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ARENDEMOS ATRAVEZ DEL JUEGO

La didáctica considera al juego como una estrategia efectiva para el aprendizaje del
estudiante, a medida que un niño o adolescente juega y experimenta crea nuevos
conocimientos que perduran con el tiempo. El juego siempre ha sido una herramienta de
carácter universal, en donde el estudiante no solo se trata de relacionar con el medio en
donde se desenvuelva sino aprende a escuchar, seguir reglas y respetar a sus
compañeros; además le trata a resolver conflictos internos y a solucionar problemas
sencillos. Los juegos ofrecen al estudiante una nueva manera de aprender, en donde el
docente busca diferentes alternativas de juegos didácticos para mejorar el aprendizaje,
es muy importante además que la comunidad educativa se involucre en el mismo y sea
una nueva alternativa de aprendizaje para los niños y los adolescentes.

El juego dentro de la vida del niño es muy importante, aprende de diferentes maneras y
como relacionarse con el medio ambiente, al igual que sus competencias sociales y
emocionales, construye un ambiente favorable donde puede adaptarse y desarrollar sus
habilidades para llegar la construcción del conocimiento. Conforme crecen los niños y
las niñas desarrollan capacidades para realizar juegos de diferentes tipos en los que se
manifiestan las habilidades y destrezas de acuerdo a su edad, la maestra deberá
encontrar alternativas que impulsen a los niños y niñas a participar ofreciendo diferentes
estrategias de imaginación, creatividad y comunicación.

El método para comprender al niño debe ser científico, basado fundamentalmente en la


observación y en el respeto de sus propias leyes de desarrollo.(Calò, 1980). Resaltar la
experiencia sensorial que destaca en su método Montessori, este concibe al niño como
trabajador, concentrado y poniendo toda la atención en aquello que está elaborando. No
obstante, también podemos incluir el jugo como medio de aprendizaje dentro del
bachillerato, aunque en nuestro medio no es muy común hacerlo, pero lo importante es
tener un visón más allá de jugar, que en este caso es que el estudiante tenga un
aprendizaje perdurable. Tanto en inicial que aprendemos mediante ámbitos o ambientes
lúdicos en bachillerato también podemos aprender las ciencias naturales mediante
experimentación en laboratorios, en donde la comprensión del tema resulta más fácil.

Autores clásicos como Groos (1898, 1901) han definido el juego como una actividad
preparatoria o de ejercicio, desde los primeros años, y que serviría como adaptación del
individuo en su adultez, teniendo en cuenta que el juego debe ser creativo, ameno y
placentero para quien lo practica, a fin de interrelacionarse consigo mismo y con el
entorno que lo rodea; a medida que el estudiante aprende no solo crea una imagen de
conocimientos en una materia o ámbito específico, sino que incluye una serie de
materias que necesita conocer para poder resolver el problema planteado en el juego;
muchos niños y niñas empiezan a perder interés en las materias de ciencias debido a una
escases de prácticas y juegos lúdicos relacionados a los temas propuestos, esto crea un
desinterés en los adolescentes y crean más bien personas memorísticas en donde el
aprendizaje no perdura a lo largo del tiempo.

Conclusiones
En cada una de las áreas que nos desenvolvemos como docentes es importante el juego
como factor de aprendizaje siempre tomando en consideración la cultura de los
estudiantes y el nivel en el que se están desenvolviendo.
Es muy importante en bachillerato que los estudiantes experimenten en los laboratorios
ejemplos de la vida cotidiana, en donde el docente sea el principal motivador para las
prácticas experimentales.

Bibliografía
- Pons García, Laura, & de Soto García, Isabel Sonsoles. (2020). Evaluación de
una propuesta de aprendizaje basado en juegos de rol llevada a cabo en la
asignatura de Cultura Científica de Bachillerato. Revista de estudios y
experiencias en educación, 19(39), 123-144.
- Groos, K. (2015). The play of man. USA: Bibliobazaar
- Torres, C. M. (2002). El juego: una estrategia importante. Educere, 6(19), 289-
296.

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