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Introducción:
Toda persona, sea creyente o no lo sea, tiene un respeto intrínseco hacia los
padres. La sociedad de Occidente, que se construyó en cierta parte en bases
cristianas
Nuestra sociedad occidental también inculca el valor del respeto de los hijos hacia
sus padres. Se exaltan valores por ejemplo cuando los hijos cuidan de sus padres
en su ancianidad, son mostrados como referentes a seguir, como un
agradecimiento por lo que hicieron sus progenitores. De hecho, cuando en las
noticias, se relatan episodios de cuando un anciano es encontrado en malas
condiciones, completamente solo, de inmediato se menciona el aspecto de :
¿Dónde están los hijos? Y la opinión pública se ocupa en destacar la ingratitud de
aquellos hijos.
Por lo tanto, el respeto que nosotros como hijos debemos de dar a nuestros
padres, es muy trascendente, ya que contribuye a la cohesión y a la construcción
de nuestra propia familia personal. Con nuestro comportamiento podemos reforzar
la unión de nuestra familia, porque nuestros padres se van a sentir contentos con
nuestras acciones, y nos van a reconocer como factores que contribuyen a la
formación de nuestra familia reforzada y se expresa en una convivencia cada vez
más mejorada.
Lo que la Biblia dice:
Éxodo 20:12: “Honra a tu padre y tu madre, para que tus días se alarguen en la
tierra que Jehová tu Dios te da”.
Si no obedecemos a nuestros padres, que nosotros vemos todos los días, “menos
vamos a obedecer a Dios”, porque a Dios no lo vemos y tampoco nunca le hemos
visto. Para obedecer a Dios primero debemos obedecer a nuestros padres, que
son visibles. Miren lo que dice al respecto el apóstol Juan en su Primera Epístola:
Para analizar este tema vamos a tratar algunos consejos en profundidad sobre
este tema:
Ningún padre vale más o vale menos, todos debemos honrar a nuestro padre
estando o no en la iglesia, independiente que estemos en el ministerio del Señor.
Nuestros padres por sí solos merecen el respeto de sus hijos, ya que es una
relación asimétrica que Dios mismo colocó como parte del orden que corresponde
a su creación.
Los jóvenes cuyos padres sean ministros y/o pastores, son los que están más
llamados a ser ejemplo para los demás, ya que tienen mayor enseñanza trasmitida
por sus padres y que donde la familia debe demostrar intachablemente que debe
estar en los caminos del Señor. El ejemplo de sus hijos contribuye en forma
relevante a que su padre gobierne mejor la Iglesia del Señor, ya que bíblicamente,
para que un pastor gobierne bien la Iglesia, sus hijos deben estar en sujeción y en
eso están ustedes jóvenes teniendo grandes bendiciones, pero a la vez tienen una
pesada y gran responsabilidad, sobre todo si provienen de padres en plena
comunión, ya que los fieles de la Iglesia les van a exigir tanto o igual como si
estuvieran bautizados. Por eso que la responsabilidad es grande, pero si estamos
en continua oración a Dios y superándonos cada día en nuestros hechos y forma
de vida, todas estas cosas pueden ser posibles positivamente.
Los jóvenes que tienen dentro a sus padres pero no son ministros o miembros que
gobiernen la Iglesia, oren siempre y den gracias a Dios por tener padres que
conocen su santa Palabra, pero también pidan a Dios a tener el tino y un correcto
comportamiento hacia ellos, ya que los hechos hablan más que mil palabras. Por
eso a la vez de seguir orando, debemos demostrar con nuestros hechos que
somos fieles miembros de la familia de Dios.
Los jóvenes que tienen alguno de su padre o madre que no participa en la iglesia,
procuren dar testimonio de su fe con sus hechos. La mayoría de las veces en que
los jóvenes tienen uno de sus padres fuera de la Iglesia, dicen que sus hijos “van a
perder el tiempo a la Iglesia” y otras afirmaciones de carácter negativo. Si
demostramos con nuestros hechos, obedeciendo a nuestros padres y hablando de
Dios a nuestros padres, siendo un ejemplo de buenos cristianos en sus hogares,
el padre que no está interesado en la Iglesia puede quedar cautivado
positivamente de los cambios que la Iglesia está provocando en su hijo y se
interese lentamente en la fe de nuestro Señor. Acuérdense siempre de que los
hechos hablan más que mil palabras, y nosotros mismos podemos “predicar” con
nuestros hechos que estén de acuerdo a la doctrina de nuestro Dios. Por eso la
invitación es que nosotros sigamos fielmente los mandatos, estatutos y
mandamientos de Dios y nuestros padres pueden quedar maravillados y así con
nuestro comportamiento podemos ganar más almas al redil de nuestro Señor.
Los jóvenes que no tengan ninguno de sus padres en la Iglesia, no debiesen tener
tristeza porque ocurre esta situación. Es más, deberían alegrarse, ya que tienen
una misión grande para que sus padres puedan ingresar algún día a las filas del
Señor. Pero también tienen una gran responsabilidad. La efectividad de la
evangelización es a través de nuestros hechos. Si nos comportamos en la forma
que Dios nos pide, nuestros padres se verán atraídos por esta nueva forma de ser
de sus hijos, la conducta cristiana. No sólo debemos hablarles de Dios, de su
palabra, tierna y mansamente, sino que debemos comportamos de tal forma de
que haya coherencia en nuestra forma de pensar y en nuestra práctica en la vida
cotidiana. La coherencia de una forma de pensar con su conducta es un rasgo
muy apreciado por miembros de todas las culturas, y si nos comportamos de
acuerdo a lo que creemos en la vida cristiana, seremos más felices y lograremos
atraer a nuestros padres a la Iglesia y posteriormente, puede ser que toda nuestra
familia puede integrarse a nuestra congregación. Para evangelizar tienes que
predicarles con tus hechos acerca de Dios a tus padres y a la vez “obedeciéndole
en todo” como dice el mandamiento, en el libro de Éxodo.
Actividad:
Obedecerles a lo que nos digan nuestros padres sin protestar ni gritar, hacer lo
que ellos dicen o lo que ellos nos manden.
Ayudar a tus padres en tu casa (lavando loza, limpiando, ayudar en hacer el aseo,
ordenar la casa, ofreciéndote a ir a comprar - acuérdate que debes hacerlo sin
protestar al contrario feliz haciéndolo -, entre otras cosas)
Orar con ellos en las noches o en viernes por la tarde, y conversar con ellos
acerca de un tema en común que sea relevante para ustedes. Ampliar más los
momentos para conversar con ellos, por ejemplo, las comidas compartidas. Toma
las cosas que más les gusten a tus padres – siempre y cuando sean
trascendentes, no como por ejemplo el próximo reality de la televisión - y conversa
con ellos. Vas a notar que la conversación cada día te hará acercarte más a tus
padres.
Dile todos los días a tus padres que los amas, aunque te cueste mucho, o que te
dé mucha vergüenza, pero veras que tus padres se pondrán muy felices cuando
escuchan estas simples palabras: “padres los amo mucho”.
Espero como Admón En Línea Con Jesús, que este tema sea de gran provecho
espiritual y que contribuya de gran manera a crear pequeñas transformaciones en
su vida, que posteriormente van a hacer más radicales, pero les van a beneficiar
de formas que les va a sorprender algún día. Les reiteró que les tengo gran
estima y que deseamos de corazón que tengan un gran bienestar tanto en su
conducta como en su paz espiritual.
Que la Gracia de Cristo sea para cada uno de ustedes, mis queridos hermanos, se
despide su hermano en Cristo Jesús. Amén.
Glosario de palabras.
[1] Intrínseco: una cosa que por sí sola se justifica. Por ejemplo, el amor a Dios en
los creyentes, es intrínseco, ya que es un elemento que nos constituye como
identidad personal, es parte de nuestra forma de ser.
[3] Vocación: una misión personal que tiene cada persona. Por ejemplo: desde
muy pequeño he querido ser profesor y hago todo lo posible para conseguir esa
meta.