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AGOSTO 2020
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SEPARATA Nº 04
UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA
Universitá di Roma
El estudio debe tratar seriamente con los problemas más variados referentes a
la vida de los monumentos y cubre muchos campos (tal vez imprevistos). En
consecuencia se elaborará un estudio completo, organizado de un modo global
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y orgánico y que pueda ser adaptado al número infinito de las variaciones
monumentales.
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Análisis de toda la información bajo un triple punto de vista:
Análisis de la
Consistencia
Patológica
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Una gran cantidad de material EXTRINSECO, pero perteneciente al
monumento, debe ser cuidadosamente detectado y críticamente interpretado.
d. Literatura publicada.
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Una última recomendación: El método seguido apunta a una visión analítica
que puede resultar episódica y fragmentaria.
Desde las primeras bases del acto creativo hasta los últimos eventos de una
larga vida, aparecerá el carácter, el verdadero significado de un trabajo
antiguo en su mensaje artístico y humano.
CAUSAS DE DETERIORO
Deterioros estáticos pueden ser provocados por dos o más causas, actuando
independientemente o en concomitancia y frecuentemente influenciándose
mutuamente.
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Nuestro análisis no deber limitarse a la identificación de la causa del
fenómeno; de hecho, una causa que consideremos como la más importante o
la predominante, puede estar acompañada de otras menos evidentes. Su
pluralidad e interdependencia es uno de los más frecuentes e interesantes
temas en el estudio del diagnostico de desordenes estéticos.
Esta división establece una clara demarcación entre la idea generatriz del
edificio y los posteriores eventos que le han ocurrido durante su vida; así
calificaremos casi exactamente el origen de las causas en relación al
monumento, orgánicamente considerado. Por lo tanto, las causas intrínsecas
están separadas de las otras, cuyas acciones están determinadas
independientemente de su erigen o de las diversas etapas de la construcción
y en otras circunstancias ajenas a aquellas de su creación o de definición de
su aspecto final.
Las causas intrínsecas (l) pueden ser divididas en dos grandes grupos: (l,1)
causas relativas a la posición en la que se encuentra el edificio y (l,2)
causas relativas a las estructuras.
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El primer tipo está directamente relacionado a la posición geotopográfica y
a la orientación (l,1,a), o al menes inherentes al terreno sobre el que se ha
construido el edificio (l,1,b).
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2.- Las segundas se refieren a fenómenos naturales excepcionales, casi
siempre de particular violencia y casi siempre difícilmente predecibles o
evitables: terremotos, bradisismo, aluviones, etc.
3.- Entre las causas pertenecientes al tercer tipo encontramos los daños
producidos a los edificios a consecuencia de guerras y sobre todo las
modificaciones efectuadas por el hombre a la estructura original y al uso de
ellos, tanto como las variaciones del entorno incluyendo las condiciones del
terreno.
A este propósito deben tenerse presente una clara línea demarcatoria. Como
habíamos visto, a las causas intrínsecas van atribuidos todos los fenómenos
relativos a la naturaleza del edificio aunque este haya sido construido en
diferente tiempo o haya sido terminado en otro momento, pero siempre en
relación a la unidad del proyecto; en cambio todas las consecuencias debidas
a sucesivas intervenciones y modificaciones substanciales que modifican la
concepción original, constituyen la mayoría de las lesiones, cuyas causas son
consideradas extrínsecas.
l. CAUSAS INTRINSECAS.
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En este caso, sin embargo, una particular situación topográfica puede incidir
notablemente en la caracterización o agravar las condiciones del ambiente
climático, como por ejemplo si un edificio está próximo a un curso de agua, un
lago o un precipicio, existen potenciales consecuencias especificas que no
pueden considerarse estrictamente intrínsecas.
2) Pruebas de carga
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3) Eventuales pruebas de consolidación (químicas, físicas, mecánicas, etc.)
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flexión y corte. Para piezas usadas pruebas de impermeabilización y
endurecimiento químico.
Todo esto trae una notable consecuencia práctica cuando se deba por
ejemplo integrar un revestimiento antiguo con material nuevo.
En el caso de revestimientos antiguos que han resistido mas allá de los límites
usuales bajo condiciones normales, será especialmente útil conocer la
composición y las características de su uso.
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se adhiere bien a la piedra, limitándose a ser un relleno de las espacios entre
hiladas.
Las dos categorías de los defectos (1,2,a y 1,2,b) son a menudo mezcladas o
tornadas interdependientes, de hecho y como ejemplo, la insuficiente sección
resistente y el incierto equilibrio entre los miembros de un edificio son en
muchos casos, la consecuencia de las súbitas alteraciones y por distintas
razones, de la constitución interna, de los elementos singulares que
constituyen la estructura; alteraciones que disminuyen la capacidad de
resistencia a estos últimos o la calidad de la cohesión de sus otras partes y
acaba por comprometer el equilibrio original.
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Sin considerar de modo específico las causas de daños debido a la carencia o
mala conformación dé la cimentación, tales fenómenos pueden agruparse en
dos categorías de acuerdo al tipo de esfuerzo a las que está sometida la
estructura:
En este punto ser útil indicar brevemente la esencia y los caracteres de tales
diferentes acciones, en modo de comprender exactamente la mecánica
relativa a ellos. Solo sobre tales bases se podrán de hecho establecer
cálculos de verificación para darse cuenta de la existencia o la gravedad de
los eventuales errores del proyecto.
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La suma de tales acciones se ejerce verticalmente y se distribuye a
continuación según la conformación arquitectónica del edificio, en las
secciones resistentes de cada nivel. El equilibrio estático del conjunto está
entonces garantizado por la capacidad de resistencia de tales secciones al
esfuerzo aplicado sobre ellas, capacidad mesurable por el área de sus
secciones horizontales.
El exceso del peso vertical que se verifica naturalmente en la parte más baja
del edificio lo hayamos generalmente en las construcciones soportadas sobre
pilotes o columnas, en las que se concentran las cargas, como por ejemplo los
aporticados de uno o varios pisos o en cualquier otra estructura donde todo el
peso de la construcción se acumula distribuyéndose sobre pocos soportes
verticales de sección reducida respecto a las estructuras de la parte superior.
Fenómenos de otro género pueden ser provocados por las acciones verticales
excesivas cuando estas se ejercen no solo sobre las estructuras verticales
portantes sino también sobre los elementos horizontales portantes con luces
grandes se determina entonces una solicitación a flexión, que provoca efectos
variables de acuerdo al material empleado; por ejemplo mientras que para la
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madera, material elástico, una cierta deformación debida a la carga no es
Señal de deterioro estático sino hasta que supera ciertos límites y provoca la
rotura progresiva de las fibras longitudinales, mientras que si se trata de
arquitrabes de piedra, el exceso de carga se manifiesta con la rotura del
monolito, por su naturaleza indeformable, y el equilibrio estático resulta
comprometido inmediatamente.
En el caso de un arco o una bóveda, las cargas trasmitidas por cada dovela
se suman una a otra, dan una resultante que al plano de la imposta obra como
una fuerza oblicua y puede descomponerse en una componente vertical y otra
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horizontal. Esta última, en consecuencia, opera como una fuerza que tiende a
imprimir una rotación hacia el exterior del arco, con un claro daño de carácter
estructural.
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deban imputarse exclusivamente a la realización de la obra, a defectos de
ejecución en los métodos seguidos o en los materiales usados.
Para los techos, las causas más frecuentes se identifican como: desgaste,
rotura o deslizamiento del material de cobertura y deterioro de la
armadura principal. La poca impermeabilidad de las terrazas y los
consecuentes fenómenos secundarios caracterizan las viejas cubiertas
horizontales, típicas de climas secos y con escasa precipitación pluvial.
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Causa de naturaleza química y electroquímica (II, 1,6)
Causa de naturaleza botánica (II, 1, c)
Causas de naturaleza biológica y microbiología (II, 1, 6)
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Además de la obra relevante del agua de lluvia debido a su acción mecánica y
solvente y a la infiltración de la lluvia por viento, la humedad de los muros se
determina por medio de los fenómenos de percolación, embebimiento
(empapamiento) y condensación, esta última a través del aire
La fuerza que ejerce el viento sobre los edificios antiguos, pueden equipararse
a golpes o choques y los fenómenos de erosión eólica a veces muy llamativos
y de carácter grave cuando se agrega la acción específica de agentes sólidos,
como es el caso de las tormentas de arena, forman otro grupo.
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resultantes, están incluidos en la actividad usual del laboratorio científico para
el estudio de las piedras naturales o de los materiales artificiales de
construcción, con especialidad en electroquímica o bioquímica cuando la
acción química se deba a factores biológicos actuando sobre la composición
del material:
Las aguas son un activo vehículo de agentes químicos, al igual que la lluvia
también es químicamente activa por la presencia de anhídrido carbónico o de
diversas sales. Compuestos químicos en solución o en suspensión -
provenientes de la disgregación de la roca o tal vez residuos de producción
industrial o de contacto con el agua marina- agravan, con reacciones
específicas, los fenómenos de humedad capilar, ofreciendo otro ejemplo de
acciones que colaboran a la degradación química física.
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Las reacciones químicas son a menudo determinadas o acompañadas de
corriente eléctrica. Aquellas que circulan por el subsuelo, pueden provocar
modificaciones en la constitución de los materiales de cimentación,
disminuyendo la resistencia especifica.
Son fácilmente identificables por los daños que causan las plantas (vegetación
autónoma, o parásita). El crecimiento de las primeras en las inmediaciones de
los monumentos con frecuencia compromete su conservación, especialmente
a causa de las raíces subterráneas que socavan las cimentaciones y afectan a
los muros sueltos.
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Se deben citar también los daños provocados por los animales superiores
tales como las diversas especies de ratones y, en general la acción más o
menos rápida de todos los roedores. Incluiremos las reacciones químicas
determinadas por los excrementos de las aves que anidan y se posan en las
fachadas del monumento.
los terremotos
los maremotos
los desmoronamientos o derrumbes y los fenómenos de movimiento y
disgregación del terreno.
las erupciones volcánicas y las emanaciones de gas
los ciclones, las trombas de aire, las trombas marinas, los tifones y los
tornados.
las inundaciones, desbordes y. todas las manifestaciones debidas al
crecimiento desordenado de los flujos de agua.
las avalanchas, aludes, huaycos, etc.
los incendios por autocombustión.
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Causas directamente provocadas por el hombre (II.2)
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