Autobiografía

Mi nombre es Elio, sin H, pero con E de excepcional. No termina en

T, pero sí con O de “OMG, que icónico” Pacheco Arroyo.
Nací en Sahagún-Córdoba el 28 de Julio de 1998.

La mayoría de las personas antes de conocerme me perciben cómo

si fuera odioso, pero se lo atribuyo a mi sol y ascendente que se
encuentran nada más y nada menos que en Leo.

Hago muchas cosas y nunca espero algo a cambio… sólo por

generoso. La amistad ocupa un lugar fundamental en mi vida, por
eso siempre intento formar vínculos poderosos y verdaderos.

Desde los 8, tengo problemas con la alimentación. Cada año me

propongo superarlo pero siempre se sale de mis manos.

Estudié en Caracas dos años y terminé mi secundaria en el colegio

“República Dominicana” de Suba en Bogotá.

En esa época tenía muchos complejos con mi físico y algunas

personas se encargaban de acomplejarme más, sin embargo, en la
actualidad me intereso más en preservar la paz mental, contribuir en
el amor familiar, salir con mis amigos o estudiar. Valoro lo que soy y
me aprendí a amar.

Paso gran parte del tiempo escuchando a Lana del Rey o haciendo
chasquidos imperceptibles con mis dientes. Organizo mis apuntes
con una paleta de 5 colores diferentes, específicos para cada
intención. Hago todas mis obligaciones con mucha anticipación y
me da ansiedad:

 1. no estar a la hora exacta en algún tipo de reunión.

2. Tocar cualquier superficie que tiene contacto con las manos de
otra gente.
3. Comer cosas sin lavarme las manos.
4. Que caminen lento.
5. Entre muchas cosas más…

No puedo concentrarme en las clases magistrales o cuando una sola

persona habla sin parar, cuando sucede, generalmente empiezo
escribir mi nombre en una hoja de papel hasta que quede sin
espacio.

Me gusta escribir, editar fotos o videos y clasificar las expresiones

artísticas por conceptos.

Quiero ser un buen profesor, odio que me pregunten si “sólo de

colegio”, porque enseñar en cualquier nivel es un reto maravilloso.

Evito pensar en lo que vendrá, aunque actúo con responsabilidad

para que posiblemente tenga un buen futuro, pero creo que todo es
incierto y el consuelo es: abrazar, reír y amar.