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E.E.S.

N° 31, de José Mármol


LITERATURA
Profesor: Jorge Mansilla
Curso: 4º año

Poema: “Los caballos de Aquiles”

Cuando vieron muerto a Patroclo,


que era tan viril, fuerte y joven,
los caballos de Aquiles comenzaron a llorar.
Su naturaleza inmortal se indignó
al contemplar esa obra de la muerte.
Sacudían sus cabezas y agitaban sus largas crines,
Golpeaban la tierra con los cascos, y lloraban
viendo a Patroclo exánime –aniquilado-.
Ahora la carne abyecta –su espíritu desvanecido-
indefenso –sin aliento-
devuelto desde la vida a la gran Nada.

Vio Zeus las lágrimas de los caballos


inmortales y se entristeció. “En las bodas de Peleo
-dijo- no debí cometer tal desatino;
¡mejor hubiera sido no haberos entregado, desdichados
caballos míos! Qué podíais hacer allá abajo,
entre la mísera humanidad, juguete del destino.
A vosotros, exentos de muerte y de vejez,
os atormentan efímeras desgracias. En sus aflicciones
os han enredado los hombres”. – Pero
los nobles animales seguían llorando
por la calamidad eterna de la muerte.

Constantino Kavafis (1863- 1933)


Traducido por Horacio Castillo (1934) Ensenada. Bs. As.

Este poema pertenece al poeta griego Constantino Petrou Cavafis, una de las figuras literarias más
importantes del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega
moderna. En el poema de Cavafis confluyen varios temas interesantes para comentar: el destino y la
muerte.
El destino es representado por las Moiras, las diosas que han estado trazando la senda que han de seguir
los hombres a lo largo de sus vidas y gobiernan desde el comienzo de los tiempos el destino de la
humanidad. Ni Zeus, dios de dioses, es capaz de escapar a sus designios. Con la muerte de Patroclo, su
libertad y la seguridad de ser dueño de su propio futuro no eran sino sombra que se diluían en el
inevitable transcurrir del tiempo, pensando que él era dueño de su vida y que su futuro dependía de sus
decisiones libremente adoptadas, pero, de repente, la vida le enseña que no es así, que hay un guion
previo y que ellos, de manera inconsciente, se ven sometidos a una estructura diseñada, escrita por la
necesidad del destino para reestablecer un orden. Es curioso que Patroclo se esconda bajo la armadura de
Aquiles para intimidar al enemigo, desempeñando un papel que no es el suyo. Probablemente, pensaría
que la batalla estaría ganada llevando la armadura de su compañero, siendo Aquiles el más temible de
todos los guerreros. Patroclo se dejó llevar por la desmesura (hybris) aludiendo a un orgullo o confianza
en sí mismo muy exagerada, especialmente cuando se ostenta poder. Sin embargo, en los animales nunca
es posible la hybris, ya que les guía el instinto común a su especie y no existe el peligro de que no se
hallen en su lugar. No nos podemos imaginar que un caballo se rebele contra su destino y decida ser el
león de la selva. Al contrario, los hombres están dotados de un tipo de libertad, de una capacidad de
exceso que sin duda los hacen más interesantes que los animales.
En cuanto al tema de la muerte, Homero traza un esquema muy sencillo sobre el pensamiento de la
muerte y el destino del alma:
1) La muerte es el fin del hombre entero, aunque sobreviva el alma.
2) La muerte es la única certeza que posee el hombre sobre su futuro.
3) La sombra de la muerte se proyecta sobre el curso entero de la vida.
Obras de referencias:
 295. La Iliada latina. Diario de la guerra de Troya de Dictis cretense. Historia de la destrucción de Troya.
(BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS)
 Poemas completos Constantino Cavafis
A partir de la lectura del poema, responder:
a) ¿Qué es lo que podemos saber de los caballos de Aquiles (qué datos de estos animales aparecen
en el poema)?
b) ¿Cómo se describe al cuerpo de Patroclo?
c) ¿A qué te parece que se refiere Zeus al lamentarse de que ha hecho?
d) Proponer una explicación para la frase del dios hacia los caballos: “En sus aflicciones os han
enredado los hombres”
TAREA: investigar qué otras características particulares tenían los caballos de Aquiles.
¿Qué es una áuriga y quién era Automedonte?

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