Está en la página 1de 5

La película cuenta la historia de Álex (Malcolm McDowell), un joven

extremadamente agresivo, cuyo Mayor disfrute se encuentra en la violencia


elevada a su máximo exponente, y aderezada con los sones de la Novena
Sinfonía de Beethoven. Álex dirige, con desmesurado narcisismo, una banda de
delincuentes a los que llama «sus drugos» y que está formada por Pete, George y
Dim. La panda gusta de acudir al bar Korova donde consumen una especie de
leche aderezada con sustancias narcotizantes que vienen a exacerbar, aún más si
cabe, las actitudes radicales y violentas del grupo. No podríamos, en este caso,
aplicar ningún tipo de eximente ni de atenuante por drogadicción, pues para ellos
delinquir forma parte de un ritual en el que también incluyen las drogas, siendo por
tanto sus efectos buscados a propósito.
Una de las primeras escenas que merece ser calificada jurídicamente se produce
cuando los tres en coautoría, con alevosía y ensañamiento, golpean a un mendigo
borracho en lo que podría dar lugar a un concurso ideal entre al asesinato en
grado de tentativa y las lesiones consumadas (si bien para conocer este resultado
hemos de esperar a casi el final de la película).
Además de una riña tumultuario, una conducción temeraria y algunas otras
fechorías más, uno de los momentos cumbres de la historia se produce cuando los
cuatro delincuentes se adentran en el domicilio de un escritor al que dan una
brutal paliza (con trágicas consecuencias) y agreden sexualmente a su esposa,
delito del que responderían todos como autores a pesar de que la escena nos
lleva a pensar que es sólo Álex el que consuma el acto sexual, en presencia de
sus amigos y con un empleo de violencia tan especialmente vejatoria, que bien
merecería ser catalogada como agravante del 180 de nuestro texto punitivo. Esta
tipificación debería agravarse también por el uso de disfraz, pues en su
indumentaria (que por cierto no tiene desperdicio y bien merecería que nos
deshiciéramos en adjetivos sobre ella en cuanto a su extravagancia) destaca el
uso de unas máscaras esperpénticas con las que consiguen ocultar sus rostros. El
afán de liderazgo de Álex, propio de su personalidad psicópata, se evidencia en la
escena en la que agradece a sus drugos cuando Dim (Warren Clarke), intenta
arrebatarle el poder al protagonista, quien responde imponiendo su incuestionable
autoridad, empujando a uno de ellos al agua y causándole un corte en la mano al
osado golpista. Esta escena, marcará sin duda, el rumbo del resto de la película.
Sus colegas quedan tan resentidos por ello, que deciden vengarse de su tirano.
Acto seguido, planean robar y volar a una mujer adinerada que vive sola con sus
gatos, pero al llegar al lugar es solo Álex el que se adentra en el domicilio. La
víctima, alertada por la prensa, telefonea a la policía al ver que «el modus
operandi» del muchacho que ha llamado a la puerta pidiendo auxilio, coincide con
el del crimen del escritor y su esposa. Y ahora viene lo decisivo: el protagonista se
burla de la víctima, ésta intenta defenderse de él pero, Alex termina golpeándola
con una enorme escultura de porcelana en forma de pene (pieza real creada por el
escultor holandés Hermann Makkink), lo que provoca la muerte. Cuando intentaba
escapar, sus drugos encuentran el momento perfecto para vengarse de él y es
Dim, quién le golpea la cara con una botella de leche, dejándolo abatido en el
lugar del crimen, lo que provoca que sea detenido y posteriormente torturado por
la policía.
Por estos hechos, Álex es condenado a una pena de 14 años de prisión por el
asesinato de la mujer (lo cual, poniéndonos en la toga de letrados de la defensa
nos lleva a discutir la calificación, pues la alevosía nos resulta tan evidente ya que
la víctima se defiende de su agresor a pesar de no conseguir zafarse de él.) En
ese momento termina la perspectiva penal del film para dar paso a una interesante
vertiente penitenciaria. Es ahora cuando hay que plantearse aspectos de
prevención especial, relacionados con el tratamiento de los delincuentes y/o
enfermentos mentales. En prisión, el interno 655321, haciendo uso de su extrema
condición de sociópata narcisista, consigue hacer creer al capellán que ha
encontrado en la Biblia, su mayor fuente de inspiración y que nada le gustaría mas
que reinsertarse y ser sometido a un nuevo tratamiento experimental, que según
ha oído, permite curarse y lograr la libertad definitiva.

Aprovecha la visita del Ministro de Interior para perfilarse como el candidado


perfecto para ser sometido al tratamiento Ludovico, una terapia experimental de
aversión, que pretende desarrollar el Gobierno para erradicar el crimen y «curar» a
los delincuentes. El Ministro se muestra convencido de que «el crimen se alimenta
con el castigo» y el Estado necesita las cárceles para los presos políticos,
debiendo dejar ya a un lado teorías penales pasadas de moda, pues a los
delincuentes comunes se les puede curar desde la Ciencia. El sistema
penitenciario representado en ese momento por el Alcaide y algunos funcionarios,
rechaza esta idea, pues en ella aprecian una ausencia de la venganza, que según
ellos, toda sociedad debe perseguir, ya que creen que el Derecho Penal no debe
perder su verdadera identidad: la de hacer pagar al delincuente su crimen. Y es
ahí, dónde al someterse voluntariamente este al proyecto con la intención de
burlarse de él y obtener su ansiada libertad, comienza la destrucción y el calvario
de Alex. El tratamiento Ludovico consiste en drogarlo y posteriormente obligarle y
posteriormente obligarle a visualizar escenas cinematográficas de extrema
violencia y sexo, impidiéndole apartar la mirada de ellas, pues le inmovilizan la
cabeza y le abren los párpados con dos ganchos (el personaje que aparece
suministrando el colirio al protagonista era médico en realidad, y tenía que
asegurarse de que no se le provocará una una excesiva sequedad ocultar como
consecuencia del rodaje, motivo por el cual le administraba reiteradamente dichas
gotas, que el según se cuenta tuvieron la culpa de que McDowell no volvería a
usar colirios jamás). Volviendo al tema, mientras el individuo visualiza esas
aberrantes escenas siente un dolor atroz y unas nauseas que lo dominan,
causadas por efectos de la droga. Como consecuencia de la terapia, Alex asociará
el sexo, la violencia y todas las atrocidades que antes le producían diversión y
placer, incluido Beethoven, a un insoportable malestar.

Tras ser sometido a comprobaciones previas, en una escena en la que se deja


humillar, demostrando que ha perdido todo su instinto violento, Álex logra su
objetivo: salir de prisión. Nuestro protagonista obtiene la libertad pero pierde algo
mucho más importante: su libre albedrío. No solo han desaparecido sus instintos
violentos sino también su capacidad de tomar decisiones, de elegir, de
comportarse con libertad. Lo han «neutralizado» como delincuente pero también
como persona. Ahora es incapaz de desarrollar la más mínima
Conducta violenta, ni siquiera en legítima defensa, (circunstancia que queda
patente casi al final de la historia, cuando se tiene que enfrentar a las venganzas
de gran parte de sus víctimas.)

La personalidad es un aspecto que todos poseemos, el cual nos diferencia de las


demás personas y nos convierte en alguien único. Por lo tanto, tiene un rol de gran
importancia en el desarrollo personal de un individuo; por eso y más es importante
conocer qué es la personalidad y tipos de personalidad que existen.

Conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o


de una colectividad, que las distingue, por su modo de ser u obrar, de las demás.

Los trastornos de la personalidad son un grupo de patologías mentales que tienen


en común el hecho de constituir patrones permanentes de experiencias internas
que se desvían marcadamente de lo esperable en la cultura a la que el paciente
pertenece y que afectan a diversas áreas del funcionamiento habitual de esa
persona, tales como los pensamientos, las emociones o el control de los impulsos.
Estos patrones mal adaptativos de comportamiento tienen su comienzo en la
adolescencia o en el inicio de la edad adulta, son inflexibles, extables y
permanentes a lo largo del tiempo, se presentan en gran variedad de situaciones
personales y sociales, provocando un malestar clínicamente significativo o
provocan un deterioro en lo social, laboral, etc.
Un trastorno mental se caracteriza por una alteración clínicamente significativa de
la cognición, la regulación de las emociones o el comportamiento de un individuo.
Por lo general, va asociado a angustia o a discapacidad funcional en otras áreas
importantes.

Se denomina agravante a la circunstancia o situación que afecta la ejecución


material de un delito, así como también a las situaciones personales del
delincuente y que provocan un aumento de la responsabilidad penal. Las
agravantes provocan un incremento cuantitativo de la pena.
Atenuante es la circunstancia, reconocida legalmente, que modifica la
responsabilidad criminal ante un delito cometido. Deriva del comportamiento de
quien interviene en un hecho delictivo, en cuanto a su ejecución o resultado. Su
efecto es la disminución de la pena conforme a reglas jurídicas determinadas.

La reinserción social es la obligación que tiene el Estado de garantizar a los


individuos privados de su libertad, los mecanismos que les permitan reintegrarse a
la sociedad mediante el trabajo, la capacitación, la educación, la salud y el
deporte, por lo que el sistema penitenciario de la entidad ofrece a los internos

Supervisa que el lugar o la instancia en que se encuentran las personas detenidas,


esté en adecuadas condiciones estructurales y funcionales, que haya buena
iluminación, ventilación, higiene, y que cuenten con todos los servicios
indispensables y necesarios para que puedan vivir dignamente.

Revisa que se les otorgue alimentación en calidad y cantidad suficiente; atención


médica, psicológica, psiquiátrica, educación, actividades laborales, recreativas y
deportivas; comunicación telefónica con su familia, defensor e Instituciones, visita
conyugal y familiar, etcétera.

Observa que la actuación de los Defensores Públicos en los procedimientos


penales, se realice responsable y adecuadamente.
 Velar por la seguridad y custodia de las personas sometidas a proceso
procurando que el régimen carcelario contribuya a preservar o mejorar sus
condiciones morales, su educación y su salud física y mental;

 Promover la readaptación social de los condenados a sanciones privativas


de libertad;

 Participar en la asistencia postpenitenciaria;

 Producir dictámenes criminológicos para las autoridades judiciales y


administrativas sobre la personalidad de los internos, en los casos que legal
o reglamentariamente corresponda;

 Asesorar al Poder Ejecutivo Nacional en todo asunto que se relacione con


la política penitenciaria;

 Cooperar con otros organismos en la elaboración de una política de


prevención de la criminalidad;

 Contribuir al estudio de las reformas de la legislación vinculada a la defensa


social;

 Asesorar en materia de su competencia a otros organismos de jurisdicción


Nacional o provincial.

Libertad, el uso de brazalete electrónico de monitoreo como medida alternativa al


encarcelamiento, el derecho a la visita íntima, la corrupción y el derecho a la
participación para las personas privadas de libertad.

También podría gustarte