Está en la página 1de 5

TECNOLOGICO NACIONAL DE MEXICO

INSTITUTO TEGNOLOGICO DEL VALLE DE ETLA

INGENIERIA INDUSTRIAL

Química

Presenta

MOISES IVAN OROZCO DORANTES

Semestre

Asesor

Dr. Gonzalo Santos López

HEROICA CIUDAD DE JUCHITAN DE ZARAGOZA OAX.


noviembre de 2022.
El objetivo de este trabajo de investigación

• Investigar sobre la contaminación ambiental, dar definiciones especificas y explicar cuantos tipos
de contaminación existen.

• Explicarle a la gente que es el calentamiento global.

• Dar conciencia a todos aquellos que no saben la gravedad de este problema.

• Exponer varios tipos de soluciones en nuestro medio habitado, colegio, casa, etc para que aportemos
todos un granito de arena.

• En un fin general el trabajo también se realiza para pasar la materia de informática.


Sustancias contaminantes y sus efectos en la calidad del
agua

La contaminación de las aguas superficiales y subterráneas –ríos, lagos, embalses, acuíferos,


humedales o mares- se produce como resultado de la actividad del hombre, con la que se introducen
sustancias que modifican su composición y deterioran su calidad, dificultando su uso e imposibilitando
además que cumpla su función ecológica.
Conocer qué elementos pueden contaminar el agua y cuál es su papel en el deterioro de su calidad
es fundamental para anticiparse al origen de posibles desastres medioambientales y poder prevenir
los devastadores efectos que podrían producir tanto en el medioambiente como en la salud humana.
En este sentido, es clave incidir en la importancia de tratar adecuadamente, y en función de sus
características, las aguas residuales antes de verterlas a un curso de agua no contaminada para evitar
así poner en riesgo el ecosistema acuático y la transmisión de enfermedades a través de la cadena
alimentaria.
La contaminación de las aguas puede deberse a la presencia de:
Agentes patógenos: son entidades biológicas -bacterias, virus, parásitos u otros organismos-
capaces de producir enfermedades en el ser humano, en los animales o en los vegetales. En el caso
del agua, estos microbios suelen proceder de los desechos de carácter orgánico que se han vertido
en ríos, lagos o embalses sin haber sido tratados previamente, y de forma adecuada, para reducir su
carga contaminante.
Compuestos químicos orgánicos: son aquellas sustancias químicas que contienen carbono y han
sido fabricadas por el hombre como el petróleo, la gasolina, los plásticos, los plaguicidas o los
detergentes.
Para que estas moléculas orgánicas se descompongan en el agua, es necesaria la actuación de
bacterias que requieren oxígeno, lo que puede provocar que, si el agua se vierte sin depurar, se agote
el oxigeno presente en ella, destruyendo como consecuencia las formas de vida acuática existentes.
Cabe señalar que este tipo de sustancias pueden permanecer en el agua durante un largo periodo de
tiempo, ya que al ser creadas de forma artificial, poseen estructuras moleculares muy complejas y
difíciles de degradar por los microorganismos.
Desechos orgánicos: Son el conjunto de residuos orgánicos –aceites, grasas, proteínas, entre otros-
producidos por los seres humanos o animales. Incluyen heces y otros materiales que pueden ser
descompuestos por bacterias aeróbicas, es decir, en procesos con consumo de oxígeno. Cuando este
tipo de desechos se encuentran en el agua en altas cantidades, generan que la proliferación de
bacterias necesarias para su degradación sea mayor y, por lo tanto, consuman más oxígeno del
debido, causando la muerte de las especies.
Sustancias químicas inorgánicas: se trata de ácidos, sales o metales tóxicos, como el mercurio o el
plomo, cuya presencia en el agua en grandes cantidades pueden causar graves daños en los
ecosistemas acuáticos, reduciendo la biodiversidad. Provienen de los vertidos domésticos, agrícolas
e industriales, que pueden contener distintos compuestos químicos. En ocasiones, son liberados
directamente a la atmósfera e incorporados por la lluvia.
Puede darse la circunstancia de que este tipo de contaminantes se acumulen en la cadena alimentaria,
generando que los depredadores consuman presas contaminadas. De este modo, los seres humanos
pueden quedar expuestos a contaminantes químicos al comer pescado o marisco contaminado, beber
agua o practicar actividades recreativas.
La contaminación química también puede repercutir negativamente en el rendimiento de actividades
productivas como la agricultura o la ganadería, en las que el agua es un elemento esencial.
Nutrientes vegetales inorgánicos (nitrógeno y fósforo): el exceso de nutrientes vegetales puede
ocasionar un crecimiento excesivo de las plantas acuáticas.
Nitratos y fosfatos son sustancias solubles en agua y que las plantas necesitan para su desarrollo. Sin
embargo, si se encuentran en una cantidad excesiva, pueden producir un crecimiento desmesurado
de las algas y otros organismos, modificando las condiciones del medio al necesitar consumir una
mayor cantidad de oxígeno para su desarrollo, y provocando el fenómeno que se conoce
como eutrofización de las aguas.
La proliferación de algas provoca además un enturbamiento de las aguas, lo que impide que la luz
penetre hasta el fondo del ecosistema y se lleve a cabo la fotosíntesis –productora del oxigeno libre-.
Cuando estas algas y vegetales se mueren, los microorganismos que se encargan de su
descomposición, aumentan en el proceso su consumo de oxígeno. Como consecuencia de esta
actividad aerobia, en el fondo se agota el oxígeno y el ambiente se vuelve anóxico, es decir, carente
de oxígeno, haciendo imposible la supervivencia de las especies que pueblan el ecosistema. El
resultado es un agua con mal aspecto y olor, e inutilizable.
Sedimentos o materias suspendidas: partículas insolubles de suelo que enturbian el agua y
dificultan procesos como la fotosíntesis. La turbidez que provocan en el agua dificulta la vida de
algunos organismos y los sedimentos que se van acumulando destruyen lugares de alimentación o
desove.
Sustancias radiactivas: isótopos radioactivos solubles que pueden estar presentes en el agua,
derivados de la energía nuclear y de la actividad de centrales termonucleares, y que son perjudiciales
para la salud del hombre y de los seres vivos.
Contaminación térmica: se produce cuando aumenta la temperatura del agua de los ríos o embalses
a causa de la liberación de agua caliente procedente de centrales de energía o de actividades
industriales, provocando la disminución de la capacidad del agua para contener oxígeno, afectando
así a la vida de las especies acuáticas.

Compuestos orgánicos volátiles (COV)


Los compuestos orgánicos volátiles (COV) son contaminantes del aire y cuando se mezclan con óxidos
de nitrógeno, reaccionan para formar ozono (a nivel del suelo o troposférico). La presencia de
concentraciones elevadas de ozono en el aire que respiramos es muy peligrosa.

Los efectos sobre la salud de la exposición a ozono incluyen: irritación de ojos y vías respiratorias;
astenia, cefaleas; alergias; disminución de la función pulmonar y lesiones al hígado, riñones, pulmones
y sistema nervioso central. Los efectos sobre el medio ambiente incluyen la alteración de la función
fotosintética de las plantas.

También participan activamente en numerosas reacciones, en la troposfera y en la estratosfera,


contribuyendo a la formación del smog fotoquímico y al efecto invernadero.

Los COV se liberan durante la quema de combustibles, como gasolina (el transporte es una de las
principales fuentes de emisión de COV), madera, carbón o gas natural y también desde disolventes,
pinturas, adhesivos, plásticos, aromatizantes y otros productos empleados en procesos industriales.

Son COV todos aquellos hidrocarburos que se presentan en estado gaseoso a la temperatura
ambiente normal o que son muy volátiles a dicha temperatura. Suelen presentar una cadena con un
número de carbonos inferior a doce y contienen otros elementos como oxígeno, flúor, cloro, bromo,
azufre o nitrógeno.
Según el RD 117/2003 sobre limitación de emisiones de compuestos orgánicos volátiles debidas al
uso de disolventes en determinadas actividades, es todo compuesto orgánico que tenga a 293,15K
una presión de vapor de al menos 0.01 kPa, o que tenga una volatilidad equivalente en las condiciones
particulares de uso. Refiriéndose siempre a la sustancia y compuestos, tanto como a los productos
que los contengan.

Los efectos de los compuestos orgánicos volátiles para la salud pueden variar mucho según el
compuesto y comprenden desde un alto grado de toxicidad hasta ausencia de efectos conocidos. Esos
efectos dependerán de la naturaleza de cada compuesto y del grado y del período de exposición al
mismo.

La exposición a largo plazo a los compuestos orgánicos volátiles puede causar lesiones del hígado,
los riñones y el sistema nervioso central.

La exposición a corto plazo puede causar irritación de los ojos y las vías respiratorias, dolor de cabeza,
mareo, trastornos visuales, fatiga, pérdida de coordinación, reacciones alérgicas de la piel, náusea y
trastornos de la memoria.

Algunos COV son muy tóxicos, como el benceno, el óxido de estireno, el percloroetileno o el
tricloroetileno, que son cancerígenos, o el formaldehído y el estireno, que además son disruptores
endocrinos.

Referencias bibliograficas

Sinc. (06 de Junio de 2014). Los contaminantes orgánicos dañan los ecosistemas de agua dulce en toda Europa.
Recuperado de https://www.agenciasinc.es/Noticias/Los-contaminantes-organicos-danan-los-ecosistemas-de-
agua-dulce-en-toda-Europa

Iaea. (16 de Diciembre de 2015). Contribuyendo a mejorar la gestión de la contaminación de los contaminantes
orgánicos persistentes para reducir el impacto sobre las personas y el medio ambiente. Recuperado de
https://www.iaea.org/es/newscenter/news/contribuyendo-a-mejorar-la-gestion-de-la-contaminacion-de-los-
contaminantes-organicos-persistentes-para-reducir-el-impacto-sobre-las-personas-y-el-medio-ambient

También podría gustarte