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Importancia de la Macroeconomía
para las Microfinanzas en Bolivia
Claudio González Vega
Jorge Rodríguez Meza
Cuaderno No. 15
Diciembre, 2003
i
Los autores son consultores del Proyecto SEFIR de USAID/Bolivia y las opiniones
expresadas en este documento, así como los errores y omisiones, son responsabilidad
exclusiva de los mismos y no necesariamente reflejan la posición oficial de USAID, The
Ohio State University o DAI.
ii
INDICE
Pág.
I. Introducción 1
1.1. Cobertura y profundización 2
1.2. Transformación y regulación 7
1.3. Competencia y riesgo sistémico 12
II Macroeconomía y microfinanzas 19
2.1. Crisis macroeconómica, liberalización financiera y 20
microfinanzas
2.2. Expansión, riesgo sistémico y crisis 24
III Desintermediación financiera y microfinanzas 26
3.1. Evolución de las carteras de crédito 29
3.2. Desempeño diferencial 36
3.3. La amplitud de la cobertura 39
3.4. Agregados monetarios 41
Anexo de Gráficos 44
Anexo de Cuadros Estadísticos 102
iii
INDICE DE GRAFICOS
iv
Gráfico 50: Evolución de las importaciones por grupos ……………………........... 99
Gráfico 51: Tasa de crecimiento de importaciones por grupos …………………… 100
Gráfico 52: Composición de las importaciones totales …………………………… 101
Gráfico 53: Evolución de las exportaciones por grupos ………………………….. 102
Gráfico 54: Tasas de crecimiento de las exportaciones de productos seleccionados 103
Gráfico 55: Composición de las exportaciones oficiales …………………………. 104
v
INDICE DE CUADROS ESTADISTICOS
Cuadro 1: Cartera vigente del sistema financiero boliviano ……………………… 106
Cuadro 2: Cartera en mora del sistema financiero boliviano ……………………... 107
Cuadro 3: Cartera bruta del sistema financiero boliviano ………………………… 108
Cuadro 4: Cartera vigente por organización de microfinanzas …………………… 109
Cuadro 5: Cartera en mora por organización de microfinanzas ………………….. 110
Cuadro 6: Cartera bruta por organización de microfinanzas ……………………... 111
Cuadro 7: Número de clientes de las organizaciones de microfinanzas según
género ……………………………………………………………. 112
Cuadro 8: Número de clientes urbanos de las organizaciones de microfinanzas
según género …………………………………………………….. 114
Cuadro 9: Número de clientes rurales de las organizaciones de microfinanzas
según género …………………………………………………….. 116
Cuadro 10: Red de agencias de microfinanzas según urbano y rural …………… 118
Cuadro 11: Cartera urbana por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 1999) …………………………………. 119
Cuadro 12: Cartera rural por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 1999) …………………………………. 120
Cuadro 13: Cartera total por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 1999) …………………………………. 121
Cuadro 14: Cartera urbana por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 2000) …………………………………. 122
Cuadro 15: Cartera rural por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 2000) ………………………………….. 123
Cuadro 16: Cartera total por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 2000) ………………………………….. 124
Cuadro 17: Cartera urbana por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 2001) …………………………………. 125
Cuadro 18: Cartera rural por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 2001) …………………………………. 126
Cuadro 19: Cartera total por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 2001) …………………………………. 127
Cuadro 20: Cartera urbana por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 2002) ………………………………… 128
Cuadro 21: Cartera rural por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 2002) ………………………………… 129
Cuadro 22: Cartera total por actividad económica para organizaciones de
microfinanzas (diciembre 2002) ………………………………… 130
Cuadro 23: Cartera por tipo de crédito para el sistema financiero regulado
(setiembre 1999) …………………………………………………. 131
Cuadro 24: Cartera por tipo de crédito para el sistema financiero regulado
(setiembre 2000) …………………………………………………. 131
Cuadro 25: Cartera por tipo de crédito para el sistema financiero regulado
(diciembre 2001) …………………………………………………. 132
Cuadro 26: Cartera por tipo de crédito para el sistema financiero regulado
(diciembre 2002) ………………………………………………… 132
vi
vii
Importancia de la Macroeconomía
para las Microfinanzas en Bolivia
Claudio González Vega
Jorge Rodríguez Meza1
I. Introducción
1
Los retos de los años recientes han puesto duramente a prueba los logros de
esta expansión de las microfinanzas bolivianas. Como preámbulo al análisis que
sigue y para sustentar y enriquecer la interpretación que se intenta lograr en este
trabajo, sobre la evolución reciente de las interacciones entre la macroeconomía
y las microfinanzas en Bolivia, resulta útil tener presentes algunas dimensiones
claves del proceso de desarrollo del sector de las microfinanzas en este país,
durante sus casi dos décadas de evolución. Únicamente desde esta perspectiva
histórica se pueden entender mejor, tanto la importancia de los logros cuya
sustentabilidad ha sido puesta en peligro por las amenazas macroeconómicas
recientes, como los rasgos estructurales que explican por qué, durante esta
etapa de crisis, el desempeño de las organizaciones bolivianas de microfinanzas
(OMF) ha sido comparativamente mejor que el de otros subsistemas del sector
financiero regulado. En efecto, por razones diversas, las microfinanzas
bolivianas han sido sobresalientes, como brevemente se explica a continuación.
2
En efecto, durante la crisis macroeconómica y política reciente, el desempeño de
las organizaciones de microfinanzas reguladas ha sido mejor que el de otros
subsistemas del sector financiero boliviano. Este desempeño comparativamente
más satisfactorio ha sido sorprendente para algunos observadores, quienes
una década atrás firmemente predecían que las carteras de microfinanzas son
más riesgosas que las carteras bancarias tradicionales y quienes pronosticaban
que las organizaciones de microfinanzas no resistirían los efectos de una crisis
financiera generalizada. No sólo resultaron estas predicciones incorrectas; el
desempeño superior de las OMF encierra lecciones relevantes sobre criterios
adecuados para promover el progreso financiero del país en el futuro.
2
Parte de la explicación del mejor desempeño relativo de las OMF se encuentra en la mayor
flexibilidad de las estrategias adoptadas por sus propios clientes para hacerle frente a las
dificultades surgidas con la crisis. Las acciones emprendidas por los clientes de las
organizaciones de microfinanzas ante la incidencia del riesgo idiosincrásico o del riesgo
sistémico han sido identificadas, con base en una encuesta de deudores en varias ciudades de
Bolivia, por Adrián González González y Claudio González Vega (“Sobre-endeudamiento en las
microfinanzas bolivianas”, Columbus, Ohio: reporte de investigación del Programa Finanzas
Rurales de OSU, septiembre de 2003).
3
Los elementos centrales de las innovaciones en tecnologías de crédito para las áreas rurales
han sido examinados en detalle para Caja Los Andes, por Rodríguez Meza y González Vega
(Cuaderno de SEFIR No. 7, 2003), para PRODEM, por Rodríguez Meza, González Vega y
González González (Cuaderno de SEFIR No. 8, 2003), para CRECER, por Quirós Rodríguez,
Rodríguez Meza y González Vega (Cuaderno de SEFIR No. 9, 2003) y para FADES, por
Rodríguez Meza, González Vega y Quirós Rodríguez (Cuaderno de SEFIR No. 10, 2003). Esta
información debe facilitar la transferencia de lecciones y el desarrollo de nuevas innovaciones.
3
Estas innovaciones en tecnología crediticia le permitieron a las OMF contar con
herramientas apropiadas para hacerle frente a los riesgos idiosincrásicos de
sus operaciones, con resultados impecables en la calidad de sus carteras,
sostenidos durante la mayor parte de la década previa a la crisis. Incluso
durante la crisis, estas tecnologías les han permitido presentar tasas de
recuperación de sus carteras mejores que las de otros subsistemas del sector
financiero regulado. La eficacia de las tecnologías desarrolladas por las OMF
ha sido reconocida por practicantes en otras partes del mundo, quienes con
frecuencia solicitan la asesoría boliviana en el desarrollo de sus propios métodos
de operación.
4
Las diferencias en el manejo del riesgo idiosincrásico y del riesgo sistémico y la complejidad
de la gestión de riesgo en un período de recesión han sido discutidas por Claudio González
Vega en una serie de seminarios y talleres, incluyendo el seminario sobre “El manejo del riesgo
idiosincrásico y del riesgo sistémico en las microfinanzas”, presentado en el Centro AFIN, en La
Paz, el 11 de diciembre de 2002. Véase http://aede.osu.edu/programs/ruralfinance/bolivia.htm
5
Las relaciones entre capacidad de innovación, manejo global del riesgo y expansión de la
oferta de facilidades de depósito por las OMF bolivianas fueron examinadas por Rodolfo Quirós
Rodríguez en su presentación “El ahorro en las organizaciones de microfinanzas bolivianas. Un
caso de cobertura y estabilidad” (III Foro Ecuatoriano de las Microfinanzas, Quito, Ecuador, 18 al
20 de noviembre de 2003).
4
En vista de este desempeño destacado, no sorprendería que algunas de las
mejores OMF se convirtiesen en la punta de lanza de la modernización y
crecimiento futuro del sistema financiero boliviano. Dada su capacidad de
innovación y la disciplina que ha caracterizado sus operaciones, estas OMF
podrían incrementar su participación en el mercado sobre todo si se ampliase
la gama de operaciones que están autorizadas a realizar y podrían liderar la
transformación del sistema. Esta estrategia estaría basada en mecanismos de
mercado, que permitiesen la manifestación de las ventajas competitivas de cada
entidad, en lugar de depender de esfuerzos estatales, a elevados costos
fiscales, por apoyar intermediarios financieros fracasados. Eventualmente, con
sus enfoques innovativos, los nuevos intermediarios irían desplazando a los
operadores obsoletos, incapaces de responder a las demandas legítimas de las
nuevas clientelas y de adoptar mecanismos que protejan su patrimonio.6
6
Este proceso de atrición de las operaciones de los intermediarios menos eficientes sustituiría
la intervención directa y el cierre de organizaciones. Para el éxito de esta estrategia sería
indispensable que el estado se abstuviese de usar recursos fiscales para apoyar la participación
en el mercado de los intermediarios fracasados y que las autoridades de supervisión prudencial
se preocupasen por contener los posibles contagios que pudiesen poner en peligro la
estabilidad del sistema.
5
Segundo, las microfinanzas bolivianas no se han escapado al sesgo pro-crédito
que ha caracterizado a casi todas las intervenciones de finanzas de desarrollo.
En Bolivia, este sesgo inicial reflejó, en parte, una cierta abundancia en la
disponibilidad de fondos prestables para las OMF, en condiciones más
favorables que las de mercado que les permitió una rápida capitalización, pero
con el correspondiente desestímulo a la captación de fondos del público. Este
sesgo también reflejó un reconocimiento, por parte de las organizaciones, de los
elevados costos unitarios de la captación de depósitos por montos muy
pequeños, así como una cierta orientación inicial, en el caso de las OMF que
operaban con crédito para grupos, hacia el ahorro forzoso.
Recientemente, sin embargo, las OMF han mostrado una vocación agresiva por
la movilización de depósitos del público y una mayor capacidad que sus
competidores para atender satisfactoriamente a clientes dispuestos a aceptar
sus pasivos. Esta captación por las OMF de fondos del público se ha
caracterizado por una mayor estabilidad que la de otros subsistemas del sector
financiero y le ha permitido a las organizaciones diversificar sus carteras de
pasivos, reducir la concentración de sus fuentes de fondeo y manejar mejor sus
riesgos de liquidez.
7
Un resultado interesante ha sido el aumento de los saldos de los depósitos más pequeños, lo
que sugiere la existencia de una posible demanda de facilidades de depósito como reserva de
precaución. Esta demanda se habría acentuado recientemente, con la mayor percepción de
riesgo entre la población, sobre todo la de bajos ingresos (Gómez Soto, Cuaderno de SEFIR No.
13, 2003).
6
Tercero, las microfinanzas bolivianas no se han escapado a las preocupaciones
de algunos observadores de que se pudiese estar presentando un sesgo anti-
pobre, que esté alejando a las OMF de su misión y de la atención de su clientela
meta original (mission drift). Este trabajo no presenta evidencia en un sentido o
en el otro.8 Es probable, sin embargo, que para superar los retos de la crisis
macroeconómica y sostener su capacidad de seguir atendiendo a la clientela
original, las OMF necesiten la adición a sus operaciones de otras clientelas, no
necesariamente tan pobres, y que esto les haya permitido una diversificación
de su cartera mejor, durante esta etapa de riesgos mayores, y las haya ayudado
a diluir sus costos fijos, sin que la contracción de sus operaciones y el aumento
de la mora se hubiesen tenido que reflejar en aumentos en las tasas de interés
cobradas a los deudores que pertenecen a la población meta original.
7
La creación de esta nueva entidad provocó tensiones y presiones al cambio
tanto en la nueva organización de microfinanzas como en la Superintendencia
de Bancos y Entidades Financieras (SBEF).9 El surgimiento de BancoSol dio así
origen a un proceso dialéctico de interacción entre las realidades de las
microfinanzas y la normativa adoptada por las autoridades prudenciales. En
este proceso, con frecuencia la realidad ha precedido al desarrollo de la
normativa.
La profunda incidencia del riesgo sistémico, a finales del siglo pasado, tomó por
sorpresa tanto a los gerentes de las OMF como a las autoridades prudenciales.
De nuevo, un proceso dialéctico ha estado presente en los esfuerzos por adaptar
las operaciones y la normativa a las nuevas condiciones. Esta adaptación ha
sido un reto complejo, en vista de la mayor incertidumbre acerca de la
evolución del entorno macroeconómico y de las presiones de carácter político
exacerbadas por las condiciones del entorno.
9
Entre numerosos trabajos que relatan los eventos que llevaron a la creación de BancoSol y
sus consecuencias, las presiones internas de diseño organizacional y de cultura corporativa que
siguieron son analizadas por González Vega et al. en “The Challenge of Growth for Microfinance
Organisations: The Case of Banco Solidario in Bolivia”, en Hartmut Schneider (ed.), Microfinance
for the Poor? (Paris, The Organisation for Economic Cooperation and Development, 1997).
10
Para entender los detalles de este proceso, véase Jacques Trigo, “Regulation and Supervision
of Microfinance Institutions: The Bolivian Experience,” en Rachel Rock y María Otero (eds.),
From Margin to Mainstream: The Regulation and Supervision of Microfinance, Monograph No.
11, Cambridge, Mass.: ACCION International, 1995.
8
Lo razonable sería suponer que, en estas circunstancias, se justifique un
enfoque de prueba y error (trial and error), en el que las autoridades vayan
ajustando sus medidas prudenciales a una verificación analítica rigurosa,
sustentada en bases de datos completas y confiables, de los resultados de sus
intervenciones en la realidad. Este método requerirá un diálogo amplio y abierto
entre las autoridades y los operadores en el mercado, que facilite la solución de
este proceso dialéctico y que proteja al sistema de injerencias externas, ajenas a
la protección de la estabilidad del sistema de pagos y la eficiencia de la
intermediación financiera.
11
Este punto de vista es compartido por Jansson, Rosales y Westley, en Principios y prácticas
para la regulación y supervisión de las microfinanzas (Washington, D.C.: Banco Interamericano
de Desarrollo, 2003.
9
En el caso de Bolivia, el enfoque riguroso se consolidó con la introducción de
una nueva figura de licencia de operación (charter), la de los fondos
financieros privados (FFP).12 A diferencia de otros tipos de organizaciones de
microfinanzas reguladas (como, por ejemplo, las entidades de desarrollo de la
pequeña y la microempresa, EDPYME, en Perú), los FFP bolivianos tienen
atribuciones completas aunque restringidas en algunas áreas de
intermediación financiera. Estas dos dimensiones del nuevo marco regulatorio
boliviano los requerimientos estrictos y la autorización para intermediar
fondos han sido determinantes en la constitución de OMF robustas, lo que
explica el éxito del subsistema y su sobresaliente desempeño durante la crisis
macroeconómica y política reciente. Esta es una lección valiosa.
12
De nuevo, en este caso, en buena medida la realidad precedió a la normativa, en el tanto en
que la exitosa experiencia de la ONG Pro-Crédito y sus intenciones de operar como una entidad
financiera regulada llevaron al establecimiento de Caja Los Andes, como el primero de los
fondos financieros privados, e inspiraron dimensiones importantes del marco regulatorio
especializado establecido para sus operaciones. En este caso, resultó providencial que las
presiones para la creación de un marco de regulación y supervisión apropiado hayan provenido
de una organización que desde el inicio tenía una fuerte vocación de sostenibilidad y que se
había preparado suficientemente para poder operar bajo las estrictas condiciones que se
establecieron en el nuevo marco normativo.
10
La noción del crédito como un contrato, que otorga responsabilidades y
derechos a ambas partes, ha sido promovida por las OMF en Bolivia. El
fortalecimiento de este concepto ha generado, a su vez, externalidades positivas
en otros mercados, donde su difusión ha permitido el surgimiento efectivo de
transacciones más modernas y complejas, indispensables en un proceso de
transformación de la economía orientado al crecimiento económico.
13
Los peligros de este enfoque y sus efectos negativos sobre el desarrollo institucional de
Bolivia fueron tempranamente identificados por Claudio González Vega, entre otras formas con
la preparación del documento para el proyecto DAI/SEFIR y varios organismos internacionales
interesados, sobre “Short-Term Challenges and Opportunities for the Long-Term Development of
the Bolivian Financial System (white paper, diciembre de 2002). Si bien esta llamada de
atención y otras protestas internacionales, así como los argumentos de las autoridades
prudenciales, indujeron algunas acciones correctivas, la batalla por proteger el progreso
alcanzado con la autonomía e independencia de la SBEF todavía no está completamente
ganada.
11
1.3 Competencia y riesgo sistémico
14
La contestabilidad en un mercado promueve comportamientos competitivos, cuando la
posibilidad de fácil entrada de los rivales (en este caso, la posibilidad de que otra organización
pudiese atraer a los clientes propios) crea disciplina entre los participantes en el mercado y
desestimula el comportamiento monopolístico.
12
Ésta es una de varias áreas donde la infraestructura institucional necesaria
para el funcionamiento fluido y eficiente de los mercados financieros está
incompleta en Bolivia. Los efectos beneficiosos de la competencia se logran
mejor cuando existe un acceso universal a la información sobre el
endeudamiento de los clientes. La Central de Riesgo de la SBEF le proporciona
acceso, a parte de esta información, a las entidades reguladas, entre las que se
encuentran los FFP dedicados a la prestación de los servicios tradicionales de
microfinanzas.15 A la vez, con apoyo del proyecto DAI/SEFIR, se ha puesto en
marcha un programa para la creación de un buró de crédito privado, que facilite
información sobre la situación de deuda de los clientes de organizaciones no
reguladas de microfinanzas y sustituya los mecanismos informales de compartir
información que han prevalecido en el pasado.
Por otra parte, en Bolivia también se ha observado una fuerte competencia inter-
sectorial, entre las organizaciones dedicadas a las microfinanzas que usan las
innovaciones en tecnología de crédito propias de este sector (OMF
tradicionales) y organizaciones de crédito de consumo que han incursionado
en los mismos nichos del mercado que las OMF.
15
La magnitud y evolución del fenómeno de clientes compartidos entre los intermediarios
financieros regulados y, en particular, entre las organizaciones de microfinanzas reguladas han
sido estudiadas por Marcelo Villafani Ibarnegaray, en “Análisis dinámico de clientes de
microcrédito en Bolivia: primeros resultados” (Columbus, Ohio: informe del Programa Finanzas
Rurales de OSU para el proyecto DAI/SEFIR, septiembre de 2003).
16
El tema del conflicto entre tecnologías de crédito ha sido examinado, entre otros, por Sergio
Navajas, Jonathan Conning y Claudio González-Vega en “Lending Technologies, Competition
and Consolidation in the Market for Microfinance in Bolivia” (Journal of International
Development, Vol. 15, 2003, pp. 747-770).
13
La experiencia boliviana muestra un desempeño más robusto de las OMF que
adoptaron, desde un inicio, una tecnología de crédito individual, en
comparación con las que al inicio adoptaron una tecnología de crédito grupal.17
Este resultado también ha sorprendido a algunos observadores ya que, una
década atrás, tanto la literatura académica sobre tecnologías de crédito como el
consenso entre los practicantes y las agencias que los financiaban sostenían
que la innovación más prometedora en microfinanzas había sido el desarrollo de
las tecnologías de crédito grupal.18
17
Una discusión de las ventajas y desventajas de las tecnologías de crédito individual y
grupal y de los resultados alcanzados, en el contexto de Asia, se puede encontrar en Marguerite
S.. Robinson, The Microfinance Revolution. Sustainable Finance for the Poor (Washington, D.C.:
The World Bank, 2001).
18
El entusiasmo académico por la tecnología de crédito a grupos estuvo sustentada en
aplicaciones de las nuevas teorías económicas sobre la información y los incentivos (Joseph E.
Stiglitz, “The Role of the State in Financial Markets”, Proceedings of The World Bank Annual
Conference on Development Economics, 1993, pp. 19-62. Los resultados de la experiencia
boliviana muestran la poca robustez de algunos de estos resultados teóricos, como
consecuencia de los supuestos limitantes usados en la construcción de los modelos. El
entusiasmo de los practicantes emanaba, a su vez, de la observación de las experiencias de
Grameen Bank en Bangladesh, en el desarrollo de una tecnología de crédito a grupos. En
contraste, el programa de Unit Desa del Bank Rakyat Indonesia (BRI), que había desarrollado
una tecnología de crédito individual, logrando con ella una expansión más exitosa que la de
Grameen, recibió menos publicidad. La experiencia boliviana ofrece evidencia empírica
valiosísima en la evaluación de estas tecnologías de crédito alternativas.
19
Esta tesis sobre la naturaleza del contrato implícito entre los miembros de un grupo y sobre
las maneras como este contrato contribuye a mejorar o empeorar el desempeño de pago de los
grupos ha sido examinada por Claudio González Vega, en numerosas presentaciones sobre “El
manejo del riesgo idiosincrásico y del riesgo sistémico en las microfinanzas”, mencionadas.
14
A su vez, este abandono de la tecnología de crédito grupal, por BancoSol y por
PRODEM, por ejemplo, hubiese dejado totalmente sin acceso al crédito
institucional a aquellos segmentos de la clientela con limitada capacidad para
cumplir con los requisitos de las tecnologías de crédito usadas por otras
organizaciones. En muchos casos, sin embargo, esta pérdida total del acceso
no se observó, porque las clientelas respectivas fueron acogidas por programas
de bancos comunales (en particular, por los de CRECER y Pro Mujer).20
20
Sobre el papel de la oferta de servicios financieros muy básicos ofrecidos por los programas
de bancos comunales y las explicaciones de su rápida expansión reciente, véase Claudio
González Vega y Jorge H. Maldonado, “Profundización crediticia entre los clientes de CRECER y
Pro Mujer” (Columbus, Ohio: reporte de investigación del Programa Finanzas Rurales de OSU,
septiembre de 2003). Es notable que las tasas de morosidad en estos bancos comunales han
sido muy bajas, lo que sugiere que aquí están en juego estructuras de incentivos para pagar
distintas a las observadas en el crédito de grupos pequeños con garantía solidaria, en la
obtención de préstamos de mayor tamaño y más largo plazo.
21
La distinción del microcrédito del crédito de consumo, con base en la fuente de ingresos del
hogar, ha sido introducida en las negociaciones acerca de la normativa que será adoptada como
parte de los Acuerdos de Basilea II.
15
En Bolivia, sin embargo, las organizaciones de crédito de consumo no
encontraron una densidad de la población asalariada suficiente para hacer
rentables sus operaciones. Para superar este obstáculo, estas organizaciones
incursionaron en segmentos del mercado de microempresarios, donde su
tecnología no es apropiada, y entraron en feroz rivalidad con las organizaciones
de microfinanzas tradicionales, creando, en ese proceso, externalidades
negativas para este último subsistema y amenazas a la cultura de pago
existente.
Lo bueno de este fenómeno podría ser que tal incursión les permita a las OMF
tradicionales ofrecerle un menú de servicios más completo a sus clientelas y
que, al fortalecer su fidelidad, las organizaciones pueden controlar mejor la
evolución de la deuda total de sus clientes. No obstante, en esto hay también
algunas amenazas potenciales. El reto sería, por una parte, la necesidad de
desarrollar una tecnología de crédito apropiada para atender a este segmento
del mercado, distinta a las innovaciones introducidas por las OMF y distinta a las
tecnologías fracasadas, que las entidades de consumo intentaron usar. Lo
peligroso serían, por otra parte, las implicaciones de la mayor sensibilidad de
este tipo de carteras a las fluctuaciones sistémicas, durante las etapas del ciclo
económico, así como la reacción que este tipo de expansión pudiese provocar
entre las autoridades, temerosas de que se pudiese estar repitiendo un ciclo de
sobre-endeudamiento.
22
Sobre la composición de los cambios en las carteras, véase Marcelo Villafani Ibarnegaray, en
“Análisis dinámico de clientes de microcrédito en Bolivia: primeros resultados” (Columbus, Ohio:
informe del Programa Finanzas Rurales de OSU para el proyecto DAI/SEFIR, septiembre de
2003).
16
La historia de las microfinanzas bolivianas en el período reciente ha reflejado sus
reacciones robustas ante retos complejos. En efecto, al presentarse casi
simultáneamente, el aumento de la competencia y el aumento del riesgo
sistémico, asociado con la recesión, han reducido las utilidades de estos
intermediarios financieros. La mayor competencia comprime las utilidades, tanto
por la vía de una disminución en los ingresos obtenidos por los préstamos
como resultado de tasas de interés más bajas como por la vía de aumentos
de los costos tanto por la necesidad de brindar mejor servicio al cliente como
por la dificultad de diluir costos fijos, si la saturación del segmento de mercado
frena la expansión de la cartera y de aumentos de los riesgos dadas las
mayores inclinaciones, en un ambiente muy competitivo, al comportamiento
oportunístico, tanto de los deudores como de los acreedores, y dado el inevitable
desmejoramiento de la capacidad y voluntad de pago en el conjunto (pool) de
deudores potenciales, conforme el segmento de mercado se satura.
Por su parte, la recesión también comprime las utilidades, por la vía de una
disminución en los ingresos por los préstamos como resultado tanto de tasas
de interés más bajas como de montos de cartera menores y de aumentos de
los costos por la dificultad para diluir costos fijos, en vista de la reducción del
monto global de las carteras y de aumentos de los riesgos dadas
disminuciones tanto en la capacidad como en la voluntad de pago de los
deudores (por la recesión), la desvaloración de las relaciones de crédito (por las
expectativas de menores rendimientos futuros de la relación de crédito) y las
menores oportunidades de diversificación de la cartera, para hacerle frente al
riesgo sistémico. Todo esto lleva, además, a mayores costos de provisiones y
de reservas para incobrables, que inciden sobre las utilidades de las OMF.
Las microfinanzas han estado expuestas, como el resto del sistema financiero, a
shocks de orden global, en la macroeconomía, resultantes de la prolongada
recesión que se inició en 1999 (González Vega y Rodríguez Meza, Cuaderno de
SEFIR No. 1, 2002). Eventos adicionales han hecho, sin embargo, el ajuste de
las OMF todavía más difícil. En efecto, las microfinanzas han estado expuestas,
también, a shocks sistémicos de orden sectorial, principalmente relacionados
con cambios en el entorno regulatorio en que operan sus clientes.
17
El más importante de estos eventos ha sido la aplicación de la nueva Ley de
Aduanas, que ha afectado a los pequeños comerciantes vinculados al
internamiento de bienes, particularmente en Oruro, que representan una porción
considerable de los clientes de algunas OMF. Indirectamente, este resultado
también ha procedido de los esfuerzos por erradicar el cultivo de la coca.23
Otros eventos sistémicos, que han tenido un impacto negativo desproporcionado
en las actividades de los clientes de las OMF, han sido los disturbios sociales, en
particular el bloqueo de caminos.
18
II Macroeconomía y microfinanzas
El propósito central del trabajo es identificar las interacciones mutuas entre lo
macroeconómico y las microfinanzas, en la historia reciente de Bolivia. La
evolución y el desempeño del subsistema de OMF han sido fuertemente influidos
por la evolución de la economía. A su vez, el desarrollo económico y social de
Bolivia, durante la última década, ha sido influido por la evolución de las
microfinanzas. La influencia recíproca entre la macroeconomía y las
microfinanzas ha estado marcada tanto por momentos de armoniosa
coincidencia de propósitos y de resultados así como por acontecimientos
adversos dramáticos. Reveladoras lecciones brotan aún del más sencillo
análisis de estas conexiones. Este trabajo examina algunas de sus dimensiones
más salientes.
24
En efecto, la tasa de crecimiento de la cartera en un período se puede descomponer en la
suma de la tasa de crecimiento del mercado meta más la tasa de crecimiento del coeficiente de
profundización (es decir, la proporción del mercado meta que ya está siendo atendida). Ambos
determinantes del crecimiento de la cartera crecieron rápidamente durante este período.
19
La lección, corroborada una y otra vez en distintos países, advierte que las
expansiones crediticias aceleradas, seguidas por la desaceleración del
crecimiento, provocan graves trastornos al sistema financiero. Para el sistema
financiero boliviano, entonces, el problema serio no ha sido tanto la recesión, en
sí, sino la amplitud de la oscilación a lo largo del ciclo. Si la tasa de crecimiento
hubiese sido consistentemente baja, el sistema financiero hubiese estado
estancado pero no hubiera entrado en crisis. Lo que explica la crisis es la
volatilidad de la tasa de crecimiento.
25
Una enumeración de estos retos, unida a un esfuerzo modesto por superarlos, y algunos
resultados preliminares se pueden encontrar en Jorge H. Maldonado, Claudio González Vega y
Vivianne Romero, “The Influence of Microfinance on the Education Decisions of Rural
Households: Evidence from Bolivia”, trabajo presentado en la reunión anual de la Asociación
Americana de Economistas Agrícolas, celebrada en Montreal, Canada, en julio de 2003
(http://aede.osu.edu/programs/RuralFinance/Bolivia.htm).
20
Dado el agudo grado de represión financiera observado en Bolivia en ese
entonces, la liberalización financiera fue una condición necesaria para el
surgimiento de las microfinanzas. A su vez, la represión financiera era una
consecuencia de una inestabilidad macroeconómica extrema, de un manejo
incompetente de la banca estatal y de la ausencia de un marco de regulación y
supervisión prudencial adecuado. La situación llegó a ser tan extrema, que el
diagnóstico se vuelve claro.
En efecto, entre 1982 y 1986, el PIB decreció a una tasa promedio del –3.4 por
ciento, el déficit del sector público llegó a representar más del 30 por ciento del
PIB, la hiperinflación dio lugar, en el peor momento, a tasas de cambio de los
precios equivalentes al 23,500 por ciento anual y las reservas monetarias
internacionales tomaron valores negativos. La inestabilidad era simplemente
resultado de un manejo macroeconómico incorrecto.26 El sistema financiero
sufrió las consecuencias de esta inestabilidad de manera dramática. La
desintermediación fue masiva y los activos del sistema financiero cayeron de
US$ 1,000 millones en 1981 a US$ 60 en 1985.
26
Jacques Trigo, en “The Crisis in the Bolivian Financial System: Causes and Solutions”,
trabajo presentado en la Conferencia del Banco Interamericano de Desarrollo y el Japan Center
for International Finance, Washington D.C., 2000, analiza los ingredientes de la típica receta de
manejo macroeconómico incorrecto: aumentos no sostenibles de salarios, gasto público
excesivo, erosión de la base tributaria, pérdida total del acceso al crédito externo, tasas de
cambio de la moneda distorsionadas, tasas de interés controladas, negativas en términos reales,
elevados requisitos de encaje legal y controles a la asignación de la cartera de crédito.
21
El programa de estabilización macroeconómica hizo necesario un tratamiento
de choque, bien conocido, que logró disminuir el déficit del sector público al 3.3
por ciento del PIB en 1986 y, con eso, logró reducir la tasa de inflación al 14 por
ciento anual para 1987. Recobrada la estabilidad macroeconómica, el proceso
de profundización financiera gradualmente se recuperó y, para 1988, los activos
del sistema financiero llegaban a US$ 659 millones.27 Esta experiencia
representa, en sí misma, una fuente de innumerables lecciones sobre manejo
macroeconómico y sus relaciones con la profundización financiera. La historia
de las microfinanzas bolivianas debe muchos de sus rasgos a estas raíces en su
origen.
27
Véase Jacques Trigo, op. cit., 2000.
22
Cuarto, la memoria de la hiperinflación fortaleció, además, la aceptación política
de un manejo monetario y cambiario muy prudente por parte del Banco Central
de Bolivia, con metas de inflación logradas a tasas de cambio en los precios muy
bajas. La ausencia de inflación hizo posible la determinación de precios de las
operaciones financieras que no tuvieron que incorporar elevadas primas por
incertidumbre en cuanto al nivel futuro de precios. Por su parte, la mayor
sensibilidad de los depositantes y de otros demandantes de los pasivos del
sistema financiero ante las expectativas de inflación fortaleció el enfoque
prudente de las autoridades. Si bien algunos observadores han criticado
recientemente el manejo prudente de la política monetaria, no cabe duda que la
estabilidad de precios ha sido un factor esencial y positivo en la expansión de las
microfinanzas.
28
El sistema tendría que superar nuevas dificultades en 1993-94, consecuencia de un
crecimiento muy acelerado del crédito, una capitalización todavía baja de las entidades, alta
concentración de las carteras y serias debilidades en la estructura de propiedad de los bancos
(Trigo, op.cit., 2000).
23
2.2 Expansión, riesgo sistémico y crisis
En cuarto lugar, las microfinanzas han tenido que enfrentar los retos más serios
en su evolución con la reciente crisis macroeconómica (González Vega y
Rodríguez Meza, Cuaderno de SEFIR No. 1, 2002). El enfrentar estos retos ha
sido una tarea ingente, dado el sustancial aumento de la competencia que los
precedió, poco antes del recrudecimiento de las dificultades sistémicas. Así, a la
saturación en los mejores mercados de las OMF se le sumó el estancamiento de
la actividad económica, en un doble golpe contra la rentabilidad de las
organizaciones. Cualquiera que hubiese intentado pronosticar el futuro al
momento del surgimiento de las OMF, década y media atrás, hubiese
pronosticado incorrectamente la debilidad y posible desaparición de estas
organizaciones ante una secuencia de eventos como la que fue brevemente
descrita en secciones anteriores.
29
Una encuesta de clientes de organizaciones de microfinanzas efectuada por investigadores
de OSU a finales del 2001 reveló que, entre hogares con alguna actividad independiente entre
1997 y 2001, que hubieran tenido acceso a alguna fuente de crédito institucional en alguno de
esos años, las FFP tradicionales de microfinanzas y BancoSol habían alcanzado la mayor
cobertura. En 1999, un 25 por ciento de esos hogares había recibido un préstamo de una de
estas OMF, en contraste con 10 por ciento que había recibido un préstamo de un FFP de
consumo y 5 por ciento que lo había recibido de una cooperativa. Esta cobertura era mayor en
La Paz, El Alto, Oruro y Cochabamba que en Santa Cruz. Véase González González y
González Vega en “Sobre-endeudamiento en las microfinanzas bolivianas”, Columbus, Ohio:
reporte de investigación del Programa Finanzas Rurales de OSU, septiembre de 2003.
24
La crisis financiera reciente ilustra de varias maneras la importancia de lo
macroeconómico en el desempeño del sistema financiero, en general, y de las
microfinanzas, en particular. Primero, a través de su impacto en la confianza y
en las expectativas, la crisis macroeconómica afecta el crecimiento de los
depósitos captados del público. Lo sorprendente, sin embargo, ha sido el
crecimiento sostenido de la captación de depósitos por las OMF reguladas,
durante el período de crisis incluso durante algunos de los momentos
concretos de corridas por depósitos debidas a la incertidumbre política en
contraste con otros subsistemas del sector financiero (Gómez Soto, Cuaderno
de SEFIR No. 13, 2003).
Así, más que de una crisis de las microfinanzas, se debe hablar de un sector de
las microfinanzas que ha mostrado muchas fortalezas —y algunas debilidades—
en una etapa de crisis macroeconómica. Durante esta etapa, en cualquier caso,
las OMF han logrado un desempeño comparativamente mejor que otros tipos de
intermediarios financieros. Los detalles cuantitativos de estas diferencias se
examinan a continuación.
25
III Desintermediación financiera y microfinanzas
La continuada crisis que la macroeconomía boliviana ha experimentado durante
los últimos cinco años se ha reflejado, especialmente, en un agudo proceso de
desintermediación financiera. Este proceso se ha caracterizado por la
disminución, en términos reales, de los montos de los depósitos captados y de
los montos de las carteras de crédito vigentes, para casi todos los tipos de
intermediarios financieros, complementada por sostenidos incrementos en los
niveles de mora en las carteras.
30
En 2002 se había presentado, sin embargo, un incremento notable (con signo negativo) en la
cuenta de errores y omisiones de la balanza de pagos. Los datos provienen de los análisis de
Luis Carlos Jemio, de la Unidad de Estudios Económicos de la Corporación Andina de Fomento,
cuya gentil colaboración se agradece.
31
Es indispensable entender la determinación endógena de estas magnitudes. No sería
correcta afirmar, por ejemplo, que las carteras de crédito se han reducido porque (como
consecuencia de que) se han dado las salidas de capital. Es posible que los bancos decidieran
repagar sus obligaciones en el exterior porque colocar estos fondos en su cartera de crédito ya
no era atractivo. La ausencia de una demanda de crédito legítima explicaría entonces las salidas
de capital. En definitiva, ambos resultados serían explicados a su vez por un tercer factor, la
crisis macroeconómica, básicamente de origen exógeno al sistema financiero.
26
En consecuencia, se ha dado tanto una disminución en el financiamiento externo
como en el financiamiento interno de las actividades económicas del país. Esta
contracción de la intermediación financiera ha sido, en todo caso, una de las
consecuencias, no una causa, de la crisis macroeconómica. Más bien, el
origen de la crisis macroeconómica se ubica, principalmente, en elementos
exógenos al sistema financiero. Las consecuencias que se han observado en el
sistema financiero han sido principalmente respuestas a la evolución de lo
macroeconómico. Esta percepción permite entender, a un primer nivel básico,
cómo el sistema financiero tendría poca capacidad de revertir la desaceleración
de la economía, cuando esta desaceleración obedece a factores exógenos al
sistema.
32
Las referencias a cuadros y gráficos en el texto se refieren, en todos los casos, a las
estadísticas presentadas en el Anexo de Cuadros Estadísticos y en el Anexo de Gráficos.
27
En efecto, algunos de los shocks sistémicos han afectado a ciertas
organizaciones de microfinanzas más que a otras, en función de su ubicación
geográfica o de la importancia relativa de las distintas actividades financiadas,
según la estructura de sus carteras. Distintos grados de vulnerabilidad han
resultado de la mayor o menor incidencia de cierto tipo de eventos sobre cierto
tipo de organizaciones.
En el caso de los bancos, por ejemplo, parece haberse dado un mayor grado de
comportamiento oportunístico, como resultado de las expectativas de salvataje
que los dueños de estas entidades han abrigado (expectativas que, en efecto, ya
se han corroborado, en 2003, con algunos casos de salvataje de entidades
financieras específicas, más allá de los cambios en el marco de supervisión
prudencial que han sido impulsados por el Poder Ejecutivo para aliviar las
presiones de la crisis sobre los bancos). Expectativas como las de los bancos
también han sido abrigadas por los clientes grandes de los bancos. Estas
expectativas de bail out también han sido corroboradas, al menos en la medida
en que la puesta en funcionamiento de un “hospital de empresas” representa
esfuerzos políticos por proteger a las empresas, independientemente de la
calidad de sus decisiones gerenciales pasadas.
28
3.1 Evolución de las carteras de crédito
Las que más crecieron fueron las OMF no reguladas, es decir, las ONG
dedicadas al crédito. En su conjunto, las carteras vigentes de estas
organizaciones no reguladas crecieron 37 por ciento, al pasar de US$ 38
millones en 1997 a US$ 52 millones en 1998 (Cuadro 4). Esta rápida expansión,
menos relacionada con el ciclo del sistema como respuesta a los eventos
macroeconómicos, fue financiada principalmente con recursos de la cooperación
internacional y menos con la captación del ahorro nacional. Esta acelerada
expansión de las carteras de crédito de las ONG fue seguida, no obstante, por
un crecimiento también rápido de su cartera en mora, aunque menor, en ese
período inicial, en comparación con otros intermediarios, principalmente los
regulados no vinculados con las microfinanzas (Cuadro 5).
33
Este documento distingue entre los FFP tradicionales de microfinanzas (Caja Los Andes, FIE,
Eco-Futuro y PRODEM) y los FFP de consumo (Acceso, Fassil y Fondo de la Comunidad).
Aunque han sido constituidos bajo la misma licencia de FFP, su comportamiento y las
características de sus tecnologías de crédito son muy diferentes. BancoSol se presenta por
separado de los otros bancos comerciales, por razones semejantes.
29
Al interior de cada subconjunto se presentaron algunas diferencias importantes
en las tasas de crecimiento de las carteras vigentes de los intermediarios
individuales. Entre los FFP de microfinanzas, la cartera vigente de Caja Los
Andes creció 36 por ciento, mientras que la de PRODEM creció 16 por ciento.
Entre los FFP de consumo, Fondo de la Comunidad y FA$$IL experimentaron un
crecimiento acelerado de sus carteras, en sostenida continuación del proceso de
explosiva expansión de estos intermediarios a finales de la década.
Así, la cartera en mora de los bancos comerciales creció 58 por ciento (en
contraste con un crecimiento de 26 por ciento para la cartera vigente) y la cartera
en mora de los FFP de microfinanzas creció 41 por ciento, en contraste con 24
por ciento de crecimiento para la cartera vigente (Cuadros 2 y 5). Únicamente
FIE experimentó una disminución en el monto de su cartera en mora, mientras
que, entre 1997 y 1998, la tasa de aumento de la mora fue elevada para
BancoSol, Caja Los Andes y, en particular, PRODEM. Es importante reconocer,
no obstante, que en el caso de los FFP de microfinanzas este crecimiento tuvo
lugar a partir de montos de cartera en mora inicialmente muy bajos y durante un
período de rápida expansión de la cartera bruta.
30
Las carteras vigentes de los FFP tradicionales de microfinanzas siguieron
creciendo durante 1999, a una tasa de 24 por ciento, alta incluso después de
que se ignora la entrada de Eco-Futuro. Solo PRODEM creció lentamente (6
por ciento en ese año), conforme esta organización se preparaba para su
transformación en FFP. La cartera vigente de las ONG creció 11 por ciento y la
de BancoSol creció 8 por ciento (Cuadros 1 y 4). CRECER fue la ONG cuya
cartera aumentó más rápidamente. Es decir, en 1999 la contracción todavía no
se observó en las organizaciones de microfinanzas.
Durante 1999, las carteras en mora aumentaron en casi todas las instituciones.
El aumento fue especialmente significativo entre las ONG (75 por ciento),
incluyendo algunas de las que habían experimentado un crecimiento acelerado
de su cartera el año anterior (CIDRE, IDEPRO, Funbodem, Agrocapital). Otras
ONG, en contraste, reaccionaron ante los problemas del año anterior y redujeron
significativamente sus carteras en mora (Pro-Mujer, CRECER). Estas últimas
dos ONG lograrían, en los años siguientes, sostener su crecimiento con bajos
niveles de mora, como resultado del valor de los servicios que le prestan a su
clientela. La disminución de la mora también se observó en PRODEM, en su
preparación para convertirse en entidad regulada. El crecimiento de la cartera
en mora, en contraste, fue importante en FIE y BancoSol (Cuadros 2 y 5).
34
Como Villafana Ibarnegaray explica (Cuaderno de SEFIR No. 14), las cifras contables
incluidas en los Boletines de la SBEF no describen suficientemente la evolución de las carteras
no recuperadas de las distintas organizaciones. Véase este trabajo para mayores detalles.
31
En efecto, las organizaciones de bancos comunales que habían hecho
esfuerzos especiales por mantener la fidelidad y disciplina de sus clientes
crecieron rápidamente, como fue el caso de Pro-Mujer (58 por ciento) y
CRECER (24 por ciento), a pesar de las limitaciones de liquidez que enfrentaron
en este período.35 En contraste, otras ONG de larga historia experimentaron
serias disminuciones de su cartera vigente, como fueron los casos de CIDRE,
Agrocapital y Fondeco.
Estas tendencias continuaron durante 2001 y 2002. Las carteras vigentes de los
bancos disminuyeron a una tasa de 23 por ciento en 2001 y de 14 por ciento en
2002 (Cuadro 1). A diciembre de 2002, esas carteras representaban únicamente
un 53 por ciento de los montos ya alcanzados a diciembre de 1998. La
oscilación del ciclo había sido, por lo tanto, amplísima. Durante 2001, la cartera
vigente de BancoSol creció a una tasa positiva de 1 por ciento, que se
incrementó a 7 por ciento en 2007, separándose así, con su cartera de
microfinanzas, del comportamiento de los otros bancos en esta etapa avanzada
de la crisis. Estos marcados contrastes en la evolución de las carteras vigentes
de los distintos tipos de intermediarios están ilustrados en el Gráfico 2.
35
Véase Claudio González Vega y Jorge H. Maldonado, “Profundización crediticia entre los
clientes de CRECER y Pro Mujer” (Columbus, Ohio: reporte de investigación del Programa
Finanzas Rurales de OSU, septiembre de 2003), para una explicación del traslado de clientes de
BancoSol y PRODEM hacia los programas de bancos comunales, conforme los FFP de crédito
de grupos abandonaban esta tecnología de crédito.
32
Salvo una marcada contracción de EcoFuturo, en reflejo de las serias
deficiencias en su estructura de dueños, que ha arrastrado desde su creación,
todos los FFP de microfinanzas mostraron un crecimiento sostenido. La cartera
vigente de PRODEM creció 40 por ciento en 2001 y 33 por ciento en 2002
(Cuadro 1). La cartera vigente de FIE creció 22 por ciento en 2001 y 29 por
ciento en 2002. La cartera vigente de Caja Los Andes creció 11 por ciento en
2001 y 27 por ciento en 2002.
33
La cartera en mora de las mutuales aumentó 27 por ciento en 2001 y disminuyó
10 por ciento en 2002. La cartera en mora de las cooperativas disminuyó 1 por
ciento en 2001 y 45 por ciento en 2002. Principalmente por influencia de
PRODEM (109 por ciento) y de Eco-Futuro, la cartera en mora de los FFP de
microfinanzas aumentó 50 por ciento en 2001, pero disminuyó 22 por ciento al
año siguiente. Los aumentos de la cartera en mora en 2001 también fueron
importantes en las otras FFP, de 23 por ciento en Caja Los Andes y 18 por
ciento en FIE, en parte como consecuencia de contagios. a través del sistema,
consecuencia de algunas externalidades negativas generadas por la debacle de
los FFP de consumo. En 2002, la cartera en mora en Caja Los Andes disminuyó
30 por ciento y en FIE disminuyó 1 por ciento (Cuadro 2).
34
Los FFP tradicionales de microfinanzas, junto con BancoSol, fueron los
intermediarios que más aumentaron su participación en los montos de la cartera
vigente del sistema. Igual ocurrió con las ONG, a partir de su muy pequeña
participación inicial.
35
Los miembros del grupo habrán evaluado estos riesgos sistémicos y le harían
frente sin problemas a su obligación, cuando fuese necesario. Cuando se da
una perturbación adversa sistémica, sin embargo, con fuerte correlación entre
los resultados de su actividad productiva para todos los miembros del grupo, los
miembros que no pueden pagar el préstamo son demasiados y el grupo se
desintegra. En este caso, el aumento de la mora es mayor que si se hubiese
estado trabajando con crédito individual.
36
En efecto, el ciclo común de expansión y contracción del crédito no afectó a
todos los intermediarios por igual. Las mejores organizaciones tradicionales de
microfinanzas mostraron el mejor desempeño de todo el sistema financiero, a
pesar de las externalidades negativas, vía un deterioro de la cultura de pago,
que sufrieron como consecuencia de la aparición y desaparición de los FFP de
consumo y de los problemas sociales y políticos que Bolivia ha experimentado
en los años más recientes. El mal desempeño de los FFP de consumo reflejó un
intento por introducir una innovación en tecnologías de crédito (credit scoring) no
apropiado para el tipo de clientes buscados y para la situación del mercado en
ese momento. Al no haber un empate adecuado entre tecnología y perfil del
cliente, la tecnología fracasó.
37
Con las perturbaciones adversas en la economía, la mora en estos FFP de
consumo creció aceleradamente y sus prácticas de cobro llevaron al
establecimiento de asociaciones de deudores. Los FFP de consumo que
causaron el surgimiento de estas asociaciones ya no operan. Las asociaciones
de deudores han perdurado, sin embargo, en detrimento de los FFP
tradicionales de microfinanzas.
Quinto, el valor de la relación con el cliente ha sido claramente mayor en los FFP
de microfinanzas que otorgan préstamos individuales que en los que otorgan
préstamos en grupos. Esta es una lección importante, sobre todo para la
expansión del crédito en las áreas rurales, donde el riesgo sistémico local es
más acentuado, en vista de la debilidad de esta tecnología ante la incidencia del
riesgo sistémico.
38
PIB real se refleja en las bajas tasas de crecimiento, inferiores a las
experimentadas en el período anterior. La dramática disminución de las tasas
de crecimiento de las carteras bancarias, que se vuelve ampliamente negativa,
particularmente en 2001, muestra un comportamiento más que pro-cíclico de
estas carteras bancarias.
39
Esta pérdida de clientes se explica, además, por la concentración de la cartera
de BancoSol en pequeños comerciantes, quienes han sido afectados por la
disminución de las importaciones. Debido a esta concentración, BancoSol tuvo
que cerrar oficinas en Oruro, al ser puesta en práctica la nueva Ley de Aduanas.
El número de clientes también disminuyó al fracasar los experimentos de
BancoSol con el crédito rural (Gráfico 14).
40
En las áreas urbanas, el número de clientes aumentó de 190 mil en 1996 hasta
261 mil en 1999. Este número disminuyó a 175 mil en 2001 y se recuperó
parcialmente a 198 mil en 2002. En las áreas rurales, a su vez, el número de
clientes aumentó de 95 mil en 1996 hasta 159 mil en 1999. Este número
disminuyó a 131 mil en 2001 y se recuperó parcialmente a 137 mil en 2002.
Estas tendencias muestran un crecimiento más rápido, durante el período, en los
números de clientes rurales que en los números de clientes urbanos, a pesar de
las dificultades de expandir la frontera hacia las áreas rurales. Mientras que en
1996, la clientela urbana era prácticamente el doble que la rural, en 2002 la
clientela rural es un número equivalente a dos terceras partes de la clientela
urbana.
36
Aquí se consideran únicamente aquellas dimensiones de la evolución macroeconómica que
son pertinentes para explicar sus efectos sobre el desempeño del sistema financiero. Hay
disponibles varios excelentes análisis de la evolución macroeconómica reciente, de manera que
una duplicación sería innecesaria. Además, el análisis se hace con base en las cifras revisadas
por el INE a finales de 2003.
41
Estas tendencias se reflejan en los indicadores de profundización monetaria
mostrados en el Gráfico 23. Las razones de los agregados monetarios con
respecto al PIB crecen rápidamente después de la crisis de la década de los
ochenta, sufren su primer revés con la crisis bancaria de 1993-94 y se
recuperan, para estancarse y disminuir con la crisis macroeconómica reciente.
Las fluctuaciones en las tasas de crecimiento de la producción, la liquidez y otros
tipos de depósitos observadas durante el período se muestran en el Gráfico 24.
El crecimiento negativo ocurre a partir de 1999.
42
La importancia relativa de los distintos tipos de intermediarios en la captación de
recursos del público, por el número de cuentas, se muestra en el Gráfico 32.
Aquí se aprecia, una vez más, el sorprendente progreso de los FFP de
microfinanzas en este esfuerzo. Esta importancia relativa, según los montos
movilizados, se presenta en el Gráfico 33. Los mismos datos, desagregados
para los diversos tipos de intermediarios no bancarios, se muestran en los
Gráficos 34 y 35. La disminuida importancia relativa de las cooperativas es
notoria en este caso.
43
ANEXO DE
GRAFICOS
44
Gráfico 1
Cartera de microfinanzas reguladas
300.0
250.0
200.0
150.0
100.0
50.0
-
DIC-02 MAR-03
DIC-98 DIC-99 DIC-00 DIC-01
DIC-93 DIC-94 DIC-95 DIC-96 DIC-97
DIC-92
45
Gráfico2
Evolución de la cartera vigente del sistema financiero
450
400
350
300
Cartera vigente (millones $)
150
100
50
0
Dic.97 Dic.98 Dic.99 Dic.00 Dic.01 Dic.02
46
Gráfico 3
Tasas de crecimiento de la cartera vigente
80
60
F
m
iB
rO
iO
aN P
c
n
Go df e
n
a
z
a
S
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ls
y
40
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20
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0
1998 1999 2000 2001 2002
e
s
-20
Bi
-40
-60
-80
47
Gráfico 4
B
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in B
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c
oS
o
l
100%
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lO u
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a
tsFP
ivas
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1997 1998 1999 2000 2001 2002
48
Gráfico 5
Estructura del mercado financiero excluyendo a los bancos
100%
90% Mutuales
80%
Cooperativas
70%
Otras FFP
60%
50% ONG
40%
FFP de
30% microfinanzas y
BancoSol
20%
10%
0%
1997 1998 1999 2000 2001 2002
49
Gráfico 6
Participación relativa en el mercado de microfinanzas excluyendo ONG
100%
80%
Ecofuturo
Fie
60%
Caja Los
Andes
Prodem
40% BancoSol
20%
0%
1997 1998 1999 2000 2001 2002
50
Gráfico 7
Participación relativa en el mercado de microfinanzas
100%
90%
80%
70%
ONG
60%
Ecofuturo
50% Fie
Caja Los
40%
Andes
Prodem
30%
BancoSol
20%
10%
0%
1997 1998 1999 2000 2001 2002
51
Gráfico 8
Cartera vigente como proporción del PIB
0.60
0.50
0.40
0.20
0.10
0.00
1997 1998 1999 2000 2001 2002
52
Gráfico 9
Cartera vigente como proporción del PIB
50.0
FFP de microfinanzas y BancoSol
45.0 ONG
Otras FFP
Cooperativas
40.0
Mutuales
Bancos sin BancoSol
35.0
30.0
25.0
20.0
15.0
10.0
5.0
0.0
1997 1998 1999 2000 2001 2002
Fuente: SBEF y Finrural
53
Gráfico 10
Cartera vigente como proporción del PIB excluyendo bancos
4.0
3.5
3.0
2.5
2.0
1.5
1.0
0.5
0.0
1997 1998 1999 2000 2001 2002
54
Gráfico 11
Tasas de crecimiento del PIB y las carteras vigentes
30.00
20.00
10.00
0.00
1998 1999 2000 2001 2002
-10.00
-20.00
-30.00
55
Gráfico 12
Tasas de crecimiento del PIB y carteras vigentes
40.00
30.00
20.00
10.00
0.00
1998 1999 2000 2001 2002
-10.00
-20.00
-30.00
Pib real # BancoSol y Prodem Caja Los Andes y Fie Ong Bancos
Fuente: SBEF y Finrural
56
Gráfico 13
Tasas de crecimiento de las carteras y el PIB
40.00
30.00
20.00
10.00
0.00
1998 1999 2000 2001 2002
-10.00
-20.00
57
Gráfico 14
Número de clientes de microfinanzas excluyendo a las cooperativas
58
Gráfico 15
Número de clientes de microfinanzas
59
Gráfico 16
Hogares con crédito por tipo de fuente y año (% hogares)
30
1997 1998 1999 2000 2001
25
25
21 22
20
18
15
13
10
10
10 9
7
7
5 5
5
5 3 3
4
3 3
3
2
1 1 1 1
1
0
MFI Consumo ONG Coop. Banca
60
Gráfico 17
Red de agencias urbanas y rurales
350
61
Gráfico 18
Mora en el sistema financiero
0.200
0.180
0.160
0.140
0.120
Bcos Comerciales
0.100 FFP de microf y BS
ONG
0.080
0.060
0.040
0.020
0.000
Dic.97 Dic.98 Dic.99 Dic.00 Dic.01 Dic.02
62
Gráfico 19
Mora en el sistema financiero
0.20
0.18
0.16
Cartera mora/cartera bruta
0.14
0.12
0.10
0.08
0.06
Bcos Comerciales
0.04
Mutuales
0.02
Cooperativas
0.00
Dic.97 Dic.98 Dic.99 Dic.00 Dic.01 Dic.02
FFP de microf y BS
63
Gráfico 20
Clientes: Variación de Stocks
214,186
250,000
180,572
200,000
150,000
100,000
33,614
50,000
-
MAR/00 VARIACION JUN/02
64
Gráfico 21
Flujo de clientes
214,186
250,000
180,572
200,000
114,340
150,000
100,000
-80,726
50,000
-50,000
-100,000
MAR/00 ENTRADAS SALIDAS JUN/02
65
ESTADISTICAS
MONETARIAS
66
0
5
10
15
20
25
30
35
ene-90
jul-90
ene-91
jul-91
ene-92
jul-92
ene-93
ene-94
jul-94
M´1
ene-95
jul-95
M´2
ene-96
jul-96
67
ene-97
M´3
jul-97
Gráfico 22
ene-98
M´4
(billones de bolivianos)
jul-98
ene-99
jul-99
Evolución de los agregados monetarios
ene-00
jul-00
ene-01
jul-01
ene-02
jul-02
Gráfico 23
Agregados monetarios como % del PIB
70
60
50
40
30
20
10
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000(p) 2001(p) 2002(p)
68
Gráfico 24
Tasas de crecimiento de la producción, liquidez y depósitos
30
25
20
15
10
0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001(p) 2002(p)
-5
69
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
ene-90
jul-90
ene-91
jul-91
ene-92
jul-92
ene-93
ene-94
jul-94
ene-95
jul-95
ene-96
jul-96
70
ene-97
jul-97
Gráfico 25
Evolución de M1 y M1'
ene-98
(billones de bolivianos)
jul-98
ene-99
jul-99
ene-00
jul-00
ene-01
jul-01
ene-02
jul-02
M
M ´1
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
Jan-90
Jul-90
Jan-91
Jul-91
Jan-92
Jul-92
Jan-93
Jan-94
Jul-94
Jan-95
Jul-95
Jan-96
Jul-96
71
Jan-97
Jul-97
Gráfico 26
Evolución de M2 y M2'
(billones de bolivianos)
Jan-98
Jul-98
Jan-99
Jul-99
Jan-00
Jul-00
Jan-01
Jul-01
Jan-02
Jul-02
M2
M ´2
0
5
10
15
20
25
30
35
ene-90
jul-90
ene-91
jul-91
ene-92
jul-92
ene-93
ene-94
jul-94
ene-95
jul-95
ene-96
jul-96
72
ene-97
jul-97
Gráfico 27
Evolución de M3 y M3'
ene-98
(billones de bolivianos)
jul-98
ene-99
jul-99
ene-00
jul-00
ene-01
jul-01
ene-02
jul-02
M3
M´3
Gráfico 28
Evolución de la liquidez por tipo de moneda
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
73
Gráfico 29
Evolución de la preferencia por la liquidez
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
74
Gráfico 30
Tasas de crecimiento de la liquidez total en bolivianos
160
140
120
100
80
60
40
20
0
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
-20
-40
75
Gráfico 31
Tasas de crecimiento de la liquidez total en moneda extranjera
200
150
100
50
0
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
-50
76
Gráfico 32
Distribución de la captación de recusos del público de acuerdo al número de
cuentas
(excluye depósitos a la vista)
100%
80%
Mutuales
60% Cooperativas de
ahorro y crédito
Otras FFP
20%
0%
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2,002
77
Gráfico 33
Distribución de la captación de recursos del público de acuerdo a monto
movilizado
(excluye depósitos a la vista)
100%
Mutuales
80%
Bancos sin
Bancosol
Cooperativas de
60% ahorro y crédito
Otras FFP
FFPs
40% Microfinancieras
Banco Solidario
S.A.
20%
0%
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2,002
78
Gráfico 34
Captación de recursos del público de FFP, BancoSol y cooperativas
(número de cuentas)
Miles Banco Solidario S.A.
500
FFPs Microfinancieras
Otras FFP
450
Cooperativas de ahorro y
400 crédito
350
300
250
200
150
100
50
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2,002
79
Gráfico 35
Captación de recursos del público para FFP, BancoSol y cooperativas
(millones de dólares)
250
150
100
50
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2,002
80
ESTADISTICAS
DE PRECIOS
81
Gráfico 36
Tasa de inflación y tasa de devaluación
70
40
30
20
10
0
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001(p) 2002(p)
82
Gráfico 37
Variación mensual del tipo de cambio oficial de venta y el índice de precios al
consumidor (período enero 1987 a abril 2003)
7%
6%
5%
4%
3%
G
2%
1%
0%
ene-87
jul-87
ene-88
jul-88
ene-89
jul-89
ene-90
jul-90
ene-91
jul-91
ene-92
jul-92
ene-93
jul-93
ene-94
jul-94
ene-95
jul-95
ene-96
jul-96
ene-97
jul-97
ene-98
jul-98
ene-99
jul-99
ene-00
jul-00
ene-01
jul-01
ene-02
jul-02
ene-03
-1%
83
ESTADISTICAS
FISCALES
84
Gráfico 38
Evolución del déficit global y corriente como porcentaje del PIB
6.0
Sup/déf global del sector
público no financiero
4.0
Sup/déf corriente del sector
público no financiero
2.0
0.0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001(p) 2002(p)
-2.0
-4.0
-6.0
-8.0
-10.0
Fuente: INE
85
Gráfico 39
Financiamiento del déficit global
100%
60%
40%
20%
0%
-20%
-40%
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Fuente: INE
86
Gráfico 40
Déficit corriente (millones de bolivianos)
18000
16000
INGRESOS CORRIENTES
EGRESOS CORRIENTES
14000
SUP (DEF) CORRIENTE
12000
10000
8000
6000
4000
2000
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
-2000
-4000
Fuente: INE
87
Gráfico 41
Tasas de crecimiento de componentes de sup/def global
1.00
0.80
0.60
0.40
0.20
0.00
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
-0.60
Fuente: INE
88
Gráfico 42
Tasas de crecimiento sup/def corriente
2.50
2.00
1.50
1.00
0.50
0.00
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
-0.50
-2.00
Fuente: INE
89
ESTADISTICAS DE
PRODUCCION
90
Gráfico 43
Evolución de los componentes de la demanda agregada interna
(billones de Bs de 1990)
20
18
16
14
GASTO PUBLICO
12
10 CONSUMO DE
LOS HOGARES
8
FORMACION
6
NETA DE
CAPITAL
4
0
20 p )
20 p )
)
80
81
82
83
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
20 9
84
(p
9
(
00
01
02
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
Fuente: INE
91
Gráfico 44
Tasas de crecimiento de la demanda agregada interna real
50
40
30
20
10
)
81
82
83
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
84
(p
(p
(p
00
01
02
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
-10
GASTO PUBLICO
-20
CONSUMO DE LOS HOGARES
-30 FORMACION NETA DE CAPITAL
-40
Fuente: INE
92
Gráfico 45
Composición de la demanda agregada
100%
90%
80% EXPORTACIONES
DE BIENES Y
SERVICIOS
70%
20%
GASTO PUBLICO
10%
0%
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000(p) 2002(p)
Fuente: INE
93
Gráfico 46
Tasas de crecimiento del PIB y las actividades principales
(1981-2002)
20.00
15.00
10.00
5.00
0.00
1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
(p) (p) (p)
-5.00
-10.00
AGRICULTURA,SILVICU
LTURA,CAZA Y PESCA
-15.00
EXTRACCION DE
-20.00 MINAS Y CANTERAS
-25.00 INDUSTRIAS
MANUFACTURERAS
94
Gráfico 47
Importancia relativa de los diferentes sectores en la composición del PIB
100%
SERVICIOS DE LAS
ADMINISTRACIONES PUBLICAS
ESTABLECIMIENTOS
FINANCIEROS,SEGUROS,BIENES Y
OTROS SERVICIOS
80%
TRANSPORTE,ALMACENAMIENTO Y
COMUNICACIONES
COMERCIO
60%
CONSTRUCCION Y OBRAS PUBLICAS
INDUSTRIAS MANUFACTURERAS
AGRICULTURA,SILVICULTURA,CAZA
Y PESCA
0%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23
Fuente: INE
95
ESTADISTICAS DE
COMERCIO EXTERIOR
96
Gráfico 48
Evolución de las exportaciones e importaciones
(millones de dólares)
3000
2500
Valor oficial exportaciones
Valor CIF importaciones
2000
1500
1000
500
0
)
)
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
(p
(p
01
02
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
Fuente: INE
97
Gráfico 49
Indicadores de comercio exterior
0.5
0.45
0.4
0.35
0.3
0.25
0.2
0.15
0.1
Exportaciones FOB/PIB
0.05 Importaciones CIF/PIB
Indice de apertura
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001(p) 2002(p)
Fuente: INE
98
Gráfico 50
Evolución de las importaciones por grupos
(millones de dólares)
3,000
2,500
2,000
1,500
1,000
500
)
)
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
20 0
(p
(p
0
02
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
01
20
BIENES DE CONSUMO MATERIAS PRIMAS Y PRODUCTOS INTERMEDIOS
BIENES DE CAPITAL DIVERSOS Y PERSONALES
IMPORTACIONES TOTALES
Fuente: INE
99
Gráfico 51
Tasas de crecimiento de importaciones por grupos
5.0
4.0
3.0
2.0
1.0
0.0
)
)
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
(p
(p
02
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
01
20
20
-1.0
Fuente: INE
100
Gráfico 52
Composición de las importaciones totales
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002(p)
Fuente: INE
101
Gráfico 53
Evolución de las exportaciones por grupos
(millones de dólares)
700.0
600.0
500.0 Minerales
Hidrocarburos
400.0
Soya y derivados
200.0 Reexportaciones y
personales
100.0
0.0
)
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
19 98
00
01
02
(3
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
99
Fuente: INE
102
Gráfico 54
Tasas de crecimiento de las exportaciones de productos seleccionados
1.50
1.00
0.50
0.00
1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 (3) 2000 2001 2002
-0.50
-1.00
Fuente: INE
103
Gráfico 55
Composición de las exportaciones oficiales
100%
90%
80%
70%
Reexportaciones y
personales
60%
Otros no tradicionales
50%
Hidrocarburos
20%
10% Minerales
0%
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002
Fuente: INE
104
ANEXO DE
CUADROS
ESTADISTICOS
105
CUADRO 1
CARTERA VIGENTE DEL SISTEMA FINANCIERO BOLIVIANO
(en dólares y tasas anuales de crecimiento)
106
CUADRO 2
CARTERA EN MORA DEL SISTEMA FINANCIERO BOLIVIANO
(en dólares y tasas anuales de crecimiento)
107
CUADRO 3
CARTERA BRUTA DEL SISTEMA FINANCIERO BOLIVIANO
(en dólares y tasas anuales de crecimiento)
108
CUADRO 4
CARTERA VIGENTE POR ORGANIZACION DE MICROFINANZAS
(en dólares y tasas anuales de crecimiento)
109
CUADRO 5
CARTERA EN MORA POR ORGANIZACION DE MICROFINANZAS
(en dólares y tasas anuales de crecimiento)
110
CUADRO 6
CARTERA BRUTA POR ORGANIZACION DE MICROFINANZAS
(en dólares y tasas anuales de crecimiento)
111
CUADRO 7
NUM ERO DE CLIENT ES DE LAS ORGANIZACIONES DE M ICROFINANZAS SEGUN GENERO
AÑO
ENTIDAD 1999 2000
1996 1997 1998
Hombre s % Muje re s % TOTAL Hombre s % Muje re s % TOTAL
FISCALIZADAS 200,964 261,365 265,294 139,916 53 122,134 47 262,050 88,438 44 111,176 55 201,007
BancoSol 71,749 76,216 81,555 25,385 35 47,688 65 73,073 23,151 38 37,825 62 60,976
FFP 129,215 185,149 183,739 114,531 61 74,446 39 188,977 65,287 47 73,351 52 140,031
FFP de Microfinanzas 62,596 88,210 95,470 63,933 62 39,127 38 103,060 50,216 47 56,529 53 106,745
Caja Los Andes 21,566 27,876 30,317 16,557 45 19,962 55 36,519 20,749 49 21,894 51 42,643
FIE 14,039 22,086 18,431 10,167 42 13,947 58 24,114 10,573 45 12,829 55 23,402
EcoFuturo - - - 2,208 47 2,515 53 4,723 7,151 49 7,453 51 14,604
PRODEM 26,991 38,248 46,722 35,001 93 2,703 7 37,704 11,743 45 14,353 55 26,096
Otras FFP 66,619 96,939 88,269 50,598 59 35,319 41 85,917 15,071 45 16,822 51 33,286
Fortaleza
Fassil 4,106 13,673 16,764 12,710 48 13,751 52 26,461 9,455 40 14,038 60 23,493
Fondo de la Comunidad 204 859 1,316 - - - - - 1,393
Acceso 62,309 82,407 70,189 37,888 64 21,568 36 59,456 5,616 67 2,784 33 8,400
ONG 83,767 107,390 138,916 85,572 55 70,906 45 156,478 64,126 42 88,542 58 152,668
Cidre 362 407 565 4,484 82 974 18 5,458 4,235 80 1,043 20 5,278
Diaconía-FRIF - - 8,020 5,936 65 3,244 35 9,180 7,529 67 3,684 33 11,213
Funbodem 408 1,237 1,358 - - 1,644 100 1,644 319 13 2,213 87 2,532
Idepro 7,721 10,096 14,538 4,180 31 9,123 69 13,303 3,063 37 5,250 63 8,313
ProMujer 7,640 14,226 16,669 945 5 17,974 95 18,919 1,193 5 22,673 95 23,866
Aned 27,387 34,731 41,803 30,371 68 14,452 32 44,823 25,596 66 13,246 34 38,842
Agrocapital - 4,028 4,436 4,523 100 - - 4,523 2,179 61 1,417 39 3,596
Crecer 6,324 8,501 12,863 406 2 18,921 98 19,327 165 1 24,519 99 24,684
Fades 19,800 23,253 26,962 27,905 100 - - 27,905 13,456 60 8,970 40 22,426
Fondeco 9,990 5,142 5,121 3,855 68 1,838 32 5,693 3,541 47 3,950 53 7,491
Sartawi 4,135 5,769 6,581 2,967 52 2,736 48 5,703 2,850 64 1,577 36 4,427
TOTAL SIN COOPERATIVAS 284,731 368,755 404,210 225,488 54 193,040 46 418,528 152,564 43 199,718 56 353,675
COOPERATIVAS 49,808 59,327 61,436 - - - - 80,464 - - - - 88,039
Jesús Nazareno 12,041 13,954 12,671 20,524 22,914
San Martín de Porres 9,724 12,450 11,893 16,868 12,597
Fátima 5,728 6,952 6,909 8,709 8,050
La Merced 3,838 5,524 6,277 8,618 8,441
San Pedro 1,972 2,602 2,555 3,756 3,348
Loyola 1,573 1,709 1,891 1,632 1,559
Catedral de Tarija 2,627 3,248 3,368 - 5,527
Hospicio 1,942 2,116 2,128 4,887 3,252
San Luis 1,914 0 3,242 4,021 -
San Antonio 1,717 1,798 1,776 2,297 2,342
Pío X 1,758 1,979 1,961 2,076 2,536
Financiacoop 838 1,684 - 4,688
El Chorolque - - - - -
El Churqui 599 967 - 1,371 -
Inca Huasi 1,324 1,462 1,461 1,493 1,588
Montero 1,502 1,911 1,760 2,092 1,791
Quillacollo 880 1,157 1,128 1,280 1,456
San José de Punata 669 660 732 840 1,101
Monseñor Gaínza 2,328
Educadores Gran Chaco 2,663
Comarapa 733
San Mateo 1,125
Trinidad
San Roque
San Joaquin
Magisterio Rural
San Jose de Bermejo
Catedral de Potosi
Trapetrol Oriente
Madre y Maestra
San Francisco Solano
TOTAL ENTIDADES 334,539 428,082 465,646 498,992 441,714
Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural
Nota: el total de cooperativas no incluye algunas cooperativas para las cuales no se encontraron datos. Por esta razón se incluye un subtotal sin cooperativas
Nota: datos tomados de Superintendencia no distinguen por género.
Nota:los datos para Ecofuturo y Fie en 1991 se toman de la Super deb ido a error en Finrural. Por eso no hay distinción por genero. En el caso de Ecofuturo se asigna a
a urbano dado que Ecofutura era predominantemente urbano
112
CUADRO 7 (continuación)
NUM ERO DE CLIENT ES DE LAS ORGANIZACIONES DE M ICROFINANZAS SEGUN GENERO
113
CUADRO 8
NUM ERO DE CLIENT ES URBANOS DE LAS ORGANIZACIONES DE M ICROFINANZAS SEGUN GENERO
AÑO
ENTIDAD 1999 2000
1996 1997 1998
Hombre s % Muje re s % TOTAL Hombre s % Muje re s % TOTAL
FISCALIZADAS 173,973 223,117 218,572 100,291 46 117,691 53 220,079 70,834 42 94,584 57 166,811
BancoSol 71,749 76,216 81,555 25,385 35 47,688 65 73,073 20,834 38 34,043 62 54,877
FFP 102,224 146,901 137,017 74,906 51 70,003 48 147,006 50,000 45 60,541 54 111,934
FFP de microfinanzas 35,605 49,962 48,748 24,308 41 34,684 59 58,992 34,929 44 43,719 56 78,648
Caja Los Andes 21,566 27,876 30,317 13,047 41 18,742 59 31,789 16,480 45 20,434 55 36,914
FIE 14,039 22,086 18,431 10,167 42 13,947 58 24,114 10,573 45 12,829 55 23,402
EcoFuturo 1,094 35 1,995 65 3,089 3,856 41 5,543 59 9,399
PRODEM - 4,020 4,913 8,933
Otras FFP 66,619 96,939 88,269 50,598 57 35,319 40 88,014 15,071 45 16,822 51 33,286
Fortaleza
Fassil 4,106 13,673 16,764 12,710 48 13,751 52 26,461 9,455 40 14,038 60 23,493
Fondo de la Comunidad 204 859 1,316 - - 2,097 - - 1,393
Acceso 62,309 82,407 70,189 37,888 64 21,568 36 59,456 5,616 67 2,784 33 8,400
ONG 16,131 25,966 40,977 9,372 23 31,904 77 41,276 8,842 21 32,724 79 41,566
Cidre 362 407 392 288 84 53 16 341
Diaconía-FRIF 8,020 3,335 61 2,126 39 5,461 4,267 62 2,588 38 6,855
Funbodem 408 1,237 1,358 - 0 1,644 100 1,644 319 13 2,213 87 2,532
Idepro 7,721 10,096 14,538 4,180 31 9,123 69 13,303 3,063 37 5,250 63 8,313
ProMujer 7,640 14,226 16,669 945 5 17,974 95 18,919 1,193 5 22,673 95 23,866
Sartawi 624 39 984 61 1,608
Fades
Agrocapital
TOTAL SIN COOPERATIVAS 190,104 249,083 259,549 109,663 42 149,595 57 261,355 79,676 38 127,308 61 208,377
COOPERATIVAS (1) 45,433 54,137 56,355 - - 78,262 - - 76,064
Jesús Nazareno 12,041 13,954 12,671 20,524 22,914
San Martín de Porres 9,724 12,450 11,893 16,868 12,597
Fátima 5,728 6,952 6,909 8,709 8,050
La Merced 3,838 5,524 6,277 8,618 8,441
San Pedro 1,972 2,602 2,555 3,756 3,348
Loyola 1,573 1,709 1,891 1,632 1,559
Catedral de Tarija 2,627 3,248 3,368 5,527
Hospico 1,942 2,116 2,128 4,887 3,252
San Luis 1,914 3,242 4,021
San Antonio 1,717 1,798 1,776 2,297 2,342
Pío X 1,758 1,979 1,961 2,076 2,536
Financiacoop 838 1,684 2,716 4,688
El Chorolque 787 810
El Churqui 599 967 - 1,371
Trinidad
San Roque
Madre y Maestra
TOTAL ENTIDADES 235,537 303,220 315,904 339,617 284,441
Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural
(1) La clasificación urbana rural para cooperativas en 1998 sigue la asignación en urbanas y rurales de los otros años. No se distingue por género en 1999 y 2000.
Nota: el total de cooperativas no incluye algunas cooperativas para las cuales no se encontraron datos. Por esta razón se incluye un subtotal sin cooperativas
114
CUADRO 8 (continuación)
# DE CLIENT ES URBANOS DE LAS ORGANIZACIONES DE M ICROFINANZAS POR GENERO
A ÑO
ENTIDAD 2001 2002
Hombre s % Mujere s % TOTAL Hombre s % Mujere s % TOTAL
FISCALIZADAS 41,409 32 59,572 46 129,395 65,782 45 79,188 55 144,970
BancoSol 19,032 39 29,494 61 48,526 19,787 43 26,447 57 46,234
FFP 22,377 28 30,078 37 80,869 45,995 47 52,741 53 98,736
FFP de microfinanzas 19,000 26 24,307 34 71,721 40,292 45,179 85,471
Caja Los Andes 15,844 44 20,146 56 35,990 19,096 24,570 43,666
FIE nd ##### nd ##### 21,864 14,034 12,434 26,468
EcoFuturo - - - - 6,550 3,017 4,170 7,187
PRODEM 3,156 4,161 7,317 4,145 4,005 8,150
Otras FFP 3,377 37 5,771 63 9,148 5,703 7,562 13,265
Fortaleza 1,971 965 2,936
Fassil 3,377 37 5,771 63 9,148 3,732 6,597 10,329
Fondo de la Comunidad - - - - -
Acceso - - - - - -
ONG 10,650 23 35,565 77 46,215 12,436 23 40,875 77 53,311
Cidre 15 75 5 25 20 34 8 42
Diaconía-FRIF 4,525 61 2,891 39 7,416 6,977 6,887 13,864
Funbodem 678 24 2,132 76 2,810 1,178 2,360 3,538
Idepro 1,722 37 2,888 63 4,610 - - -
ProMujer 1,295 5 26,187 95 27,482 1,552 29,983 31,535
Sartawi - - - - - -
Fades 1,898 65 1,022 35 2,920 2,056 1,107 3,163
Agrocapital 517 54 440 46 957 639 530 1,169
TOTAL SIN COOPERATIVAS 52,059 30 95,137 54 175,610 78,218 39 120,063 61 198,281
COOPERATIVAS (1) 16,456 53 14,591 47 31,047 6,779 61 4,373 39 11,152
Jesús Nazareno 6,802 59 4,748 41 11,550 - - -
San Martín de Porres 1,651 38 2,650 62 4,301 2,799 1,865 4,664
Fátima - - - -
La Merced - - - -
San Pedro - - - -
Loyola - - - -
Catedral de Tarija - - - -
Hospico 1,022 68 482 32 1,504 1,121 321 1,442
San Luis - - - -
San Antonio - - - -
Pío X - - - -
Financiacoop 4,292 100 - 0 4,292 -
El Chorolque 338 4,690 5,028 392 285 677
El Churqui 656 56 506 44 1,162 620 432 1,052
Trinidad 420 49 440 51 860 485 467 952
San Roque 837 55 685 45 1,522 885 668 1,553
Madre y Maestra 438 53 390 47 828 477 335 812
TOTAL ENTIDADES 68,515 33 109,728 53 206,657 72,561 46 83,561 54 156,122
115
CUADRO 9
NUM ERO DE CLIENT ES RURALES DE LAS ORGANIZACIONES DE M ICROFINANZAS SEGUN GENERO
AÑO
ENTIDAD 1999 2000
1996 1997 1998
Hombres % Mujere s % TOTAL Hombres % Mujere s % TOTAL
FISCALIZADAS 26,991 38,248 46,722 39,625 90 4,443 10 44,068 17,604 51 16,592 49 34,196
BancoSol - 2,317 38 3,782 62 6,099
FFP 26,991 38,248 46,722 39,625 90 4,443 10 44,068 15,287 54 12,810 46 28,097
FFP de Microfinanzas 26,991 38,248 46,722 39,625 90 4,443 10 44,068 15,287 54 12,810 46 28,097
EcoFuturo 1,114 68 520 32 1,634 3,295 63 1,910 37 5,205
Caja Los Andes 3,510 74 1,220 26 4,730 4,269 75 1,460 25 5,729
PRODEM 26,991 38,248 46,722 35,001 93 2,703 7 37,704 7,723 45 9,440 55 17,163
Otras FFP - - - - - - - - -
Fortaleza
Fassil - - - -
Fondo de la Comunidad - - - -
Acceso - - - -
ONG 67,636 81,424 97,939 76,200 66 39,002 34 115,202 55,284 50 55,818 50 111,102
Cidre 173 4,196 82 921 18 5,117 4,235 80 1,043 20 5,278
Diaconía-FRIF 2,601 70 1,118 30 3,719 3,262 75 1,096 25 4,358
Aned 27,387 34,731 41,803 30,371 68 14,452 32 44,823 25,596 66 13,246 34 38,842
Agrocapital - 4,028 4,436 4,523 100 - - 4,523 2,179 61 1,417 39 3,596
Crecer 6,324 8,501 12,863 406 2 18,921 98 19,327 165 1 24,519 99 24,684
Fades 19,800 23,253 26,962 27,905 100 - - 27,905 13,456 60 8,970 40 22,426
Fondeco 9,990 5,142 5,121 3,855 68 1,838 32 5,693 3,541 47 3,950 53 7,491
Sartawi 4,135 5,769 6,581 2,343 57 1,752 43 4,095 2,850 64 1,577 36 4,427
TOTAL SIN COOPERATIVAS 94,627 119,672 144,661 115,825 73 43,445 27 159,270 72,888 50 72,410 50 145,298
COOPERATIVAS (1) 4,375 5,190 5,081 - - 7,842 - - 15,115
Inca Huasi 1,324 1,462 1,461 1,493 1,588
Montero 1,502 1,911 1,760 2,092 1,791
Quillacollo 880 1,157 1,128 1,280 1,456
San José de Punata 669 660 732 840 1,101
Monseñor Gaínza 2,328
Educadores Gran Chaco 2,663
El Chorolque 2,137 2,330
Comarapa 733
San Mateo 1,125
Financiacoop
Hospicio
Jesús Nazareno
San Martín de Porres
Trnidad
San Francisco Solano
San Roque
TOTAL ENTIDADES 99,002 124,862 149,742 167,112 160,413
Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural
(1) La clasificación urbana rural para cooperativas en 1998 sigue la asignación en urbanas y rurales de los otros años. No se distingue por género en 1999 y 2000.
Nota: el total de cooperativas no incluye algunas cooperativas para las cuales no se encontraron datos. Por esta razón se incluye un subtotal sin cooperativas
116
CUADRO 9 (continuación)
# DE CLIENT ES RURALES DE LAS ORGANIZACIONES DE M ICROFINANZAS POR GENERO
117
CUADRO 10
RED DE AGENCIAS DE MICROFINANZAS SEGUN URBANO Y RURAL
AÑO
ENTIDAD
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Rural Urb Rural Urb Rural Urb Rural Urb Rural Urb Rural Urb Rural Urb Rural Urb Rural Urb Rural Urb Rural Urb
REGULADAS 1 14 7 26 18 40 27 46 32 64 35 79 48 86 51 89 50 111 43 95 44 114
BancoSol 10 21 33 36 4 33 3 35 8 37 6 37 9 35 0 33 0 34
FFP 1 4 7 5 18 7 27 10 28 31 32 44 40 49 45 52 41 76 43 62 44 80
FFP de microfinanzas 1 4 7 5 18 7 27 10 28 26 32 34 39 37 44 41 41 70 42 56 43 67
Caja Los Andes 1 9 1 10 1 10 2 14 2 14 2 18 3 24
FIE 4 5 7 10 0 12 0 14 0 14 1 13 0 14 0 17 0 16
EcoFuturo 2 2 4 3 5 4 0 6
PRODEM 1 7 18 27 27 5 31 10 38 13 39 12 35 39 35 17 40 21
Otras FFP 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5 0 10 1 12 1 11 0 6 1 6 1 13
Fortaleza 0 7
Fas s il 0 1 0 2 1 4 1 5 0 1 1 2 1 2
Fondo de la Comunidad 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1
Acces o 0 3 0 7 0 7 0 5 0 4 0 3 0 3
ONG 6 4 7 5 6 10 11 10 30 29 48 30 60 33 82 51 75 59 88 56 114 73
URBANAS 0 4 0 5 0 10 0 10 0 11 0 13 9 17 20 34 21 36 10 34 15 38
Cidre 1 1 1 1 0 1 0 1 1 1 7 1 8 1 0 1 11 1
Diaconía-FRIF 8 2 12 3 13 3 10 4 4 4
Funbodem 1 1 1 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1
Idepro 2 3 4 4 0 5 0 7 0 9 1 10 0 11 0 4 0 4
ProMujer 4 4 0 4 0 4 0 4 0 19 0 20 0 24 0 28
RURALES 6 0 7 0 6 0 11 0 30 18 48 17 51 16 62 17 54 23 78 22 99 35
Agrocapital 6 3 7 3 7 3 7 4 5 3 5 3
Aned 1 5 7 2 12 5 12 5 16 5 18 5 24 6 32 8
Crecer 2 0 5 0 5 1 7 1 4 9 3 11 6
Fades 13 14 13 5 13 5 19 3 15 4 26 3 40 4
Fondeco 3 3 1 1 2 1 2 1 3 1 5 1 6 2 6 3 11 2
Sartawi 3 4 4 5 6 1 10 3 11 1 8 4 8 4 8 4 0 12
COOPERATIVAS 9 6 9 6 9 6 9 8 30 37 41 45 43 53 43 55 39 45 35 46 40 49
Jes ús Nazareno** 1 5 1 9 3 9 3 10 3 10 3 11 3 11
San Martín de Porres ** 4 6 8 8 4 8 4 8 6 4 7 4 6 4
Fátima 0 5 0 6 0 7 0 7 0 7 0 4 0 4
La Merced 12 5 16 5 16 5 16 5 15 5 0 1
San Pedro 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 2 0 2
Loyola 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 2 1 3 1 3 1 1 1 2 1 2
Catedral de Tarija 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1
Hospicio** 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 1 1 1 1 1 1 0 1 2 1 2 1
San Luis 2 7 2 7 2 7 2 7 2 7 nd nd nd nd
San Antonio 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 2 0 3 1 1 1 1 1 1
Pío X 1 1 1 1 0 2 0 2 0 2 0 2 0 1 0 1 0 1
Inca Huasi 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 0 1 1 0
Montero 1 0 1 0 1 0 1 0 3 0 5 0 5 0 5 0 3 0 3 0 2 0
Quillacollo 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0
Financiacoop** 0 1 0 1 0 1 0 5 0 5 0 4 1 6
San Jos é de Punata** 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 0 1
El Churqui** 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1
Mons eñor Gaínza 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 2 0 2 0 1 0 2 1 2 1
Educadores del Chaco 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 0 1 1 0
El Chorolque** 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 3 1 3 1 1 1 3 1 3 2
Comarapa** 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 0 1
San Mateo 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0
Trapetrol Oriente 0 1 9 9
Trinidad** 4 1 4 1
Jis unu 4 1 *** ***
San Joaquín 0 1 0 1
Magis terio Rural 0 1 1 1
San Jos é de Berm ejo 0 1 0 1
San Roque 2 2
Madre y Maes tra 0 1
Catedral de Potosí 0 1 0 1
GRAN TOTAL 16 24 23 37 33 56 47 64 92 130 124 154 151 172 176 195 164 215 166 197 198 236
Fuente: Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y Finrural
* Cooperativa San Luis no presenta datos en 2001 dado que la Superintendencia no publica sus datos y no es afiliada a Finrural.
118
CUADRO 11
ENTIDAD
Agrope c Manufacturas Com ercio Servicios Vivie nda Consumo Otros Total
REGULADAS - 28,281,755 100,584,085 39,695,297 2,755,714 14,286,739 273,742 185,877,332
BancoSol - 5,623,295 62,121,602 11,772,774 2,755,714 - - 82,273,385
FFP - 22,658,460 38,462,483 27,922,523 - 14,286,739 273,742 103,603,947
FFP de microfinanzas - 18,313,226 27,080,118 7,112,967 - 223,686 253,008 52,983,005
Caja Los Andes - 7,417,180 18,317,160 6,004,768 - - 253,008 31,992,116
FIE - 10,896,046 6,291,710 1,108,199 - 223,686 - 18,519,641
EcoFuturo - - 2,471,248 - - - - 2,471,248
PRODEM - - - - - - - -
FFP de consumo - 4,345,234 11,382,365 20,809,556 - 14,063,053 20,734 50,620,942
Fassil - 3,223,697 7,966,233 629,383 - 6,392,682 - 18,211,995
Acceso - 1,121,537 3,416,132 20,180,173 - 7,670,371 20,734 32,408,947
ONG - 5,770,509 7,310,494 3,284,199 1,653,169 61,441 60,466 18,140,278
Cidre - 1,350,697 - - - - - 1,350,697
Diaconía-FRIF - 1,047,114 610,121 - 1,641,260 - 768 3,299,263
Funbodem - 367,700 790,556 588,321 - 55,155 36,770 1,838,502
Idepro - 2,379,308 4,213,959 1,878,325 - - - 8,471,592
ProMujer - 351,450 1,230,085 615,040 - - - 2,196,575
Sartawi - 274,240 465,773 202,513 11,909 6,286 22,928 983,649
COOPERATIVAS - 6,034,465 37,158,829 5,177,585 20,184,092 10,055,728 3,943,564 82,554,263
El Chorolque - 6,965 637,980 4,667 460,320 208,145 - 1,318,077
Financiacoop - - 5,325,609 - 1,190,134 1,176,535 1,554,869 9,247,147
Hospicio - 163,351 2,280,758 1,655,956 36,947 597,711 40,159 4,774,882
Jesús Nazareno - 2,780,938 21,544,045 3,315,648 12,754,571 4,653,596 1,565 45,050,363
San Martín de Porres - 1,906,542 6,876,473 - 4,666,889 2,888,409 1,623,933 17,962,246
San Roque - 712,375 16,548 - 776,553 190,978 716,806 2,413,260
Trinidad - 464,294 477,416 201,314 298,678 340,354 6,232 1,788,288
TOTAL ENTIDADES - 40,086,729 145,053,408 48,157,081 24,592,975 24,403,908 4,277,772 286,571,873
Fuente: Finrural
Nota: en 1999 agricultura se clasificaba dentro de Manufacturas
119
CUADRO 12
ENTIDAD
Agrope c Ma nufa ctura s Com e rcio Se rvicios Vivie nda Consum o Otros Tota l
120
CUADRO 13
ENTIDAD
Agrope c Ma nufa ctura s Com ercio Servicios Vivie nda Consumo Otros Tota l
121
CUADRO 14
ENTIDAD
Agrope c Ma nufa ctura s Com e rcio Se rvicios Vivie nda Consumo Otros Tota l
122
CUADRO 15
ENTIDAD
Agrope c Manufactura s Com ercio Servicios Vivienda Consumo Otros Total
123
CUADRO 16
ENTIDAD
Agropec Ma nufacturas Comercio Servicios Vivienda Consumo Otros Tota l
REGULADAS 12,016,757 31,357,358 98,447,941 40,803,677 1,057,095 8,455,003 10,508,364 202,646,195
BancoSol 1,029,713 10,152,245 39,208,184 20,083,497 - - 7,329,106 77,802,745
FFP 10,987,044 21,205,113 59,239,757 20,720,180 1,057,095 8,455,003 3,179,258 124,843,450
FFP de microfinanzas 10,986,431 21,087,825 48,076,198 20,252,789 61,747 1,364,199 2,172,162 104,001,351
Caja Los Andes 4,523,813 8,165,259 22,823,644 10,894,524 8,026 - 344,589 46,759,855
FIE - 8,635,352 7,548,024 4,911,131 - 1,364,199 - 22,458,706
EcoFuturo 3,970,253 2,644,194 4,539,558 1,417 53,721 - - 11,209,143
PRODEM 2,492,365 1,643,020 13,164,972 4,445,717 - - 1,827,573 23,573,647
FFP de consumo 613 117,288 11,163,559 467,391 995,348 7,090,804 1,007,096 20,842,099
Fassil 613 117,288 11,163,559 467,391 995,348 1,657,830 1,007,096 15,409,125
Acceso - - - - - 5,432,974 - 5,432,974
ONG 21,117,268 11,337,276 15,761,045 5,653,122 3,085,998 485,054 2,778,417 60,218,180
Diaconía-FRIF - 1,556,091 1,398,324 - 2,282,499 - 731,480 5,968,394
Funbodem 418,913 192,513 416,310 889,002 348,923 210,162 - 2,475,823
Idepro - 1,408,283 3,226,302 1,883,885 - - - 6,518,470
ProMujer - 518,729 2,074,916 864,548 - - - 3,458,193
Agrocapital 5,919,433 6,639 4,116,687 1,427,477 394,347 91,510 - 11,956,093
Aned 5,775,279 376,971 558,603 172,990 60,229 183,382 320,411 7,447,865
Cidre 2,039,695 - - - - - 873,303 2,912,998
Crecer 1,415,115 - 1,768,894 - - - 353,779 3,537,788
Fades - 6,595,816 784,506 - - - - 7,380,322
Fondeco 2,671,126 169,197 142,803 81,989 - - 481,510 3,546,625
Sartawi 2,877,707 513,037 1,273,700 333,231 - - 17,934 5,015,609
COOPERATIVAS 4,445,341 5,287,923 42,210,673 12,360,528 22,051,252 20,599,562 4,360,480 111,315,759
El Chorolque 102,076 102,927 1,543,472 267,564 1,879,958 464,069 - 4,360,066
Financiacoop 1,237,954 2,045,347 3,897,182 5,735,748 1,857,782 100,682 222,725 15,097,420
Hospicio 184,561 124,481 1,996,025 1,643,683 133,546 568,146 757,427 5,407,869
Jesús Nazareno 684,737 1,099,558 18,190,861 3,917,088 10,997,854 14,140,250 - 49,030,348
San Martín de Porres 1,267,127 446,734 10,966,340 - 3,913,816 4,104,701 2,808,152 23,506,870
San José de Punata 119,904 111,214 673,964 162,085 759,527 27,996 44,883 1,899,573
Monseñor Gaînza 18,300 118,085 2,495,520 35,425 882,104 18,130 168,000 3,735,564
Montero 8,083 7,061 1,465,456 - 788,132 115,227 313,468 2,697,427
San Roque 667,650 959,010 436,157 571,069 384,933 826,516 - 3,845,335
Trinidad 154,949 273,506 545,696 27,866 453,600 233,845 45,825 1,735,287
TOTAL ENTIDADES 37,579,366 47,982,557 156,419,659 58,817,327 26,194,345 29,539,619 17,647,261 374,180,134
Fuente:Finrural
124
CUADRO 17
125
CUADRO 18
126
CUADRO 19
127
CUADRO 20
128
CUADRO 21
129
CUADRO 22
130
CUADRO 23
ENTIDAD Hipotecario
Comercial Microcrédito Consumo
de vivienda
CUADRO 24
ENTIDAD Hipotecario
Comercial Microcrédito Consumo
de vivienda
131
CUADRO 25
ENTIDAD Hipotecario
Comercial Microcrédito Consumo
de vivienda
CUADRO 26
ENTIDAD Hipotecario
Comercial Microcrédito Consumo
de vivienda
132