro que las políticas monetaria y fiscal no marchaban de
aunque la caída había de producirse en etapas poste- acuerdo, particularmente desde la reanudación de las
riores, con muy adversas consecuencias. El capital ex- expectativas inflacionarias. Según se dijo, la absorción del
tranjero fue intencionalmente desalentado y, si bien aumento salarial había pesado en especial sobre las indus-
se prefirió oficialmente el capital local, no bastó para trias de mayor utilización de mano de obra. Muchas de
mantener los niveles anteriores de inversión privada. ellas eran de propiedad local y constituían precisamente
Como política transitoria y bastante excepcional, el la base política de la CGE, principal grupo responsable
pacto social había demostrado su validez, por lo menos de las políticas en cuestión. Además, los precios de las im-
en lo concerniente a su capacidad para contener durante portaciones habían seguido subiendo, de junio a diciem-
corto tiempo las expectativas de inflación. Durante los bre, casi en un 30 por ciento, mientras la política oficial
primeros meses dichas expectativas se redujeron en forma de precios seguía exigiendo que los aumentos fueran
espectacular, más de lo que pudo haberse esperado a absorbidos por las ganancias. En muchos sectores esta
comienzos de año. Hacia fines del año, la reversión de la condición llegó a ser imposible de cumplir, sobre todo en
situación internacional y las políticas expansionistas aquellos que dependían en alto grado de las importacio-
locales empezaron a crear algunas de las primeras nubes nes para las cuales no podía contarse con substitutos
en el horizonte. Por añadidura, no estaba en claro si la locales. Algunas industrias empezaron a incurrir en pér-
congelación de precios debía ser entendida como una didas, a reducir o detener totalmente la producción, y
política permanente o al menos cómo se la había de otras a violar los controles de precios, cobrando la dife-
proseguir. Este problema resultaría crucial; en rigor, fue rencia en dinero negro.
el principal escollo de todo el programa. En consecuencia, a partir de fines de 1973 y más
aun durante 1974 se tornó claro que, en alguna medida,
sería necesario flexibilizar los precios. El alcance de la
Enero-septiembre de 1974: los medida y las maneras de aplicarla fueron uno de los
crecientes problemas principales problemas. El gobierno vaciló mucho, puesto
que tal cambio podía significar el abandono del objetivo
Para fines de 1973 empezó a tornarse claro que los pre- que se había propuesto de mantener la "inflación cero" y
cios relativos en vigencia desde el momento de la conge- una reanudación de los aumentos de precios, lo que supo-
lación estaban lejos de configurar un conjunto racional nía el peligro de crear de nuevo expectativas inflaciona-
198 GUIDO DI TELLA PERON-PERON. 1973-1976 199

rías junto con sus temibles efectos de autoperpetuación. "calentamiento" de la economía, elevó los precios en el
La primera tentativa se consumó en diciembre de 1973 segundo trimestre en un 10,4 por ciento más, tendencia
y constituyó un claro ejemplo de esa actitud ambivalente. que había de continuar todo el año. La inflación cero ya
El gobierno anunció que el mayor costo de los artículos era cosa del pasado. En el curso del año los salarios reales
importados podría ser transferido a los precios, decisión se mantuvieron, término medio, en el mismo nivel que
que fue cancelada antes de que entrara en efecto y subs- tenían en la segunda mitad de 1973. Sin embargo hubo
tituida por una revaluación de la moneda para una lista mayor variación, como consecuencia de la ya significativa
selectiva de productos importados, principalmente mate- tasa de inflación.
rias primas. Esto implicó un subsidio a las importaciones. La tasa de desocupación, después de haber declinado
La decisión fue adoptada por el presidente, apremiado a alrededor del 5 por ciento en la segunda mitad de 1973,
por los dirigentes de la CGT. Estos eran hostigados por disminuyó más aun, hasta ser del 4,2, el 3,3 y el 2,5 por
los elementos extremistas de las bases, a cuyo juicio el ciento durante 1974 y alcanzar el punto más bajo de to-
pacto social era una traición y no se debía soportar au- dos los tiempos, de 2,3 por ciento en el Gran Buenos
mento de precios de clase alguna sin pedir inmediatamen- Aires en abril de 1975, en parte por efecto del aumento
te uno de salarios. La excelente situación de las reservas de los empleados del Estado. Cabe preguntarse si esto,
extranjeras y cierto desdén por el costo fiscal decidieron en vista de sus substanciales consecuencias inflacionarias
al gobierno a "ganar tiempo", aplazando algunas de las (de acuerdo con las hipótesis de la curva de Philips) signi-
medidas impopulares al costo de tornarlas más necesa- ficaba en verdad acercarse a una tasa de desempleo "na-
rias en el futuro y, finalmente, más impopulares aun. tural". Sin embargo, parecía que, por lo menos a corto
De cualquier manera, durante 1974 se tornó impres- término, los cambios operados en las expectativas influ-
cindible cierta "flexibilización", como se dio en llamarla, yeron sobre el proceso inflacionario mucho más que los
particularmente después de septiembre, mes en que cambios en la tasa de desocupación (Brodersohn, 1977).
asumió sus funciones un nuevo titular de Economía. En Uno de los cambios decisivos, y probablemente aquel
el primer trimestre los precios aumentaron un 3 por que mejor permite explicar las intensas tensiones corres-
ciento y empezaron a escasear algunos productos. Para pondientes al período final del pacto social, fue el vuelco
marzo, la presión de los sindicatos se tornó muy fuerte; se de la situación externa, provocado por la brusca inversión
había operado una ligera disminución de los salarios de los términos del comercio, en más de una tercera
reales, pero aún eran muy superiores a los de 1972. parte, debido al aumento de los costos de las importacio-
Aunque el pacto social inicial había especificado que no nes, agravado por las políticas expansionistas locales. Los
se aumentarían los salarios por dos años, se otorgó un precios de exportación se mantenían en el nivel en que
nuevo aumento, consistente en una cantidad fija de 240 estaban a fines de 1973, pero uno de los problemas más
pesos por mes por trabajador, que representaba alrededor importantes del momento fue la prohibición de las impor-
del 20 por ciento para los no especializados y menos para taciones de carne dispuesta por el MCE alrededor de julio
los calificados. Este aumento, sumado a un gradual de 1974 (medida que el FMI, como era de esperar, consi-
200 GUIDO DI TELLA PERON-PERON, 1973-1976 201

deró como una disposición proteccionista justificada por El efecto de las políticas expansionistas pudo advertir-
ser una industria incipiente en Europa y no susceptible se claramente en el incremento del déficit gubernamental,
de ser considerada como un acto de discriminación co- resultante de aumentos tanto de la cuenta corriente como
mercial). Por otro lado, los precios de importación au- de la de capital. En verdad el gobierno actuó de acuerdo
mentaron un 35 por ciento, a lo cual se sumó un signifi- con una exagerada interpretación "costista" de la infla-
cativo aumento de las importaciones. ción, aumentando la cantidad de dinero en circulación,
El excedente de cuenta corriente cayó de 704 millones así como los gastos corrientes y el número de empleados
de dólares en 1973 a 245 millones en 1974, cifra que di- públicos, y llevando adelante los proyectos de inversión
simula la disminución mayor aun que se operó en el año, como si no fuera necesario considerar el rol de la de-
de un excedente de 395 millones de dólares en la primera manda.
mitad a un déficit de 286 millones en la segunda. La renovación de las expectativas inflacionarias redujo
No obstante los aumentos de precios y la inversión de la demanda de dinero y, en consecuencia, aumentó el
la situación exterior, el tipo de cambio no se alteró. Ello potencial inflacionario de la misma cantidad de dinero,
significó una sobrevaluación gradual de la moneda (véase para no hablar del potencial de una cantidad mayor. El
el Cuadro A.8.1), un substancial aumento de las importa- dinero, que equivalía al 20 por ciento del PBN en la se-
ciones y una gran pérdida de reservas. Estos factores fue- gunda mitad de 1973 y al 24,5 por ciento durante 1974,
ron utilizados para demorar una vez más el temible mo- decreció para fin de año, como consecuencia de las ma-
mento de devaluar el peso, lo cual agregaría más leña al yores expectativas inflacionarias. En realidad el gobierno
fuego inflacionario. Sin embargo, es justo decir que, en acrecentó durante todo el período su papel en la creación
ese momento, no estaba en claro si los problemas de de dinero; sin embargo el sector exterior, después de
exportación eran temporarios o no. haber aportado una contribución substancial, empezó a
La relación interna de los precios importados a los na- absorberlo en cantidades crecientes a partir de mediados
cionales disminuyó, en tanto que los términos del comer- de 1974.
cio agropecuario, que estaban en 130 antes de mayo de La tasa real de interés, después de ser positiva, cayó a
1973 (1960 = 100), pasaron a 110-15 en mayo de 1974 una cifra negativa del 9,4 por ciento (tasa anual) en la
y cayeron por debajo de 100 para fin de año. La depre- primera mitad de 1974 y a 17,5 en la segunda.. Al mismo
sión de las exportaciones de carne aceleró el movimiento tiempo, la tasa de inflación pasó de aproximadamente
descendente del ciclo del ganado y la carne vacuna, si el 8 por ciento anual en la segunda mitad de 1973 a alre-
bien favoreció al índice del costo de la vida, sobre el cual dedor del 40 por ciento anual durante 1974. De nuevo se
la carne incidía en aproximadamente el 22 por ciento. formuló el argumento de que tasas de interés más eleva-
La situación, por añadidura, provocó fuerte inquietud das aumentarían los costos y, por lo tanto, contrarresta-
entre los productores, lo que había de tener graves reper- rían el efecto amortiguador que tendrían sobre la deman-
cusiones políticas, más allá de las puramente económicas. da. Ello es típico de las ocasiones en que un gobierno
debe tomar medidas que alimentarán el proceso inflacio-
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202 GUIDO DI TELLA

nario sea por el lado de la demanda o por el de la oferta. La congelación de precios y salarios, capaz inicialmen-
En general se opta contra las medidas que elevan los costos, te de disminuir las expectativas inflacionarias, fue mante-
particularmente porque son de impacto más inmediato. nida durante demasiado tiempo. Más aun, cuando la si-
tuación externa se invirtió y los precios de importación
La inversión, poco activa durante mediados de 1973,
subieron drásticamente, el gobierno, en vez de adoptar
se aceleró a partir de ese año, pasando del 19,4 por ciento
una política de precios flexible y una política mone-
del PBN en 1973 al 20,6 por ciento en 1974. Ello fue
consecuencia del aumento de la inversión pública, lo cual taria restrictiva, hizo lo contrario. La congelación fue
compensó en gran medida la caída de la inversión privada llevada más allá de lo razonable, deteriorando la renta-
del 14,1 al 11,3 por ciento. bilidad del sector empresarial y el nivel de inversiones y
Las ganancias de 400 a 500 de las principales empresas creó finalmente la escasez general. La más grave fue la
fueron controladas de modo bastante detallado, afectán- escasez de moneda extranjera, resultante de recalentar
dolas bastante seriamente hasta que en el último tri- la economía y mantener a la vez una tasa de cambio
mestre de 1974 se revirtió la política. Las compañías más "congelada".
pequeñas, no sometidas a este tipo de control, no pasaron La renovación de las expectativas inflacionarias tuvo
por ese proceso, porque percibían por sus productos pre- el efecto opuesto del provocado por el círculo "virtuoso"
cios adicionales en medida mucho mayor de lo que lo inicial. Esta vez fue un círculo "vicioso", que actuó por
podían hacer las firmas controladas. Esta diferencia con- intermedio de la disminución de la demanda de dinero, lo
cordaba con la base política de la CGE, más fuerte en las cual agravó el potencial inflacionario ya extremadamente
pequeñas empresas. La reducción de la rentabilidad y de peligroso.
la inversión privada podría explicar el punto de vista, bas- Una congelación de precios es una política que sólo
tante común en ese momento, de que la inversión dismi- puede adoptarse en un momento para contrarrestar
nuía en términos absolutos. Sin embargo, el hecho era expectativas. Así había sucedido. Sin embargo, sólo se la
que el gobierno seguía políticas tanto distribucionistas puede emprender en forma temporaria, pues de no ser así
como desarrollistas, y ambas a corto término, situación provoca un alto grado de rigidez y de efectos a largo
que obviamente no podía prolongarse. plazo perniciosos. También resulta claro que no permite
La tasa de crecimiento de la economía era excelente; someter a control las presiones derivadas del empuje de
un 6,5 por ciento, ligeramente superior a la del año ante- los costos; sólo puede diferirlas por un tiempo, con el
rior. La elevación del nivel de la demanda efectiva contri- riesgo de que en el futuro sean peores los ajustes nece-
buía a esa cifra. El crecimiento de los sectores industrial sarios. Se la debe acompañar con una administración co-
y agropecuario, en un 6,2 por ciento, estaba algo por herente del aspecto de la economía correspondiente a la
debajo del término medio. El crecimiento general fue pro- demanda. Cuanto más rigurosa y larga es la congelación,
pulsado por el desarrollo de la construcción, debido en más estricta debe ser la restricción de la demanda. Por
parte al énfasis puesto por el gobierno sobre los planes de desdicha, en ese momento no se lo vio así. Era una polí-
vivienda económica. tica en la cual resultaba más fácil entrar que salir. Por
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204 GUIDO DI TELLA

añadidura, en perspectiva, se puede apreciar cómo algunas distintos. Uno subrayaba la necesidad de una política
de las flaquezas intrínsecas de esa política fueron agrava- de precios más flexible, y el otro la de un "enfriamiento"
das por la reversión de la situación internacional y por las general de la economía. Podría decirse que hubo un en-
políticas locales particulares que se adoptaron. foque basado en los precios y uno basado en los ingresos
y que fueron presentados como si fuesen políticas alter-
nativas, en vez de complementarias.
Septiembre de 1974 - mayo de 1975: "Flexibilización" La opinión más generalizada apuntaba a un reajuste de
y restricción financiera los precios de algunos bienes, particularmente aquellos
que en el momento de la congelación habían sido sor-
Mientras el panorama económico se iba oscureciendo, prendidos en niveles relativamente bajos, aquellos cuya
espesos nubarrones se acumulaban en el frente político. producción exigía considerable aporte de importaciones y
En julio de 1974, la muerte de Perón determinó una aquellos cuya producción demandaba mucha mano de
disminución significativa de la capacidad de arbitraje del obra. Era evidente que mayores precios de importación y
Poder Ejecutivo, problema particularmente grave para salarios más altos habían disminuido la rentabilidad del
toda alianza política más bien frágil. El problema se sector empresarial, causando pérdidas importantes, redu-
complicó por el hecho de que la presidenta, Isabel Perón, ciendo e incluso deteniendo la producción. Esta situación
se identificó con el ala derecha del partido, dirigida por el provocó toda suerte de problemas por el lado del abaste-
ministro de Bienestar Social, José López Rega, más de cimiento y creó escasez y desequilibrios en el flujo de
lo que se esperaba. Este grupo intentó imponer una deci- bienes. Al mismo tiempo, la creciente violación de la
dida política de derecha, cuya esencia era la aplicación congelación de precios y la frecuencia de transacciones de
de una línea económica ortodoxa que procuraba doblegar mercado negro crearon una gran cantidad de dinero pro-
el poder de los sindicatos. ducto de la especulación que no pagaba impuestos ni era
Si bien en el campo político las medidas fueron toma- registrado, situación que había de tener graves conse-
das poco después de la muerte de Perón, en los frentes cuencias en 1974. Lo más probable era que esos fondos se
económico y laboral fueron diferidas. En septiembre se invirtieran en activos financieros que no exigían la
designó ministro de Economía a Alfredo Gómez Morales, identificación legal del inversor; por ejemplo, bonos
personalidad respetada y moderada. Se trató de una solu- gubernamentales en dólares, bonos ajustables en pesos, de
ción de compromiso adoptada sin mayor convicción, acuerdo con el índice de precios al por mayor, y dólares
puesto que significó aplazar el pleno cumplimiento del de mercado negro. La bolsa de valores no desempeñó
programa derechista hasta una etapa posterior; en verdad, ningún papel importante.
hasta el segundo trimestre de 1975. Las nuevas autoridades económicas tenían un punto
De cualquier modo eran necesarias algunas modifica- de vista intermedio en cuanto a la liberalización de la
ciones importantes de las políticas económicas. Los gru- economía. Consideraban que, en esas circunstancias, una
pos empresariales y políticos propusieron dos enfoques liberación de todos los precios hubiera tenido por efecto
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207
PERON-PERON, 197 3-1976

un enorme salto en sus niveles. Estimaron que, para brío en el sector externo. La tasa cambiaría fue conserva-
evitarlo, la liberación de los precios debía ser parcial y da hasta marzo, a la vez que se producían muy importan-
acompañada por una política de restricción financiera, tes pérdidas de reservas. El tipo cambiarlo del mercado
que redujese los gastos de todo orden y, en consecuen- negro empezó a superar la tasa oficial, hasta llegar a más
cia, el déficit gubernamental y el crecimiento de la masa del doble del valor que tenía en febrero de 1975. En
de dinero.
ese momento, el peso fue finalmente devaluado de 10 a
Se permitieron muchos ajustes de precios, incluso los 15 pesos por dólar, lo cual redujo, pero no eliminó, una
de algunos de los servicios públicos, en febrero de 1975. sobrevaluación de la moneda que había alcanzado muy
Los precios siguieron en ascenso, aumentando un 12 por altos niveles. Estas amplias fluctuaciones del valor real
ciento en el último trimestre de 1974 y un 25 por ciento del tipo cambiarlo son por cierto una de las causas más
en el primero de 1975, a la vez que las expectativas de importantes de las dificultades que supone elaborar una
inflación se intensificaban considerablemente. En noviem- política de exportación coherente para bienes cuya pro-
bre se aumentaron los salarios un 13 por ciento, y se per- ducción no se base en el uso intenso de la tierra.
mitió que ello fuese trasladado a los precios como parte El hecho de que la tasa oficial de cambio no fuese mo-
de la política de aumentar —o por lo menos no dismi- dificada, disminuyó el nivel neto de protección efectiva
nuir— las ganancias empresariales. En marzo se efectuó un (Corden, 1971; Berlinski, 1977), que a veces depende mu-
nuevo reajuste de salarios, de 400 pesos por mes, un 20 cho más del nivel del tipo cambiario que de los aranceles
por ciento aproximadamente. En ambos casos, los aumen- explícitos. En consecuencia, los valores de las importacio-
tos fueron concedidos antes de que se hubiese verificado nes se elevaron en más del 50 por ciento. De cualquier
ninguna disminución real importante, como si la inflación modo, como la devaluación era esperada, hacia fines del
hubiese intensificado la conciencia de los sindicatos en la año empezaron a efectuarse importaciones especulativas
defensa de los salarios reales. De cualquier modo, éste fue en grandes cantidades. El problema fue complicado por la
uno de los períodos en que prevalecieron salarios reales súbita caída de los precios de exportación y el agudo de-
más altos, lo cual se puede relacionar en parte con la muy terioro de los términos comerciales, que bajaron más de
alta demanda de mano de obra y con el muy bajo nivel un 20 por ciento entre la primera y la segunda mitad
de desempleo. Sin embargo, también es verdad que la del año. Todo ello contribuyó a una espectacular rever-
nueva política económica, no obstante su apariencia más sión de la balanza comercial y del nivel de las reservas;
ortodoxa, no tuvo en cuenta una reducción de los salarios éstas, después de llegar a unos 1972 millones de dólares
reales como uno de sus instrumentos deflacionarios; el durante la primera mitad de 1974, bajaron a unos 1057
aumento sin embargo no fue intencional. Por otro lado, millones en el primer trimestre de 1975, tendencia que
la nueva política procuró mantener la tasa cambiaría había de mantenerse hasta el tercer trimestre. El dete-
"congelada" como manera de controlar la inflación, rioro del precio de las exportaciones agropecuarias fue
contando probablemente con la amortiguación de la empeorado por la sobrevaluación de la moneda y redu-
demanda como principal factor para restablecer el equili- cido más aun por la aplicación de impuestos ad valorem a
208 GUIDO DI TELLA P E R O N - P E R O N . 197 3-1976 209

las exportaciones. El sector ganadero fue más afectado como cabe suponer, la medida despertó fuerte oposición.
aun por el cierre del mercado del MCE y por la crisis ga- En tanto que las inversiones habían alcanzado, en el
nadera mundial, que agravó la fase descendente del último trimestre de 1974, un pico del 23,4 por ciento del
ciclo de la carne vacuna. PBN, ya en el primer trimestre de 1975 habían bajado
Las cifras correspondientes a los términos del. inter- al 20,8 por ciento; esta tendencia negativa fue acelerada
cambio interno agropecuario industrial eran bajas, aun- por la reducción drástica de la inversión privada. La inver-
que sólo después de noviembre cayeron por debajo del sión pública alcanzó el máximo de todos los tiempos,
nivel de 1967-69, para alcanzar a mediados de 1975 el pero no bastó para compensar lo que sucedía en el sector
punto más bajo de todos los tiempos. De cualquier privado. A esa altura de las circunstancias se consideró, y
modo, la situación era más seria aun, pues tales cifras con acierto, que la moneda tenía impacto muy importan-
se basaban en los precios industriales, que también eran te sobre la situación inflacionaria. Se efectuó una tentati-
bajos. Hacia fines de 1974, el problema no era tanto de va por reducir la cantidad de moneda en circulación,
precios relativos como de precios absolutos —es decir, intento con el que en alguna medida colaboró el déficit
precios de los productos en comparación con los precios del sector externo. De la moneda creada durante este
de los insumos— tanto en el caso de los bienes agropecua- período, el déficit gubernamental aportó el 76,6 por
rios como en el de los manufacturados. ciento del total; la creación de crédito, un 8 por ciento
Mientras los distintos grupos afectados por estas más, y el sector externo, un 16,3 por ciento negativo.
anormalidades de los precios relativos presionaban para Al mismo tiempo, se puso en marcha una política que
obtener lo que llegó a denominarse la "flexibilización" de apuntaba a ajustar algunos de los casos complicados rela-
la economía, algunos sectores menos poderosos se preo- tivos al capital extranjero surgidos en el período anterior
cupaban por el recalentamiento de la economía y pedían y se emprendió un estudio orientado a liberalizar la ley
una política financiera más prudente. Desde luego, existía de inversiones extranjeras. Todas estas medidas formaban
un amplio desacuerdo en torno de las áreas donde debían parte de una estrategia conducente a que el capital ex-
aplicarse los cortes. Algunos, como el grupo "desarrollis- tranjero constituyera de nuevo una fuente importante
ta", incluso pedían un aumento de las inversiones estata- de inversiones. Con ello se procuró compensar la reduc-
les, suponiendo con cierta ligereza que era posible efectuar ción de la inversión estatal; pero quedó más a nivel de
cortes en medida tal que tornaran factible esa estrategia. deseos que de realidades.
Los futuros caminos alternativos eran la "flexibilización" Los actos del Ministerio de Economía fueron contra-
y la restricción financiera. rrestados en muy amplia medida por la ambivalente ac-
Se puso en marcha un riguroso programa de disminu- titud de la extrema derecha del partido. Esta criticaba
ción de los gastos corrientes del gobierno, en especial los algunas de las políticas propuestas por el Ministro, sólo
de personal. Se procuró asimismo reducir algunos de los para aplicarlas más tarde y en forma mucho más drástica
programas oficiales que aparecían como demasiado ambi- cuando logró imponer su propio candidato para ejecu-
ciosos; entre ellos el plan de viviendas económicas, y, tal tarlas.
210 GUIDO DI TELLA PERON-PERON. 1973-1976 211

Si bien varias de las medidas adoptadas eran por El cambio se operó en junio, al designarse nuevo minis-
cierto necesarias, se las debió haber puesto en práctica tro de Economía a Celestino Rodrigo, miembro del círcu-
mucho antes; en rigor, tenían un atraso de por lo menos lo más íntimo del ala derecha del peronismo. El nuevo
seis meses y eran más moderadas que lo exigido por la grupo quería liberar los precios, devaluar la tasa cambiaría
situación, sobre todo en el sector externo. Las disposi- hasta llevarla a un nivel "realista" muy devaluado, mejorar
ciones necesarias en materia de precios e ingresos no fue- los precios agropecuarios, estimular la inversión privada,
ron tomadas. Es probable que se haya confiado demasia- elevar los precios de los servicios y los bienes públicos,
do en la restricción financiera: se suponía que reempla- disminuir el déficit fiscal, mantener bajos los salarios y,
zaría la necesidad de cualquier ajuste directo de precios y, finalmente, doblegar el poder de los sindicatos. Dentro de
en particular, la necesidad de la devaluación. Llegado el esta visión bastante ortodoxa, no resultaba del todo claro
momento, fue preciso adoptar estas medidas en forma el papel asignado a la oferta de dinero; reducir el déficit
drástica y brusca, hecho que fue una de las causas de la involucraba una reducción de su ritmo de aumento, pero
convulsión final. Las opiniones que prevalecían en ese a la vez se contemplaba aumentar el crédito al sector
período acerca del papel del nivel de actividad económica privado. La principal excepción del plan general residía
y de los movimientos de precios en la determinación de en la insistencia en continuar, e incluso ampliar, el
un equilibrio habían de cambiar bastante drásticamente programa de construcción de viviendas económicas. Este
en el período siguiente. era el principal proyecto del Ministro de Bienestar Social,
jefe político del ala derecha.
El gobierno devaluó el peso de 15 a 30 pesos por dólar,
lo que estableció una tasa cambiaría 3 veces superior a la
Junio-agosto de 1975: el drástico reajuste de febrero. Los precios de los bienes públicos aumen-
taron en muchos casos más del 100 por ciento, y en el
Los problemas iban en aumento. Varios grupos habían notorio caso de la nafta se llegó a un 200 por ciento. En-
manifestado abiertamente sus protestas, sobre todo en los tretanto, se ofreció a los trabajadores un aumento sala-
sectores agropecuario e industrial, pero lo que finalmente rial inferior al 40 por ciento. La opinión pública se en-
impuso un vuelco fue la situación cambiaría con el contraba en estado de shock. La dirección seguida por
exterior, sumamente delicada. La devaluación de marzo y el cambio era la que se esperaba, pero no su intensidad.
los aumentos salariales del mismo mes habían creado Cabe sospechar que se procuraba crear una situación
nuevas presiones inflacionarias inducidas por los costos. insostenible a los dirigentes sindicales, cuyo reemplazo
Esos episodios, asociados a rumores de un inminente era por cierto un objetivo confeso del gobierno. El au-
cambio político encabezado por el ala derecha, provoca- mento de la inflación, que pasó del 74,2 por ciento en los
ron una especulación desestabilizadora en el medio doce meses anteriores a mayo de 1975 a un 954 por cien-
cambiario, acrecentando la brecha entre las tasas del to en los doce siguientes, así como las enérgicas medidas
mercado negro y el oficial. tomadas por el gobierno y las reacciones que provocaron,
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deben ser entendidos como parte de una lucha generali- se tornó obvia, obstaculizando la ya delicada situación
zada entre el sector del partido basado en los gremios y económica.
el ala política de la derecha. Se libró una lucha por el El efecto inmediato de todos estos episodios fue un
poder y por el dominio político precisamente en torno fuerte aumento del costo de la vida, del 102 por ciento
del reajuste de los precios relativos y sus obvias conse- en junio-agosto (o 117 por ciento según el índice de
cuencias sobre la transferencia de los ingresos. precios mayoristas). Los precios de importación subie-
Las negociaciones salariales entabladas durante la ges- ron en términos reales un 30 por ciento en comparación
tión del ministro anterior se suspendieron inmediata- con los precios internos, con lo cual se ajustaron a un
mente. Lo que resultó bastante extraño —y constituyó movimiento similar de la tasa cambiaría real. Los precios
probablemente una de las razones por las que fracasó el agropecuarios descendieron otro 10 por ciento en térmi-
programa— fue que la devaluación y los aumentos de nos reales, fenómeno opuesto al objetivo inicial. Los
precios se operaran mientras proseguían esas negociacio- salarios reales subieron en un cortísimo plazo un 50 por
nes. Los dirigentes sindicales ya no luchaban tanto por un ciento, pero esta diferencia pronto se desgastó hasta de-
aumento de salarios como por su supervivencia política. jarlos en el nivel previo a las perturbaciones. Sin embar-
Estuvo a punto de llegarse a un acuerdo sobre la base de go, significó una transferencia importante y definitiva de
un aumento inmediato del 50 por ciento,'al que seguirían aproximadamente el 4 por ciento del producto a los
dos aumentos del 15 por ciento cada uno, en agosto y asalariados. Otra transferencia muy importante, que
octubre. Lo cierto fue que finalmente los sindicatos re- alcanzó al 3,7 por ciento del PBN fue la de acreedores a
chazaron el acuerdo y movilizaron sus fuerzas. Uno de sus deudores, como consecuencia de la reducción a la mitad
principales problemas radicaba en que, como las políticas del valor real de las deudas.
económicas eran respaldadas totalmente por la presiden- Otro efecto de los aumentos de precios consistió en
ta, la oposición de los sindicatos podía acarrear la caída que la cantidad de dinero en circulación decreció, en tér-
del gobierno, lo que los hacía vacilar, ya que muchos du- minos reales, del 13,7 por ciento del PBN en el primer tri-
daban de que fuera o no preciso llegar tan lejos. Por fin mestre de 1975 al 8,1 por ciento en el tercero. Esto fue
los sindicatos lograron obtener aumentos —negociados una consecuencia de la retracción de la demanda de dine-
individualmente en agitadas sesiones y en forma suma- ro, acompañada en el muy corto plazo por una explícita
mente desordenada—, que oscilaban entre el 60-80 hasta política restrictiva del Banco Central, que actuó por sí
más del 200 por ciento, alcanzando un término medio del solo para evitar una explosión de precios aun más grave,
160 por ciento. También en este caso, la intensidad de la consiguiendo disminuir la tasa de inflación en los meses
reacción sólo puede ser entendida como una tentativa por siguientes.
provocar la caída del ala derecha del partido. Esto fue lo La economía pasó bruscamente de un estado de reca-
que en definitiva ocurrió, en medio de una creciente lentamiento en abril por muy fuertes presiones de la
inquietud militar. La autoridad del gobierno se vio demanda y una tasa de desempleo muy baja, a una
claramente lesionada y la posibilidad de un final abrupto situación de crisis en julio y agosto. De abril de 1975 a
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abril de 1976, la desocupación subió vertiginosamente ceso de inflación muy rápido (Olivera, 1967), es decir,
del 2,3 por ciento al 4,8 por ciento en la zona del Gran por el retraso entre la determinación de los impuestos y
Buenos Aires. Círculos significativos anunciaron como su pago, lo cual provocó la erosión del valor real de los
posibilidad inmediata cifras de desempleo superiores al ingresos del gobierno. Los impuestos bajaron en tér-
millón de trabajadores. Se temió que la industria manu- minos reales, en tanto que los ingresos de la Tesorería
facturera orillara el colapso. La situación externa, que pasaron del 6,6 por ciento del PBN en el año anterior, al
tanto había contribuido a estos acontecimientos, seguía 4 y 3,8 por ciento para el segundo y el tercer trimestre
siendo muy delicada. La devaluación había sido con- de 1975. Sin embargo, el efecto final de la convulsión
siderable, pero su efecto no se sintió hasta comienzos de mediados de año no se sintió plenamente hasta fines
del año siguiente. En el corto plazo, se produjo cierto de ese año y principios del siguiente.
alivio en el sector externo gracias a un aumento en gran Para resumir las consecuencias de esta drástica tenta-
escala de los swaps, es decir, préstamos extranjeros de tiva de reajuste de la economía, puede decirse que se
corto plazo, con tasa de cambio futura, garantizada por el logró devaluar la moneda y aumentar en términos rea-
Banco Central. En el curso del año, los préstamos de les algunos precios públicos, en especial la nafta y los
corto plazo aumentaron hasta un nivel récord de 2.124 combustibles, a la vez que la cantidad de circulante dis-
millones de dólares, el 60 por ciento de los cuales corres- minuyó como consecuencia de la drástica disminución de
pondía a swaps. Estos llegaron a ser un factor esencial la demanda de dinero. Contrariamente a lo que se pensa-
para equilibrar la situación exterior, lo que exigió im- ba lograr, el promedio de los salarios reales no bajó pero
poner en el sector privado una ajustada política crediticia aparecieron diferencias importantes entre los salarios de
para mantener esa afluencia. La necesidad de recurrir a los distintos grupos laborales. El sistema fiscal se desorga-
este tipo de financiación se debió a las crecientes dificul- nizó y la actividad industrial fue gravemente afectada,
tades con que tropezaba la negociación de préstamos del aunque las empresas —muchas de ellas deudoras netas—
exterior a mediano plazo; pese a que se procuró obtener- se beneficiaron como consecuencia de la disminución
los, con poco resultado, de bancos privados norteame- de sus deudas en términos reales. El sector agropecuario
ricanos. El gobierno tuvo más éxito en un acuerdo especial siguió declinando, contra los explícitos deseos del go-
concertado con los fabricantes automovilísticos locales bierno. Finalmente, la economía osciló entre los peligros
—el principal sector de importadores de bienes manu- de la hiperinflación y la recesión, a medida que el desem-
facturados— por el cual se les permitió liberar sus precios pleo se acrecentaba hasta alcanzar niveles muy altos.
antes que a nadie con tal de que obtuvieran financiación a
La convulsión de este período provocó la caída del ala
mediano plazo para sus abastecimientos. Así se logró
derecha del partido. Los sindicatos, con el apoyo de los
acumular un crédito total de 200 millones de dólares.
políticos moderados, lograron desembarazarse de López
No obstante el aumento del precio real de varios ser-
Rega y del ministro de Economía. Los sindicatos pasaron
vicios del gobierno, la situación fiscal se deterioró visible-
a ocupar el centro del escenario político y se convirtie-
mente, sobre todo por efecto del rezago fiscal, en un pro-
ron, durante los meses siguientes, en el principal respaldo
216 GUIDO DI TELLA PERON-PERON. 1 9 7 3 - 1 9 7 6 217
del gobierno, reconstituyendo en cierto modo la alianza ción industrial, en el cada vez mayor desempleo, en la tre-
que había prevalecido durante la presidencia de Perón, si menda inquietud social y en las muy enérgicas protestas
bien ahora desempeñando un papel mucho más impor- de los sectores empresarial y sindical. El tercer problema,
tante. Se designó un ministro provisional, que devaluó no menos importante, residía en la necesidad de aplacar
el peso en un 20 por ciento más. La economía se acercó el estallido inflacionario de los meses anteriores. Si bien
a una situación de caos por un lado y de parálisis por era improbable que la inflación continuara a ritmo tan
otro, entre persistentes rumores de división en el ejército, acelerado, no resultaba claro si sería posible retornar a los
acrecentando la posibilidad de un golpe militar. niveles anteriores al shock; más probable parecía que un
nuevo nivel de inflación, mucho más alto, se convirtiera
en nueva norma. Resultaba claro que estos tres problemas
Agosto de 1975-enero de 1976: exigían soluciones en gran medida contradictorias entre sí
el enfoque gradualista y que cada uno de ellos sólo podría ser resuelto de mane-
ra incompleta. Más aun, el nuevo equipo económico
El fiasco económico anterior había herido profunda- estaba resuelto a alcanzar sus objetivos por medio de
mente la autoridad de la presidenta, quien había perdido medidas graduales, es decir, a través de una serie de pasos,
la lucha contra los gremios. Su capacidad, de arbitraje, continuos pero pequeños. Se consideró que los aumentos
que siempre había sido débil, desapareció en la práctica. de precios —extraordinariamente altos—, el salto dado por
Dentro del ejército se resolvió la situación militar, con el el desempleo, el colapso del mercado exterior, la tri-
fortalecimiento del llamado grupo "profesional" y la plicación de la tasa cambiaría, la reducción de la moneda
caída de la facción que había intentado obtener el apo- y del crédito en términos reales a la mitad y, las amplias y
yo del ejército para el programa derechista del gobierno. bruscas transferencias de ingresos, habían dejado una
El nuevo titular de Economía Antonio Cafiero, uno de honda herida y que los distintos sectores de la economía
los economistas más respetables del partido, asumió no podían soportar más shocks.
sus funciones hacia fines de agosto. Durante largo tiempo En ese momento, la inflación no fue vista como una
había mantenido una estrecha asociación con los sindica- consecuencia primaria del desequilibrio monetario. La
tos, lo que compensaba su falta de buenas relaciones causa básica de la inflación, que llegaba al 10 por ciento o
con la mayoría de los integrantes del ala derecha. más por mes, residía en las luchas entre grupos y dentro
Había tres problemas de suma urgencia que merecían de ellos. Esas luchas eran exacerbadas a su vez por la
atención inmediata. El primero y más crítico era la recti- inflación, y por sus efectos desiguales sobre los distintos
ficación de la situación externa, que seguía siendo muy sectores, fundamentalmente debido a los adelantos y
delicada a pesar de algunas de las medidas anteriores. El atrasos en mantener sus reivindicaciones al ritmo del
segundo problema alarmante era el deslizamiento de la proceso inflacionario. Si las inflaciones pueden ser
economía hacia una situación de grave recesión, que se caracterizadas de acuerdo con los distintos grados de
manifestaba en las crecientes suspensiones de la produc- oscilaciones relativas de precios, la de 1975 fue por cier-
218 GUIDO DI TELLA PERON-PERON, 1973-1976 219

to una de las de tipo más marcadamente oscilatorio; a nuevos acuerdos durante la explosión resultaron los más
este punto nos referiremos en particular en el capítulo VII. perjudicados, en tanto que los últimos en firmar obtu-
Por desdicha, la inflación de este tipo es mucho más vieron los aumentos más altos. Aquellos cuyas posiciones
reacia al tratamiento ortodoxo que las inflaciones más relativas se habían deteriorado, pronto empezaron a pre-
uniformes y menos oscilantes. Las transferencias de sionar por una reconsideración de sus "casos especiales",
ingresos provocadas por esas oscilaciones determinan in- pidiendo el retorno a las diferencias tradicionales entre
tensa reacción por parte de los grupos perjudicados, que sindicatos. Aquellos que habían salido favorecidos con-
tiende a perpetuar las oscilaciones y la inflación. sideraron que cualquier concesión efectuada a un grupo
La lucha por la participación en el ingreso nacional fue debía ser extendida a todos. El gobierno pensó que
importante no sólo cuando la libraron entre sí los grupos era necesaria una corrección parcial de la situación y pro-
laborales y empresariales, sino también distintos subgru- puso, sin éxito alguno, una solución a mitad de camino
pos en cada una de esas categorías. Estos consideraban entre la situación previa y posterior al shock. Empezaron
que sus posiciones relativas dentro del grupo eran más a otorgarse algunos aumentos no oficiales, y en noviem-
importantes y su mejoramiento más factible que el mejo- bre, cuando los salarios reales cayeron por debajo del
ramiento general del grupo más ampliamente definido al nivel anterior al shock, el gobierno concedió un aumento
que pertenecían, y cuyos ingresos se habían acortado mensual de aproximadamente 1500 pesos por trabajador,
mucho más. Esto significaba, por parte de esos subgru- lo cual significaba alrededor del 27 por ciento. Más
pos, una conducta oligopolista, lo cual explica, en gran importante fue el acuerdo en el sentido de que los salarios
medida, tanto la oscilación de los precios relativos, como serían indexados en el futuro. Cada tres meses, a partir de
la resistencia del proceso inflacionario a todo tipo de junio, se harían ajustes de modo tal que se garantizaría
tratamiento. un salario real medio de aproximadamente un 95 por
Una de las peores consecuencias del shock anterior fue ciento del salario del año anterior. Con participación de
la pérdida por parte del gobierno del poder de arbitraje trabajadores y empresas, se crearía un instituto especial
que había tenido en el momento del pacto social. Las para verificar las cifras y la política de indexación de
autoridades se tornaron impotentes ante esas luchas in- salarios. En la peculiar situación creada por la explosión,
trasectoriales. Dadas esas condiciones se consideró poco se consideró que reducir las exigencias salariales al nivel
realista cualquier tentativa por acabar totalmente con la de los aumentos previos de precios significaba por sí solo
inflación. Se pensó que bastaría con reducirla a "algo por reducir las expectativas. Lo que se temió fue que los sindi-
debajo del 100 por ciento anual", según se dijo deliberada catos volvieran a pedir el mismo tipo de aumentos nomi-
y ambiguamente, evitando cambios bruscos en la tasa de nales que habían obtenido a mediados del año, mucho
inflación, por entender que éstos agravaban más aun sus mayores que la inflación de ese momento.
efectos perniciosos. También se consideró que formaba parte esencial de
Los salarios habían quedado gravemente distorsiona- la nueva política corregir los precios de algunos bienes y
dos. Aquellos sindicatos que habían firmado primero los servicios importantes. Si bien a largo plazo esto era indis-
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cutiblemente necesario, resultaba claro que tendría un indexados, como en el caso de la electricidad, en tanto
impacto negativo sobre la inflación a corto plazo. Esto que en otros casos se efectuó un reajuste cada dos o tres
no fue sino otro ejemplo del conflicto entre las conside- meses.
raciones antiinflacionarias de corto plazo y las de efi- Se consumó una tentativa por indexar los préstamos a
ciencia de largo plazo. Los precios de los artículos mediano y largo plazo, así como las deudas fiscales. La
agropecuarios fijados por el gobierno fueron aumentados medida provocó mucha resistencia, pues el nuevo sistema
hasta los niveles anteriores al shock. El precio de los habría puesto fin al subsidio implícito en los préstamos a
granos subió un poco más, en tanto que la carne, no tasas reales que resultaban negativas. Por otra parte la
obstante la reducción y finalmente la eliminación de los resistencia era también debida a los peligros de los adelan-
impuestos ad valorem a las exportaciones, se mantuvo tos y retrasos en los precios de los bienes específicos
en un nivel muy bajo hasta el fin mismo del período, producidos por el deudor en comparación con el índice
momento en que se operó un aumento considerable y se industrial mayorista general utilizado para el reajuste.
alcanzó uno de los niveles más altos del período 1975-77. Estos casos fueron parte de una indexación general de la
Los ganaderos declararon dos lock-outs, suspendiendo en economía propuesta como uno de los pocos recursos
cada uno de ellos durante una semana las entregas a los apropiados para disminuir el daño de una inflación con-
mercados de concentración. Si bien los lock-outs eran tinua. Se indexaron algunos precios, pero no todos,
causados por las condiciones económicas, el segundo pues ello habría supuesto la existencia inicial de un vector
formó parte de un plan político para derribar al gobierno, de precios relativos correcto, lo cual obviamente no era el
sobre todo. Las condiciones internas, sumadas al cierre caso. Por añadidura, congelar un vector sub-óptimo hu-
del Mercado Común Europeo, creaban una situación biera sido una fuente permanente de ineficiencia que po-
difícil —cuya complejidad los productores no apreciaron dría ser sumamente nociva a largo plazo.
suficientemente— y que seguiría empeorando aun después Una consecuencia importante de la amplia variación
de que el nuevo gobierno militar hubiese asumido el de los precios relativos y de los adelantos y rezagos de
mando. La política del gobierno consistió en mantener los precios de los varios bienes, fue la de que el "arbitra-
los precios reales de los productos agrícolas entre la je" llegó a ser a veces extraordinariamente provechoso.
siembra y la cosecha, pero permitir de un año a otro Surgió un clima de especulación, particularmente visible
cambios de los precios reales. La intención declarada era en el mercado de valores; esto sucedió no tanto con el de
que a lo largo de un período de tres años los precios las acciones, sumamente débiles, como con el de los
subirían hasta alcanzar los niveles internacionales nor- bonos del gobierno, algunos de los cuales eran ajustables
males. Se estimó que ese lapso era el necesario para poner según el índice de precios mayoristas, en tanto que otros
en funcionamiento un sistema fiscal basado en la pro- lo eran por la cotización del dólar. La política del gobier-
ductividad potencial de la tierra; si bien establecido por no consistió en permitir ese "arbitraje", pero reducir sus
ley, tal sistema no había sido aplicado todavía. Los ventajas tratando de igualar el costo nominal del dinero y
precios de algunos servicios públicos fueron formalmente la tasa de inflación. La tasa nominal para los depósitos
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fue aumentada varias veces, pero aun así permaneció por el programa, pues no contemplaba ninguna reducción
debajo de la tasa de inflación. Empero, la parte del salarial drástica y mantenía como meta la ocupación
mercado donde el interés se fijaba libremente, es decir, las plena, a la vez que sólo apuntaba a reducir el déficit a un
aceptaciones bancarias, se amplió, y para octubre y 6 por ciento aproximadamente del PBN. Después de
noviembre sus tasas marchaban parejas con la inflación. agitadas negociaciones, en las cuales se procuró obtener el
Después de diciembre la inflación se elevó otra vez por decisivo apoyo del Departamento de Estado de los
encima de las tasas de interés, lo cual brindaba mayores Estados Unidos, se llegó a un acuerdo que abría la posi-
márgenes a quienes practicaban el arbitraje y contribuía bilidad de obtener financiación a corto plazo de otras
al clima de especulación. instituciones públicas y privadas. Del Fondo se obtuvie-
Se intentó una reforma fiscal, reduciendo algunas de ron 250 millones de dólares. El grupo de bancos privados
las tasas impositivas, que a la luz de las circunstancias se locales, que eran miembros del grupo ADEBA, tuvo al
consideraron fuera de la realidad y tal vez conducentes a principio una respuesta bastante positiva. Sin embargo,
aumentar el ya alto nivel de evasión. Se hizo un proyecto dos meses después, las crecientes dificultades políticas y
requiriendo a las firmas que para la determinación de los el tibio apoyo del Fondo indujeron a retirarse a algunos
impuestos se apartaran de sus prácticas contables tradi- de los grupos prestamistas.
cionales, que ignoraban el proceso inflacionario, e infor- Este "respiro" de corto plazo fue acompañado por la
maran sobre una base "real", o sea, que tomaran en firme decisión de mantener la tasa cambiaría devaluada al
cuenta el efecto de las variaciones de precios sobre las nivel que se había llegado al cabo del shock anterior. Esto
deudas y los créditos, sobre los inventarios y sobre las se logró mediante devaluaciones pequeñas y frecuentes,
amortizaciones. Enviado al Congreso, este conjunto de a intervalos de 10 a 20 días como máximo y en cada oca-
medidas fiscales nunca fue aprobado, pues se vio envuelto sión del 3 al 5 por ciento. Al mismo tiempo se emplearon
en la intensa disputa política ya iniciada incluso dentro otros medios indirectos para aumentar el costo de las im-
del partido gubernamental. portaciones. Se suponía que las devaluaciones indirectas
La situación externa era realmente desesperada, aun- generarían menores expectativas desfavorables y un
que ya la administración anterior había tomado algunas reajuste inmediato de precios menor al que había seguido
de las medidas básicas necesarias para mejorarla, como la a las devaluaciones más espectaculares.
fuerte devaluación del peso. El problema inmediato fue Una de las maneras más indirectas y menos evidentes
abordado haciendo a un lado la tradicional actitud del de devaluar consistió en aplicar importantes aumentos al
peronismo contra el FMI. Se iniciaron negociaciones con costo del seguro de cambio a término dado a los exporta-
el Fondo con el fin de obtener financiación para compen- dores en compensación por los depósitos en efectivo de
sar la "caída de las exportaciones", lo cual era automáti- valor igual a las importaciones. Aun a costos nominales
co, y las "facilidades petroleras" que exigían la presenta- muy altos, el seguro de cambio a término implicaba un
ción de un plan, coherente pero menos riguroso que un subsidio a las importaciones. Por otro lado, la cantidad
acuerdo formal, aun en su "tramo I". El Fondo no aceptó total de dinero comprometida en el pago previo del
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seguro era substancial, pues superaba el equivalente real que había prevalecido durante los seis meses anterio-
de 1.000 millones de dólares, o sea, alrededor del 2 por res. La política consistía en mantener una moneda rela-
ciento del PBN. La eliminación completa de esta prácti- tivamente devaluada como base para un equilibrio exter-
ca habría significado una liberación de dinero de peligro- no y también como una manera más eficiente de proteger
so potencial inflacionario; mientras que mantener la al sector industrial. En el caso del cambio para exporta-
retención sin extender la cobertura cambiaría habría ciones, se redujo la distancia entre la tasa "mejor" y la
sido visto por el FMI como una restricción comercial. La "peor", que en algunos casos había superado la relación
solución consistió en reducir a la mitad los requisitos de 3:1 (por ejemplo, la tasa cambiara para artículos automo-
depósito previo para fin de año, reduciendo en la misma vilísticos en comparación con la fijada para el trigo). Se
proporción la cobertura a término. El costo nominal de consideró que algunos diferenciales se justificaban, pero
la cobertura a término para los préstamos financieros fue también que eran excesivos y se los debía disminuir. Al
moderadamente aumentado, pero la política consistía en mismo tiempo, se redujo el diferencial entre el cambio de
mantener y acrecentar el subsidio implícito en favor de exportación medio (menos los impuestos a las exporta-
estas transacciones, en vista de la aún delicada situación ciones) y el cambio de importación medio (más las tari-
externa. Al mismo tiempo, se mantuvo como disposición fas), como medio de eliminar el sesgo anti-exportador.
provisional un esquema de varios tipos cambiarlos, pues Estas políticas no rindieron frutos inmediatamente, pero
ello permitía que el ritmo de las devaluaciones se acele- ayudaron a mantener un equilibrio precario. Sin embargo,
rara en forma menos evidente mediante el movimiento de en el primer trimestre de 1976 apareció un excedente en
bienes desde las tasas cambiarías inferiores a las superio- la cuenta corriente por primera vez en cinco trimestres.
res, tal como se lo había hecho, con bastante éxito, en El otro problema fundamental que la economía enfren-
1972. La idea era llegar finalmente a un solo tipo de cam- taba consistía en la abrupta reducción del nivel de activi-
bio, fijado oficialmente y ajustado con frecuencia para dad y en lo que pareció el comienzo de un colapso indus-
la mayoría de los bienes, y a una tasa cambiaría de fluc- trial en medio de aumentos de precios que todavía eran
tuación libre para cierta proporción de las exportaciones sumamente altos.
e importaciones y para las transacciones financieras. Para En términos reales, la cantidad de dinero permaneció
noviembre la tasa cambiaría más baja fue eliminada, y prácticamente en el mismo nivel, es decir, el 11,8 por
para enero se creó un tipo de cambio libre al que se po- ciento del PBN. No es fácil apreciar los cambios de las
día comprar dinero extranjero para turismo, fletes y algu- expectativas; en las primeras etapas de la explosión fue-
nas remesas pequeñas y al que podía venderse una pro- ron bajas respecto de la tasa que realmente se dio, en
porción de las exportaciones, inicialmente el 3 por cien- tanto que después alcanzaron un punto muy superior.
to de las mismas. La tasa de cambio real ponderada Los precios habían cambiado tan bruscamente, que
se mantuvo en el nivel devaluado al que se había llega- tanto empresarios como consumidores estaban manifies-
do después de la explosión de mitad de año, en rigor, tamente confundidos acerca de lo que podían esperar.
aproximadamente un 50 por ciento por debajo de la tasa Se intentó la política de aumentar la tasa de interés,
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PERON-PERON, 1973-1976 227
cuyo objetivo proclamado era avanzar hacia tasas positi-
vas fuese mediante tasas nominales más altas o median- parcialmente el poder. Isabel Perón había tenido que to-
te indexación. Pero la inflación era tan alta que no se mar una licencia de mes y medio, dejando el gobierno en
pudo aplicar la indexación, de modo que las tasas siguie- manos de un presidente interino, ítalo Luder. Al terminar
ron siendo negativas. La creación de dinero se debió bá- dicha licencia se consideró en posición de rechazar un
sicamente al déficit del gobierno y al mayor crédito nuevo período de descanso y de efectuar algunos cambios
concedido al sector privado. Para el último trimestre de en el gabinete. Empero, no pudo destituir a los jefes de la
1975, la Tesorería había alcanzado un déficit del 16,4 coalición moderada, que estaban a cargo de las carteras de
por ciento del PBN; este déficit fue provocado por una Interior y Economía. Se produjo un empate de fuerzas
combinación de un alto nivel de gastos, pero sobre todo entre este grupo y el ala derecha, lo cual provocó una
por una reducción del ingreso causada por el rezago fiscal. situación política difícil y una pérdida completa de auto-
Para fines de año el sector externo que había estado ridad por parte del gobierno. Los sindicatos procuraron
absorbiendo dinero se volvió neutral. forzar entonces, de manera anárquica, el mejoramiento de
La producción industrial siguió descendiendo y pasó de sus posiciones, haciéndole muy difícil la vida al gobierno.
-5,6 por ciento en el tercer trimestre a -8,9 por ciento Los dos lock-outs dispuestos por el sector ganadero, las
en el último. El PBN que en el tercer trimestre del año huelgas de productores y la aparición de una nueva en-
había bajado un 3,2 por ciento, bajó un 6,3 por ciento en tidad empresarial, la APEGE, con el confeso propósito
el último trimestre. Todas estas cifras, incluidas las de crear un clima prerrevolucionario, contribuyeron a que
correspondientes a construcción e inversiones (-26,3 surgiera un sentimiento de caos social que tuvo sobre la
y -20,2 por ciento respectivamente), alcanzaron niveles economía un impacto desestabilizador.
extraordinariamente bajos en el último trimestre. Los pri- En enero la presidenta intentó recobrar totalmente el
meros signos de una reducción en la intensidad de la crisis poder y controlar la situación de acuerdo con sus deseos,
empezaron a manifestarse, si bien modestamente, en el inaugurando así el último acto de nuestra historia.
primer trimestre de 1976, período en que la mayoría de
esas cifras empezaron a recuperarse, aun manteniéndose
por debajo de los niveles del año anterior. Las políticas Enero-marzo de 1976: el fin
adoptadas evitaron un desastre en gran escala en el plano
de la actividad, pero para enero se pudo detectar un au- Esta vez la derecha intentó un retorno menos categóri-
mento de las presiones inflacionarias, agravado por los co. La presidenta destituyó a todos los ministros mode-
muy serios efectos desestabilizadores de la crisis política rados y efectuó nuevas designaciones más de derecha,
que comenzó con el año. entre ellas la de Roberto Ares, ministro del Interior y la
Según se dijo en el capítulo III, la situación política de Emilio Mondelli (hasta ese momento presidente del
había empezado a deteriorarse nuevamente desde princi- Banco Central) como ministro de Economía. Los sindica-
pios de noviembre, cuando la presidenta intentó recobrar tos resintieron el brusco cambio político que se había
operado sin su previo consentimiento. Al principio reac-
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cionaron con violencia, pero titubearon entre el enfren-
sus posiciones relativas. Si bien el tremendo aumento de
tamiento abierto —como a mediados de 1975—, o el
los precios pareció repetir la experiencia de mediados del
acuerdo, Finalmente prevaleció el criterio de llegar a
algún tipo de compromiso; el fin del régimen estaba a la año anterior, las causas fueron distintas, porque esta vez
vista, cualquiera que fuese el camino que se eligiera, y los factores decisivos fueron la desintegración del gobier-
ninguna lucha abierta parecía justificarse. Los militares no y la atmósfera de golpe que se cernía sobre el hori-
habían llegado al punto en que su estrategia consistía en zonte.
dejar que la situación se deteriorara hasta que nadie A comienzos de marzo se aumentaron los salarios en
pudiese discutir la necesidad de un golpe. El punto un 20 por ciento pero se retiró la promesa de todo nuevo
muerto al que había llegado la puja entre las distintas reajuste automático. El ministro no disimuló el hecho de
fracciones de la coalición gubernamental, el mayor e que, según los cálculos, los salarios reales bajarían aproxi-
incontrolado poder de los sindicatos y la ahora ruidosa madamente en un 20 por ciento. Argumentó que se tra-
oposición de los sectores empresariales, crearon una situa- taba de un sacrificio necesario para disminuir la inflación.
ción caótica que imposibilitó el manejo normal de la Los precios reales de los productos agrícolas, que se
economía. habían mantenido en ascenso, alcanzaron un punto alto
Para principios de 1976 los peligros de una recesión en febrero, tras lo cual cayeron en relación con el aumen-
profunda habían quedado atrás. Sin embargo, ese giro de to general de precios de marzo.
la economía no era en aquel momento del todo visible,
Pronto se detuvieron las frecuentes devaluaciones, pero
debido a la coexistencia de condiciones recesivas y fuertes
presiones inflacionarias, asociado todo ello a expectativas se estableció para una lista de productos una nueva tasa
de desestabilización política. cambiaría que mantuvo la tasa real, altamente devaluada,
heredada del ministerio anterior. La tasa libre subió
En rigor era necesaria una nueva serie de medidas rápidamente, impulsada por una especulación desestabili-
restrictivas, pues del lado político no podía contarse con zadora, mucho más allá de lo que cualquier estimación
mejoramiento alguno. La existencia de un golpe "espera- sobre el poder adquisitivo podría indicar. Las reservas
d o " contribuyó mucho a la explosión de precios que, internacionales siguieron en situación sumamente preca-
nuevamente, entre febrero y abril, los elevó a más del ria, en especial por causa de la política de los bancos
doble. Los precios mayoristas subieron más que los de privados extranjeros de disminuir el crédito disponible,
consumo, lo cual supuso una reducción del margen de política que continuó hasta el día del golpe militar, pero
beneficios de los minoristas. Este movimiento relativo fue se invirtió inmediatamente después. Se siguió con el FMI
una repetición de lo sucedido durante la explosión ante- una política nueva, más abierta, se efectuó un intento por
rior, lo cual sugirió que en ambos casos el rol de los costos optar por un acuerdo formal, llegando al "tramo I", lo
fue mayor que el de la demanda. Ante la perspectiva de que exigió un programa más amplio, pero el Fondo se
un inminente cambio de gobierno, todos los grupos se mostró tan reacio que ni siquiera quiso recibir la propo-
precipitaban frenéticamente hacia un mejoramiento de sición, por tener conciencia del inminente golpe militar.
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La actitud ante los salarios, la tasa cambiaría y los rea- No obstante la pérdida de autoridad del gobierno, la
justes de los préstamos a mediano y largo término (que conducta anárquica de los miembros de la coalición y
fueron abandonados) indicó un cambio de línea acerca el muy alto nivel del aumento de los precios crearon una
de la indexación en general. Hubiérase dicho que se con- sensación de caos y desastre inevitable. La oposición, tan-
sideraba la indexación parcialmente responsable del au- to económica como política (con exclusión de la UCR),
mento de las presiones inflacionarias. Es probable que la contaba con el apoyo de las fuerzas armadas, creando así
estrategia haya consistido en efectuar de una vez por el clima político necesario para el golpe militar, que se
todas ajustes definitivos, pero ese período resultó dema- produjo finalmente el 24 de marzo.
siado breve como para que se la pudiera apreciar.
No obstante el mejoramiento de la cuenta corriente,
que en el primer trimestre arrojó un pequeño saldo favo-
rable, la situación externa siguió siendo delicada en ex-
tremo.
La cantidad de dinero en circulación cayó del 11,8 por
ciento del PBN en el último trimestre de 1975 a un 8,4
por ciento en el primer trimestre de 1976. Ello fue pro-
vocado en parte por el drástico aumento de los precios,
que, tal como a mediados de 1975, determinó una nueva
intensificación de la retracción de la demanda de dinero.
El déficit de la Tesorería, que estaba en un 12,9 por cien-
to del PBN, fue afectado otra vez por el salto de los pre-
cios y por la erosión de los ingresos implícita en el rezago
fiscal.
El nivel de actividad continuó bajo, en un -4,4 por
ciento en comparación con el mismo trimestre del año an-
terior, aunque no fue tan bajo como en el último tri-
mestre. La actividad manufacturera denotó un pequeño
mejoramiento (del -8,9 por ciento al -6,7 por ciento),
en tanto que la construcción y la inversión permanecieron
en niveles extremadamente bajos (-26,3 por ciento y
-20,2 por ciento respecto del año anterior).
Aunque las medidas económicas estaban, básicamente,
a la derecha del centro, reiteraron en forma más modera-
da algunas de las políticas aplicadas al promediar 1975.

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