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Universidad de Ciencias Médicas

Facultad de Medicina
Cátedra de Cirugía

Enfermedad Venosa Crónica: Manejo médico en el primer nivel de


atención

Chronic Venous Disease: Medical management on the primary care

Tutora:
Dra. Adriana González Vargas

Estudiantes:
Elena Vargas
Susan Vargas
Emilio Vega Jarquín
Rodrigo Zumbado-Morales

San José, Costa Rica


Noviembre, 2022
Índice
1. Introducción
2. Anatomía del miembro inferior
3. Fisiopatología
4. Etiología
5. Factores de riesgo
6. Clasificación
7. Manifestaciones clínicas
8. Diagnóstico
9. Tratamiento
10. Consideraciones especiales
11. Conclusiones
12. Caso clínico

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Introducción

La enfermedad venosa crónica se define como “cualquier anormalidad morfológica y


funcional del sistema venoso de larga duración que se manifiesta por síntomas y/o
signos que indiquen la necesidad de investigación y/o atención” (1). Actualmente esta
enfermedad tiene una alta prevalencia en la población adulta a nivel mundial. En una
revisión sistemática donde se incluyeron más de 300 000 adultos, se obtuvo que el
67,4% tenían algún grado de alteración en el sistema venoso (2).

Además, la importancia del estudio de esta patología no solo radica por su alta
prevalencia, sino también por el impacto en la calidad de vida que tiene sobre la
población afectada. Un estudio realizado en Rumania con el objetivo de evaluar la
calidad de vida de pacientes diagnosticados con enfermedad venosa crónica, obtuvo
que la mayoría de pacientes veían afectada su calidad de vida de manera leve a
moderada (3).

Por lo tanto, el objetivo de este trabajo de revisión es repasar la anatomía del miembro
inferior, conocer los mecanismos fisiopatológicos de la enfermedad venosa crónica, sus
causas, factores predisponentes, su clasificación, manifestaciones clínicas, manera de
diagnosticarla y cómo se debe abordar, para que los estudiantes puedan obtener las
herramientas para enfrentarse a esta patología en un futuro.

Anatomía

Antes de detallar el manejo terapéutico de los trastornos venosos, inicialmente


debemos entender la anatomía normal del sistema venoso de los miembros inferiores,
al igual que su funcionamiento normal. El flujo sanguíneo venoso va estar influenciado
por diversos factores, entre ellos: la gravedad, las válvulas venosas, los ciclos cardíaco
y respiratorio, el volumen de sangre y las bombas de los músculos de la pantorrilla y los
pies. Las venas son vasos de pared delgada, muy distensibles y colapsables, la capa
íntima se integra con un endotelio no trombógeno, en este se generan los factores
relajantes y prostaciclina, estos colaboran a preservar una superficie que previene la
creación de trombos al inhibir la agregación y fomentar la liberación de las plaquetas.
En la capa media de las venas, encontramos anillos de tejido elástico y músculo liso
que modifican el calibre en caso de presentarse cambios mínimos de la presión
venosa. Por último, la adventicia es más prominente en las venas grandes y está
compuesta por colágeno, fibras elásticas y fibroblastos. La función de capacitancia de
las venas se ve facilitada por anillos circunferenciales de tejido elástico, y el músculo
liso ubicado en el medio de la vena permite cambios en el calibre de la vena con
cambios mínimos en la presión venosa. (8)

2
En relación con las válvulas venosas, estas se cierran en respuesta al flujo sanguíneo
de cefálico a caudal a una velocidad de al menos 30 cm/s2. Cada válvula consta de
dos cúspides delgadas de un esqueleto de tejido conectivo fino cubierto por endotelio.
En las venas axiales, el flujo sanguíneo unidireccional se obtiene con múltiples válvulas
venosas, las cuales son más numerosas distalmente que proximalmente. Por el
contrario, lo que son la vena cava inferior (VCI), las venas ilíacas comunes, el sistema
venoso portal no tienen válvulas (8).

En miembros inferiores, el sistema venoso se puede dividir en tres sistemas: paralelo a


la tibia y el fémur podemos encontrar el sistema venoso profundo; está el sistema
venoso superficial, que se ubica por encima de la capa fascial más superficial de la
extremidad inferior y el muslo, y por último, las venas perforantes o de conexión (4).

El sistema venoso superficial está constituido por la vena safena mayor, la vena safena
menor y las venas tributarias. La vena safena mayor se origina en el arco venoso
dorsal del pie y discurre en dirección proximal, pasa en posición ventral al maléolo
medial y desemboca en la vena femoral común. El nervio safeno se extiende en
posición medial e interviene en la sensibilidad cutánea de la región medial de la
extremidad inferior y el tobillo. La vena safena menor se origina en el arco venoso
dorsal del pie y se proyecta en sentido cefálico por la parte posterior de la pantorrilla, la
mayoría de las veces penetra en la fosa poplítea, entre las cabezas medial y lateral del
músculo gastrocnemio, para unirse a la vena poplítea. (8)

El retorno principal del flujo sanguíneo desde los miembros inferiores es por medio de
las venas profundas. Sin embargo, las venas superficiales son el blanco de gran parte
de la terapia. A nivel de la pantorrilla, estas venas profundas se unen y toman el
nombre de las arterias que las acompañan. Como resultado, estas venas crurales se
unen y forman la vena poplítea. La vena poplítea se convierte en vena femoral a
medida que asciende. La vena femoral se une a la vena femoral profunda cerca de la
ingle, y como resultado, se convierte en la vena femoral común, que asciende y pasa al
nombre de vena ilíaca externa (4).

Por último, los sistemas venosos superficial y profundo se conectan por medio de las
venas perforantes que atraviesan la fascia profunda. Entre las venas perforantes de
importancia clínica se encuentran las de Cockett y Boyd debido a que en el caso de
una insuficiencia venosa, estas pueden que se tornen varicosas o insuficientes. (8)

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Fisiopatología

Una inadecuada actividad muscular que disminuye el retorno venoso de las


extremidades inferiores, válvulas venosas incompetentes, trombosis venosa u
obstrucciones no trombóticas son condiciones que por sí solas o en conjunto pueden
llevar a un aumento de la presión venosa, que a su vez dilatan las venas. Esto provoca
cambios en la estructura y funcionamiento adecuado de las venas, lo cual puede
producir cambios en la piel e incluso ulceración. Se describen dos aspectos generales
en la fisiopatología de la EVC, los defectos que ocurren en el sistema superficial y
profundo venoso, y los cambios patológicos de la microcirculación venosa y tejidos
adyacentes de las extremidades inferiores (1).

Los cambios en el sistema venoso superficial de los miembros inferiores están


relacionados con la integridad y funcionalidad de las paredes y válvulas venosas y
pueden darse de manera ascendente o descendente a lo largo del sistema superficial.
Esto lleva a incompetencia valvular, tono vasomotor alterado y reflujo, que a su vez
lleva a dilatación por la acumulación de sangre y aumento de la presión venosa.
Posterior a estos cambios las células endoteliales participan en la activación de la
cascada de inflamación, la cual progresivamente perjudica la integridad de la pared por
déficit de elastina y colágeno, y remodelación vascular fibrótica.

El reflujo y obstrucción son los fenómenos más relacionados a la EVC que afectan al
sistema venoso profundo y la presencia de ambos mecanismos fisiopatológicos está
relacionada con mayor severidad de EVC. En el caso de obstrucción, el drenaje venoso
se ve comprometido usualmente por una trombosis venosa profunda que obstruye el
drenaje de sangre perjudicando las paredes venosas debido al aumento en la presión y
dilatación de las mismas; si el trombo se disuelve o libera la obstrucción las válvulas
venosas que estuvieron en contacto con el trombo van a perder su integridad y
funcionalidad, permitiendo de esta manera el reflujo de la sangre. Otras causas
relacionadas a Insuficiencia Venosa son compresión extrínseca, insuficiencia cardíaca
derecha, bomba muscular deficiente y obesidad. En cuanto a las manifestaciones en la
piel de los miembros inferiores, están relacionadas al aumento de la presión en la
microcirculación. El daño en la integridad de las vénulas y capilares está dado por los
mismos mecanismos ya mencionados, en estos casos la dilatación y estiramiento de la
microcirculación va a producir manifestaciones en la piel que dependiendo de la
longitud de la vénula afectada se van a observar telangiectasias (menos de 1 mm),
venas reticulares (menos de 3 mm) y venas varicosas (más de 3 mm). El edema es
otra manifestación común e importante, y se produce debido al daño en las paredes de
capilares y vénulas post capilares que permite el paso del líquido al intersticio de
manera patológica. Afectando de esta manera la hemodinamia del miembro inferior y

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provocando cambios en la piel y tejido subcutáneo que se puede ver manifestado como
lipodermatoesclerosis, eccema, ulceración, entre otras.

Factores de riesgo

Los factores que pueden predisponer a una persona a desarrollar una enfermedad
venosa crónica son múltiples. Los principales que se documentan son; el sexo
femenino, la edad avanzada, obesidad, trabajos que requieren estar de pie por mucho
tiempo, historia familiar y la etnia caucásica (2).

Clasificación

La clasificación Clinica-Etiología-Anatomía-Patología (CEAP), es la más utilizada para


la categorización del paciente con Enfermedad Venosa Crónica. Es importante
mencionar que esta clasificación es utilizada para la descripción estandarizada de la
EVC y no para medir la severidad de la misma (1,5).

Clínica: Por medio de la evaluación inicial del paciente se debe recolectar información
con respecto a la sintomatología del paciente, además del examen físico el cual puede
presentar hallazgos suficientes para la caracterización clínica estandarizada de la EVC.
● C0: Signos de EVC no visibles ni palpables.
● C1: Telangiectasias o Venas reticulares
● C2: Venas Varicosas
○ C2r: Venas varicosas recurrentes
● C3: Edema
● C4: Cambios en piel y tejido subcutáneo secundario a EVC
○ C4a: Eczema
○ C4b: Lipodermatoesclerosis o atrophie blanche
○ C4c: Corona flebectática
● C5: Úlcera sanada
● C6: Úlcera venosa activa.

Etiología: Esta clasificación es muy importante, ya que existen múltiples causas de


EVC.
● Ep: Primaria. La EVC no es causada por otra enfermedad o trastorno. Esta es la
etiología más común, y se da por degeneración de las válvulas y paredes
venosas .
● Es: Secundaria. La EVC es causada por otra enfermedad o trastorno.
○ Esi: Secundaria Intravenosa: Trombosis Venosa Profunda, Fístula
Arteriovenosa Traumática.

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○ Ese: Secundaria Extravenosa: Hipertensión Venosa Central, Actividad
Muscular reducida o nula.
● Ec: Congénita
● En: No identificado

Anatomía: El sistema venoso de los miembros inferiores está dividido en superficial y


profundo, la localización del segmento venoso enfermo es importante en la clasificación
del paciente.
● As: Superficial
● Ad: Profundo
● Ap: Venas Perforantes.
● An: No identificado

Patológica: Describe si la EVC es de carácter obstructivo, por reflujo o ambos.


● Pr: Reflujo
● Po: Obstrucción
● Pr, o: Reflujo y Obstrucción
● Pn: No identificado

Manifestaciones clínicas

Los síntomas en una insuficiencia venosa incluyen sensación de pesadez, dolor,


parestesias y calambres en las piernas. Este se puede caracterizar de dos maneras, en
primer lugar aquellos paciente que se quejan de sensación de pesadez en las piernas y
edema pretibial a lo largo de toda la extremidad y en segundo lugar es cuando los
pacientes tienen venas dilatadas lo que nos indica que hay afectación en las varices
que pueden tener tortuosidades (6,7).

Por otro lado, en los pacientes que cuentan con esta patología y no tienen medicación
o presentan un tratamiento inadecuado pueden llegar a producirse pequeñas
hemorragias de tipo petequial que luego puede producir una coloración ocre de la piel
en los miembros inferiores, también hay casos donde esta patología esté acompañada
de una trombosis profunda la cual puede presentar edema, dolor y cambios de la
coloración. Además, una característica destacada de esta patología que sus
manifestaciones aparecen al estar en posición de pie a lo largo del día y esta puede
mejorar durante el decúbito, al caminar y también se puede agravar con el calor (6,7).

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Diagnóstico

Al momento del diagnóstico se deben de tomar en cuenta varios componentes, como


una historia clínica detallada, enfocándonos en manifestaciones venosas, indagando
por antecedentes tromboembólicos, alergias y medicación. A la hora de examinar al
paciente idealmente es en bipedestación. Por último, se buscan signos clínicos de
insuficiencia venosa profunda. En casos donde se presentan edemas, se puede medir
la circunferencia de ambas piernas en el tobillo y la pantorrilla, asimismo, agregar
fotografías al expediente del paciente para futuras comparaciones, enfocándonos en
cambios en la piel.(1) A continuación se mencionan algunos de los métodos de
diagnóstico para la insuficiencia venosa y su respectiva utilidad.

Doppler de onda continua portátil

Este dispositivo en particular tiene poca confiabilidad para detectar obstrucción o reflujo
en venas profundas debido a que no brinda información sobre la morfología venosa. En
investigaciones se ha evidenciado que la planificación preoperatoria basada
únicamente en el doppler de onda continua, en lugar de la ecografía dúplex, se
obtienen resultados inadecuados. No obstante, en pacientes con sospecha de
enfermedad aterosclerótica concomitante de las extremidades inferiores, se utiliza para
determinar la presión del tobillo y el índice tobillo-brazo. (1)

Ecografía dúplex de miembros inferiores

En todo paciente que se presente con sospecha de insuficiencia venosa en


extremidades inferiores, según la historia clínica y el examen clínico, se debe realizar
una ecografía completa de la pierna de forma rutinaria. Esta es considerada como la
principal prueba diagnóstica de elección dado que aporta información sobre la
anatomía venosa, su permeabilidad y además permite observar la patología de la pared
venosa y el flujo. Idealmente se realiza en posición erguida con la rodilla de la pierna
investigada ligeramente flexionada para así evaluar la presencia o ausencia de reflujo.
Este reflujo debe ser provocado, ya sea desde arriba con pruebas de dependencia o
una maniobra de Valsalva. Es importante destacar que este estudio incluye el curso del
reflujo, la longitud del tronco en reflujo y el diámetro del tronco safeno, que debe
medirse en posición erguida en un segmento de vena sin dilatación focal (para la vena
safena mayor a unos 15 cm de la unión safeno femoral). (1)
El medir la duración de reflujo es debatible, a excepción para evidenciar su presencia
más allá de una duración límite. Los valores que se utilizan de referencia son 1
segundo para reflujo en vena femoral común, vena femoral y vena poplítea y 0,5
segundos en venas superficiales y venas perforantes, aunque también se ha utilizado

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0,35 segundos como umbral para venas perforantes y se menciona que un diámetro de
vaso > 3,5 mm suele considerarse “patológico”, en particular en un área con piel con
cambios. (1)
En la primera presentación de venas varicosas se revisan la vena femoral común, vena
femoral y vena poplítea para establecer la permeabilidad, el reflujo o una obstrucción
post trombótica. Seguidamente la vena safena mayor, la vena safena accesoria anterior
y la vena safena menor, incluidas la union safenofemoral y la unión safenopoplítea, se
examinan en busca de reflujo, seguidas de cualquier otra vena superficial incompetente
de relevancia. (1)
Por último se recomienda realizar un “mapeo venoso”, el cual consiste de una
representación gráfica precisa de los hallazgos en las venas superficiales y profundas
de las extremidades examinadas, además hacer un informe sobre el resultado de la
ecografía escrito, todo esto es esencial para planificar y realizar intervenciones
venosas. (1)

Venografía por resonancia magnética

Con este estudio se logra visualizar obstrucción venosa profunda, cicatrización fibrótica
de la pared de la vena y en la luz, al igual que colaterales y las venas puente. Además,
nos concede información acerca del sistema venoso que se mejora con la
reconstrucción tridimensional. Igualmente proporciona datos de imágenes dinámicas
con respecto a la velocidad y el volumen.(1)

Venografía por tomografía computarizada

Este requiere el uso de contraste yodado y radiación ionizante al contrario de la


resonancia magnética. Se mencionan dos técnicas principales, la indirecta se realiza
con contraste post intravenoso, y los resultados de las imágenes dependen en gran
medida del gasto cardíaco, el tamaño de la línea intravenosa, la velocidad de inyección
y el grado de hidratación. Mientras que la directa normalmente implica la inyección
intravenosa de contraste en el pie o directamente en la vena femoral o vena poplítea
con obtención ascendente de imágenes, lo que nos concede un detalle más exacto.(1)

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad venosa crónica consiste en dos tipos: el manejo


conservador que consiste de terapia farmacológica o terapia de compresión, y el
manejo quirúrgico.

Manejo conservador

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Respecto al manejo conservador, encontramos la terapia física, la terapia de
compresión y la terapia farmacológica. La terapia física consiste en realizar ejercicios
que pueden fortalecer la bomba muscular que contribuye al retorno venoso. Esto puede
reducir el edema de piernas y/o prevenir cambios en la piel, al mismo tiempo que
disminuir los síntomas de la enfermedad. Esta área está en constante investigación y
hacen falta estudios que respaldan su efectividad.

La terapia de compresión consiste de 4 modalidades que permiten aumentar el retorno


venoso y así disminuir los síntomas de la enfermedad. Las 2 principales modalidades
son: las medias elásticas de compresión y las medias de compresión ajustables. Las
medias elásticas de compresión son de un material elástico que gradúa la presión de
mayor a menor desde el tobillo hasta la rodilla. Las medias de compresión ajustables
en cambio son de un material rígido con cintas adhesivas que permiten graduar la
presión e igualmente van desde la rodilla al tobillo. Esta terapia contribuye a la
disminución de los síntomas como dolor, pesadez, calambres y edema. Por lo tanto,
serán indicadas en aquellos pacientes con EVC para aliviar síntomas, mejorar la
calidad de vida, prevenir la hinchazón y reducir la hinchazón (1).

Mientras que las contraindicaciones que tendremos para el uso de esta terapia son:
pacientes con enfermedad ateroesclerótica grave de miembros inferiores, historia de
bypass extra anatómico o tunelizado superficialmente en el sitio de compresión
previsto, pacientes con antecedente de insuficiencia cardiaca severa (NYHA IV), alergia
al material de compresión y pacientes con neuropatía diabética con pérdida del
sensorio o microangiopatía con riesgo de necrosis tisular (1).

Manejo farmacológico

Esta terapia busca la mejora de la sintomatología a partir del uso de fármacos


venoactivos. Este manejo es controversial ya que no se tiene clara su efectividad.
Estos fármacos actúan disminuyendo la permeabilidad capilar, disminuyendo la
liberación de mediadores inflamatorios o aumentando el tono venoso.

Se ha evidenciado que el uso de estos fármacos vs. Placebo, puede tener efectos
beneficiosos sobre el edema y algunos síntomas y signos de la enfermedad. Sin
embargo, puede producir más efectos adversos y puede no tener efecto sobre la
calidad de vida de los pacientes.

Los principales fármacos venoactivos se resumen en la tabla 1

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Tabla 1. Principales fármacos venoactivos
Fármacos Efectividad

Extractos de ruscus Se ha evidenciado que pueden mejorar significativamente


varios síntomas de la enfermedad como: dolor, pesantez,
fatiga, hinchazón, parestesias, calambres y hallazgos
clínicos como la circunferencia del tobillo y volumen
pierna/pie.

Flavonoides purificados Se ha demostrado la mejoría en los síntomas, calidad de


micro izados vida y en la circunferencia del tobillo

Dobesilato de calcio Este es un fármaco venoactivo sintético que ha


demostrado reducir varios síntomas y disconformida,
además del edema.

Castaña de indias Demostró una mejora en el dolor, prurito y edema.

Rutosidas En una revisión sistémica se demostró que producían una


reducción significativa en los síntomas venosos.

Sulodexida Disminuye la intensidad del dolor, calambres, pesantez,


hinchazón y también disminuye mediadores inflamatorios.

La recomendación de uso que se hace es para los pacientes con síntomas de EVC que
no han recibido intervención quirúrgica, que están a la espera de una, o que han
persistido con síntomas posterior a la intervención y su uso debe ser evaluado según
cada pacientes.

Tratamiento intervencional

El tratamiento intervencional se divide según si la enfermedad es del sistema venoso


superficial o profundo. Respecto a las indicaciones para tratamiento intervencional de la
incompetencia venosa superficial, primero se debe considerar múltiples factores la
historia clínica, desde los síntomas y signos de la enfermedad, valoración del duplex
venoso y el impacto en la calidad de vida de estos pacientes. Una vez evaluado todo
esto, se hacen 3 recomendaciones: para pacientes con incompetencia venosa
superficial con venas varicosas sintomáticas (CEAP C2s), también en pacientes que
presentan cambios cutáneos (CEAP C4 - C6) y la tercera recomendación es en los
pacientes que presentan edemas.

En lo que respecta a las indicaciones de intervención en la patología del sistema


venoso profundo, en la enfermedad venosa obstructiva se recomienda en pacientes

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con obstrucción de la vena ilíaca y síntomas/signos severos. Mientras que en los
pacientes con incompetencia venosa profunda, se recomienda la intervención en
pacientes con síntomas y signos severos donde el tratamiento previo fracasó.

Tratamiento de úlceras venosas: La bota unna funciona?

La úlcera venosa por enfermedad venosa crónica, es la manifestación más severa de


esta enfermedad. La prevalencia es de un 1% hasta un 3% en pacientes mayores de
80 años. Esta se suele curar en 12 meses con el uso de terapia de compresión, sin
embargo, hasta el 70% puede volver a recurrir. Por esto, es de suma importancia
conocer el adecuado manejo de esta complicación (1).

Los pacientes con ulceras venosas aquejan mucho dolor y debe ser evaluado y tratado.
Se recomienda el uso de los 3 escalones en el manejo del dolor de la Organización
Mundial de la Salud (1).

Las úlceras suelen ser colonizadas por bacterias que contribuyen al retraso de la
curación de la úlcera. Se han propuesto el manejo de esta mediante el uso de
antibióticos tópicos en la herida, sin embargo, su efectividad no está clara y se debe
valorar más el tiempo de curación en estudios de casos y controles (1).

Debido a que estos pacientes presentan edema e hipertensión venosa, la movilización


y la terapia física tienen un papel vital en el manejo de estos pacientes. Sin embargo, a
pesar de tener un principio beneficioso, los estudios que documentan la mejorar en la
recuperación y riesgo de recurrencia, son escasos. Además, las comorbilidad (ej. HTA,
DM, obesidad) de estos pacientes son altas, por lo que manejar estas debe ser parte
de la terapia contra la EVC (1)

Por último, la bota unna es una terapia de compresión inelástica que contiene óxido de
zinc, gelatina, glicerina y agua, que se ha utilizado para el manejo de las úlceras. A
pesar del amplio uso de esta técnica a lo largo de los años, son pocos los estudios que
evalúan la efectividad de esta contra la úlcera venosa. Un meta análisis con 215
participantes evidenció que la bota unna no es significativamente efectiva en el
tratamiento de las úlceras venosas (1).

Consideraciones especiales

En el manejo de complicaciones agudas se debe considerar dos aspectos importantes,


en primer lugar con respecto a la trombosis venosa superficial lo que puede ocurrir es
que el trombo ascienda y se extienda al sistema venosa profundo y producirse algo

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más grave, por ende se debe considerar mandar una ecografía para así poder evaluar
la extensión del trombo y en segundo lugar es de suma importancia tomar en cuenta
las hemorragias por lo tanto se debe vigilar por posibles recurrencias (1).

Además, podemos considerar algunas características especiales con respecto a


algunos pacientes, ya sean obesos, embarazadas, pacientes que requieran
anticoagulación, niños, adultos mayores o pacientes con comorbilidades. La obesidad
produce un aumento de reflujo y de presiones venosas que aumenta la gravedad
considerablemente. El embarazo lo que manifiesta es un incremento en la frecuencia
de telangiectasias, venas reticulares, venas varicosas, en esta situación los edemas
desaparecen de manera parcial dentro de los primeros meses postparto por lo que si
se quisiera indicar un tratamiento debe ser hasta los 3 o 6 meses después del parto.
Los pacientes que están en tratamiento con anticoagulantes no deben detener el
tratamiento súbitamente sino cambiar a una heparina de bajo peso molecular para
evitar el riesgo de eventos tromboembólicos. Los adultos mayores son aquellos que
tienen una mayor prevalencia de producir estas patologías venosas, además las
comorbilidades más relacionadas son hipertensión, diabetes mellitus, pacientes con
antecedente de cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, accidentes
cerebrovasculares, enfermedad de la arteria coronaria y arteriopatía periférica, las dos
últimas mencionadas se consideran las más infrecuentes. La enfermedad venosa
crónica en niños es rara, pero puede ser por una malformación venosa congénita,
incompetencia primaria de la válvula de las venas superficiales y/o profundas, o
trombosis venosa profunda extensa con insuficiencia venosa profunda secundaria y/u
obstrucción, el tratamiento es conservador solo hay intervención en casos sintomáticos
(1).

Conclusiones

La enfermedad venosa crónica es resultado de cambios estructurales y funcionales en


el sistema venoso superficial, profundo y en la microvasculatura de los miembros
inferiores. Estos cambios van a verse reflejados en la clínica del paciente por lo que es
de suma importancia identificar y correlacionar de manera correcta las diferentes
manifestaciones clínicas a través de la historia clínica y la examinación del paciente.
Este nos puede indicar la aparición o progresión de síntomas como dolor, sensación de
hinchazón y pesadez, prurito y parestesias. Se debe identificar los factores de riesgo de
EVC, entre ellos son: el sexo femenino, pacientes mayores de 60 años, posición de
bipedestación prolongada, obesidad, y antecedentes de sufrir de trombosis venosa
profunda. Por otro lado, las manifestaciones cutáneas determinan la clasificación
clínica y orientan en la localización anatómica de las venas insuficientes. En relación al
diagnóstico, el US duplex (estándar de oro de EVC) es esencial para poder identificar si

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la causa del aumento de la presión venosa es debido a reflujo u obstrucción, además
de clasificar al paciente según la CEAP, la cual es una herramienta de gran utilidad en
la determinación de la severidad y posibilidades terapéuticas. El manejo de esta
patología es integral y la terapia debe ser discutida con el paciente. Un manejo
orientado en cambios en el estilo de vida, terapia física, terapia compresiva, en algunos
casos manejo farmacológico con agentes venoactivos y la terapia quirúrgica la cual el
paciente debe cumplir con ciertos requisitos y esta puede ser de gran ayuda para el
manejo de la patología venosa del paciente. Por último, otra consideración importante
es el manejo de las úlceras venosas, las cuales son discontinuaciones de la piel
producto de la misma EVC y su manejo debe incluir el cuidado y limpieza de la herida
debido al riesgo de infecciones, y por medio de terapia compresiva la cual favorece el
retorno venoso y es muy utilizada por sus buenos resultados.

Caso clínico

Ficha de identificación y antecedentes: femenina de 50 años, diabetica no controlada,


multípara, utiliza ACO. Niega otros antecedentes.
Motivo de consulta: consulta de forma electiva a su consultorio privado por dolor y
pesadez bilateral en miembros inferiores, asociado a hinchazón y congestión en los
mismos. También indica que recientemente ha notado múltiples lesiones varicosas
principalmente a nivel de tibia y gastrocnemio.
Examen fisico: pulsos conservados en miembros e ingles, en pie derecho se identifica
pequeña pérdida de continuidad de piel.

Manejo a nivel de atención primaria:


● Se nos presenta una femenina con factores de riesgo para enfermedad venosa
crónica y trombosis venosa profunda, que consulta por síntomas de EVC.
● Primero se realiza una clasificación clínica de la enfermedad venosa crónica
mediante el examen físico. Se clasificaría como una C3 debido a las venas
varicosas y como un C6 por la discontinuidad de la piel. La clasificación
etiológica y patológica será caracterizada con el resultado del US duplex, por lo
tanto actualmente permanecerá no identificada (En, Pn). Las manifestaciones
varicosas que se mencionan en el cuadro clínico de la paciente dan la impresión
de venas varicosas localizadas en el sistema venoso profundo (venas tibiales y
gastrocnemio). Clasificación: C3,6 En, A15,16, Pn.
● Manejo de EVC: indicación de medias elásticas de compresión para el alivio de
los síntomas e indicar una bota Unna en el pie derecho para tratar la úlcera
● Manejo de comorbilidades:
○ Brindar tratamiento para su DM según los valores de Hb glicosilada.
○ Buscar alternativa anticonceptiva para suspender los ACO

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● Consideración de intervención quirúrgica:
○ Se realiza una referencia a especialista para valorar una posible
intervención quirúrgica ya que por ser una enfermedad varicosa
sintomática, si se puede recomendar la intervención.

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Referencias
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