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Facultad de Medicina
Cátedra de Cirugía
Tutora:
Dra. Adriana González Vargas
Estudiantes:
Elena Vargas
Susan Vargas
Emilio Vega Jarquín
Rodrigo Zumbado-Morales
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Introducción
Además, la importancia del estudio de esta patología no solo radica por su alta
prevalencia, sino también por el impacto en la calidad de vida que tiene sobre la
población afectada. Un estudio realizado en Rumania con el objetivo de evaluar la
calidad de vida de pacientes diagnosticados con enfermedad venosa crónica, obtuvo
que la mayoría de pacientes veían afectada su calidad de vida de manera leve a
moderada (3).
Por lo tanto, el objetivo de este trabajo de revisión es repasar la anatomía del miembro
inferior, conocer los mecanismos fisiopatológicos de la enfermedad venosa crónica, sus
causas, factores predisponentes, su clasificación, manifestaciones clínicas, manera de
diagnosticarla y cómo se debe abordar, para que los estudiantes puedan obtener las
herramientas para enfrentarse a esta patología en un futuro.
Anatomía
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En relación con las válvulas venosas, estas se cierran en respuesta al flujo sanguíneo
de cefálico a caudal a una velocidad de al menos 30 cm/s2. Cada válvula consta de
dos cúspides delgadas de un esqueleto de tejido conectivo fino cubierto por endotelio.
En las venas axiales, el flujo sanguíneo unidireccional se obtiene con múltiples válvulas
venosas, las cuales son más numerosas distalmente que proximalmente. Por el
contrario, lo que son la vena cava inferior (VCI), las venas ilíacas comunes, el sistema
venoso portal no tienen válvulas (8).
El sistema venoso superficial está constituido por la vena safena mayor, la vena safena
menor y las venas tributarias. La vena safena mayor se origina en el arco venoso
dorsal del pie y discurre en dirección proximal, pasa en posición ventral al maléolo
medial y desemboca en la vena femoral común. El nervio safeno se extiende en
posición medial e interviene en la sensibilidad cutánea de la región medial de la
extremidad inferior y el tobillo. La vena safena menor se origina en el arco venoso
dorsal del pie y se proyecta en sentido cefálico por la parte posterior de la pantorrilla, la
mayoría de las veces penetra en la fosa poplítea, entre las cabezas medial y lateral del
músculo gastrocnemio, para unirse a la vena poplítea. (8)
El retorno principal del flujo sanguíneo desde los miembros inferiores es por medio de
las venas profundas. Sin embargo, las venas superficiales son el blanco de gran parte
de la terapia. A nivel de la pantorrilla, estas venas profundas se unen y toman el
nombre de las arterias que las acompañan. Como resultado, estas venas crurales se
unen y forman la vena poplítea. La vena poplítea se convierte en vena femoral a
medida que asciende. La vena femoral se une a la vena femoral profunda cerca de la
ingle, y como resultado, se convierte en la vena femoral común, que asciende y pasa al
nombre de vena ilíaca externa (4).
Por último, los sistemas venosos superficial y profundo se conectan por medio de las
venas perforantes que atraviesan la fascia profunda. Entre las venas perforantes de
importancia clínica se encuentran las de Cockett y Boyd debido a que en el caso de
una insuficiencia venosa, estas pueden que se tornen varicosas o insuficientes. (8)
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Fisiopatología
El reflujo y obstrucción son los fenómenos más relacionados a la EVC que afectan al
sistema venoso profundo y la presencia de ambos mecanismos fisiopatológicos está
relacionada con mayor severidad de EVC. En el caso de obstrucción, el drenaje venoso
se ve comprometido usualmente por una trombosis venosa profunda que obstruye el
drenaje de sangre perjudicando las paredes venosas debido al aumento en la presión y
dilatación de las mismas; si el trombo se disuelve o libera la obstrucción las válvulas
venosas que estuvieron en contacto con el trombo van a perder su integridad y
funcionalidad, permitiendo de esta manera el reflujo de la sangre. Otras causas
relacionadas a Insuficiencia Venosa son compresión extrínseca, insuficiencia cardíaca
derecha, bomba muscular deficiente y obesidad. En cuanto a las manifestaciones en la
piel de los miembros inferiores, están relacionadas al aumento de la presión en la
microcirculación. El daño en la integridad de las vénulas y capilares está dado por los
mismos mecanismos ya mencionados, en estos casos la dilatación y estiramiento de la
microcirculación va a producir manifestaciones en la piel que dependiendo de la
longitud de la vénula afectada se van a observar telangiectasias (menos de 1 mm),
venas reticulares (menos de 3 mm) y venas varicosas (más de 3 mm). El edema es
otra manifestación común e importante, y se produce debido al daño en las paredes de
capilares y vénulas post capilares que permite el paso del líquido al intersticio de
manera patológica. Afectando de esta manera la hemodinamia del miembro inferior y
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provocando cambios en la piel y tejido subcutáneo que se puede ver manifestado como
lipodermatoesclerosis, eccema, ulceración, entre otras.
Factores de riesgo
Los factores que pueden predisponer a una persona a desarrollar una enfermedad
venosa crónica son múltiples. Los principales que se documentan son; el sexo
femenino, la edad avanzada, obesidad, trabajos que requieren estar de pie por mucho
tiempo, historia familiar y la etnia caucásica (2).
Clasificación
Clínica: Por medio de la evaluación inicial del paciente se debe recolectar información
con respecto a la sintomatología del paciente, además del examen físico el cual puede
presentar hallazgos suficientes para la caracterización clínica estandarizada de la EVC.
● C0: Signos de EVC no visibles ni palpables.
● C1: Telangiectasias o Venas reticulares
● C2: Venas Varicosas
○ C2r: Venas varicosas recurrentes
● C3: Edema
● C4: Cambios en piel y tejido subcutáneo secundario a EVC
○ C4a: Eczema
○ C4b: Lipodermatoesclerosis o atrophie blanche
○ C4c: Corona flebectática
● C5: Úlcera sanada
● C6: Úlcera venosa activa.
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○ Ese: Secundaria Extravenosa: Hipertensión Venosa Central, Actividad
Muscular reducida o nula.
● Ec: Congénita
● En: No identificado
Manifestaciones clínicas
Por otro lado, en los pacientes que cuentan con esta patología y no tienen medicación
o presentan un tratamiento inadecuado pueden llegar a producirse pequeñas
hemorragias de tipo petequial que luego puede producir una coloración ocre de la piel
en los miembros inferiores, también hay casos donde esta patología esté acompañada
de una trombosis profunda la cual puede presentar edema, dolor y cambios de la
coloración. Además, una característica destacada de esta patología que sus
manifestaciones aparecen al estar en posición de pie a lo largo del día y esta puede
mejorar durante el decúbito, al caminar y también se puede agravar con el calor (6,7).
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Diagnóstico
Este dispositivo en particular tiene poca confiabilidad para detectar obstrucción o reflujo
en venas profundas debido a que no brinda información sobre la morfología venosa. En
investigaciones se ha evidenciado que la planificación preoperatoria basada
únicamente en el doppler de onda continua, en lugar de la ecografía dúplex, se
obtienen resultados inadecuados. No obstante, en pacientes con sospecha de
enfermedad aterosclerótica concomitante de las extremidades inferiores, se utiliza para
determinar la presión del tobillo y el índice tobillo-brazo. (1)
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0,35 segundos como umbral para venas perforantes y se menciona que un diámetro de
vaso > 3,5 mm suele considerarse “patológico”, en particular en un área con piel con
cambios. (1)
En la primera presentación de venas varicosas se revisan la vena femoral común, vena
femoral y vena poplítea para establecer la permeabilidad, el reflujo o una obstrucción
post trombótica. Seguidamente la vena safena mayor, la vena safena accesoria anterior
y la vena safena menor, incluidas la union safenofemoral y la unión safenopoplítea, se
examinan en busca de reflujo, seguidas de cualquier otra vena superficial incompetente
de relevancia. (1)
Por último se recomienda realizar un “mapeo venoso”, el cual consiste de una
representación gráfica precisa de los hallazgos en las venas superficiales y profundas
de las extremidades examinadas, además hacer un informe sobre el resultado de la
ecografía escrito, todo esto es esencial para planificar y realizar intervenciones
venosas. (1)
Con este estudio se logra visualizar obstrucción venosa profunda, cicatrización fibrótica
de la pared de la vena y en la luz, al igual que colaterales y las venas puente. Además,
nos concede información acerca del sistema venoso que se mejora con la
reconstrucción tridimensional. Igualmente proporciona datos de imágenes dinámicas
con respecto a la velocidad y el volumen.(1)
Tratamiento
Manejo conservador
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Respecto al manejo conservador, encontramos la terapia física, la terapia de
compresión y la terapia farmacológica. La terapia física consiste en realizar ejercicios
que pueden fortalecer la bomba muscular que contribuye al retorno venoso. Esto puede
reducir el edema de piernas y/o prevenir cambios en la piel, al mismo tiempo que
disminuir los síntomas de la enfermedad. Esta área está en constante investigación y
hacen falta estudios que respaldan su efectividad.
Mientras que las contraindicaciones que tendremos para el uso de esta terapia son:
pacientes con enfermedad ateroesclerótica grave de miembros inferiores, historia de
bypass extra anatómico o tunelizado superficialmente en el sitio de compresión
previsto, pacientes con antecedente de insuficiencia cardiaca severa (NYHA IV), alergia
al material de compresión y pacientes con neuropatía diabética con pérdida del
sensorio o microangiopatía con riesgo de necrosis tisular (1).
Manejo farmacológico
Se ha evidenciado que el uso de estos fármacos vs. Placebo, puede tener efectos
beneficiosos sobre el edema y algunos síntomas y signos de la enfermedad. Sin
embargo, puede producir más efectos adversos y puede no tener efecto sobre la
calidad de vida de los pacientes.
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Tabla 1. Principales fármacos venoactivos
Fármacos Efectividad
La recomendación de uso que se hace es para los pacientes con síntomas de EVC que
no han recibido intervención quirúrgica, que están a la espera de una, o que han
persistido con síntomas posterior a la intervención y su uso debe ser evaluado según
cada pacientes.
Tratamiento intervencional
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con obstrucción de la vena ilíaca y síntomas/signos severos. Mientras que en los
pacientes con incompetencia venosa profunda, se recomienda la intervención en
pacientes con síntomas y signos severos donde el tratamiento previo fracasó.
Los pacientes con ulceras venosas aquejan mucho dolor y debe ser evaluado y tratado.
Se recomienda el uso de los 3 escalones en el manejo del dolor de la Organización
Mundial de la Salud (1).
Las úlceras suelen ser colonizadas por bacterias que contribuyen al retraso de la
curación de la úlcera. Se han propuesto el manejo de esta mediante el uso de
antibióticos tópicos en la herida, sin embargo, su efectividad no está clara y se debe
valorar más el tiempo de curación en estudios de casos y controles (1).
Por último, la bota unna es una terapia de compresión inelástica que contiene óxido de
zinc, gelatina, glicerina y agua, que se ha utilizado para el manejo de las úlceras. A
pesar del amplio uso de esta técnica a lo largo de los años, son pocos los estudios que
evalúan la efectividad de esta contra la úlcera venosa. Un meta análisis con 215
participantes evidenció que la bota unna no es significativamente efectiva en el
tratamiento de las úlceras venosas (1).
Consideraciones especiales
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más grave, por ende se debe considerar mandar una ecografía para así poder evaluar
la extensión del trombo y en segundo lugar es de suma importancia tomar en cuenta
las hemorragias por lo tanto se debe vigilar por posibles recurrencias (1).
Conclusiones
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la causa del aumento de la presión venosa es debido a reflujo u obstrucción, además
de clasificar al paciente según la CEAP, la cual es una herramienta de gran utilidad en
la determinación de la severidad y posibilidades terapéuticas. El manejo de esta
patología es integral y la terapia debe ser discutida con el paciente. Un manejo
orientado en cambios en el estilo de vida, terapia física, terapia compresiva, en algunos
casos manejo farmacológico con agentes venoactivos y la terapia quirúrgica la cual el
paciente debe cumplir con ciertos requisitos y esta puede ser de gran ayuda para el
manejo de la patología venosa del paciente. Por último, otra consideración importante
es el manejo de las úlceras venosas, las cuales son discontinuaciones de la piel
producto de la misma EVC y su manejo debe incluir el cuidado y limpieza de la herida
debido al riesgo de infecciones, y por medio de terapia compresiva la cual favorece el
retorno venoso y es muy utilizada por sus buenos resultados.
Caso clínico
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● Consideración de intervención quirúrgica:
○ Se realiza una referencia a especialista para valorar una posible
intervención quirúrgica ya que por ser una enfermedad varicosa
sintomática, si se puede recomendar la intervención.
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Referencias
1. De Maeseneer MG, Kakkos SK, Aherne T, Baekgaard N, Black S, Blomgren L, et
al. Editor’s choice - European society for vascular surgery (ESVS) 2022 clinical
practice guidelines on the management of chronic venous disease of the lower
limbs. Eur J Vasc Endovasc Surg [Internet]. 2022;63(2):184–267. Available from:
http://dx.doi.org/10.1016/j.ejvs.2021.12.024
2. Salim S, Machin M, Patterson BO, Onida S, Davies AH. Global epidemiology of
chronic venous disease: A systematic review with pooled prevalence analysis.
Ann Surg [Internet]. 2021;274(6):971–6. Available from:
http://dx.doi.org/10.1097/sla.0000000000004631
3. Branisteanu D-E, Feodor T, Baila S, Mitea I-A, Vittos O. Impact of chronic venous
disease on quality of life: Results of vein alarm study. Exp Ther Med [Internet].
2019;17(2):1091–6. Available from: http://dx.doi.org/10.3892/etm.2018.7054
4. Bergan JJ, Bunkee-Paquette N, editors. The Vein Book. 2nd ed. Oxford,
Oxfordshire; 2014.
5. Moneta, G. Classification of lower extremity chronic venous disorders [Internet].
Uptodate.com. 2021 [citado el 23 de septiembre de 2022] Disponible en:
https://www.uptodate.com/contents/classification-of-lower-extremity-chronic-veno
us-disorders?search=insuficiencia%20venosa&source=search_result&selectedTi
tle=8~150&usage_type=default&display_rank=8#H16
6. Faringthon L, Sosa O. [Internet]. Medigraphic.com. 2019 [cited 21 September
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https://www.medigraphic.com/pdfs/sinergia/rms-2019/rms192a.pdf
7. Courtois M, Zambon J. [Internet]. Sciencedirec. 2019 [cited 22 September 2022].
Available from:
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1636541018416935
8. Andersen DK, Billiar TR, Dunn DL, Hunter JG, Kao LS, Matthews JB, et al. In:
Brunicardi FC, editor. Schwartz 's Principles of Surgery .11th ed. McGraw Hill;
2019. p. 981–984.
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