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La Falta de Consentimiento
La Falta de Consentimiento
Vicerrectorado
Título de la Tesis
La Paz – Bolivia
La presente tesis se encuentra enmarcada dentro del área del derecho civil y surge al haberse
advertido la existencia de un vacío jurídico en la normativa del art. 549 del código civil boliviano
El artículo 549 del código civil boliviano, que prevé las causas de nulidad de los contratos
civiles, misma que no contempla la falta de consentimiento como una causa de nulidad, sino de
anulabilidad prevista en el art. 549 del código civil boliviano introduciendo un nuevo inciso que
contemple en forma específica a la falta de consentimiento como causal de nulidad.
El artículo 549 del código civil y si debiera contemplar la norma citada la ausencia de
consentimiento como una causa de nulidad, habiéndose empleado los Métodos de Enfoque de
Sistemas, Método Histórico Lógico, Método Etnográfico, Método de Sistematización, Método de
Derecho Comparado.
Abstract
This thesis is framed within the area of civil law and arises to have noticed the existence of a
loophole in the rules of art. Bolivian civil code 549
Article 549 of the Bolivian Civil Code, which provides the grounds for invalidity of civil
contracts, it does not contemplate the lack of consent as a ground for invalidating, but of nullity
under Art.549 Bolivian Civil Code by introducing a new subsection that addresses specifically the
lack of consent as a ground for annulment.
Article 549 of the civil code and whether that standard should consider the absence of
consent as a ground for invalidating, Methods of Systems Approach, Logical Method Historical,
Ethnographic Method, Systematic Method, Method of Comparative Law having been employed.
Las actividades propias de una sociedad se realiza en sujeción a las leyes vigentes para garantizar
una pacifica convivencia en un clima de paz y tranquilidad, de modo que se garanticen los derechos
de las personas y sujetos procesales, por consiguiente la actual Constitución Política del Estado en
su arts.14-III - IV y art. 15 - I y II garantiza el ejercicio de los derechos individuales y a su vez
establece los limites como tal, en virtud a lo expuesto, la base jurídica del derecho Civil es la
Constitución Política del Estado que regula las relaciones entre particulares y de éstos con el Estado
a través de los compilados de leyes pertinentes, siendo así que en materia civil es el código civil
sustantivo que enmarca el accionar del derecho civil, cuyo antecedente se encuentra en el
denominado código civil Santa Cruz que en su art. 700 prevé que: “No hay consentimiento, si
fuese dado por error, o si se obtuvo por violencia o dolo de lo que se infiere que no señala que la
falta de consentimiento sea causa de nulidad al igual que el actual código sustantivo que en su art.
549 prevé que el contrato será nulo por las siguientes razones”:
Por falta en el contrato el objeto o la forma prevista por la ley como requisito de validez.
Por faltar en el objeto del contrato los requisitos señalados por ley.
Por ilicitud de la causa y por ilicitud del motivo que impulsó a las partes a celebrar el contrato.
Por lo que se establece en forma clara que no figura como un caso de nulidad, la ausencia de
consentimiento, aspecto que es relevante por la importancia que tiene ese requisitos en la validez de
los contratos, por cuanto según (1: Bonnecase, 1945) pg. 287 “el consentimiento es el acuerdo de
voluntades constitutivo del contrato” y según ( 10: Kaune, 2001) Pg.37 “ El consentimiento es el
acuerdo de voluntades integradas por la composición de intereses opuestos, en el que las partes,
cediendo a sus pretensiones, hacen que las voluntades (del oferente y aceptante) se combinen dando
nacimiento a una nueva realidad entitativa, constituida por la integración de voluntades de las partes
contratantes, como consecuencia de la composición de intereses opuestos”, de lo que se advierte la
importancia en la conformación de contratos, por lo que debiera estar comprendido como una
causal de nulidad toda vez que el consentimiento para otros doctrinarios como (23: Spota, S.A.) pg.
237 es: la voluntad negocial que no puede adquirir relevancia jurídica si no se manifiesta, sino se
exterioriza. En otros términos; el acto jurídico que es, por discernimiento, intención y libertad, cuyo
fin inmediato consiste en establecer relaciones jurídicas que impliquen crear, modificar o transferir,
conservar o aniquilar derechos, sólo puede tener relevancia jurídica en tanto la voluntad se
manifieste exteriormente.
Parte A
Por ello la investigación que se presenta es importante por cuanto se tiene identificado el
problema y se pretende dar una solución ante esa realidad que considero de imperiosa necesidad,
enmarcándose la investigación dentro del paradigma socio crítico jurídico.
¿Por qué dentro de la legislación civil boliviana no se considerado la falta de consentimiento como
causal de nulidad?
¿Cuál el motivo para que la falta de consentimiento sea considerada únicamente como causal de
anulabilidad?
¿Es posible la complementación del art. 549 del código civil con la introducción de un nuevo inciso
que contemple a la falta de consentimiento como causa de nulidad de los contratos civiles?
Efectuada la etapa exploratoria para la realización del tema elegido, resulta necesario expresar la
experiencia de la autora como Juez Instructor en materia Civil y actualmente de Partido en lo Civil
ha sido la que ha impulsado a llevar a cabo el tema elegido, sobre todo haber podido observar de
diferentes ángulos el tema de las nulidades, que según el punto de vista de los abogados que
patrocinan causas civiles consideran que la falta de consentimiento es una causal de nulidad y no
únicamente de anulabilidad lo que sin duda ocasiona grandes perjuicios a los interesados, más
cuando la anulabilidad prescribe en el plazo de cinco años, en tanto que la nulidad es
imprescriptible.
Los antecedentes anteriores permitieron identificar el siguiente problema científico ¿Se requiere
considerar la falta de consentimiento como causal de nulidad de los contratos en materia civil
dentro de la legislación civil boliviana?
Objeto de estudio
La falta de consentimiento también debe ser considerada como una causal de nulidad dentro de la
normativa civil boliviana, toda vez que entre los requisitos para la formación del contrato se
encuentra comprendido el consentimiento de las partes, por lo que ante esa realidad es necesario la
incorporación de dicho elemento como causal de nulidad.
Está enmarcado en los Juzgados de Partido en lo Civil de la ciudad de La Paz, donde se puede
establecer la existencia de procesos sobre nulidad de contratos civiles en los que se ha invocado
como causal de nulidad de falta de consentimiento, ocasionando perjuicio sobre todo a la parte que
busca la tutela jurídica del órgano jurisdiccional, que se encuentra afectada por un contrato en el
que para su constitución no ha otorgado ese requisito como es el consentimiento, por lo que el
trabajo de investigación tendrá las siguientes delimitaciones:
Delimitación Espacial Se efectuará en los juzgados de Partido en lo Civil del Distrito y Corte
Superior de Distrito de la ciudad de La Paz.
Delimitación Jurídica, está enmarcado en la normativa civil boliviana la misma que será sujeto
de análisis específicamente desde su origen con el Código Civil Santa Cruz hasta la actualidad
es decir el actual Código Civil Boliviano.
Identificar la necesidad de complementar un nuevo inciso en el art. 549 del código civil boliviano
que contemple la falta de consentimiento como causa de nulidad de los contratos en materia civil.
La complementación de un nuevo inciso en el Art. 549 del código civil que contemple la falta de
consentimiento como causal de nulidad en los contratos civiles.
1.6 Tareas
1.7.1 Tarea 1
1.7.2 Tarea 2
Demostrar la situación actual en materia de contratos cuando se demanda la nulidad de los mismos
por falta de consentimiento.
1.7.3 Tarea 3
Introducir en la normativa civil boliviana, específicamente en el art. 549 del Código Civil un nuevo
inciso que contemple a la falta de consentimiento como causa de nulidad y no solo de anulabilidad.
La autora ha advertido que el tema objeto de investigación coadyuvará a una mejor administración
de justicia en materia civil y específicamente en lo que respecta al tema de las nulidades de
contratos, que en muchos casos por el hecho de no estar comprendida en el art. 549 del código civil
ocasiona un gran perjuicio a las partes involucradas, por cuanto no se puede declarar la nulidad por
esa causal al no estar prevista en la ley, situación que se agrava si ha operado la prescripción para
pretender la anulabilidad del contrato, por consiguiente se tendrá un nuevo instrumento en materia
de nulidades de contratos que puede ser considerado como un aporte relevante en materia civil.
La evolución social trae consigo una serie de requerimientos entre los cuales están las normas que
también han alcanzado una evolución que en muchos casos no es acorde a esos requerimientos, en
materia civil si bien se han efectuado algunos ajustes al código de procedimiento civil con la Ley Nº
1760, y no así dentro del código sustantivo no se han efectuado ajustes que son considerados
necesarios y que se adecua a las necesidades actuales de la sociedad civil boliviana, es por ello que
la autora considera importante la complementación de un inciso en el art. 549 del código civil en el
que se comprenda a la falta de consentimiento como causal de nulidad.
2 Diseño metodológico
Los métodos a emplearse en el trabajo de investigación en los capítulos pertinentes son los
siguientes:
Analizar el marco histórico legal a efectos de establecer cual la evolución normativa civil en
materia de contratos y su relación con la doctrina sobre el consentimiento como elemento
indispensable para la constitución de los contratos y la ausencia de dicho elemento como causal de
nulidad.
El art. 549 del código civil no contempla en su contenido como causal de nulidad la falta de
consentimiento, no obstante que para la constitución de los contratos el consentimiento otorgado
por las partes contratantes, es un elemento de vital importancia sin el cual no se puede concebir la
existencia de un contrato, en virtud a ello se debe incorporar un nuevo inciso a la citada norma
sustantiva (art. 549) que contemple a la falta de consentimiento como causal de nulidad y no
únicamente de anulabilidad (art.554)
Establecer semejanzas y diferencias con otras legislaciones a través del derecho comparada de los
países vecinos Uruguay, Ecuador, Colombia y Perú, España y Costa Rica en materia de contratos y
en forma especifica de nulidad de contratos así como sus causas
Para combinar la experiencia con la teoría que coadyuven a obtener el resultado deseado y
pretendido a lo largo de la investigación científica.
2.6 Resultados
Existen tendencias jurídicas en materia civil que consideran que la falta de consentimiento
no solo es causal de anulabilidad sino también de nulidad por ser un elemento indispensable para su
constitución.
La complementación del art. 549 del código civil boliviano introduciendo un nuevo inciso
que contemple en forma especifica a la falta de consentimiento como causal de nulidad.
3. Marco teórico
El consentimiento que es uno de los elementos indispensables del contrato, que implica la
exteriorización de la voluntad unilateral que formula cada uno de los contratantes; por lo que esa
conjunción de declaraciones de voluntades unilaterales dan origen a la llamada declaración de
voluntad común, esas declaraciones coincidentes de voluntad importan el consentimiento
contractual a efectos de la constitución, modificación o extinción de una relación jurídica.
3.2 La voluntad
De lo anterior se establece que la voluntad juega un papel indispensable para la formación de una
relación jurídica, es así que la manifestación de voluntad tiene, dos elementos constitutivos un
hecho externo que es la manifestación o declaración que se hace efectiva mediante la palabra escrita
o hablada, o mediante signos como (mover la cabeza afirmativamente o negativamente, levantar la
mano y aun el silencio en determinado caso); y un hecho interno, que es la facultad de querer algo y
en este caso encaminado a lograr un efecto jurídico: crear modificar o extinguir un derecho, (21:
Romero, 1965) Pg.242
La voluntad jurídica es el consentimiento, por ello la voluntad puede ser manifestada en forma
expresa y tácita, tal como se había señalado, sin embargo para que la voluntad sea jurídicamente
eficaz, es necesario que se exteriorice, por lo que por regla general ésta exteriorización se hace
mediante la palabra escrita o hablada o mediante signos inequívocos a lo que se dice que la
manifestación de la voluntad es expresa; asimismo la voluntad puede manifestarse mediante ciertos
actos de los cuales se puede deducir esa voluntad, y en éste caso se dice que existe manifestación de
voluntad tácita, siendo uno de los casos el de la aceptación de la herencia que puede ser expresa o
tácita, (21: Romero Linares, 1965) Pg. 243; pero la manifestación tácita se da cuando el heredero
efectúa acto de conservación sobre los bienes del causante sin hacer la protesta de que ello no
implica una aceptación tácita de la herencia.
La manifestación de voluntad obedece a una voluntad real de la persona por lo que debe existir
coincidencia de la voluntad interna con la voluntad exteriorizada, en el caso de que se presente una
disidencia la doctrina otorga las teorías objetiva y subjetiva, para Alberto Spota tienen el siguiente
concepto:
Teoría Objetiva o de la voluntad declarada o exteriorizada o manifestada, o sea la teoría de
la declaración, tiene en cuenta lo que se ha manifestado, más que lo que se ha querido. En caso de
existir una disociación entre la voluntad real y la voluntad manifestada habrá que atenerse a esta
última (23: Spota, 1984) Pgs. 238 y 239.
Esta teoría toma en cuenta sólo la manifestación de la voluntad expresada, sin considerar la
voluntad real, en el caso de que exista una separación de voluntades.
Esta teoría considera en forma exclusiva el hecho externo, sin considerar el hecho interno,
por lo que le interesa sólo la declaración, asemejándose a la teoría objetiva.
El primer sistema ha sido creado afirmando que es subjetivista, motivo por el cual se corre el
riesgo de la inseguridad en el momento jurídico debido a que la ingestación de la intención de las
partes, y encontrar esa intención, es difícil o imposible dando lugar a la arbitrariedad, pues nadie
estaría seguro cuál ha sido la intención de la parte con la cual ha contratado; y se critica al segundo
sistema alegando que se da más valor a la apariencia, que es la manifestación, con desprecio de la
verdadera y auténtica voluntad, Pg. 244 (21: Romero, 1965).
Sin embargo, para otros juristas no se debe confundir la aceptación tácita que es conducta
positiva, con el silencio del destinatario de una oferta, por que el silencio es inactividad. El que calla
no afirma ni niega ya que nada expresa, pero en determinadas circunstancias el silencio puede valer
como una forma sui géneris y excepcional de aceptación, cuando mediante hechos negativos se
calla, cuando fuese necesario y posible manifestar el disentimiento, citando como un ejemplo la
rendición de cuentas, cuando el mandatario no la observa en el lapso de tiempo determinado, esa
conducta pasiva implica aceptación (art. 692-I del C.P.C.) (10: Kaune, 2001) Pg. 51
Sin embargo dentro de una relación contractual el consentimiento debe ser otorgado en
forma expresa o tácita, por consiguiente el silencio no tiene lugar al momento de contratar, por
cuanto se ha establecido que sin consentimiento no hay contrato, por lo que no puede considerarse
si quiera que el silencio implica una forma de manifestación, toda vez que el consentimiento no se
presume.
Para que la voluntad tenga eficacia jurídica uno de los requisitos es la manifestación externa de
modo inequívoco, la voluntad no exteriorizada, no tiene ninguna eficacia jurídica. Ej: si A desea
efectuar una venta de un bien a favor de B, necesariamente debe exteriorizar su voluntad, por
cuanto no se puede presumir el consentimiento.
Otro requisito es la capacidad de la persona que emite, por cuanto la incapacidad hace
inexistente es decir que ocasiona la anulabilidad (según el ordenamiento jurídico boliviano), Ej.:
cuando un menor de edad alcanza la mayoría de edad puede confirmar el acto.
Otro requisito es que esa voluntad no debe estar viciada por error, violencia o dolo, por
cuanto de ser así, si bien el acto ha nacido a la vida del derecho, empero es susceptible de anulación.
Finalmente la voluntad debe ser otorgada con seriedad, por cuanto el propósito es lograr una
finalidad jurídica, un resultado consistente en la adquisición, modificación o extinción de un
derecho (21: Romero, 1965) Pg. 245
Los requisitos señalados, indican que la voluntad debe ceñirse a ciertos parámetros para que
sea considerada como tal, es decir que sea manifestada externamente, ausente de vicios de error,
violencia y dolo, además de ser otorgada con seriedad y por persona con capacidad, de lo contrario
no se entendería que esa manifestación libre de voluntad haya sido expresada para la constitución
de una determinada relación jurídica contractual.
3.8 Ausencia de voluntad
Se ha sostenido que la voluntad juega un papel indispensable para la formación de una relación
jurídica, por lo tanto la ausencia de voluntad sólo puede presentarse cuando la función volitiva y la
conciencia se hallan suprimidas o anuladas: siendo uno de esos casos el estado de demencia,
sonambulismo, hipnotismo y embriaguez, por lo que el acto realizado por una de esas personas no
sólo está viciado, sino es que resulta ser inexistente; por ello la ausencia de voluntad es semejante a
la destrucción del consentimiento por un error de tal manera que impida que las voluntades de las
partes coincidan sobre un objeto de interés jurídico, siendo conocido ese error como error obstativo
o error esencial, por cuanto no sólo vicia el consentimiento sino lo destruye siendo emergente del
acto inexistente, por ello dicho error es destructivo de la voluntad y existen tres casos 1: error sobre
la naturaleza del acto jurídico 2: Cuando el error recae sobre el objeto del acto jurídico y 3: cuando
el error afecta a la causa del acto jurídico, (21: Romero, 1965) Pg. 245-246.
Nulidad Anulabilidad
Es de orden público, por lo que puede ser Puede ser intentada sólo por las
intentado por cualquier persona que tenga personas interesadas en la relación
interés legítimo. contractual.
Nulidad Anulabilidad
Tiene que ser sancionada por la autoridad Tiene que ser sancionada por la autoridad
jurisdiccional competente jurisdiccional competente
La teoría de la Voluntad.- La doctrina encierra una serie de teorías respecto a los vicios del
consentimiento, citando una de ellas, se tiene la teoría de la voluntad que dice que el consentimiento
para que tenga efecto jurídico debe ser expresado con discernimiento, intención y libertad; el
consentimiento se presume válido en tanto el que lo prestó no demuestre que ha estado viciado por
error, dolo o violencia. Pero si concurre alguno de estos vicios el acto es anulable. Esta teoría es
muy difundida, se parte de la base de que sólo una voluntad manifestada en forma perfecta y con un
conocimiento pleno del asunto es válida. Sin embargo esta posibilidad se da rara vez en los
negocios jurídicos. Generalmente llevamos a cabo los negocios y transacciones bajo la presión de
nuestras necesidades (lo que implica falta de libertad) o sin haber podido estudiar las consecuencias
que más tarde nos serán perjudiciales. El error en la consideración de un negocio cualquiera no sólo
es frecuente, sino casi inevitable. Si éstas fueran causas de nulidad prácticamente todas las
transacciones humanas estarían sujetas a tal sanción. Es tan evidente esta conclusión, que los
propios sostenedores de la teoría de los vicios del consentimiento han debido admitir importantes
limitaciones. No todo error es causa de nulidad, así, por ejemplo, no lo es el que recae sobre los
motivos o las calidades accidentales de la cosa. El verdadero fundamento de los actos celebrados
con dolo o violencia es el hecho ilícito; por que si tales actos fueran válidos ello importaría
establecer el imperio de la mala fe y el delito (2: Borda, 1998) Pg. 489-490.
De lo expuesto se establece que los vicios del consentimiento tienen limitación para que el
consentimiento sea considerado como no válido, aspecto que conviene tener presente ya que en la
legislación boliviana el consentimiento prestado por error, con violencia y dolo no es válido
(art.473 del código civil), siendo ese un fundamento para que la relación jurídica sea considerada
como anulable.
3.10 El error
El error constituye el defecto de concordancia, para una mejor comprensión se tiene lo siguiente.
Lo expuesto confirma que no obstante que el error es creer lo verdadero como falso o lo
falso como verdadero, empero cualquier error no vicia la falta de consentimiento, aspecto que
también así lo considera la legislación boliviana, por cuanto contempla como errores que vician el
consentimiento al error esencial y al error sustancial, (arts. 474 y 476 código civil).
Por lo señalado es necesario traer a colación lo que es el error esencial y error accidental y
cual su incidencia en la nulidad de los contratos, a continuación se tiene lo siguiente:
La falibilidad humana es tal que si cualquier error diera lugar a la anulación de los actos jurídicos,
las nulidades serían frecuentísimas, por ello es necesario hacer una distinción entre lo que es el error
esencial y el error accidental, el primero es aquel que se refiere al elemento del contrato que se ha
tenido especialmente en mira a celebrarlo; sólo él da lugar a la anulación del acto. En cambio el
error que recae sobre circunstancias secundarias o accidentales no es suficiente para provocar la
invalidez. El criterio que permite distinguir si el elemento del negocio ha sido obra esencial, es
eminentemente objetivo; dependerá de lo que en el práctica de los negocios, se tenga por tal; y
nadie puede pretender que una cualidad o persona ha sido determinante de su consentimiento si,
objetivamente considerada, no es esencial, solo los contratos intuito personae pueden ser anulados
por error, siempre que éste haya sido determinante, pero también existe el error excusable y el error
inexcusable, lo que es necesario tener en cuenta ya que no todo error puede fundar un pedido de
nulidad del acto jurídico, para ello es necesario que sea excusable, es decir que haya habido razón
parar errar, pero cuando la ignorancia del verdadero estado de las cosas proviene de una negligencia
culpable, el error es inexcusable, y quien ha incurrido en él no puede pretender la nulidad del acto
(2: Borda, 1998) Pg 490-491.
Empero el error sobre la naturaleza y el objeto del acto, se podría decir que no juega ningún
papel ya que el error sobre la naturaleza implica la existencia del disentimiento, ejemplo: si Ernesto
vende su casa y el comprador ha entendido que la he donado sólo hay un disentimiento lo que
supone que no ha habido acuerdo; respecto al error en el objeto ocurre que existe error obstáculo,
ejemplo: si René vende su casa en Sucre y el comprador entiende que le vendió en La Paz
En tanto que el error sobre las cualidades substanciales, éste aspecto es trascendente por
cuanto el error en caso de haber sido provocado por engaño o cualquier clase de maquinación
dolosa, en ese caso la nulidad se fundará en el dolo y no en el error propiamente dicho, por lo que
de acuerdo a la doctrina la teoría del error es aplicable en los casos de dolo o falta de condición
expresada en el contrato, por ejemplo en el caso que Juan busca comprar una obra de pintura de
Davinci y María le vende uno similar pero que no es de Davinci sin embargo lo hace pasar como
tal, incurriendo en dolo, por lo que la venta sería anulable por ese motivo. En cambio, si Juan creía
que realmente la pintura era de Davinci y estaba equivocado en ese caso la compra admite la
resolución y no así la anulación menos la nulidad, en suma para que el error de lugar a la anulación
éste tiene que ser excusable, en dicho caso el operador de justicia debe inclinarse por la validez del
contrato al haber surgido duda (error in mente retenta) (2: Borda, 1998) Pg. 494
En caso de existir error sobre la persona, ocasiona la anulación del contrato cuando se
contrata con una persona que en realidad no lo es, sin embargo en el caso que ambos contratantes
no han dicho nada sobre el particular entonces en un error in mente retenta, es decir que no causa
ningún efecto jurídico, para la doctrina el error en la persona en ningún caso puede dar lugar a la
anulación de un acto.
Por otra parte tratadista como Borda, que con el siguiente ejemplo, expresa que no hay error
en la persona, sino más bien dolo : cuando se suscribe un contrato de anticresis entre X y Y, sin
embargo al cumplimiento del contrato Y pretende la devolución de su dinero, pero resulta que X no
era el propietario del inmueble y ha huido con su dinero, parecería que existe un error en la persona,
sin embargo lo que ha habido es dolo consiguientemente el contrato es nulo, ( 2: Borda, 1998) Pg.
495.
Finalmente sobre el error de derecho, es necesario indicar que ignorar las ley no es excusa
válida para pretender la nulidad de un contrato, por lo que el error de derecho no es un vicio de los
actos jurídicos y nadie puede ampararse en él para eludir las responsabilidades legales o
convencionales que surgen de actos jurídicos en los que su participación ha obedecido a un acto de
voluntad.
Sin embargo doctrinarios como Guillermo Borda, consideran que el error de derecho debe
ser considerado como causal de nulidad, aunque una corriente contraria a ésta posición señala que
no habría entonces que diferenciar entre el error de hecho con el error de derecho ya que en ambos
casos el consentimiento estaría viciado; pero una tercera posición sustentada por la doctrina
moderna, que es la más aceptada, que impugna que el principio de las leyes se deben reputar
conocidas; su falsedad es a todas luces evidente. Por cuanto los hombres no conocen ni siquiera las
leyes que les atañe más directamente; más si se admitiera esa excusa para eludir la responsabilidad
de los actos la mayor parte de ellos estarían afectados de nulidad y numerosas leyes serían
inaplicables, no siendo válido invocar ignorancia o error, por ello el error de derecho no puede ser
alegado como una excusa, por lo que el error de derecho no constituye como fundamento de la
nulidad. Suele suceder que como consecuencia de un error de derecho, la obligación queda sin
causa, sin embargo la invalidez es por falta de causa y no por error, por lo que en algunas
legislaciones como la francesa considera que el error es considerado como causa de nulidad por que
priva de causa a la obligación. (2: Borda, 1998) Pg. 498.
De lo señalado se puede expresar que el error de derecho es la alegación de desconocimiento
de la ley, aspecto que no puede ser considerado de ninguna manera como una causa que vicie el
consentimiento.
3.12 Dolo
La palabra dolo tiene varios significados en derecho, es así que en primer lugar se puede entender
como:
La intención de cometer un daño, por lo que es el elemento característico del delito civil y
permite distinguir del cuasi delito, en que el agente sólo obra con culpa o negligencia.
En segundo lugar designa los actos del deudor por los cuales éste trata de hacer imposible el
cumplimiento de una obligación anteriormente contraída.
El dolo es un vicio de los actos jurídicos, siendo éste el que interesa a la nulidad de los
contratos (2: Borda, 1998) Pg. 501
La acción dolosa para conseguir la ejecución de un acto, es toda aserción (proposición que afirma)
de lo que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio astucia o maquinación que se
emplee con ese fin, el dolo supone siempre un engaño, induciendo deliberadamente en error a una
persona con el propósito de hacerla celebrar un acto jurídico (2: Borda, 1998) Pg.502
El dolo consiste en los artificios, maniobras o maquinaciones de que se vale una persona
para lograr el consentimiento de otra persona, de tal manera que no habría consentido a no mediar
tales artificios. El dolo, lo mismo que el error y la violencia, debe ser, pues determinante para la
realización del acto jurídico (21: Romero Linares, 1965) Pg. 263.
Mientras el error se debe al propio declarante, el dolo es causado o provocado por un acto y
omisión del otro declarante con el deliberado propósito de inducir a error al primero. Es un error
provocado, un engaño suscitado por el otro declarante. El dolo viene a ser entonces la intención de
una parte para inducir a la otra a celebrar un acto jurídico, que de no haber mediado engaño no se
habría celebrado o se habría celebrado bajo otras estipulaciones. Tanto el dolo como el error
comprometen o afectan la comprensión del agente, en tanto que la violencia afecta a la libertad de
decisión del agente del acto jurídico, (18: Palacio, S.A.) Pg. 95.
Otorga derecho a la persona que lo ha sufrido, a pedir la anulación del acto; se trata de una
nulidad relativa y por consiguiente, el acto es anulable.
En segundo lugar, da derecho a pedir la indemnización de los daños y perjuicios sufridos por
la víctima con motivo del acto que se anula, (2: Borda; 1998) Pg.502
Si se examina atentamente el dolo como vicio del consentimiento, se ve que en el fondo se
trata de un error, pero es un error provocado por un tercero, lo que se llama también un engaño; por
que no se debe perder de vista que el consentimiento se ha dado pero bajo la influencia de una causa
que lo priva de su libertad, lo que implica un vicio, por que el acto jurídico existe pero viciado
El dolo puede hacerse presente tanto en el campo penal como en el civil por lo que en la
esfera civil se puede hablar de dolo como causa imputable al deudor de incumplimiento de una
obligación, es decir que el dolo es el procedimiento del que se vale una de las partes para hacer
imposible el cumplimiento de una obligación, la deliberada intención de no cumplir una obligación.
Pero el dolo que vicia de nulidad un acto es aquel conocido como la maquinación empleada por una
parte para inducir a engaño o error a la otra parte a fin de decidirla a realizar un acto jurídico, (18:
Palacio, S.A.) Pg. 96
Para que el dolo vicie el consentimiento debe reunir ciertos requisitos entre los que
tenemos:
El engaño tiene que ser de cierta magnitud, vale decir la exageración de las cualidades de una
cosa que ciertas personas hacen habitualmente, por Ej.: que un comerciante diga que su
mercadería es de origen americano, cuando no lo es.
El dolo debe proceder de la otra parte contratante, esto le diferencia de la violencia que, como
hemos visto, vicia el consentimiento no sólo cuando procede de la otra parte sino también de un
tercero. Sin embargo, se exceptúa los casos en que en el dolo cometido por un tercero haya
participado la otra parte, o sea su cómplice, o se haya beneficiado, y los casos de las
liberalidades, por ejemplo una donación.
El dolo debe ser determinante, es aquel que tiene incidencia en la contratación, es decir que ha
tenido influencia para la concertación, (21: Romero, 1965) Pg. 263.
Los requisitos señalados hacen ver que el dolo no se presume por lo que debe ser probado
recurriendo para ello la parte que se ve afectada en una relación jurídica, a los medios
probatorios pertinentes que demuestren que ha sido inducida a engaño para la celebración de un
contrato.
3.13 Violencia
La violencia juega un papel importante por cuanto si el consentimiento ha sido otorgado bajo la
presión de violencia ya sea física o moral, el acto debe ser declarado nulo, por que la voluntad ha
sido violentada para conseguir el consentimiento de uno de los contratantes, facultando a solicitar la
nulidad del acto.
La violencia es la fuerza usada por una parte o un tercero para obligar a realizar un acto
jurídico a la otra parte. Este vicio de la voluntad afecta la libertad de acción, más no a la inteligencia
o comprensión del agente. La violencia puede ser física (vis absoluta) o moral (vis compulsiva),
(18: Palacio, S.A.) Pg. 97
La violencia o miedo grave es la coacción ilícita para intimidar a una persona y arrancarle su
consentimiento para la realización de un acto jurídico, siendo dos los elementos de la violencia, (21:
Romero, 1965) Pg. 260-261
Un Hecho Externo, objetivo, la violencia misma que implica malos tratos presión moral.
Un hecho interno, subjetivo: el temor inspirado en la víctima que actúa como factor
determinante para que preste su consentimiento (21: Romero, 1965) Pg. 261.
De lo expresado se tiene que la violencia es otro vicio del consentimiento que consiste en el
empleo de la fuerza física irresistible o moral que atemoriza o asusta a la persona, creando un
temor fundado de sufrir un daño grave e inminente en su persona, o sus familiares o ya sea
sobre sus bienes, que emplea una de las partes o un tercero para obligar a realizar un acto
jurídico a la otra parte.
La violencia puede ser física y moral tal como se ha señalado en uno de los conceptos, entre
ellas existe la siguiente diferencia:
Violencia Física.- Hay violencia física cuando se utiliza la fuerza irresistible para conseguir el
consentimiento, no obstante que aunque parece rara sin embargo puede darse el caso en que uno
de los contratantes tome la mano a la otra y le haga firmar a la fuerza, en éste caso no sólo que
la voluntad está viciada, sino que no habrá consentimiento, y por tal motivo el acto será
inexistente.
Para que la violencia pueda viciar el consentimiento, es necesario que sea injusta o ilegítima
es decir que no está autorizada por la ley o el derecho, Así el solo temor reverencial no es suficiente
para anular el contrato, ejemplo: Cuando A le amenaza a B iniciarle una juicio, un embargo ( es una
amenaza de ejercer un derecho) por lo que no puede ser considerada como una violencia moral ni
física; por cuanto la violencia debe además producir una impresión fuerte en la persona para
provocar que la persona otorgue su consentimiento, pero ésta debe ser suficiente para amedrentarla,
y el miedo determinante para arrancar su consentimiento, ejemplo si A roba la casa de B y en lugar
de denunciarlo, B calla el delito a cambio le hace firmar una letra de cambio (chantaje) lo que
implica un abuso del derecho viciando el acto de nulidad .
De los vicios del consentimiento anteriormente vistos, se puede establecer que el
consentimiento, como elemento sine quanon para la formación de un contrato cuando ha sido
otorgado a través de violencia, dolo o error, con lleva la ausencia de voluntad, consecuentemente el
acto jurídico no nace a la vida del derecho, aspecto por el cual la parte que se ha visto afectada
debería demandar la nulidad por falta se consentimiento, sin embargo al no contemplar la
legislación civil como causa de nulidad la falta de nulidad, ello se traduce en una limitación del
contratante que se ha visto perjudicado con la constitución de una relación jurídica en la cual no ha
otorgado su consentimiento, motivo por el cual el contrato no surte ningún efecto legal, siendo
inconfirmable argumento suficiente para declarar la ineficacia de la relación jurídica.
Pero se hace necesario conocer que es nulidad, cuales sus efectos y que incidencia tiene la
falta de consentimiento, para lo cual se tienen los siguientes conceptos:
3.14 Nulidad
La nulidad es la sanción que la ley impone a una relación jurídica, lo que implica la falta de valor y
fuerza para obligar o surtir efectos jurídicos por la carencia de la forma y solemnidades que la ley
prevé, por lo que jurídicamente es considerado como inexistente. Racionalmente la nulidad debería
impedir que el acto jurídico produjere efectos por que su inexistencia.
La nulidad es la situación particular del contrato en cuya virtud éste carece de algún
elemento constitutivo. El contrato nulo está desprovisto de todo efecto jurídico, es ésta la
consecuencia de orden jurídico de la nulidad. Ninguna de las partes adquieren derechos ni asumen
obligaciones en dependencia de un contrato que sea nulo, (13: Messineo, 1986) Pg. 264
Consiguiente el contrato nulo que no ha nacido a la vida del derecho no puede ser objeto de
ratificación menos, se puede pretender que la persona afectada por esa nulidad no tenga la
oportunidad de demandar la invalidez, toda vez que la nulidad es imprescriptible, otorgando la
posibilidad a la persona afecta de acudir ante la autoridad judicial competente para demandar la
nulidad
Las nulidades están unas veces expresamente establecidas por la ley, y entonces se habla de
nulidades textuales, mientas que las nulidades que se sobreentienden por la inobservancia de las
condiciones de validez, sin que texto alguno se pronuncie declarando su nulidad, entonces de trata
de las nulidades virtuales.
Sin embargo existe un común denominador y es la violación de cualquier condición de
validez, aunque la nulidad no esté expresamente declarada en la ley (nulidad virtual), o cuando la
nulidad está expresamente declarada en la ley (nulidad textual), sin embargo de ello, la nulidad es
de dos clases la nulidad relativa y la nulidad absoluta, siendo ésta última la que interesa ya que en
la legislación boliviana a través del art. 554 inciso 1) del código civil boliviano contempla la falta
de consentimiento para su formación como caso de anulabilidad del contrato; más en el art. 549 del
mismo cuerpo legal no se encuentra contemplado como caso de nulidad del contrato la falta de
consentimiento.
Por lo que se establece que la nulidad es la sanción prevista por ley, ante la ausencia de los
requisitos esenciales para la validez de un contrato, ocasionando la inexistencia de la relación
jurídica que se pretendía nazca a la vida del derecho, invalidez que debe ser declarada por la
autoridad judicial competente, retrotrayendo las cosas al estado en que se encontraban antes de la
constitución de dicha relación jurídica.
La nulidad es absoluta cuando se halla establecida en resguardo de la ley, del orden público y de las
buenas costumbres, es decir cuando está establecida en resguardo de un interés social (21: Romero,
1965) Pg. 289
La nulidad absoluta ocasiona la ineficacia total del acto jurídico, es decir como si éste no
hubiere existido nunca, consecuentemente no produce ningún efecto, siendo aplicable a los actos
bilaterales (plurilaterales) como también unilaterales, y surge como consecuencia de la ausencia de
algún requisito esencial de validez, por lo que situándose entre ellos el consentimiento que es la
manifestación de voluntad, que no sólo es un elemento de validez sino también de formación, la
ausencia de dicho requisito da lugar a la nulidad de contrato.
Respecto a la legitimación para interponer la acción de nulidad ésta no solo es de la parte cuya
declaración de voluntad presente uno de los defectos indicados, sino también la contraparte y al
tercero extraño al contrato con tal que esté interesado (ejemplo: acreedor)
Tiene efectos erga omnes, esto es, respecto de los terceros extraños al contrato sin embargo se
ven afectados por los efectos del contrato.
Respecto a los efectos entre terceros, se explica del siguiente modo: una persona vende a
otra un inmueble y el comprador lo vende a su vez a un tercero, luego aparece un vicio del primer
acto; la nulidad de éste entraña la nulidad de la segunda transacción; (2: Borda, 1998) Pg.550; por
ello se dice que la nulidad es perpetua porque la acción para hacerla declara es imprescriptible, ya
sea por un tercero inclusive o por los directamente afectados, pero los tercero deben tener un interés
legítimo
Teniendo presente que entre los elementos de validez y formación de los contratos se
encuentra el consentimiento, la capacidad, el objeto cierto y una causa lícita de la obligación, por lo
que no se ve la razón de que al exigir el consentimiento y la capacidad se refiera solamente al
deudor; es evidente que el acreedor debe dar también su consentimiento y que se exige por su parte
cierta capacidad, (8: Josserand, S.A.) Pg.39.
Por lo expuesto cabe señalar que la nulidad por ausencia de consentimiento debe ser
contemplada en la legislación civil sustantiva actual por cuanto se ha establecido dicho vacío
obedece más bien a un error u omisión del legislador de ése entonces en no contemplar como causa
de nulidad y no sólo de anulabilidad.
3.14.2 Nulidad relativa
Para establecer las diferencias señaladas, es necesario referirse a la nulidad relativa o anulabilidad;
Messineo al efecto expresa que la anulabilidad del contrato respecto de su nulidad, es un grado
menos grave de invalidez. Se llama también impugnabilidad o anulación que es el remedio
concedido a quien tenga interés en hacer valer la anulabilidad de un contrato, (13: Messineo, 1986),
Pg.277-2778. La anulabilidad es por ello confirmable, siendo el acto por el cual se sanean o purgan
los vicios de otro acto anterior que estaba sujeto a una acción de nulidad, (2: Borda, 1998), Pgs.
553; la confirmación es retroactiva al momento de la contratación, y ésta facultad o remedio
jurídico está conferida al incapaz cuando cesa su incapacidad; pero la pretensión accionable para su
declaratoria de invalido atañe a quien hubiese sufrido el error, dolo o violencia más no a la que ha
dado causa a la invalidez del contrato.
Asimismo Raúl Romero Linares, sobre la anulabilidad señala que se concede sólo a favor de
determinadas personas, ya por que no son capaces de contratar o ya porque su consentimiento se
halla viciado. Por tanto hay nulidad relativa cuando el acto ha sido concluido por un incapaz y
cuando el consentimiento está viciado por error, violencia o dolo, (21: Romero, 1965) Pg. 289-290,
en la anulabilidad existen los elementos de constitución del contrato pero anómalos
De lo expuesto se infiere que la anulabilidad es una sanción prevista por ley, que impone la
autoridad judicial competente a los contratos que contiene un grado de invalidez menor que la
nulidad con la finalidad de eliminar el vicio contenido, en tanto no se impugne la anulabilidad por la
persona que se vea afectada, el contrato surte efectos.
Sin embargo la nulidad relativa a diferencia de la nulidad prescribe como acción a los cinco
años, puede ser subsanada mediante la confirmación por parte del sujeto afectado, es decir que
puede dar por bien hecho el contrato efectuado quedando así eliminado el vicio, esa facultad se
otorga a favor de personas expresamente señaladas por ley de ahí que sólo ellas pueden interponer
acción de anulabilidad.
En la legislación boliviana entre los casos en los que procede la anulabilidad contempla la
falta de consentimiento para su formación, según sale del (art. 554 inc. 1) código civil), sobre este
aspecto se hace necesario señalar que el consentimiento al ser un requisito no solo de formación del
contrato, sino también de validez, debe ser considerado también como una causa de nulidad.
4 Diagnostico
Por los antecedentes citados en el capitulo que antecede, se infiere que la legislación boliviana en
materia civil desde sus inicios no contempla la falta de consentimiento como causal de nulidad, no
obstante que dicho elemento es sine quanon para la formación de una relación contractual, es decir
que el código civil Santa Cruz no preveía que la falta de consentimiento sea causal de nulidad
limitándose a disponer que “No hay consentimiento, si fuese dado por error, o si se obtuvo por
violencia o dolo” art. 700, en tanto que el código civil en vigencia en el art. 549 que dispone los
casos de nulidad del contrato sólo contempla los siguientes casos:
Por falta en el contrato el objeto o la forma prevista por la ley como requisito de validez.
Por faltar en el objeto del contrato los requisitos señalados por ley.
Por ilicitud de la causa y por ilicitud del motivo que impulsó a las partes a celebrar el contrato.
La legislación comparada al ser el medio por el cual se analiza las semejanzas y diferencias entre
los ordenamientos jurídicos de dos o más países, por lo que analizadas las normas sustantivas
civiles de países latino americanos como Perú, Ecuador, Colombia, Uruguay y países como España
y Costas Rica, éstos dos últimos con situaciones económicas, políticas y sociales totalmente
diferentes a la realidad boliviana, sin embargo se tiene presente que el consentimiento en América
como en Europa tiene un mismo significado por lo que también se advierte en sus normativas
sustantivas civiles que el consentimiento tiene un mismo valor, al ser considerado como una
requisitos de validez e indispensable para la constitución de los contratos en materia civil, aspecto
por el cual la ausencia de dicho requisito vicia la relación jurídica, ocasiona la inexistencia del
contrato.
Legislación Ley
Civil Artículos Nulidad Anulabilidad
País Consultados
1258, 1259 1261, 1262 1265 y 1300
España Sí Si Si
1252, 1213 y 1214
Puerto Rico Si Si Si
1488, 1494 1496, 1497, 1498, 1499 1500 y
1501 Si
Ecuador Si
1470, 1471 1472
Colombia Si Si Si
141, 219, 220 1373
Perú Sí Si
1261, 1261 1263, 1264 1267, 1268 1269,
Si 1270 y 1294 Si
Uruguay
4.2.1 Legislación de España
En el caso de la legislación sustantiva civil española prevé que no hay contrato sino cuando
concurren ciertos requisitos, entre ellos el consentimiento, el objeto y la causa, por lo que el
consentimiento viene a ser el elemento indispensable del contrato y es regulado de la siguiente
forma:
Artículo 1258 Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento y desde entonces obligan,
no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que,
según su naturaleza, sea conformes a la buena fe, al uso y a la ley.
La norma que precede ratifica el contenido de la normativa del art. 1262 del código español por
cuando el contrato se perfecciona con el consentimiento, es decir que el consentimiento se
constituye en un requisito indispensable, para la formación del contrato.
Artículo 1259 Ninguno puede contratar a nombre de otro sin estar por éste autorizado o sin que
tenga por la ley su representación legal.
Esta norma también guarda relación con el consentimiento, por lo que se puede entender que
ninguna otra persona que no tenga representación ni autorización puede otorgar el consentimiento a
nombre de otra bajo pena de nulidad.
Artículo 1261 No hay contrato sino cuando concurren los requisitos siguientes:
La normativa que contiene el artículo que precede regula la existencia del consentimiento
concibiéndolo desde que el oferente conoce la aceptación; sin embargo no se debe perder de vista
que para la existencia del contrato debe necesariamente existir el consentimiento, como prevé la
norma que a continuación se cita.
Artículo 1265 Será nulo el consentimiento prestado por error, violencia, intimidación o dolo.
Se ha considerado el código civil del país centroamericano como es Puerto Rico en razón de que las
normas contenidas en dicho cuerpo legal tienen algunas similitudes con el contenido al código civil
boliviano, aunque la realidad económica, política y social es diferente a la de Bolivia, aspecto por
el cual se ha querido hacer una comparación en el campo jurídico.
Artículo 1252 (Nulidad de los Contratos) Los contratos en que no concurran los requisitos que
expresa el artículo 1213, pueden ser anulados aunque no haya lesión para los contratantes, siempre
que adolezcan de alguno de los vicios que los invalida con arreglo a la ley.
La norma citada prevé que ante la inconcurrencia de los requisitos entre los que se encuentra
el consentimiento podrán ser anulados, por lo que al ser un requisito de formación y existencia del
contrato, la ausencia del consentimiento no solo es una causal de anulabilidad sino también de
nulidad.
Artículo 1213 (Requisitos para la validez de los contratos) no hay contrato sino cuando concurren
los requisitos siguientes:
Artículo 1488 Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es
necesario:
La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por si misma y sin el
ministerio o la autorización de otra.
Artículo 1494 Los vicios de que puede adolecer el consentimiento son: error, fuerza y dolo.
Las causas de nulidad general de los contratos contempladas en el código civil son: el vicio de la
voluntad, el objeto ilícito, causa ilícita, falta de formalidad, falta de capacidad y en lo concerniente a
los vicios de la voluntad el error la fuerza y el dolo, consecuentemente se puede establecer que el
error vicia el consentimiento.
La fuerza vicia el consentimiento cuando es capaz de producir una impresión fuerte en una
persona de sano juicio. El dolo vicia el consentimiento siempre y cuando haya sido obra de una de
las partes y además, aparezca claramente que sin el no se hubiera contratado.
Esta norma guarda relación con el art. 1488 del código civil del Ecuador, por cuanto prevé
que el consentimiento viciado ocasiona la nulidad del contrato.
Artículo 1496 El error de hecho vicia el consentimiento cuando recae sobre la especie de acto o
contrato que se ejecuta o celebra, como si una de las partes entendiese empréstito, y la otra
donación; o sobre la identidad de la cosa específica de que se trata, como si, en el contrato de venta,
el vendedor entiéndese vender cierta cosa determinada, y el comprador entiéndese comprar otra.
La norma citada prevé que el consentimiento otorgado por error vicia el consentimiento,
cuando una de las partes entiende empréstito y la otra donación, de igual forma considera que hay
error cuando una de las partes entiende como venta determinada cosa y quien compra entiende
comprar otra cosa.
Artículo 1497 El error de hecho vicia asimismo el consentimiento cuando la sustancia o calidad
esencial del objeto sobre el que versa el acto o contrato es diversa de lo que se cree; como si por
alguna de las partes se supone que el objeto es una barra de plata y realmente es una masa de algún
otro metal semejante.
El error acerca de otra cualquiera calidad de la cosa no vicia el consentimiento de los que
contratan, sino cuando esa calidad es el principal motivo de una de ellas para contratar, y este
motivo ha sido conocido de la otra parte.
El señalado artículo al margen de prever que el error de hecho vicia el consentimiento sin
embargo hace una aclaración importante respecto a la sustancia o calidad, casos en los que ocurre el
vicio, pero esa calidad tiene que ser el principal motivo para contratar.
Artículo 1498 El error acerca de la persona con quien se tiene intención de contratar no vicia el
consentimiento, salvo que la consideración de esta persona sea la causa principal del contrato.
Pero, en este caso, la persona con quien erradamente se ha contratado, tendrá derecho a ser
indemnizada de los perjuicios que, de buena fe, haya padecido por la nulidad del contrato.
Del contenido de la norma que precede se establece que en el caso de que una persona ajena
con la que se tenga que contratar hubiere expresado su consentimiento éste no es causa de nulidad
por cuanto dicha relación jurídica no surte efecto alguno.
Artículo 1499 La fuerza no vicia el consentimiento, sino cuando es capaz de producir una
impresión fuerte en una persona de sano juicio, tomando en cuenta su edad, sexo y condición. Se
mira como fuerza de este género todo acto que infunde a una persona justo temor de verse
expuestos a ella, su consorte o alguno de sus ascendientes o descendientes, a un mal irreparable y
grave.
La norma referida prevé que la fuerza vicia el consentimiento sólo cuando es capaz de
producir una impresión fuerte en una persona de sano juicio, para ello se toma en cuenta aspecto
como la edad, sexo y condición y que ocasiona un mal irreparable y grave.
Artículo 1500 Para que la fuerza vicie el consentimiento no es necesario que la ejerza el que es
beneficiado por ella; basta que se haya empleado la fuerza por cualquiera persona, con el fin de
obtener el consentimiento.
La norma nos dice que para que el consentimiento viciado por la fuerza no siempre debe ser
aplicado la fuerza por el beneficiario sino que también cualquier otra persona la ejerza con la
finalidad de obtener el consentimiento.
Artículo 1501 El dolo no vicia el consentimiento sino cuando es obra de una de las partes, y
cuando, además, aparece claramente y sin el no hubieran contratado.
En los demás casos el dolo da lugar solamente a la acción de perjuicios contra la persona o
personas que lo han fraguado o que se han aprovechado de el; contra las primeras por el valor total
de los perjuicios, y contra las segundas, hasta el valor del provecho que han reportado del dolo.
La Legislación de Colombia al igual que las citadas prevé que la falta de los requisitos del contrato
conlleva la nulidad del mismo, a cuyo efecto se citan los siguientes artículos correspondientes al
código civil colombiano.
Artículo 1740 Concepto y Clases de Nulidad Es nulo todo acto o contrato al que falta alguno de
los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato según su especie y la
calidad o estado de las partes. La nulidad puede ser absoluta o relativa.
La norma sustantiva civil transcrita en forma clara determina que ante la falta de uno de los
requisitos de validez del contrato éste será nulo, por lo que teniendo presente que el consentimiento
es un requisito de formación de los contratos civiles, la ausencia de dicho elemento determina la
nulidad del contrato.
Artículo 1741 Nulidad Absoluta y Relativa. La nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la
nulidad producida por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el
valor de ciertos actos o contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado
de las personas que los ejecutan o acuerdan, son nulidades absolutas.
Existe nulidad absoluta en los actos y contratos celebrados por personas absolutamente
incapaces, quienes no otorgaron su consentimiento por esa incapacidad, cualquiera otra especie de
vicio produce nulidad relativa, da derecho a la rescisión del acto o contrato.
La normativa que contiene el artículo citado confirma sobre la nulidad absoluta del contrato
civil cuando en su formación no concurre uno de los requisitos o formalidad de validez, en el caso
de que sea el consentimiento el elemento carente en una relación jurídica ello determinará la
nulidad del contrato de ciertos actos consideración a la naturaleza de ellos y en consideración a los
actos y contratos de personas absolutamente incapaces, pero también dispone que otras especies de
vicios produce la nulidad relativa, por lo que teniendo presente que la nulidad relativa o
anulabilidad es una sanción para el acto que carece de un elemento esencial y lesiona intereses
privados, consecuentemente se infiere que la legislación de Colombia contempla también como
causa de anulabilidad.
Artículo 1742 Obligación de declarar la nulidad absoluta.- Artículo subrogado por el artículo 2o. de
la Ley 50 de 1936. El nuevo texto es el siguiente: La nulidad absoluta puede y debe ser declarada
por el juez, aún sin petición de parte, cuando aparezca de manifiesto en el acto o contrato; puede
alegarse por todo el que tenga interés en ello; puede así mismo pedirse su declaración por el
Ministerio Público en el interés de la moral o de la ley. Cuando no es generada por objeto o causa
ilícitos, puede sanearse por la ratificación de las partes y en todo caso por prescripción
extraordinaria.
De las normas civiles (26: en Colombia, 2009) de la legislación de Colombia, se estable que
el consentimiento en la constitución de los contratos no solo es un requisito de validez sino también
de formación de los contratos, por lo que la ausencia de ese requisito implica la nulidad del
contrato.
El código civil peruano (5: Figueroa, 2005) al igual que el boliviano considera la falta de
manifestación de voluntad (consentimiento) como causa de nulidad, tal como se desprende de la
normativa sustantiva civil que a continuación se citan:
Articulo 141 Manifestación de voluntad.- La manifestación de voluntad puede ser expresa o tacita.
Es expresa cuando se realiza en forma oral o escrita, a través de cualquier medio directo, manual,
mecánico, electrónico u otro análogo. Es tacita cuando la voluntad se infiere indubitablemente de
una actitud o de circunstancias de comportamiento que revelan su existencia.
No se puede considerar que existe manifestación tacita cuando la ley exige declaración
expresa o cuando el agente formula reserva o declaración en contrario.
Cuando se haya practicado por persona absolutamente incapaz, salvo lo dispuesto en el artículo
1358.
En el caso del artículo V del Titulo Preliminar, salvo que la ley establezca sanción diversa.
La previsión del artículo citado en forma clara dispone como causa de nulidad la falta de
manifestación de voluntad del contratante, es decir que ante la ausencia de consentimiento da como
resultado la nulidad de la relación jurídica que se forma con el contrato, estableciéndose que dicho
elemento se constituye en un requisito de formación de los mismos.
La nulidad a que se refiere el artículo 219 puede ser alegada por quienes tengan interés o por el
Ministerio Publico.
Del contenido del citado artículo se establece que la nulidad es inconfirmable, diferencia
que marca similitud con la legislación boliviana; sin embargo a diferencia del código civil
boliviano, la norma que precede dispone que la nulidad puede ser declarada de oficio.
De las normas sustantivas civiles peruanas señaladas (5: Figueroa, 2005) que colige que la
falta de consentimiento es también considerada como una causa de nulidad, sin embargo cabe
aclarar que en dicha legislación el consentimiento, está previsto como manifestación de voluntad,
tal como se desprende del Articulo 141 del código civil peruano, que en forma expresa dice:
(Manifestación de voluntad): “La manifestación de voluntad puede ser expresa o tacita. Es expresa
cuando se realiza en forma oral o escrita, a través de cualquier medio directo, manual, mecánico,
electrónico u otro análogo. Es tacita cuando la voluntad se infiere indubitablemente de una actitud o
de circunstancias de comportamiento que revelan su existencia”; aspecto que corresponde se tenga
presente que de acuerdo a la doctrina consultada por la autora y que se encuentra contemplado en el
presente trabajo se establece que el consentimiento es también considerado como la manifestación
de voluntad.
Consentimiento de partes.
Que sea lícita la causa inmediata de la obligación. Esto se entenderá sin perjuicio de la
solemnidad requerida por la ley en ciertos contratos.
Del artículo citado se advierte que el consentimiento es un requisito de validez del contrato,
lo que puede ser interpretado además como un elemento de constitución del contrato, sin el cual no
existe esa relación jurídica a la que tiende el contrato.
Artículo 1262 No habrá consentimiento obligatorio sin que la propuesta de una parte haya sido
aceptada por la otra.
La propuesta consiste en la manifestación que hace una de las partes de querer constituirse
en alguna obligación para con la otra.
La norma citada en forma clara dispone que la manifestación de voluntad entendida como el
consentimiento merezca la aceptación de la otra a efectos de la constitución de alguna obligación
entre partes.
Artículo 1263 La propuesta verbal debe ser inmediatamente aceptada. No mediando aceptación
inmediata, la propuesta verbal se mirará como no hecha, a menos que el que la hizo quiera
sostenerla.
Esta norma prevé que en los casos en los que se requiera del otorgamiento del
consentimiento ante una propuesta verbal, esa manifestación debe ser aceptada en forma inmediata,
caso contrario se interpretará como no efectuada la propuesta, a no ser que el oferente la sostenga.
Artículo 1264 Si el contrato fuese solemne (articulo 1252) sólo se considerará perfecto después de
llenadas las formas especialmente requeridas por la ley
Mientras esas formas no hayan sido llenadas, cualquiera de las partes puede arrepentirse y dejar sin
efecto el contrato.
Artículo 1267 Se mirará la propuesta como no aceptada, si la otra parte la modificare en cualquier
sentido, aunque la modificación consista en aumento o disminución de cantidad o precio.
La modificación de la propuesta primitiva importa una nueva propuesta que viene a ser
obligatoria, desde que el individuo que la hizo recibe la contestación del primer proponente en que
le avisa que se conforma con la modificación.
En el caso de la norma citada se establece que de haberse otorgado el consentimiento para la
constitución de una relación jurídica, sin embargo si una de las partes modifica el sentido del
contrato aún que sea en aumento o disminución de cantidad o precio se tendrá por no aceptada la
propuesta, consiguientemente no habrá contrato.
Artículo 1268 Será de ningún efecto la propuesta, si una de las partes falleciere o perdiere su
capacidad para contratar: el proponente antes de haber sabido la aceptación y la otra parte antes de
haber aceptado.
Del contenido del artículo citado se establece que en el caso en que una de las partes pierda
la capacidad de contratar, es decir la aptitud legal para celebrar contratos o falleciere se tendrá por
no efectuada la propuesta, es decir la inexistencia del contrato.
Artículo 1269 El consentimiento no es válido cuando ha sido dado por error, arrancado por
violencia o sorprendido por dolo.
La normativa del artículo guarda relación con los vicios del consentimiento, disponiendo
que en caso de que el consentimiento hubiere sido dado por error, o arrancado por violencia o
sorprendido por dolo, ese elemento indispensable para la constitución de un contrato no es válido.
Artículo 1270 La ignorancia de la ley o el error de derecho en ningún caso impedirán los efectos
legales del contrato.
El error material de aritmética sólo da lugar a su reparación.
El artículo citado refiere que ante el error de derecho es decir atribuible a la ley, no impedirá
los efectos del contrato, vale decir que no se podrá argumentar como una causa de nulidad, en el
caso que se pretendiere invalidar una relación jurídica.
De las normas transcritas (27: parlamento,2009) se establece que el código civil uruguayo
tipifica al consentimiento como un requisito de validez de los contratos, pero además le otorga la
calidad de requisito esencial, es decir que ante la ausencia de dicho elemento no hay contrato,
motivo por el cual a través del art. 1294 del Código Civil uruguayo, la parte o partes afectadas
pueden por mutuo consentimiento extinguir las obligaciones creadas por los contratos, tal como se
desprende la norma que a continuación se cita.
Artículo 1294 Las partes pueden, por mutuo consentimiento, extinguir las obligaciones creadas por
los contratos y retirar los derechos reales que se hubiesen transferido; y pueden también por mutuo
consentimiento, revocar los contratos por las causas que la ley autoriza.
De la norma señalada se advierte que la ley faculta a las partes extinguir y revocar los
contratos en los casos que la ley les autoriza, siempre y cuando exista un consentimiento mutuo es
decir que el consentimiento también tiene un papel fundamental no solo para la constitución de los
contratos sino también para revocarlos y extinguirlos cuando vean conveniente a sus intereses y la
ley así les autorice.
De la legislación de los países señalados y desglosadas las normas sustantivas citadas se puede
establecer que en forma coincidente prevé lo siguiente, respecto al consentimiento para la
constitución de los contratos civiles:
Que, el consentimiento es considerado como un requisito de formación, de validez y existencia
de los contratos.
Que, el consentimiento puede ser expreso o tácito, más éste debe ser necesariamente otorgado
para la validez y existencia de un contrato.
Que, en el caso de que el consentimiento hubiere sido otorgado con uno de los vicios del
consentimiento, error, violencia, dolo es considerado como causal no solo de anulabilidad sino
también de nulidad.
Por otra parte se ha realizado encuestas a Magistrados (Vocales de Distrito del Área Civil), Jueces
(de Partido en Materia Civil) y Abogados (de la Profesión Libre) del Distrito de la ciudad de La
Paz, que se acompañan en anexos y como consecuencia de éste trabajo de campo se tiene los
siguientes resultados:
Figura 4. ¿Considera Ud. Que la falta de consentimiento en la constitución de los contratos civiles, no solo debe ser
considerada como una causal de anulabilidad sino también de nulidad?
Los encuestados, unánimemente han respondido que la falta de consentimiento debe ser
considerada como una causal de nulidad, por cuanto el consentimiento es un elemento esencial de
la formación de los contratos y la ausencia del mismo en los contratos ocasiona la nulidad de los
contratos, de los cuales 1l 88% responden afirmativamente que SI, y sólo el 12 % manifiestan que
NO, tal como se puede advertir en la gráfica (1).
Figura 5. De un porcentaje aproximado de los últimos cinco años, del 1 al 10% sobre el número de procesos sobre
nulidad de contratos por falta de consentimiento, sometidos a su conocimiento.
El 55% de los encuestados, respondieron que NO, el 27% responden afirmativamente lo que
equivale, el 9% no responden, el 6% responden que no recuerdan; finalmente el 3% responde que
continúa el proceso en trámite, así como se tiene ilustrado en la gráfica (3).
Figura 7. ¿Considera usted necesaria una complementación del art. 549 del código civil con la introducción de un
nuevo inciso que complemente la falta de consentimiento como causal de nulidad?
De las encuestas efectuadas se establece que la mayoría de los encuestados considerar que la
falta de consentimiento debe ser considerada como una causal de nulidad y no solo de anulabilidad,
de igual forma de manera coincidente sostienen que al ser un requisito de formación y validez de
los contratos, la carencia del mismo ocasiona la inexistencia de dicha relación jurídica, lo que se
traduce en la invalidez del contrato; asimismo se establece que consideran beneficiosa la
complementación del art. 549 del código civil contemplando la falta de consentimiento como causal
de nulidad.
5 Propuesta
La normativa civil Boliviana, cuyo antecedente se encuentra en el denominado código civil Santa
Cruz, que en su art. 700 disponía que: “No hay consentimiento, si fuese dado por error, o si se
obtuvo por violencia o dolo, de lo que se infiere que no señala que la falta de consentimiento sea
causa de nulidad al igual que el actual código sustantivo que en su art. 549 prevé que el contrato
será nulo por las siguientes razones”:
Por falta en el contrato el objeto o la forma prevista por la ley como requisito de validez.
Por faltar en el objeto del contrato los requisitos señalados por ley.
Por ilicitud de la causa y por ilicitud del motivo que impulsó a las partes a celebrar el contrato.
Por los aspectos contenidos en los capítulos que anteceden se establece que el
consentimiento al ser la manifestación de voluntad de los contratantes que se otorga con la finalidad
de crear, modificar o extinguir una relación jurídica, se constituye como un elemento esencial en el
ámbito contractual, (12: Mazeaud, S.A.) pg. 127 por lo que necesariamente debe existir sea cual
fuere el objeto de contrato, (19: Planiol, S.A.) Pg. 10, conforme la previsión del art. 452 del código
civil boliviano, en consecuencia es la causa principal, tal vez la de mayor importancia para
pretender la declaratoria judicial de nulidad de un contrato, empero al no encontrarse en la
legislación civil boliviana como causa de nulidad, sino más bien de anulabilidad, se llega al
convencimiento de la necesidad de llenar ese vacío jurídico identificado en el art. 549 del código
civil boliviano, que prevé los casos de nulidad en los contratos, por lo que la propuesta que se
efectúa es la complementación de un nuevo inciso al art. 549 del Cód. Civ., considerando no solo la
doctrina aplicable en la materia, sino también la legislación de países como Ecuador, Perú,
Colombia, Uruguay, España, Puerto Rico, cuyas normativas guardan similitudes con la legislación
Civil Boliviana, sobre todo en materia de nulidad y elementos de constitución, validez y existencia
de contratos y causas de nulidad de los mismos.
Asimismo de la evaluación a las encuestas efectuadas a los señores Vocales de la Corte
Superior de Justicia, Jueces de Partido en lo Civil y Abogados de la Profesión Libre, que resultan un
parámetro valioso y trascendente, por cuanto se constituyen en los sujetos que operan sobre la base
de las normas civiles existentes, mismos que se encuentran en constante relación con el tema objeto
del presente trabajo, en ese sentido, queda corroborada la existencia de un vacío jurídico que ha
dado origen al presente trabajo de investigación, y que da cuenta de la necesidad imperiosa de
cubrir ese vació existente en la legislación civil vigente, que advertido por la autora a través de su
experiencia en el área civil desempeñada dentro del Distrito Judicial de la ciudad de La Paz, ha
impulsado llevar adelante la investigación, y se llega a la conclusión, que al ser la falta de
consentimiento una causa que tiene un buen porcentaje de incidencia en la nulidad de los contratos,
dando lugar a que las personas afectadas que acuden ante el órgano jurisdiccional en busca de la
tutela jurídica, pretendiendo la protección de un derecho transgredido emergente de un contrato en
la que no han otorgado jamás su consentimiento; se encuentre limitado su accionar, debido a la
ausencia de la normativa que se extraña, por cuanto la falta de consentimiento en el código civil
boliviano no está contemplada como una causa de nulidad, sino únicamente como causa de
anulabilidad, conforme el art. 554 del mismo cuerpo legal, por consiguiente los derechos lesionados
de esas personas se ven seriamente afectados, más aún en el caso de que se pretenda la anulabilidad
del documento, si han transcurrido más de cinco años, esa persona no podrá pretender la
anulabilidad del documento, más cuando esa acción prescribe en el tiempo de cinco años, conforme
la previsión el art. 556-I del código civil, lo que se traduce en una limitación ocasionando serios
daños al no poder demandar por una parte la anulabilidad en el caso de que haya operado la
prescripción y lo que es peor no pueda demandar la nulidad por no estar contemplada como una
causa de nulidad, cerrando las puertas de acceso a la justicia por esa vía, limitando el derecho de
accionar, situación ante la cual lo que se pretende es llenar ese vacío en la norma, para ello se
efectúa la siguiente propuesta:
La normativa que contempla el Art. 549 (casos de nulidad del contrato) del código civil
boliviano en vigencia:
1) Por falta en el contrato el objeto o la forma prevista por 1) Por falta en el contrato el objeto o la forma prevista por
la ley como requisito de validez. la ley como requisito de validez.
2) Por faltar en el objeto del contrato los requisitos 2) Por faltar en el objeto del contrato los requisitos
señalados por ley. señalados por ley.
3) Por ilicitud de la causa y por ilicitud del motivo que 3) Por ilicitud de la causa y por ilicitud del motivo que
impulsó a las partes a celebrar el contrato. impulsó a las partes a celebrar el contrato.
4) Por error esencial sobre la naturaleza o sobre el objeto 4) Por error esencial sobre la naturaleza o sobre el objeto
de contrato. de contrato.
5) En los demás casos determinados por la ley. 5) En los demás casos determinados por la ley.
6) Por faltar en el contrato el consentimiento de uno de los
contratantes
La propuesta efectuada será un valioso aporte a la legislación civil vigente por el vacío que
se presenta, más aún si se tiene presente que dentro de la nulidades una cosa es la falta de
consentimiento y otra diferente son los vicios del consentimiento, como el error, el dolo y la
violencia, por lo que conviene tomar el ejemplo de los países sobre los cuales se ha consultado su
legislación civil y que contemplan al consentimiento no solo como un requisito para la formación
de un contrato, sino que también consideran como un elemento de validez y existencia y la falta de
dicho elemento ocasiona la inexistencia del contrato conllevando a la nulidad del mismo.
Por lo señalado y considerando que el consentimiento es la manifestación de voluntad, con
el ánimo de crear obligaciones (9:Josserand, S.A.), Pg. 39; la que se llama también voluntad común
o contractual de las partes ya sea para la constitución, modificación o extinción de una relación
jurídica, que no es otra cosa que el contrato, por lo que se constituye en un elemento esencial, hasta
se podría decir vital para la formación de los contratos, consecuentemente el consentimiento debe
ser otorgado con libertad y desprovisto de cualquier vicio, error, violencia o dolo, y si se establece
que el consentimiento se encuentra viciado, el contrato adolece de nulidad, por ello es necesario
tener presente que para que el contrato sea válido, el consentimiento debe ser dado con
discernimiento, intención y libertad, por cuanto implica la manifestación de voluntad de las partes
intervinientes en una determinada relación jurídica, sobre todo si se tienen presente que el contrato
tiene la calidad de ley entre partes.
Por ello se ha establecido que la mayoría de los tratadistas que han sido citados en el
presente trabajo coincidente que para que haya contrato se requiere que el consentimiento haya sido
manifestado de manera libre y sobre todo que sea exteriorizada, toda vez que hay contrato cuando
varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración de voluntad común destinada a reglar
sus derechos (25: Zago,1981) pg. 26, aspecto por el que el consentimiento, puede ser expreso
cuando se manifiesta verbalmente o por escrito o por signos inequívocos y tácito cuando el
resultado de hechos o de actos que lo hacen presumir, (21: Romero, 1965) pg. 243, por lo que debe
ser expreso, cuando la ley exige una manifestación expresa; cuando las partes han estipulado que
sus convenciones no serán válidas sino cumplen con ciertas formalidades; por ello el
consentimiento debe ser expresado con discernimiento, esto es previo un proceso volitivo
“inteligente”, expresión que debe efectuar una persona con capacidad suficiente para razonar; con
intención, que es el propósito de realizar el contrato, presupuestos que no pueden ser excluidos,
caso contrario la relación jurídica conlleva una sanción de orden jurídico que da lugar a la nulidad;
por ello se dice que el acto jurídico es válido o perfecto, cuando reúne las condiciones de existencia
y de validez, el acto nace sano a la vida del derecho y surte todos sus efectos, mientras que si le
falta una de las condiciones de existencia, uno de los elementos constitutivos, el acto es inexistente;
es decir que no nace a la vida del derecho, dando lugar a la nulidad del acto, en ese contexto cabe
señalar que el contrato nulo carece de todo efecto jurídico, por ende no puede ser objeto de
ratificación, ni convalidación como acontece con la anulabilidad, menos se puede admitir que la
persona afectada por esa nulidad no tenga la posibilidad de demandar la nulidad del mismo toda vez
que ésta es imprescriptible, por ser una sanción impuesta cuando en la conclusión de un acto
jurídico, unilateral o bilateral (plurilateral), no se ha cumplido con alguna de las condiciones de
validez: capacidad, consentimiento no viciado, objeto cierto o causa lícita, cuando esto ocurre se
declara judicialmente la nulidad del acto jurídico, nulidad que surte sus efectos retroactivamente;
pro ello se considera que el acto jurídico nunca ha existido, por lo que las cosas después de
declarado nulo el contrato vuelven al estado anterior en el que se encontraban.
Por lo que se establece que la nulidad es la sanción prevista por ley, ante la ausencia de los
requisitos esenciales para la validez de un contrato, ocasionando la inexistencia de la relación
jurídica que se pretendía nazca a la vida del derecho, invalidez que debe ser declarada por la
autoridad judicial competente, retrotrayendo las cosas al estado en que se encontraban antes de la
constitución de dicha relación jurídica.
6. Conclusiones
Que la normativa civil desde sus inicios (código civil Santa Cruz) no contempla a la falta de
consentimiento como una causa de nulidad de los contratos civiles, aspecto que se contrapone a la
doctrina y la normativa de los países cuyas legislaciones civiles han sido consultadas a los efectos
del presente trabajo, por lo que se concluye que el consentimiento se constituye en un elemento
indispensable en las relaciones contractuales civiles, por ser la expresión de voluntad que las partes
manifiestan en forma libre bajo los límites impuestos por la ley, ya sea en forma expresa o tácita,
pero con la eficacia que el acto constituido amerita, más si se tiene presente que por su expresión se
crea, modificar o extinguir una relación jurídica, que no es más que el contrato, mismo que tiene
fuerza de ley entre partes contratantes y éste no puede ser disuelto sino por consentimiento mutuo o
por las causas autorizadas por la ley, aspecto éste último que acota al fundamento para que la
normativa civil contemple la falta de consentimiento como una causa de nulidad, por lo cual
también se establece que es un requisito no sólo de formación y validez, sino también de existencia
de los contratos; en consecuencia su ausencia no es únicamente causa de anulabilidad sino también
nulidad de los contratos civiles, que según se ha advertido en el presente trabajo tiene lugar ante la
ausencia de los requisitos necesarios para la validez de un contrato, lo que conlleva la sanción de la
relación jurídica, por ello se dice que el acto jurídico es válido o perfecto, cuando reúne las
condiciones de existencia y de validez, el acto nace sano a la vida del derecho y surte todos sus
efectos. Cuando le falta una de las condiciones de existencia, uno de los elementos constitutivos, el
acto es inexistente, no ha nacido a la vida del derecho es la nada, si le falta una condición de
validez, el acto es nulo.
Por lo expuesto, queda claro que ante la ineficacia total del contrato, éste no puede ser objeto
de ratificación, ni confirmación, menos se puede admitir que la persona afectada por esa nulidad no
tenga la oportunidad de demandar la invalidez total del contrato, toda vez que la nulidad es
imprescriptible y el contrato que conlleva una sanción de nulidad no está sujeto a confirmación.
La legislación civil boliviana desde su origen, hasta la vigencia del actual código civil
presenta ese vacío identificado, sin que se lo haya superado de manera que exista no solo
concordancia jurídica en su misma normativa relativa a los contratos, sino también una
correspondencia con la doctrina y legislación comparada en materia civil como la consultada a los
efectos del trabajo, como el caso de Perú, Chile, Colombia Uruguay, España y Puerto Rico que
contemplan en su normativa la falta de consentimiento como una causa de nulidad; por otra parte;
más aún si se tiene presente que las normas también deben ser objeto de cambios acordes a la
realidades económicas, políticas y sociales de una sociedad, y si bien en los últimos tiempos en la
legislación boliviana en materia civil se han dado algunos cambios, empero los mismos se ubican
dentro de la normativa adjetiva y no sustantiva como el caso de la Ley Nº 1760 y ley Nº 2297.
Dentro del código civil, no obstante que el (art. 452 inc. 1) código civil) contempla como
uno de los requisitos para la formación del contrato al consentimiento, empero el (art. 554 inc. 1)
código civil) prevé que la falta de consentimiento es causa de anulabilidad, sin considerar que dicho
elemento es la expresión de voluntad común de las partes, cuyo encuentro implica la constitución,
modificación o extinción de una determinada relación jurídica (contrato), por consiguiente la
ausencia de dicho elemento indispensable ocasiona la nulidad de contrato.
Por lo señalado queda establecido que la voluntad traducida en el consentimiento,
compuesta por dos elementos constitutivos; un hecho externo que es la manifestación o declaración
que se hace efectiva mediante la palabra escrita o hablada, o mediante signos como (mover la
cabeza afirmativamente o negativamente, levantar la mano); y un hecho interno, que es la facultad
de querer algo, juega un papel indispensable para la existencia una relación jurídica, al ser un
elemento de constitución sin cuya participación el contrato no surte efecto jurídico alguno entre
partes, dando lugar a la imposición de la sanción que la ley prevé, con la nulidad del mismo, que
puede ser demandada en cualquier tiempo a diferencia de la anulabilidad, otorgando la posibilidad a
la persona afectada demandar la nulidad del contrato ante la autoridad jurisdiccional competente.
Finalmente, por los argumentos señalados se concluye, que en la normativa sustantiva civil
vigente urge la complementación del art. 549, con la implementación de un nuevo inciso que
contemple la falta de consentimiento como una causa de nulidad y no únicamente de anulabilidad,
por cuanto como se ha advertido el consentimiento es un elemento sine quanon para la formación y
por ende para la existencia de un contrato, con todas las características que una relación jurídica de
esa naturaleza implica (ley entre partes), por cuanto esa falta de concordancia advertida en el actual
código civil boliviano, cuando prevé que el consentimiento es un primer requisitito de formación
del contrato, según el art. 452 inc. 1), sin embargo en el art. 549 no contempla en forma expresa en
ninguno de sus incisos, “la falta de consentimiento” como una causa de nulidad, por lo que la
complementación a dicha norma de un nuevo inciso cuyo contenido sea precisamente el señalado se
traduciría en un aporte muy importante a la legislación civil, que facultará a toda persona que se le
hubieren lesionado sus derechos y se encuentre perjudicada con un contrato en el que nunca ha
otorgado su consentimiento, poder acudir al órgano jurisdiccional competente y amparada en la
norma, tenga la posibilidad de demandar en cualquier tiempo la nulidad, que no es más que la
sanción impuesta por ley a una relación jurídica, que determina la falta de valor y fuerza para
obligar o surtir efectos jurídicos por la carencia precisamente de ese requisito de formación como es
el consentimiento, por lo que ante la imperfección del acto jurídico, éste no es válido mucho menos
perfecto, al no reunir la condiciones de existencia y validez, más si se tiene presente que el acto no
ha nacido a la vida del derecho, por consiguiente no puede surtir sus efectos legales, sin embargo
esa nulidad, tiene que ser declarada en forma expresa y por el juez competente, misma que es de
orden público, más no es sujeta de confirmación mucho menos es imprescriptible, otorgando la
posibilidad de demandarla en cualquier tiempo, logrando de esa forma el fin de la justicia, es decir
la paz social.
6.1 Recomendaciones
Toda vez que se ha identificado el vacío existente en el código civil, respecto a la falta de
consentimiento como causa de nulidad, por cuanto el art. 549 del código civil boliviano que prevé
las causas de nulidad de los contratos no contempla como una causa de nulidad la falta de
consentimiento, aspecto por el cual es conveniente recomendar que el poder legislativo efectúe la
complementación de la citada norma con el inciso 6to de manera que el contenido de dicha
normativa sea el siguiente:
Por falta en el contrato el objeto o la forma prevista por la ley como requisito de validez.
Por faltar en el objeto del contrato los requisitos señalados por ley.
Por ilicitud de la causa y por ilicitud del motivo que impulsó a las partes a celebrar el contrato.
1. La complementación del art. 549 del código civil permitirá la concordancia con la normativa
prevista en el art. 452 inc.1) del código civil, misma que prevé como requisito de formación del
contrato al consentimiento, debiendo tenerse presente a la vez que el consentimiento es la
manifestación de voluntad de las partes para la formación de los contratos que constituye
además en un requisito indispensable para la validez de dicha relación jurídica, por lo que la
ausencia de ese elemento indispensable conlleva la nulidad, que es la sanción que la ley prevé e
impone la autoridad jurisdiccional competente a los contratos que se encuentren viciados,
aspecto que es de imperiosa necesidad teniendo presente el carácter de inconfirmabilidad e
imprescriptibilidad de la nulidad.
2. Por lo expresado urge la complementación de la normativa del art. 549 del código civil con el
inciso 6, que prevea: 6) Por faltar en el contrato el consentimiento de uno de los
contratantes, lo que permitirá al órgano jurisdiccional brindar la tutela jurídica esperada,
alcanzando la paz social como objetivo principal de la justicia, y brindará a la sociedad la
posibilidad de demandar la nulidad de los contratos en los cuales no ha otorgado su
consentimiento
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